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UNA TERMPORADA

EN EL INFIERNO

Antolgía de los poetas malditos y walt whitman

Wagner Del Castillo Figueroa

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PRESENTACIÓNUna temporada en el infierno es una obra con voz rimbaudiana que expresa la magia del simbolismo franco – angloamericano. Donde el brillo musical y metafórico de los poemas nos deslumbran.

El simbolismo como corriente explota la musicalidad sonora de los versos. Asimismo, nos refleja la realidad circundante o suscita de la época. Los poeta malditos (Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, Paul Verline, Stephen Mallrmé) y Walt Whitman figuran como máximos exponentes de esta corriente en sus respectivos países (Francia y Estados Unidos). Adquieren la calidad de “malditos” por sus caracteres irreverentes hacia la sociedad hipócrita de su tiempo, que prodigaban moral y vivenciaban el pecado. Ante esto los poetas, alzaron su voz matizada de bohemmia reflejando así su singular forma de ver la sociedad y dando a conocer sus vidas plagadas de irrespetuosidad.

Esta poesía selecta, guían en torno a los cuadros femeninos o imágenes de mujer, pasiones, visiones de la realidad. Así también como, poemas dedicados a autores renombrados y apreciados por ellos como Edgar Alan Poe y el mismo Baudelaire.

Lectores, no sean apacibles ni bucólicos ante esta selección saturniana; desprendan su alma curiosa y caminen por el vicio de otros, vivan sus pasiones y miren la realidad a través de los versos impuros de estos deliciosos malditos.

wagner del castillo f. autor

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XXV

PARA UN LIBRO CONDENADO

Lector apacible y bucólico,

hombre de bien ingenuo y sano, tira este libro saturniano, que es orgiástico y melancólico.

Si tu retórica no hiciste con Satán, astuto decano ¡tíralo! Me leerás en vano, o creerás que a un loco leíste.

Mas a su hechizo no te inmuta, y el abismo tu mente escruta, léeme y sabrás amarme, amigo;

alma curiosa que penado

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tu paraíso vas buscando, ¡compadéceme!... ¡O te maldigo!

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II LOS ALBATROS

Por divertirse, a veces, suelen los marineros cazar albatros, grandes pájaros de los mares, que siguen, de si viaje lánguidos compañeros, al barco en los acerbos abismos de los mares.

Pero sobre las tablas apenas los arrojan, esos reyes del cielo, torpes y avergonzados, sus grandes alas blancas míseramente aflojan, y las dejan caer cual remos a sus costados.

¡Que zurdo es y que débil ese viajero alado!

Él, antes tan hermosa, ¡qué cómico en el suelo!

¡Con una pipa uno el pico lo ha quemado, remeda otro renqueando, de inválido el vuelo!

El Poeta es como ese príncipe del nublado que puede huir las flechas y el rayo frecuentar; en el suelo, entre ataques y mofas desterrado, sus alas de gigante le impiden caminar.

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XXXVIEL GATO

Ven bello gato, a mi pecho amoroso:

reten las uñas de tu pata, y deja que me hunda en tus dos bellos ojos, mezclados de metal y

ágata.]

Cuando mis dedos a gusto acarician tu lomo elástico y tu cabeza, cuando mi mano del placer se embriaga de recorrer tu piel eléctrica,

a mi mujer creo ver. Su mirada como la tuya, amable bestia, fría y profunda hiere como un dardo;

y de los pies a la cabeza, un sutil aire, un peligroso aroma, nadan en torno de su piel morena.

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ILA DESTRUCCIÓN

El demonio a mi lado se agita sin cesar... Nada en torno de mí como un aire implacable, yo lo trago y lo siento mis pulmones quemar, de su deseo llenándose infinito y culpable.

Sabiendo que amo el Arte mas que a nada en el mundo,]toma a veces la forma de atractiva mujer, y bajo de especiosos pretextos, quiere hacer que acostumbre mis labios a todo filtro inmundo.

Y así de la mirada de Dios me lleva lejos, jadeante y de fatiga quebrado, a los reflejosde las hondas llanuras del Hastío, desiertas...

y arroja ante mis ojos, llenos de confusión, vestiduras manchadas, heridas entreabiertas, ¡y el sangriento aparato de la Destrucción!

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XXXUNA CARROÑA

Recuerda aquel objeto que vimos, alma mía, un día estival y soleado: al borde de un camino, una carroña infame en lecho de piedras sembrado.

Con las piernas al aire, como una mujer lúbrica, quemante y sudando veneno,abría de manera abandonada y cínicasu vientre de emanaciones lleno.

El sol resplandecía sobre esa podredumbre como para cocerla a punto,y devolver al céntuplo a la Naturaleza cuanto ella había puesto junto.

Y el cielo contemplaba la osamenta magnífica expandirse como una flor.Creíste desmayada caer sobre la hierba,tan fuerte era el hedor.

Las moscas bordeaban sobre aquel vientre pútrido,del que salían batallonesde larvas negras, que corrían como líquido

espeso]

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por esos vivientes jirones.Todo aquello bajaba, subía cual las olas,o desprendíase crujiendo; dijérase que el cuerpo, lleno de un soplo vago, multiplicábase viviendo.

Y todo eso sonaba con una extraña música; de agua o de viento era el rumor, o de grano que con rítmico movimiento,agita y vuelve el acechador.

Las formas se borraban, no eran ya más que un sueño, un esbozo confuso y lerdoen la tela olvidado, al que el artista acaba solamente por el recuerdo.

Y detrás de las rocas, una perra intranquilanos miraba con ojo airado,

acechando el momento de recobrar en la osamenta]

el apetecido bocado.

Y sin embargo, igual serás a esta basura,a toda esta horrible infección,estrella de mis ojos, sol de mi vida entera,¡tú, mi ángel y horrible pasión!

Sí, tal habrás de ser, oh reina de las gracias,después de los últimos rezos, cuando bajo la hierba florida y lujuriantete enmohezcas entre los huesos.

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¡Entonces, oh mi bella, dile a los gusanos que te devorarán a besos,que yo guardé la forma y la esencia divina de mis amores descompuestos!

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XLV LA ANTORCHA

VIVIENTE

Delante de mí marchan sus Ojos soberanos,que un ángel sapientísimo imantó sonriendo;marchan esos divinos hermanos, mis hermanos,en mis ojos sus fuegos diamantinos vertiendo.

De asechanzas salvándome y pecados mayores,me llevan por la ruta de lo bello imponente.Yo soy su esclavo y ellos son mis servidores;mi ser todo obedece a esa antorcha viviente.

Bellos Ojos, brilláis con la lumbre hieráticade los fúnebres cirios que arden en pleno día;enrojece mas no se extingue su llama extática.

Ellos honran la Muerte y en cambio el Renacercantáis vosotros; el renacer del alma mía,¡astros que sol alguno puede palidecer!

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XLVIIICONFESIÓN

Una vez, una sola, mujer dulce y amable, en mi brazo vuestro brazo pulido se apoyó. (sobre el fondo tenebroso de mi alma ese recuerdo no ha padecido.)

Era tarde; lo mismo que una medalla nuevala luna llena se exhibía, y la solemnidad nocturna como un ríosobre el dormido París corría.

Los gatos, por debajo de las puertas cocheras se deslizaban furtivamente, el oído en acecho, o bien, cual sombras caras, nos acompañaban lentamente.

Y de súbito en medio de la intimidad libreque a la pálida luz se abría,de vos, rico y sonoro instrumento en que vibra sólo la radiosa alegría,

de voz, clara y gozosa tal como una fanfarriaen la mañana chispeante,una nota quejosa, una nota perdida,

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se escapó toda vacilante.

Como un hijo enfermizo, inmundo, oscuro, horrible,]que a su familia deshonraría, ¡y al que por largo tiempo, para ocultarlo al mundo,]en una cueva escondería!

Cantaba, pobrecita, vuestra nota discorde:“Que aquí abajo todo es lo mismo, y siempre, por cuidados que sean sus disfraces, se advierte el humano egoísmo.

Que es un oficio duro el de mujer hermosa,y que es el trabajo banal, de la fría y loca bailarina que desfallece en su sonrisa maquinal.

Que fiar en corazones es una tontería; que todo miente, amor y beldad, hasta que va el Olvido a acecharlos en su cesta, y los vuelve a la eternidad.”

Yo he evocado a menudo esa luna hechizada,ese silencio y esa emoción, y aquella confidencia horrible susurrada en el confesionario del corazón.

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LXXIXSPLEEN

Yo tengo más recuerdos queso hubiera mil años. Un arcón atestado de papeles extraños, de cartas de amor, versos, procesos y romances, con pesados cabellas envueltos en balances, Menos secretos guarda que mi triste cabeza. es como una pirámide, como una enorme huesa, con más muertos que la común fosa apetece. Yo soy un cementerio que la luna aborrece, y cual remordimientos, van gusanos fornidos encarnizándose con mis muertos mas queridos. Soy un viejo boudoir con rosas deshojadas, donde nace un montón de modas anticuadas; los dolidos pasteles y un boucher ya pegado, aspiran allí solos un frasco destapado.

Nada más largo es que las rengas jornadas, cuando bajo los gruesos copos de la nevadas, el tedio, fruto d la sombría incuriosidad, toma las proporciones de la inmortalidad.

Desde ahora sólo, ¡oh materia viviente!, un granito rodeado de un espanto inconsciente, ¡embotado en el fondo de un Sahara brumoso! Vieja esfinge ignorada del mundo presuroso,

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olvidada en el mapa, cuyo humor inclemente a los rayos tan sólo canta del sol poniente.

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IIIA UNA MENDIGA

PELIRROJAPelirroja y blanca niñacuya haraposa basquiñapermite ver tu pobrezay tu belleza.

Para mí, poeta astroso,tu cuerpo todo pecoso,tu joven cuerpo enfermizo,tiene su hechizo.

Llevas con más gallardíaque reina de fantasíasus coturnos y sus fastos,tus zuecos bastos.

Que en vez de un harapo escasosoberbio traje de rasopliegues arrastre de prezhasta tus pies;

Que en vez de las medias rotasa las miradas devotasen tu pierna áureo puñalbrille fatal;

que nudos mal ajustadosmuestren a nuestros pecados

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tus bellos senos, radiososcomo dos ojos;

y que para desnudarte hay antes que suplicarte,y con los brazos rechacesdedos audaces,

perlas de brillos diversos,de maese Belleau versos,por tus galanes rendidosa ti ofrecidos,

y chusma de rimadores,brindándote sus primores,atisbar tu pie quisieraen la escalera.

Mas de un paje ebrio de amor,más de un Ronsard y un señor,para gozar espiaría,tu bizarría.

En tus galantes salones,besos habría y blasones,¡y más de un Valaois a tu leysería grey!

Sin embargo vas husmeando,las basuras rebuscando,de algún Vefour a la entrada,de encrucijada;

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vas codiciando al pasar alhajitas de bazar,de que no puedo, oh perdón,hacerte don.

¡Ve, pues, sin otro ornamento, diamante, perlas, ungüento, que tu magra donosura!¡Oh mi hermosura!

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IVEL VINO DEL SOLITARIO

De una mujer galante el curioso mirar,que hasta nosotros como el rayo se deslizaenviado por la luna al lago que se rizacuando quiere su blanda belleza en él bañar,los últimos escudos que guarda un jugador,un beso libertino de la flaca Adelina,los sones de una música enervante y felina como el lejano grito del humano dolor,no, todo esto no vale, oh botella profunda, los penetrantes bálsamos que tu panza fecunda da al corazón sediento del poeta piadoso;

tú le procuras vida, juventud y esperanza, y orgullo – ese tesoro de toda malandanza, que el igual de los Dioses le torna, victorioso.

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VIIIALEGORÍA

Mujer hermosa es, de arrogante cadera, que en el vino arrastrar deja su cabellera. Las garras del amor, los miasmas del garito, resbalan y se embotan en su piel de granito.Se burla de la muerte y del libertinaje, y ambos, que toso inmolan a su ferocidad,han respetado siempre en su juego salvaje,de ese cuerpo alto y firme la ruda majestad. Camina como diosa, duerme como sultana; tiene por el placer una fe mahometana, y a sus brazos abiertos, donde su seno espera,llaman sus ojos a la humanidad entera. Cree, o mejor aún, sabe, este monstruo infecundo,necesario no obstante a la marcha del mundo,que la beldad del cuerpo es un sublime don, que de cualquier infamia asegura el perdón.

Ella ignora el infierno y el purgatorio ignora, y de entrar en la noche cuando llegue la hora, como un recién nacido, sin aborrecimiento,contemplará la muerte – y sin remordimiento.

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VIIIA UNA TRANSEUNTELa calle aturdidora en torno de mi aullaba.Alta, fina, de luto, dolor majestuoso, una mujer pasó, que con gesto fastuoso, recogía las blondas que su andar balanceaba.

Ágil y noble, con esa pierna de escultura. por mi parte bebí, como un loco crispado, en su pupila, cielo del huracán preñado, placer mortal y a un tiempo fascinante dulzura.

Un relámpago...¡ y noche! Fugitiva beldadcuya mirada me ha hecho de golpe renacer,¿no he de volver a verte sino en la eternidad?

¡lejos de aquí! ¡o muy tarde! ¡o jamás ha de ser!]pues dónde voy no sabes, yo ignoro a donde huiste]¡tú, a quién yo hubiera amado, tú, que comprendiste.]

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IIIEL VINO DEL

ASESINO¡Mi mujer ha muerto, y soy libre!puedo, pues, beber mucho o poco.Cuando entraba sin un centavo,sus gritos me volvían loco.

Soy feliz como un rey ahora;puro el cielo y azul se ve...Era así como éste el veranoen el que yo me enamoré.

La horrible sed que me devorasólo podríase extinguir,con tanto vino cuanto admitesu tumba; ¡y no es poco decir!

Al fondo la arrojé de un pozo y luego encima de ella echécuanto adoquín tenía a mano.¡Ya, si puedo, lo olvidaré!

En nombre de los juramentosque nadie puede desatar,y como en otros tiempos para procurarnos reconciliar,

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le imploré una cita de noche,en un camino oscuro y solo;¡y ella fue! ¡loca criatura!¡todos somos un poco locos!

Estaba linda todavía¡aunque muy fatigada! Y yo la amaba tanto, que le dije:¡Esto para ti se acabó!

Nadie puede entenderme. ¿Algunode tanto borracho cretinopensó nunca en sus noche mórbidashacer un sudario del vino?

Esta crápula invulnerable,como las máquinas de acero,jamás, en invierno o en verano,conoció el amor verdadero,

con sus negras hechicerías,sus pomos de hiel, su calvario,su cortejo infernal de alarmas,sus ruidos de grillos y osario.

¡Heme aquí solitario y libre!borracho perdido estaréa la noche, y sin miedo algunoen el suelo me tendré,

¡y me dormiré como un perro!con sus ruedas la gran carretacargada de piedras y lodo,o la rabiosa vagoneta,

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puede partirme en dos pedazos,puede aplastarme la cabeza,que yo, como de Dios, ¡me río del Diablo y de la Santa Mesa!

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XIIHIMNO

A la muy cara, a la muy bella,que me colma de claridad,al ángel, a la eterna estrella,¡salud en inmortalidad!

Ella en mi vida se difundecomo aire impregnado de sal,y en mi alma no saciada infundeel deseo de lo inmortal.

Saco de perfumes que oreaun caro rincón de solaz;incensario solo que humeasecreto, en la nocturna paz.

¿Cómo, oh amor incorruptiblemanifestarte con verdad?¡Grano de almizcle que invisibleyaces, allá en mi eternidad!

A la muy buena, a la muy bellaque hace mi dicha y mi salud,al ídolo, a la terna estrella,en inmortalidad, ¡salud!

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XIIIEL REBELDE

Un ángel cae de arriba como un águila fiero. del descreído empuña el cabello en un haz, y dice, sacudiéndolo. “¡la regla acatarás!(Porque soy tu Ángel bueno, ¿comprendes?) ¡Yo lo quiero!]

Entiende que hay que amar, sin remilgo oponerle, al pobre, al contrahecho, al malo, al infeliz,para que cuando pase Jesús, puedas hacerlecon tu caridad pura, un triunfante tapiz.

¡Tal es el Amor! ¡Antes que tu alma se deprima,en la gloria de Dios tu éxtasis reanima; ése es el inmortal Deleite verdadero!”

Y el Ángel que castiga tanto, a fe, cuanto ama,tortura al condenado con sus puños de llama; mas el réprobo siempre le responde: “¡No quiero!”]

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SENSACIÓN

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Tardes azules del estío…Yo iré por los senderos, ]heridos por los trigos, por sobre hierba menuda.]Sentiré, soñador, su humedad en mis plantas.Y el viento bañara mi cabeza desnuda.

Yo no hablare de nada y no pensare en nada; el amor infinito me subirá hasta el alma, e iré muy lejos, muy lejos, igual que va el bohemio]feliz -con la mujer- por los campos en calma.

VOCALESA, negro; E, blanco; I, rojo U, verde; O, azul, vocales.

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Algún día proclamaré vuestras alcurnias latentes.]

A, negro corsé velludo de moscas Resplandecientes,]

que pululan en torno de hediondeces brutales.Golfos de sombra; E, candor de brumas y de

tiendas,]lanzas de ventisqueros, temblor de umbelas,

blancos reyes altivos;]

I, púrpuras, salivazo sangriento, reír de labios bellos]

en la cólera o en las embriagueces penitentes;]

U, cielos, vibraciones del mar divino y verde,]paz de las praderas colmadas de reses; paz de

las arrugas] que imprime la alquimia en la gran frente del

sabio.]O, supremo clarín de estridencias extrañas,

silencios atravesados por mundos y por

ángeles,]

¡O, la Omega, rayo violeta de sus ojos!

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FIESTA DEL HAMBREMi hambre, Ana,

Ana,Huye sobre tu

asno.

Si tengo gusto es apenaspor las piedras y la tierra.¡Din!, ¡din!, ¡din!, ¡din! Comamos el aire, la roca, el hierro y los carbones.

¡Volver, hambres mías! ¡Hambres, paceden el prado de los sonidos!

Atraed el veneno alegrede las campanillas;

Comedlos guijarros que un pobre pisa, las viejas piedras de las iglesias, los guijarros, hijos de los diluvios... ¡Panes caídos en los valles grises!

Mis hambres, son los límites del aire oscuro,el azur sonoro; es el estómago que me arrastra. Es la desdicha.

¡Sobre la tierra han aparecido las hojas!Amo la pulpa de las frutas pasadas.En lo profundo del oscuro sorprendola hierbecilla y la violeta.

Mi hambre, Ana, Ana,Huye sobre tu asno.

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UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO

“En otro tiempo, sin mal no recuerdo, mi vida era un festín en el que se abrían todos los corazones y en que el se derramaban todos los vinos.Una noche senté a la belleza sobre mis rodillas-Y la injurié.Me he armado contra la justicia.Me fugué. ¡Oh brujas, oh miseria, oh odio!Fue a vosotros a quienes confié mi tesoro.

Conseguir hacer desaparecer de mi espíritu toda esperanza humana. Sobre cualquier alegría,para estrangularla, di el salto sordo de la bestia fiera.

Llamé a los verdugos para que, al parecer, pudiese morder la culata de sus fusiles. He invocado la desgracia ha sido mi dios. Me he tendido en el cieno. Me he secado con el aire del crimen. Le he gastado buenas chanzas a la locura.

Y la primavera me trajo la risa horripilante del idiota.

Luego, últimamente, cuando me he visto a punto de lanzar mi postrer bufido, se me ocurrió buscar la llave del festín antiguo para ver si, con ella, recordaba el apetito.

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La caridad es esta llave. – Esta inspiración demuestra que lo he soñado.

“Seguirás siendo hiena, etc...” insiste el demonio que me coronó con tan amables adormideras. “Llega a la muerte con todos tus apetitos, con tu egoísmo y con todos tus pecados capitales.”

¡Ah!, ya aguanté lo mío:-Pero, querido Satán, os conjuro; ¡miradme con ojos menos irritados! Y, aguardando las pequeñas cobardías en demora, para vos que apreciáis en el escritor la ausencia de facultades descriptivas o instructivas, voy a destacar algunas odiosas hojas de mi carné de condenado.

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ORACIÓN DE LA TARDE

Yo vivo sentado, tal un ángel en las manos de barbero]un empuñando un jarro de acentuadas estrías,el hipogastrio y el cuello arqueados, con una pipa]en los dientes, bajo cielos colmados de implacables veladuras.]

Igual que los excrementos calientes de un viejo palomar]mil sueños provocan en mí dulces ardores,pues, por instantes, mi tierno corazón es una albura]que ensangrienta el oro joven y sombrío de los colores.]

Y cuando yo he repasado mis sueños cuidadosamente,]Me vuelvo después de beber treinta o cuarenta jarros,]Recogiéndome para soltar la áspera necesidad:

Dulce como el señor de cedro y de los hisopos,Orino hacia los cielos oscuros, altos y lejanos,]Con el asentimiento de los grandes heliotropos.]

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MAÑANA

¿Tuve una vez, una juventud agradable, heroica, fabulosa, como parece ser escrita sobre páginas de oro? ¡Demasiada suerte! ¿Por qué error, he merecido mi flaqueza actual? Vosotros, que pretendéis existen animales que lloran pena, enfermos que se desesperan, muertos que sueñan mal, probad de explicar mi caída y sueño. Yo no puedo explicarme mejor que como lo hace el mendigo con sus sempiternos Pater y Ave María. ¡Yo ya no sé hablar!

No obstante, hoy creo haber terminado el relato de mi infierno. Verdaderamente, era el infierno: el antiguo, aquel del que el Hijo del hombre abrió las puertas.

Siempre en el mismo desierto, en la misma noche, mis ojos cansados se despiertan ante la estrella de plata, sin que se conmuevan los reyes de la vida, los tres magos, el corazón, el alma, el espíritu. ¿Cuándo iremos más allá de las playas y los montes, a saludar el nacimiento del trabajo nuevo, la nueva sabiduría, la huida d los tiranos y de los demonios, el fin de la superstición, para adorar - ¡los primeros!- la Navidad en la tierra?

¡El canto de los cielos, la marcha de los pueblos! Esclavos, no maldigamos la vida.

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EL RAYO

¡El trabajo humano!, es la explosión que ilumina mi abismo de vez en cuando.

“No hay nada que sea vanidad; a la ciencia y ¡adelante!”, grita el Eclesiastés moderno, es decir: todo el mundo. Y no obstante los cadáveres de los malos y los holgazanes caen sobre el corazón de los demás... ¡Ah!, de prisa de prisa, un poco más; allí abajo, más allá de la noche, estás recompensas futuras, eternas... ¿las evitaremos?...

-¿Qué puedo yo hacer? Conozco el trabajo; y la ciencia es demasiado lenta. Que la plegaria golpe y que la luz gruña... lo estoy viendo. Es demasiado simple, y hace demasiado calor; se arreglarán sin mí. Tengo mi deber, me sentiré orgulloso de él como hacen otros muchos: dejándolo aparte.

Mi vida está gastada. ¡Vamos, finjamos, holgazaneemos, por compasión! Y existiremos divirtiéndonos, soñando amores monstruos y universos fantásticos, doliéndonos y querellándonos contra las apariencias del mundo, saltimbanqui, mendigo, artista, bandido- ¡cura! En mi lecho de hospital el olor a incienso me ha vuelto tan potente; guardián de los aromas sagrados, confesor y mártir...

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En esto reconozco la sucia educación de mi infancia. Luego, ¡qué!...Ir con mis veinte años hacia otros veinte años, como los demás....

¡No, no!¡Ahora me rebelo contra la muerte! El trabajo parece demasiado ligero para mi orgullo: mi traición al mundo sería un suplicio demasiado corto. En el último momento atacaré a diestro y siniestro...

Entonces - ¡oh!-, ¡pobre alma querida, la eternidad no estaría perdida para nosotros!

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MIS PEQUEÑAS ENAMORADAS

Un líquido lacrimal lavaLos cielos verde claros:

Bajo el árbol que retoña y deja correrVuestros cauchos,

Blancos de lunas particularesDe contornos redondos,

¡entrechocad vuestras rodillerasfeotas mías!

¡Nosotros nos amábamos en esta época,feota azul!

¡Comíamos huevos pasados por aguay lentejas!

Una tarde tú me consagraste poetaFeota rubia:

¡baja aquí, que yo te castigoen mi regazo!

Yo limpiaré tu bandolinaNegra feota;

Tú contarás mi mandolinaAl ras de la frente.

¡Puaf!, mis salivas resecadasroja feota,

infectan todavía las trincherasde tus senos redondos.

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¡Oh mis pequeñas enamoradascómo os aborrezco!

¡Cubrir con adornos dolorososvuestros pechos lacios!

¡Pisotear mis barreñosde sentimiento;

hacedme el favor de ser mis bailarinaspor un momento...!

Vuestros omóplatos se dislocan,¡oh mis amores!

Con una estrella en vuestras caderas que renquean]girad, dad vueltas.

¡No cabe duda que para esas patasyo he rimado!

¡Querría romperos las caderaspor haberlos hecho!

¡Insípido montón de estrellas fracasadasllenad los rincones!

¡Vosotras reventaréis en Dios, bajo el yugode nobles cuidados!

Bajo las lunas particulares De contornos redondos,

¡entrechocad vuestras rodilleras

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feotas mías...!

EL BARCO BORRACHO " Mientras descendía por Ríos impasibles, sentí que los remolcadores dejaban de guiarme: Los Pieles Rojas gritones los tomaron por blancos, clavándolos desnudos en postes de colores.

No me importaba el cargamento, fuera trigo flamenco o algodón inglés. Cuando terminó el lío de los remolcadores, los Ríos me dejaron descender donde quisiera.

En los furiosos chapoteos de las mareas, yo, el otro invierno, más sordo que los cerebros de los niños, ¡corrí! y las Penínsulas desamarradas jamás han tolerado juicio más triunfal.

La tempestad bendijo mis desvelos marítimos, más liviano que un corcho dancé sobre las olas llamadas eternas arrolladoras de víctimas, ¡diez noches, sin extrañar el ojo idiota de los faros!

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Más dulce que a los niños las manzanas ácidas, el agua verde penetró mi casco de abeto y las manchas de vinos azules y de vómitos me lavó, dispersando mi timón y mi ancla.

Y desde entonces, me bañé en el poema de la mar, lleno de estrellas, y latescente, devorando los azules verdosos; donde, flotando pálido y satisfecho, un ahogado pensativo desciende;

¡donde, tiñendo de un golpe las azulidades, delirios y ritmos lentos bajo los destellos del día, más fuertes que el alcohol, más amplios que nuestras liras, fermentaban las amargas rojeces del amor!

Yo sé de los cielos que estallan en rayos, y de las trombas y de las resacas y de las corrientes: ¡yo sé de la tarde, del alba exaltada como un pueblo de palomas, y he visto alguna vez, eso que el hombre ha creído ver!

¡Yo he visto el sol caído, manchado de místicos horrores. iluminando los largos flecos violetas,

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parecidas a los actores de dramas muy antiguos las olas meciendo a lo lejos sus temblores de moaré!

¡Yo soñé la noche verde de las nieves deslumbrantes, besos que suben de los ojos de los mares con lentitud, la circulación de las savias inauditas, y el despertar amarillo y azul de los fósforos cantores!

¡Yo seguí, durante meses, imitando a los ganados

enloquecidos, las olas en el asalto de los arrecifes, sin pensar que los pies luminosos de las Marías pudiesen frenar el morro de los Océanos asmáticos!

¡Yo embestí, sabed, las increíbles Floridas mezclando las flores de los ojos de las panteras con la piel de los hombres! ¡Los arcos iris tendidos como riendas bajo el horizonte de los mares, en los glaucos rebaños!

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¡Yo he visto fermentar los enormes pantanos, trampas en las que se pudre en los juncos todo un Leviatán; los derrumbes de las aguas en medio de la calma,

y las lejanías abismales caer en cataratas!

¡Glaciares, soles de plata, olas perladas, cielos de brasas! naufragios odiosos en el fondo de golfos oscuros

donde serpientes gigantes devoradas por alimañas

caen, de los árboles torcidos, con negros perfumes!

Yo hubiera querido enseñar a los niños esos dorados de la ola azul, los peces de oro, los peces cantores. Las espumas de las flores han bendecido mis vagabundeos y vientos inefables me dieron sus alas por un momento.

A veces, mártir cansada de polos y de zonas, la mar cuyo sollozo hizo mi balanceo más dulce elevó hacia mí sus flores de sombra de ventosas amarillas y yo permanecía, al igual que una mujer, de

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rodillas...

Casi isla, quitando de mis bordas las querellas y los excrementos de los pájaros cantores de ojos rubios. ¡Y yo bogué, mientras atravesando mis frágiles cordajes los ahogados descendían a dormir, reculando!

O yo, barco perdido bajo los cabellos de las algas, arrojado por el huracán contra el éter sin pájaros, yo, a quien los Monitores y los veleros del Hansa no hubieran salvado la carcasa borracha de agua;

Libre, humeante, montado de brumas violetas, yo, que agujereaba el cielo rojeante como una pared que lleva, confitura exquisita para los buenos poetas, líquenes de sol y flemas de azur;

Yo que corría, manchado de lúnulas eléctricas, tabla loca, escoltada por hipocampos negros, cuando los julios hacían caer a golpes de bastón

los cielos ultramarinos de las ardientes tolvas;

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¡Yo que temblaba, sintiendo gemir a cincuenta leguas el celo de los Behemots y los Maelstroms espesos, eterno hilandero de las inmovilidades azules, yo extraño la Europa de los viejos parapetos!

¡Yo he visto los archipiélagos siderales! y las islas donde los cielos delirantes están abiertos al viajero: ¿Es en estas noches sin fondo en las que te duermes y te exilas, millón de pájaros de oro, oh Vigor futuro?

¡Pero, de verdad, yo lloré demasiado! Las Albas son desoladoras, toda luna es atroz y todo sol amargo: El acre amor me ha hinchado de torpezas embriagadoras. ¡Oh que mi quilla estalle! ¡Oh que yo me hunda en la mar!

Si yo deseo un agua de Europa, es el charco negro y frío donde, en el crepúsculo embalsamado

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un niño en cuclillas colmado de tristezas, suelta un barco frágil como una mariposa de mayo.

Yo no puedo más, bañado por vuestras languideces, oh olas, arrancar su estela a los portadores de algodones, ni atravesar el orgullo de las banderas y estandartes, ni nadar bajo los ojos horribles de los pontones. "

DEMOCRACIA

" La bandera hace juego con el paisaje inmundo y nuestra jerga ahoga el tambor.

En los centros fomentaremos la más cínica prostitución. Masacraremos las rebeliones lógicas.

¡A los países sazonados y empapados! -al servicio de las más monstruosas explotaciones industriales o militares.

Hasta la vista, aquí, no importa dónde. Reclutas de buena voluntad, nuestra filosofía será feroz; ignorantes para la ciencia, hábiles para el

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confort; que el resto del mundo reviente. Es la verdadera senda. ¡Adelante, en marcha! "

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INFANCIA" En el bosque hay un pájaro, su canto os detiene y

ruboriza.Hay un reloj que no suena.

Hay una hondonada con un nido de bestias blancas.Hay una catedral que desciende y un lago que sube.

Hay un pequeño carruaje abandonado en la espesura que baja corriendo por el sendero, lleno de cintas.Hay una banda de cómicos en trajes de teatro,

percibidos en el camino a través de los confines del bosque.

Hay, en fin, cuando uno tiene hambre y sed, alguien que os expulsa.

(...)Soy el santo, en oración en la terraza, cuando las

bestias llegan hasta el mar de Palestina. Soy el sabio en el sillón sombrío. Las ramas

y la lluvia golpean la ventana de la biblioteca. Soy el caminante de la ancha carretera entre los bosques enanos; el rumor de las esclusas cubre mis pasos. Por largo tiempo veo la melancólica lejía del poniente.

Sería gustoso el niño abandonado en el muelle que partió hacia la alta mar, el pajecillo que sigue la alameda cuya frente toca el cielo.

Los senderos son ásperos. Los montículos se cubren de retamas. El aire está inmóvil. ¡Que lejos los pájaros

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y las fuentes! Tiene que ser el fin del mundo, si avanzamos. "

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IIILlueve dulcemente en la ciudad

Arthur Rimbaud

¡Llora en mi corazón cual llueve en la ciudad!¿Qué lánguida emociónpenetra el corazón?

¡Oh, el dulce lloviznar en calles y tejados!¡Para un tedioso ansiar, oh el son del lloviznar!

¡Llora en ti, sin razón, corazón hastiado! ¿Por qué, si no hay traición?...Mi pena es sin razón.

¡Y es el mayor dolorel no saber porquesin odio y sin amor siente tanto dolor!

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TOCUATO TASSOEl poeta es un loco perdido en la aventura que sueña eternamente con lances fabulosos en los que él es el héroe de combates gloriosos que canta para asombro de la raza futura.

Insensible a su vida menesterosa y dura- pobreza, gloria lente -, se prende de peligrosos y patricios amores, y con sus versos famosos- como su nombre- son emblema de tortura.

Su nombre es hoy la gloria. Vivió desventurado;]en éxtasis de día, de noche alucinado, sufrió y gozo un amor fantástico y cruento.

Armida, Eleona.¿Fue sueño o realidad?Le hallo loco la muerte y se durmió un momento]para resucitar en la Inmoralidad.

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MI SUEÑO FAMILIARYo tengo un sueño a veces, extraño y penetrante,]de una mujer que me ama, y yo a ella inmensamente,]y no es siempre la misma ni es siempre diferente,]y me adora y me comprende mi pensamiento errante.]

Porque ella me comprende y mi corazón blando desgarra su misterio para ella solamente, y los tibios sudores de mi pálida frente ella sabe tan solo refrescarlos llorando.

¿Es morena o es rubia?¿Es bermeja? Lo ignoro.¿Su nombre? No me acuerdo. Se que es dulce y sonoro como el de los amantes que destierra la vida.

Su mirada semeja mirada de escultora,y su voz, reposada y lejana, figura y la voz y los acentos de una muerte querida.

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SUB –URBE

A la triste luz invernallos cipreses del cementeriotiemblan con un frío glacial.

Con vagos ruidos de misteriovibran las cruces de maderacomo un quejumbroso salterio.

Llorando su pena sinceravan las viudas y los hermanosen teoría plañidera

cual tristes rosarios humanos,-ojos marchitos, macilentasfiguras y pálidas manos-.

Rachas glaciales y cruentas,tan crudas, que hielan de fríohasta a las mismas osamentas,

descienden del cielo sombríoy en los horizontes inciertosse encrespa el huracán bravío.

Tienen frío los pobres muertostan solos en la gusanerade hierbas pútridas cubiertos.

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¡Que retorne la primaveracon su sol dorado y rienteque hacer florecer la pradera;

la maga del cielo esplendenteque enciende los parques dormidosen el largo invierno doliente.

Y que el tiempo azul y risueñoarrulle con rumor de nidosy con fragancias, oh queridosdurmientes, vuestro eterno sueño.

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SERENATA

Oye querida: cual la voz de un muertoque cantara en su fosa,

hasta tu camarín sube el conciertode mi voz mentirosa.

Abre tu oíd y tu espíritu al sonde mi mandolina

por ti, sólo por ti, yo he escrito esta canción]cruel y felina.

Yo elogiaré tus áureas pupilas misteriosas

limpias de deseo,la negra Estigia de tus crenchas tenebrosas

y de tus senos el leteo.

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PASEO SENTIMENTAL

Flechaba el crepúsculo sus luces postrerassobre los nenúfares, entre las junqueras;

los blancos nenúfares que tenían unapalidez heráldica de rayo de luna.

Junto al muerto estanque llora la sauceda;yo voy silencioso bajo la arboleda,

en donde la bruma finge un inquietantefantasma azulenco de voz sollozante.

Yo voy junto al triste largo de agua muerta,con mi llaga viva, para siempre abierta;

las luces se inclinan y baja del cielo,la sombra, el nocturno y estrellado velo,

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que ahoga del crepúsculo las luces postrerasen el quieto estanque de espesas junqueras,

y blancos nenúfares soñadores de una palidez heráldica de rayo de luna.

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XIV

Me gustas menos vestida;odio la gasa estúpidaQue cubre tus bellos ojos amorosos.borra el traje tu escultura,parodia y caricaturade tus íntimos encantos suntuosos.

Soy hostil a tu toaleta,que me roba la coquetagracia de tus atractivos...,¡los mejores!

Tu espalda, que es mí delicia;tu garganta, y la maliciadel penacho de tus muslos turbadores.

Quítate el traje, de prisa;yo te amos, hermosa, en camisa- velo amable, mal escudo del honor-,mantel de la dulce misa,

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bandera de amor y risaque aparta –tarde y mañana- nuestro ardor.

XII

Bebes, ¡es odioso!, tanto como yo.Yo bebo, ¡es horrible!, como tú; más, no...¡Va a acabar muy mal esta vida mía!¡Mujer loca, y loco quien de ella se fía!

Los hombres bebemos hasta emborracharnos,mas de los amigos podemos fiarnos;pero a las señoras el alcohol les pesa;a ti, por lo menos, te trueca en tigresa.

Mas, ¿necesito, acaso, de ellapara bajar al Elíseo?desde que vos me mirasteis, ¿las flechasde amor, no atraviesan mi pecho?

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VII

¡Oh, triste, triste estaba mi alma,a causa, a causa de una amada!

Pero jamás me consolé aunque el corazón la esquive.

Aunque el corazón y aunque el almahuyeron lejos de la amada.

Por que jamás me consoléaunque el corazón la esquive.

Mi corazón, que es muy sensible,dijo a mi alma. ¿será posible,

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será posible – y sí lo fue-,tan triste olvido y tan cruel?

Y el alma dijo al corazón:¿Sé qué pretende la ficción

de estar tan juntos, aunque ausentes, y aunque tan lejos, tan presentes?

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LOS INGENUOS

Contra las faldas largas los tacones luchabanDe modo que, según era el viento y el piso,Las piernas –casi siempre ocultas- de improvisto,]para nuestro engañoso deleite, se iniciaban.

A veces, con sus dardos, los insectos celososSu cuello estremecían, y eran, bajo las ramas, Las blanquísimas nucas, como súbitas llamasColmado, en su regalo, nuestros ojos fogosos.

Porque la panadera...-¿Ella? – ¡Sí, sí!Ya coronó sus amoríos

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El viejo Lustucru, su antiguo amante...Pues, ¡Dominus vobiscum, hijos míos!

¡Paso! En su hermoso traje azulque hace fru – fru, la seda al agitar,viene una impura. ¡Voto al cielo,que su litera hay que alabar,

seamos filósofo o tacaño,que tanto el oro se insolenta en los relieves, y su lujo es tal,que es un reto al papel del señor Loss!

¡Atrás, golilla sucio! ¡Dejad paso, bufoncillo y abate! ¡Echad atrás,infatigable poetillade una rima que nunca atraparás!

¡Ha llegado la noche verdadera!...mas, como nunca dejaráde ser atolondrado y distraído,Calzas Azules divertido está.

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BACO

Verde rumor intacto.La higuera me tiende sus brazos.

Como una pantera, su sombra,acecha mi lírica sombra.

La luna cuenta los perros.Se equivoca y empieza de nuevo.

Ayer, mañana. negro y verde,rondas mi cerco de laureles.

¿Quién te querría como yo,si me cambiaras el corazón?

... Y la higuera me grita y avanzaterrible y multiplicada.

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SUSPIRO

Toda mi alma, hermana serena, hacia tu frente donde sueña un otoño salpicado de pecas, y hacia el errante cielo de tus ojos angélicos con devoción asciende, como en jardín doliente ¡Un blanco chorro de agua hacia el azur suspira!,]al tierno azur de octubre que, exangüe y puro, copia ]en los grandes su largor infinito: y deja, en muertas aguas donde vaga la angustia ]de las hojas al viento y cara un surco frío,

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al amarillo sol halar de un largo rayo.

DON DEL POEMA

¡Traigo la criatura de una noche idumea!Con el ala sangrante, negra, pálida, implume, por el vidrio encendido de aromas y de oro, por las ventanas gélidas ¡ay! triste todavía, se lanzo el alba sobre la lámpara seráfica.

¡Palmas! En el momento de mostrar la reliquia al padre que ensaya la enemiga sonrisa, la soledad estéril y azul se ha estremecido.Oh nodriza, con tu criatura y la inocencia de vuestros pies transidos, horrible nacimiento]acoge y, recordando con la voz, viola y clave,¿oprimirás el seno con el dedo marchito

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donde la mujer fluye con labor sibilino para anhelantes labios de aire del virgen cielo?

TIPOS DE LA CALLEEl Vendedor de Ajos y Cebollas

El tedio de ir de visita lo apartamos con el ajo.La elegía en llanto duda cuando corto las cebollas.

El Peón Carniceroguijarros, los nivelas y es, como trovador, también un cubo de sesos que debo abrir cada día.

El Vendedor de Periódicos

Siempre, el titular no importa, sin catarro es el deshielo, esta alegre borrachito vocea el ejemplar primero.Los

La Ropavejera

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El vivo ojo con que observas mi ropa hasta el contenido me separa de mis trapos y como un dios voy desnudo.

El Vidriero

El sol puro que retarda los fulgores a elegirse quita ciego su camisa en la espalda del vidriero.

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TUMBA DE CHARLES BAUDELAIRE

Sepulto templo anuncia por boca sepulcral de cloaca babeante de cieno y de rubíes abominablemente algún ídolo Anubis con el hocico ardiendo con un feroz ladrido

o si el reciente gas tuerce la mecha turbia que ya se sabe enjuga los oprobios sufridos ilumina huraño un pubis inmortal cuyo vuelo pernocta según el reverbero

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que marchito follaje de ciudades sin noche bendecirá votivo tal si ella se sentase opuesta vanamente al mármol de Baudelaire del velo que la ciñe ausente de temblores esta su misma Sombra un tutelar veneno que aspiramos aunque nos haga perecer.

SALUDO

Nada, esta espuma, verso virgen solo dibuja la copa:] tal se hunde el tropel a lo lejos de tanta sirena a la inversa.

Bogamos, amigos míos, yo sobre la popa, vosotros la proa fastuosa que surca la onda de inviernos y rayos;

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me induce una hermosa embriaguez sin relacionar su balanceo

de pie a ofrecer este saludo:

soledad, arrecife, estrella a todo lo que merece el blanco afán de vuestra tela.

ABANICO DE MME. MALLARMÉ

Como sin otra expresión que un latir que al cielo anhelael verso futuro vuelade la exquisita mansiónala baja mensajeraes el abanico síel mismo es que tras de tia sí propio espejo fueratan limpio (donde cedepues brizna a brizna la amagala poca ceniza vagasola que afligirme puede)

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siempre así palpite y sigaen tus manos sin fatiga.

ABANICO DE MLLE. MALLARMÉ

Oh soñadora: para hundirmeen delicioso vuelo arcano,quieras – sutil error - asirmedel ala, cogida en tu mano.

Hay frescor de ocaso en la lentapulsación y al preso latido,delicadamente se ahuyentael horizonte estremecido.

¡Oh vértigo! Ya, tembloroso, el espacio un beso pareceque, loco de nacer ocioso,

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ni estalla ni se desvanece.

¿No sientes la huraña ventura-y sorda como risa exánime-que mana de la comisurade tu labio hasta el pliegue unánime?

¡Oh cetro de la tarde rosaque, en otro quieto, reverbera;blanco vuelo que al fin se prosajunto al ascua de la pulsera!

LA FIESTA DE UN FAUNO.Égloga.

 EL FAUNO.¡Estas ninfas quisiera perpetuarlas!Tan claro,su ligero encarnado, que en el aire revuelaabatido de espeso letargo.¿Amaba un sueño?Montón de antigua noche, mi duda ha terminadoen mucha rama tenue que, habitando las mismasflorestas, prueba, ¡ay!, que sólo me ofrecíacomo triunfo la falta ideal de las rosas.Reflexionemos...Si las mujeres que glosasun anhela semejan de tus sentido pródigos,

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la ilusión, fauno, escapa de los ojos azules y fríos, tan llorosa fuente de la más casta:mas la otra, en suspiros, ¿dices tú que contrastacomo brisa del día cálida en tu toisón?¡Qué no! por el inmóvil y cansado desmayode calor sofocando la matinal frescura,no murmura agua alguna que no vierta mi flautaal otero rociado de acordes; sólo el airepronto a exhalarse fuera de los dos tubos, antesque disperse el sonido en infecunda lluvia,es, en el horizonte de línea perfecta,el invisible y sereno aliento artificialde toda inspiración que hasta el cielo retorna.Oh ribas sicilianas de un sereno pantanoQue en lucha con los soles mi vanidad despoja,Tácitas bajo flores de centellas, DECIDQue yo cortaba aquí huecos juncos domadospor el talento; y sobre el oro de los sotoslejanos, consagrando su viña a las fontanas,ondula una blancura animal en reposo:y que, al preludio lento donde nacen las flautas,vuelo de cisnes, ¡no!, de náyades se escapao hunde...Inerte, todo arde en la hora encendida,sin decir por cual arte en conjuro partierontanto ansiados hímenes por la que busca el la: me levantaré, ¡lirios!, al naciente fervor,recto y solo, bajo hondas antiguas de fulgor,seré uno de vosotros para la ingenuidad. Sólo esta nada dulce por su labio anunciada,el beso, calladamente, perfidias asegura,mi pecho virginal muestra una mordeduramisteriosa, legado de algún augusto diente;

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¡ya basta! arcano tal optó por confidente,junco basto y gemelo bajo el azul sonando:que, desviando hacia sí la turbada mejilla,sueña, en un solo largo, que nosotros gozamosla belleza en redor llena de confusionesfalsas entre sí mismas y nuestro canto créduloy de lograr, tan alto como amor se modula,desvanecer del sueño ordinario de flancoo dorso puro, ciega mi vista que los sigue,una sonora, vana y monótona línea. ¡Quieres, pues, instrumento de fugas, oh malignasiringa, florecer en el lago aguardándome!Con mi rumor altivo quiero hablar largo tiempode las diosas; y, por idólatras pinturas,despojar todavía cinturas a su sombra:así, cuando a las vides la claridad succiono,desterrando un dolor por la mentira aislado,alzo, riente, el exhausto racimo al cielo estivoy soplando en sus pieles brillantes, de embriaguezávido, hasta el ocaso yo miro a su trasluz. Oh ninfas, rebasemos los múltiples RECUERDOS."Mis ojos, horadando los juncos, asestabancada talle inmortal que hunde fuego en las ondascon un grito de rabia al cielo de la fronda;y el espléndido baño de cabellos huíaen estremecimiento y brillos, ¡pedrerías!Corro; cuando a mis pies se enredan (afligidasde languidez gustada en el mal de ser dos)entre sus solos brazos las durmientes casualesyo, sin desenlazarlas, las arrebato y hurto,odiado por la frívola sombra, hasta el macizode rosas que desecan todo perfume al soldonde nuestro ardor sea como el día extinguido".

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¡Yo te adoro, enfado de vírgenes, deliciaferoz del sacro cuerpo desnudo que resbalay huye a mi ardiente labio en destello agitado!el espanto secreto que brota de la carne:de los pies de la cruel al pecho de la tímida,que abandona a la vez una inocencia, húmedade loco llanto o menos afligidos vapores."Mi crimen es haber, feliz de vencer miedostraidores, separado intrincados cabellosde besos que los dioses guardaban confundidos,pues iba apenas para velas ardiente risatras los pliegues felices de una sola (guardandocon dedo simple para que su candor de plumase tiñera del gozo de su hermana que enciende,la pequeña, cándida y sin ruborizarse:)que de mis brazos rotos por las muertes inciertascomo una presa siempre ingrata se liberasin piedad del sollozo del que aún ebrio estaba".¡Tanto peor! la dicha de otras me arrastrarápor su trenza a los cuernos de mi frente sujeta:tú sabes, pasión mía, que, púrpura madura,cada granada estalla con murmullo de abejas,y nuestra sangre, amando a quien viene a cogerla,fluye por el eterno enjambre del deseo.A la hora en que el bosque muere en oro y cenizas,una fiesta se exalta en muriente follaje:¡Etna! es en tu redor, visitado por Venus,en tu lava posando sus talones ingenuos,cuando retumba un sueño donde expira la llama.¡Tengo la reina!¡Oh, cierto castigo...! Mas el alma,

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de palabras vacante y este cuerpo aturdido, sucumben a la fiera calma del mediodía;sin más, fuerza es dormir en el blasfemo olvido,en la sedienta arena yaciendo, ¡pues me placeabrir la boca al astro eficaz de los vinos! Adiós, oh par; veré la sombra en que os volvéis.

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LA TUMBA DE EDGAR A. POE

Como la eternidad lo transforma en sí mismoEl poeta se yergue con la desnuda espadaSobre un siglo aterrado por el que fue ignoradaLa muerte que triunfaba en esa voz de abismo.Vil sobresalto de hidra que al ángel oyó darAl habla de la tribu un sentido más puro,En voz alta anunciaron el bebido conjuroDe una negra mixtura en un innoble mar.

La tierra sea hostil, la nube nos repruebe,Si no esculpe con ellos nuestra idea un relieveQue la tumba de Poe de su belleza invista.

Mole calma casada de un cataclismo oscuro,Que este granito muestre para siempre su aristaA los vuelos de la Blasfemia en el futuro.

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UN TIRO DE DADOS NUNCA ABOLIRÁ EL AZAR

Prefacio Me agradaría que esta Nota no fuese leída o que, una vez transitada se la olvidase; ella enseña, al lector hábil, poco que se situé más allá de su penetración: Pero puede confundir al ingenuo antes de que eche una mirada a las primeras palabras del Poema para que las que siguen, dispuestas como están, lo conduzcan a las últimas, todo ello sin mayor novedad que un espaciamiento de la lectura. Los "blancos", en efecto, adquieren importancia, son lo primero que llama la atención; la versificación comúnmente los exigía, como silencio circundante, hasta el punto de que un fragmento, lírico o de pocos pies, ocupa, en el medio, alrededor de una tercera parte de una pagina: yo no trasgredí esta medida, sólo la disperso. El papel participa cada vez que una imagen, por si misma, cesa o vuelve, aceptando la sucesión de otras y, dado que no se trata, como siempre, sino de rasgos sonoros regulares o versos -mas bien de subdivisiones prismática de la Idea, en el instante que aparece y dura su concurso, en alguna escenografía espiritual exacta-,es en lugares variables, cerca o lejos del hilo conductor latente, en razón de la verosimilitud, como se impone el texto. La ventaja literaria, si me asiste el derecho de decirlo, de esta distancia copiada que mentalmente separa grupos de palabras o las palabras entre si, parece ser acelerar tanto como aminorar el movimiento, escandiéndolo, convocándolo

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también según una visión simultanea de la Pagina tomada esta por unidad según lo es por otra parte El Verso o línea perfecta. La ficción aflorara y se disipara, rápidamente, conforme con la movilidad de lo escrito, alrededor de las detenciones fragmentarias de una frase capital introducida y continuada a partir del titulo. Agreguemos que de este empleo al desnudo del pensamiento con retrocesos, prolongaciones, huidas, o su dibujo mismo, resulta, para quien quiere leer en voz alta, una partitura. La diferencia de caracteres de imprenta entre el motivo preponderante, otro secundario y los adyacentes, dicta su importancia a la emisión oral y la situación, en el medio, hacia arriba, o hacia debajo de la pagina, indicara que sube o desciende la entonación. Solo ciertas direcciones muy aventuradas, avances, etc.,Que forman el contrapunto de esta prosodia, permanecenEn una obra, que carece de precedentes, en estado elemental:No es que ya crea que la oportunidad solo se presta para ensayos tímidos; pero no me es licito salvo una paginación especial o de volumen por mi cuenta, por mas valiente, generoso o estimulante que se muestre con las hermosas libertades, obrar en un Periódico demasiado contrariamente al uso. Habré, de todos modos, mostrado del Poema que sigue, mejor que el esbozo, un "estado" que no rompe en todos los aspectos

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con la tradición; su presentación en muchos sentidos, solo se llevo tan adelante como para no ofuscar a nadie: lo suficiente para abrir los ojos. Hoy, o bien sin presumir del porvenir que saldrá de aquí, nada o casi un arte, reconocemos sin dificultad que la tentativa participa, inesperadamente, de algunas indagaciones particularesy caras a nuestro tiempo: el verso libre y el poema en prosa.Su reunión se cumple bajo una influencia, lo se, extraña, la de la MúsicaEscuchada en el concierto; se encuentran en ella varios procedimiento que me pareció se encuentran en las Letras: los recupero. El genero, que por ello se convierte poco a poco en algo como la sinfonía, en comparación con el canto personal, deja intacto el antiguo verso, al que consagro un culto y atribuyo el imperio de la pasión y de los ensueños; en tanto este seria el caso de tratar, con preferencia (tal como sigue) ciertos temas de imaginación pura y compleja o intelecto: ya que no existe ninguna razón para excluirlos de la Poesía.

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¡ OH CAPITÁN, MI CAPITÁN !

¡Oh Capitán, mi capitán! Ha terminado nuestro terrible viaje.El navío ha salvado todos los escollos; el precio que buscamos ha sido ganado.El puerto esta cercado, oigo las campanas, el pueblo deliraal seguir con los ojos la firme quilla del navío resuelto y temerario.Pero ¡oh corazón, corazón, corazón! Oh las gotas de rojas sangrantesEn la cubierta, donde mi Capitán yace Cálido, frió y muerto.

¡Oh Capitán, mi Capitán! Levántate a escuchar las campanas.Levántate: por ti flamea la bandera: por ti suena el clarín;Para ti los ramilletes y las coronas con Laos, por ti las multitudes en las orillas. La marea humana te reclama con anhelantes rostros vueltos hacia ti¡Ea Capitán, padre querido!¡Mi brazo bajo tu cabeza!

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Ha de ser un sueño que en la cubierta Hayas caído, frío y muerto.

Mi Capitán nada responde. Sus labios están lívidos y quietos.Mi padre no siente mi brazo. Carece de pulso y de voluntad.El navío ha anclado sano y salvo. Su jornada ha concluido Definitivamente

Del tremendo viaje el victorioso navío llega con su ganado premio.¡Exultad, oh playas, y sonad, oh campanas!Pero yo, con fúnebre paso, recorro la cubierta donde mi Capitán yace caído, frío y muerto.

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AL PARTIR DE PAUMANOK

Saliendo de Paumanok, la isla en forma de pez en donde nací,Bien engendrado y criado por una madre perfecta,Después de andar por muchas tierras, amante de populosas aceras,Habitante de Mannahatta, mi ciudad, o de lassabanas del sur,O soldado en el campamento, llevando la mochila y el fusil, o minero en California, O agreste en mi casa de los bosques de Dakota, mi comida, mi bebida el agua del manantial,O apartado para reflexionar y meditar en algún profundo retiro,Lejos del rumor de la multitud, arrebatado y feliz,Consciente del Missouri que fluye, de su fresca y generosa corriente, consciente delpoderosoNiagara,Consciente de las manadas de búfalos que pacen en las llanuras del hirsuto toro de fuerte pecho, De la tierra, rocas, flores de mayo conocidas,estrellas, lluvias, nieve, mi asombroHabiendo estudiado las notas de sinsonte y el vuelo del halcón de la montaña, Y escuchando en el alba al incomparable, al tordo, entre los cedros de la ciénaga,Solitario, cantando en el Oeste, anuncio un Mundo

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Nuevo.

CANTO DE MÍ MISMOI

Yo me celebro y yo me canto,Y todo cuanto es mío también es tuyo,Porque no hay un átomo de mi cuerpo que no te pertenezca.

Indolente y ocioso convido a mi alma,Me dejo estar y miro un tallo de hierba de verano.

Mi lengua, cada átomo de mi sangre, hechos con esta tierra, con este aire,Nacido aquí, de padres cuyos padres nacieron aquí, lo mismo que sus padres,Yo ahora, a los treinta y siete años de mi edad y con salud perfecta, comienzo, Y espero no cesar hasta mi muerte.

Me aparto de las escuelas y de las sectas, las dejo atrás; me sirvieron, no las olvido;Soy puerto para el bien y para el mal, hablo sin cuidarme de riesgos,Naturaleza sin freno con elemental energía.

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XVIIEstos son en verdad los pensamientos de todos los hombres en todas las épocas y países: no son originales míos,Si no son tan tuyos como míos, son nada o casi nada,Si no son el enigma y la solución del enigma, son nada,Si no son tan cercanos como lejanos, son nada.

Esta es la hierba que crece donde hay tierra y hay agua,Este es el aire común que baña el planeta.

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XIXEsta es la mesa puesta para todos, esta es la carne para el hombre natural;Es para el malvado no menos que para el justo, a todos he invitado, No permitiré que una sola persona sea desairada o excluida,La mantenida, el parásito, el ladrón están aquí invitados. El esclavo de labios gruesos esta invitado, el enfermo venéreo esta invitado,No se hará la menor diferencia entre ellos y los otros.Este es el roce de una mano esquiva, esta es la impresión y el olor del pelo,Este es el contacto de mis labios y de los tuyos, este es el murmullo del anhelo,Esta es la remota profundidad y la altura reflejando mi cara, Esta es la voluntaria fusión de mi ser y otra vez la salida.

¿Sospechas en mi un propósito oculto?Si, lo tengo, porque lo tienen los aguaceros de abril, y la mica de las rocas lo tiene.¿Crees que quiero asombra?¿Asombra, acaso, el día? ¿Asombra, acaso, el pájaro que canta temprano en el bosque?¿Asombro yo mas que ellos?

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Ahora estoy hablando en la intimidad,No diría estas cosas a los otros, pero a ti te las digo.

A UNA PROSTITUTA CUALQUIERA

Serénate –no estés incomoda conmigo-, yo soy Walt Whitman, generoso y lleno de vida como la Naturaleza,Mientras el sol no te rechace, no te rechazare,Mientras las aguas no se nieguen a brillar para ti y las hojas a susurrar para ti, mis palabras no dejaran de brillar y de susurrar para ti.

Mi niña yo te cito y te pido que te prepares para ser digna de encontrarte conmigo,Y te pido que seas paciente y perfecta hasta que yo venga. Hasta entonces te saludo con una mirada expresiva para que no me olvides.

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COMO ADAN, TEMPRANO POR LA MAÑANA

Como Adán, temprano por la mañana,Saliendo del retiro del bosque, renovado por el descanso,Mírame cundo paso, oye mi voz, acércate,Tócame, tócame con la palma de la mano cuando yo paso,No tengas miedo de mi cuerpo.

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YO SOY EL DOLORIDO DEL AMOR

Yo soy el dolorido del amor,¿No gravita la tierra, no atrae la dolorida materia a la materia?Así, mi cuerpo atrae a todos aquellos que encuentro o que conozco.

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NO LABOR

Ni una maquina para ahorrar el trabajo,Ni un descubrimiento he dejado,Ni podré legar una suma para fundar un hospital o una biblioteca,Ni la memoria de una hazaña por América,Ni un éxito literario o intelectual, ni un libro para los anaqueles,Solo unas pocas melodías quedaran vibrando en el aire,Para camaradas y amantes.

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LLENO DE VIDA AHORALleno de vida ahora, concreto, visible,Yo, de cuarenta años de edad, en el año octogésimo tercero de los Estados,A quien viva dentro de un siglo, dentro de cualquier cifra de siglos,A ti, que no has nacido aun, a ti te buscan estos cantos.Cuando los leas, yo que era visible seré invisible,Ahora tu eres, concreto, visible el que los lee, el que los busca,Imaginando lo feliz que serias si yo estuviera a tu lado y fuera tu amigo;Sé tan feliz como si yo estuviera a tu lado. (no estés demasiado seguro de que no este contigo)

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REFERENCIAS

HOJAS DE HIERBA - WALT WHITMANEditorial Lumen, Buenos Aires;1969

LAS FLORES DEL MAL- CHARLES BAUDELAIREEd. Losada, Buenos Aires, 1959

DIVAGACIONES - STEPHANE MALLERMERicardo Silva SantisestebanP.U.C.P., Lima; 1998

ARTHUR RIMBAUD - OBRASBiblioteca Edad, Madrid, 1970

POEMAS SATURNINOS Y FIESTAS GALANTES - VERLAINEEditorial GLEM, Buenos Aires; 1944

LA POESÍA FRANCESA DEL ROMANTICISMO AL SURREALISMO – Ed. Losada, Buenos Aires, 1960

UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO Y UN CORAZÓN DEBAJO DE UNA SONATA – ARTHUR RIMBAUD, Ed. Clásicos Ucieza, Barcelona, 2000

http://www.epdlp.com/verlaine.html

http://www.geocities.com/zonaliteratura/clasicomallarme.html#cuento

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http://www.epdlp.com/rimbaud.html