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VICENTE MELLADO JIMÉNEZ

LORENZO J. BLANCO NIETO

ANA BELÉN BORRACHERO CORTÉS

JANETH A. CÁRDENAS LIZARAZO

LAS EMOCIONES EN

LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE

DE LAS CIENCIAS Y

LAS MATEMÁTICAS

VOLUMEN II

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Vicente Mellado Jiménez

Lorenzo J. Blanco Nieto

Ana Belén Borrachero Cortés

Janeth A. Cárdenas Lizarazo

Edita:

Grupo de Investigación DEPROFE

ISBN: 978-84-15090-10-6

Depósito Legal: BA-490-2012

Impreso en España - Printed in Spain

Impresión:

Indugrafic Artes Gráficas S. L.

Tel. 924 24-07-00

Agradecimientos: Este libro ha sido financiado por los Proyectos de Investigación EDU2009-12864 y

EDU2010-18350 del Ministerio de Ciencia e Innovación, y EDU2012-34140 del Ministerio de Economía y

Competitividad del Gobierno de España, por el Gobierno de Extremadura, por el Grupo de

Investigación DEPROFE, por el Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales y

Matemáticas, por la Universidad de Extremadura y por los Fondos Europeos de Desarrollo Regional.

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_________________________ Mellado Jiménez, V. y Blanco Nieto, L.J.. (2013). Introducción. En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B.

Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias

Experimentales y las Matemáticas (pp.vii-xviii). Badajoz, España: DEPROFE

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

Vicente Mellado Jiménez y Lorenzo J. Blanco Nieto ................................. vii

VOLUMEN I:

PRIMERA PARTE: LAS EMOCIONES DESDE LA PSICOLOGÍA ................... 1

Capítulo 1. Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del

comportamiento.

Mª Antonia Manassero Más ............................................................................ 3

Capítulo 2. Riesgos psicosociales, estrés laboral y Burnout en la actividad

docente.

Pedro R. Gil Monte .......................................................................................... 19

SEGUNDA PARTE: LAS EMOCIONES EN LA ENSEÑANZA Y EL

APRENDIZAJE DE LAS MATEMÁTICAS .................................................. 43

Capítulo 3. Desencadenantes del estrés y emociones en docentes de

matemáticas de secundaria. Estudio realizado con una escala de elaboración

propia.

Rosa Gómez del Amo, Lorenzo J. Blanco Nieto, Janeth A. Cárdenas

Lizarazo y Eloísa Guerrero Barona .............................................................. 45

Capítulo 4. Resolución de problemas de matemáticas y evaluación: aspectos

afectivos y cognitivos.

Janeth A. Cárdenas Lizarazo, Lorenzo J. Blanco Nieto, Rosa Gómez

del Amo y Eloisa Guerrero Barona .............................................................. 67

Capítulo 5. Emociones ante el uso de las TIC en Educación.

Luis M. Casas García, Ricardo Luengo González y Antonio Manuel

Maldonado Miranda ....................................................................................... 89

Capítulo 6. La dimensión emocional ante la solución de problemas de

matemáticas en estudiantes con dificultades de aprendizaje.

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iv Índice

Raúl Tárraga Mínguez, Mª Inmaculada Fernández Andrés y Gemma

Pastor Cerezuela ............................................................................................ 103

Capítulo 7. La resolución de problemas y el dominio afectivo: un estudio con

futuros profesores de matemáticas de secundaria.

Juan Pino Ceballos ........................................................................................ 117

Capítulo 8. Tratamiento de la ansiedad hacia las matemáticas. Una

experiencia formativa con futuros profesionales de la educación.

Concha Iriarte Redín, Marta Benavides Rojas y María José

Guzmán Suárez .............................................................................................. 149

Capítulo 9. Perfil motivacional y rendimiento académico en matemáticas de

alumnos de educación secundaria. Un examen con el PALS (Patterns of

Adaptive Learning Scales).

Mª Carmen González Torres y Fermín Torrado Montalvo ...................... 177

Capítulo 10. Influencia del dominio afectivo en el aprendizaje de las

matemáticas.

Santiago Hidalgo Alfonso, Ana Maroto Sáez, Tomás Ortega del

Rincón y Andrés Palacios Picos ................................................................... 217

VOLUMEN II

TERCERA PARTE: LAS EMOCIONES EN LA ENSEÑANZA Y EL

APRENDIZAJE DE LAS CIENCIAS Y LA TECNOLOGÍA .................... 243

Capítulo 11. La educación científica y los factores afectivos relacionados con la

ciencia y tecnología.

Ángel Vázquez Alonso ................................................................................ 245

Capítulo 12. El aspecto afectivo en la enseñanza universitaria. Cómo cinco

profesores enseñan el enlace químico en la materia condensada.

Andoni Garritz Ruiz y Norma Angélica Ortega-Villar ............................ 279

Capítulo 13. La química ¿emociona?

Mercè Izquierdo Aymerich ......................................................................... 307

Capítulo 14. Relación entre las emociones sobre el aprendizaje y la enseñanza

de las ciencias en la formación inicial del profesorado de primaria.

María Brígido Mero, Mª del Carmen Conde Núñez y Mª Luisa

Bermejo García ............................................................................................... 329

Capítulo 15. Estudio longitudinal sobre las emociones y actitudes del

alumnado de Maestro del Grado en Educación Primaria ante la enseñanza

de ciencias experimentales.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas v

Mª Jesús Fernández Sánchez, María Brígido Mero y Ana Belén

Borrachero Cortés ......................................................................................... 351

Capítulo 16. Diferencias en las emociones como estudiante y docente de

asignaturas de ciencias de secundaria.

Ana Belén Borrachero Cortés, Emilio Costillo Borrego y Lina Viviana

Melo Niño ....................................................................................................... 373

Capítulo 17. Emociones y autoeficacia de profesores de secundaria en

formación ante la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias.

Emilio Costillo Borrego, Javier Cubero Juánez y Florentina

Cañada Cañada .............................................................................................. 395

Capítulo 18. Las emociones en las metáforas personales de futuros profesores

de Ciencias, de Economía y de Psicopedagogía.

Lucía Mellado Bermejo, María Luisa Bermejo García, Mª Isabel

Fajardo Caldera y Mª Rosa Luengo González .......................................... 417

Capítulo 19. ¿Damos voz a las emociones? Evaluación de programas de

educación ambiental basada en el recuerdo.

Mª del Carmen García Rodríguez, Rut Jiménez Liso y Esther

Prados Megías ................................................................................................ 439

Capítulo 20. Procesos metacognitivos, afectivos y sociales en el aprendizaje de

las reacciones químicas en alumnos de tercer ciclo, en Portugal.

Cristiana María Encarnação, Roque Jiménez Pérez y Bartolomé

Vázquez Bernal ............................................................................................. 461

Capítulo 21. Percepción de las emociones en el alumnado de la asignatura de

Tecnología de Educación Secundaria Obligatoria.

García José Álvarez Gragera y José Ramón Canal Pérez ......................... 481

Capítulo 22. Estudio demoscópico de lo que sienten y piensan los niños y

adolescentes sobre la enseñanza formal de las ciencias.

Antonio Pérez Manzano y Antonio de Pro Bueno .................................... 495

Capítulo 23. El diario como elemento de cambio: construyendo el hilo.

Bartolomé Vázquez Bernal y Roque Jiménez Pérez .................................. 521

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_________________________ Mellado Jiménez, V. y Blanco Nieto, L.J.. (2013). Introducción. En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B.

Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias

Experimentales y las Matemáticas (pp.vii-xviii). Badajoz, España: DEPROFE

INTRODUCCIÓN

LAS EMOCIONES EN LA ENSEÑANZA Y EL

APRENDIZAJE DE LAS CIENCIAS Y LAS

MATEMÁTICAS

VICENTE MELLADO JIMÉNEZ. Universidad de Extremadura.

LORENZO J. BLANCO NIETO. Universidad de Extremadura.

Este libro es un paso más en la línea de investigación iniciada en el año 2002 en

el Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales y de las Matemáticas

de la Universidad de Extremadura, sobre el dominio afectivo en la enseñanza y el

aprendizaje de las ciencias, la tecnología y las matemáticas. La línea se ha visto

reforzada por tres proyectos de investigación del Plan Nacional, por varias tesis

doctorales leídas o en curso, por numerosos artículos en revistas especializadas y

ponencias a congresos, y por la organización de Jornadas específicas con

investigadores nacionales e internacionales, cuyas ponencias han sido la base para

algunos de los capítulos.

Actualmente se considera que lo cognitivo configura lo afectivo y lo afectivo lo

cognitivo, y existe bastante consenso en considerar que en la educación intervienen

tanto procesos cognitivos como afectivos (Hargreaves, 1996). La investigación

sobre los emociones cubre aspectos generales, tratados por la psicopedagogía, y

otros específicos relacionados con los contenidos disciplinares de las diferentes

materias, que deben ser objeto de estudio desde las didácticas específicas (Vázquez

y Manassero, 2007) y que es fundamentalmente el ámbito que intenta rellenar este

libro. El estudio de las emociones transciende el ámbito académico y la

popularidad de autores como Goleman (1996), Marina (2004) o Punset (2010) que

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viii Introducción

han contribuido a despertar el interés de la sociedad por el mismo.

En didáctica de las ciencias, los aspectos afectivos se han investigado mucho

menos que los cognitivos. Los cuatro handbooks internacionales de didáctica de las

ciencias no dedican ningún capítulo específico a las emociones en ciencias, aunque

este aspecto es tratado parcialmente en algunos capítulos, generalmente

relacionándolos con las actitudes más específicamente que con las emociones (Bell,

1998; Koballa y Glynn, 2007; Olitshy y Milne, 2012; Simpson, Koballa y Oliver,

1994; Tobin, 2012; Wubbels y Brekelman, 1998). Desde la línea inicial de las

actitudes, el estudio de las emociones en la enseñanza y aprendizaje de las ciencias

se abre paso en congresos y revistas y cada vez son más frecuentes los trabajos

centrados en esta temática. Desde el propio constructivismo, línea de investigación

mayoritaria en didáctica de las ciencias en los últimos 30 años, también se está

realizando un acercamiento hacia las emociones. Pintrich, Marx y Boyle (1993) ya

cuestionaron el “cambio frio” y defendieron la importancia de la motivación y de

las emociones como factores determinantes en el aprendizaje. El cambio conceptual

es tanto cognitivo como afectivo y los profesores que ignoran los aspectos afectivos

del aprendizaje pueden limitar el cambio conceptual en sus alumnos (Duit,

Treagust y Widodo, 2008).

En el campo de la educación matemática los trabajos de McLeod (1992) y

Mandler (1989) ampliamente referenciados, pusieron de manifiesto que las

cuestiones afectivas y emocionales juegan un papel esencial en la enseñanza y

aprendizaje de la matemática y, en particular, en la resolución de problemas. No

obstante, De Bellis y Goldin (2006) y Furinghetti y Morselli (2009) recuerdan que

tradicionalmente las investigaciones se han centrado, primeramente, en aspectos

cognitivos, segundo en aspectos afectivos, pero pocas veces en la interacción de los

aspectos cognitivos y afectivos. Sin embargo, cada vez son más los trabajos que

reconocen la importancia de considerar las dimensiones afectiva y cognitiva de

manera integrada en la enseñanza y aprendizaje de las Matemáticas (Amato, 2004;

Blanco, Guerrero, Caballero, Brígido y Mellado, 2010; Blanco, Guerrero y

Caballero, 2013; Caballero, Blanco y Guerrero, 2011; Furinghetti y Morselli, 2009;

Zan, Bronw, Evans y Hannula, 2006).

Podríamos indicar que entre el aprendizaje y los afectos se establece una

relación cíclica (Blanco, 2012) o círculo vicioso (Hidalgo, Maroto y Palacios, 2004).

Así, los alumnos cuando aprenden ciencias y/o matemáticas desarrollan

experiencias que les provocan distintas reacciones emocionales que influyen en la

formación de sus creencias que, a su vez, influirán en su comportamiento y

rendimiento en otras situaciones de aprendizaje. La repetición de estas reacciones

afectivas en el aula en situaciones parecidas, provoca una reacción emocional

(satisfacción o frustración), generando actitudes. Algunas de estas se estabilizarán

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas ix

en los alumnos conforme avanzan en el sistema educativo.

Particular interés tiene el estudio de las emociones del profesorado, por su

influencia en la enseñanza y en el aprendizaje del alumnado. Como señala Garritz

(2010) la enseñanza de las ciencias está cargada de sentimientos, valores e ideales,

que hacen que los profesores se identifiquen con su profesión. En su trabajo, los

profesores experimentan una amplia gama de emociones que pueden verse

influidas por multitud de factores, como sus conocimientos, concepciones,

actitudes, autoeficacia, autoconcepto, autoestima, contexto de enseñanza, etc. Estas

emociones no sólo inciden en su propia satisfacción personal sino también en la

eficacia de su trabajo, ya que hay aspectos emocionales, irracionales desde el punto

de vista cognitivo, que influyen en las acciones de los profesores (Korthagen, 2010).

Si como señalan Bisquerra y Pérez (2007) los conocimientos académicos se

aprenden mejor si los alumnos tienen competencias emocionales, es fundamental

formar profesores emocionalmente competentes, que sepan diagnosticar y

autorregular sus emociones a través de programas de intervención que incluyan

tanto lo cognitivo como lo afectivo. Asumiendo esta idea, Furinghetti y Morselli

(2009) señalan, específicamente, la necesidad de desarrollar simultáneamente los

factores afectivos y cognitivos en los programas de formación del profesorado. El

rol de los formadores de profesores es desarrollar en los profesores noveles,

confianza y competencia en la enseñanza de las ciencias y las matemáticas, en

orden a que estos profesores puedan enseñar mejor estas materias (Zevenbergen,

2004).

En esta línea estamos actualmente trabajando en la Universidad de

Extremadura, desarrollando programas de intervención en la formación inicial del

profesorado de primaria y secundaria en ciencias y matemáticas, considerando de

manera integrada aspectos cognitivos y afectivos (Blanco et al., 2010; Blanco et al.,

2013; Brígido, Borrachero, Bermejo y Mellado, en prensa), para que los futuros

profesores tomen conciencia de sus propias emociones en la enseñanza y el

aprendizaje de estas materias, de cómo las emociones afectan a la enseñanza y

aprendizaje de sus futuros alumnos, y para que tengan herramientas de

afrontamiento, que les permitan autorregularlas.

El libro se estructura en dos volúmenes y tres secciones. El primer volumen

incluye las dos primeras secciones: la primera aborda el tratamiento de las

emociones desde la psicología y se compone de dos capítulos; la segunda trata de

las emociones en la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas y se compone de

ocho capítulos El segundo volumen incluye la tercera sección sobre las emociones

en la enseñanza y aprendizaje de las ciencias y la tecnología y se compone de trece

capítulos.

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x Introducción

El capítulo 1 de María Antonia Manassero Más aborda como las emociones han

sido sistemáticamente olvidadas en algunos ámbitos, tales como el estudio del

comportamiento organizacional, o algunos procesos cognitivos y de enseñanza-

aprendizaje, entre otros. Sin embargo, a partir de los años 80 del siglo XX su

estudio ha ido cobrando cada vez más importancia en los modelos atribucionales

que ligan motivación, emoción y rendimiento académico, en los modelos de

inteligencia o en los de comportamiento organizacional. En el capítulo se analizan

qué son las emociones, la evolución histórica del estudio de las mismas, su papel

en el comportamiento, así como algunos modelos que las incluyen como variables

centrales, especialmente aquellos que hacen referencia a los procesos

atribucionales, actitudinales y motivacionales relacionadas con el aprendizaje en

general y de la ciencia y la tecnología, en particular.

En el capítulo 2, Pedro R. Gil Monte aborda los riesgos psicosociales, el estrés

laboral y el burnout como condicionantes de la actividad profesional y de la

calidad de vida. Analiza su relación con la actividad docente asumiendo que es

una de las profesiones con mayores tasas de problemas psicológicos relacionados

con el estrés laboral. Conceptualiza y describe estos conceptos, definiendo los

perfiles del profesorado que provocan. En la segunda parte del capítulo, presenta

algunos resultados de estudios desarrollados por la Unidad de Investigación

Psicosocial de la Conducta Organizacional (UNIPSICO) creada en la Universidad

de Valencia en el año 2002. A partir de entrevistas y cuestionarios específicos este

grupo de investigación ha trabajado con diferentes muestras de profesores de

primaria, secundaria y Formación Profesional, obteniendo resultados interesantes

que muestra en su capítulo.

En los capítulos 3 y 4, primeros de la segunda sección dedicada a las emociones

en la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas, se dan resultados de

investigaciones desarrolladas entre los departamentos de Didáctica de las Ciencias

Experimentales y de las Matemáticas y el de Psicología y Antropología de la

Universidad de Extremadura. En el primer caso, en el capítulo 3, se estudia el

problema del estrés docente a partir de una investigación llevada a cabo por Rosa

Gómez del Amo, Lorenzo J. Blanco Nieto, Janeth A. Cárdenas Lizarazo y Eloísa

Guerrero Barona, con profesores de Matemáticas de Secundaria. Estudios reciente

con los de FETE-UGT, (2012) ponen de manifestó la necesidad de profundizar en

este tema, y los trabajos de Forgasz y Leder (2006) y Font (2011) señalan la

importancia de centrarnos en áreas específicas. El capítulo presenta una

investigación llevada a cabo en la Universidad de Extremadura con el objetivo de

detectar las fuentes o desencadenantes del estrés en el profesorado de matemáticas,

así como las emociones (tanto positivas como negativas) que manifiestan ante las

distintas situaciones a las que se enfrentan en su día a día laboral. Para el trabajo se

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xx Introducción

ha elaborado una escala de fuentes del estrés y se presentan los resultados del

estudio piloto desarrollado con 60 docentes de la ciudad de Badajoz (España).

En el capítulo 4, se aborda el tema de la evaluación en matemáticas. A pesar de

la importancia que se le concede a la evaluación en la enseñanza, existe una

opinión generalizada entre los profesores de Matemáticas que los criterios e

instrumentos utilizados en el aula de matemáticas en secundaria para la evaluación

han evolucionado muy poco. Y, ello, a pesar de los cambios desarrollados en las

diferentes propuestas curriculares. Por ello en base a la investigación desarrollada

por Janeth A. Cárdenas Lizarazo, Lorenzo J. Blanco Nieto, Rosa Gómez Del Amo y

Eloísa Guerrero Barona se presenta el estudio desarrollado con 179 profesores de

Matemáticas de Bogotá (Colombia) a los que se les ha presentado un cuestionario

de elaboración propia centrado en la evaluación sobre la resolución de problemas

en matemáticas, en el que se les pregunta sobre factores cognitivos y afectivos.

Algunos resultados son reflejados en este capítulo.

El capítulo 5 se centra en el conocimiento y emociones del profesorado antes las

TICs. Antonio Manuel Maldonado Miranda, Luis M. Casas García y Ricardo

Luengo González revisan diferentes trabajos que relacionan la falta de confianza

del profesorado en el uso de las TICs. Probablemente como resultado de no

considerarse bien preparados para tal tarea, las actitudes negativas que presentan

hacia su uso en el aula y las emociones. Nos presentan un trabajo desarrollado con

el objetivo general de conocer las actitudes que un grupo de 7 profesores de

Educación Primaria manifiestan frente a la utilización las TICs en la educación.

Realizan un Análisis de Contenido, a partir de los datos obtenidos mediante

entrevistas semiestructuradas presentando los resultados obtenidos en forma

gráfica, a partir de programas informáticos GestMagister y Goluca que permiten

obtener una representación gráfica en forma de Redes Asociativas Pathfinder, de

las principales manifestaciones expresadas por los participantes.

En el capítulo 6, Raúl Tárraga Mínguez, Mª Inmaculada Fernández Andrés y

Gemma Pastor Cerezuela, analizan las relaciones entre los sistemas cognitivos y

afectivos que propuso Schoenfeld (1983), centrándose en una población en especial

riesgo para experimentar dificultades afectivas y emocionales ligadas a los malos

resultados vinculados a experiencias de aprendizaje: los niños y niñas con

dificultades del aprendizaje (DA). En el capítulo analizan específicamente el

concepto de ‘dificultades de aprendizaje’ y la relación entre matemáticas y afecto

en poblaciones especiales. En diferentes apartados los relacionan con la ansiedad,

el autoconcepto, la motivación hacia el aprendizaje, la interacción social y la

resilencia.

El profesor chileno Juan Pino Ceballos, presenta en el capítulo 7 algunos

resultados de su investigación desarrollada en la Universidad Católica de Temuco

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xxii Introducción

(Chile) con el objetivo de describir y analizar las creencias, actitudes y emociones, y

las prácticas acerca de la resolución de problemas que tienen 29 estudiantes de

Pedagogía Media en Matemáticas y cómo ellas evolucionan después de participar

en un Curso-taller de Resolución de Problemas. En el capítulo justifica la necesidad

del taller, y describe su contenido y desarrollo. En la primera parte, profundiza

sobre los diferentes aspectos que se consideran en los currículos de diferentes

países sobre la resolución de problemas (definición de problema, tipología,

perspectivas, etc.) y sobre la relación entre resolución de problemas y creencias,

actitudes y emociones de los estudiantes en la resolución de problemas. En los

apartados finales muestra algunos resultados importantes sobre las creencias,

actitudes y emociones de los estudiantes en la resolución de problemas.

En los capítulos 8 y 9 encontramos trabajos desarrollados en la Universidad de

Navarra. Así, en el capítulo 8 las investigadoras Concha Iriarte Redín, Marta

Benavides Rojas y María José Guzmán Suárez, presentan resultados de la

investigación desarrollada en torno a la aplicación del Programa PAM (Iriarte y

Sarabia, 2010, 2012) como instrumento para disminuir la ansiedad hacia las

matemáticas. Durante los cursos 2010 – 11 y 2011 – 12 trabajan con alumnos de

primaria, secundaria y bachillerato, y estudiantes para maestro de primaria y del

grado de pedagogía que cursaban la asignatura de Dificultades de Aprendizaje e

Intervención Psicopedagógica. En el texto presentado nos muestran los resultados

de la aplicación del programa y un estudio comparativos en relación a los

diferentes niveles considerados.

En el capítulo 9, Mª Carmen González Torres y Fermín Torrano Montalvo,

realizan una profunda revisión sobre dos aspectos que pueden facilitar el

aprendizaje: rendimiento de los estudiantes y la motivación académica, señalando

aspectos conceptuales y diferentes instrumentos de medida, y más ampliamente

sobre el Patterns of Adaptive Learning Scales (PALS) desarrollado en los años 90.

En la segunda parte nos muestra un estudio llevado a cabo con una muestra de 374

estudiantes representativa de los estudiantes de 2º curso de la ESO de Pamplona

(España), a los que se les aplicó el cuestionario PALS con algunas escalas del

cuestionario MSLQ, en su versión adaptada (CEAM) por Roces, Tourón y

González-Torres (1995).

El capítulo 10, último de esta sección, presenta los resultados de una

investigación coordinada por los profesores de la Universidad de Valladolid

Santiago Hidalgo Alfonso, Ana Maroto Sáez, Tomás Ortega del Rincón y Andrés

Palacios Picos sobre la influencia del dominio afectivo en el aprendizaje de las

Matemáticas. Tras una primera parte de fundamentación teórica, nos describen la

investigación desarrollada durante los cursos 2007-2008, 2008-2009 y 2009-2010 en

14 centros de secundaria pertenecientes a las provincias de Valladolid, Soria,

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xx Introducción

Burgos y Segovia, a los que se les aplicó Escala Afectivo-Emocional hacia las

Matemáticas (EAEM), utilizada por su grupo de investigación. Los resultados se

centran sobre diferentes aspectos como el uso de la memoria como estrategia de

estudio en matemáticas, la diferencia en factores afectivos por género, el gusto

hacia las Matemáticas, e aburrimiento ante las tareas matemáticas, el nivel de

ansiedad matemática y el sentimiento de indefensión ante las Matemáticas.

En el capítulo 11, primero de la sección de ciencias y tecnología, Ángel Vázquez

Alonso parte de la integración entre razón y emoción y aborda los factores

afectivos relacionados con la ciencia y la tecnología. La filosofía positivista

dominante ha impuesto durante años valores sobre la verdad y la objetividad que

han desarrollado currículos, materiales didácticos y prácticas de enseñanza

basados en la referencia empírica y el razonamiento lógico y la exclusión de los

factores sociales, culturales o afectivos, por considerarlos incompatibles con la

objetividad y la racionalidad. Sin embargo, las críticas filosóficas, sociológicas e

históricas sobre el positivismo lógico han falsado que objetividad y racionalidad

sean valores absolutos en la construcción del conocimiento científico, abriendo la

puerta a aspectos sociales y afectivos. El capítulo clarifica los factores actitudinales

y afectivos, argumenta su necesidad como resortes didácticos de aprendizaje de las

ciencias y plantea sus retos actuales: el descenso de vocaciones científicas y el

analfabetismo científico público, paradójicamente en sociedades impregnadas de

ciencia. Se revisan resultados de la investigación acerca de factores afectivos en la

ciencia, tales como motivación, auto-concepto, actitudes hacia la ciencia escolar,

creencias sobre naturaleza de la ciencia, imagen pública de la ciencia, actitudes

hacia el medio ambiente, vocaciones científicas, intereses, etc.

En el capítulo 12 Andoni Garritz Ruiz y Norma Angélica Ortega-Villar abordan

el aspecto afectivo en la enseñanza del enlace químico en la materia condensada de

cinco profesores universitarios. En primer lugar analizan los componentes y

mecanismos del conocimiento afectivo y su fundamento neurológico. Después

introducen el Conocimiento Didáctico del Contenido (CDC), la forma de

capturarlo y el modelo de perfil conceptual de Mortimer (1995). A las cinco

preguntas habituales de la Representación del Contenido (ReCo) de Loughran,

Mulhall y Berry (2004) añaden tres sobre el dominio afectivo. Discuten cómo

encaran los profesores la enseñanza del modelo de enlace en sustancias sólidas o

líquidas, según los modelos aplicables, así como la aplicación del modelo de perfil

conceptual de Mortimer a estos profesores. Se concluye la presencia de diversos

factores afectivos, tales como emoción, motivación e interés, en la enseñanza de

tópicos específicos. Resulta muy interesante la propuesta de la dimensión afectiva

como una nueva componente del CDC requerido para la enseñanza.

En el capítulo 13 Mercè Izquierdo Aymerich describe como la ciencia forma

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xxiv Introducción

parte de la aventura humana de conocer, es decir, de intervenir intencionadamente

en el mundo en el que vivimos para transformarlo. Esta actividad requiere

formularse preguntas, diseñar instrumentos, utilizar metáforas, inventar símbolos,

narrar historias, ser protagonista, vivirla. Esta es una experiencia humana tan

profunda que ha de ser comunicada y ha de buscar el diálogo con otras personas

que también la han experimentado. En cambio, la enseñanza de la química parece

que teme que se produzca esta experiencia inédita, personal; pone por delante el

uso de las formulaciones de la ciencia ‘acabada’ y protege a los alumnos de

sorpresas o interpretaciones que no se han justificado aún y que quizás no puedan

llegar a serlo. Con ello, la química pierde el carácter de aventura interesante y,

como se destaca en el capítulo, si la química, no emociona, será que no es ciencia.

Sin embargo esta situación de la enseñanza de la química puede cambiarse. Con

gran acierto, los currículos establecen que una de las competencias que se deben

adquirir al aprender ciencias es ‘emocionarse con la ciencia’. Por más que resulte

fácil estar de acuerdo con esta afirmación, ésta es, en realidad, revolucionaria.

Debemos aceptarla con todas las consecuencias, asumir el reto que supone y abrir

el camino hacia las innovaciones que se requieren para que, realmente, la química

escolar emocione y, con ello, sea ‘ciencia’.

Los capítulos 14 y 15 tratan de las emociones en futuros maestros de primaria.

En el capítulo 14 María Brígido Mero, María del Carmen Conde Núñez y María

Luisa Bermejo García ofrecen un estudio descriptivo e inferencial de las emociones

en la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias de tres muestras de profesores de

primaria en formación de la Universidad de Extremadura, diferenciando entre los

contenidos de ciencias naturales y de física/química. El estudio lo han llevado a

cabo mediante un cuestionario cerrado de elaboración propia, basado en cuatro

tablas de emociones positivas y negativas. Los resultados muestran que las

emociones son muy diferentes según el contenido científico. Los maestros en

formación recuerdan en su mayoría emociones positivas hacia el aprendizaje de las

ciencias naturales y negativas hacia la física/química. Un resultado muy

importante del trabajo es que el recuerdo de sus emociones hacia los distintos

contenidos de ciencias, se transfiere a la enseñanza de esos mismos contenidos.

Terminan señalando la necesidad de desarrollar programas de intervención

dirigidos a futuros maestros con el objetivo de hacerles conscientes de sus

emociones y mejorar sus competencias emocionales.

En el capítulo 15 María Jesús Fernández Sánchez, María Brígido Mero y Ana

Belén Borrachero Cortés continúan con la investigación del capítulo anterior y

realizan un estudio longitudinal sobre las emociones y actitudes de los maestros en

formación del Grado en Educación Primaria ante la enseñanza de ciencias

experimentales. El trabajo tiene como objetivo analizar la evolución que se

produce, tras el período de prácticas, en las emociones que los futuros maestros de

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xx Introducción

Educación Primaria experimentan ante la enseñanza de las ciencias. Para realizar

este estudio longitudinal, aplican un cuestionario a estudiantes del Grado de

Educación Primaria de la Facultad de Educación de la UEX, en dos cursos

académicos consecutivos (2009/2010 y 2010/2011). Los resultados son

esperanzadores, pues muestran que, tras las prácticas, se produce un aumento de

las emociones positivas sobre la enseñanza de las ciencias y una considerable

disminución de las negativas. Un elevado porcentaje de estudiantes atribuye este

cambio de tendencia emocional a la mejora de su autoeficacia, aspecto relevante

del dominio afectivo relacionado con el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Los capítulos 16, 17 y 18 tratan de las emociones del futuro profesorado de

secundaria. En el capítulo 16 Ana Belén Borrachero Cortés, Emilio Costillo Borrego

y Lina Viviana Melo Niño analizan las emociones que recuerdan los futuros

profesores de ciencias y matemáticas en su etapa de Secundaria ante determinadas

asignaturas de ciencias y las emociones que vaticinan que experimentarán como

profesores de Secundaria de esas mismas asignaturas. La muestra está constituida

por 60 estudiantes del Máster de Formación del Profesorado de Educación

Secundaria de la Universidad de Extremadura de las especialidades de

Biología/Geología, Física/Química y Matemáticas, durante el curso académico

2010/2011. Los resultados indican que el recuerdo de sus emociones como

estudiantes se transfiere a su futura docencia, aunque las emociones

experimentadas en la etapa de docencia son mayores que en la etapa de estudiante,

tanto las positivas como las negativas.

El capítulo 17 de Emilio Costillo Borrego, Javier Cubero Juánez y Florentina

Cañada Cañada, amplía los resultados del capítulo anterior incluyendo además la

autoeficacia o creencia en la propia competencia (Bandura, 1977). La muestra está

formada por 38 profesores en formación de tres especialidades (Biología/Geología,

Matemáticas, y Física/Química) del Máster Universitario de Formación del

Profesorado en Educación Secundaria de la Univ. de Extremadura. Mediante un

cuestionario se analizan de forma exploratoria la relación entre su experiencia

como estudiantes, las emociones sentidas tanto en su vida estudiantil como en su

futura docencia, y la autoeficacia. Además de confirmar los resultados del capítulo

anterior, se observan diferencias significativas relacionadas con la autoeficacia.

En el capítulo 18 Lucía Mellado Bermejo, María Luisa Bermejo García, María

Isabel Fajardo Caldera y María Rosa Luengo González, analizan las metáforas

personales relacionadas con las emociones de una muestra de futuros profesores

de secundaria en formación de ciencias (especialidades de Biología y Geología, y

Física y Química) y Economía del Máster de Formación del Profesorado de

Secundaria, y de estudiantes del último curso de la licenciatura de Psicopedagogía

de la UEx. Los resultados indican que el mayor número de metáforas generales se

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xxvi Introducción

encuentran en la categoría conductista/transmisiva. Sin embargo, el mayor número

de metáforas emocionales se encuadran en las categorías autorreferenciada y

cognitiva/constructivista. Un resultado destacado es el pequeño número de

metáforas relacionadas con los contenidos de las diferentes materias.

En el capítulo 19, María del Carmen García Rodríguez, Ruth Jiménez Liso y

Esther Prados Megías, tratan de la evaluación emocional en un programa de

educación ambiental, que proporciona el contexto idóneo para resolver los

problemas de una manera holística. Este proceso no solo conlleva habilidades

racionales sino que necesita integrar éstas con las emocionales. En el trabajo

muestran las emociones que emergen de los recuerdos de tres educadoras

ambientales participantes en programas educativos de eficiencia energética. Para

ello utilizan los relatos o narraciones de las experiencias vividas, asumiendo que el

uso de las narraciones se convierta en un proceso dialógico y de construcción de

conocimiento colectivo. Con su propuesta pretenden caracterizar elementos

comunes, que permitan identificar momentos clave de las experiencias para incidir

en ellos en futuras propuestas educativas.

Los capítulos 20 y 21 abordan las emociones en el alumnado de secundaria. En

el capítulo 20 Cristiana María Encarnação, Roque Jiménez Pérez y Bartolomé

Vázquez Bernal analizan el aprendizaje de las reacciones químicas en estudiantes

de tercer ciclo (13-14 años) en Portugal, incluyendo aspectos meta-cognitivos,

afectivos y sociales, con fundamento en la teoría socio-cognitiva de Bandura (1977).

Para ello aplican un instrumento en el que la metacognición y la autoeficacia son

tratadas en concertación con otros elementos del aprendizaje de los alumnos. Los

datos obtenidos permiten clarificar algunas dimensiones que intervienen en el

aprendizaje de las ciencias, para repensar el trabajo que se realiza en aulas de

ciencias y conseguir capacidades acordes con el pensamiento científico.

El capítulo 21 de García José Álvarez Gragera y José Ramón Canal Pérez

analizan las emociones en el alumnado de la asignatura de Tecnología de

Educación Secundaria Obligatoria, un contenido apenas tratado en investigaciones

anteriores. El objetivo del estudio es detectar las emociones que se producen en los

alumnos que cursan la asignatura de tecnología de 2º y 3º de Educación Secundaria

Obligatoria en función de los contenidos y actividades de los distintos temas de la

asignatura, así como identificar las causas que desencadenan las emociones,

categorizándolas según su origen en función del bloque de contenido, actividad o

metodología aplicada. Los resultados muestran que el alumnado busca una

metodología enfocada a la utilidad práctica, basada en el trabajo en grupo donde

se sienten aceptados; también aceptan positivamente el método de resolución de

problemas tecnológicos, lo que hace pensar en su posible uso en otras materias.

El capítulo 22 de Antonio Pérez Manzano y Antonio de Pro Bueno aborda lo

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xx Introducción

qué piensan los niños y los adolescentes sobre lo que se les enseña en las clases de

ciencias. Esta aportación forma parte de un proyecto de carácter demoscópico que

tenía como objetivo el estudio de las actitudes y valores hacia las ciencias de una

muestra de 6827 estudiantes españoles de 6º de Primaria y de 4º de ESO. El

instrumento de recogida de información fue el Cuestionario PANA, elaborado y

validado por los autores, que se ocupa de dar respuestas a tres cuestiones

centrales: ¿Qué importancia y valoración ofrecen las asignaturas de Ciencias en

relación con otras materias curriculares?; ¿cuáles son las actividades habituales de

enseñanza en las clases de ciencias y cuáles les gustarían que se utilizaran?; y ¿qué

temas de los que se enseñan habitualmente en las clases de ciencias les parecen

más interesantes? En el capítulo se describen los resultados obtenidos en cada

dimensión y se estudia la dependencia de tres variables de cruce: nivel educativo,

género y tipo de centro.

Finalmente el capítulo 23 de Bartolomé Vázquez Bernal y Roque Jiménez Pérez

es un trabajo metodológico que tiene a la reflexión como elemento central y al

diario como el objeto sustancial de su desarrollo. Esta herramienta posee la

capacidad de ser un agente de motivación, autorregulación y canalización de las

emociones en los procesos de introspección. El capítulo se centra en el uso del

diario por el alumnado, profesorado e investigadores. En la segunda parte del

capítulo se ejemplifica un estudio de caso de una profesora, donde todos estos

actores confluyen en sus diarios, mostrando la evolución y transformación de su

pensamiento y emociones, en un proceso global que los autores denominan

trenzado de la realidad, donde las partes interaccionan.

En definitiva, consideramos que el presente libro recoge aportaciones

importantes que ayudarán a comprender el proceso complejo de enseñanza y

aprendizaje de las ciencias, la tecnología y las matemáticas, asumiendo que en su

desarrollo influyen tanto factores cognitivos como afectivos. Los 23 capítulos

contienen análisis de situaciones, instrumentos de investigación, descripciones y

evaluación de talleres específicos, siendo por lo tanto una aportación que

esperemos pueda contribuir a desarrollar tanto la docencia como la investigación

desde la perspectiva de contemplar de manera integrada la cognición y la

afectividad.

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TERCERA PARTE

LAS EMOCIONES EN LA

ENSEÑANZA Y EL

APRENDIZAJE DE LAS

CIENCIAS Y LA TECNOLOGÍA

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_________________________ Vázquez, A. (2013). La educación científica y los factores afectivos relacionados con la ciencia y la

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Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas (pp.245-278). Badajoz, España: DEPROFE.

CAPÍTULO 11

LA EDUCACIÓN CIENTIFÍCA Y LOS

FACTORES AFECTIVOS RELACIONADOS

CON LA CIENCIA Y TECNOLOGÍA

ÁNGEL VÁZQUEZ ALONSO. Universidad de las Islas Baleares.

1. INTRODUCCIÓN

El área afectiva y emocional es crucial en la educación, para el aprendizaje, la

enseñanza y la planificación curricular, atendiendo a las profundas y

extraordinarias relaciones entre cogniciones y emociones. La psicología evolutiva y

la moderna neurología confirman la profunda e intrincada conexión entre

cogniciones y emociones, y en consecuencia, la influencia mutua entre el área

afectiva y el aprendizaje. El aprendizaje, lo cognitivo (hechos, conceptos, teorías) y

el pensamiento racional no pueden separarse artificialmente de los afectos

(sentimientos, actitudes, emociones, etc.) porque todos interactúan intrínsecamente

en el sistema límbico del cerebro (Damasio, 2005).

El ámbito afectivo en la educación general se caracteriza por introducir

variables concretas como motivación, interés, emociones, auto-concepto, auto-

eficacia, actitudes, creencias, valores, visiones del mundo, etc. que reflejan aspectos

y rasgos de la experiencia personal. Así, la motivación es un concepto afectivo

general que juega un papel esencial en el aprendizaje general de los estudiantes,

bien directamente moderando el efecto en la enseñanza sobre el aprendiz, o bien,

como mediador influyendo sobre otras variables como autoeficacia, valor de la

tarea, interés o metas (Weiner, 1990).

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246 La Educación Científica y los Factores Afectivos

En la didáctica de las ciencias se ignoraron las fuentes originarias de estos

conceptos durante mucho tiempo, produciendo una investigación huérfana de

fundamentos, que se ha convertido en su talón de Aquiles, como denunciaron

Shrigley y Koballa (1992), quienes también propugnaron el retorno a las fuentes

teóricas de la Psicología Social para evitar los grandes problemas metodológicos

que desautorizaban muchos resultados de investigación. En la última década se

han producido estos movimientos de fundamentación teórica del ámbito afectivo

en la didáctica de las ciencias de la cual son una buena muestra dos manuales

dedicados al tema (Alsop, 2005; Saleh y Khine, 2011).

2. CONCEPTO DE ACTITUD

La investigación afectiva en didáctica de la ciencia ha recibido la mayor

contribución a través del manejo del concepto de actitud, nacido en la Psicología

Social. Eagly y Chaiken (1993) definen la actitud como “una tendencia psicológica

que se expresa por la evaluación de un ente específico con cierto grado de

aprobación o desaprobación”. La tendencia psicológica se refiere a un estado

interno de la persona, que no es una disposición o rasgo estable de la persona, y

por ello, la tendencia actitudinal no se debe asimilar a una característica de la

personalidad, de modo que las actitudes pueden ser aprendidas y desaprendidas,

duraderas o cambiantes, importantes o intrascendentes. La evaluación refleja el

aspecto central de la actitud, y engloba todo tipo de respuesta valoradora

(cognitiva, afectiva, conductual, implícita o explícita) acerca del foco específico, que

se denomina el objeto de la actitud. Las respuestas valoradoras pueden ser

positivas o negativas, de aprobación o desaprobación, favorables o desfavorables,

producir aproximación o alejamiento, exposición o evitación, atracción o aversión,

aceptación o rechazo, etc.

La teoría de las actitudes denomina creencias a las respuestas cognitivas que

son ideas o pensamientos acerca de atributos concretos de un objeto, aunque en

otros contextos pueden recibir otros nombres (cogniciones, conocimientos,

opiniones, informaciones o inferencias). Las respuestas afectivas se expresan como

humor, emociones, sentimientos o actividad del sistema nervioso simpático y se

expresan habitualmente como extremadamente positivas o negativas. Las

respuestas conductuales incluyen acciones e intenciones de actuar que se expresan

explícitamente.

Los procesos generadores de las actitudes y las respuestas que expresan

evaluación actitudinal son de tres tipos básicos: cognitivos, afectivos y

conductuales. Los cognitivos se refieren a todo tipo de información sobre el objeto

que la persona traduce en creencias específicas que forman la actitud.

Análogamente, la experiencia afectiva con el objeto genera actitudes, bien por el

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 247

mecanismo del condicionamiento operante (contigüidad entre objeto y experiencia

afectiva) o por el sucesivo filtrado de las preferencias de la persona. Las respuestas

conductuales refuerzan también las creencias, a través de la autopercepción de

consistencia entre conducta previa y creencias.

Diversos modelos de la Psicología Social dan cuenta de la estructura interna de

la actitud, aunque el más clásico es el modelo creencia-actitud, en el cual “las

creencias se consideran los bloques constitutivos de las actitudes” (Eagly y

Chaiken, 1993, p.103), es decir, una actitud se compone de un conjunto de creencias

acerca de los distintos atributos de un objeto. Las creencias, por su especificidad,

tienen un fuerte carácter propositivo, es decir, cada creencia es susceptible de

expresarse en una idea; a su vez, una red de proposiciones correspondientes a las

creencias sobre un objeto representan la actitud. En la relación creencias-actitud

tiene gran importancia el grado de consistencia entre ambos, pues la estructura

compleja de las creencias puede originar ambivalencia, es decir, la incoherencia

parcial entre las diversas creencias sobre un objeto.

Figura 1. Articulación de creencias y actitudes, y su integración en valores y visión del

mundo.

Las dos grandes cuestiones de la teoría de las actitudes son la relación entre

actitudes y conducta futura, y los procesos de formación y cambio de actitudes. La

relación actitudes-conducta es compleja, aunque uno de los modelos más

aceptados es la teoría de la conducta planeada (TCP), que es una mejora de la

teoría de la acción razonada, a raíz de las críticas suscitadas por esta última (Ajzen,

1991). La conducta se percibe como un fin, que depende, directamente, de la

intención conductual y del control de la persona sobre la conducta, denominado

control percibido de la conducta, que influye directamente sobre la conducta, e

indirectamente también sobre la intención conductual. A su vez, la intención es

determinada por la norma subjetiva y la actitud hacia la conducta, sobre las cuales

(norma y actitud) actúa también el control percibido de la conducta.

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248 La Educación Científica y los Factores Afectivos

Figura 2. Modelo esquemático de la teoría de la conducta planeada de Ajzen.

El modelo de la teoría de la conducta planeada de Ajzen (1991) se puede ilustrar

con la conducta de un estudiante para decidir elegir (o no) física como asignatura

para el curso siguiente. La conducta definitiva surge de un plan concreto de

estudiar física el próximo curso (intención), que es determinado porque el

estudiante considera viable el plan, porque le avalan sus notas anteriores y su

agenda personal prevista (control conductual percibido), porque considera que

estudiar física es importante, beneficioso y debe hacerlo (norma) y porque tiene

una actitud positiva hacia la física.

La modificación y el cambio de actitudes carece de un modelo, aunque el

propio modelo TCP puede ser útil; los estudios agrupan los mecanismos de cambio

actitudinal en tres categorías: experiencia directa, experiencia socialmente mediada

y cambio de conducta inducida por incentivos. Todas aparecen en la situación de

aprendizaje en educación para el cambio actitudinal, porque las experiencias de

aprendizaje en el aula se reconocen como actividades contextualizadas socialmente

donde juegan un papel esencial los procesos de modelado, persuasión, logro de

consensos y la influencia social entre iguales (actividades de aprendizaje

cooperativas).

3. LAS ACTITUDES RELACIONADAS CON LA CIENCIA

A pesar de la centralidad de emociones y afectos en la educación en general, la

investigación educativa acerca de los afectos en la educación científica es

especialmente escasa y dispersa, y por ello, emociones y actitudes son bastante

ignoradas en la enseñanza y aprendizaje de la ciencia.

Esta falta de atención es debida, por un lado, a factores de índole cultural

ligados al legado del dualismo filosófico y psicológico, que afirman la

independencia e incluso la supremacía de la cognición sobre la emoción; por otro

lado, factores ligados a la filosofía positivista de la ciencia, que considera que solo

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 249

los factores epistémicos (lógica y hechos) contribuyen a la validación del

conocimiento científico, excluyendo complementariamente todos los demás

factores, entre los cuales, las emociones se consideran especialmente opuestas a la

objetividad científica.

La moderna historia, filosofía, sociología y psicología de la ciencia ha

contestado el modelo positivista de la ciencia, por irreal y cientifista, introduciendo

en la actividad científica la consideración de otros factores no epistémicos, tales

como los impactos sociales, la ética y los valores, las relaciones con la tecnología, el

control social, el riesgo, la cooperación entre científicos, etc. contribuyendo a

ampliar una nueva visión de la ciencia más naturalista y humanista. En este nuevo

marco, afectos y emociones no son ya incompatibles con la naturaleza de la ciencia,

sino parte de la misma, de modo que su papel central en la educación debe

reconsiderarse activamente.

Una primera consecuencia de los afectos en la educación impacta sobre la

comprensión del cambio conceptual, como núcleo del aprendizaje significativo en

ciencias, que podría estar conducido por factores afectivos, no solo influido por

ellos, a través de la determinación de si el aprendiz se implica en una vía

superficial o profunda en el aprendizaje, y en consecuencia, si el cambio conceptual

ocurre o no (Sinatra y Pintrich, 2003). En esta línea, la integración del binomio

emoción-cognición en la motivación, realizada desde la psicología, es otra piedra

angular para la educación en general, y para la enseñanza y aprendizaje de las

ciencias en particular (Weiner, 1986).

El asunto central para definir bien una actitud es fijar con precisión el objeto de

la actitud. Para ordenar los objetos, una primera taxonomía es la clásica división en

dos categorías principales: actitudes hacia la ciencia y actitudes científicas

(Gardner, 1975). Las actitudes hacia la ciencia comprenden todos los objetos

(acciones, personas, situaciones o ideas) implicados en el aprendizaje de la ciencia

(interés por la ciencia, actitudes hacia los científicos (personas) y su trabajo, y

actitudes hacia los impactos sociales de la ciencia desde la perspectiva de la

responsabilidad social). Las actitudes científicas serían el conjunto de objetos

emanados del estilo de pensar y actuar de los científicos en las actividades de

investigación (racionalidad, curiosidad, imparcialidad, pensamiento crítico,

honradez, objetividad, humildad, escepticismo, creatividad, provisionalidad, etc.).

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250 La Educación Científica y los Factores Afectivos

Para compendiar toda la carga multifacética de actitudes y ciencia se acuñó el

concepto de actitudes relacionadas con la ciencia (Vázquez y Manassero, 1995) que

otros investigadores han adoptado también sobre las mismas premisas analíticas

(Rebello, Witzig, Siegel y Freyermuth, 2011). Este modelo de actitudes relacionadas

con la ciencia se sistematizó en siete categorías agrupadas en tres dimensiones:

enseñanza y aprendizaje de la ciencia y la tecnología, interacciones entre ciencia,

tecnología y sociedad y conocimiento científico y tecnológico. Este modelo es

equiparable a la estructura del banco “Views on Science, Technology, Society”

(VOSTS), que sintetiza la orientación ciencia-tecnología-sociedad en la enseñanza

de la ciencia (Aikenhead y Ryan, 1992).

Tabla 1. Taxonomía de las actitudes relacionadas con la ciencia y su correspondencia con las

dimensiones y contenidos del Cuestionario de Opiniones sobre Ciencia Tecnología y Sociedad.

TAXONOMÍA DE

ACTITUDES

RELACIONADAS CON LA

CIENCIA

CUESTIONARIO DE OPINIONES SOBRE CIENCIA

TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD (COCTS)

CATEGORÍAS DIMENSIONES CONTENIDOS

Enseñanza y el aprendizaje

de la ciencia y la tecnología

1. Elementos escolares de la

ciencia y la tecnología

5. Relación de la

ciencia escolar con la

sociedad

Relación entre las dos culturas

Fortalecimiento social

Caracterización de la ciencia en la escuela 2. Los productos del aprendizaje

de la ciencia y la tecnología

Interacciones entre ciencia,

tecnología y sociedad

3. La imagen social de la ciencia

y la tecnología

4. Temas específicos de ciencia y

tecnología con incidencia social

2. Influencia de la

sociedad sobre la

ciencia y la tecnología

Gobierno, Industria, Ejército, Ética

Instituciones educativas

Grupos de especial interés

Influencia del público (los ciudadanos) sobre

los científicos

4. Influencia de la

ciencia y la tecnología

sobre la sociedad

Responsabilidad social de los científicos y los

tecnólogos

Contribución a las decisiones sociales

Problemas sociales

Resolución de problemas sociales y prácticos

Contribución al bienestar económico

Contribución al poder militar

Contribución al pensamiento social

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 251

Conocimiento científico y

tecnológico

5. Características de los

científicos y tecnólogos

6. Características de

los científicos

Motivaciones personales de los científicos

Valores y normas que orientan a los

científicos

Ideología de los científicos

Aptitudes necesarias para la ciencia

Efecto del género sobre los procesos y

productos de la ciencia

Infrarrepresentación de las mujeres

6. La construcción colectiva

del conocimiento científico y

tecnológico

7. Construcción

social del

conocimiento

científico

Colectivización de la ciencia

Decisiones científicas

Comunicación profesional

Interacciones profesionales por la

competitividad

Interacciones sociales

Influencia de los individuos en el

conocimiento científico

Influencia nacional sobre el conocimiento

científico y técnico

Ciencia privada y ciencia pública

8. Construcción

social de la tecnología

Decisiones tecnológicas

Autonomía de la tecnología

7. La naturaleza del

conocimiento científico y

tecnológico

1. Definiciones de

ciencia y tecnología

Concepto de ciencia

Concepto de tecnología

Investigación y desarrollo (I+D)

Interdependencia entre la ciencia y la

tecnología

9. Epistemología Características de las observaciones

científicas

Naturaleza de los modelos científicos y de

los esquemas de clasificación

Provisionalidad del conocimiento científico

Hipótesis, teorías y leyes

Enfoques metodológicos de las

investigaciones

Precisión e incertidumbre, razonamiento y

supuestos en el conocimiento científico y

tecnológico

Status epistemológico del conocimiento

científico

Paradigmas versus coherencia de los

conceptos a través de las disciplinas

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252 La Educación Científica y los Factores Afectivos

El conjunto de dimensiones, categorías y contenidos de la tabla 1 ofrece un

mapa abierto y bastante completo de los objetos potenciales de actitudes, que

puede ser un útil instrumento para ayudar a definir con precisión las actitudes

relacionadas con la ciencia.

Los estudios sobre actitudes desarrollados en didáctica de la ciencia en los

últimos años, a pesar de su relativa escasez y debilidad, permiten extraer algunas

conclusiones generales que se exponen aquí como una síntesis que permita servir

de introducción a la investigación de las actitudes relacionadas con la ciencia (p.ej.

Gardner, 1975; Osborne, Simon y Collins, 2003; Vázquez y Manassero, 1995).

Los estudiantes consideran que la ciencia escolar carece de relevancia para

sus vidas.

El interés de los estudiantes hacia la ciencia escolar se desarrolla

tempranamente (10 años), pero este interés hacia el aprendizaje de la ciencia

en la escuela disminuye a lo largo de su carrera y es menor en los países más

desarrollados tecnológicamente (Japón, EEUU, Europa).

El interés de chicos y chicas es similar, pero varía según los objetos; las

actitudes de las mujeres hacia algunas materias (física, química, etc.) son más

negativas que las de los hombres.

Una buena enseñanza de la ciencia debería contemplar la mejora del interés

de los estudiantes por la ciencia como un objetivo educativo importante.

Los estudiantes desean realizarse y participar más autónomamente en las

clases de ciencias.

Los resultados sobre la relación de las actitudes con diversos factores

(resultados escolares, sexo, didáctica, aprendizaje, enseñanza, trabajos

prácticos de investigación, etc.) son escasos, dispersos y no siempre

coincidentes. La influencia de las actitudes sobre el rendimiento escolar son

generalmente bajas.

Los factores extraescolares (museos, medios, TV, cine, libros, etc.) tienen un

impacto poco duradero en las actitudes hacia la ciencia, aunque pueden

actuar como resortes instantáneos.

Los cursos de ciencia integrada no alcanzan buenos resultados.

La manipulación de variables para la modificación de las actitudes (y en

consecuencia de la conducta o resultados) es aún incipiente, pero, en todo

caso, los profesores de ciencias desempeñan un papel crucial en el desarrollo

y mejora de las actitudes.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 253

Un instrumento clave para mejorar actitudes es hacer que los estudiantes

perciban realista, explícita y adecuadamente el potencial de desarrollo que

ofrecen las carreras de ciencias.

En suma, los resultados existentes apuntan un panorama lóbrego para la

educación científica: los estudiantes consideran la ciencia escolar aburrida, difícil,

vulgar y falta de relevancia, y en consecuencia, huyen de las especialidades

científicas en la educación pos-obligatoria.

4. INSTRUMENTOS DE MEDIDA DE ACTITUDES

La medida de las actitudes relacionadas con la ciencia mediante cuestionarios

ha sido muy debatida por los defectos de construcción de los instrumentos

(Bennett, 2001). Algunas críticas:

Falta de precisión en la definición del objeto de actitud evaluado (validez).

Diseño defectuoso de los ítems o del cuestionario global.

Problemas empíricos y analíticos de fiabilidad y validez.

Carencia de estandarización de los resultados y procesos de los

instrumentos.

Inadecuado análisis o interpretación de los resultados obtenidos.

Ausencia de un modelo teórico que fundamente el instrumento.

Fallo en relacionar el modelo teórico con el instrumento que recoge datos.

Una salida a estos problemas consiste en buscar nuevos métodos de

construcción y análisis de cuestionarios y tipos de cuestionarios, que mejoren la

calidad de la recogida de información, junto con la validez y la fiabilidad de sus

aplicaciones y contribuyan a obtener visiones más profundas del iceberg de las

actitudes. Una vía de esta alternativa intenta mejorar la calidad de la evaluación de

actitudes a través de la interpretación de los resultados, pasando de la teoría clásica

de los tests a la moderna teoría de los tests, a través de aplicaciones de análisis

Rasch a las puntuaciones (p.ej. Kind y Barmby, 2011; Neumann, Neumann y

Nehm, 2011). Otra vía intenta mejorar la calidad de la recogida de la información a

través del perfeccionamiento de cuestiones más complejas, que articulan un amplio

espectro de diferentes razones a valorar sobre el objeto de actitud.

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254 La Educación Científica y los Factores Afectivos

Estas diferentes razones para aceptar o rechazar un objeto, si se construyen

empíricamente, a partir de los análisis cualitativos previos de las respuestas de los

respondientes, evitan objeciones. En este estudio se expone y desarrolla con cierto

detalle el ejemplo más paradigmático de esta última vía, a través de los

denominados cuestionarios empíricamente desarrollados, donde los entrevistados

eligen y crean razones para valorar el objeto de actitud, y después, el investigador

estructura las razones dadas por los entrevistados para construir el cuestionario

definitivo.

Esta vía fue iniciada por Aikenhead y sus colaboradores en 1980 y continuada

después por otros investigadores (Bennett, 2001). Por nuestra parte, hemos

contribuido a desarrollar una versión en castellano (Cuestionario de Opiniones

sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad -COCTS) que combina la construcción

empírica del cuestionario VOSTS con aportaciones metodológicas originales

basadas en el escalamiento de las razones incluidas en cada una de las cuestiones,

una mejora del método de respuesta (método de respuesta múltiple), la métrica de

puntuación y la generación de índices estandarizados para la interpretación

homogénea de puntuaciones (Vázquez y Manassero, 1999).

5. EVALUACIÓN DE ACTITUDES HACIA LA CIENCIA, LA TECNOLOGÍA Y

LA SOCIEDAD Y NATURALEZA DE LA CIENCIA

Los cuestionarios desarrollados empíricamente son instrumentos normalizados

de evaluación de actitudes que constituyen una alternativa válida a las

metodologías cualitativas, especialmente, cuando se pretende realizar estudios

representativos y comparativos con muestras grandes, pues su aplicación es más

viable en tiempo, costes y recursos (Vázquez, Manassero y Acevedo, 2006).

Aikenhead y Ryan (1992) elaboran el banco VOSTS del cual se derivaron el

Teacher's Belief about Science-Technology-Society (TBA-STS) de Rubba y Harkness

(1993) y el Views on Science and Education Questionnaire (VOSE) de Chen (2006).

Estos cuestionarios afrontan desde una perspectiva CTS múltiples aspectos de la

ciencia, que incluye aspectos epistemológicos, las relaciones internas y externas

entre la ciencia, la tecnología y la sociedad, e incluso actitudes hacia la educación

científica. Lederman, Wade y Bell (1998) consideran que el VOSTS es un

instrumento válido y útil para la evaluación de las opiniones de los estudiantes, ya

que profundiza en las razones que tienen para sostener sus posiciones.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 255

El COCTS es el resultado de la adaptación de los cuestionarios desarrollados

empíricamente a la lengua y cultura españolas (Manassero, Vázquez y Acevedo,

2001, 2003) innovando su metodología de aplicación e interpretación, cambiando el

limitado modelo de respuesta única por un nuevo modelo de respuesta y análisis

múltiples, mucho más potente e informativo, que permite la utilización de la

estadística inferencial, esencial para la investigación (Manassero, Vázquez y

Acevedo, 2004; Vázquez et al., 2006).

Categorización de las frases del cuestionario mediante su escalamiento por

un panel de jueces especialistas, para aplicar la métrica en el cálculo del

índice actitudinal.

Cambio del modelo de respuesta única por otro de respuesta múltiple, que

permite utilizar toda la información disponible en cada cuestión.

Creación de una nueva métrica que permita extraer de las respuestas

múltiples toda la información que contienen y cuantificarlas fiablemente.

Definición de un índice actitudinal global normalizado con un significado

métrico invariante, que estandariza válidamente todo el conjunto de

respuestas emitidas.

Tabla 2. Texto de una cuestión del COCTS con su formato y las categorías asignadas por jueces en el

proceso de escalamiento, que son la base de la métrica y los índices.

10211 Definir qué es la tecnología, puede tener dificultad porque la tecnología sirve para

muchas cosas. Pero PRINCIPALMENTE tecnología es:

Categoría

A. Muy parecida a la ciencia. Plausible

B. La aplicación de la ciencia. Ingenua

C. Nuevos procesos, instrumentos, maquinaria, herramientas, aplicaciones,

artilugios, com­putadores o aparatos prácticos para el uso de cada día.

Plausible

D. Robots, electrónica, computadores, sistemas de comunicación, automatismos,

tecnología.

Plausible

E. Una técnica para construir cosas o una vía de resolver problemas prácticos. Plausible

F. Inventar, diseñar y probar cosas (por ejemplo, corazones artificiales,

computadores, vehículos espaciales).

Plausible

G. Ideas y técnicas para diseñar y hacer cosas, para organizar a los trabajadores, la

gente de negocios y los consumidores, para el progreso de la sociedad.

Adecuada

H. Saber cómo hacer cosas (instrumentos, maquinaria, tecnología.) Plausible

1. No entiendo la cuestión.

2. No sé lo suficiente sobre el tema para seleccionar una opción.

Estas mejoras metodológicas convierten al banco COCTS en un instrumento

amplio, flexible, válido y fiable para la investigación de múltiples temas y

cuestiones CTS, incluyendo epistemología y naturaleza de la ciencia.

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256 La Educación Científica y los Factores Afectivos

El modelo de respuesta múltiple adoptado para el cuestionario COCTS pide a la

persona encuestada que valore su grado de acuerdo o desacuerdo con cada una de

las frases que contiene cada cuestión sobre una escala de nueve puntos, de modo

que se maximiza la información disponible para evaluar la actitud (Vázquez y

Manassero, 1999). Estas valoraciones directas se transforman después en un índice

actitudinal, normalizado en el intervalo [–1, +1], mediante una métrica que opera

teniendo en cuenta la categoría de cada frase (Adecuada, Plausible o Ingenua), y

asignada previamente por un panel de jueces expertos en un proceso de

escalamiento.

Los índices actitudinales de frases son los indicadores cuantitativos de las

creencias, significando el grado de sintonía de la puntuación directa con el patrón

categorial asignado por los jueces a las frases del COCTS. Cuanto más positivo y

cercano al valor máximo (+1) es un índice, más adecuada e informada se considera

la actitud; cuanto más negativo y cercano al mínimo (-1) la actitud se representa

más ingenua o desinformada (Manassero et al., 2001). Promediando los índices de

las frases se produce un índice global de cuestión que representa la actitud global

hacia el tema planteado en la cuestión.

Esta metodología, basada en la respuesta múltiple en cada cuestión, supera y

evita las dificultades metodológicas habituales de los instrumentos de evaluación

(falta de validez, fiabilidad, percepción inmaculada, imposición de esquemas,

obligación de elegir, etc.), aportando una evaluación cuantitativa válida y fiable, así

como una fundamentación psicométrica más sólida de las medidas y contrastes

estadísticos de hipótesis, como por ejemplo, delimitar las frases con las actitudes

más positivas o negativas o determinar las diferencias más relevantes entre grupos

mediante el grado de la probabilidad de significación (p < 0.01) y el tamaño del

efecto de las diferencias (d > 0.30). Esta metodología cuantitativa también permite y

fundamenta interesantes análisis cualitativos.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 257

Tabla 3. Selección consensuada de cuestiones del COCTS que conforman los cuestionarios F1 y F2

aplicados en la investigación PIEARCTS.

Dimensiones Forma 1 (15 Cuestiones ) Forma 2 (15 Cuestiones)

a) Definición de

ciencia y tecnología

F1_10111 ciencia F2_10211 tecnología

F1_10411 interdependencia F2_10421 interdependencia calidad

de vida

b) Interacciones CTS F1_30111 interacción tríadica

Influencia de Sociedad

en CyT

F1_20141 política del gobierno

del país

F2_20211 industria

F1_20411 ética F2_20511 instituciones educativas

Influencia de CyT en

Sociedad

F1_40161 responsabilidad social

contaminación

F2_40131 responsabilidad social

información

F1_40221 decisiones morales F2_40211 decisiones sociales

F1_40531 bienestar social F2_40421 Aplicación a la vida

diaria

F2_50111 unión de dos culturas

Sociología Interna de

CyT

F1_60111 motivaciones F2_60521 equidad de género

F1_60611 infra-representación

de mujeres

F2_70211 decisiones científicas

F1_70231 decisiones por

consensos

F2_70711 influencias nacionales

F1_80131 ventajas para sociedad

c) Epistemología F1_90211 modelos científicos F2_90111 observaciones

F1_90411 provisionalidad F2_90311 esquemas de clasificación

F1_90621 método científico F2_90521 papel de los supuestos

F2_91011 estatus epistemológico

El Proyecto Iberoamericano de Evaluación de Actitudes Relacionadas con la

Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (PIEARCTS) emprendió una evaluación en

varios países iberoamericanos usando 30 cuestiones del COCTS (tabla 3) cuyos

resultados muestran interesantes perfiles y diferencias entre grupos y países

(Bennássar, Vázquez, Manassero y García-Carmona, 2010).

La figura 3 muestra un ejemplo del tipo de perfiles que se pueden obtener, en

este caso para el conjunto de las 15 cuestiones de la forma 2 del COCTS que fueron

respondidas por un grupo grande de profesores españoles en formación (N = 472).

En la figura 3 se muestra el perfil de los índices medios de cada cuestión,

distinguiendo entre dos subgrupos de profesores, quienes tienen una especialidad

de ciencias (N = 250) y quienes tienen una especialidad de humanidades (N = 222).

Al mismo tiempo, se superpone la línea que evalúa comparativamente, para cada

cuestión, el parámetro tamaño de las diferencias entre los dos grupos (calculado

restando ciencia menos humanidades).

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258 La Educación Científica y los Factores Afectivos

Los resultados permiten identificar las fortalezas de las actitudes de los

profesores en formación a través de las cuestiones que logran los índices más altos

(cuestiones F2_10421, F2_20211, F2_40131). También se pueden identificar las

debilidades, que este caso corresponden a los índices medios más bajos del grupo

(cuestiones F2_10221, F2_10421, F2_90311).

La comparación entre profesores con especialidades de ciencias y humanidades

permite comprobar si la formación científica dota de una mejor comprensión de las

cuestiones CTS en comparación con sus homólogos de humanidades. Los

resultados del tamaño del efecto de las diferencias revelan que nueve de las

cuestiones no exhiben diferencias relevantes entre ambos grupos (d < .30). De las

seis cuestiones restantes, que muestran diferencias importantes entre ambos

subgrupos, en tres de ellas los profesores en formación de ciencias tienen un índice

medio mayor que el subgrupo de humanidades (F2_10421, F2_20511, F2_605211),

mientras las diferencias tienen el sentido contrario en las tres cuestiones restantes

(F2_40421, F2_70711, F2_90111). En suma, estos indicadores sugieren que la

formación científica no da a los profesores una mejor comprensión y actitud hacia

las cuestiones CTS que sus homólogos de humanidades, que no han recibido

formación científica.

Figura 3. Índices medios de las 15 cuestiones de la forma 2 del COCTS mostrando el perfil de

los dos subgrupos de profesores en formación, de ciencias y de humanidades, junto con el

valor del tamaño de las diferencias para cada cuestión.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 259

Teniendo en consideración los resultados anteriores sobre todas las cuestiones,

también se puede interpretar cualitativamente si los profesores tienen unas

actitudes hacia estos temas que se pueda considerar suficiente para ejercer como

profesores de ciencias. Por un lado, el indicador absoluto de las puntuaciones

medias alcanzadas globalmente, incluso las más altas, no son muy positivas; por

otro lado, el indicador relativo de la diferencias respecto a sus homólogos

profesores en formación de humanidades no muestran diferencias netas en favor

de los profesores de ciencias. En suma, la educación científica actual para los

profesores de ciencias no está aportando una formación relevante sobre las

cuestiones CTS que los prepare adecuadamente para enseñar sobre estas

cuestiones a sus futuros alumnos.

La versatilidad y estandarización de las medidas alcanzadas con el COCTS

permiten comparar perfiles de diferentes países. El primer rasgo que salta a la vista

en la figura 4 es el parecido entre los perfiles de la variación los índices medios a lo

largo de las cuestiones entre los diferentes países; aunque los perfiles no se pueden

considerar idénticos, si que exhiben una forma bastante similar, por ejemplo, las

cuestiones con los índices máximos (F1_30111, F1_40161) y mínimos (F1_20411,

F1_40531) tienden a ser las mismas en la mayoría de los países, de modo que la

forma del perfil resultante es muy similar entre ellos. Este resultado sugiere que,

por encima de las diferencias educativas (currículos, profesores, organización, etc.)

las cuestiones más y menos comprendidas tienden a ser, globalmente, las mismas.

Por el contrario, los distintos países muestran también diferencias muy notorias

en algunas cuestiones y para algunos países. Precisamente, las cuestiones citadas

con índices máximos (F1_30111, F1_40161) y mínimos (F1_20411, F1_40531) junto

con las cuestiones F1_10411, F1_20141, F1_40221 y F1_90411 exhiben amplias

diferencias entre los países; las cuestiones F1_60611, F1_70231 y F1_90621 exhiben

diferencias mínimas entre los países.

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260 La Educación Científica y los Factores Afectivos

Figura 4. Índices medios de las 15 cuestiones de la forma 1 del COCTS respondidas por un

grupo muy grande de estudiantes jóvenes (17-18 años) de siete países diferentes.

Además, los resultados de la figura también permiten identificar aquellos

países que tienden a presentar los mejores y peores resultados globales sobre el

conjunto de cuestiones evaluadas. Este resultado, junto con el anterior, sugiere

iniciar un análisis de los currículos científicos de los distintos países para intentar

explicar las razones que conducen en cada país a los resultados anteriores, y en

consecuencia, tomar las decisiones de política educativa que contribuyan a mejorar

las actitudes de los estudiantes hacia las cuestiones CTS.

6. UNA PERSPECTIVA TRADICIONAL DE LAS ACTITUDES

RELACIONADAS CON LA CIENCIA

En este apartado se presenta un estudio de actitudes relacionadas con la ciencia

desde una perspectiva tradicional, es decir, evaluadas mediante cuestionarios o

métodos diseñados por cada investigador, típicamente escalas Likert

convencionales. El proyecto ROSE (Relevance of Science Education) es un estudio

comparativo internacional que pretende identificar los factores afectivos cruciales

para el aprendizaje de la CyT (Schreiner y Sjøberg, 2004; Sjoberg, 2005). Se

presentan algunos resultados relevantes en una muestra de 774 estudiantes de 32

escuelas diferentes de las Islas Baleares en el último curso de la educación

secundaria obligatoria (15-16 años) en 2005/2006.

Promedios estudiantes jóvenes (total)

-0,4

-0,3

-0,2

-0,1

0,0

0,1

0,2

0,3

0,4

F1_10111 F1_10411 F1_20141 F1_20411 F1_30111 F1_40161 F1_40221 F1_40531 F1_60111 F1_60611 F1_70231 F1_80131 F1_90211 F1_90411 F1_90621

Cuestiones

ïnd

ice

s

A

B

C

D

E

F

G

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 261

La singularidad de ROSE radica en la definición de distintos objetos de actitud,

cada uno evaluado con su correspondiente escala del tipo Likert de cuatro puntos

(1 - 4), que se refieren a las actitudes de los estudiantes hacia la CyT (Mis opiniones

sobre la ciencia y tecnología, 16 frases), la ciencia escolar (Las clases de ciencias, 18

frases), la conservación del medio ambiente (Los desafíos medioambientales y tú,

19 cuestiones), las expectativas de los estudiantes respecto a un trabajo futuro (Mi

trabajo futuro, 27 frases), las experiencias extraescolares relacionadas con CyT y las

preferencias e interés sobre de temas concretos de CyT. Por su interés preferente

respecto a la educación científica se describen solo los resultados acerca de la

ciencia escolar, y el resto se pueden encontrar en otro lugar (Vázquez y Manassero,

2007a, 2007b).

“Las clases de ciencias” es una escala formada por 18 frases sobre el

aprendizaje de la ciencia escolar. La actitud global de los estudiantes hacia la

ciencia escolar, como media de la escala, corresponde a una actitud intermedia,

aunque ligeramente negativa. Los rasgos mejor valorados de la ciencia escolar son

su utilidad para un trabajo futuro, que gusta más que otros tópicos escolares, es

interesante, relevante e importante, aumenta la curiosidad para conocer, enseña a

cuidar mejor la salud y a interesarse por cosas que no se explican todavía y ayuda

a mejorar sus expectativas de carrera. Entre los rasgos valorados más

negativamente aparecen la escasa intención de elegir una profesión relacionada

con CyT, la poca incidencia de la ciencia en la educación del sentido crítico y cierta

dificultad percibida como asignatura. Especialmente decepcionantes son los datos

de las cuestiones referidas a la disposición de los estudiantes a enrolarse en

estudios científicos o técnicos, mucho más bajos en el caso de las chicas.

Los resultados del estudio ROSE plantean un desafío global a la agenda de la

educación científica. La buena imagen general de la ciencia contrasta abruptamente

con la peor percepción de la ciencia escolar, que yugula las vocaciones científicas,

pues los jóvenes estudiantes no están dispuestos a continuar estudios científicos o

a buscar trabajos relacionados con la ciencia o la tecnología. Esto revela una cierta

incapacidad de la ciencia escolar para promocionar una mejor imagen de la ciencia

que pueda crear un contexto de generación de vocaciones científicas. En el mundo

actual, el reto de lograr la alfabetización científica de todos y las vocaciones

científicas necesarias para mantener el sistema de ciencia y tecnología es central

para la educación científica.

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262 La Educación Científica y los Factores Afectivos

Otro aspecto clásico de las actitudes son las preferencias por unos u otros temas

y contenidos científicos. En el estudio ROSE, los estudiantes valoraron su grado de

preferencia sobre una larga lista (119) de temas (Vázquez y Manassero, 2007b). La

tabla 4 lista los temas más y menos interesantes para los chicos y chicas, notando

que en ambos, la lista de las chicas es más larga que la de los chicos. Con todo, los

temas más interesantes de chicos y chicas son bastante diferentes, aunque hay

algunos temas comunes (sexualidad, sueños y vida fuera de la tierra); las chicas

ofrecen una lista de temas menos interesantes más larga que los chicos, de modo

que casi todos estos están incluidos en la lista de las chicas y son prácticamente

bastante coincidentes.

Tabla 4. Lista de los temas más (mitad superior de la tabla) y menos (mitad inferior de la tabla)

interesantes para chicos y chicas de 15 años, listados en orden decreciente de la preferencia media (los

temas comunes a chicos y chicas tienen fondo oscuro).

CHICAS CHICOS

Temas más interesantes

Por qué soñamos mientras estamos durmiendo, y

significado de los sueños

El sexo y la reproducción

Las enfermedades de transmisión sexual y la

protección ante ellas

Fenómenos que los científicos todavía no

pueden explicar

Qué sabemos sobre SIDA y cómo controlarlo La posibilidad de vida fuera de la tierra

Cómo realizar primeros auxilios y usar

equipo médico básico

Las enfermedades de transmisión sexual y la

protección ante ellas

Cáncer, lo que sabemos y cómo tratarlo Cómo hacer ejercicio para mantener el

cuerpo fuerte y en forma

Desórdenes alimentarios, anorexia o

bulimia

La sexualidad humana

Cómo hacer ejercicio para mantener el

cuerpo fuerte y en forma

Cómo funciona la bomba atómica

Cómo actúan el alcohol y tabaco Explosivos

Qué comer para mantenerse sano y en

forma

Por qué soñamos mientras estamos durmiendo, y

significado

Cómo crecen y maduran los bebés

La vida y la muerte y el alma humana

La sexualidad humana

Los aspectos biológicos y humanos del

aborto

El sexo y la reproducción

La transferencia de pensamiento, lectura de

la mente, sexto sentido, intuición, etc.,

La posibilidad de vida fuera de la tierra

Cómo actúan los diferentes narcóticos

Cómo controlar epidemias y enfermedades

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 263

Temas menos interesantes

El cultivo orgánico y ecológico sin uso de

pesticidas y fertilizantes artificiales

Cómo los instrumentos musicales producen los

diferentes sonidos

Electricidad, cómo se produce y se usa en el

hogar

Cómo crecen y se reproducen las plantas

Las plantas de mi región Los átomos y las moléculas

Cómo ha influido la electricidad en el

desarrollo de nuestra sociedad

La cirugía plástica y estética

Cómo los instrumentos musicales producen los

diferentes sonidos

Las propiedades de gemas y cristales y cómo se

usan para el embellecimiento

Productos químicos, propiedades y cómo

reaccionan

Biografías de científicos famosos

Cómo mejorar la cosecha en jardines y

granjas

Los detergentes y jabones y cómo funcionan

Cómo se ha desarrollado el conocimiento

sobre los átomos y otras cosas que no

podemos ver

Las simetrías y patrones en las hojas y las flores

Cómo crecen y se reproducen las plantas

Por qué los científicos de todo el mundo

cooperan y a veces discrepan sobre los

problemas científicos

Cómo se convierte el petróleo crudo en otros

materiales, como plásticos y textiles

Los detergentes y jabones y cómo funcionan

Los beneficios y los posibles riesgos de los

modernos métodos de cultivo

Las simetrías y patrones en las hojas y las flores

Cómo funciona una planta de energía

nuclear

Los átomos y las moléculas

Cómo funcionan las máquinas de gasolina y

diesel

Biografías de científicos famosos

Las diferencias entre chicos y chicas se analizan en función del gran tamaño de

la diferencia en interés. La tabla 5 lista los temas que presentan grandes diferencias

de interés entre chicos y chicas de 15 años en orden decreciente del valor de la

diferencia, desde la máxima diferencia hasta la menor de las relevantes. La

mayoría de los temas con mayor interés de las chicas se refieren a temas biológicos

y de salud o relacionados con la estética corporal. Por el contrario, los temas con

mayor interés diferencial en favor de los chicos se refieren a física y tecnología.

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264 La Educación Científica y los Factores Afectivos

Tabla 5. Lista de los temas que presentan grandes diferencias de interés entre chicos y chicas de 15

años, listados en orden decreciente del valor de la diferencia y según el signo de la diferencia.

Chicas >> Chicos Chicos >> Chicas

Cómo crecen y maduran los bebés Cómo funcionan las máquinas de gasolina

Desórdenes alimentarios, anorexia o bulimia Explosivos

Los aspectos biológicos y humanos del aborto Cómo funciona la bomba atómica

Por qué soñamos mientras estamos durmiendo,

y significado de los sueños

Cómo funciona una planta de energía

nuclear

Capacidad de lociones y cremas para mantener

la piel joven

Las armas biológicas y químicas y sus

efectos sobre el cuerpo humano

Cómo afecta a la piel la radiación del solarios y

el sol

Cómo usar y reparar aparatos domésticos

eléctricos y mecánicos

La cirugía plástica y estética Modernos inventos y descubrimientos en

ciencia y tecnología

Astrología y horóscopos, y si los planetas

pueden afectar a los seres humanos

Electricidad, cómo se produce y se usa en el

hogar

Cáncer, lo que sabemos y cómo tratarlo Cohetes, satélites y viajes espaciales

Las terapias alternativas (la acupuntura,

homeopatía, el yoga, etc.) y su eficacia

Cómo se convierte el petróleo crudo en

otros materiales, como plásticos y textiles

Qué sabemos sobre SIDA y cómo controlarlo Por qué los científicos de todo el mundo

cooperan y a veces discrepan sobre los

problemas científicos

Las enfermedades de transmisión sexual y la

protección ante ellas

Las nuevas fuentes de energía del sol,

viento, las mareas, las olas, etc.,

Cómo realizar primeros auxilios y usar equipo

médico básico

Cómo ha influido la electricidad en el

desarrollo de nuestra sociedad

Cómo se desarrolla y funciona el cuerpo

humano

El uso del láser para propósitos técnicos

(lectores de CDs, de códigos de barras, etc.)

Epidemias y enfermedades que causan gran

mortandad

Los beneficios y los posibles riesgos de los

modernos métodos de cultivo

La herencia y los genes, cómo dirigen nuestro

desarrollo

Cómo se ha desarrollado el conocimiento

sobre los átomos y otras cosas que no

podemos ver

La transferencia de pensamiento, lectura de la

mente, sexto sentido, intuición, etc.,

La vida en la ingravidez del espacio

Existencia de fantasmas y brujas Cómo han cambiado nuestras vidas los

desarrollos tecnológicos

Cómo crece y madura el cuerpo humano Los átomos y las moléculas

Cómo actúan el alcohol y tabaco

Cómo controlar epidemias y enfermedades

Porqué se forma y cómo vemos el arco iris

Por qué las estrellas centellean y el cielo es azul

Qué comer para mantenerse sano y en forma

El control de la natalidad

La vida y la muerte y el alma humana

Cómo el ojo puede ver la luz y los colores

Las propiedades de gemas y cristales y cómo se

usan para el embellecimiento

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 265

El análisis de las preferencias de los estudiantes sobre los diferentes temas

científicos plantea el grave problema de lograr un currículo inclusivo para chicas y

chicos, centrado en un equilibrio entre alto interés y diferencias de género

mínimas.

Otro aspecto importante de las actitudes es el descenso constante e importante

que sufren en la adolescencia de los estudiantes. El análisis empírico de la

evolución longitudinal en el tiempo de algunos rasgos de las actitudes hacia la

ciencia escolar (interesante, fácil, materia que gusta más que otras, útil, importante,

etc.) presenta un descenso general, a medida que crece la edad de los estudiantes

para ambos sexos. Las figuras 6 y 7 muestran la evolución temporal media de los

estudiantes que valoran cuan interesante y fácil es la ciencia desde el grado 4

(cuarto curso de educación primaria) hasta el grado 9 (tercer curso de educación

secundaria obligatoria). Con la excepción de algún pequeño repunte, debido a que

la muestra obtenida fue pequeña y de conveniencia, el perfil de deterioro y declive

general de las actitudes hacia los diferentes rasgos de la ciencia escolar es evidente

y constante (Vázquez y Manassero, 2008).

Figura 5. Evolución a lo largo de los grados (4-9) del grado de interés hacia la ciencia escolar

de chicos y chicas.

Las actitudes en los primeros años son positivas y van disminuyendo al

aumentar la edad y los chicos tienen mejores actitudes que las chicas. El descenso

afecta, principalmente, a las actitudes hacia algunos aspectos de la ciencia escolar,

como el ejemplo mostrado, mientras los aspectos generales de la imagen de la

ciencia y la tecnología o la preservación del medio ambiente no exhiben este

deterioro con la edad.

Actitudes básicas hacia la ciencia escolar de chicos y chicas

Interesante

2,10

2,30

2,50

2,70

2,90

3,10

3,30

3,50

3,70

3,90

4,00 5,00 6,00 7,00 8,00 9,00

Grados

Acu

erd

o

CEinter8 CHICOS

CEinter8 CHICAS

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266 La Educación Científica y los Factores Afectivos

Figura 6. Evolución a lo largo de los grados (4-9) de la facilidad de la ciencia escolar

percibida por chicos y chicas.

Las implicaciones didácticas del declive actitudinal hacia la CyT para la

enseñanza y el aprendizaje de la CyT son directas y demoledoras. Por un lado, este

declive se supone responsable de que cada vez menos jóvenes eligen asignaturas,

carreras y profesiones de CyT y la consiguiente preocupación en torno al descenso

de las vocaciones científicas (Gago, 2004). Por otro lado, confirma una gran

paradoja educativa: tras varios años de estudiar ciencia en la escuela, los

estudiantes empeoran sus actitudes hacia la CyT escolar. El mensaje de esta

paradoja ya ha sido denunciado por autoridades de la didáctica de la ciencia como

Fensham (2004): el desinterés hacia la ciencia escolar es el problema más dramático

de la educación científica; este estudio apoya empíricamente esta intuición. Su

mejora depende de una especial y vigorosa atención a los aspectos actitudinales,

afectivos y emocionales en el aula de ciencias, en lugar de su relegación u olvido

(Vázquez y Manassero, 2007a, 2007b y 2007c, 2007d). Urge orientar afectivamente

la enseñanza de la ciencia en la escuela, al menos, para evitar el declive actitudinal

y el alejamiento de los alumnos por aborrecimiento, generando curiosidad y

motivando el aprendizaje, mediante un currículo y actividades escolares

apropiadas, que sean, a la vez, interesantes y relevantes para los estudiantes y para

la sociedad, como han venido sugiriendo desde diversas orientaciones de ciencia,

tecnología y sociedad, alfabetización científica o humanísticas (Aikenhead, 2006;

Millar y Osborne, 1998; Vázquez, Acevedo y Manassero, 2005).

Actitudes básicas hacia la ciencia escolar de chicos y chicas

Fácil de aprender

2,10

2,30

2,50

2,70

2,90

3,10

3,30

3,50

3,70

3,90

4,00 5,00 6,00 7,00 8,00 9,00

Grados

Acu

erd

o

CEfácil9 CHICOS

CEfácil9 CHICAS

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 267

7. LA INFLUENCIA DE LAS ACTITUDES SOBRE LA CONDUCTA:

ELECCIÓN Y VOCACIÓN CIENTÍFICA

La función esencial atribuida a las actitudes es guiar la conducta. Esta relación

es compleja, dependiente del contexto y difícil de predecir, aunque el modelo de la

acción planeada de Ajzen ayuda en esta empresa. En este apartado se ofrecen dos

ejemplos de aplicación de los datos actitudinales recogidos con el proyecto ROSE

en la predicción de dos conductas académicas de los estudiantes: la elección de una

materia de ciencias (frente a otras) y la intención de fomentar una vocación

científica.

7.1. Elección de asignatura.

El estudio sobre la elección de una materia de ciencias, frente a otras materias,

trata de explicar la elección normativa en el cuarto curso de la ESO del sistema

educativo español, donde los estudiantes pueden elegir dos materias científicas

(Biología-Geología y Física-Química) frente a otras materias. La variable

dependiente (conducta) es dicotómica (eligen una asignatura de ciencias o no) y el

estudio trata de predecir esta decisión en función de las variables actitudinales de

ROSE, las cuales se han reducido a un conjunto de factores mediante un análisis de

componentes principales de las variables actitudinales originales. Para ello, se

aplica un análisis discriminante que contrasta la capacidad predictiva de estos

factores respecto a la elección sobre tres grupos de estudiantes, según sexo y tipo

de educación (chicos y chicas en coeducación y chicas solas de educación

diferenciada).

Tabla 6. Factores significativos y coeficientes estandarizados de la función discriminante obtenidos

del análisis discriminante para la muestra total y los grupos chicas (educación mixta), chicos

(educación mixta) y chicas solas (educación diferenciada).

Muestra total Chicas Chicos Chicas solas

Factores

Significativos Coef.

Factores

significativos Coef.

Factores

significativos Coef.

Factores

significativos Coef.

ESCOLAR 0,4065 GRANJA 0,6602 TICS 0,8456 GRANJA -0,6711

TICS 0,5397 PROGRESO 0,7552 INTERÉS 0,5834 ENFERMEDAD 0,6493

PROGRESO 0,3862

AUTO_

ACTUALIZACION 0,3210

ENFERMEDAD 0,5082

INTERES 0,2987

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268 La Educación Científica y los Factores Afectivos

El análisis discriminante tiene como objetivo distinguir los rasgos que influyen

significativamente en la elección de ciencias, pero cuando las variables que realizan

esa discriminación son tan diferentes entre chicos, chicas y chicas solas, la

conclusión más directa que debe extraerse de este hecho es que la decisión de

elegir o rechazar las ciencias se toma por razones diferentes en cada uno los tres

grupos, mostrando cada uno su perfil propio. Así, la frecuente experiencia con

TICs es el factor más decisivo de la elección entre los chicos; análogamente, la

percepción de una imagen de Progreso en CyT es el factor más relevante entre las

chicas y las bajas experiencias de Granja (negativo) y altas de Enfermedad son los

factores decisivos para las chicas solas.

7.2. La vocación científica

Los patrones actitudinales de la vocación científica y tecnológica en chicas y

chicos que acaban la educación obligatoria se han analizado empíricamente

mediante un modelo de regresión lineal, donde la vocación científica se predice a

partir de un conjunto de 20 factores actitudinales obtenidos de la factorización de

las variables de actitudes relacionadas con la ciencia y la tecnología del estudio

ROSE y con énfasis en las diferencias entre chicos, chicas y chicas solas. La variable

dependiente, la intención vocacional científica, se define como una variable

compuesta por las respuestas de los estudiantes a las tres cuestiones siguientes: me

gustaría llegar a ser un científico, me gustaría estudiar tanta ciencia como pueda en

la escuela y me gustaría conseguir un trabajo en tecnología.

El resultado más destacable del análisis es la gran proporción de la varianza de

la intención vocacional (superior a 40%) explicada por las variables independientes

actitudinales (predictores) en la muestra total, si se compara con estudios

predictivos similares que suelen obtener valores menores. Este resultado empírico

justifica por sí solo afirmar que la educación de las actitudes en la clase de ciencias

puede ser el factor más importante para construir una vocación científica y

tecnológica, y para interesar o excluir a los estudiantes de la alfabetización

científica.

Los predictores relevantes y coincidentes para los tres grupos son el factor de

actitudes hacia la ciencia escolar (muy superior a los demás) y la participación en

actividades de bricolaje; ambos son los predictores más universales y potentes de

la vocación; chicos y chicas también comparten el factor de la imagen de progreso

de CyT. Los indicadores anteriores, importantes, positivos y comunes, y por tanto

independientes del sexo, tienen implicaciones directas para la educación científica

escolar.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 269

Tabla 7. Parámetros de la regresión de la vocación para los tres grupos de la muestra usando todos los

predictores con el método selectivo paso a paso hacia delante usando los criterios estandarizados de

significación para entrar (p < 0.05).

TOTAL CHICAS CHICOS CHICAS SOLAS

Predictores

significativos Beta R2

Predictores

significativos Beta R2

Predictores

significativos Beta R2

Predictores

significativos Beta R2

ESCOLAR 0,511 0,261 BRICOLAJE 0,150 0,272 OCIOSO -0,130 0,294 OCIOSO -0,170 0,372

BRICOLAJE 0,237 0,317 PROGRESO 0,163 0,299 PROGRESO 0,168 0,317 BRICOLAJE 0,269 0,410

PROGRESO 0,144 0,338 USO_

APARATOS 0,124 0,317 BRICOLAJE 0,143 0,334

HOGAR_

ASTRON. -0,258 0,469

USO_

APARATOS 0,105 0,349 INTERÉS 0,113 0,332 SOCIAL 0,119 0,350

SOCIAL 0,104 0,360 PODER_

FAMA 0,111 0,344 PERSONAL -0,097 0,359

HOGAR_

ASTRON. -0,100 0,370 ENFERM. 0,094 0,354

OCIOSO -0,081 0,376 GRANJA 0,088 0,361

MEDIDAS 0,069 0,381 MEDIDAS 0,086 0,368

TRABAJO_

MEDIO 0,065 0,385

TICS 0,059 0,389

ENFERM. 0,058 0,392

GRANJA 0,057 0,395

INTERÉS 0,057 0,399

PODER _

FAMA 0,052 0,401

Beta: Coeficiente de regresión estandarizado de cada factor.

R2: Cuadrado del coeficiente de regresión lineal total (proporción de varianza explicada de la vocación).

Las influencias del sexo y el tipo de educación en la vocación científica son

también patentes a través de los resultados expuestos para los tres grupos de

chicos, chicas y chicas solas. Además, la comparación entre el grupo de chicas y

chicas solas (mismo sexo, diferente educación) sugiere también algunas reflexiones

acerca de los potenciales efectos del tipo de educación (coeducación frente a

educación diferenciada), pues los resultados parecen apuntar a una mayor

superación de las chicas solas del pernicioso estereotipo femenino en CyT.

En suma, estos resultados verifican la influencia de las variables actitudinales

generales sobre la vocación en CyT: si las variables del ámbito afectivo (actitudes,

interés, experiencias, etc.) exhiben una relación intensa y directa con la vocación

científica, el trabajo de aula basado en estas cualidades generará con mayor

probabilidad actitudes, motivación e intereses más positivos hacia la CyT. La alta

capacidad predictiva de las actitudes hacia la vocación ofrece un apoyo empírico

de las líneas didácticas en ciencia y tecnología basadas en la educación de las

actitudes en el aula de ciencias, como un elemento curricular cada vez más

importante en la educación en CyT (Vázquez y Manassero, 2007b).

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270 La Educación Científica y los Factores Afectivos

8. MOTIVACIÓN, EMOCIONES Y AUTOCONCEPTO EN LA EDUCACIÓN

CIENTÍFICA

Las asignaturas de matemáticas y ciencias tienen fama de ser las más difíciles

del sistema educativo, ya que sus tasas de fracaso son más altas. Otra línea de

investigación del papel de las emociones en la educación científica se basa en las

emociones suscitadas como consecuencia de las experiencias de éxito o fracaso en

las tareas y resultados escolares de las asignaturas.

La teoría de la atribución causal de Weiner (1986, 1990) es el modelo más

general que integra motivación y emociones en resultados de logro. El modelo

parte de un resultado de logro, que la persona interpreta como éxito (meta

alcanzada) o fracaso (meta no alcanzada) y lo relaciona, primariamente, con

sentimientos de felicidad y tristeza / frustración, respectivamente. La persona

busca la causa del resultado, que culmina en la atribución a una causa singular (p.

e. capacidad, esfuerzo, tarea, suerte, interés, humor, atención, profesor, etc.), donde

esfuerzo y capacidad tienden a ser las más frecuentes (Manassero y Vázquez,

1995a). Las causas se diferencian y se parecen en determinadas propiedades

básicas subyacentes entre ellas, denominadas dimensiones causales, que

determinan las emociones suscitadas por la atribución, que son diferidas, más ricas

y específicas, y las que tienen consecuencias motivacionales para los estudiantes en

el sentido que animan o disuaden determinadas conductas en el aprendizaje en el

aula (Weiner, 1986).

Las dimensiones causales son el lugar de causalidad (internas o externas al

estudiante), estabilidad (constantes o variables en el tiempo), controlabilidad

(controlables o incontrolables), globalidad (generales o específicas de la situación) e

intencionalidad (intencionales o no intencionales). La ubicación de la causa

atribuida en el espacio dimensional tiene consecuencias relacionadas con las

expectativas (Estabilidad) y las emociones, las cuales determinan y motivan las

características de la conducta de aprendizaje futura (intensidad, latencia,

persistencia, dirección, ...) y explican distintos aspectos motivacionales cualitativos,

como la mejora motivacional después de un fracaso o después de un éxito

(Manassero y Vázquez, 1995b). La tabla 8 resume las relaciones entre las emociones

y la atribución específica.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 271

Tabla 8. Emociones relacionadas con las distintas dimensiones de las atribuciones causales en función

del resultado de éxito o fracaso.

VARIABLES

RELACIONADAS Emociones Dimensiones de la Atribución Emociones

Autoestima,

autoconcepto,

autoeficacia

Éxito: orgullo,

confianza Interna Externa Éxito

Fracaso:

incompetencia,

humillación

Interna Externa Fracaso:

vergüenza

Expectativas Indefensión,

desamparo

Estable,

global

Inestable,

específica

Emociones de

fracaso

Ira (de otro) Controlable,

intencional

Incontrolable,

no intencional

Compasión (de

otro)

Culpabilidad

(hacia el yo)

Controlable,

intencional

Incontrolable,

no intencional Vergüenza

Emociones de éxito Elogio Controlable,

intencional

Incontrolable,

no intencional

Gratitud (hacia

el otro)

En este marco teórico, se investigaron las relaciones mutuas entre de este tipo

de motivación ligada a las emociones del éxito y fracaso, las calificaciones

académicas reales obtenidas por los estudiantes en la asignatura de matemáticas, la

atribución causal de las calificaciones escolares - escala de auto-atribución con

cinco dimensiones causales (EDC5) para medir la estructura de la causa de la

calificación atribuida por los estudiantes -, las variables del yo de los estudiantes

(escala de autoeficacia y el cuestionario de autoconcepto), la motivación de los

estudiantes valorada por dos escalas - escala atribucional de motivación de logro

(EAML) y la escala de motivación académica (EMA) - y la valoración de la

motivación por el profesor (Manassero y Vázquez, 1998).

Los resultados más interesantes se obtuvieron con métodos de regresión lineal

múltiple, donde todas las variables citadas compiten empíricamente entre sí para

explicar las calificaciones escolares de los estudiantes (variable dependiente). Este

análisis permite discriminar los predictores afectivos más importantes a través del

valor de la varianza de calificaciones explicada por los predictores (tabla 9).

En primer lugar se ha analizado la capacidad predictiva de cada variable

separadamente sobre las calificaciones de matemáticas. Los resultados muestran

que la capacidad predictiva más alta corresponde a la motivación percibida y

valorada por el profesor, que pone de manifiesto la gran identidad entre

calificaciones y motivación percibida, de modo que la evaluación de la motivación

por el profesor parece muy sesgada por las calificaciones que el propio profesor ha

valorado. Paralelamente, cabe destacar la capacidad predictiva de la motivación

causal (49%).

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272 La Educación Científica y los Factores Afectivos

El análisis de regresión lineal múltiple de la calificación escolar poniendo en

competencia directa todas las anteriores variables muestra un valor muy relevante

de la varianza del criterio (55%) explicada por los predictores. La selección paso a

paso discrimina que los mejores predictores de las calificaciones son la motivación

del profesor y la motivación causal y que no resultan significativos los predictores

autoconcepto y motivación académica; el valor de la varianza apenas disminuye

con esos pocos predictores (54%).

Tabla 9. Porcentajes de varianza explicada de las calificaciones escolares de matemáticas por las

variables de cada uno de los predictores de motivación por separado.

Escala de

atribución

causal

Escala de

motivación

causal

Escala de

motivación

académica

Escala de

autoconcepto

Escala de

autoeficacia

Motivación

de

profesor

Predictores

de las

escalas

Lugar de

Causalidadººº Interés Intrínseca (3)º Matemáticoºº General

Estabilidadº Tarea /

Capacidadº Extrínseca (3)ºº Lenguaº Social

Controlabilidad Esfuerzoºº Desmotivación Padres

Intencionalidadº Examenººº Académico

Globalidad Competencia

Profesor

%

Varianza

explicada

11% 49% 12% 32% 3% 60%

º: Capacidad relativa de predicción de la variable respecto a las otras variables del instrumento.

Un segundo análisis de regresión como el anterior, pero donde se ha eliminado

la motivación del profesor, que podría estar sesgada por el subjetivismo y la

dependencia excesiva de sus propias calificaciones, muestra que la varianza común

total con los criterios para la calificación escolar es un poco más baja (45%). La

selección paso a paso muestra un insignificante descenso de la varianza común,

siendo la motivación causal el mejor predictor de las calificaciones y la dimensión

de estabilidad el otro predictor significativo; los predictores de autoeficacia,

autoconcepto y motivación académica no aparecen en la ecuación de regresión

final, y por tanto, no resultan significativos.

En suma, dejando aparte la motivación del profesor, los análisis ratifican la

importancia como predictores de las calificaciones, de las variables relacionadas

con la atribución causal (motivación causal y la dimensión de estabilidad), así

como el alto valor alcanzado para la varianza común explicada por estos tres

predictores.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 273

9. EPÍLOGO

El problema más dramático que afronta hoy la educación científica es de orden

afectivo: aburrimiento, desinterés y dificultad, que se traducen en huida de los

estudiantes de las carreras científicas, cuando llega el momento de la elección de

estudios o carreras (Fensham, 2004; Millar y Osborne, 1998; Rocard, et al., 2007).

Este estudio pretende clarificar e ilustrar la importancia y trascendencia de las

actitudes relacionadas con la ciencia para la educación, la enseñanza y el

aprendizaje. Partiendo de la tradicional relegación secular de las actitudes en las

aulas, la didáctica de la ciencia necesita superar el concepto reduccionista y lego, y

por ello, deformado, de actitud como simple interés hacia el aprendizaje de la

ciencia o interés por su estudio o una asignatura, para pasar a un concepto más

complejo, amplio, preciso y fundamentado de actitudes relacionadas con la ciencia,

donde intervienen aspectos relacionados con historia, filosofía, sociología, imagen

social y naturaleza de la ciencia (Vázquez y Manassero, 1995). Acudiendo a la

Psicología Social, se ha intentado clarificar su concepto y medida, basada en la

triple dimensión afectiva, cognitiva y conductual, que permite precisar y ampliar el

tipo de constructos del ámbito actitudinal presentes en la investigación en

didáctica de la ciencia.

Se ofrecen tres ejemplos actuales de investigación empírica de las actitudes

relacionadas con la ciencia, que desarrollan distintas perspectivas y consecuencias

para la práctica educativa. El primero de ellos se refiere a las actitudes relacionadas

con los temas CTS, donde se incluyen el impacto mutuo entre ciencia y sociedad,

ciencia y tecnología y tecnología y sociedad, junto con los aspectos sociales y

epistemológicos (naturaleza de la ciencia) de CyT. Este ejemplo ofrece una

metodología nueva en la construcción de cuestionarios actitudinales (empírica y

cualitativa) y nuevos procedimientos de repuesta, que permiten la estandarización

y comparabilidad de resultados, la aplicación de estadística inferencial para la

interpretación de resultados y la posibilidad de evaluaciones de aula o incluso

evaluaciones con grandes muestras, por su facilidad de aplicación, bajo coste y

rapidez de obtener los resultados, superando así los defectos achacados a los

cuestionarios de actitudes relacionadas con la ciencia (Eagly y Chaiken, 1993).

El proyecto ROSE es un estudio tradicional de actitudes que cubre un gran

abanico de distintos objetos clásicos de actitudes relacionadas con la ciencia y

ejemplifica la definición de distintos objetos actitudinales. Además, se ha usado

aquí para presentar la capacidad predictiva de las actitudes respecto a dos

conductas importantes para la enseñanza de la ciencia: la elección de una

asignatura optativa de ciencias o la predicción de la vocación científica. Los

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274 La Educación Científica y los Factores Afectivos

resultados de ROSE plantean cuestiones de ciencia y género, porque algunos

rasgos de la ciencia son contrarios o no sintonizan bien con la identidad femenina,

de modo que constituyen factores alienantes para las chicas, que terminan

alejándose de la ciencia más que los chicos (Manassero y Vázquez, 2003).

Finalmente, se presenta un estudio de variables del ámbito afectivo utilizadas

en la educación general, como son la motivación y algunas variables del yo, como

autoeficacia y autoconcepto, y la atribución causal, relacionada con emociones

específicas desarrolladas en los procesos atributivos en contextos de logro escolar

(éxito y fracaso), cuyos resultados resaltan el concepto de motivación basada en la

atribución causal como predictores de las calificaciones escolares.

El modelo educativo español de 1990 reconoció las actitudes (valores y normas)

como objetivos y contenidos curriculares independientes de los tradicionales

contenidos de conocimientos y procedimientos. Sin embargo, las actitudes

específicas de las diferentes áreas y materias no se definieron con suficiente

precisión (y sobre todo, no se incluyeron contenidos específicos de referencia),

quedándose así en formulaciones retóricas, superficiales y repetitivas (interés por

la materia, adherencia a normas, cuidado en el laboratorio, etc.), que perdieron su

potencial eficacia para mejorar la enseñanza escolar. Cada uno de los estudios

presentados recupera esta idea de la educación de los aspectos afectivos y

actitudinales relacionados con CyT y genera consecuencias específicas para la

enseñanza de la ciencia desde distintas perspectivas, contribuyendo a resaltar la

honda influencia que el ámbito afectivo tiene en la educación científica.

Las emociones de los profesionales en su puesto de trabajo también son

decisivas para lograr una enseñanza afectiva de calidad. Las emociones de los

profesores en el ejercicio de la enseñanza, en el contexto de las clases y los centros

educativos, constituyen otra laguna de la investigación educativa, que debe tener

en cuenta los factores sociales, culturales y políticos de la enseñanza. La cuestión

crucial sería abordar como los aspectos afectivos determinan el éxito o el fracaso en

la enseñanza de la ciencia y la necesidad de afrontar el manejo de las emociones en

la enseñanza como elemento central del desarrollo profesional y la profesionalidad

docente (Zembylas, 2005).

Agradecimientos: Este trabajo ha sido financiado por una ayuda del Plan Nacional de I+D

del Ministerio de Ciencia e Innovación (España), proyecto de Investigación EDU2010-16553.

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CAPÍTULO 12

EL ASPECTO AFECTIVO EN LA ENSEÑANZA

UNIVERSITARIA. CÓMO CINCO PROFESORES

ENSEÑAN EL ENLACE QUÍMICO EN LA

MATERIA CONDENSADA

ANDONI GARRITZ RUIZ. Universidad Nacional Autónoma de México. Director

de Educación Química.

NORMA ANGÉLICA ORTEGA-VILLAR. Universidad Nacional Autónoma de

México.

1. PREFACIO. LA IMPORTANCIA DEL TEMA DEL ENLACE QUÍMICO

Este trabajo va a centrarse sobre los aspectos afectivos encontrados en cinco

profesores del nivel universitario cuando se enfocan en la enseñanza del enlace

químico, en particular en líquidos o sólidos, un tema complejo, aunque

fundamental en los cursos de Química. Estos mismos resultados fueron

presentados recientemente en la conferencia anual de la National Association of

Research in Science Teaching (Garritz y Ortega-Villar, 2012, donde se hizo énfasis

en que el Conocimiento Didáctico del Contenido ―CDC― ha de tener incluida

una faceta afectiva). Uno de los autores ha escrito trabajos sobre el dominio

afectivo en relación con la enseñanza (Garritz, 2009; 2010a; 2010b).

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280 El Aspecto Afectivo en la Enseñanza Universitaria

El concepto de enlace en los cursos de Química General es de capital

importancia. De esta forma, Linus Pauling lo encabeza en el nombre de su libro

The Nature of the Chemical Bond (Pauling, 1960). Años más tarde (dos antes de su

muerte, 1992, p. 521) Pauling afirma que “el concepto de enlace químico es el más

valioso en química. Su desarrollo en los pasados 150 años ha sido uno de los

grandes triunfos del intelecto humano”. Gillespie (1997) califica al enlace químico

como la segunda de las seis grandes ideas de la química:

1. «Átomos moléculas e iones

2. El enlace químico

3. Forma y geometría molecular

4. Teoría cinética

5. Reacción química

6. Energía y entropía.»

Peter Atkins (2005) nos habla del currículo básico de la química («minimal core

of an education in chemistry») y en él incluye nueve conceptos, de los cuales dos (3

y 4) tienen que ver con el enlace:

7. «La materia es atómica

8. Los elementos despliegan periodicidad

9. Los enlaces químicos se forman cuando los electrones se aparean

10. Forma molecular

11. Existen fuerzas residuales entre moléculas

12. La energía se conserva

13. La entropía tiende a crecer

14. Existen barreras a las reacciones

15. Hay solamente cuatro tipos de reacción.»

Por su parte, Caamaño (2003) se pregunta «¿Cuáles son las preguntas y los

conceptos clave de la química?» a lo que responde (las preguntas 2, 3 y 5 tienen

que ver con el enlace químico, como lo revela a continuación su propio

planteamiento):

16. ¿Cómo podemos clasificar la diversidad de sistemas y cambios químicos

presentes en la naturaleza?

17. ¿Cómo está constituida la materia en su interior?

18. ¿Qué relación existe entre las propiedades de los materiales y su estructura?

19. ¿Cómo transcurren las reacciones químicas?

20. ¿Por qué ciertas sustancias muestran afinidad por otras?

21. ¿Por qué ciertas reacciones tienen lugar de forma completa y otras se

detienen antes de llegar a completarse?

22. ¿Qué criterios rigen la espontaneidad de los cambios químicos?»

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 281

Por su parte, Garritz (1998) nos habla de seis elementos de la cultura química,

básicos para todo ciudadano (en los puntos 4 y 6 se toma la idea de enlace químico

como fundamental):

23. «Concepto de materia

24. Conservación de la materia

25. Reacciones químicas: análisis y síntesis

26. Modelo atómico-molecular

27. Periodicidad

28. Conceptos, dicotomías y modelos de estructura y reactividad.»

Sin embargo, muchos otros miembros de la comunidad química son de la idea

de Kutzelnigg (1984), quien indica que “el enlace químico es un fenómeno

altamente complejo que elude todos los intentos de una descripción sencilla”.

Esta es la razón por la que Hoffmann (2011) concluya una conferencia reciente

sobre el enlace químico diciendo:

Yo pienso que cualquier definición «rigurosa» de un enlace químico sería

empobrecedora del concepto, dejándonos con un sentimiento confortable «sí

(no) tengo (no tengo) un enlace», pero muy poco más. Y todavía tiene vida el

concepto de enlace químico, con una venerable historia, y genera

controversias y un interés increíble.

Nos dice también Woodyard (2011) que “podemos calcular bastante bien el

enlace químico, pero seguimos sin saber exactamente lo que es”.

Una primera conclusión es que el tema del enlace químico es importante,

aunque complejo.

Nuestra pregunta de investigación es: ¿existen factores del dominio afectivo

presentes en la enseñanza a nivel universitario de un tema específico, como el del

enlace químico en materia condensada?

2. INTRODUCCIÓN. EL DOMINIO AFECTIVO DE LA COGNICIÓN

Nuestra comprensión de los mecanismos neurológicos mediante los cuales los

humanos adquieren y retienen el conocimiento ha avanzado mucho en años

recientes. En particular, el papel de las emociones en la construcción del

conocimiento ha sido revelado en las dos últimas décadas no sólo en su faceta

psicológica (Pintrich, Marx y Boyle, 1993; Sinatra, 2005), sino también en la neuro-

científica (Damasio, 1994; LeDoux, 1996; Panksepp, 1998; Rolls, 1999; Dolan, 2002).

Hoy es claro que emociones, creencias, actitudes, y motivaciones, están

íntimamente involucrados con el conocimiento concreto (Southerland, Sinatra y

Matthews, 2001; Goswami, 2006) y en la educación son inseparables de él.

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282 El Aspecto Afectivo en la Enseñanza Universitaria

Recientemente los profesores son motivados para asistir a cursos sobre el

aprendizaje basado en los lados cerebrales. Estos cursos sugieren, por ejemplo, que

los niños deberían ser identificados ya sea como aprendices con lateralidad

predominante del «cerebro izquierdo» o del «cerebro derecho», ya que cada

individuo «prefiere» un tipo de abordaje. Se dice que el cerebro izquierdo domina

el procesamiento del lenguaje, la lógica, la formulación matemática, los números, la

secuencia, la linealidad, el análisis y la información factual. Por otra parte, el

cerebro derecho lo hace con el procesamiento de las formas y los patrones, la

manipulación espacial, el ritmo, las imágenes y representaciones, las ensoñaciones,

y las relaciones en el aprendizaje. Los profesores son advertidos de que deben

asegurar que su clase sea «balanceada cerebro izquierdo y derecho» para evitar la

desigualdad entre la preferencia del estudiante y la experiencia de aprendizaje, es

decir, con los estilos de aprendizaje (visual, auditivo o cinestésico) (Honey y

Mumford, 1982).

A partir de la década de los años noventa del siglo pasado ha habido una

notable explosión de investigación acerca de los sustratos neuronales del

procesamiento afectivo (Davidson, Scherer y Goldsmith, 2003; Vilarroya y Forn,

2007). Históricamente la emoción y la cognición habían sido vistas como dos

entidades separadas y muchas regiones cerebrales podrían ser conceptualizadas ya

sea como «afectivas» ―tales como la amígdala, «el núcleo del procesamiento del

miedo» (Pessoa 2008, p. 149) ― o como «cognitivas» ―tales como la corteza

cerebral prefrontal o parietal. Pero ahora, para la visión más reciente de la

organización cerebral, los comportamientos complejos cognitivo-emocionales

tienen su base en coaliciones dinámicas de redes de áreas cerebrales, ninguna de

las cuales debería ser conceptualizada como específicamente afectiva o cognitiva.

Este es el caso de la Corteza Lateral Izquierda Prefrontal (LPFC por sus siglas en

inglés, Gray, Braver y Raichle, 2002). La evidencia de la integración cognitivo-

emocional en la LPFC deriva de estudios acerca de la memoria de trabajo que

involucran el mantenimiento y la actualización de la información, por ejemplo,

cuando a los participantes se les pedía conservar en mente representaciones ya sea

neutras o emocionales (Pessoa, 2008, p. 148).

McLeod (1992) sugiere que las creencias, actitudes y emociones deben ser

factores importantes de investigación en el terreno de la educación matemática.

Esos términos son utilizados para describir una amplia variedad de respuestas

afectivas específicas: creencias acerca de las matemáticas, creencias acerca de su

enseñanza, actitudes hacia las matemáticas y las emociones ―como la tensión y

frustración en la resolución de problemas, o las respuestas positivas que

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 283

acompañan un momento de comprensión. Gregoire (2003) también ha detallado

los componentes afectivos de la cognición en matemáticas. Todas las ideas de

McLeod y Gregoire pueden ser perfectamente vertidas hacia la educación en

ciencias. Y eso es lo que trata el presente trabajo.

Marina (1998), filósofo español, dice que es necesario un término genérico para

describir las experiencias relacionadas con la evaluación (placentera o no

placentera, atractiva o repulsiva) y se inclina por “afectividad” y “afecto”. Nos

dice: Afecto es el conjunto de todas las experiencias que tienen un componente

doloroso-agradable, atractivo-repulsivo, bueno-malo, estimulante-deprimente,

activador- paralizante. Marina coincide con Goleman (1995) y Epstein (1998) en

que «somos inteligencias emocionales. Nada es más interesante para nosotros que

los sentimientos, porque la felicidad o la desgracia están hechas de ellos. Actuamos

para conservar un estado de ánimo, o para cambiarlo. Son los más cercanos y los

más ajenos a nosotros». Marina define los sentimientos como información

integrada que implican un balance entre:

La situación real que se está viviendo;

Los deseos y necesidades;

Las creencias, expectativas y hábitos;

Las ideas acerca de uno mismo.

“No son las emociones las que son inteligentes o no, sino el pensamiento

automático, pre-consciente que subyace a las emociones” (Epstein, 1998).

Trabajos recientes de investigación en educación científica (Otero, 2006;

Zembylas, 2005) objetan la independencia de los aspectos racionales y emocionales;

consideran gradualmente la relación entre ambos terrenos, como se hará en este

estudio. En los últimos tres manuales sobre enseñanza y aprendizaje de las ciencias

han aparecido dos capítulos relacionados con el dominio afectivo (Fraser, 1994;

Simpson, Koballa, Oliver y Crawley, 1994; Bell, 1998; Wubbels y Brekelman, 1998;

Jones y Carter, 2007; Koballa y Glynn, 2007). Antes de presentar los detalles del

tema específico de la investigación de la enseñanza, veamos algunos de los

componentes generales del dominio afectivo.

2.1. Emociones

La cognición se refiere a procesos tales como memoria, atención y lenguaje, y

también al razonamiento como resolución de problemas y planeación. Se piensa

que muchos procesos cognitivos involucran funciones humanas complejas.

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284 El Aspecto Afectivo en la Enseñanza Universitaria

A diferencia de la cognición, las emociones no son fáciles de caracterizar,

porque son estados psicológicos que tienen cualidades únicas. Primero, a

diferencia de la mayoría de los estados psicológicos, las emociones están

relacionadas con sucesos corporales y consisten en patrones conductuales de

expresiones faciales, comportamiento, y estimulación autónoma. Segundo, son

menos susceptibles a nuestras intenciones que otros estados psicológicos, en la

medida en que a menudo detonan de manera directamente opuesta a nuestra

razón deliberada con relación a tales emociones. Finalmente, y lo más importante,

las emociones son menos encapsuladas que otros estados psicológicos como es

evidente en sus efectos globales en virtualmente todos los aspectos de la cognición

(James, 1890).

Nuestra forma natural de pensar acerca de estas emociones en bruto es que

la percepción mental de algún hecho estimula la afección mental llamada

emoción, y que este último estado mental origina la expresión corporal. Mi

teoría, por el contrario, es que los cambios corporales siguen directamente a

la percepción del hecho estimulante, y que nuestra sensación de los propios

cambios conforme ocurren ES la emoción (James, 1890, p.743).

Difícilmente podemos quedar satisfechos con una con definición que tiene más

de un siglo de antigüedad. Sin embargo, las definiciones modernas son menos

satisfactorias. Algunos investigadores incorporan el impulso y la motivación: “La

definición de emociones es que son estados provocados por recompensas y

castigos; es decir, por reforzadores instrumentales” (Rolls, 2005, p. 11).

Otros autores favorecen la visión de que las emociones están involucradas en la

evaluación consciente (o inconsciente) de los hechos (Arnold, 1960). Algunas

aproximaciones se centran en las emociones básicas (Ekman, 1992), otros en un

conjunto extenso de emociones, incluyendo las morales (Haidt, 2003; p.ej. orgullo y

envidia). Existe una fuerte evidencia que también asocia las emociones al cuerpo

(Damasio, 1994). La palabra «sentimiento» es utilizada para caracterizar la

experiencia mental de una emoción, y la palabra «emoción» es utilizada para

describir la reacción orgánica al estímulo externo (Texeira y Mortimer, 2003).

Adicionalmente a estas definiciones de «emoción» se debe reconocer que el

aprendizaje de conceptos científicos es mucho más que un proceso cognitivo. La

enseñanza está fuertemente cargada con emociones y sentimientos, estimulados

por y dirigidos hacia no solamente personas, sino también valores e ideales. No

obstante, en escuelas y universidades, en su mayor parte, la ciencia está

representada como un área del currículum racional, analítica y no emotiva; y los

profesores de ciencia, los textos y los documentos curriculares comúnmente

presentan imágenes de la ciencia y de los científicos que plasman una gran

distancia con lo emocional (Garritz, 2010b).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 285

En el caso de las matemáticas, McLeod (1992) y Dogan (2012) insisten en que la

capacidad para aprender una materia puede ser afectada significativamente por las

preocupaciones de los estudiantes por la materia. Dogan presenta un modelo sobre

cómo los factores afectivos (emoción, valor, creencia, actitud, etc.) y los procesos

cognitivos pueden interactuar, especialmente entre los profesores en formación.

2.2. Motivación

Pintrich et al. (1993, p. 167) presentaron un modelo de cambio conceptual para

describir el aprendizaje con base en la motivación del estudiante. Desde entonces

se le reconoce como el «modelo caliente del cambio conceptual», en contraste con

el de Posner, Strike, Hewson y Gertzog (1982), denominado como «el frío». De

acuerdo con Pintrich et al. (1993), ha habido poca investigación que pretenda ligar

la motivación con la cognición. En el desarrollo teórico sobre la educación

científica, los estudios sobre el cambio conceptual tienden a ignorar las diferencias

en las creencias motivacionales así como en los factores contextuales del salón de

clase que pueden influir el proceso de aprender ciencia. Describen:

Los constructos motivacionales tales como orientación hacia metas, valores,

creencias de eficacia y control pueden servir como mediadores de este

proceso de cambio conceptual y son probables candidatos de investigación

acerca de cómo los procesos de asimilación y acomodación pueden operar

en conjunto con la motivación estudiantil en la enseñanza del cambio

conceptual (Pintrich et al., 1993, p. 192).

Basándose en la psicología educativa y del desarrollo, Eccles y Wigfield (2002;

p.110) nos dicen que “la raíz latina de la palabra «motivación» significa «mover»”,

de ahí que en este sentido básico el estudio de la motivación es el estudio de la

acción. La motivación es comúnmente definida como lo que hace que un trabajo

reciba una recompensa o evite un castigo. Emoción y motivación están

estrechamente ligadas; ambas dependen de la relación entre el organismo y su

ambiente. En el caso de la emoción, el énfasis debe estar en el aspecto evaluativo de

esta relación, mientras que en el caso de la motivación debe estar en cómo el

organismo actúa en una situación dada (Parkinson y Colman, 1995).

Existen artículos recientes acerca de las creencias motivacionales y su relación

con la actuación académica en los cursos de química universitarios (Lynch y

Trujillo, 2011).

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286 El Aspecto Afectivo en la Enseñanza Universitaria

2.3. Interés, actitud y autocreencias

La actitud como constructo ha sido definida en una multitud de formas por

filósofos, psicólogos, investigadores y practicantes. Por ejemplo, Simpson et al.

(1994) define actitud como “una predisposición a responder positivamente o

negativamente ante las cosas, las personas, los lugares, los acontecimientos o las

ideas” (p.212).

Jones y Carter (2007) ubican a las actitudes como un componente de un sistema

general de creencias, que contiene también la auto-eficacia, las epistemologías, y

las expectativas. Todas ellas están entretejidas e insertadas en el contexto

sociocultural.

La investigación PISA (OCDE 2004; 2007) ha explorado extensamente las

competencias y actitudes hacia las matemáticas y la ciencia en estudiantes de 29 y

30 países pertenecientes a la OCDE, respectivamente en cada aplicación de 2003 y

2006 (la del año 2000 se centró en la comprensión lectora), y la investigación acerca

de las competencias y actitudes hacia la ciencia de 2006 cubrió otros 27 países

adicionales.

Los investigadores distinguen tres tipos de interés: individual, situacional y

temático. Definido típicamente como «una predisposición a prestar atención a

ciertos objetos y a involucrarse en ciertas actividades» (Ainley, Hidi y Berndorff,

2002, p.545), el interés individual aparece en un dominio particular tal como sería

el de las materias escolares (ciencia, historia, matemáticas), las actividades

específicas (música, deportes, películas), o como un interés general por aprender.

Este interés influye en la atención selectiva de los estudiantes, en el esfuerzo, y en

la disposición de perseverar en una tarea, y su activación y adquisición de

conocimiento. En contraste, el interés situacional puede ser generado por

condiciones particulares u objetos concretos en el ambiente, por ejemplo del salón

de clases, por un cierto texto, el trabajo de grupo o la participación activa del

estudiante. La tercera forma de interés, el temático, esta detonado por cierta

palabra, oración o párrafo expresada alrededor de un tema (Nieswandt, 2007). Pero

vamos a las auto-creencias.

El auto-concepto es una auto-creencia general que incorpora muchas formas de

auto-conocimiento y de sentimientos auto-evaluativos. Históricamente, el auto-

concepto ha sido definido como una «percepción global de uno mismo y de las

reacciones de la autoestima propia a esa auto-percepción» (Marsh y Shavelson,

1985). Los intereses y actitudes de los estudiantes hacia la ciencia, así como a sus

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 287

percepciones de qué tan bien se comportarán en contextos de aprendizaje puede

también jugar un papel importante en el desarrollo de una comprensión

significativa de los conceptos científicos; una comprensión que va más allá de la

memorización para llegar a la habilidad de explicar los fenómenos de cada día con

el conocimiento científico vigente (Nieswandt 2007).

Las creencias de auto-eficacia se refieren a las capacidades de los estudiantes de

llevar a cabo una tarea (Pintrich et al., 1993, p.185) o bien a “juicios personales de

las capacidades propias para organizar y ejecutar cursos de acción para alcanzar

los objetivos establecidos” (Zimmerman, 2000, p.83). Las creencias de valores son

creencias acerca de la importancia, utilidad, y relevancia de la tarea (Pintrich,

2004). Autoestima ha sido también definida como “dos aspectos interrelacionados:

conlleva un sentido de eficacia personal y otro de valor personal; es la suma de

auto-confianza y auto-respeto; es la convicción de que uno es competente para

vivir y digno de vivir” (Mruk, 2006, p.12).

3. CONOCIMIENTO DIDÁCTICO DEL CONTENIDO, REPRESENTACIÓN

DEL CONTENIDO Y MODELO DEL PERFIL CONCEPTUAL (CPM) DE

MORTIMER

3.1. Conocimiento Didáctico del Contenido

Shulman (1986) plantea que la famosa frase de descrédito para los profesores

expresada por George Bernard Shaw (1903): “El que puede, hace. El que no puede,

enseña”, debe transformarse en “aquellos que pueden, hacen. Aquellos que

entienden, enseñan”. Habla también sobre la importancia del conocimiento de los

profesores y la influencia decisiva que tiene sobre la práctica. Menciona que para

ubicar el conocimiento que se desarrolla en las mentes de los profesores, hay que

distinguir tres tipos del mismo:

A. El conocimiento del contenido temático de la asignatura, (CA)

B. El conocimiento didáctico del contenido (CDC) y

C. El conocimiento curricular (CC).

Para caracterizar al segundo, dice que “es el conocimiento que va más allá del

tema de la materia per sé y que llega a la dimensión del conocimiento de la materia

para la enseñanza” (Shulman, 1987, p.9). En el CDC incluye, para los tópicos más

regularmente enseñados en el área temática del profesor, lo que lo habilita para

responder a preguntas tales como: “¿Qué analogías, metáforas, ejemplos, símiles,

demostraciones, simulaciones, manipulaciones, o similares, son las formas más

efectivas para comunicar los entendimientos apropiados o las actitudes de este

tópico a estudiantes con antecedentes particulares?” (Shulman y Sykes, 1986, p.9).

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288 El Aspecto Afectivo en la Enseñanza Universitaria

El CDC también incluye un entendimiento de lo que hace fácil o difícil el

aprendizaje de tópicos específicos: “las concepciones y preconcepciones que los

estudiantes de diferentes edades y antecedentes traen con ellos al aprendizaje de

los tópicos y lecciones más frecuentemente enseñados” (Shulman, 1986, p.9). Si

estas concepciones son alternativas al conocimiento científico, los profesores

necesitan el conocimiento de las estrategias que con mayor probabilidad van a ser

fructíferas en la reorganización del entendimiento de los aprendices.

Klafki (1958) se adelantó a Shulman proponiendo cinco preguntas clave

dirigidas a los profesores al momento de preparar su clase. En ellas menciona una

enorme cantidad de representaciones básicas, tales como: hecho, fenómeno,

principio, ley, criterio, problema, método, técnica, actitud, intuición, situación,

experimento, diagrama, situación, observación, modelo, analogía, metáfora, etc.

Magnusson, Krajcik y Borko (1999) identifican cinco elementos clave del CDC:

A. Visión y propósito de la enseñanza de la ciencia;

B. Conocimiento y creencias sobre el currículo de ciencia;

C. Conocimiento y creencias acerca del entendimiento estudiantil sobre tópicos

específicos de ciencia;

D. Conocimiento y creencias sobre estrategias de instrucción para enseñar

ciencia;

E. Conocimiento y creencias sobre evaluación en ciencia.

Park y Oliver (2008), como resultado de una investigación empírica, hablan de

un nuevo componente afectivo del CDC: «la eficacia del profesor», que son «las

creencias de los profesores acerca de su habilidad para afectar los resultados de los

estudiantes» (p. 278). Garritz (2010b) ha definido este sexto componente del CDC

de forma explícita como:

F. Conocimientos y creencias acerca del dominio afectivo relacionado con el

contenido de la materia específica. Los siguientes sub-componentes son

propuestos para su consideración: creencias motivacionales; creencias de

orientación hacia la meta; creencias de intereses y valores; auto-concepto;

auto-eficacia; autoestima; y creencias de control; todas ellas relacionadas con

los intereses, actitudes y emociones de los profesores acerca de su propia

manera de enseñar; la materia que enseñan; y su conocimiento de la actitud

que los estudiantes adoptan al aprender.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 289

Varios autores han relacionado el dominio afectivo con el Conocimiento

Didáctico del Contenido, tales como Hargreaves (1998), McCaughtry (2004; 2005) y

Zembylas (2007).

3.2. Representación del Contenido (CoRe)

Es claro que reconocer y articular el CDC de un profesor es un proceso

complejo y difícil. Hay muchas razones para ello, entre otras que el CDC (Baxter y

Lederman, 1999):

No está asociado con la impartición de una determinada lección. Las

actividades de la buena docencia pueden contribuir al mismo, pero por lo

general no son ejemplos explícitos per sé. Se trata de una noción compleja

que es reconocible sólo sobre un periodo largo de tiempo, ya que en muchas

ocasiones el profesor no utiliza toda su “batería” con un grupo dado de

estudiantes.

Es mantenido y conservado inconscientemente por el profesor. Se trata parcial-

mente de una construcción interna que es tácita y, por lo tanto, difícil de expresar.

Recientemente, Loughran, Mulhall y Berry (2004) presentaron dos herramientas

para “retratar”, dicen, el CDC de los profesores:

CoRe (Content Representation, o ReCo en español, por «Representación del

Contenido»).

PaP-eRs (Professional and Pedagogical experience Repertoires, o RePyPs, en

español «Repertorios de experiencia profesional y pedagógica»).

En relación con este trabajo, los autores han modificado el conjunto de ocho

preguntas del marco ReCo de Loughran et al. (2004, Tabla 1), incluyendo la

reformulación de cinco de ellas (integrando algunas e ignorando otras; de forma

similar a Padilla, Ponce de León, Rembado y Garritz, 2008) y un par final de

preguntas sobre el componente afectivo (Park y Oliver, 2008; Garritz, 2010b).

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290 El Aspecto Afectivo en la Enseñanza Universitaria

Tabla 1. Siete preguntas ReCo utilizadas en este estudio (preguntas 6 y 7 corresponden al

componente afectivo del CDC) solicitadas para cada una de las ideas centrales y tres preguntas

generales (A. a C.) también sobre el dominio afectivo.

1. ¿Por qué considera importante para los estudiantes desarrollar esta idea central?

2. ¿Cuáles son las dificultades o limitaciones al enseñar esta idea central?

3. ¿Cuáles son las dificultades o limitaciones relacionadas con el aprendizaje de esta idea central

para los estudiantes?

4. ¿Cuáles ejemplos y procedimientos de enseñanza utiliza usted para involucrar a los

estudiantes con esta idea central?

5. ¿Cuáles son las formas específicas para determinar la comprensión o confusión de los

estudiantes alrededor de esta idea central hacia el cambio conceptual?

6. ¿De qué manera promueve la motivación estudiantil para el aprendizaje de este concepto?

Indique el tipo de motivación al que recurre.

7. ¿Cuál es la forma que usted utiliza para promover el interés individual de los estudiantes o el

interés temático para aprender esta idea central?

A. ¿Cómo logra las emociones de los estudiantes por el tema?

B. ¿Cómo promueve las actitudes favorables de los estudiantes hacia el tema?

C. ¿Cómo ayuda a los estudiantes a tener confianza en participar y expresarse mientras

aprenden el tema?

3.3. Modelo del Perfil Conceptual de Mortimer.

Se argumenta que los profesores hábiles transforman la materia que enseñan en

formas más accesibles para los estudiantes, adaptándola al contexto de

aprendizaje, desarrollando de este modo su CDC. No obstante, entender cómo se

desarrolla éste puede ser difícil de investigar porque los profesores no

necesariamente encuentran fácil expresar su conocimiento acerca de lo que hacen

tácitamente en la práctica del salón de clase. No obstante, es posible llegar a

comprender más sobre este conocimiento a través del Modelo del Perfil

Conceptual (MPC) de Mortimer (1995, p.270), definido por él como un “sistema

superindividual de formas de pensamiento” (p.270), que describe diferentes rutas

de razonamiento y discurso para alcanzar un concepto, llamadas «zonas del perfil

conceptual» (ZPC). De acuerdo con Mortimer (1995, p.284) este modelo podría

ayudar a los investigadores a manejar la evolución conceptual en el aula, porque

representa un cambio complementado con la adquisición de conciencia. Una

persona podría tener un perfil conceptual específico en un momento dado,

dependiendo de su filosofía personal, creencias, experiencias, y bagaje cultural.

Este se iría transformando con el tiempo, cuando hiciera más énfasis en algunas

zonas del perfil y menos en otras. Ha sido aplicado en nuestro caso para la

enseñanza de un tema específico, seleccionando un conjunto apropiado de ZPC.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 291

Con base en investigaciones reportadas en la literatura (Mortimer, 1995; Amaral

y Mortimer, 2004; Coutinho, Mortimer y El-Hani, 2007; Padilla et al., 2008;

Mortimer, Scott y El-Hani, 2011), decidimos utilizar la clasificación de cuatro zonas

del perfil conceptual que coinciden con las de Padilla y Garritz (2011; 2012

aceptado) sobre estequiometría. Incluimos inmediatamente una corta descripción

de cómo decidir la clasificación de las frases en cada una de las zonas de perfil

conceptual, para iniciar nuestro análisis de lo que los profesores mencionaron en

sus ReCos:

Conceptual: el conocimiento conceptual implica la construcción de una visión

holística del contenido para obtener una comprensión completa y auténtica de los

conceptos y teorías subyacentes, con tal de reorganizar ese conocimiento utilizando

las pruebas que se reúnan y mantener así una visión crítica y más objetiva del tema

(Arons, 1997). La comprensión conceptual es también interpretada como la

habilidad de los estudiantes para aplicar en situaciones cotidianas los conceptos

científicos aprendidos sobre los fenómenos. Algunos ejemplos de oraciones con

estas características son ‘Aunque los alumnos tienen una noción acerca del

concepto, la mayoría no puede definir «enlace químico». La razón es que todas las

definiciones parecen ser ambiguas porque hablamos de enlace químico cuando

especies con cierta estabilidad son formadas como entidades independientes, pero

¿qué significa ese «cierta»?’ O esta otra ‘uno de los propósitos de explicar los

modelos de enlace y las interacciones moleculares es que estos conceptos permiten

explicar propiedades físicas de las sustancias’ (Estos dos ejemplos fueron escritos

por el profesor 2 en este estudio).

Nieswandt (2007) ha subrayado que la comprensión conceptual de la ciencia es

un fenómeno complejo. Incorpora la comprensión de conceptos individuales

relativamente simples, como la «masa» o de conceptos más complejos, como

«enlace» que, siguiendo ciertas reglas y modelos, combina múltiples conceptos

individuales —por ejemplo, modelo de la naturaleza corpuscular de la materia,

conservación de la masa, cantidad de sustancia, equivalencia, covalencia,

ionicidad, etcétera.

Contextual: Esta clase de nociones son construidas por las personas de acuerdo

con el contexto social e histórico que experimentan; la contextualización de

conceptos muy abstractos o las narrativas históricas son herramientas

imprescindibles para la enseñanza. Los conceptos o procesos tales como las

«propiedades organolépticas» o los «cambios físicos y químicos en fenómenos

cotidianos» o preguntas tales como «¿por qué el enlace iónico se rompe fácilmente

cuando se disuelve una sustancia iónica en agua, mientras que una sustancia

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292 El Aspecto Afectivo en la Enseñanza Universitaria

covalente no se disuelve?» O frases como estas dos «las narrativas históricas del

equivalente mecánico de calor» y «comentar y explicar los premios Nobel de los

años 2000 y 2010, relacionados con polímeros conductores por Heeger,

MacDiarmid y Shirakawa o con el grafeno, por Novoselov y Geim» son del tipo

contextual (estos dos ejemplos fueron escritos por profesor 3).

Esta ZPC también incluye ideas con un sentido ético sin una aproximación

científica formal. Aquí corresponden las ideas prácticas que son mencionadas sin

una relación clara entre el fenómeno y la teoría.

Representacional: Una de las estrategias más interesantes que se informan en la

literatura es la relacionada con diferentes tipos de representaciones para lograr el

aprendizaje. En química, la comprensión de conceptos complejos en múltiples

niveles no se consigue sin una comprensión y habilidad para usar e integrar

múltiples representaciones dentro de los niveles nanoscópico y simbólico (Ardac y

Akaygun, 2004; Wu y Shah, 2004; Gilbert y Treagust, 2009). Algunos ejemplos de

frases dentro de esta ZPC Representacional también escritas por el profesor 3 son

las siguientes: «Yo utilizo diagramas moleculares, fotografías, esquemas de Rayos

X para representar la estructura química de las sustancias» o «empleo analogías

con magnetos y le pido a los estudiantes que imaginen qué pasa en una charola con

estos magnetos rectangulares en movimiento».

Hemos encontrado las siguientes representaciones en los cinco profesores

involucrados en este estudio: analógica, visual, mapas análogos, experimentos de

laboratorio o demostraciones, modelos moleculares y modelos materiales.

Procedimental: Este conocimiento es aquél que requiere el uso de un conjunto

memorizado de procedimientos para la solución de un problema; que denota la

utilización dinámica y exitosa de reglas particulares, de dispositivos, experimentos,

demostraciones o algoritmos dentro de formas relevantes de representación. Una

frase como ejemplo «Si tomamos aproximadamente 250 ml de acetona y

empezamos a empujar dentro vasos de poliestireno, es impresionante cuántos de

ellos pueden ser disueltos», para enseñar que «lo similar disuelve lo similar»

(frases de la profesora 2).

Con relación a la solución de problemas conceptuales versus procedimentales

existe una gran cantidad de referencias de la década de los años 90 en el Journal of

Chemical Education (Pickering, 1990; Bunce, 1993; Nakhleh, 1993; Zoller, Lubezky,

Nakhleh, Tessler y Dori, 1995; Nakhleh, Lowrey y Mitchel, 1996) que fueron

iniciados por el trabajo fundacional de Nurrenbem y Pickering (1987). Esos autores

mencionan la desventaja que los buenos resolucionadores de problemas tienen que

enfrentar con los problemas conceptuales de química básica.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 293

Niaz y Robinson (1992) concluyen que el entrenamiento en los problemas de

tipo algorítmico no garantiza la comprensión exitosa de los problemas

conceptuales: «los problemas algorítmicos y conceptuales pueden requerir

diferentes habilidades cognitivas» (p. 54). Lo mismo alcanzan más recientemente

Holme y Murphy (2011), al igual que Salta y Tzougraki (2011).

4. LOS CONCEPTOS DISCIPLINARIOS INVOLUCRADOS EN ESTE

ESTUDIO

En particular, el tema disciplinario de este trabajo, el enlace que se presenta en

sustancias sólidas o líquidas, es un tema difícil para los estudiantes (Gillespie y

Popelier, 2001), así que la documentación del CDC de renombrados profesores

puede ser sumamente útil para el entrenamiento profesional de nuevos profesores

(Reyes y Garritz, 2006; Hume y Berry, 2011). Han aparecido varias publicaciones

sobre Tecnologías de la Información y la Comunicación, así como secuencias de

enseñanza aprendizaje que abordan el tema del enlace químico (García Franco y

Garritz, 2006; Levy Nahum, Mamlok-Naaman, Hofstein y Krajcik, 2007; Frailich,

Kesner y Hofstein, 2009; Hilton y Nichols, 2011).

De este estudio recogemos varias cuestiones de orden general sobre cómo se

enseña actualmente el tema del enlace químico en la materia condensada. Por

ejemplo, los libros más utilizados por los profesores entrevistados fueron los de

Atkins y Jones (2010), Spencer, Bodner y Rickard (2006) y Garritz, Gasque y

Martínez (2005).

4.1. Diagramas de van Arkel (1947).

No existen fronteras bien definidas entre los diferentes modelos de enlace y eso

se hace evidente en estos diagramas (Jensen, 1995), en los que hay un continuo

entre enlaces declarados tradicionalmente como satisfactorias de un modelo o de

otro (ver la figura 1, tomada de Spencer et al., 2006).

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294 El Aspecto Afectivo en la Enseñanza Universitaria

Figura 1. Van Arkel (1949) presenta este tipo de diagramas donde ha graficado la diferencia

de electronegatividades (en las ordenadas) contra el promedio de las mismas (en las

abscisas) para señalar zonas donde aparecen sólido metálicos (abajo a la izquierda); sólidos

iónicos (arriba a la izquierda) y sólidos covalentes, sean moleculares o de red (abajo a la

derecha).

4.2. Concepto de Red (Network, en inglés).

Hoy se acepta que los enlaces en la materia condensada son de naturaleza

multidireccional y que existe diferencia entre la fuerza de los enlaces de naturaleza

residual en los sólidos covalentes (tipo van der Waals) y los sólidos con enlaces «de

Red». En la figura 2 se presentan tres tipos de enlaces de Red de diferente

naturaleza, uno covalente, otro metálico y el tercero iónico.

a) b) c)

Figura 2. Los tres modelos de enlace de Red se presentan en la materia condensada.

a) Covalente en red, en el diamante; b) Metálico y c) Iónico, en la fluorita.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 295

5. HALLAZGOS Y ANÁLISIS

5.1. Modelo de perfil conceptual para caracterizar las respuestas de los

profesores.

Los conceptos acordados por consenso de los cinco profesores como Conceptos

Centrales del tema son: 1. Propiedades Físicas, 2.Parámetros de Enlace: Energía y

Distancia, 3. Polaridad e Interacción Intermolecular, 4. Redes (metálica, iónica o

covalente). De cada uno de ellos, se respondieron las 7 preguntas de la ReCo,

precedidas por las tres preguntas de carácter general (A, B y C) expresadas en la

Tabla 1.

El resultado de clasificar cada una de las oraciones escritas en sus ReCos como

parcial o totalmente pertenecientes a una ZPC se muestra en la figura 3. Esa tarea

pudo hacerse con un promedio de casi treinta oraciones para cada profesor (29

para el profesor 1; 22 para el 2; 31 para 3 y 35 para 4; al profesor 5 se le eliminó de

este análisis, debido a sus respuestas, demasiado repetitivas).

Puede apreciarse que todas las frases de los profesores caen del 24 al 39 por

ciento en la primera ZPC, la de tipo conceptual; pero hay serias diferencias en las

otras tres zonas, con los profesores 1, 3 y 4 altamente Contextuales y

Representacionales (entre 25 y 32%); y el profesor 2, que es el más Procedimental

(24%), aunque también es el que más destaca en el aspecto conceptual (39%). En

pocas palabras, podríamos decir que es cierto que cada profesor tiene su estilo de

enseñar, hay el que hace énfasis en diferentes aspectos más relativos con la vida

diaria (contextual), o el que usa diagramas, analogías, etc. (representacional), o

quien emplea aspectos empíricos (procedimental).

Figura 3. Porcentaje de oraciones en el ReCo de cada profesor categorizado por cada una de

las cuatro zonas del perfil conceptual descritas en la sección sobre el Modelo del Perfil

Conceptual.

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296 El Aspecto Afectivo en la Enseñanza Universitaria

5.1.1. Frases relativas al contenido de modelos de enlace en materia

condensada.

Transcribimos algunas frases literales interesantes copiadas de tres preguntas

de la ReCo de los profesores involucrados. Se colocan en mayúsculas algunas

frases que resumen la posición del profesor. Los tres ejemplos revelan algunos

aspectos relacionados con la enseñanza del contenido en los que los profesores

tienen aportaciones, como la expresión de las limitaciones del aprendizaje del

profesor 3; o la discusión a partir de cinco sólidos blancos del profesor 5, o las tres

bellas analogías empleadas por el profesor 4.

1. ¿Cuáles son las dificultades o limitaciones relacionadas con el aprendizaje…?

El manejo de longitudes menores a 0,001 m es difícil de conceptualizar por los

alumnos. Tienen:

a) Poca habilidad para APLICAR LA NOTACIÓN CIENTÍFICA: 1exp-15

b) Poca capacidad de COMPRENDER LA DIMENSIÓN DEL JOULE o

kilojoule, unidades en las que se encuentran los datos de energías de

enlace.

c) Dificultad en ASOCIAR LOS CAMBIOS DE TEMPERATURA A

INCREMENTOS O DECREMENTOS DE ENERGÍA (Profesor 3).

2. Cuáles ejemplos y procedimientos de enseñanza utiliza…?

Llevo al salón una colección de sólidos blancos, pulverizados. Se les comenta a

los alumnos que parecen iguales, pero no lo son: ¿QUÉ PROPONEN HACER

PARA AVERIGUAR EN QUÉ SON IGUALES Y EN QUÉ NO?

Se les invita a que se acerquen, los observen con más cuidado, los podrían tocar.

Es probable que algunos alumnos quieran saber o traten de adivinar qué son.

Se puede aclarar que son: sal de mesa, azúcar glass (o azúcar impalpable),

harina de maíz, bicarbonato de sodio, gis, talco y arena fina. ¿Pero cuál es cuál?

Pueden proponer algunas formas de conocer su identidad, pero lo más

importante es DEJAR LA INQUIETUD por conocer qué tienen en común (Profesor

5).

3. Empleo de analogías, para promover el interés

Cuando ejemplifico si las especies químicas son más o menos polarizables, lo

comparo con personas que hacen mucho ejercicio y tienen un abdomen duro (poco

polarizable), en contraste con las personas obesas (muy polarizables).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 297

Una pareja de novios, cuando apenas comienzan a estar juntos, cuando TODO

es amor y felicidad, la atracción entre los dos es grande (alta energía de unión) y

eso repercute en la distancia de enlace, siempre están cerca el uno del otro (efecto

moco).

Una red de un sólido molecular es como un salón de baile donde hay muchas

parejas bailando, cada pareja representa a las moléculas y cada persona a los

átomos; dentro de cada pareja la unión es fuerte y su distancia es corta, pero entre

parejas la interacción es mucho más débil y la distancia que las separa es

notoriamente mayor. (Profesor 4).

5.1.2. Frases relativas al aspecto afectivo.

A continuación transcribimos varias de las frases literales de cada uno de los

profesores con una componente claramente afectiva, relativas a las preguntas

generales A a C del cuestionario de la Tabla 1. Nuevamente se colocan en

mayúsculas algunas frases que resumen la posición del profesor.

A. ¿Cómo logra la emoción de los estudiantes por el tema?

La principal emoción que pretendo despertar en los estudiantes es la confusión.

Se sabe que el punto de ebullición del agua es 100°C. También se sabe que al

alcanzar el punto de ebullición una sustancia líquida pasa a la fase vapor. Entonces

¿Por qué podemos secar la ropa a temperatura ambiente sin necesidad de

«hervirla» para secarla?

Si el agua es un líquido incoloro y transparente ¿Por qué el mar es azul? ¿Por

qué las nubes son blancas?

Aparentes contradicciones como estas pueden provocar confusión en los alumnos, pero

también despiertan ansiedad por resolver el problema. (Profesor 1)

Me ha sido posible despertar entre los estudiantes emociones positivas de asombro o

alegría; lo he logrado con ejemplos de sustancias de su vida cotidiana como el agua,

la sal, algunos metales y sus propiedades, a través de fotos, de ejemplos y del

análisis de situaciones cotidianas (Profesor 2).

B. ¿Cómo promueve actitudes favorables hacia el aprendizaje de este tema?

Considero muy importante revisar las tareas o investigaciones previas, así como

subrayar la importancia de lo que encontraron en su investigación.

Procuro integrar en la discusión a la mayor parte del grupo.

Utilizo con frecuencia la frase: “tengan presente que, aquí todos estamos

aprendiendo”.

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298 El Aspecto Afectivo en la Enseñanza Universitaria

Con ayuda de problemas específicos para que los alumnos diseñen un método

para resolverlos, les expreso satisfacción cuando sus propuestas están bien

encaminadas (Profesor 3).

Propiciando que exterioricen sus propias creencias e ideas acerca de lo que

perciben o saben de algo.

Pedirles que escuchen a los demás.

Propiciar que los alumnos expresen sus opiniones, sus dudas, e inquietudes en

cualquier momento (Profesor 5).

C. ¿Cómo favorece que los alumnos participen y se expresen con confianza en el

aprendizaje del tema? Empleo de analogías, para promover el interés…

Organizo al grupo en equipos para que dentro de ellos lleguen a sus resultados y

conclusiones. Cuando hay interpretaciones erróneas se hace hincapié en una

respuesta afectiva del profesor “muy buena tu opinión, pero…”, e utilizando la

“lógica” del error como algo comprensible. Hago explícita mi gratificación si los

alumnos participan con interés y van acercándose a las conclusiones correctas

(Profesor 3).

6. CONCLUSIONES

Históricamente, emoción y cognición han sido vistas como entidades separadas.

Un factor que puede haber contribuido a esa separación durante el siglo pasado

fue sin duda metodológico.

Como lo mencionan Gray et al. (2002) “la emoción y la cognición de alto nivel

pueden estar verdaderamente integradas, es decir, en algún punto del

procesamiento la especialización funcional se pierde; emoción y cognición

conjuntamente y por igual contribuyen al control del pensamiento y el

comportamiento” (p. 4115). Esta frase resume los hallazgos de que aunque

emoción y cognición son parcialmente separables, a menudo se da una integración

entre ellas, borrándose fuertemente la distinción entre ambas.

Este estudio revela que las emociones están entrelazadas con la construcción de

conocimientos específicos, en las relaciones entre estudiantes y profesores. Se

sugiere que creencias, actitudes y emociones debieran ser desde ahora importantes

factores a contemplar en la enseñanza científica. Un buen profesor debe poseer una

amplia variedad de res-puestas del dominio afectivo para la enseñanza de temas

específicos de ciencia para encarar, por ejemplo, creencias sobre ciencia y sobre su

enseñanza, actitudes hacia la ciencia y emociones (tales como la frustración o

ansiedad por la resolución de problemas).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 299

En la proporción de frases respondidas en cada zona del perfil conceptual fue

claro que los cuatro profesores involucrados tienen su propia manera de enseñar el

tópico, independientemente de una alta proporción de aspectos conceptuales en

todos ellos.

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CAPÍTULO 13

LA QUÍMICA ¿EMOCIONA?

MERCÈ IZQUIERDO AYMERICH. Universidad Autónoma de Barcelona.

1. CIENCIA, UN PROYECTO HUMANO DE COMUNICACIÓN

Se han dicho cosas preciosas sobre las ciencias, que no tienen mucho que ver

con la retórica de verdad objetiva y de progreso asegurado que configura mucho

de los discursos aparentemente científicos (pero que no lo son) en los media y en

algunos libros de texto. Todas ellas nos muestran que las ciencias son el resultado

de una actividad humana la cual, si bien tiene características diferentes según las

épocas y los valores culturales de las sociedades en las cuales se desarrolla, se

puede reconocer como una aventura apasionante: la aventura de conocer y de

comprender. Claro que se busca la verdad y el progreso, claro que la mueve una

utopía, una ilusión, que sostiene y justifica los malos ratos hay que soportar muy a

menudo; pero éstas no quedan reducidas a la que ahora se ofrece según los valores

competitivos y economicistas que están en boga.

El deseo de conocer, de comprender el mundo en el que vivimos, nos

caracteriza como especie. Se puede identificar en todas las épocas, no siempre

acompañado de reconocimiento social a las personas que le dedican su vida ni de

éxito en cuanto a alcanzar estos objetivos. Muchas personas han dedicado su vida a

cumplir este deseo y todas ellas lo han hecho fascinadas por un mundo que han

reconocido mayor que ellos mismos, desconocido, prometedor y enigmático; se lo

han tomado muy en serio. Y han intentado desentrañar los misterios que esconde

el mundo para enfrentar mejor el futuro.

La importancia que tiene la historia de las ciencias para la educación científica,

ampliamente reconocida por la investigación en didáctica de las ciencias, es debida

en parte a que aproxima a los estudiantes de hoy a lo que fue la aventura de llegar

a los conocimientos teóricos y prácticos que actualmente llenan las páginas de los

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308 La Química ¿Emociona?

libros de texto. Una lectura atenta de lo que fue la vida de tantas personas que

dedicaron su vida a la ciencia nos muestra que, a pesar de las dificultades, esta

búsqueda proporciona vivencias gratificantes, que se apoderan de tal manera de

ellas, que requieren ser comunicadas para ser compartidas a otras personas que

aportan, en la comunicación nuevas ideas que enriquecen las propias. De esta

manera, el conocimiento se contrasta y se completa y las personas se reconocen

como tales al participar de un mismo proyecto.

Gardner (2000) no habla de otros proyectos humanos igualmente humanizadores:

son la búsqueda de belleza y de bondad. Si la educación tiene que ver con

humanización de los alumnos, la búsqueda de conocimiento y, a la vez, de belleza

y de justicia es el camino para ello; proporciona a la escuela una brújula que la

orienta y que permite diseñar programas educativos.

Llegamos así a una definición de la Ciencia que me parece muy acertada y con

un gran potencial educativo en el momento actual: “La Ciencia fue y es una

actividad poética que busca conocer, como la poesía…” (Marina, 2005, p.199)

La ciencia es un Proyecto de expresión, de comunicación. Desde esta

perspectiva experiencial, humana, comprometida, podemos constatar la enorme

distancia entre lo que va a ser para nosotros ‘hacer ciencia’ y lo que muchos

consideran que es la ciencia: lo que hay en el libro de ciencias, difícil de leer pero

que se ha de ‘aprender’. Hacer ciencia es vivir, emociona; aprenderse una ciencia

que sólo afirma ‘verdades’ que deben aceptarse por sus aplicaciones y que se

suponen objetivas sólo fatiga y aburre.

Veremos a continuación algunas ideas que nos permiten concretar un poco más

una propuesta que sea viable, para que la química escolar sea también, para los

alumnos, un proyecto de trabajo personal, que ilusione y que impulse la

comunicación para compartirlo y ampliarlo Intentaremos identificar, en primer

lugar, qué es lo fundamental de una química para ser vivida y no sólo aprendida.

Con ello, veremos si los materiales de clase actuales (los libros de texto) son

adecuados para sostener una actividad química escolar. Finalmente, nos

referiremos a algunos proyectos didácticos que intentan plasmar estas ideas en una

propuesta de ‘química para todos’.

2. ¿QUÉ ES LO QUE EMOCIONA?

La fascinación por la química va unida a la fascinación por el fuego, de la cual la

historia de la cultura humana proporciona muchas referencias. El fuego ha sido

(quizás lo es aún) el símbolo de la química, a la cual podemos considerar heredera

del ‘arte’ que, desde la prehistoria, se ha dedicado a dominar su poder

transformador, temible porque tanto puede ser destructor como amable y, por ello,

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 309

tiene tanto de poder como de técnica. El dominio del fuego va unido tanto al temor

(al castigo de los dioses) como al reconocimiento de su belleza… y a la maravillosa

constatación de que el orden cósmico puede ser inteligible, a pesar de las

dificultades propias de esta empresa ¿Podemos llegar a valorar tamaña osadía,

pretender apoderarse de algo que pertenece al Sol y a los dioses?

Según explica Esquilo, todo empezó con el titán Prometeo, que robó el Fuego a

los dioses y lo entregó a los hombres; con ello cambió la condición humana y se

inició la cultura, pero Prometeo fue castigado duramente.

Platón lo explica de manera diferente, muy sugerente también. Según su

versión en uno de sus Diálogos, que pone en boca del sofista Protágoras, cuando

llegó el momento de la génesis de las especies mortales (animales y hombres), los

dioses inmortales encargaron a los hermanos Prometeo y Epimeteo repartir entre

ellos facultades que les permitieran sobrevivir: alimentarse y protegerse. Epimeteo

quiso encargarse de este trabajo, dejando a Prometeo la supervisión final del

trabajo. Así se hizo; pero Epimeteo fue tan pródigo con los animales que ya no le

quedó ninguna facultad que otorgar a los humanos, que iban a nacer así como los

seres más vulnerables de todos. Para solucionar este desaguisado de su hermano,

Prometeo robó la sabiduría de las artes y el fuego a Atenea y a Hefesto, y fue

castigado por ello. Los humanos recibían así medios para protegerse, y también un

chispa de esencia divina; por ello, fueron los únicos que reconocieron y adoraron a

los dioses y pudieron hablar y razonar. Pero no tenían sabiduría política, que

pertenecía a Zeus. Por ello, aunque se fabricaron vestidos y casas y pudieron

alimentarse, vivían aislados y los animales les atacaban; y, si construían ciudades,

no sabían convivir y éstas no perduraban. Temiendo que la especie humana

acabara por desaparecer, Zeus envió a Hermes para que llevase a los humanos

pudor y justicia, pero no como don individual sino colectivo: estos dones debían

ser repartidos por igual entre todos ellos, porque si no fuera así jamás podría haber

ciudades. Pero, además, le mandó establecer una ley según la cual aquel que se

mostrase incapaz de participar de estos dones fuese expulsado, como una peste, de

la ciudad.

Prometeo nos queda lejos ahora, aunque seguramente podríamos reflexionar

mucho más sobre este mito. Desde su perspectiva, la química, como ‘ciencia del

fuego’ se nos aparece como una empresa titánica, que transforma no sólo los

materiales sino también a la sociedad. Avanza tanteando y, como auténtica

empresa humana que es, lo hace buscando el equilibrio entre la destrucción y la

construcción, abriendo un camino transitable y que conduzca a alguna parte, de

manera responsable y con valores que van emergiendo al caminar.

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310 La Química ¿Emociona?

El fuego entregado a los humanos y dominado por ellos, transformó su mundo;

representó el inicio de la cultura humana porque estos resultados pudieron ser

compartidos gracias a un lenguaje que se iba haciendo más y más complejo a

medida que aparecían más ‘sorpresas’ que debían ser compartidas. La experiencia

de comunicarse entre iguales, de inventar lenguajes adecuados a lo que se quiere

decir forma parte de la química, por supuesto; pero lo realmente fantástico es que

este lenguaje no se refiere a lo que hay en el mundo sino a lo que el químico cree

que hay y es capaz de explicarlo de mil maneras diversas, capaces de generar otras

mil experiencias en las personas con as que se comunica.

Como la poesía, el lenguaje de la química utiliza metáforas para explicar lo que

aún no se conoce pero se intuye. La creación de un lenguaje adecuado a algo nuevo

que se quiere decir forma parte de la aventura de hacer química.

Sorpresa, curiosidad, osadía, prudencia, imaginación, creatividad,

poesía…quizás también el temor y la admiración, forman parte de la química y

generan las emociones que hacen de ella una actividad plenamente humana,

generadora de cultura. Por esto el Fuego, la fascinación que ejerce, fue el símbolo,

no sólo de la química, sino también, con ella, de la emergencia de la cultura

humana.

2.1. ¿Lo es todavía?

Demos un gran salto en el tiempo, estamos ya a finales del siglo XVIII. A.L.

Lavoisier (1742-1794) ya ha desplazado al fuego- flogisto de su lugar importante en

química y ha abierto el camino a un lenguaje cuantitativo con el que comunicar las

regularidades en los experimentos que permitían imaginar nuevas entidades, como

por ejemplo los átomos químicos, dotados de masa y con los que se podían escribir

fórmulas. A mediados del siglo XIX la química era ya una ciencia moderna,

emergente, que adquiría cada vez mayor importancia; la complicidad entre el

nuevo lenguaje (las fórmulas) y la experimentación, unida a un espíritu abierto y

una gran dosis de imaginación visual dio como resultado poder representar

supuestas estructuras de las substancias e incluso representar los procesos

químicos; aparecían nuevos problemas sugeridos por las propias fórmulas (¡qué

difícil resultaba explicar el anillo ‘resonante’ del benceno!), y nuevas soluciones a

éstos (los enlaces y las valencias, por ejemplo). Las nuevas fórmulas se

consolidaron en el marco de apasionadas discusiones entre científicos. Pero ¿hasta

qué punto estas nuevas entidades, con estructuras supuestas, podían representar a

las substancias que interaccionaban en los procesos del laboratorio y comunicar a

las demás personas las características de estos procesos?

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 311

H. Kolbe (1818-1884), un gran químico y profesor, se oponía a este lenguaje tan

imaginativo, que transformaba la complejidad del laboratorio en unas pocas reglas

de nomenclatura y formulación; pensaba que iba a alejar a los científicos del

laboratorio y que muchos ignorantes de la química real pensarían que la

dominaban cuando lo único que sabían hacer era manipular fórmulas. Con unas

cuantas reglas (por ejemplo, las valencias, reglas de nomenclatura, tipos de

ecuaciones y su igualación) se podían escribir toda clase de fórmulas y de

ecuaciones, pero éstas no podían tener el mismo significado para quienes conocían

los problemas que las habían hecho necesarias y útiles (y geniales, podemos

añadir, para quienes las habían inventado para decir algo nuevo respecto a los

hechos experimentales) que para los que simplemente las manipulaban.

Desconfiaba de esta química ‘de papel’, en la cual las fórmulas acaban por

confundirse con las entidades ‘reales’.

A pesar de no compartir el temor de Kolbe y, en cambio, admirar

profundamente la mente imaginativa de Kekulé y sus compañeros de trabajo, creo

que este debate muestra que empezaba a aparecer una química que iba dejando de

ser emocionante, porque, para muchas personas, sólo existía en los libros. ¿Pueden

comunicar, las fórmulas, la emoción de haberlas inventado?

En el apartado siguiente vamos a ocuparnos de esta pregunta, que nos envía a

reflexionar sobre los libros de química, rellenos de fórmulas. ¿Será que el lenguaje

es, a la vez, la esencia de la ciencia emocionante y el máximo escollo para hacerla

posible?

3. CIENCIA Y LIBROS

Sin libros, no existiría la disciplina que llamamos ‘química’ ni ninguna otra

ciencia, puesto que ya no sería el ‘proyecto de comunicación’ que ha permitido

poner en común , reflexionar, construir , reconstruir, los resultados de

experimentos y, finalmente, fijarlos para hacerlos perdurables ; sería simplemente

una artesanía sofisticada y probablemente por igual apreciada y temida, como lo

fue en la antigüedad. Los libros escritos por químicos tienen también una función

docente, puesto que sus autores manifiestan con mucha frecuencia que, al

escribirlos, se proponían iniciar a los jóvenes en la disciplina; pero lo que podemos

llamar ‘el problema de las fórmulas’ hace que sea difícil alcanzar este resultado.

Los libros de química que se han escrito a partir de los años cincuenta son

maravillosos, pero voy a mostrar a continuación que no sirven para a enseñanza.

Han sido escritos por especialistas que se esfuerzan por presentar de manera clara

y fácil de recordar (es decir, de manera ordenada y lógica) y para hacerlo

construyen un ‘mundo’ en el que las entidades abstractas de la química (las

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312 La Química ¿Emociona?

substancias, los átomos, las moléculas, los electrones) son los protagonistas. No

dudan en utilizar metáforas, imágenes que ayudan a comprender lo que son estas

entidades, pero no dejan claro cómo surgieron; escamotean la emoción del

descubrimiento y por ello estas metáforas acaban siendo interpretadas de manera

literal. Son texto sin contexto en el mundo real, sin intervención, sin riesgo.

El lenguaje simbólico (fórmulas y ecuaciones químicas) con las cuales

representar el comportamiento de los átomos, iones, moléculas y electrones es tan

potente y ha resultado tan exitoso y fácil de utilizar que las fórmulas se toman

como moléculas y éstas como substancias, sin más. Los materiales y los procesos,

confusos y difíciles de interpretar (Izquierdo, Márquez y Gouvez, 2007), son

substituidos por sus representaciones.

Se han destacado tres tendencias que aparecen de manera mayoritaria en los

libros de texto, que indican cual es el mensaje que sus autores consideran necesario

transmitir a los profesores. Las podemos llamar magistral, apodíctico,

fenomenológico y simbólico.

Un libro ‘Magistral’ se esfuerza por explicar los cambios, porque todo él está

impregnado de voluntad docente. Quien habla, en el libro, es el profesor y

sus alumnos deben escuchar y llevar a cabo los ejercicios y experimentos que

se proponen, porque es la mejor manera de aprender. Hay en él una

preocupación manifiesta por el éxito en el aprendizaje y por ello se

incorporan lecturas, ejercicios, gráficos, dibujos, fotografías, que ayudan al

alumno y que se diseñan con este objetivo. Los alumnos no tienen voz,

aunque sí tengan presencia. Se da por supuesto que sus intereses han sido

interpretados por el profesor; quieren aprobar, y la manera de conseguirlo es

aprender lo que hay en el libro, guiados amablemente por el profesor.

El libro apodíctico comunica cómo es el mundo, de la manera más objetiva y

rigurosa posible. Se estructura de manera que su contenido sea fácil de

recordar, porque su contenido es lo que debe aprenderse, y para ello se

estructura según leyes de la lógica; su lenguaje es el más propio para hablar

de química y deben aprenderse las reglas para construirlo. Quien habla, en

el libro, es la ciencia, que ha sido capaz de reconstruir de manera lógica los

fenómenos químicos. Los alumnos no tienen voz ni se cuenta con ellos;

deben agradecer que el libro les muestre la verdad del mundo tal como hace

la ciencia y disfrutar con la belleza de los símbolos y las ecuaciones.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 313

En el libro fenomenológico es el propio mundo el que habla a los alumnos; el

profesor asume la función de guía que desvela al alumno el por qué de los

fenómenos, reconstruyéndolos a partir de los experimentos que se hacen y

de las entidades abstractas que se inventan: átomos, moléculas, fuerzas,

enlaces…El libro es para los alumnos que van a ser capaces de ‘ver’, en el

mundo, lo mismo que ven en ella sus profesores.

El libro simbólico se centra en la relación entre los fenómenos y los símbolos.

Los símbolos son considerados lo mejor que ha conseguido la ciencia y el

lenguaje más idóneo para explicar cómo es y cómo funciona el mundo.

Todos estos libros construyen, en el texto y mediante imágenes e ilustraciones

diversas, un mundo químico que funciona según estas diferentes retóricas; pero, si

bien todos ellos consiguen reconstruir de manera diversa el cambio químico, en

ninguno se nos habla de cómo es este cambio, cómo se interviene en él, qué

preguntas y retos plantea…antes de dar por supuestas las entidades abstractas con

las cuales todos los cambios se interpretan. El contexto de estos textos es el

despacho de un profesor que sistematiza, para hacerlas comprensibles y sencillas,

las informaciones teóricas para explicar unos hechos que supuestamente ya se

conocen (¡cuando pueden ser vividos de maneras tan radicalmente diferentes!) y

que se muestran, sin más, como ejemplos de que el mundo se comporta tal como

estaba previsto.

Aunque para los autores, el libro se refiere al cambio químico, para los lectores

no químicos, no es así. No pueden asimilar, a partir del libro, ni una ínfima parte

de lo que es la aventura de hacer química; con él no se alcanza el Fuego. Los

autores han recorrido un largo y dificultoso camino y han puesto en juego una

gran creatividad para conseguir poner sobre el papel una cantidad ingente de

información que puede ser recordada fácilmente, y este proceso nos llena de

admiración…pero los libros que resultan de ella resultan estériles y enormemente

aburridos para quien toma literalmente este amasijo de símbolos y fórmulas, sin

saber lo que significan ya que no conocen las experiencias que pretenden

comunicar.

El lenguaje de los libros de texto no es el lenguaje de comunicación que es

cultura y que es Ciencia. El problema tiene sus raíces, quizás, en el Discurso

Preliminar de A.L. Lavoisier. Veamos. En su libro, Lavoisier (1982) manifiesta que

“sólo quería perfeccionar el lenguaje de la química, pero que, al hacerlo, tuvo que

reformar toda la química”, y lo hizo así, escribiendo un Tratado Elemental de

Química. Explica así las características del nuevo lenguaje, revolucionario según él,

que proponía.

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314 La Química ¿Emociona?

La imposibilidad de aislar la nomenclatura de la ciencia y la ciencia de la

nomenclatura, se debe a que toda ciencia física se forma necesariamente de

tres cosas: la serie de hechos que constituyen la ciencia, las ideas que los

evocan y las palabras que los expresan. La palabra debe originar la idea, ésta

debe pintar el hecho: he aquí tres huellas de un mismo cuño. Y como las

palabras son las que conserva y transmiten las ideas, resulta que no se puede

perfeccionar la lengua sin perfeccionar la ciencia, ni la ciencia sin la lengua; y

por muy ciertos que fueran los hechos, por muy justas que fueran las ideas

que originases, sólo transmitirían impresiones falsas si careciéramos de

expresiones exactas para nombrarlas (Lavoisier, 1789, pp.5-6).

Lavoisier introduce en la química un ‘lenguaje teórico’, que no se refiere a los

hechos sino a su interpretación. En esto encuentra su fortaleza pero también su

limitación: sólo va a ser comprendido por aquellos que conocen los hechos y están

más o menos de acuerdo con que éstos suscitan unas determinadas ideas.

Este ‘Discurso’ de Lavoisier ha fascinado a muchos profesores de química (me

cuento entre ellos), que se han esforzado en utilizar los términos científicos en

clase, creyendo que con ello se ofrecía a los alumnos los hechos ciertos y las ideas

justas, todo a la vez. Pero ahora sabemos que estas ‘expresiones exactas’ sólo tienen

sentido para quienes han realizado el difícil proceso de ‘pensar adecuadamente’

sobre los hechos ciertos de los cuales se habla. Sin haberlo hecho así, el lenguaje

teórico, por muy preciso que sea, no conecta con los hechos que el profano conoce

pero no, aún, como hechos químicos. Todo ello viene a dar la razón a los prejuicios

de H. Kolbe respecto a las nuevas fórmulas del último tercio del XIX.

El profesorado de una ‘ciencia para todos’ ha de comprometerse con un

lenguaje de comunicación, que va siendo transformador poco a poco, y con las

vivencias que esta evolución genera. Esta ciencias también necesita libros, por

supuesto pero no tengo claro cómo deberían ser los libros de química para la

enseñanza ‘a todos’. Lo que sí tengo claro es que esta enseñanza no puede ser de

libro.

4. ACTIVIDAD CIENTÍFICA EN LA ESCUELA: LA QUÍMICA DE LOS

FENÓMENOS

Los alumnos han de saber química en las etapas educativas obligatorias, puesto

que sin ella las otras ciencias pierden una parte importante de su significado. Esta

química que, al ser un patrimonio cultural, es para todos, ha de ser una química

auténtica, una propuesta de trabajo en la cual se produzcan vivencias científicas

genuinas que deban ser comunicadas a iguales (sus propios compañeros) y a

censores (sus profesores). Y el aprendizaje principal tiene que ver con la emoción:

no sólo la sorpresa sino también la capacidad de usar el lenguaje como

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 315

instrumento para la abstracción pero de manera honesta, sabiendo a qué fenómeno

y a qué intervención se refiere. Y esto no es fácil, porque este lenguaje de

comunicación que necesitamos no siempre es el lenguaje exacto y preciso, el de los

libros, que la ciencia se precia de haber construido.

La química básica ha de corresponder a la etapa educativa. Esto es bastante

nuevo; tradicionalmente se ha pensado que el diseño de las disciplinas en la

educación básica debía hacerlo los especialistas de la disciplina. Por fortuna,

disponemos ahora de experiencias didácticas muy diversas que, sumadas a las

actuales recomendaciones de la ciencia cognitiva (las inteligencias múltiples, las

emociones, la cognición distribuida) y de los gobiernos (la evaluación por

competencias, la ciencia para todos, la ciencia en contexto), ponen en evidencia que

la química para todos no va a ser una prequímica del bachillerato. Ha de ser algo

diferente, vivencial (Cañal, 2000).

La química de la Universidad no sirve para la Primaria y la ESO porque su

lenguaje, teórico es ininteligible para quienes aún no saben de qué va la química, la

mayoría de los cuales no van a ser químicos. Si hemos de diseñar una química a su

medida debemos hacerlo de manera creativa, sin seguir el camino trillado de los

libros de texto actuales y fijándonos en otros indicadores que nos irán marcando el

camino a seguir. Disponemos ahora de conocimientos de didáctica de las ciencias

que nos ofrecen fundamentos teóricos y prácticos para avanzar con una cierta

seguridad en este diseño. Veamos algunos de estos indicadores. Son: a) las ideas y

motivaciones de los alumnos, que condicionan el punto de partida y la evolución

de la docencia; b) la manera de mirar el mundo de la química y sus modelos; c) los

experimentos paradigmáticos y el currículum. A partir de ellos veremos cuáles son

los primeros pasos que deberemos ir dando para conseguir este nuevo objetivo.

4.1. Las ideas previas y las motivaciones de los alumnos

La manera de interpretar los fenómenos del mundo depende mucho de

nuestros conocimientos previos, de las posibilidades de intervenir en ellos, de lo

que esperemos conseguir. Los cambios materiales se nos presentan con mil caras y

sólo una de ellas es la que vale para las ciencias (lo que no significa que todas las

otras deban rechazarse). Y esta única cara científica ha de ser enseñada, no se

accede a ella desde el sentido común ni desde la simple práctica (Driver, Guesne y

Tiberguien, 1999).

Como profesores, hemos procurado siempre explicar a los alumnos esta única

perspectiva, la científica (que es nos parece fantástica, digna de admiración) entre

muchas otras que no tenemos en cuenta. Podemos comprender que nuestra

propuesta académica no parezca útil, ni necesaria, ni interesante a los alumnos,

porque no conecta con su mundo, con lo que ellos ven a su alrededor y les llama la

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316 La Química ¿Emociona?

atención. Que esto es así ha quedado ampliamente documentado en la

investigación sobre ideas previas y adquiere una justificación cada vez más

convincente a medida que se desarrollan las ciencias cognitivas y se aplican tanto

al aprendizaje como a la construcción del conocimiento científico….(Hierrezuelo y

Montero, 2006). La actividad experimental consciente y motivada que pueda ser

comunicada y justificada es el requisito indispensable para unos aprendizajes que

no sean sólo memorísticos sino que se demuestren por la capacidad de actuar de

manera autónoma.

Si deseamos que las clases de ciencias sean eficaces, nuestro lugar está del lado

de los alumnos, no del de las disciplinas que enseñamos. No podemos estar en

ambos lados a la vez, aunque sí que podemos ir pasando de uno al otro con pericia

de maestros. Para ello debemos conocer lo mejor posible las ideas y motivaciones

de los alumnos, claro está; pero también debemos conocer lo mejor posible lo más

esencial de nuestras disciplinas, que será aquello que las motivó y que continúa

interesando (porque la disciplina no ha dejado de desarrollarse y sus fenómenos e

intervenciones aún generan preguntas. Debemos conocerlas para establecer una

nueva relación entre lo que ven y hacen, lo que piensan que ven y lo que dicen

sobre ello. Y educar su mirada para que vean su mundo bajo la nueva perspectiva

que se va a ir abriendo poco a poco, la de la actividad química que, con paciencia,

revuelve el contenido de la marmita en la cual aparecerán materiales diferentes a

los que se pusieron en ella, que irán separando e identificando con pericia de

químicos (Merino y Izquierdo, 2011)).

4.2. Las maneras de mirar de la química y sus Modelos

Veamos cómo podemos diseñar las clases de ‘química para todos’, para obtener

la complicidad de los alumnos. Por lo que se ha ido diciendo, deberemos intentar

identificar los fenómenos que, para nosotros los profesores, son ejemplos de

cambios químicos pero, a la vez, hacer el esfuerzo de verlos con los ojos de alguien

que no sabe química. ¿Qué es lo que tuvieron que hacer los químicos para llegar a

ver, en estos cambios, lo que ven los químicos? ¿Es posible que los alumnos lo

hagan también, para llegar a ver lo mismo? La respuesta debe ser válida para

ambas preguntas a la vez, como punto de partida para el diseño de la clase, que

deberá ir desarrollando un proceso de ‘modelado’ del mundo de los fenómenos

para que éstos lleguen a ser ejemplos de cambio químicos para los alumnos, como

lo son para sus profesores y para que estos ejemplos ya construidos puedan ser,

ellos mismos, modelos que permitan interpretar nuevos fenómenos y reconocerlos

también como cambios químicos.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 317

La actividad química de los alumnos ha de ser posible en las instalaciones

escolares y/o en casa y ha de tener cabida en los límites que impone el currículum.

Con todo, las posibilidades son muchas, si pensamos en cosas que se pueden hacer

con los materiales, que sugieren nuevos puntos de vista, y no en experimentos de

receta, que pretenden demostrar. De esta manera, la cocina, por ejemplo,

proporcionará infinitas ocasiones para sorprenderse tal como lo haría un químico:

calentar de diversas maneras con diversos resultados según sea la fuente de calor o

el recipiente o la presencia de agua, batir, mezclar y producir interacciones más o

menos afortunadas, precipitar el requesón, negociar con la sal, el vinagre, las

especias. Y lo mismo se puede decir del agua del mar y de las piscinas, de las

burbujas de jabón y la limpieza, de las aventuras de los metales y sus compuestos,

de la vida de las plantas y de los animales.

Porque, efectivamente, este es el primer paso de la intervención docente: ayudar

a los alumnos a darse cuenta de que se producen cambios sorprendentes, que es

interesante poder controlarlos y poder explicar cómo y porque se consigue esto.

Podría ser que los alumnos no se ocupen del aire, porque no lo ven y por ello no

van a interesarse por posibles materiales invisibles; no cuenten con que no hay

hierro en el óxido de hierro y por lo tanto no se sorprendan de su desaparición; que

no hayan caído en la cuenta de las semejanzas entre la madera, el pan y el carbón;

que acepten tan tranquilos que la vela que arde se transforma en luz…y que no se

den cuenta de que el agua es un material muy, muy especial. Porque hay un

requisito previo, tan obvio que ni lo vemos. Ante todo nos han de interesar los

materiales concretos que forman los objetos. Nos hemos de dar cuenta de que estos

materiales son más o menos delicados (el plástico se estropea al calentarlo, como el

pan, a diferencia del material de los tenedores y cuchillos), que los metales no son

como las piedras, ni éstas con los cristales los cuales, en cambio, se parecen a los

minerales, que los seres vivos están hechos de un material peculiar que se pudre,

que cambia al calentarlo…y que se come.

No basta ver, se ha de saber mirar. No vale ver como arde una vela: es necesario

poder apagarla y encenderla, manipular la llama, comparar diversas velas y

llamas, decidir cómo la queremos y para qué…y fijarse en los aspectos relevantes

en cada caso. El interés por los cambios es indispensable pero no se produce de

manera espontánea; la capacidad de seducción del profesorado se pone a prueba y

triunfa si consigue abrir este nuevo panorama en el cual los alumnos tendrán

nuevas posibilidades de actuar (una maravillosa diversidad de materiales, de

cambios, de relaciones entre ellos, de relaciones entre unos y otros).

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318 La Química ¿Emociona?

Recordemos que las preguntas y propuestas didácticas que deben guiar el

diseño de la ‘ciencia para todos’ pretenden generar una nueva alianza entre el

hacer, el pensar y el comunicar de los alumnos, en la cual las ideas propias de la

química han de introducirse (Espinet, Izquierdo, Bonet y Ramos de Robles, 2012).

Para ello puede ser útil reflexionar sobre cuáles fueron las maneras de actuar o

reglas de intervención de los químicos antes de la Química que aún siguen válidas.

Para poder llegar a ver lo que vieron ellos en los fenómenos, que les condujo a

determinadas explicaciones que son ya principios de la química, lo que les hizo

suponer la existencia de determinadas entidades como, por ejemplo, los átomos y

las moléculas, deberemos actuar como lo hicieron ellos, provocar una vivencia

parecida. En definitiva, cómo consiguieron ver los cambios como ‘sistema químico’

formado por todos los materiales que intervienen en ellos (los iniciales y los

finales); y cómo fueron estableciendo las diferencias entre reaccionar, (que produce

la desaparición y aparición de substancias) y cambiar de sitio (estableciendo

interacciones débiles que también transforman pero no de manera tan radical).

Veamos un resumen de las sorpresas que hicieron y aún hacen necesarias las

ideas- principio de la Química

A. Antes del cambio químico tenemos materiales diferentes a los que tenemos

después. Sorpresa: unos materiales han desaparecido y otros, diferentes del

todo, han aparecido. Pero, no nos alarmemos: la masa total se mantiene, por

lo tanto algo se conserva. ¿Qué será?

B. Decimos que los materiales han interaccionado y vemos que si lo hacen en

proporciones de masa fijas, la interacción es fuerte y es un cambio químico.

¿Cómo puede ser que 2g de hidrógeno (¡tan poco!) interaccione con 16g de

oxígeno (¡ocho veces más!) y que 16 g de oxígeno lo haga con 56 g de hierro

(¡con 16g d oxígeno interacciona una masa de hierro 26 veces mayor que la

de hidrógeno!)?

Puede ser que la interacción entre materiales produzca un cambio no tan

radical como el cambio químico; entonces la proporción se da en un margen

más amplio. También nos interesan las interacciones débiles. ¿Cuál será la

diferencia con las otras?

Los materiales también pueden interaccionar con la corriente eléctrica. La

misma cantidad de corriente transforma a 2g de hidrógeno, a 16 gramos de

oxígeno y a 56g de hierro ¡Vaya casualidad!

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 319

C. Las interacciones provocan además cambios de temperatura y

desplazamientos que pueden provocar nuevas interacciones.

Es decir, las interacciones que hacen que los materiales cambien ¡van

acompañadas de transferencia de energía! Estas transferencias se pueden

gestionar, pueden resultar más o menos útiles.

D. La Tabla Periódica orienta el trabajo, porque presenta el Sistema Global de

Química y lo que podemos esperar, o no, de las transformaciones químicas.

¿No hay más elementos que los que hay aquí? ¿Quién les dio estos nombres

tan sugerentes?

Necesitamos Tántalo y parece ser que en la Tierra hay muy poco. ¿Seguro

que no podemos transformar unos elementos en otros?

E. Hay un lenguaje específico para hablar de todo ello ...cuando sepamos lo

que queremos decir.

A medida que se profundice en los temas serán necesarias nuevas reglas y

nuevas entidades o nuevos atributos para las entidades ya conocidas, las cuales

irán adquiriendo estructura y funciones específicas en relación al cambio químico:

será necesario atribuir una naturaleza eléctrica a la materia, ocuparnos de la

gestión de la energía química, identificar el equilibrio químico, dar significado a la

acción de la luz sobre la materia. Van siendo necesarios los elementos químicos (lo

que se conserva en el cambio), los átomos (que conservan la masa), los electrones

(que conservan la carga eléctrica), la ‘masa química’ y su unidad el mol (diferente a

la ‘masa inerte’ de la Física) y también el mol de electrones, el Faraday, etc. Como

consecuencia ¡va a ser necesario un nuevo lenguaje para representar estas nuevas

ideas! Y, ahora sí, irán apareciendo los símbolos y las fórmulas químicas.

4.3. Los experimentos paradigmáticos (el mundo como “Sistema Químico”) que

se debe conocer: el currículum oficial

Debido a que la actividad motivada es el requisito para el aprendizaje y eso

requiere trabajar en contexto (estar ‘en situación de hacer química’), la química

para todos ha de ofrecer experiencias que generen vivencias científicas genuinas:

preguntas que puedan responderse mediante explicaciones, hipótesis que generen

propuestas de actuación, resultados que sorprendan y satisfagan, comunicación

exitosa de los resultados mediante lenguajes cada vez más apropiados.

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320 La Química ¿Emociona?

No todas las experiencias sirven por igual, porque los contextos pueden llegar a

ser muy distractores: pueden plantear a los alumnos preguntas o expectativas muy

diferentes a las que esperamos los profesores. Probablemente va a ser necesario

construir algo así como un banco de buenas experiencias, con todas aquellas que

hayan demostrado ser eficaces según los requisitos que ha ido mostrando la

investigación (Pro, 2003).

Lo más difícil es conseguir que estas experiencias que se van produciendo a lo

largo de la enseñanza obligatoria sumen, es decir, que los aprendizajes que se

consiguen se robustezcan unos a otros para dar lugar a los que prescribe el

currículo. Los nuevos conocimientos deberían fundamentarse en el recuerdo de los

anteriores para ampliarlos siempre que sea posible; y, cuando se ha de introducir

un nuevo modelo, éste debe ir unido a un nuevo fenómeno o hecho paradigmático.

Tal como es en estos momentos la escuela, nada garantiza que en ella se

mantenga una misma línea de actuación docente a lo largo de los años. Y, desde

luego, si esto no puede asegurarse, si tanto puede actuar un profesorado de libro

como uno que promueve un pensamiento científico anclado en la realidad

experimental/ experimentada (como se propone aquí), los alumnos no sólo no van

a entender nada, sino que se acostumbrarán a no entender, a quedarse al margen

de las explicaciones que nada tienen que ver con ellos, a aprenderse de memoria

cosas que no saben qué significan. El reconocimiento de que el profesor es la

variable fundamental cuando se habla de calidad de la enseñanza y de la

importancia de su formación inicial (Mellado y González, 2000) debe extenderse a

los equipos de profesores, de los cuales debería hablarse más y de manera

contundente.

Vamos a suponer que se da esta continuidad en los equipos docentes que

garantiza la continuidad de los aprendizajes. Para todo el equipo, el mundo

debería ser visto como sistema químico, sin que esto excluya verlo como sistema

biológico, físico, o cultural. Sólo así, si todos los profesores son capaces de esta

diversidad de miradas que está atenta a destacar los rasgos de una u otra disciplina

haciendo que todos ellos se complementen, podrá revertir el nuevo conocimiento

químico en el conocimiento global, experiencial y emotivo que debe haber

adquirido el alumnado. Porque un conocimiento así, que es más personal y menos

objetivo de lo que sería el conocimiento científico enseñado según un paradigma

de transmisión y objetividad, no incumbe sólo a la química; la química participa en

él, junto con otras disciplinas.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 321

Esta es la consecuencia de optar por un conocimiento que emocione y de

pretender que los alumnos practiquen pensamiento químico: va a ser diverso y

personal… Los químicos tampoco piensan todos exactamente lo mismo ni actúan

de a misma manera frente a un mismo problema. ¡La posibilidad de decidir y el

riesgo que esto supone forma parte de la emoción!

Esto nos conduce a pensar de nuevo en los libros de química. Para llegar a

considerar el mundo como sistema químico se requiere un panorama literario

mucho más rico y diverso que el de los libros de texto. Ha de ser un mundo en el

cual viven y trabajan personas, en el cual pasan cosas que se pueden y deben

controlar, que se pueden y deben comprender y explicar. Vamos a necesitar

narraciones que contribuyan a construir, para el alumno, los contextos en los cuales

tienen lugar los cambios químicos que hemos escogido como ejemplares.

5. ALGUNOS EJEMPLOS (PRIMARIA Y ESO)

5.1. La Química en Primaria

La química es una gran desconocida en Primaria, porque se continúa

presentando como si la única manera de acceder a ella fuera a través de un

lenguaje de fórmulas y átomos que debe saberse de antemano. En nuestro grupo

Kimeia, formado por maestros de primaria e infantil con una gran experiencia

docente, hemos intentado una vía de acceso diferente, según las pautas para ‘la

ciencia para todos’ que se han expuesto en los apartados 3 y 4.

El enfoque es pragmático y parte de la confianza en el buen hacer de los

maestros de ciencias, incluso cuando manifiestan ‘no saber química’, porque al

hacer esta declaración están pensando en algo que no va a ser necesario según

nuestra propuesta: las fórmulas, las ecuaciones químicas, el comportamiento de los

átomos y moléculas. Lo que sí saben hacer los maestros, y muy bien, es emocionar

a sus alumnos haciéndoles intervenir en fenómenos que les interesan y que están a

su alcance: hacer helados sin nevera, tostar castañas, hacer vino, pan, yogur, ver

arder una vela o madera. O explicando narraciones en las cuales los cambios

físicos, químicos y biológicos son importantes: la sopa de piedras del lobo, las

aventuras de Epaminondas, el renacuajo y su amigo el pez…

Teníamos muy claro que la selección de temas debía surgir de la práctica

educativa propia de la Primaria y no de lo que la disciplina consideraba

importante. Creemos que es una buena idea dejar que la enseñanza de las materias

del currículum en la Primaria funcione según las maneras de hacer de esta etapa

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322 La Química ¿Emociona?

educativa y no según las del bachillerato, que sólo mira ya hacia la universidad. Lo

hicimos así y se aportaron al grupo diversas actividades y temas, consideradas no

del todo químicas e intentamos pensar en ellas mediante las reglas de la actuación

química a las que nos hemos referido en el apartado anterior.

Los resultados de esta reflexión dieron lugar a una publicación que va

resultando de utilidad en los centros (Kimeia, 2012). En el libro se hacen algunas

aportaciones que vale la pena destacar y que, desde mi punto de vista, convendría

consolidar. Se refieren a los temas, a las ideas estructurantes que comparten y al

lenguaje. Son las siguientes:

Los temas no proceden de la química-disciplina sino de las experiencias que

tienen los niños sobre materiales y sus cambios. Corresponden a actividades

que tienen sentido en Primaria, por su impacto cultural, por la proximidad a

los alumnos, por su relevancia en el currículo. Por ejemplo, se refieren a la

celebración de Todos los Santos, en la que se tuestan (y comen)

castañas…con lo cual aparece un carbón que antes no estaba allí. Narran la

historia de Epaminondas, y sus continuos errores al ir a visitar a su abuela se

utilizan para reflexionar sobre las propiedades del bizcocho, de la

mantequilla…y de las dificultades de manipularlos y transportarlos. Se

sigue la pista de las consecuencias de aplicar corriente continua con un cable

de cobre a una disolución acuosa de sal. Se hacen helados sin nevera, se

hacen caramelos y se comenta por qué pueden producir caries…

Las ideas estructurantes: Como que nuestro objetivo es proporcionar

vivencias, es imprescindible que los alumnos se impliquen en las acciones

necesarias para que se produzcan los cambios. Por ello aparecen ideas que

contribuyen a estructurar los conocimientos y que proceden de las propias

acciones y no de los conceptos de la disciplina. Por ejemplo, la noción de

impulso, de dar un empujón, que tiene que ver con aquello que es necesario

hacer para que el cambio se desencadene. Nos parece muy importante, como

investigadores, seguir la pista de estas ideas- acciones, puesto que nos hacen

ver la diferencia entre la química del ciudadano y la química académica. Y, a

la vez, iluminan el camino a seguir para que ambas se encuentren en algún

momento; para ello, estas ideas emergentes en Primaria no han de ser

errores sino sólo una manera de pensar nueva porque nuevos son los

objetivos de la enseñanza y la actividad que se lleva a cabo.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 323

Las narraciones (el lenguaje): De la misma manera que emergen estas nuevas

ideas que proceden de la intervención experimental y palabras específicas

para representarlas, la química en primaria e infantil necesita ‘narraciones’

en las cuales se introduzcan nuevos contextos en los cuales desarrollar las

ideas sobre el cambio de los materiales. Son narraciones que proceden de la

literatura infantil (los cuentos de siempre, como por ejemplo la conocida

historia de la sopa de piedras que un lobo astuto preparaba con sus

piedras…y el pollo, carne, zanahorias o col que le proporcionaban sus

invitados) o que los propios maestros preparan para hacer visible lo que no

lo es, como el aire o los solutos en una disolución, a partir de indicios como

la variaciones de masa en el hierro que se oxida o el peligro de muerte de un

pez que se queda sin oxígeno en el agua o lo tiene en exceso en el aire.

5.2. La Química en la ESO

Estamos trabajando en el diseño y aplicación de un Ejemplo de Aplicación del

nuevo Currículo de la ESO del Departament d’Ensenyament (Izquierdo y

Márquez, 2012), nos limitamos a los tres primeros cursos, que son obligatorios para

todos los alumnos. El grupo de trabajo es amplio y está formado por un grupo de

profesores de Departament de Didàctica de les Ciències de la UAB y del

Departament d’Ensenyament de la Generalitat, que se ocupan del diseño de la

propuesta y de la coordinación del Proyecto; un grupo de profesores que escriben

las Unidades Didácticas, tres para cada curso; y el grupo de profesores que aplica

las unidades didácticas en les centros escolares (ocho centros piloto, 5 centros

públicos y 3 centros privados concertados)

Hemos asumido el reto de hacer un tratamiento globalizado pero, a la vez,

respetuoso con las maneras de ver el mundo de las diferentes disciplinas, según

una estrategia didáctica de modelización. Para ello se reordenaron los contenidos

curriculares alrededor de ‘contextos’; en cada uno de ellos alguna disciplina tiene

un papel más importante que las otras; pero procuramos que todas tengan algo

que aportar al conjunto.

Tal como se recomienda en el nuevo currículo, la evaluación se hace ‘por

competencias’ y por ello la clase se plantea con el objetivo de desarrollar Actividad

Científica Escolar, combinando la experimentación, la representación y la

comunicación y potenciando el trabajo de los alumnos en grupo cooperativo y sus

preguntas genuinas. Procuramos que el lenguaje multimodal sea el instrumento

para la modelización, a través de la discusión en grupo y la redacción de

documentos argumentativos, descriptivos y justificativos en los cuales se

comuniquen los resultados de la experimentación (Duschl y Osborne, 2002).

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324 La Química ¿Emociona?

Este trabajo en equipo amplio, está resultando sumamente interesante y nos

plantea constantemente retos que nos hacen ver que si bien es imprescindible la

actividad de los alumnos que los motive y los implique en el trabajo en clase, no es

nada fácil encontrar los contextos necesarios para ello: si son muy propios de la

vida cotidiana acaba teniendo más importancia la complejidad del contexto que la

simplicidad que el lenguaje científico introduce en él; si el contexto es académico,

ocurre lo contrario. Encontrar el punto justo resulta difícil, pero es interesante

buscarlo.

Otro aspecto difícil es combinar los puntos de vista de diferentes disciplinas,

aunque vamos avanzando en la puesta a punto de estrategias para ello; lo es

especialmente introducir el pensamiento matemático en el proceso de

modelización científica. Todo ello nos hace sospechar que tenemos ahí un

problema grave en la ‘ciencia para todos’ que debería ser prioritario ahora en la

investigación en didáctica de las ciencias experimentación: enseñar a pensar sobre

los fenómenos del mundo identificando en ellos las entidades que corresponden a

las diferentes disciplinas y las relaciones entre ellas que, con gran frecuencia, son

resultado de medidas y requieren pensamiento matemático.

6. LA INTELIGENCIA TRIUNFANTE…ES LO QUE MÁS EMOCIONA

La consideración de la importancia de las emociones para aprender ciencias no

sólo tiene como consecuencia tener que pensar actividades que sean emocionantes

para los alumnos, sino que desbarata las maneras de hacer vigentes hasta este

momento, en las cuales la verdad de la ciencia se impone por su propio prestigio y

que, por ello, debe aprenderse. El continuado fracaso de esta manera de actuar no

hace mella en un gran número de profesores e incluso (y esto es muy lamentable)

las administraciones educativas se resisten a aceptar los cambios que conducirían a

una ciencia más vivencial. Ciertamente, lo que se propone ahora al dar hacer ver la

importancia de las emociones para aprender de manera competencial representa

un cambio importante en la manera de comprender lo que es la ciencia y no es de

extrañar que las resistencias se multipliquen, por lo novedoso que resulta.

Todo ello hace pensar que los profesores deberían conocer los nuevos marcos

teóricos que van apareciendo y comprender su importancia. Esto es necesario, por

ejemplo, para comprender cuál es hoy día la posición de la Ciencia en la sociedad

actual, que ya no se admira ante la ciencia sino que espera de ella que resuelva

problemas prácticos, cosa que no siempre los científicos saben o quieren o pueden

hacer. Es una ciencia que está comprometida con los contextos reales y con los

valores de los que dependen las decisiones que se tomen, que ya no dependen sólo

del mundo académico sino también de quienes hacen la demanda, los ciudadanos.

La manera de aproximarnos a ella son más propios de la ciencia de la complejidad,

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 325

en la cual la causalidad es múltiple, y la manera de enfocar los cambios es

sistémica: cuenta con la diversidad de elementos de naturaleza diferente que

interaccionan en cualquier problema que la ciencia debe resolver. Y el significado

de los sistemas no se adquiere conociendo sus partes o elementos sino que son

estas partes las que adquieren significado en el conjunto, en la globalidad del

sistema. Se trata de una ciencia que encuentra su verdad en el diálogo, buscando

siempre la superación del conocimiento introduciendo la duda que hace avanzar

(Bonil y Sanmartí, 2004).

Los valores deben ser tenidos en cuenta ahora, sin titubeos, porque en la ciencia

compleja los significados dependen en gran parte de lo que se quiera hacer con

ella, no sólo de cómo es el mundo. La ciencia positivista que ahora ya nos parece

caduca se esforzaba en mostrarse objetiva y en dar valor de verdad a esta

objetividad. Claro que ésta objetividad es necesaria en algún tipo de experimento;

pero la ciencia hecha por científicos que viven en el mundo no es sólo así: las

personas adhieren a programas de acción que no se demuestran en el laboratorio.

Sólo desde esta nueva visión de la ciencia tienen sentido las nuevas propuestas

de actividad científica escolar que sea plenamente humana y humanizante y por

ello el profesorado debería reflexionar sobre ello. Marina (2005) nos muestra, creo,

que lo que emociona realmente es trabajar para la dignidad humana y nos dice que

los Derechos Humanos son un triunfo de la inteligencia mientras que los campos

de exterminio, los campamentos de desplazados, los niños soldados son su gran

fracaso.

La ciencia escolar debería emocionar porque se incluye en un proyecto de

futuro de los alumnos, que es generoso e inteligente; las ciencias le aportan

instrumentos para sostenerlo con los conocimientos trabajosamente construidos a

lo largo de muchos siglos por personas igualmente generosas e inteligentes.

D. Jou, catedrático de Física de la UAB y un gran poeta, hacía notar que ‘en la

enseñanza de las ciencias actual las metáforas y las analogías (que tanto abundan

en las ciencias) ya no se tienen en cuenta, sólo queda, ahora, el lenguaje ‘positivo’.

¡Suerte que los poetas nos recuerdan las limitaciones de este lenguaje…! Los

profesores deberíamos recordar estas palabras; la manera de concebir el lenguaje

científico puede ser un escollo, si se cuenta sólo con su aspecto lógico, formal

(positivo) y no se da la importancia debida a su función comunicativa que

transmite sorpresa, duda, propuestas de intervención, éxitos y fracasos… es decir,

emociones. No puede experimentarlas quien no sospecha que algo les puede pasar

a los materiales si se interacciona con ellos de manera planificada con anterioridad,

que pone a prueba experimentos hechos por otras personas, que conoce la historia

de los métodos y los resultados obtenidos con ellos… quien no comparte, gracias al

lenguaje, las ideas de otras personas que comparten la misma cultura.

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326 La Química ¿Emociona?

Nuestro deseo es proporcionar a nuestros alumnos la clave para comprender lo

que significan las palabras de la ciencia y criterio para saber cómo utilizarlas, un

lenguaje que no elude lo que no puede ser dicho aún ni lo que no puede medirse.

Queremos que aprendan a ver a su alrededor ‘cambios’ insospechados, que

requieren nuevas palabras que no son mágicas ni un bla, bla sin sentido, que son

necesarias porque nos hablan del mundo en el que vivimos y en el que debemos

actuar.

7. BIBLIOGRAFÍA

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_________________________ Brígido, M., Conde, M.C. y Bermejo, M.L. (2013). Relación entre el aprendizaje y la enseñanza de las

ciencias en la formación inicial del profesorado de primaria. En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B. Borrachero

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(pp.329-350). Badajoz, España: DEPROFE.

CAPÍTULO 14

RELACIÓN ENTRE EL APRENDIZAJE Y LA

ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS EN LA

FORMACIÓN INCIAL DEL PROFESORADO DE

PRIMARIA

MARÍA BRÍGIDO MERO. Universidad de Extremadura.

MARÍA DEL CARMEN CONDE NÚÑEZ. Universidad de Extremadura.

MARÍA LUISA BERMEJO GARCÍA. Universidad de Extremadura.

1. INTRODUCCIÓN

Actualmente se considera la enseñanza como una práctica emocional en la que

intervienen procesos cognitivos y afectivos, sosteniendo además que las emociones

tienen un papel vital en el desarrollo del aprendizaje, ya que es sabido que el

mundo subjetivo y emocional que cada persona desarrolla sobre la realidad

exterior da sentido a las relaciones y hace comprender el lugar propio que

ocupamos en el mundo más amplio. Así, encontramos recientes trabajos que se han

centrado en la importancia de las emociones y las actitudes en la enseñanza en

general (Hargreaves, 1998; Shapiro, 2010) y en la enseñanza y al aprendizaje de las

ciencias en particular (Hong, Lin y Lawrenz, 2012; Hugo, 2008; Marbá y Márquez,

2010; Vázquez y Manassero, 2007a, 2007b; Zembylas, 2005), incrementando la

importancia de atender a las emociones de los profesores como algo básico e

inseparable de la cognición.

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330 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

Un reflejo de la sensibilidad por este tema, dentro del campo de la psicología y

del de los profesionales de la educación, es el hecho de que ya en el I Congrés

Estatal D’Educació Emocional, celebrado en Barcelona en 2000, se tratara en una de

las sesiones la importancia de la educación emocional ya desde la misma

formación del profesorado, donde se ha de aprender a armonizar el marco racional

con el marco emocional. En este congreso, es significativa la ponencia a cargo del

profesor Darder (2000), donde se subrayó la nueva consideración de las emociones

como básicas en la formación de las personas en general, y para la eficacia del

trabajo educativo de los maestros y de su satisfacción personal en particular. De la

misma forma, señala Garritz (2010) que la buena enseñanza no es sólo una cuestión

de eficiencia, unas buenas competencias docentes o el aprendizaje de todas las

técnicas educativas adecuadas. Los buenos profesores son seres afectivos que

dominan sus emociones, conectan con sus alumnos y llenan su trabajo y sus clases

con el placer, la ilusión, la confianza y la alegría.

Los intentos para llegar a una definición precisa de la emoción han resultado

siempre controvertidos e infructuosos, encontrándonos con numerosos

desacuerdos entre los autores, lo que da lugar a que actualmente se carezca de una

definición de emoción que sea aceptada por todos. La definición admitida por

nuestro grupo de investigación sería la elaborada por Bisquerra (2000):

Las emociones son reacciones a las informaciones que recibimos en nuestras

relaciones en el entorno. La intensidad de la reacción está en función de las

evaluaciones subjetivas que realizamos sobre cómo la información recibida va a

afectar nuestro bienestar. En estas evaluaciones subjetivas intervienen

conocimientos previos, creencias, objetivos personales, percepción de ambiente

provocativo, etc. Una emoción depende de lo que es importante para nosotros

(p.63).

Sin embargo, las emociones no sólo se producen como una reacción a los

estímulos del presente. También se producen por el recuerdo o evocación de

hechos sucedidos en el pasado (Damasio, 2010) o por el vaticinio o anticipo de

posibles situaciones futuras.

En cuanto a la discriminación entre los distintos tipos de emociones, una vez

más nos encontramos con una falta de consenso entre los autores. Suelen citarse en

todos los estudios sobre emociones, las llamadas emociones principales: miedo, ira,

ansiedad, tristeza, vergüenza, alegría y felicidad, aunque sería un error admitir que

una sola clasificación sería eficiente para cualquier fin.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 331

Una de las clasificaciones más empleadas es la que distingue entre emociones

básicas o primarias y emociones complejas o secundarias (Casacuberta, 2000).

Otros autores hablan de emociones agradables y desagradables, sentimientos

adecuados e inadecuados (Segura y Arcas, 2007). Griffiths (1997) distingue entre

emociones pasivas o involuntarias y emociones activas o voluntarias. Sin embargo,

la clasificación que más se acerca a la naturaleza de nuestro estudio es la

presentada por Fernández-Abascal, Martín y Domínguez (2001), y apoyada por

autores como Bisquerra (2009) y Rebollo, Garía, Barragán, Buzón y Vega (2008),

quienes distinguen entre emociones positivas, que implican sentimientos

agradables, con duración temporal corta y que movilizan escasos recursos para su

afrontamiento y emociones negativas, que implican sentimientos desagradables y

la movilización de muchos recursos para su afrontamiento.

Las investigaciones sobre la influencia de las emociones en la enseñanza y

aprendizaje son claras: Se sabe que los profesores más rígidos, con

comportamientos más controladores hacia los estudiantes, generan en éstos rabia y

ansiedad, que a su vez son directamente responsables de su falta de motivación

para aprender (Assor, Kapplan, Kanat-Maymon y Roth, 2005). Mearns y Cain

(2003) han llegado a la conclusión de que los futuros profesores que se perciben así

mismos como poseedores de cierto grado de habilidad para regular sus emociones,

utilizarán más estrategias activas para enfrentarse a las situaciones estresantes en el

entorno académico, experimentarán menos consecuencias negativas de estrés y

mayor realización personal. En España, varios estudios han evaluado también el

papel de inteligencia emocional en la interacción escolar. Se ha encontrado un

mayor uso de estrategias de supresión de pensamientos negativos y mayor ajuste

emocional en los profesores que se perciben con mayor inteligencia emocional,

sobre todo aquellos con mayor capacidad para reparar las emociones negativas. Al

tiempo, aquellos que comprenden y no atienden en exceso a las emociones propias

o de los otros sienten mayores niveles de realización profesional. Asimismo, Sala

(2002) observó en una muestra de futuros docentes que las habilidades sociales,

medidas por medio de un instrumento de inteligencia emocional mixto (EQ-i),

inciden de forma moderada sobre sus valores, actitudes, creencias y estilos

educativos, siendo el estilo asertivo el que mayor ajuste emocional mostraba.

En general se presupone que los profesores son expertos en habilidades socio-

emocionales, y se les demanda el desarrollo de una educación integral en sus

alumnos. Sin embargo, no se les ha dotado de los medios necesarios para ello, es

decir, de una formación que les enseñe cómo desarrollar estas nuevas

competencias en la escuela y que, al mismo tiempo, les aporte estrategias de

afrontamiento en su tarea.

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332 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

En el contexto específico de la formación inicial de maestros de Educación

Primaria, éstos comienzan su formación profesional en un momento en que sus

experiencias como alumnos de la enseñanza obligatoria todavía son muy recientes.

Asimismo, los futuros maestros presentan unas determinadas creencias sobre las

variables que influyen en su conocimiento profesional (Evans y Fisher, 2000), lo

que a su vez desencadenan una serie de emociones. Estas creencias se basan en

experiencias que incluyen características explícitas del currículum, conocimientos

de carácter conceptual, procedimental y actitudinal, pero también en aspectos

ocultos, como los valores de sus profesores, la manera de evaluar, la dinámica

social de clase y las emociones que les generaron dichas experiencias.

Si nos situamos en la formación científica, la mayoría de futuros maestros han

construido su concepto de ciencia y de cómo enseñarla a partir de interpretar las

clases recibidas, las prácticas de laboratorio, el contacto con sus profesores a lo

largo de sus años de escolaridad y las emociones que les ha generado todo ello.

Así, cuando un alumno empieza sus estudios de Magisterio, no debemos olvidar el

hecho de que tienen emociones, concepciones, actitudes sobre la ciencia y sobre la

forma de aprenderla y enseñarla, asumiendo o rechazando los roles de los

profesores de ciencias que han tenido en su etapa escolar. Muchos profesores

enseñan con métodos didácticos muy similares a los que ellos mismos preferían en

sus profesores cuando eran alumnos, o simplemente enseñan de la misma forma

en que fueron enseñados (Mellado, Blanco y Ruiz, 1999), del mismo modo que

muchos profesores vaticinan emociones ante la enseñanza de las ciencias basadas

en las experimentadas como aprendices.

También los periodos de prácticas en los centros escolares, ayudan a consolidar

sus emociones y creencias. En algunos casos, la vivencia de las experiencias

generadas no es positiva, lo que puede ser un obstáculo para el cambio en el

modelo didáctico que según algunos autores es el objetivo del proceso de

formación (Gil, 1991).

Además, algunas creencias e imágenes pedagógicas personales de los

profesores, y sus correspondientes respuestas emocionales, son muy estables y

sufren muy pocos cambios durante la formación inicial del profesorado, formación

que a menudo incluso refuerza las creencias y roles de los profesores de ciencias.

En otros aspectos, en cambio, los profesores en formación entran en la Universidad

con muchas dudas y emociones negativas hacia la ciencia, y aunque tienen ideas

que permanecen durante la formación inicial, también tienen percepciones y

actitudes que pueden cambiar a través de un adecuado programa de formación.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 333

Los resultados de numerosas investigaciones señalan que las concepciones de

los profesores se van formando paulatinamente desde su etapa escolar, y son más

estables cuanto más tiempo llevan formando parte del sistema de creencias de cada

persona, por lo que los antecedentes escolares de los profesores en formación son

una variable a tener en cuenta en el análisis de sus emociones, concepciones y

conducta en el aula al enseñar ciencias, así como en el diseño de los programas de

formación inicial y permanente. Además, si no se analizan adecuadamente los

orígenes de las emociones o/y creencias negativas, es muy posible que éstas se

perpetúen a pesar de las contradicciones causadas por la razón, el paso del tiempo,

la escolaridad y las experiencias.

2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y METODOLOGÍA DE

INVESTIGACIÓN

El objetivo que nos planteamos en este trabajo, fruto de una investigación más

amplia, es analizar la relación que existe entre las emociones que los profesores de

primaria en formación inicial vaticinan como futuros docentes de ciencias y las

experimentadas como estudiantes de ciencias.

Este trabajo se ha llevado a cabo mediante una investigación por encuesta,

elegida por ser la metodología más indicada para recoger opiniones, creencias o

actitudes.

En cuanto al tratamiento estadístico de los datos, hemos procedido a realizar

dos tipos de análisis: un análisis descriptivo de las emociones en la enseñanza y en

el aprendizaje de las ciencias de los futuros maestros encuestados, y un análisis

correlacional, para analizar si existen o no diferencias entre las emociones en la

enseñanza y el aprendizaje de las ciencias.

Los sujetos participantes en la investigación han sido 290 estudiantes de

Magisterio de Primaria de la Facultad de Ecuación de la Universidad de

Extremadura (tabla 1), más concretamente 63 pertenecientes a segundo y tercer

curso del año 2007/2008, 39 de segundo curso del año 2008/2009 de la Diplomatura

de Maestro de Educación Primaria y 188 correspondientes al primer curso del año

2009/2010 del Grado de Maestro de Primaria, todos ellos elegidos mediante un

muestreo no probabilístico de conveniencia. Las razones que avalan esta decisión

se basan en la disponibilidad de tiempo y de casos.

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334 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

Tabla 1. Muestra de investigación.

2007/2008 2008/2009 2009/2010

Cuestionario cerrado a 63

alumnos de 2º y 3º Magisterio

Primaria.

Cuestionario cerrado a 39

alumnos de 2º Magisterio

Primaria.

Cuestionario cerrado a 188

alumnos de 1er Grado de

Educación Primaria.

El instrumento utilizado ha sido un cuestionario de preguntas cerradas basado

en cuatro tablas de emociones, donde los participantes debían señalar las

experimentadas como estudiantes de ciencias en secundaria y las vaticinadas como

profesores de ciencias, tanto en los contenidos de ciencias naturales como en los de

física/química. Dichas emociones fueron elegidas basándonos en las clasificaciones

propuestas por Bisquerra (2009), Damasio (2010) y Rebollo et al., (2008),

distinguiendo entre emociones positivas y negativas (Fernández-Abascal et al.,

2001), a raíz de un estudio anterior mediante una pregunta abierta en el que

preguntamos a un grupo de futuros maestros las emociones que les provocaban la

enseñanza y el aprendizaje de las ciencias. El cuestionario cada año sufrió algunas

modificaciones, añadiendo algunas emociones y eliminando o sustituyendo otras.

Dicho cuestionario fue sometido a un proceso de fiabilidad a través del análisis de

su consistencia interna mediante el alfa de Cronbach, obteniendo un valor de 0,950

el primer año, 0,924 el segundo y 0,904 el tercero, que implicaría una fiabilidad

excelente en todos los cursos (George y Mallery, 1995).

Una vez elaborado cada uno de los cuestionarios, como instrumento de

recogida de datos, realizado los estudios pilotos y analizada la fiabilidad de los

mismos, se procedió a la recogida de datos, para su posterior codificación y

análisis.

El diseño que hemos utilizado para la recogida de los datos ha sido un diseño

transversal, que se caracteriza porque los datos son recogidos, sobre uno o más

grupos de sujetos, en un solo momento temporal. En un primer momento

procedimos a contactar de forma presencial con un profesor de cada curso, con el

fin de informarles acerca del propósito de la investigación y obtener su permiso y

colaboración para poder llevar a cabo la aplicación del cuestionario, acordando

fecha y hora para ello.

Los cuestionarios se aplicaron de forma colectiva dentro del horario normal de

clase. Durante la aplicación hubo un ambiente relajado y una gran colaboración del

alumnado, el cual se mostró participativo e interesado en todos los casos. La

duración de cada sesión duró alrededor de 20 minutos, siguiéndose la siguiente

secuencia:

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 335

1. Presentación del instructor.

2. Presentación del cuestionario. Se les informó a los estudiantes de los

objetivos y características del cuestionario, así como las instrucciones para su

correcta cumplimentación.

3. Cumplimentación del cuestionario. En todo momento el instructor estuvo

pendiente de las posibles dudas que pudiesen surgir en esta fase.

4. Despedida y recogida de los cuestionarios.

Una vez recogidos los datos, se sometieron a los necesarios procesos de

depuración, codificación y grabación en soporte informático para poder proceder

al análisis a través del paquete estadístico SPSS (Statistical Product and Service

Solutions) 17.0.

3. RESULTADOS

3.1. Emociones en el aprendizaje de las ciencias

3.1.1. Curso 2007/2008.

Los resultados muestran que los profesores de Primaria en formación

experimentaban distintas emociones ante el estudio de contenidos de

física/química y de ciencias naturales en secundaria (Figura 1).

Figura 1. Emociones como estudiantes curso 2007/2008.

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336 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

Ante la física/química predominaban emociones negativas como miedo,

incertidumbre o ansiedad; muy pocos estudiantes admiten su gusto por estas

asignaturas científicas, y vemos como la tranquilidad o la tranquilidad son las

emociones menos señaladas. En anteriores trabajos con estudiantes de Maestro de

Primaria, ya se había detectado que la resolución de problemas de física y química

es uno de los temas que genera más emociones negativas y estrategias defensivas

de afrontamiento en los estudiantes de Maestro (Brígido, Bermejo, Conde y

Mellado, 2010; Díaz-Pinto, González y Mellado, 1999). En cambio, los sentimientos

experimentados ante las ciencias naturales eran mayoritariamente positivos, tales

como placer o entusiasmo. En cambio, las emociones negativas como desprecio,

tristeza u odio eran mucho menos frecuentadas.

3.1.2. Curso 2008/2009.

Nuevamente, como refleja la figura 2, los resultados manifiestan la disimilitud

entre las emociones despertadas en las asignaturas de ciencias naturales y en las de

física/química, mayoritariamente negativas para estas últimas, y positivas para las

ciencias naturales. Así, sentimientos como simpatía, entusiasmo o confianza eran

frecuentes en los futuros maestros al enfrentarse a contenidos de ciencias naturales,

frente a emociones negativas como miedo o desesperación, menos experimentadas.

Por el contrario, emociones como la desesperación, la preocupación o la ansiedad

eran comunes en el estudio de contenidos de física/química, versus otras como la

diversión o la satisfacción que eran menos notorias.

Figura 2. Emociones como estudiantes curso 2008/2009.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 337

3.1.3. Curso 2009/2010.

En el tercer año, la diferencia entre las emociones ante el aprendizaje de

contenidos de ciencias naturales y de física/química vuelve a ser evidente en los

resultados, si bien es cierto que se observa un detrimento en los porcentajes de las

emociones positivas ante las ciencias naturales. Aún así, estas emociones tales

como la curiosidad o el entusiasmo son las más frecuentes frente a las emociones

negativas como ira o impotencia. Estos datos se advierten en la figura 3. Una vez

más los contenidos de física/química en cambio sugerían en los futuros maestros

emociones negativas como por ejemplo tensión, agobio o desesperación, en

oposición a emociones positivas como tranquilidad o placer.

Figura 3. Emociones como estudiantes curso 2009/2010.

3.2. Emociones en la enseñanza de las ciencias

3.2.1. Curso 2007/2008.

Existe una diferencia entre las emociones vaticinadas en la futura docencia de

ciencias, atendiendo a la enseñanza de contenidos de física/química o de ciencias

naturales. Al impartir contenidos relacionados con la física o la química, los futuros

maestros señalan que sentirán mayoritariamente emociones negativas,

alcanzándose los mayores porcentajes en nerviosismo, ansiedad o tensión. En

cambio, las emociones de placer o devoción son las menos apuntadas (figura 4).

Ante las ciencias naturales, predominan las emociones positivas como la

tranquilidad, la confianza o la diversión. En el lado opuesto, emociones que apenas

aparecen serían tristeza, odio o desprecio.

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338 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

Figura 4. Emociones como docentes curso 2007/2008.

3.2.2. Curso 2008/2009.

La figura 5 contiene los resultados del segundo curso de nuestro estudio, los

cuales arrojan una concordancia con los resultados del año anterior, de forma que

los futuros maestros afirman un pronóstico desigual en las emociones ante la

docencia de contenidos de ciencias naturales y de física/química. En estos últimos,

se esperan emociones negativas como nerviosismo, tensión o desesperación, frente

a emociones positivas mucho menos vaticinadas, como capacidad, simpatía o

entusiasmo.

Figura 5. Emociones como docentes curso 2008/2009.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 339

De forma análoga, ante la enseñanza de contenidos de ciencias naturales se

predicen emociones mayoritariamente positivas, tales como diversión o

gratificación, en contra de emociones negativas como por ejemplo odio, pesimismo

o ansiedad.

3.2.3. Curso 2009/2010.

De nuevo se constata la existencia de emociones positivas ante la docencia de

ciencias naturales y negativas frente a la física/química de los futuros maestros.

Así, la figura 6 refleja la predicción de sentimientos como satisfacción, curiosidad o

motivación en la enseñanza de contenidos relacionados con las ciencias naturales,

en contra de otros como la impotencia, la ira o el odio, además de sentimientos

negativos como preocupación, tensión o nerviosismo a la hora de enfrentarse a la

enseñanza de contenidos de física/química, frente a otros positivos como

tranquilidad o placer.

Figura 6. Emociones como docentes curso 2009/2010.

3.3. Correlación entre las emociones en la enseñanza y en el aprendizaje de las

ciencias.

3.3.1. Curso 2007/2008.

De forma descriptiva, vemos en las figuras 7 y 8 que las emociones como

estudiantes y como docentes en los distintos contenidos científicos analizados

(física/química y ciencias naturales) siguen la línea de los resultados anteriormente

descritos: emociones positivas en el aprendizaje de ciencias se corresponden con

emociones positivas en la docencia de los mismos contenidos y viceversa.

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340 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

Figura 7. Diferencia entre las emociones experimentadas como estudiantes y como docentes

en Física o Química, curso 2007/2008.

Figura 8. Diferencia entre las emociones experimentadas como estudiantes y como docentes

en ciencias naturales, curso 2007/2008.

Además del análisis descriptivo se realizó un análisis inferencial mediante una

correlación de Pearson. Se analizaron las 26 emociones propuestas en este

cuestionario ante el aprendizaje de la física/química y de las ciencias naturales en

Secundaria, con las 26 mismas emociones propuestas ante la docencia de los

mismos contenidos, con el fin de establecer relaciones significativas entre ambas.

Obtenemos relaciones significativas en 25 emociones como aprendices de

Física/Química, cada una de ellas con varias emociones como docentes de los

mismos contenidos, de forma que las emociones positivas como estudiantes se

correlaciones con emociones positivas como docentes, y viceversa. Algunos

ejemplos serían los siguientes (tabla 2):

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 341

Tabla 2. Correlaciones en el aprendizaje y la enseñanza de Física/Química, curso 2007/2008.

Emociones positivas

en el aprendizaje de

Física/Química

Correlaciones con

emociones positivas

en la enseñanza de

contenidos de

Física/Química

Emociones negativas

en el aprendizaje de

Física/Química

Correlaciones con

emociones negativas

en la enseñanza de

contenidos de

Física/Química

Diversión

Diversión, placer,

entusiasmo,

confianza, capacidad

Depresión

Depresión, ira,

pesimismo, tensión,

tristeza,

preocupación, odio,

ansiedad,

desesperación,

nerviosismo,

incertidumbre,

desprecio,

frustración

Orgullo Orgullo Frustración

Depresión, ira,

pesimismo, miedo,

tensión, tristeza,

preocupación, odio,

ansiedad,

desesperación,

nerviosismo,

incertidumbre,

desprecio,

frustración

Tranquilidad Placer Pesimismo

Depresión, ira,

pesimismo, tensión,

ansiedad,

desesperación,

incertidumbre,

desprecio,

frustración

Placer

Orgullo, placer,

simpatía, alegría,

confianza

Miedo

Depresión, ira,

pesimismo, miedo,

tensión, tristeza,

preocupación, odio,

ansiedad,

desesperación,

incertidumbre,

desprecio,

frustración

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342 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

De la misma forma, los resultados extraídos en las correlaciones de la

enseñanza y el aprendizaje de ciencias naturales, muestran que existen relaciones

significativas en 24 emociones como aprendices de Ciencias Naturales, cada una de

ellas con varias emociones como docentes de los mismos contenidos. Algunas

correlaciones serían (tabla 3):

Tabla 3. Correlaciones en el aprendizaje y la enseñanza de Ciencias Naturales, curso 2007/2008.

Emociones positivas

en el aprendizaje de

Ciencias Naturales

Correlaciones con

emociones positivas

en la enseñanza de

contenidos de

Ciencias Naturales

Emociones negativas

en el aprendizaje de

Ciencias Naturales

Correlaciones con

emociones negativas

en la enseñanza de

contenidos de

Ciencias Naturales

Diversión Diversión Depresión Nerviosismo

Orgullo

Orgullo,

tranquilidad, placer,

simpatía, alegría,

entusiasmo,

confianza,

satisfacción,

devoción, capacidad

Ira Pesimismo, tensión,

incertidumbre

Placer

Diversión,

tranquilidad, placer,

simpatía, alegría,

entusiasmo,

confianza,

satisfacción,

devoción

Pesimismo

Ira, pesimismo,

desesperación,

incertidumbre

Simpatía

Diversión, placer,

simpatía, alegría,

confianza,

satisfacción,

devoción, capacidad

Miedo Pesimismo,

incertidumbre

3.3.2. Curso 2008/2009.

Como podemos observar en las figuras 9 y 10, las emociones como estudiantes

y docentes son semejantes, tanto en contenidos de ciencias naturales

(mayoritariamente se experimentan emociones positivas) como de física/química,

donde las emociones negativas cobran protagonismo.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 343

Figura 9. Diferencia entre las emociones experimentadas como estudiantes y como docentes

en Física o Química, curso 2008/2009.

Figura 10. Diferencia entre las emociones experimentadas como estudiantes y como docentes

en ciencias naturales, curso 2008/2009.

El análisis inferencial muestra que existen relaciones significativas en 13 de las

21 emociones analizadas como aprendices de Física/Química, cada una de ellas con

una o varias emociones como docentes de los mismos contenidos. Concretamente

se obtienen correlaciones en 8 emociones positivas como aprendices de

física/química, cada una de ellas con una o varias emociones positivas como

docentes de los mismos contenidos. Además se atisban 5 correlaciones entre

emociones negativas como estudiantes, cada una de ellas con una o varias

emociones negativas como docentes. A continuación se muestran algunos ejemplos

(tabla 4):

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344 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

Tabla 4. Correlaciones en el aprendizaje y la enseñanza de Física/Química, curso 2008/2009.

Emociones positivas

en el aprendizaje de

Física/Química

Correlaciones con

emociones positivas

en la enseñanza de

contenidos de

Física/Química

Emociones negativas

en el aprendizaje de

Física/Química

Correlaciones con

emociones negativas

en la enseñanza de

contenidos de

Física/Química

Placer satisfacción Pesimismo Tensión

Gratificación satisfacción Tensión Desesperación

Capacidad satisfacción Desesperación Ira, desesperación,

impotencia

Diversión capacidad Impotencia Ira

En la misma dirección, se distingue una relación significativa en 9 emociones

como estudiantes de ciencias naturales, con una o varias emociones como docentes

de los mismos contenidos. Algunos ejemplos de dichas correlaciones son los

siguientes (tabla 5):

Tabla 5. Correlaciones en el aprendizaje y la enseñanza de Ciencias Naturales, curso 2008/2009.

Emociones positivas

en el aprendizaje de

Ciencias Naturales

Correlaciones con

emociones positivas

en la enseñanza de

contenidos de

Ciencias Naturales

Emociones negativas

en el aprendizaje de

Ciencias Naturales

Correlaciones con

emociones negativas

en la enseñanza de

contenidos de

Ciencias Naturales

Tranquilidad Entusiasmo,

confianza Odio

Tensión, ansiedad,

desesperación

Confianza

Orgullo,

gratificación,

entusiasmo,

confianza, capacidad

Ansiedad Desesperación,

impotencia

Capacidad

Orgullo,

tranquilidad,

simpatía,

gratificación,

confianza,

satisfacción

Desesperación Tensión

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 345

3.3.2. Curso 2009/2010.

En el análisis descriptivo, encontramos que las emociones como estudiantes y

como docentes en los distintos contenidos científicos analizados (física/química y

ciencias naturales) prolongan la misma tendencia: emociones positivas en el

aprendizaje de ciencias se corresponden con emociones positivas en la docencia de

los mismos contenidos y viceversa (figuras 11 y 12).

Figura 11. Diferencia entre las emociones experimentadas como estudiantes y como docentes

en Física o Química, curso 2009/2010.

Figura 12. Diferencia entre las emociones experimentadas como estudiantes y como docentes

en ciencias naturales, curso 2009/2010.

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346 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

Al realizar una correlación de Pearson, el análisis inferencial muestra que se

advierten relaciones significativas en todas las emociones positivas como

aprendices de física/química (curiosidad, motivación, interés, diversión, orgullo,

tranquilidad, placer, simpatía, entusiasmo, confianza, satisfacción y capacidad),

cada una de ellas con todas las emociones positivas como docentes, de la misma

forma que todas las emociones negativas como aprendices (ira, miedo, tensión,

preocupación, odio, ansiedad, desesperación, nerviosismo, impotencia, frustración,

aburrimiento y agobio) correlacionan con todas las emociones negativas como

docentes.

Igualmente, los resultados extraídos en las correlaciones entre la enseñanza y el

aprendizaje de ciencias naturales, muestran que existen relaciones significativas en

todas emociones como aprendices, cada una de ellas con una o varias emociones

como docentes de los mismos contenidos. Así, obtenemos que todas las emociones

positivas como estudiantes de ciencias naturales correlacionan positivamente con

todas las emociones positivas como docentes de ciencias. Además, 12 emociones

negativas como aprendices correlacionan con varias emociones negativas como

docentes. Una muestra sería la siguiente (tabla 6):

Tabla 6. Correlaciones en el aprendizaje y la enseñanza de Ciencias Naturales, curso 2009/2010.

Emociones negativas en el

aprendizaje de Ciencias Naturales

Correlaciones con emociones negativas

en la enseñanza de contenidos de

Ciencias Naturales

Ira

Ira, miedo, tensión, odio, ansiedad,

desesperación, nerviosismo, impotencia,

frustración, aburrimiento, agobio

Miedo

Ira, miedo, tensión, preocupación,

ansiedad, desesperación, nerviosismo,

agobio

Tensión

Ira, miedo, tensión, preocupación,

ansiedad, desesperación, nerviosismo,

agobio

4. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Como se ha podido advertir en este estudio, las emociones de los futuros

maestros de primaria ante el aprendizaje de las ciencias durante su etapa escolar en

secundaria difieren según los contenidos que se estudien. Por una parte, el

aprendizaje de física/química despertaba en su mayoría emociones negativas y

muy pocas emociones positivas. Sin embargo, el aprendizaje de ciencias naturales

provocaba interés, motivación, curiosidad y una serie de emociones

mayoritariamente positivas. En anteriores trabajos ya se había detectado que las

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 347

emociones difieren según las distintas asignaturas de ciencias, predominando las

emociones positivas hacia el aprendizaje de las ciencias naturales, y unas

emociones negativas ante los contenidos de física/química, disimilitudes expuestas

por autores como Acevedo (1993), Brígido et al. (2010), Díaz-Pinto et al. (1999),

Marbá y Márquez (2010), Osborne, Driver y Simon (1998).

Lo mismo sucede en la docencia de los distintos contenidos científicos: se

vaticinan emociones positivas ante la enseñanza de ciencias naturales y negativas

hacia la física/química, sin embargo, las emociones son en general más positivas

como docentes que como aprendices en ambos contenidos. Este resultado es

esperanzador, pero sigue siendo muy preocupante el bajo porcentaje de emociones

positivas, tanto al aprender como al enseñar estas materias, y el nulo impacto que

en las emociones positivas ha tenido la formación inicial. Estos resultados nos

indican la necesidad de realizar tratamientos emocionales específicos en las

asignaturas de didáctica de la física y la química durante la formación inicial de los

maestros.

Además, tanto las emociones positivas como negativas como aprendices en

ambos contenidos se correlaciones con emociones positivas y negativas como

docentes, de forma que podemos afirmar que existe una relación entre las

emociones como aprendices y como docentes de ciencias, tanto en ciencias

naturales como en física química.

Deducimos la necesidad de desarrollar programas de intervención emocional

en la formación inicial de Maestros (Blanco, Guerrero, Caballero, Brígido y

Mellado, 2010; Koballa, Bradbury, Glynn y Deaton, 2008), especialmente en

asignaturas como la física o la química, que demuestran tener una de las mayores

dificultades cognitivas y emocionales, para los futuros profesores de primaria. De

esta forma podrán tomar conciencia de que pueden ser vulnerables

emocionalmente, de su propia historia como escolares y de cómo las emociones

afectan a la enseñanza de las distintas asignaturas de ciencias. La inclusión de

programas de intervención emocional, específicos para los distintos contenidos

escolares, ayudarán a los futuros profesores a desarrollar la capacidad de actuar

para transformar y autorregular esas emociones, en su propio aprendizaje, en el de

sus alumnos y en su enseñanza de las ciencias, en un proceso metacognitivo (Bonil

y Márquez, 2011). Consideramos fundamental formar profesores emocionalmente

competentes, que sepan diagnosticar y autorregular sus emociones a través de

programas de intervención que incluyan tanto lo cognitivo como lo afectivo, ya

que los conocimientos académicos se aprenden mejor si los alumnos tienen

competencias emocionales (Bisquerra y Pérez, 2007).

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348 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

La agenda de investigación sobre las emociones en la enseñanza de las ciencias

está abierta, pero hay muchos más interrogantes que respuestas. Es necesario

seguir investigando con muestras más amplias y metodologías de investigación

cuantitativas y cualitativas, que analicen las causas de las emociones, afinando más

los contenidos concretos (no es lo mismo la física que la química) y las distintas

actividades y estrategias de enseñanza y aprendizaje, así como la relación para los

distintos contenidos y estrategias con otros constructos como el conocimiento

didáctico del contenido, la autoeficacia, el autoconcepto, etc.

Agradecimientos: Este trabajo ha sido financiado por el Proyecto de Investigación

EDU2009-12864 del Ministerio de Ciencia e Innovación (España), el Gobierno de

Extremadura y los Fondos Europeos de Desarrollo Regional.

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_________________________ Fernández, M.J., Brígido, M. y Borrachero, A.B. (2013). Estudio longitudinal sobre las emociones y

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Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas (pp.351-371). Badajoz, España: DEPROFE.

CAPÍTULO 15

ESTUDIO LONGITUDINAL SOBRE LAS

EMOCIONES Y ACTITUDES DEL ALUMNADO

DE MAESTRO DEL GRADO DE EDUCACIÓN

PRIMARIA ANTE LA ENSEÑANZA DE

CIENCIAS EXPERIMENTALES

MARÍA JESÚS FERNÁNDEZ SÁNCHEZ. Universidad de Extremadura.

MARÍA BRÍGIDO MERO. Universidad de Extremadura.

ANA BELÉN BORRACHERO CORTÉS. Universidad de Extremadura.

1. INTRODUCCIÓN

El interés científico por el ámbito de las emociones ha sido escaso por parte de

la comunidad científica hasta la última década del pasado siglo (Vivas, Gallego y

González, 2007). No obstante, no solo pueden considerarse insuficientes los

estudios sobre cualquier tipo de emociones, sino también los referidos a aquellas

que se producen en todo proceso educativo (Brígido, Caballero, Conde, Mellado y

Bermejo, 2009).

Algunos autores establecen que los hallazgos sobre las emociones que se han

obtenido en las investigaciones no cuentan todavía con gran solidez. Además, no

existe un consenso a la hora de definir y clasificar el concepto de “emoción” (Vivas

et al., 2007). Sin embargo, hay acuerdo al señalar que: las emociones conllevan

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352 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

reacciones en los distintos sistemas que componen la naturaleza humana (motor,

cognitivo, etc.), emoción y cognición están integrados, existen unos elementos

necesarios para que se produzca una emoción (situación que la genera, sujeto que

pueda percibir y reaccionar ante la situación, significado que el sujeto le concede a

la situación y reacciones). La definición de Bisquerra (2000) citada en el capítulo

anterior, creemos que aglutina casi todos los aspectos que se consideran

imprescindibles.

Así pues, según Goleman (1996) el uso inteligente de las emociones sería lo que

se denomina inteligencia emocional. Este concepto conlleva un componente

intrapersonal, relacionado con uno mismo (autoconciencia y autocontrol), y un

componente interpersonal, vinculado con los otros (empatía y habilidades

sociales).

De manera previa a realizar una descripción precisa de la metodología de

investigación utilizada y los hallazgos obtenidos en el presente estudio, se hace

necesario contextualizar el mismo en los ámbitos científicos de la afectividad en el

aula y la formación del profesorado.

La mayor parte de los estudios existentes relacionados con la afectividad en el

aula han centrado su atención en el alumnado, dejando de lado las emociones que

experimenta el profesorado. Posiblemente, este desinterés se debe a la atribución

errónea que se establece al considerar que para ser profesor basta con poseer

conocimientos de la materia a enseñar, sentido común y cualidades personales

innatas (Mellado, 1999). Sin embargo, desde hace unos pocos años, comenzaron a

surgir los estudios que tenían como objetivo analizar las emociones del docente.

Moyne (1986) señala que lo que se transmite en el aula no puede separarse de la

persona que lo transmite, pues se trata de un saber que está ligado a un ser que se

comunica. De esta manera, se establece una unión entre los aspectos cognitivos y la

dimensión socio-emocional que caracteriza la profesión docente. De ahí, que sea

preciso conocer las emociones que experimentan los profesores en formación ante

la docencia de ciencias experimentales, pues podrían afectar a la dimensión

afectiva y las creencias de su alumnado hacia las mismas (Gómez-Chacón, 1998;

Bermejo, 1996). Para lograr la adquisición de aprendizajes significativos por parte

del alumnado resulta indispensable que las acciones del docente se caractericen

por las actitudes positivas (Cervantes, Cappello y Castro, 2009).

Los estudiantes y los profesores realizan atribuciones causales para explicar qué

elementos han provocado unos resultados académicos determinados, ya sean de

éxito o de fracaso. Los alumnos suelen explicar sus éxitos o fracasos en función de

sus capacidades cognitivas, el esfuerzo que han realizado y elementos azarosos

(Alonso Tapia y Mateos Sanz, 1986; Weiner, 1986;), mientras que los profesores lo

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 353

atribuyen a factores relacionados con: el alumno, el profesor y la propia disciplina

(Silvestri y Flores, 2006). Estas atribuciones conllevarán la experimentación de una

serie de emociones, tanto por parte de los profesores como de los alumnos. Según

Borrachero, Costillo, Brígido y Bermejo (2011), adaptando la clasificación de

emociones de Fernández-Abascal, Martín y Domínguez (2001) y uniéndola a la

teoría de las atribuciones de Weiner (1986), el éxito produce emociones positivas

(orgullo, satisfacción, alegría, etc.) y el fracaso lleva asociada la vivencia de

emociones negativas (frustración, ira, impotencia, etc.).

Asimismo según Estrada (2002, citado en Estrada, Batanero y Fortuny, 2004) se

pone de manifiesto la posibilidad de que las actitudes y las emociones del profesor

en ejercicio se deterioren progresivamente, dada la dificultad que el mismo percibe

en la materia y los problemas para aprender que observa en sus alumnos.

En ocasiones los profesores intentan ocultar sus emociones, aunque los alumnos

suelen percatarse de las mismas (Borrachero et al., 2011). La activación emocional,

produce acciones en tres sistemas reactivos (Ruano Arriaga, 2004):

Cognitivo-subjetivo. Son los estados de ánimo.

Componente neurofisiológico-bioquímico. Se corresponde con los cambios

que se producen en el organismo a nivel fisiológico, como aumento de la

frecuencia cardiaca.

Componente expresivo. Es el que manifiesta externamente las emociones.

Son cambios en la vocalización, en la expresión facial, etc.

Los estudios longitudinales sobre las emociones hacia las ciencias son escasos.

Sin embargo, son numerosas las investigaciones que hacen explícita la degradación

que sufre la actitud positiva hacia las ciencias de los alumnos de Educación

Primaria a medida que su edad aumenta (Borrachero et al., 2011). Según el ICECE

(2002, citado por Hidalgo; Maroto. y Palacios, 2004, p.4) esta tendencia es

extensible a las Matemáticas. Gairín (1987, citado en Hidalgo et al., 2004) y

Fernández (1986, citado en Hidalgo et al., 2004) realizaron diversos estudios

tomando como muestra alumnos de EGB. Sus investigaciones permiten confirmar

que el momento en el que se comienzan a consolidar las actitudes negativas hacia

las ciencias que se han ido desarrollando durante la etapa de Primaria son los 11

años.

Numerosos autores proponen una educación emocional, llamada también

“escolarización de las emociones” (García, 1997; Goleman, 1996; Kelly, 1987; Vallés

y Vallés, 2000). Con ello, pretenden fomentar el desarrollo del autocontrol

emocional de los alumnos/as, es decir, la capacidad para manifestar y reconocer de

forma apropiada las emociones en sí mismo y en los otros.

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354 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

Bisquerra (2005) asegura que es vital la formación inicial del profesorado en

educación emocional para poder afrontar de manera exitosa la tarea educativa en

su complejidad. De ahí, que proponga un programa destinado a dotar al

profesorado de una adecuada competencia emocional para la docencia. La

formación del profesorado en competencia emocional y en enseñanza de ciencias

ha sido un ámbito ausente en investigación. En los últimos tiempos, se le está

prestando una mayor atención debido, entre otras razones, al fracaso escolar y al

necesario reciclaje del profesorado ante las reformas (Estrada et al., 2004).

Según Zabalza (2006, citado en Palomero, 2009), la formación inicial y

permanente de los docentes en competencia emocional es insuficiente y precaria.

Otra investigación que avala esta apreciación es la realizada por López-Goñi y

Goñi Zabala (2012) sobre la presencia de las competencias emocionales en los

planes de formación inicial del profesorado de distintos países. En este trabajo, se

observan diferencias entre países, aunque cabe destacar que el trabajo de

competencias emocionales de manera explícita el valor es bajo en todos los casos

estudiados. En España, se le da una gran importancia a la dimensión intrapersonal

de la inteligencia emocional de los profesores, pero no a la interpersonal. Por lo

que difícilmente, los profesores estarán preparados para afrontar el reto que

supone gestionar las interconexiones humanas que se producen en el aula

(Palomero, 2009).

La formación del profesorado debe entenderse como un continuo que pasa por

varias etapas: preformativa, formación inicial, iniciación profesional y desarrollo

profesional (Marcelo, 1994). Aludiendo a la fase preformativa, es necesario aclarar

que los aspirantes a profesor han vivido una serie de experiencias previas como

alumnos, que han generado concepciones y actitudes hacia la ciencia, la enseñanza,

el profesor, etc. (Mellado, 2003). Por ello, la formación inicial debe caracterizarse

por el diseño de entornos de aprendizaje en los que los futuros profesores

cuestionen sus creencias y actitudes previas (Llinares, 1994, citado en Estrada, et

al., 2004).

Asimismo, cabe mencionar que algunas investigaciones establecen la existencia

de un vínculo entre las concepciones del profesor de ciencias y su conducta

docente en el aula. Otros estudios, señalan que esta relación es parcial,

produciéndose frecuentes contradicciones entre concepciones y conducta docente,

más concretamente en los profesores en formación (Mellado, 1999). Sin embargo,

esta falta de coherencia no es única de los aspirantes a profesor, sino también de

profesores expertos basados en el constructivismo y el cambio conceptual.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 355

A pesar de que las prácticas son esenciales en la formación inicial de cualquier

profesor, se trata de un aspecto complejo por la dependencia de gran cantidad de

personas, convirtiéndose en el fenómeno más incontrolado de la formación. En

caso de que uno de los factores que influyen tenga debilidad, provocará que en

lugar de definir un propio modelo didáctico, el profesor adquiera unas prácticas

docentes dirigidas a la supervivencia. (Mellado, 2003).

Zembylas (2003) clasifica las investigaciones relacionadas con la formación del

profesorado y el ámbito emocional en cuatro categorías, en función de si se ocupan

de: la influencia de las respuestas emocionales de los profesores en el desarrollo

emocional de los alumnos; la influencia de las emociones del profesorado en las

decisiones y reformas curriculares; el vínculo existente entre la emoción e

identidad del profesor y su propio autoconcepto; y la relación entre las emociones

de los profesores y la toma de decisiones con respecto a sus cambios.

2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y METODOLOGÍA DE

INVESTIGACIÓN

El objetivo que pretendemos alcanzar en este estudio es realizar un análisis de

las emociones que los futuros profesores de Educación Primaria experimentan ante

la enseñanza de las ciencias, estableciendo una comparación entre el momento

previo a la realización de las prácticas en centros escolares y el posterior a dicho

período. Además, se pretenden observar diferencias entre las emociones

experimentadas durante el período de prácticas en función de: género, número de

sesiones impartidas de Conocimiento del Medio y modalidad de Bachillerato de

procedencia. Estos indicadores se han elegido por haberse encontrado diferencias

en el ámbito afectivo en investigaciones realizadas con anterioridad.

Las reformas globalizadoras promovidas por el Espacio Europeo de Educación

Superior han generado profundos cambios metodológicos y estructurales en las

titulaciones universitarias existentes en nuestro sistema educativo (Montero, 2010).

Así, la titulación de magisterio ha quedado dividida en 8 semestres, ampliando su

duración a cuatro cursos. Se siguen manteniendo dos períodos de prácticas, uno

tiene lugar en el cuarto semestre y otro en el séptimo semestre, pero su duración es

mucho mayor que los de la Diplomatura. Para desarrollar esta actividad se sigue

estableciendo una colaboración entre un tutor de los centros educativos de

Primaria (en este caso) y uno de las facultades universitarias. Este último será el

encargado de planificar seminarios antes, durante y después de la estancia en los

centros.

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356 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

Se trata de un estudio longitudinal que se ha llevado a cabo con los alumnos del

Grado en Educación Primaria de la Facultad de Educación de la UEx, por lo que

los sujetos participantes han sido los mismos alumnos en dos momentos diferentes

(curso académico 2009/2010 y 2010/2011), antes y después de la realización de las

primeras prácticas de enseñanza. De esta manera, se pudo realizar un seguimiento

de sus emociones. El procedimiento metodológico que se ha utilizado para

seleccionar la muestra de los sujetos que han formado parte de esta investigación

ha sido un muestreo no probabilístico por conveniencia, es decir, los participantes

se han seleccionado en función de las posibilidades de acceso. En la primera parte

del estudio, participaron un total de 177 estudiantes de primer curso de Grado en

Educación Primaria, mientras que en la segunda parte estuvieron presentes 227

alumnos de segundo curso de la misma titulación. Más de un 60 % del total de los

sujetos son mujeres, respondiendo al fenómeno de feminización que caracteriza al

alumnado de la Facultad de Educación. La mayor parte de los participantes

accedieron a la Universidad a través de Bachillerato, cabe destacar que algo más

del 70 % cursaron la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales, mientras que

cerca del 20 % se decidieron por la rama de Ciencias de la Naturaleza y la Salud.

La presente investigación es descriptiva. Para lograr el objetivo anteriormente

enunciado, se aplicaron dos cuestionarios de elaboración propia. El primer

cuestionario se diseñó teniendo en cuenta el cuestionario empleado por Brígido et

al. (2009), que estudiaba la autoconsciencia de las emociones y actitudes de los

estudiantes en prácticas de Primaria hacia las clases de ciencias. También nos

basamos en otros cuestionarios como el CAEQ (Chemistry Attitudes and

Experiences Questionnaire) de Coll, Dalgety y Salter (2002) y en la traducción

española de la Escala de Autoestima de Rosenberg (Atienza, Balaguer y Moreno,

2000). En la elaboración del cuestionario se han tenido en cuenta las indicaciones

de diversos autores (Buendía, 1997; Cohen y Manion, 1990; Oppenheim, 1966;

Rodríguez, Gil y García, 1996) que muestran propuestas concretas en cuanto al tipo

de preguntas, el orden, vocabulario a utilizar, amplitud, presentación, fiabilidad y

validez. El año siguiente se reelaboró este cuestionario y se realizaron cambios no

significativos para volver a aplicárselo a los estudiantes. Es preciso remarcar que

un porcentaje de la muestra recibió el cuestionario de manera online a través del

Campus Virtual de la Universidad de Extremadura.

En la elección del cuestionario como recurso para efectuar la recogida de datos,

se tuvieron en cuenta las ventajas del uso de este instrumento señaladas por Gairín

(1990). Entre otras se encuentran: permite el anonimato, se puede administrar a

muchas personas simultáneamente, proporciona uniformidad, etc. Asimismo, es

preciso remarcar que en la elección de este instrumento, no se obvian los posibles

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 357

inconvenientes que en su uso se podrían encontrar. En este sentido, Hopkins (1989)

destaca los siguientes: la dificultad de encontrar preguntas que exploren en

profundidad, la capacidad de lectura comprensiva del alumnado, y la sinceridad

en las respuestas. La mejor manera de evitarlos, son tenerlos presentes a la hora de

la elaboración del cuestionario y durante todo el proceso posterior.

En ambos cuestionarios las preguntas hacían referencia a diversos aspectos

como: perfil académico y personal del alumnado, emociones, actitudes hacia la

ciencia, actitudes como docentes, etc. Centrándonos en el caso que nos ocupa, las

emociones, las preguntas sobre las mismas presentaban diversas tipologías:

cerradas (cuentan con varias opciones de respuesta de las cuales solo se puede

marcar una), tabla de emociones (son tanto positivas como negativas, de entre las

cuáles deben señalar las que preveían que experimentarían y las que hayan

experimentado en su etapa como docentes de ciencias durante el período de

prácticas) y abiertas (permiten recoger aspectos que no pueden ser expresados por

los sujetos de investigación en el resto de preguntas).

El análisis de la fiabilidad de ambos instrumentos se efectuó empleando Alfa de

Cronbach. Tras la realización de los oportunos análisis en SPSS v.18 para

comprobar la fiabilidad de los dos cuestionarios, se obtuvo una fiabilidad superior

a 0,7 para ambos. No se puede afirmar que se trate de una fiabilidad alta o baja,

pues el valor de Alfa de Cronbach puede estar influido por: la longitud de la

prueba, el tamaño de la muestra, la variabilidad interna de las puntuaciones y el

constructo evaluado, entre otros factores.

Una vez obtenidos todos los datos, se realizaron los procesos necesarios para

poder realizar el análisis descriptivo a través del paquete estadístico SPSS

(Statistical Product and Service Solutions) 18.0.

3. RESULTADOS

En este apartado se muestran los resultados obtenidos, señalando en primer

lugar las variaciones emocionales que han experimentado los futuros profesores de

Primaria antes de dar clases de Conocimiento del Medio y después de hacerlo (en

el período de prácticas). Posteriormente, se examinan las emociones surgidas

durante el período de prácticas docentes en función de: género, número de

sesiones impartidas y rama de Bachillerato de procedencia. Es necesario aclarar

que, aunque en Educación Primaria solo existe una asignatura de ciencias

(Conocimiento del medio natural y social), en este estudio se ha establecido una

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358 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

diferenciación de los contenidos que se abordan en la misma según estén

relacionados con física y química o ciencias naturales. La razón de esta disociación

se debe a que en investigaciones anteriores se han encontrado diferencias

significativas en las emociones experimentadas en función de los contenidos

impartidos.

3.1. Análisis descriptivo

Se ha medido la evolución de las emociones del profesorado en relación a dos

disciplinas: Ciencias Naturales y Física y Química.

3.1.1. Como profesores de Conocimiento del Medio (Física y Química)

Tabla 1. Emociones como docentes de Física y Química.

Emociones

positivas

% Emociones

negativas

%

1º 2º 1º 2º

Diversión 21,4 19,9 Nerviosismo 56,5 41,1

Tranquilidad 15,5 13,9 Tensión 56,5 37,2

Capacidad 24,4 26 Impotencia 31 19

Confianza 17,9 19,5 Miedo 51,8 33,8

Simpatía 20,8 20,8 Odio 28,6 13,9

Satisfacción 19,6 26 Preocupación 56 35,9

Gratificación ----- 20,8 Pesimismo ----- 23,4

Entusiasmo 26.2 19,5 Ira 25 17,7

Placer 13,7 11,7 Ansiedad 34,5 21,2

Orgullo 20,8 13,9 Desesperación 35,7 22,1

Frustración 35,1 18,6

Otras (entretenimiento): 0,4

En la figura 1 se puede observar lo ya visualizado en la tabla de porcentajes, es

decir, la existencia de escasas diferencias en las emociones positivas que los

futuros profesores creían que experimentarían y las que realmente han sentido al

impartir contenidos de Física y Química.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 359

Figura 1. Emociones como docentes de Física y Química.

Por otra parte, es necesario destacar la variación significativa que se ha

producido en cuanto a la disminución de las emociones negativas que esperaban

experimentar con respecto a las que realmente han percibido durante las prácticas

docentes. Esta tendencia de resultados se contrapone a los obtenidos en una

investigación anterior (Brígido et al., 2009).

3.1.2. Como profesores de Conocimiento del Medio (Ciencias Naturales)

Tabla 2. Emociones como docentes en Ciencias Naturales

Emociones

positivas

% Emociones

negativas

%

1º 2º 1º 2º

Diversión 63,5 76,6 Nerviosismo 21,2 25,5 Tranquilidad 59,4 74,5 Tensión 11,8 14,3

Capacidad 58,2 64,5 Impotencia 3,5 1,3

Confianza 60 68 Miedo 11,2 9,1

Simpatía 62,4 68 Odio 4,1 1,3

Satisfacción 54,7 69,7 Preocupación 15,9 15,2

Gratificación ----- ----- Pesimismo ----- 4,3

Entusiasmo 59,4 63,2 Ira 4,7 1,7

Placer 48,8 48,1 Ansiedad 8,8 5,2

Orgullo 43,5 40,3 Desesperación 6,5 5,6

Frustración 35,1 18,6

Otras (entretenimiento): 0,4

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360 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

En la figura 2 se observa lo esperable si tomamos como referencia el estudio

realizado por Brígido (2011), en el que había un mayor porcentaje de profesores en

formación que experimentaban emociones positivas que negativas en relación a las

ciencias naturales.

Figura 2. Emociones como docente en Ciencias Naturales.

Se visualiza un notable aumento de las emociones positivas experimentadas

durante la docencia de contenidos de Ciencias Naturales con respecto a las

predictoras en el primer curso del Grado en Educación Primaria. No obstante,

dado que estas últimas fueron esperadas por un alto porcentaje de estudiantes la

variación observable es mucho menor a la obtenida en un estudio anterior (Brígido

et al., 2009). Con respecto a las emociones negativas, han sufrido un ligero

descenso que resulta casi imperceptible.

3.1.3. Emociones según el sexo

En la figura 3 se observa que los hombres experimentan más emociones

positivas y menos negativas que las mujeres en la docencia de Conocimiento del

Medio, independientemente de que los contenidos impartidos estén relacionados

con Ciencias Naturales o Física y Química. La significatividad de estas diferencias

será contrastada en el apartado reservado para el análisis inferencial.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 361

Figura 3. Emociones como docente en ciencias según sexo.

3.1.4. Emociones según el número de sesiones impartidas

En la figura 4 se observa que el porcentaje de sujetos que impartieron 3 o menos

sesiones de Conocimiento del Medio y que experimentaron emociones positivas es

menor que el porcentaje de los que impartieron 4 o más sesiones. También se

puede visualizar que estas diferencias son mayores en las clases cuyos contenidos

han estado relacionados con el área de Física y Química.

Figura 4. Emociones como docente en ciencias según número de sesiones impartidas.

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362 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

3.1.5. Otros aspectos emocionales.

En relación a la tipología de emociones que consideran que han experimentado

al impartir sesiones de conocimiento del medio, a la variación que perciben en las

mismas y a la causa que ha provocado dicho cambio, se observan los siguientes

resultados.

3.1.5.1. Tus emociones respecto a la enseñanza de contenidos de física y

química en el área de conocimiento del medio.

Un 53,3 % de los encuestados ha experimentado emociones neutras en lo que

respecta a la docencia de contenidos de Física y Química del área de Conocimiento

del Medio, mientras que un 41,5 % ha sentido emociones positivas (Figura 5).

Figura 5. Emociones de Física y Química.

Gran parte de los encuestados han manifestado haber impartido pocas clases de

contenidos del área de Conocimiento del Medio relacionados con la Física y la

Química (Figura 6).

Figura 6. Número de sesiones impartidas en el área de Conocimiento del Medio relacionadas

con Física y Química.

0

20

40

60

80

100

Negativas Neutras Positivas

Po

rce

nta

je

Emociones de Física y Química

0

20

40

60

80

100

3 sesiones o menos 4 sesiones o más

Po

rce

nta

je

Sesiones del área de Conocimiento del Medio relacionada con Física y Química

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 363

3.1.5.2. Tus emociones respecto a la enseñanza de contenidos de ciencias

naturales en el área de conocimiento del medio.

Un 83,6 % de los encuestados ha experimentado emociones positivas en lo que

respecta a la docencia de contenidos de Ciencias Naturales del área de

Conocimiento del Medio, lo que supone algo más del doble de los sujetos que

habían experimentado emociones positivas en relación a la docencia de contenidos

relacionados con la Física y Química. Un 0,4 % de los sujetos ha experimentado

emociones negativas relacionadas con las Ciencias Naturales (Figura 7).

Figura 7. Emociones de Ciencias Naturales.

En la siguiente figura se observa como el porcentaje de sujetos que han

manifestado haber impartido 4 o más sesiones de contenidos del área de

Conocimiento del Medio relacionados con Ciencias Naturales es significativamente

mayor (51 %) que los que manifestaron haber impartido el mismo número de

sesiones de contenidos de Física y Química (Figura 8).

Figura 8. Número de sesiones impartidas en el área de Conocimiento del Medio

relacionadas con Ciencias.

0

20

40

60

80

100

Negativas Neutras Positivas

Po

rce

nta

je

Cambio con respecto a la capacidad y seguridad como docente de ciencias

0

20

40

60

80

100

3 sesiones omenos

4 sesiones o más

Po

rce

nta

je

Sesiones del área de Conocimiento del Medio relacionada con Ciencias …

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364 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

3.1.5.3. En relación a la pregunta anterior, ¿consideras que las prácticas han

producido modificaciones en estas emociones hacia la Física y la Química con

respecto a las que sentías el año pasado? ¿Por qué?

Con respecto a la pregunta abierta sobre si consideran que las prácticas han

producido modificaciones en las emociones neutras, positivas o negativas con

respecto a las experimentadas el pasado año, un 57,71% ha contestado que no, y el

porcentaje restante de manera afirmativa (Figura 9).

Figura 9. Cambio de las emociones de Física y Química en relación a las del año pasado.

Debían indicar el por qué de la respuesta elegida, las respuestas se han

categorizado en 5 variables. Una clara mayoría (Figura 10) se decanta por la

autoeficacia (33,9%). Es decir, en el caso de aquellos que habían contestado sí a la

respuesta anterior, han sentido que era más fácil de lo que pensaban y que estaban

ampliamente capacitados para dar clases de ciencias, mientras que los que habían

contestado que no, han reafirmado su idea de que estaban poco capacitados para

ello. Muy próximo de autoeficacia encontramos “al ponerlo en práctica”, pues 32,1

% de los alumnos considera que han descubierto la amplia diferencia que separa

teoría de práctica. En el apartado otros (19,3% de los sujetos) se incluyen ideas

como la actitud de los alumnos, el uso del libro de texto…

Figura 60. Razón del cambio de sus emociones con respecto al año pasado en el área de

Física y Química.

0

20

40

60

80

100

No Sí

Po

rce

nta

je

Cambio de las emociones de Física y Química

020406080

100

Po

rce

nta

je

Razón de cambio emociones de Física y Química

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 365

3.1.5.4. En relación a la pregunta anterior, ¿consideras que las prácticas han

producido modificaciones en estas emociones hacia Ciencias Naturales con

respecto a las que sentías el año pasado? ¿Por qué?

En relación a la pregunta abierta sobre si consideran que las prácticas han

producido modificaciones en las emociones neutras, positivas o negativas con

respecto a las experimentadas el pasado año en Ciencias Naturales, un 47,79 % ha

contestado que no, en contraposición al 57,71% que había contestado que no con

respecto Física y Química (Figura 11).

Figura 7. Razón del cambio de sus emociones con respecto al año pasado en el área de

Ciencias Naturales.

Debían indicar el porqué de la respuesta elegida, las respuestas se han

categorizado en 5 variables. Una clara mayoría (Figura 12) se decanta por la

autoeficacia (36,9%). Es decir, en el caso de aquellos que habían contestado sí a la

respuesta anterior, han sentido que era más fácil de lo que pensaban y que estaban

ampliamente capacitados para dar clases de ciencias, mientras que los que habían

contestado que no, han reafirmado su idea de que estaban poco capacitados para

ello. Muy próximo de autoeficacia encontramos “otras”, pues 22,7 % de los sujetos,

considera que han influido ideas como la actitud de los alumnos, el uso del libro de

texto… Un 17,7% asegura que no se han producido cambios porque siempre les

han gustado las ciencias.

0

20

40

60

80

100

No Sí

Po

rce

nta

je

Cambio de las emociones de Ciencias Naturales

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366 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

Gráfico 8. Razón del cambio de sus emociones con respecto al año pasado en el área de

Ciencias Naturales.

3.2. Análisis inferencial.

Para comprobar si las diferencias que se han encontrado en el análisis

descriptivo son significativas, se realiza un análisis inferencial sobre las emociones

experimentadas por los estudiantes del Grado en Primaria ante la docencia en

ciencias en función de: los estudios que han realizado previamente (ciencias

sociales, ciencias de la salud, etc.), de la tipología de los contenidos impartidos

(física y química o ciencias naturales) y del género. Los hallazgos del análisis

inferencial se muestran a continuación:

3.2.1. Diferencias en cuanto a la rama de Bachillerato cursada

Se esperaba encontrar que los maestros que cursaron la especialidad de

Bachillerato de Ciencias de la Naturaleza y de la Salud, experimentarían emociones

más positivas en la docencia de ciencias que los/as que cursaron otras

especialidades.

Se han analizado las 21 emociones propuestas, junto con la opcional (otras), en

lo que respecta a la futura docencia de ciencias para cada una de las dos disciplinas

indicadas (Ciencias Naturales y Física y Química) con objeto de establecimiento de

semejanzas o diferencias en las respuestas obtenidas en función de la formación

previa.

Se ha aplicado el procedimiento prueba T para muestras independientes,

utilizando los 2 grupos de la variable “bachillerato” que nos interesan: Ciencias de

la Naturaleza y de la salud (identificado en el análisis como grupo 2) y

Humanidades y Ciencias Sociales (identificado en el análisis como grupo 3). Los

resultados obtenidos son:

0

20

40

60

80

100

Po

rce

nta

je

Razón de cambio emociones de Ciencias Naturales

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 367

La prueba T nos indica que entre el profesorado en formación que procede de la

especialidad de Bachillerato de “Ciencias de la naturaleza y de la salud” y los

procedentes de “Ciencias sociales y humanidades” existen diferencias

significativas en las siguientes emociones negativas, según la tendencia de

resultados esperados: Ira, miedo, desesperación, nerviosismo, impotencia y

frustración. También se observa que en lo que respecta a las emociones positivas

tan solo existen diferencias significativas en 2 emociones (satisfacción y capacidad),

presentando unos niveles más elevados de ambas emociones los estudiantes del

Grado de Primaria que proceden de la especialidad de Bachillerato de “Ciencias de

la naturaleza y de la salud”. Estos resultados muestran coincidencia con respecto al

estudio realizado por Brígido (2011), dado que existían diferencias significativas en

mayor número de emociones negativas que positivas en función de la rama de

bachillerato cursada.

3.2.2. Diferencias en cuanto al género

Se esperaba encontrar que no existían diferencias entre las emociones que

experimentan un profesor o una profesora al impartir clases de ciencias. Para ello,

se volvió a utilizar la prueba T para muestras independientes, con objeto de

analizar el conjunto de 21 emociones propuesto en esta investigación según el

género de los encuestados. Los resultados obtenidos demuestran que los hombres

experimentan más emociones positivas y menos negativas que las mujeres en la

docencia de contenidos de Física y Química en clases de ciencias. Mientras que en

los contenidos de Ciencias Naturales, existen diferencias, pero no son lo

suficientemente grandes como ser consideradas significativas. Por ello, no se puede

considerar que los hombres experimenten más emociones positivas y menos

negativas en clase de ciencias que las mujeres, pues este hecho se produce en un

contenido concreto y por tanto, no es generalizable al conjunto de las ciencias

experimentales. Este resultado coincide con lo obtenido en los estudios realizados

por Brígido (2011) y Brígido et al. (2011), en los que también se registraban

diferencias entre géneros pero que no podían ser generalizables por no contar con

la suficiente magnitud como para ello.

3.2.3. Diferencias en cuanto al número de sesiones impartidas

Se esperaba encontrar que existían diferencias en las emociones experimentadas

según el número de sesiones impartidas. Para poder realizar el análisis de manera

adecuada, se aplicó la prueba T para muestras independientes, estableciendo una

comparación entre los 2 grupos de la variable “sesiones de Física y Química” (3

sesiones o menos y 4 sesiones o más) y las emociones experimentadas ante la

docencia de ese área. Posteriormente, se repitió el proceso, pero en este caso

Page 148: VOLUMEN II - Universidad de Extremadura. Servicio de ... IIok.pdf · 1994; Tobin, 2012; Wubbels y Brekelman, 1998). Desde la línea inicial de las actitudes, el estudio de las emociones

368 Relación entre el Aprendizaje y la Enseñanza de las Ciencias

utilizando la variable “sesiones de CCNN“ y las emociones experimentadas

durante la docencia de esos contenidos. Los resultados que se obtuvieron

demostraban que existían diferencias significativas en la mayor parte de las

emociones positivas y negativas del área de Física y Química. Estos resultados

avalaban una mayor seguridad y menor temor en la docencia cuando se han

realizado un mayor número de sesiones durante las prácticas. Sin embargo, la

situación en Ciencias Naturales fue muy diferente, encontrando diferencias

significativas únicamente en 4 emociones.

4. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Como se recoge en un estudio previo realizado por Borrachero (2011), se

confirma que los sujetos que cursaron una rama de Bachillerato relacionada con

ciencias experimentaron unas emociones más positivas en la docencia de

contenidos científicos que los procedentes de Ciencias sociales. Las emociones de

los primeros fueron menos negativas independientemente de que dichos

contenidos estuvieran vinculados con Física y Química o Ciencias Naturales.

La segunda conclusión es que las emociones previstas y experimentadas por el

futuro profesorado son diferentes en función de si los contenidos impartidos están

relacionados con Física y Química (predominio de emociones negativas) o Ciencias

Naturales (predominio de emociones positivas). Existe una tendencia al aumento

de las emociones negativas vaticinadas de manera previa a la docencia en Física y

Química y de aumento de las positivas con respecto a la docencia en ciencias

Naturales. No obstante, también se ha observado que el profesorado en formación

inicial imparte pocas sesiones e contenidos relacionados con las ciencias

experimentales durante las prácticas. Por lo que este hecho puede justificar que las

variaciones observadas en sus emociones tras el desarrollo de las prácticas

pudieran ser mayores si todos hubieran tenido ocasión de impartir contenidos de

Física y Química y/o Ciencias Naturales.

La tercera conclusión, muy matizada y en contraposición a estudios anteriores,

es que no existen diferencias en cuanto al género en las emociones registradas

durante la docencia de contenidos científicos. Existen en relación a contenidos de

Física y Química, pero no de Ciencias Naturales, por lo que estas diferencias no son

generalizables al conjunto de las ciencias experimentales.

Por último, cabe destacar que las respuestas obtenidas a través del cuestionario

on-line constaban de una mejor cumplimentación que las presenciales. Por lo que

para futuras investigaciones sería conveniente valorar la posibilidad de utilizar las

nuevas tecnologías para la aplicación de los cuestionarios.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 369

Agradecimientos: Este trabajo ha sido financiado por el Proyecto de Investigación

EDU2009-12864 del Ministerio de Ciencia e Innovación (España), el Gobierno de

Extremadura y los Fondos Europeos de Desarrollo Regional.

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_________________________ Borrachero, A.B., Costillo, E. y Melo, L.V. (2013). Diferencias en las emociones como estudiante y

docente de asignaturas de ciencias de secundaria. En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B. Borrachero y J.A.

Cárdenas (Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas (pp.373-

393). Badajoz, España: DEPROFE.

CAPÍTULO 16

DIFERENCIAS EN LAS EMOCIONES COMO

ESTUDIANTE Y DOCENTE DE ASIGNATURAS

DE CIENCIAS DE SECUNDARIA

ANA BELÉN BORRACHERO CORTÉS. Universidad de Extremadura.

EMILIO COSTILLO BORREGO. Universidad de Extremadura.

LINA VIVIANA MELO NIÑO. Universidad de Extremadura.

1. INTRODUCCIÓN

Hasta hace poco tiempo, los componentes afectivos estaban infravalorados en la

educación existiendo una desconexión entre las dimensiones cognitivas y afectivas

en el proceso de enseñanza/aprendizaje. Sin embargo, para Hargreaves (2003) las

emociones están en el corazón de la enseñanza, y hoy en día se reconoce que es

necesario incorporar al proceso de enseñanza/aprendizaje la dimensión emocional,

ya que no sólo importa el aspecto cognitivo, sino también la conciencia y la

capacidad para gestionar y controlar las propias emociones y sentimientos, la

motivación con la que se afronta ese proceso y las relaciones personales que

forman con los demás (Soriano y Osorio, 2008).

El estudio de las emociones en el proceso de enseñanza y aprendizaje de las

ciencias se abre paso a través de los congresos y revistas de didáctica de las

ciencias, siendo cada vez más frecuentes los trabajos centrados en esta temática

(Abrahams, 2009; Hugo, 2008; Marbá y Márquez, 2010; Otero, 2006; Ritchie, Tobin,

Hudson, Roth y Mergard, 2011; Zembylas, 2002, 2004 y 2005).

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374 Diferencias en las Emociones como Estudiante y Docente de Asignaturas de Ciencias

Sabemos que un gran número de docentes sienten impotencia ante la

diversidad de sus alumnos y los problemas a los que se enfrentan, sobre todo en la

etapa de Educación Secundaria Obligatoria. Junto a ella, aparece frustración

cuando los estudiantes no pueden captar un concepto, ira ante la mala conducta,

decepción por la falta de esfuerzo y ansiedad cuando no se llegan a desarrollas las

competencias (Sutton, Mudrey-Camino y Knight, 2009).

Como afirman Mellado, Ruiz y Blanco (1997) algunos docentes se sienten poco

cualificados para enseñar ciencias y consideran insuficientes sus conocimientos

científicos, pues creen que las asignaturas de ciencias tienen dificultades para ser

enseñadas sintiéndose inseguros y con poca confianza, fomentando actitudes

negativas hacia la enseñanza de las ciencias. Además, la ansiedad que les provoca

repercute en su autoeficacia para enseñarlas.

Bisquerra (2005) manifiesta que la formación del profesorado debería dotarle de

un denso bagaje en competencias emocionales, pues permite afrontar mejor la tarea

educativa en toda su complejidad, potenciando el desarrollo profesional del

docente y del alumno a su vez, y mejorando su salud laboral a través de la

prevención del estrés (Costa, 2002; Extremera y Fernández-Berrocal, 2003).

Nosotros, como profesionales de la educación, debemos autogenerar emociones

positivas hacia la enseñanza de las ciencias, pues tenemos una enorme

responsabilidad en crear habilidades emocionales en nuestros alumnos, tanto, a

través del ejemplo en el trato directo, como de la utilización de la inteligencia

emocional descrita por Goleman (1996) en las clases de ciencias, contribuyendo así

a crear un clima institucional emocionalmente saludable.

A lo largo del desarrollo de las competencias profesionales es necesario que

afloren nuevas emociones. El docente debe tomar conciencia de sus emociones y

abrirse a la reconstrucción crítica de su nueva identidad, que se manifiesta en la

discontinuidad de actos y en la posibilidad de ni repetir la norma o lo esperado.

Para ello, debe afrontar riesgos personales y profesionales en sus prácticas diarias

de enseñanza y construir mecanismos de defensa que le ayuden a reconstruir y

reafirmar continuamente su identidad. Esto sólo ocurre cuando el profesor es

competente emocionalmente, cuando es capaz de manifestar y tomar conciencia de

sus ansiedades, miedos y entusiasmos, y usar sus emociones para cambiar

individual y socialmente (Brígido, Caballero, Bermejo y Mellado, 2009a).

Mearns y Cain (2003) argumentan que los profesores que se perciben así

mismos como beneficiarios de un cierto grado de habilidad para regular sus

emociones, usan un amplio abanico de estrategias para enfrentarse a situaciones

estresantes en el aula, lo que conlleva un menor nivel de estrés y una mayor

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 375

realización personal. Sabemos que el profesorado, sin distinguir el nivel en que

imparte su docencia, se enfrenta, en el día a día, a demandas muy exigentes y a

condiciones laborales que conllevan una alta implicación emocional en el aula

(Martínez, Grau y Salanova, 2002).

En las primeras experiencias docentes del alumno, en sus prácticas de

enseñanza, es cuando más se fijan las rutinas y estrategias de enseñanza, que

posteriormente serán difíciles de modificar. Además, se ven sometidos a

numerosos dilemas y tensiones que les generan ansiedad e inseguridad. Estas

emociones negativas pueden hacer que los futuros docentes adopten estrategias

defensivas de enseñanza, centradas en el profesor y el contenido, y no en los

alumnos y el aprendizaje, que aparentemente les permitan un mayor control de la

clase y les hagan sentirse más seguros, pero que limitan su eficacia docente

(Brígido, Bermejo, Conde, Borrachero y Mellado, 2010).

Hay estudiantes que en su vida académica han generado actitudes negativas

ante las Ciencias. Según la teoría de la atribución de Weiner (1986) el alumnado

posee emociones según perciban éxitos o fracasos ante el resultado en

determinadas asignaturas. Ante esta situación, el alumnado reacciona

emocionalmente de forma diferente: si tiene éxito, lo atribuirá al esfuerzo personal

e incrementará su autoestima; y si obtiene suspensos, serán en función de la

atribución elegida y se generarán emociones diferentes (orgullo, frustración, ira,

impotencia).

Varios estudios nos muestran como los alumnos de Educación Primaria

presentan una actitud positiva hacia las ciencias, que va disminuyendo a la vez que

aumenta la edad del alumno, especialmente al llegar a Educación Secundaria

(Beauchamp y Parkinson, 2008; Murphy y Beggs, 2003; Osborne, Simon y Collins

2003; Vázquez y Manassero, 2008).

Como aseguran Abell, Bryan y Anderson (1998), cuando los futuros docentes

comienzan su etapa de formación universitaria tienen concepciones, ideas y

actitudes sobre la Ciencia y sobre el proceso de enseñanza/aprendizaje, fruto de los

diversos años que han pasado como alumnos, asumiendo o rechazando los roles

del profesorado de ciencias encontrados en su etapa escolar.

De esta forma, es importante resaltar el bagaje de actitudes, conocimientos y

emociones que cualquier profesor posee de su propia formación escolar y

profesional, teniendo en cuenta el poder de transformarlos, pues son ellos mismos

quienes pueden desempeñar un papel significativo en la vida escolar de sus

alumnos influyendo en sus actitudes y emociones (García y Orozco, 2008).

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376 Diferencias en las Emociones como Estudiante y Docente de Asignaturas de Ciencias

2. MÉTODO

2.1. Objetivos

En este estudio nos marcamos tres objetivos:

I. Conocer las emociones hacia las ciencias que experimentaron los egresados

de carreras de ciencias y matemáticas en su etapa de Secundaria.

II. Conocer las emociones que manifestaran los egresados de carreras de

ciencias y matemáticas al impartir contenidos científicos en Educación

Secundaria.

III. Encontrar diferencias entre la etapa de aprendizaje y docencia.

2.2. Participantes

El proceso de muestreo que hemos escogido para seleccionar a los sujetos

encuestados ha sido un muestreo no probabilístico de conveniencia o incidental.

Las razones que avalan esta decisión se deben a la disponibilidad de tiempo y de

casos.

La muestra está constituida por 60 estudiantes del Máster de Formación del

Profesorado de Educación Secundaria de la Universidad de Extremadura durante

el curso académico 2010/2011, matriculados en las especialidades de

Biología/Geología, Física/Química y Matemáticas (Figura 1).

Figura 1. Distribución de los sujetos según la especialidad del Máster escogida.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 377

2.3. Instrumento

Para efectuar esta investigación se ha utilizado una metodología descriptiva por

encuesta, también denominada no experimental. El instrumento utilizado fue un

cuestionario de elaboración propia teniendo en cuenta la opinión de Buendía

(1999), la clasificación de emociones que realiza Damasio (2005, Tabla 1) y algunas

ideas del cuestionario para maestros de Brígido, Caballero, Conde, Mellado y

Bermejo (2009b) en el que se recogen las emociones que despiertan, tanto positivas

como negativas, la impartición de contenidos científicos de en la etapa de

Educación Primaria.

Tabla 1. Emociones desglosadas según la clasificación de Damasio (2005).

Clasificación de Emociones de Damasio (2005)

FELICIDAD

Alegría

MIEDO

Ansiedad

Diversión Nerviosismo

Entusiasmo Preocupación

Placer

ASCO

Aburrimiento

Satisfacción Antipatía

Tranquilidad Desprecio

SORPRESA Admiración

IRA

Hostilidad

Asombro Irritabilidad

AMOR

Aceptación Odio

Afinidad

TRISTEZA

Desaliento

Amabilidad Desesperación

Confianza Pesimismo

SOCIALES

Gratificación

SOCIALES

Culpabilidad

Orgullo Indignación

Simpatía Vergüenza

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378 Diferencias en las Emociones como Estudiante y Docente de Asignaturas de Ciencias

2.4. Procedimiento

Los cuestionarios fueron pasados a un grupo de estudiantes del Máster de

Formación del Profesorado de Educación Secundaria, durante el transcurso de una

asignatura común para todos ellos. Tardaron en rellenarlo aproximadamente 45

minutos. Estaban muy interesados en el contenido y en los posteriores resultados.

Después de haber completado el cuestionario, los datos fueron procesados en el

sistema informático mediante el paquete estadístico SPSS 17.0 para Windows.

3. RESULTADOS

3.1. Especialidad de Biología/Geología

En la Figura 2 encontramos la distribución según la carrera realizada por los 33

sujetos que cursan el Máster de Formación del Profesorado de Educación

Secundaria en la especialidad de Biología/Geología. La mayoría provienen de las

licenciaturas de Biología y Ciencias Ambientales. Se destaca que ninguno de los

sujetos proviene de la licenciatura de Geología.

Figura 2. Distribución de los sujetos de la especialidad de Biología/Geología según la carrera

realizada.

3.1.1. Emociones despertadas durante el aprendizaje de Biología (ESO) en

los sujetos que realizan el Máster por la especialidad de

Biología/Geología

En la Figura 3 observamos que los sujetos de la especialidad de

Biología/Geología experimentaban en sus clases de Biología (ESO) emociones

positivas, ya que las negativas son casi inexistentes. Resaltamos motivación,

simpatía, placer, entusiasmo, tranquilidad…

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 379

Figura 3. Emociones experimentadas como estudiantes de Biología (ESO) en los sujetos de la

especialidad de Biología/Geología.

3.1.2. Emociones que experimentaran los sujetos que realizan el Máster

por la especialidad de Biología/Geología al impartir contenidos de

Biología en Secundaria.

La Figura 4 nos muestra que las emociones que experimentaran los sujetos de la

especialidad de Biología/Geología al impartir contenidos de Biología en Educación

Secundaria son positivas (motivación, entusiasmo, confianza, placer,

satisfacción…). Emociones negativas como nerviosismo, tensión, preocupación,

miedo, ansiedad y depresión obtienen pequeños porcentajes.

Figura 4. Emociones que experimentaran los sujetos que realizan el Máster por la

especialidad de Biología/Geología al impartir contenidos de Biología (ESO).

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380 Diferencias en las Emociones como Estudiante y Docente de Asignaturas de Ciencias

3.1.3. Comparación de emociones experimentadas como estudiante de

Biología (ESO) y profesor de Biología/Geología (ESO).

Comparando las emociones como estudiante y futuro profesor de Biología

(ESO), de los sujetos de la especialidad de Biología/Geología, encontramos que las

emociones positivas obtienen, de forma general, mayores porcentajes en la etapa

de docencia, al igual que las negativas (Figura 5).

Figura 5. Comparación de las emociones experimentadas como estudiante de Biología (ESO)

y profesor de Biología/Geología (ESO).

3.1.4. Emociones despertadas durante el aprendizaje de Geología (ESO) en

los sujetos que realizan el Máster por la especialidad de

Biología/Geología.

Las emociones despertadas en el aprendizaje de Geología (ESO) en los sujetos

de la especialidad de Biología/Geología son mayoritariamente positivas, aunque

visiblemente en menor proporción a las experimentadas en la asignatura de

Biología (ESO). Destacamos las emociones simpatía, confianza, motivación,

satisfacción y la emoción negativa aburrimiento (Figura 6).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 381

Figura 6. Emociones experimentadas como estudiantes de Geología (ESO) en los sujetos de

la especialidad de Biología/Geología.

3.1.5. Emociones que experimentaran los sujetos que realizan el Máster

por la especialidad de Biología/Geología al impartir contenidos de

Geología en Secundaria.

En la Figura 7 hallamos que los sujetos de la especialidad de Biología/Geología

que impartirán contenidos de Geología (ESO) experimentaran mayoritariamente

emociones positivas (confianza, motivación, gratificación, satisfacción,

tranquilidad…). También vemos que algunas emociones negativas obtienen

pequeños porcentajes (ansiedad, nerviosismo, tensión, depresión, miedo,

preocupación, nerviosismo).

Figura 7. Emociones que experimentaran los sujetos que realizan el Máster por la

especialidad de Biología/Geología al impartir contenidos de Geología (ESO).

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382 Diferencias en las Emociones como Estudiante y Docente de Asignaturas de Ciencias

3.1.6. Comparación de emociones experimentadas como estudiante de

Geología (ESO) y profesor de Biología/Geología (ESO).

Si comparamos las emociones como estudiante y profesor de Geología (ESO)

vemos que las emociones positivas obtienen un mayor porcentaje en la etapa de

docencia. Destacamos la emoción aburrimiento que obtiene un mayor porcentaje

en la etapa de aprendizaje (Figura 8).

Figura 8. Comparación de las emociones experimentadas como estudiante de Geología

(ESO) y profesor de Biología/Geología (ESO).

3.2. Especialidad de Física/Química.

La Figura 9 muestra la distribución de los 18 sujetos que realizan el Máster por

la especialidad de Física/Química. La mitad de la muestra proviene de Ingeniería

Química. El menor porcentaje corresponde a los licenciados en Física.

Figura 9. Distribución de los sujetos de la especialidad de Física/Química según la carrera

realizada.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 383

3.2.1. Emociones despertadas durante el aprendizaje de Física (ESO) en los

sujetos que realizan el Máster por la especialidad de Física/Química.

En la Figura 10 vemos que las emociones despertadas en el aprendizaje de

contenidos de Física (ESO) en los sujetos de la especialidad de Física/Química son

mayoritariamente positivas (motivación, diversión, satisfacción, simpatía…).

También aparecen emociones negativas muy poco repetidas como preocupación,

miedo, tensión, desesperación y nerviosismo.

Figura 10. Emociones experimentadas como estudiantes de Física (ESO) en los sujetos de la

especialidad de Física/Química.

3.2.2. Emociones que experimentaran los sujetos que realizan el Máster

por la especialidad de Física/Química al impartir contenidos de

Física en Secundaria.

Como futuros profesores de contenidos de Física (ESO), los sujetos del Máster

de la especialidad de Física/Química experimentaran emociones positivas

(entusiasmo, confianza, placer…). Observamos también emociones negativas como

preocupación, miedo, nerviosismo, tensión y ansiedad (Figura 11).

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384 Diferencias en las Emociones como Estudiante y Docente de Asignaturas de Ciencias

Figura 11. Emociones que experimentaran los sujetos que realizan el Máster por la

especialidad de Física/Química al impartir contenidos de Física (ESO).

3.2.3. Comparación de emociones experimentadas como estudiante de

Física (ESO) y profesor de Física/Química (ESO).

Si comparamos las emociones como estudiante y futuro profesor de contenidos

de Física (ESO) en los sujetos de la especialidad de Física/Química, hallamos de

forma general que las emociones obtienen un mayor porcentaje en la etapa de

docencia (Figura 12), tanto las emociones positivas como las negativas.

Figura 12. Comparación de las emociones experimentadas como estudiante de Física (ESO) y

profesor de Física/Química (ESO).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 385

3.2.4. Emociones despertadas durante el aprendizaje de Química (ESO) en

los sujetos que realizan el Máster por la especialidad de

Física/Química.

En la Figura 13, vemos que las emociones positivas obtienen un mayor

porcentaje que las negativas. Esto nos indica que los sujetos de la especialidad de

Física/Química experimentaban emociones positivas en el aprendizaje de

contenidos de Química (ESO). Destacamos pequeños porcentajes en las emociones

negativas nerviosismo, aburrimiento, miedo y preocupación.

Figura 13. Emociones experimentadas como estudiantes de Química (ESO) en los sujetos de

la especialidad de Física/Química.

3.2.5. Emociones que experimentaran los sujetos que realizan el Máster

por la especialidad de Física/Química al impartir contenidos de

Química en Secundaria.

La Figura 14 nos muestra que la mayoría de los sujetos de la especialidad de de

Física/Química experimentará emociones positivas al impartir contenidos de

Química (ESO). De igual forma, observamos que algunos sujetos experimentaran

nerviosismo, preocupación, miedo, depresión y tensión.

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386 Diferencias en las Emociones como Estudiante y Docente de Asignaturas de Ciencias

Figura 14. Emociones que experimentaran los sujetos que realizan el Máster por la

especialidad de Física/Química al impartir contenidos de Química (ESO).

3.2.6. Comparación de emociones experimentadas como estudiante de

Química (ESO) y profesor de Física/Química (ESO).

Si confrontamos la etapa de aprendiz y de docente de contenidos de Química

(ESO), de forma general, las emociones positivas son más repetidas en la etapa de

docencia a excepción de las emociones satisfacción, simpatía y aburrimiento que

obtienen una mayor participación en la etapa de aprendizaje (Figura 15).

Figura 15. Comparación de las emociones experimentadas como estudiante de Química

(ESO) y profesor de Física/Química (ESO).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 387

3.3. Especialidad de Matemáticas.

De los 9 sujetos que realizan el Máster por la especialidad de Matemáticas, la

mayoría provienen de la licenciatura de Matemáticas (Figura 16).

Figura 16. Distribución de los sujetos de la especialidad de Matemáticas según la carrera

realizada.

3.3.1. Emociones despertadas durante el aprendizaje de Matemáticas (ESO)

en los sujetos que realizan el Máster por la especialidad de

Matemáticas.

La Figura 17 nos indica que los sujetos del Máster de la especialidad de

Matemáticas experimentaban mayoritariamente emociones positivas en el

aprendizaje de Matemáticas en Educación Secundaria (satisfacción, placer, alegría,

entusiasmo, motivación, tranquilidad…). Destacamos la emoción tensión que

obtiene el mayor porcentaje entre las emoción negativas.

Figura 17. Emociones experimentadas como estudiantes de Matemáticas (ESO) en los sujetos

de la especialidad de Matemáticas.

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388 Diferencias en las Emociones como Estudiante y Docente de Asignaturas de Ciencias

3.3.2. Emociones que experimentaran los sujetos que realizan el Máster

por la especialidad de Matemáticas al impartir contenidos de

Matemáticas en Secundaria.

En la etapa de docencia de contenidos matemáticas en Secundaria, los sujetos

de la especialidad de Matemáticas manifestarán emociones positivas como son

confianza, motivación, gratificación…, aunque también aparecen emociones

negativas como nerviosismo, tensión, preocupación, frustración y miedo (Figura

18).

Figura 18. Emociones que experimentaran los sujetos que realizan el Máster por la

especialidad de Matemáticas al impartir contenidos de Matemáticas (ESO).

3.3.3. Comparación de emociones experimentadas como estudiante de

Matemáticas (ESO) y profesor de Matemáticas (ESO).

Comparando las emociones experimentadas como estudiante de Matemáticas

(ESO) y futuro profesor de contenidos de Matemáticas (ESO) vemos que es en la

etapa de docente donde las emociones obtienen un mayor porcentaje de

participación, a excepción de las emociones satisfacción, tranquilidad y

aburrimiento (Figura 19).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 389

Figura 19. Comparación de las emociones experimentadas como estudiante de Matemáticas

(ESO) y profesor de Matemáticas (ESO).

4. CONCLUSIONES

En primer lugar, observamos una clara concordancia con la carrera realizada y

la especialidad del Máster elegida, pues si la asignatura coincide con la

especialidad del Máster las emociones son mayoritariamente positivas.

Comparando estos resultados con otras investigaciones, encontramos el estudio de

Costillo, Brígido, Bermejo, Conde y Mellado (2010) que analizó las emociones de

las diferentes asignaturas científicas en Secundaria teniendo en cuenta las tres

especialidades del Máster de Formación del Profesorado en Educación Secundaria

y donde se pone de manifiesto que las emociones positivas obtienen mayores

porcentajes en asignaturas del mismo campo específico.

Tanto en la etapa de estudiante como en una futura docencia, las emociones

positivas obtienen mayores porcentajes que las emociones negativas, en cada una

de las asignaturas propuestas de Secundaria: Biología, Geología, Física, Química y

Matemáticas.

Comparando ambas etapas, hallamos que en la etapa de docencia el número de

sujetos que experimentan emociones positivas aumenta, a la vez que también

aumenta el número de sujetos que experimentan emociones negativas. Este hecho

nos indica que los sujetos se sienten preparados con su formación para impartir

contenidos de su especialidad, pero que no podrán evitar sentir miedos, tensiones

y preocupaciones, propias de un profesor novel que no ha recibido enseñanza de

docencia hasta que ha decidido voluntariamente realizar el Máster de Formación

del Profesorado en Educación Secundaria.

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390 Diferencias en las Emociones como Estudiante y Docente de Asignaturas de Ciencias

4.1. Limitaciones

La primera limitación con la que nos encontramos es que el número de sujetos

en cada especialidad del Máster es diferente. Esto es debido a que no se matricula

el mismo número de sujetos en cada especialidad y, por tanto, no podemos acceder

a ellos.

Del mismo modo, en el curso académico que se realizó el análisis no se

encontraba matriculado ningún sujeto que proviniera de la licenciatura de

Geología, lo cual representa un gran sesgo para la especialidad de

Biología/Geología.

También debemos tener en cuenta que el paso de los años infiere en el recuerdo

de las emociones que experimentaron en su etapa de aprendiz de Secundaria, por

lo que en muchos casos estas emociones se asocian más a la metodología o a la

relación que tenían con el profesor de la asignatura. Para intentar solventar este

problema, actualmente, utilizamos una tabla para indagar sobre las causas de esas

emociones (positivas o negativas) teniendo en cuenta cuestiones sobre los

contenidos de la asignatura, el profesor y la propia capacidad del alumno.

4.2. Implicaciones

Ya que en las diferentes titulaciones universitarias que realizan no se les

preparan para ejercer la docencia en Educación Secundaria hasta que llegan al

Máster de Formación del Profesorado de Educación Secundaria, se hace

imprescindible la realización de un programa de apoyo y seguimiento a las

prácticas docentes con la intención de promover la toma de conciencia, de

potenciar la capacidad de autorregulación y de controlar el cambio de actitudes,

creencias y emociones hacia la ciencia y su aprendizaje, consolidando hábitos

saludables, ya que como opina Delval (2002) en los periodos de prácticas en los

centros escolares también se fortalecen las creencias, actitudes y emociones.

Agradecimientos: Este trabajo ha sido financiado por el Proyecto de Investigación

EDU2009-12864 del Ministerio de Ciencia e Innovación (España), el Gobierno de

Extremadura y los Fondos Europeos de Desarrollo Regional.

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_________________________ Costillo, E., Cubero, J. y Cañada, F. (2013). Emociones y autoeficacia de profesores de secundaria en

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y J.A. Cárdenas (Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas

(pp.395-415). Badajoz, España: DEPROFE.

CAPÍTULO 17

EMOCIONES Y AUTOEFICACIA DE

PROFESORES DE SECUNDARIA EN

FORMACIÓN ANTE LA ENSEÑANZA Y EL

APRENDIZAJE DE LAS CIENCIAS

EMILIO COSTILLO BORREGO. Universidad de Extremadura.

JAVIER CUBERO JUÁNEZ. Universidad de Extremadura.

FLORENTINA CAÑADA CAÑADA. Universidad de Extremadura.

1. INTRODUCCIÓN

Las emociones en la actualidad han adquirido una gran importancia en nuestras

sociedades modernas como atestigua la popularidad de algunos autores

mediáticos que han escrito sobre ellas obras de gran éxito de ventas (Gardner,

2005; Goleman, 1996; Punset, 2010). También la influencia de las emociones ha

despertado el interés en muchas disciplinas científicas, entre las que se encuentra la

Didáctica de las Ciencia. No obstante, durante mucho tiempo las emociones han

estado en gran parte ausentes de la investigación en Educación y en Formación del

Profesorado. Es a partir de los noventa cuando se ha prestado mayor atención a las

emociones en la investigación en educación, en la enseñanza y en la vida de los

profesores en general. Desde entonces muchos estudios han sido publicados sobre

el tema de las emociones en la enseñanza (Sutton y Wheatley, 2003). Todos esos

trabajos han llevado a varios investigadores a considerar la emoción y cognición

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396 Emociones y Autoeficacia en Profesores de Secundaria en Formación

como algo inextricablemente interconectado y a la vez difíciles de separar (Frijda,

2000; Nias, 1996). En este sentido, Marina (2004) concluye que “las emociones

influyen en el conocimiento, pero el conocimiento influye en las emociones”. De

acuerdo con todo este conjunto de estudios algunos autores han desarrollado la

teoría de los moldes cognitivos afectivos (Hernández, 2002); esta teoría explica la

relación entre las variables cognitivas y afectivas considerando que lo cognitivo

configura lo afectivo y lo afectivo condiciona lo cognitivo.

No obstante en Didáctica de las Ciencias Experimentales todavía los aspectos

afectivos se han investigado mucho menos que los cognitivos, en la mayoría de los

casos relacionándolos con las actitudes más que con las emociones (Bell, 1998;

Hong, 2010; Kind, Jones y Barmby, 2007; Koballa, Bradbury, Glynn y Deaton, 2008;

Simpson, Koballa y Oliver, 1994; Vázquez y Manassero, 2008, 2011). Actualmente

esta situación está cambiando y son muchos los estudios dirigidos a la dimensión

afectiva, tanto del aprendizaje de las ciencias (Duit, Treagust y Widodo, 2008)

como específicamente del profesor de ciencias (Abrahams, 2009; Garritz, 2010;

Marbá y Márquez, 2010, Otero, 2006; Ritchie, Tobin, Hudson, Roth y Mergard,

2011; Tobin, 2010; Zembylas, 2002, 2004 y 2005). Gracias a estos trabajos hoy en día

es evidente que la enseñanza es una práctica emocional (Hargreaves, 2000; Ritchie

et al., 2011), interviniendo en el aprendizaje y la enseñanza tanto la razón como la

pasión (Cochran-Smith, 2003).

Por todo ello, es notorio que los aspectos afectivos y actitudinales van a influir

en el conocimiento práctico de los profesores al enseñar ciencias. Al mismo tiempo

su propia experiencia como alumno es importante pues la formación de actitudes

se percibe como el producto de un conjunto de experiencias de la propia persona

con el objeto actitudinal y, por tanto, el resultado final de los procesos cognitivos,

afectivos y conductuales que se han desarrollado en esas experiencias (Pastor,

2000). Por este motivo es de suma importancia destacar el bagaje de actitudes,

valores, emociones y conocimientos que el profesor trae de sí mismo, de su

formación escolar y profesional (Alsup, 2005; Handal y Lauvas, 1987; Lortie, 2002),

e intentar transformarlos, ya que son ellos quienes desempeñan un papel

significativo en la vida escolar de los alumnos y pueden influir en la formación de

sus actitudes y emociones (García y Orozco, 2008).

Estas emociones influyen mucho en el Conocimiento Didáctico del Contenido

(CDC) de los profesores (Garritz, Nieto, Padilla, Reyes y Trinidad, 2008; Kind,

2009; Shulman, 1986), un conocimiento específico sobre la forma de enseñar cada

materia y una forma de razonamiento y acción didáctica por medio de la cual los

profesores transforman la materia en representaciones comprensibles a los

estudiantes.

Page 177: VOLUMEN II - Universidad de Extremadura. Servicio de ... IIok.pdf · 1994; Tobin, 2012; Wubbels y Brekelman, 1998). Desde la línea inicial de las actitudes, el estudio de las emociones

Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 397

El estudio de las emociones juega un importante papel en la formación inicial

del profesorado (Shoffner, 2009). Durante esta etapa, los profesores tienen que

reflexionar sobre sus conocimientos, creencias, actitudes y emociones en la

enseñanza y el aprendizaje de las ciencias y sobre su propio rol como profesores

(Díaz-Pinto, González y Mellado, 1999; Mellado, 2003; Rosa-Silva y Lorencini,

2009). Esta toma de conciencia les dotará de una mayor capacidad de

autorregularlos y transformarlos (Barca, Peralbo, Brenlla y Seijas, 2006). Para

Oosterheert y Vermunt (2001) la regulación emocional es un componente funcional

para aprender a enseñar ciencias. En este sentido, la formación de profesores

debería dotar de competencias emocionales, que les ayuden a tomar conciencia,

valorar, controlar y autorregular las emociones sentidas al aprender y al enseñar

ciencias (Brígido, Bermejo, Conde, Caballero y Mellado, 2010).

Trabajos actuales señalan la necesidad de analizar las emociones diferenciando

las distintas materias de ciencias (Van der Hoeven Kraft, Srogi, Husman, Semken y

Fuhrman, 2011). Para colectivos como los maestros en formación, las emociones,

tanto en la enseñanza como en el aprendizaje, pueden ser muy diferentes en

materias como las ciencias naturales o la física y la química (Brígido, Caballero,

Bermejo, Conde y Mellado, 2009).

2. MÉTODO

2.1. Planteamiento del problema

El objetivo general que nos planteamos ha sido analizar las emociones de los

estudiantes del Máster Universitario en Formación del Profesorado en Educación

Secundaria (MUFPES) de la Universidad de Extremadura (UEX), ante las

diferentes asignaturas que configuran las Ciencias Experimentales y Matemáticas.

Estudio previos han puesto de manifiesto la importancia para los futuros docentes

de las emociones despertadas por las distintas asignaturas en su proceso de

aprendizaje, variando según las mismas (Brígido et al., 2009; Borrachero, Brígido y

Costillo, 2011).

También se ha encontrado que los sentimientos anteriormente mencionados son

semejantes a los que en su vida estudiantil y que difieren entre los alumnos de las

distintas especialidades del máster (Costillo, Brígido, Bermejo, Conde y Mellado,

2010). Con todos estos precedentes se pretende analizar de forma exploratoria que

diferencias había en su vida estudiantil en aspectos relacionados con sus actitudes

y su autoeficacia, buscando relacionarlos con las emociones que expresan en la

docencia de estas materias.

Page 178: VOLUMEN II - Universidad de Extremadura. Servicio de ... IIok.pdf · 1994; Tobin, 2012; Wubbels y Brekelman, 1998). Desde la línea inicial de las actitudes, el estudio de las emociones

398 Emociones y Autoeficacia en Profesores de Secundaria en Formación

2.2. Metodología de investigación

La muestra de este estudio está compuesta por la primera promoción del

Máster de Formación del Profesorado de Secundaria que se imparte en la Facultad

de Ciencias de la Universidad de Extremadura, se trata del curso 2009-2010. Los 38

profesores en formación participantes se reparten en tres especialidades del Máster

de Ciencias: 14 en la Especialidad de Biología y Geología (7 licenciados en Biología,

4 en Ciencias Ambientales, 2 en Veterinaria y 1 en Ciencias del Mar), 16 en la

Especialidad de Matemáticas (10 licenciados en Matemáticas, 2 en Física, 1 en

Informática y 3 en distintas Ingenierías) y 8 en la Especialidad de Física y Química

(5 licenciados en Química, 2 en Física y otro sin especificar). Los participantes

cumplimentaron un amplio cuestionario anónimo sobre su formación escolar y sus

sentimientos como futuros profesores de ciencias. Este cuestionario fue elaborado

sobre otros ya existentes utilizados con profesores de primaria en formación (Gil,

Blanco y Guerrero, 2006; Caballero, Guerrero y Blanco, 2007; Brígido et al., 2010)

Debido a la intención exploratoria de este trabajo se analizan solamente

aquellos aspectos emocionales y actitudinales desarrollados durante su etapa de

secundaria relacionándolos con los que tienen que ver con su futuro como

profesores de secundaria. Distintos trabajos han demostrado que si bien los

estudiantes de primaria suelen tener interés, emociones y actitudes positivas hacia

las ciencias, estas actitudes disminuyen con la edad, especialmente durante la

secundaria (Beauchamp y Parkinson, 2008; Murphy y Beggs, 2003; Osborne, Simon

y Collins, 2003; Ramsden, 1998; Vázquez y Manassero, 2008). Solbes (2011) detalla

como los alumnos de secundaria ven a las asignaturas de ciencia como aburridas,

difíciles, excesivamente teóricas y poco útiles; al mismo tiempo señala un

preocupante descenso de alumnos de secundaría que eligen cursar asignatura

dentro del mundo de la ciencia. Por esa razón no hemos centrado principalmente

en esta etapa.

Además en el cuestionario se incluyeron cuatro preguntas sobre la actitud y la

autoeficacia en las distintas materias, al objeto de cruzarlas con sus respuestas

sobre las emociones. De esta manera pretendíamos establecer la existencia de

relaciones entre esos aspectos concretos de su vida estudiantil y sus emociones. En

estas preguntas se les interrogaba sobre estas cuestiones en sus diferentes etapas de

estudiantes: primaria, secundaria y universidad. Para contestar tenían que utilizar

una escala likert de 1 a 4, siendo 1 Muy en desacuerdo; 2 En desacuerdo, 3 De

acuerdo y 4 Muy de acuerdo. Las preguntas fueron las que se muestran a

continuación.

Page 179: VOLUMEN II - Universidad de Extremadura. Servicio de ... IIok.pdf · 1994; Tobin, 2012; Wubbels y Brekelman, 1998). Desde la línea inicial de las actitudes, el estudio de las emociones

Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 399

1. Los contenidos me resultaban difíciles de comprender.

2. Me gustaban las clases de… “la materia correspondiente”

3. La actitud del profesor influía en mi rendimiento

4. No tenía problema para superar esta asignatura.

En otra de las preguntas los profesores en formación debían valorar como

futuros docentes de 0 a 10 los contenidos que más le gustaría impartir en

secundaria para estimar su actitud ante la enseñanza de los distintos contenidos.

Concretamente la pregunta era “Valora de 0 a 10 los contenidos que más te

gustaría impartir en secundaria”. A continuación con la misma escala debían

valorar los contenidos en los que se sentían más competentes y capacitados como

profesores de secundaria con el fin de poder analizar su autoeficacia como futuros

profesores. Concretamente la pregunta era “Valora de 0 a 10 los contenidos en los

que te sientes más competente y capacitado como profesor de secundaria”. En

ambas cuestiones se les apartaba el mismo listado de asignaturas a valorar. Este

listado contenía las asignaturas de Biología, Geología, Matemáticas, Tecnología,

Física, Química, Ciencias para el Mundo Contemporáneo, y un apartado de Otras

donde los alumnos podían señalar otra fuera de ese listado.

Los datos se analizaron utilizando estadística no paramétrica, debido a la falta

de normalidad de mucha de las variables implicadas en este estudio. Se utilizaron

Anovas Kruskal-Wallis para comparar los alumnos de las tres especialidades del

máster y para ver las diferencias entre dos grupos se usaron test de U de Mann-

Whitney.

3. RESULTADOS

Se observan diferencias en el aspecto emocional entre las tres especialidades del

máster tanto en su experiencia como estudiantes como en su futuro papel como

profesores. Estas diferencias en los futuros profesores de secundaria ya se han

mostrado en trabajos anteriores (Costillo, Brígido, Bermejo, Conde y Mellado, 2010)

y también en estas jornadas (Borrachero, Costillo y Bermejo, 2012). No obstante, se

van a esbozar brevemente algunos aspectos claves de estas emociones necesarios

para comprender mejor este trabajo.

Las tres especialidades muestran emociones enfrentadas ante las asignaturas

que cursaron en secundaria (Figura 1). La excepción se presenta en la asignatura de

Biología; los estudiantes de todas las especialidades del Máster expresan en general

emociones positivas ante esta asignatura cuando la cursaron; lógicamente los

alumnos de la especialidad de Biología y Geología valoran en mayor medida estos

aspectos positivos.

Page 180: VOLUMEN II - Universidad de Extremadura. Servicio de ... IIok.pdf · 1994; Tobin, 2012; Wubbels y Brekelman, 1998). Desde la línea inicial de las actitudes, el estudio de las emociones

400 Emociones y Autoeficacia en Profesores de Secundaria en Formación

En el extremo contrario se sitúan las Matemáticas, ante ella una parte

importante de los alumnos del máster mostraron durante su etapa de secundaria

emociones negativas, con la excepción de los alumnos de la especialidad del

máster de Matemáticas. Estos durante su etapa en secundaria mostraban

sentimientos claramente positivos frente a los contenidos de esta materia.

Frente a la Química en secundaria (Figura 1), son los alumnos que cursan la

especialidad de Física y Química los que recuerdan en esta materia emociones

positivas en mayor medida.

Respecto a la Física en Secundaria, los alumnos de la especialidad de

Matemáticas indican que esta asignatura les despertaba sensaciones en su mayoría

positivas. Es destacable que los alumnos de la especialidad de Física y Química

mostraron casi en la misma medida emociones positivas como negativas ante la

Física durante su etapa de secundaria (Figura 1).

A pesar del bajo tamaño de la muestra, esta situación refleja la existencia de

emociones contrapuestas de los alumnos del máster de la especialidad de Física y

Química; ante estas dos asignaturas. Los licenciados en Química señalaban

sentimientos en secundaria positivos frente a la Química y negativos ante la Física,

y al contrario.

Los diferentes sentimientos que provocaron estas asignaturas en los alumnos

del máster de secundaria están de acuerdo con las especialidades que cursan en el

máster y con sus perfiles profesionales. En la etapa de secundaria se produce el

primer contacto de los alumnos con los contenidos de muchas de estas asignaturas

y crean en ellos emociones que son muy importantes pues determinan incluso la

elección de su carrera universitaria dentro de las Licenciaturas de Ciencias y

Matemáticas (Costillo et al., 2010).

En su futuro docente los alumnos del máster muestran asimismo diferencias

importantes en las emociones según la asignatura a impartir (Figura 2). Se observa

la misma situación que en las emociones que estas asignaturas les despertaban en

secundaria, pero se exacerban los resultados en cuanto a las sensaciones positivas.

De esta manera, los alumnos de cada especialidad del máster muestran sensaciones

muy positivas a la hora de impartir materias para la que se están especializando en

este máster. Al mismo tiempo las emociones negativas de los futuros profesores

aumentan cuando van a impartir otras asignaturas distintas a las de su carrera

universitaria. No obstante, la asignatura de Física despierta en los futuros

profesores de secundaria tanto emociones positivas como negativas (Figura 2).

Page 181: VOLUMEN II - Universidad de Extremadura. Servicio de ... IIok.pdf · 1994; Tobin, 2012; Wubbels y Brekelman, 1998). Desde la línea inicial de las actitudes, el estudio de las emociones

Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 401

Una vez comprobadas estas diferencias entre las actitudes tanto como

estudiantes como docentes de los profesores de secundaria en formación que

cursan las distintas especialidades del máster se procedió a investigar las posibles

razones. Para ello como ya se mencionó se procedió a analizar de forma

exploratoria las respuestas a las preguntas formuladas, tratando de buscar

respuestas que orienten sobre el posible origen de estas diferencias.

Figura 1. Emociones ante las distintas asignaturas de ciencias durante la etapa de Secundaria

en los Alumnos del MUFPES (Costillo et al., 2010).

0

25

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402 Emociones y Autoeficacia en Profesores de Secundaria en Formación

Figura 2. Emociones ante las distintas asignaturas como futuros docentes de ciencias en los

Alumnos del MUFPES (Costillo et al., 2010).

El análisis de las cuatro preguntas sobre sus emociones y su autoeficacia en las

distintas materias muestras diferencias entre los profesores en formación según la

especialidad del máster que cursan. Estas diferencias son estadísticamente

significativas entre los alumnos que cursan las distintas especialidades del máster

para las distintas materias salvo para Biología.

Estas diferencias están relacionadas con su autoeficacia como estudiantes ante

las distintas materias analizadas con la excepción ya comentada. Sin embargo a

nivel emocional los profesores en formación de las distintas especialidades del

máster muestran unas emociones similares frente a las distintas materias. De esta

manera no se han detectado diferencias significativas a nivel estadístico en cuanto

a sus emociones hacia estas materias en ninguna de las etapas analizadas.

Sin embargo, esta circunstancia cuando se trata de autoeficacia difiere entre los

profesores en formación de las distintas especialidades del máster. De este modo la

valoración que hacen de su autoeficacia como estudiantes varía entre los alumnos

de las tres especialidades del máster frente a las distintas materias analizadas,

salvo para Biología.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 403

Ante la asignatura de Biología como ya se ha comentado no se han detectado

diferencias significativas entre los profesores en formación de las tres

especialidades del máster en los temas relacionados con la autoeficacia

Frente a la Física y Química los alumnos de las distintas especialidades del

máster valoran de forma diferente su autoeficacia. En concreto se observan

diferencias significativas a la hora de superar esta asignatura (No tenía problemas

para aprobar estas asignaturas) en secundaria (ANOVA Kruskal-Wallis, Chi-

cuadrado = 10,26410, df = 2, p = ,0059) (Figura 3). Los alumnos de la especialidad de

Matemáticas significativamente tenían menos dificultades para superar la

asignatura en secundaria que los de las otras dos especialidades (con Biología y

Geología U = 46, p = 0,006 y con Física y Química U = 30, p = 0,037). En el resto de

preguntas sobre la Física y Química no se han detectado diferencias significativas

entre los profesores en formación de las distintas especialidades del máster.

En cuanto a las Matemáticas también se aprecian diferencias en preguntas

relacionadas con su autoeficacia, concretamente en la primera pregunta (“Los

contenidos me resultaban difíciles de comprender”) en primaria (ANOVA

Kruskal-Wallis, Chi-cuadrado = 9,241765, df = 2, p = ,0099) (Figura 4).

Figura 3. Respuesta (media ± sd) de los alumnos de las distintas especialidades de ciencias

del MUFPES de la UEX a la pregunta sobre Física y Química de “No tenía problemas para

aprobar estas asignaturas” en Secundaria.

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404 Emociones y Autoeficacia en Profesores de Secundaria en Formación

Figura 4. Respuesta (media ± sd) de los alumnos de las distintas especialidades de ciencias

del MUFPES de la UEX a la pregunta sobre Matemáticas de “Los contenidos me resultaban

difíciles de comprender” en Primaria.

Los alumnos de la especialidad de Matemáticas significativamente señalaban

que tenían menos dificultadas para entender los contenidos que los de Biología y

Geología (U = 53,5, p = 0,015) (Figura 4). En el resto de comparaciones dos a dos no

existen diferencias significativas a nivel estadístico entre las distintas

especialidades del máster.

Las concepciones como futuros docentes de los profesores de secundaría en

formación ante las distintas asignaturas varía dependiendo de la especialidad del

máster que cursan. Estas diferencias varían tanto en lo referente a su actitud como

en cuestiones relacionadas con su autoeficacia como enseñantes.

Como futuros profesores los alumnos de las diferentes especialidades del

máster muestran una actitud cambiante según la asignatura a enseñar (Tabla 1). De

esta manera se detectan diferencias significativas entre las valoraciones de los

alumnos a la hora enseñar las distintas asignaturas. Esta significación estadística se

produce en todos las asignaturas consultadas salvo en Física. En todos los casos los

alumnos de una especialidad muestran una valoración de su actitud frente a la

enseñanza de asignaturas propias de esa especialidad superior al de alumnos de

otras especialidades (Tabla 1). Por ejemplo los alumnos de la especialidad de

Biología y Geología muestran una actitud más positiva a enseñar contenidos de

carácter biológico que los alumnos de otras especialidades.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 405

Tabla 1. Respuesta (media ± sd) de los profesores en formación de las tres especialidades del

MUFPES de la UEX a la pregunta “Valora de 0 a 10 los contenidos que más te gustaría impartir en

secundaria”. Se muestran las distintas materias por las que se le interroga.

Física Química Biología Geología Matem. Tecno.

Ciencias

Mundo

Contemp.

Biología y

Geología

5,86

± 2,83

5,43

± 2,69

8,93

± 2,73

7,29

± 3,12

4,79

± 3,09

4,43

± 3,15

6,71

± 2,99

Matem. 7,69

±1,94

5,50

± 2,33

4,13

± 2,59

3,56

± 3,12

9,63

± 1,20

5,81

± 3,43

4,00

± 3,08

Física y

Química

7,88

±1,81

9,13

± 0,99

5,88

± 3,18

4,63

± 3,11

8,75

± 0,71

5,25

± 3,45

4,75

± 2,25

También en cuanto a la autoeficacia a la hora de enseñar diferentes asignaturas

se detectan diferencias significativas entre los alumnos de las distintas

especialidades del máster (Tabla 2). Igual que sucede en las actitudes, frente a una

asignatura determinada los alumnos de la especialidad correspondiente se sienten

más competentes y más capacitados a la hora de enseñarlos que los de otras

especialidades del máster (Tabla 2). La excepción la encontramos de nuevo en la

asignatura de Física donde no se hallan diferencias significativas en la autoeficacia

de los alumnos de las distintas especialidades del máster.

Tanto en una tabla como en otra (Tabla 1 y 2) no se muestra los resultados de

Otras asignaturas que especificaron los alumnos, ya que esto sucedió en pocas

ocasiones y las asignaturas fueron muy dispares.

Tabla 2. Respuesta (media ± sd) de los profesores en formación de las tres especialidades del

MUFPES de la UEX a la pregunta “Valora de 0 a 10 los contenidos en los que te sientes más

competente y capacitado como profesor de secundaria”. Se muestran las distintas materias por las que

se le interroga.

Física Química Biología Geología Matem. Tecno.

Ciencias

Mundo

Contemp.

Biología y

Geología

5,71

± 2,60

6,07

± 2,40

8,71

± 2,50

7,43

± 2,96

5,86

± 1,97

5,00

± 2,42

6,71

± 2,96

Matem. 7,75

± 1,73

6,07

± 2,18

4,75

± 2,08

4,06

± 2,10

9,63

± 0,89

6,00

± 3,17

4,38

± 3,11

Física y

Química

8,50

± 1,69

9,25

± 1,39

7,00

± 1,51

5,25

± 2,25

8,63

± 1,06

4,75

± 3,99

4,88

± 2,17

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406 Emociones y Autoeficacia en Profesores de Secundaria en Formación

4. DISCUSIÓN

Estas diferencias en el ámbito emocional ante las distintas asignaturas como ya

se ha señalado se muestran desde su vida estudiantil, y probablemente está basada

en cuestiones relacionadas con su autoeficacia como alumnos. De esta manera los

alumnos de las distintas especialidades del máster no muestran diferencias de

actitud cuando eran estudiantes de las diferentes materias tratadas. Esta

circunstancia es contraria a otros estudios (Beauchamp y Parkinson, 2008; Murphy

y Beggs, 2003; Osborne et al., 2003; Ramsden, 1998; Vázquez y Manassero, 2008),

no obstante esta situación probablemente venga determinada porque todos estos

profesores en formación han seguido estudios dentro siempre de las rama de

ciencias que han culminado en una licenciatura en alguna de las ramas del

conocimiento científico.

Por el contrario, sí se hallan esas diferencias en cuanto a diferentes cuestiones

relacionadas con su autoeficacia en distintas materias cursadas, salvo para la

Biología. Esta situación probablemente favorece la existencia de emociones

positivas como alumnos de secundaria en estos temas. Acevedo (1993) indica que

las actitudes de los alumnos hacia la Física y Química son diferentes que hacia la

Biología y Geología. Nuestros resultados podrían ser la explicación de estudios

anteriores como los de Brígido et al. (2009) en el que se analizaron las emociones de

futuros profesores de Primaria, encontrándose que los sentimientos más negativos

se experimentaban en las asignaturas de Física y Química y los más positivos en el

aprendizaje de las Ciencias Naturales. También puede ser una explicación del

porque en profesores de secundaria en formación se ha registrado esta

circunstancia (emociones positivas ante la Biología y negativas ante otras materias)

tanto en el antiguo Curso de Adaptación Pedagógica (Borrachero et al., 2011) como

en el actual Máster Universitario en Formación del Profesorado (Costillo et al.,

2010). La existencia de estas emociones son muy importantes e incluso

probablemente hayan contribuido a la elección de sus carreras universitarias

(Costillo et al., 2010).

La especialización como licenciados en distintas materias lleva a diferencias

tanto en las emociones como en autoeficacia en su papel como futuro profesor de

secundaria a la hora de enseñar las distintas asignaturas. Al contrario que como

estudiantes, en su papel de profesores se observan diferencias en el plano

emocional hacia las distintas asignaturas a enseñar. Esta situación ya es conocida,

Bandura (1986) señala que la autoeficacia en los profesores puede ser específica

ante ciertas materias. Esta situación viene en muchos casos ligada a una falta de

conocimiento (Bleicher y Lindgren, 2005). De acuerdo con nuestro estudio se puede

afirmar que como profesor se sienten más capacitados y les gustaría impartir las

asignaturas para las que están más especializados. En este caso la excepción es la

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 407

asignatura de Física, probablemente porque la mayoría de los alumnos que cursan

la especialidad del máster de Física y Química son químicos. Se confirma de esta

manera la importancia de las emociones en el Conocimiento Didáctico del

Contenido; además de los conocimientos de la materia y didácticos específicas el

plano emocional juega un papel relevante en los futuros profesores en formación.

En este plano las propias experiencias vividas como alumnos de los profesores en

formación es un aspecto a considerar debido a las grandes diferencias mostradas.

No obstante los resultados hacia la Física para los estudiantes de la especialidad de

Física y Química del Máster no coinciden con los del estudio de nuestro grupo

mostrados en el capítulo anterior, por lo que debemos ser prudentes y ampliar las

muestras en futuros estudios.

4.2. Implicaciones

Dada la importancia de las emociones en la formación de profesores surgen una

serie de implicaciones de carácter práctico para el profesor y las autoridades

educativas.

Las emociones negativas pueden llevar a los profesores nóveles a desarrollar

estrategias que les procuran seguridad centradas en el contenido y en el profesor

no el aprendizaje de los alumnos, restándoles eficacia en su labor docente

necesitada de un cambio donde el alumno sea el centro (Mellado et al., 2010). Por

lo que puede suponer un factor que se sume a la cada vez menor presencia de

alumnos de secundaría en las opciones de ciencias y la visión negativa de estos

alumnos sobre las materias que integran el conocimiento científico (Solbes, 2011).

Para los futuros profesores este estudio puede ser importante en su formación

en dos sentidos:

Por una parte, para que tomen conciencia de que pueden ser vulnerables

emocionalmente, de su propia historia como estudiantes y de cómo las

emociones afectan a la enseñanza y al aprendizaje de las distintas

asignaturas de ciencias.

Por otra parte, para que puedan desarrollar la capacidad de actuar con el fin

de transformar y autorregular esas emociones, en su propio aprendizaje, en

el de sus alumnos y en la enseñanza de las ciencias. Durante esta etapa de

formación, la reflexión de los profesores sobre estas cuestiones es esencial

para su propio desarrollo como docentes (Díaz-Pinto et al., 1999; Mellado,

2003; Rosa-Silva y Lorencini, 2009). Esta toma de conciencia, será

notoriamente relevante para la docencia de las asignaturas en las que no

están especializados y en las que como hemos visto, sienten emociones

negativas. En este sentido, la siguiente fase de este estudio sería diseñar

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408 Emociones y Autoeficacia en Profesores de Secundaria en Formación

programas de intervención emocional metacognitivo con los futuros

profesores con el fin de promover la toma de conciencia, la autorregulación,

y el control del cambio de las actitudes, creencias y emociones hacia las

ciencias y su aprendizaje. Actualmente se ha desarrollado un programa de

intervención de estas características dirigido futuros profesores de primaria

(Brígido et al., 2010) y está desarrollándose un programa similar con estos

profesores de secundaria.

Estos programas son de gran utilidad para los profesores en formación y para el

futuro desarrollo profesional del mismo. Referente a los contenidos de estas

actuaciones, Zembylas (2003) sintetiza los diversos estudios a tener en cuenta en la

formación del profesorado desde la emoción del profesor, según se centren en

describir y comprender:

1. ¿Cómo las respuestas emocionales de los profesores influyen directamente el

desarrollo emocional de sus estudiantes?

2. ¿Cómo influyen las emociones de los profesores en las decisiones

curriculares y reformas del currículum?

3. ¿Qué relación existe entre la emoción e identidad del profesor y su propio

autoconcepto?

4. ¿Cómo las emociones de los profesores influyen en la toma de decisiones en

relación a sus cambios?

Con todas estas premisas, la elaboración y puesta en práctica de estos

programas es muy compleja. No obstante en todos los casos es crucial la conexión

entre cuestiones estrictamente profesionales del profesor con aspectos más

personales del mismo (Clarke y Hollingsworth, 2002)

Para las autoridades educativas este trabajo señala la problemática que puede

existir con la falta de especialización del profesorado, relacionada no solo con los

conocimientos específicos sino también con las emociones. En este estudio se

muestra además los problemas que puede haber en asignaturas como Física que se

imparte de forma conjunta con la Química. Esta situación parece no presentarse

con Geología, aunque no se han tratado en este estudio independientemente (no

hay geólogos y muy pocos de los profesores en formación objeto de nuestro

estudio la han cursados) si se ha preguntado sobre su docencia al igual que otras

asignaturas como Ciencias para el Mundo Contemporáneo. Ante estas últimas

asignaturas los alumnos del Máster de la Especialidad de Biología y Geología

señalan una situación distinta a la que muestran los de la Especialidad de Física y

Química ante la Física.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 409

Relacionada con esta falta de especialización, algunos de los problemas en la

enseñanza de las distintas materias pueden surgir por la falta de conocimientos

acerca de éstas del docente, provocando una falta de confianza en los profesores e

impidiendo así el desempeño óptimo de su práctica docente (Jarvis y Pell, 2004).

Estos profesores nóveles en estas asignaturas pueden desarrollar estrategias que les

procuran seguridad centradas en el contenido y en el profesor no el aprendizaje de

los alumnos, restándoles eficacia en su labor docente necesitada de un cambio

donde el alumno sea el centro (Mellado et al., 2010). Por añadidura los profesores

suelen dedicar más tiempo e interés a las materias en las que se consideran más

eficaces (Huinker y Madison, 1997).

Sin embargo, además de problemas en temas cognitivos más conocidos y de los

que ya hemos hablado, otros problemas en la enseñanza de las ciencias tienen que

ver con el plano emocional. En este estudio se demuestra que las emociones de los

futuros docentes van a variar dependiendo de las asignaturas que tengan que

impartir y estas influyen en la enseñanza y aprendizaje de las ciencias. Otras

investigaciones nos indican que los alumnos parecer percibir a los buenos

profesores de Ciencias según el clima social que generan en el aula (Tobin y Fraser,

1990), relacionándolos con aspectos afectivos más que cognitivos.

Este estudio y otros muchos de mayor relevancia muestran la importancia del

plano emocional en los docentes en formación. Por esa razón es necesario

integrarlo en las enseñanzas regladas de los planes de formación de docentes. En

este sentido deben incorporarse a los programas de las asignaturas de los Máster

Universitario en Formación del Profesorado en Educación Secundaria. Especial

hincapié debe hacerse en la especialidad de este máster encargada de la formación

de los profesores de Física y Química, pues aquí se agrupan futuros docentes muy

diferentes tanto en los conocimientos como en las emociones. Además de la

integración del plano emocional en las clases regladas es necesario el desarrollo de

programas de intervención específicos para promover la toma de conciencia, la

autorregulación y el control del cambio de las actitudes, creencias y emociones

hacia las distintas materias que integran el conocimiento científico como ya se está

llevando a cabo en profesores de primaria en formación (Brígido et al., 2010). En

estos programas es necesario que el profesor en formación reflexione y considere

su propia experiencia como estudiante en las distintas materias que ha cursado

dada la importancia que tiene en su papel como profesor. Distintos autores han

demostrado que el profesor acumula actitudes, valores, emociones y conocimientos

que trae de su formación escolar (Alsup, 2005; Handal y Lauvas, 1987; Lortie,

2002). Esta serie de conocimientos y aptitudes fruto de su experiencia como

estudiante son importantes, pues el profesor va evolucionando de forma continua

desde su etapa escolar hasta su desarrollo profesional (Porlán et al., 2010). En este

estudio también se ha visto como existe una relación entre sus experiencias como

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410 Emociones y Autoeficacia en Profesores de Secundaria en Formación

alumno en estas materias y sus emociones ante las mismas como futuros docentes.

Por tanto en la formación de futuros docentes es preciso hacerle partícipe de sus

propias experiencias, de sus emociones en la enseñanza de la ciencia y de cómo

éstas pueden influir en la enseñanza-aprendizaje de la ciencia.

Finalmente señalar que la mayor limitación de este estudio es el pequeño

tamaño de la muestra, a pesar de que recogía el total de los que durante ese año

cursaron las tres especialidades del Máster. Esta limitación nos hace ser prudentes

a la hora de la generalización de los resultados, ya que hay resultados

contradictorios. Es necesario ampliar las muestras y seguir investigando sobre las

causas de las emociones en las distintas asignaturas y su relación con otras

variables como la autoeficacia, el autoconcepto o el perfil de inteligencia. La

autoeficacia puede ser especialmente importante al ser específica para cada materia

y estar relacionada con los conocimientos, las emociones y la autorregulación

(Brígido, Borrachero, Bermejo y Mellado, en prensa).

Agradecimientos: Este trabajo ha sido financiado por el Proyecto de Investigación

EDU2009-12864 del Ministerio de Ciencia e Innovación (España), el Gobierno de

Extremadura, el grupo de investigación DEPROFE y los Fondos Europeos de Desarrollo

Regional. Nuestro agradecimiento también a los alumnos del Máster Universitario en

Formación del Profesorado en Educación Secundaria de la Universidad de Extremadura por

su interés y participación en el estudio.

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Zembylas, M. (2004). Emotional issues in teaching science: A case study of a

teacher’s views. Research in Science Education, 34(4), 343-364.

Zembylas, M. (2005). Discursive practices, genealogies, and emotional rules: A

poststructuralist view on emotion and identity in teaching. Teaching and Teacher

Education, 21(8), 355-367.

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_________________________ Mellado, L., Bermejo, M.L., Fajardo, M.I. y Luengo, M.R. (2013). Las emociones en las metáforas

personales de futuros profesores de ciencias, economía y psicopedagogía. En V. Mellado, L.J. Blanco,

A.B. Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las

Matemáticas (pp.417-437). Badajoz, España: DEPROFE.

CAPÍTULO 18

LAS EMOCIONES EN LAS METÁFORAS

PERSONALES DE FUTUROS PROFESORES DE

CIENCIAS, ECONOMÍA Y PSICOPEDAGOGÍA

LUCÍA MELLADO BERMEJO. UNED, Madrid.

MARÍA LUISA BERMEJO GARCÍA. Universidad de Extremadura.

MARÍA ISABEL FAJARDO CALDERA. Universidad de Extremadura.

MARÍA ROSA LUENGO GONZÁLEZ. Universidad de Extremadura.

1. INTRODUCCIÓN

Una metáfora es la sustitución o transposición de una idea o concepto por otro

que tenga con él una cierta relación de semejanza objetiva o subjetiva para el

emisor (Marcos, 1993). Las metáforas se han utilizado como un recurso expresivo

en la literatura, en la oratoria, en la música y en numerosas expresiones artísticas y

de comunicación. Suponen un primer acercamiento para pensar sobre la enseñanza

y sobre sí mismos como docentes dentro de un contexto.

Para su definición el Diccionario de la RAE propone dos acepciones: 1. Tropo

que consiste en trasladar el sentido recto de las voces a otro figurado, en virtud de

una comparación táctica y 2. Aplicación de una palabra o de una expresión a un

objeto o a un concepto, al cual no denota literalmente, con el fin de sugerir una

comparación y facilitar su comprensión.

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418 Las Emociones en las Metáforas Personales de los Futuros Profesores

A principios del s. XX la metáfora se estudia desde la literatura, la lingüística y

la filosofía, después será objeto de ciencias como la Psicolinguística entre otras

(Velasco Sacristán, 2002). La aproximación literaria considera la metáfora como

anomalía ornamental. Sin embargo, la aproximación lingüística la estudia desde

dos vertientes: la semántica que profundiza en el concepto de anomalía léxica y

partió de la idea de extrañamiento discursivo pero que ha ido derivando hacia la

pragmática que considera la metáfora como actos de habla. Austin (1962) y Searle

(1994) mantienen que la metáfora pertenece a la misma categoría que la ironía, las

expresiones idiomáticas y los actos de habla indirectos en los cuales el hablante

comunica su mensaje, pero donde se da disparidad entre lo que quiere comunicar

y lo que realmente dice. Tratan de explicar la influencia que tienen las metáforas en

el comportamiento de los hablantes y el papel que desempeñan los mecanismos

heurísticos en las estructuras mentales, el papel en las disciplinas cognitivas y los

mecanismos creadores de la metáfora así como su relevancia en el lenguaje.

En la semántica generativista se supera el concepto de anomalía como ente

meramente léxico y se consideran las metáforas como recursos discursivos

superiores a la palabra. El análisis de la metáfora requiere un nivel de

interpretación que pueda tener en cuenta el contexto y los presupuestos que

existen de forma previa en la mente de los hablantes.

Desde la psicolingüística se estudia la correlación entre comportamiento

lingüístico y procesos psicológicos subyacentes por lo que la metáfora sería un

mecanismo heurístico que se manifiesta lingüísticamente. Las metáforas no son

sólo un recurso expresivo, sino que tienen un significado más profundo ya que

constituyen un mecanismo esencial de la mente (Martínez, Sauleda y Huber, 2001),

que estructura gran parte del sistema conceptual por medio de relaciones

metafóricas (Lakoff y Johnson, 1980), y son un principio fundamental del

pensamiento y la acción (Aubusson, Harrison y Ritchie, 2006). Las metáforas

actúan como lentes, pantallas o filtros de lo que somos y de cómo nos vemos en

determinada situación (Saban, 2010). Para Duffé (2004) las metáforas actúan como

un código de valores compartidos por otros miembros de la comunidad cultural y

lingüística y constituyen un medio de comprender el mundo.

Desde el punto de vista metodológico, el estudio de las metáforas en la

investigación educativa ha sido defendido como una potente herramienta que

estimula y potencia la formación y el desarrollo profesional de los profesores

(Aubusson et al., 2006), porque dan una visión holística de la vida del aula y

tienden puentes entre la teoría y la práctica (Leavy, McSorley y Boté, 2007).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 419

Las metáforas utilizadas en educación, se han mostrado como un medio para

articular el pensamiento y para establecer puentes entre la práctica profesional y la

narrativa que describe la vida del aula (Ritchie, 1994). Cada profesor elabora un

pensamiento práctico profesional idiosincrásico, a partir de su experiencia personal

como estudiante y como profesor, y de la interacción social con el entorno que le

rodea. A este pensamiento es difícil acceder y dotar de significados, ya que el

profesor tiene unas percepciones sobre su actividad profesional, que les resultan

difíciles de articular y de expresar de una forma estructurada a través de reglas o

principios.

Los profesores en formación tienen concepciones y actitudes hacia la enseñanza

y el aprendizaje, fruto de los años que han pasado como escolares, y que a menudo

presentan contradicciones con sus conductas docentes en el aula. Numerosos

estudios muestran la dificultad de cambiar las concepciones y aún más la práctica

educativa de los profesores, porque existen numerosos obstáculos que dificultan el

cambio (Gallego y Pérez, 2002; Mellado, Ruiz, Bermejo y Jiménez, 2006).

El pensamiento metafórico ayuda a los profesores a reflexionar sobre sus

concepciones, sus roles y su práctica, y a reconceptualizarlos en un proceso de

autorregulación metacognitiva (Aubusson et al., 2006). Numerosos trabajos

exponen que los profesores realizan cambios en sus concepciones y en su práctica

en el aula cuando son capaces de construir nuevos cambios en un proceso de

reflexión crítica y al mismo tiempo construyen nuevas metáforas compatibles con

tales cambios (McRobbie y Tobin, 1995; Russell y Hrycenko, 2006; Tobin, Tippins y

Gallard, 1994). Las metáforas personales de los profesores pueden expresar con

bastante claridad si una clase está centrada en los alumnos y el aprendizaje, o en el

profesor y el contenido. La orientación centrada en los estudiantes es un indicador

de la implementación de distintas estrategias de indagación y una herramienta

para la efectiva implementación de estas estrategias (National Research Council,

1996).

Tobin y Fraser (1989) abogan por introducir durante la formación inicial una

variedad de metáforas, lo cual permitiría a los profesores en formación

comprender su potencial, reflexionar sobre sus propias metáforas y elaborar

nuevas metáforas consistentes con los modelos de enseñanza que quieren

implementar (Pinnegar, Mangelson, Reed y Groves, 2011). Leavy et al. (2007)

analizan la evolución de las metáforas de profesores en formación, antes y después

del periodo de prácticas, pues las metáforas usadas durante las prácticas son un

catalizador para la reflexión (Russell y Hrycenko, 2006) y pueden ayudar al

profesor a comprender y autorregular sus roles.

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420 Las Emociones en las Metáforas Personales de los Futuros Profesores

Los antecedentes escolares y el contexto influyen en las metáforas de los

profesores (Ben-Peretz, Mendelson y Kron, 2003). También las estrategias

didácticas y las actividades dependen de la materia a enseñar. Los profesores

desarrollan un conocimiento específico sobre la forma de enseñar su material que

Shulman (1986) denomina conocimiento didáctico del contenido, que es específico

para cada materia y por medio del cual los profesores transforman el contenido en

representaciones comprensibles para sus alumnos. Las metáforas como formas de

representar el contenido son un aspecto fundamental del conocimiento didáctico

del contenido de cada materia (Font y Acevedo, 2003; Treagust, 2007). Sin embargo

está poco analizado como influye el contenido en las metáforas personales de los

profesores.

Los dominios cognitivos y afectivos están relacionados y el segundo ejerce una

poderosa influencia sobre el primero (Day y Leich, 2001¸ Vázquez y Manassero,

2007a, 2007b). Hay aspectos emocionales, irracionales desde el punto de vista

cognitivo, que influyen en las acciones y en la toma de decisiones de los profesores

(Otero, 2006; Tobin, 2012), los cuales usan el conocimiento emocional para

establecer o fortalecer conexiones con el contenido y los estudiantes, y para

ejecutar planes o acciones (Zembylas, 2005). Las emociones actúan como un

pegamento social en las aulas (Tobin, 2010), de ahí que los estudiantes recuerden a

sus buenos profesores por cualidades emocionales como cariño, sensibilidad,

humor, confianza, etc. (Korthagen, 2012). Esto cobra especial importancia si, como

señalan numerosas investigaciones (Mellado et al., 2006), los antecedentes

escolares como estudiantes tienen una fuerte influencia en los modelos didácticos

de los futuros profesores. Además, como podemos ver en otros capítulos de este

libro, el recuerdo de las emociones del aprendizaje de cada materia en su etapa de

estudiantes de secundaria se transfiere en gran parte a lo que sienten como futuros

docentes de estas materias (Borrachero, Costillo, Brígido y Bermejo, 2011; Brígido,

Caballero, Bermejo, Conde y Mellado, 2009).

Las prácticas de enseñanza de los profesores en formación son muy importantes

tanto desde el punto de vista cognitivo como afectivo. Las primeras experiencias

de enseñanza están llenas de tomas de decisiones, son emocionalmente muy

fuertes y pueden ser traumáticas para los profesores en formación, que en esta

etapa son especialmente vulnerables, generándoles emociones negativas como

ansiedad, inseguridad, irritación o decepción. Estas emociones negativas en las

primeras experiencias de enseñanza pueden fijar estrategias conductistas, dirigidas

hacia el control y la supervivencia, que son muy resistentes al cambio en el futuro

(Mellado et al., 2011). Para Oosterheert y Vermunt (2001) la regulación emocional

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 421

es un componente funcional para aprender a enseñar. La formación inicial del

profesorado se constituye como un espacio donde se deben considerar estos

aspectos para que los profesores en formación puedan controlar y mejorar los

efectos de sus emociones en la dinámica del aula.

Una de las características de las metáforas de los profesores es que tienen un

gran componente afectivo (Lyddon, Clay y Sparks, 2001). Cuando el profesor

analizado por Tobin y Tippins (1996) dice que su clase es un infierno expresa no

sólo una valoración académica sino algo que afecta a sus sentimientos y a sus

actitudes hacia la clase y que puede condicionar la vida del aula si no se reflexiona

sobre el significado de la metáfora. Los aspectos afectivos y sociales son muy

importantes para todos los profesores, pero especialmente para los profesores en

formación (Hargreaves, 2005), pues están en un periodo en que se están fijando sus

estrategias y rutinas de clase. Las metáforas son un poderoso instrumento que

sirve de puente para unir el mundo cognitivo y afectivo y que pueden ayudar a los

profesores a tomar conciencia de sus sentimientos y emociones.

2. MÉTODO

Los objetivos de este estudio son:

1. Clasificar las metáforas personales de una muestra de profesores de

secundaria de Ciencias, de Economía y de Psicopedagogía, al final de su

formación inicial, dentro de las categorías: conductista-transmisiva,

cognitiva-constructivista, situadas y autorreferenciadas.

2. Analizar las metáforas personales relacionadas con las emociones.

La investigación se ha realizado el curso 2010-2011, con una muestra de

graduados universitarios en ciencias y economía, durante la realización del Máster

de Formación del Profesorado de Secundaria, un curso de postgrado orientado a la

formación psicodidáctica de los futuros profesores de secundaria.

El procedimiento de recogida de datos ha sido un cuestionario anónimo en el

que además del sexo, edad y licenciatura realizada se hacen dos preguntas

abiertas:

1. Cuándo impartas clases en un aula de secundaria, ¿con qué metáforas te

identificarías?

2. Explica las razones que te llevan a identificarte con esas metáforas.

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422 Las Emociones en las Metáforas Personales de los Futuros Profesores

La distribución de la muestra de ciencias es la siguiente: 21 hombres y 25

mujeres, lo que representa un 46% de hombres y un 54% de mujeres. En cuanto a la

edad, un 36% está entre los 21 y 25 años, un 46% entre 26 y 30 años y un 18%

mayor de 31 años. En cuanto al título que poseen, el mayor número proviene de las

Licenciaturas de Biología (33%) y Química (28%), seguidas de Física y Ciencias

Ambientales (11.3% cada una), y Matemáticas y Veterinaria (7.4% cada una). El

resto lo completan otras licenciaturas de ciencias o Ingenierías. En España hasta la

implantación del Espacio Europeo de Educación Superior, con grados de 4 años,

existían Diplomaturas y Licenciaturas universitarias, de 3 y 5 años,

respectivamente.

La muestra de economía está formada por 8 hombres y 34 mujeres, lo que

representa un 19% de hombres y un 81% de mujeres. En cuanto a la edad, un 43 %

está entre los 21 y 25 años, un 33% entre 26 y 30 años y un 24 % mayor de 31 años.

En cuanto al título, el mayor número provienen de la Diplomatura de

Empresariales (33%) seguido de las Licenciaturas de Administración y Dirección

de Empresas (27 %), Economía (18%), y Derecho (9%) y de las Diplomaturas de

Turismo (9%) y Relaciones Laborales (6%).

La muestra obtenida en Psicopedagogía es de 8 hombres y 38 mujeres lo que

representa un 17 % y un 83% respectivamente. En cuanto al título, la mayoría

proviene de la diplomatura de Maestro de Educación Infantil (30,43%), seguido de

Diplomado en Educación Social (26%), Maestro de Educación Primaria (15,21%),

Maestro de Audición y lenguaje (10,86%). Maestro de Educación física (8,69%),

Maestro de Educación Especial (4,34%) y Maestro de Lenguas Extranjeras (1,73%).

La distribución por sexo está descompensada con un abrumador 83% de

mujeres, frente a un 17% de hombres. Esto podría explicarse, entre otras razones,

por la relación existente entre la elección de los estudios y los estereotipos de

género asociados al rol profesional. Los datos reflejan la feminización de la

profesión docente en España, que se asocia a una profesión adecuada para las

mujeres (Gutiérrez y Luengo, 2003).

Existen distintas propuestas de modelos para clasificar las metáforas personales

del profesorado. Mellado (2001) clasificó las metáforas personales de los profesores

en tres categorías: tradicionales-transmisivas, constructivistas y eclécticas.

Martinez, Sauleda y Huber (2001) categorizaron las metáforas del profesorado

sobre el aprendizaje en tres categorías: conductistas/empiristas (el aprendiz como

recipiente pasivo, el profesor como transmisor de información y la motivación

dependiente de refuerzos externos); cognitivas/constructivistas (el aprendiz como

agente activo en la construcción de su conocimiento, el profesor como facilitador y

la motivación intrínseca); y situadas o sociohistóricas (el aprendizaje es situado en

el contexto social y la motivación en este caso surge del compromiso con la

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 423

comunidad educativa). Leavy et al. (2007) mantienen las categorías de Martínez et

al. (2001), pero encuentran que algunas metáforas son difíciles de clasificar en las

categorías propuestas por lo que añaden una cuarta categoría: la autorreferencial,

una categoría con fuerte componente egocéntrico con significados muy

particulares para los profesores.

En nuestro estudio adaptamos las cuatro categorías de Leavy et al. (2007): la

conductista-transmisiva (el alumno como un aprendiz pasivo y el profesor como

un transmisor de información), que tiene además la característica de ser una clase

centrada en el profesor y el contenido; la cognitiva-constructivista (el alumno como

un agente activo en el proceso de construcción de su propio conocimiento y el

profesor como un facilitador del proceso); la situada o de aprendizaje social (con

similares características de la anterior, pero haciendo más hincapié en el

aprendizaje social que en el individual), estando ambas centradas en el alumno y el

aprendizaje; las autorrefenciadas, que son metáforas de difícil clasificación y que

tienen un componente egocéntrico, cuyo significado es necesario analizar en cada

caso.

Se realizó un análisis descriptivo de frecuencias en cada grupo y categoría y se

discutieron las razones por las que identifican con las metáforas, contrastando los

resultados con anteriores estudios.

Hemos incluido también algunos proverbios, sintagmas convencionales o

modismos expresados por los profesores. Los modismos que son frases cortas y

fijas con sentido privativo, cuyo significado conjunto está asumido por el colectivo

cultural y lingüístico, pero que no se deduce literalmente de las palabras que lo

forman. Para Gibbs, 1992 (citado por Duffé, 2004) los modismos son como

“metáforas cristalizadas” que encierran significados muy arraigados en una

comunidad.

3. RESULTADOS

3.1. Metáforas personales generales

El número total de metáforas descritas por los futuros profesores son 62

metáforas en ciencias, 67 en economía y 55 en psicopedagogía. En la figura 1 se

representan los porcentajes de las metáforas expresadas por los tres grupos en las

cuatro categorías de análisis.

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424 Las Emociones en las Metáforas Personales de los Futuros Profesores

Para encuadrar las metáforas en una categoría es fundamental analizar el

significado que se les da, ya que según su significado pueden estar en una o en otra

categoría. Sin embargo en algunos casos los profesores no explican suficientemente

el sentido, por lo que hemos asignado la metáfora a la categoría que en nuestra

opinión mejor se encuadraba.

Los significados pueden ser distintos para una misma metáfora, pues algunas

metáforas tienen una estructura fina que permiten distintas interpretaciones y se

sustentas en creencias diferentes (Roth, 1993). Además las metáforas son como

espadas de doble filo (Ritchie, Aubusson y Harrison, 2006) y para extraer su la

riqueza de su significado es necesario analizar el contexto y los significados

asignados por el profesor. Por ejemplo la metáfora del jardinero puede significar

que el profesor actúa como el que prepara la tierra, abona, riega, ayuda al

crecimiento o, por el contrario, como el que poda y limita las iniciativas al

crecimiento.

Figura 1. Porcentaje de metáforas en los tres grupos

Según la Figura 1, en los tres grupos el mayor número de metáforas se

encuentra dentro de la categoría conductista/transmisiva, que se corresponde con

el tipo de enseñanza que se imparte mayoritariamente en las aulas, donde la

metáfora dominante es la del profesor como un trasmisor de conocimientos,

habilidades y destrezas y la del alumno la de receptor pasivo de estos

conocimientos (Cassel y Vincent, 2011; Levy et al., 2007; Martínez et al., 2007). Si

como señalan numerosas investigaciones (Huibregtse, Korthagen y Wubbels, 1994;

Sillman y Dana, 2001; Tobin et al., 1994), los profesores en formación enseñan con

métodos muy similares a los que ellos mismos preferían en sus profesores, o

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 425

simplemente enseñan de la misma forma en que fueron enseñados cuando eran

estudiantes, el gran número de metáforas conductistas/ transmisivas expresadas

por los futuros profesores de ciencias y economía puede ser un reflejo del tipo de

enseñanza que ellos mismos recibieron.

Sin embargo hay un porcentaje significativo de metáforas cognitivas/

constructivistas, donde el profesor se considera un educador y facilitador, y el

alumno un aprendiz activo que construye poco a poco un aprendizaje significativo

(Boujaoude, 2000; Tobin y Lamaster, 1995). Estas metáforas suponen el mayor

porcentaje en el grupo de psicopedagogía.

Otro de los resultados es el pequeño porcentaje de metáforas situadas en los

tres grupos. Son metáforas identificadas como iluminación, viaje, trayecto,

descubrimiento, exploración, búsqueda, guía, etc. (Gurney, 1995; Leavy et al., 2007;

Ritchie, 1994; Sillman y Dana, 2001). En algunos casos puede ser debido a que son

más difíciles de expresar y por otro a que los futuros profesores asumen un

aprendizaje más individualizado, en detrimento de estas metáforas que hacen

referencia a una enseñanza social y colaborativa.

Un alto porcentaje de las metáforas que están encuadradas en la categoría

autorreferenciadas representan a animales. Estas expresiones permiten comunicar

en pocas palabras contenidos de gran complejidad. Hay participantes que se

identifican con animales, y al igual que al escuchar los cuentos cuando éramos

pequeños, había un animal preferido antropomórfico, los futuros profesores se

identifican con una o varias características de ese animal para desempeñar su rol

en el aula.

De todas las metáforas de este estudio solo dos de ellas, la del equilibrio entre

reactivos señalada por un profesor de química y la del pentagrama, señalada por

una psicopedagoga con estudios musicales, pueden asociarse con su formación en

una materia específica. El resto es una expresión de la visión general de la

enseñanza y el aprendizaje, independientemente de la materia. Este resultado

coincide con el de Stofflett (1996) que indicaba que los profesores desarrollan

metáforas basadas en sus historias personales, primero como alumnos y después

como docentes, que no están asociadas a materias concretas sino a puntos de vista

generales sobre la enseñanza y el aprendizaje.

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426 Las Emociones en las Metáforas Personales de los Futuros Profesores

3.2. Metáforas relacionadas con las emociones.

De las 62 metáforas del grupo de ciencias 22 pueden considerarse emocionales.

En economía de las 67 metáforas generales 27 pueden considerarse emocionales. El

grupo de psicopedagogía expresó el menor número de metáforas generales: 55, sin

embargo es el que indicó más metáforas emocionales: 31. En la figura 2 se

representan los porcentajes de las metáforas emocionales de los tres grupos de

profesores en formación, encuadradas en las cuatro categorías de análisis.

A diferencia de las metáforas globales, donde el mayor número pertenecían a la

categoría conductista/transmisiva, en las emocionales hay un mayor porcentaje de

metáforas cognitivas/constructivistas y autorreferenciadas. Como señala Zembylas

(2004), estas metáforas son especialmente adecuadas para expresar las emociones

de los profesores.

Figura 2. Porcentaje de metáforas emocionales en los tres grupos.

A continuación mostramos las metáforas emocionales de cada grupo, con

algunas de las razones que han dado para justificarlas, comparándolas con las

expresadas en otros trabajos.

3.2.1. Grupo de Ciencias.

En el cuadro 1 indicamos las metáforas emocionales del grupo de ciencias,

indicando detrás de cada metáfora la emoción correspondiente, extraída del

significado que le asocian los propios participantes.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 427

Cuadro 1. Metáforas emocionales del profesorado de Ciencias.

Conductista /

transmisiva

Cognitiva/

constructivista

Situada/aprendizaje

social Auto-referenciadas

Sol que da luz a sus

conceptos (claridad,

motivación)

Un buen árbol

(protección)

Barco que guía

(seguridad)

Lince (viva,

perspicaz)

Pavo real (orgullo) Paz en la jungla

( tranquilidad)

Pastor de un rebaño

(motivación) Avestruz (miedo)

Como una tarde

verano (claro y alegre)

Pastelera

(motivación,

entusiasmo)

Señales de la

calzada (seguridad)

Ave Fénix

(autoestima)

La imagen que

perciben en el espejo

(autoestima)

Luz que alumbra el

camino

(motivación)

Mastín

(tranquilidad)

O te mueves o

caducas (diligente)

Coche BMW

( motivador)

Educador

(motivación)

Como un barco a

la deriva

(pérdida,

angustia)

Amigo, hermano

mayor (confianza,

comprensión)

Caminar como

una tortuga para

llegar a ser un

guepardo

(paciencia)

Una felina

(ágil,

independiente)

Conductistas-transmisivas: Metáforas identificadas por Gurney (1995) con

transmitir, entregar, dar, repartir. Hay metáforas que destacan el rol del

profesor como el centro de la clase, y que se ve a sí mismo como el Sol que

da luz a los conceptos o como un pavo real (Buaraphan, 2012). Se utilizan

metáforas sensoriales visuales donde se alude a la luz, a la claridad, como

sol, alegre como una tarde de verano y placentera como el agua.

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428 Las Emociones en las Metáforas Personales de los Futuros Profesores

Cognitivas/constructivistas: Son metáforas que implican cambio,

transformación, evolución (Gurney, 1995), en las que el profesor es un

facilitador del aprendizaje (Buaraphan, 2011). Entre los profesores, una

metáfora es la de la imagen que quieran percibir en el espejo que refleja

sentimientos como la autoestima. Otra es la de educador, que motiva y

prepara a los alumnos para la vida, metáfora muy común en profesores con

esta orientación (Treagust y Harrison, 2000). En esta categoría estaría la de

poner paz en la jungla. La metáfora de la pastelera se explica cómo alguien

que desea motivar a los alumnos y poner azúcar en sus vidas. Un profesor

dice “o te mueves o caducas” para ser diligente y maleable. En los tres

grupos expresan roles familiares de hermano mayor o padre por la

comprensión, el cariño y la seguridad, o el de amigo con la confianza.

Situadas o sociales: Son metáforas identificadas por Gurney (1995) como

iluminación, viaje, trayecto, descubrimiento, exploración, búsqueda, guía,

etc. En este caso se identifican con la seguridad como el barco que guía, o las

señales en la calzada o la luz que alumbra el camino o la del pastor como

guía.

Autorreferenciadas: Se han encontrado metáforas visuales, en concreto

metáforas de animales que son muy comunes en esta categoría. Tienen un

significado muy personal, según el sentido que le da cada profesor. Algunas

expresan las emociones del profesor como la del mastín, identificada con la

tranquilidad, o la del avestruz, porque le da miedo dar clases, o la del Ave

Fénix, para resurgir cuando la autoestima sea baja. O expresan angustia al

estar perdidos como un barco a la deriva, semejante a la del corcho flotante a

la deriva de Tobin (2006). Otro sentimiento es el de paciencia, expresada por

la metáfora de caminar como una tortuga para llegar como un guepardo o la

perspicacia como el lince. Otro profesor se refiere a una felina, como ágil,

independiente, cuidadora, con determinación para vencer las desigualdades

e injusticias.

3.2.2. Grupo de Economía.

En el cuadro 2 se indican las metáforas emocionales que describen los

profesores de Economía.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 429

Cuadro 2. Metáforas emocionales del profesorado de Economía.

Conductista /

transmisiva

Cognitiva/

constructivista

Situada/aprendizaje

social Auto-referenciadas

Líder de la jauría

(agresividad,

protección)

Motor (motivación)

Trampolín para que

encuentren sus

sueños (sorpresa,

entretenimiento)

Caja de Pandora

(ilusión y alegría)

Agua (3)

(clara placer)

Ventana abierta hacia

el mundo

(entusiasmo)

Estrella guía

(confianza,

motivación)

Gallina para sus

pollitos

(protección)

Un paño de lágrimas

(comprensiva)

Faro

(seguridad)

Tortuga

(paciente)

Novelista (creativa,

autoestima) Vaca ( pesado)

Profesora del mundo

(entusiasmo, cariño)

Camaleón

(adaptación)

Hermano mayor

(4)(comprensivo

confianza, cariño,

protección)

Zorro

(agudo, listo)

Amigo

(confianza y

comprensión) (3)

Halcón

(perspicaz)

Padre

(seguridad, respeto y

afecto)

Paloma blanca

(paz)

Conductistas-transmisivas: Un estudiante se identifica con el líder de la

jauría que es guiada por un macho adulto agresivo y protector. Varios

manifiestan el agua clara y placentera, relacionada con la claridad de la

explicación.

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430 Las Emociones en las Metáforas Personales de los Futuros Profesores

Cognitivas/constructivistas: Una persona se define como profesora del

mundo, con entusiasmo y abierta a las necesidades de los alumnos. Otro

profesor se identifica con una ventana abierta al mundo que implica

entusiasmo y cambio. En la metáfora del novelista, el profesor tiene que

tener imaginación y creatividad y ser el contador de historias, para motivar a

los alumnos al igual que el motor de motivación. Asumen también roles

familiares de padre o hermano mayor, por seguridad, la confianza y el

cariño, y el del amigo, que trasmite confianza y comprensión.

Situadas o sociales: A veces se manifiesta en que el profesor y los estudiantes

hacen un viaje y el profesor guía y estimula a los estudiantes para que

descubran nuevos caminos. Se representa por las metáforas faro, estrella

guía (Buaraphan, 2011), y ser la sorpresa y el entretenimiento

identificándose como el trampolín para encontrar sus sueños.

Autorreferenciadas: Al igual que en los otros grupos, las metáforas

emocionales más utilizadas son las que se refieren a sí mismos. Hay

metáforas de animales, relacionadas con emociones o acciones: camaleón

para expresar la flexibilidad y la continua adaptación a los alumnos y a la

clase, una metáfora ya señalada anteriormente (Boujauode, 2000; Buaraphan,

2011); pesado como una vaca, listo como un zorro, paciente como una

tortuga, vista de halcón, paloma blanca para transmitir paz, o gallina que

protege a sus pollitos, una metáfora muy común entre las profesoras de

infantil.

3.2.3. Grupo de Psicopedagogía.

En el cuadro 3 se indican las metáforas emocionales de este grupo.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 431

Cuadro 3. Metáforas emocionales del profesorado de Psicopedagogía.

Conductista /

transmisiva

Cognitiva/

constructivista

Situada/aprendizaje

social Auto-referenciadas

Profesor estricto

(autoridad, empatía

respeto)

Maestra (4 )

cercana

(cariño,

comprensión)

Modelo para ellos (2)

(cariño, autoestima) Una lombriz

(Felicidad)

Flautista de

Hamelín

(encantamiento,

asombro)

Manta

(confianza y

cariño)

Luz que alumbra en

su camino (2)

(seguridad,

motivación)

Unas castañuelas

(felicidad, alegría)

Joyero tallando

diamantes

(belleza, cuidado)

Despertar el placer

de la expresión

creativa

(diversión,

sorpresa)

La sonrisa que

ocupase la boca de

mis alumnos

( alegría)

Feliz como una

perdiz

(simpatía,

animada)

Maternal (4)

(protección y

confianza)

Flan

(nerviosa)

Profesor de goma

(flexibilidad,

motivador)

Sarna con gusto no

pica

(placer)

Profesor- amigo,

compañero,

(confianza,

comprensión)

Alegre, divertida,

original, creativa

simpática,

(confianza, alegría)

Águila

(perspicaz,

vigilante)

Pez en el agua, (4)

(placer, sorpresa)

Una cabra en un

garaje

(angustia)

Conductistas-transmisivas: La metáforas del profesor estricto, que

representa la autoridad y el poder. La metáfora del flautista de Hamelín

expresa el encantamiento, pero también la total sumisión. El joyero tallador

de diamantes, representa la belleza y el cuidado, pero también un papel

pasivo del alumno.

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432 Las Emociones en las Metáforas Personales de los Futuros Profesores

Cognitivas/constructivistas: A una profesora le gustaría ser la sonrisa de los

alumnos representando la alegría. Hay una metáfora muy sensual que

transmite diversión y alegría como la de despertar el placer de la

creatividad. Hay cuatro personas que recurren a la maestra cercana, a la

metáfora de maternal y la manta como refugio, cariño y protección, similar a

la del edredón recogida por Sillman y Dana (2001). Un profesor se considera

de goma para expresar la flexibilidad y la importancia de la motivación.

También en este grupo hay metáforas con roles familiares y de amigo, con el

mismo significado de seguridad, confianza y comprensión.

Situadas o sociales: También expresan metáforas en las que el profesor y los

estudiantes hacen un viaje en el que el profesor guía y estimula a los

estudiantes como la luz que alumbra en su camino, camino en el que se va

de la mano en las que están implicadas la motivación, responsabilidad y la

seguridad. También proponen ser modelos con la finalidad de transmitir

cariño y autoestima.

Autorreferenciadas: También en este grupo hay participantes que se

identifican con animales y con emociones. La felicidad se representa en las

metáforas de la lombriz, la perdiz y las castañuelas. También se expresa la

sensación de placer como “sarna con gusto no pica” o “pez en el agua”,

perspicaz y vigilante como el águila. Otras en cambio reflejan sentimientos

negativos como la angustia, de “una cabra perdida en un garaje”, o el miedo

al temblar como un flan.

4. CONCLUSIONES

La mayor parte de los profesores en formación de economía, ciencias y

psicopedagogía han sido capaces de expresar sus roles en términos de metáforas

personales.

Mientras que la mayoría de las metáforas generales se encuadran en la categoría

de las conductistas/transmisivas, cuando se trata de las relacionadas con las

emociones la mayor parte de ellas están dentro de las categorías

cognitiva/constructivista y autorreferenciadas, que hacen más referencia al yo.

La mayoría de los futuros profesores expresan en sus metáforas emociones

positivas como entusiasmo, confianza, felicidad, y presentan actitudes y

sentimientos muy favorables hacia la educación. Hay pocas metáforas negativas

que reflejan situaciones de miedo, temor, angustia y nerviosismo.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 433

Las metáforas proporcionan las estructuras que determinan nuestras acciones

diarias y nuestros planes para el futuro. Tienen un gran impacto en la educación y

cuando un profesor cambia de una metáfora a otra también cambia el modo de

pensar y la conducta en la clase. La implicación final es que sería conveniente

realizar una intervención educativa para los profesores en formación, para que

sean conscientes de sus propias metáforas, de su relación con sus concepciones,

actitudes y sentimientos y de su práctica en el aula.

Agradecimientos: Este trabajo ha sido financiado por los Proyectos de Investigación

EDU2009-12864 y EDU2012-34140 de los Ministerios de Ciencia e Innovación y Economía y

Competitividad del Gobierno de España.

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_________________________ García, M.C., Jiménez, R. y Prados, E. (2013). ¿Damos voz a las emociones? Evaluación de programas de

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CAPÍTULO 19

¿DAMOS VOZ A LAS EMOCIONES?

EVALUACIÓN DE PROGRAMAS DE

EDUCACIÓN AMBIENTAL BASADA EN EL

RECUERDO

Mª DEL CARMEN GARCÍA RODRÍGUEZ. Universidad de Almería.

RUT JIMÉNEZ LISO. Universidad de Almería.

ESTHER PRADOS MEGÍAS. Universidad de Almería.

1. INTRODUCCIÓN

El diseño y la implementación de propuestas didácticas innovadoras suele

conllevar procesos de evaluación durante y al finalizar el desarrollo de las

experiencias. Estas evaluaciones suelen basarse tanto en el conocimiento aprendido

por el alumnado a través de cuestionarios, grabaciones, análisis de sus

producciones, etc., como por instrumentos autoevaluativos o elementos que

valoran el diseño por parte de las profesionales implicadas, ya sean en contextos

formales (docentes) o no formales (educadoras ambientales en nuestro caso).

En este trabajo, por una parte, nos planteamos si al realizar una evaluación

próxima a la implementación (“en directo”, durante y al finalizarla) genera que las

profesionales implicadas se centren más en aspectos organizativos, conceptuales,

instrumentales y en las dificultades de la implementación; o si por el contrario, si

dicha evaluación se realizase con cierta distancia temporal de la experiencia vivida

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440 ¿Damos Voz a las Emociones? Evaluación de Programas de Educación Ambiental

(“en diferido”) permitiría que aflorasen los “momentos clave” que recuerdan,

centrándose, sobre todo, en aspectos personales y emocionales. Es este proceso de

reflexión, autoevaluación y narración de las experiencias innovadoras “en

diferido” el que favorece que se manifiesten aquellos recuerdos, emociones y

momentos que han dejado huella para las participantes, tanto para docentes-

educadoras como para estudiantes-participantes y, hacen posible su aprendizaje

completo, un aprendizaje basado en análisis menos tradicionales en el campo de la

Educación Ambiental (EA).

De esta forma, consideramos que los recuerdos de las participantes en

programas de EA se convierten en un valioso instrumento de evaluación para

conocer su percepción pasado un tiempo tras la ejecución de la actividad. Las

experiencias vividas son significativas si perduran con el paso del tiempo, por

tanto, las evaluaciones surgidas durante el desarrollo de las experiencias se

centrarán más en los detalles mínimos (análisis fino) que en el análisis grueso, al

que sí aluden en el recuerdo cuando narran su experiencia vivida pasados unos

meses-años (García-Rodríguez, 2011). Generalmente en ese análisis fino próximo a

la experiencia vivida, el objetivo se centra en los pequeños fracasos de una

actividad o en las insatisfacciones vividas en algunos momentos y, sin embargo, el

recuerdo suele borrar estos momentos para centrarse en los grandes logros y

grandes fracasos y en los buenos o malos momentos vividos. Por tanto, asumimos

que el aprendizaje ha de integrar su carácter emocional y lógico-formal. Ambos

aprendizajes hacen que, pasado un tiempo, la actividad sea recordada por sus

sentimientos y emociones y ello puede ayudar a la transformación en la

adquisición de actitudes y toma de conciencia, permitiendo con ello un aprendizaje

para toda la vida. Este planteamiento nos permite vincular EA con aprendizaje

emocional, cuestión que se pone de relevancia en los últimos avances e

investigaciones de diversas áreas de la psicología, la neurociencia, la educación, la

salud, las ciencias, las matemáticas, la filosofía, etc.

Por otra parte, las propuestas de innovación, ya surjan desde la investigación

(up-bottom), de las propias docentes (bottom-up) o de forma conjunta, suelen

recibir una buena aceptación por quienes la ejecutan. Sin embargo, no todas las

experiencias de innovación se mantienen en el tiempo, a menudo, desaparecen

cuando dejan de ser novedosas. La clave de este abandono tiene que estar en los

logros que pasan desapercibidos por el profesorado ya sean las herramientas

explicativas, habilidades, procesos o saberes actitudinales que aprende el

alumnado, o las emociones que han vivido durante la innovación.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 441

Permitir que afloren los recuerdos a través de relatos, narraciones o biografías

(con distancia temporal), puede ayudarles a tomar conciencia de todos aquellos

recursos emocionales, actitudinales y reflexivos que han ocurrido durante el

proceso, y permitir con ello adoptar anclajes que favorezcan una innovación

duradera en el tiempo. En este sentido, los relatos no son copias de los sucesos

ocurridos sino que son reconstrucciones, creaciones como señala Bruner (1997)

indicando que “las historias se crean, no se encuentran en el mundo”.

En este capítulo damos voz a los recuerdos de tres educadoras ambientales, dos

de ellas en contexto formal de educación (infantil y primaria) pasados más de dos

años de la implementación de dos propuestas de EA relacionada con la eficiencia

energética. El objetivo de este trabajo no será la evaluación de las

implementaciones de esas propuestas sino que esto será una excusa para

evidenciar cómo a través de sus narraciones, se manifiestan recuerdos y

emociones, que sirven de anclajes perdurables y duraderos en el ejercicio de su

profesión y en la implementación de programas de EA desde una perspectiva más

humanista.

2. ¡UY! SE NOS OLVIDARON LAS EMOCIONES.

Cuando en la Ley orgánica de Educación (BOE 4 de mayo de 2006) y en los

reales decretos de enseñanzas mínimas se destacan por primera vez las ocho

competencias básicas1 como uno de los componentes del currículo de manera

normativa, pareció deslizarse no solo la prioridad que se le debe conceder (quizás

en el orden) sino también la ausencia explícita de relación de las competencias

básicas con alguna de las inteligencias descritas por Gardner2 (2001), en particular,

con el desarrollo de la inteligencia emocional, o la existencial y naturalista que hace

referencia explícita a la conciencia ecológica que permite la conservación del

entorno (Bisquerra, 2003).

Que la educación formal y, por contagio, la no formal concede mayor

importancia a los aspectos conceptuales frente a los procedimentales está

ampliamente descrito por diferentes autores (De Pro, 2011; García-Barros y

Martínez-Mondelo, 2003). Si poco énfasis se pone en lo procesal ni qué decir tiene

de lo actitudinal y lo afectivo. Este divorcio entre lo conceptual y lo procedimental-

emocional también se percibe en la educación científica y ambiental (Cachapuz,

2011) y una muestra de ello puede ser la ingente cantidad de investigaciones sobre

1Competencia en comunicación lingüística; matemática; en el conocimiento y la interacción con el

mundo físico; en el tratamiento de la información y competencia digital; social y ciudadana; cultural y

artística; para aprender a aprender y autonomía e iniciativa personal. 2Inteligencia lingüística; lógica-matemática; espacial; musical; corporal cenestésica; intrapersonal;

interpersonal, existencial y naturalista.

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442 ¿Damos Voz a las Emociones? Evaluación de Programas de Educación Ambiental

concepciones del alumnado, de docentes, etc., que aparecen en las revistas de

impacto en contraposición a la incipiente línea de investigación sobre educación

científica y emociones (Brígido, Bermejo, Conde y Mellado, 2010) al que este libro

quiere contribuir.

En nuestro trabajo, la necesidad de tomar conciencia de lo emocional en el

proceso de enseñanza-aprendizaje surge de la vinculación irremediable que tiene

en la EA. Si situamos la EA en el paradigma de la complejidad (Bonil y Pujol, 2005;

citado por Soler y Sanmartí, 2010) “para favorecer la capacidad de la ciudadanía

para pensar, sentir y actuar en una sociedad democrática y global”. Asumimos que

la EA se mueve “dentro de escenarios complejos, cambiantes y contradictorios, y se

enfrenta a múltiples problemas que no pueden resolverse mediante la aplicación

de reglas, técnicas o procedimientos rutinarios, mecánicos e irreflexivos” (Rojas,

Quintero y Aneízar, 2003) y precisa de un contagio en las formas de posicionarse,

de reflexionar y de actuar que difícilmente se van a desarrollar si sólo nos

centramos en aspectos conceptuales o, incluso, procedimentales. Por tanto, la EA

no puede desligarse de la educación emocional, sino que debe tratarse como uno

de los ejes principales de ésta. Para ello, fundamentamos nuestro trabajo de

investigación en la educación emocional, en las teorías sobre las emociones, la

inteligencia emocional y las competencias emocionales, como estrategias para

alcanzar las competencias básicas para la vida y el aprendizaje significativo,

logrando comprender la importancia de los aspectos afectivos en el proceso

enseñanza-aprendizaje.

Actualmente podemos decir que la inteligencia es un concepto problemático,

difícil de definir, y que aún sigue abierto el debate sobre su multiplicidad. Para

llegar a conocer cómo funciona nuestro cerebro y cómo evoluciona su estructura

podríamos remitirnos a los trabajos de Darwin como el Origen de las especies y la

Expresión de las emociones en los animales y en el hombre, para conocer las

normas conductuales. Ambas teorías, tanto la naturalista como la conductual, nos

inducen a pensar que las emociones tienen mucho que ver con el aprendizaje en

general y con la adquisición de comportamientos respetuosos con el medio, en

particular. Según Chóliz (1995):

Hoy en día no puede entenderse la conducta en ausencia de los aspectos

biológicos y evolutivos, como de aspectos socioculturales, así como es

inconcebible comprender los cambios y el equilibrio biológico sin hacer

referencia a las influencias del comportamiento (para muestra compréndase la

influencia del comportamiento humano en la extinción de especies, aumento

del agujero de la capa de ozono, efecto invernadero, o cambio climático debido

a la emisión de CO2).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 443

Por ello, debemos comprender que el comportamiento humano tiene mucho

que ver con la problemática ambiental que acontece en nuestros días y debemos

buscar soluciones innovadoras en la dimensión afectiva del aprendizaje,

fundamental para todo tipo de interacción humana y crucial en el aprendizaje de

conductas respetuosas con el medio que nos rodea. Apoyándonos en numerosos

autores y en la neurociencia, reconocemos la importancia del input emocional en la

toma de decisiones, considerando que las emociones son tan relevantes como la

razón y que ahora conocemos mejor cómo funciona nuestro cerebro (Cachapuz,

2011).

El zeigeist o revolución emocional (Bisquerra, 2003) se inicia a finales del siglo

XX con autores como Goleman (1996) que hace que el mundo de las emociones sea

conocido por millones de personas a través de su best seller “Inteligencia

emocional”. Muchos autores antes que él, trabajaron este aspecto, profundizando

en el conocimiento del proceso cognitivo del sujeto, cómo aprenden las personas a

partir de la combinación de habilidades emocionales y racionales. Como señala

Bisquerra (2003), Payne (1986) en su tesis A study of emotion: developing emotional

inteligence, plantea el dualismo emoción-razón y realiza propuestas educativas para

trabajar en las escuelas el aprendizaje emocional del alumnado. Desde el

planteamiento que venimos exponiendo, también este proceso de aprendizaje

emocional debe tenerse en cuenta en el proceso de enseñanza-aprendizaje que

desarrollan docentes y educadoras ambientales a la hora de implementar

programas de actividades innovadores.

3. EVALUANDO LOS PROCESOS DE INNOVACIÓN DESDE LOS

RECUERDOS.

Estos procesos innovadores requieren construir y proponer instrumentos o

estrategias para su evaluación en la EA (Gutiérrez, Benayas y Calvo, 2006) como

destaca la estrategia número siete del documento del Decenio de la Educación para

el Desarrollo Sostenible 2005-2014 (UNESCO, 2004), donde se comenta la necesidad

de implantar sistemas de seguimiento y evaluación para poder analizar las

dimensiones y viabilidad de los planes y programas implementados.

Como hemos indicado en la introducción, los instrumentos para saber si una

innovación didáctica ha funcionado o no, suelen estar centrados en el alumnado

(satisfacción, aprendizaje, etc.) y suelen realizarse durante e inmediatamente

después de la implementación. Sin embargo, para medir el éxito de una propuesta

innovadora también hay que tener en cuenta el proceso vivido por quien

implementa la propuesta, es decir, educadoras ambientales (o docentes en el caso

de la educación formal). De nuevo, la evaluación o autoevaluación, en muchos

casos, suele realizarse de manera inmediata a la realización de la propuesta. En

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444 ¿Damos Voz a las Emociones? Evaluación de Programas de Educación Ambiental

este trabajo, queremos dar voz a los recuerdos de tres participantes en dos

proyectos de EA sobre eficiencia energética, transcurridos dos o tres años de la

implementación, para ver si la distancia temporal permite que afloren significados

emocionales, y por tanto, los momentos significativos revividos, aquellos que

pueden dar claves sobre cómo hacer que las innovaciones sean permanentes en el

tiempo.

Los procesos innovadores que proponemos tienen validez y credibilidad,

puesto que el enfoque de investigación nos permite profundizar, interpretar y

conocer a partir de los relatos de las participantes de los programas, su

comportamiento o forma de enfrentarse a los problemas en el proceso de

aprendizaje-enseñanza, permitiéndonos construir conocimiento en la EA, así como

estrategias para fomentar la evaluación de los procesos. Por tanto, la investigación

de los problemas socioambientales desde la narrativa o investigación cualitativa,

nos permite afrontar las dificultades de la metodología convencional, sin

limitarnos en la recolección y análisis de datos. Posicionándonos dentro del

paradigma cualitativo y generando-construyendo conocimiento colectivo,

haciendo de esta práctica algo más accesible, natural o democrático. Contar las

propias vivencias y “leer” (en el sentido de “interpretar”) dichos hechos y acciones,

a la luz de las historias que los actores narran, se convierte en una perspectiva

peculiar de investigación como sugiere Bolívar (2002).

En nuestra propuesta destacamos la diferencia entre los enfoques de

investigación para comprender las experiencias vividas por educadoras

ambientales y docentes. A partir de la lectura y análisis de sus relatos

interpretamos si son significativas y si han influido en su preocupación y cambio

de comportamiento para alcanzar una protección efectiva del medio ambiente. La

revisión de sus relatos nos permite obtener conclusiones de sus motivaciones,

intereses, intenciones, actitudes y observar cambios en su conducta en futuras

propuestas educativas. Para ello, tomamos con referencia el trabajo de Chawla

(1988) quien evaluó la repercusión de las experiencias de vida significativas en la

EA para entender cómo las personas aprenden a partir de la combinación de

habilidades emocionales y racionales. Siguiendo a esta autora:

La EA siempre ha tenido dos caras: una que hace hincapié en el conocimiento

científico y las soluciones técnicas o de gestión de problemas ambientales, y

otro que trata de inculcar un sentido de cuidado y responsabilidad por la tierra

entre la población general. Estos corresponden a dos partes de nuestra

naturaleza humana: nuestra unidad racional de conocer el mundo, por pura

satisfacción de los descubrimientos y con el fin de adaptarla a nuestros fines y

necesidad emocional de identificación y afiliación a la tierra...

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 445

En palabras de Cobb (1977, citado por Chawla, 1988), una de las primeras

personas en estudiar el significado de experiencias de la infancia en la naturaleza a

través del curso de la vida, nuestra meta es la madurez para vivir y trabajar en el

mundo con una “inteligencia compasiva” que combina una profunda

identificación con la naturaleza y el conocimiento de sus procesos (Chawla, 1988).

Nos apoyamos en investigaciones cualitativas basadas en los recuerdos de

ejecutoras de los programas, la validez de la memoria autobiográfica está

argumentada por diversos autores, siendo la memoria el medio que selecciona e

interpreta los acontecimientos más significativos. Al solicitar a las tres educadoras

participantes en nuestro estudio que redactasen su experiencia vivida al

implementar los programas sobre eficiencia energética queríamos que hubiera la

suficiente distancia temporal para dar voz a sus recuerdos pues, la memoria es

plenamente consciente, se da una concatenación coherente de recuerdos, no suele

comenzar hasta los seis, siete, o a veces incluso diez años de vida. A partir de este

momento se establece una relación constante entre la importancia psíquica de un

suceso y su adherencia en la memoria, actuando selectivamente para conservar lo

esencial y olvidar lo secundario, de tal manera que una forma de valorar la

importancia de los grandes acontecimientos de nuestra vida se cifra en esa

capacidad para quedar incorporados a nuestra memoria consciente. El recuerdo

está claramente asociado al impacto de una situación vivida, como señala García

(2005). Buchanan (2007) en este sentido destaca que la memoria a largo plazo se ve

influida por la emoción experimentada durante el aprendizaje, así como por la

emoción experimentada durante la recuperación de la memoria.

4. ¿POR QUÉ LA PERSPECTIVA NARRATIVA Y EL USO DE RELATOS

BIOGRÁFICOS?

El uso de los relatos o narraciones nos permite construir y significar la

importancia de las experiencias profesionales y personales de nuestras

protagonistas, a la vez que nos dan la oportunidad de imbricar los significados y

subjetividades que estas mujeres aportan a la identidad de sus profesiones, como

constructoras de pensamiento, como transformadoras de roles profesionales y

como innovadoras en el campo del conocimiento educativo igualitario. Como

expresa Bruner (1997), mediante el pensamiento narrativo damos sentido a

nuestras vidas y a los sucesos en los que estamos involucrados integrándolos en

relatos, y de ahí que hayamos considerado éstos como instrumento significativo

para profundizar en el devenir del ejercicio de la implementación de estos

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446 ¿Damos Voz a las Emociones? Evaluación de Programas de Educación Ambiental

programas de EA y de cómo ello se adhiere de lo personal, emocional, político,

social…, a sabiendas de que cada educadora ambiental narra su historia desde la

subjetividad propia y en relación a sus experiencias, dando significado a una forma

de ejercer lo profesional desde lo personal y viceversa.

Siguiendo a este mismo autor, desde la perspectiva narrativa no nos interesa

ver lo que se cuenta sino cómo se cuenta, y de cómo lo contado es contextualizado

social y culturalmente influyendo medularmente en una forma de relatar, hacer y

transformar la profesión, a la vez que le dota de elementos emocionales que

configuran una forma de ejercerla. En este sentido, como señala Vázquez (2001)

cuando las personas hacemos memoria, mediante nuestro discurso sostenemos,

reproducimos, extendemos, engendramos, alteramos y transformamos nuestras

relaciones, y ello nos permite vislumbrar la importancia que el mundo emocional

adquiere en el proceso de la adquisición de conocimiento y experiencias

perdurables.

Las narraciones de experiencias son una fuente de información de interés e

importancia para recoger más información sobre la práctica de la profesión y sirve

para incorporar la percepción de los miembros de un equipo educativo a los

programas de EA. Como modo de conocimiento, el relato capta la riqueza y

detalles de los significados en los asuntos humanos (motivaciones, sentimientos,

deseos o propósitos), que no pueden ser expresados en definiciones, enunciados

actuales o proposiciones abstractas, como hace el razonamiento lógico-formal

(García, Lubián y Moreno, 2010).

Entendemos lo narrativo como una interacción entre subjetividades, un cruce

de narrativas en el que la epistemología se entrelaza con el concepto de democracia

y ética en la investigación, como cuestiones indisolubles e indivisibles a lo largo de

todo el proceso (Rivas, 2009). Así mismo, en la investigación naturalista, sobre todo

desde el punto de vista narrativo, la subjetividad es una cuestión epistemológica

relativa a la concepción de la realidad, a la forma de entender el conocimiento que

construimos y lo que afecta a las características más subjetivas de la investigación,

sin dejar fuera al sujeto que investiga (Rivas, 1990).

En este sentido, dar voz a tres personas, significa buscar diferentes caminos que

revelen la complejidad de los procesos. De ahí que las narraciones nos sirvan para

mostrar la importancia de una relación conversacional entre investigados e

investigadores, a través de la cual emergen los significados de las diferentes

experiencias (Van Manen, 2003). De igual forma, los relatos nos permiten que

consideremos sus conversaciones escritas como una forma de alcanzar significados

que imbrican a la persona con la humanidad (Kushner, 2002), a las experiencias

individuales con experiencias de colectividades.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 447

El uso de las narraciones y la evocación de sus recuerdos, tal y como plantea

Prados (2011), conecta con la memoria de sus propios cuerpos y las situaciones

vividas, con las emociones, percepciones, sensaciones,… rescatando así la

experiencia previa, para a partir de ella desvelar cómo sus vivencias configuran un

modelo de docencia y proyectan aquello que ellos y ellas desean como

profesionales. A su vez, el uso de los relatos está considerado como una

herramienta metodológica que pone de manifiesto las relaciones que han

establecido y las estructuras en las que se han desarrollado, tanto sus procesos

formativos como sus experiencias profesionales. De esta forma, la experiencia y la

memoria del mundo social están fuertemente estructuradas, no sólo por

concepciones profundamente arraigadas y narradas en la psicología popular, sino

“por las instituciones históricamente enraizadas que una cultura elabora para

apoyarlas e inculcarlas” (Bruner, 2000).

Por otra parte, Bartlett (1932, citado por Márquez y Padua, 2011) expresa que

los esquemas de la memoria se encuentran bajo el control de una actitud afectiva.

Así una tendencia que amenace el equilibrio, individual o social, es capaz de

desorganizar la propia organización de la memoria. Por eso cuando intentamos

recordar algo lo primero que llega no es el recuerdo como tal, es un afecto, o una

actitud cargada, una emoción, un recuerdo. Al rescatar estos afectos, acto seguido

deviene una manera de relatar, es decir, una narración. Y en este sentido las

narraciones de nuestras protagonistas ponen de manifiesto, tal y como dice Rivas

(2009), la vinculación que existe entre las narraciones personales y las estructuras

sociales, políticas, culturales, institucionales, etc., que caracterizan al ámbito

educativo. De esta forma narrar se convierte en un modo de acceder a un mundo

complejo de significados al igual que al mundo personal de quien narra.

Decidimos también el uso de sus relatos porque éstos no son copias de los

sucesos ocurridos sino como apuntábamos anteriormente, son reconstrucciones,

creaciones,…y ello nos permite vincular las creencias con la experiencia, y de esta

forma, cada educadora ambiental puede construir y significar su propio proceso,

desvelando desde ahí cuestiones que ayuden a comprender las necesidades

formativas y profesionales que se demandan. De ahí que, tal y como dicen

Connelly y Clandinin (1995), la complejidad de la narrativa incluye que una misma

persona al mismo tiempo vive, explica, re-explica y revive esas historias, dando

sentido a su práctica y al modo en la que la ejerce.

A través del uso de la narración de su experiencia, las educadoras van dando

sentido y significado a su trabajo, ya que la narración modela no sólo un mundo,

sino también las mentes que intentan darle su significado (Bruner, 2003). De ahí,

que esta propuesta de rescatar la experiencia vivida, vaya encaminada a que las

educadoras asuman y den cuenta de sus implicaciones afectivas y emocionales, de

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448 ¿Damos Voz a las Emociones? Evaluación de Programas de Educación Ambiental

sus responsabilidades, de sus compromisos con la práctica y con la forma de

ejercer su profesión, tanto individual como colectivamente, a la vez que pueda ser

un vehículo para la toma de conciencia en relación a cuestiones como la

autonomía, autogestión y adherencia del aprendizaje.

El propósito de formar e investigar desde la narrativa conlleva dar voz a los

propios participantes como sujetos actores de su realidad. Cada voz está

constituida por la voz particular y la experiencia anterior, así mismo es el vehículo

para hacerse oír y convertirse en participantes activos del mundo (McLaren 1984).

Compartimos con Bruner (1997) la propuesta de que, el trabajo autobiográfico

procura un mayor conocimiento y reflexión que libera y amplía la visión del

mundo y del “yo”, rompiendo con la formas de reproducción de prejuicios y

estereotipos que han formado parte del proceso educativo y que impide a los

protagonistas de la acción participar como personas reflexivas en la acción

educativa y social.

Profundizar en el uso de los relatos permite evidenciar cómo las experiencias

previas quedan marcadas en el cuerpo, silenciadas e incluso olvidadas; al escribir

sobre sus vivencias, emociones y sentimientos del proceso de enseñanza y

aprendizaje, afloran situaciones en las que se pone de manifiesto su experiencia

vital (rechazos, sufrimientos, incomprensiones, enjuiciamientos, roles,

estereotipos,…), y es entonces, cuando las educadoras pueden tomar conciencia del

papel protagonista en su aprendizaje y del papel protagonista de sus educandos.

Esta experiencia es fuerte, en el sentido de que deja una huella en cada uno

(Fernández y Ramírez, 2006), y por tanto guía un camino, una manera de hacer,

una manera de comprender, una manera de comprometerse. Tal y como expresa

Prados (2011), las narraciones son una posibilidad y un instrumento que ayuda a la

elaboración de procesos de observación, reflexión e interpretación de las propias

vivencias y experiencias, permitiendo con ello que emerjan cuestiones que están

vinculadas al mundo emocional. De ahí la importancia en este proyecto del uso

que le damos a los relatos de las educadoras.

Por último, destacamos que el uso de las narraciones nos permite destacar la

importancia de que hacer sus propias narraciones las vincula a una forma de

aprender que nada tiene que ver con esquemas tradicionales ni reproductivos, ya

que como dice (Eisner, 1998): no existen rutinas que prescribir, reglas para dirigir

los pasos, algoritmos que calcular. Existen deseos, propósitos flexibles y la

necesidad de quedar en contacto con lo que es importante.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 449

5. ASPECTOS METODOLÓGICOS

Desde el posicionamiento que venimos mostrando, el enfoque narrativo-

biográfico nos permite, tal y como señalan García et al. (2010), ampliar el

conocimiento sobre lo que realmente pasa en el mundo escolar, a través del punto

de vista de los implicados, por medio de testimonios escritos, recuperando su

propia voz al hacerla pública y porque clarifica el origen de sus ideas educativas,

las cuales repercuten en su actual formación como educadoras e influirán en su

futura labor educativa.

Asumimos de estas autoras que la investigación cualitativa pretende rescatar lo

genuinamente humano de los fenómenos didácticos: los distintos significados,

significaciones, motivaciones, percepciones, intenciones... (García et al., 2010) en

nuestro caso de las educadoras. Es por ello, que nos situamos en el paradigma

interpretativo, por cuanto queremos evidenciar de los relatos de las maestras y

educadoras, informaciones, cuestiones y hechos que puedan aportar luz a la

mejora de la implementación de futuros programas de EA.

Cuando nos planteamos esta investigación sabíamos que de alguna forma

debíamos acercarnos a profesionales que estuviesen participando en la

implementación de programas de EA. Por nuestro propio trabajo y por la

trayectoria profesional que hemos recorrido teníamos relación con personas

cercanas a este ámbito de estudio.

Nuestra propuesta de contacto con las personas que han participado en esta

investigación fue sencilla, fundamentalmente porque el ámbito desde el que

planteábamos la investigación, el trabajo fin de máster de la primera autora,

definía la extensión del mismo. Propusimos a tres personas conocidas que estaban

trabajando en la implementación de programas de EA la participación en este

proyecto. Su respuesta fue de colaboración total.

Una vez realizado el contacto, pusimos en conocimiento de estas personas el

propósito de la investigación e iniciamos los pasos de negociación en el uso de las

informaciones que nos proporcionasen. La cuestión básica de su participación

estaría relacionada con las aportaciones vinculadas a las experiencias personales y

profesionales en materia de aplicación de proyectos de EA, y por tanto, sería

importante centrarla en las experiencias significativas que ellas considerasen y que

pudiesen ayudar a la mejora en la aplicación de estos programas y a su práctica.

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450 ¿Damos Voz a las Emociones? Evaluación de Programas de Educación Ambiental

Siendo conscientes de las dificultades que puede tener este tipo de investigación

y para evitar que las temáticas que emergiesen fuesen excesivamente inabarcables

para este trabajo, le propusimos a las tres participantes que narrasen su experiencia

como educadoras ambientales; sobre todo, que en su narración estuviese presente

la experiencia y recuerdos que habían tenido en aquellos programas en los que

habían participado y que versaran sobre el ahorro y eficiencia energética, dado que

es uno de los problemas ambientales actuales más relevantes y preocupantes.

El contacto con las participantes fue personal. Sin embargo la recepción de sus

narraciones la hicimos vía correo electrónico. Una vez recibida dicha información

procedimos a la tematización y categorización de la información. Somos

conscientes de que este primer abordaje sólo responde a una fase inicial de la

investigación, por lo que en este escrito sólo presentamos las primeras

aproximaciones de la misma, a sabiendas de que el proceso narrativo necesita de

procesos de colaboración, interpretación y discusión con las participantes.

6. DANDO VOZ A LAS EMOCIONES A TRAVÉS DE LOS RECUERDOS: LA

NARRACIÓN DE TRES EXPERIENCIAS DE EA

Cuando ponemos en contexto a la persona que narra afloran no sólo cuestiones

técnicas o procedimentales, sino también cuestiones emocionales, políticas,

ideológicas… confiriendo con ello la posibilidad de abordar su proceso de

enseñanza y aprendizaje desde planteamientos más personalizados y más

imbricados con la realidad contextual. En nuestra investigación, queremos poner el

acento en aquellas informaciones narradas que están vinculadas a las emociones y

recuerdos, situándonos desde la persona que implementa un programa, desde su

conocimiento holístico, ya que contemplando desde ahí podemos propiciar

espacios, saberes y acciones creativas, que permiten considerar las distintas

situaciones y oportunidades que se presentan como un todo, y evaluar la

incidencia que los diferentes impactos independientes o relacionados que generan

sobre el resto y el todo. De aquí la importancia y el interés de esta investigación por

evidenciar la importancia que adquieren las creencias, los recuerdos y la memoria

de experiencias pasadas, y de cómo ello se adhiere a una forma de ejercer la

profesión. En este sentido, consideramos que las emociones cuando se evidencian y

se expresan confieren un papel importante en esta adherencia, ya que como expone

Gómez Chacón (2000), “se hace necesario plantear que los procesos de aprendizaje

están fuertemente vinculados a la afectividad, de tal forma que inteligencia,

cognición, emoción están plenamente integrados”.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 451

El primer relato (Gaia) pertenece a la experiencia de una educadora ambiental,

bióloga sin formación previa en educación y con un año de experiencia como

educadora. La narración de su relato se construyó mientras cursaba el Máster

Interuniversitario en Educadora Ambiental (curso 2010/2011). Ella eligió para su

narración la experiencia sobre visitas guiadas y talleres de una exposición

itinerante sobre eficiencia energética en la que había participado durante el curso

escolar 2009-2010. En la figura 1 mostramos las principales temáticas que emergen

de su relato, dando pie a considerar la importancia que ha tenido para ella la

formación recibida en el máster desde una perspectiva más pedagógica y

humanista. Esta formación le ha hecho, según sus propias palabras, plantearse y

preguntarse por primera vez, qué deseos, qué emociones, qué vínculos se

establecen entre visitantes y educadora, y de cómo ello afecta y se afecta de los

procesos organizativos y conceptuales desarrollados en estos programas.

Figura 1. Esquema extraído de la narración Gaia.

El segundo relato (Agua) corresponde a la experiencia de una maestra de 6º de

primaria. Lleva once años en la docencia y ha sido la responsable de realizar un

proyecto sobre eficiencia energética durante el curso 2008-2009. Al finalizar el

proyecto tuvo que realizar una autoevaluación del mismo, a petición de los

coordinadores del programa. Su narración la basa en dicha reflexión, y como ella

misma expone, sus aportaciones están más cerca de cuestiones conceptuales y

procedimentales. En la figura 2 mostramos el esquema donde se puede apreciar

cómo los aspectos organizativos y conceptuales son más numerosos que las

emociones que describe suyas o de sus alumnos de 6º de Primaria.

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452 ¿Damos Voz a las Emociones? Evaluación de Programas de Educación Ambiental

Figura 2. Esquema extraído de la narración Agua.

Por último, el tercer relato (Corazón) ha sido redactado por una maestra de

infantil, con nueve años de experiencia docente. Durante el curso 2006-2007 realizó

un programa de actividades relacionadas con la arquitectura bioclimática, en una

clase de infantil de cuatro años. En la figura 3 destacamos aquellas evidencias, que

ella misma narra, en relación al proceso de cambio vivido a nivel emocional

durante el programa de actividades, así como algunos obstáculos y resistencias al

cambio centradas en sus propias creencias.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 453

Figura 3. Esquema extraído de la narración Corazón.

7. DE LAS INCERTIDUMBRES INICIALES A LA INSATISFACCIÓN FINAL

PORQUE ELLAS Y SU ALUMNADO APRENDEN PASANDO POR LOS

OBSTÁCULOS MÁS RECORDADOS.

Como consecuencia del posicionamiento epistemológico y metodológico de este

trabajo de investigación, asumimos la temporalidad del mismo, como una

limitación para poder profundizar en estos fundamentos. En una primera

aproximación hemos presupuesto que las informaciones que se muestran en sus

narraciones aportan cuestiones relativas a sus recuerdos en la ejecución del

programa así como satisfacciones, valoración de actividades, las estrategias

didácticas que utilizaban, observaciones sobre cambios en la actitud de docentes

que participaban..., sin embargo, debemos seguir profundizando en cuestiones que

propicien una mejor conceptualización del programa para así de esta forma poder

poner en contexto sus relatos y establecer las relaciones entre cuestiones políticas,

éticas, sociales, educativas.

Del análisis realizado, destacamos en este momento, aquellas evidencias que

hacen referencia al campo emocional, destacando lo ocurrido antes, durante y

después de la implementación del programa. En este sentido, y profundizando en

el aspecto emocional, Gaia comenta que:

Emociones de la maestra: Dudas Miedos, Inseguridad Descontrol

Emociones de los niños/as (descritos por la maestra): Satisfacción por aprender Divertidos Grupales Reflexivos (¡pensar!) Motivados Despiertos Curiosos Hábitos de investigación Capacidad de búsqueda

Emociones de la maestra: Satisfacción por aprender Satisfacción porque mis alumnos aprendieron Seguridad Divertida Autoevaluación Trabajo en equipo para el intercambio de opiniones, dudas.. Integra a las familias

Res

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Emociones de los niños/as (descritos por la maestra): Descontrol Hablaban todos a la vez Individualistas Altísimos tonos de voz (impositivos) Impulsivos Grupo movidito (inquietos)

Me

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454 ¿Damos Voz a las Emociones? Evaluación de Programas de Educación Ambiental

… haciéndoles sentir parte del problema, a partir de ejemplos y anécdotas les

intentaba explicar los problemas en torno a la energía y, además, les hacía

trabajar la empatía, haciéndoles preguntas (...) si el alumnado siente que forma

parte del problema e indagamos en sus emociones, se produce un cambio de

pensamiento, por ejemplo si les contamos que somos unos recién llegados a un

planeta lleno de vida y ¿qué hemos hecho? ¿Qué estamos haciendo?” (…),

asumiendo que la “educación en valores” (…) como una parte de importante

del proceso enseñanza-aprendizaje en la EA, comentando que uno de los

grandes problemas ambientales es el “alejamiento del entorno”.

En otro momento Gaia destaca lo que ella misma ha aprendido durante su

papel como educadora y en relación a la EA planteando cuestiones relacionadas

con los estados de ánimo de la persona que aprende, y de la aprehensión y

adherencia a cuestiones ambientales desde situaciones extremas:

… he aprendido cómo el sujeto percibe el medio ambiente, la condición

ambiental del espacio asociado a diferentes estados de ánimo que nos produce

el medio y el comportamiento (…). Destaco el “apego al lugar” ya que su

significado es de carácter emotivo, surgiendo grandes emociones hacia un lugar

cuando ocurre una catástrofe natural o similar, ya que las personas no pueden

abandonar su entorno. La identidad se desarrolla a lo largo del tiempo y está

relacionada con aspectos sociales, las relaciones que se generan y el lugar de

residencia, el hacinamiento, el confort y la seguridad del lugar. Son muchos los

elementos que van a influir en nuestro apego al lugar.

Por su parte, Agua narra que:

… como los alumnos estaban tan motivados, resultaba difícil simplificar las

actividades, además parecía que lo más interesante eran los comentarios que se

realizaban durante la corrección o puesta en común de las mismas (…) ha

supuesto un cierto nivel de estrés (…) y aún con dificultades meteorológicas

aprecio que se estaba aprendiendo con la actividad.

Por su parte, el relato de Corazón, según ella misma nos dice, está cargado de

emociones, quizá debido al momento en que ella lo narra y a lo que le produjo

tener que narrarlo. Enfrentarse con su propia práctica, tomarse como referente en

el aprendizaje de su propia acción y recordar “tiempos pasados” le hacen dar a su

relato un carácter emotivo. Las frases iniciales de su relato nos ponen en la antesala

de la importancia del vínculo “aprendizaje emocional”:

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 455

… en un principio todo fueron dudas, interrogantes, miedos… Primero, por

tratarse de un tema casi desconocido por mí, y segundo, porque con mis tres

escasos años al frente de un aula con niños/as de educación infantil, me sentía

un poco (por no decir totalmente) inexperta en el campo de la ciencia y la

experimentación. Aún así me lancé a la aventura e intenté involucrarme y

aprender (conjuntamente con mis niños/as) todo lo que éste ámbito nos ofrecía

(…) la experiencia fue positiva, todos (tanto los alumnos/as como yo)

aprendimos algo más sobre arquitectura bioclimática y sobre todo, y lo más

importante, lo hicimos divirtiéndonos.

Podemos decir que la temática “emociones” aparece relacionada con otras

temáticas recurrentes y muy presentes a lo largo de sus narraciones. Estas son:

“actividad”, “actitud”, “aprendizaje”, “objetivo”, “dificultades para enseñar EA”.

A modo de ejemplo queremos hacer ver al lector/a, cómo los temas destacados no

aparecen aislados sino entrelazados a modo de red. Así Gaia comenta como “les

hacía trabajar la empatía...” relacionándola con actividades concretas. Por su parte,

Agua nos hace observar la relación entre actitud y emoción “fue muy divertido,

aunque eso sí el día estaba nublado”; y tanto Agua como Corazón vinculan

aprendizaje y emociones: la experiencia fue positiva, todos (tanto los alumnos/as

como yo) aprendimos algo más sobre arquitectura bioclimática y sobre todo, y lo

más importante, lo hicimos divirtiéndonos (Corazón); y aún con dificultades

meteorológicas aprecio que se estaba aprendiendo con la actividad (Agua).

También queremos destacar en los relatos la vinculación entre sentimientos y la

valoración inicial de la actividad. La frustración, angustia e incertidumbre son

sentimientos que emergen y se ponen de manifiesto ante lo desconocido y marcan

el punto de partida a la hora de afrontar la temática y la relación con el alumnado.

Corazón nos cuenta así en su relato “me lancé a la aventura e intenté involucrarme

y aprender (conjuntamente con mis niños/as)”. Preocupa la actitud de éstos, su

motivación y predisposición ante el aprendizaje, así como durante el desarrollo de

la actividad. En este sentido Corazón dice “recuerdo que durante las primeras

semanas el aula era un caos”; Gaia nos cuenta que le preocupa es “saber si el

conocer los problemas ambientales relacionados con la energía nos hace sentir más

humanos y más responsables con nuestro entorno, el lugar donde vivimos.

También, me daba por pensar qué cambiaría si volviera a realizar el programa, que

hacía mal y como solucionarlo”.

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456 ¿Damos Voz a las Emociones? Evaluación de Programas de Educación Ambiental

Por otra parte, Agua comenta que “la motivación de su grupo era adecuada, ya

habían trabajado contenidos similares en años anteriores pero le preocupaba la

organización de las clases en relación a sus contenidos”, como los alumnos estaban

tan motivados, resultaba difícil simplificar las actividades, además parecía que “lo

más interesante eran los comentarios que se realizaban durante la corrección” o

puesta en común de las mismas.

Las tres narradoras, coinciden en que la falta de tiempo impedía o perturbaba el

proceso de enseñanza y aprendizaje, condicionando con ello el propio proceso de

aplicación del proyecto, Agua comenta: “en cuanto a dificultades, a grandes rasgos

destacar, que lo más complicado ha sido el tiempo. La Unidad Didáctica es

demasiado extensa para ser tratada durante una quincena”; por su parte Gaia nos

dice “la falta de tiempo fue un problema para resolverlas y por tanto, no se

trabajaban adecuadamente o se dejaban para trabajo en el aula” y, finalmente,

Corazón expone que:

Y aunque lo suyo habría sido trabajar el proyecto si no a diario, casi, no pudo

ser, ya que teníamos que compaginarlo con el centro de interés que nos

marcaba el libro de texto, los cuadernillos de matemáticas, los de lectoescritura,

y demás.

Con sus comentarios, ellas nos muestran cómo la calidad y eficacia de los

programas se ve afectada por estas preocupaciones, sin embargo, durante el

proceso van solventando estas dificultades y buscan estrategias que confirman el

éxito y satisfacción de su labor, “se me ocurrió realizar todos los experimentos

como si se tratase de una feria; los alumnos y alumnas se distribuyeron por grupos

y a cada uno se le asignó un experimento para que tomase todos los datos con el

mayor rigor” (Agua). En este sentido Agua, se siente de alguna forma satisfecha

con los logros alcanzados tras los inconvenientes iniciales, superando la

incertidumbre en relación al tiempo y aprendiendo de la experiencia junto a su

alumnado.

De la experiencia de aprender junto al alumnado, las participantes ponen de

manifiesto un cierto grado de aceptación en cuánto a los sentimientos, inquietudes

y curiosidades resueltas o no; sin embargo, en los inicios de aplicación del

programa y desde su ser educadoras muestran una gran desorientación y angustia

por el desconocimiento de la temática, del grupo…:

… en un principio todo fueron dudas, interrogantes, miedos… Primero, por

tratarse de un tema casi desconocido por mí, y segundo, porque con mis tres

escasos años al frente de un aula con niños/as de educación infantil, me sentía

un poco (por no decir totalmente) inexperta en el campo de la ciencia y la

experimentación (Corazón).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 457

… me daba la sensación de que el grupo no sabía explicar qué es la energía, les

cuestionaba otra pregunta que era más cercana a ellos, cuándo usamos la

energía y qué tipo de energía utilizamos, entonces, los alumnos hablaban entre

ellos e intentaban responder la nueva pregunta… iba indagando en el

conocimiento previo del alumnado,... (Gaia).

Las participantes expresan cómo durante el progreso de la actividad y la

comprensión del funcionamiento, ellas se sienten satisfechas y con alegría al ver y

sentir que el grupo se implica y aprende dialogando y experimentado, “eran

responsables, por así decirlo de esa experiencia. Pero todos los grupos rotaban y así

experimentaban con todo, pero sólo tomaban registro de un experimento. Fue muy

divertido,...” (Agua).

A medida que ellas van afrontando retos y consiguiendo metas podemos

encontrar en sus relatos cambios en su actitud como educadoras y en la manera de

enseñar al alumnado. El proceso de aprendizaje-enseñanza en las tres educadoras

muestra una incertidumbre constante en los inicios, llegando a ser conscientes del

compromiso y retos adquiridos a lo largo del proceso.

A modo de conclusión de este proceso de relectura de las narraciones de las

participantes en esta investigación podemos extraer que hay tres momentos clave

en el proceso de implantación de los programas desde el nivel emocional: en un

primer momento, las incertidumbres iniciales junto con el arrojo por iniciar la

aventura. En segundo lugar, las resistencias al cambio de proceder didáctico (la

falta de tiempo o que la implementación se lleve “demasiado tiempo” así como los

contenidos a desarrollar o los que faltan por desarrollar) y, por último, la

satisfacción final por ser conscientes del aprendizaje de su alumnado y de ellas

mismas de manera conjunta así como por la resolución de los principales

obstáculos (tiempo o contenidos) que reconocen haber tenido.

En las figuras que mostramos, podríamos analizar el peso que tendrían los

factores emocionales y otros como los organizativos para, a partir de sus

narraciones, ver que la distancia temporal de la implementación del programa

afecta a la forma en cómo se afrontan y explican las emociones y su relación con la

profesión. Destacamos cómo existe una distancia entre cuestiones técnicas en la

implementación de programa de EA y cuestiones pedagógicas. En nuestro caso, las

maestras insistían en no tener conciencia de estar aplicando un programa de EA,

sino un proyecto que ayuda a desarrollar contenidos de las diferentes materias que

habían de impartir. De ahí la necesidad de vincular, a partir de la conciencia

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458 ¿Damos Voz a las Emociones? Evaluación de Programas de Educación Ambiental

emocional, el camino estrecho e integrado que los programas de EA han de

desarrollar. Estos resultados cobran vital importancia en la EA pues desde ella se

debería promover la sensibilización y difusión de prácticas ambientales sostenibles

(como la arquitectura bioclimática, el ahorro y la eficiencia energética en el hogar)

que tanto tiene que ver con un desarrollo educativo e integral de las personas.

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_________________________ Encarnaçao, C.M., Jiménez, R. y Vázquez, B. (2013). Procesos metacognitivos, afectivos y sociales en el

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CAPÍTULO 20

PROCESOS METACOGNITIVOS, AFECTIVOS

Y SOCIALES EN EL APRENDIZAJE DE LAS

REACCIONES QUÍMICAS EN ALUMNOS DE

TERCER CICLO, EN PORTUGAL

CRISTIANA MARIA ENCARNAÇÃO. Escola Básica João da Rosa. Olhão

(Portugal).

ROQUE JIMÉNEZ PÉREZ. Universidad de Huelva.

BARTOLOMÉ VÁZQUEZ BERNAL. Universidad de Huelva.

1. INTRODUCCIÓN

La sociedad se transforma a un ritmo acelerado, y en este torbellino de cambios

constantes se encuentra la escuela y la forma en que alumnos, padres, profesores y

comunidades, lo afrontan. En la escuela que los alumnos descubren y la forma en

que los mismos desafían su proyecto de vida, urge una reflexión sobre la influencia

de los factores conducentes a la motivación necesaria que implique a los alumnos a

trazar y cumplir objetivos definidos.

Hemos procurado comprender los procesos involucrados en el aprendizaje, la

autorregulación en su complejidad, para configurase como un constructo que acoja

factores como la metacognición, la autoeficacia, las estrategias autorreguladoras y

los ambientes de aprendizaje, entre otros, que conduzcan hacia la necesaria

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462 Procesos Metacognitivos, Afectivos y Sociales en el Aprendizaje de las Reacciones Químicas

motivación y como consecuencia al aprendizaje. Sin una visión integral de las

condiciones relativas a su contexto, ambiente de aprendizaje y afectividad, es

difícil orientar a los alumnos para conseguir los objetivos educativos que

pretendemos.

Para llegar a esa motivación, se busca la comprensión de los procesos

metacognitivos, afectivos y sociales inmersos en el proceso de

enseñanza/aprendizaje del contenido de las reacciones químicas, en la disciplina de

Ciencias Física-Química.

Este trabajo describe los resultados de la aplicación de un instrumento que fue

adaptado y que ha sido concebido para investigar los aspectos de la

metacognición, autoeficacia y procesos de aprendizaje de estudiantes en ciencias.

Estos primeros resultados forman parte de la primera fase de estudio de una tesis

doctoral. La referida tesis asume la intención de seguir el camino académico del

mismo grupo de alumnos en los cursos 2010/11 y 2011/12, comprendiendo la

primera y segunda fase del estudio respectivamente. Con estos primeros

resultados se ha buscado, analizar y comprender los procesos anteriormente

expuestos evidenciando su importancia y relevancia en el aprendizaje, según las

actuales perspectivas de la ciencia y de la didáctica de las ciencias.

2. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

En la práctica educativa, el rendimiento escolar de los alumnos funciona como

un indicador del éxito o fracaso en el aprendizaje de un determinado contenido,

pero también puede ser una guía sobre la adecuación o inadecuación de los

diferentes métodos de enseñanza. De esta forma, muchos profesores son

conscientes del rendimiento de sus alumnos, pero no siempre tienen claro los

diversos factores que influyen en éste (Inglez de Souza y Brito, 2008). Desde hace

mucho tiempo investigadores, profesores y otros profesionales del mundo del

trabajo reclaman la necesidad de desarrollar en los alumnos la autonomía y el

pensamiento (Figueiredo, 2008). Es esencial que los alumnos se comprometan con

su propio proceso educativo, para ello es necesario que cada uno tenga la

consciencia de aquello que sabe, lo que no sabe, y lo que tiene que hacer para

empezar a saber.

La revisión de la literatura ha sido dirigida hacia la búsqueda de los factores

que influyen en la aprendizaje, más allá de los cognitivos, como los

metacognitivos, afectivos y sociales. Esa búsqueda para comprender el

aprendizaje, con todos los factores que la componen, es esencial, también, para

indagar la comprensión de aquello que es cada vez más una preocupación: el

hecho de que en la medida que los alumnos avanzan en sus estudios el interés por

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 463

seguir una carrera científica decrece. Por otra parte, la imagen que los alumnos

tienen de las ciencias y del aprendizaje de las ciencias se construye a lo largo de los

primeros años del aprendizaje en esta área. La actitud emocionalmente

despreciativa hacia las ciencias se atribuye a que la ciencia escolar va creando un

“lastre” en el pensamiento de los estudiantes con el paso del tiempo, siendo

descrita por ellos, como autoritaria y aburrida, difícil o irrelevante para la vida

diaria (Vázquez y Manassero, 2008 citado por Brígido, Caballero, Conde, Mellado

y Bermejo, 2009).

La pertinencia del estudio del contenido de las reacciones químicas se considera

estructurante en la enseñanza de la química, por lo que es oportuno identificar

todas las limitaciones implicadas en su enseñanza y aprendizaje. Flor y Garritz

(2006) exponen la importancia de dicho contenido en la estructura curricular y de

qué modo éste se encuentra entre aquellos más importantes en la enseñanza de la

química. Su aprendizaje, ocurre precisamente en el tercer ciclo de la enseñanza

básica en Portugal. Este ciclo consta de tres cursos, del 7º al 9º, a lo que se sigue la

transición para la enseñanza secundaria.

La reflexión nos plantea preguntas cómo y por qué algunos estudiantes tienen

un desarrollo excelente en su nivel académico, mientras que otros luchan para

pasar de curso, o cuál es la causa para que un alumno “disfrute” de los contenidos

seleccionados, mientras que existen alumnos que por más que se diversifiquen las

tareas, estrategias y propuestas, nunca les motivan estos contenidos (Zusho y

Pintrich, 2003). Para responder a estas cuestiones, no podemos ignorar un factor

crucial en el proceso de aprendizaje como es la motivación. Para los autores

anteriores, el cambio de las concepciones sobre ciertos contenidos no puede

basarse, exclusivamente, en argumentos lógicos. Así mismo contestar a ésta y otras

interrogaciones, implica entender el aprendizaje, que incluye además de la

dimensión cognitiva, la metacognitiva, la afectiva y la social. Estas dimensiones,

sin embargo, no se pueden considerar de forma estanca; no es posible desarrollar la

cognición sin trabajar la afectividad o sin comprender el entorno y los agentes

donde todo el proceso se desarrolla.

La transformación de los propios conceptos de los alumnos está determinada

por cuestiones muy diversas, entre otras las de sus propias concepciones acerca de

la naturaleza de las ciencias. Pintrich (2003, citado por Garritz, 2009), sugiere que

se hagan esfuerzos para avanzar en la investigación sobre la motivación, en el

papel que el contexto y la cultura tienen en temas como, lo que quieren y lo que

motiva a los estudiantes en el aula, y cómo la motivación conduce a la cognición y

la cognición lleva a la motivación.

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464 Procesos Metacognitivos, Afectivos y Sociales en el Aprendizaje de las Reacciones Químicas

Sobre el aprendizaje, Figueira (2006) dice que éste incide en dos aspectos

importantes: enseñar hechos que nos llevan a los contenidos y enseñar cómo se

aprende, lo que nos conduce hacia las estrategias. Estas estrategias de aprendizaje

constituyen un conjunto de procedimientos o procesos mentales utilizados por los

individuos en una situación en particular, que tiende a facilitarles la adquisición de

conocimientos. Considerando el marco teórico sociocognitivo y de acuerdo con

Zimmerman y Martínez-Pons (1990), la construcción de la autorregulación del

aprendizaje está estrechamente vinculada a los pensamientos, sentimientos y

acciones creadas por los propios alumnos y, de una forma sistemática, dirigidos

para la ejecución de sus objetivos programados. Por tal motivo, los alumnos deben

recurrir al uso contante de estrategias de aprendizaje, estrategias cognitivas,

metacognitivas, motivadoras y comportamentales (Schunk, 1994; Zimmerman,

2000).

En el campo de las estrategias, las autorreguladoras están intrínsecamente

conectadas con las emociones expresadas en la medida que el alumno atribuye el

éxito o el fracaso de sus resultados escolares a la utilización de las estrategias

adecuadas o no, generando en él emociones positivas y atribuyéndose como un

fracaso cognitivo le genera emociones negativas.

La teoría sociocognitiva de Bandura (1986), se presenta como el marco teórico

de referencia para explicar la autorregulación académica de los alumnos. Ésta

expone la dependencia establecida entre las variables sociales, ambientales y

personales, conceptualizando la autorregulación como uno proceso en que el

comportamiento, el ambiente y las variables personales, son entendidas como uno

proceso cíclico, donde los tres factores sufren alteraciones durante el propio

proceso de aprendizaje. La perspectiva sociocognitiva del aprendizaje

autorregulado está configurada en el modelo de las tres fases de la autorregulación

(Zimmerman, 2000). La fase previa, donde figura la autoeficacia como una creencia

motivacional, precede de la acción, donde se aplican las estrategias y que a su vez

conducen a la fase de la autorreflexión, en la que el alumno reflexiona sobre el

proceso y toma decisiones sobre su propio aprendizaje.

De acuerdo con Zimmerman (2001), el aprendizaje es una actividad que los

estudiantes hacen por sí mismos, de forma proactiva, más que un acontecimiento

que ocurre como una reacción a una experiencia de enseñanza. La autorregulación

del aprendizaje hace que los alumnos mejoren sus capacidades de aprender, a

través del uso de estrategias metacognitivas y motivacionales; de seleccionar y

estructurar el ambiente de aprendizaje adecuado y asumir un papel significativo

en la elección de la forma y cantidad de instrucción que necesitan. La

autorregulación implica a la cognición y a la metacognición, a la afectividad y al

control de la acción voluntaria, para que los objetivos personales se logren

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 465

(Efklides, 2009). La investigación del aprendizaje de los alumnos sugiere que los

alumnos que tienen una competencia académica superior presentan un impulso

más autorregulado, esto es, tienen un conjunto de estrategias de autorregulación

que sus compañeros con otros niveles de rendimiento no tienen (Zimmerman y

Martínez-Pons, 1990). La literatura sostiene que formar a los alumnos en el uso de

estrategias autorreguladoras puede mejorar la eficacia de sus métodos de

aprendizaje (Zimmerman, 1994). Desde esta perspectiva, la autorregulación es

conceptualizada como un proceso auto directivo, a través del cual los estudiantes

transforman sus capacidades mentales en competencias académicas con referencia

a las tareas (Zimmerman, 2001).

Desde la perspectiva sociocognitiva, García y Pintrich (1994) consideran que la

autorregulación del aprendizaje se refiere a la monitorización, control y regulación

por parte de los alumnos de sus propios comportamientos y actividades

cognitivas. La regulación de la cognición implica no sólo la evaluación cognitiva

que se realiza en la tarea / actividad, sino también aquello que se relaciona con el

afecto. Este efecto bidireccional entre la regulación cognitiva y afectiva amplía el

alcance de la relación entre la metacognición y la vida afectiva (Efklides, 2009).

Zembylas (2005), en particular, afirma que las emociones tienen una influencia

considerable sobre lo que sucede en el aula de ciencias y sobre el éxito del

aprendizaje de los estudiantes en la ciencia.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que el aprendizaje es un proceso

complejo, en el cual están involucrados procesos altamente dependientes, y que se

influyen unos a otros. Thomas, Anderson y Nashon (2008) afirman que la

metacognición y los procesos que los estudiantes emplean son subconjuntos de la

autorregulación, así como otros elementos tales como la autoeficacia. La dimensión

metacognitiva, frecuentemente considerada como aquella que presta atención a la

mejora de los procesos de aprendizaje de los alumnos y, consecuentemente, a la

mejoría en los resultados escolares, impulsa la necesidad de reconocer una cercanía

a veces inseparable entre los procesos cognitivos y metacognitivos (Thomas et al.,

2008). La metacognición no implica solamente la regulación de la cognición, más

allá del proceso cognitivo está también presente el control del proceso afectivo,

sentimientos y emociones (Efklides, 2009).

El estudio de otros factores que influyen en el aprendizaje, como los afectivos,

pueden aportar valiosas contribuciones en el conocimiento de estas cuestiones. Se

cree que los factores afectivos que intervienen en el aprendizaje ejercen un papel en

la motivación, en el rendimiento académico y en la futura carrera profesional

(Inglez de Souza y Brito, 2008, citado por Garritz, 2010). No hay duda de que los

aspectos afectivos son fundamentales para que los estudiantes aprendan, por lo

que es relevante investigar esta dimensión afectiva y aplicar sus resultados en clase

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466 Procesos Metacognitivos, Afectivos y Sociales en el Aprendizaje de las Reacciones Químicas

(Garritz, 2010). Según Garritz (2009), hay pocas investigaciones recientes sobre

actividades como los juegos de rol en el comportamiento de la afectividad en el

aula de profesores de ciencia, en el clima favorable que se puede establecer en el

aula. A la vez Brígido et al. (2009), sostienen que desde hace algunas décadas las

emociones están en gran medida ausentes de la investigación en educación.

Según Damasio (2000, citado por Santos, 2007), el análisis de las emociones y

sentimientos refleja dos conjuntos de fenómenos. El término "sentimiento" se

utiliza para la experiencia mental de una emoción, mientras que el término

"emoción" se utiliza para el conjunto de reacciones a los estímulos externos,

algunos observables. De este modo, el sentimiento es la experiencia mental de la

emoción y la emoción es el conjunto de reacciones fisiológicas. En la práctica, esta

distinción significa que no podemos observar los sentimientos de otra persona,

aunque se puede observar algunos aspectos de las emociones que provocan estos

sentimientos.

Además de la distinción entre la emoción y el sentimiento emocional, otro

término importante a aclarar es el cariño o afecto, que se utiliza a menudo como

sinónimo del estado de ánimo o emoción. En esta investigación, la palabra

“afecto”, puede designar tanto las emociones como los sentimientos. Según

Damasio (2000, citado por Santos, 2007, p.8), el afecto es lo que se manifiesta -

expresamente- o experiencia –que se siente- en relación con un objeto o situación,

cualquier día de tu vida.

El proceso de autorregulación del aprendizaje está directamente relacionado

con las situaciones del aprendizaje, por lo que es importante que éste se efectúe en

los contextos sociales donde el alumno desarrolla sus acciones. Así se revela

necesario que el alumno tenga la percepción de los factores ambientales y sociales

como recursos y no como unas barreras para su aprendizaje. Sobre contextos, el

medio social va a influenciar los subprocesos de las fases de autorregulación

(previa, control de la acción y de autorreflexión). Así, el modelaje y el feedback

social retribuido por los adultos (padres, profesores y otros) son utilizados, muchas

de las veces, por el sujeto como criterio para hacerse un juicio de la autoevaluación.

Por otro lado, a través de la utilización de apoyos sociales (la argumentación sobre

las materias en estudio con los compañeros, padres, profesores, la atribución de

recompensas materiales), los sujetos pueden promover sus reacciones personales,

mejorando y desarrollando también su talento social (Zimmerman, 2000). En este

mismo sentido, el proceso autorregulador está afectado no sólo cuando los sujetos

no utilizan los recursos sociales y ambientales, sino también cuando los ven como

obstáculo a su propio desarrollo.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 467

La figura 1, sugiere que los estudios de los procesos metacognitivos, afectivos e

sociales, conllevan al estudio de esos dos constructos que se relacionan entre sí y

que sostienen de forma efectiva a los procesos enunciados, la autorregulación y la

autoeficacia.

Figura 1. Autorregulación y Autoeficacia.

La relación entre la autorregulación, autoeficacia y la motivación es que la

autoeficacia figura en el primer marco de las estrategias autorreguladoras, aquel

que desarrolla competencias motivacionales. Los alumnos necesitan ser conscientes

de su evolución, teniendo a la vista la concretización de sus objetivos personales,

siendo importante que ellos avalúen sus progresos y siendo el feedback dado por

parte del profesor acerca de la evolución del alumno una forma de mejorar su

autoeficacia y también su motivación. Los alumnos motivados consiguen una

mejor concentración y persistencia en la realización de las tareas escolares. El

segundo marco, las competencias metodologías de las estrategias de la

autorregulación es donde aparece la metacognición, monitorizando el propio

pensamiento y el comportamiento académico.

3. PROBLEMAS E HIPÓTESIS

Según el marco expuesto anteriormente, formulamos el problema tratado en

esta investigación: ¿Cuál es la influencia de los procesos metacognitivos, afectivos

y sociales en el aprendizaje de las ciencias, en particular en el aprendizaje de las

reacciones químicas de los alumnos de Enseñanza Básica?

Para ello planteamos la siguiente Hipótesis: Además de los procesos cognitivos,

hay otros, como son los metacognitivos, los sociales y los afectivos, que están

asociados de forma significativa a las competencias académicas y a la utilización de

estrategias para la autorregulación del aprendizaje.

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468 Procesos Metacognitivos, Afectivos y Sociales en el Aprendizaje de las Reacciones Químicas

En cuanto a la percepción de sí mismo como alumno, en relación con la

competencia percibida, la literatura sugiere, recurrentemente, que la autoeficacia

académica de los alumnos es una variable que predice el nivel de capacitación para

el aprendizaje. Los estudiantes caracterizados como alumnos emprendedores,

tendrán mayores niveles de autoeficacia. Partiendo de que las relaciones dentro del

aula son complejas, el discurso del profesor, la selección de las tareas así como el

clima de aula que favorezca un soporte social, son elementos que pueden facilitar

una actitud positiva de los alumnos.

4. METODOLOGÍA

La investigación se realiza en un contexto natural de práctica docente,

colaborando en este estudio alumnos de tercer ciclo (13-15 años) de enseñanza

básica portuguesa, en el ámbito de la disciplina de Ciencias Físico-Químicas y en

relación al contenido de reacciones químicas, en un centro de segundo y tercer

ciclo.

Dada la complejidad de los fenómenos en educación, es justificable tratar de

describirlos, comprenderlos e identificarlos con rigor. En la tesis doctoral, de la

cual surgen estos resultados, se ha optado por desarrollar una metodología

cualitativa etnográfica de cuño interpretativo. Se trata de conocer de forma

pormenorizada el camino desarrollado por los alumnos en el aprendizaje del

contenido de las reacciones químicas y la contribución de ese camino hacia la

comprensión de los procesos metacognitivos, afectivos y sociales desarrollados en

el marco de la enseñanza / aprendizaje. El enfoque etnográfico trata de describir un

grupo social con profundidad, en su entorno y pretende comprenderlo desde el

punto de vista de quien está implicado en él (Latorre, Del Rincón y Arnal, 1996).

4.1. Muestra

Han participado 66 alumnos -chicos y chicas- del tercer ciclo de la enseñanza

básica de Portugal en el curso 2010/2011. Para esta investigación, los alumnos

fueron seleccionados por pertenecer a las cuatro clases del octavo año de

enseñanza, que es donde se imparte la unidad didáctica de las reacciones químicas.

Todas las clases son del mismo instituto y tenían en común a la misma profesora.

Ha habido una preocupación de dejar claro a los alumnos que sus respuestas

fueran contestadas con relación a su proceso de aprendizaje en relación con el

contenido de las reacciones químicas de la asignatura de Ciencias Física y Química.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 469

4.2. Instrumento

Se ha utilizado un cuestionario adaptado de Thomas et al. (2008) - Development

of an Instrument Designed to Investigate Elements of Science Students' Metacognition,

Self-Efficacy and Learning Processes: The SEMLI-S. Este cuestionario se dirige a

conocer las razones de los estudiantes que sostienen el uso de estrategias

metacognitivas, motivacionales y de comportamiento mediante las cuales pueden

monitorizar la eficacia de sus métodos de estudio y / o estrategias de aprendizaje.

En la traducción al portugués, hemos tenido que hacer los ajustes necesarios en

el vocabulario de la mayoría de los ítems, ya que la traducción literal presentaría

un sentido limitado del contenido. Buscamos la validación semántica de este

instrumento y para que eso ocurriera fue traducido del inglés al portugués por un

profesor experto de idioma Inglés. Este proceso rigoroso, de construcción y

revisión de los ítems proporcionó confianza en el instrumento en todo el trabajo.

Para no cambiar nuevamente de idioma y desvirtuar el contenido, los ítems serán

expuestos en portugués en todo el trabajo.

Los ítems del cuestionario contienen elementos que permiten reflexionar sobre

el alcance de la metacognición, en el sentido en que estos se focalizan tanto hacia la

autorregulación como la autoeficacia. De la misma manera, para la relación entre

cognición y metacognición, hay ítems que reflejan el aprendizaje constructivo,

aumentando el potencial del instrumento y de su aplicación en el campo del

aprendizaje de las ciencias experimentales.

Este cuestionario, con veintiocho ítems agrupados en cuatro tipos de modo que

el constructo de la metacognición, se considera en conjunto con otros aspectos

pertinentes de las teorías del aprendizaje, con el fin de ser aplicado en la

investigación en el aula.

Los ítems tuvieron la opción de contestación sobre la base de la escala de Likert,

lo que permite respuestas a los diferentes grados de clasificación en un rango de 1-

5 (1 = Nunca; 2 = Pocas veces; 3 = Algunas veces; 4 = Muchas veces; 5 = Siempre).

Cada grupo refleja una dimensión de autorientación de la conciencia

metacognitivas de los estudiantes en el aprendizaje de la ciencia, con respecto al

contenido de las reacciones químicas de la asignatura de Ciencias Físico-Químicas.

Los cuatro grupos a que se refiere son: Monitoreo, Evaluación y Planificación (ME);

Conocimiento / Contexto (CQ); Autoeficacia (EA); Percepción del Riesgo de

Aprendizaje (AP) y Control de la Concentración (CC). En la tabla 1, se presentan

los ítems agrupados, en el lenguaje original.

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470 Procesos Metacognitivos, Afectivos y Sociales en el Aprendizaje de las Reacciones Químicas

Tabla 1. Ítems del cuestionario, agrupados.

Grupo de variáveis que relaciona conhecimento/contexto (CQ)

CQ1 Eu procuro relacionar o que aprendo nas aulas de Química com actividades realizadas

fora da sala de aula.

CQ2 Eu procuro relacionar o que eu observo no meu dia-a-dia, com as aulas de Química.

CQ3 Eu procuro relacionar as informações das aulas de Química com aquilo que eu já sei.

CQ4 Eu procuro relacionar o que aprendo a partir das actividades fora da sala de aula, com o

que acontece nas aulas de Química.

CQ5 Eu procuro relacionar o que aprendo em outras áreas, com as aulas de Química.

Grupo de variáveis de Acompanhamento, Avaliação e Planeamento (ME)

ME1 Eu ajusto o meu plano de estudo para aprender uma dada tarefa, se achar que não estou

a fazer os progressos que deveria.

ME2 Durante a realização de uma tarefa, eu acompanho os meus progressos na

aprendizagem.

ME3 Eu paro de vez em quando para verificar os meus progressos numa dada tarefa.

ME4 Eu considero quando é, ou não é necessário, um plano para resolver uma tarefa, antes de

começar a realizá-la.

ME5 Eu considero que tipo de raciocínio é melhor usar antes de começar a realizar uma tarefa.

ME6 Eu avalio o quanto estou a aprender durante a realização de uma tarefa

ME7 Eu avalio o meu processo de aprendizagem com o objectivo de o melhorar.

ME8 Eu tento entender claramente o objectivo de uma tarefa antes de iniciá-la.

ME9 Eu tento prever possíveis problemas que podem ocorrer com a minha aprendizagem

Grupo de variáveis de auto-eficácia (AE)

AE1 Eu sei que posso compreender as matérias mais difíceis apresentadas no tema reacções -

químicas

AE2 Eu sei que posso dominar os conteúdos ensinados neste tema das reacções -químicas.

AE3Eu estou confiante que posso ter bons resultados nos trabalhos e testes neste tema das

reacções - químicas.

AE4Eu acredito que vou receber uma nota excelente neste tema das reacções químicas.

AE5 Estou confiante que vou compreender os conteúdos mais complexos, apresentados pela

professora neste tema das reacções-químicas.

AE6 Estou confiante de que vou compreender os conceitos básicos deste tema das reacções -q.

Dimensão Percepção dos Riscos de Aprendizagem (AP), Dimensão Controle da Concentração

(CC)

AP1 Eu sei quando estou prestes a enfrentar um desafio na minha aprendizagem.

AP2 Eu sei quando estou prestes a perder-me durante a realização de uma tarefa.

AP3 Eu sei quando não entendo uma ideia.

AP4 Sei quando estou com dificuldades na aprendizagem.

AP5 Sei quando não estou concentrado.

CC1Eu ajusto o meu nível de concentração, em função da situação de aprendizagem.

CC2 Eu ajusto o meu nível de concentração, dependendo da dificuldade da tarefa.

CC3 Eu ajusto o meu nível de concentração, de acordo com os vários assuntos abordados.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 471

5. RESULTADOS Y DISCUSION

A continuación se presentan los resultados y la correspondiente discusión

referentes a la aplicación del cuestionario, centrando la descripción de los datos y

su discusión al análisis factorial (en adelante AF). Este tratamiento ha posibilitado

identificar las variables que tienen la mayor parte de la variabilidad presente en el

conjunto de datos, además de establecer la relación entre esas variables. Los

resultados fueron tratados con el recurso del software para tratamiento estadístico

SPSS 7.5 para Windows.

El AF, es un método estadístico multivariado cuyo propósito principal es

definir la estructura subyacente existente en una matriz de datos. Esta técnica

aborda el problema de analizar la estructura de las interrelaciones entre un gran

número de variables, definiendo un conjunto de dimensiones latentes, llamadas

factores. Las variables más significativas suelen ser identificadas por medio de un

nuevo conjunto de variables, altamente correlacionadas con las variables

originales. Es posible, el trabajo con un gran número de variables, llegando a una

simplificación estructural de los datos sin comprometer valiosas informaciones

(Lee et al., 2005, citado por Zanella, Seidel y Lopes, 2010).

El instrumento con las variables fue aplicado a 66 alumnos. El AF fue realizado

para cada uno de los grupos de variables, referidas anteriormente, lo que permite

cumplir con la exigencia de un mínimo de observaciones cinco veces mayores que

el número de variables.

La adecuación del AF fue confirmada por medio del test de esfericidad de

Bartlett que verifica la presencia de correlaciones entre les variables, y el test de

Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) que cuantifica el grado de intercorrelaciones entre los

variables, tomando un valor ≥ 0,70 como regular y ≥ 0,8 como sobresaliente para el

AF (Hair, Anderson, Tatham y Black, 1999).

Como criterio de decisión del número de factores seleccionados para

representar la estructura de los datos, se ha considerado el criterio de la raíz

latente, que extrae sólo aquellos factores autovalores superiores a uno. También se

tiene en el criterio del porcentaje de la variancia, lo que sugiere que una explicación

mínima del 60% de la variabilidad es suficiente.

Se presenta a continuación el procedimiento seguido para determinar los

factores para el primero de los cuatro grupos de variables: Conocimiento /

Contexto (CQ); para los tres restantes: Monitoreo Evaluación y Planificación (ME);

Autoeficacia (EA); La percepción del Riesgo de Aprendizaje (AP) y Control de la

Concentración (CC), se presentará solamente los factores resultantes del AF.

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472 Procesos Metacognitivos, Afectivos y Sociales en el Aprendizaje de las Reacciones Químicas

El test de KMO ha generado un valor de 0,819 con una significación de 0,001, y

en el test de esfericidad de Bartlett, se ha obtenido una significación de 0,001 lo que

se vuelve apto para el AF.

Para la realización del análisis factorial, se determinaron los autovalores, que

representan la variabilidad de cada componente y el porcentaje de la varianza

explicada a través de cada uno como se puede verificar en la tabla 2.

Tabla 2. Varianza explicada por los dos factores.

Como criterio para decidir el número de factores seleccionados para representar

la estructura latente de datos, se ha considerado inicialmente el criterio de la raíz

latente, lo cual selecciona solamente los factores cuyos autovalores son superiores a

1. Considerando este criterio, se puede observar la formación de un solo factor,

pero para estar de acuerdo con el porcentaje de la variancia se ha optado por

seleccionar dos factores, lo que corresponde a 69,699% de la variabilidad total,

presentando un resultado satisfactorio según el criterio de porcentaje de

variabilidad, el cual sugiere que una explicación mínima del 60% de la variabilidad

sería suficiente.

Todas las variables presentan niveles suficientes de comunalidad (tabla 3),

siendo superiores a 0,50, para explicar la mitad de la varianza de cada variable, lo

que acontece, verificándose así su adecuación al AF.

Tabla 3. Valores de la comunalidad.

Varianza total explicada

2,759 55,176 55,176 2,759 55,176 55,176 1,891 37,821 37,821

,726 14,523 69,699 ,726 14,523 69,699 1,594 31,878 69,699

,614 12,286 81,985

,490 9,804 91,789

,411 8,211 100,000

Componente

1

2

3

4

5

Total

% de la

v arianza % acumulado Total

% de la

v arianza % acumulado Total

% de la

v arianza % acumulado

Autov alores iniciales

Sumas de las saturaciones al cuadrado

de la ex tracción

Suma de las saturaciones al cuadrado

de la rotac ión

Método de extracción: Análisis de Componentes princ ipales.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 473

En la tabla 4 están las cargas factoriales que representan la contribución de cada

variable para la formación del factor. Se ha procedido a la rotación de los factores

mediante el método de los factores mediante el método Varimax para facilitar la

visualización de las cargas factoriales representativas en cada factor. Para que cada

valor de la carga factorial se considere significativa, debe situarse entre 0,65 para 70

casos y 0,70 para 66 casos. Las variables con mayor coeficiente son las más

correlacionadas con el factor.

Tabla 4. Matriz de componentes rotados a través de Varimax.

Según lo anterior, en la tabla 5 se representan las variables más correlacionadas,

y constatamos que en el factor 1, que representa 55,176% de la varianza, están

presentes variables en que se busca establecer la relación entre los varios

aprendizajes con la química. En CQ5 (Eu procuro relacionar o que aprendo em

outras áreas, com as aulas de Química), en CQ3 (Eu procuro relacionar as

informações das aulas de Química com aquilo que eu já sei) y CQ4 (Eu procuro

relacionar o que aprendo a partir das atividades fora da sala de aula, com o que

acontece nas aulas de Química). Las tres variables del mismo factor relacionan el

aprendizaje de otras áreas del conocimiento, con la química.

Tabla 5. Factores más significativos en Conocimiento/Contexto (CQ).

Factor 1 Factor 2

CQ5

Eu procuro relacionar o que aprendo

em outras áreas, com as aulas de

Química. (0,857) CQ1

Eu procuro relacionar o que

aprendo nas aulas de Química com

actividades realizadas fora da sala

de aula. (0,875)

CQ3

Eu procuro relacionar as informações

das aulas de Química com aquilo que

eu já sei. (0,749)

CQ2

Eu procuro relacionar o que eu

observo no meu dia-a-dia, com as

aulas de Química. (0,696)

CQ4

Eu procuro relacionar o que aprendo a

partir das actividades fora da sala de

aula, com o que acontece nas aulas de

Química. (0,670)

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474 Procesos Metacognitivos, Afectivos y Sociales en el Aprendizaje de las Reacciones Químicas

Representando el 14,523% de la varianza, en el factor 2, aparecen variables que

relacionan el conocimiento de las clases de química con el contexto, (CQ1 Eu

procuro relacionar o que aprendo nas aulas de Química com actividades realizadas

fora da sala de aula) y (CQ2 Eu procuro relacionar o que eu observo no meu dia-a-

dia, com as aulas de Química). Las dos variables surgen en el mismo factor, en la

medida que la observación de fenómenos diarios está relacionado con actividades

realizadas fuera del aula.

El AF para los datos en este grupo, que relaciona conocimiento con contexto, ha

mostrado la formación de dos grupos de variables (dos factores), cada uno de los

dos factores adopta el nombre de la variable con mayor carga factorial. Eu procuro

relacionar o que aprendo em outras áreas, com as aulas de Química (0,857) y Eu

procuro relacionar o que aprendo nas aulas de Química com actividades realizadas

fora da sala de aula (0,875), estando ambas fuertemente relacionadas con el factor,

como se puede constatar por la observación de la tabla 4, analizando también la

tabla 3, se constata que estas mismas variables son aquellas que presentan mayor

valor de comunalidad.

Como anteriormente se describió, el mismo procedimiento de elección de

factores fue realizado para las variables de los otros tres grupos. Se redujeron de

veintiocho a diez el número de variables (tabla 6). Para este nuevo conjunto de

datos se llevó a cabo un nuevo análisis multivariado, a fin de establecer una

relación entre las variables de las dimensiones formadas.

Tabla 6. Variables seleccionadas.

# Variables

CQ5 Eu procuro relacionar o que aprendo em outras áreas, com as aulas de Química.

CQ1

Eu procuro relacionar o que aprendo nas aulas de Química com atividades realizadas fora da

sala de aula.

ME3 Eu paro de vez em quando para verificar os meus progressos numa dada tarefa.

ME2 Durante a realização de uma tarefa, eu acompanho os meus progressos na aprendizagem.

ME7 Eu avalio o meu processo de aprendizagem com o objetivo de o melhorar.

AE5

Estou confiante que vou compreender os conteúdos mais complexos, apresentados pela

professora neste tema das reações – químicas.

AE1

Eu sei que posso compreender as matérias mais difíceis apresentadas no tema reações -

químicas.

AP4 Sei quando estou com dificuldades na aprendizagem.

CC3 Eu ajusto o meu nível de concentração, de acordo com os vários assuntos abordados.

AP1 Eu sei quando estou prestes a enfrentar um desafio na minha aprendizagem.

La aptitud para el AF fue confirmada por las pruebas de KMO que presenta un

valor de 0,717 y la prueba de esfericidad de Bartlett fue ampliamente significativa

(p <0,001).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 475

Se determinaron los autovalores y el porcentaje de la varianza explicada que

presentan un valor de 63,717%, de esta manera fueron seleccionados, los cuatro

factores que se presentan en la tabla 7.

Tabla 7. Varianza explicada por los factores.

La tabla 8 muestra las cargas factoriales que representan la contribución de cada

variable para la formación del factor. Se procedió a la rotación Varimax de los

factores para facilitar la visualización de las cargas factoriales representativas de

cada factor. Se ha seleccionado las variables que presentan una carga factorial

dentro de lo aceptable mínimamente para el número de sujetos que es entre 0,65 y

0,70.

Tabla 8. Matriz de componentes rotados a través de Varimax.

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476 Procesos Metacognitivos, Afectivos y Sociales en el Aprendizaje de las Reacciones Químicas

En la tabla 8 existen variables que se encuentran representadas en más de un

factor (AE5, CQ1, AP4 y CQ5). Hemos procurado representar en la tabla 9, para un

interpretación más rigurosa, sólo aquellas variables que, como hemos expresado

anteriormente, se encuentran con cargas factoriales entre 0,65 y 0,70, lo que

garantizará un grado de significación elevado.

Tabla 9. Factores más significativos para el grupo final de variables.

El análisis de las variables extraídas por su mayor correlación (tabla 9), por un

lado es importante reflexionar sobre cuál es la relación de las variables presentes en

el mismo factor pero, por otro, importa también encontrar la justificación para que

un factor contenga una única variable con valor de correlación alto y diferenciado

de las restantes variables en el factor.

Se puede constatar que en el factor 1, que representa el 29,755% de la varianza,

aparecen ítems de los dos grupos, la autoregulacion (ME2 Durante a realização de

uma tarefa, eu acompanho os meus progressos na aprendizagem) y autoeficacia

(AE1 Eu sei que posso compreender as matérias mais difíceis apresentadas no tema

reações-químicas). Aquellos estudiantes que tienen buenas expectativas sobre

cómo pueden entender los temas más difíciles, son también los mismos que

realizan una monitorización sobre la realización de una tarea. La autoeficacia se

entiende como una variable fundamental en el proceso de autorregulación del

alumno. En este sentido, la autoeficacia cumple un papel mediador entre el

pensamiento y la conducta del estudiante, cuanto mayor es la percepción de la

autoeficacia más vigoroso y persistente será el esfuerzo, siendo pues importante

mantener los niveles de autoeficacia positivos.

Los estudiantes que reflexionan sobre su capacidad para aprender, presentan

una alta percepción de autoeficacia en relación con el trabajo de la clase, son más

participativos y permanecen más tiempo sobre la tarea cuando se enfrentan a

dificultades, alcanzando mayores niveles de realización.

Factor 1 Factor 2 Factor 3 Factor 4

ME2. Durante a

realização de uma

tarefa, eu acompanho

os meus progressos

na aprendizagem

(0,751)

CC3. Eu ajusto o meu

nível de concentração,

de acordo com os

vários assuntos

abordados (0,793)

AP1. Eu sei quando

estou prestes a

enfrentar um desafio

na minha

aprendizagem (0,873)

ME7. Eu avalio o meu

processo de

aprendizagem com o

objetivo de o

melhorar (0,895)

AE1. Eu sei que posso

compreender as

matérias mais difíceis

apresentadas no tema

reacções-químicas

(0,710)

ME3. Eu paro de vez

em quando para

verificar os meus

progressos numa

dada tarefa (0,655)

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 477

Las variables presentes en el factor 3 que presenta una varianza del 10,779%,

(ME3 Eu paro de vez em quando para verificar os meus progresos numa dad

tarefa) y (AP1 Eu sei quando estou prestes a enfrentar um desafio na mina

aprendizagem), se verifica que los alumnos que son conscientes de sus dificultades

sobre los desafíos que encuentran, son los que vigilan su proceso de aprendizaje

haciendo pausas para evaluar su progreso.

Los dos factores que a continuación se exponen, son los que contienen

solamente una variable, indicando que los alumnos no las relacionan con otras. Son

factores que no están específicamente relacionados con la realización de una tarea,

aunque sí con el proceso de aprendizaje.

Con una variancia del 13,230%, (CC3 Eu ajusto o meu nível de concetração, de

acordó com os varios asuntos abordados), en este factor la variable está relacionada

con la manera en que los alumnos, de acuerdo con la exigencia de un reto, ajustan

su nivel de concentración al mismo.

El factor que presenta una varianza del 9,952%, (ME7 Eu avalio o meu proceso

de aprendizagem com o objectivo de o melhorar), esta variable está relacionada

con la estrategia metacognitiva, aquella que se refiere a la conciencia de que los

estudiantes tienen el ejercicio cognitivo y la capacidad de cambiar su conducta con

el fin de lograr ciertos objetivos de aprendizaje, para que sus resultados escolares

sean congruentes con el esfuerzo expresado.

Este conocimiento metacognitivo está relacionado con la capacidad de cómo los

estudiantes utilizan correctamente estrategias y la reflexión sistemática sobre los

procesos de aprendizaje. Su dominio permite la planificación, organización y

revisión de sus propias actividades de aprendizaje. Estos estudiantes, aprendices

autorregulados son capaces de establecer objetivos específicos, próximos y

desafiantes, pero alcanzables. Se hace evidente, la importancia de desarrollar en los

estudiantes la dimensión metacognitiva del aprendizaje, ya que es directamente

responsable de la mejora de los procesos de aprendizaje.

6. CONCLUSIONES

El presente trabajo tiene como propósito principal, reflexionar sobre cuál es la

influencia de otros factores en lo cognitivo del aprendizaje de las ciencias, en

particular del aprendizaje de las reacciones químicas.

Partiendo de un instrumento de variables y una muestra de sesenta y seis

sujetos, utilizando como recurso al análisis factorial, se redujo el número de

variables hasta diez, sin pérdida de información relevante para la investigación.

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478 Procesos Metacognitivos, Afectivos y Sociales en el Aprendizaje de las Reacciones Químicas

De la reflexión sobre los resultados obtenidos, es evidente la relación entre la

autoeficacia y la autorregulación, las creencias de autoeficacia, influyen en el

comportamiento de los alumnos. El esfuerzo y la persistencia utilizados para

realizar una tarea son directamente proporcionales a la percepción de la

autoeficacia, lo que permite seleccionar las estrategias que mejor conduzcan a los

objetivos perseguidos, empeñando para eso una reflexión metacognitiva. Bandura

(1997) establece que las percepciones de la autoeficacia que el estudiante construye

ayudan a determinar cómo el estudiante piensa, siente y se comporta. La

autoeficacia se nutre de sentimientos de pertenencia, los cuales son desarrollados

en el medio escolar, estando la dimensión social del aprendizaje involucrada en

todo el proceso, con las relaciones personales que allí se desarrollan. Para

McCombs (1989), la autopercepción desfavorable, genera emociones negativas,

como es la ansiedad, y produce una disminución de la motivación, que se traduce

en un abandono de la realización de la tarea de aprendizaje.

Las estrategias autorreguladoras deberían ser introducidas en el currículo de los

diferentes saberes trabajados en el aula. El desarrollo y la modelación de las

estrategias de la autorregulación facilitarían un aprendizaje más significativo. El

conocimiento de la autoeficacia percibida y la declaración de las emociones que

muestran los estudiantes nos pueden permitir enseñar y modelar la utilización de

estrategias en el aula, teniendo siempre como objetivo principal la capacidad de los

estudiantes.

Como respuesta a la necesidad de una escuela que sea capaz de formar alumnos

con resultados académicos favorables, es necesario crear alumnos autónomos en su

proceso de aprendizaje y que encuentren en la escuela ambientes de aprendizaje

atractivos en una sociedad que se transforma a un ritmo acelerado. Cada vez más

es importante, en este torbellino de cambios constantes, entender a los alumnos y

la influencia de todas y de cada una de las dimensiones del aprendizaje de la

ciencia.

Agradecimientos: Este trabajo ha sido parcialmente financiado por el Proyecto de

Investigación EDU2012-34140 del Ministerio de Economía y Competitividad (España) y los

Fondos Europeos de Desarrollo Regional.

7. BIBLIOGRAFÍA

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_________________________ Álvarez, G.J. y Canal, J.R. (2013). Percepción de las emociones en el alumnado de tecnología de

Educación Secundaria Obligatoria. En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B. Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.),

Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas (pp.481-493). Badajoz,

España: DEPROFE.

CAPÍTULO 21

PERCEPCIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL

ALUMNADO DE TECNOLOGÍA DE

EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA

GARCÍA JOSÉ ÁLVAREZ GRAGERA. Universidad de Extremadura.

JOSÉ RAMÓN CANAL PEREZ. Universidad de Extremadura.

1. INTRODUCCIÓN

Existen mecanismos racionales que nos dirigen, pero también emocionales que

tienen un papel vital en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo el

estudio de las emociones se ha abordado preferentemente desde la psicología y

apenas se le ha prestado atención desde la enseñanza y el aprendizaje de

contenidos escolares concretos, y menos aún desde la tecnología.

Como se ha señalado en otros capítulos, hay resultados que indican que lo

cognitivo configura lo afectivo y lo afectivo lo cognitivo y la idea de la enseñanza

como una práctica emocional en la que intervienen procesos cognitivos y afectivos

es aceptada por investigadores y educadores (Hargreaves, 1998; Shapiro, 2010).

En la búsqueda de resultados, cada alumno siente emociones según perciba

éxitos o fracasos, de tal forma que actuará e incrementará su esfuerzo y autoestima

ante emociones positivas y de logro. Por contra, abandonará en el caso extremo de

no percibir posibilidades de éxito (Weiner, 1986). La ansiedad puede ser

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482 Percepción de las Emociones en el Alumnado de Tecnología de Secundaria

motivadora en pequeñas dosis o provocar bloqueo, no solo en adolescentes, sino

también en adultos (Goleman, 1996). Por tanto, un alumno puede quedar

paralizado ante situaciones emocionales como la frustración, la ira o la impotencia,

generadas por distintas situaciones en el aula o fuera de ésta.

Hasta ahora, la importancia de estos activadores no se ha tenido en cuenta en la

didáctica de las tecnologías y sin saber qué es lo que siente un alumno de

secundaria, estaremos limitando el proceso de enseñanza-aprendizaje. Si ya es

determinante conocer los tipos de inteligencia que tiene un individuo para trazar

diferentes estrategias de aprendizaje tal y como establece la teoría de las

inteligencias múltiples de Gardner (1995), deberíamos interpretar qué sucesos

emocionales ocurren en el individuo y, según éstos, establecer también distintas

actividades y estrategias de enseñanza, ya que los estados emocionales positivos

favorecen el aprendizaje, mientras los estados emocionales negativos limitan la

capacidad de aprender (Vázquez y Manassero, 2007).

Pero no se debe quedar solo en alumno, sino que además creemos, tal y como

afirma Bisquerra (2005), que el profesorado debe estar concienciado y capacitado

de ciertas competencias emocionales para afrontar las situaciones y procesos

educativos desde una perspectiva no solo cognitiva, sino además intraemocional e

interemocional.

Nuestro trabajo pretende estudiar qué emociones afectan a los alumnos de

Educación Secundaria Obligatoria en la asignatura de Tecnología, desde una

perspectiva de conocer qué ocurre al proponer, dirigir, construir, o exponer los

contenidos del currículo tal y como establece el Decreto 83/2007. El fin es conocer

para poder tener conciencia de qué mecanismos se están produciendo y para tomar

medidas y propuestas de intervención.

Hay una gran variedad de taxonomías para referirse a las emociones. Una de

las clasificaciones más empleadas es la que distingue entre emociones básicas o

primarias y emociones complejas o secundarias (Francisco, Gervás y Hervás, 2005).

Casacuberta (2000) clasifica las emociones básicas en seis grupos: sorpresa, alegría,

miedo, aversión, ira y tristeza. Las emociones tienen diferentes concepciones entre

culturas, incluso existen cambios intraculturales a lo largo del tiempo, por lo que la

existencia de distintas clasificaciones alternativas puede tener justificación. Para

nuestra clasificación hemos tomado como referencia otros trabajos anteriores que

distinguen entre emociones positivas, negativas y neutras (Bisquerra, 2009;

Borrachero, 2010; Brígido, Caballero, Conde, Mellado y Bermejo, 2009; Brígido,

Bermejo, Conde, Borrachero y Mellado, 2010; Fernández-Abascal, Martín y

Domínguez, 2001).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 483

Como se ha indicado en otros capítulos en la educación científica y tecnológica

las emociones se han tratado fundamentalmente desde la inicial línea de las

actitudes (Vázquez y Manassero, 2007), existiendo ya trabajos en nuestro propio

grupo de investigación que inciden en las emociones en el aprendizaje de

contenidos científicos concretos (Borrachero, 2010; Brígido et al., 2009 y 2010). En

relación al aprendizaje de las ciencias, también se defiende la importancia de la

motivación y de las emociones como factores determinantes (Duit, Treagust y

Widodo, 2008; Villarroel, 2000). Por todo ello es necesario analizar las emociones

diferenciando las distintas materias de ciencias y tecnología (Brígido et al., 2009 y

2010; Van Der Hoeven Kraft, Srogi, Husman, Semken y Fuhrmman, 2011; Vázquez

y Manassero, 2007).

El objetivo de nuestro estudio es detectar las emociones que se producen en los

alumnos que cursan la asignatura de tecnología de 2º y 3º de Educación Secundaria

Obligatoria en función de los contenidos, actividades y dinámicas que acontecen

en la asignatura, así como identificar las causas que desencadenan las emociones,

categorizándolas según su origen en función del bloque de contenido, actividad o

metodología aplicada.

2. MÉTODO

La muestra la componen 150 alumnos que cursan la asignatura de Tecnología

de 2º (13-14 años) y 3º (14-15 años) de Educación Secundaria Obligatoria en tres

centros de de la provincia de Badajoz, 50 de cada Centro. Dos de los Centros están

situados en Villafranca de los Barros, una población de 13.500 habitantes y otro en

Almendralejo, una población de 24.000 habitantes.

El procedimiento de recogida de datos ha sido un cuestionario con cinco

categorías: emociones, contenidos de la asignatura, fases de la actividad de clase,

organización y observaciones.

Nos hemos basado en las seis categorías básicas de emociones (Casacuberta,

2000): miedo, sorpresa, aversión, ira, alegría y tristeza, a partir de las cuales

elaboramos la lista de emociones que se le suministró al alumnado.

Las variables están estructuradas de tal forma que se puedan relacionar

aspectos curriculares con las emociones, sus causas y las posibles estrategias de

afrontamiento. En el cuadro 1 se muestra cómo se pide a los estudiantes que

relacionen estos aspectos mediante líneas o flechas.

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484 Percepción de las Emociones en el Alumnado de Tecnología de Secundaria

Cuadro 1. Relación entre emociones, contenidos, fases del proceso y estrategias de afrontamiento.

Para el análisis de datos se procedió a comparar diferentes parámetros de las

distintas variables. En un primer momento se analizaron qué emociones se detallan

en tanto por ciento, según los bloques de contenidos y sus apartados.

En cada bloque de los seis de los que componen la asignatura de tecnología se

detallan a su vez cuatro sub-bloques. Una vez determinadas qué emociones se dan

en cada uno de ellos se ha hecho un análisis global del bloque para determinar qué

aspectos son los más beneficiosos y los más negativos emocionalmente. En cada

uno de los bloques se comparan además, las causas determinadas por los alumnos

y las posibles consecuencias.

Una vez analizado bloque por bloque se hizo también un análisis de todo el

conjunto y se analizó a su vez si las causas y efectos se corresponden con cada una

de sus partes.

Y por último para dar una visión más global y a su vez certificar el proceso de

análisis, se procedió a comprobar si coincide el análisis efectuado mediante las

encuestas con el análisis gráfico. Este análisis gráfico tiene por objeto detallar si el

alumno expresa con veracidad y coherencia lo indicado mediante el escrito.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 485

3. RESULTADOS

Los resultados generales los presentamos por bloques de contenidos. Las

emociones que describimos en los gráficos son las seis básicas de Casacuberta

(2000): miedo, sorpresa, aversión, ira, alegría y tristeza. Además, hemos incluido la

emoción confianza y la emoción vergüenza, ya que son las más repetidas por el

alumnado, identificadas en las acciones sociales.

Los resultados del bloque 1 (Proceso de resolución de problemas tecnológicos)

se pueden resumir en la figura 1, donde no apreciamos que se presenten problemas

emocionales en los alumnos. Todo lo contrario, el hecho de trabajar en el taller, de

trabajar en grupo o de incentivar las aportaciones individuales dentro de un

colectivo, facilita la alegría y aceptación del proceso de enseñanza aprendizaje.

Figura 1. Gráfico de emociones del bloque 1.

El bloque 2 (Hardware y sistema operativo) presenta una cierta contradicción

en las emociones de los alumnos. Por una parte tal y como vemos en la figura 2, es

gratificante usar los ordenadores y muy llamativo para ellos, pero el tener que

profundizar en las bases teóricas o tener que utilizarlo, lejos de sus uso habituales

más lúdicos, les produce aversión. Es decir, parece que los ordenadores son

atractivos en el momento que son utilizados como juegos más que útiles didácticos.

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486 Percepción de las Emociones en el Alumnado de Tecnología de Secundaria

Figura 2. Gráfico de emociones del bloque 2.

El bloque 3 (Materiales de uso técnico), que se define como aprender con

actividades prácticas, es muy atractivo para el alumno, pero aprender con sentido

del para qué. Es un bloque tal y como expresa la figura 3, que apenas genera

emociones negativos y casi todas son positivas. Genera admiración, sorpresa,

bienestar y pasión; mientras que no aparecen sensaciones adversas, vergüenza,

enfado o tristeza.

Figura 3. Gráfico de emociones del bloque 3.

El bloque 4 (Técnica de expresión y comunicación) es difícil para los alumnos

de segundo y tercero de tecnología. Vemos en la figura 4 que hay un 28 por ciento

de aversión a este bloque. A los alumnos les cuesta muchísimo ver e interpretar las

piezas en el espacio. Dibujar sus vistas y perspectivas es complicado para ellos, así

como interpretar planos de piezas.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 487

Figura 4. Gráfico de emociones del bloque 4.

También es muy significativo el bloque 5 (Estructuras) donde existen emociones

positivas y negativas ante el mismo tema (figura 5), lo cual indica que la

metodología es fundamental. La practicidad, utilidad y la realización han de ser un

punto de orientación a la hora de dar clases en tecnología.

Figura 5. Gráfico de emociones del bloque 5

El bloque 6 (Electricidad) nos da una visión importante de la orientación de los

contenidos. Los alumnos aceptarán las actividades de un contenido tan primordial

como el cálculo en electricidad, en función de la necesidad de poder utilizarlo. Lo

cual debemos hacerlo extensible no solo a contenidos de electricidad o electrónica,

sino plantearlo en todos los niveles: crear una necesidad en el alumno (figura 6).

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488 Percepción de las Emociones en el Alumnado de Tecnología de Secundaria

Figura 6. Gráfico de emociones del bloque 6.

Y por último el bloque 7 (Tecnología de la comunicación. Internet) también es

muy revelador (figura 7). El trabajo en grupo motiva, pero motiva aún más si es

intergrupal de forma colaborativa y con el uso de Internet como nexo entre ellos.

Las posibilidades colaborativas que aporta Internet, como son las plataformas

moodle o google docs, puede ser fuente de aceptación, satisfacción y mejora del

proceso de enseñanza.

Figura 7. Gráfico de emociones del bloque 7.

En nuestro estudio segregamos las emociones que son beneficiosas o

perjudiciales valorando cuando se producen según el bloque de contenidos y qué

consecuencias provoca. El éxito o fracaso, tal y como indicaba Weiner (1986)

dependerá en gran medida de lo que el alumno sienta y de la percepción del éxito

o fracaso que tenga el individuo. Es decir, actuará e incrementará su esfuerzo y

autoestima ante emociones positivas y de logro. Por contra, abandonará en el caso

extremo de no percibir posibilidades de éxito. Y por otra parte, emociones como la

ansiedad puede ser motivadora o provocar bloqueo (Goleman 1996), por lo que

debemos tenerlo en cuenta en el proceso de enseñanza.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 489

En cuanto a la relación gráfica por medio de líneas o flechas entre las emociones

los distintos aspectos curriculares y sus fases, así como las posibles estrategias de

afrontamiento, en los cuadros 2 y 3 mostramos los resultados de la alegría y de la

sorpresa, respectivamente. En esta parte hemos simplificado la clasificación de

emociones en seis grupos según la función que realizan, así bienestar, alegría o

diversión son emociones que hacen que nos sintamos bien para que esa situación

se vuelva a producir (Casacuberta, 2000).

Cuadro 2. Emociones alegría.

A la vista de los resultados podemos contribuir de modo significativo a

interpretar las emociones de los alumnos en función de los contenidos y procesos

que se desarrollan en el aula. Interpretar las emociones gráficamente, nos permitirá

desarrollar habilidades emocionales en el aula de tecnología implicando un

aumento del desarrollo académico y social y a su vez conocer sus consecuencias.

Así las emociones positivas de los alumnos de tecnología interfieren no siempre

en la aceptación del proceso enseñanza-aprendizaje. Como podemos ver en el

cuadro 2 las emociones como alegría pueden fomentar también la desconexión del

proceso y hacer lo mínimo o nada.

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490 Percepción de las Emociones en el Alumnado de Tecnología de Secundaria

En el cuadro 3 se muestra la relación gráfica del grupo de la sorpresa. En

general, las emociones como sorpresa, asombro o pasión, plantean mecanismos

muy autosuficientes en el alumnado y fomentan que se impliquen en el proceso.

Los alumnos trabajan más si les gustan los contenidos, pero se ha de concretizar

que más que los contenidos, los alumnos lo que buscan es una metodología

práctica que le aporte utilidad y sentirse aceptados en el grupo. Así, es necesario

partir desde una necesidad práctica y útil para el alumno para fomentarle la

necesidad teórica.

Cuadro 3. Emociones Sorpresa.

A su vez las emociones que siente el alumno en el aprendizaje, es uno de los

ejes motores que provocarán mecanismos de aceptación o rechazo de la asignatura

de tecnología. Estas son aceptadas cuando son útiles, se trabajan en grupo,

mediante realizaciones prácticas y con aportaciones personales y colaborativas.

4. CONCLUSIONES

Las emociones difieren según el bloque de contenido de la asignatura de

tecnología. Sin embargo se ha de matizar que en el hecho de ser positivas o

negativas no inciden en que sean beneficiosas las positivas y perjudiciales las

negativas.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 491

Las emociones positivas de los alumnos de tecnología interfieren, aunque no

siempre, en la aceptación del proceso enseñanza-aprendizaje. Trabajan más si les

gustan los contenidos, pero más que los contenidos los alumnos lo que buscan es

una metodología práctica que le aporte utilidad y sentirse aceptados. Es necesario

partir de una necesidad práctica y útil para el alumno, para fomentarle la

necesidad teórica.

Los conocimientos de tecnología, así como la realización práctica de proyectos

técnicos generan sentimientos satisfactorios y de integración en los alumnos y esto

favorece el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es decir, el aprendizaje mediante

prácticas para buscar un fin concreto (hacer un objeto) es la base de la aceptación

de los conocimientos en tecnologías y a la vez facilita la inclusión y entendimiento

de los conocimientos teóricos. El alumno ante situaciones positivas actuará de

forma autónoma, pidiendo ayuda o no, según sienta la necesidad y motivación

ante esta.

Las emociones que siente el alumnado en el aprendizaje es uno de los ejes

motores que provocarán mecanismos de aceptación o rechazo de la asignatura de

tecnología. Estas son aceptadas cuando son útiles, se trabajan en grupo, mediante

realizaciones prácticas y con aportaciones personales y colaborativas.

Las causas generadoras de posibles emociones pueden ser de origen cultural,

metodológico o inducido por el profesor. A los alumnos les gusta más esta

asignatura cuando se aleja de aspectos teóricos, lo que nos indica que la

metodología es un aspecto a tener en cuenta. El método proyecto es muy aceptado

por los alumnos y podría extrapolarse a otras asignaturas. Por ejemplo sería fácil

estudiar fracciones al calcular cuánto contrachapado han gastado al construir un

objeto o podríamos investigar los restos arqueológicos en su comarca en la

asignatura de historia.

En cuanto a las implicaciones para futuras investigaciones, señalamos la

necesidad de ampliar las muestras, así como introducir nuevas variables como el

perfil de alumnado en relación a las inteligencias múltiples (Prieto, Navarro, Villa,

Ferrándiz y Ballester, 2002), para hacer un diagnóstico más individualizado, que

permita, en una segunda fase, realizar una intervención adaptada al perfil y estilo

de trabajo del alumnado.

Agradecimientos: Este trabajo ha sido financiado por el Proyecto de Investigación

EDU2012-34140 del Ministerio de Economía y Competitividad (España) y los Fondos

Europeos de Desarrollo Regional.

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492 Percepción de las Emociones en el Alumnado de Tecnología de Secundaria

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CAPÍTULO 22

ESTUDIO DEMOSCÓPICO DE LO QUE

SIENTEN Y PIENSAN LOS NIÑOS Y

ADOLESCENTES SOBRE LA ENSEÑANZA

FORMAL DE LAS CIENCIAS

ANTONIO PÉREZ MANZANO. Universidad de Murcia.

ANTONIO DE PRO BUENO. Universidad de Murcia.

1. PLANTEAMIENTO DE LOS PROBLEMAS DE LA INVESTIGACIÓN

A menudo hemos escuchado hablar sobre las actitudes. A unos para defender la

importancia que tienen de cara a que se produzcan aprendizajes duraderos y

significativos. A otros para señalarlas como contenidos objeto de enseñanza que el

alumnado debe aprender porque no son innatas. Algunos las tienen en cuenta en

las calificaciones de sus alumnos, aunque su consideración sea muy limitada y, por

supuesto, siempre supeditada a la adquisición de otros conocimientos. También los

hay que recurren a ellas para explicar o criticar determinadas conductas o

comportamientos… Pero, ¿están todos hablando de lo mismo?

En principio, podemos señalar algunas características que comparten estas

acepciones. Así, desde nuestra perspectiva, creemos que se trata de una

predisposición a actuar, pensar, sentir… que tiene un componente afectivo o

Page 276: VOLUMEN II - Universidad de Extremadura. Servicio de ... IIok.pdf · 1994; Tobin, 2012; Wubbels y Brekelman, 1998). Desde la línea inicial de las actitudes, el estudio de las emociones

496 Estudio Demoscópico de lo que Sienten y Piensan los Niños y Adolescentes

emocional. Por supuesto, detrás de ellas, hay o puede haber creencias, valores,

principios… pero también están determinadas por los conocimientos, experiencias,

vivencias… de la persona que las ha adquirido. Y, desde luego, se puede

manifestar en intenciones, en opiniones, en posicionamientos, en conductas…

Como hemos dicho en otros trabajos (Pro, 2002), existen diferentes tipos de

actitudes. Así, podemos hablar de actitudes hacia las Ciencias, hacia sus

descubrimientos… Estas no coinciden con las actitudes hacia los científicos, hacia

su forma de trabajar, hacia su rol social… Pero también podemos referirnos a las

actitudes que las personas ponen de manifiesto cuando realizan algunas

actividades de carácter científico: rigor en la descripción de observaciones o en la

interpretación de un texto, precisión en una recogida de datos, coherencia entre

resultados y conclusiones, defensa argumentada y no dogmática de las

afirmaciones… No podemos olvidar los hábitos deseables, que también forman

parte de este entramado, en relación con la salud, con la higiene, con la

conservación del medio, con un estilo de vida determinado… Y, por supuesto, las

percepciones y emociones de los alumnos ante las clases de ciencias, ante su

contexto, ante su propio desarrollo personal, ante la forma de encarar los

problemas en la vida cotidiana…

Esta variedad conlleva otras peculiaridades. Por ejemplo, las diferentes

actitudes tienen distintos grados de estabilidad: las actitudes hacia una clase de

Ciencias son menos estables que las que se tiene hacia las aportaciones de los

descubrimientos científicos. Tienen distintos modos de adquisición: los hábitos

saludables tienen un componente más cognoscitivo que las percepciones de una

clase o de un profesor de Ciencias en los que predomina el carácter más

experiencial. Tienen diversos ritmos de asentamiento: las actitudes deseables en las

actividades científicas tardan más en adquirirse que la valoración de una persona

ante una experiencia vivida. Tienen distintas formas de manifestación: las actitudes

hacia la Ciencia se manifiestan más “internamente” que las de rechazo a la

instalación de algo que deteriora el medio ambiente que se visualiza con escritos,

manifestaciones, protestas…

Hay, por tanto, diversos ámbitos en este tipo de estudios (Pérez y Pro, 2005). En

este trabajo, nos vamos a centrar en las actitudes hacia las asignaturas de Ciencias

que se imparten en la educación obligatoria. Para ordenar mejor nuestro estudio,

tratamos de dar respuestas a los interrogantes:

a) ¿Cómo valoran los estudiantes de la educación obligatoria la utilidad en su

vida cotidiana de diferentes materias curriculares y, en particular, de las

Ciencias? ¿Y cuál es el grado de aprecio que tienen las asignaturas de

Ciencias en relación con las demás?

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 497

b) ¿Qué tipo de actividades se realizan en las clases de Ciencias durante la

educación obligatoria y cómo las valoran los estudiantes?

c) ¿Qué temáticas –de las recogidas en los programas oficiales- son las que

prefieren los estudiantes en la educación obligatoria?

Para profundizar en la información recogida, además de describir y analizar las

respuestas de los estudiantes, realizaremos contrastes con algunas variables: nivel

educativo, género y tipo de centro.

2. REVISIÓN DE APORTACIONES SOBRE EL TEMA

Como hemos señalado en otros trabajos (Pérez, 2013; Pro y Pérez, en prensa), la

investigación sobre las actitudes ha sido muy prolífica desde hace bastante tiempo

pero, a pesar de todas las aportaciones realizadas, siempre ha sido más fácil

medirlas que definirlas (Kind, Jones y Barmby, 2007). No obstante, la actitud hacia

las asignaturas de Ciencias es una excepción, probablemente porque, al tener un

contexto bastante delimitado y visible, resulta menos complejo hacerlo que otros.

Pero también han podido influir las preocupaciones que siempre hemos tenido

muchos docentes porque nuestros alumnos se encuentren a gusto en las aulas y en

los centros, que se impliquen en las actividades y propuestas que planificamos y

desarrollamos para ellos, que muestren interés por seguir aprendiendo, que sigan

pensando en las ciencias tras acabar las clases de ciencias… aunque

desgraciadamente no siempre lo conseguimos. Sin duda, cuando hay una

demanda extendida en la educación, se multiplican los esfuerzos para atenderla.

Además, en los últimos tiempos, se han dejado sentir los efectos de algunas

actitudes no deseables: se ha producido un descenso preocupante en el número de

estudiantes universitarios en las titulaciones de ciencias; en el currículum oficial se

han eliminado asignaturas y se ha reducido sistemáticamente la carga lectiva de

otras que se ocupaban de este ámbito del conocimiento; y hay un montón de

alumnos que huyen de las materias científicas, en cuanto se le da la ocasión para

hacerlo. El problema tiene un alcance que sale de nuestras fronteras, como puso de

manifiesto el Informe de la Comisión Europea (European Comision, 2004).

En nuestro contexto educativo, se han realizado trabajos que han tratado

explícita o implícitamente las actitudes hacia las materias de Ciencias. En el cuadro

1 hemos recogido algunos de ellos.

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498 Estudio Demoscópico de lo que Sienten y Piensan los Niños y Adolescentes

Cuadro 1. Algunos trabajos sobre el tema.

AUTOR AÑO NIVEL TEMÁTICA PALABRAS CLAVE

Aguaded y

Díaz-Guerra 2001 ESO

Propuesta de enseñanza sobre

valores y riesgos ambientales.

valores, estrategias de

enseñanza, riesgos

Augusto, Nappa

y Vázquez 2001 Univ

Propuesta de evaluación

integradora en el aprendizaje

de la química.

evaluación, química

Carnicer y Furió 2002 ESO Factores que dificultan los

cambios educativos.

formación profesorado,

actitudes profesorado

Pro 2002 ESO Procedimientos y actitudes en

el currículum oficial.

procedimientos, actitudes,

programa de ciencias

Fernández, Gil,

Carrascosa y

Cachapuz.

2002 Univ

Visiones deformadas de la

ciencia que se transmiten por

la enseñanza.

naturaleza de la ciencia,

formación del profesorado

Gaona 2002 Prim Propuesta para enseñar la

basura en primer ciclo de EP

contenidos, primaria,

metodología investigativa

Pedrinaci 2002 ESO Análisis del currículum de

Ciencias para la ESO

currículo, programa de

ciencias

Solbes 2002 ESO Análisis del currículum de

Física currículo, física, ESO

Martín-Gordillo

y Osorio 2003

Prim y

ESO

Proyecto para difundir la

cultura científica

alfabetización científica,

enseñanza de las ciencias

Membiela 2003 ESO Proyectos innovadores para la

enseñanza de las ciencias

proyecto curricular,

currículo

Cañal 2004 Prim y

ESO

Situación de la enseñanza de

la biología

didáctica de la biología,

biología

Izquierdo,

Espinet, Bonil y

Pujol

2004 Prim y

ESO

Ciencia escolar y el paradigma

de la complejidad valores, aprendizaje formal

Vasconcelos,

Praia y Almeida 2005 ESO

Escala para medir las actitudes

y hábitos de estudio

escala, estrategias de

estudio, ciencias naturales

Vázquez y

Manassero 2005

Prim y

ESO

Visión de las ciencias por los

estudiantes

actitudes hacia la enseñanza

de las ciencias

Vázquez,

Acevedo y

Manassero

2005 Prim y

ESO

Educación científica

humanista

educación CTS humanística,

énfasis curricular

Vázquez y

Manasero

2007a

2007b

Prim y

ESO

Revisión de hallazgos de la

investigación sobre actitudes actitudes, metaanálisis

Pro, Pérez y

Tárraga 2009

Prim y

ESO

Actitudes hacia los científicos

y su trabajo actitudes hacia científicos

Vázquez y

Manasero 2008 ESO Elecciones de optativas actitudes hacia ciencias

Vázquez y

Manassero 2009 ESO

Actitudes y valores hacia las

ciencias y tecnología

programa ROSE con

muestra española

Marbá y

Márquez 2010

Prim y

ESO

Opinión de los alumnos de las

clases de ciencias opinión alumnos

Además, ya revisamos en otro trabajo (Pro y Pérez, en prensa) una serie de

hallazgos de la investigación que son un referente para nuestro estudio. Así, por

ejemplo, hemos encontrado que:

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 499

a) las actitudes hacia las ciencias suelen empeorar con el nivel educativo,

afectando a todas las asignaturas de carácter científico, pero especialmente a

la física y química.

b) se ha estudiado bastante la dependencia del género pero no se ha llegado a

los mismos resultados.

c) hay una relación inversa entre el grado de desarrollo del país y las actitudes

positivas hacia las ciencias de sus estudiantes; y hay diferencias entre las

Comunidades Autónomas en las actitudes.

e) los efectos de las propuestas innovadoras son heterogéneos en los alumnos;

entre otros, en las actitudes hacia una materia.

En definitiva, es preciso seguir aportando datos que completen la información

recogida por otros o que clarifiquen algunas contradicciones. Por ello, se ha

realizado un estudio demoscópico, no sólo para diagnosticar la situación que

tenemos sino para reflexionar sobre ella.

3. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

3.1. Descripción de la muestra

En un trabajo de carácter demoscópico necesitamos definir la población. Ésta se

basó en los datos oficiales del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

correspondientes al curso 2002-03. Se estratificaron los alumnos por etapa

educativa (Educación Primaria y ESO), por Comunidades Autónomas y Tipo de

Centros (públicos y privados). El cruce de las tres variables generó 68 estratos que

se distribuyeron, teniendo en cuenta el peso ponderado de cada estrato en la

población.

Usamos un muestreo por conglomerados bietápico; las unidades primarias

fueron los centros (controlamos su tamaño, y su localización provincial y comarcal)

y las secundarias fueron las aulas (seleccionadas con el criterio de disponibilidad).

Se eligieron los últimos cursos de cada etapa -6º de EP y 4º de la ESO- ya que los

alumnos de estos niveles tienen una visión más completa de su etapa. En el cuadro

2 se describe la distribución de la muestra.

Cuadro 2. Descripción de la muestra.

Educación Primaria Educación Secundaria

Número

de aulas

Número de

alumnos

Número

de aulas

Número de

alumnos

Centros públicos 165 2591 124 1922

Centros privados 80 1304 59 1010

Total de la muestra 245 3895 183 2932

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500 Estudio Demoscópico de lo que Sienten y Piensan los Niños y Adolescentes

En total se ha trabajado con 6827 personas (3475 chicos, 3308 chicas y 44 que no

indicaron el género). El error muestral por nivel educativo es del 0.8% en EP y del

0.9% en ESO. Para el conjunto de la muestra el error muestral máximo es del 0.01%.

3.2. Instrumento de recogida de información.

Hemos utilizado el cuestionario PANA (Proyecto de Actitudes hacia las ciencias

en Niños y Adolescentes) (Pérez y Pro, 2005), diseñado específicamente para esta

investigación. En este trabajo sólo nos centramos en las cuestiones que se refieren a

la valoración que realizan de las materias de ciencias que estudian en la educación

formal (ítem 12); la versión utilizada se ha recogido en el Anexo. No obstante, en el

cuadro 3 hemos recogido algunas características.

Cuadro 3. Características del instrumento de recogida de información.

Tópico a estudiar Formulación de la cuestión Tipo de escala y

opciones

Valoración de la

influencia de la

materia en la vida

coti-diana

Señala la influencia que tienen las siguientes asignaturas en tu

vida cotidiana

Matemáticas, Lengua, Idioma, Educación Física, Ciencias

(física, química, biología…), Historia

Escala Likert

Ninguna influencia,

Poca influencia,

Regular influencia,

Bastante influencia,

Mucha influencia

Valoración del gra-

do de aprecio (pre-

ferencias)

Señala si te gustan las siguientes asignaturas

Matemáticas, Lengua, Idioma, Educación Física, Ciencias

(física, química, biología…), Historia

Escala Likert

No me gusta nada,

Me gusta poco,

Me gusta regular,

Me gusta bastante,

Me gusta mucho

Actividades

realizadas en las

clases de ciencias

¿Qué actividades haces en las clases de Ciencias (puedes

señalar todas las que hagas)?

Experimentos de laboratorio, Visitas a instalaciones, Trabajo de

campo, Resolución de problema, Explicaciones del profesor,

Ver películas de video, Otras (especificar):

Escala dicotómica

No

Valoración de las

actividades

realizadas en las

clases de Ciencias

De las actividades que haces en las clases de ciencias, ¿cuáles te

gustan más?

Experimentos de laboratorio, Visitas a instalaciones, Trabajo de

campo, Resolución de problema, Explicaciones del profesor,

Ver películas de video, Otras (especificar):

Escala Likert

No me gusta nada,

Me gusta poco,

Me gusta regular,

Me gusta bastante,

Me gusta mucho

Valoración de las

temáticas estudia-

das en las clases de

Ciencias

De los temas siguientes, cuáles te interesan más:

Los animales y las plantas, El cuerpo humano, Las reacciones

químicas, La electricidad, Los recursos energéticos y el ahorro

de energía, Las rocas y los minerales, Astronomía (el universo,

los planetas, los cometas, las estrellas), Estudio de la luz, el

color…, Fenómenos atmosféricos (temperatura, lluvia, mapas

del tiempo), Medio ambiente (conservación, contaminación),

Los modelos de materia (átomos, moléculas), Temas de salud

(alimentación, hábitos saludables, higiene), Máquinas y

aparatos, La vida de los científicos y sus descubrimientos, La

repercusión de las ciencias en la sociedad, Información sexual

Escala Likert

No me gusta nada,

Me gusta poco,

Me gusta regular,

Me gusta bastante,

Me gusta mucho

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 501

Aunque no somos muy partidarios de las escalas Likert (Pro, 2009; 2010), el

tamaño de la muestra condiciona el volumen de información recogida y su

tratamiento. Y, en este contexto, el cuestionario con respuestas cerradas nos pareció

el instrumento más adecuado. No obstante, somos conscientes de que en otro tipo

de estudios –no de tipo demoscópico- se podría profundizar más en los elementos

causales de la situación, aspectos muy interesantes que dejaremos para otro

trabajo.

Además de describir y analizar los valores encontrados en cada cuestión, para

tener una visión más global de la percepción de los encuestados sobre la ciencia

escolar, cuantificamos las opciones de incidencia y aprecio (las dos primeras),

trasformamos la escala ordinal en una numérica y las sumamos, obteniendo una

nueva variable que llamamos Visión global de la educación formal.

En relación con las preferencias temáticas, para poder cruzar la información con

otras variables, hemos trasformado las categorías de la escala ordinal en valores de

una escala de intervalos (esto sólo se puede hacer si la muestra es grande, como en

nuestro caso)

Por último, para profundizar en algunos resultados, hemos utilizado tres

variables de cruce con sus opciones: nivel educativo (6º EP y 4º ESO), género

(chicos y chicas) y tipo de centro (público y privado).

4. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

Para ordenar la descripción de los resultados, vamos a mantener la

diferenciación en los tres problemas o interrogantes centrales que nos hemos

planteado.

4.1. Incidencia cotidiana y preferencias curriculares.

Como hemos comentado, les pedíamos sus valoraciones –sobre la incidencia en

sus vidas cotidianas y sus preferencias- de varias disciplinas curriculares

(Matemáticas, Lengua, Idioma, Educación física, Ciencias e Historia). Los

resultados se recogen en la tabla 1; se han omitido los que no contestan (no llegan

al 3% en ningún caso) y se han señalado los valores con mayores porcentajes.

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502 Estudio Demoscópico de lo que Sienten y Piensan los Niños y Adolescentes

Tabla 1. Resultados globales sobre la valoración en sus vidas cotidianas y sus preferencias

curriculares.

A la vista de los valores obtenidos, podemos decir que:

respecto a la influencia de las materias curriculares en sus vidas cotidianas,

si excluimos las Ciencias, el orden de mayor a menor sería: Matemáticas,

Lengua, Historia, Idioma extranjero y Educación física (oscilan entre el 67%

y el 44% en las opciones “Bastante influencia” y “Mucha influencia”).

en cuanto a las preferencias curriculares (excluyendo las Ciencias), el orden

de mayor a menor grado de aprecio sería: Educación física, Matemáticas,

Historia, Idioma extranjero y Lengua (oscilan entre el 74% y el 41% en las

opciones positivas).

las Ciencias se sitúa en tercer lugar en la valoración que hacen los

estudiantes de su incidencia en la vida cotidiana (detrás sólo de las

instrumentales) y, en relación con el aprecio curricular, ocupan un segundo

lugar (detrás de la Educación física).

existe una opinión mayoritaria que valoran mucho-bastante (un 60%) la

influencia de las Ciencias en la vida cotidiana frente a un menor porcentaje

(inferior al 20%) que perciben ninguna o poca incidencia.

cuando señalan su aprecio curricular por las Ciencias, frente a poco más del

50% con mucho-bastante aprecio se sitúa un 23% que les gusta poco o no les

gusta nada. No es despreciable que otro 20% de la muestra les guste

“Regular”.

El alumnado ha establecido diferencias entre la valoración de la utilidad y la de

sus preferencias curriculares. Es decir, entiende, por ejemplo, que la Educación

física es la que más les gusta, aunque la vea menos útil que las otras fuera del

colegio (aunque no es objeto de este trabajo, nos preguntamos ¿qué les habrá

llevado a pensar esto?). Pero, además, en todas las materias, los valores obtenidos

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 503

en la influencia en sus vidas cotidianas son mayores que en el grado de aprecio de

las mismas, excepto precisamente en Educación física. ¿Quiere decir que asumen

“con naturalidad” -con cierto pasotismo- que existe una distancia entre lo que les

gusta y lo que les es útil? Pero otra lectura de estos resultados podría ser que el

alumnado percibe que lo que hacen en las materias que trabaja en su aula no es útil

en su vida cotidiana. ¿Cuál de las dos interpretaciones resulta más inquietante?

Los valores obtenidos en Ciencias son más positivos que los recogidos en otras

materias. No obstante, persiste la tendencia a valorar más la utilidad cotidiana que

el grado de aprecio (aunque lo haga en menor medida que las demás). ¿Se debe a

factores que no son específicos de las materias científicas o a otros que lo son?

Hemos homogeneizado tanto la forma de trabajar en asignaturas diferentes que

parece que hemos “universalizado” las tendencias y los problemas. ¿Puede ser una

prueba de que lo que el alumnado percibe como útil no siempre coincide con lo

que se hace en el aula?

Tampoco podemos pasar por alto que, cuando se les plantea si les gustan las

Ciencias, más del 40% se haya posicionado en las categorías “me gusta regular”,

“me gusta poco” o “no me gusta nada”. En un cuestionario de estas características,

en el que posiblemente haya una cierta tendencia a “agradar”, este dato nos parece

preocupante. ¿Son conscientes los maestros y los profesores de que un porcentaje

tan alto de estudiantes no están cómodos en las clases de Ciencias? ¿Hablan con

sus alumnos de lo que piensan y sienten cuando enseñan esta materia? ¿Qué hacen

ante esta situación?

Luego calculamos la variable “Visión global de la enseñanza formal”. Como

somos conscientes de la inexactitud de los valores obtenidos, definimos unos

intervalos y los volvimos a categorizar. Se recogen en la tabla 2; excluimos los que

no contestan (no llegan al 4%) y se señala el valor más compartido.

Tabla 2. Resultados de la valoración global de la educación formal (por intervalos).

Los resultados de esta visión global (síntesis de la utilidad y aprecio) reflejan

que más del 60% de la muestra valora positiva-muy positivamente la enseñanza

formal de las ciencias; es decir, en muchos casos, la utilidad palía los efectos

negativos del grado de aprecio. ¿No aumentaría el grado de aprecio por las

ciencias si trabajamos contenidos y competencias que el alumnado perciba y sienta

de más utilidad en sus vidas cotidianas? ¿No merecería la pena, por lo menos,

intentarlo? Y, por otro lado, ¿responden estos resultados al porcentaje de alumnos

que “huyen” de las Ciencias en cuanto le dan ocasión para hacerlo?

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504 Estudio Demoscópico de lo que Sienten y Piensan los Niños y Adolescentes

Quisimos profundizar en la variable que representa la visión global de la

educación formal de las Ciencias y cruzamos los resultados obtenidos con las tres

variables de cruce: nivel educativo, género y tipo de centro. Los valores resultantes

se recogen en la tabla 3 (omitimos los que no contestan y resaltamos los que han

obtenido un mayor porcentaje).

Tabla 3. Resultados en la variable global respecto a las variables de cruce.

A la vista de los valores obtenidos podemos decir que:

en cuanto al nivel educativo, más del 65% está entre los valores “Muy

positiva” y “Positiva” en Primaria, mientras que, en ESO, sólo el 55% opinan

de esta manera. Podemos decir que globalmente se aprecia un descenso en la

valoración de la enseñanza formal de las ciencias (utilidad y aprecio).

en cuanto al género, hay un pequeño deslizamiento en favor de los chicos,

aunque el porcentaje de las categorías “Muy positiva” y “Positiva”

agrupadas son similares y superiores al 60% de la muestra.

en cuanto al tipo de centro, existen pocas diferencias entre los públicos y

privados. En ambos casos, los porcentajes de las categorías “Muy positiva” y

“positiva” agrupan a más del 60% de la muestra.

Vamos a profundizar en la relación con el nivel educativo, la variable de cruce

en la que se presentan las mayores diferencias. En la tabla 4 se recogen los valores

obtenidos en la influencia en la vida cotidiana y en el grado de aprecio por las

ciencias, en función del nivel educativo (se excluyen los que no contestan y se

señalan las frecuencias más altas).

Tabla 4. Resultados en la valoración de la influencia y grado de aprecio en función del nivel

educativo.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 505

A la vista de los resultados podemos decir que la muestra de Primaria opina

que la ciencia tiene más influencia en la vida cotidiana que los de ESO. En las

categorías “Mucha-Bastante” se agrupan más del 65% de las opiniones en Primaria

frente a un poco más del 50% en ESO; mientras que las categorías “Poca-Ninguna”

agrupan más del 20% en ESO frente al 15% en Primaria.

Por otro lado, la muestra de Primaria opina que les gustan más las Ciencias que

la de la ESO. En las categorías “Mucha-Bastante” se agrupa el 60% en Primaria

frente a casi el 45% en ESO; mientras que las categorías “Poca-Ninguna” agrupa al

30% en ESO frente a un 18% en Primaria. Las diferencias son más espectaculares

que en la utilidad.

No parece existir dudas: la percepción del alumnado de Primaria es más

positiva que la de la ESO. ¿A qué se debe este descenso? ¿Es sólo una consecuencia

de la edad de los estudiantes? ¿Qué ha cambiado de una etapa a otra para que se

produzcan estas diferencias en la forma de pensar y sentir del alumnado? ¿Se

podría decir que cuanto más tiempo el alumno está en la institución escolar menos

aprecio (o más rechazo) tiene a las clases de Ciencias? Inquietantes preguntas que

demandan una reflexión seria y, sobre todo, respuestas claras…

4.2. Actividades en las clases de ciencias.

Les mostrábamos unas actividades que se desarrollan -o por lo menos, deberían

usarse según el currículum oficial- en las aulas (experimentos de laboratorio,

visitas a instalaciones, trabajos de campo, resoluciones de problemas, explicaciones

del profesor, películas de video...) y debían decir cuáles usaban y cuáles no usaban

en las clases de ciencias. Los resultados obtenidos se recogen en la tabla 5 (hemos

excluido los que no contestan, un 3% de la muestra); también hemos incluido el

gráfico 1 para visualizar mejor las diferencias en el uso.

Tabla 5. Resultados globales obtenidos en cuanto a las actividades en las clases de ciencias.

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506 Estudio Demoscópico de lo que Sienten y Piensan los Niños y Adolescentes

Gráfico 1. Tipo de actividades.

A la vista de los valores obtenidos podemos decir que:

las actividades más reconocidas en las clases de ciencias son las

“Explicaciones del profesor” y la “Resolución de problemas” (más del 85% y

del 60%, respectivamente).

las “Actividades de laboratorio”, a pesar de su reconocido papel en la

enseñanza de las Ciencias y en el currículum oficial para estos niveles

educativos, no llegan al 35% de la muestra.

también llama la atención que las “Visitas a instalaciones, museos...” se

realicen por algo más del 30% y las “Actividades de campo” por más de un

20%.

Desde luego, los resultados ponen de manifiesto el predominio de los modelos

transmisivos en la enseñanza de las Ciencias: explicaciones, realización de

problemas, refuerzo expositivo con audiovisuales… ¿En qué quedan las continuas

críticas realizadas a estos planteamientos? ¿Seguimos creyendo que realmente

funciona el binomio explicación-ejercicio? ¿Qué utiliza el alumno de lo que se le

explica o de los ejercicios que realiza, cuando sale fuera de la escuela?

Resulta inquietante que las “Actividades de laboratorio” tengan una presencia

menor que las anteriores pero aún resulta más sorprendente que sea inferior a las

“Películas, videos, ordenadores...” y similar a las “Visitas a instalaciones,

museos...”. ¿En qué queda la defensa numantina del carácter experimental de las

ciencias?; ¿qué estamos enseñando?; ¿es posible aprender ciencias sin hacer

ciencias?

0% 20% 40% 60% 80% 100%

Experime…

Visitas

Campo

Problemas

Explicacio…

MAVs

Porcentaje tipo de actividades

No Si

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 507

Nos interesaba conocer cómo los estudiantes valoraran el grado de aprecio de

las actividades realizadas. Aunque la escasa presencia de algunas condicionan los

resultados, más de un 50% de los que realizan “Actividades de laboratorio”

manifestaron que les gustaba bastante o mucho (menos de un 10% dicen que le

gustan nada o poco); porcentajes similares se obtienen en las visitas, “Actividades

de campo” y “Uso de películas, videos, ordenadores…”.

Frente a estas valoraciones positivas, existe un rechazo importante de otras

actividades bastante habituales en las aulas. Así, las “Explicaciones del profesor”

sólo gustan bastante o mucho a menos del 30% de la muestra frente a otro tanto

que les gusta poco o nada. La “Resolución de ejercicios numéricos” por parte de los

estudiantes mantiene valores semejantes, aunque sensiblemente menos negativos.

En definitiva, ¿no se nos está pidiendo “a gritos” una revisión y rectificación

profunda de cómo estamos enseñando?; ¿de qué sirve lo que hacemos si el

alumnado lo rechaza, no está a gusto y echa de menos otras cosas?; ¿no sabemos

dar las clases de otra manera?

Igual que en el apartado anterior, cruzamos estos valores con las variables nivel

educativo y tipo de centro; respecto al género pensamos que no tenía sentido

hacerlo. En la tabla 6 hemos recogido los resultados del primer cruce (omitimos los

que no contestan); sólo señalamos aquellos en los que las diferencias superan el

5%.

Tabla 6. Resultados sobre el uso de actividades en las clases de ciencias en función del nivel

educativo.

A la vista de los valores obtenidos podemos decir que:

en ambos colectivos las actividades que más se utilizan son las

“Explicaciones del profesor” y las “Actividades de resolución de

problemas”; en las demás actividades hay un porcentaje mayor de los que

no lo usaban que de los que lo usaban, tanto en Primaria como en la ESO.

en relación con las “Actividades de laboratorio”, existen grandes diferencias

en favor de la ESO (más del 45% en la ESO frente a un poco más del 25% en

Primaria).

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508 Estudio Demoscópico de lo que Sienten y Piensan los Niños y Adolescentes

respecto a las “Actividades de campo”, las “Visitas a instalaciones,

museos...” y el “Uso de MAVs, TICs…” existen diferencias a favor de

Primaria (más de un 15%, un 10% y un 5% respectivamente).

en relación con las “Actividades de resolución de problemas”, existen

grandes diferencias a favor de la ESO (casi un 75% en la ESO frente a un 57%

en Primaria).

respecto a las “Explicaciones del profesorado”, existe un gran equilibrio

entre los resultados obtenidos para Primaria y para la ESO (más del 85% en

ambos).

Por lo tanto, existen diferencias importantes en el uso de las actividades, en

función del nivel educativo. Desde luego, parece que existe un enfoque diferente

en la enseñanza de las Ciencias en cada etapa, excepto que el predominio de las

“Explicaciones del profesor” se mantiene invariante. A pesar del carácter

homogenizador de estas últimas actividades, ¿perciben los estudiantes los cambios

de estilo docente?; ¿qué tiempo precisan para adaptarse a las innovaciones?; ¿son

éstas tan escasas que desgraciadamente no necesitan hacerlo?

Pero, viendo los resultados obtenidos en las “Actividades de laboratorio”, nos

planteamos: ¿cómo es posible que tengan esta presencia tan testimonial en

Primaria, etapa en la que los alumnos necesitan referentes concretos para

aprender?; ¿es que las conclusiones de la investigación y de la innovación o las

propias exigencias curriculares han cambiado en este aspecto?; ¿podría justificarse

la ausencia de estas actividades por las posibles carencias de algunos maestros en

sus conocimientos científicos para realizarlas (nadie es capaz de enseñar lo que no

sabe)?

En relación con los demás recursos, los maestros parecen utilizarlos más

frecuentemente que los profesores de secundaria. ¿A qué se debe? ¿Es una

consecuencia de las diferencias en los contenidos que se enseñan, en las

características personales, en los planteamientos metodológicos…? ¿Es una

manifestación más de las distintas “culturas docentes” del profesorado implicado?

¿Qué papel juega en las “ganas de innovar” la formación didáctica de los que

deben llevarla a cabo?..

En la tabla 7 hemos recogido los resultados obtenidos en las actividades que

realizan en las clases de ciencias, en función del tipo de centros (omitimos los que

no contestan); nuestra intención como en otros casos era señalar aquellos en los

que las diferencias superan el 5%.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 509

Tabla 7. Resultados sobre el uso de actividades en las clases de ciencias en función del tipo de centro

A la vista de los resultados obtenidos podemos decir que no se aprecian

diferencias importantes en ninguna de las actividades realizadas en las clases de

ciencias, en relación con el tipo de centro. Hay, quizás, una mayor utilización por

los privados de las “Explicaciones del profesor” y de la “Resolución de problemas”

-precisamente los recursos más asociados a las metodologías tradicionales- y

también en el “Uso de audiovisuales” (¿debido a un incremento en la dotación de

ordenadores o a la incorporación de películas y videos al aula?). Desde luego,

nuestros resultados muestran que los centros privados no utilizan recursos

didácticos muy diferentes a los públicos. ¿Tan grande es el asentamiento

explicación-ejercicios que es impermeable a esta variable de cruce?

4.3. Las temáticas de las clases de ciencias.

Como dijimos, les mostramos una relación amplia de temas y los encuestados

debían señalar su grado de preferencia. Los resultados obtenidos aparecen en la

tabla 8; el porcentaje de los que no contestan entre 2 y 3% (no aparecen) y se han

señalado los valores con mayores frecuencias.

Tabla 8. Resultados globales en cuanto a las preferencias temáticas.

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510 Estudio Demoscópico de lo que Sienten y Piensan los Niños y Adolescentes

A la vista de los valores obtenidos podemos decir que:

las temáticas que interesan bastante-mucho a más de la mitad de la muestra

son: “Animales y plantas”, “Información sexual”, “Astronomía”, “Cuerpo

humano”, “Temas de salud”, “Medio ambiente” y “Máquinas y aparatos”.

dos temáticas interesan bastante-mucho sólo a algo más de la tercera parte

de la muestra: “Luz, color...” y “Modelos materia”.

hay temas en los que la opción poco-ningún interés que no llega al 20%;

coinciden con los del primer grupo, excepto “Máquinas y aparatos” que es

un poco más alto.

hay temas en los que existe poco-ningún interés por más del 30%: “Rocas y

minerales”, “Luz, color”, “Vida de los científicos” y “Modelos de la materia”

Previamente habría que tener ciertas cautelas con los resultados porque es

posible que algunas temáticas no se hayan reconocido por los encuestados; la

razón es simple: muchos no han abordado algunos contenidos durante la

escolaridad (¿se han trabajado las repercusiones sociales o la vida de los

científicos?). Si nuestra suposición es cierta, habría que plantearse seria y

colectivamente qué contenidos se están trabajando. ¿Se deben excluir las

repercusiones sociales en una materia que debe atender la formación obligatoria de

la ciudadanía, simplemente porque parece que no están entre las preferencias de

los estudiantes? Quizás, la pregunta debería ser otra: ¿por qué algunos no están

entre sus preferencias?; ¿qué visión trasmitimos de estos contenidos o cómo los

impartimos para que no los vean interesantes?

Pero, a pesar de la limitación interpretativa, hemos de decir que, en casi todos

las temáticas, las opciones positivas superan las negativas; excepto en “Modelos de

la materia”, la única en la que las opciones poco-ningún interés superan a bastante-

mucho. A ésta podríamos añadirle “Luz, color…” o “Rocas y minerales” y alguno

más porque tiene posicionamientos negativos en casi uno de cada tres estudiantes.

¿Qué puede haber detrás de estos rechazos?

Frente a estos, hay otros temas con un alto grado de aprecio pero que tienen

características un tanto dispares. Así, aparecen algunas trasversales (“Información

sexual”, “Temas de salud” o “Medio ambiente”) aunque muchas veces suele tener

un tratamiento más de Ciencias Naturales que de Física y Química. Hay otros

(“Animales y plantas” o el “Cuerpo humano”) que son temas “clásicos” de la

enseñanza de la Biología; en el caso de la Física destacaríamos el de “Máquinas y

aparatos”. Y hay otro (“Astronomía”) que no sabríamos dónde encajarlo pero que,

desde luego, no suele ser tan trabajado en la educación formal como los otros, por

lo que su apreciación positiva supone una cierta sorpresa. ¿Qué puede haber detrás

de estas preferencias?

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 511

Quisimos parcelar la información en función de la disciplina de referencia:

biología, física, geología, química y trasversales. Tras calcular la preferencia en el

ámbito disciplinar, los resultados por intervalos se recogen en la tabla 9 (omitimos

los no contestan que giran alrededor del 4%).

Tabla 9. Resultados sobre preferencias disciplinares.

A la vista de los valores obtenidos podemos decir que:

los mejores resultados en la categoría “Mucho interés” corresponden a los

temas de Biología (más del 30% de los casos), con una gran diferencia

respecto a las demás disciplinas.

en cuatro de los ámbitos (excepto en los temas de Química) los porcentajes

más altos se dan en la categoría “Aceptable”; en Química, se da en la

categoría “Bajo interés” pero con muy poca diferencia.

los porcentajes más altos en las categorías “Muy bajo interés” y “Bajo

interés” se dan en Química; juntos superan el 50% de la muestra. En los de

Física, entre estas dos categorías, superan el 40%.

Como hemos dicho, los resultados de los temas trasversales pueden estar

distorsionados por falta de conocimiento de su significado por los encuestados;

dada la escasa atención que se le dedica en la enseñanza formal, es posible que

algunos no los hayan identificado. Pero globalmente los mejores resultados se dan

en los temas de Biología y los peores en los de Química. ¿Es que son diferentes los

profesores de ambas disciplinas en cuanto a su formación, su sensibilización por

conectar lo que enseñan con lo que les rodea, sus exigencias…? ¿O, quizás, son una

consecuencia de los contenidos que se abordan en dichas materias, del tipo de

actividades que se realizan…?

Como en los interrogantes anteriores, quisimos profundizar en las preferencias

sobre las temáticas de carácter científico y vimos la dependencia de tres variables

de cruce: nivel educativo, género y tipo de centro. Los valores se recogen en la

tabla 10 (aparecen la Media y desviación típica de cada temática).

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512 Estudio Demoscópico de lo que Sienten y Piensan los Niños y Adolescentes

Tabla 10. Resultados en las preferencias temáticas respecto a las variables de cruce.

A la vista de los valores obtenidos podemos decir que:

en cuanto al nivel educativo, se detectan diferencias importantes en todos

los temas y curiosamente en casi todos en la misma dirección: tienen un

mayor grado de aprecio en Primaria. Sólo en “Información sexual” es

sensiblemente favorable a la ESO.

en cuanto al género, hay diferencias en favor de los chicos en “Reacciones

químicas”, “Electricidad”, “Recursos energéticos”, “Máquinas y aparatos” e

“Información sexual”. Y en favor de las chicas en “Temas de salud”.

en cuanto al tipo de centro, las diferencias son mucho menores y no resultan

destacables.

Nuevamente es en la variable nivel educativo donde se producen las mayores

diferencias. Los cinco temas con mayores preferencias de Primaria son: “Animales

y plantas” (4.05), “Astronomía” (3.99), “Cuerpo humano” (3.77), “Temas de salud”

(3.77) y “Medio ambiente” (3.74). Mientras que, en la ESO, las mayores

preferencias se manifiestan por: “Información sexual” (3.93), “Animales y plantas”

(3.60), “Cuerpo humano” (3.58), “Temas de salud” (3.55) y “Astronomía” (3.49).

Como puede verse, no son estos donde se marcan las diferencias.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 513

Donde se producen las diferencias es en las temáticas con menor grado de

aprecio. Así, todos los resultados en Primaria tienen una media superior a 3.5 en

todas las temáticas (nivel que podemos considerar aceptable). Mientras que en la

ESO obtienen niveles inferiores a 3 en la media (nivel que podemos considerar

preocupante) en “Rocas y minerales”, “Modelos de la materia”, “Electricidad”,

“Luz, color...”, “Fenómenos atmosféricos”, “Reacciones químicas” y “Vida de los

científicos”.

El descenso global del interés por las temáticas presentadas en función del

nivel educativo está en consonancia con los resultados que vimos en el primer

interrogante. Esto pone de manifiesto que la disminución del interés o el aumento

del rechazo tienen bastante consistencia; no son datos anecdóticos o

circunstanciales sino que proyectan un trasfondo que no debería ser ignorado.

¿Qué está pasando con la enseñanza de las Ciencias en la ESO? ¿Qué podemos

hacer para reducir este efecto ciertamente negativo de lo que estamos realizando?

5. CONCLUSIONES

Dentro del ámbito objeto de estudio, nuestro trabajo se ocupa de las actitudes

hacia las asignaturas de Ciencias durante la educación obligatoria. Hemos

realizado una revisión de algunas aportaciones de la literatura sobre el tema y

hemos visto la necesidad de realizar un estudio demoscópico que aportara

respuestas y reflexiones sobre tres interrogantes. Vamos a referirnos a ellos a la

hora de establecer algunas conclusiones.

5.1. ¿Cómo valoran los estudiantes de la educación obligatoria la utilidad en su

vida cotidiana de diferentes materias curriculares y, en particular, de las

Ciencias? ¿Y cuál es el grado de aprecio que tienen las asignaturas de Ciencias

en relación con las demás?

Los encuestados perciben con claridad la utilidad de las Ciencias en la vida

cotidiana de los estudiantes. Incluso, si comparamos esta valoración con la que

hacen de otras materias curriculares, habría que señalar que ocupan un lugar

destacado, sólo superado por las materias instrumentales.

En cuanto sus preferencias curriculares, las asignaturas de Ciencias ocupan el

segundo lugar en las valoraciones de los alumnos. Mantiene globalmente una

valoración positiva pero, por un lado, el porcentaje de los que dicen que les gusta

mucho o muchísimo se reduce respecto al anterior y, por otro, aumentan los que

manifiestan un rechazo.

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514 Estudio Demoscópico de lo que Sienten y Piensan los Niños y Adolescentes

Las diferencias entre utilidad y preferencia es uno de los resultados que nos

invitan a pensar qué nos están queriendo decir los estudiantes cuando establecen

valoraciones distintas. No es fácil descubrir lo que hay detrás de estas opiniones o

sentimientos -y menos con los instrumentos utilizados- pero una posible

interpretación es que no aprecian una “relación inmediata” entre lo que utilizan

dentro y fuera de la escuela o el instituto. Si es cierta nuestra suposición,

deberíamos profundizar en los elementos que propician esta distancia, en las

causas que nos están llevando o nos han llevado a ello y, sobre todo, en qué

respuestas podemos dar ante esta situación.

Hemos estudiado si había diferencias en la “Visión global de la Educación

formal” en función de las tres variables de cruce. Al respecto hemos de indicar que

sólo se han producido diferencias importantes en el contraste respecto al nivel

educativo, lo que concuerda con otros trabajos (Barmby, Kind y Jones, 2008;

George, 2006; Gibson y Chase, 2002; Lindahl, 2005; Marbá y Márquez, 2010; Pell y

Jarvis, 2001; Vázquez y Manassero, 2008). En relación con el género, los chicos

realizan una valoración sensiblemente más positiva. Y no las hay con el tipo de

centro.

5.2. ¿Qué tipo de actividades se realizan en las clases de Ciencias durante la

educación obligatoria y cómo las valoran los estudiantes?

Las actividades más frecuentes que se realizan en las clases de Ciencias son las

“Explicaciones del profesor” y la “Resolución de ejercicios”. Se percibe un

predominio absoluto de los modelos educativos cuyo objetivo central es la

trasmisión de la información; lo más importante es explicar y luego “machacarse”

haciendo ejercicios. A pesar de las continuas reformas promulgadas y de la

difusión de investigaciones e innovaciones realizadas, parece que no todos se “han

enterado”. Sin olvidar que hay alumnos que manifiestan un rechazo importante a

estas actividades.

Resulta inquietante el escaso uso de las “Actividades de laboratorio”, bastante

pobre para estos niveles educativos; pero, además, llama la atención de que su

utilización es similar a las “Visitas” y a las “Actividades de campo”. Estamos

hablando de una “seña de identidad” de las materias científicas y un recurso casi

obligado cuando el alumnado necesita referencias concretas en las que apoyarse

para construir los conocimientos. Aunque no se recoge en este cuestionario, en

muchos centros, se han desmantelado los laboratorios y se han sustituido por aulas

ordinarias, de informática, salas de usos múltiples… Son decisiones que no

sabemos si han sido meditado pero que pueden enterrar definitivamente el sentido

de unas materias.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 515

A pesar de los efectos homogenizadores producidos por la presencia

abrumadora de las “Explicaciones”, se detecta una discontinuidad importante en el

estilo de enseñanza entre las dos etapas. Desconocemos si el profesorado es

consciente de ella y de que los cambios precisan de periodos de adaptación

amplios… incluso para el profesor. En cualquier caso, parece que las Ciencias de la

Primaria y la de la ESO poseen finalidades educativas diferentes, una forma

distinta de entender el contenido objeto de enseñanza o el protagonismo de los

estudiantes y, sobre todo, que responden a unas culturas docentes diferenciadas.

No se debería olvidar que los profesionales deben facilitar y no entorpecer los

aprendizajes de sus alumnos; por ello, los maestros y los profesores tienen que

hablar y ponerse de acuerdo en qué van a enseñar y cómo van a hacerlo.

No se detectan diferencias en función del tipo de centro, lo que, en principio,

puede sorprender. Si consideramos las características de los profesores de los

centros públicos, estos deberían estar mejor formados (han superado una

oposición, han recibido normalmente más cursos de formación…). Si pensamos en

la dotación de los centros, normalmente los privados y concertados están mejor

dotados. ¿Predomina la formación sobre la dotación? En caso, de que sean

equivalentes, ¿por qué ocurre esta homogeneidad?

5.3. ¿Qué temáticas –de las recogidas en los programas oficiales- son las que

prefieren los estudiantes en la educación obligatoria?

No hay un perfil claro de las temáticas que prefieren los alumnos pero las que

más interesan son: “Animales y plantas”, “Información sexual”, “Astronomía”,

“Cuerpo humano”, “Temas de salud”, “Medio ambiente” y “Máquinas y

aparatos”. Las que menos serían “Rocas y minerales”, “Luz, color…” y “Modelos

de la materia”. Por disciplinas, las más apreciadas son las de Biología y la más

rechazada las de Química; no coinciden con los hallazgos de otros trabajos (p.e.,

Marbá y Márquez, 2010, Vázquez y Manassero, 2008). Globalmente el grado de

aceptación de las temáticas es alto pero no hay homogeneidad en las preferencias.

Hay diferencias en las temáticas preferentes, tanto en función del nivel

educativo como de género. En relación con la primera variable de cruce,

destacamos el descenso de interés global producido, ya comentado en el primer

interrogante; cuanto más tiempo se está en la institución escolar, las actitudes son

más negativas, el alumnado está más a disgusto. Exceptuando la “información

sexual” hay más interés en Primaria que en la ESO.

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516 Estudio Demoscópico de lo que Sienten y Piensan los Niños y Adolescentes

También hay diferencias con el género. Según nuestros resultados, los chicos

muestran un mayor interés que las chicas por las temáticas señaladas.

Por último, quisiéramos señalar que el estudio de las actitudes hacia la materia

no debería considerarse como algo que sólo nos interesa para conocer mejor a los

estudiantes. Admitiendo que está estrechamente relacionada con la predisposición

para aprender, también puede ser una herramienta para reflexionar sobre lo que

hacemos –una información interesante sobre el proceso de enseñanza- y para

realizar acciones concretas que lo mejoren.

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Bordón, 57(5), 717-735.

Vázquez, A. y Manassero, M.A. (2008). Las actitudes y la elección de ciencias en la

educación obligatoria. Revista Eureka sobre Enseñanza y Divulgación de las

Ciencias, 5(3), 274-292.

Vázquez, A. y Manassero, M.A. (2009). La relevancia de la educación científica:

actitudes y valores de los estudiantes relacionados con la Ciencia y la

Tecnología. Enseñanza de las Ciencias, 27(1), 33-48.

Vázquez, A., Acevedo, J.A. y Manassero, M.A. (2005). Más allá de la enseñanza de

las ciencias para científicos: hacia una educación científica humanística. Revista

Electrónica de Enseñanza de las Ciencias, 2(4), 381-397.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 519

ANEXO

12. Queremos conocer qué opinas sobre las Ciencias que estudias en la escuela o el instituto

Señala con □ la influencia que tienen las siguientes asignaturas en tu vida cotidiana

Ninguna

influencia

Poca

influencia

Regular

influencia

Bastante

influencia

Mucha

influencia

Matemáticas □ □ □ □ □

Lengua □ □ □ □ □

Idioma □ □ □ □ □

Educación Física □ □ □ □ □

Ciencias (física, química, biología...) □ □ □ □ □

Historia □ □ □ □ □

Señala con □ si te gustan las siguientes asignaturas

No me

gustan

nada

Me

gustan

poco

Me

gustan

regular

Me

gustan

bastante

Me

gustan

mucho

Matemáticas □ □ □ □ □

Lengua □ □ □ □ □

Idioma □ □ □ □ □

Educación Física □ □ □ □ □

Ciencias (física, química, biología...) □ □ □ □ □

Historia □ □ □ □ □

¿Qué actividades haces en las clases de Ciencias (puedes señalar todas las que hagas)?

Experimentos de laboratorio □ Visitas a instalaciones □ Trabajo de campo □

Resolución de problemas □ Explicaciones del profesor □ Ver películas de video □

Otras (especificar):

De las actividades que haces en las clases de ciencias, ¿cuáles te gustan más?

No me

gustan

nada

Me gustan

poco

Me

gustan

regular

Me gustan

bastante

Me gustan

mucho

Experimentos en el laboratorio □ □ □ □ □

Visitas a instalaciones □ □ □ □ □

Trabajo de campo o excursiones □ □ □ □ □

Resolución de problemas por los

estudiantes

□ □ □ □ □

Explicaciones del profesor □ □ □ □ □

Ver películas, usar programas

informáticos...

□ □ □ □ □

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520 Estudio Demoscópico de lo que Sienten y Piensan los Niños y Adolescentes

De los temas siguientes, cuáles te interesan más

Ningún

interés

Poco

interés

Regular

interés

Bastante

interés

Mucho

interés

Los animales y las plantas □ □ □ □ □

El cuerpo humano □ □ □ □ □

Las reacciones químicas □ □ □ □ □

La electricidad □ □ □ □ □

Los recursos energéticos y el ahorro de

energía

□ □ □ □ □

Las rocas y los minerales □ □ □ □ □

Astronomía (el universo, los planetas, los

cometas, las estrellas)

□ □ □ □ □

Estudio de la luz, el color... □ □ □ □ □

Los fenómenos atmosféricos (temperatura,

lluvia, mapas del tiempo)

□ □ □ □ □

El medio ambiente (conservación,

contaminación)

□ □ □ □ □

Los modelos de la materia (átomos,

moléculas)

□ □ □ □ □

Temas de salud (alimentación, hábitos

saludables, higiene)

□ □ □ □ □

Máquinas y aparatos □ □ □ □ □

La vida de los científicos y la historia de sus

descubrimientos

□ □ □ □ □

La repercusión de las ciencias en la sociedad □ □ □ □ □

Información sexual □ □ □ □ □

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___________________________ Vázquez, B. y Jiménez, R. (2013). El diario como elemento de cambio: Construyendo el hilo. En V.

Mellado, L.J. Blanco, A.B. Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el

Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas (pp.521-546). Badajoz, España: DEPROFE.

CAPÍTULO 23

EL DIARIO COMO ELEMENTO DE CAMBIO:

CONSTRUYENDO EL HILO

BARTOLOMÉ VÁZQUEZ BERNAL. Universidad de Huelva.

ROQUE JIMÉNEZ PÉREZ. Universidad de Huelva.

1. INTRODUCCIÓN

El uso del diario como elemento de mejora para la autorregulación y la

autoeficacia, así como estímulo para los diferentes tipos de motivación, intrínseca y

extrínseca, está en plena difusión (Zimmerman, 2008), tanto entre el alumnado

como el profesorado. Sin embargo, su uso en el medio educativo posee una larga

trayectoria.

En el presente trabajo haremos un primer recorrido por el concepto de

reflexión. Indagaremos en las diferentes conceptualizaciones del término,

incluyendo aspectos relacionados con las emociones. Posteriormente, nos

introduciremos en el elemento que concede sustancialidad a ese concepto: el diario.

Realizaremos un recorrido a lo largo de los diferentes diarios que, los principales

actores de una investigación educativa, mantienen. La principal aportación

consiste en la confluencia, de todos ellos, para comprender la evolución del caso de

una profesora a lo largo de un amplio período de tiempo, sin menoscabo de los

beneficios particulares (capacidad de análisis, autorregulación, canalización de

emociones,…), que puedan obtener estos mismos actores: alumnado, profesorado e

investigadores.

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522 El Diario como Elemento de Cambio: Construyendo el Hilo

Nuestro primer objetivo es poner en valor esta herramienta, para ello, en la

primera parte del trabajo, haremos una descripción de los diarios como

herramienta de reflexión que, por ejemplo, en el caso del alumnado, despliega su

idoneidad para que desarrollen habilidades de selección y usen estrategias de

aprendizaje acordes a las demandas de diferentes tareas (Gaeta, 2006). En la

segunda parte, ejemplificaremos casos reales, atenderemos a su uso compartido en

un proceso de investigación y observaremos cómo concurren las visiones

diferentes, aunque no opuestas, en el interés de comprender y cambiar la realidad

que perciben, Asistiremos a la evolución de los diarios, en el caso de una profesora,

y el diálogo que se establece entre caso e investigación.

2. EL CONCEPTO DE REFLEXIÓN EN LA EDUCACIÓN

2.1. El poder emancipatorio de la reflexión

A lo largo de este apartado abordaremos qué sentido adquiere para nosotros la

palabra reflexión, cuáles son las cualidades, dentro de sus distintas formulaciones

y acepciones de la palabra. Para un filósofo reconocido como Lledó (2002), ante

todo la palabra reflexión procede de una metáfora visual, en la cual se sustenta el

pensamiento, constituyendo, diálogo y teoría, elementos de esa reflexión. Añade

una dimensión especulativa a lo que denomina inmenso espejo de las palabras, en

las que se percibe el territorio de la búsqueda de la racionalidad.

El diálogo como componente de la reflexión fue percibida por otro pensador,

procedente de las ciencias físicas, como Bohm (2002), para quien la idea básica del

diálogo es la de ser capaces de hablar mientras suspendemos nuestras opiniones,

las retenemos delante de nosotros, sin reprimirlas ni insistir en ellas. Sin intentar

convencer, sino tan sólo comprender.

En el terreno de la educación, existe una abundante literatura centrada en la

importancia de los procesos de reflexión. Para John Dewey, pensador de enorme

importancia en el mundo anglosajón, aunque de influencias tardías en nuestro

país, la función del pensamiento reflexivo es transformar una situación en la cual

hay una experiencia percibida como obscuridad, duda, conflicto, disturbio en una

clase de situación clara, coherente, útil y armoniosa (Dewey, 1993; 1998). Loughran

(1996), añadió que el propósito de reflexionar es desenredar un problema o hacer

que tenga más sentido una situación de rompecabezas, por tanto, reflexionar

implica trabajar hacia una comprensión del problema y las formas de resolverlo.

Schön (1983), sobre el que volveremos más adelante, describió el proceso de

percepción del problema, como inherente en el proceso de búsqueda de la

solución. Todos estos puntos de vistas tienen en común la función de la reflexión

como herramienta de ayuda en la comprensión de las situaciones conflictivas.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 523

La búsqueda de soluciones a través de los procesos reflexivos constituye, por

tanto, una herramienta básica en la propia formación de los individuos,

aprovechándose tal circunstancia para implementarse en procesos de aprendizajes.

De esta forma, investigadores, en el campo de la Didáctica de las Ciencias

Experimentales (DCE), expresan que la lectura detenida de las experiencias de

aprendizaje en ciencias dibujan un mensaje positivo y consistente, pues los

estudiantes aprenden ciencias cuando se implican activamente en hacer y pensar

diariamente, con oportunidades para iniciar sus propias exploraciones (Zee y

Roberts, 2002). Se incluyen, dentro de esta dinámica reflexiva, la formación inicial y

permanente de los docentes, como expresan Pacca y Villani (2000), para quienes el

cuestionamiento de los relatos de los profesores sobre su práctica, mediante el

análisis de su comportamiento en el aula a partir de grabaciones en vídeo, puede

revelar al profesor las características de su práctica efectiva y las implicaciones de

la misma en el establecimiento de un clima favorable al diálogo. De esta forma, la

reflexión sobre qué se está ofreciendo a los alumnos, parece constituir el mejor

punto de partida para instalar en ellos un sentido favorable al diálogo (Villani y

Franzoni, 2001).

Schön (1983, 1992) introduce la “reflexión en la acción y sobre la acción”,

acuñando la metáfora de "profesional reflexivo" (Schön, 1983). Para este autor, a

través de la reflexión, se establece un diálogo sobre la situación que se quiere

comprender, siendo prioritario el interés por cambiarla. Frente a estas

interpretaciones, en ciertas formas asépticas y acríticas, diversos autores apuestan

por el papel “emancipador” de la reflexión. Para Zeichner (1983; 1995) y Goodman

(1987), la reflexión es interpretada como un acto inherente a la propia práctica y no

como una comprensión teórica sobre la misma, como una pregunta de acción

diferente que intenta cuestionar el orden legitimado. Kemmis (1999), realiza

diferentes observaciones sobre el concepto de reflexión, entre las que destacamos:

la reflexión no es un proceso psicológico puramente “interior”, está orientado a la

acción y forma parte de la historia; la reflexión no es un proceso puramente

individual, como el lenguaje, es un proceso social; un programa de investigación

para la mejora de la reflexión tendría que llevarse a cabo a través de la

autorreflexión: hacer que los individuos concretos y los grupos se impliquen en

una crítica ideológica y en la investigación-acción participativa, en colaboración y

emancipadora.

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524 El Diario como Elemento de Cambio: Construyendo el Hilo

2.2. ¿Qué entendemos por reflexión?

Los términos usados por Schön (1992; 1998) eran “conocimiento en acción” y

“reflexión en acción”. Eraut (1994) sostiene que estas expresiones no implican que

se trate de conocimiento o reflexión consciente, sino más bien que la reflexión sobre

la que Schön quiere llamar la atención se halla en la acción, no en el pensamiento

asociado a la acción. Durante la prácticas educativas no se no reflexiona

conscientemente sino que funciona intuitivamente. Así, este autor argumenta que

la teoría de Schön se refiere a la metacognición y no a la reflexión. Es una teoría

acerca de formas de percepción, pensamiento y conocimiento diferentes.

Furlong (2002) establece que hay tres procesos principales característicos de

apuntalan la enseñanza: el pensamiento intuitivo que subyace bajo la acción y la

toma de decisiones rápidas, a las que sostiene; el pensamiento analítico y objetivo

que permite a los profesores planificar el aprendizaje; y el pensamiento reflexivo

que es crucial para aprender de la experiencia y valorarla. Las interconexiones

entre estos tres procesos de pensamiento están representadas cíclicamente en la

figura 1.

Figura 1. Los procesos de pensamiento en la enseñanza (adaptado de Furlong, 2002).

El pensamiento intuitivo es característico de la experiencia y su producto es el

conocimiento tácito que se hace evidente en la práctica, a la que sustenta. Sin

embargo, añade este autor, la práctica por sí sola es insuficiente y necesita tanto

planificación como revisión. En la fase de planificación o preparación, el

Razón

Conocimiento Teórico

Planificación

Revisión

Reflexión

ConocimientoContextual

Práctica

Conocimiento en la Acción

Intuición

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 525

pensamiento racional hace uso de los conocimientos teóricos para elaborar un plan

de lo que hay que hacer. Por último, en la fase de revisión, el pensamiento reflexivo

nos permite aprender de la experiencia práctica en forma de lecciones concretas y

contextualizadas.

Nosotros entendemos el término “reflexividad”, como aquel que, al integrar

ambas formas de pensamiento, dota de consciencia a los saberes y conocimientos,

un puente que da nitidez a las reflexiones y las orienta, lo cual, como hemos

evidenciado, no desecha al pensamiento intuitivo, simplemente mostramos nuestro

interés por la reflexión consciente, promotora del diálogo interno y de la capacidad

de comunicación con los otros, incluyendo las emociones. Recogemos estas ideas

en la figura 2.

Figura 2. La reflexividad como integración entre las formas de pensamiento.

2.3. ¿Qué lugar hay para las emociones en la enseñanza de las ciencias?

La incorporación de las emociones en los procesos de enseñanza y aprendizaje

está adquiriendo una dimensión apreciable en el último lustro. Zembylas (2005),

expresa que las emociones son más complejas que los procesos cognitivos, pero

que su conocimiento ha estado mermado por la influencia de la psicología

cognitiva en la investigación educativa, debido, sobre todo, al dualismo cartesiano

de opuestos entre razón y emociones. Se pregunta, no sin razón, qué podemos

decirles al profesorado, sobre este respecto, cuando tradicionalmente en la escuela

se enseña que la ciencia debe estar exenta de emociones, al no ser racional. El

mismo Zembylas (2007), realiza una conceptualización de las emociones

expresando que: se generan vía lenguaje; las relaciones de poder permite explicitar

algunas y prohibir otras; implican conexiones afectivas y que, tales conexiones,

pueden ser contra-hegemónicas.

En un estudio de dos casos de profesoras de ciencias, Bray (2010), informó de la

enorme importancia de las emociones en la enseñanza de las ciencias y la fuerza de

los sentimientos. Recientemente, Borrachero, Costillo, Brígido y Bermejo (2011),

hallaron que los profesionales de la educación, deben autogenerar emociones

positivas hacia la enseñanza de las ciencias, pues tienen una enorme

PensamientoReflexivo

PensamientoRacional

Reflexividad

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526 El Diario como Elemento de Cambio: Construyendo el Hilo

responsabilidad en crear habilidades emocionales en su alumnado. Estos nos

conduce a la importancia de ser conscientes de las emociones y aprender a

regularlas, sobre todo en el período de formación inicial (Brígido, Bermejo y

Mellado, 2011).

3. EL DIARIO DEL PROFESOR

El concepto de la reflexión, por tanto, juega un papel importante en nuestro

marco teórico, como impulsor de la dialéctica teórico-práctica de los docentes, con

el fin de hacer sus propias prácticas más racionales, coherentes, satisfactorias y

justas (Kemmis y McTaggart, 2000). Su importancia se ha tratado ampliamente en

la literatura sobre la formación docente y desarrollo profesional, llegándose a

relacionar inequívocamente reflexión y práctica docente (I'Anson, Rodrigues y

Wilson, 2003; Pollard, 2002; Zeichner, 1993.).

Este gran cuerpo de conocimiento tácito, adquirido a través de la reflexión

crítica del profesor y el análisis de la gran cantidad de eventos e interacciones que

se producen en el aula (Osborne y Dillon, 2008), se compone de teorías prácticas

que surgen de la experiencia práctica (Barnett y Hodson, 2001). Estamos

especialmente interesados en la comprensión y la interpretación de la reflexión y

su relación con la práctica, junto con los procesos de autorregulación metacognitiva

(Baird, Fensham, Gunstone y White, 1991; Gunstone y Northfield, 1994; Gunstone,

Slattery, Bair y Northfield, 1993).

La utilización de diarios está ampliamente fundamentada en la investigación

cualitativa, dentro del campo particular que nos interesa, el terreno educativo. Así,

algunas investigaciones inciden en su empleo para que los investigados,

profesores, hicieran explícitas sus concepciones, creencias y dilemas en relación al

papel de los conocimientos e intereses de los estudiantes en la enseñanza y el

aprendizaje de las ciencias, explicitando y articulando su propio conocimiento

curricular (López Ruiz, 2000). Woods (1987) ve de especial relevancia su

utilización, ya que permite reflexionar acerca del curso ordinario de los

acontecimientos, a fin de representar cómo ocupa uno el día o cómo los de adentro

ven el curso ordinario de los acontecimientos.

Otras investigaciones ponen de manifiesto que, la utilización de los diarios,

produce un aumento de la capacidad de reflexión de profesores que están

implicados en procesos de formación continua, ya que les ofrece la posibilidad de

valorar e indagar sobre las posibilidades de cambios que pueden implicar tales

procesos (Lucio, 2008) o la reconstrucción organizada de los aprendizajes

realizados (Grilles, Llorens, Madalena, Martínez y Souto, 1993).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 527

Su uso se contempla, en contextos de formación inicial de profesores, como un

vehículo para la reflexión sistemática de los futuros profesores, además de

proporcionar la información, a los formadores, sobre lo que piensan los estudiantes

acerca de la enseñanza y su evolución, con información sobre los contextos del

aula, colegio y comunidad (Zeichner y Liston, 1999). En proyectos de

Investigación/Acción, encontramos descritos cuestiones que afectan a la forma en

que los participantes contemplan y reflexionan sobre sus progresos, dificultades

encontradas e interpretación de resultados de su práctica docente (Hewson,

Tabachnick, Zeichner y Lemberger, 1999; Lemberger, Hewson y Park, 1999).

Además, permite la simbiosis entre observación y análisis, ya que se yuxtaponen

retratos del aula con afirmaciones e interpretaciones más generales (Lytle y

Cochran-Smith, 1999).

Para Porlán, Rivero y Martín del Pozo (1997), llevar un diario permite

garantizar la recogida de información, la obtención de datos sobre aspectos

considerados relevantes y la aportación de una visión histórica del desarrollo de

los acontecimientos que, con posterioridad, se puede analizar conjuntamente

(profesor-equipo de profesores-asesor/facilitador) y contrastar con informaciones

procedentes de otras fuentes (observaciones de un compañero o del facilitador,

entrevistas a los alumnos, grabaciones de la clases, etc.), que ofrezcan una

perspectiva de los mismos acontecimientos. El diario se transforma, desde este

punto de vista, como un testigo privilegiado de los posibles cambios de

concepciones de los profesores inmersos en dinámicas investigativas (figura 3).

Figura 3. El diario como testigo del cambio de concepciones.

En las investigaciones que nuestro grupo ha realizado con el profesorado,

hemos procurado convertir el diario en una herramienta de introspección, pero

también de mediador de las emociones y canalizador de las dificultades y bloqueos

que, indefectiblemente, suelen acompañar a cualquier proceso de cambio y

superación de rutinas muy establecidas. En el cuadro 1, mostramos el documento

CONCEPCIONES

DEL

PROFESOR

DIARIODEL

PROFESOR

NUEVAS CONCEPCIONES

DEL

PROFESOR

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528 El Diario como Elemento de Cambio: Construyendo el Hilo

que empleamos y trabajamos con el profesorado. En reuniones iniciales y previas a

cualquier intento de implementar en el aula una innovación mediada por el uso del

diario, se ha de dedicar sesiones a compartir esta herramienta, a construir y

apuntalar su uso con el profesorado.

Cuadro 1. Presentación sobre los criterios de elaboración de un diario del profesor/a.

Sin embargo, a medida que se realizaba la implementación correspondiente al

ciclo de investigación-acción, las tensiones y las presiones que el profesorado

sentía eran tan fuertes y rotundas, que se llegó al acuerdo de incluir emociones y

sentimientos en sus diarios, como forma de minimizar el estrés y canalizar estos

sentimientos negativos.

4. EL DIARIO DEL ALUMNO

Algunos estudios han puestos manifiestos que la reflexión compartida,

mediada por diarios, entre profesorado y alumnado (Baird et al., 1991), mejora su

conocimiento, la conciencia y el control de sí mismos en ambos grupos, y la

práctica en el aula del profesorado, generando, por tanto, resultados afectivos,

cognitivos y afectivos deseables. Otros autores (Neville y Smith, 1995), expresan

que su definición y fomento es un asunto problemático entre el alumnado, pues es

necesario de un amplio repertorio de estrategias para encauzarlo. El uso de diarios

estandarizados como una herramienta de automonitorización, conduce a una

mejora de la autorregulación del aprendizaje (Schmitz y Perels, 2011).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 529

Un aspecto importante, que se relaciona con el uso de los diarios es la

motivación, así, según Zimmerman (2002), aquellos con capacidad de

autorregulación participan de forma activa en su aprendizaje, tanto desde el punto

de vista metacognitivo, como motivacional y comportamental. Desde el principio

de la primera década de este siglo, el modelo de autorregulación de Pintrich (2000)

se ha convertido en un marco global y comprensivo para analizar los distintos

procesos cognitivos, afectivos, comportamentales y contextuales. Se basa en una

perspectiva sociocognitiva y está organizados en cuatro fases: a) planificación; b)

autobservación; c) control; d) evaluación.

Por su parte, Zusho, Pintrich y Coppola (2003), investigaron cómo el nivel de

motivación y el uso de estrategias cognitivas y autorreguladoras, se asociaban al

rendimiento del alumnado de ciencias. Se halló que, si bien la motivación

disminuía a lo largo del curso, los componentes motivacionales y auto-eficacia

resultaban los mejores predictores de su rendimiento. Torrano y González (2004),

en su revisión sobre el aprendizaje autorregulado, expresan que estos alumnos se

sienten agentes de su conducta, creen que el aprendizaje es un proceso proactivo,

están automotivados y usan las estrategias que les permiten lograr los resultados

académicos deseados, en esencia, poseen control sobre la motivación y sus

emociones. Pugh, Linnenbrink-García, Koskey, Stewart y Manzey (2010), han

puesto de manifiesto en sus investigaciones, la relación entre el conocimiento

profundo adquirido y el nivel de implicación y motivación en el alumnado, si bien,

en aspectos concretos del aprendizaje de la ciencia.

De forma similar a como expresamos con el diario del profesor, aunque el

alumnado es objeto central de nuestras investigaciones, sí hemos querido hacerles

partícipes de los procesos reflexivos en los que se veía implicado su profesorado.

Así, en el cuadro 2, puede observarse el documento que se trabajó con el

alumnado. Posee componentes similares al mostrado en el cuadro 1, pero otras

características son específicas, por ejemplo, la crítica constructiva al profesor y la

explicitación de las dificultades. Tomando la experiencia que habíamos tenido con

el profesorado, se decidió que incluyeran una narrativa de emociones que sentían

en las clases y fuera de ellas.

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530 El Diario como Elemento de Cambio: Construyendo el Hilo

Cuadro 2. Presentación sobre los criterios de elaboración de un diario del alumno/a.

5. EL CASO DEL INVESTIGADOR

La bibliografía existente sobre el diario del investigador es escasa. Alvesson y

Skoldberg (2000), expresan que, durante el proceso de investigación, los sujetos

están sujetos a una variedad de influencias que afecten a las interpretaciones

generadas, por lo tanto, adquirir una postura reflexiva es necesaria para identificar

y entender estas influencias, añaden que “la reflexión es la interpretación de la

interpretación” y la puesta en marcha de una exploración autocrítica de nuestras

propias interpretaciones del material empírico. Para otros autores (Hardy, Phillips

y Clegg, 2001), el diario consiste en reflexionar sobre la forma en que la

investigación se lleva a cabo y la comprensión del proceso global y sus resultados.

Para la fenomenología hermenéutica, el diario del investigador recoge las

limitaciones de tiempo, las resistencias encontradas, la fluctuación en los

sentimientos, la consideración de problemas sociales más amplios y la necesidad

de pragmatismo. Un tema recurrente es el cansancio y la necesidad de resistir

(Glaza, 2002).

Altrichter y Holly (2005) indican que, llevar un diario de la investigación, es a la

vez una ayuda para la memoria y un proceso para generar nuevas perspectivas,

hacer conexiones y aprender de la reflexión crítica. Esto permite reunir a los

sistemas emocionales y cognitivas del cerebro y realizar diferentes niveles de

análisis, síntesis, interpretación y representación. En definitiva, según Nadin y

Cassell (2006), el diario de la investigación es una herramienta valiosa, que informa

de los diferentes puntos de vista, así como de las decisiones metodológicas y

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 531

teóricas en relación con la investigación. Proponen que todos los investigadores

deberían utilizar sistemáticamente un diario de investigación, independientemente

de la posición epistemológica, pues es, ante todo, un compromiso con la búsqueda

de la reflexión y sensibilización.

Otro elemento importante, creemos que fundamental en las fases preliminares

de una investigación, es la tabla de invención (invetio). El objeto de una invetio es

la organización del pensamiento, recurriendo a una estructura sistemática para

examinar y discutir un tema o problema de investigación (Kemmis et al, 1988). La

posición metodológica que subyace debajo es la posición crítica. En los ejes

verticales y horizontales de la invetio, se colocan los considerados “lugares

comunes” del hecho educativo: profesores, alumnos, tema de estudio y entorno

(Schwab, 1969). Se pasa, después, a enumerar cada compartimento de la tabla en

los términos de, por ejemplo, “en nuestro núcleo de interés, qué puede decirse de

A en relación a 1”, recorriéndose toda la tabla completa (ver tabla 1; en gris, el

núcleo de reflexión tratado en la tabla 2).

Se utilizan, a su vez, en cada apartado tres registros: lenguaje, actividades y

relaciones sociales. Eso implica describir el lenguaje que se utiliza, las actividades

que corresponden a ese discurso y las relaciones sociales que se establecen. Estos

terrenos de la acción individual y cultural son necesarios para cualquier cambio

educativo.

Como hemos expresado anteriormente, en las primeras fases de una

investigación es conveniente y deseable organizar el pensamiento y explicitarlo,

como una forma de sacar partido a toda la vorágine de reflexiones, al aluvión de

ideas que surgen de la mente en estado creativo; también es una forma de canalizar

los sentimientos, de comprender las emociones que asaltan al investigador.

Pensamos que esta forma de autorregulación es útil, incluso, para desechar

aspectos consolidados de nuestro programa de investigación que, una vez

meditado en profundidad, pueden resultarnos inasumibles o, simplemente,

disparatados por inaccesibles.

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532 El Diario como Elemento de Cambio: Construyendo el Hilo

Tabla 1. Tabla Invetio de reflexión inicial del investigador.

A. PROFESORES B. ESTUDIANTES

C. TEMAS DE

ESTUDIO D. ENTORNO

1. Profesores a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

A1

a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

B1

a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

C1

a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

D1

2. Estudiantes a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

A2

a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

B2

a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

C2

a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

D2

3. Temas de

estudio

a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

A3

a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

B3

a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

C3

a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

D3

4. Entorno a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

A4

a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

B4

a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

C4

a) lenguaje y

discurso:

b) actividades y

prácticas:

c) relaciones sociales

y organización:

D4

En los inicios de la tesis doctoral de uno de los autores, el punto central del

trabajo fue la “resolución de problemas”, con especial incidencia en los obstáculos

del alumnado. Una vez completada la tabla invetio en toda su extensión (48

bloques de reflexión completos), el trabajo se recondujo a un objeto de

investigación diferente: la reflexión y la práctica del profesor. A lo largo de todo el

tiempo que duró le tesis doctoral (con especial énfasis en los dos cursos que duró la

toma de datos), el investigador mantuvo su diario y su compromiso con la

escritura diaria. En las fases de análisis, aunque disminuyeron las entradas, estas se

mantuvieron. En la fase final de la tesis, estas fueron muy esporádicas, pues el

investigador se encontraba volcado en la escritura de dicha tesis. A lo largo del

tiempo que se mantuvo el diario, este se erigió en el canalizador del pensamiento

racional e intuitivo, promotor del análisis cerebral, pero también el orientador de

los bloqueos y sentimientos negativos. En la tabla 2 se muestra una ejemplificación

del núcleo de reflexión A1.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 533

Tabla 2. Invetio del núcleo de reflexión A1.

A1

En la resolución de problemas/disoluciones, qué puede decirse acerca de los profesores en

relación a los propios profesores, en términos de:

a) lenguaje y discurso:

…una cuestión importante cuestión radica en si los profesores son conscientes de la

terminología que se ha ido acuñando al respecto, terminología que abarca conceptos tales

como modelos de profesor (transmisivos, espontaneísta, tecnológico, investigativo), tipos

de enseñanza (que se corresponden con los anteriores modelos), en función de cómo se

aborda la resolución de problemas en el aula. La respuesta es que no, si bien, pueden

intuir dicha clasificación, aunque no sean capaces de explicitarlas. Creo que, al menos,

debería conocerse tales conceptos, cómo la literatura en didáctica de las ciencias ha ido

elaborando ese marco teórico, pero no de una manera transmisiva, sino que a través de las

lecturas pueda iniciarse un debate en torno a esa cuestión (documentos de Porlán, libro de

Pozo y García,...). Es indudable que ese conocimiento posibilitaría el enriquecimiento del

discurso de los propios profesores en torno a sí mismos, lo que facilitaría su

posicionamiento con vistas a la hipótesis de progresión, dónde estamos inicialmente y

adónde hemos llegado.

b) actividades y prácticas:

…de la misma forma que en el lenguaje, cabe preguntarse qué tipo de actividades

caracterizan nuestro trabajo, de qué forma nuestras concepciones se trasladan a la práctica

docente. Necesitamos caracterizar nuestra práctica e incardinarla en los tipos de

enseñanza expuestos, ya que ahí adquieren sentido y relevancia, eso nos llevaría a tomar

conciencia del tipo de actividades que caracterizan nuestra praxis, para avanzar en nuestro

desarrollo profesional, al que necesitamos primero definir, paso indispensable que

posibilite nuestra reflexión. Por tanto, es necesario que contestemos a las preguntas ¿qué

hacemos en nuestras aulas y cómo lo hacemos? La visualización de grabaciones en el aula,

tanto de uno mismo como la de compañeros del grupo son un buen paso en ese sentido,

ya que permitiría realizar la autocrítica necesaria para el proceso de concienciación.

c) relaciones sociales y organización:

…en el campo de las relaciones sociales destaca el trabajo personal de los profesores,

entendido de forma puramente individual, como motor de la enseñanza, que lógicamente

se traslada a la forma de organización del propio trabajo y a su correspondencia en el aula,

donde también se prima el esfuerzo individual en detrimento del colectivo. Si bien es

cierto, poco a poco se va avanzando en el trabajo en grupo, aunque de una manera que

podríamos calificar de anecdótica, de manera que si algo caracteriza el trabajo de los

profesores es la individualidad como forma de organización social; es importante, por

tanto, avanzar en nuevas formas de relaciones sociales, relaciones que tiendan a primar el

trabajo en grupos, tomando a este como núcleo de reflexión e intercambio de ideas y

máxime en una labor compleja como la que nos atañe, la resolución de problemas, donde

es importante la aportación de distintos puntos de vistas, de distintos enfoques y de forma

fundamental en el primer peldaño del proceso, la identificación de problemas.

La multicolateridad, la diversidad de puntos de vistas, da significado a la empresa de

resolución de problemas y potencia la visión de una construcción social del aprendizaje,

pero también de la enseñanza. Por tanto, desde una visión eminentemente individual de la

enseñanza que caracteriza el trabajo de los profesores, con escasas excepciones, debemos

apuntar hacia la introducción de organizaciones y estructuras más complejas, estructuras

que alienten el intercambio, la reflexión y la crítica, como forma de abordar los complejos

retos que subyacen al adoptar una metodología de resolución de problemas por

investigación, centrada en la estructura de la materia y las disoluciones.

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534 El Diario como Elemento de Cambio: Construyendo el Hilo

6. UN CASO PRÁCTICO

6.1. La confluencia de los diarios

A lo largo de los últimos doce años venimos trabajando, desde nuestro equipo

de investigación, en el desarrollo profesional del profesorado de ciencias

experimentales. Un elemento esencial de estas investigaciones han sido los diarios.

Su versatilidad ha sido muy elevada: elemento de recogida datos, dinamizador de

la reflexión, canalizador de las emociones,…, en los términos que hemos expuestos

en los apartados precedentes.

A continuación exponemos un caso real de investigación, donde confluyen

todos los diarios (profesorado, alumnado e investigador). La idea original era

tratar de indagar en el análisis del currículo real (resolución de problemas) y de la

capacidad de reflexión de los profesores, respectivamente, en grupos que estaban

inmersos en dinámicas de innovación. El trabajo, por tanto, se centró en describir

un programa de investigación-acción realizado con profesores de enseñanza

secundarias de ciencias experimentales. El programa perseguía el desarrollo

profesional a través de la innovación curricular, tomando como agente promotor la

reflexión orientada a la práctica, prestándose especial atención a la socialización

del profesorado. A lo largo de dos cursos escolares (2001-2002 y 2002-2003), se

realizaron acciones encaminadas a tales efectos, organizándose a través del

conocimiento didáctico del contenido (Vázquez-Bernal, Jiménez-Pérez y Mellado,

2008).

A partir de estas ideas, en el grupo trabajamos con la posibilidad de que los

profesores realizaran sus propios diarios y, a la vez, para ser más operativos y no

saturarse de información, eligieran tres alumnos que se comprometieran con ellos a

realizar un diario, de distinto nivel al de los cuadernos de clase, donde plasmaran

sus reflexiones sobre la dinámica de la clase, la profesora, los contenidos que se

trabajaban y cuanto ellos creyeran convenientes.

En efecto, fueron seleccionados tres alumnos por cada profesora, selección

realizada por ellas mismas en función de los alumnos voluntarios que habían

mostrado interés. Los padres de los alumnos fueron informaron sobre el proyecto y

se esperó al visto bueno por parte de ellos. Una vez que se contaba con los

permisos pertinentes, se pasó al trabajo de informar sobre las características de los

diarios y qué buscábamos en ellos, trabajo que se alargó algunas sesiones. Se

editaron documentos (ver cuadros 1 y 2) y se discutieron con alumnos y

profesores; como fuentes de información para el profesorado, se usó una

bibliografía lo más didáctica posible y centrada en la DCE (Grilles et al., 1993).

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 535

A lo largo de los primeros meses de cada curso se elaboró una unidad didáctica

(Disoluciones-Química, para alumnado 14 a 15 años). Después, cada profesor

implementaba la unidad didáctica, mientras se tomaban notas etnográficas de las

clases, se registraban en vídeos esas sesiones y se elaboraban los diarios. Cuando se

concluía cada unidad didáctica, los alumnos elaboraron una memoria final en

bases a una serie de cuestiones relativa a la puesta en práctica de la unidad.

La temporalización para los diarios del alumnado fue de una semana, tiempo

que se estimó suficiente para que los alumnos redactaran sus diarios, se los

mostraran a sus profesores y estos los utilizaran como fuente de información

alternativa a su visión del aula. Por su parte, los profesores entregaban los diarios

al facilitador (el investigador principal) en el plazo de una semana. En este tiempo,

el facilitador los utilizaba como fuente de información, tanto en el plano de

formativo como en el investigador, enriqueciendo el debate en el grupo y

añadiendo valor a la triangulación de las fuentes. Este proceso de triangulación

posee una posición preeminente en todo proceso investigativo, ya que permite el

contraste de informaciones procedentes de sujetos que ocupan una posición

diferente en la dinámica del aula, es decir, informaciones procedentes de puntos de

vistas diferentes (Porlán et al., 1997).

En la figura 4 se sintetiza la confluencia de los diferentes registros. El

profesorado reelaboraba la información a través de sus reflexiones en el diario.

Estos procesos fueron útiles, no solo como elementos de información para la

investigación en curso, sino para la propia profesora, ya que actuaba como

mecanismo autorregulatorio, como una herramienta metacoginitiva que canalizaba

su aprendizaje y sus emociones.

Figura 4. La confluencia de los diarios.

En el cuadro 3 puede observarse la confluencia de los diferentes diarios,

incluido el del propio investigador. Todos se refirieren a la misma sesión de clase y

nos informa de la naturaleza poliédrica de la realidad que percibe cada uno de los

agentes participantes.

DIARIO INICIAL

NOTAS DE LA SESIÓN

VÍDEO DE LA SESIÓN

DIARIO DE LOS ALUMNOSDE LA SESIÓN

DIARIO FINAL

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536 El Diario como Elemento de Cambio: Construyendo el Hilo

Cuadro 3. Ejemplificación de confluencia de reflexiones.

En este día la profesora no nos ha

hecho hacer mucho y se ha

portado bien porque veníamos

todos con una pereza, y la

profesora dijo vamos a repasar

todo lo que dimos antes de las

vacaciones, o sea, desde la

materia hasta los problemas de

disoluciones que no me enteraba

de nada y sigo sin enterarme. La

profesora dijo que ya mañana nos

entregaría los exámenes del día

antes de las vacaciones. Ella nos

fue dictando unos ejercicios de

problemas de las formulas que en

nuestra fotocopia no estaban y

había que hacerlo en clase y a

quien no le diera tiempo que los

acabara en casa. Con esto acaba

la clase de hoy y yo sigo diciendo

lo mismo que estos días atrás

sigo sin enterarme de como se

hacen, ya tocó el timbre y

salimos de clase.

DIARIO DE ALUMNO 1

DIARIO DE ALUMNO 2

El último día de clases vimos un

vídeo. Hoy hemos repasado y la

clase ha sabido responder a las

preguntas de Mª Carmen. La

profesora nos ha puesto tres

ejercicios y nos ha dicho que

mañana vamos a preparar en el

laboratorio una disolución.

DIARIO DE LA PROFESORA - ABRIL 2001

Ha sido el primer día de clase después de las

vacaciones de Semana Santa. Durante éstas he

corregido la prueba escrita, de trece alumnos, han

aprobado cinco, tengo que decir que son cinco

que van aprobando la asignatura. Los fallos han

sido generalizados:

No saben dibujar bien la posición de las

moléculas en el estado sólido y líquido de las

sustancias.

No saben distinguir si se trata de una mezcla

heterogénea u homogénea cuando se mezclan

más de dos sustancias, dando unas no se mezclan

en otras.

No conocen los aparatos de laboratorio que

sirven para medir volúmenes, quizás yo no se lo

haya explicado lo suficiente.

La clase empezó preguntando algunos alumnos

que no vinieron a la prueba escrita del jueves ante

de vacaciones, que ocurrirá con la nota de ese

examen si no lo hicieron; mi contestación fue que

sólo se la repito si me traen un justificante, a ser

posible médico, pienso que hay que enseñar a los

alumnos a ser responsables de sus actos y si no

vinieron porque tomaron sus vacaciones

demasiado pronto a ser consecuentes con ello.

Luego seguimos repasando toda la teoría del

tema y sobre todo el concepto de concentración

que a pesar de ser muy difícil de entender, en la

prueba escrita los problemas que les puse no lo

tenían del todo mal.

Una vez repasado les dicté tres problemas más

sobre este concepto para así con ellos y con la

práctica que hagamos mañana sobre preparar

disoluciones con una concentración conocida

terminamos con esta pregunta y pueda seguir con

el tema.

Muchos alumnos estaban desorientados, no

sabían cómo volver a hacer estos problemas por

lo que tuve que dar muchas aclaraciones. Creo

que después de unas vacaciones esto es normal,

yo también lo estaba.

Otros alumnos, en cambio, ni se preocupaban de

hacerlo justificándose que eran muy difíciles y no

lo sabían, otros charlaban. Yo, a la vez, ponía

ejercicios a Lorenzo para que pudiera trabajar.

Para la práctica de mañana les he dicho que es

necesario que traigan por grupo un bote de

plástico, ha habido un poco de discusión haber

quién se lo traía.

Por lo demás, el comportamiento ha sido bueno,

aunque en general, pienso que estábamos todos

poco concentrados, espero que a partir de

mañana todos recuperaremos la normalidad de la

clase.

Hoy hemos estado un poco cansados de

todas las fiestas pero la clase ha salido

muy bien a pesar del cansancio. La

profesora ha empezado a repasar con

nosotros todo lo dado desde lo que es la

materia hasta los problemas de

concentración que hemos empezado a

dar hoy y que sabíamos poco antes de

las vacaciones. Después la profesora

nos dijo que ya mañana nos entregaría

los exámenes que hicimos el mismo día

que dieron las vacaciones. Después

ella nos fue distando unos ejercicios

que no había en nuestras fotocopias y

nosotros los íbamos haciendo mientras

que le preguntábamos nuestras dudas

y acabó la clase terminando los

ejercicios. Este tema ha resultado muy

fácil hasta ahora, la fotocopia ya la

tenemos casi terminadas. Hasta el

próximo día.

DIARIO DE ALUMNO 3

DIARIO DEL INVESTIGADOR

En el día de hoy MI ha efectuado

la grabación de CA y tomado las notas

de clase. Yo he realizado la grabación

de MA que se incorpora después de su

operación. La verdad es que me ha

supuesto un esfuerzo muy grande el

no tratar de intervenir en los

problemas que ella tiene con la

disciplina de sus alumnos, algunos de

los cuales mantienen una actitud

rayando en la impertinencia. Me

escudaba en la notas, para no alterar el

transcurrir de esa clase. Algunos de

los alumnos después de decir alguna

tontería, me miraban, pero yo

continuaba con mi toma de notas.

Creo que es una tónica que se repetirá

en todas las grabaciones. Los alumnos,

sabiendo de que su acciones quedarán

reflejadas en la cámara, la evitan

colocándose en los extremos para no

salir registrados.

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 537

En el cuadro 4, mostramos el diario de una profesora (caso Marina), una vez

leída toda la información aportada por las fuentes mostradas en la figura 6.

También, hemos de añadir que estas fuentes no eran privativas de cada profesor.

Al contrario, los contenidos de las cintas y diarios, estaban a disposición del resto

de los miembros del grupo de trabajo. Pensamos que esta dinámica de

acercamiento a otras formas de reflexión y de impartir clases, podría ayudar a

mejorar la capacidad reflexiva y autorregulatoria de cada profesor, a ser más

críticos y, sobre todo, a compartir emociones.

Cuadro 4. Resultado de la reflexión posterior de la profesora.

DIARIO DE MARINA – REFLEXIONES DESPUÉS DE VER CINTAS Y LEER

DIARIOS DE SUS ALUMNOS – JUNIO 2001

Las principales dificultades que creo que encuentran los alumnos son:

-Es un tema donde casi todos los conceptos son nuevos y además distintos a los que se

han dado hasta entonces en la asignatura por lo que a algunos le resulta difícil y a mitad

del tema se dan por vencidos. He tenido alumnos que han ido bien durante todo el curso y

que hubieran aprobado la asignatura, alumnos que trabajaban tanto en clase como en casa,

pero a partir de este tema se han comportado de distinta manera, no han hecho nada y no

han mostrado el más mínimo interés por lo que se estaba dando en clase.

-Es un tema con muchos cálculos matemáticos y muchos fallan en, por ejemplo, despejar

incógnitas.

-En los problemas también tienen dificultades, no entienden lo que dice el problema, no

saben plantearlos.

Con el hecho de grabar las clases y luego poderlas observar he podido ver los fallos que

cometo a la hora de impartir la asignatura; también he observado la actitud de los

alumnos en mis clases, ésta ha sido un poco diferente al resto de las clases del curso, creo

que la presencia de la cámara o de otro profesor les ha influido de manera negativa a la

hora de salir a la pizarra, de preguntar dudas o de resolver alguna cuestión por miedo a

equivocarse y que eso se quedara grabado…

Doy las clases demasiado explicadas, es decir, doy poca opción a que los alumnos

investiguen y trabajen sobre el tema que estamos dando y que ellos mismos puedan

descubrir. Suelo dárselo todo muy bien resumido y esquematizado y el alumno solo se

limita a ser receptor de lo que yo le digo.

Cuando planteo alguna pregunta a los alumnos suelo contestarlo yo antes, sin dar

oportunidad a los alumnos de que piensen.

A la hora de que trabajen sobre algún ejercicio, si éste tiene alguna complicación, termino

haciendo el problema antes del tiempo que les he marcado para hacerlo.

Un aspecto interesante relacionado con la transmisión de sensaciones y, por

tanto, relacionado con las emociones, son los roles del profesorado. Tobin, Tippins

y Gallard (1994), en su momento, concluyeron que el estudio de las metáforas tenía

una importante componente para el cambio del profesorado de ciencias.

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538 El Diario como Elemento de Cambio: Construyendo el Hilo

Posteriormente, Mellado (2001) destacó que las metáforas personales del

profesorado de ciencias eran importantes, aunque, para extraer la riqueza y los

matices de cada una de ellas, sería necesario profundizar en el contexto concreto en

que se utilizaron y en los significados que cada profesor le asignaba. En el

transcurso de esa investigación, surgieron roles que, según las palabras de los

propios profesores, les describían. Así encontramos a:

La Madre; el Padre espiritual; la Controladora.

Pensamos, en su momento que, a pesar de cierto reduccionismo, estas

metáforas ofrecieron una síntesis, bastante aproximada, de ciertos aspectos de sus

prácticas en el aula y permitieron un acercamiento emocional y afectivo a sus

figuras.

6.1. La evolución del diario

En los párrafos precedentes hemos descrito los distintos diarios que se

emplearon en el proyecto de investigación-acción dentro de un centro de

enseñanza secundaria. Ante la enorme información procedente de esa

investigación, seleccionamos dos casos concretos de profesora (Vázquez-Bernal,

Jiménez-Pérez y Mellado, 2010). Fruto de ese trabajo, uno de los casos (Marina),

continuó formando parte de nuestro equipo de investigación y decidimos volver a

implementar una dinámica de trabajo similar al ciclo 2001 a 2003, solo que esta vez

ya no formaba parte de un grupo de investigación-acción y decidió centrarse en un

contenido que dominaba (La Formación del Suelo-Geología, para alumnado 14 a 15

años), necesitando asesoramiento puntual en la TIC. Sin embargo, la dinámica de

los diarios fue exactamente la misma durante los dos cursos que duró el nuevo

ciclo (2004-2005 y 2005-2006). En el cuadro 5 podemos observar un extracto de ese

diario. En él podemos aflorar algunas de los sentimientos (estrés) que le ocasiona la

enseñanza.

Cuadro 5. Extracto de Marina en el segundo ciclo de investigación.

DIARIO DE MARINA – JUNIO 2005

Hoy me he pasado bastante tiempo llamando la atención a un grupo de alumnos que se

han pasado la hora charlando y sin hacer nada, precisamente dos de ellos no hacen nunca

nada. El resto de la clase se ha comportado como siempre, muchos de ellos miran pero se

ve que no atienden, ni se están enterando de nada y sólo unos pocos siguen la clase y

participan contestando a las preguntas o con dudas. Esto ha hecho que haya estado en

tensión casi toda la hora, la sensación de que no participan, ni muestran interés muchos de

ellos y otros charlen por otro lado, me hace sentirme nerviosa, por lo que no he dado una

clase relajada y ha hecho que ante cualquier pregunta me adelantara con las respuestas sin

permitir que ellos digan lo que saben sobre el tema

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 539

A lo largo de los cursos posteriores, desarrollamos una labor de investigación

centrada en la evolución de Marina desde diferentes perspectivas (curriculares,

ideológicas, formativas,…). Una vez concluidas cada trabajo parcial de

investigación, un informe era entregado a la profesora Marina. Este informe tenía

un doble propósito, realizar un nuevo diario, a modo de reflexión final y, por otro

lado, compartir la reflexión final con los investigadores, a modo de meta-reflexión

(Vázquez-Bernal, Mellado y Jiménez-Pérez, 2012). En un estudio de casos, no solo

perseguimos analizar la evolución de este en un período tan largo, también el

desarrollo profesional del profesor, en una dinámica en que ambas partes obtienen

beneficios. En la figura 5 se muestra esta nueva dinámica final.

Figura 5. Una nueva estrategia: la reelaboración de los diarios.

Uno de los objetivos del estudio de caso era determinar los obstáculos que

impedían el desarrollo profesional del profesorado (Vázquez-Bernal et al., 2010).

Algunos de tales obstáculos, poseían un componente afectiva-emocional sustancial

y encajarían dentro del esquema teórico de Lutz (1986): confianza, orgullo,

frustración, tristeza, enfado,… Pasamos a enumerar estos obstáculos, a los que

denominamos categorías y sus relaciones de inclusión a diferentes marcos teóricos:

a) Relación profesor-entorno (Marco ideológico): 1) Resistencia a romper con la

sensación del aula como caja negra.

b) Didáctica de las ciencias experimentales (Marco Formativo): 2) Resistencia a

la lectura didáctica. 3) Inseguridad en el dominio curricular de la materia

impartida.

c) Relaciones interactivas profesor-alumno: 4) Considerar el esfuerzo individual

del alumno como factor intrínseco de este. 5) Motivación ya dada en los

grupos de alumnos.

d) Ambiente de aula (Marco Contextual): 6) Disciplina y control de la clase

esenciales.

DIARIO de la REFLEXIÓN

FINAL

ESTUDIO DE CASO

(Resultados provisionales)

ESTUDIO DE CASO

(Resultados finales)

Un proceso de reflexión compartido

Investigadores-Profesora

Investigadores

Profesor

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540 El Diario como Elemento de Cambio: Construyendo el Hilo

En el cuadro 6, volvemos a exponer un extracto de una reflexión de la profesora

sobre qué supuso esas investigaciones precedentes, lo cual, entre otros asuntos de

interés, nos ejemplifica todo el repertorio de sensaciones, sentimientos y emociones

que salpicaron el largo y fecundo programa de investigación en el que estuvo

inmersa.

Cuadro 6. Extracto de Marina en la fase final de la investigación.

DIARIO DE MARINA – JULIO 2011

Desde el punto de vista profesional supuso un periodo de mayor interés y de una

preparación más a fondo de los temas a impartir sobre todo el de Las Disoluciones ya que

no lo controlaba igual que el del Suelo. Con cada grabación me sentía como si me

estuvieran evaluando, lo que implicaba que en cada clase me tenía que esforzar bastante

por llevarlo todo muy bien preparado, cuando nadie te vigila te relajas más.

En el plano emocional aquello lo recuerdo como un época estresante, sobre todo el primer

año; como si día a día me estuvieran controlando y examinado mi labor docente.

También tengo que decir que con esta experiencia me he sentido bastante útil, el saber que

aquello podía servir a alguien también te ayuda y aún después de bastantes años me

beneficia y puede seguir beneficiando.

7. CONCLUSIONES

A lo largo del presente trabajo hemos perseguido un doble objetivo. En primer

lugar, poner en valor la importancia del diario como herramienta metacognitiva de

reflexión, independientemente del objetivo que se pretenda, pues permite el

análisis profundo de una situación y promover la autorregulación tanto cognitiva

como emocional. Estas capacidades se incrementan con el uso del diario. Desde el

punto de vista del alumnado, como algunos estudios han contrastado (Arsal, 2010),

esta utilización desarrolla la motivación intrínseca y la gestión de estrategias para

alcanzar una tarea determinada, un campo de estudio emergente, que está

marcando las agendas de investigación educativa (Pintrich, 2003) y, en lo que nos

atañe, en la DCE.

Respecto a su uso entre el profesorado, se convierte en un artefacto eficaz, por

ejemplo, en los procesos de cambio e innovación, debido a las dificultades de

distintas naturaleza (sociales, personales, culturales, ideológicas,…), a las que suele

enfrentarse este colectivo (Mellado, Ruiz, Bermejo y Jiménez, 2006).

Por parte del investigador, es un instrumento que, aunque no muy tratado en la

literatura, podemos considerar fundamental. Independientemente del paradigma a

que esté adscrito el investigador, los diarios, en combinación con otros métodos de

investigación, representan una fuente de información única (Alaszewski, 2006). La

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Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 541

cuestión esencial en el uso de esta herramienta es el respeto y ética en todas las

partes: confidencialidad, compromiso, confianza, respeto, aprendizaje,... Estos y

otros valoran deben garantizarse en su realización. En este sentido, hemos querido

aportar información de naturaleza práctica para auspiciar su utilización.

El segundo lugar, como un objetivo más pragmático, hemos mostrado una

ejemplificación de un caso práctico, donde todos los sujetos epistemológicos que

intervienen en el acto educativo realizan sus diarios. En esta dinámica, se produce

una convergencia de reflexiones, interaccionando y produciendo un cambio en la

realidad percibida. A lo largo del estudio de caso, asistimos a su evolución y

transformación con el tiempo y cómo se cierra el ciclo con un diálogo, entre el

sujeto y su propia historia, a través del lenguaje del diario. En otras palabras, el

diario es un agente mediador, en sí mismo, de su propia dinámica de modificación,

construyendo una identidad poliédrica, con múltiples significados (Zembylas,

2003). Como expresamos en su momento, constituye un apoyo esencial a la hora de

canalizar nuestras emociones, positivas o negativas, ya que coloca al autor enfrente

de ellas y no las evita, al contrario, le estimula a indagar en su conocimiento y

dominarlas, pues como expresa Tobin (2012), las emociones, al ser parte central de

la acción, son esenciales en la didáctica de las ciencias. En este sentido, algunos de

los obstáculos que impiden el desarrollo profesional del profesorado tienen un

fuerte componente afectivo-emocional.

Para concluir y aludiendo al título, los diarios han permito trenzar un caso con

un hilo robusto, formado por hebras de actividades y estas, a su vez, por fibras de

interacción profesor-alumno (Roth y Lee, 2007), pero también con las propias fibras

de la investigación, tanto en el plano cognitivo como emocional. En palabras

(Engeström, 1991), los seres humanos planean y cambian el mundo y la vida social

en la misma medidas que esos cambios les transforman.

8. BIBLIOGRAFÍA

Alaszewski, A. (2006). Using diaries for social research. London: Sage Publications.

Altrichter, H. y Holly, M.L. (2006). Research diaries. En B. Somekh y C. Lewin

(Eds.), Research Methods in Social Sciences (pp.24-32). London: Sage Publications.

Alvesson, M. y Skoldberg, K. (2000). Reflexive methodology: New vistas for qualitative

research. London: Sage Publications.

Arsal, Z. (2010). The effects of diaries on self-regulation strategies of preservice

science teachers. International Journal of Environmental y Science Education, 5(1),

85-103.

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542 El Diario como Elemento de Cambio: Construyendo el Hilo

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