Visin de un sueo milenario, Michel Doezis, Nascimento, Santiago, 1950

En 1970, los chilenos conquistaron la Luna

Un singular grupo expedicionario aterriz en el lado oscuro del satlite, donde descubrieron una civilizacin gobernada por mujeres, las que instauraron un sistema de gobierno basado en la meritocracia

Visin de un sueo milenario, Michel Doezis, Nascimento, Santiago, 1950. 207 pgs.

Por Marco Herrera Campos

Docente UVM mherrerac@uvm.cl

El gnero de la ciencia ficcin siempre ha sido considerado menor dentro de la literatura, al igual como lo fue en su tiempo la novela policial. Un prejuicio propagado, por cierto, por una academia que por aos ha desconfiado del gusto literario de la plebe. Se la ha acusado de ser una literatura comercial, evasiva y de escaso valor esttico; sin embargo, las novelas de ciencia ficcin no slo se venden, sino que tambin se leen, y bastante. Esta curiosa aficin tal vez se deba a que este gnero, esencialmente popular, nos devuelve la capacidad de soar, y de creer que no estamos solos en el universo.

En trminos muy simples, la ciencia ficcin puede describirse como un gnero que entrecruza la especulacin cientfica y la creacin de mundos posibles. Una vertiente de este tipo de novelas es la que narra encuentros interplanetarios, especficamente vinculados con viajes a la Luna. Por ejemplo, el escritor Luciano de Samosata, ya en siglo II de nuestra era, narr en Historia Verdadera su arribo al satlite en un barco, gracias a un oleaje encrespado que lo deposit en territorio selenita. Otra muestra es la obra del astrnomo Johannes Kepler, quien en 1634 public El Sueo, en la cual el protagonista de la novela, Duracotus, es conducido a la Luna por demonios. A su vez, Julio Verne escribi De la Tierra a la Luna, en 1865, novela que describe el viaje del ingeniero norteamericano Barbicane y del aventurero francs Ardan, dentro de una bala de can gigante, y H.G. Wells edit, en 1904, Los primeros hombres en la luna, que describe cmo el estrafalario cientfico Cavor y su amigo Bedford viajan a la luna gracias al descubrimiento de una sustancia llamada cavorita, que anula la fuerza de gravedad.En nuestro pas, la primera novela de anticipacin que circul fue El ao 2440 del francs Louis Sebastian Mercier. Segn el historiador Jos Toribio Medina, la obra fue proscrita el ao 1778 por decreto del Rey de Espaa, por ser contraria a los preceptos de la Iglesia Catlica. Pero es en el ao 1877 cuando se publica en Chile la primera novela de ciencia ficcin documentada: Desde Jpiter de Francisco Miralles. Entre los cultores nacionales ms contemporneos del gnero destaca, sin duda, el recientemente fallecido Hugo Correa, cuya obra Los Altsimos (1959) es una stira a los regmenes totalitarios.SUEO MILENARIOEntre las novelas de anticipacin pioneras en nuestro pas se encuentra Visin de un sueo milenario (1950) de Michel Doezis, pseudnimo literario de Rolando Snchez, ms conocido por publicar en 1958 un sistema propio de taquigrafa llamado Demoscritura, cuyo propsito era que su aprendizaje estuviera al alcance de todos.La novela narra la historia del primer viaje a la Luna hecha por humanos el ao 1970. Los miembros de la expedicin son todos chilenos, integrada por el creador del Avin Sideral, el ingeniero Pedro Van Ergas; el sacerdote Jorge Pizar, un intrpido apstol de fe, de unos 48 aos; Belisario Zagniby, ex parlamentario marxista, ex secretario de la CTCH y empedernido amante de la dictadura del proletariado, de unos 45 aos; el doctor Gilbert Mac Sethel, un cardilogo y hombre de ciencias naturales, de unos 49 aos; el prestamista Israel Dagman, de 46 aos; el actor y cmico Guillermo Jocos, de 42 aos; el piloto y tcnico mecnico Aladino Duatt, de 44 aos, el cocinero y mozo, Desiderio Salinas, de unos 39 aos, y el secretario de Van Ergas, Rosanhue, quien es adems el narrador de la aventura espacial.El curioso grupo expedicionario aterriza en el lado oscuro de la Luna, donde descubren una civilizacin gobernada por mujeres, quienes han instaurado un sistema de gobierno basado en la meritocracia. En este mundo ideal los hombres son dbiles, bajos y no piensan. Los hombres perdieron el poder debido a que cuando gobernaron lo hicieron basndose en la mezquindad, el consumismo, el beneficio personal y la corrupcin. Las selenitas, una vez en el poder, extirparon sin contemplaciones todo lo malo, con la mano de un gigante, y as prontamente lograron la pureza y dignidad que hoy por todas partes florece. (Pg. 187)

Maravillados con el orden poltico y social de Selenia, los eteronautas realizan extensas deliberaciones sobre filosofa, religin, roles sexuales e ideologa poltica, dejando entrever una implacable crtica a la sociedad chilena. Un episodio singular es cuando el poltico marxista, Belisario Zagniby, decide organizar una revolucin para liberar a los hombres de la opresin femenina. La revuelta es rpidamente abortada y al instigador se le somete a una transfusin de sangre, para volverlo ms feliz y productivo. A pesar de las diferencias, el grupo se afana en dar a conocer la cultura chilena -por ejemplo, ensean mapudungn y taquigrafa a los selenitas-, con el objetivo de lograr una unin entre la cultura terrestre y la lunar. Finalmente, retornan a la Tierra con la sacerdotisa Atineles, quien ser la encargada de estrechar los lazos interplanetarios.La tripulacin del Avin Sideral es una variopinta coleccin de personajes arquetpicos, con los cuales el autor critica la organizacin social chilena. La ciencia est representada por el ingeniero, el doctor y el piloto-mecnico, siempre ecunimes a la hora de las disputas; la religin por un sacerdote dogmtico; la poltica por un dirigente marxista fanfarrn; el comercio por un judo avaro; las artes por el cmico; y el trabajo por el mozo de la nave. Lo divertido de la novela es que los males sociales que el autor describe para un Chile del ao 1970, en nada desmerecen al Chile de 2008.RECUADRO

El poderossimo Avin SideralEl gigantesco y poderoso Avin Van Ergas, a retropropulsin, era de 100 toneladas; tena 200 metros de largo por 150 de alas; era de concepcin fusiforme. Su fuselaje era de unos 50 metros y estaba provisto de siete poderossimos motores: cuatro de combustin atmica, dos de combustina (Combustible sinttico poderossimo, econmico y de gran rendimiento prctico, que se usaba en la poca) y el ltimo de concepcin helicptero- era a gasolina concentrada. Cada motor a combustible atmico, estaba dotado de una potencia de 50 mil caballos de fuerza. Por lo tanto, los cuatro motores en funcionamiento sincronizado, tenan una potencia equivalente a 200 mil H.P.; potencia que estaba calculada para desarrollar exitosamente la velocidad de seis veces la del sonido a nivel del mar (la velocidad de ste es de 1.213 kilmetros por hora, a nivel del mar). En consecuencia, estos podan desarrollar 7.378 kilmetros por hora. (Pgs. 19-20)