viendo a una mujer

3
Viendo a una Mujer: Una conversación entre padre e hijo. Algún día tendré que tener esta conversación con mi hijo. No, no la conversación que todos los padres temen dar y todos los niños se mortifican por tener. Me divierte poner incómoda a la gente así que esa conversación debería ser divertida. No, estoy hablando sobre otra conversación. Aquella que ocurrirá luego de captar su mirada haciendo aquello que los ojos masculinos hacen bien – seguir un objeto de deseo. Probablemente estaremos en el centro comercial, porque eso es lo que los padres hacen con sus hijos, y captaré esa mirada. Quizá vayamos a la playa y la vea. No importa dónde estemos, llegará el momento en que la veré. Y entonces llegará el momento de tener esta conversación: **** Hey, ven aquí. Déjame hablarte. Vi que la miraste. No estoy juzgándote ni avergonzándote. Yo sé por qué lo hiciste. Lo entiendo. Pero tenemos que hablar de ello porque la manera en que mires a una mujer importa. Mucha gente tratará de decir que una mujer debe ver cómo se viste para no tentarte a mirarla incorrectamente. Esto es lo que te digo yo. Es responsabilidad de una mujer vestirse en la mañana. Es tu responsabilidad mirarla como un ser humano independientemente de cómo se vista. Sentirás la tentación de culparla por hacer que tus ojos la sigan por causa de lo que ella esté vistiendo – o lo que no esté vistiendo. Pero no lo hagas. No juegues a ser la víctima. No eres una indefensa víctima cuando se trata de tus ojos. Tienes un control total sobre ellos. Practica ese control. Entrénalos a verla a los ojos. Disciplínate a verla a ella, no a su ropa o a su cuerpo. El momento en que interpretes a la víctima caerás en la mentira de que tienes una simple

Upload: university-of-la-laguna

Post on 15-Apr-2017

58 views

Category:

Education


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Viendo a una mujer

Viendo a una Mujer: Una conversación entre padre e hijo.

Algún día tendré que tener esta conversación con mi hijo. No, no la conversación que todos los padres temen dar y todos los niños se mortifican por tener. Me divierte poner incómoda a la gente así que esa conversación debería ser divertida.

No, estoy hablando sobre otra conversación. Aquella que ocurrirá luego de captar su mirada haciendo aquello que los ojos masculinos hacen bien – seguir un objeto de deseo. Probablemente estaremos en el centro comercial, porque eso es lo que los padres hacen con sus hijos, y captaré esa mirada. Quizá vayamos a la playa y la vea. No importa dónde estemos, llegará el momento en que la veré. Y entonces llegará el momento de tener esta conversación:

****

Hey, ven aquí. Déjame hablarte. Vi que la miraste. No estoy juzgándote ni avergonzándote. Yo sé por qué lo hiciste. Lo entiendo. Pero tenemos que hablar de ello porque la manera en que mires a una mujer importa.

Mucha gente tratará de decir que una mujer debe ver cómo se viste para no tentarte a mirarla incorrectamente. Esto es lo que te digo yo. Es responsabilidad de una mujer vestirse en la mañana. Es tu responsabilidad mirarla como un ser humano independientemente de cómo se vista. Sentirás la tentación de culparla por hacer que tus ojos la sigan por causa de lo que ella esté vistiendo – o lo que no esté vistiendo. Pero no lo hagas. No juegues a ser la víctima. No eres una indefensa víctima cuando se trata de tus ojos. Tienes un control total sobre ellos. Practica ese control. Entrénalos a verla a los ojos. Disciplínate a verla a ella, no a su ropa o a su cuerpo. El momento en que interpretes a la víctima caerás en la mentira de que tienes una simple reacción incorporada a un estímulo externo, incapaz de determinar lo correcto de lo incorrecto, lo humano de la carne.

Mírame con atención. Esa es una mentira ridícula.

Eres más que eso. Y la mujer que estás mirando es más que la ropa que viste. Ella es más que su cuerpo. Hay un montón de debate acerca de cómo los hombres objetualizan a las mujeres, y a la larga, es verdad. Los humanos objetualizan las cosas que aman en un intento de controlarlas. Si realmente amas a una persona, no la reduzcas a un objeto. El momento en que objetualizas a otro humano – hombre o mujer, renuncias a tu humanidad.

Page 2: Viendo a una mujer

Hay dos puntos de vista respecto a los códigos de vestimenta de las mujeres que las presiona para comprarlas. Un punto dirá que las mujeres necesitan vestirse para obtener la atención de los hombres. El otro punto dirá que las mujeres necesitan vestirse para proteger a los hombres de sí mismos. Hijo, tú eres mejor que cualquiera de esos dos tipos de hombres. Una mujer, o cualquier ser humano, no debería vestirse para captar tu atención. Deberías darles la total atención que se merecen simplemente porque son un semejante humano. Por otra parte, una mujer no debería sentir que necesita protegerte de ti mismo. Necesitas tener control sobre ti mismo.

Desafortunadamente, gran parte de cómo los sexos interactúan tienen sus raíces en el miedo. Miedo al rechazo, miedo al abuso, miedo que estar fuera de control. De alguna forma, la iglesia se ha sumado a esto. Nos tememos unos a los otros porque nos han enseñado que los otros son peligrosos. Nos han enseñado que el cuerpo de una mujer hará pecar a los hombres. Nos han dicho que si una mujer muestra demasiado de su cuerpo los hombres harán cosas estúpidas. Seamos claros: el cuerpo de una mujer no es peligroso para ti. Su cuerpo no te hará daño. No te hará hacer cosas estúpidas. Si haces cosas estúpidas es porque elegiste hacer cosas estúpidas. Así que no contribuyas al miedo que existe entre hombres y mujeres.

El cuerpo de una mujer es hermoso, maravilloso y misterioso. Respétalo respetándola a ella como un individuo con esperanzas, sueños y experiencias, con emociones y anhelos. Déjala ser tu confidente. Fortalece su confianza. Pero no hagas todo esto porque ella sea débil. Esa es la mayor tontería por aquí. Las mujeres no son más débiles que los hombres. Ellas no son el sexo débil. Ellas son el otro sexo.

No te estoy diciendo que no mires a las mujeres. Sino lo contrario. Te estoy diciendo que veas a las mujeres. Que realmente las veas. No sólo con tus ojos, sino con tu corazón. No las mires como algo que cosquillea tus sentidos, sino como un ser humano.

Mi esperanza es que cambiando el cómo mires a las mujeres cambiará el cómo estés alrededor de ellas. No estés sólo a su alrededor. Debes estar con las mujeres.

Porque al final, ellas quieren estar contigo. Sin miedo de ser juzgadas, avergonzadas, condenadas, objetivizadas o ser menospreciadas. Y eso no es sólo lo que las mujeres quieren. Eso es lo que la gente quiere.

Al final, es lo que tú quieres.

Escrito por Nate Pyle el 14 de Agosto del 2013.