voces voluntarias 2010

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Voces Voluntarias

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Documento editado por la OMT en 2010, con motivo del Día Internacional del Voluntariado, en el que se incluyen los relatos de las experiencias de algunos de los miembros del Programa UNWTO.Volunteers

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Page 1: Voces voluntarias 2010

Voces Voluntarias

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La Fundación OMT.Themis se enorgullece en celebrar el Día Internacional del

Voluntariado (DIV) y la labor del Cuerpo de Voluntarios OMT mediante la pre-

sentación de testimonios realizados desde el trabajo de campo y mostrando

cómo el turismo y el voluntariado contribuyen a los Objetivos del Milenio.

El programa UNWTO.Volunteers se establece el año 2007 con el objetivo de

proporcionar jóvenes profesionales con formación práctica en turismo como

herramienta para el desarrollo y la reducción de la pobreza.

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MARÍA JESUS MESÍASUNWTO.Volunteer

Mi nombre es María Jesús Mesías, y vine al mundo en una pequeña localidad de Galicia (España), un 21 de Octubre, día del aniversario de la Gloriosa Batalla de Chiapa de Corzo, ciudad emblema de la resistencia ante la coloni-zación y que da nombre al Estado de Chiapas. En mi Tierra no creemos en lo sobrenatural ni en las “meigas” (aunque sabemos que “haber, las hay” …), así que no puedo pensar que existiese algún tipo de vinculación metafísica que me predestinase a llegar al lugar en el que viví una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida… lo que si es seguro es que desde el momento en que llegué a ese maravilloso Estado mexicano la calidez de sus gentes me hizo sentirme como en casa.

Supongo que mi padre fue el causante de que sea una persona tan extremadamente sensible y con unos principios tan férreos: nació seis años antes de la terrible Guerra Civil Española, y vivió una posguerra y una dictadura durísimas, en las que el hambre obligó a mi abuelo a emigrar a Argentina, y a sus ocho hijos a crecer ejerciendo de jóvenes padres de familia, que en su niñez se dedicaban a buscarse el sustento como podían, y en su juventud y madurez vivieron la negra sombra de la represión política y la injusticia social. Fue él, con sus relatos, quien me hizo ver que existían otros mundos fuera de mi pequeña y cómoda realidad, y me generó la imposibilidad de vivir ajena al sufrimiento de la sociedad sabiendo que, con un poco de esfuerzo compartido, un mundo mejor es posible.

Fue por él por quien conseguí superar las vicisitudes de una familia desestructurada y creer en mi capacidad para cursar una carrera que me ayudase a comprender como la correcta gobernanza de un pueblo puede llevar prosperi-dad a sus gentes, licenciándome en Ciencias Políticas.

Es duro saber que tienes una meta y no cómo conseguirla. Me especialicé en recursos humanos y tutela de colectivos en riesgo de exclusión social, y aprendí a comprender la diversidad de necesidades del ser humano. Estudié cooperación internacional, y aprendí de la importancia de dotar a los pueblos de instrumentos para lograr su propio desarrollo. Y empecé a trabajar en una empresa de consulto-ría institucional, y aprendí que el verdadero desarrollo se encuentra en el equilibrio la las tres vertientes de la sostenibilidad: social, económica y medioambiental. Así descubrí el CÓMO, y me especialicé en las áreas de turismo y cultura, ámbitos en los que, desde hace seis años, trabajo diseñando e implemen-tando proyectos de desarrollo y competitividad.

El año en que mi padre falleció me seleccionaron como participante en el Curso Universitario en Turismo y Cooperación Internacional para el Desarrollo, a través del cual entré a formar parte del Cuerpo de Voluntarios de la OMT. Y aunque ya os dije que no creo en “meigas”… sí que la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma.

Como voluntaria de la OMT mi CÓMO reforzó su sentido, y tomó otra dimensión. A través del Progra-ma Volunteers se ha creado una red de trabajo a nivel mundial que probablemente excede lo previsto cuando fue diseñado, y que llega más allá de las propias competencias de la OMT. Por lo que a mí respecta, puedo enorgullecerme de haber conocido a grandes expertos, con los que ahora comparto experiencias y colaboraciones profesionales, y de haber hecho grandes amistades gracias a este Programa y las Misiones en las que he participado. Sin duda, es de lo mejor que me ha pasado en la vida. Me da la posibilidad de participar en proyectos de cooperación internacional sin renunciar a mi trabajo diario y mi proyecto vital, aportando lo más valioso que tengo para contribuir al desarrollo de muchos pueblos y comunidades: mi conocimiento, experiencia y capacidad de trabajo.

Y al llegar a Chiapas, mi primera Misión, reafirmé mi POR QUÉ.

Tuve la oportunidad de aportar todas las vertientes de conocimiento que había adquirido a lo largo de mi vida formativa y profesional.

Y me hizo crecer como persona. Conocí comporta-mientos y modos de vida que en el “Primer Mundo” hemos casi olvidado… Conocí Comunidades que ofrecen y comparten todo a pesar de no tener nada. Conocí personas que, en su malvivir, disfrutan de la mayor felicidad y alegría vital de la que puede disponer un ser humano. Conocí gente que colabora, se involucra, participa en la planificación y gestión de sus familias, empresas y comunidades con el mayor tesón y entusiasmo que jamás había visto.

Compartí momentos de celebración y felicidad plena con personas que había conocido hacía sólo días, pero que me hicieron sentir como si estuviese con miembros de mi familia o amigos. En unos días pasé a ser “La Gallega”, escrito con mayúsculas, porque el gran cariño y respeto mostrado por ellos al llamárme-lo me demostró que siempre es posible romper estereotipos, apreciar lo que nos une y engrandecer-se con la diversidad de otras culturas.

Y pude ver que vivían en realidades de injusticia social, desigualdad y objetivos vitales con plazo restringido… Pero la grandeza y coraje de la gente que conocí hizo que no sintiese pena, desánimo ni frustración. Sentí ganas de trabajar con ellos para contribuir a agrandar sus metas.

Volunteers y lo que viví en Chiapas y La Rioja respondieron a mis preguntas. Sé QUIEN soy: fuerza motriz de extracción y transformación de energía en el desarrollo de las Comunidades. Sé COMO hacerlo: aportando conocimiento, vocación de servicio, compromiso y solidaridad. Y sé POR QUE lo hago: Cada minuto nacen y mueren miles de personas en todo el Mundo a los que nadie ha ayudado a dar respuesta a sus preguntas sobre cómo transformar la energía de sus Comunidades para el logro de una vida mejor.

Quizá alguien piense que es una forma poco ortodoxa y extremadamente romántica de interpretar una ley científica… pero el amor, de y hacia los demás, ha sido siempre la “energía” que ha movido mi mundo.

María Jesús Mesías Rodríguez

Nacionalidad: española

Proyectos en los que ha participado: Chiapas 2015: Plan de Estrategia y

Competitividad turística para los Clusters de Tuxtlá Gutierrez, San Cristobal de la Casas, Palenque y

Comitán de Domínguez e Iniciativas de fortalecimiento de capacidades de

las administraciones de Turismo: Misión de evaluación y apoyo a la formación, en el contexto del curso “UNWTO-Excelencia en la Gestión del Marketing Turístico” La Rioja,

Argentina, 2009

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ALEJANDRO CALVENTEUNWTO.Volunteer

Con los acuerdos de paz firmados en 1996 se puso punto y final a 36 años de conflicto armado guatemalteco. Han pasado 14 años, y aún son muchas las secuelas que este pequeño país centroamericano trata de superar, principalmen-te los pueblos indígenas, quienes resultaron especialmente damnificados.

Laj Chimel es una de las tantas comunidades indígenas repartidas a lo largo y ancho del país, y posiblemente en lo único que se diferencie de las demás es en que es el lugar que vio nacer a Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz 1992. Laj Chimel significa en lengua Quiché “Pequeña Laguna”. Antiguamente la aldea se llamaba únicamente Chimel, en honor a una laguna ya extinta a cuyas horillas se asentaron los fundadores de la aldea. Sin embargo, la palabra Laj “pequeña” tiene un origen mucho más reciente y menos romántico. Chimel contaba con más de 50 familias dedicadas principalmente a la agricultura y la ganadería de subsistencia. Durante el conflicto esta región fue especialmente castigada y la aldea de Chimel no fue una excepción. Acusados por ambas partes de estar apoyando al bando rival, Chimel fue bombardeada por aviones y helicópteros, sus casas fueron quemadas, sus campos de maíz devastados y su ganado robado. Sus habitantes tuvieron que huir dejando atrás todas sus pertenencias para esconderse en el frondo-so bosque que rodea la comunidad, donde algunas personas permanecieron durante casi dos años en los que se les acabó la comida y la ropa, y sobrevivieron alimentándose de raíces. Otros buscaron refugio en el pueblo de Uspan-tán, la cabecera del municipio, en el que muchos de ellos fueron encarcelados sin motivo.

Este es el caso de María Vicente, hoy en día líder de su comunidad y que relata su historia con estremecedora naturalidad. Muchos habitantes no tuvieron tanta “suerte” y fueron asesinados o no sobrevivieron a las duras condiciones a las que se vieron expuestos. Cuando el conflicto terminó, solo integrantes de 16 familias habían sobrevivido. Este grupo de personas fueron los encargados de refundar Chimel al que de ahora en adelante bautizaron como Laj Chimel “Pequeño Chimel”.

Las 16 familias empezaron literalmente de cero, con nada más que sus tierras por fin recupera-das. Pero los habitantes de Laj Chimel se volvie-ron personas desconfiadas y temerosas de toda persona ajena a su comunidad dejaron de lado gran parte de sus tradiciones y hasta poco tiempo muchas de las personas de su comuni-dad se encerraban en sus casas cuando una persona entraba en su aldea, especialmente si era no indígena y no hablaba Quiché.

Afortunadamente esto está cambiando, muy poco a poco, el sufrimiento fue mucho, pero hoy en día los habitantes de Laj Chimel cada vez se abren más al mundo fuera de las fronteras de su comunidad y han depositados sus esperanzas en algo totalmente nuevo para ellos, el turismo.

Desde el año 2006, la Organización Mundial del Turismo, a través de su contraparte local, la Funda-ción Movimundo Guatemala, apoya a la comunidad de Laj Chimel en su iniciativa de potenciar el turismo comunitario como alternativa para su desarrollo y la diversificación de su economía. Y desde febrero de 2010 es que, gracias a la oportunidad brindada por la Fundación OMT.Themis dentro de su programa de voluntarios, estoy coordinando el proyecto y viviendo en Uspantán, un pequeño pueblo del Departamento del Quiché, al norte de Guatemala.

Mi llegada fue, como todo giro de timón, una mezcla de sentimientos difíciles de diferenciar. Lo qué más me motiva de llegar a un destino nuevo es la increíble sensación de sentir como si el cerebro se despertase y se pusiese a funcionar al cien por cien. Se aleja de la vida rutinaria, de lo cómodo, de los automatismos diarios de la vida en un contexto conocido y tiene la necesidad y las ganas de apren-der de todo, de adaptarse lo antes posible. Se tiene la sensación de que 5 no son sentidos suficientes para absorber tal cantidad de nueva información como a uno le gustaría gustaría. Tras 7 meses en el terreno, todo ha ido poco a poco volviéndose familiar y la capacidad de adaptación ya ha jugado su papel, por lo que puedo dedicar todas mis energías al proyecto en el que trabajo. El objetivo es fortalecer Laj Chimel como destino turístico, lo que significa desarrollar un producto atractivo para el visitante, capacitar a los comunitarios en temas como la atención al cliente, las buenas prácticas de turismo sostenible, la conducción de grupos de turistas, la preparación de alimentos o cómo gestionar un pequeño negocio.

Lo más importante en estos momentos es fortalecer su capacidad de organización y de trabajo en equipo. Este aspecto es de vital importancia para que el proyecto turístico tenga éxito, y precisamente es una de las mayores dificultades a la que tenemos que hacer frente. Sin embargo, a su vez esto es especial-mente motivante, ya que trasciende la barrera de lo meramente turístico y afecta a todas las facetas de la vida. Si a nuestra marcha dejamos atrás una comuni-dad mejor organizada, más unida y con unos hábitos de cooperación entre ellos bien asentados, podemos darnos por satisfechos teniendo la seguridad de que estarán mejor preparados para enfrentarse a los avatares de su vida, ya que en situaciones tan complicadas como las que viven en Laj Chimel el dicho “la unión hace la fuerza” es más cierto que nunca.

El proyecto va progresando poquito a poco, el contexto en el que se desenvuelve hace que los pequeños avances sean grandes triunfos. A pesar de que la verdad es que por el momento la llegada de turistas es aún escasa, el cambio experimentado por los habitantes de la comuni-dad son argumentos suficientes para considerar como exitoso el esfuerzo realizado y de preveer el logro de mejoras tangibles en su calidad de vida. En lo económico puede que el beneficio relevante aún se haga esperar, pero en parte es gracias al turismo que los comunitarios hoy en día están superando miedos y complejos, y están recupe-rando algunas costumbres locales debido al interés que los visitantes muestran por contem-plar este tipo de expresiones culturales. Otro logro que no debemos olvidar es la protección medioambiental que está suponiendo el turismo en la región. Valga como ejemplo que los comuni-tarios involucrados en el proyecto turístico han firmado un convenio por el que se comprometen a no deforestar la zona, y de esta forma conservar su atractivo paisajístico.

Es cierto que son muchos los contratiempos a los que hay que hacer frente a diario cuando se trabaja en terreno, cortes de luz, falta de agua, dificultad en encontrar las tan necesarias facturas, falta de organización de los beneficia-rios, en ocasiones incluso falta de interés o motivación, etc. Son muchos los momentos de frustración. Sin embargo cuando estoy en esta situación me acuerdo de una frase que me dijeron cuando llegué a Senegal, hace ya algunos años y que desde entonces me ha servido muchas veces, “si las cosas funcionasen perfectamente, no estaríamos aquí y nuestro trabajo estaría en otra parte”. Y es que el verdadero motivo de nuestro trabajo es poder aportar el granito de arena para que las cosas funcionen mejor, y en este caso concreto para que la gente de Laj Chimel viva mejor. Es por esto que todo el esfuer-zo y el sobrellevar condiciones no siempre fáciles merece la pena y resulta gratificante.

Alejandro Calvente

Nacionalidad: española

Alejandro es voluntario en el marco del programa UNWTO.Volunteers y ST-EP

en el proyecto “Fortalecimiento de Destinos Turísticos Comunitarios en

Quiché”, Guatemala.

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DOMINGO GÓMEZUNWTO.Volunteer

Soy Tzotzil de la cultura Maya. Licenciado en Turismo, Maestro en Administración con Forma-ción en Organizaciones y Doctor en Ciencias para el Desarrollo Sustentable, con la tesis doctoral "Desarrollo económico local a través del turismo rural en la Comunidad Lacandona, Chiapas: Nueva Palestina, Lacanjá Chansayab y Frontera Corozal".

De Julio de 2005 a la fecha, Profesor de Tiempo Completo de la Universidad Intercultural de Chiapas de la Licenciatura en Turismo Alternati-vo.

En el año 2007 egresé del primer curso universi-tario Turismo y Cooperación Internacional para el Desarrollo de la Organización Mundial del Turismo y en el año 2008 participé como voluntario del programa UNWTO.Volunteers para el proyecto “Chiapas 2015: Plan de estrate-gia y competitividad turística para los clusters de Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de Las Casas, Palenque, Comitán de Domínguez y Chiapa de Corzo”. Además este curso me permitió comple-tar los créditos académicos de mi Doctorado en Ciencias para el Desarrollo Sustentable por la Universidad de Guadalajara.

De lo local a lo global

Mi formación profesional en el área de turismo y procedente de una comunidad indígena, me permitió incorporar en 1997 a uno de los tres proyectos turísticos comunitarios en Chiapas denominados Centros Turísticos de Contacto con la Naturaleza en la comunidad de Frontera Corozal como administrador del Centro Ecotu-rístico Escudo Jaguar. Mi estancia de casi dos años en este proyecto se logró posicionar al mercado turístico a través de convenios con tour operadores mayoristas para atraer a visitantes tanto para la Zona arqueológica de Bonampak como de Yaxchilán, donde este proyecto comenzó a proporcionar servicios de alimenta-ción, hospedaje y traslado en lancha sobre el río Usumacinta, todos operados por indígenas Ch'oles.

Sin embargo, con el conocimiento adquirido como Licenciado en Turismo me sentía limitado, lo cual inicié una Maestría en Administración con Formación en Organizaciones, y mi tesis para obtener el grado fue un modelo para la creación de centros turísticos en las comunida-des indígenas de Chiapas. Un modelo de desarrollo turístico comunitario que se aplicó en otras comunidades de Chiapas y de México que fueron impulsados a principios de la primera década del siglo XXI.

Siendo profesor universitario fue necesario continuar con los estudios de doctorado y vincularme con otras universidades en el extran-jero como la Universitat de Girona y la Universi-tat de Alicante (España).

Asimismo, en abril de 2007 sometí mi candidatura para ingresar al Curso Universitario de Turismo y Cooperación Internacional para el Desarrollo, de la Organización Mundial del Turismo (OMT) y a finales de junio de ese año me trasladé a la Universidad de Valencia (España) para iniciar el curso, después a la Universidad de Perpignan (Francia) y finalmente a la Universidad de Andorra, donde se desarrolló trabajo de campo con el objetivo de adquirir mayor conoci-miento y experiencia en esta disciplina para poder contribuir en los países en desarrollo.

Después de haber aprobado el curso, me propuse trabajar como voluntario en el Mundo Maya (México, Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador) en temas de turismo comunitario como una estrategia de desarrollo sustentable en la región.

De lo global a lo local.

En abril de 2008, el Gobierno de Chiapas a través de la Secretaría de Turismo de México, solicitó ante la Fundación OMT.Themis de la OMT a un grupo de voluntarios para la elaboración del Plan de estrategia y competitividad turística para los clusters de Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de Las Casas, Palenque, Comitán de Domínguez y Chiapa de Corzo. En este voluntariado participé con otros integrantes del equipo provenientes de distintos países como España, Portugal, Guatemala, Brasil y México.

Con este voluntariado pude trabajar directamente con pueblos originarios Tzotziles, Tzeltales, Ch'oles, Lacandones y Zoques de Chiapas, comprender sus necesidades, así como los deseos de participar en la actividad turística, no sólo como atractivos en los destinos, sino en la operación de los proyectos mismos, considerando la derrama económica como ingresos complementarios para las poblaciones locales a través de la oferta de servicios de hospeda-je, alimentación, venta de artesanías y servicios de guías de turistas locales.

Durante el trabajo de campo en una región multicul-tural como Chiapas, donde conviven grupos mayas (Tzotziles, Tzeltales, Ch'oles, Lacandones, Tojolaba-les, Chujes, Kanjobales, Kakchiqueles, Mames) y Zoques, es donde fue necesario el conocimiento local de estas culturas, sobre todo de sus lenguas, entre las que hablo Tzotzil mi lengua materna, el Tzeltal, Ch'ol y Lacandón. A través de estas lenguas pude convivir con la población de Amatenango del Valle (Tzeltal), Chamula y Zinacantán (Tzotziles), Palenque (Ch'ol).

Es aquí donde el conocimiento local cobra importan-cia en los trabajos de investigación que nos acerca más a la realidad.

Por otro lado, el equipo interdisciplinario e internacional del que fui parte, generó un diálogo intercultural para buscar propuestas sostenibles en los destinos turísticos estudiados, donde la participación de cada integrante contribuyó sustancialmente en las ideas generales para la elaboración del plan. Además, es importante señalar que el equipo de voluntarios son jóvenes con alto compromiso, responsabilidad y respeto hacia las culturas, lo que ayudó a concluir con éxito la misión encomendada.

Los resultados obtenidos se les presentaron a las autoridades competentes en septiem-bre de 2009. A partir de esa fecha el Gobier-no del estado Chiapas, comenzó a diseñar un plan de mercadotecnia llamado Sendero de colores que incluye a los cinco lugares estudiados, y el cual se ha puesto en marcha en julio de 2010.

Actualmente, participo en dos proyectos de investigación 1) Turismo transfronterizo entre Chiapas y Guatemala con la Universi-tat de Girona y la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH); 2) Diversidad cultural, desarrollo local y turismo en Chiapas, con la publicación de un libro y un documental sobre los impactos socioculturales en el turismo comunitario, una visión desde los pueblos implicados de la Selva Lacandona con la Universidad de Alicante y la UNICH. Los dos proyectos son financiados por la Agencia Española de Cooperación Interna-cional para el Desarrollo (AECID). Desde marzo de 2010 soy miembro de la Red Internacional de Investigadores en Turismo, Cooperación y Desarrollo, con sede en la Universitat Rovira i Virgili, Tarragona, España.

Domingo Gómez

Nacionalidad: mexicana

Proyecto en el que ha participado:Chiapas 2015: Plan de Estrategia y

Competitividad turística para los Clusters de Tuxtlá Gutierrez, San Cristobal de la Casas, Palenque y Comitán de Domínguez”. México

2008.

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LORENA LÓPEZUNWTO.Volunteer 2010, el año de mi cumpleaños número 30. Un año importante, por supuesto, pero también el año en que he sido enviada a África.

Mi primera vez en África, un gran cambio: de Berlín a una aldea rural situada en la costa oeste de Ghana. Tal vez este es el paso necesario para entrar en esta nueva era con una nueva visión del mundo. El cambio y el desafío que busqué durante mucho tiempo.

Ghana está situado en el África subsa-hariana, el cual en el siglo XXI sigue siendo visto como el continente "desco-nocido". Muchas ideas llegan a tu mente cuando escuchas la palabra África. Y esas mismas ideas fueron repetidas por las personas que me rodean antes de partir a mi nuevo destino: calor, desierto, hambre, malaria y mosquitos… siempre las mismas palabras. Un continente entero definido por unas pocas palabras. ¿Puede ser África y Ghana descritas así?

Por supuesto que no... Mi único deseo antes de llegar era absorber todas las cosas nuevas que seguro me estaban esperando. Mis ojos y mi piel se abrieron durante mi primer paseo a través de Accra. Estaba vencida por el humo de los coches, el sonido continuo de las bocinas que constantemente tocaban los taxistas, la vista de todo el colorido pueblo dispuesto a lo largo de las carre-teras y en todos los semáforos vendien-do cosas que en ese momento no podía ni siquiera imaginar…

Todo fue inesperado, al menos para mí, una completa principiante en el estilo de vida de las ciudades africanas. Pero lo más inesperado fue la amabilidad con la que esta gente te acogía. Siempre hay alguien dispuesto a ayudarte y te da información sobre cómo llegar a los diferentes lugares.

En el camino a la región occidental, una vez que hayas sido conquistado por el poder de la naturaleza, todo es verde, el paisaje está cubierto de árboles de plátano, coco, baobabs, plantaciones de caucho... un nuevo mundo de vegeta-ción dominando el camino a lo largo de la carretera, y también a las pequeñas comunidades construidas con chozas de barro y cubiertas con hojas de palma, las cuales mostraban la realidad de un país en desarrollo.

Una vez que llegué a Busua, la comuni-dad, que desde ese momento me convertí en parte de la historia que se repitió de nuevo, la gente busca al recién llegado no con indiferencia ni con curio-sidad, ellos te sonríen y te dicen "Akwaa-ba" (¡bienvenido!) . Ellos realmente te dan la bienvenida y nada los hace más feliz, que cuando les dices que te queda-rás por un largo período, las ganas de que te conviertas en ghanesa! En primer lugar tenía que pedir permiso al jefe tradicional y por supuesto tuve que ofrecer una botella de licor importado.

En ese momento fue la confirmación de que en este año 2010 iba a tener un montón de nuevos descubrimientos y experiencias. Y así ha sido hasta ahora... Actualmente sé cómo es una plantación de caucho y, además, cómo huele, descubrí que las piñas vienen de la tierra y no de los árboles y que es importante el día en que naciste, porque es parte de su definición como persona y debes llevarlo junto con su nombre, y que relatividad implica que un taxi puede transportar más de 8 personas a la vez!

Pero esto no quiere decir que todo es fácil. Por supuesto que tienes que hacer frente al calor; a los mosquitos, y si tienen mala suerte como yo, también a la malaria; a que seas considerado como una posibilidad de Visa… pero no es sólo eso, después de los primeros momentos de euforia te das cuenta de que sus creencias, pensamientos y comportamientos son diferentes y hay que aprender a comportarse y adaptarse física y mentalmente, y esto no es un proceso fácil ni rápido.

Durante este camino tienes muchos momentos de dificultad y muchas preguntas vienen a tu mente, pero si eres lo suficiente-mente fuerte, la respuesta es siempre sí... vale la pena.

Vale la pena cuando caminas a la oficina y un niño te dice "Obruni (persona blanca), ¿cómo estás?" y la sonrisa en su rostro cuando respondes; vale la pena cuando después de tres días de ausencia la anciana que viven justo al lado te dice "Akwaaba, te extrañamos" y sientes que te han permitido formar parte de su vida; y por supuesto que vale la pena cuando visitas alguna comuni-dad y te dan las gracias por ayudarlos, cuando lo único que estás haciendo es tu trabajo… pero te dan una razón poderosa para levantarte cada mañana y trabajar para que puedan tener más y mejores oportuni-dades.

Lorena López Hermida

Nationalidad: española

Lorena es voluntaria en el marco del programa UNWTO.Volunteers en Africa, apoyando las actividades del proyecto ST-EP - Sustainable Tourism – Eliminating Poverty- en

Ghana occidental.

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ESTHER MARTÍNEZUNWTO.Volunteer

Desde las estrellas me mandaron el mejor de los regalos, la oportunidad participar en el desarro-llo de un proyecto para mejorar la calidad de vida de los habitantes del cluster Leticia y Puerto Nariño, en el Amazonas Colombiano..

Viajé desde España, mi país natal, hasta Colom-bia, la que se convertiría en mi segunda casa…Nada más llegar a Leticia comenzamos con las reuniones para poner de acuerdo a todos, administraciones publicas, empresas, comuni-dades locales, residentes….y trazar un plan de acción.

Éramos voluntarios y expertos de varios países, aunque creamos un grupo muy unido desde el principio.

Para conocer la realidad del destino visitamos las comunidades indígenas, desde Puerto Nariño hasta Leticia, dejándonos llevar por el Río Amazonas… y allí descubrimos el Paraíso, con puestas de sol inolvidables…

En la primera reunión con las comunidades indígenas me emocioné, aun no me lo creía... encontrarme inmersa en una cultura tan diferen-te a la mía y tan especial y tener la oportunidad de ayudarles a que mejoren sus condiciones de vida!!!

Para llegar a las comunidades indígenas, navegamos por el río, anduvimos varias horas por la selva, o fuimos en canoa… Dormíamos donde pillábamos, aunque siempre con la hamaca y la mosquitera como fieles amigos… y sintiendo los ruidos de animales y de árboles crujiendo que no te dejaban cerrar los ojos…

En nuestros recorridos por la selva no faltaban algunas aventurillas, desde barcas que encalla-ban, hasta tener que bañarnos y lavar la ropa en el río Amazonas porque no queríamos pedir agua en las comunidades, pasando por la experiencia de creernos perdidos en la selva…Pero de todos los sustillos salíamos airosos…

Durante estos días tuvimos la maravillosa oportunidad de conocer las comunidades indígenas, sus habitantes, su cultura, tradicio-nes y forma de vida…

Los habitantes de las comunidades tienen lo suficiente para vivir... pescan cada dos o tres días para su familia, cultivan verduras, frutas y plantas medicinales en las chagras y organizan mingas (grupos para la recogida), utilizan hornos comunitarios para hacer yuca, también hacen artesanías, incluso fabrican sus canoas. Y los que pueden comercializan los productos.

Aunque desgraciadamente no tienen suficiente para otras cosas necesarias como salud, colegios, gasolina, azúcar, café…En lugar de hospitales tienen reconocimientos médicos itinerantes, lo que, a veces, lamentablemente, es insuficiente…

No todas las comunidades tienen colegios, por lo que los niños que pueden se trasladan a otras comunidades, los que no pueden, trabajan… Recogen el agua de lluvia para beber, bañarse y cocinar...

Y los utensilios y la ropa, se lavan en el río... También ellos, cuando no hay agua de lluvia. Durante las tres horas de luz diarias, se reúnen frente al televisor de la comunidad... En algunas comunidades tienen una cabina pública para comunicarse con el exterior...

Pero aunque les falten algunas cosas, parecen felices…

Aunque no tienen televisión, practican football, baloncesto o voleyball... Si no tienen agua de lluvia almacenada se bañan en el río... No tienen grandes cocinas pero se apañan con el patio y un fogón... No tienen baños pero se las arreglan con letrinas... Los niños no tiene play station pero tienen peonzas, canicas...

Los indígenas aun consiguen preservar parte de sus tradiciones, costumbres, su religión, sus creencias en la naturaleza y animales…Aunque, nuestro objetivo más difícil será ayudarles a controlar la actividad turística mientras que valoran y mantienen su cultura y tradiciones… Así conocimos sus diferen-tes etnias: Tikunas, Cocamas, Witotos..... También conocimos sus malokas (casas religiosas)...

Sus kurakas (o líderes políticos de la comunidad)...O sus chamanes (o líderes religiosos) que se concentran mascando coca o "mambeando"...

Los ancianos son muy venerados, ellos aportan toda esa sabiduría a las siguientes generaciones: sus costumbres, sus historias, su relación con la natura-leza y sus ancestros... Tienen una simpatía y una hospitalidad que te deja marcado de por vida, siempre con una sonrisa en sus labios...

Pero sobre todo los peloncitos (niños)...esas miradas, esas sonrisas. Cuando llegábamos corrían hacia nosotros... Después, al llegar, se quedaban mudos por la timidez...por fin, al fotografiarlos y enseñarle la foto, uno a uno te dicen sus nombres mientras se ponen rojos como tomates…

Y durante todo este tiempo, el que nadábamos en su cultura, seguíamos trabajando a diario, entrevistan-do a comunidades locales, empresas, institucio-nes… Trabajando hasta que se terminaban las baterías de los portátiles…

Al volver a Leticia nos costó acostumbrarnos a estar sin los ruidos de la selva… Nos sorprendió el agua corriente, la electricidad, el teléfono… Echábamos en falta mucho la tranquilidad, la amabilidad, la sonrisa de los pelones….

Y seguimos trabajando, once y doce horas diarias....y también disfrutando, mucho. Por la mañana un descansillo en la piscina y alguna noche una salidita para relajarnos…

Hasta el día en el que presentamos el proyecto a todos los agentes: Ministerio, Ayuntamientos, Empresas, Comunidades Indígenas... la verdad es que fue un éxito en asistencia, conseguimos desper-tar el interés de todos ellos. Yo misma fui una de las que tuvo el honor de defender los resultados prelimi-nares del proyecto, en nombre de la Organización Mundial del Turismo y de los voluntarios…

En esta presentación tratamos de trasladarles el avance de un Plan para desarrollar el destino de manera sostenible, contando con los puntos de vista de todos los agentes que conforman la actividad turística, y también les expusimos la importancia que tenia que fuera un proyecto que involucrara y fuera dirigido por las comunidades indígenas, que son las que tienen que decidir en que medida se quieren implicar y, en caso positivo, controlar esa actividad turística que les puede ayudar a mejorar la calidad de vida de sus habitantes, siempre manteniendo y valorando su cultura y tradiciones.

Este Plan de Desarrollo tendría que ser desarrollado a lo largo de los siguientes meses con el trabajo y conocimiento de todos los compañeros, expertos y voluntarios de la OMT, hasta llegar materializarse en un proyecto que refleje, de maneta integral, como desarrollar de manera sostenible, el Destino de Leticia-Puerto Nariño.

Aunque quedaba mucho trabajo por delante, llegó el final del trabajo de campo…La despedida fue muy dura…Por fin se había cumplido uno de mis grandes sueños, aportar mi granito de arena para ayudar a una cultura excepcional, conociendo y aprendiendo de gente muy especial...Me llevo la mejor y más gratificante experiencia de mi vida…Y además haciendo grandes amigos...

De verdad deseo que gracias a nuestra aporta-ción, al regresar al cluster de Leticia y Puerto Nariño encontremos unas comunidades que controlen su Turismo, más fuertes, en el que las necesidades básicas estén cubiertas, donde conserven su cultura y tradiciones, y donde jamás se pierda la sonrisa de esos niños… porque, sin duda, todos ellos lo merecen...

Solo puedo agradecer a esa gente maravillosa el haberme enseñado tantísimo, hacerme ver la importancia real de las cosas, aprender a relativizar y a saber vivir con lo que la vida te ofrece… también a habernos ofrecido lo que tenían...

También le doy las gracias a la OMT por la maravillosa oportunidad, y a mis compañeros y amigos, Ricardo, Elena, Carmen, Eren, Nadili, Laura, Luca, Ericka, Martin y Nathalia, volunta-rios, expertos y responsable de la OMT, que me han ayudado tanto y con los que he compartido momentos inolvidables.

Y por supuesto, y más que a nadie, a mi Ángel de la Guardia, mi madre, que desde tan lejos ha conseguido hacerme tan feliz.

Esther Martínez

Nacionalidad: española

Proyecto en el que ha participado: “Voluntarios OMT Amazonas-Colombia 2009: Plan estratégico para el desarro-llo turístico en el cluster Leticia-Puerto

Nariño”. Colombia 2009.

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Daniel Imízcoz XiménezUNWTO.Volunteer

Hace tres años decidí estudiar Turismo y Cooperación Internacional para el Desa-rrollo (OMT.Themis), con un objetivo, enlazar de mi experiencia profesional con el compromiso de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. ¿Cómo? Traba-jando como voluntario especializado en turismo en los lugares más necesitados o los países pobres y contribuir a su desa-rrollo humano y sostenible.

He estado en Minas Gerais, región ubica-da al sudoeste de Brasil, colaborando con la Secretaría de Turismo (SETUR) y OMT.Themis en el desarrollo del Proyec-to de la Ruta de Lund.

Fui seleccionado para trabajar con el equipo de la oferta y mis responsabilida-des principales fueron coordinar y desa-rrollar la experiencia piloto en Cordisbur-go, un pueblo pequeño y pobre, a 100 km de Belo Horizonte (Capital de Minas Gerais).

Cordisburgo en portugués significa "Coração da cidade", lo mismo que "Corazón de la Ciudad".

Este lugar es conocido a través de la "Gruta de Maquine", una de las cuevas más bellas de Brasil, y también porque aquí nació, Guimarães Rosa, un brillante escritor y poeta.

Estos lugares ofrecen algo de turismo , generando un poco de la actividad econó-mica. Sin embargo, Cordisburgo es un lugar donde el 40% de la población vive por debajo de la pobreza.

Cuando comenzamos nuestra misión en el campo, nos encontramos con una pobla-ción local involucrada en el proyecto.

Desde el principio, nos ofrecieron su hospitalidad y su disposición para trabajar y ayudar en absolutamente todo lo que nos hiciera falta.

Rápidamente, nos sentimos como en casa y empezamos a trabajar como equipo. Primero, planeamos todas las actividades y luego decidimos dividir al equipo en dos: uno especializado en las afueras de Codisburgo y el otro, en el interior.

Pasamos varias semanas de trabajo todos los días de 8am a 20pm, incluyendo fines de semana.

Al final del día, acostumbrábamos cenar juntos, tiempo para comentar e intercam-biar opiniones sobre la evolución del proyecto. A veces estás más cansado por las complicaciones del trabajo duro, pero siempre encuentras el apoyo y el aliento del resto de tu equipo.

Daniel Imízcoz XiménezNacionalidad: española

Proyecto en el que ha participado:“Voluntarios OMT Minas Gerais -

Brasil 2010: Plan estratégico rutas de las cuevas de Lund”, Brasil.

La experiencia de conocer a gente en situaciones muy diferentes a la tuya y la oportunidad de descubrir lugares imposibles de imaginar, son las principales razones de un voluntario.

Y si se añade el amor que reciben, sabiendo de que estás mejorando las necesi-dades del lugar, entonces no puedes dejar de hacer voluntariado!

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