Votos Matrimoniales Apóstol Sergio G. Enríquez O. Guatemala, 14 de agosto del Año De La Revelación

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Sabemos que el matrimonio es un tema muy importante en el Señor, por lo que debería ser la base de la familia y ésta la base de la iglesia, y por ende la iglesia ser la base de la sociedad, sin embargo, no es así y por ello debemos volver a los orígenes de lo que Dios planificó para la humanidad en este sentido, para poder hacer las cosas de acuerdo a Su voluntad. Hemos estado estudiando sobre el tema de las bodas del Cordero, entendimos que al decir bodas, esta palabra viene del latín votum que a la vez viene de la palabra vota, de la cual se deriva la palabra voto que significa un juramento que hace una persona. La Biblia dice que no debemos jurar, ya que anteriormente se tomaba el nombre del Señor en vano, pero es válido hacer promesas, ya que en nuestra boca hay poder, el de la vida y de la muerte, según lo dicen la Biblia. Es muy importante que para que inicie un matrimonio se haga con palabras, con promesas, con votos, después con actos y con regalos. Los regalos que se dan en relaciones prematrimoniales, muchas veces son una especie de pacto, con la cual quedan enlazadas sus almas. Todo esto debe ser roto, si los regalos se dieron o recibieron de personas diferentes a nuestra pareja actual, pues esta es una especie de juramento o pacto, que debe ser roto al iniciar una relación para toda la vida. Es por ello que el matrimonio debe iniciar con votos, es decir palabras que son promesas, por ejemplo, en el momento del compromiso ante la congregación, deben salir palabras de compromiso que nacen del corazón, que tendrán impacto en el ámbito espiritual. Después continúa el pacto en el día del matrimonio, y luego se entregan regalos, es por ello la entrega de un anillo, que representa este pacto. Un ejemplo de voto matrimonial es decirle a la esposa, que si volviéramos a nacer, la buscaríamos para casarnos directamente con ella y no manchar nuestra mente o memoria con recuerdos de otros amores. No se trata de apantallar a la congregación cuando se dicen los votos de compromiso o matrimoniales, en ese momento se debe hablar con la que va a ser nuestra prometida y viceversa, no con la congregación. El hombre debe hacer la pregunta principal a la mujer; si se quiere casar; la mujer debe asentir y esta respuesta tendrá mucha influencia en los espacios espirituales, tal como lo que dice la Biblia acerca de la salvación, que se cree en el corazón y se confiesa con la boca. La salvación es algo eterno que debe brotar del corazón y luego confesarse con la boca. En muchos casos los matrimonios iniciaron siendo inconversos, pero ahora tenemos la oportunidad de poder renovar nuestros votos matrimoniales, sin que sea una obligación, sino después de una reflexión, pues lo que confesamos con nuestra boca tiene implicaciones para toda nuestra vida. Cuando hay discusiones o peleas en el hogar, pueden haber palabras como promesas que se conviertan en votos, algunas cosas espontáneas que pueden brotar del corazón, como el querer separarse o divorciarse, y que posiblemente que se han estado meditando en ellas, lo importante en este caso es que con la boca se expresa una especie de voto antagónico, que puede llegar a hacerse realidad. Es por ello, que si la Biblia dice que se cree y después se confiesa, de igual forma cuando pronunciamos votos antagónicos, indicando por ejemplo que se quieren separar, esto hará que algún día se cumpla, pues si se dijo algo, es porque se estuvo pensando en eso. Debemos ir al

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origen de los problemas para determinar el por qué de la empatía o enfermedad y con la ayuda del Espíritu Santo buscar la solución más adecuada. Ezequiel 16:8 NTV Cuando volví a pasar, vi que ya tenías edad para el amor. Entonces te envolví con mi manto para cubrir tu desnudez y te pronunció mis votos matrimoniales. Hice un pacto contigo, dice el SEÑOR Soberano, y pasaste a ser mía. Desde el punto de vista de los votos, podemos ver que esta mujer ya tenía edad para el amor. Hay una época de madurez emocional en la cual, tanto los hombres como las mujeres, ya pueden hacerse cargo de un hogar, pero hay una edad en la cual aún no se puede. Por ejemplo, si la pareja se casó antes de la mayoría de edad, no tienen el sustento emocional adecuado para solventar los problemas que pueden llegar cuando ya estén los hijos. Por esto debe haber un común acuerdo entre los padres, por la experiencia y madurez de ambos, para no permitir noviazgos en hijos adolecentes, tampoco debería existir una relación muy extensa en tiempo para poder casarse, cuando ya cuenten con la edad que podría considerarse como edad casadera; también evaluar aquellas situaciones donde los hijos o hijas tienen 15 años de edad y pretenden tener compromisos con miras a casarse, porque no cuentan con madurez para hacerlo. En este versículo se puede ver entonces, que al tener edad para el amor, Él le dice a la mujer: “entendí que podía cubrir con mi amor cosas vergonzosas que vi en ti”, dando a entender que el amor cubre multitud de faltas. El manto que se llama amor, lo puso sobre ella para protegerla de todos, pero sobre todo de su propia familia, es decir la familia de él, pues como ellos lo quieren tanto, ninguna mujer sería apta para casarse con él, y como no la quieren, entonces la familia política empieza a ver los defectos en aquella que será la pareja del hijo. Uno de los más grandes problemas que puede haber en un matrimonio, es cuando se crea suficiente estrés, quizá con el nacimiento de un hijo, y a pesar de haber hecho un voto, uno de los cónyuges se queja de su pareja con sus padres o parientes, referente a su comportamiento, lo cual es totalmente incorrecto, porque nuestra función en el matrimonio debe ser cubrir a la pareja en su caminar, el hombre cubrir a la mujer y la mujer cubrir al hombre; no encubrir pecados, pero si debe haber una cobertura de los defectos de ambos, aquello que solamente por amor se puede sobrellevar. Debe haber un voto de fidelidad, que también es una virtud que se empieza a desarrollar en el inicio de un matrimonio, al pasar el tiempo se cambia de prioridades de acuerdo a su desarrollo y entonces el conyugue ocupa el primer lugar, de tal manera que el hombre puede tener plena confianza en su esposa, tal como lo dice Proverbios 31:11 “En ella confía el corazón de su marido…”. Después de cubrirla le dice sus votos matrimoniales, es decir que le habla, le promete que estarán bien, que si hay problemas siempre estará con ella, no importando los problemas que se den, si hay o no hay hijos, si es hijo o hija, etc., el estar juntos, disfrutar de estar con la pareja porque se le ama y se quiere estar con él o ella siempre, es lo que debe prevalecer. Levítico 27:14 FTA Cuando un hombre ofrece un voto y consagra su casa al Señor, la reconocerá el sacerdote para ver si es buena o mala, y se venderá según el precio que éste tasare.

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Dentro de los votos matrimoniales que las parejas deberían hacerse, está el entregar su casa al Señor, por ello debemos analizar si el día de nuestra boda consagramos o entregamos nuestra casa al Señor. De la misma forma que se entregan o presentan los niños recién nacidos, de la misma forma se debe consagrar nuestra casa. Esta es una de las razones para que las nuevas familias tengan una casa donde iniciar su hogar; separados de sus padres para poder consagrar su casa al Señor sin obstáculos. Aquellos que han adquirido casa propia, deberían solicitar que una autoridad delegada por Dios, consagre su casa al Señor, igualmente los que alquilan también deben consagrar la casa en la cual vivirán aunque no sea de su propiedad. Adicionalmente, aquellos que alquilan deben cuidar lo que no es de ellos para que un día, les den lo propio, tal como sucedió a Jacob y a David que cuidaron las ovejas que no eran de ellos, para que después les dieran las propias. Ninguno va a consagrar, es decir, cuidar aquello que no ama, por lo cual, si consagramos nuestra casa, debemos cuidarla. El consagrar algo debe implicar también apreciarlo, porque si no lo hacemos, seríamos como aquellos que presentaban ofrendas defectuosas al Señor. Al consagrar nuestra casa al Señor podemos tener la solvencia, que si sentimos algo antagónico podemos reprenderlo y recordarle a las potestades que nuestra casa ya está consagrada al Señor. Por ello es muy importante, que tengamos la guianza del Espíritu Santo para determinar dónde viviremos. Número 5:21 NVI …aquí el sacerdote pondrá a la mujer bajo juramento del voto de maldición-, que el SEÑOR haga recaer sobre ti la maldición y el juramento en medio de tu pueblo, que te haga estéril, y que el vientre se te hinche. En el contexto se lee que si el varón tenía duda que su esposa lo estaba engañando, el sacerdote hacía lo que se ve en este versículo. Si lo aplicamos a la actualidad, podemos decir, que esto es como un voto de fidelidad, aunque para el mundo no es tan importante, pero para nosotros debe serlo; ser fieles el uno al otro. Es muy lamentable que en la actualidad se escucha mucho decir que el hombre o la mujer cayeron en infidelidad dentro de un matrimonio, lo ven con algo casi normal o que cada uno está ejerciendo un derecho, aunque realmente podría ser un derecho pero de las tinieblas. Es por eso que en todas las parejas debe haber un voto de fidelidad, aunque esto lo damos por sentado, sin embargo, muchos no lo toman así aún dentro de la cristiandad, La Biblia dice en Malaquías, que aquel que es desleal a la mujer de su juventud, puede contaminar su espíritu; tal vez no es en todos los casos, y Dios tiene misericordia para proteger a los que han hecho su mayor esfuerzo en cuidarse de este asunto porque tiene mucha importancia; pero si alguien ha fallado, también debe saber que abogado tenemos en nuestro Señor Jesucristo, pero debemos confesar los pecados que cometamos para que el diablo no nos convierta en presas de sus acusaciones.

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1 Samuel 1:11 LBLA E hizo voto y dijo: Oh SEÑOR de los ejércitos, si tú te dignas mirar la aflicción de tu sierva, te acuerdas de mí y no te olvidas de mí, tu sierva, sino que das un hijo a tu sierva, yo lo dedicaré al SEÑOR por todos días de su vida y nunca pasará navaja sobre su cabeza. Esta mujer dijo dentro de sí, si tu me das lo que más anhelo, yo te lo dedicaré. Esta acción nos hace ver el deseo de dedicar a nuestros hijos e hijas, prometiendo al Señor que si nos bendice de esa forma, los dedicaremos al Él, y que todo aquel esfuerzo que haremos, los empujará a que amen al Señor y le sirvan, para que estén consagrados a Él. Cuando los hijos crecen y ya no están tan sujetos a nosotros los padres, entonces debemos estar preparados para bendecirlos, para convencer del buen camino y para suplicarle a Dios por ellos, pero si no logramos enseñarles desde pequeños, ahora podemos consagrarlos al Señor y suplicarle que sea El quien tome el control absoluto de sus vidas. La sabiduría popular dice que los trapos sucios se lavan en casa, pero no todos los problemas pueden solucionarse en casa, algunos de ellos deben ser llevados ante una autoridad delegada que nos puedan ministrar y con ello se puedan limpiar y sacar los problemas de nuestro hogar. Hoy hay un llamado para que los matrimonios hagan nuevas promesas de amor, que hagan votos de fidelidad entre ellos y tengan la capacidad de un reinicio en el Señor.