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VICENTERIVAPALACIO

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  • VICENTE RIVA PALACIO

  • La evocación liberalcontra la nostalgia reaccionaria

    I. La vida: "yo estoy resuelto :nunca transigiré"

    El 16 de octubre de 1832 nace Vicente Riva Pala-cio y Guerrero en la ciudad de México . Sus pa-dres: el abogado Mariano Riva Palacio y DoloresGuerrero, hija de don Vicente, el prócer de la in-dependencia. Don Mariano, muy conservador, esgobernador del estado de México, y Vicente es-tudia en el instituto Literario de Toluca, y de allíse traslada en 1845 al Colegio de San Gregorio,entonces el centro educativo de mayor presti-gio, y en donde la precocidad de Riva Palacio nosólo es intelectual : en 1847 intenta organizar unaguerrilla para combatir a la invasión norteameri-cana. En 1854 se recibe de abogado, la profesión

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  • casi insalvable del -siglo XIX, y en 1856 se casacon Josefina Bros y es nombrado diputado su-plente al Congreso Constituyente . Pero todavíaen 1855 la sujeción a don Mariano es notable . Ensu excelente recuento, Historia yficción. Los dra-mas y novelas de Vicente Riva Palacio, José OrtizMonasterio reproduce una carta de Riva Palacioa su padre del 2 de octubre de 1855. El abogadode 25 años de edad es muy solícito :

    Papá. Usted nos ha dicho que todo lo que haga-mos aunque sea malo le avisemos, pues le diréa usted que ayer hice una tontera y fue entrar alcírculo que está en el Hotel de Iturbide, no creausted que fue cosa pensada sino simplementepor una curiosidad entré a ver y como estabacompuesta (dígalo para que usted no lo tome amal) de los muchachos decentes de aquí, mehicieron luego luego secretario primero . Conoz-co que esto le dará a usted un poco de enojopero prefiero decirlo a que crea que lo engaño .Aunque tiene apariencia política creo que vienea reducirse a poco, a una especie de lonja, pueshasta ahora todo son planes para un local lujo-so, con billares, salones de lectura, de recreo,etc. El tesorero es uno de los Osios que usted veque en materia política no es riesgoso . En finno crea usted papá que es cosa de jacobinos .No lo digo por disculparme pero cuando tenga el

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    gusto de verlo le hablaré, y verá usted cómo nofue culpa mía al principio, y después no puderesistir, no se incomode usted conmigo y recibael cariño de su hijo que lo ama con devoción . . .

    ¿Cómo se da el tránsito de este hijo hiperobe-diente al radical? El contexto lo explica casi todo .Como documentan con precisión sus biógrafosPedro Serrano, Clementina Díaz de Ovando, Ma-nuel González Ramírez y muy especialmente OrtizMonasterio, Riva Palacio se incorpora en un tiem-po muy breve al ímpetu totalizador de la genera-ción de la Reforma . Con tal de acelerar el proce-so nacional, cubre simultáneamente numerosospapeles: es militar, poeta, periodista, costumbristay satírico, historiador, legislador, secretario de Es-tado, novelista, dramaturgo, diplomático . Al ser-vicio público, Riva Palacio ingresa de secretariodel Ayuntamiento y pronto, y de modo corres-pondiente, es preso político (el gobierno de Fé-lix Zuloaga lo encarcela en 1858, y el de MiguelMiramón en 1859). Nombrado diputado en 1861,rechaza (según una versión) la Cartera de Hacien-da que le ofrece el presidente Juárez alegando,recuerda Guillermo Prieto, su inhabilidad para"desempeñar satisfactoriamente tan difícil pa-pel" (según otra versión, se le considera efectiva-mente muy joven) .

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  • La vida en campaña

    Al iniciarse la Guerra de Intervención, Riva Pala-cio arma por su cuenta una guerrilla, y se incor-pora al ejército del general Ignacio Zaragoza .Gana en la batalla de Barranca Seca el título de"Primer vencedor de los franceses" (del heroís-mo real se desprende un "sistema de premia-ción" no menos auténtico), y Zaragoza lo nom-bra jefe de la Línea del Sur, en el tramo entrePuebla y Veracruz, desde donde hostiliza a losinvasores. Asombrado por su capacidad, el ge-neral Jesús González Ortega lo hace jefe de suEstado Mayor.

    Sitiada Puebla por las tropas imperialistas,González Ortega envía a Riva Palacio, ya segun-do en jefe de la división y jefe de la tercera bri-gada, para conseguir auxilios . Se incorpora alCuerpo del Ejército del Centro, al mando del ge-neral Ignacio Comonfort, pelea contra los fran-ceses en San Pablo del Monte y es derrotado porfalta de apoyo. El Ejército del Centro se dispersay Riva Palacio lo reorganiza y estimula hasta don-de le es posible .

    Juárez inicia su nomadismo. Los Poderesde la Unión abandonan la capital y se instalanen 1863 en San Luis Potosí, donde Riva Palacio,Prieto y Juan de Dios Arias redactan un periódi-

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    co satírico, El Monarca, ilustrado con maestríapor José María Villasana . En septiembre, donBenito le encarga a Riva Palacio el gobierno delestado de México, bajo el dominio francés (en-tonces el estado de México comprende los ac-tuales de Hidalgo, Morelos y México) . Para cum-plir su encomienda, y sin más recursos que eldecreto de su nombramiento, cien pesos que leproporciona la Secretaría de Hacienda, 25 de supeculio y cinco oficiales, don Vicente recorre 120leguas de zonas infestadas por la contraguerrilla .

    ¿Cómo evocar hoy ese proceso formativo dela Nación, en un país invadido y dividido, con laIglesia a favor de los conservadores, con enor-mes dudas y miedos en el sector que hoy seríade clase media, con los liberales desprovistos derecursos económicos y de estructura de gobier-no? Al recibir en el caserío de Soledad Polotitlánel gobierno del Estado de México, Riva Palaciosólo dispone de algunos empleados del ordencivil, donde la deserción es altísima . Ni un pesoni un soldado. En su afán de formar gobierno seinstala en Zitácuaro, un bastión liberal, con unpie de fuerza de siete soldados de caballería ;pronto, su entusiasmo le allega algunos cientosde hombres armados .

    Durante un tiempo la participación de RivaPalacio es mínima, pero en 1864, ya al mando de

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  • una brigada (cien infantes y 200 jinetes), vuelveal Estado de México, y en Tulillo, a siete leguasde Toluca, derrota el 13 de junio a una divisiónimperialista de mil infantes y cien dragones . Gol-pes y contragolpes: decididas a extinguir el focode resistencia liberal, las fuerzas del imperio ocu-pan Zitácuaro, con tres mil hombres de tropasescogidas y dos baterías de campaña . Riva Pala-cio marcha al rescate con 300 infantes, y el 5 dejulio ocupa la plaza, que será hasta finales de 1865su cuartel general . Allí resiste con éxito el ataquede las tropas imperiales (cuatro columnas) en no-viembre de 1864 .

    A los 32 años, la fama de Riva Palacio esconsiderable, y el general José María Arteaga lonombra gobernador de Michoacán (sin que, almenos en la intención política, deje sus funcio-nes en el Estado de México) . Al abandonar tem-poralmente Morelia el general imperialista RamónMéndez, Riva Palacio se dirige allí a marchas for-zadas y el 13 de octubre de 1865 toma la ciudadsin violencia, horas después de repartirse el de-creto que deja "fuera de la ley" a los "bandidos"republicanos. Méndez regresa y se abandona laplaza. El gobierno de Maximiliano le ofrece a RivaPalacio (a cambio de que emigre) cien mil pesosy la salida por el puerto que desee . Ni siquieraatiende la proposición y le escribe a su esposa :

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    Ya estoy resuelto : nunca transigiré : si la fortuname es adversa, iré a comer el pan de la proscrip-ción, pero no tendrás nunca el sonrojo de pa-searte por las calles de México, asida al brazode un marido que ha vendido a la patria de tuhijo ; sí, Vicente debe crecer solo, antes que a lasombra de un árbol envenenado . Tú tienes co-razón grande, y sufrirás como yo sufro, y edu-carás a nuestro hijo, digno del nombre que debellevar, y del que ni tú, ni él, tendrán jamás porqué avergonzarse .

    Al ser asesinado el general Arteaga, Riva Palacioes nombrado general en jefe del Ejército del Cen-tro. Su gesto inaugural -un tratado de sabiduríapolítica- es liberar a un grupo de oficiales bel-gas. Esa es su manera, no muy comprendida poralgunos de sus compañeros, de llamar la aten-ción en el exterior sobre el humanismo de la cau-sa juarista, que así responde a las ejecuciones degenerales liberales . Obligado al trato oficial condon Vicente, el mariscal Baizaine le otorga el tí-tulo de "general" y acuerda con él un canje deprisioneros. En 1866 la situación favorece a losliberales y Riva Palacio sigue ganando batallas ;sin embargo, Juárez le ordena entregar el mandodel Ejército del Centro al muy inhábil generalNicolás de Régules . Riva Palacio obedece, consi-gue más armas y levanta otra brigada que incur-

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  • siona por el valle de Toluca . De paso, funda enHuetamo la revista El Pito Real (1865-66), y allípublica su esquela satírica de la emperatriz y delImperio, "Adiós, Mamá Carlota", inspirado en "Adiósoh Patria mía" de Ignacio Rodríguez Galván :

    IAlegre el marinerocon voz pausada canta,y el ancla ya levantacon extraño rumor.La nave va en los maresbotando cual pelota .Adiós, mamá Carlota ;adiós, mi tierno amor .

    IIDe la remota playate mira con tristezala estúpida noblezadel mocho y del traidor .En lo hondo de su pechoya sienten su derrota .Adiós, mamá Carlota ;adiós, mi tierno amor .

    IRAcábanse en Palaciotertulias, juegos, bailes,

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    agítanse los frailesen fuerza de dolor .La chusma de las crucesgritando se alborota .Adiós, mamá Carlota ;adiós, mi tierno amor .

    IVMurmuran sordamentelos tristes chambelanes,lloran los capellanesy las damas de honor .El triste Chucho Hermosacanta con lira rota :adiós, mamá Carlota ;adiós, mi tierno amor.

    VY en tanto los chinacosque ya cantan victoria,guardando tu memoriasin miedo ni rencor,dicen mientras el vientotu embarcación azota :adiós, mamá Carlota ;adiós, mi tierno amor.

    La repercusión es inmediata y enorme . La can-ción desplaza a "Los cangrejos" en el gusto de losliberales, se escucha reiteradamente en el sitio

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  • de Querétaro y queda en el tiempo como el him-no por excelencia de la Reforma . Por lo demás,como refiere Eduardo Ruiz (Historia de la gue-rra de intervención en Michoacán), no es inusualel uso político de los versos . En Michoacán, losoficiales y soldados liberales dicen a coro unacuarteta de El Abrazo de Acatempan, la obra deteatro de Juan A . Mateos y Riva Palacio :

    Desnudos y con hambre ; pero erguidos,Sólo ante Dios doblegan la rodilla ;Si es bandido, Señor, quien no se humilla,Pertenezco desde hoy a los bandidos .

    Ni rencores por el pasado ni temorespor el porvenir

    En octubre de 1866, Riva Palacio manda otra vezal Ejército del Centro a insistencia de la tropa, sibien, le informa a don Benito, "estoy dispuesto aentregar el Ejército a cualquier persona que fue-se del agrado de usted, cuyos servicios, si no sonmás meritorios que los míos, sí serán mejor re-compensados" . Muy hostigado y en plena desin-tegración, el ejército de Maximiliano abandonaToluca. Riva Palacio toma la ciudad, y reabre elInstituto Literario con el lema : "Ni rencores porel pasado ni temores por el porvenir

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    En marzo Riva Palacio se incorpora al sitiode Querétaro que dirige el general Mariano Esco-bedo, y el 15 de mayo, al rendirse la plaza, con-duce al prisionero Maximiliano de Habsburgo alConvento de la Cruz. Según Arrangoiz, testigopresencial, Maximiliano "abrazó con efusión aRiva Palacio al separarse de él y le regaló su ca-ballo ensillado y enfrenado diciéndole : que erael primero y el último que había montado enMéxico" . Don Mariano, su padre, se hace cargode la defensa legal de Maximiliano, y don Vicen-te se une al ejército del general Porfirio Díaz enel asedio de la capital, que se rinde el 12 de juniode 1867. Acto seguido, Riva Palacio renuncia alos gobiernos de México y Michoacán, y al man-do de tropas . A quienes le piden que continúe,les replica : "Cuando hubo peligro di cuanto pude ;en esta hora de reparto de canonjías mi sitio esmi casa . . ."

    En la República Restaurada, Riva Palacio,creyente en la tolerancia y en la fraternidad, esuno de los promotores de la conciliación . Al salirdel ejército el 15 de agosto de 1867, dirige losprimeros años de la tercera época de La Orques-ta, "periódico omniscio de buen humor y concaricaturas", donde, en el primer número, se di-rige al presidente Juárez: "Perdón : he aquí la coro-na que os ofrecen para vuestra frente el día de la

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  • restauración de la patria, los que no temen, losque no odian, los que no esperan" . (Dicho seade paso, lo notable de La Orquesta no son losversos satíricos, sino el trabajo notable del gra-bador Constantino Escalante, que reinventa lacrítica política) . En ejercicio de sus facultades ex-traordinarias, y para integrar el número de ma-gistrados, Juárez nombra a Riva Palacio ministrode la Suprema Corte de justicia .

    Entonces, el voto popular elige a los magis-trados. En noviembre de 1867, Riva Palacio, es elque más votos obtiene para el cargo de ministro,es el presidente temporal de la Suprema Cortede justicia, que hacía las veces de simple Tribu-nal de distrito . Rehabilita a la institución y la trans-forma en uno de los poderes de la nación, deacuerdo a sus funciones constitucionales . En1870, al sentir que su trabajo en la Suprema Cor-te no corresponde a los dictados de su concien-cia (la frase transmite hábitos verbales y actitudesgenuinas), renuncia al puesto y viaja por Europadurante unos meses .

    La cárcely la apoteosis

    En 1870, Riva Palacio apoya implícitamente elintento de golpe del Plan de San Luis, y abandona

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    La Orquesta. Luego, en 1872, es candidato a pre-sidente de la Suprema Corte . Pese a su fama y alnúmero de sus partidarios (que publican en suapoyo el periódico La sombra de Guerrero), lainfluencia del presidente Lerdo de Tejada decidela victoria de José María Iglesias . Desencan-tado, retorna al periodismo y, para oponerse aLerdo, funda en 1874 con los dibujantes satíricosAlamilla y Villasana, El Ahuizote, modelo de re-vista satírica durante el porfiriato . Allí resiste lasiras de los ofendidos, de los agraviados ante cual-quier distorsión de sus imágenes serenísimas .Pedro Serrano, en El General (1934), reproduceun testimonio del propio don Vicente :

    Se presentaron en la redacción de El Ahuizotedos de esos valentones que generalmente "ha-cen mala sombra" a los destacados en la altapolítica . Fueron reclamando al autor por una ca-ricatura poco generosa y dedicada al protectorde aquellos. Los emisarios preguntaron por elartista y alguien me señaló .

    El saludo fue poco ceremonioso y agrio elexordio. El pintamonos (dijeron) que hizo esteretrato, tiene que comerse el periódico o prepa-rase a morir . Y me arrojaron a la cara un númerode la revista . Contesté la agresión en igual forma,diciéndoles : -Contad a vuestro amo cómo tratael General Riva Palacio a sus soeces enviados .

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  • A los pocos días, aquellos dignos emisa-rios de un ridículo concejalillo, vaciaron suspistolas en el interior de mi carruaje que afor-tunadamente iba desocupado .

    En 1875, Lerdo ordena el confinamiento forzosode Riva Palacio en San Juan del Río . Él protesta(no se le puede encarcelar sin previo juicio), ypublica poco después su Historia de la adminis-tración de don Sebastián Lerdo de Tejada . En1876, el presidente Porfirio Díaz nombra a RivaPalacio ministro de Fomento, Colonización, In-dustria y Comercio, y éste resulta excelente pro-motor del desarrollo : funda el ObservatorioMetereológico y el Observatorio Astronómico,recorre el país atento a la expansión de los ferro-carriles, fomenta la industria y, de modo inevitable,cree en sus posibilidades presidenciales . Comoparte de su campaña, se propone organizar laExposición Universal Mexicana en 1880 . Díaz,receloso de este precandidato, cancela el proyec-to y Riva Palacio renuncia una vez más .

    De nuevo en la oposición, edita El Coyoteen apoyo de la candidatura a la presidencia deManuel González . Otro entusiasmo frágil . En1883, el legislador Riva Palacio, indignado por ladepreciación de la moneda y la introducción delníquel, ataca en la Cámara de Diputados al presi-

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    dente González. El 21 de diciembre es encarce-lado en la prisión de Santiago Tlatelolco . Allí seintensifica su trabajo intelectual y redacta la pri-mera versión del tomo segundo de México a tra-vés de los siglos. Excarcelado el 17 de septiembrede 1884, y recibido con júbilo, se vuelca en las ta-reas culturales . En 1885, presidente del Liceo Hi-dalgo, da conferencias, pronuncia discursos, pu-blica artículos y poemas . En mayo de 1886, Díaz lonombra ministro plenipotenciario de México enEspaña y Portugal . Es un destierro apenas disimu-lado, y es el instante del reconocimiento tantasveces pospuesto. Los estados de Michoacán yde México lo declaran ciudadano benemérito, elEstablishment cultural lo despide majestuosa-mente, y en España se le da una bienvenida entu-siasta al "ministro de fecunda iniciativa, a quiense debe en primer lugar el notable desenvolvi-miento que los progresos materiales han tenidoen México desde 1877, y en particular la cons-trucción de caminos de hierro" .

    En Madrid, el General (como se le dice enforma unánime) deviene personaje de tertulias yateneos, es amigo de Campoamor y Castelar, in-terviene en baladas y comidas de homenaje, esmecenas de jóvenes autores, publica artículos,cuentos y libros. Su lealtad al pasado (centro desu visión del mundo) lo lleva a recorrer España

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  • en peregrinaciones históricas : a la casa dondenació Hernán Cortés, a la casa donde nació Fran-cisco Javier Mina, a la tumba del general Juan Prim("Jamás -declaró- he cumplido con tanta sa-tisfacción íntima los deberes de mi representa-ción diplomática, como cuando rendí un tributode respeto a Hernán Cortés en Medellín y de fra-ternal gratitud a la memoria de Mina y de Primen Idocín y Reus") . Sus años últimos son de tran-quilidad y melancolía. Se cree ya olvidado o re-legado en su país, no respeta a Porfirio Díaz aun-que lo admira, y sin embargo espera con avidezla valija diplomática en el afán de estar al día delos sucesos mexicanos .

    En 1893 fallece en la ciudad de México suesposa, y Riva Palacio regresa a su patria por untiempo breve. Mientras, en España lo nombranpor votación abrumadora, presidente del muyconspicuo Círculo de Bellas Artes . El 22 de di-ciembre de 1896 muere en Madrid . Al funeralsolemnísimo -con un escuadrón de infantería,y dos del regimiento de dragones de Lusitania-asisten el cuerpo diplomático y los principalesescritores y políticos españoles . En México, laCámara de Diputados aprueba la repatriación desu cadáver, lo que, por .razones de inercia buro-crática sólo tendrá lugar en el sexenio de LázaroCárdenas, a propuesta del presidente. El 20 de

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    mayo de 1936 se inhuman los restos de don Vi-cente en la Rotonda de los Hombres Ilustres .

    II. La obra: "Ésta no es una fábula intentadapara entretener el ocio"

    Si el criterio es la repercusión nacional a lo largode un siglo, sin duda el trabajo más importante deRiva Palacio es su coordinación de la serie Méxi-co a través de los siglos (1884-1889), en la quetambién intervienen Juan de Dios Arias, AlfredoChavero, Enrique Olavarría, José María Vigil yJulio Zárate . Esta gran síntesis de la historia deMéxico responde los siguientes objetivos explí-citos: levantar la explicación mesurada de un pro-ceso casi siempre trágico, y fomentar impulsosde orgullo y solidaridad. Si las Constituciones ylos libros de texto son esenciales, México a tra-vés de los siglos es adecuado resumen de la Cons-titución de 1857 y del conjunto de los libros detexto; es el gran discurso liberal cuyo relato esun canto implícito y explícito al Progreso .

    El equipo coordinado por Riva Palacio seimpone diversos objetivos :

    Hacer surgir, ordenándola, la historia deuna Nación nueva .

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  • • Concederle mayor espacio y reconocer-le mucho mayor grandeza al pasado in-dígena .

    Marcar la periodización de la vida del Mé-xico independiente .

    • Calificar de "ocupación extranjera" (aun-que jamás se diga de este modo) al perio-do virreinal .

    Describir (para erradicarlas) las técnicasde la mentalidad colonizada .

    Hallar en la Independencia la fundacióndel sentido de la historia mexicana .

    Localizar la coherencia interna y externade los hechos históricos .

    • Acumular versiones narrativas, que seaninolvidables e irrefutables a propósito decada hecho trascendente .

    México a través de los siglos prepara el caminode la historiografía de las décadas siguientes . Ytan demuestra el vigor de la cultura laica que unsiglo después, pese al conocimiento vasto y ma-tizado, es todavía versión parcialmente atendi-ble. A los liberales les urge volver inobjetablesu ventaja política, y agregarle a la historia es-crita la trayectoria de estatuas y de monumentos,

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    que le ratifiquen a vencidos y recién llegados ladimensión mítica de los vencedores . Los inte-lectuales a cargo de México a través de lo siglos,al tanto de las necesidades de unidad cultural ymoral de los mexicanos, proponen una versiónsistemática de la vida del pueblo mexicano,opuesta a la de quienes ven en la Historia algopre-ordenado desde el principio de los tiempos,la sucursal noticiosa de la teología . Por eso, noobstante errores y limitaciones, México a travésde los siglos fortalece en amplia medida la visiónlaica de la Historia .

    En la serie, Riva Palacio se encarga delvirreinato (en dos tomos) y su idea perdura : lostres siglos de la Colonia son el crisol "de dondedebía surgir un pueblo que ni era el conquistadoni el conquistador, pero que de ambos hereda-ba virtudes y vicios, glorias y tradiciones, carac-teres y temperamentos . . ." . El fruto óptimo delVirreinato es el mestizaje, que elimina la odiosadistinción entre españoles e indios, mestizos,negros y mulatos . Ahora las razas se van con-fundiendo, se convierte en patria el espíritu delos desheredados, se forma el alma nacional .Para llegar a esto se atravesó penosa y larga-mente por el exterminio de colectividades en-teras, la destrucción de culturas admirables, elsaqueo de las riquezas del país .

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  • La poesía y el teatro:

    "Viento si llegas, viento si te alejas"

    En julio de 1884, en la prisión de Tlatelolco, RivaPalacio escribe su gran soneto "Al viento" :

    Cuando era niño, con pavor te oíaen las puertas gemir de mi aposento ;doloroso, tristísimo lamentode misteriosos seres te creía .

    Cuando era joven, tu rumor decíafrases que adivinó mi pensamiento ;y cruzando después el campamento,"Patria", tu ronca voz me repetía .

    Hoy te siento azotando, en las oscurasnoches, de mi prisión las fuertes rejas ;pero me han dicho ya mis desventuras

    que eres viento, no más, cuando te quejas,eres viento si ruges o murmuras,viento si llegas, viento si te alejas .

    En poesía, las más de las veces, Riva Palacio caeen la retórica de su momento, con resultadosabonados a la cuenta del ripio. Carlos GonzálezPeña tiene razón al señalar los sonetos rescata-bles: "Al viento", "El Escorial" y "La vejez", textosdel desencanto, a los que debe agregarse "Adiós,

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    Mamá Carlota". También, en juego de múltiplesresonancias, Riva Palacio inventa una poetisa,Rosa Espino, toda sensibilidad y dulzura, cuya"obra" reunirá en un tomo, Flores del alma, conprólogo de Francisco Sosa . Al burlarse del can-dor de las mujeres que sueñan con la visita delestro, de los críticos que vibran cada semana anteel arte supremo, de la solemnidad ambiental queno aprecia el humor, don Vicente desata sus de-bilidades líricas y de paso exhibe el escepticis-mo y la resignación irónica alejados del tonooptimista del resto de su obra .

    En las obras de teatro, en colaboración conJuan A. Mateos, Riva Palacio escribe en 1861 y1862, dramas, comedias y sainetes, con títulos quecondensan la vocación patriótica, el apremiomelodramático y el sentido del espectáculo deuna época : Borrascas de un sobretodo, El incen-dio del Portal de Mercaderes, La ley del cientopor uno, El odio hereditario, Nadar y a la orillaahogar, Una tormenta y un iris, La politicoma-nía, Temporal y eterno, La política casera, La ca-tarata del Niágara . . . La intención de estos ante-cedentes del sketch (escritos de prisa, pobladosde alusiones a los acontecimientos del día), esconfesa: mexicanizar la escena, hacer que el pú-blico considere representables su historia y suvida cotidiana, se ría de los enemigos de la patria

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  • (El tirano doméstico es una parodia del imperia-lista Juan Nepomuceno Almonte) y honre a sushéroes (El abrazo de Acatempan es un homena-je a Vicente Guerrero) .

    En cambio sus crónicas históricas, cuentosy novelas de don Vicente le interesan enorme-mente al historiador, al sociólogo del gusto (sonbestsellers durante medio siglo, y aún se venden),y al lector con o sin pretensiones . La ingenuidadreconocible y los descuidos literarios no hacenmenos apasionantes los relatos, cuya seducciónreside en el enredo infinito de la trama .

    III. El folletín : toda la multitudcabe en el féretro

    De la Patria como un Cristo multitudinario

    Como muchos otros, a Riva Palacio lo estimu-lan las teorías de Ignacio Manuel Altamiranosobre el nacionalismo cultural y la implantacióndel amor a México por medio de alegorías con-movedoras . Llevado por este impulso, escribedurante cinco años con frenesí programático .En 1868 publica Calvario y Tabor, novela his-tórica y de costumbres, y Monja casada, virgeny mártir, historia de los tiempos de la Inquisi-

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    ción, Martín Garatuza, memorias de los tiem-pos de la Inquisición y Los piratas del golfo,novela histórica .

    En 1870, La vuelta de los muertos, novela his-tórica, y junto a Juan A . Mateos, José María Vigil yRafael Martínez de la Torre, El libro rojo 1520-1867.En 1872, Memorias de un impostor, don Guillén deLampart, rey de México, novela histórica . Luego,ya sólo publica Los ceros, por Cero. Galería de con-temporáneosen 1882, una serie de agudos retratosliterarios . Los cuentos del General, el libro más elo-giado por la crítica, se edita en 1896, luego de sumuerte. (Es también, según creo, el libro más débil)

    De las novelas, la única que no se desarrollaen el virreinato es Calvario y Tabor. Riva Palacioaprovecha su experiencia de las guerras de Re-forma y la distribuye en una trama -imposible deresumir donde los depositarios de las virtudesperennes: el honor, el patriotismo, la valentía, laentrega amorosa a la familia, la inocencia virgi-nal, se ven perseguidos y victimados por los de-sastres "naturales" (la Historia parece formar partede la Naturaleza) y por la maldad en estado puro,representada por el supervillano don Celso Val-despino, que mata, traiciona, pervierte a mujereshonradas y a sus hijas, se vende al invasor de lapatria, tortura, esparce el dolor y es castigado demodo espantoso por el destino . El paisaje de tan-

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  • tas desdichas y tantas salvaciones de última horaes México ("el pueblo mártir, dice Altamirano en elprólogo, sobre cuya cabeza han dejado caer losfariseicos reyes de Europa su anatema y el poderde la fuerza brutal"), que transita del "Gólgota" delas guerras a la victoria, al "Tabor" que transfiguraa la nación "delante del mundo y muestra a susenemigos su rostro, que resplandece como el sol" .

    El grandguignol, marca de la novela de folle-tín, le es indispensable a Riva Palacio . n a varioy Tabor, las escenas dramáticas alcanzan vehemen-cias del cine de horror. Al final, desenmascaradodon Celso Valdespino, la venganza se impone . El

    padre de Alejandra, la heroína, es tajante : "Es nece-sario castigar a ese monstruo . Ni Dios ni los hom-bres honrados pueden tolerarlo" . Don Celso huye,y en un pueblo, lo reconoce una de sus víctimas, laGuacha, mujer alguna vez hermosa caída en la de-gradación. A Valdespino, que sufre una crisis de ca-talepsia, se le da por muerto, y la Guacha se acer-ca al féretro solitario, lo vela durante la noche y aldarse cuenta que está vivo, conversa con él:

    -Sí, eso será después, pero antes tenemos quehablar de nuestras cosas, señor don Celso .

    -¿Que qué? ¿Usted me conoce?-Mucho, señor Valdespino, mucho más

    de lo que yo hubiese querido .

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    -¿Pues quién es usted?-Mírame bien; soy tu amor, tu pasión ; ¡soy

    Matilde!-¡Matilde! -gritó don Celso .-Matilde, la misma . ¿No me conoces? Mi-

    ra mi rostro, mis ojos que eran tu encanto . Miraesta boca, en donde estampaste tantos besosardientes. Mira este seno, que fue tu delicia . Yano es lo que era, ¿verdad?

    La Guacha se encierra en la bóveda, y don Celso,incapaz de moverse la ve con terror y le implora :

    -Todo, todo cuanto quieras haré ; pero sácamede aquí, por Dios, por lo que más ames *sobre latierra, sácame ¡Oh! Tú no comprendes lo espan-toso de mi situación, sepultado en vida . Matilde,¡por Dios, sácame de aquí!

    -¡Qué tonto eres Valdespino! ¿Piensas quevoy a creerte? ¿Piensas que tengo algún deseode vivir a tu lado? ¿Crees que te amo? ¡Miserable!¡Infame! Tú, como una víbora pozoñosa, mor-diste el seno de tu protector, de mi padre, des-honraste sus canas ; tú hiciste la desgracia yla vergüenza de mi madre; tú gozaste mi amor,valiéndote del medio más vil y reprobado ; mehiciste abandonar a mi marido ; me arrancastea mis hijos, me arrojaste a la prostitución y a lamuerte. ¿Tú esperas clemencia de mí? ¿Tú, el en-venenador de tu hija, de la pobre Inés ; tú, per-

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  • seguidor de Alejandra ; tú el asesino de Pablo yde don Plácido? ¡Nunca! Te odio, te detesto, ven-go a verte morir con la agonía más espantosa, enmedio de la desesperación más horrible ; vengoa reír con tus gestos y con tus ansias, porque túdebes padecer mucho para morir . . .

    Difícil mayor concentración de tragedias y ren-cores en un solo parlamento . Falta todavía: laGuacha le clava un alfiler a Valdespino en un ojo,y luego sufre un aneurisma y muere, cayendosobre el rostro de don Celso que le muerde confuror los labios. Valdespino se aterra :

    El rostro de aquel cadáver estaba sobre el suyobesándole sofocándolo . Intentaba apartarse deél pero era imposible; no tenía movimiento al-guno para los lados. Hizo un esfuerzo supremopara lanzar lejos de sí aquella cabeza impulsán-dola con la frente; la cara del cadáver se alzó unpoco y luego volvió pesadamente sobre la suya .

    Probó varias veces a apartarla, pero a me-dida que iba siendo mayor la rigidez del cadá-ver, el empeño era más imponente .

    Don Celso sentía ya el frío penetrante de lamuerte en aquel rostro que estaba unido al suyo,y respiraba en la abierta boca de aquel cadáver .

    ¿Cómo se puede ir más allá? El melodrama es lapuerta abierta a los horrores del infierno sobre

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    la tierra, y es teología sin redención, sufrimientosin resurrección. Riva Palacio describe la poten-cia del mal y la inermidad del bien (salvo en elúltimo minuto) y gana un público indefenso yprotegido por los estremecimientos .

    "¡Oh! He sido un hombre sin corazón.

    Me arrepiento"

    ¿En dónde se aprovisiona temáticamente Riva Pa-lacio? Si Calvario y Tabor es resumen de sus ex-periencias en Michoacán, durante la Guerra deIntervención, a los demás libros los nutren la in-formación privilegiada y el proyecto político . ElGeneral traza algunas características del virreina-to: en esos tres siglos la libertad es función de laclandestinidad, y la Iglesia, servida por la Inqui-sición, suprime los derechos de la conciencia ylos sentimientos nacionales . Para los liberaleses primordial exhibir lo que juzgan la esencia delvirreinato . En su concepción de la Historia, el do-minio sobre los espíritus del clero y la Corona deEspaña da origen a las estratificaciones dogmáticasdefendidas en el siglo XIX por conservadores eimperialistas . Sin examinar minuciosamente lasconsecuencias mentales de la Colonia, no se avan-za como es debido en la liberación de las mentes .

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  • ¿Cómo se descoloniza? Ignacio Ramírez emi-te la consigna : "Desespañolicémonos" . Menos ra-dical, oscilante entre la admiración por España yel rechazo anticolonialista de "Lo Español", RivaPalacio aísla "la hispanidad prescindible", la pro-pia del racismo que considera inferiores inclusoa los criollos, y eleva un "ideal castizo" caracteri-zado tristemente en la práctica por la hipocresía,la delación, la rapiña, el oportunismo religioso . Alexplicar la gestación dolorosa de una nación, através del laberinto de intrigas, Riva Palacio no seobstina en el logro literario sino en la invenciónargumental, y por eso identifica vehemencia me-lodramática con intención didáctica, confusiónya instalada en demasiados poetas y que indus-trializa la historia oficial ("¡Oh Morelos! Los sufri-mientos son tu abecedario") .

    No obstante o gracias a su desenfreno me-lodramático, los folletines son adelantos de la cul-tura laica. Si la legislación "desamortiza" a la so-ciedad, el credo liberal se populariza gracias alas tramas sensacionalistas que mezclan amor ycrimen, racionalidad explicativa y climas febrilesque imponen la suspensión de la incredulidad .¿Quiénes son "los Héroes"? Los representantes enactitudes e intenciones de los lectores ideales, losque se proponen tempranamente liberar a Méxi-co y suprimir la esclavitud, los que desafían a la

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    hoguera con tal de preservar la dignidad . En cadanovela, la resistencia es el espacio de la libertad.¿Y quiénes son los villanos? Aquellos que encar-nan el Mal, que es la combinación de potestadesdemoniacas y éxito mundano, los que sólo co-nocen la derrota en el último capítulo (el espaciode la novela es suyo, el epílogo es propiedad desus víctimas) .

    Los tradicionalistas perciben acertadamen-te las intenciones de Riva Palacio y reaccionancon ira. Un ejemplo: desde Ixtlahuaca, anota OrtizMonasterio, le escriben a don Vicente informán-dole que los "frailes misioneros" del pueblo deSan Felipe del Obraje recogieron los ejemplaresde sus novelas, los quemaron y amenazaron deexcomunión a los posibles lectores. Es compren-sible la furia de estos y muchos otros clérigos,defensores de la inquisición, para ellos la "bene-factora" del pueblo, la salvadora del alma conalgunos riesgos para el cuerpo . La derecha cleri-cal no puede conceder el comportamiento realdel Estado teocrático, la vida manejada desde lacapilla, el confesionario y las mazmorras. Deacuerdo a esta lógica, si los curas admiten lasmonstruosidades de la Inquisición, implícitamen-te declaran falible a la iglesia y dan lugar a la(imposible) autocrítica . A Riva Palacio el clero locombate por trazar (a su manera) un panorama

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  • histórico donde la institución que se proclamadepositaria de la caridad representa la opresiónabsoluta .

    Monja y casada, virgen y mártir:Las vicisitudes de la virtud

    La publicación incesante desde 1868 de las no-velas de Riva Palacio subraya la persistencia deun gusto y de una ideología . De hecho, pese a lavariedad extrema de las situaciones, se trata deuna sola novela, el relato de los amores arrasa-dos por la intolerancia, del amargo alumbramien-to de la mentalidad independista y, el triunfo delos requerimientos laberínticos de la trama sobrela lógica. Si Riva Palacio repite la hazaña de losgrandes folletineros (conseguir que nada sea ve-rosímil y todo sea creíble) es debido a las con-venciones simultáneas del romanticismo y de lanovela histórica . La pareja sufre al borde del abis-mo y en medio de las guerras . El desastre nacio-nal fomenta el paroxismo de los sentimientos,desgarrados entre el peso del tradicionalismo ylas puertas abiertas de la secularización .

    ¿Cuál es la trama o cuáles son los relatosprincipales de Monja y casada . . .? A saber, vues-tras mercedes :

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    Los amores contrariados y desdichados de•

    doña Beatriz y don Fernando, y de doñaBlanca y don César;

    el enfrentamiento siempre desigual en-tre el Mal puro (representado en su ex-celsitud demoníaca por Luisa, la esclavaque envenena, delata, manipula), y elBien puro (encarnado por doña Blanca,la inocencia sin protección) ;

    el clima eternamente conspirativo de laNueva España en el siglo XVII, donde la as-fixia de una sociedad aislada y ferozmen-te clasista y racista se expresa a través depugnas atroces, la más notoria de ellas lalibrada entre virreyes y arzobispos ;

    los ámbitos clandestinos de la inconfor-midad, en donde periódicamente se ge-neran (y se ahogan en sangre) rebeliones ;

    la omnipotencia del Tribunal del SantoOficio, ante el cual se desvanecen los de-rechos civiles, religiosos y humanos ;

    el submundo de la delincuencia, la ciudadtomada de noche por quienes se identifi-can con gritos de lechuza, emergen de losmás inesperados escondrijos y dominan lasartes del engaño ;

    la destreza y la nobleza de los margina-les : el negro liberto Teodoro, y el pícaro

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  • bachiller Martín de Villavicencio y Salazar,a quien llaman Martín Garatuza .

    En el primer tomo, la narración de Monja y casa-da. . . se inicia el 3 de julio del año del Señor de1615 . El segundo tomo en 1623 . El escenario novaría: una ciudad de 37 mil habitantes, ya desiertaa las ocho de la noche, fétida e insalubre, a mer-ced de los ladrones, de la prostitución escabrosa,del sacudimiento de las creencias ("el fanatismoreligioso era en aquellos tiempos el terrible conta-gio de todas las almas . . ."), de la justicia adminis-trada al mejor postor. Allí todos conspiran contratodos, nadie parece dormir y, con naturalidad,la gente se cita a las tres de la mañana . Es la Nue-va España del mito romántico, pervertida y tor-turada por la autoridad, y redimida por el amor yla solidaridad de los marginales .

    . . . Y sean malditos en su comer y beber,y en su velar y dormir. . .

    Riva Palacio -seguramente sin advertirlo- res-ponde con creces a las exigencias de los lectoresburgueses . En el pasado misterioso y un tantoincoherente que urde, la zona de realidad es laInquisición, y el espacio de la locura sagrada es

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    el amor-pasión . Para alentar a su invento, proce-sa un habla bellamente arcaica que será el mo-delo ya inalcanzable de donosura; produce lospersonajes que el lector desea odiar y querer, yle allega a su primer público ferviente (las mu-jeres de capacidad adquisitiva) el sueño del re-conocimiento social a través de la sujeción a losarquetipos . Véase al respecto la descripción dedoña Blanca de Mejía :

    Dieciséis años tenía y era esbelta como el tallode una azucena, con esas formas que la imagi-nación concibe en la Venus del Olimpo, con esagracia de la mujer que amamos . . . Doña Blancaera un ensueño, una ilusión vaporosa, espiritual,parecía deslizarse al andar, como las náyades enla superficie de los lagos; era de esas mujeresque la imaginación concibe, pero que ni el pin-cel ni la pluma pueden retratar .

    He aquí a la Joven-Pura-a-Pesar-de-Todo, desgra-ciada a causa de su hermosura . Inevitablemente,Riva Palacio expropia para su causa seculari-zadora los recursos del arquetipo cristiano . Espreciso difundir la existencia , ideal y real, de lassantas vírgenes del orden laico, martirizadas nopor su devoción sino por su "falta de devoción"("Pues diga, ¿confiesa tener pacto explícito con eldemonio?"). Luego de siete años en el convento,

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  • adonde la confinó la arbitrariedad de su her-mano, empeñado en arrebatarle la herencia,doña Blanca exalta la libertad que a las monjasse les niega :

    -¡Ah, señora!, vos no podéis ni aun compren-der lo que se siente cuando se miran estos mu-ros, que no se han de franquear nunca ; cuandose considera que el sepulcro se ha cerrado yasobre nosotros que hemos muerto estando vi-vas, que no tenemos de común más que el airey la luz con ese mundo del que se nos aleja, delque se nos priva, pero que por eso mismo nosparece más bello y más encantador. Ah, seño-ra, ¡la libertad! ¿Sabéis vos lo que es la libertad?No podéis comprenderla porque siempre lahabéis gozado . . .

    Enterrada en vida, doña Blanca no renuncia aldeseo y se anima ardorosamente ; "Adivino laspasiones entre los que miro venir del templo,sorprendo en mis libros de devoción frases deamor que yo no quiero dirigir sólo a Dios" . En lamártir, más que en ninguna otra figura, Riva Pa-lacio concentra su romanticismo y sus certidum-bres históricas . Ya los mártires no serán sólo lostestigos de la fe sino también los testimonios cate-góricos del uso perverso de la fe . Al reivindicar alas víctimas de la Inquisición y de la estrechez de

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    las costumbres (que le niega a las jóvenes la auto-nomía vocacional y matrimonial), don Vicenteparticipa exitosamente en la empresa teórica másintensa de los liberales, expresada en leyes, lite-ratura y actitudes : la oposición al monopolio ca-tólico de la moral .

    Pero por Nuestro Señor Jesucristo,

    ¿qué pretendéis?

    En su magistral ensayo sobre Sué, Jean-Louis Boryes categórico : "La novela popular (respecto a suobjeto), cuando llega a ser popular (respecto asu éxito) no tarda en volverse popular tambiénen sus ideas y en su forma" . Eso le sucede a RivaPalacio: su forma narrativa se vuelve popular, yde sus novelas se desprende la visión del virrei-nato que acaba predominando, la época en quela miseria y la esclavitud levantan el esplendorde templos y palacios, la piedad se perfeccionaayudada por la intimidación de las hogueras, y laintriga es el medio masivo de comunicación . Suslibros, en el siglo XIX , no inspiran la nostalgiaembellecedora sino el miedo retrospectivo .

    ¿Con quiénes se identifican los lectores deMonja y casada . . . y de Martín Garatuza? Lospersuadidos por el autor (muy probablemente la

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  • inmensa mayoría) se alinean con las víctimas ysus defensores . Si en última instancia el Mal es laausencia de la libertad de creencias, la "estructurade la consolación" (el mensaje de Riva Palacio)se funda en una certeza: no volverán los tiemposde equívocos trágicos y potros de tortura . La "ven-ganza política" (por así decirlo póstuma) se ini-cia al compartir los lectores la denuncia, la indig-nación y el alivio del que sobrevivió por habitaren otra época .

    En la serie de Riva Palacio no falta ningunode los elementos de la novela popular : reivindi-caciones (herederos o, sobre todo, herederas des-pojados de su fortuna por uno o varios malva-dos, inocentes condenados a prisión perpetua omuerte) ; héroes que no se ufanan de serlo (elnegro Teodoro y Martín Garatuza) ; ayudas mági-cas ; cabos sueltos que se entienden a la luz deuna red minuciosa y fatal; fugas increíbles ; en-mascaramientos o disfraces de villanos y héroes,etcétera . Y lo específico es la perversidad de laInquisición y sus contribuciones a la historia dela estupidez y de la crueldad humanas .

    Al autor de Monja y casada . . ., le urge asom-brar a sus lectores, denunciando lo contempladopor muchos con cierta naturalidad: la locura de laobediencia fanática que apenas oculta intereseseconómicos y políticos : "Después me interrogaron

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    -recapitula Teodoro- si sabía que mi amo enlas noches azotaba un Crucifijo y le escupía elrostro, y si sabía que en una de las puertas de laTienda había enterrado otro Crucifijo, y a los queentraban por esa puerta, pasando sobre él, lesdaba los efectos más baratos y más caros a los quepenetraban por la otra" . El Tribunal de la Inquisi-ción, precisa Riva Palacio, mete a los reos en sacosy los arroja a profundos estanques atados a unagran piedra. Y sentencia : el que se hunda y se aho-gue es culpable porque Dios no lo quiso salvar .

    Don Vicente recurre sin escrúpulos a deliriosnarrativos y anacronismos (el romance del em-perador Cuauhtémoc con una española, etcétera) .También, se obsesiona por la exactitud . En unacarta a su editor, incluida en la primera ediciónde Monja y casada . . . , es categórico: "Los perso-najes y los episodios son históricos, y he logradoencontrar preciosos datos en la gran oscuridadque envuelve la historia de las costumbres de laépoca". Con fidelidad, reproduce edictos, exco-muniones, torturas, usanzas del autoritarismo fa-miliar. El alegato a favor de la tolerancia surgedel informe detallado de las consecuencias de laintolerancia . Entre recursos efectistas y lirismosmalogrados, Riva Palacio produce situaciones ypersonajes, rudimentos de una sensibilidad lai-ca. Esto se acrecienta con Martín Garatuza, la

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  • continuación de Monja y casada . . . ¿De qué tratala novela? Si uno la lee, se entera ; si quiere resu-mirla no lo sabrá jamás . Hago el intento al mar-gen de la esperanza . En 1624, ansiosos de inde-pendencia un grupo de criollos, sacerdotes ensu mayoría, encabezados por Alonso de Salazar,se reúne conspirativamente . El 5 de noviembre,deciden, "debemos nosotros de dar el grito y le-vantar de nuevo el trono de Guatimotzin y el deMoctezuma Ilhuicamina. Tenochtitlán libre y li-bre el imperio de los aztecas ." En algo, la reivin-dicación se inspira en derechos de familia . Elpadre Salazar y su hermano Leonel desciendenpor vía materna de Cuauhtémoc (el "escudo dearmas" : una mancha roja en sus espaldas en for-ma de lengua de fuego) . Leonel se vuelve el jefede la conjura y como le sobra tiempo se enamo-ra de su prima, Esperanza de Carvajal, descen-diente de judíos y, también del emperador Cuauh-témoc (el sino trágico desde la genealogía) .

    En contra suya, actúan villanos que hicieronsu debut en Monja y casada . . . En el centro, elpícaro virtuoso, el transformista Martín Garatu-za, que presiente los requisitos del cine de aven-turas, se disfraza de lo que sea en un instante ytiene escondrijos colmados de objetos valiosos .Garatuza, ubicuo, es también asistente personaldel virrey, y es partidario de la conjura, a la que

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    salva y a la que sin darse cuenta delata . (La multi-plicación de funciones es lo propio de un mediopequeño). Corte a "La marca del fuego", las me-morias de doña Juana de Carvajal, que interrum-pen el hilo de la narración, a partir de un hechoreal, muy bien reconstruido por el historiador Al-fonso Toro en La familia Carvajal : el proceso porjudaizante de una familia y el consiguiente des-pojo de bienes, con tres de las jóvenes quemadasvivas en el primer auto de fe de la Nueva España(1575) . Riva Palacio melodramatiza la tragedia :

    -Pues falta lo mejor: como hubo de doblarse eltormento a las tres hermanas y me tocó asistir aél, pude observar que todas ellas tenían la mismamarca que el diablo había puesto a su hija .

    -Malas deben ser esas damas y es lástima,porque dicen que son muy hermosas .

    -Cuéntamelo a mí que las vi desnudas :de lo poco que hay. ¡Qué pies, qué brazos, quécuello! Vamos, si daba lástima ver cómo crujíanaquellas carnitas tan suaves y cómo se crispa-ban aquellos miembros tan bien formados, por-que les dieron el extraordinario .

    -¿Y aguantaron?-Algo, al fin confesaron; pero ya estaban

    muy maltrechas .

    En Martín Garatuza todo se mueve al filo delincesto, los descendientes de Cuauhtémoc jamás

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  • pueden huir hacia el lecho de rosas, las tragediasalumbran la fascinación de los lectores, la deses-peración envía a las mujeres hermosas a los con-ventos, ningún villano alcanza la muerte natural. Elfolletín extermina a sus criaturas para convocar asus lectores, y en materia de castigo del mal nohay reticencias ni frenos morales . Los héroes (Ga-ratuza, Teodoro y don César) entierran vivos alos malvados don Alonso de Rivera y don Baltasarde Salmerón, pero con la cabeza de fuera y conmordazas. A los lectores del principio eso nodebió molestarles, y debieron asentir con satis-facción moral ante la descripción del final de losmonstruos :

    Don Alonso había conseguido romper con losdientes la mordaza, que era de madera, peroquizá al conseguirlo, o quizá en medio de suagonía, se había trozado la lengua con los dien-tes, porque le colgaba fuera de la boca, negra ydespedazada, y un charco de sangre se advertíaen la tierra debajo de su barba .

    Don Baltasar tenía los ojos abiertos, casisaltados de las órbitas, vidriosos, amenazadoresaún, y sus cabellos, blancos y escasos, estabancomo erizados todavía .

    Las otras novelas : Los piratas del Golfo, Las dosemparedadas, La vuelta de los muertos y Memo-

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    rías de un impostor, don Guillén de Lampart, reyde México, mantienen la línea de legibilidadpero no el delirio excepcional de Calvario yTabor, Monja y casada . . . y Martín Garatuza.Retienen, eso sí, las obsesiones de su autor : odioa la intolerancia, elogio del amor-pasión, exal-tación de la sinceridad y la honradez, respetopor la integridad corporal y psicológica, recha-zo del fanatismo .

    IV La Santa Inquisición: "¿Confesáisser el primo hermano del Maligno?"

    En tiempos de la Inquisición(De la otra enseñanza de la Historia)

    El interés del presidente Juárez en la Inquisiciónes político . En medio de las guerras de Reforma,los liberales necesitan usar a su favor los crímenesde la tradición ensalzada por sus opositores,opuestos a la tolerancia y la libertad de creen-cias, y admiradores del Santo Oficio . Por eso, enmarzo de 1861, se le encomienda a Riva Palacio,adversario de Juárez en la Cámara de Diputados,recoger del Arzobispado el archivo de la Inqui-sición, y dos semanas más tarde, Juárez ordenapublicar "las causas célebres" del Santo Oficio . La

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  • estrategia no oculta sus fines: analizar un métodooprobioso de control y poner a circular algunosejemplos del significado de vivir bajo el terror"bendecido por Dios y la Santa Madre Iglesia" .Sin embargo, como informa Ortiz Monasterio,los liberales no son tan sinceros al exponer susmotivos. El 31 de mayo de 1861, en El MonitorRepublicano, Riva Palacio y Pantaleón Tovarbordan el tema :

    La lectura de las piezas muy curiosas del archi-vo de la Inquisición no tiene un interés de par-tido político . Los que aplauden, como los quemurmuran o contemplan indiferentes esas obrasque materializan los pensamiento de reformade la época, todos se reúnen delante de ellas .Los unos conciben grandes acontecimientospara juzgar, algunos deploran los sucesos ; to-dos empero se ocupan de ellas, se detienen acontemplarlas .

    El clero maniobra para impedir la publicaciónde los procesos y, al parecer, consigue de la Su-prema Corte una comunicación que exige se de-vuelvan los papeles . El diputado Juan A. Mateosdemanda el rechazo de la solicitud :

    Señores, el clero tiene emisarios en todas par-tes, en todos los poderes de la Federación, pero

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    sus ideas negras resaltan sobre el rojo de la si-tuación. El día de la verdad ha llegado; el solilumina esos antros donde se han perpetradotantos crímenes que la historia guarda en sus pá-ginas, acusados en esos archivos que hoy abrela revolución . . .

    Se le pide a Riva Palacio devolver los documen-tos para su traslado a la Biblioteca Nacional .Luego de varios forcejeos, al final se entregan,pero él ya los ha aprovechado debidamente ensus novelas, en sus trabajos históricos y en Ellibro rojo.

    "Mándese pregonar públicamente"

    El libro rojo 1520-1827, da cuenta de los proce-dimientos del sentido de vigilar y castigar. Se es-cuchan en el confesionario las quejas del cora-zón contrito y se procesa al incauto . Se acecha laherejía y se le vuelve ejemplo intimidador . Se usanlos sacramentos como técnicas de sojuzgamientode los que ofenden a Dios, y a las expresiones másfehacientes de Dios, el rey y el Papa . Del bautis-mo a la extremaunción, de la comunión al rezofamiliar, en la Nueva España todo es instrumentode control . De tan sujeto, el espíritu obliga a la

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  • raza a hablar con suprema humildad . Para RivaPalacio, el centro de las operaciones sojuzgatoriases el Santo Tribunal de la fe .

    En 1571, el doctor Pedro Moya de Contreras,inquisidor mayor de la Nueva España según ins-trucciones precisas del no muy benevolente reyFelipe II, hace publicar un pregón solemne .

    Sepan todos los vecinos y moradores desta ciu-dad de México y sus comarcas como el SeñorDoctor Moya de Contreras, Inquisidor Apostó-lico de todos los reynos de la Nueva España,manda que todas, y cualesquier persona, asíhombres como mujeres de cualquier calidad ycondición que sean de doce años arriba vayanel domingo primero que viene, a la Iglesia ma-yor desta ciudad a oír la misa, Sermón y Jura-mento de la fe que en ella se ha de hacer ypublicar, so pena de excomunión mayor . Mán-dase pregonar públicamente para que venga anoticias de todos .

    El rito, medio masivo, aplasta a los individuos asus-tadizos y por eso mismo culpables (¿Quién, queno esté a la vera del Señor, se atreve a declararseinocente?) . Para Riva Palacio, la Inquisición es elúltimo mecanismo de dominio, y si le atrae tantoes por considerarla la culminación del double talkdel Virreinato, de la pirámide verbal que en la prác-

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    tica es exactamente lo contrario, del horror anombre de la piedad : "Así, afirma en México através de los siglos, la Inquisición no era lo quepudiese creerse de ella leyendo sus constitucio-nes y encontrando a cada momento en las cartasacordadas el alarde de la misericordia, de la benig-nidad, del amor al prójimo y del ardiente y desin-teresado deseo de salvar al hereje de la muerteeterna y a los buenos cristianos del horrible con-tagio de aquella lepra espiritual que se comuni-caba por una palabra, por un saludo y hasta pormedio de la caridad, cuando el católico daba unpan o un asilo al reo perseguido y pregonado porel Santo Oficio" .

    Según Riva Palacio, el meollo del asunto esla interiorización del sentimiento de culpa, (tanabstracto que nunca deja de ser concreto), elvínculo mayor entre los habitantes de la NuevaEspaña. El que no compruebe ante el Tribunalla inocencia, que entregue la sumisión perpetua .Y los que manejan el "secreto abierto" (todos, entanto pecadores, están decididamente en falta),tienen las claves de los comportamientos . Sepancuantos oyeren : la Culpa es resultado directodel olvido de la Doctrina (el segundo de entregaal pecado que equivale a un siglo), y es el hechojudicial propio de los Estados totalitarios : la defi-nición del delito siempre está en manos del poder

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  • máximo, y delito es cualquier cosa. "El secreto,afirma Riva Palacio, era del alma, el resorte, elnervio poderoso de la Inquisición ; nada de loque allí pasaba debía saberse ni revelarse por nin-guno, ni inquisidor, ni ministro, ni familiar, ni reo .Desde el inquisidor apostólico que tomaba po-sesión de su cargo hasta el acusado que salía delas cárceles, todos, sin excepción, juraban guar-dar la más profunda reserva de cuanto habíanvisto o sabido, bajo penas tan graves que difícilera, si no imposible, que alguien se atreviera atener la menor imprudencia" .

    Algunos conservadores de hoy, obstinadosen disipar la "leyenda negra", divulgan comonoticia asombrosa lo ya escrito por Riva Palacio :las estratagemas de la Inquisición para mantenersu "fama piadosa", la entrega de los reos al brazosecular en condición de relajados, el compartircon los tribunales del fuero común la prácticadel tormento, "medio de prueba", la sentencia demuerte encomendada a los jueces civiles, las que-mas en la hoguera de "sodomitas" o "sométicos"no procesados por la Inquisición . Estas formalida-des no alteran la razón básica de don Vicente : nohay tal "leyenda negra", la Inquisición es, desdesu nombre, la operación más implacable de ins-pección física y psíquica, que no distingue entreherejías políticas y religiosas, entre culpables de

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    delitos recién inventados y propietarios de bie-nes confiscables .

    "Perderás la vida con dolor,

    pero a lo mejor salvas el alma"

    Los tribunales de la Inquisición abarcan la totali-dad de la América hispánica a través de sus co-misarios, eclesiásticos dotados de facultadesinquisitoriales, independizados de la jurisdicciónepiscopal. En cada sede episcopal y en cada puer-to de mar hay un comisario, auxiliado a su vezpor una serie de "familiares", seglares a . los quese reintegran los gastos efectuados en el desem-peño de su oficio (v . el excelente libro de Hans-Jürgen Prien, Historia del cristianismo en Amé-rica Latina, Ediciones Sígueme, España, 1985) . LaInquisición verifica la ortodoxia católica, y porortodoxia se entiende la sujeción puntual a laIglesia y la Corona . Hay procesos por herejías yblasfemias, y contra brujas, adivinos, adoradoresdel diablo, astrólogos, alquimistas, bígamos, exco-mulgados, protestantes, así como contra cristianosnuevos y moriscos que supuesta o realmente norenuncian a su fe judaica o islámica .

    La Inquisición se encarga de todo lo relativoa la censura, por ejemplo, la inspección de naves

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  • para detectar libros prohibidos, objetos de cultosheterodoxos y pasajeros con trazas luciferinas .Pronto, la Inquisición genera una burocracia . Senecesitan demasiados para indagar, convertir losrumores en acusaciones, manejar la retórica delas investigaciones y el papelerío de los procesos,ejecutar la sentencia (incautarse de la propiedady fortuna de los condenados) . Dice Riva Palacio :"Con más facilidad podía salvar su libertad o suvida un acusado de las manos de los inquisido-res, que sus bienes" . Y el impacto es tan desme-dido que, a diferencia de España, en América sonescasos los expedientes que culminan en la penaúltima: cerca de cien . Por lo demás, la Inquisiciónse ocupa de "enderezar" las costumbres relaja-das del clero, perseguir la bigamia y erradicar labrujería (acusación vaguísima, que alude lo mis-mo a herbolarias que a ricos empobrecibles) .

    En sí mismos, los procesos no describen laextensión y la profundidad del terror . A los indiosno les convino en lo absoluto la compasión de FrayJuan de Zumárraga, inquisidor apostólico que alconsiderarlos seres humanos de pleno derecholos sitúa al instante bajo la mira del Santo Tribu-nal (es tan duro Zumárraga, que el propio consejoinquisitorial lo desaprueba) . Explica el brasileñoJosé G. Salvador la táctica predilecta de la Inqui-sición, la inexistencia de la tranquilidad :

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    . . .bastaban denuncias falsas, propaladas porenemigos, para lanzar a un inocente a la cárcelrepugnante . Y hasta que se verificaba su culpa,padecía meses y años, aislado por completo desu familia y del mundo, incautados sus bienes,mal alimentado, sin acceso al calor del sol, sinpoder conocer el o los nombres de, los acusado-res y todavía sometido a torturas . Si a pesar detodo ello uno lograba salir con vida (y muchosfueron absueltos), todavía debía padecer anoma-lías, estaba condenado a la pobreza y la socie-dad lo miraba de reojo . . .

    Lo que más interesaba al Santo Oficio era mante-ner en funcionamiento la máquina, es decir : elnumeroso personal que dependía de él, lo quehabría sido imposible si se hubieran acabadolos acusados .

    Control y codicia : a Zumárraga el Consejo leadvierte del "mucho escándalo por los indios,los cuales piensan que por codicia de los bienesqueman" . Controly certeza: "la ignorancia de laley no implica su no observancia" . El Consejo dela Inquisición, de nuevo, reconviene al obispo :

    Hemos entendido que en esa ciudad (México)se relajó un indio que se decía don Carlos y fuequemado por la Inquisición y sus bienes se con-fiscaron, por razón que se decía que tenía ciertos

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  • ídolos en casa; y que al tiempo del auto habíadicho públicamente que él moría como cristianoy creía en Jesucristo, y que no había hecho cosaalguna contra ella después que se bautizó ; y quesi algunos ídolos estaban en su casa, que erande sus antepasados y que estarían escondidos,y que él no sabía de ellos .

    Y siendo así como nos han informado, nosha parecido cosa muy rigurosa tratar de tal ma-nera a persona nuevamente convertida a nuestrasanta fe, y que por ventura no estaba tan instrui-do en las cosas de ella como era menester . . .

    A Riva Palacio la Inquisición le obsesiona por susposibilidades narrativas (hoy las llamaríamos me-lodramáticas : en el centro del laberinto social, elindividuo, solo, sin ayuda alguna, fiado a su astu-cia o su virtud contra el mundo encabezado porDios), por su peso cultural y político (la herenciamás opresiva del Virreinato), y por permitirle esce-nificar la-historia-anterior-a-la-Historia, los siglosy las costumbres que preceden a la Independen-cia. Si en algo creen Riva Palacio y Payno, es enlos poderes de la Historia, hilo conductor de lasmasas y orientación indeclinable de las personas .Don Manuel y don Vicente no son de la mismageneración (Payno nace en 1820 y Riva Palacioen 1832), pero viven su época desde invocacionescasi siempre similares, el anhelo de neutralización

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    del caos, la sensación inacabada de siempre em-pezar de nuevo, de tener como cárcel un país dé-bil, pobre, incomunicado, injusto, devastado porguerras fraticidas y codicias imperiales .

    Él libro rojo es, en última instancia, Méxicoa través de las anécdotas que una vez enuncia-das se vuelven con rapidez leyendas. Se va enpos del "interés humano" (antes de que la frasela rebaje y destruya el periodismo a lo Reader'sDigest), y cree hallársele en la revisión del pasa-do. El tiempo histórico que cubre es muy exten-so: de la llegada de Hernán Cortés a Tenochtitlan(y las vacilaciones de Moctezuma) al fusilamien-to del emperador Maximiliano en el Cerro de lasCampanas (y la heroica intransigencia de Juárez) .Del conquistador triunfante al conquistador fra-casado. Del gobernante destruido por la duda yel asombro ante los "dioses blancos", al gober-nante que rechaza la intromisión extranjera . Y enmedio, los capítulos que se consideran revelado-res de las tragedias y las hazañas del país .

    "Su éxito se trasladó al porvenir"

    1520-1867. En este periodo se impone el catoli-cismo y se forja la religiosidad popular, se aspirade modo aventurero a la autonomía, y se libra una

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  • lucha sacrifical por la independencia, y se amplíay se restringe la sociedad cuyos espectáculos noexcluyen (todo lo contrario) los autos de fe, lasdevastaciones de la peste, los procesos inacaba-bles como el de la familia Carabajal o Carbajal, lostumultuosos pleitos entre el virrey y el arzobispo,los asesinos de cortesía tan depurada que les avi-san a sus víctimas la hora exacta de su muerte .

    Y luego los héroes, los precursores, los már-tires : El licenciado Verdad, el cura Hidalgo, Allen-de, Matamoros, Morelos, Mina, Guerrero, Ocampo,Santos Degollado. Payno y Riva Palacio compartenel culto de Carlyle por aquellos seres excepciona-les que concentran la rabia y la desesperación po-pulares, el anhelo de justicia y libertad, la lucidezque vislumbra las formas óptimas de la nación, elespíritu de renuncia que ilumina el destino pros-crito de la colectividad . La curiosidad por las vícti-mas, y su psicología aplastada y resurrecta, cobrauna nueva dimensión. Hidalgo, Mina, Vicente Gue-rrero y Melchor Ocampo son víctimas, pero su ima-gen histórica ni se explica ni se congela por lossuplicios y los fusilamientos . En la visión del mun-do (el estilo narrativo) de Payno y Riva Palacio, elmorir por la Patria es un atributo del héroe, el actointerno que redime y disuelve el fracaso externo .Al principio de la viñeta dedicada a FranciscoJavier Mina, se argumenta :

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    En este libro hemos consignado el fin trágicoque la suerte reservó a los primeros caudillosde la independencia mexicana. Sin experien-cia en las armas, sin elementos para la guerra, yeducados en la sedentaria y tranquila carrerade la iglesia, su mérito y su gloria han consis-tido más bien en su abnegación y en su amora la libertad, que no en el éxito de .sus expe-diciones militares .

    Si la influencia de Payno se da más bien por víade la novela, la de Riva Palacio es incalculable .Casi por su cuenta, establece el tono familiar dela enseñanza histórica, la relación entre la difu-sión oficial de un proceso y la vida cotidiana . Sushéroes son personajes de los cuentos caseros, ha-bitantes del espacio inmenso donde funcionansin jerarquías los nahuales, los criminales de em-boscadas en los callejones de la Nueva España, lostorvos inquisidores deslumbrados por las joyas dela blanquísima joven que recién se desmayó enel tormento, los curas alegres que no soportan lahumillación nacional .

    Riva Palacio halla el idioma adecuado parapromover la exhumación conmovedora de he-chos y personas, y en El libro rojo lo conduce ala perfección que será durante un siglo el dogma(ni siquiera hoy, con el desarrollo sin preceden-tes de la ciencia histórica, se han desterrado del

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  • todo las imágenes míticas de don Vicente) . Él sólocree en la inmediatez, porque conoce con detalle(y muchísimas veces con nombre) a sus lectores,y los sabe indiferentes al conocimiento exhausti-vo, persuadidos por los calificativos drásticos (elpersonaje descrito debe ser "cobarde/ valiente/necio/ intrépido"), y convencidos por la amenidad :la Historia es el cuento interminable que debeser contado al filo de la medianoche y junto a lachimenea . Impulsor decidido de la cultura fun-dada en la experiencia común, Riva Palacio cono-ce su mayor triunfo literario y doctrinario con eltratamiento del Virreinato, que influirá en el cine(Cruz Diablo, En tiempo de la Inquisición o SanFelipe deJesús son desprendimientos de la pers-pectiva de Monja y casada . . ., para no hablar deMartín Garatuza, película y telenovela) . Sus per-sonajes del melodrama clásico se requerían paraafianzar la noción definitiva: la inquisición, enla cultura popular, es sinónimo de la intoleranciahomicida y saqueadora .

    El libro rojo es una de esas creaciones únicasque desde el principio se convierte en cultura oral .La historia se elabora como leyenda, y el lectordel siglo XIX y primeras décadas del siglo XX,aprovisionado de imágenes, se identifica con lafelicidad de no vivir en ese pasado al que quisieranregresarlo los aliados actuales de la Inquisición .

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