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“AÑO DE LA INTEGRACIÓN NACIONAL Y RECONOCIMIENTO DE NUESTRA DIVERSIDAD”
UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA
FACULTAD DE ECONOMÍA
“Efectos del Crecimiento y Volatilidad del Gasto Público sobre el Nivel de Actividad Económica, Perú: 1970-2011”
Econ. Humberto Correa Canova MSc.
PATROCINADOR
Econ. Juan Daniel Morocho Ruíz
CO-PATROCINADOR
Jhon Carlos Calle Aponte
EJECUTOR
Piura, Agosto de 2012
12
CAPÍTULO I: MARCO TEÓRICO
Es un hecho que desde finales del siglo XVIII con la publicación de la obra de Adam Smith
La Riqueza de las Naciones, los economistas han querido responder a la pregunta
fundamental acerca de ¿cuáles son los factores que determinan que la tasa de
crecimiento de un país crezca en el largo plazo? Los modelos de crecimiento de la
década de 1960 asignaron un papel significativo a la inversión privada en capital físico,
por tanto el crecimiento de largo plazo en estos modelos se debía al cambio tecnológico el
cual era, por supuesto, exógeno.
En las décadas de 1980 y 1990, se elaboraron modelos que generaban crecimiento de
manera endógena por medio de las decisiones de los individuos en la economía (véanse,
entre otros, Romer, 1986; Lucas, 1988). Sin embargo, a la par de lo anterior, se ha
abordado la influencia del gasto público sobre las decisiones de consumo e inversión de
los agentes en modelos que permiten la posibilidad de un crecimiento persistente por
medio de su influencia sobre el crecimiento de la productividad de las empresas y en el
bienestar de los individuos.
Tomando en cuenta lo anterior, tenemos que dentro del marco de la literatura
macroeconómica tradicional existe un consenso acerca del hecho de que la política fiscal
influye de manera decisiva sobre la determinación de la realidad económica puesto que
afecta directamente a la utilización de los recursos agregados y al nivel de demanda
agregada de una economía, también influye sobre la balanza de pagos, el nivel de la
deuda, las tasas de interés, la inflación y el crecimiento económico1.
A pesar del consenso señalado, existe también una histórica controversia sobre los
efectos que genera el gasto público, como herramienta de política fiscal, sobre la actividad
económica: por un lado se encuentra la vertiente de ascendencia keynesiana, la cual,
basada en modelos de demanda agregada, coloca al gasto público como una herramienta
de política económica efectiva para mitigar las fluctuaciones de la actividad económica, y
por el otro lado, se encuentra la vertiente ortodoxa que concibe al gasto público como
1 Hernández Motta, José: “LA COMPOSICIÓN DEL GASTO PÚBLICO Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO”. Noviembre 2009, Núm. 55, vol. XXIV
2
generador de efectos crowding out sobre la actividad privada2. Sin embargo, inspirados en
los modelos de crecimiento endógeno, particularmente desde la publicación del trabajo de
Aschauer (1989) donde se muestra que el gasto público en infraestructura tiene una alta
correlación con el crecimiento de la productividad, y por tanto con la explicación del
crecimiento económico de los últimos años, distintos autores como Fernando Soto (2006)
y Esteban Posada (2000) han seguido analizando tanto teórica como empíricamente el
impacto de la política fiscal sobre el crecimiento económico.
En dichos trabajos (Soto, 2006 y Posada, 2000) predomina el esquema teórico neoclásico
con base en la optimización individual y el vaciamiento de mercados, pero no reconocen
la influencia del gasto gubernamental sobre las decisiones de ahorro-consumo de los
individuos que pueden generar un crecimiento persistente, de ello se deducen
implicaciones de política pública en un marco de equilibrio general dinámico el cual influye
sobre la tasa de crecimiento de largo plazo y tiene impactos sobre el bienestar de los
individuos.
I.1. LA TEORÍA DEL CRECIMIENTO, CONCEPTOS BÁSICOS
La teoría del crecimiento analiza la expansión del producto y la productividad de las
economías en el largo plazo, con especial atención en las causas y los determinantes del
crecimiento, como también en sus principales limitantes. Desde los orígenes de la ciencia
económica, el crecimiento económico ha sido un tema de gran interés en la economía, no
sólo por curiosidad científica, sino sobre todo por sus implicancias en el bienestar de las
sociedades. William Easterly, economista estudioso de los procesos de crecimiento y
desarrollo de los países subdesarrollados, señala en la introducción de su libro The
elusive quest for growth: «Nosotros los expertos no nos interesamos en elevar el Producto
Bruto Interno (PBI) por sí mismo. Nos importa porque mejora a la mayoría de pobres y
reduce la proporción de personas que son pobres. Nos importa porque personas con más
dinero pueden comer más y comprar más medicinas para sus hijos» (Easterly 2001: 3).
La teoría del crecimiento trata del comportamiento del producto potencial o del producto
de largo plazo. Cuando hablamos de crecimiento económico, estamos hablando del
incremento del producto potencial. Por esta razón, es necesario distinguir el crecimiento 2 Casares Gil, Enrique: “GASTO PÚBLICO Y CRECIMIENTO EN UNA PEQUEÑA ECONOMÍA ABIERTA CON BIENES NO-COMERCIALES”. Julio 2005, Núm. 45, vol. XX
3
económico de las fluctuaciones económicas. La evolución del PBI puede separase en dos
partes: la tendencia o producto potencial y las fluctuaciones alrededor de la tendencia. El
producto potencial es el producto tendencial o de largo plazo de una economía, por eso
se dice también que es el “monto promedio” de bienes y servicios producidos en la
economía durante un largo período3. El nivel del producto puede exceder al nivel del
producto potencial durante cortos períodos; también puede ser menor durante otros cortos
períodos.
El análisis del crecimiento de un país se centra en la evolución de su PBI y sobre todo en
la tasa a la que crece durante un período determinado. No obstante, el PBI es una
variable muy agregada que presenta algunos inconvenientes cuando se pretende analizar
el nivel de desarrollo y bienestar de un país. Por ejemplo, los habitantes de dos países
con el mismo nivel de PBI no necesariamente gozan del mismo grado de bienestar, si uno
de los países tiene una mayor población.
El PBI per cápita, o por habitante, permite tener una mejor aproximación al nivel de
bienestar. Lamentablemente también presenta algunas limitaciones, principalmente
vinculadas a la distribución del ingreso. Por lo tanto, debe tenerse en cuenta que el PBI
per cápita es solo un indicador promedio. Si la sociedad está caracterizada por una
concentración excesiva de la riqueza, entonces el promedio no resulta ser una buena
aproximación al bienestar de la mayoría de habitantes. Sin embargo, la literatura ha
señalado que el PBI per cápita puede ser una buena aproximación al bienestar de la
población de un país, pues se halla altamente correlacionado con otras medidas de
calidad de vida, como la esperanza de vida, la tasa de mortalidad, entre otras (Jones
2002:5).
I.2. CONCEPTUALIZACIÓN DEL GASTO PÚBLICO
Uno de los conceptos iniciales a tratar es sobre el significado de gobierno. Al respecto,
podemos definir al gobierno por el carácter de las funciones que cumple: básicamente
prestar servicios fuera del mercado para consumo colectivo y transferir ingreso por medio
3 Félix Jiménez: “CRECIMIENTO ECONÓMICO: ENFOQUES Y MODELOS, CAPÍTULO 1 – INTRODUCCIÓN: LA TEORÍA DEL CRECIMIENTO, CONCEPTOS BÁSICOS Y BREVE HISTORIA”. Documento de Economía № 228, P. 11. Agosto 2010.
4
del gasto público. En este sentido, podemos decir que existen dos criterios de
clasificación del gasto4:
Según su impacto económico, y
Según el propósito del gasto.
Así, los análisis tradicionales sobre los efectos de los gastos del gobierno sobre el resto
de la economía se concentran en la clasificación económica más que en su clasificación
funcional5. Por lo tanto, el gasto público representa el costo de las actividades del sector
público que comprenden la producción y el suministro de bienes y servicios y las
transferencias de ingresos. El sector público proporciona dos tipos de bienes y servicios:
los que pueden ser consumidos o usados directamente por la población en forma
individual o colectiva (como el transporte público y los parques nacionales), y los que
mejoran la productividad de los factores de producción (puertos industriales). Los gastos
de infraestructura, como las carreteras, son una combinación de ambos. Otros gastos
públicos son transferencias a los hogares y empresas (subsidios principalmente).
Ahora bien, dado que el gasto en bienes y servicios incluye los costos administrativos e
indirectos de funcionamiento del gobierno, este tipo de gastos puede afectar la prestación
eficiente, razón por la cual la productividad en el sector público puede ser medida
mediante los programas de empleo público donde la remuneración de los empleados
públicos es la principal influencia sobre la eficiencia del gasto público. Sin embargo, ello
puede afectar la prestación eficiente de los servicios públicos.
En cambio, la inversión pública o gasto de capital debe complementar y respaldar las
actividades determinadas por el mercado, en lugar de competir con ellas6. Es decir, el
sector público puede estar en cualquier actividad considerada estratégica, siempre y
cuando la inversión pública se dirija hacia aquellos sectores poblacionales que más lo
necesitan y para mejorar la eficiencia de esa inversión.
4 Hernández Mota José: “LA COMPOSICIÓN DEL GASTO PÚBLICO Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO”. Noviembre 2009, Núm. 55, vol. XXIV. 5 Doménech, Rafael: “Política Fiscal y Crecimiento Económico”. Universidad de Valencia Octubre, 2004.
6 Hernández De Cos, Pablo: “EL PAPEL DE LA POLÍTICA FISCAL EN LA CRISIS ECONÓMICA”. Instituto de Estudios Fiscales 2010, Banco de España.
5
La aceptación tradicional del gobierno en la economía radica en su capacidad para
realizar actividades de producción porque los mercados no logran satisfacer determinadas
necesidades, además de que con la provisión de dichos bienes no se permite a los
productores obtener ganancias. Dicha participación en la economía puede cuantificarse
mediante la relación gasto público-PBI. Cabe señalar que en algunos países en desarrollo
el hecho de que dicha relación sea relativamente baja puede obedecer a la escasa
capacidad de financiamiento del sector público y a la distorsión de los precios, no al hecho
de que se cumplan escasas funciones.
En este sentido, resalta la importancia de la distinción entre el gasto público productivo y
el gasto público improductivo7. Para hacerla tenemos que considerar las categorías de
nivel, eficiencia y combinación del gasto público. El nivel se refiere al monto del gasto
público, mientras que la eficiencia está relacionada con que el suministro de bienes y
servicios alcance los objetivos determinados, minimizando tanto los costos financieros y
administrativos como las externalidades negativas que puedan provocar el gasto público y
su financiamiento al sector privado. Por su parte, la combinación o composición del gasto
público se refiere a la combinación adecuada de productos del sector público. En
consecuencia, el problema del nivel es una cuestión macroeconómica y las otras dos
restantes son estructurales8.
En este sentido, el gasto público afecta tanto a la oferta como a la demanda agregada.
Así, el gasto público será productivo si incrementa la rentabilidad de la inversión en
general, promoviendo la inversión privada y el crecimiento económico sin que el sector
público compita con el sector privado por recursos desplazando al gasto privado,
incluyendo las inversiones. Por consiguiente, el gasto público improductivo será aquel que
actúe en sentido contrario a lo estipulado9.
7 Hernández Mota José: “LA COMPOSICIÓN DEL GASTO PÚBLICO Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO”. Noviembre 2009, Núm. 55, vol. XXIV.
8 Ceconi, Tulio: “LA FUNDAMENTACIÓN DE UNA POLITICA DE GASTO PÚBLICO EN BASE A LA TEORÍADEL CRECIMIENTO ECONÓMICO”. Instituto de Investigaciones Económicas, Escuela de Economía, 1998. Universidad Nacional de Rosario.
9 Hernández Mota José: “LA COMPOSICIÓN DEL GASTO PÚBLICO Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO”. Noviembre 2009, Núm. 55, vol. XXIV
6
I.3. TEORÍA DEL CRECIMIENTO ENDÓGENO
La teoría del crecimiento endógeno enfatiza que el crecimiento de la economía depende
de la tasa de progreso tecnológico. Sin embargo, a diferencia de los modelos de
crecimiento neoclásicos, la tasa de progreso técnico no es exógena, sino que está
determinada al interior de los modelos.
I.3.1. La nueva teoría de crecimiento
Según esta teoría, la endogeneidad significa crecimiento económico desde dentro de un
sistema, que usualmente es el estado nación (We, 1995).
La nueva teoría de crecimiento (EGT por su nombre en inglés) está principalmente
representada por el trabajo de Paul Romer (1986, 1990), Robert Lucas (1988), Robert
Barro (1990) y Sergio Rebelo (1991). Sin embargo, estos desarrollos tienen como
antecedente el seminal trabajo de Arrow (1962) y el trabajo de Frankel (1962).
Entre las principales herramientas teóricas utilizadas por los modelos de crecimiento
endógeno, se encuentran las funciones de producción con rendimientos constantes o
crecientes a factores de producción acumulables, la introducción de factores de educación
y capacitación en el trabajo, bajo la forma de capital humano, y el desarrollo de nuevas
tecnologías para el mercado mundial10. Con estos cambios introducidos al modelo
neoclásico tradicional, se halló que el crecimiento del producto puede ser indefinido, pues
los retornos a la inversión del capital, en sentido amplio (es decir, que incluye el capital
humano) no necesariamente se reduce a medida que la economía se desarrolla. En este
proceso, la difusión del conocimiento y las externalidades producidas por el avance
tecnológico son cruciales, pues compensan la tendencia de los rendimientos marginales
decrecientes ante la acumulación del capital11.
Además, para esta teoría, el crecimiento económico no es totalmente independiente de la
política económica, pues ésta tiene efectos permanentes sobre el crecimiento de largo 10 MANKIW, Gregory, David ROMER y David WEIL, 1992 «A CONTRIBUTION TO THE EMPIRICS OF ECONOMIC GROWTH». The Quarterly Journal of Economics, vol. 107, n.º 2, pp. 407-437.
11 ROMER, Paul, 1989 «CAPITAL ACCUMULATION IN THE THEORY OF LONG RUN GROWTH». RCER Working Papers n.º 123.
7
plazo12. Esta es una clara diferencia con respecto a los modelos neoclásicos, en los
cuales el crecimiento de largo plazo es totalmente independiente de los cambios de
política económica, pues sus efectos en el producto per cápita son temporales. Por último,
la teoría de crecimiento endógeno es útil para los países subdesarrollados, porque ofrece
una alternativa de desarrollo sin dependencia del comercio, a diferencia de otras teorías
para las cuales el comercio es el motor del crecimiento13.
I.3.2. El modelo de Barro con gasto público e impuestos
En su trabajo Government spending in a simple model of endogenous growth de 1990,
Robert Barro presentó un modelo de crecimiento endógeno que incorpora el gasto del
sector público e impuestos con una función de producción que exhibía retornos
constantes a escala. Este modelo, permite analizar el tamaño óptimo del Gobierno y la
relación entre éste, el crecimiento y la tasa de ahorro14.
Acerca de la introducción del Gobierno en la función de producción, Barro señala:
«Considero inicialmente el rol de los servicios públicos como un insumo a la producción
privada. Es este rol productivo el que crea el vínculo potencialmente positivo entre la
intervención del Gobierno y el crecimiento» (1990: 7). Asimismo, el modelo asume que la
función de producción presenta retornos constantes a escala, pero productividad marginal
decreciente en el factor capital mientras el gasto público se mantenga constante.
El modelo de Barro (1990) predice que existe un efecto negativo sobre la tasa de
crecimiento del capital en países donde el tamaño del gobierno excede ciertos límites
óptimos y ocurriría de igual forma en el caso de una ausencia total de gobierno. Por un
lado, una tasa impositiva muy elevada implica una menor cantidad de ingreso disponible
destinado al ahorro, por lo que se reduce la tasa de crecimiento. Por otro lado, elevadas
12 JONES, Charles, 2001 «Population and Ideas: A Theory of Endogenous Growth». Working Papers 97018, Stanford University, Department of Economics.
13 Félix Jiménez: “CRECIMIENTO ECONÓMICO: ENFOQUES Y MODELOS, CAPÍTULO 5: TEORÍA DEL CRECIMIENTO ENDÓGENO”. Documento de Economía № 305, P. 10. Noviembre 2010.
14 BARRO, Robert, 1990: «Government spending in a simple model of endogenous growth». Journal of Political Economy, vol. 98, № 5.
8
tasas impositivas aumentan la producción al hacer mayor la productividad marginal del
capital y de este modo se incrementa la tasa de crecimiento de la economía (Barro, 1990).
Dentro de la teoría de crecimiento endógeno, se agrupan distintos modelos que implican
distintos resultados y espacios para la acción del Estado15:
A. Modelos de Crecimiento Endógeno de Primera Generación
B. Modelos de Crecimiento Endógeno de Segunda Generación
Dentro de los modelos de primera generación, el modelo de Arrow (1962), el cual enfatiza
la importancia del aprendizaje en la práctica, no obtiene resultados muy distintos a los
hallados en los modelos de crecimiento neoclásicos con progreso técnico exógeno.
Aunque los modelos de Arrow-Levhari-Sheshinski hacen endógeno el progreso técnico y
explican el crecimiento económico en el contexto de retornos crecientes consistentes con
un equilibrio competitivo, la solución de estado estacionario se mantiene, siendo el
crecimiento de la economía igual a tasa de crecimiento de la fuerza laboral
autónomamente determinada. Mientras que el modelo de Arrow señala niveles
subóptimos de inversión, el determinante último de crecimiento económico permanece no
susceptible de acción de política. (Shaw 1992: 614).
En cuanto a los modelos de crecimiento endógeno de segunda generación, el modelo de
Romer (1986), que incorpora, además de los retornos a escala crecientes en la
producción del bien final, los retornos decrecientes en la producción de conocimiento,
encuentra que el cambio técnico endógeno se explica en términos de la adquisición de
conocimiento como resultado de la maximización racional de beneficios por parte de los
agentes de la economía. De este modo, estas decisiones pueden ser alteradas a través
de una adecuada política fiscal e impositiva que otorgue los incentivos necesarios para
promover la acumulación de conocimiento (Shaw 1992: 615).
Por otra parte, los modelos que incluyen la inversión en Investigación y Desarrollo (R&D),
como los modelos de Lucas (1988) y Romer (1990), explican el cambio tecnológico
enfatizando la importancia de las ideas y la acumulación del capital humano. En el modelo 15 Félix Jiménez: “CRECIMIENTO ECONÓMICO: ENFOQUES Y MODELOS, CAPÍTULO 5: TEORÍA DEL CRECIMIENTO ENDÓGENO”. Documento de Economía № 305, P. 16. Noviembre 2010.
9
de Romer (1990), por ejemplo, los beneficios del progreso técnico, es decir, de la
generación de nuevas ideas, son parcialmente excluibles a través de la aplicación de
derechos de propiedad intelectual.
Todos estos modelos concluyen que la investigación producida por el sector de
investigación será sub óptima debido a que una parte de los beneficios están libremente
disponibles para todos. Esto sugiere un posible rol para el gobierno subsidiando la
investigación. La dificultad aquí se encuentra en la identificación adecuada de los sectores
relevantes de I&D. Una opción de segundo mejor estaría en subsidiar la adquisición
general de capital humano. (Shaw 1992: 617).
Por lo tanto, los factores que influencian la tasa de cambio técnico son la inversión en
capital humano y la inversión en investigación y desarrollo que genere innovaciones
tecnológicas. De este modo, la tasa de progreso técnico puede ser influenciada por la
política económica, si esta se orienta hacia la promoción de la investigación y desarrollo
(Howitt 2004: 3). Así, la teoría del crecimiento endógeno otorga un papel importante a las
políticas económicas en la determinación de la tasa de crecimiento a largo plazo, a través
de su influencia en la acumulación de capital físico y humano y la innovación tecnológica.
Entre estas políticas resaltan la creación de un marco político que promueva la innovación
y la adaptación de tecnología (Corbo 1996: 159), el fortalecimiento de las instituciones,
especialmente los derechos de propiedad intelectual, que incentiven la innovación y la
promoción de las inversiones en capital físico, humano y en tecnología.
I.4. EL GASTO PÚBLICO Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
10
Podemos identificar los siguientes canales a través de los cuales el gasto público influye
sobre la economía y discutir hipótesis alternativas sobre sus efectos16:
A. Provee bienes y servicios que modifican la productividad de los factores que
componen la función de producción de las empresas privadas (educación, salud,
infraestructura, etc).
B. Afecta la eficiencia en la utilización de recursos por parte del sector privado. Por
ejemplo, en la medida en que garantiza el derecho de propiedad y el cumplimiento
de los contratos, y provee bienes públicos esenciales, afecta positivamente la
eficiencia.
C. Cuando el gasto público no puede financiarse con impuestos aumenta el
endeudamiento del gobierno, y esto afecta la tasa de interés y a través de ello la
inversión y la tasa de crecimiento.
D. Si la formación del capital público y del privado es complementaria, los proyectos
gubernamentales pueden estimular a los empresarios a aumentar la inversión y
con ello el crecimiento.
E. Como la eficiencia del Gobierno es menor que la del sector privado, cuanto mayor
es la cantidad de tareas que ejerce directamente el gobierno, más se afectará la
actividad productiva, ya que generará mayor gasto público17.
Los trabajos de David L.Lindauer (1992) y D. Velenchik (1992), cuyo objeto es medir los
efectos del gasto público sobre la economía, pueden dividirse en dos grupos: el primero
relaciona el crecimiento económico con el nivel del gasto público, el segundo examina la
relación entre el crecimiento del gasto público y el crecimiento económico.
La comparación de los resultados de ambos grupos de estudios muestra una regularidad
básica: en los estudios que usan nivel del gasto público como variable independiente, la
16 David L.Lindauer, And D. Velenchik: "Goverment Spending in Developing Countries -Trends, Causes, and Consequences". The World Bank Research Observer, vol 7, № 1 (January 1992).
17 Ceconi, Tulio: “LA FUNDAMENTACIÓN DE UNA POLITICA DE GASTO PÚBLICO EN BASE A LA TEORÍA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO”. Instituto de Investigaciones Económicas, Escuela de Economía, 1998. Universidad Nacional de Rosario.
11
correlación entre el tamaño del gasto y el crecimiento es, por lo general, negativa. Los
estudios que usan la tasa de crecimiento del gasto muestran, por lo general, correlación
positiva.
Los condicionamientos o calificaciones que merecen los estudios empíricos de la relación
entre el gasto público y el crecimiento económico, sugieren que todos los resultados
deben ser cuidadosamente interpretados. La relación causal entre el gasto público y el
crecimiento no es obvia. A pesar que muchos estudios se basan en la hipótesis que el
tamaño del gobierno influye sobre el crecimiento, la hipótesis inversa también es factible.
I.5. LA COMPOSICIÓN DEL GASTO PÚBLICO Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
La conclusión del trabajo de Lindauer-Velenchik (1992), es que los estudios que se
ocupan de la relación entre el gasto público y el crecimiento ignoran el tema principal que
es en qué gasta el dinero el gobierno, y sugieren disminuir el interés en el tamaño del
gasto y centrarlo en el destino del gasto18.
En el año 1993, Devarajan, Swaroop y Zou19 decían que era muy poco lo que se conocía
acerca de cómo la composición del gasto público afecta el crecimiento de un país pero
que este tema estaba tomando importancia creciente al menos por tres razones:
a) Después de una década de ajustes algunos países en desarrollo enfrentan
decisiones difíciles cuando deben seguir restringiendo los gastos públicos. ¿Qué
clase de gastos deben reducirse: salud, educación, infraestructura? Antes de
tomar una decisión el gobierno debería conocer la contribución marginal al
crecimiento económico de los diferentes componentes del gasto.
b) El Banco Mundial evalúa periódicamente, entre otras cosas, la mezcla de gasto
público de los países clientes. Un análisis sistemático de cómo las diferentes
18 David L.Lindauer, Ann D. Velenchik: "Goverment Spending in Developing Countries -Trends, Causes, and Consequences". The World Bank Research Observer, vol 7, n° 1 (Enero 1992)
19 Shantayanan Devarajan, Vinaya Swaroop and Heng-fu Zou: “What Do Governments Buy? The Composition of Public Spending and Economic Performance”. Working Papers WPS 1082. The World Bank, Febrero 1993.
12
combinaciones o "canastas" de gastos afectan el crecimiento serían un apoyo
necesario para esta tarea.
c) La revisión de la experiencia de los países que han hecho ajustes estructurales ha
mostrado que estos países han adoptado una combinación diferente del gasto
público, que los países que no han hecho estos ajustes. La pregunta es ¿cuáles
serán las consecuencias futuras de estas diferencias de comportamiento del
sector público?
Si tomamos en consideración los aportes a la teoría del crecimiento económico
producidos en los últimos años, han demostrado la vinculación entre las infraestructuras
físicas, humanas e institucionales y la tasa de crecimiento de una economía, y que la
mayor parte de los bienes y servicios que conforman dichas infraestructuras son provistos
por el estado, sea directamente o cedida su construcción y/o explotación al sector privado,
tenemos explicado el vínculo entre la forma en que el estado asigna el gasto público y el
nivel y la tasa de crecimiento de una economía20.
I.6. TEORÍAS DEL GASTO PÚBLICO
I.6.1. Revisión Histórica
A fin de minimizar el rol del gobierno, Adam Smith y otros dieron importancia a la doctrina
de la mano invisible, es decir, la puesta en práctica de un sistema de libertad natural,
como el mejor medio para conseguir las riquezas de las naciones. Bajo tal sistema, los
individuos podrían buscar su propio interés particular, pero, independientemente de sus
intenciones, un orden providencial tendería a transformar el afán por el interés privado en
un instrumento al servicio del interés de la sociedad. Por tanto, esta mano invisible
conduce al individuo a promover el interés público, aun cuando el fin buscado por dicho
individuo no fuera realmente éste, sino sólo su propia ganancia personal21.
20 Ceconi, Tulio: “LA FUNDAMENTACIÓN DE UNA POLITICA DE GASTO PÚBLICO EN BASE A LA TEORÍA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO”. Instituto de Investigaciones Económicas, Escuela de Economía, 1998. Universidad Nacional de Rosario. 21 Contreras, Hugo (1995): “INGRESO Y GASTO PÚBLICO EN LOS PAISES EN VÍAS DE DESARROLLO: VENEZUELA, UN CASO DE ESTUDIO”. Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales. Universidad de Los Andes.
13
Por consiguiente, el punto básico en la doctrina clásica era limitar las actividades del
gobierno al mínimo esencial de las tradicionales funciones de protección, justicia, orden y
diplomacia, reservándose el resto de las actividades a la acción privada. Por ejemplo,
antes del año 1914 en los principales países de Europa y América, los gastos
gubernamentales escasamente representan el 10 por ciento del ingreso nacional.
A partir del año 1914, la expansión de las actividades del gobierno es evidente; en
muchos países, el gasto público llegó a representar hasta un 30 por ciento, o más, del
ingreso nacional22. La idea de que la limitada intervención gubernamental en la economía
de libre mercado permitiría un crecimiento interrumpido, parece haber sido abandonada
en décadas reciente. En su lugar, la acción gubernamental ha sido orientada en las
últimas cuatro décadas a alcanzar objetivos cada vez más amplios de política económica
y social, con el propósito de suavizar las fluctuaciones cíclica, mantener altos niveles de
ocupación y bienestar, promover el crecimiento del ingreso y lograr una distribución más
equitativa del mismo entre los diferentes grupos sociales que participan en el proceso
productivo.
I.6.2. Teorías Sobre la Función del Gasto Público
A) Las Finanzas públicas en la economía clásica.
La primera discusión sistemática sobre el problema del gasto público en Gran Bretaña,
fue realizada por Adam Smith en su famosa obra La Riqueza de las Naciones, publicada
en 1776, el volumen II, Libro V, tiene un memorable capítulo denominado “Los gastos del
soberano o del Commonwealth” (del Estado, como se afirma en la actualidad).
De acuerdo a Smith, los deberes del soberano se agrupan en cuatro categorías
fundamentales23:
22 Contreras, Hugo (1995): “INGRESO Y GASTO PÚBLICO EN LOS PAISES EN VÍAS DE DESARROLLO: VENEZUELA, UN CASO DE ESTUDIO”. Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales. Universidad de Los Andes. 23Adam Smith (1776): “La Riqueza de las Naciones”, Volumen II, Libro V.
14
a) El primer deber del Estado es proteger la sociedad contra la violencia y la injusticia
de otras sociedades independientes, esto es, la función de defensa nacional.
b) El deber de asegurar la justicia interna entre los ciudadanos. Esto refleja la
obligación de establecer una administración de justicia que provea ley y orden
dentro de la sociedad de forma que la economía del mercado pueda funcionar.
c) El deber de establecer y mantener aquellas instituciones y obras públicas que, a
pesar de resultar en alto grado ventajosas para una gran sociedad, no sean
remuneradora para los individuos.
d) Finalmente, el deber de conocer los gastos necesarios para el soporte o
mantenimiento del Estado, el cual varía dependiendo de su estructura política.
Quizás la más importante de las cuatro funciones gubernamentales descritas por Smith,
es la relacionada a las obras públicas. En términos actuales, este deber puede ser
descrito como el gasto para fines económicos y sociales. Smith observó que ciertas obras
de capital social, tales como carreteras, puentes, canales, puertos, etc., no serían
asignadas sin la afluencia del gobierno, porque ellas no podrían ser suministradas por la
empresa privada sobre una base rentable. Igualmente, John Stuart Mill (1926), en sus
principios de economía política, sostuvo que en las condiciones particulares de un país o
una época dada:
“Existe apenas algo realmente importante al interés general, lo cual puede ser deseable, o
aún necesario, que el gobierno deba hacerse cargo de ello, no porque los individuos no
pueden realizarlo eficazmente, sino por que ellos no lo harán”.24
Stuart creyó que, en ciertos tiempos y lugares, se requería al sector público para ofrecer
carreteras, obras de riego, hospitales, escuelas y otras obras públicas.
Más tarde, John Maynard Keynes reiteró los puntos de vista de Smith y Stuart acerca de
la importancia en la asignación de obras públicas por parte del gobierno. Keynes
comentó:
24 Stuar Mill, Jhon: “Principles of Polítical Economy”, Longmans, London, 1926, p. 978.
15
“… el gobierno no está para hacer las cosas que los individuos ya están haciendo, ni para
hacerlas un poco mejor o peor, sino para hacer aquellas cosas que aún no están hechas
del todo”.25
El objetivo económico para la asignación de recursos del sector público fue
complementado por el desarrollo teórico del análisis marginal surgido durante los años
1870 y 1880. William Stanley Jevons (Inglaterra), Leo Walras (Francia) y Eugenio Bohm-
Bawerk (Austria) fueron los principales responsables en aplicar el análisis de la utilidad
marginal al sector privado, así como la reconciliación en ambos lados del mecanismo de
mercado.
Posteriormente, el análisis marginal fue incorporado, dentro de la teoría de finanzas
públicas, por A.C. Pigou en su libro Un estudio en las finanzas públicas [1949]. El análisis
de Pigou toma la forma de la teoría de utilidad marginal de asignación óptima. Pigou
implícitamente reconoce la necesidad de un sector público. Él comentó:
“En cada sociedad existe alguna forma de organización del gobierno, la cual puede o no
representar colectivamente a los miembros de la sociedad, pero ciertamente tiene
autoridad coactiva sobre ellos individualmente. Como una regla, la organización del
gobierno está separada en un gobierno central con grandes poderes y un cierto número
de autoridades del gobierno local con poderes limitados. La autoridad, sea central o local,
está dotada de funciones y deberes... Estos deberes implican un gasto y, por
consiguiente, requiere también el aumento del ingreso”.26
B) El modelo de los bienes públicos
25 Keynes, John M., “The End of Laissez-Fairel” , in Laissez-Faire and communism, New Republic, Inc. , New York, 1926, p. 67.
26 Pigou, A.C. A Study in Public Finance, Macmillan, London, 1949, p.1.
16
El dilema planteado por Samuelson27 en su trabajo clásico sobre los bienes públicos ha
dominado la literatura de la elección pública a lo largo de su existencia: ¿cómo hacer que
los individuos revelen sus preferencias, de intensidades o fuerzas cambiantes, por un bien
que es necesario consumir en igual cantidad, de forma que se satisfagan las condiciones
de eficiencia establecidas por este autor?28 El método o línea de acción es:
“El tratamiento de los gastos como resultado de un mercado implícito o explícito para los
servicios públicos, es decir, que la demanda y las condiciones de costo para los bienes
ofrecidos públicamente determinan los gasto”.29
El mismo autor afirma que:
“La principal virtud de la estructura de los bienes públicos es precisamente la indicación
de que la relación gobierno/PBI es una variable analítica de primer orden.
Por otra parte, existe un conjunto de explicaciones las cuales discuten cuestiones
relacionadas a las falla o fracasos del mercado y al poder que poseen ciertos grupos en
cuanto a usos potenciales de los recursos y poderes públicos para mejorar el status de
grupos económicos. Es bien sabido que el Estado es un recurso potencial o una amenaza
a cada industria en la sociedad. Con su poder para prohibir o imponer, tomar o conceder
dinero, el Estado ayuda o perjudica a un gran número de industrias.
En síntesis, el modelo de los bienes públicos define el tipo de funciones que
probablemente serán soportadas o sustentadas por los gastos públicos, mientras que la
teoría económica del poder político predice los bienes públicos específicos que
probablemente serán ofrecidos y, por consiguiente, cuáles grupos tenderán a beneficiarse
del gasto público.
C) Teorías del crecimiento del gasto público
27 Samuelson, Paul A. “The Pure Theory of Public Expediture”, Review of Economics and Statistics, Vol. 36, November 1954, pp. 386-389.
28 Ricardo C. Sainz, “Nuevos procedimientos para reveler las preferencias por los bienes públicos: Una síntesis”, Revista de Economía Política, Nro. 91 Mayo-Agosto, 1982, pp. 7-89.
29 Peltzman, Sam, “The Growth of Government”, Journal of Law and Economics, May 1980. p. 216.10. ibíd, p 219.
17
La conducta del gobierno juega un carácter cada vez más importante en estimular o
desalentar la actividad económica. Un indicador significativo de esta incursión es el
crecimiento del gasto público30. El objetivo de esta sección es señalar algunas hipótesis
tentativas acerca de la literatura sobre este tópico.
El teórico alemán Adolfo Wagner, propuso una ley empírica acerca de la expansión de la
actividad del Estado. En esta teoría se afirma que a medida que una nación se desarrolla,
el gobierno tiende a crecer tanto absoluta como relativamente. El proponía que un:
“Conjunto de fuerzas sociales, económicas y políticas podrían combinarse para generar
un crecimiento secular del sector público, impulsando en primer lugar la actividad
presupuestaria más fuertemente que el crecimiento de la producción total”.31
Una teoría que trata de explicar el crecimiento del gobierno, en términos de factores que
han estado temporalmente incrementándose, es la teoría formulada por Thomas
Borcherding (1977)32. Esta teoría explica el crecimiento del gobierno en términos del poder
de los burócratas como electores: el gobierno emplea el voto para mayor proyección de
poder o para obtener mayor poder.
Finalmente, James O`Connor ha desarrollado un claro análisis en términos de la dinámica
social, que proporciona algunos de los más importantes elementos acerca del crecimiento
del gasto público. Según O`Connor, el Capitalismo, para expandirse, tiene que cumplir las
dos principales funciones de acumulación de capital y legitimar el orden social que haga
posible esta acumulación. La expansión del gasto público y la intervención del Estado se
desarrollan en dos formas estrechamente recíprocas. El gasto para capital social provee
un estímulo a la acumulación privada y los gastos sociales sirven o ayudan al propósito de
legitimación.
30 Contreras, Hugo (1995): “INGRESO Y GASTO PÚBLICO EN LOS PAISES EN VÍAS DE DESARROLLO: VENEZUELA, UN CASO DE ESTUDIO”. Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales. Universidad de Los Andes.
31 Musgrave, Richard A; “El Futuro de la Política Fiscal”, Instituto de Estudios Económicos, Madrid, 1980, p. 103.
32 Borcherding, Thomas G; ed, “The Sources of Goverment Growth”, DuKe University Press, Dhurham, N.C; 1977, p. 216.
18
Como O`CONNOR muestra, los requerimientos de estos gastos provienen de varias
tendencias articuladas en la evolución del estado capitalista, tales como:
1) El impacto a largo plazo de las indivisibles inversiones físicas sociales significa
que el capital privado busca el control de todo el equipo, determinando los factores
económicos y la vida social. El Estado tiene entonces que invertir para coordinar y
socializar todos los requerimientos de la clase capitalista que son necesariamente
colectivos. Este es un proceso contradictorio ya que expresará al mismo tiempo la
tendencia del Estado a apropiarse de algunas fracciones del capital y su requerida
intervención en interés de la empresa privada.
2) Algunas inversiones en consumo y capital social son absolutamente necesarias
para el capital, pero escasamente rentables en el corto plazo. Por tanto, el Estado
asume el gasto inicial y transfiere la función al sector privado, una vez que es
rentable, por ejemplo, investigación básica y desarrollo. Otros servicios requeridos
que no serían rentables son también asumidos por el Estado.
Como puede observarse, la mayoría de las explicaciones acerca del tamaño del gobierno
se ocupa de la demanda para los servicios gubernamentales. Sin embargo, algunos
autores afirman que las explicaciones también pueden darse desde el punto de vista de la
oferta. Esto es, el crecimiento del gobierno ha ocurrido debido al cambio tecnológico que
ha conducido a una reducción en el costo de recolección de los ingresos tributarios y, por
lo tanto, en la oferta de los servicios suministrados por el gobierno.
Benjamín Ward dice que:
“… en el más largo plazo, el sector público tiende a ser mayor cuando su capacidad para
gravar impuse- tos se incrementa, la cual es el impedimento clave sobre el crecimiento del
gobierno… y que en la mayoría de las épocas y lugares, el proceso de recolección de
impuestos está lejos de ser más centralizado que el proceso del gasto”.33
La principal hipótesis en conflicto que surgen de la literatura sobre el crecimiento de los
gastos del gobierno es:
33 Waed, Benjamin, “Taxes and the size of Government”, Americam Economic Review, may, 1982, p. 396.
19
a) Existe un incremento sistemático y regular en el gasto público determinado por fuerzas
económicas que son más o menos universales a las economías de mercado. Estas
universalidades incluyen el aumento en las externalidades sociales y en los bienes
públicos la cual está asociada con el desarrollo industrial y las crecientes economías de
escala, la conjunción de intereses de grupos cohesivos que acompaña al desarrollo
industrial, la tendencia de las instituciones burocráticas hacia su propia expansión una vez
establecidas, y el retardo sistemático en la productividad del sector público en relación a
la de un país (tomado como un índice de desarrollo económico) y la proporción de su PBI
representado por los gastos del gobierno. También predice que todas las economías de
mercado deben, más o menos, determinar este mismo modelo en el curso del desarrollo
económico.
I.7. REVISIÓN DE LA LITERATURA
La manera en que un gobierno elige distribuir sus gastos es una importante política
pública poco analizada por la literatura económica, sobre todo por aquella que aborda los
efectos de la política fiscal, y más en específico del gasto público en salud, educación o
infraestructura que genere crecimiento de la productividad e incida sobre el crecimiento
económico.
Tradicionalmente la literatura macroeconómica ha tratado al gasto público como un shock
de demanda. En los modelos convencionales de esquemas IS-LM, el efecto del cambio
del gasto público se representa por movimientos en la curva IS que afectan los niveles de
demanda y por medio de ésta al ingreso, pero nunca se especifica la naturaleza del gasto
público. En contraste, el desarrollo de los modelos del agente representativo ha permitido
asumir al gasto público como un bien compuesto, mismo que interactúa con el bien de
consumo privado en la función de utilidad del agente o actúa como apoyo a la capacidad
productiva de la economía por medio de su incorporación en la función producción. En
este último caso, los gastos son en construcción de carreteras, aeropuertos, puertos
industriales, o gastos en educación, salud, capacitación y gastos similares; pueden
clasificarse como gastos de inversión pública en infraestructura o gastos públicos
productivos.
20
En este sentido, cobra crucial importancia el estudio de Aschauer (1989), el cual, sin lugar
a dudas, como es reconocido en toda la literatura desarrollada al respecto, mostró
resultados que señalaban que la elasticidad del producto con respecto al capital público
en los EUA entre 1945-1985 fue 0.39 y que el declive del crecimiento de la productividad
desde 1970 es atribuible a la disminución del crecimiento del capital público durante el
mismo periodo de tiempo. Con este resultado se mostró la relación entre la productividad
y el stock de acumulación de capital y el flujo del gasto público en bienes y servicios.
En cuanto a la discusión del papel gubernamental, pues de la concepción tradicional de
que los gastos públicos provocan alzas de la tasa de interés real y efectos crowding out
con respecto a la inversión privada, se pueden concebir también efectos positivos como el
incremento de la riqueza y el estímulo a la demanda de consumo de los agentes mediante
la mejora de la productividad de la economía. Es decir, se presenta un análisis diferente
sobre el impacto de las decisiones fiscales sobre el sector privado, sobre todo en el marco
de que las políticas financieras del gobierno son neutrales (lump sum), por lo tanto son
irrelevantes para los resultados del sector privado. Asimismo, este nuevo tipo de análisis
permite enfatizar el hecho de que las decisiones del sector público pueden ser tomadas
recurriendo tanto a variables reales, por ejemplo las tasas impositivas que cambian los
incentivos privados a consumir, invertir y producir, como a cambios en los patrones de
bienes y servicios ofrecidos a lo largo del tiempo.
El análisis llevado a cabo por Aschauer ha permitido la distinción entre cambios
transitorios y permanentes del gasto público en bienes y servicios para explicar los
movimientos en la tasa de interés, el producto y la balanza comercial. Por ejemplo, un
shock transitorio ocurre cuando el gasto público provoca un exceso de demanda que
presionando la tasa de interés al alza, pero puede generar un incremento de la producción
el cual puede resultar en un déficit comercial si el gasto público no responde
adecuadamente. Mientras un shock permanente puede reducir el producto. Otro de los
puntos principales que se rescatan del trabajo de Aschauer tiene que ver con lo referente
a la clasificación de los impactos del gasto público sobre la economía, es decir, con el
análisis de la composición de éste.
Específicamente, mientras la inversión pública puede conducir a un incremento de la tasa
de beneficios privada y, por tanto, al estímulo de la inversión privada, el consumo público
tiene una pequeña influencia sobre la producción. La causa: el impacto en la
21
productividad. Esto tiene que ver con las siguientes cuestiones: indicar el grado en el cual
el gasto público es productivo en el sentido de que pueda generar estímulos a la
producción por medio de sus efectos sobre la demanda; la posibilidad de que una
productividad marginal alta del gasto público pueda, al menos temporalmente, provocar
una expansión múltiple del producto aun cuando la economía esté utilizando todos sus
recursos; y considerar el papel de los gastos públicos en los movimientos de
productividad de largo plazo para poder explicar la declinación generalizada de la tasa de
crecimiento de la productividad durante las últimas décadas.
Tomando como base las implicaciones señaladas por Aschauer, a la par Barro (1990) y
Rebelo (1990) iniciaron la utilización del marco de optimización intertemporal de
vaciamiento de mercado en conjunto con los avances en la modelización del crecimiento
endógeno, para analizar los efectos reales del gasto de gobierno separándolos de los
efectos adicionales que pueda provocar el método de financiar dicho gasto. Barro enfatiza
la distinción entre bienes y servicios públicos que entran en la función de utilidad de los
agentes y aquellos que complementan la producción del sector privado. Sin embargo, su
análisis toma principalmente la segunda línea. En este sentido, el consumo de gobierno
tendrá efectos negativos sobre el crecimiento si no complementa la producción privada.
Esto tiene su explicación en el hecho de que en el modelo de Barro, al suponer un
balance equilibrado del gobierno, cualquier incremento en el gasto público tiene que ser
compensado por un alza de los impuestos reduciendo tanto los rendimientos como los
incentivos a invertir por parte de los agentes, efecto maximizado si el gasto público no se
destina a complementar la producción privada provocando, en cambio, un efecto crowding
out. Sin embargo, si el gasto público se destina a la provisión de bienes y servicios
complementarios a la producción privada y que ayuden a la reducción de sus costos,
entonces sí podría haber efectos positivos sobre el crecimiento, especialmente para
países en desarrollo. Es decir, en el modelo de Barro el gasto público es un insumo
productivo que se incluye en la función producción. Al proponer lo anterior, Barro supone
que todo el gasto público es productivo y cuando no se destina como un complemento a
la producción será improductivo. Sus resultados empíricos, similares a los de Aschauer,
muestran que hay una correlación negativa entre el crecimiento del producto y el consumo
público, también encuentra una correlación positiva entre la inversión pública y el
crecimiento del producto destacando que se trata de inversión en infraestructura la cual
22
apoya al sector privado o bien gasto en mejora de capacitación de la población que
permite el incremento del producto marginal del capital.
Dentro del marco neoclásico de la actividad macroeconómica el trabajo a destacar es el
de Baxter y King (1993), el cual analiza los efectos de la composición del gasto del
gobierno sobre el crecimiento y el bienestar. De su estudio se deriva que cambios
permanentes en las compras gubernamentales tienen importantes efectos sobre la
actividad macroeconómica cuando están financiadas por impuestos lump sum. Sin
embargo, los efectos son cambios temporales. Esto se debe a que la decisión de financiar
es cuantitativamente más importante que los cambios en las compras gubernamentales,
pues sólo la inversión pública tiene efectos sobre el producto y la inversión privada.
En cambio, Turnovsky y Fisher (1995) diferencian los gastos del gobierno que mejoran la
utilidad de los consumidores de aquellos que afectan directamente la operación de las
empresas. Sin embargo, se abstraen de la acumulación del capital humano, de la
incertidumbre de los agentes y de los tipos de impuestos usados para financiar los gastos
públicos. Esta distinción les permite concluir que cuando el gasto público se destina en
beneficio de los consumidores, prevalecen efectos riqueza pues la actividad
gubernamental afecta a los recursos disponibles del sector privado, además de generar
una sustitución intertemporal en el esfuerzo laboral, lo cual impacta directamente en la
actividad económica en sentido inverso.
Cuando los gastos públicos se destinan a la creación de infraestructura de manera tal que
se mejora la productividad marginal del capital, los impactos son positivos sobre la
actividad económica pues se incide directamente sobre la capacidad productiva de la
economía.
La relación teórica y empírica entre gasto público y crecimiento es compleja. Así, en la
literatura de la teoría del crecimiento endógeno se han desarrollado modelos en donde la
relación entre el gasto del gobierno y el crecimiento económico puede ser negativa o
positiva dependiendo del tipo de gasto público. En particular, Devarajan, Swaroop y Zou
(1996) incluyen como argumento en la función de producción a dos tipos de gasto público
para estudiar cómo la composición del gasto del gobierno puede afectar a la tasa de
crecimiento. Ellos definen a un tipo de gasto como productivo cuando un aumento en su
23
participación incrementa la tasa de crecimiento de la economía. Sin embargo, este gasto
productivo podría convertirse en improductivo si hay una cantidad excesiva de él,
conduciendo a la economía a una tasa menor de crecimiento.
CAPÍTULO II: HECHOS ESTILIZADOS
24
El presente capítulo tiene por objetivo presentar algunos Hechos Estilizados que
caracterizan el desenvolvimiento de la economía Peruana, durante el periodo 1970-2011;
como la evolución, crecimiento y volatilidad de las variables de estudio (PBI y Gasto
Público) y además se presenta el Ciclo Económico para el periodo que abarca la presente
investigación. Siendo importante este análisis, para la construcción del modelo propuesto
para la investigación.
II.1. DESENVOLVIMIENTO DE LA ECONOMÍA NACIONAL
El desempeño agregado de la economía peruana actual es bueno, tanto en términos de
comparación internacional, como en lo que respecta a nuestra historia económica
reciente34.
A fines de la década de 1950, el Perú era un país exportador de materias primas con una
estructura económica y social altamente segmentada. En 1959, se inició, tardíamente en
relación a otros países en la región, un proceso de industrialización por sustitución de
importaciones en plena crisis del modelo primario exportador. Así, el crecimiento pasó de
ser liderado por el sector externo a ser liderado por la expansión de la manufactura. Como
se observa el en gráfico № 2.1, entre 1950 y 1975, la economía creció a una tasa
promedio anual superior al 5%. Este periodo ha sido denominado Golden Age (Jiménez
2000: 13).
Entre los años 1976 y 1990 se produjo un periodo de crisis marcado por ciclos
económicos sumamente volátiles, desbalances externos, devaluación de la moneda e
hiperinflación. Esta crisis hizo evidente la inviabilidad de la continuación y reproducción
del modelo de industrialización por sustitución de importaciones (Jiménez 2000: 22). Los
gobiernos en este periodo mantuvieron el impulso al sector industrial como líder del
aparato productivo, pues este sector dependía absolutamente de la política fiscal.
Jiménez (2002) señala que durante esta etapa el papel que desempeñó el Estado fue de
“generador de demanda”. Esto tuvo consecuencias negativas sobre las cuentas externas
y fiscales. Las nuevas inversiones en la industria constituían importaciones de bienes de 34 MENDOZA, Waldo y GARCÍA Juan (2006): «PERÚ, 2001-2005: CRECIMIENTO ECONÓMICO Y POBREZA». Documento de Trabajo n. º 250. Pontificia Universidad Católica del Perú.
25
capital producidos en el exterior: por esta razón, no tenían efectos multiplicadores
inversión sobre el empleo y el ingreso. El estado compensaba dicha ausencia de
demanda con gastos deficitarios. La industrialización espuria acrecentó los desbalances
estructurales en la economía peruana. Las etapas de expansión de la industria eran
seguidas por la aplicación de “políticas de freno” para restablecer los equilibrios fiscal y
externo (Jiménez 2002: 426-427).
Ya con las reformas de los años noventa, la estructura productiva peruana volvió pues a
orientarse a la producción y exportación de bienes primarios. Si bien las condiciones de
financiamiento externo mejoraron, la estrategia de desarrollo neoliberal se basó en la
inversión extranjera y en la expansión de los sectores primarios tradicionales (Jiménez
2000: 163).
En términos históricos, el crecimiento registrado es uno de los más elevados de las
últimas décadas. En el segundo gobierno de Belaunde (1981-1985) el crecimiento
promedio fue de 0,3 por ciento, de -1,6 por ciento en el gobierno de García (1986-1990);
de 5,6 por ciento en el primer gobierno de Fujimori (1991-1995) y de 2,5 por ciento en su
segundo gobierno (1996-2000).
En términos sectoriales, el crecimiento actual es más generalizado y no está basado
solamente en sectores de exportación de materias primas. En nuestro caso, aunque
normalmente se mencione que el “estilo de crecimiento” peruano está basado en un
“modelo primario exportador”, el crecimiento de los últimos años es más bien diversificado
pues los sectores que más han aportado han sido además de la minería, los servicios, la
industria (sobre todo no primaria) y el comercio.
Por otro lado, Hausmann et al. (2007) sostiene que el mayor crecimiento experimentado
por la economía peruana desde 2002 constituye una recuperación del colapso en el
crecimiento sufrido a fines de la década de los ochenta, el cual estuvo acompañado de
una crisis de balanza de pagos, hiperinflación y crisis de la deuda. Para estos autores, en
la década de los noventa, las condiciones macroeconómicas y políticas mejoraron
significativamente. Sin embargo, a pesar de que el colapso económico de los ochenta fue
producto de un shock de términos de intercambio y que los precios relativos favorecen el
26
movimiento hacia nuevos sectores de exportación, en las décadas posteriores, no habido
una transformación estructural en la economía peruana.
Gráfico № 2.1
40,000
80,000
120,000
160,000
200,000
240,000
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
Perú: Evolución del PBI 1970-2011
Fuente: Elaboración en base a Estadísticas del BCRP.
Deza y Kapsoli (2007) caracterizan el crecimiento experimentado en el Perú durante el
periodo 2000-2007 como un “Crecimiento pro pobre”. Los autores encuentran evidencia
de que el crecimiento está ligado a la reducción de la pobreza sólo por el canal del
empleo y no por el canal de la redistribución. Es decir, la reducción de la pobreza en dicho
periodo no se explica por los componentes redistributivos, sino principalmente por el
incremento del empleo.
El diagnóstico de los autores es que las políticas sociales para combatir la pobreza no han
sido efectivas. Asimismo, los autores estiman que, en el año 2011, la tasa de pobreza
seguirá estando considerablemente por encima de la meta de 30% anunciada por el
gobierno para dicho año. De este modo, los autores enfatizan que sólo creciendo no se
27
llegará a la meta, son necesarias, además, las reformas en los programas de ayuda social
y en el mecanismo del gasto público (Deza y Kapsoli 2007: 12).
Por su parte, Mendoza y García (2006) encuentran que el crecimiento económico de los
últimos años ha estado acompañado por un crecimiento del empleo, y ambos
crecimientos presentan perspectivas de sostenibilidad en los años venideros. El mayor
crecimiento económico ha generado también el incremento de los ingresos familiares y la
recaudación del gobierno, constituyendo la principal fuente de reducción de los niveles de
pobreza ocurrida durante los últimos años. Las recomendaciones de los autores son
continuar en esta senda de crecimiento para acelerar la reducción de la pobreza.
II.2. CRECIMIENTO, PRODUCTIVIDAD Y VOLATILIDAD
En el periodo 1950-1981, el PBI per cápita creció a una tasa promedio anual de 2%, en
1981-1987, lo hizo a 0.1% promedio anual y entre los años 1987 y 2008 creció a 1%
promedio anual (Ver gráfico № 2.2).
Por otro lado, se observa que el nivel del PBI per cápita de la economía peruana durante
la estrategia de Industrialización vía Sustitución de Importaciones: ISI (1970-1990) tuvo
una tendencia cíclica y decreciente, mientras que durante el período de estrategia de
desarrollo neoliberal (1991-2004), se mostró una tendencia creciente a partir de 1992, tal
como se observa en el gráfico № 2.2.
28
Gráfico № 2.2
3,000
4,000
5,000
6,000
7,000
8,000
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
Perú: PBI per cápita 1970-2011(Soles de 1994)
Fuente: Elaboración en base a Estadísticas del BCRP e INEI.
El caso de nuestro es especial, su PBI per cápita crece sostenidamente desde 1950 hasta
mediados de la década del setenta (véase Gráfico 1.2), para luego mostrar considerables
fluctuaciones y disminuir notablemente entre fines de la década de los ochenta e inicios
de los noventa. En 1992, el PBI per cápita ascendía a S/. 3,684 de 1994, cercano a su
valor registrado en 1960 y recién en 2006 pudo sobrepasar el nivel que alcanzó en 1975,
gracias al crecimiento acelerado producido desde 2004. Entre 2004 y 2008, el producto
por habitante aumentó a una tasa de 6% promedio anual.
Desde 2002, la economía peruana ha registrado altas tasas de crecimiento de su
producto bruto interno. Al analizar la evolución histórica del producto bruto interno per
cápita peruano, se aprecia el crecimiento sostenido generado desde 1950 hasta mediados
de la década del setenta. Desde entonces, la economía peruana atravesó por un periodo
de fluctuaciones que concluye en una reducción notable del PBI per cápita a fines de la
29
década de los ochenta e inicios de los noventa. La crisis desatada por los desequilibrios
macroeconómicos, externos y por un shock externo de términos de intercambio, ocasionó
una reducción en el PBI per cápita considerable: el PBI por habitante de 1992 ascendía a
S/. 3,691 a precios de 1994, valor cercano al registrado en 196035.
A partir de mediados de la década de los noventa, el PBI per cápita empezó su
recuperación; sin embargo, la recuperación ha durado alrededor de una década, pues
recién en 2006 el PBI per cápita alcanzó niveles superiores a los registrados en 1975
(véase Gráfico 2.2).
En el período 1970-1990, se evidencian contracciones en el PBI per cápita como
consecuencia del colapso ecológico o la sobreexplotación de recursos hidrobiológicos
(1972), de las políticas de estabilización (1976), del fenómeno de El Niño (1983) y de las
políticas fiscales y monetarias expansivas (1988-2000). En el período 1991-1992 se
observa fuertes caídas en el nivel del PBI per cápita hasta 1992 como consecuencia de la
implementación de políticas de liberalización y, posteriormente, el PBI per cápita se
expande hasta el año 1996, a partir del cual la tendencia se revierte por efectos de la
crisis asiática y por el fenómeno de El Niño de 1983. A partir del año 2001, el PBI per
cápita siguió una tendencia creciente.
El nivel de PBI per cápita de la economía peruana que se obtuvo en el período 1970-
1990, en promedio anual, fue de 4.983 Nuevos Soles, mientras que en el período de
estrategia neoliberal este fue menor: 4.570 Nuevos Soles. Es preciso destacar que el
mayor nivel de ingreso per cápita se obtuvo en 1975, con 5.542,1 Nuevo Soles, que en
relación al ingreso per cápita obtenido en 2005 implica una brecha que tenderá a
reducirse a tasas de crecimiento sostenibles en los próximos años, en el período de
estrategia ISI se obtuvo una tasa promedio anual del PBI per cápita negativa de -0,91%,
mientras que en el período de estrategia de desarrollo neoliberal se logró una tasa de
2,56%36.
35 Félix Jiménez: “CRECIMIENTO ECONÓMICO: ENFOQUES Y MODELOS, CAPÍTULO 1 – INTRODUCCIÓN: LA TEORÍA DEL CRECIMIENTO, CONCEPTOS BÁSICOS Y BREVE HISTORIA”. Documento de Economía № 228, P. 11. Agosto 2010.36 Félix Jiménez: “CRECIMIENTO ECONÓMICO: ENFOQUES Y MODELOS, CAPÍTULO 5: TEORÍA DEL CRECIMIENTO ENDÓGENO”. Documento de Economía № 305, P. 10. Noviembre 2010.
30
Desde 2004, se ha acelerado el crecimiento de la economía. Entre 2004 y 2008, el
producto bruto interno ha crecido a una tasa promedio anual de 7.6%, mientras que el
producto por habitante aumentó a una tasa de 6.3% promedio anual (Véase gráfico №
2.2). Esta aceleración producida desde 2004 ha generado optimismo, pues se considera
que este periodo de bonanza es el inicio del despegue económico peruano hacia el
crecimiento sostenido, como ocurrió en los tigres asiáticos en 1960 y en China en 198037.
¿Cómo puede explicarse este comportamiento del PBI per cápita peruano?
Una de las variables que explica este comportamiento es la inversión, pues gracias a ella
no sólo se incrementa el stock de capital en la economía, si no también se incorporan
cambios tecnológicos y se eleva la productividad del trabajo. El ahorro también cumple un
rol importante en el crecimiento de un país, pues, para los enfoques no keynesianos, es
fuente principal de financiamiento de las inversiones. Por lo tanto, la política económica
debe promover la inversión privada y/o favorecer el ahorro privado y público38.
En 1992, Deza y Kapsoli (2007), el PBI per cápita ascendía a S/. 3,684 de 1994, cercano
a su valor registrado en 1960 y recién en 2006 pudo sobrepasar el nivel que alcanzó en
1975, gracias al crecimiento acelerado producido desde 2004. Entre 2004 y 2008, el
producto por habitante aumentó a una tasa de 6% promedio anual (Véase gráfico № 2.2).
Durante el período 1970-2009 se observa que a primera vista también el producto ha ido
de la mano con la evolución de los componentes del gasto público (Véase gráfico № 1.3).
Esto es cierto inclusive en aquellos países que han profundizado sus procesos de
descentralización económica y que como consecuencia han otorgado márgenes de acción
para la ejecución del gasto a sus gobiernos subnacionales (Finot 2001, 2005).
37 Contreras, Hugo (1995): “INGRESO Y GASTO PÚBLICO EN LOS PAISES EN VÍAS DE DESARROLLO: VENEZUELA, UN CASO DE ESTUDIO”. Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales. Universidad de Los Andes.
38 Dancourt, O., Mendoza, W. y L. Vilcapoma (1997) “FLUCTUACIONES ECONÓMICAS Y SHOCKS EXTERNOS. PERÚ, 1950-1996”. Revista ECONOMÏA, Vol. XX, N° 39-40. Lima: PUCP.
31
Gráfico № 1.3
0
100,000
200,000
300,000
400,000
500,000
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
PBI GC GK
Perú: Evolución del Gasto Público 1970-2011
Fuente: Elaboración en base a Estadísticas del BCRP.
Además, tal como se puede observar en el gráfico № 2.4, la evolución del gasto corriente
durante los últimos 20 años viene registrando la misma tendencia de la evolución del PBI.
32
Gráfico № 2.4
0
100,000
200,000
300,000
400,000
500,000
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
PBI GC
Perú: Evolución del PBI y del Gasto Corriente 1970-2011
Fuente: Elaboración en base a Estadísticas del BCRP.
Por otra parte, la evolución del gasto de capital presenta una menor volatilidad durante el
periodo de estudio, reflejando una menor fluctuación en los últimos 30 años.
33
Gráfico № 2.5
0
40,000
80,000
120,000
160,000
200,000
240,000
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
PBI GK
Perú: Evolución del PBI y del Gasto de Capital 1970-2011
Fuente: Elaboración en base a Estadísticas del BCRP.
Según Castillo-Montoro-Tuesta (2006), en Perú el gasto público es el único componente
del PBI que ha mostrado una reducción progresiva en su participación en el gasto
agregado, pasando de representar alrededor de 16% en el período 1979-1993 a menos
de 12% en el período 2001-2005, evolución que se explica por el efecto del programa de
privatizaciones a inicios de los 90 que permitió una progresiva reducción de la
participación del Estado en la actividad productiva.
Como se puede observar en el gráfico № 2.6, durante los 10 primeros años de estudio el
Gasto Corriente (GC), experimentó una gran expansión hasta llegar hasta el pico más alto
del periodo, llegando a 442 676 millones de soles y luego decrecer sustancialmente.
Gráfico № 2.6
34
0
100,000
200,000
300,000
400,000
500,000
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
GC GK
Perú: Evolución del Gasto Corriente y Gasto de Capital 1970-2011
Fuente: Elaboración en base a Estadísticas del BCRP.
Las tasas de crecimiento de la población se correlacionan negativamente con el nivel de
ingreso. La correlación negativa entre la tasa de crecimiento de la población y el ingreso,
se explica porque países más desarrollados han completado la transición desde altas
tasas de natalidad y mortalidad a otras más bajas. En países en desarrollo, tasas altas de
natalidad coexisten con bajos niveles de ingreso. En Perú, la tasa de crecimiento
poblacional ha experimentado un descenso desde 1980, el cual se ha acelerado en los
últimos años, pasando de una tasa superior a 2.5% en 1951 a 1.4% en 2008 (Véase
gráfico № 2.7).
Gráfico № 2.7
35
FUENTE: BCRP, INEI 2009.
A lo largo de nuestro período de análisis (1970-2009), el gasto del gobierno central, la
inversión pública y el producto bruto interno han mostrado diversos comportamientos
asociados a los diversos regímenes de gobierno que tuvo el país, según se aprecia en los
gráficos 2.8, 2.9 y 2.10, en donde se observa la evolución de estas variables en sus tasas
de crecimiento anual. Tanto los gastos corrientes como los gastos de capital se muestran
más o menos inalterable durante todo el período salvo durante los años de la gran crisis
inflacionaria y de financiamiento externo de finales de los 80, que se manifestara en
crecientes gastos corrientes, irracionales gastos de capital e incremento inusitado de los
intereses de la deuda externa.
Gráfico № 2.8
36
-500
0
500
1,000
1,500
2,000
2,500
3,000
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
Perú: Evolución del Gasto corriente 1970-2011 (Var. %)
Fuente: Elaboración en base a Estadísticos del BCRP.
En el Perú hasta los primeros años del 2000 el gasto fiscal funcionó como una variable
procíclica, prolongando tanto los auges como las recesiones, lo que puede tener altos
costos sobre la economía (aumento de volatilidad de expectativas, generando pérdida de
eficiencia en el mercado laboral, pérdida de credibilidad de las instituciones del Estado,
entre otras). Ello sin embargo, ha cambiado en años recientes, lo que se ha hecho
manifiesto en la reacción, aunque tardía, del Gobierno ante la crisis del 2008-2009.
Gráfico № 2.9
37
-500
0
500
1,000
1,500
2,000
2,500
3,000
3,500
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
Perú: Evolución del Gasto de Capital 1970-2011 (Var. %)
Fuente: Elaboración en base a Estadísticas del BCRP.
El producto bruto interno, tal como se observa en el Gráfico № 2.10, denota un
comportamiento bastante errante propio de la amplia serie de tiempo analizada y de las
diversas políticas económicas y regímenes de gobierno. Los picos más altos en el
crecimiento económico están concentrados en los años 1974, 1980, 1986, 1994, y 2008;
mientras que las recesiones están concentradas en los años 1978, 1983, y 1989.
En plena década perdida de los años 80 se observa un auge y recesión. Casi toda la
primera década del nuevo milenio ha estado acompañada de crecimiento económico,
salvo la caída generalizada del producto durante el 2009 como consecuencia de la crisis
financiera internacional, que castigó de manera importante a las exportaciones, nuestro
principal motor del desenvolvimiento económico.
Gráfico № 2.10
38
-15
-10
-5
0
5
10
15
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
Perú: Evolución del PBI 19970-2011 (Var. %)
Fuente: Elaboración en base a Estadísticas del BCRP.
En algunos casos, en los años 70, el crecimiento parece responder a una política de
sustitución de importaciones, luego en los años 80 a una eventual reducción en las
barreras arancelarias, en los años 90 a los primeros indicios de la tendencia a liberalizar
el sector externo, y durante los años del nuevo milenio a la creciente apertura comercial y
mejora en los precios de nuestras materias primas de exportación39. En líneas generales
siempre el sector externo haciéndola de motor del crecimiento económico.
La tabla № 2.1 muestra algunos indicadores de crecimiento económico para el Perú.
Durante todo el periodo la tasa de crecimiento del producto ha sido de 3.2 por ciento, la
cual considerando una tasa de crecimiento promedio de la población de 2 por ciento
constituye una tasa de crecimiento promedio del producto per cápita de 1.2 por ciento.
Cabe mencionar que la tasa de crecimiento del producto se encuentra inversamente
39 Ordinola, José (2010):“GASTO PÚBLICO Y CRECIMIENTO ECONÓMICO. PERÚ 1970- 2009”. Universidad nacional de Piura.
39
relacionada con su volatilidad, por lo que periodos de mayor estabilidad conllevan mayor
crecimiento económico. Así, durante 1970-1983 la tasa de crecimiento fue de 2% y su
volatilidad fue de 5 por ciento, mientras que en el último periodo la tasa de crecimiento
aumentó a 4,8 y su volatilidad disminuyó a 3,5 por ciento.
Tabla № 2.1: Perú, Indicadores de Crecimiento Económico
Periodo
1970-
1983
1984-
1997
1998-
2011 PROMEDIO
Tasa de Crecimiento del Producto 2.22 2.50 4.81 3.18
Tasa de Crecimiento de la Población 2.05 1.94 1.41 1.80
Tasa de Crecimiento del Producto per Cápita 0.17 1.94 3.35 1.36
Volatilidad de la Tasa del Crecimiento del
Producto 4.94 7.61 3.51 5.60
Fuente: Datos Estadísticos del BCRP.
La Tabla № 2.2 muestra las correlaciones de las variables de estudio, indicando que
durante el periodo de estudio, 1970-2011, existe una correlación positiva de 0.45 entre la
tasa de crecimiento del PBI y la tasa de crecimiento del gasto corriente (CGC), lo mismo
se puede observar con la tasa de crecimiento del gasto de capital (CGK), mientras que la
volatilidad del gasto corriente (VGC) y la Volatilidad del gasto de capital (VGK) presentan
correlaciones negativas con respecto a la tasa de crecimiento del PBI, de -0.47 y -0.46
respectivamente.
Tabla № 2.3: Matriz de Correlaciones
CPBI CGC VGC CGK VGK CPOB
40
CPBI 1.000000 0.455050 -0.474475 0.458197 -0.461789 -0.246619
CGC 0.455050 1.000000 0.392529 0.998677 0.386409 0.121971
VGC -0.474475 0.392529 1.000000 0.402095 0.975638 0.427758
CGK 0.458197 0.998677 0.402095 1.000000 0.404745 0.111985
VGK -0.461789 0.386409 0.975638 0.404745 1.000000 0.368614
CPOB -0.246619 0.121971 0.427758 0.111985 0.368614 1.000000
Fuente: Resultado Eview en base a Estadísticas del BCRP.
II.3. CICLO ECONÓMICO EN EL PERÚ
El ciclo económico en el Perú ha mostrado un comportamiento bastante diferenciado
entre 1970 y el 2011. Tal como se observa en el Gráfico № 2.11, éste era bastante volátil
durante los años 80, con una desviación estándar promedio de 7 por ciento, mientras que
durante los años 90 y 2000 ha mostrado un patrón más estable, reduciendo su volatilidad
de manera importante. Así, su desviación estándar se redujo a 2 por ciento, y 1,4 por
ciento, en los sub periodos 1993-2001 y 2001-2005.
Se identifican tres ciclos económicos completos en la economía peruana a lo largo del
período 1970-2011. El primero de ellos, que se inicia el año 1980 y termina a inicios del
año 1986, es el de menor duración, 6 años. El segundo, se inicia en el 1986 y finaliza en
el año 1994 siendo el más volátil.
Finalmente, el tercer ciclo, corresponde al periodo comprendido entre los años 1994 y
2003, es de mayor duración, aproximadamente 9 años, y es el menos volátil.
Gráfico № 2.11
41
-15,000
-10,000
-5,000
0
5,000
10,000
15,000
20,000
40,000
80,000
120,000
160,000
200,000
240,000
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
PBI Trend Cycle
Ciclo Económico1970-2011Hodrick-Prescott Filter (lambda=100)
Fuente: Elaboración en base a Estadísticas del BCRP.
Esta reducción en la volatilidad del ciclo económico en el Perú refleja tanto, una menor
volatilidad de las fuentes de fluctuaciones, fundamentalmente aquellas asociadas a
política fiscal y monetaria, y a cambios en la estructura de la economía, como una mayor
apertura comercial y en la cuenta de capitales, que han inducido una mayor capacidad de
los agentes en la economía para suavizar consumo. A diferencia de los años 80, periodo
en el cual, tanto la política monetaria como fiscal mostraron comportamientos bastante
erráticos, estas políticas se han caracterizado por se mucho más estables en los años 90
y 200040. Igualmente, como se mostró, la economía es más abierta y el nivel de
profundidad del sistema financiero, medido por sus volúmenes de intermediación, han
aumentado de manera significativa.
40 CASTILLO, P.; MONTORO, C. y TUESTA V. (2006). Hechos Estilizados de la Economía Peruana. Serie Documentos de Trabajo, Banco Central de Reserva del Perú. Lima-Perú.
42
El gráfico № 2.12 muestra los gastos corrientes y de capital (como porcentaje del PBI)
para los años pico de ciclo económico en el Perú. El Gobierno peruano gasta en el pago
de servicios de la deuda, remuneraciones a sus empleados públicos y en la compra de
bienes y servicios. Estos gastos superan notoriamente a los gastos de capital.
Gráfico № 2.12
FUENTE: BCRP
CAPÍTULO III: EVIDENCIA EMPÍRICA
43
El presente capítulo tiene como principal objetivo presentar la evidencia empírica nacional
e internacional en relación a los efectos del crecimiento y volatilidad del Gasto público
sobre el nivel de Actividad Económica. Como sabemos, es abundante la evidencia
empírica internacional en relación a la conexión entre gasto público y crecimiento
económico, mientras que la evidencia empírica para el caso de Perú es mínima.
II.1. EVIDENCIA EMPÍRICA INTERNACIONAL
La evidencia empírica internacional es bastante rica en esta materia. Podríamos empezar
este capítulo citando el estudio de Landau (1983) quien estudia 104 países en base a un
análisis de corte transversal, encontrando una relación negativa y significativa entre el
crecimiento de la tasa de crecimiento del PBI real per cápita y la ratio de consumo público
sobre el PBI, manteniendo constante la medida de la inversión en educación. Barth y
Bradley (1987) encuentran una relación inversa entre la tasa de crecimiento del PBI y el
porcentaje de los gastos públicos en consumo para 16 países de la OCDE durante el
período 1971-1983, destacando además que la participación de la inversión pública en el
PBI no tenía un efecto significativo en el crecimiento aunque el estimador era positivo.
Kormendi y Meguire (1985) en un estudio para 47 países durante el período posterior a la
segunda guerra mundial y utilizando datos sobre consumo público (gastos totales menos
inversiones públicas y transferencias, y teniendo en cuenta si los gastos de defensa y
educación), no encontraron una relación significativa entre las tasas medias de
crecimiento del PBI real y las tasas medias de crecimiento o niveles de participación de
los gastos públicos.
Grier y Tullock (1987) extendieron el análisis efectuado por Kormendi y Meguire a 115
países utilizando datos sobre el consumo público y otras variables obtenidas por
Summers y Heston (1991), encontrando una relación estadísticamente significativa y
negativa entre el crecimiento del PBI real y el crecimiento de la participación del gobierno
en el PBI.
44
La primera evidencia empírica formal sobre el tema está asociada al estudio de Aschauer
(1989) el mismo que ha marcado un hito importante en la literatura, al mostrar resultados
para USA entre los años 1945-1985 que señalaban que la elasticidad del producto con
respecto al capital público fue de 0.39 y que el declive del crecimiento de la productividad
desde 1970 era atribuible a la disminución del crecimiento del capital público durante el
mismo período de tiempo. Resultado que estableció una conexión entre la productividad y
el stock de acumulación de capital y el flujo del gasto público en bienes y servicios.
Constituye por tanto el punto de quiebre en cuanto a la discusión del papel gubernamental
pues de la concepción tradicional de que los gastos públicos provocan alzas de las tasas
de interés real y efectos crowing out con respecto a la inversión privada, se pueden
concebir también efectos positivos como el incremento de la riqueza y el estímulo a la
demanda de consumo de los agentes mediante la mejora de la productividad de la
economía.
Barro (1990) utilizando varios períodos de tiempo demuestra que en Estados Unidos el
gasto público es un insumo productivo que se incluye en la función de producción. Barro
asume que todo el gasto público es productivo y cuando no se destina como un
complemento a la producción será improductivo. Sus resultados empíricos similares a los
de Aschauer (1989), muestran que hay una correlación negativa entre el crecimiento del
producto y el consumo público, encontrando además una correlación positiva entre la
inversión pública y el crecimiento del producto destacando que se trata de inversión en
infraestructura la cual apoya al sector privado o bien gasto en mejora de capacitación a la
población que permite el incremento del producto marginal del capital.
Dentro del contexto de la macroeconomía neoclásica destaca el estudio de Baxter y King
(1993), quienes pensando en Canadá analizan los efectos de la composición del gasto del
gobierno sobre el crecimiento y el bienestar. A partir de sus resultados se deriva que
cambios permanentes en las compras gubernamentales poseen importantes efectos
sobre la actividad macroeconómica cuando están financiados por impuestos lum-sum. Sin
embargo, los efectos son cambios temporales debido a que la decisión de financiar es
cuantitativamente más importante que los cambios en las compras gubernamentales,
pues solo la inversión pública tiene efectos sobre el producto y la inversión privada.
Por su parte, Turnovsky y Fisher (1995) en un estudio comparativo para Inglaterra,
Francia y Holanda diferencian los gastos del gobierno que mejoran la utilidad de los
45
consumidores de aquellos que afectan directamente la operación de las empresas. Se
abstraen de la acumulación del capital humano, de la incertidumbre de los agentes y de
los tipos de impuestos usados para financiar los gastos públicos, distinción que les
permite concluir que cuando el gasto público se destina en beneficio de los consumidores,
prevalecen efectos riqueza pues la actividad gubernamental afecta a los recursos
disponibles del sector privado, además de generar una sustitución intertemporal en el
esfuerzo laboral, lo cual impacta directamente en la actividad económica en sentido
inverso.
Por otra parte Hemming, Kell y Mahfouz (2002) resumen los resultados de los principales
trabajos empíricos sobre la relación entre la política fiscal y el nivel de actividad
económica. En su muestra para países desarrollados, el multiplicador de corto plazo fue
positivo, oscilando entre 0.1 y 3.1 encontrándose que en general, los multiplicadores de
largo plazo son más pequeños que los de corto plazo. Sin embargo para el caso de
países en desarrollo Grupta, Clements, Baldacci y Mulas-Granado (2002) refieren que la
reducción promedio del déficit fiscal como porcentaje del PBI, contribuye positivamente a
elevar la tasa de crecimiento del PBI per cápita, y que en aquellos países con una
posición fiscal consolidada, la política fiscal expansiva puede afectar positivamente al
nivel de actividad económica, tal como se esgrime en la posición keynesiana.
Existen quienes buscan vincular el tema con aquel asociado a la política fiscal como
mecanismo para contrarrestar las crisis económicas. En esta línea de análisis Tosoni y
Carrillo (2006) consideran que existe un efecto positivo entre la política fiscal y las
desaceleraciones económicas de Estados Unidos, contribuyendo además al crecimiento
económico sostenido. Demuestran mediante análisis de regresión de series de tiempo y
funciones de impulso, que la política fiscal anticíclica aplicada por los gobiernos
estadounidenses para contrarrestar crisis en el período 1929-2001, tienen una relación
inversa con el déficit fiscal y la inflación, con efectos perdurables en el tiempo,
contradiciendo los resultados de la teoría económica tradicional liberal.
Para el caso de América Latina existen abundantes investigaciones que revelan la
naturaleza pro cíclica de la política fiscal, destacando Gavin y Perotti (1997), Kaminsky,
46
Reinhart y Végh (2004), Talvi y Végh (2005), Akitovi, Clements, Grupta y Inchauste
(2006), Jaimovich, Panizza (2006), Martner (2007) y CEPAL (2008). Sin embargo durante
los últimos años la respuesta de la política fiscal sobre la brecha del PBI ha sido débil. Las
políticas contra cíclicas en América Latina deben ir más allá de los estabilizadores
económicos, si de hecho surge un desplome de la demanda agregada, priorizando un
consistente aumento de la inversión pública, acompañada del apoyo internacional
(Bárcena et. al. 2009).
Posada y Escobar (2003) comparan la experiencia colombiana con la de 83 países con
poblaciones mayores a los 2 millones a 1980 en el período 1982- 1990. Tomando como
base el modelo de Barro (1990), y Barro y Xala-i-Marti (1995), este estudio supone que el
gasto público es productivo y puede contribuir de manera positiva a la tasa de crecimiento
de la economía, pero que si supera un cierto nivel su contribución podría tornarse
negativa. Según los autores cuando se juzgan los crecimientos del gasto público y del
producto para los 84 países de ingresos medios, se concluye que el gasto público
colombiano se torno excesivo durante la segunda mitad de los 90 y por tanto ello
contribuyó a la reducción de la tasa de crecimiento de la economía.
Igualmente para el caso colombiano Posada y Gómez (2002) tratan de indagar el impacto
que sobre el nivel de actividad tienen dos componentes del así llamado gasto productivo o
sea aquel realizado en formación de capital humano e infraestructura. Asumiendo que la
infraestructura es un bien público que da origen a una externalidad positiva en la
producción y que puede estar sujeto a congestión se deduce que alcanzado el estado
estable, el nivel de producto por unidad de trabajo eficiente depende positivamente de los
niveles óptimos de capital humano e infraestructura por unidad de trabajo eficiente. En
consecuencia la conservación del estado estable exige mantener la tasa de crecimiento
del gasto público en capital humano e infraestructura a un nivel igual al de la tasa conjunta
de crecimiento de la fuerza laboral y del cambio técnico elevador de su eficiencia.
Un conjunto de trabajos presentan evidencia a favor de la idea que la volatilidad del gasto
público afecta el crecimiento. En Afonso y Furceri (2008) se plantea que desde un punto
de vista teórico las restricciones sobre la volatilidad del gasto público pueden tener
efectos tanto positivos como negativos sobre el crecimiento. Los efectos de la volatilidad
47
serían positivos cuando la volatilidad fuera utilizada como una forma de suavizar los
shocks que recibe la economía, afectando positivamente la inversión privada y el
crecimiento de largo plazo. Por otro lado, los efectos podrían ser negativos si la propia
volatilidad generara mayores fluctuaciones del ciclo económico y la volatilidad
macroeconómica, lo cual se da en el caso de las medidas de política procíclica.
Un conjunto de trabajos han analizado la evidencia sobre los efectos de la volatilidad de la
política fiscal sobre el ciclo económico encontrando que una menor volatilidad fiscal hace
más lentos los ajustes de la economía a los shocks negativos (Roubini y Sachs (1989), Alt
y Lowry (1994), Poterba (1995), Levinson (1998) y Lane (2003)). Sin embargo, Afonso y
Furceri (2008) continúan señalando que otros trabajos que han directamente analizados
los efectos de las restricciones fiscales sobre la volatilidad de los ciclos económicos han
mostrado resultados que contradicen la afirmación anterior (Alesina y Bayoumi (1996) y
Canova y Pappa (2005))
Generando evidencia posterior a la crítica de Acemoglu, et. al. (2003) y Easterly (2004) en
torno a este debate, Fatás y Mihov (2003, 2006) sostienen que aunque la evidencia
señala que tanto los efectos positivos de la volatilidad como los negativos sobre el
crecimiento son significativos los negativos son los que predominan. Así en Fatás y Mihov
(2003) se plantea que la volatilidad del producto causada por cambios discrecionales en la
política fiscal disminuye el crecimiento económico en más de 0,8 puntos porcentuales por
cada punto de incremento de la volatilidad. Esta evidencia debe entenderse en el marco
de la discusión de la prociclicidad planteada más arriba, ya que la política fiscal en vez de
ir en la dirección contraria del ciclo económico para amortiguarlo tiende a tener un
comportamiento de agudizar el ciclo.
Los trabajos que más se acercan al propósito de estudiar los determinantes de la
volatilidad del gasto público son los de Bertin-Levecq (2000), Furceri y Poplawski (2008) y
Ferreira (2010). El primero de estos trabajos presenta evidencia cross section con datos
que resumen series de datos del período 1970-1995 (tomadas de Gavin y Perroti (1997),
sobre regresiones entre un conjunto de variables económicas y variables políticas
(tomadas de Alesina, et. al. (1996)), Este trabajo propone que la principal fuente de la
volatilidad de las partidas fiscales en América Latina ha sido su proceso institucional
presupuestario, en línea con la explicación de Gavin y Perroti para la prociclicidad en
48
América Latina.
Por su parte, Furceri y Poplawski (2008) plantean que la el tamaño de los países es una
variable que determina el nivel de volatilidad del gasto público total. Estos efectos del
tamaño de los países se entienden como que las economías pequeñas tienen que llevar
adelante ajustes fiscales más importantes para reducir las vulnerabilidades fiscales y
mejorar su perspectiva macroeconómica. Los autores presentan evidencia a favor de la
relación entra la volatilidad del gasto público (medido como el desvío estándar de la tasa
de crecimiento de la partida de gasto) y el tamaño de los países, controlando por un
conjunto de variables económicas y políticas y con diferentes técnicas de estimación de
panel y cross section.
Por último, Ferreira (2010) estudia la relación entre la calidad de las instituciones
presupuestales y la volatilidad del gasto público social en Europa en el período 1980-
2007. El autor plantea que las variables institucionales son significativas ya que gobiernos
sometidos a una mayor accountability tienen mayores trabas para realizar modificaciones
fuertes sobre sus políticas fiscales. La relación entre volatilidad (medida a partir de los
errores de una regresión sobre variables económicas a la Fatás y Mihov (2006)) y la
calidad de las instituciones políticas se hace sin utilizar variables de control (ya que las
mismas son utilizadas para la primer regresión) y es significativa aún frente a diferentes
técnicas de estimación.
El trabajo de Agnello y Sousa (2009) analiza los determinantes de la volatilidad del déficit
público para un conjunto de 125 países en el período 1980-2006. Para ello los autores
utilizan técnicas de datos panel con el desvío estándar del componente cíclico (medido a
través del filtro de Hodrik-Prescott) en períodos no solapados de tres años como variable
dependiente. Los determinantes de la volatilidad del resultado fiscal se buscan en un
conjunto de variables económicas y políticas. Otro trabajo que constituye un antecedente
directo de este trabajo es el de Wibbels (2005) el cual analiza la volatilidad del PBI de las
economías de América Latina como primera aproximación a la prociclicidad del gasto
público social en América Latina para el período 1970-2000.
III.2. EVIDENCIA EMPÍRICA PARA LA ECONOMÍA PERUANA
49
En relación a la evidencia empírica a nivel nacional, dos estudios aparecidos hace ya 20
años constituyen quizá el punto de partida. Trillo y Vega (1989) pretenden ofrecer una
respuesta parcial en relación al interrogante en qué medida en Perú la actividad del
gobierno se había traducido en un factor de estabilidad económica y de promoción del
crecimiento. Se detecta un negativo efecto multiplicador del gasto de gobierno, esto es el
gasto público contrario a generar una expansión de la demanda y por lo tanto del
producto, genera un efecto contrario. La explicación de los autores es que existe un alto
grado de crowindg-out indirecto o de tipo financiero, el financiamiento del creciente gasto
fiscal ha absorbido los escasos recursos financieros en la economía afectando
adversamente a la inversión privada.
Por su parte Cayo (1990) pretendió estudiar el efecto crowding out para descubrir si el
gasto público tenía o no un efecto multiplicador sobre la economía peruana. Tras
manipular un modelo en base a multiplicadores se concluye tentativamente que si el
déficit es financiado con dinero, el gasto es más expansivo en el corto plazo que el gasto
financiado mediante deuda interna. Si el gasto público incrementa el producto,
indirectamente debería favorecer la inversión privada (lo que en la literatura económica se
denomina el crowding in), efecto que se transmitiría a través de los canales producto
esperado y factor cíclico, dada la evidencia empírica internacional en relación a que la
inversión privada se comporta de manera pro cíclica (Cayo 1987, 1990).
Más recientemente Mendoza y Melgarejo (2008) demuestran que en el período 1980:1-
1990:1, caracterizado por la fragilidad de las finanzas públicas, el efecto de la política
fiscal es débil; mientras que en el periodo 1990:1 – 2006:4, periodo de fortalecimiento de
las finanzas públicas, la potencia de la política fiscal es mayor. En el primer periodo, un
incremento del 1% en el gasto público incrementaba el PBI entre 0.137 y 0.138%;
mientras que en el segundo, el PBI responde con un incremento entre el 0.220 y 0.228%.
Esto es, una política fiscal menos procíclica puede tener un mayor efecto sobre el
producto que una política fiscal más procíclica.
Los autores analizan el carácter procíclico de la política fiscal mediante correlaciones
dinámicas con el producto, no especificando supuesto alguno sobre la causalidad entre
50
las variables ni su magnitud. Estos resultados indicarían que en el contexto de una
disminución de la prociclicidad de la política fiscal, ésta puede ser usada con mayor
eficacia para estimular o contraer la producción ante escenarios adversos o favorables.
Un hallazgo importante de este estudio indica que luego de las reformas económicas la
correlación contemporánea entre el gasto público y el PBI disminuye hasta 0.72,
señalando que la política fiscal habría reducido su carácter pro cíclico durante este
periodo.
Por último, Jiménez (2010) trata de mostrar el carácter y los límites del proceso de
acumulación privada de capital en una economía con una industria de bienes de inversión
inexistente o escasamente desarrollada, pero con un sector manufacturero dominante. Se
pretende explicitar los efectos del descentramiento sobre la conducta de la inversión
privada y su relación con el gasto estatal y la política monetaria. Se examina el llamado
fenómeno del crowding out (desplazamiento) defendido por el análisis económico
ortodoxo. Se arguye que la inversión crea capacidad pero añade muy poco a la demanda
de bienes producidos en el país precisamente porque sus efectos multiplicadores son
exportados. Así, la demanda interna depende fundamentalmente del déficit público, el
cual crea demanda efectiva sin aumentar directamente la capacidad productiva industrial.
CAPÍTULO IV: ANÁLISIS DEL CRECIMIENTO Y VOLATILIDAD DEL GASTO PÚBLICO SOBRE EL NIVEL DE ACTIVIDAD ECONÓMICA
Para el desarrollo del presente capítulo interesa establecer el tipo de relaciones
funcionales que explicarían una posible conexión entre el crecimiento y volatilidad el gasto
público y el nivel de Actividad Económica en el país, durante el periodo 1970-2011.
51
Durante este periodo la economía peruana experimentó un comercio controlado hasta
tendencias hacia la apertura comercial, desde la industrialización sustitutiva vía
proteccionismo excesivo hasta la era de la gestación de los tratados de libre comercio con
nuestros principales socios comerciales, desde gobiernos en donde el Estado tenía gran
importancia hasta gobiernos en los que el Estado dio paso a un rol más protagónico de la
inversión privada, desde la fuga de capitales y la declaratoria de “inelegibilidad” hasta la
entrada masiva de capitales y el “grado de inversión”, desde la hiperinflación y los precios
inmanejables hasta la estabilidad de precios y la política de metas explícitas de inflación.
En suma la economía transitó desde el estancamiento y las reservas internacionales
netas negativas hasta el crecimiento económico y la solvencia de registrar reservas
internacionales netas por encima de los 48,000 millones de dólares para el año 201141.
Nuestra variable principal es el Nivel de Actividad Económica medido por el Producto
Bruto Interno (PBI), medida que cuando es “deflactada” por el tamaño de la población o
alternativamente por la población económicamente activa, define el Producto Bruto
Interno per cápita (PBIPC). Para nuestro escenario y periodo de estudio esta variable
(medida en soles del año 1994) ha evolucionado como lo muestra el Gráfico 4.1.
Gráfico № 4.1
41 Véase Resumen Informativo № 52, Banco Central de reserva del Perú (BCRP), Diciembre de 2011.
52
3,000
4,000
5,000
6,000
7,000
8,000
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
Perú: PBI per cápita 1970-2011(Soles de 1994)
Fuente: Elaboración en base a Estadísticas del BCRP e INEI.
4.1. Análisis de Correlaciones
El análisis de correlaciones nos permitirá establecer el vínculo histórico de las variables
en estudio. Primeras correlaciones de interés son aquellas que emergen de las principales
variables bajo estudio. La Tabla 4.1 indica que la más alta correlación la tiene el Gasto de
Capital (GK) con el Gasto Corriente (GC). Como se observa, sólo el GK y el GC, las
variables supuestamente explicativas del PBI, poseen niveles importantes de correlación
serial positiva por encima del 97%. Sin embargo cuando observamos la correlación de
todas las variables explicativas con el PBI (la variable que queremos explicar) lo que
resalta es la correlación serial negativa a niveles entre 7 al 10%. Una primera
aproximación en relación a la no existencia de asociación positiva entre crecimiento
económico y gasto público.
Tabla № 4.1: Matriz de Correlaciones-Principales Variables
53
GC GK PBI POB VGC VGK
GC 1.000000 0.980226 -0.077592 -0.281878 -0.193394 -0.150629
GK 0.980226 1.000000 -0.108897 -0.302376 -0.151965 -0.094390
PBI -0.077592 -0.108897 1.000000 0.862056 -0.347913 -0.296290
POB -0.281878 -0.302376 0.862056 1.000000 -0.258686 -0.200132
VGC -0.193394 -0.151965 -0.347913 -0.258686 1.000000 0.975965
VGK -0.150629 -0.094390 -0.296290 -0.200132 0.975965 1.000000
Fuente: Resultado Eview en base a Estadísticas del BCRP.
Cuando expresamos todas las variables en términos per cápita nuestra matriz de
correlaciones continua mostrando una correlación positiva entre las variables explicativas
GKPC y GCPC con respecto al PBIPC, niveles que fluctúan entre 8 y 11%
respectivamente, destacando el Gasto Corriente (GC) como la variable de mayor
correlación. Ello no debería extrañar pues como decíamos en nuestro capítulo II, se trata
de la medida más amplia del gasto público. Podría decirse que dado que el crecimiento
económico se mide a través de la evolución del PBI real per cápita más que a través de la
evolución del PBI real, el crecimiento económico empieza a denotar una pequeña
asociación positiva con el gasto público per cápita. Por otro lado, las volatilidades tanto
del Gasto de Capital como del Gasto Corriente presentan una correlación negativa con
respecto al PBI, 32 y 33% respectivamente, lo cual como se mencionó antes ayudaría a la
comprobación de hipótesis de nuestra investigación. La evolución temporal de las
variables tiende a homogenizarse durante los últimos 20 años, según nos muestran el
Gráfico 4.2
Tabla № 4.2: Matriz de Correlaciones-Principales Variables en términos per cápita
PBIPC GCPC GKPC VGCPC VGKPC
54
PBIPC 1.000000 0.113289 0.089300 -0.330608 -0.328529
GCPC 0.113289 1.000000 0.982514 -0.108130 -0.063591
GKPC 0.089300 0.982514 1.000000 -0.081798 -0.018417
VGCPC -0.330608 -0.108130 -0.081798 1.000000 0.977459
VGKPC -0.328529 -0.063591 -0.018417 0.977459 1.000000
Fuente: Resultado Eview en base a Estadísticas del BCRP.
Gráfico № 4.2
.000
.004
.008
.012
.016
.020
.024
.028
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
PBIPC GCPC GKPCVGCPC VGKPC
Evolución de las variables en Términos per Cápita, 1970-2011
Fuente: Elaboración en base a Estadísticas del BCRP e INEI.
La matriz de correlaciones se refuerza cuando expresamos las variables a nivel per cápita
en términos logarítmicos. Según nos muestra la Tabla 4.3, en principio las variables, como
el Gasto de Capital y Gasto Corriente, refuerzan su correlación serial positiva a niveles
por encima del 98%, mientras que la variable explicada registra niveles de correlación
positiva con todas las variables explicativas (Gasto de Capital y gasto Corriente) por
55
encima del 36%, mientras que las mismas variables expresadas por sus volatilidades
reforzaron su mayor correlación negativa con el PBI por encima del 19%. La posibilidad
de establecer cálculos de la elasticidad de respuesta del PBI per cápita frente a
alteraciones en las variables determinantes tiende a reforzar la posibilidad de una más
fuerte asociatividad entre crecimiento y gasto público.
Tabla № 4.3: Matriz de Correlaciones-Logaritmo de las Principales Variables en términos per cápita
LOGPBIPC LOGGKPC LOGGCPC LOGVGKPC LOGVGCPC
LOGPBIPC 1.000000 0.366078 0.386337 -0.196805 -0.351400
LOGGKPC 0.366078 1.000000 0.987132 -0.283717 -0.304793
LOGGCPC 0.386337 0.987132 1.000000 -0.329043 -0.375065
LOGVGKPC -0.196805 -0.283717 -0.329043 1.000000 0.811581
LOGVGCPC -0.351400 -0.304793 -0.375065 0.811581 1.000000
Fuente: Resultado Eview en base a Estadísticas del BCRP.
4.2. Análisis de Regresión
Los reportes que a continuación se observan registran los resultados individuales de las
diversas estimaciones de interés para el presente estudio.
Tabla № 4.4: Estimación ecuación (1)
56
Dependent Variable: PBI
Method: Least Squares
Date: 08/03/12 Time: 00:42
Sample: 1970 2011
Included observations: 42
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
C -48518.25 18637.68 -2.603234 0.0133
GK -0.159647 0.791748 -0.201638 0.8413
VGK -17613.75 43000.99 -0.409613 0.6845
GC 0.121624 0.208994 0.581949 0.5642
VGC 9300.086 44563.42 0.208693 0.8359
POB 0.007328 0.000772 9.496343 0.0000
R-squared 0.781926 Mean dependent var 111186.2
Adjusted R-squared 0.751638 S.D. dependent var 39416.58
S.E. of regression 19643.63 Akaike info criterion 22.74046
Sum squared resid 1.39E+10 Schwarz criterion 22.98870
Log likelihood -471.5496 Hannan-Quinn criter. 22.83145
F-statistic 25.81630 Durbin-Watson stat 0.254465
Prob(F-statistic) 0.000000
Fuente: Resultado Eview en base a Estadísticas del BCRP.
Únicamente el gasto corriente (GC) parece tener influencia directa sobre el crecimiento
económico, sin embargo, la volatilidad del gasto de Capital (VGK) presenta una relación
negativa sobre el crecimiento económico que iría de la mano en la comprobación de las
hipótesis de la investigación. El gasto de capital estaría actuando en la dirección contraria
a lo teóricamente esperado por una política fiscal expansiva.
Cuando regresionamos nuestra serie en términos per cápita (medida más aproximada al
concepto de crecimiento económico), se confirma la importancia del gasto corriente,
variable que aumenta su importancia en tanto determinante del crecimiento económico.
57
Por lo que se descubre que un aumento en el gasto Corriente y una disminución en la
volatilidad del gasto corriente y del gasto de capital generarían un fuerte impacto en el
crecimiento económico.
Tabla № 4.5: Estimación ecuación (2)
Dependent Variable: PBIPC
Method: Least Squares
Date: 08/03/12 Time: 00:55
Sample: 1970 2011
Included observations: 42
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
C 0.005242 0.000202 25.92217 0.0000
GKPC -0.252043 0.605846 -0.416019 0.6798
VGKPC -473.0569 36439.64 -0.012982 0.9897
GCPC 0.079891 0.159456 0.501020 0.6193
VGCPC -12783.59 36608.43 -0.349198 0.7289
R-squared 0.121255 Mean dependent var 0.005088
Adjusted R-squared 0.026256 S.D. dependent var 0.000837
S.E. of regression 0.000826 Akaike info criterion -11.24884
Sum squared resid 2.52E-05 Schwarz criterion -11.04198
Log likelihood 241.2257 Hannan-Quinn criter. -11.17302
F-statistic 1.276381 Durbin-Watson stat 0.220068
Prob(F-statistic) 0.296781
Fuente: Resultado Eview en base a Estadísticas del BCRP.
Cuando regresionamos nuestra serie en términos de los logaritmos de cada variable,
encontramos una interesante medida del multiplicador de impacto sobre el crecimiento
económico. Los resultados indican que las variables gasto de capital y gasto corriente
poseen un efecto multiplicador positivo aunque menor a la unidad, además la volatilidad
del gasto corriente presenta una relación negativa del 5% con el PBI, lo cual indica que ha
mayor volatilidad en el gasto corriente menor será el nivel de actividad económica,
mientras que la volatilidad del gasto de capital refleja una relación positiva con respecto al
58
PBI. Se descubre que un aumento de S/. 1 millón en el gasto de capital y en el gasto
corriente sólo generarían un aumento de S/. 20,000 y S/. 10,000 en el nivel de actividad,
respectivamente.
Tabla № 4.6: Estimación ecuación (3)
Dependent Variable: LOG(PBIPC)
Method: Least Squares
Date: 08/03/12 Time: 01:09
Sample: 1970 2011
Included observations: 42
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
C -5.624726 0.411733 -13.66111 0.0000
LOG(GKPC) 0.017098 0.097120 0.176055 0.8612
LOG(VGKPC) 0.029421 0.025645 1.147222 0.2587
LOG(GCPC) 0.012043 0.102581 0.117404 0.9072
LOG(VGCPC) -0.059322 0.033505 -1.770567 0.0849
R-squared 0.226405 Mean dependent var -5.293177
Adjusted R-squared 0.142773 S.D. dependent var 0.155884
S.E. of regression 0.144327 Akaike info criterion -0.922122
Sum squared resid 0.770725 Schwarz criterion -0.715256
Log likelihood 24.36455 Hannan-Quinn criter. -0.846297
F-statistic 2.707165 Durbin-Watson stat 0.376265
Prob(F-statistic) 0.044931
Fuente: Resultado Eview en base a Estadísticas del BCRP.
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