violencia prosocial

Upload: totalknowdledge

Post on 02-Nov-2015

215 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Violencia Prosocial

TRANSCRIPT

  • PsicothemaUniversidad de [email protected] ISSN (Versin impresa): 0214-9915ISSN (Versin en lnea): 1886-144XESPAA

    2002 Vicenta Mestre Escriv / Paula Samper Garca / Mara Dolores Fras Navarro

    PROCESOS COGNITIVOS Y EMOCIONALES PREDICTORES DE LA CONDUCTA PROSOCIAL Y AGRESIVA: LA EMPATA COMO FACTOR MODULADOR

    Psicothema, ao/vol. 14, nmero 002 Universidad de Oviedo

    Oviedo, Espaa pp. 227-232

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    http://redalyc.uaemex.mx

  • En las dos ltimas dcadas del siglo XX se ha desarrollado uninters creciente por demostrar empricamente una relacin esta-dsticamente positiva entre empata y conducta prosocial (Batson,Batson, Slingsby et al., 1991; Hoffman, 1987; Hoffman, 1990;Bandura, Barbaranelli, Caprara y Pastorelli, 1996; Caprara y Pas-torelli, 1993; Fuentes, Apodaka, Etxebarra, et al., 1993; Lpez,Apodaka, Eceiza, et al., 1994; Ortiz, Apodaca, Etxebarra, et al.,1993) y una relacin negativa (o ninguna relacin) entre malestarpersonal y conducta prosocial, tanto en adultos como en nios(Davis, 1983; Carlo, Raffaelli, Laible y Meyer, 1999). As pues, laempata con el sufrimiento de los dems favorece los actos al-truistas y limita la agresin personal (Hoffman, 1987, 1989, 1990;Bandura, 1987; Batson y Coke, 1981; Sobral, Romero, Luengo, etal., 2000).

    La empata analizada desde una perspectiva multidimensional,que incluye componentes cognitivos y emocionales, se ha rela-cionado con la conducta agresiva y con la conducta prosocial. Da-vis (1983) ha descrito dos componentes centrales de la empata,la preocupacin emptica (sentimientos de preocupacin y triste-

    za ante la necesidad de otra persona) y la toma de perspectiva (lahabilidad para comprender el punto de vista de la otra persona).Estudios posteriores han concluido que los individuos empticosson menos agresivos por su sensibilidad emocional y su capaci-dad para comprender las consecuencias negativas potenciales pa-ra el mismo y los otros que se pueden derivar de la agresin; portanto la empata aparece negativamente relacionada con la con-ducta agresiva y positivamente relacionada con la conducta pro-social. Las diferencias de gnero constatan una mayor disposicinemptica en la mujer, que guarda relacin con niveles ms bajosde agresividad (Carlo, Raffaelli, et al., 1999; Singh-Manoux,2000).

    Muy recientemente, en una ltima revisin sobre el desarrollomoral, Eisenberg subraya que para estudiar la conducta moral esnecesario incluir la regulacin emocional y la empata, entendidacomo una respuesta emocional procedente de la comprensin delestado emocional o condicin desarrollada en una persona, queacontece fundada en el conocimiento que sta tiene de una altera-cin emocional en otra persona y que pertenece al mismo tipo yrango de emociones (Eisenberg, 2000). As pues, si un sujeto ve aun compaero alegre y siente alegra, si lo ve triste y siente preo-cupacin por l, est experimentando empata.

    Diferentes estudios concluyen que la gente que puede regularsus emociones y la conducta relacionada con ellas es ms proba-ble que experimente empata en lugar de malestar personal. Eisen-berg (2000) revisa varios estudios en los que se concluye una re-

    Procesos cognitivos y emocionales predictores de la conducta prosocialy agresiva: La empata como factor modulador

    M. V. Mestre Escriv, P. Samper Garca y M. D. Fras NavarroUniversitat de Valncia

    El objetivo de esta investigacin es revisar algunos procesos cognitivos y emocionales que regulan laconducta prosocial y la conducta agresiva en la adolescencia, con especial inters en los procesos em-pticos. Se trata de un estudio emprico con 1.285 adolescentes (13-18 aos de edad, 698 varones y597 mujeres) seleccionados aleatoriamente. Los anlisis discriminantes realizados indican que los pro-cesos emocionales alcanzan una mayor correlacin con la conducta agresiva y con la conducta proso-cial, destacando la inestabilidad emocional como la principal predictora de la agresividad y la emo-cionalidad positiva emptica y no impulsiva como mejor predictora de la conducta prosocial. Por elcontrario, los procesos de razonamiento prosocial que los adolescentes realizan para decidir una con-ducta de ayuda tienen un peso menor en la prediccin de dichas conductas.

    Cognitive and emotional processes as predictors of pro-social behaviour and aggressive conduct: em-pathy as a modulating factor. The objective of this research is to review some cognitive and emotio-nal processes that regulate pro-social behaviour and aggressive conduct in adolescence, emphasisbeing placed on empathic processes. An empirical study has been carried out including 1,285 randomlyselected adolescents (aged 13-18, 698 male / 597 female). The discriminating analyses conducted pointout that emotional processes reach higher correlation with aggressive conduct and pro-social beha-viour, emotional instability standing out as the main aggressiveness predictor, and non-impulsive, po-sitive and empathic emotionality as the best predictor for pro-social behaviour. On the contrary, pro-social reasoning processes followed by adolescents in opting for a given help conduct are less relevantto the prediction of such behaviours.

    Fecha recepcin: 2-5-01 Fecha aceptacin: 27-9-01Correspondencia: M. V. Mestre EscrivFacultad de PsicologaUniversitat de Valncia46010 Valencia (Spain)E-mail: [email protected]

    Psicothema ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG2002. Vol. 14, n 2, pp. 227-232 Copyright 2002 Psicothema

  • lacin positiva entre regulacin emocional y empata, especial-mente en la infancia, y una relacin negativa consistente entre ma-lestar personal y regulacin en adultos (Davies et al, 1998).

    Un cuerpo creciente de trabajos apoya el supuesto de que lasdiferencias individuales en el autocontrol y la regulacin de emo-ciones desempean un papel importante en la conducta prosocialy en general en el funcionamiento social de las personas. Los ras-gos de temperamento o personalidad tales como impulsividad yautocontrol parecen estar ntimamente relacionados con el desa-rrollo de la conciencia y la conducta antisocial (Eisenberg, Fabes,Guthrie y Reiser, 2000). As pues, los individuos poco controla-dos, a veces irritables e impulsivos son propensos a externalizarproblemas de conducta en la infancia o ms tarde en la adolescen-cia o edad adulta y por tanto llevar a cabo conductas desadaptadas(Eisenberg, Fabes et al, 2000; Bandura, 1999; Caprara y Pastore-lli, 1993).

    En la actualidad la investigacin se centra en la funcin de laautorregulacin cognitiva y emocional para predecir la conductaprosocial. En este contexto el modelo ofrecido por Bandura en ladcada de los 80 adquiere un renovado protagonismo.

    La teora cognitivo social de Bandura ha concedido un renova-do inters al tema de la empata, mucho mayor que el que se die-ra desde planteamientos ms racionalistas como el de Kohlberg alexplicar la relacin entre pensamiento moral y conducta. ParaBandura la intervencin de los mecanismos de autorregulacincentrales tienen un papel fundamental en esta relacin.

    La regulacin de la conducta humana implica, segn Bandura,mucho ms que el razonamiento moral o la habilidad para un ra-zonamiento abstracto. Una teora completa de la accin moral de-be vincular el conocimiento y el razonamiento moral con la accinmoral. Se trata de especificar los mecanismos por los que la gentese comporta de acuerdo con normas morales. Los factores afecti-vos tambin desempean un rol regulador vital en la conducta mo-ral (Bandura, 1987, 1991, 1999).

    Segn Bandura, la activacin emocional emptica es uno de losfactores que influyen en el tipo de respuesta que con mayor pro-babilidad dar el sujeto ante las reacciones emocionales de los de-ms, se trata de un factor afectivo que interactuar con reguladorescognitivos y variables situacionales y sociales. En general, se ad-mite el supuesto de que la sensibilidad emptica favorecer pro-bablemente el altruismo y reprimir la agresin, pero el que la per-sona altamente emptica realice o no acciones altruistas dependede otros determinantes como los inductores sociales, las limitacio-nes que impone la situacin, los costos potenciales, la disponibili-dad de habilidades y de recursos necesarios para ayudar al otro, laatribucin de responsabilidad, las caractersticas de la vctima y surelacin con el observador (Bandura, 1987, 1991).

    La misma multiplicidad de factores se plantea al analizar losefectos inhibitorios de la activacin emocional emptica sobre laagresin. Bandura justifica la sociopata desde la falta de sensibi-lidad hacia los sentimientos de otras personas, los socipatas dadosu bajo nivel de empata pueden hacer dao a los dems sin expe-rimentar remordimiento o malestar.

    Desde el marco terico actual que integra cognicin, emociny autorregulacin para explicar la conducta prosocial, el presenteestudio trata de analizar los procesos de razonamiento y los pro-cesos emocionales que facilitan la conducta prosocial e inhben laconducta agresiva. En concreto, se trata de comprobar en qu me-dida la empata funciona como un mecanismo regulador, favore-ciendo la conducta prosocial e inhibiendo la agresividad.

    De cara a los problemas que est provocando la agresividad in-fantil y juvenil, es importante conocer en qu medida dicha agre-sividad est apoyada por una ausencia de empata y en qu medi-da los procesos de razonamiento, cmo interpreta el sujeto la si-tuacin, al otro, y cmo anticipa las consecuencias de una accin,pueden o no ser discriminativos.

    Se trata de poder concluir si es necesario un tipo de razona-miento, una interpretacin de la situacin y una anticipacin deconsecuencias, junto con una formacin emptica para promoverla conducta prosocial e inhibir la agresiva.

    En esta misma lnea se pueden considerar pioneros los estudiosde Hoffman que plantean el papel motivacional de la empata enla conducta prosocial (Hoffman, 1977, 1987, 1989). Ms reciente-mente los estudios de Bandura (Bandura, 1999; Bandura, Barba-ranelli, et al., 1996), Carlo (Carlo, Eisenberg, et al., 1992; CarloRaffaelli, et al., 1999), Davies (Davies, Stankov, et al., 1998) y Ei-senberg (Eisenberg, Shell, et al., 1987; Eisenberg, Miller, et al.,1991; Eisenberg, Carlo, et al., 1995; Eisenberg, Fabes, et al.,2000), investigan esta relacin.

    Situamos el estudio en la adolescencia porque se trata de unaetapa en que el razonamiento y el desarrollo cognitivo est consti-tuido, y la regulacin emocional es muy importante como meca-nismo de inhibicin de la agresin.

    Mtodo

    Hiptesis de la investigacin

    Planteamos hiptesis estadsticas bilaterales con el objetivo deanalizar cualquier posible direccin de las diferencias o relacinentre las variables.

    1. La empata tiene una funcin moduladora en la conductaprosocial y en la conducta agresiva, facilitando la conducta proso-cial e inhibiendo la conducta agresiva.

    2. La empata presentar valores diferenciales en funcin delgnero de las personas, siendo las mujeres ms empticas que losvarones.

    3. Las dimensiones de emocionalidad egostas correlacionancon formas de agresividad y no con conducta prosocial. Mientrasque mecanismos de emocionalidad controlada (mecanismos de au-tocontrol) correlacionan con ms conducta prosocial y menosagresividad.

    En una segunda fase del estudio nos proponemos analizar elperfil diferente en las variables criterio de conducta agresiva yconducta prosocial. Se trata de aislar las variables que tienen unmayor poder predictor de la conducta prosocial y de la agresiva.

    Muestra

    La muestra est formada por adolescentes entre 13 y 18 aos(27,3% de sujetos tienen 14 aos; el 30,8% tienen 15 aos y el29,4% 16 aos, lo que indica que la mayora de la muestra se sitaen el rango de edad entre 14 y 16 aos), la media de edad son 15aos y dos meses, con una desviacin tpica de 1.07, situndose lamoda en los 15 aos; 688 son varones y 597 son mujeres. Todosellos estn escolarizados en segundo ciclo de ESO y Bachillerato.La muestra total son 1.285 sujetos seleccionados al azar segn lafrmula de Poisson por estratos representativos de las variables:

    M. V. MESTRE ESCRIV, P. SAMPER GARCA Y M. D. FRAS NAVARRO228

  • ESO-Bachiller; Centros pblicos-privados. La poblacin sobre laque se haca el muestreo era el N total de alumnos escolarizadosen dichos niveles educativos en la ciudad de Valencia segn datosde la Consellera de Educacin para el curso 1998-99. La aplica-cin de los cuestionarios se realiz por aulas, durante dos sesiones,estando las escalas aleatorizadas en orden.

    A partir de esta muestra total se han construido dos grupos cri-terio en funcin de los niveles de conducta prosocial y de conduc-ta agresiva. Segn la variable criterio conducta agresiva, se hanclasificado como sujetos con baja agresividad los que alcanzanpuntuaciones en el cuestionario de conducta agresiva fsica y ver-bal por debajo de la media y una desviacin tpica (n= 188), y co-mo sujetos con alta agresividad los que alcanzan puntuaciones porencima de la media y una desviacin tpica (n= 225). Segn la va-riable criterio conducta prosocial, se ha seguido el mismo criterioaplicado al cuestionario de conducta agresiva para clasificar a lossujetos, resultando un n= 235 sujetos con baja conducta prosocialy un n= 230 sujetos con alta conducta prosocial.

    Instrumentos de evaluacin

    La totalidad de la muestra ha sido evaluada con los siguientesinstumentos (se incluyen los coeficientes alfa encontrados en estainvestigacin):

    Prosocial Reasoning Objective Measure (PROM) (Carlo, Ei-senberg y Knight, 1992; Mestre, Prez, Samper y Fras, 1999)

    Evala el razonamiento que el sujeto lleva a cabo ante un pro-blema o una necesidad de otra persona que implica una respuestade ayuda. Las respuestas que el sujeto da en las siete historiasque se le plantean puntan en diferentes estilos de razonamiento:hedonista, orientado a la necesidad, orientado a la aprobacin deotros, estereotipado e internalizado. Por tanto, permite discriminarentre sujetos que justifican la situacin en funcin de sus interesespersonales, sujetos que se sienten ms presionados por la aproba-cin externa (el atenimiento a la autoridad) y personas que se gu-an ms por principios personales, por criterios de igualdad, porasumir la responsabilidad y por la anticipacin de consecuencias,incluso consecuencias afectivas positivas y/o negativas que sepueden derivar de una determinada accin (por ejemplo: me sen-tir mal conmigo mismo si no ayudo en esta situacin, piensoque todas las personas valen la pena por igual). La consistenciainterna del instrumento se ha confirmado al obtener un alfa deCronbach entre 0.60 y 0.84 para las diferentes categoras de razo-namiento moral prosocial.

    The Interpersonal Reactivity Index (IRI) (Davis, 1980; Mestre,Prez, Fras y Samper, 1999)

    Se trata de un instrumento que permite evaluar la disposicinemptica a travs de cuatro factores, dos cognitivos y dos emocio-nales: Toma de perspectiva (PT), habilidad para comprender elpunto de vista de la otra persona (= 0.56); Fantasa (FS), tenden-cia a identificarse con personajes del cine y de la literatura, es de-cir, evala la capacidad imaginativa del sujeto para ponerse en si-tuaciones ficticias (= 0.69); Preocupacin emptica (EC), senti-mientos de compasin, preocupacin y cario por otros (= 0.65);y Malestar personal (PD), sentimientos de ansiedad y malestar queel sujeto manifiesta al observar las experiencias negativas de losdems (= 0.64). Consta de 28 tems con un formato de respuestatipo likert con cinco opciones de respuesta, puntuables de 0 a 4.

    Prosocial Behavior Scale (CP) (Caprara y Pastorelli, 1993; DelBarrio, Moreno y Lpez, 2001)

    Es una escala de 15 tems que evala la conducta de ayuda, deconfianza y simpata a travs de tres alternativas de respuesta enfuncin de la frecuencia con que se den cada una de las conductasdescritas, por ejemplo: ayudo a mis compaeros a hacer los de-beres (= 0.60).

    Physical and Verbal Aggression Scale (AFV) (Caprara y Pas-torelli, 1993; Del Barrio, Moreno y Lpez, 2001)

    Se trata de una escala de 20 tems que evala la conducta de ha-cer dao a otros fsica y verbalmente. El formato de respuesta esde tres alternativas (a menudo, algunas veces o nunca) segn lafrecuencia de aparicin de la conducta, por ejemplo: pego pata-das o puetazos (= 0.74).

    Emotional Instability Scale (IE) (Caprara y Pastorelli, 1993;Del Barrio, Moreno y Lpez, 2001)

    Describe la conducta que indica una falta de autocontrol en si-tuaciones sociales como resultado de la escasa capacidad para fre-nar la impulsividad y la emocionalidad (= 0.67). Incluye 20tems con tres alternativas de respuesta (a menudo, algunas veceso nunca), por ejemplo: no puedo estar quieto.

    Ira Estado-Rasgo (STAXI) (Spielberger, 1988; Del Barrio,Spielberger y Moscoso, 1998)

    El instrumento contiene tres partes. Las dos primeras evalanla ira como estado (estoy enfadado) y como rasgo (tengo uncarcter fuerte). La tercera describe el nivel de autocontrol y losmecanismos de afrontamiento (exteriorizacin o autocontrol) deque dispone el sujeto en situaciones que provocan ira (si algo oalguien me molesta, lo digo), ( de estado de ira= 0.84), ( derasgo de ira= 0.71), ( exteriorizacin ira= 0.67), ( autocontrolira= 0.84).

    Resultados

    Presentamos en primer lugar los anlisis correlacionales reali-zados para comprobar la primera y tercera hiptesis y los ANOVApara verificar la segunda hiptesis. En segundo lugar se aportan losresultados de los anlisis discriminantes paso a paso en funcinde las variables criterio: alta y baja agresividad y alta y baja con-ducta prosocial, con el objetivo de establecer el perfil diferencial dedichos grupos de sujetos en los constructos psicolgicos evaluados.

    En relacin con la primera hiptesis se constata una correlacinpositiva y estadsticamente significativa (p < 0.01) entre todos losfactores de empata: toma de perspectiva (r= 0.312), fantasa (r=0.214) y preocupacin emptica (r= 0.389), excepto el factor demalestar personal y la conducta prosocial. Por el contrario, la co-rrelacin es negativa entre la toma de perspectiva (r= -0.171) y lapreocupacin emptica (r= -0.210) y la conducta agresiva. Estosresultados son coherentes con otros estudios realizados en la in-fancia y la adolescencia que concluyen el importante papel de laempata como motivadora de la conducta prosocial e inhibidora dela conducta agresiva (Carlo, Raffaelli, et al., 1999; Caprara, Pas-torelli y Bandura, 1995; Eisenberg y Fabes, 1991; Eisenberg,Shell, et al., 1987; Eisenberg, Guthrie, et al., 1999; Sobral, Rome-ro, Luengo y Marzoa, 2000).

    Respecto a las diferencias de gnero en la disposicin emptica,los anlisis de varianza realizados muestran diferencias estadstica-

    PROCESOS COGNITIVOS Y EMOCIONALES PREDICTORES DE LA CONDUCTA PROSOCIAL Y AGRESIVA: LA EMPATA COMO FACTOR MODULADOR 229

  • mente significativas entre varones y mujeres en todos los factoresde la empata (Toma de Perspectiva: F(1,1274)= 74,785 p
  • 230 sujetos con una puntuacin por encima de la media y una des-viacin tpica).

    Los resultados del anlisis discriminante sealan que el nivelde discriminacin conseguido con la funcin discriminante obte-nida tambin es estadsticamente significativa reduciendo a 13 va-riables las que forman parte de la funcin discriminante siguiendoel criterio alta/baja conducta prosocial, siendo la correlacin can-nica de 0.641.

    De las variables seleccionadas, la preocupacin emptica es laque tiene una mayor correlacin con las puntuaciones de la fun-cin discriminante con una correlacin de .729, seguida de la to-ma de perspectiva que es el otro componente importante de la em-pata (.534), lo que indica una mayor vinculacin de la conductaprosocial con los componentes centrales de la empata: la com-prensin del punto de vista del otro y la preocupacin por l. Eneste caso la agresividad fsica y verbal, la ira y la inestabilidademocional alcanzan una correlacin negativa con la funcin dis-criminante, es decir, una relacin inversa a la obtenida en el anli-sis discriminante sobre conducta agresiva. El razonamiento hedo-nista y el razonamiento estereotipado aparecen con una correla-cin de signo contrario con la funcin discriminante (-.237 y .126,respectivamente), es decir, el razonamiento que incluye argumen-tos centrados en los beneficios personales que se derivan de la ac-cin inhibira la conducta prosocial, mientras que el que se basa enlos estereotipos de buena y mala persona facilitara dichaconducta. Quedan fuera de los criterios del anlisis las variables derazonamiento internalizado, razonamiento orientado a la necesi-dad y el orientado a la aprobacin (ver tabla 2).

    Utilizando el criterio de alta-baja conducta prosocial las predic-ciones de la funcin discriminante clasifican correctamente el81.4% de los casos. El grupo de alta conducta prosocial aparececlaramente identificado con un 82% de casos correctamente agru-pados, disminuyendo ligeramente hasta el 80.7% la capacidad deidentificar a los sujetos con baja conducta prosocial. Estos porcen-tajes tambin apoyan la validez del comportamiento de las varia-bles predictoras seleccionadas con el anlisis discriminante, siendoen este caso los centroides de la funcin discriminante de 0,811 pa-ra alta conducta prosocial y de -0,857 para baja conducta prosocial.

    Conclusiones

    Segn los resultados obtenidos la empata aparece como elprincipal motivador de la conducta prosocial, en sus componentescognitivos (la comprensin del otro), pero especialmente en suscomponentes emocionales (la preocupacin por el otro). El razo-namiento prosocial que los adolescentes desarrollan para justificarsu conducta de ayuda o la ausencia de ella, alcanza cierto poderdiscriminativo en la conducta prosocial, mientras que se excluyedel anlisis discriminante realizado sobre la agresividad. Estos re-sultados apoyan el supuesto referente a un mayor poder predictorde la empata como facilitadora de la conducta prosocial e inhibi-dora de la conducta agresiva, respecto al papel desempeado porel razonamiento que el sujeto realiza a la hora de enfrentarse a unproblema y decidir una conducta de ayuda. Si bien dicho razona-miento, en las categoras de razonamiento hedonista y estereotipa-do est presente entre las variables predictoras de la conducta pro-social, pierde su poder predictor en relacin con la agresividad.

    En resumen, los resultados obtenidos permiten establecer unperfil diferencial de los sujetos prosociales y los sujetos agresivos.A partir de las variables cognitivas y emocionales que se han in-cluido en los anlisis discriminantes se observa una mayor correla-cin de las puntuaciones de los procesos emocionales con las pun-tuaciones de la funcin discriminante en el caso de la conductaagresiva; es la inestabilidad emocional la que tiene un mayor poderpredictor de la conducta agresiva. Estos procesos emocionales tam-bin tienen una mayor correlacin en la conducta prosocial, aunquese trata aqu de una emocionalidad positiva emptica y no im-pulsiva, interactuando aqu dichos procesos emocionales con unmayor nmero de variables, entre las que figuran tambin procesoscognitivos, como la capacidad de comprender el punto de vista delotro y algunos tipos de razonamiento prosocial. De los procesos derazonamiento moral prosocial evaluados el razonamiento hedonis-ta y el estereotipado aparecen recogidos en la funcin discriminan-te, por lo que seran los estilos de razonamiento con poder discri-minador entre los sujetos clasificados en el grupo de alta conductaprosocial y los situados en el de baja prosocialidad. En concreto latendencia a utilizar argumentos egostas centrados en el benefi-cio personal, o por el contrario el argumentar en funcin de los es-tereotipos de buena o mala persona discriminan entre los ado-lescentes con baja y alta prosocialidad.

    Parece ser, pues, que los sujetos ms inestables emocionalmen-te, con menos recursos para frenar la impulsividad, son los mspropensos a la agresividad, mientras que los adolescentes ms em-pticos y por tanto con una emocionalidad ms controlada son msprosociales. El razonamiento, en general, tiene menos poder pre-dictor sobre la conducta prosocial y la conducta agresiva en la ado-lescencia. Es fundamentalmente una emocionalidad controlada oimpulsiva lo que discrimina entre los adolescentes prosociales oagresivos.

    De acuerdo con el planteamiento de Bandura (Bandura, 1991,1999), los estudios de Caprara (Caprara y Pastorelli, 1993; Capra-ra, Pastorelli y Bandura, 1995) y de Eisenberg (Eisenberg, 2000;Eisenberg, Fabes, et al., 2000), la autorregulacin es central en ladisposicin a la conducta prosocial y en la inhibicin de la con-ducta agresiva.

    Por lo tanto, los resultados apoyan el planteamiento actual deincluir la autorregulacin y el control emocional junto con los pro-cesos cognitivos y la empata en el estudio de la conducta proso-cial. Determinados procesos cognitivos, emociones hacia otros y

    PROCESOS COGNITIVOS Y EMOCIONALES PREDICTORES DE LA CONDUCTA PROSOCIAL Y AGRESIVA: LA EMPATA COMO FACTOR MODULADOR 231

    Tabla 2Saturaciones de las variables en la funcin discriminante

    (Condicin alta/baja prosocialidad)

    Funcin 1

    Preocupacin emptica .729Toma de perspectiva .534Agresividad -.473Autocontrol Ira .434Fantasa .406Internalizado .326Ira Estado -.301Ira Rasgo -.301Hedonista -.237Inestabilidad emocional -.199Aprobacin -.190Edad .132Esteriorizacin ira -.131Estereotipado .126Malestar personal .038Necesidad -.001

    Esta variable no se emplea en el anlisis.

  • el control de emociones negativas predisponen a la conducta pro-social e inhben la conducta agresiva.

    A partir de los resultados obtenidos pensamos que la inhibicinde la agresividad podra potenciarse con el desarrollo de la proso-cialidad, que incluye la preocupacin emptica como principaldeterminante.

    Agradecimientos

    Estudio subvencionado en un Proyecto I+D de la Consellerade Cultura, Educacin y Ciencia.

    M. V. MESTRE ESCRIV, P. SAMPER GARCA Y M. D. FRAS NAVARRO232

    Referencias

    Bandura, A. (1987). Pensamiento y Accin. Edit. Martnez Roca, Barcelo-na.

    Bandura, A. (1991). Social Cognitive Theory of Moral Thought and Ac-tion. En Kurtines, W.M. y Gewirtz, J.L. (1991). Handbook of MoralBehavior and Development. Lawrence Erlbaum Associates, PublishersHillsdale, N.J., pp: 45-103.

    Bandura, A. (1997). Self-efficacy: The exercise of control. New York: Fre-eman.

    Bandura, A. (1999). Moral Disengagement in the Perpetration of Inhuma-nities. Personality and Social Psychology Review, vol. 3, n 3, 193-209.

    Bandura, A., Barbaranelli, C., Caprara, G.V. y Pastorelli, C. (1996). Me-chanisms of Moral Disengagement in the Exercise of Moral Agency.Journal of Personality and Social Psychology, vol. 77, n 2, 364-374.

    Batson, D., Batson, J., Slingsby, J., Harrell, K., Peekna, H. y Todd, M.(1991). Empathic joy and the empathy-altruism hypothesis. Journal ofPersonality and Social Psychology, 61, 3, 413-426.

    Batson, C.D. y Coke, J.S. (1981). Empathy: a source of altruistic motiva-tion for helping? New Jersey: L.E.A.

    Caprara, G.V. y Pastorelli, C. (1993). Early emotional instability, prosocialbehavior, and aggression: some methodological aspects. EuropeanJournal of Personality, 7, 19-36.

    Caprara, G.V., Pastorelli, C. y Bandura, A. (1995). La misura del disim-pegno morale in et evolutiva. Eta Evolutiva, 51, 18-29.

    Carlo, G., Eisenberg, N. y Knight, G.P. (1992). An objective measure ofadolescents prosocial moral reasoning. Journal of Research on Ado-lescence, 2, 331-349.

    Carlo, G., Raffaelli, M., Laible, D.J. y Meyer, K.A. (1999). Why are GirlsLess Physically Aggressive than Boys? Personality and Parenting Me-diators of Physical Aggression. Sex Roles, vol. 40, n 9/10, 711-729.

    Davies, M., Stankov, L. y Roberts, R.D. (1998). Emotional Intelligence: InSearch of an Elusive Construct. Journal of Personality and Social Psy-chology, vol. 75, n 4, 989-1.015.

    Davis, M.H. (1980). A multidimensional Approach to Individual Differen-ces in Empathy. JSAS Catalog of Selected Documents in Psychology,10, 85.

    Davis, M.H. (1983). Measuring Individual Differences in Empathy: Evi-dence for a Multidimensional Approach. Journal of Personality andSocial Psychology, 44 (1), 113-126.

    Del Barrio, V., Moreno, C. y Lpez, R. (2001). Evaluacin de la agresine inestabilidad emocional en nios espaoles y su relacin con la de-presin. Clnica y Salud, 13, 33-50.

    Del Barrio,V., Spielberger, C. y Moscoso, M. (1998). Evaluacin de la ex-periencia, expresin y control de la ira en nios. II Congreso Iberoa-mericano de Psicologa. Madrid, Julio, CD.

    Eisenberg, N. (2000). Emotion, Regulation, and Moral Development. An-nual Review of Psychology, 51, 665-697.

    Eisenberg, N. y Lennon, R. (1983). Sex Differences in Empathy and rela-ted capacities. Psychological Bulletin, 94 (1), 100-131.

    Eisenberg, N., Carlo, G., Murphy, B. y Van Court, P. (1995). Prosocial De-velopment in Late Adolescence: A longitudinal study. Child Develop-ment, 66 (4), 1.179-1.197.

    Eisenberg, N., Fabes, R.A., Guthrie, I.K., Reiser, M. (2000). Dispositionalemotionality and regulation: their role in predicting quality of social

    functioning. Journal Personality and Social Psychology , 78 (1), 136-157.

    Eisenberg, N., Guthrie, I.K., Murphy, B.C., Shepard, S.A., Cumberland, A.y Carlo, G. (1999). Consistency and Development of Prosocial Dispo-sitions: a Longitudinal Study. Child Development, 70 (6), 1.360-1.372.

    Eisenberg, N., Miller, P.A., Shell, R., McNalley, S. y Shea, C. (1991). Pro-social Development in Adolescence: A Longitudinal Study. Develop-mental Psychology, 27 (5), 849-857.

    Eisenberg, N., Shell, R., Pasternack, J., Lennon, R., Beller, R. y Mathy,R.M. (1987). Prosocial Development in Middle Childhood: A Longitu-dinal Study. Developmental Psychology, 23 (5), 712-718.

    Eisenberg, N. y Fabes, R.A. (1991). Prosocial behavior and empathy: Amultimethod, developmental perspective. En E. Clark (ed.), Review ofpersonality and social psychology. Vol. 12, Newbury Park, CA, Sage,34-61.

    Fuentes, M.J., Apodaka, P., Etxebarra, I., Ledesma, A.R., Lpez, F. y Or-tiz, M.J. (1993). Empata, role-taking y concepto de ser humano comofactores asociados a la conducta prosocial-altruista. Infancia y Apren-dizaje, 61, 73-87.

    Hoffman, L.M.(1987). La aportacin de la empata a la justicia y al juiciomoral. En N. Eisenberg y J. Strayer (eds.), La empata y su desarrollo.Bilbao, Descle de Brouwer, pp. 59-93.

    Hoffman, M.L. (1977). Sex differences in empathy and related behaviors.Psychological Bulletin, 54, 712-722.

    Hoffman, M.L. (1989). Empathic emotions and justice in society. SocialJustice Research, 3, 283-311.

    Hoffman, M.L. (1990). Empathy and Justice Motivation. Motivation andEmotion, 14 (2), 151-172.

    Lpez, F., Apodaka, P., Eceiza, A., Etxebarra, F., Fuentes, M.J. y Ortiz,M.J. (1994). Para comprender la conducta altruista. Edit. Verbo Divi-no, Navarra.

    Mestre, V. y Prez Delgado, E. (1997). Cognicin y afecto en el desarro-llo moral. Evaluacin y programas de intervencin. Valencia. Promo-libro.

    Mestre, V., Prez Delgado, E., Fras, D. y Samper, P. (1999). Instrumentosde evaluacin de la empata. En E. Prez Delgado y V. Mestre, Psicolo-ga moral y crecimiento personal. Edit. Ariel, Barcelona, pp. 181-190.

    Mestre, V., Prez Delgado, E., Samper, P. y Fuentes, E. (1999). Razona-miento moral prosocial. Descripcin y teora. En E. Prez Delgado y V.Mestre, Psicologa moral y crecimiento personal. Edit. Ariel, Barcelo-na, pp. 243-258.

    Ortiz, M.J., Apodaca, P., Etxebarra, I., Ezeiza, A., Fuentes, M.J. y Lpez,F. (1993). Algunos predictores de la conducta prosocial-altruista en lainfancia: empata, toma de perspectiva, apego, modelos parentales, dis-ciplina familiar e imagen del ser humano. Revista de Psicologa Social,8, 83-98.

    Singh-Manoux, A. (2000). Culture and gender issues in adolescence: evi-dence from studies on emotion. Psicothema, 12, supl. 1, 93-100.

    Sobral, J., Romero, E., Luengo, A. y Marzoa, J. (2000). Personalidad yconducta antisocial: amplificadores individuales de los efectos contex-tuales. Psicothema, 12, n 4, 661-670.

    Spielberger, C.D. (1988). Manual for the State-Trait Ager Expression In-ventory. Odessa, F.L.: Psychological Assessment Resources.