vinnge, vernon - al final del arco iris

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AL FINAL DEL ARCO IRIS VERNOR VINGE

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  • AL FINAL DEL

    ARCO IRIS

    VERNOR VINGE

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    Ttulo original: Rainbow's end Autor: Vernor Vinge 2006, Vernor Vinge Gnero: Ciencia Ficcin Premios: Hugo, Locus

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    PRLOGO

    Suerte estpida y pensamiento inteligente

    La primera pizca de suerte estpida lleg en forma de vergenza para el Centro Europeo para la Prevencin y el Control de las Enfermedades. El 23 de julio, unos escolares de Argel afirmaron que una epidemia respiratoria se estaba extendiendo por el Mediterrneo. La afirmacin se fundamentaba en un anlisis muy ingenioso de los datos de anticuerpos de los sistemas de transporte de Argel y Npoles.

    El ECDC no hizo ningn comentario, pero menos de tres horas despus, aficionados a la salud pblica comunicaron resultados similares en otras ciudades, mapas de contagio incluidos. La epidemia duraba ya al menos una semana y probablemente se haba originado en frica Central, ms all de la regin que los aficionados podan controlar.

    Para cuando la maquinaria de relaciones pblicas del ECDC reaccion, la enfermedad ya se haba detectado en India y Norteamrica. Peor todava, un periodista de Seattle haba aislado e identificado el agente infeccioso, que result ser un pseudomimivirus. Era la situacin ms vergonzosa que los relaciones pblicas podan concebir: en la ltima dcada, el ECDC haba justificado su enorme presupuesto realizando una brillante campaa contra la secta Nuevo Amanecer. La Plaga Amanecer haba sido el segundo peor euroterror de la dcada. Slo el ECDC haba impedido que el desastre se extendiese por todo el planeta.

    La Plaga Amanecer haba sido de pseudomimivirus.

    Todava haba buena gente en el ECDC, los mismos especialistas que haban salvado al mundo en 2017. Resolvieron tambin con rapidez la situacin del 23 de julio. La oficina de relaciones pblicas poda emitir unas declaraciones ms o menos acertadas: s, el pseudomimi haba evitado los protocolos de aviso. El fallo no haba sido ms que un simple error de software en la web Actualidad del centro. Y s, aquel pseudomimivirus poda ser una mutacin de la Plaga Amanecer. En todo el mundo seguan apareciendo variedades desnaturalizadas del virus original, que haba sido optimizado para matar: un aadido permanente al ruido de fondo de la biosfera. Ese ao ya haban encontrado tres, la ltima slo cinco das antes, el 18 de julio. Ms an (en este punto los de relaciones pblicas recuperaron su bro habitual), ninguna de ellas produca sntomas perceptibles. Los pseudomimivirus posean un genoma enorme (es decir, enorme para un virus, pequeo en comparacin con casi todo lo dems). La secta Nuevo Amanecer haba

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    transformado ese genoma en una navaja suiza de la muerte, una herramienta capaz de contrarrestar casi cualquier defensa. Pero sin esa optimizacin, los pseudomimis no eran ms que bolsas de ADN basura. Por tanto, el ECDC se disculpaba por no haber divulgado una situacin rutinaria.

    Pas una semana. Dos semanas. No se produjeron ms capturas del organismo. Los estudios de anticuerpos demostraron que la epidemia no se haba extendido mucho ms all de la cuenca del Mediterrneo. Las afirmaciones del ECDC sobre la infeccin eran totalmente correctas. Aquella epidemia respiratoria asintomtica poco tena de epidemia: si ni siquiera una persona contagiada de mil se resfriaba, el virus casi dependa de la caridad para recorrer el mundo.

    Las explicaciones del ECDC fueron aceptadas. Los aficionados a la salud pblica haban magnificado un suceso habitual.

    De hecho, en la historia del ECDC slo haba un detalle falso y que col: el hecho de no difundir la noticia sobre el virus no haba sido por un problema con la pgina web pblica, haba sido por un fallo en el sistema interno de alerta, recin revisado, del centro. Por tanto, los especialistas responsables haban estado tan ciegos ante el suceso como el pblico en general; los aficionados haban alertado a ambos.

    En los crculos internos de la inteligencia de la UE haba personas que no perdonaban fcilmente fallos de ese calibre. Eran personas que diariamente se enfrentaban al terror. Personas cuyos mayores xitos jams se daban a conocer y cuyos fracasos podan ser ms catastrficos que la Plaga Amanecer.

    Muy comprensiblemente, esas personas eran obsesivas y paranoicas. La Comisin de Inteligencia de la UE encomend a uno de sus mejores agentes, un joven alemn llamado Gnberk Braun, que se encargase de una reorganizacin discreta del ECDC. En las zonas de espionaje donde Braun era conocido, era famoso: el ms obsesivo de los obsesivos. Fuera como fuese, l y su equipo reformaron rpidamente la estructura interna de comunicacin del ECDC, para luego dedicarse a un anlisis de todo el Centro con una serie aleatoria de simulacros de amenaza basados en las conjeturas ms improbables que pudiese imaginar ningn epidemilogo. El anlisis iba a durar seis meses.

    En el ECDC, esos seis meses prometan ser un tormento para los incompetentes y una revelacin para los brillantes. Pero el rgimen de simulacros de amenaza de Braun dur menos de dos meses y acab a causa de un anuncio durante un partido de ftbol.

    El primer encuentro de la Serie Grecia-Pakistn se celebr en Lahore el 20 de septiembre. La Serie Grecia-Pakistn era ya una tradicin, aunque sus seguidores

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    eran probablemente chapados a la antigua. En cualquier caso, la publicidad se haca al estilo del siglo XX. Todos vean el mismo anuncio. Se venda espacio publicitario en las vallas del estadio, pero ni siquiera esos espacios estaban dirigidos a espectadores concretos.

    Durante el encuentro sucedi algo asombroso (dos cosas asombrosas, teniendo en cuenta que Grecia gan). Durante el descanso apareci un anuncio de treinta segundos de guirlache. Al cabo de una hora, varios analistas independientes de mercadotecnia informaron acerca de un aumento de las ventas de guirlache, que se haba iniciado tres minutos despus del anuncio. Ese nico anuncio haba amortizado lo que haba costado cien veces. Era como un sueo al menos para los que estaban completamente obsesionados por la mercadotecnia. Durante toda la tarde, por millones comentaron aquel suceso asombroso. Analizaron el anuncio hasta el ltimo detalle. Era un anuncio burdo, como caba esperar, porque la agencia que lo haba creado era de tercera. Lo ms curioso era que no contena ningn elemento subliminal (aunque encontrarlo era la principal esperanza de los que lo analizaban). El retraso en iniciarse y la brusquedad del incremento no eran en absoluto la respuesta normal a un anuncio. A las pocas horas, todos los participantes razonables llegaron a la conclusin de que el Milagro del Guirlache era el clsico espejismo producido por las posibilidades modernas de captura de datos: si se observa un trilln de fenmenos, lo raro es no toparse con una incidencia de uno entre un milln. Al final del da, el asunto se haba dado por zanjado y no era ms que otra onda en la mirada de conversaciones de la vida pblica.

    Ciertos observadores no perdieron el inters por aquello. Gnberk Braun, como la mayora de los miembros de los crculos internos de la CIEU, senta un gran (para ser francos un receloso) respeto por el poder del anlisis pblico de inteligencia. Uno de sus equipos dio con el Milagro del Guirlache. Se sigui el debate. Cierto, probablemente no fuese ms que un espejismo. Y, sin embargo, podan plantearse otras preguntas y algunas eran de esas que los gobiernos tienen cierta habilidad para responder.

    Lo que nos lleva a la siguiente pizca de suerte estpida. Siguiendo un impulso, Braun pidi un simulacro de emergencia: los recursos analticos del ECDC se centraran en la importancia para la salud pblica del Milagro del Guirlache. Independientemente del meollo del misterio, servira para que el centro se ejercitase en la realizacin de una investigacin secreta de emergencia en tiempo real. Adems, no era ms absurdo que simulacros anteriores. A esas alturas, los especialistas ms brillantes del ECDC saban enfrentarse a tales eventualidades. Rpidamente plantearon miles de conjeturas e imaginaron medio milln de pruebas posibles. Seran las semillas de los rboles de bsqueda de la

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    investigacin.

    Durante dos das, los analistas del ECDC analizaron esos rboles, extendindolos y podndolos siempre imponiendo ciertas limitaciones estadsticas; un trabajo as poda generar ms espejismos de los que podan soar los aficionados a la mercadotecnia. Slo la lista de temas hubiese ocupado una de las antiguas guas de telfonos entera. Ah estaba lo bueno, expuesto de forma dramtica: no haba relacin entre el pico de compras y el anuncio de guirlache. La conclusin no se basaba en ningn anlisis terico: el ECDC pas el anuncio a pequeos grupos de control. Igualmente se comprob toda la publicidad del descanso. Una de las pantallas del estadio, un anuncio para un servicio de citas que slo haba aparecido brevemente, provocaba un inters ocasional por el guirlache. (El anuncio para el servicio de contactos pecaba de cierto exceso artstico, con su fondo de lneas que formaban un patrn de muar). Siguiendo por el rbol de pruebas, el anuncio del servicio de contactos se mostr a algunas audiencias especializadas. Por ejemplo, no provocaba ningn efecto en personas con anticuerpos del pseudomimivirus del 23 de julio.

    El anuncio del servicio de contactos provocaba deseo de comer guirlache cuando se mostraba a personas infectadas por el pseudomimi anterior, el del 18 de julio, acerca del que el ECDC haba informado adecuadamente.

    De nio, Gnberk Braun haba fantaseado con la idea de que, en el pasado, podra haber impedido el bombardeo de Dresde, detenido a los nazis y evitado sus campos de exterminio o que Stalin matase de hambre a Ucrania. En los das malos, cuando no poda mover naciones, el pequeo Gnberk imaginaba lo que podra haber hecho en un puesto de radar de Hawai, el 17 de diciembre de 1941, o como agente del FBI el verano de 2001.

    Quiz todos los nios pasan por esa fase, ignorando en buena parte el contexto histrico, queriendo simplemente convertirse en hroes salvadores.

    Pero cuando Braun ley ese ltimo informe supo que se encontraba ante algo de la misma magnitud que sus fantasas de infancia. El virus pseudomimi del 18 de julio y el anuncio en el encuentro de ftbol juntos formaban una prueba extremadamente bien camuflada de una nueva idea para un arma. Completamente desarrollada, esa arma hara que la Plaga Amanecer pareciese un juguete maligno. Como mnimo, la guerra biolgica se volvera tan precisa como las balas y las bombas: infectas arteramente a una poblacin con la lenta y aleatoria propagacin de una enfermedad indetectable y luego, bam, ciegas, lisias o matas a alguien en concreto con un correo electrnico, o a miles de millones con una emisin, demasiado repentinamente para que lo impida cualquier defensa contra la enfermedad.

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    Si Braun hubiese sido del ECDC, tal descubrimiento habra disparado de inmediato las alarmas en todas las organizaciones de defensa contra las enfermedades de la Alianza Indoeuropea, as como en el Centro de Control de Enfermedades norteamericano y en el CDCP de China.

    Pero Gnberk Braun no era epidemilogo. Era un espa, e incluso para ser espa era un paranoico. El simulacro de emergencia estaba bajo su control personal; no tuvo problemas para suprimir la informacin en ese punto. Mientras tanto, emple sus recursos en la CIEU y en la Alianza Indeuropea. A las pocas horas estaba inmerso en un buen nmero de proyectos.

    Se trajo a la mejor experta en el sector de la inteligencia indoeuropea y la dej suelta con las pruebas. Contact con los activos militares de la Alianza, en frica Central y en los estados fracasados del fin del mundo moderno. Haba pruebas slidas del origen del pseudomimivirus de1 18 de julio. Aunque esa investigacin no era biocientfica, los analistas de Braun eran muy similares a los mejores del ECDC slo que ms listos, ms numerosos y con muchos ms recursos. Incluso as, tuvieron mucha suerte: durante los siguientes tres das sumaron dos y dos (y dos y dos y dos). Al final, tena una idea bastante razonable de quin estaba detrs de la prueba del arma.

    Y por primera vez en su vida, Gnberk Braun sinti verdadero terror.

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    01

    EL SEOR CONEJO VISITA BARCELONA

    En los servicios de inteligencia de la Alianza Indoeuropea haba un puado de superburcratas, gente como Gnberk Braun, de la CIEU. Por fortuna, el pblico en general desconoca sus identidades o no eran para l ms que un amasijo de contradicciones. Los superburcratas tenan a sus propios hroes. En particular, cuando alguien como Gnberk Braun se enfrentaba a problemas desesperados, tena un lugar al que acudir en busca de ayuda. Haba un departamento en la Agencia de Inteligencia Exterior de la India que no apareca en los organigramas de la AIE y cuyo propsito permaneca felizmente indefinido. Bsicamente, se dedicaba a lo que su jefe creyese que deba dedicarse. El jefe era un ciudadano indio conocido por los pocos que lo conocan mnimamente como Alfred Vaz.

    Braun comunic a Vaz su aterrador descubrimiento. Al principio, el viejo qued tan conmocionado como el propio Braun. Pero Vaz era un experto solucionador.

    Si se dispone de los recursos humanos adecuados, puede resolverse casi cualquier problema dijo. Dame unos das. Veamos qu puedo averiguar.

    En el centro de Barcelona, tres das despus.

    El conejo salt a la silla de mimbre y de ah al centro de la mesa, entre tazas de t y condimentos. Se llev la mano al sombrero de copa en un saludo, primero a Alfred Vaz y luego a Gnberk Braun y Keiko Mitsur.

    Tengo una proposicin que hacerles! dijo. Desnudo, era un ejemplar de conejo comn.

    Alfred alarg la mano y la pas a travs de la imagen, simplemente para remarcar su propia solidez.

    Somos nosotros los que tenemos una propuesta.

    Aj. El conejo plant el trasero en la mesa y sac un diminuto servicio de t de detrs de la sal y la pimienta. Se sirvi una gota o dos, lo suficiente para llenar la taza, y tom un sorbo. Soy todo odos. Mene las grandes orejas para dar nfasis a sus palabras.

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    Desde el otro lado de la mesa, Gnberk Braun miraba con detenimiento la criatura. Braun era tan efmero como el conejo, pero proyectaba una seriedad que cuadraba bastante con su personalidad real. A Alfred le pareci detectar una mezcla de decepcin y sorpresa en la expresin del hombre ms joven. Al cabo de un momento, Gnberk le envi un mensaje silencioso.

    Braun - Mitsuri, Vaz: ms Esto es lo mejor que has podido reclutar, Alfred?/ms

    Alfred no respondi directamente. Se volvi hacia la criatura sentada en la mesa.

    Bienvenido a Barcelona, seor Conejo dijo. Seal las torres de la Sagrada Familia, que se alzaban al otro lado de la calle. La catedral tena mejor aspecto sin tratamientos virtuales; al fin y al cabo, la arquitectura de Gaud era ms caprichosa que la imaginacin de los revisionistas modernos. Sabe por qu escog este lugar para nuestro encuentro?

    Conejo tom un sorbo de t. Su mirada se desplaz de una forma muy inapropiada para un conejo. Mir a la multitud ruidosa que pasaba junto a las mesas, examinando los trajes y las formas corporales de turistas y vecinos.

    Ah, se debe a que Barcelona es lugar para lo hermoso y lo estrafalario, una de las pocas grandes ciudades del siglo XX cuyo encanto sobrevive en el mundo moderno? Podra ser que, adems, ustedes y sus familias den paseos sensotctiles por el Parc Gell a costa de sus dietas? Mir a Braun y a Keiko Mitsuri. Mitsuri iba lisa y llanamente enmascarada. Tena un poco el aspecto de un desnudo de Marcel Duchamp construido a partir de un conjunto mvil de planos cristalinos.

    Conejo se encogi de hombros.

    Pero, claro est, es posible que se encuentren a dos mil kilmetros de distancia.

    Keiko rio.

    Oh, no sea tan indeciso dijo, hablando con una sintaxis y un acento completamente sintticos Estoy muy contenta de estar en el Parc Gell, sintiendo la realidad con mis manos reales.

    Mitsuri - Braun, Vaz: ms De hecho, estoy en mi despacho, admirando la luz de la luna sobre la baha de Tokio./ms

    Conejo sigui hablando, sin enterarse del intercambio de mensajes silenciosos:

    Da igual. En cualquier caso, la verdadera razn para que nos hayamos reunido aqu es que Barcelona posee las conexiones ms directas con sus puntos de

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    origen y la seguridad ms moderna para ocultar lo que digamos. Mejor todava, tiene leyes que prohben que la polica o la gente fisgonee A menos, claro est, que pertenezcan ustedes a la Comisin de Inteligencia de la UE.

    Mitsuri - Braun, Vaz: ms Bien, una suposicin correcta en un tercio. /ms

    Braun - Mitsuri, Vaz: ms El mismo seor Conejo est llamando desde bastante lejos./ms

    En el aire, sobre la cabeza de la criaturita, apareci una estimacin en tiempo real de la UE: haba un setenta y cinco por ciento de probabilidades de que la identidad que se esconda detrs de la imagen de Conejo estuviese en Norteamrica.

    Alfred se inclin hacia el animalito y sonri. Como agente presente fsicamente, Vaz tena sus limitaciones pero tambin algunas ventajas.

    No, no somos de la polica secreta. Y s, queramos una comunicacin segura un poco ms personal que los mensajes de texto. Se toc el pecho. En particular, puede ver que estoy fsicamente aqu. Eso da ms confianza.

    Y debera darte toda clase de pistas sin ningn valor, pens. Luego llam al camarero, pidi una copa de Rioja y volvi a prestar atencin a la criatura sentada sobre el mantel.

    En los ltimos meses, se ha jactado usted de muchas cosas, seor Conejo. Hoy en da, otros se jactan de lo mismo, pero usted tiene certificados difciles de obtener. Muchas personas de intachable reputacin dan fe de sus habilidades.

    Conejo se acical. Era un conejo muy amanerado, poco convincente. El realismo fsico no era una de sus mayores prioridades.

    Claro que me recomiendan. Tenga el problema que tenga, sea poltico, militar, cientfico, artstico o amoroso acepte mis condiciones y le ofrecer resultados.

    Mitsuri - Braun, Vaz: ms Adelante, Alfred./ms

    Braun - Mitsuri, Vaz: ms S, la versin mnima, claro est. Nada ms hasta que no veamos resultados que no podemos lograr por nuestra cuenta./ms

    Alfred fingi asentir para s mismo.

    Nuestro problema no tiene ninguna relacin con la poltica o la guerra, seor Conejo. Slo es una cuestin cientfica.

    Conejo movi las orejas.

    Y? No tienen ms que enviar lo que necesiten a los foros de respuestas.

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    Pueden obtener resultados casi tan buenos como los mos, casi igual de rpido. Y seguro que mil veces ms barato.

    Lleg el vino. Vaz hizo como que olisqueaba el bouquet. Mir al otro lado de la calle. La puja por las visitas tursticas fsicas del da a la Sagrada Familia se haba cerrado, pero cerca de la puerta de la catedral haba una cola de gente esperando que alguien fallase. Era una prueba ms de que las cosas ms importantes eran las que se podan tocar. Volvi a mirar al conejo gris.

    Tenemos necesidades fundamentales que no se pueden satisfacer preguntando a algunos miles de analistas. Nuestras preguntas requieren, eh, experimentacin. Algunos de los experimentos ya se han realizado. Quedan muchos pendientes. En conjunto, nuestro proyecto es tan extenso como sera un programa gubernamental intensivo de investigacin.

    Conejo sonri, mostrando sus incisivos de marfil.

    Je. Un gubernamental intensivo de investigacin? Eso son tonteras del siglo XX. Las necesidades del mercado siempre son mucho ms efectivas. Basta con engaar al mercado para que coopere.

    Quiz. Pero lo que queremos es Y una mierda, incluso la historia falsa era increble. Lo que queremos es, eh, autoridad administrativa sobre un gran laboratorio de fsica.

    Conejo qued congelado y, por un instante, pareci un herbvoro real, uno que de pronto se hubiese quedado paralizado frente a los faros de un coche.

    Oh? Qu tipo de laboratorio de fsica?

    De ciencias de la vida globalmente integradas.

    Bien, bien, bien. Conejo se sent, en comunin consigo mismo con suerte. Inteligencia de la UE calculaba que haba un sesenta y cinco por ciento de probabilidades de que Conejo no estuviese compartiendo la imagen global con nadie ms, y el noventa y cinco por ciento de que no trabajase para China o EE.UU. La propia organizacin de Alfred en India era todava ms confiada en sus clculos.

    Conejo dej la taza de t.

    Estoy intrigado. As que no estamos hablando de un trabajo de obtencin de informacin. Realmente quieren subvertir una instalacin importante.

    Slo durante un breve periodo de tiempo dijo Gnberk.

    Lo que sea. Hablan con el tipo adecuado. Agit la naricita. Estoy seguro de que ya conocen las posibilidades. En Europa hay unas cuantas grandes

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    instituciones, pero ninguna totalmente integrada y por ahora siguen por detrs de sitios de China o EE.UU.

    Vaz no asinti, pero Conejo tena razn. Haba brillantes investigadores en todo el mundo, pero slo unos cuantos laboratorios con grandes cantidades de datos. En el siglo XX, la superioridad tecnolgica de los grandes laboratorios poda durar treinta aos. Hoy en da las cosas cambiaban con ms rapidez, pero Europa andaba un poco rezagada. El complejo Bhopal en la India estaba ms integrado, pero iba por detrs en micro automatizacin. Podan pasar varios aos antes de que China y EE.UU. perdiesen la ventaja que llevaban.

    Conejo rea para s.

    Je, je. Por tanto, tienen que ser los laboratorios de Wuhan o los del sur de California. Claro est, podra hacer el milagro con cualquiera de los dos. Lo que era mentira o, en caso contrario, la gente de Alfred se haba equivocado por completo en su valoracin de aquel buen amigo peludo.

    Keiko dijo:

    Preferimos el complejo biotecnolgico de San Diego, California.

    Alfred tena a punto una explicacin perfecta:

    Llevamos varios meses estudiando los laboratorios de San Diego. Sabemos que disponen de los recursos adecuados. Es ms, las terribles sospechas de Gnberk Braun se centraban en San Diego.

    Qu planean hacer?

    Gnberk le sonri sin ganas.

    Vayamos por pasos, seor Conejo. El primer paso: treinta das de plazo. Nos gustara que nos aportara un anlisis acerca de la seguridad de los laboratorios de San Diego. Lo que es ms importante, precisamos pruebas fidedignas de que puede disponer de un equipo de personas de la zona capaz de realizar actos fsicos en las inmediaciones de esos laboratorios y dentro de ellos.

    Bien, saltar al asunto de inmediato. Conejo hizo un gesto de exasperacin. Es evidente que buscan a un pen del que puedan deshacerse, alguien que asle la operacin de los americanos. Vale. Yo puedo serlo. Pero una advertencia: salgo muy caro y estar aqu para cobrar.

    Keiko rio.

    No hace falta que se ponga melodramtico, seor Conejo. Conocemos sus famosas habilidades.

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    Cierto! Pero todava no creen en ellas. Ahora me ir, husmear por los alrededores de San Diego y volveremos a hablar dentro de un par de semanas. Para entonces tendr algo que ensearles y, lo ms importante, har que mi tremenda imaginacin especifique un primer pago para ese plan por etapas que el seor No-Soy-Tan-Alemn-Como-Parezco ha propuesto. Hizo una reverencia a Gnberk.

    Mitsuri y Braun estaban perplejos, sin decir nada, as que fue Alfred quien prosigui con la conversacin.

    Hablaremos entonces. Por favor, recuerde que por ahora slo queremos un informe: saber a quines podramos reclutar y cmo usarlos.

    Conejo se toc la nariz.

    Ser una tumba. Siempre s mucho ms de lo que dejo entrever. Pero, en serio, ustedes tres deberan mejorar su interpretacin. El seor Tan-Alemn no es ms que un estereotipo pasado de moda. Y usted, seora, la obra de arte impresionista no revea nada y lo revela todo. Quin podra tener un especial inters por los laboratorios biolgicos de San Diego? Quin? Y en cuanto a usted Conejo mir a Vaz. Oculta usted un buen acento colombiano.

    La criatura rio y salt de la mesa.

    Hablaremos pronto.

    Alfred se recost y observ cmo la criatura gris esquivaba las piernas de los transentes. Deba de tener un permiso de carnaval, porque era evidente que los dems la vean. No se desvaneci en un puf. Conejo sigui siendo visible hasta veinte metros ms all por la calle Sardenya, donde dobl por un callejn y desapareci naturalmente.

    Los tres agentes continuaron sentados, aparentemente compartiendo un silencio de compaerismo, Gnberk inclinado sobre su vino virtual, Vaz bebiendo su Rioja de verdad y admirando los gigantes que preparaban para el desfile de la tarde. Los tres se camuflaban bien entre el caos turstico habitual de la zona de la Sagrada Familia slo que la mayora de los turistas que pagaban por sentarse en un caf de la calle Sardenya tenan ms de un tercio de presencia fsica.

    Se ha ido de veras dijo Gnberk, innecesariamente; todos vean el anlisis de seal de la UE. Pasaron unos segundos ms. Las agencias de Inteligencia de Japn y la India tambin informaron: la identidad de Conejo segua siendo desconocida.

    Bien, eso ya es algo dijo Keiko. Se ha ido limpiamente. Quiz sirve de disyuntor.

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    Gnberk se encogi de hombros, cansado.

    Quiz. Vaya un tonto desagradable. Los aires de novedoso que se da tienen un siglo de antigedad y se renuevan con cada cambio tecnolgico. Apuesto a que tiene catorce aos y ansia desesperadamente impresionar a alguien. Mir a Vaz. Es lo mejor que has podido encontrar, Vaz?

    Su reputacin es autntica, Gnberk. Ha llevado proyectos casi tan complejos como el que estamos considerando.

    Fueron proyectos de investigacin. Quiz sea un buen cmo se dice? Un tejedor de genios. Nosotros queremos algo ms operativo.

    Bueno, ha pillado las pistas que le habamos dejado. El acento de Alfred y las pruebas de red que haban plantado sobre el origen de Keiko.

    Ach ja dijo Gnberk. Una sonrisa le ilumin el rostro. Es un poco humillante que me acusen de sobreactuar cuando me limito a ser yo mismo! S, ahora el seor Conejo cree que somos traficantes de drogas de Suramrica.

    La neblina de cristales cambiantes que era la imagen de Keiko pareci sonrer.

    En cierto modo, eso resulta ms verosmil que lo que somos en realidad. Los herederos de las guerras de la droga del pasado llevaban una dcada en declive; el xtasis y mejora estaba tan extendido que la competencia haba logrado lo que la ley no consigui. Pero los seores de la droga seguan siendo ms ricos de lo que algunos pequeos pases podan soar ser. Los que se refugiaban en estados fracasados tal vez estuviesen tan locos como para intentar llevar a cabo la operacin que ellos tres haban dado a entender que tenan intencin de acometer.

    Gnberk dijo:

    Conejo es manejable, cierto. Competente en lo que necesitamos? Eso es mucho menos probable.

    Te nos ests echando atrs, Gnberk? Era la verdadera voz de Keiko. El tono era desenfadado, pero Alfred saba que recelaba bastante.

    Tengo mis reservas dijo Gnberk. Se rebull un momento. Mirad, el terror de la sorpresa tcnica es la mayor amenaza a la supervivencia de la especie humana. Las Grandes Potencias, nosotros, China y EE.UU., llevamos muchos aos en paz ms que nada porque tenemos en cuenta ese peligro y mantenemos a raya al resto del mundo. Y ahora descubrimos que los americanos

    Keiko le interrumpi:

    No sabemos si son los americanos, Gnberk. Los laboratorios de San Diego investigan para todo el mundo.

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    As es. Y hace una semana tena tus mismas dudas. Pero ahora piensa: la prueba del arma fue una obra maestra del ocultamiento. Fuimos increblemente afortunados al detectarla. Fue fruto de la paciencia, algo muy profesional, slo al alcance de una Gran Potencia. Las Grandes Potencias poseen su propia inercia y su cautela burocrtica. Las pruebas de campo deben realizarse necesariamente en el exterior, pero desarrollan sus armas en laboratorios controlados.

    Keiko emiti un sonido de campanillas lejanas.

    Pero, por qu una Gran Potencia iba a planear dispersar una epidemia? Qu beneficio sacara de ello?

    Gnberk asinti.

    S, semejante desastre tendra sentido para una secta, pero no para una superpotencia. Al principio, me pareca una pesadilla sin lgica. Pero mis analistas lo han repasado una y otra vez. Han llegado a la conclusin de que el sndrome del guirlache no fue un simple sustitutivo de otra enfermedad letal. Al contrario, era una caracterstica esencial de la prueba. El enemigo apunta a algo mucho ms importante que un ataque biolgico repentino. El enemigo est cerca de tener una tecnologa TQC efectiva.

    Keiko guard un silencio absoluto; incluso los cristales se aquietaron. TQC. En la jerga de la ciencia ficcin del cambio de siglo: Tienes-Que-Creerme. Es decir, control mental. Formas dbiles de TQC social haban impulsado toda la historia humana. La posibilidad de hallar una forma de persuasin irresistible era tema de estudio desde haca ms de un siglo y, desde haca treinta aos, una posibilidad tecnolgica verosmil. Desde haca diez, algunas versiones se haban demostrado eficaces en condiciones de laboratorio bien controladas.

    Los cristales se movieron; Alfred saba que Keiko le miraba.

    Puede ser cierto, Alfred?

    S, me temo que s. Mi gente ha repasado el informe. La suerte de Gnberk fue extraordinaria, ya que se trataba de una prueba simultnea de dos innovaciones radicales. La compulsin por el guirlache fue mucho ms precisa de lo necesario para probar la activacin remota de una enfermedad. Los causantes saban bien lo que pretendan tened en cuenta la tapadera del anuncio de guirlaches. Mis analistas creen que en apenas un ao el enemigo ser capaz de ejercer un control semntico de alto nivel.

    Keiko suspir.

    Maldita sea. Llevo toda la vida luchando contra sectas. Crea que las grandes naciones estaban ms all de las peores maldades pero esto esto demostrara

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    que estoy equivocada.

    Gnberk asinti.

    Si tenemos razn sobre esos laboratorios y no logramos lidiar adecuadamente con ellos, esto podra ser el fin de la historia. Podra ser el final de la lucha del bien contra el mal. Se rebull y volvi a centrarse en las cuestiones prcticas. Sin embargo, nos vemos obligados a trabajar con esa maldita persona conejo.

    Alfred habl con tranquilidad.

    He examinado los logros de Conejo, Gnberk. Creo que puede hacer lo que necesitamos. De una forma u otra. Nos conseguir la informacin interna o crear el caos suficiente, que no podrn atribuirnos, de forma que cualquier mala intencin quedar al descubierto. Si lo peor es cierto, tendremos pruebas. China e incluso los grupos inocentes de Estados Unidos podrn usarlas para acabar con el proyecto.

    Los ataques de supresin en el territorio de una Gran Potencia eran poco habituales, pero haba precedentes.

    Los tres guardaron silencio un momento y los sonidos del festival de la tarde envolvieron a Vaz. Haban pasado tantos aos desde su ltima visita a Barcelona Finalmente, Gnberk asinti a regaadientes.

    Recomendar a mis superiores que sigamos adelante.

    Al otro lado de la mesa, la imagen prismtica de Keiko riel y repic. Mitsuri era sociloga. Sus equipos de anlisis se dedicaban fundamentalmente a la psicologa y las instituciones, mientras que los que trabajaban para Alfred o Gnberk se dedicaban a muchas ms cosas. Pero quizs a ella se le ocurriese una alternativa que se les hubiese escapado a ambos. Habl al fin:

    Hay muchas personas decentes en la inteligencia estadounidense. No me gusta actuar a sus espaldas. Y, sin embargo, estamos en una situacin atpica. Tengo permiso para seguir con el Plan Conejo Una pausa. Con una condicin. Gnberk teme que hayamos errado contratando a un incompetente. Alfred conoce mejor a Conejo y cree que tiene el talento justo. Pero, y si los dos os equivocis?

    Gnberk dio un respingo.

    Demonios! dijo.

    Alfred supuso que estaban intercambiando breves mensajes silenciosos.

    Los prismas parecieron asentir.

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    S. Y si Conejo resulta ser mucho ms competente de lo que creemos? En ese caso improbable, Conejo podra apoderarse de la operacin o incluso aliarse con nuestro enemigo hipottico. Si seguimos con esto, debemos desarrollar planes de aborto y destruccin para ir un paso por delante de Conejo. Si se convierte en una amenaza mayor, tenemos que estar preparados para hablar con los americanos. De acuerdo?

    Ja.

    Por supuesto.

    Keiko y Gnberk se quedaron unos minutos ms, pero una mesa de una cafetera real en la calle Sardenya en medio de un festival no era el lugar adecuado para turistas virtuales. El camarero preguntaba a cada momento si Alfred quera algo ms. Pagaban el alquiler de tres, pero haba multitud de personas de carne y hueso esperando para ocupar la primera mesa disponible.

    As que la japonesa y el europeo acabaron por marcharse. Gnberk tena que atar muchos cabos sueltos. Era preciso cerrar la investigacin del ECDC sin llamar la atencin. Haba que sembrar varas capas de desinformacin, ocultarlo todo a los enemigos y a los aficionados a la seguridad. Mientras, en Tokio, Keiko pasara despierta el resto de la noche elucubrando sobre las trampas de Conejo.

    Vaz se qued para terminarse la copa. Fue asombroso lo rpido que se llen su mesa. Una familia de turistas del norte de frica la ocup de inmediato. Alfred estaba acostumbrado a que los artefactos virtuales cambiasen en el espacio de un parpadeo, pero, si haba dinero de por medio, un restaurador ingenioso era capaz de ejecutar un truco igualmente efectivo con la realidad fsica.

    De toda Europa, Barcelona era la ciudad que Alfred ms adoraba. Conejo tena razn sobre ella. Pero tena tiempo para hacer turismo? S. Considerara aqullas sus vacaciones anuales. Alfred se puso en pie, salud a los comensales, dej el importe de la cuenta y una propina. En la calle, la multitud era cada vez ms densa y los acrbatas con zancos bailaban entre los turistas. No vea la entrada a la Sagrada Familia, pero segn la informacin turstica la siguiente visita guiada no empezara hasta al cabo de noventa minutos.

    Dnde pasar el rato? Ah! En Montjuic. Dobl la esquina de un paseo, al otro extremo del cual haba mucha menos gente y un auto turstico acababa de llegar. Alfred se acomod en la cabina para un nico pasajero y dej que su mente divagase. La fortaleza de Montjuic no era la ms impresionante de Europa, pero haca tiempo que no la visitaba. Como otras de la misma poca, era el recuerdo de un pasado en el que todava faltaban dcadas para la revolucin en tecnologa de la destruccin y no era posible cometer asesinatos en masa simplemente pulsando

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    un botn.

    El auto se alej de las manzanas octogonales de Barcelona y subi rpidamente la colina aferrado al asa del funicular que remontaba la ladera. No existan las tediosas carreteras secundaras para ese medio de transporte. Tras l, la ciudad se extenda a lo largo de kilmetros. Y delante, cuando lleg a la cima de la colina, vio el Mediterrneo azul, neblinoso y pacfico.

    Alfred se ape y el diminuto auto dio la vuelta a la rotonda camino de la terminal del funicular, desde donde llevara a su prximo cliente en un vuelo sobre el puerto.

    Estaba justo en el punto que haba solicitado en el men turstico, all donde los caones del siglo XX se asomaban desde las almenas. A pesar de que aquellos caones no se haban usado nunca, eran de verdad. Pagando, podas tocarlos y caminar a su alrededor. Despus de la puesta de sol, se representara una batalla.

    Vaz se acerc al muro de piedra para mirar. Si bloqueaba todas las fantasas tursticas, vea el puerto mercante, casi doscientos metros ms abajo y a un kilmetro de distancia. Miles de contenedores de carga eran movidos de ac para all incesantemente. Si haca uso de sus poderes gubernamentales, vea el flujo de carga, incluso los certificados de seguridad validados mediante una combinacin de seguridad fsica y criptogrfica, que probaban que ninguna de las cajas de diez metros contena una bomba nuclear, una epidemia o una bomba de radiacin comn. El sistema era muy bueno, el mismo que se usaba para cargas pesadas en cualquier lugar del mundo civilizado. Era el resultado de dcadas de miedo, de cambios de actitud acerca de la intimidad y la libertad, de avances tecnolgicos. La seguridad moderna era efectiva prcticamente siempre. Haca ms de cinco aos que no se perda una ciudad. El mundo civilizado creca y el reino de la anarqua y la pobreza se reduca. Muchos crean que el mundo se estaba convirtiendo en un lugar ms seguro.

    Keiko y Gnberk y Alfred, claro saban que ese optimismo era completamente infundado.

    Alfred mir ms all del puerto, hacia las torres. No estaban all la ltima vez que haba visitado Barcelona. El mundo civilizado era ms rico de lo que hubiese soado en su juventud. En las dcadas de los ochenta y los noventa del siglo XX, los gobernantes de los Estados modernos haban comprendido que el xito no dependa de tener el ejrcito ms grande o los mejores precios o los recursos naturales ni siquiera la industria ms avanzada. En el mundo moderno, el xito dependa de tener la mayor cantidad de poblacin educada y conseguir adems que esos cientos de millones de personas creativas tuvieran la sensacin de

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    libertad.

    Pero esa utopa no era ms que la carrera de una Reina Roja enfrentada a la extincin.

    En el siglo XX, slo un par de naciones tenan el poder de destruir el mundo. La especie humana haba sobrevivido por pura suerte. A principios del siglo XXI decenas de pases podan destruir la civilizacin. Pero para entonces, las Grandes Potencias ya tenan ms sentido comn. Ninguna nacin estaba tan loca como para volar el mundo y las pocas excepciones brbaras fueron combatidas, empleando mtodos que hacan que de noche pareciera de da cuando hizo falta. En la segunda dcada del siglo, la tecnologa para la aniquilacin masiva estaba al alcance de grupos nacionalistas y racistas. Por una serie de milagros afortunados algunos orquestados por Alfred en persona, las quejas legtimas de los oponentes fueron debidamente resueltas.

    En el presente, la tecnologa de Gran Terror era tan barata que las sectas y las pequeas bandas de delincuentes podan adquirirla. Keiko Mitsuri era la gran experta en esa cuestin. A pesar de que su trabajo quedaba oculto por tapaderas y mentiras, Keiko haba salvado a millones de personas.

    La carrera de la Reina Roja continuaba. En su inocencia, la maravillosa creatividad de la humanidad segua generando consecuencias inesperadas. Haba docenas de lneas de investigacin que podan llegar a poner armas de destruccin masiva en manos de cualquiera que se hubiese levantado con mal pie.

    Alfred pag con un gesto de la mano y se acerc al can ms prximo. Se apoy en el metal clido, mirando la neblina azul del Mediterrneo e imaginando una poca menos complicada.

    Pobre Gnberk. Lo haba entendido todo completamente al revs. Una TQC eficaz no sera el fin. En las manos adecuadas, la tecnologa TQC resolvera la paradoja moderna: se aprovechara la creatividad humana sin destruir el mundo para hacerlo. Ms an, era la nica esperanza de que la humanidad sobreviviera al siglo XXI. Y en San Diego estoy tan cerca del xito. Tres aos antes haba insinuado el proyecto a los laboratorios biolgicos. El gran avance se haba producido haca menos de uno. Su prueba durante el partido de ftbol haba demostrado la eficacia del sistema de dispersin. Al cabo de un ao ms o menos habra desarrollado controles semnticos de alto nivel. Con eso podra controlar por completo a los ms cercanos a l y, lo ms importante, sera capaz de contagiar la nueva infeccin a poblaciones enteras y de organizar unas cuantas videotransmisiones de alcance universal. Luego tendra el control. Por primera vez habra un adulto supervisando el mundo.

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    se era el plan, pero un golpe de increble mala suerte lo haca peligrar. Debera ver el lado positivo del asunto; Gnberk ha recurrido a m par a resolver el problema! Alfred haba invertido mucho esfuerzo en encontrar al seor Conejo. Estaba claro que el tipo no tena experiencia y que era el idiota pagado de s mismo que crea Gnberk. Los xitos de Conejo eran apenas lo suficientemente destacados para considerarlo aceptable. Podan controlar a Conejo. Yo puedo controlar a Conejo. Desde dentro de los laboratorios, Alfred dara a Conejo la informacin falsa adecuada. Al final, ni Conejo ni los colegas de Alfred en la Alianza Indoeuropea se daran cuenta de que les haban engaado. Y luego, Alfred podra seguir adelante con lo que consideraba la mejor oportunidad, y la ltima, de salvar al mundo.

    Subi a la torreta y admir los acabados. La Comisin de Turismo de Barcelona haba invertido un buen dinero en la reconstruccin de aquellos artefactos. Si la representacin de la batalla de esa noche encajaba con la realidad fsica, resultara impresionante. Ech un vistazo a su programa de Mumbai y decidi quedarse unas horas ms en Barcelona.

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    02

    EL REGRESO

    Robert Gu tendra que haber estado muerto. Lo saba, lo saba muy bien. Llevaba agonizante mucho tiempo. No tena muy claro cunto. En aquel presente eterno slo apreciaba borrones. Pero no importaba, porque Lena haba bajado tanto la luz que no haba nada que ver. Y los sonidos: durante un tiempo haba llevado cosas de sas en las orejas, pero eran endemoniadamente complicadas y siempre se le perdan o se le rompan. Librarse de ellas haba sido una bendicin. Los sonidos que consegua captar eran murmullos vagos, en ocasiones Lena quejndose de l, chinchndole e incordindole. Siguindole hasta el bao, por amor de Dios. Lo nico que l quera era volver a casa. Lena no le permita algo tan simple. Si realmente se trataba de Lena. Fuese quien fuese, no era una persona muy simptica. Slo quiero volver a casa

    Y, sin embargo, no lleg a morir. Las luces solan ser mucho ms brillantes, aunque tan difusas como siempre. Haba gente a su alrededor y voces agudas que recordaba de casa. Le hablaban como si esperasen que los comprendiese.

    Era mejor el borrn confuso de antes. Le dola todo. Haca largos trayectos para ver al mdico y luego el dolor era an peor. Un tipo que afirmaba ser su hijo le aseguraba que ya estaba en casa. A veces lo sacaban en silla de ruedas para que le diese el sol en la cara y oyese los pajaritos. En casa? Un pimiento! Robert Gu recordaba su hogar. Haba nieve en las montaas que se vean desde el patio de sus padres. Bishop, California, EE.UU. se era su hogar, no otro.

    Pero a pesar de que no era su hogar, su hermanita estaba con l. Cara Gu ya haba estado all antes, cuando todo era oscuridad y murmullos, pero no la haba podido ver. Ahora era diferente. Al principio slo se haba percatado de su voz aguda y cantarina, como las campanillas que su madre tena en el porche de casa.

    La oy un da que estaba en el patio. La luz del sol no haba sido tan brillante y caliente desde haca mucho tiempo, incluso los borrones eran definidos y estaban llenos de color. Oy la vocecita aguda de Cara preguntndole Robert esto y Robert aquello y

    Robert, te gustara que te mostrase el vecindario?

    Qu? Robert se notaba la lengua un poco pegajosa, la voz un poco ronca. De pronto se le ocurri que todo eso de la oscuridad y los murmullos tena que

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    significar que llevaba sin hablar bastante tiempo. Y haba otra cosa mucho ms extraa. Quin eres?

    Un momento de silencio, como si se tratase de una pregunta estpida o la hubiese planteado ya en muchas ocasiones.

    Robert, soy Miri. Soy tu nieta

    El alz la mano hasta donde pudo.

    Acrcate. No te veo.

    La mancha se situ frente a l, a la luz del sol. No se trataba de una presencia insinundose a su espalda o en sus recuerdos. La mancha se convirti en un rostro a pocos centmetros de su cara: distingui el pelo lacio y negro, el pequeo rostro redondeado sonrindole como si fuese el tipo ms genial del mundo. Realmente era su hermanita.

    Robert alarg la mano y ella se la agarr.

    Oh, Cara. Es tan agradable verte No estaba en casa, pero quizs estuviese cerca. Guard silencio un momento.

    Yo yo tambin me alegro de verte, Robert. Te gustara dar un paseo por el vecindario?

    S, estara muy bien.

    A continuacin los acontecimientos se sucedieron con rapidez. Cara hizo algo y la silla se puso a girar. Todo volva a ser oscuro y tenebroso. Estaban dentro de la casa y ella, atareada como siempre, en esta ocasin le pona un sombrero. Pero segua chinchndole, como cuando le preguntaba si le haca falta ir al bao. Robert presenta que el matn que afirmaba ser su hijo acechaba a un lado, contemplndolo todo.

    Y luego salieron por dnde, por la puerta principal? Salieron a la calle. Cara permaneci junto a la silla de ruedas mientras paseaban y rodaban por aquella calle desierta flanqueada de rboles altos y delgados Palmeras, eso eran. No estaba en Bishop. Pero aqulla era Cara Gu aunque se portaba mejor que nunca. La pequea Cara era una buena chica, pero slo se portaba bien durante un tiempo limitado, pasado el cual encontraba alguna forma diablica de chincharlo y lograba que l la persiguiese por toda la casa, o viceversa. Robert sonri para s y se pregunt cunto tiempo durara la fase angelical. Quiz Cara le crea enfermo. Intent sin xito volverse en la silla. Bien, quizs estuviese enfermo.

    Mira, vivimos en Honor Court. Ah est la casa de los Smithson. Vinieron de Guam el ao pasado. Bob opina que estn criando cinco oh, se supone que no

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    debo hablar de eso. Y el novio de la comandante de la base vive en esa casa de la esquina. Apuesto a que se casarn antes de que acabe el ao. Ah hay unos chicos de la escuela con los que ahora no quiero hablar. La silla de ruedas de Robert dio un giro brusco por una bocacalle.

    Eh! Robert intent dar la vuelta. A lo mejor esos chicos eran amigos suyos y Cara le tomaba el pelo! Se dej caer en la silla. Otra vez aquel olor a miel. Los arbustos colgaban bajos sobre sus cabezas. Las casas eran manchas borrosas de color gris y verde. Vaya un paseo! se quej. No veo a dos palmos.

    La silla de ruedas fren abruptamente.

    En serio? La pillina se rea en su cara. No te preocupes, Robert! Hay ingenios que corrigen la vista.

    Bah.

    Con unas gafas bastara, Cara. A lo mejor se las estaba escondiendo.

    La luminosidad y el viento seco que recorra esas calles le llamaban la atencin por algn motivo fuese el que fuese. Haca que se preguntara qu haca confinado en una silla de ruedas. Recorrieron un par de calles ms. Cara se le echaba continuamente encima.

    Tienes demasiado calor, Robert? Quiz no te haga falta la manta. El sol te va a quemar la cara, Robert. Deja que te baje un poco la gorra.

    En cierto momento desaparecieron las casas. Pareca que estaban al pie de una larga cuesta, Cara afirmaba que frente a las montaas pero Robert slo vea una lnea borrosa de un ocre desvado que en nada se pareca a las montaas que desafiaban el cielo en Bishop, California, EE.UU.

    Luego estaban otra vez dentro de la casa de la que haban salido, tan tenebrosa y oscura como siempre, porque la oscuridad se tragaba la luz de la habitacin. La voz alegre de Cara desapareci. Dijo que se iba a estudiar para sus clases. No haba clases para Robert. El matn le dio de comer. Segua afirmando ser su hijo. Pero era demasiado grandote. Despus de otra ignominiosa parada en el retrete, ms bien un interrogatorio policial que una ida al bao, le dejaron misericordiosamente a solas, en la oscuridad. Aquella gente ni siquiera tena televisin. Slo haba silencio y las lejanas y mortecinas lmparas elctricas.

    Debera tener sueo. Conservaba un vago recuerdo de, noche tras noche, ao tras ao, el sopor despus de la cena. Y luego de despertarse y andar por habitaciones extraas intentando encontrar su hogar. Discutiendo con Lena. Aquella noche era diferente. Segua despierto. Aquella noche pensaba en cosas que acababan de suceder. Quiz fuese porque estaba a medio camino de casa. Cara. No haba

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    encontrado el hogar de sus padres en la calle Crombie ni el viejo dormitorio desde el que vea el viejo pino con su cabaa entre las ramas. Pero Cara formaba parte de ese mundo y estaba all. Se qued sentado mucho tiempo, pensando lentamente. Al otro lado de la habitacin, una bombilla solitaria era como un remolino en la oscuridad. Apenas visible, el matn estaba sentado junto a la pared. Hablaba con alguien, pero Robert no vea con quin.

    Robert pas de l y se concentr en pensar. Al cabo de un rato record algo aterrador. Cara Gu haba muerto en 2006 y por entonces ya llevaban varios aos sin hablarse.

    Y en el momento de su muerte Cara tena cincuenta y un aos.

    West Fallbrook haba sido un lugar accesible a principios de siglo. Tambin muy bullicioso. Situado justo al lado del campamento Pendleton, era la comunidad civil ms grande de la base. All haba crecido una generacin de marines que haba participado en una nueva oleada de guerras. Robert Gu Jr. haba vivido el final de aquel frenes, cuando a los oficiales chinoamericanos se los volva a colocar en puestos de confianza. Haban sido das importantes y agridulces.

    En la actualidad la ciudad era ms grande, pero los marines ya estaban lejos de ser una parte tan importante de ella. La vida militar se haba vuelto mucho ms complicada. Entre breves periodos de guerra, al teniente coronel Gu le haba parecido que West Fallbrook era un buen lugar para criar a una hija.

    Sigo pensando que es un error que Miri le llame Robert.

    Alice Gu alz la vista del trabajo que estaba realizando.

    Ya lo hemos hablado, cario. As la hemos criado. Somos Bob y Alice, no mam y pap o la tontera que est ahora de moda. Y por tanto, Robert es Robert y no el abuelo. La coronel Alice Gong Gu era bajita y de rostro redondo y, cuando no estaba completamente estresada, maternal. Haba sido la nmero uno de su promocin en Annapolis, en la poca en que ser bajita y de rostro redondo y maternal eran clarsimos puntos en contra. A aquellas alturas hubiese podido ser general, slo que sus superiores haban encontrado un trabajo ms productivo y peligroso que asignarle. Lo que explicaba algunas de sus alocadas ideas pero no aqulla en concreto; siempre haba insistido en que Miri se dirigiese a sus padres como si fuesen amigos.

    Eh, Alice, nunca me ha importado que Miri nos llame por nuestro nombre de pila. Llegar un momento en que, aparte de amarnos, la pequea generala tambin ser nuestra colega, incluso nuestra jefa. Pero esta situacin confunde al viejo Bob seal con el pulgar el lugar donde estaba sentado Robert padre, medio cado y mirando fijamente. Recuerda cmo se ha comportado pap esta tarde. Mira

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    cmo se ha alegrado. Cree que Miri es mi ta Cara, cuando eran nios!

    Alice no respondi de inmediato. All donde estaba era media maana. La luz del sol chispeaba en el puerto que tena a la espalda. Serva de apoyo a la delegacin americana en Yakarta. Indonesia se una a la Alianza Indoeuropea. Japn ya era miembro de ese club de nombre tan estrambtico. El chiste de moda era que pronto los indoeuropeos tendran el mundo rodeado. Hubo una poca en que China y Estados Unidos no se lo hubiesen tomado a broma. Pero el mundo haba cambiado. Tanto en China como en Estados Unidos esa perspectiva era un alivio. Tendran ms tiempo para preocuparse de los verdaderos problemas.

    Alice parpade mientras asenta a una presentacin o se rea de un comentario ingenioso. Recorri una corta distancia acompaando a un par de tipos pagados de s mismos, charlando todo el tiempo en bailas a, mandarn e ingls pasable, idiomas de los cuales Bob slo entenda el ingls. Luego volvi a quedarse sola. Se inclin un poco hacia l y le dedic una gran sonrisa.

    Bien, suena estupendamente! dijo. Cuntos aos hace que tu padre no responda a ningn discurso racional? Y ahora, de pronto, est lo suficientemente consciente como para pasrselo bien. Deberas alegrarte. A partir de ahora slo puede mejorar. Recuperars a tu padre!

    S

    El da anterior haba despedido al ltimo de sus cuidadores domsticos. A partir de ese momento su padre mejorara muy rpido. La nica razn para que siguiese en silla de ruedas era que los mdicos queran asegurarse de que la regeneracin sea era completa antes de soltarlo por el vecindario.

    Ella capt su expresin e inclin la cabeza a un lado.

    Te acobardas?

    Bob mir a su padre. No faltaban ms que unas cuantas semanas para la operacin de Paraguay. Una operacin secreta en el fin del mundo. La idea empezaba a parecerle atractiva.

    Quizs.

    Entonces deja que la pequea generala siga con lo suyo y no te preocupes. Se volvi y salud a alguien a quien Bob no vea. Oh! La imagen parpade y slo qued la mensajera silenciosa.

    Alice - Bob: ms Tengo que irme. Debo cubrir el puesto del secretario Martnez y las costumbres locales no ven con buenos ojos el tiempo compartido./ms

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    Bob se qued sentado un momento en el saln, en silencio. Miri estaba arriba, estudiando. Fuera, la tarde se iba convirtiendo en noche. Una hora tranquila. De nio, a esa hora su padre sacaba los libros de poesa y pap, mam y el pequeo Bobby lean juntos. Bob senta una alegre nostalgia por esas tardes. Mir a su padre.

    Pap? No hubo respuesta. Bob se inclin y grit, muy poco seguro de s mismo. Pap? Hay luz suficiente? Puedo aumentar la intensidad.

    El anciano agit ausente la cabeza. Quizs haba comprendido la pregunta, pero no dio ninguna otra seal de haberlo hecho. Se limit a quedarse all sentado, inclinado de lado. Con la mano derecha se frotaba una y otra vez la mueca izquierda. Y era una gran mejora. Robert: Gu padre haba llegado a pesar treinta y seis kilos. Era apenas un vegetal cuando la Facultad de Medicina de la UCSF haba probado con l un tratamiento nuevo. Result que la cura para el Alzheimer de la UCSF haba surtido efecto cuando aos de tratamiento convencional haban sido intiles.

    Bob hizo algunos recados en la base, repas el plan de operaciones de Paraguay y luego volvi a sentarse unos minutos para mirar a su padre.

    No siempre te he odiado.

    De nio no odiaba al viejo. Quizs eso rio fuese sorprendente. Un nio tiene muy poco con lo que comparar. Robert era estricto y exigente, eso lo haba tenido muy claro el pequeo Bobby. A pesar de que a menudo Robert padre se reprochaba ser un progenitor muy poco exigente, en ocasiones eso contradeca lo que Bob vea en casa de sus amigos. Pero Bob nunca haba considerado aquello maltrato.

    Ni siquiera cuando su madre dej a su padre Bob se volvi contra el viejo. Lena Gu haba soportado aos de sutil abuso y no aguantaba ms, pero el pequeo Bobby no se haba enterado de nada. Hasta ms tarde, hablando con la ta Cara, no comprendi que Robert trataba mucho peor a los dems de lo que haba tratado a Bob.

    Para el teniente coronel Robert Gu Jr. aqul tendra que haber sido un momento de jbilo. Su padre, uno de los poetas preferidos de Amrica, regresaba de una larga acampada en el valle de las sombras de la muerte. Bob mir detenidamente los rasgos inmviles y relajados de su padre. No, en caso de haber sido una pelcula, habra sido una del Oeste titulada El regreso del hijo de puta.

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    03

    UN CAMPO DE MINAS CELESTIAL

    Mis globos oculares estn burbujeando!

    No deberan dolerte. Te duele?

    No Pero la luz le resultaba tan brillante que incluso en la oscuridad Robert vea colores feroces. Todo sigue siendo una mancha, pero no veo tan bien desde No saba cunto tiempo haba pasado; el tiempo en s haba sido oscuridad. Desde hace aos.

    Una mujer le habl por detrs del hombro.

    Llevas una semana tomando la medicina retinal, Robert. Hoy nos ha parecido que ya tenas una poblacin de clulas adecuada, por lo que hemos decidido activarla.

    Y la visin borrosa la podemos curar incluso con ms facilidad. Reed? adujo otra voz de mujer.

    S, doctora. La voz proceda de una mancha en forma de hombre que tena justo delante. La figura se inclin. Deja que te ponga esto sobre los ojos, Robert. Sentirs un poco de parlisis. Unas enormes manos delicadas colocaron las gafas sobre la cara de Robert. Al fin algo que reconoca; una graduacin nueva. Pero el rostro se le paraliz y no poda cerrar los ojos.

    Reljate y mira hacia delante. Relajarse era una cosa, pero no haba otra opcin que mirar al frente. Y luego Dios, era como ver un ordenador lento formando una imagen. Los borrones iban adquiriendo nitidez poco a poco. Robert habra dado un salto atrs, pero la inmovilidad se haba extendido a su cuello y hombros.

    El mapa celular de la retina derecha tiene buen aspecto. Veamos la izquierda. Pasaron algunos segundos ms y se produjo un segundo milagro.

    El hombre sentado delante retir las gafas de la cara de Robert. Haba una sonrisa en su rostro de mediana edad. Vesta camisa blanca de algodn con el bolsillo bordado en letras azules: Auxiliar clnico Reed Weber. Puedo ver hasta la ltima fibra! Mir por encima del hombro del tipo. Las paredes de la clnica estaban ligeramente desenfocadas. Quiz para salir tuviese que ponerse gafas. La idea le

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    hizo rer. Y luego reconoci las imgenes de las paredes. No estaba en una clnica. Lo que colgaba de las paredes eran las caligrafas que Lena haba comprado para la casa de Palo Alto. Dnde estoy?

    Haba una chimenea; haba puertas correderas de vidrio que daban a un jardn. Ni un libro a la vista; l no haba vivido nunca all. La rigidez de los hombros casi haba desaparecido. Robert mir la habitacin. Las dos voces de mujer no estaban conectadas a nada visible. Pero Reed Weber no era la nica persona presente. A su izquierda haba un tipo fornido, con los brazos en jarras y una sonrisa de oreja a oreja. Robert se mir en sus ojos y la sonrisa vacil. El hombre le dedic un gesto y dijo:

    Pap.

    Bob Sus recuerdos no regresaron de pronto, sino que, ms bien, fue consciente de repente de lo que siempre haba sido una realidad. Bobby haba crecido.

    Hablaremos ms tarde, pap. De momento te dejar para que termines con la doctora Aquino y su personal. Asinti al aire en direccin al hombro derecho de Robert y sali.

    El aire dijo:

    En realidad, Robert, esto es todo lo que pretendamos hacer por hoy. Tendrs muchas cosas de las que ocuparte en las prximas semanas, pero ser menos catico si vamos pasito a pasito. Estaremos atentos por si surge algn problema.

    Robert fingi ver algo en el aire.

    Vale. Ya nos veremos.

    Oy una risa amistosa.

    Muy bien! Reed te puede ayudar.

    Reed Weber asinti y Robert tuvo la sensacin de que Weber y l estaban ahora realmente solos. El auxiliar mdico guard las gafas y otras piezas de equipo, simples cajas de plstico, de usar y tirar, sin nada destacable a no ser por los milagros que haban obrado. Weber se dio cuenta de que las miraba.

    Son slo las herramientas del oficio, las aburridas. Lo realmente interesante son las medicinas y las mquinas que flotan en tu interior. Guard la ltima caja y alz la vista. Eres un tipo con suerte, lo sabas?

    Ahora veo la luz del sol donde antes la noche era eterna. Dnde estar Lena? Luego pens en la pregunta de Reed.

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    A qu te refieres?

    Escogiste la enfermedad adecuada! Rio. La medicina moderna es como un campo de minas celestial. Podemos curar muchas cosas: el Alzheimer, por ejemplo, a pesar de que casi pierdes el barco. T y yo tuvimos Alzheimer. Yo padeca el de tipo comn, que detuvieron a los primeros sntomas. Muchas otras enfermedades son tan mortales o limitan tanto como antes. Todava no se puede hacer mucho para mitigar una apopleja. Algunos cnceres son incurables. Hay tipos de osteoporosis tan terribles como en el pasado. Pero para todas tus dolencias tenemos solucin segura. Ahora tienes unos huesos tan sanos como los de un hombre de cincuenta aos. Hoy te hemos reparado los ojos. Ms o menos dentro de una semana reforzaremos tu sistema nervioso perifrico. Reed rio de nuevo. Sabes?, incluso tienes una bioqumica dermatolgica y adiposa que responde a los tratamientos Venn-Kurasawa. Ni una persona entre mil atraviesa ese campo de minas. Vas a tener un aspecto mucho ms juvenil.

    Lo prximo ser hacerme jugar a videojuegos.

    Ah! Weber meti la mano en la bolsa de equipo y sac un papel. No se nos puede olvidar.

    Robert acept el papel y lo desdobl. Era muy grande, casi del tamao de un pliego. Pareca de papel de carta. En la parte superior haba un logotipo en letra elegante: Clnica Crick, divisin geritrica. El resto era un esquema. Los ndulos principales: Familia Microsoft, Gran Muralla Linux y Epifana Lite.

    Al final preferirs usar Epifana Lite, pero por ahora es mejor el tipo de ordenador con el que ests ms familiarizado.

    Los elementos situados bajo Familia Microsoft eran nombres de programas de Microsoft, los primeros de la dcada de los ochenta del siglo XX. Robert la mir inseguro.

    Robert? Sabes sabes algo de ordenadores, no?

    S. Pensndolo bien, lo recordaba. Sonri. Pero siempre iba rezagado. Tuve mi primer PC en el ao 2000. Y eso slo porque el Departamento de Literatura Inglesa en bloque le haca la vida imposible porque no lea el correo electrnico.

    Menos mal. Vale, con eso puedes imitar cualquiera de esos sistemas antiguos. Simplemente djalo desdoblado sobre el brazo de la silla. Tu hijo ha hecho que esta habitacin reproduzca el sonido, pero en casi todas partes tendrs que tocar la pgina con los dedos si quieres orlo. Robert se inclin para mirar mejor el papel. No resplandeca; ni siquiera tena la apariencia vidriosa de una pantalla de

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    ordenador. Era un papel normal de buena calidad. Reed seal los ndulos. Ahora pulsa tu sistema operativo favorito.

    Robert se encogi de hombros. A lo largo de los aos, en el departamento haban usado muchos sistemas operativos, pero Puso el dedo sobre la lnea que deca WinME. No hubo pausa de arranque, eso que recordaba tan bien. Pero de pronto el aire se llen de aquella musiquilla tan familiar y molesta. Sonaba a su alrededor, no surga del papel. La pgina se haba llenado de colores e iconos. Robert sinti un ramalazo de nostalgia al recordar las muchas horas frustrantes que haba pasado frente a relucientes pantallas de ordenador.

    Reed sonri.

    Buena eleccin. WinME hace tiempo que tiene un alquiler muy simple. De haber escogido Epifana, tendramos que atravesar su selva de licencias Vale, a partir de ahora el resto ser casi exactamente igual a lo que recuerdas. La clnica Crick incluso tiene algunos de los sistemas modernos filtrados de forma que parecen navegadores. No es tan bueno como el que usamos tu hijo y yo, pero no tendrs ms problemas con voces de personas invisibles; si quieres, vers a Rachel y a la doctora Aquino en la pgina. Divirtete, Robert.

    Robert escuch el discurso de Weber, que probablemente era una mezcla de jerga tcnica y pasada de moda, con una jovialidad y una estructura sintctica que podan ser sarcasmo. En su poca, con eso le habra bastado para calar al tipo. Pero aquel da, recin salido de las tinieblas de la senilidad, no estaba seguro. As que lo sonde un poco.

    Vuelvo a ser joven?

    Reed se sent, rindose tranquilamente.

    Me gustara decirte tal cosa, Robert. T tienes setenta y cinco aos y el cuerpo muchas ms formas de fallar de las que han previsto los mdicos. Llevo seis meses ocupndome de tu caso. Has vuelto de la muerte, to. Casi has derrotado el Alzheimer por completo. Tiene sentido que probemos otros tratamientos contigo. Vas a llevarte muchas sorpresas, casi todas buenas. Tmatelo con calma, reacciona sobre la marcha. Por ejemplo, me he dado cuenta de que acabas de reconocer a tu hijo.

    S s.

    Estuvo aqu hace una semana. No le reconocas.

    Se le haca extrao sondear en la oscuridad, pero

    S. Saba que no poda tener un hijo. No era lo suficientemente viejo. Slo quera volver a casa. Me refiero a la casa de mis padres en Bishop. E incluso ahora

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    me ha sorprendido que Bob sea tan mayor. Las consecuencias empezaban a amontonarse. Claro, mis padres han muerto

    Reed asinti.

    Eso me temo, Robert. Tienes toda una vida que recordar.

    A trozos? O primero recuperar los recuerdos ms antiguos? A lo mejor me quedo atascado en cierta poca

    Los mdicos son los ms adecuados para responderte. Reed vacil. Mira, Robert. Antes eras profesor, verdad?

    Era poeta! Pero no crea que Reed comprendiese cul era la categora ms importante.

    S. Profesor Bueno, profesor emrito de literatura inglesa. En Stanford.

    Bien. Eres un tipo listo. Tienes mucho que aprender, pero apuesto a que recuperars esa cabeza. No te asustes si no consigues recordar algo. Tampoco te esfuerces demasiado. Prcticamente a diario los mdicos te restaurarn alguna capacidad adicional. En teora, de ese modo te resultar menos inquietante. Sea o no cierto, lo importante es que mantengas la calma. Recuerda que aqu tienes una familia que te quiere.

    Lena. Robert baj la cabeza durante momento. No era un retorno a la niez, sino una especie de segunda oportunidad. Si poda recuperarse por completo del Alzheimer, si En ese caso podan quedarle otros veinte aos, tiempo para compensar lo perdido. As que tena dos metas: su poesa y

    Lena.

    Reed se inclin hacia l.

    Qu has dicho?

    Robert alz la vista.

    Mi esposa. Me refiero a mi ex esposa. Intent recordar ms. Apuesto a que jams recordar lo sucedido despus de que perdiese la cabeza.

    Como te he dicho, no te preocupes.

    Recuerdo haber estado casado con Lena y criado a Bobby. Nos separamos hace aos. Pero tambin recuerdo que ella estaba conmigo cuando el Alzheimer empez a afectarme de veras. Y ahora se ha vuelto a ir. Dnde est, Reed?

    Reed frunci el ceo, se inclin y cerr la caja del equipo.

    Lo siento, Robert. Falleci hace dos aos. Se puso en pie y con delicadeza

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    toc el hombro de Robert. Sabes?, creo que hoy hemos avanzado mucho. Ahora tengo que irme.

    En su vida anterior, Robert Gu haba prestado todava menos atencin a la tecnologa que a las noticias de actualidad. La naturaleza humana no cambia y, como poeta, su labor consista en destilar y mostrar esa esencia inmutable. Ahora bueno. He regresado de la muerte! Eso era algo nuevo bajo el sol, un avance tecnolgico demasiado tremendo como para ignorarlo. Era una nueva oportunidad de vivir, una oportunidad de continuar con su carrera. Y era evidente por dnde deba continuar: con Secretos de las edades. Haba invertido cinco aos en los cantos de esa obra, poemas como Secretos del nio, Secretos de los jvenes amantes, Secretos del anciano. Pero su Secretos del moribundo haba sido una completa falsedad, porque lo haba escrito antes de empezar a morir Daba igual que la gente creyese que era el canto ms profundo de la obra. Pero s, tena algo nuevo que aadir: Secretos del regresado. Las ideas empezaban a formarse y seguro que los versos vendran a continuacin.

    Cada da experimentara nuevos cambios, de pronto desapareceran viejas barreras. Le convena seguir el consejo de Reed Weber y aceptar sus limitaciones con paciencia. Tantas cosas cambiaban y todas para mejor!

    Lleg el da en que volvi a caminar, aunque con paso inseguro. Le fallaba el equilibrio: el primer da se cay tres veces y, en cada ocasin, se limit a volver a ponerse en pie.

    A menos que te caigas de cabeza, profesor, no tendrs problemas le dijo Reed.

    Pero paulatinamente aprendi a caminar mejor. Y puesto que poda ver, y ver bien, era capaz de hacer cosas con las manos. Ya no tena que palpar en la oscuridad. Nunca se haba dado cuenta de lo importante que era la vista para la coordinacin. En tres dimensiones haba incontables formas de disponer las cosas; sin visin estabas condenado a la resignacin y al fracaso. Pero yo no. Ahora no.

    Y dos das despus

    jugaba al ping-pong con su nieta. Recordaba la mesa. Era la misma que le haba comprado al pequeo Bobby haca treinta aos. Incluso recordaba a Bob quitndosela de las manos cuando finalmente renunci a su hogar de Palo Alto.

    En aquel momento era Miri la que le daba caa, con devoluciones altas y lentas. Robert se mova de una punta a la otra. Lo difcil no era ver la bola, pero deba tener mucho cuidado de no devolverla demasiado alta, Con cuidado, con cuidado avanz la partida hasta que Miri le tena quince a once. Y luego l gan cinco puntos seguidos, cada uno de ellos con un movimiento espstico que por alguna

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    razn haca que el plstico blanco fuera a dar contra la lnea ms alejada de la mesa.

    Robert! Me estabas engaando! La pobre y regordeta Miri corra de esquina a esquina intentando mantenerse a su altura. Los golpes de Robert no iban con efecto, pero no era una jugadora experta. Diecisiete a quince, dieciocho, diecinueve. Luego su potente devolucin se desactiv y volvi a ser el torpe pasmado de siempre. Pero su nieta no tuvo piedad. Consigui seis puntos seguidos y gan.

    Y luego fue al otro lado de la mesa para abrazarle.

    Eres genial! Pero no volvers a engaarme! No tena sentido repetirle las palabras de Aquino. En la reconstruccin de su sistema nervioso habra picos aleatorios de rendimiento. Poda acabar teniendo los reflejos de un atleta; lo ms probable era que al final tuviese una coordinacin normal.

    Era curioso cmo se fijaba en qu da de la semana era, un detalle que haba dejado de importarle incluso antes de perder la sesera. Pero ahora los fines de semana su nieta estaba siempre con l.

    Cmo era la ta abuela Cara? le pregunt un sbado por la maana.

    Se te pareca mucho, Miri.

    La chica sonri radiante, llena de orgullo. Robert haba supuesto que eso era lo que quera or. Pero es cierto, aunque Cara nunca se pas de peso. Miri era igual que Cara en la preadolescencia, cuando otras preocupaciones reemplazaron la adoracin que le tena a su hermano. En todo caso, Miri era como Cara llevada al extremo. Era muy inteligente, probablemente ms lista que su ta abuela, tremendamente independiente y con tendencia a juzgar moralmente a los dems. Recuerdo esa tremenda arrogancia, pens Robert. Era para l muy irritante; se haba distanciado de Cara por su empeo en lograr que cambiase.

    A veces Miri traa a sus amiguitos. A esa edad y en aquella poca los chicos y las chicas se mezclaban. Durante unos cuantos aos tenan prcticamente la misma masa muscular. A Miri le encantaba jugar al ping-pong por parejas.

    Robert no poda sino sonrer por la forma que tena de controlar a sus amigos. Haba organizado un campeonato. Y aunque era escrupulosamente honrada, jugaba para ganar. Cuando su equipo perda, adoptaba una expresin de furiosa determinacin y sus ojos se volvan de acero. Despus, se daba prisa en reconocer sus propios errores y la misma prisa en criticar a sus compaeros.

    Cuando sus amigos se iban a menudo seguan all, presencias invisibles como los mdicos de Robert. Miri caminaba por el patio trasero hablando y discutiendo

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    con el aire: una parodia de la descortesa del mvil que Robert recordaba de sus ltimos aos en Stanford.

    Los prolongados silencios de Miri tampoco se correspondan con ningn aspecto de sus recuerdos de Cara. Miri se daba impulso lentamente en el columpio que colgaba del nico rbol adecuado del jardn. Lo haca durante horas, hablando slo de vez en cuando y al aire, con la mirada completamente perdida, a kilmetros de distancia. Y cuando l le preguntaba qu haca, se sobresaltaba, rea y deca que estaba estudiando. A Robert Gu le pareca ms bien alguna forma perniciosa de hipnosis.

    Los das laborables Miri iba a la escuela; una limusina apareca todas las maanas justo cuando la chica estaba lista. Bob se haba ido, volver dentro de una semana ms o menos. Alice se quedaba en casa parte del da, pero estaba de un humor que saltaba a la mnima. A veces la vea a la hora del almuerzo; lo ms normal era que su nuera estuviese en el campamento Pendleton hasta la tarde. Cuando volva de la base estaba especialmente irritable.

    Exceptuando las sesiones de terapia con Reed Weber, Robert tena todo el tiempo para s. Vag por la casa y encontr algunos de sus viejos libros en cajas de cartn guardadas en el stano. Eran los nicos libros de la casa. A todos los efectos, su familia era iletrada. Cierto, Miri se jactaba de que muchos libros eran visibles en cuanto uno quera consultarlos, pero slo era una verdad a medias. El papel navegador que Reed le haba dado poda usarse para encontrar libros en la red, pero leerlos en una nica hoja de papel era un tedioso sacrilegio.

    El asombroso pliego, sin embargo, permita la teleconferencia; la doctora Aquino y los otros doctores remotos ya no eran slo voces invisibles. Y el navegador se pareca mucho al que recordaba, aunque muchos sitios no se vean del todo bien. Google todava funcionaba. Busc Lena Llewelyn Gu. Por supuesto, haba informacin de sobra. Lena haba sido una doctora bastante conocida. Y s, haba muerto dos aos antes. Los detalles eran contradictorios, algunos coincidentes con lo que Bob le haba contado y otros no. Aquellos malditos Amigos de la Intimidad Costaba imaginar a semejantes villanos, haciendo lo posible por socavar lo que podas encontrar en la red. Se definan como una beneficencia vandlica.

    Lo que le acab llevando a las Noticias del Da. El mundo segua en un estado tan desastroso como siempre. Ese mes se trataba de una accin policial en Paraguay. Los detalles no tenan sentido. Qu eran las fbricas de luz de luna y por qu iba Estados Unidos a querer ayudar a la polica a cerrarlas? La imagen global le resultaba ms familiar. Las fuerzas invasoras buscaban armas de destruccin masiva. Aquel mismo da haban encontrado armas nucleares ocultas

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    bajo un orfanato. En las fotos salan chabolas y gente pobre; nios harapientos jugando a juegos desconocidos que contradecan la miseria que los rodeaba; algn soldado, casi solitario.

    Apuesto a que Bob est ah, pens. No por primera vez, o por milsima, se pregunt cmo era posible que su hijo hubiese escogido una carrera tan desagradable y sin futuro.

    Por las noches tenan algo similar a una cena en familia: Alice, Robert y Miri. Alice pareca encantada de cocinar, aunque esta noche tena cara de no haber dormido desde haca varios das.

    Robert se qued en la cocina viendo cmo madre e hija sacaban bandejas del refrigerador.

    Cenas de televisor. As llambamos a estas cosas dijo. De hecho, lo que sacaban tena la apariencia y la textura de una comida deliciosa. A l todo le saba a cartn, pero Reed deca que eso se deba a que el noventa y cinco por ciento de sus papilas gustativas estaban muertas.

    Miri vacil, como le pasaba a menudo cuando Robert expona una idea que ella nunca haba odo. Pero, como era habitual, respondi con el mayor aplomo.

    Oh, esta comida es mucho mejor que la basura de comida televisiva habitual. Podemos mezclar las cosas. Seal los envases sin etiquetar que chisporroteaban dentro de bien, pareca un microondas. Ves?, tengo helado de postre y Alice arndanos hilados. Anda, Alice!

    Alice le dedic una sonrisita.

    Los compartir. Vale, vamos a llevarlo al comedor.

    Hicieron falta los tres para llevarlo todo en un solo viaje. Dispusieron la comida sobre la larga mesa del comedor. El mantel, de damasco, cada noche pareca diferente. La mesa en s le resultaba familiar, otro mueble heredado. La presencia de Lena todava se senta.

    Robert se sent junto a Miri.

    Sabes? dijo, ms por ver su reaccin que por otra cosa. A m todo esto me resulta un poco primitivo. Dnde estn los sirvientes robticos o al menos las manos automticas para meter y sacar la comida del microondas?

    Su nuera se encogi de hombros irritada.

    Hay robots, all donde tiene sentido que los haya.

    Robert recordaba a Alice Gong cuando se haba casado con Bob. En aquella

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    poca, Alice era una diplomtica impenetrable tan habilidosa que mucha gente no llegaba a darse cuenta de sus capacidades. En aquella poca, Robert conservaba su talento para la poesa y para la gente; una personalidad como sa era un desafo para l. Pero ni siquiera su antiguo yo haba logrado jams encontrar una grieta en la armadura. La nueva Alice simplemente imitaba la compostura de la antigua, y no siempre con xito. sta no era una de sus mejores noches.

    Robert record las noticias de Paraguay y dio un palo de ciego.

    Preocupada por Bob?

    Le respondi con una sonrisa extraa.

    No. Bob est bien.

    La nia mir a su madre y luego intervino.

    En realidad, si quieres mecas, deberas ver mi coleccin de muecas.

    Mecas? Muecas? Costaba dominar a la gente si uno no saba de qu hablaba. Retrocedi:

    Me refera a que hay un montn de cosas que los fanticos del futuro predijeron y que no han llegado a materializarse. Como los coches areos.

    Miri alz la vista de la comida humeante. En una esquina de la bandeja haba realmente un cuenco de helado.

    Tenemos taxis areos. Te valen?

    No del todo. Luego se sorprendi a s mismo. Cundo podr ver uno? El Robert de antao hubiese considerado el inters por cualquier ingenio mecnico algo infantil.

    Cuando quieras! Qu tal despus de la cena? La ltima pregunta iba dirigida tanto a Alice como a Robert.

    Lo que hizo que Alice sonriese con ms naturalidad.

    Quizs este fin de semana.

    Comieron en silencio. Me gustara saborearlo.

    Luego Alice pas a un tema que evidentemente se haba estado reservando.

    Sabes?, Robert, he dado una ojeada a los informes de tus mdicos. Casi ests recuperado del todo. Has pensado en retomar tu carrera?

    Vaya, pues s. Lo pienso continuamente. Tengo nuevas ideas para escribir Hizo un gesto expansivo y se sorprendi del sbito temor que senta. Eh, no te preocupes, Alice. Tengo mi obra literaria. Recibo ofertas de trabajo de facultades

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    de todo el pas. Me ir de aqu en cuanto pueda plantar los pies firmemente en el suelo.

    Miri dijo:

    Oh, no, Robert! Puedes quedarte con nosotros. Nos gusta tenerte aqu.

    Pero, en este momento, no crees que deberas estar abrindote ms activamente al mundo exterior? dijo Alice

    Robert la mir con tranquilidad.

    A qu te refieres?

    Bien, ya sabes que tu ltima sesin con Reed Weber es el prximo martes. Estoy segura de que hay muchas habilidades que te gustara dominar. Has considerado matricularte en algunas clases? Fairmont tiene varios cursos especiales

    La coronel Alice desarrollaba bastante bien la operacin, pero no haba contado con la chica de trece aos sentada junto a Robert. Miri intervino con:

    Ya. Son los cursos formativos. Algunos viejos y un montn de adolescentes tontos. Es aburrido, aburrido, aburrido.

    Miri, hay habilidades bsicas

    Reed Weber ya se ha ocupado de muchas de ellas. Y yo puedo ensear a Robert cmo vestir. Le toc el brazo. No te preocupes, Robert. Una vez que aprendas a vestir, podrs aprender lo que quieras. Ahora mismo ests atrapado; es como ver el mundo por un agujerito, lo que puedan ver tus ojos desnudos y lo que puedas obtener de lo que ves. Seal el pliego que llevaba en el bolsillo de la camisa. Con algo de prctica deberas poder ver y or tan bien como cualquiera.

    Alice neg con la cabeza.

    Miri, hay mucha gente que no usa lentillas ni vestibles.

    S, pero no son mi abuelo. Y alz retadora la barbilla. Robert, deberas vestir. Pareces un tonto caminando por ah con esa pgina en la mano.

    Alice pareca dispuesta a poner ms objeciones, pero al final se apoy en el respaldo observando a Miri con una mirada que Robert fue incapaz de interpretar.

    La nia no pareci notarlo. Inclin la cabeza y se toc un ojo.

    Ya sabes lo que son las lentillas, no? Quieres ver una? Apart la mano del ojo. En la yema del dedo medio tena un diminuto disco del tamao y la forma de las lentes de contacto que l conoca. No esperaba nada ms, pero se inclin y mir ms de cerca un momento. No era completamente transparente. En su

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    superficie se agitaban chispas de colores.

    La uso con seguridad mxima. No veras los destellos, si no. La diminuta lente se nubl y luego se puso blanca. Vaya. Se ha apagado. Pero pillas la idea? Se la volvi a meter en el ojo y le sonri. Pareca que tuviera una enorme catarata.

    Deberas ponerte una nueva, cario dijo Alice.

    Oh, no dijo Miri. En cuanto se caliente me durar el resto del da. De hecho, la catarata iba desapareciendo y volva a verse el iris marrn oscuro de Miri. Qu te parece, Robert?

    Es un sustituto bastante desagradable para lo que puedo hacer simplemente leyendo la pgina.

    Eso es todo?

    Hum, no. Es decir, ahora mismo podemos darte una camisa de Bob y una caja de lentillas. Lo complicado es aprender a usarlas.

    La coronel Alice dijo:

    Sin cierto control es como la televisin de antao pero mucho ms molesto. No te gustara que te quitasen el control, Robert. Qu te parece esto? Te conseguir prendas de entrenamiento y esa caja de lentillas que te deca Miri. Mientras tanto, considera la idea de asistir a Fairmont, vale?

    Miri se inclin y le sonri a su madre.

    Estoy segura de que dentro de una semana estar vistiendo. No le harn falta esas clases para perdedores.

    La verdad era que haba tenido ofertas de trabajo. Su regreso se haba difundido por la red y le haban escrito de doce facultades. Cinco queran simplemente que fuese a dar una charla, tres le ofrecan trabajo como artista residente durante un semestre, y el resto no eran de primera categora. No era precisamente la acogida que Robert haba esperado para uno de los gigantes literarios del siglo (citando a un crtico).

    Temen que siga siendo un vegetal.

    As que Robert congel las ofertas y sigui trabajando en su obra. Demostrara a los incrdulos que segua teniendo la cabeza de siempre y de paso les pasara la mano por la cara, hasta lograr el reconocimiento que mereca.

    Pero el progreso era lento en el frente de la poesa. El progreso era lento en muchos frentes. Ya tena una cara de aspecto juvenil. Reed deca que un xito tan

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    completo era una rareza, que Robert era perfecto para el proceso Venn-Kurasawa. Maravilloso. Pero segua teniendo una coordinacin espstica y continuamente le dolan las articulaciones. Lo ms ignominioso era que todava tena que ir a mear varias veces por la noche. Seguro que eran las Parcas recordndole que segua siendo un viejo.

    El da anterior haba sido su ltima visita a Weber. El tipo tena una mente servil, que se ajustaba perfectamente a la ayuda servil que ofreca. Supongo que le echar de menos. Sobre todo porque ahora tena otra hora diaria sin nada que hacer.

    Y el progreso era sobre todo muy lento en el frente de la poesa.

    Para Robert, los sueos nunca haban sido una gran fuente de inspiracin (aunque en varias entrevistas muy difundidas haba afirmado lo contrario). Pero los intentos de crear estando totalmente despierto eran el ltimo recurso de las mentes pedestres. Para Robert Gu, la verdadera creatividad a menudo llegaba tras una buena noche de sueo, justo al despertar. Ese momento era una fuente tan segura de inspiracin que, cuando le costaba escribir, a menudo segua el camino pedestre por la tarde y luego, a la maana siguiente, todava adormilado, repasaba lo hecho. En ese momento, con la frescura inestable de la conciencia recuperada, las respuestas eran obvias. En sus aos en Stanford haba preguntado por ese fenmeno a filsofos, religiosos y cientficos. Le haban dado un centenar de explicaciones, que iban desde la psicologa freudiana hasta la mecnica cuntica. La explicacin no importaba; a l le iba bien dormir el problema.

    Despus de aos de demencia, todava posea ese don matutino. Pero su control del proceso era tan errtico como siempre. Algunas maanas estaba lleno de ideas para Secretos del regresado y su revisin de Secretos del moribundo. Pero ninguna de sus tormentas de ideas era potica. Tena las ideas. Incluso las estrofas, conceptualmente. Pero no encontraba las palabras y las frases para convertir las ideas en belleza. Quizs estuviese bien as. De momento. Despus de todo, hacer que las palabras cantasen constitua el mximo y ms puro talento. No tena lgica que sa fuese la ltima habilidad que recuperara?

    Mientras tanto, malgastaba muchas maanas perdido en disquisiciones. Su subconsciente se haba vuelto un traidor fascinado por el funcionamiento de las cosas, por la tecnologa y las matemticas. A lo largo del da, cuando navegaba por el papel visor, se desviaba continuamente a temas que no tenan relacin con su preocupacin artstica. Haba pasado toda una tarde con una introduccin para nios a la geometra finita, por amor de Dios y la gran idea con la que haba despertado a la maana siguiente haba sido una de las demostraciones ms difciles.

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    El da de Robert era de un aburrimiento casi insoportable, una bsqueda interminable de la palabra perfecta mientras intentaba ignorar el atractivo del papel visor. Las tardes las pasaba evitando los ataques de Miri y sus intentos de meterle cuerpos extraos en los ojos.

    Finalmente, la idea matutina acudi al rescate. Mientras iba despertando, pensando desapasionadamente en su fracaso, vio los enebros verdes al otro lado de la ventana, el patio pintado de colores pastel. Haba un mundo exterior. Haba un milln de puntos de vista diferentes. Qu haba hecho en el pasado enfrentado a un obstculo? Te tomas un descanso. Hacer algo diferente; lo que fuese. Volver al instituto le sacara de aquella situacin, mantendra a raya a Miri. Ciertamente le expondra a puntos de vista diferentes, aunque ms limitados.

    Alice estara encantada.

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    UNA EXCELENTE AFILIACIN

    A Juan Orozco le encantaba ir por la escuela con los gemelos Radner. Fred y Jerry eran una Mala Influencia, pero eran los mejores jugadores que Juan conoca.

    Hoy tenemos un timo especial, Juan dijo Fred.

    S dijo Jerry, sonriendo como haca cuando planeaban algo divertido o vergonzoso.

    Los tres siguieron el sendero habitual, por el canal de control de flujo. El paso de cemento, seco y de un blanco seo, serpenteaba por el can tras las viviendas de Mesitas. Las colinas estaban cubiertas de escarchada y gayuba; ms adelante haba un encinar. Qu se poda esperar de North County, San Diego, a principios de octubre?

    Al menos en el mundo real.

    El can no era zona muerta. En absoluto. La agencia de control de agua del condado lo mantena, y la capa pblica era tan buena como en las calles de la ciudad. Mientras caminaban, Juan se encogi de hombros y se estremeci. Era seal suficiente para su prenda Epifana. La imagen superpuesta cambi a mundo Conocimiento peligroso de Hacek: la gayuba se transform en tentculos escamosos. Las casas en el borde del can eran grandes, con muchas vigas y estandartes al viento. Delante haba un castillo, el hogar del gran duque Hwa Feen en realidad, el chico de la localidad que ms contribua a mantener aquel crculo. Juan visti a los gemelos con las armaduras de cuero de los Caballeros Guardianes.

    Eh, Jer, mira emiti Juan, y esper a que los gemelos entrasen en su visin consensuada. Llevaba una semana practicando para colocar esas visuales justo en su sitio.

    Fred alz la vista, aceptando la imagen conjurada por Juan.

    Eso ya est pasado, Juanito. Mir el castillo de la colina. Adems, Howie Fein es un imbcil.

    Ah. Juan liber su visin en una cascada desordenada. El mundo real regres, primero el paisaje, luego el cielo luego las criaturas y la ropa. Pero la semana pasada te gustaba. Juan recordaba que Fred y Jerry haban estado

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    haciendo lo posible por echar al gran duque.

    Los gemelos se miraron. Juan saba que se pasaban mensajes en silencio.

    Te hemos dicho que hoy sera diferente. Tenemos algo especial.

    Ya casi estaban a medio camino del encinar. Al otro lado veran la neblina ocenica; en los das despejados, usando Visin Despejada, se vea hasta el mismsimo ocano. Al sur haba ms viviendas y la zona verde del instituto Fairmont. Al norte se encontraba el lugar ms interesante del vecindario de Juan Orozco: el parque de atracciones Pyramid Hill dominaba el pequeo valle que lo rodeaba. La parte superior era ms una colina puntiaguda que una pirmide, pero a los responsables del parque les pareca que pirmide tena ms encanto. Mucho tiempo antes haba sido un huerto de aguacates. Los rboles verde oscuro cubran las laderas. Se vea as si se usaba la vista del logotipo del parque. A simple vista segua habiendo muchos rboles, pero tambin haba prados y mansiones y una torre de lanzamiento. Entre otras muc