vudú y liberación

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Vud y liberacin-por Mximo Lameiro"Los expertos en el arte hiertico, utilizando la simpata que une a las cosas visibles con los Poderes Invisibles, y habiendo comprendido que todas las cosas se encuentran en todas las otras, establecieron la Ciencia Sagrada"Proclo

"Si el sentimiento de que el mundo esconde un misterio desaparece alguna vez de la humanidad, todo habr acabado"Gershom Scholem

El pueblo que hoy conforma la repblica de Hait fue, en su origen, arrancado por la fuerza de tierras africanas, y trasladado a Amrica a trabajar como esclavo en la colonia francesa conocida entonces como Saint Domingue. En ese tiempo, mientras los colonos se enriquecan, la corona francesa y la Iglesia Catlica le aportaban a los esclavistas una justificacin moral de su accionar al recubrir el mismo con una finalidad misionera: la conversin de los esclavos 'idlatras' y 'fetichistas' a la fe catlica. Los esclavos carecan de derechos y vivan en condiciones que cabe denominar, en un sentido muy estricto y sin efusin retrica, infra humanas. Registros de la poca, tomados por hombres blancos, y que no son sospechosos de parcialidad puesto que apoyaban la esclavitud, indican que la vida de un esclavo hombre, joven y sano, duraba, desde que llegaba a la colonia, aproximadamente diez aos. La religin catlica que les era impuesta por decreto real, consista fundamentalmente en el rito del bautismo; y, de hecho, fuera del cumplimiento formal de esa obligacin, administrada por el clero local, no reciban ningn tipo de instruccin y orientacin propiamente espiritual. De ms est decir que tampoco reciban ningn tipo de educacin y que la nica razn de ser de su existencia era trabajar sin descanso para enriquecer a sus amos. Sin embargo, los tratantes de esclavos, para quienes no existan diferencias de ningn tipo entre los 'negros', les haban vendido a los colonos, mezclados con la gente 'comn', a ciertos hierofantes. Es decir, hombres y mujeres que, a pesar de su total desnudez e impotencia exterior, portaban consigo una sabidura sagrada y conocimientos en el arte de operar con realidades divinas. Esas personas, que en su tierra natal haban sido sacerdotes, se encontraron en la colonia reducidos a un estado de miseria y explotacin difcil de imaginar para el hombre de hoy. Entonces, hicieron aquello que, por su misma condicin de iniciados, estaban destinados a hacer: se dedicaron, tan pronto como pudieron y en la medida de sus escassimas

posibilidades, a restablecer y transmitir los elementos esenciales de su sabidura y su arte sagrado. El fruto de esa recuperacin, reconstruccin, vivificacin y transmisin de la antiqusima sabidura sagrada del frica, es el vud haitiano. Y ese vud les devolvi a aquellos esclavos nada menos que la libertad.

Era una noche oscura y densa; cortada, a cada momento, por relmpagos que iluminaban toda la selva; la espesura de la arboleda permita mantener a la asamblea a cubierto de profanos y enemigos. El fuego arda y baaba de luz dorada al gran houngan (ver ref.) que permaneca cerca del mismo para ser visto por todos los asistentes. Los hombres alrededor ejecutaban, con su voz y sus tambores, una msica rtmica y grave. El templo, improvisado en un claro del bosque, ese 14 de Agosto de 1791 en Bois Caiman, era muy simple; pero contena las analogas esenciales para la consumacin del rito. El Axis Mundi estaba representado por un tronco de palmera alrededor del cual se haba fijado, siguiendo una forma espiralada, una piel de serpiente. Algunos hierros, fardos de pasto y piedras bastaban para sealizar el espacio que inmediatamente habra de ser consagrado. Zamba Boukman, el gran houngan, el hierofante, dibuj en la tierra, con maz molido, el smbolo v-v de Papa Legba, y luego otros smbolos v-v. A continuacin ofreci su asn a los cuatro puntos cardinales mientras recitaba frmulas en el lenguaje de los iniciados. La mambo Celine Fatiman tom los instrumentos sacrificiales, un cuenco de madera y un gran cuchillo, y los orient, de igual modo, hacia los cuatro puntos cardinales. Finalmente, dos hombres fuertes acercaron el cerdo, que colgaba de un palo atado por las patas, y tambin ste fue orientado hacia los cuatro puntos. Luego, Boukman se prostern y bes la tierra; los otros participantes lo imitaron; y al levantarse invoc a los grandes loas, los misterios divinos, y pidi socorro a Bon Di, el Principio supremo desde el cual irradian todas las teofanas, para que se manifestara a travs de aquellos. Con una voz gutural tan intensa como el grito de un gran animal herido, Boukman or:

Bon Dieu qui fait soleil, Qui clair nous en haut,

Qui soulev la mer, Qui fait l'orage gronder, Bon Dieu l z'autres tendez Cach dans son nuage. Et l li gard nous. Li vouai tout a blancs fait. Bon Dieu mand crime, Et pas nous vl bienfaits, Mais Dieu l qui si bon Ordonnez nous vengeance. Li va conduit nous. Li baille nous assistance. Jetez portraits Dieu blanc Qui soif d'leau dans yeux nous Coutez la libert qui nan coeur nous tous !...Lo cual significa aproximadamente:

Buen Dios que has creado el sol que nos da la luz, que agitas los ocanos, que haces rugir al trueno, escchanos Buen Dios, oculto tras las nubes. T que todo lo ves, y sabes lo que hacen los blancos. Su Dios les ordena el crimen, aunque nosotros queremos y pedimos el bien. Por eso nuestro Buen Dios ordena ahora la venganza. El nos conducir, El nos asistir. Destrozad la imagen del Dios blanco que nos ha hecho sufrir. Escuchemos en nosotros mismos el llamado de la libertad!Las seales fueron inmediatas: los loas aceptaron la ofrenda y las oraciones, y se mostraron prestos a descender sobre el mundo de los hombres y acompaar su lucha. Entonces, el sacrificio tuvo lugar. La sangre del animal, ya divinizado, fue bebida por el gran hierofante y a su turno todos los asistentes mojaron sus labios con ella. As, todos fueron exaltados por encima de su condicin ordinaria. Entre los presentes se encontraban Jean Francois Papillon y Georges Biassou, quienes llegaran a revelarse muy pronto como hbiles militares y conductores.

La guerra haba sido declarada. El camino hacia la libertad acababa de comenzar. Pero la victoria ya estaba asegurada porque esos hombres no luchaban solos. A diferencia de los colonos, cuya religin no era sino, en esas tierras, un instrumento al servicio de sus crmenes, esos esclavos luchaban junto a unos seres divinos tan reales, tan vivos y tan cercanos a ellos como sus mismas almas. Slo tenan machetes, azadas y palos. Sin embargo, la fuerza espiritual que los embriagaba y la certeza de la asistencia divina los hacan mucho ms temibles que los feroces colonos con sus armas de fuego. A la semana siguiente se lanzaron sobre sus opresores y los exterminaron. La reaccin de los esclavistas no se hizo esperar. Por eso, tras el asalto inicial, siguieron doce aos de dura y complicada lucha que culminaron con el establecimiento de una repblica independiente. El primero de Enero de 1804, Saint Domingue, ex colonia francesa, recuperaba su antiguo nombre, Hait (Ayiti), y se estableca como la primera repblica negra del mundo. Una repblica que, a diferencia de otras que se independizaron en el continente americano, no estaba conformada por una elite colonial que se haba separado del poder central, sino por ex esclavos que se haban liberado a s mismos.

Ahora bien, quien pueda trascender, aunque slo sea por un momento, el idiotismo materialista y secularizado en el que vive sumergido nuestra cultura, podr percibir en la

historia de la fundacin de Hait algo ms que aquello que la historiografa mundana, meramente socio poltica, nos ensea a ver. Pues, se trata all de una historia sagrada. Y una historia sagrada desborda los datos empricos considerados en su significacin social y poltica, puesto que los integra al plano del alma y su relacin con el mundo del espritu. La historia de la fundacin de Hait es la historia del crimen por el que muchos hombres, mujeres y nios, fueron arrancados de su entorno y de sus races, tanto humanas como divinas, y sometidos a la esclavitud. As como de la dura recuperacin de esas races, la valiente lucha por la libertad y la liberacin final. Tal vez nuevas y ms sutiles formas de liberacin le esperan a Hait todava. Pero, cabe ser esperanzado mientras no vuelva a perder sus races; a pesar de los permanentes intentos, por parte de los actuales colonizadores de conciencias, de inducirle un sentimiento de vergenza de s mismo, y negarle el reconocimiento de su identidad y su vida espiritual. Que Hait aparezca ante la mirada exterior como una tierra insegura y pobre, con una democracia inestable y profundas falencias sociales, no es excluyente de lo que decimos. Por supuesto la situacin de Hait es desgraciada en muchos aspectos; eso no lo negamos; lo que negamos, y rechazamos enfticamente, es que esa desgracia constituya la medida del valor de ese pueblo y de su espiritualidad originaria. Pero, si el hombre de los pases desarrollados o en desarrollo, un hombre que tiene poco, espiritualmente hablando, de lo cual enorgullecerse, ya que su sentido de identidad, sus deseos y sus parmetros de valor estn casi totalmente definidos por las estrategias de mercado que dirigen su vida sin que lo sospeche, si ese hombre, en lugar de mirar con aprehensin la realidad de aqul pueblo, lo observara con ms detenimiento, humildad y apertura intelectual, tal vez descubrira que tiene algo que aprender del mismo... En ese caso, el hombre del mundo desarrollado en lugar de descalificar a Hait o lanzarle una limosna desde la torre de marfil de su falso ego, podra mirarlo de un modo ms despojado de prejuicios. Y as llegara a brindarle aquello que siempre le neg: un genuino reconocimiento de su identidad, su modo de ser y su espiritualidad. Y digamos, para terminar, que esa falta de reconocimiento, esa negacin del reconocimiento, es la esencia del esclavismo. Pues este no consiste tanto en la explotacin abusiva y violenta, que es, ms bien, su efecto, sino en la arrogancia omnipotente por la que alguien se quiere a s mismo absoluto frente al otro. Ya que esa autoafirmacin absoluta quiere ser todo. Pero no de modo incluyente, como la absoluta verdad, sino manera excluyente. Por eso necesita negar al otro, reducindolo a la dimensin de un mero objeto o bien aniquilndolo. Mximo Lameiro Septiembre, 2011 [email protected] REFERENCIAS: EFERENCIAS:

Vocabulario: Asn: instrumento ritual y smbolo de la maestra vud. Es semejante a un sonajero confeccionado con una calabaza hueca, un mango de madera, y envuelta en pequeas vrtebras de serpiente enhebradas en una fina soga. Axis Mundi: se lo suele llamar simplemente el 'poste central' o 'poste' a secas. Es la representacin del eje simblico que une tierra y cielo. O, dicho de otro modo, el eje que simboliza la continuidad entre los distintos estados del ser. Houngan: un iniciado vud con jerarqua de maestro. El houngan dirige los ritos, inicia a los nefitos e instruye a los iniciados de menor grado, y posee el conocimiento de la ciencia sagrada. Loa: se suele traducir por 'dios'; pero eso, sin ser falso, es impreciso y tiende a favorecer una lectura pre juiciosa del vud. De hecho la adoracin de los loas entendidos como meros 'dioses' fue -y sigue siendo- uno de los argumentos del cristianismo para despreciar y combatir violentamente al vud, so pretexto de que se trata de una forma de 'politesmo' incompatible con la fe cristiana. Traducciones ms adecuadas de loa seran 'teofana' y 'ngel', e incluso 'misterio' como lo traducen algunos intelectuales haitianos Mambo: es el equivalente femenino del houngan. Pap Legba: divinidad que, entre otras cosas, custodia el umbral entre el mundo visible y la regin de los Invisibles. V-v: diagrama simblico, compuesto en general por elementos geomtricos y figurativos, que, en virtud de la ley de correspondencias, establece un vnculo con los poderes invisibles. Cada loa tiene su propio v-v mediante el cual es convocado a manifestarse y comunicarse con los hombres. Citas: Las palabras de Proclo pertenecen a su texto Sobre el arte hiertico y son traduccin nuestra de la versin inglesa (On the sacred art). Una edicin digital se encuentra en el sitio Internet Cthonios Books: http://www.esotericism.co.uk/proclus-sacred.htm La frase de Scholem est tomada de una conferencia suya, publicada en el libro Hay un misterio en el mundo {editado por Trotta, Madrid}. La oracin de Boukman en creole, as como su traduccin al francs, se encuentran en el libro de Price Mars Ainsi parla oncle (ver Bib.). La traduccin al espaol es responsabilidad nuestra. Hemos encontrado otras versiones de dicha oracin; las cuales, si bien varan en cuanto al modo de transcripcin de los sonidos del creole, son totalmente congruentes en el plano del sentido. Bibliografa: Price Mars, Ainsi parla oncle. Existe una edicin digital del libro disponible gratuitamente en el sitio de Internet de la Universidad de Quebec: http://classiques.uqac.ca/classiques/price_mars_jean/ainsi_parla_oncle/ainsi_parla_oncle. htm

El clsico de Alfred Metraux, Vod, a pesar de la incomprensin del autor acerca del carcter genuinamente sobrenatural del vud, sigue siendo una importante fuente, en trminos informativos, sobre el vud y su lugar en la vida haitiana {conocemos una nica edicin en nuestra lengua, de la desaparecida revista Sur, Bs. As.}. En francs ese libro se titula Le vaudou haitien, y fue publicado por Gallimard, Francia. Una resea nuestra del libro puede leerse en Internet: http://cablemodem.fibertel.com.ar/laescalera/seleccionados/voduMetraux.htm