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VICENTE ALEIXANDRE

BIOGRAFÍAPoeta de la generación del 27, considerado uno de los

grandes poetas españoles del siglo XX.En una oportunidad dijo: "El poeta es el hombre. Y todo

intento de separar el poeta del hombre ha resultado siemprefallido... Por eso sentimos tantas veces como que tentamosa través de la poesía del poeta algo de la carne mortal delhombre. Y espiamos, aun sin quererlo, aun sin pensar enello, el latido humano que lo ha hecho posible; y en estepoder de comunicación está el secreto de la poesía que,cada vez estamos más seguros de ello, no consiste tanto enofrecer belleza cuanto en alcanzar propagación, comunica-ción profunda del alma de los hombres". (Aleixandre)Esta cita de Vicente Aleixandre, nos puede esclarecer la

comprensión de su obra, por lo significativo que resulta y porvenir de un poeta que nace en el ambiente literario donde fueposible el famoso diagnóstico orteguiano de "la deshumani-zación del arte".En el clima de los ismos pujantes por los primeros años 20,

una poesía intelectualizada aspiraba, a la pureza, medianteuna suerte de abstracción. Pronto esto va a cambiar y también el panorama de la

época. En un lapso brevísimo, la generación del 27 experi-mentó distintas y en cierto modo contradictorias aventuraspoéticas, y la irrupción del surrealismo, fue ya un ampliocauce de rehumanización y de talante apasionado. El verdadero surrealismo va a pasar de un hermetismo

poco accesible, a una clarificación de sus delirios imaginati-vos, y a la penetración en la nueva estética. Todos estos pro-cesos que son la historia misma de la poesía contemporá-nea española, van a manifestarse en la importante y ampliaobra aleixandrina.Vicente Aleixandre, español de Sevilla, nace en la primave-

ra trágica de 1898, el 26 de Abril, cuando la escuadra delalmirante Cervera zarpaba rumbo al Caribe, donde naufra-garía la última astilla del viejo imperio, dando paso a un pe-ríodo de crisis nacional, con larga repercusión en el pensa-miento y en la literatura.Hijo de un ingeniero de ferrocarril, pertenecía a una familia

de la burguesía media acomodada. Cuando tenía dos añossu familia se traslada a Málaga donde transcurrió su infan-cia. Fueron nueve años donde como cera maleable el paisa-je dejó grabada su luminosa sensación de belleza, elMediterráneo, su resonancia. Fue allí también, en Málagadonde tuvo el primer contacto con lo que sería un camarada,otro futuro poeta de la generación: Emilio Prados, condiscí-pulo de las primeras clases. Cuatro décadas después, esas impresiones aflorarán muy

vívidamente en el espacio cósmico de uno de sus libros capi-tales: Sombra del Paraíso.

CIUDAD DEL PARAÍSOA mi ciudad de Málaga

Siempre te ven mis ojos, ciudad de mis días marinos.Colgada del imponente monte, apenas detenidaen tu vertical caída a las ondas azules,pareces reinar bajo el cielo, sobre las aguas,intermedia en los aires, como si una mano dichosate hubiera retenido, un momento de gloria, antes dehundirte para siempre en las olas amantes.

Pero tú duras, nunca desciendes, y el mar suspirao brama por ti, ciudad de mis días alegres,ciudad madre y blanquísima donde viví y recuerdo,angélica ciudad que, más alta que el mar, presidessus espumas.

Calles apenas, leves, musicales. Jardinesdonde flores tropicales elevan sus juveniles palmas gruesas.

Palmas de luz que sobre las cabezas, aladas,mecen el brillo de la brisa y suspendenpor un instante labios celestiales que cruzancon destino a las islas remotísimas, mágicas,que allá en el azul índigo, libertadas, navegan.

Allí también viví, allí, ciudad graciosa, ciudad honda.Allí, donde los jóvenes resbalan sobre la piedra amable,y donde las rutilantes paredes besan siemprea quienes siempre cruzan, hervidores, en brillos.

Allí fui conducido por una mano materna.Acaso de una reja florida una guitarra tristecantaba la súbita canción suspendida en el tiempo;quieta la noche, más quieto el amante,bajo la luna eterna que instantánea transcurre.

Un soplo de eternidad pudo destruirte,ciudad prodigiosa, momento que en la mente de un Dios emergiste.

Los hombres por un sueño vivieron, no vivieron,eternamente fúlgidos como un soplo divino.

Jardines, flores. Mar alentando como un brazo que anhelaa la ciudad voladora entre monte y abismo,blanca en los aires, con calidad de pájaro suspensoque nunca arriba. ¡Oh ciudad no en la tierra!

Por aquella mano materna fui llevado ligeropor tus calles ingrávidas. Pie desnudo en el día.Pie desnudo en la noche. Luna grande. Sol puro.Allí el cielo eras tú, ciudad que en él morabas.Ciudad que en él volabas con tus alas abiertas.

En 1909 la familia se instala en Madrid, ciudad donde elfuturo poeta cursará el bachillerato y la universidad. VicenteAleixandre estudió Derecho y Comercio. Fue profesor deDerecho de la Escuela de Madrid durante unos años, espe-cializándose en Derecho Mercantil. A los 18 años descubrió la poesía como "una profunda ver-

dad comunicada" que le inicia en el goce y misterio de lapoesía y que lo aleja de la concepción que le había sidotransmitida en sus años escolares, de la poesía como unconjunto de rimas. A partir de entonces, se relaciona conotros jóvenes de su generación que sentían como él inquie-tudes literarias. Es cuando estudiaba Derecho e Intendencia Mercantil

-carreras en las que se graduó en 1919-, donde inicia suamistad con Dámaso Alonso, al que conoce en Las Navasdel Marqués, lugar donde veraneaba. Amistad que puedeconsiderarse el primer paso para su entrada al mundo de lacreación poética. Tras aquellos diálogos amistosos, Aleixandre descubre una

vocación ya definitiva. Inicia de este modo una profundapasión por la poesía. Dámaso Alonso le aconseja leer al

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romántico Gustavo Adolfo Bécquer y le descubre el nuevomundo y la expresión estética del modernista Rubén Darío,como así también a otros poetas como Antonio Machado,Juan Ramón Jiménez y a los simbolistas franceses. A partirde ese momento nace en Aleixandre la necesidad de escri-bir poesía.

NACIMIENTO DEL AMOR

¿Cómo nació el amor? Fue ya en otoño.Maduro el mundo,no te aguardaba ya. Llegaste alegre,ligeramente rubia, resbalando en lo blandodel tiempo. Y te miré. ¡Qué hermosame pareciste aún, sonriente, vívida,frente a la luna aún niña, prematura en la tarde,sin luz, graciosa en aires dorados: como tú,que llegabas sobre el azul, sin beso, pero con dientes claros, con impaciente amor!

Te miré. La tristeza se encogía a lo lejos, llena de paños largos,como un poniente graso que sus ondas retira.Casi una lluvia fina -¡el cielo, azul! - mojabatu frente nueva. ¡Amante, amante era el destinode la luz! Tan dorada te miré que los solesapenas se atrevían a insistir, a encendersepor ti, de ti, a darte siempresu pasión luminosa, ronda tiernade soles que giraban en torno a ti, astro dulce,en torno a un cuerpo casi transparente, gozoso,que empapa luces húmedas, finales, de la tarde,y vierte, todavía matinal, sus auroras.

Eras tú, amor, destino, final amor luciente,nacimiento penúltimo hacia la muerte acaso.Pero no. Tú asomaste. ¿Eras ave, eras cuerpo,alma solo? ¡Ah, tu carne traslúcidabesaba como dos alas tibias,como el aire que mueve un pecho respirando,y sentí tus palabras, tu perfume,y en el alma profunda, clarividentediste fondo. Calado de ti hasta el tuétano de la luz,sentí tristeza, tristeza del amor: amor es triste.En mi alma nacía el día. Brillandoestaba de ti; tu alma en mí estaba. Sentí dentro, en mi boca, el sabor a la aurora.Mis ojos dieron su dorada verdad. Sentí a lospájaros

en mi frente piar, ensordeciendomi corazón. Miré por dentro los ramos, las cañadas luminosas, las alas variantes, y un vuelo de plumajes de color, de encendidospresentes me embriagó, mientras todo mi ser a un mediodía,

raudo, loco, creciente se incendiabay mi sangre ruidosa se despeñaba en gozosde amor, de luz, de plenitud, de espuma.

DESTINO TRÁGICO

Confundes ese mar silencioso que adoro con la espuma instantánea del viento entre los árboles.

Pero el mar es distinto. No es viento, no es su imagen. No es el resplandor de un beso pasajero, ni es siquiera el gemido de unas alas brillantes.

No confundáis sus plumas, sus alisadas plumas, con el torso de una paloma. No penséis en el pujante acero del águila. Por el cielo las garras poderosas detienen el sol. Las águilas oprimen a la noche que nace, la estrujan -todo un río de último resplandor va a losmares-

y la arrojan remota, despedida, apagada, allí donde el sol de mañana duerme niño sin vida.

Pero el mar, no. No es piedra, esa esmeralda que todos amasteis en las tardes sedientas.

No es piedra rutilante toda labios tendiéndose, aunque el calor tropical haga a la playa latir, sintiendo el rumoroso corazón que la invade.

Muchas veces pensasteis en el bosque. Duros mástiles altos, árboles infinitos bajo las ondas adivinasteis poblados de unos pájaros de espumosa blancura.

Visteis los vientos verdes inspirados moverlos, y escuchasteis los trinos de unas gargantas dulces: ruiseñor de los mares, noche tenue sin luna, fulgor bajo las ondas donde pechos heridos cantan tibios en ramos de coral con perfume.

Ah, sí, yo sé lo que adorasteis. Vosotros pensativos en la orilla, con vuestra mejilla en la mano aún mojada, mirasteis esas ondas, mientras acaso pensabais enun cuerpo:

un solo cuerpo dulce de un animal tranquilo. Tendisteis vuestra mano y aplicasteis su calor a la tibia tersura de una piel aplacada. ¡Oh suave tigre a vuestros pies dormido!

Sus dientes blancos visibles en las fauces doradas, brillaban ahora en paz. Sus ojos amarillos, minúsculas guijas casi de nácar al poniente, cerrados, eran todo silencio ya marino. Y el cuerpo derramado, veteado sabiamente de una ondapoderosa,

era bulto entregado, caliente, dulce solo.

Pero de pronto os levantasteis. Habíais sentido las alas oscuras, envío mágico del fondo que llama a los corazones.Mirasteis fijamente el empezado rumor de los abismos. ¿Qué formas contemplasteis? ¿Qué signos, inviolados, qué precisas palabras que la espuma decía, dulce saliva de unos labios secretos

N.º 2 POESÍA MÁS POESÍA

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TALLERES DE POESÍA GRUPO CERO [email protected]

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que se entreabren, invocan, someten, arrebatan? El mensaje decía...

Yo os vi agitar los brazos. Un viento huracanado movió vuestros vestidos iluminados por el ponientetrágico.

Vi vuestra cabellera alzarse traspasada de luces, y desde lo alto de una roca instantánea presencié vuestro cuerpo hendir los aires y caer espumante en los senos del agua; vi dos brazos largos surtir de la negra presencia y vi vuestra blancura, oí el último grito, cubierto rápidamente por los trinos alegres de losruiseñores del fondo.

SE QUERÍAN

Se querían. Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada, labios saliendo de la noche dura, labios partidos, sangre, ¿sangre dónde? Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas, a esa amorosa gema del amarillo nuevo, cuando los rostros giran melancólicamente, giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondos laten bajo la tierra y los valles se estiran como lomos arcaicos que se sienten repasados: caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada, entre las duras piedras cerradas de la noche, duras como los cuerpos helados por las horas, duras como los besos de diente a diente sólo.

Se querían de día, playa que va creciendo, ondas que por los pies acarician los muslos, cuerpos que se levantan de la tierra y flotando... Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos, mar altísimo y joven, intimidad extensa, soledad de lo vivo, horizontes remotos ligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querían como la luna lúcida, como ese mar redondo que se aplica a ese rostro, dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida, donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios, ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas, mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal, metal, música, labio, silencio, vegetal, mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.

En 1922 conoció a Rafael Alberti en el Ateneo de Madrid,época en la que su salud empieza a empeorar. En 1925 sele declara una nefritis tuberculosa, que termina con la extir-pación de un riñón, operación realizada en 1932.Desde esa época, reside en la casa de Velingtonia, tan

conocida por los poetas de dentro y fuera de España, dondeha escrito casi todos sus libros. Ese número 3 de la calleVelingtonia, que cuando la habitó el poeta por primera vezera una isla en las afueras madrileñas de los altos de laMoncloa, ha venido siendo, durante medio siglo, una suertede estación de seguimiento de las naves espaciales de lapoesía. Lugar de frecuentes reuniones del famoso grupogeneracional: Lorca, Cernuda, Alberti, Altolaguirre, Diego,Dámaso Alonso…En esta casa, víctima también de la destrucción bélica,

reconstruida en 1941, las generaciones de postguerra halla-ron entre sus paredes un generoso y ejemplar magisterio.

DESTINO DE LA CARNE

No, no es eso. No miro del otro lado del horizonte un cielo. No contemplo unos ojos tranquilos, poderosos, que aquietan a las aguas feroces que aquí braman. No miro esa cascada de luces que descienden de una boca hasta un pecho, hasta unas manos blandas, finitas, que a este mundo contienen, atesoran.

Por todas partes veo cuerpos desnudos, fieles al cansancio del mundo. Carne fugaz que acaso nació para ser chispa de luz, para abrasarse de amor y ser la nada sin memoria, la hermosaredondez de la luz. Y que aquí está, aquí está, marchitamente eterna, sucesiva, constante, siempre, siempre cansada.

Es inútil que un viento remoto, con forma vegetal,o una lengua,

lama despacio y largo su volumen, lo afile, lo pula, lo acaricie, lo exalte. Cuerpos humanos, rocas cansadas, grises bultos que a la orilla del mar conciencia siempre tenéis de que la vida no acaba, no, heredándose. Cuerpos que mañana repetidos, infinitos, rodáis como una espuma lenta, desengañada, siempre. ¡Siempre carne del hombre, sin luz! Siempre rodados desde allá, de un océano sin origen que envía ondas, ondas, espumas, cuerpos cansados, bordes de un mar que no se acaba y que siempre jadeaen sus orillas.

Todos, multiplicados, repetidos, sucesivos, amontonáisla carne,

la vida, sin esperanza, monótonamente iguales bajo loscielos hoscos que impasibles se heredan.

Sobre ese mar de cuerpos que aquí vierten sin tregua,que aquí rompen

redondamente y quedan mortales en las playas, no se ve, no, ese rápido esquife, ágil velero que con quilla de acero, rasgue, sesgue, abra sangre de luz y raudo escape hacia el hondo horizonte, hacia el origen último de la vida, al confín del océano eterno que humanos desparrama sus grises cuerpos. Hacia la luz, hacia esa escalaascendente de brillos

que de un pecho benigno hacia una boca sube, hacia unos ojos grandes, totales que contemplan, hacia unas manos mudas, finitas, que aprisionan, donde cansados siempre, vitales, aún nacemos.

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MATERIA HUMANA

Y tú que en la noche oscura has abierto los ojos y te has levantado.

Te has asomado a la ventana. La ciudad en la noche. ¿Qué miras? Todos van lejos. Todos van cerca. Todos muy juntos en la noche. Y todos y cada uno en suventana, única y múltiple.

Si tú mueves esa mano, la ciudad lo registra un instante y vibra en las aguas.

Y si tú nombras y miras, todos saben que miras, y esperan y la ciudad recibe la onda pura de unamateria.

Toda la ciudad común se ondea y la ciudad toda es una materia:

una onda única en la que todos son, por la que todo es, y en la que todos están; llegan, pulsan, se crean.

Onda de la materia pura en la que inmerso te hallas, que por ti existe también y que desde lejísimos te ha alcanzado.

Allí respira en la extensión total -¡ah, humanidad!- con toda su dimensión profunda casi infinita.

Ah, qué inmenso cuerpo posees. Toda esa materia que viene del fondo del existir, que un momento se detiene en ti y sigue tras ti, propagándote y heredándote y por la que tú significadamente sucedes.

Todo es tu cuerpo inmenso, como el de aquel, como el de ese otro, como el de aquella niña, como el de aquella vieja,

como el de aquel guerrero que no se sabe, allá en el fondo de las edades, y que está latiendo contigo.

Contigo el emperador y el soldado, el monje y el anacoreta. Contigo

la cortesana pálida que acaba de ponerse su colerete en la triste mejilla, ah, cuán gastada. Allí en la infinitud de los siglos.

Pero aquí sonríe contigo, bracea en la onda de la materia pura, y late en la virgen.

Como ese gobernante sereno que fríamente condena, allá en la lejanísima noche, y respira ahora también en la boca pura de un niño.

Todos confiados en la vibración sola que a todos suma, o mejor, que a todos compone y salva, y hace y envía, y allí se pierde todavía íntegra hacia el futuro.

Oh, todo es presente.

Onda única en extensión que empieza en el tiempo, y sigue y no tiene edad.

O la tiene, sí, como el Hombre.

CUERPO DE AMOR

Volcado sobre ti,volcado sobre tu imagen derramada bajo los altosálamos inocentes,

tu desnudez se ofrece como un río escapando,espuma dulce de tu cuerpo crujiente,frío y fuego de amor que en mis brazos salpica.

Por eso, si acerco mi boca a tu corriente prodigiosa,o si miro tu azul soledad, donde un cielo aún me teme,veo una nube que arrebata mis besosy huye y clama mi nombre, y en mis brazos se esfuma.

Por eso, si beso tu pecho solitario,si al poner mis labios tristísimos sobre tu pielincendiada

siento en la mejilla el labio dulce del ponienteapagándose,

oigo una voz que gime, un corazón brillando,un bulto hermoso que en mi boca palpita,seno de amor, rotunda morbidez de la tarde.

Sobre tu piel palabras o besos cubren, ciegan,apagan su rosado resplandor erguidísimo,y allí mis labios oscuros celan, dan, hacen noche,avaramente ardientes: ¡pecho hermoso de estrellas!

Tu vientre níveo no teme el frío de esos primerosvientos,

helados, duros como manos ingratas,que rozan y estremecen esa tibia magnolia,pálida luz que en la noche fulgura.

Déjame así, sobre tu cuerpo libre,bajo la luz castísima de la luna intocada,aposentar los rayos de otra luz que te besa,boca de amor que crepita en las sombrasy recorre tu virgen revelación de espuma.

Apenas río, apenas labio, apenas seda azul eres tú,margen dulce,

que te entregas riendo, amarilla en la noche,mientras mi sombra finge el claroscuro de platade unas hojas felices que en la brisa cantasen.

Abierta, penetrada de la noche, el silenciode la tierra eres tú: ¡oh mía, como un mundo en losbrazos!

No pronuncies mi nombre: brilla sólo en lo oscuro,y ámame, poseída de mí, cuerpo a cuerpo en la dicha,beso puro que estela deja eterna en los aires.

Publica sus primeros poemas en la "Revista de Occidente"y en 1927 participa en el homenaje a Góngora desde laspáginas de la revista "Verso y Prosa", de Jorge Guillén.También publica su primer libro "Ámbito" y comienza a leer aFreud, implicándose en el surrealismo poético. El homenaje a Góngora fue el motivo que atrajo hasta

Sevilla a los "poetas de Madrid", que no desaprovecharon laocasión, contribuyendo así a la revalorización de la figura yobra del poeta cordobés, relegada por la crítica académica....Y a Sevilla llegaron desde Madrid Jorge Guillén, Dámaso

Alonso, Gerardo Diego, Rafael Alberti y Federico GarcíaLorca. Eran los componentes, junto a Pedro Salinas yVicente Aleixandre, que no viajaron a Sevilla, del núcleo de

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la Generación del 27, del que también formaba parte el sevi-llano Luis Cernuda, todavía residente en su ciudad natal yque participó en las veladas literarias como un componentemás del Auditorio.

LA FRONTERA

Si miro tus ojos,si acerco a tus ojos los míos,¡oh, cómo leo en ellos retratado todo el pensamiento demi soledad!

Ah, mi desconocida amante a quien día a día estrecho en los brazos.

Cuán delicadamente beso despacio, despacísimo,secretamente en tu piel

la delicada frontera que de mí te separa.Piel preciosa, tibia, presentemente dulce, invisiblemente cerrada

que tiene la contextura suave, el color, la entrega de la fina magnolia.

Su mismo perfume, que parece decir: "Tuya soy, heme entregada al ser que adoro

como una hoja leve, apenas resistente, toda aroma bajo sus labios frescos".

Pero no. Yo la beso, a tu piel, finísima, sutil, casi irreal bajo el rozar de mi boca,

y te siento del otro lado, inasible, imposible, rehusada,detrás de tu frontera preciosa, de tu mágica pielinviolable,

separada de mí por tu superficie delicada, por tu severa magnolia,

cuerpo encerrado débilmente en perfumeque me enloquece de distancia y que, envueltorigurosamente, como una diosa de mí te aparta, bajo mis labios mortales.

Déjame entonces con mi beso recorrer la secreta cárcel de mi vivir,

piel pálida y olorosa, carnalidad de flor, ramo o perfume,suave carnación que delicadamente te niega,mientras cierro los ojos, en la tarde extinguiéndose,ebrio de tus aromas remotos, inalcanzables,dueño de ese pétalo entero que tu esencia me niega.

El POETA CANTA POR TODOS

IAllí están todos, y tú los estás mirando pasar. ¡Ah, sí, allí, cómo quisieras mezclarte y reconocerte!

El furioso torbellino dentro del corazón te enloquece. Masa frenética de dolor, salpicada contra aquellas mudas paredes interiores de carne. Y entonces en un último esfuerzo te decides. Sí, pasan.Todos están pasando. Hay niños, mujeres. Hombresserios. Luto cierto, miradas.

Y una masa sola, un único ser, reconcentradamentedesfila.

Y tú, con el corazón apretado, convulso de tu solitario dolor, en un último esfuerzo te sumes.

Sí, al fin, ¡cómo te encuentras y hallas! Allí serenamente en la ola te entregas. Quedamentederivas.

Y vas acunadamente empujado, como mecido,ablandado.

Y oyes un rumor denso, como un cántico ensordecido. Son miles de corazones que hacen un único corazón que te lleva.

IIUn único corazón que te lleva. Abdica de tu propio dolor. Distiende tu propio corazóncontraído.

Un único corazón te recorre, un único latido sube a tusojos,

poderosamente invade tu cuerpo, levanta tu pecho, te hace agitar las manos cuando ahora avanzas.

Y si te yergues un instante, si un instante levantas la voz, yo sé bien lo que cantas.

Eso que desde todos los oscuros cuerpos casi infinitosse ha unido y relampagueado,

que a través de cuerpos y almas se liberta de pronto entu grito,

es la voz de los que te llevan, la voz verdadera y alzada donde tú puedes escucharte, donde tú, con asombro, te reconoces.

La voz que por tu garganta, desde todos los corazones esparcidos,

se alza limpiamente en el aire.

IIIY para todos los oídos. Sí. Mírales cómo te oyen. Se están escuchando a sí mismos. Están escuchandouna única voz que los canta.

Masa misma del canto, se mueven como una onda. Y tú sumido, casi disuelto, como un nudo de su ser te conoces.

Suena la voz que los lleva. Se acuesta como un camino. Todas las plantas están pisándola. Están pisándola hermosamente, están grabándola consu carne.

Y ella se despliega y ofrece, y toda la masa gravemente desfila.

Como una montaña sube. Es la senda de los quemarchan.

Y asciende hasta el pico claro. Y el sol se abre sobre lasfrentes.

Y en la cumbre, con su grandeza, están todos yacantando.

Y es tu voz la que les expresa. Tu voz colectiva y alzada. Y un cielo de poderío, completamente existente, hace ahora con majestad el eco entero del hombre.

En 1933 obtiene el Premio Nacional de Literatura por lospoemas aún inéditos de "La destrucción o el amor".

EL VALS

Eres hermosa como la piedra, oh difunta; oh viva, oh viva, eres dichosa como la nave. Esta orquesta que agita mis cuidados como una negligencia, como un elegante bendecir de buen tono, ignora el vello de los pubis, ignora la risa que sale del esternón como una granbatuta.

POESÍA MÁS POESÍA N.º 2

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Unas olas de afrecho, un poco de serrín en los ojos, o si acaso en las sienes, o acaso adornando las cabelleras; unas faldas largas hechas de colas de cocodrilos; unas lenguas o unas sonrisas hechas con caparazones de cangrejos.

Todo lo que está suficientemente visto no puede sorprender a nadie.

Las damas aguardan su momento sentadas sobre una lágrima,

disimulando la humedad a fuerza de abanico insistente. Y los caballeros abandonados de sus traseros quieren atraer todas las miradas a la fuerza hacia sus bigotes.

Pero el vals ha llegado. Es una playa sin ondas, es un entrechocar de conchas, de tacones, de espumaso de dentaduras postizas. Es todo lo revuelto que arriba.

Pechos exuberantes en bandeja en los brazos, dulces tartas caídas sobre los hombros llorosos, una languidez que revierte, un beso sorprendido en el instante que se hacía"cabello de ángel",

un dulce "sí" de cristal pintado de verde.

Un polvillo de azúcar sobre las frentes da una blancura cándida a las palabras limadas, y las manos se acortan más redondeadas que nunca, mientras fruncen los vestidos hechos de espartoquerido.

Las cabezas son nubes, la música es una larga goma, las colas de plomo casi vuelan, y el estrépito se ha convertido en los corazones en oleadas de sangre, en un licor, si blanco, que sabe a memoria o a cita.

Adiós, adiós, esmeralda, amatista o misterio; adiós, como una bola enorme ha llegado el instante, el preciso momento de la desnudez cabeza abajo, cuando los vellos van a pinchar los labios obscenos que saben.

Es el instante, el momento de decir la palabra queestalla,

el momento en que los vestidos se convertirán en aves, las ventanas en gritos, las luces en ¡socorro! y ese beso que estaba (en el rincón) entre dos bocas se convertirá en una espina que dispensará la muerte diciendo: Yo os amo.

CANCIÓN A UNA MUCHACHA MUERTA

Dime, dime el secreto de tu corazón virgen, dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra, quiero saber por qué ahora eres un agua, esas orillas frescas donde unos pies desnudos se bañancon espuma.

Dime por qué sobre tu pelo suelto, sobre tu dulce hierba acariciada, cae, resbala, acaricia, se va un sol ardiente o reposado que te toca como un viento que lleva sólo un pájaro o mano.

Dime por qué tu corazón como una selva diminuta espera bajo tierra los imposibles pájaros, esa canción total que por encima de los ojos hacen los sueños cuando pasan sin ruido.

Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo, que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme, cantas color de piedra, color de beso o labio, cantas como si el nácar durmiera o respirara.

Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste, ese rizo voluble que ignora el viento, esos ojos por donde sólo boga el silencio, esos dientes que son de marfil resguardado, ese aire que no mueve unas hojas no verdes...

¡Oh tú, cielo riente que pasas como nube; oh pájaro feliz que sobre un hombro ríes; fuente que, chorro fresco, te enredas con la luna; césped blando que pisan unos pies adorados!

Años después, publica la elegía en prosa a FedericoGarcía Lorca y colabora en algunas publicaciones de laEspaña Republicana. Miguel Hernández le dedica, con unnotable texto, su libro "Viento del pueblo", y él a su muerte leescribe su elegía.Vicente Aleixandre escribió esta elegía el 28 de marzo de

1942, en la enfermería de la prisión alicantina, en la que aca-baba de morir Miguel Hernández, eran las 5.32. Se dice queno pudieron cerrarle los ojos

EN LA MUERTE DE MIGUEL HERNÁNDEZ

INo lo sé. Fue sin música.Tus grandes ojos azulesabiertos se quedaron bajo el vacío ignorante,cielo de losa oscura,masa total que lenta desciende y te aboveda,cuerpo tú solo, inmenso,único hoy en la Tierra,que contigo apretado por los soles escapa.

Tumba estelar que los espacios ruedascon sólo él, con su cuerpo acabado.Tierra caliente que con sus solos huesosvuelas así, desdeñando a los hombres.

N.º 2 POESÍA MÁS POESÍA

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POESÍA MÁS POESÍAPOESÍA MÁS POESÍAtambién en televisión

Jueves a las 22hen Grupo Cero TV

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¡Huye! ¡Escapa! No hay nadie;sólo hoy su inmensa pesantez de sentido,Tierra, a tu giro por los astros amantes.Solo esa Luna que en la noche aún insistecontemplará la montaña de vida.Loca, amorosa, en tu seno le llevas,Tierra, oh Piedad, que sin mantos le ofreces.Oh soledad de los cielos. Las lucessólo su cuerpo funeral hoy alumbran.

IINo, ni una sola mirada de un hombreponga su vidrio sobre el mármol celeste.No le toquéis. No podríais. Él supo,sólo él supo. Hombre tú, solo tú, padre todode dolor. Carne sólo para amor. Vida sólopor amor. Sí. Que los ríosapresuren su curso: que el aguase haga sangre: que la orillasu verdor acumule: que el empujehacia el mar sea hacia ti, cuerpo augusto,cuerpo noble de luz que te diste crujiendocon amor, como tierra, como roca, cual gritode fusión, como rayo repentino que a un pechototal único del vivir acertase.

Nadie, nadie. Ni un hombre. Esas manosapretaron día a día su garganta estelar. Sofocaronese caño de luz que a los hombres bañaba.Esa gloria rompiente, generosa que un díarevelara a los hombres su destino; que hablócomo flor, como mar, como pluma, cual astro.Sí, esconded, esconded la cabeza. Ahora hundidlaentre tierra, una tumba para el negro pensamientocavaos,

y morded entre tierra las manos, las uñas, los dedoscon que todos ahogasteis su fragante vivir.

IIINadie gemirá nunca bastante.Tu hermoso corazón nacido para amarmurió, fue muerto, muerto, acabado, cruelmenteacuchillado de odio.

¡Ah! ¿Quién dijo que el hombre ama?¿Quién hizo esperar un día amor sobre la tierra?¿Quién dijo que las almas esperan el amor y a susombra florecen?

¿Que su melodioso canto existe para los oídos de los hombres?

Tierra ligera, ¡vuela!Vuela tú sola y huye.Huye así de los hombres, despeñados, perdidos,ciegos restos del odio, catarata de cuerposcrueles que tú, bella, desdeñando hoy arrojas.Huye, hermosa, lograda,por el celeste espacio con tu tesoro a solas.Su pesantez, al seno de tu vivir sidéreoda sentido, y sus bellos miembros lúcidos para siempreinmortales sostienes para la luz sin hombres.

Le visitan con frecuencia y se llegan hasta su lecho deenfermo acompañándolo en su convalecencia Dámaso

Alonso y Federico García Lorca. En los primeros días de laGuerra Civil, víctima de una denuncia, pasa veinticuatrohoras en una checa, centro de detención controlado por lospartidos políticos y sindicatos, de la que es liberado por suamigo Pablo Neruda, cónsul de Chile a la sazón. Hace unagran amistad con el crítico literario José Luis Cano. Y man-tiene un largo epistolario con el pintor Gregorio Prieto. En 1937 su salud empeora notablemente: pierde diez kilos

en pocos meses y pasa los dos últimos años de la guerra encama con un riguroso tratamiento.Después de la guerra, a pesar de sus ideas izquierdistas,

permanece en España, en su misma casa, reconstruida enoctubre de 1940. El padre ha muerto en ese mismo año trasser purgado por el Frente Popular e investigado exhaustiva-mente por el bando vencedor. Y Aleixandre, en su exilio inte-rior, se convierte durante los años de posguerra en uno delos maestros de los jóvenes poetas, con los que se carteaabundantemente y a los que recibe sin escatimar tiempo ensu domicilio de Madrid, Wellingtonia (o Velingtonia), 3 (ahoray desde el año 1978, renombrada en su honor calle VicenteAleixandre).

ENTRE DOS OSCURIDADES, UN RELÁMPAGO

“Y no saber adónde vamos,ni de dónde venimos.“

RUBÉN DARÍO

Sabemos adónde vamos y de dónde venimos. Entre dos oscuridades, un relámpago.

Y allí, en la súbita iluminación, un gesto, un único gesto, una mueca más bien, iluminada por una luz de estertor.

Pero no nos engañemos, no nos crezcamos. Conhumildad

con tristeza, con aceptación, con ternura, acojamos esto que llega. La conciencia súbita de una compañía, allí en el desierto.

Bajo una gran luna colgada que dura lo que la vida, el instante del darse cuenta entre dos infinitas oscuridades,

miremos este rostro triste que alza hacia nosotros sus grandes ojos humanos,

y que tiene miedo, y que nos ama. Y pongamos los labios sobre la tibia frente y rodeemoscon nuestros brazos el cuerpo débil, y temblemos, temblemos sobre la vasta llanura sin término donde solo brilla la luna del estertor.

Como en una tienda de campaña, que el viento furioso muerde, viento que viene de las hondas profundidades de un caos,

aquí la pareja humana, tú y yo, amada, sentimos las arenas largas que nos esperan.

No acaban nunca, ¿verdad? En una larga noche, sin saberlo, las hemos recorrido;

quizá juntos, oh, no, quizá solos, seguramente solos,con un invisible rostro cansado desde el origen, las hemos recorrido.

Y después, cuando esta súbita luna colgada bajo la que nos hemos reconocido

se apague, echaremos de nuevo a andar. No sé si solos, no sé si acompañados.

POESÍA MÁS POESÍA N.º 2

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N.º 2 POESÍA MÁS POESÍA

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No sé si por estas mismas arenas que en una noche hacia atrás de nuevo recorreremos.

Pero ahora la luna colgada, la luna como estrangulada, un momento brilla.

Y te miro. Y déjame que te reconozca. A ti, mi compañía, mi sola seguridad, mi reposo instantáneo, mi reconocimiento expreso donde yo me siento y me soy.

Y déjame poner mis labios sobre tu frente tibia -oh, cómo la siento-.

Y un momento dormir sobre tu pecho, como tú sobre el mío,

mientras la instantánea luna larga nos mira y conpiadosa luz nos cierra los ojos.

El poeta, quien por estos años no deja de repetir que "poe-sía es comunicación", no tenía inconveniente siquiera enenviar poemas inéditos a las revistas escolares que se lopedían. Escribe entre 1939 y 1943 "Sombra del paraíso",uno de sus libros más importantes, publicado en Madrid en1944.Junto con "Hijos de la ira", de su amigo Dámaso Alonso,

también de ese año, constituye uno de los libros capitales dela corriente literaria que D. Alonso vino a bautizar comoPoesía desarraigada, paralela al Tremendismo en la prosa,durante la Primera generación de posguerra.En 1943, se difunde por México el rumor de que ha muer-

to, por lo que Emilio Prados le hizo la dedicatoria de su libro"Mínima muerte", de 1944, como fallecido. Un joven poeta,Carlos Bousoño, redacta una famosa tesis doctoral sobre suobra, Aleixandre escribirá el prólogo del poemario deBousoño, Primavera de la muerte (1946).Ingresa como miembro de número en la Academia

Española de la lengua. El 22 de enero de 1950 lee su discur-so de ingreso en la Real Academia Española, que versasobre el tema "Vida del poeta: el amor y la poesía". Su amigoDámaso Alonso leyó el discurso de contestación.

NO EXISTE EL HOMBRE

Sólo la luna sospecha la verdad. Y es que el hombre no existe.

La luna tantea por los llanos, atraviesa los ríos, penetra por los bosques. Modela las aún tibias montañas. Encuentra el calor de las ciudades erguidas. Fragua una sombra, mata una oscura esquina, inunda de fulgurantes rosas el misterio de las cuevas donde no huele a nada.

La luna pasa, sabe, canta, avanza y avanza sindescanso.

Un mar no es un lecho donde el cuerpo de un hombrepuede tenderse a solas.

Un mar no es un sudario para una muerte lúcida. La luna sigue, cala, ahonda, raya las profundas arenas. Mueve fantástica los verdes rumores aplacados. Un cadáver en pie un instante se mece, duda, ya avanza, verde queda inmóvil. La luna miente sus brazos rotos, su imponente mirada donde unos peces anidan. Enciende las ciudades hundidas donde todavía se

pueden oír (qué dulces) las campanas vividas; donde las ondas postreras aún repercuten sobre lospechos neutros,

sobre los pechos blandos que algún pulpo ha adorado.

Pero la luna es pura y seca siempre. Sale de un mar que es una caja siempre, que es un bloque con límites que nadie, nadie estrecha, que no es una piedra sobre un monte irradiando. Sale y persigue lo que fuera los huesos, lo que fuera las venas de un hombre, lo que fuera su sangre soñada, su melodiosa cárcel, su cintura visible que a la vida divide, o su cabeza ligera sobre un aire hacia oriente.

Pero el hombre no existe. Nunca ha existido, nunca. Pero el hombre no vive, como no vive el día. Pero la luna inventa sus metales furiosos.

LA OSCURIDAD

No pretendas encontrar una solución. ¡Has mantenido tanto tiempo abiertos los ojos!

Conocer, penetrar, indagar: una pasión que dura lo que la vida.

Desde que el niño furioso abre los ojos. Desde querompe su primer juguete.

Desde que quiebra la cabeza de aquel muñeco y ve, mira el inexplicable vapor que no ven los otros ojos humanos.

Los que le regañan, los que dicen: "¿Ves? ¡Y te lo acabábamos de regalar! ... "

Y el niño no les oye porque está mirando, quizá está oyendo el inexplicable sonido.

Después cuando muchacho, cuando joven. El primer desengaño. El primer beso no correspondido.

Y luego de hombre, cuando ve sudores y penas, ytráfago, y muchedumbre.

Y con generoso corazón se siente arrastrado y es una sola oleada con la multitud, con la de los que van como él.

Porque todos ellos son uno, uno solo: él; como él es todos.

Una sola criatura viviente, padecida, de la que cada uno, sin saberlo, es totalmente solidario.

Y luego, separado un instante, pero con la manotentando el extremo vivo donde se siente y hasta donde llega el latir de las otras manos,

escribir aquello o indagar esto, o estudiar en largavigilia,

ahora con las primeras turbias gafas ante los ojos, ante los cansados y esperanzados y dulces ojos que siempre preguntan.

Y luego encenderse una luz. Es por la tarde. Ha caído lentamente el sol y se dora el ocaso.

Y hay unos salpicados cabellos blancos, y la lenta cabeza suave se inclina sobre una página.

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CRUZ GONZÁLEZ CARDEÑOSA

Nace en Madrid en 1959. Se forma en la Escuela dePoesía y Psicoanálisis Grupo Cero.Responsable de la Página de Poesía de la Escuela de

Poesía Grupo Cero desde 2001 (www.poesiagrupocero.com).Secretaria de Redacción de la revista Las 2001 Noches

(www.las2001noches.com).Co-directora de la revista del Corredor del Henares Salud

es Poesía-Poesía es Salud (www.editorialgrupocero.com).Canta poemas de Miguel Oscar Menassa.Ha participado como actriz en la Productora cinematográfi-

ca Grupo Cero desde sus inicios en cortometrajes y en loslargometrajes: ¿Infidelidad?, Mi única familia, En defensapropia y El medicamento bajo la dirección de Miguel OscarMenassa. En la película La invitación del presidente, dedicho director, trabajó en la dirección de actores.Participa en los programas de Televisión: Grupo Cero RT

Poetas despiertos en acción y Poesía más poesía.Ha publicado: Letras de fuego, 1998. A golpe de lluvia,

2002 (en colaboración). Cortina de humo, 2003 (Tercer pre-mio (ex aequo) de poesía de la Asociación Pablo Menassade Lucia en su 4ª convocatoria). La ciudad desnuda, 2007.Mansedumbre de la piel, 2015.

A TI "TORO SENTADO"

"...Ninguno de nosotros lloró,porque llorar,

no conocía el corazón del indio..."Miguel Oscar Menassa

Salí muy de mañana, el rostro fijo en la montañalas manos dibujaban un mundo enloquecidopequeñas palabras sobre los árboles.

La piel era de tierra, los pasos de gigantenadie quedó, nadie gritaba el dolor de aquel pueblo.

El ritmo frenético del tambor,ahogaba la muerte hasta casi nombrarla.

Llovía aquella tarde sobre el indio, sobre la arenadel desierto

sobre los campos arrasados por el blanco americano.

Dijeron que lloraba por los muertos de la guerradijeron que su cuerpo temblaba por el miedodijeron tantas cosas de aquel indio, tantas cosas le hicieron.

La herida de un pueblo maltratado, palabras que moríanentre labios

dejaron sobre la montaña un nombre dibujado.

Moriré, lo sé, tras aquel valle enterraréis mis huesosmas la sangre derramada en estas letras recorrerá los siglosel tiempo de los hombres, voz de papel, como un cuchillo.

(De Letras de fuego)

LETRAS

Entre unas manos que dibujan una ciudad naciendoy unas manos que dan vida a cierta clase de dolormi voz se va formando al ritmo de tus letras.

POESÍA MÁS POESÍA N.º 2

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Y la noche ha llegado. Es la noche larga. Acéptala. Acéptala blandamente. Es la hora del sueño. Tiéndete lentamente y déjate lentamente dormir. Oh, sí. Todo está oscuro y no sabes. Pero ¿qué importa? Nunca has sabido, ni has podido saber. Pero ya has cerrado blandamente los ojos y ahora como aquel niño, como el niño que ya no puede romper el juguete, estás tendido en la oscuridad y sientes la suave mano quietísima,

la grande y sedosa mano que cierra tus cansados ojos vividos,

y tú aceptas la oscuridad y compasivamente te rindes.

En 1963, año en que recibió el Premio de la crítica, enca-bezó la firma de una carta al ministro franquista ManuelFraga Iribarne solicitando una investigación sobre las agre-siones y torturas a mineros asturianos y a sus esposasdurante la Huelga de 1962. La misiva estuvo firmada por 120intelectuales españoles. El ministro Fraga Iribarne publicó enrespuesta una "carta abierta" a uno de los firmantes (el poetaJosé Bergamín), negando los hechos.Los poetas de la posguerra, atraídos por su figura, frecuen-

taron su casa: Jaime Gil de Biedma, Francisco Brines,Carlos Bousoño, José Luis Cano, José Hierro, FranciscoNieva, el grupo Cántico (sobre todo Ricardo Molina) y losNovísimos, en especial Luis Antonio de Villena y VicenteMolina Foix. Desde 1973 venía siendo uno de los candidatos más des-

tacados por la Academia Sueca para recibir el premio Nobel.El 6 de octubre de 1977 la Academia Sueca le concede elPremio Nobel de Literatura "por una obra de creación poéti-ca innovadora que ilustra la condición del hombre en el cos-mos y en nuestra sociedad actual, a la par que representa lagran renovación, en la época de entreguerras, de las tradi-ciones de la poesía española".Hospitalizado de urgencia el 10 de diciembre de 1984, en

la Clínica Santa Elena, con hemorragia intestinal, muere enla noche del 13 de diciembre. Es enterrado en el panteónfamiliar del Cementerio de la Almudena de Madrid el sábado15 de diciembre de 1984. Vicente Aleixandre definió la figura del poeta como "una

conciencia puesta en pie, hasta el fin". En la revista Las 2001 Noches Nº 18, de septiembre del

año 1998 (www.las2001noches.com), se realiza un homena-je al poeta que les invitamos a leer.

“El poeta no es el hombre, el poeta es el poeta y elhombre es el hombre. No me van a decir que lospoemas de Aleixandre son la vida de Aleixandre. Lospoemas de Aleixandre son tan geniales, que es unode los pocos poetas españoles, hay otros peropocos, que tienen inconsciente en su poesía, comosi hubiese leído a Freud, entonces no puede decir loque acaba de decir. Que no es Dios, que es un pobrehombre que a los 28 años se separó de la vida parapoder escribir poesía, en mi tesis, algunos aluden auna enfermedad, pero no, se las arreglo para poderestar en la casa escribiendo poesía todo el día".

Miguel Oscar MenassaPoesía más poesía TV nº 2

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El poeta disiente de un orden que no le pertenece,pasea por la ciudad como cualquier ciudadanopasea por la ciudad y, sin embargo, el poeta disiente.

Los jóvenes saludan internet y dejan que el dolordibuje en sus rostros un aire de indiferencia.También entre los jóvenes existe la guerra.

No son bombas cayendo sobre casasllenas de muebles y espejos, son librosdesapareciendo de las manos de los niños,de las manos de los jóvenes, desapareciendode las manos de aquellos que aprendieronla dura tarea de la supervivencia.

Estas letras son mil letras desaparecidas,letras rotas en gargantas sin escrúpulos,letras que se duelen de querer ser letra.

(De Cortina de humo)

UNA MUJER

Pluma de gavilán erranteo herido pájaro en la noche.

Elementos aislados de la historiao el alma que yace sobre la tierra muerta.

No veo más allá de las sombras,ni siquiera escucho mi corazónrecitando antiguas maldiciones.

Soy esa mujer que no se nombrasino entre las letras,una palabra y sus silencios,certera puntuación en la mirada.

(De Cortina de humo)

UNA VIDA POSIBLE

Acordamosun tiempo para el amory un tiempo para la guerra.

La guerra es el futuro,palabras que transformanel tiempo del amor.

Yo había aprendido:De tus manos, la palabra.De tu piel, los imprecisospliegues del destino.

Caminaba a tu ladocomo si mi vida fuesecaminar a tu lado.

Escribí mil historias,y nombrécada letra escrita.

Grabadasquedaron, en mi piel,tus palabras.

(De La ciudad desnuda)

TIEMPOS POR VENIR

Caminan por la arenatronchada por los añossombras de árbolesque nos vieron nacer.

Campo a través,el océano se pierdeen países extranjeros.

Sentada en el veranoescribo mi nombreentre otros nombres.

Bordo,con manos artesanas,tiempos por venir.

(De La Ciudad desnuda)

¿QUÉ HACER?

¿Qué hacer con esos cuerpos y esas manosque encandiladas por el amor, se desperezan?

Quizá esté la guerra con sus soldadosa punto de atravesar fronteras.Tal vez la muerte asome al asfaltode un día cualquiera, sin mañana.

N.º 2 POESÍA MÁS POESÍA

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N.º 2 POESÍA MÁS POESÍA

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El futuro se abre ante nosotrosy un tiempo se deslizaentre tanta batalla,construyendo nuevas palabras.

Libertad encadenadaque, rozando la piel,dibuja su contorno.

Hambre desesperada,dolor hecho palabras,historia donde el hombrees esa letra que canta,desesperada, un amor.

(De La ciudad desnuda)

“EL VENDEDOR DE FRUTAS Y PÁJAROS”Verso de Germán Pardo García

Parece Prévert con sus juegos de letrasy la alegría de tanto movimiento.

No viene de Francia sino de Colombia.Viaja con su cesto de flores,frutas de estación y pájarosde países exóticos.

Le acompaña un cuadro de Gauguiny un poema de González Tuñónque habla de la isla de Papeete,ésa donde el pintor escribió sus libros.

Desea por sobre todas las cosasde este mundo y del otro,que no sabe si existepero igual desea por sobre todo,viajar.

No le importa el sol sobre su rostrocuando sonríe a las muchachas que pasanmoviendo sus caderas al ritmo de su cantinela,o cuando llega al mercado y los chiquillosjalean su entrada con gritos de bienveniday carreras de acá para allá.

No está mucho tiempo en cada ciudad.Conversa con cada habitantehasta que uno u otro le compraalgunas flores para el balcón-que bien pudiera ser el del poema-le dice a quien acaba pagando un poco máspara llevar una o dos flores y un pájaro.

Lee cada noche y, al atardecer,sentado sobre alguna piedra del camino,saca de su bolsillo izquierdo una quenay la hace sonar.

Antes de dormir escribe algún poema,no vaya a ser que los tiempos cambieny alguien que él no conoce, lo encuentrey le pida que lo lea.

Cada noche, después de escribir, lee en voz alta,tan alta que hasta podrían escuchar las estrellas.Y mira las flores y los pájaros y escucha una gran ovación que alegra su corazóny duerme hasta la mañana.

(De Mansedumbre de la piel)

ALÉJATE DE MÍ, POESÍA, QUIERO VIVIR

Cada vez, se vuelve del revés y grita no poder más,llora el llanto de los incondicionales del cieloy cae sobre la noche con su cuerpo de nada y de olvido.

Vuelve sumisa,sonríe como si la noche no hubiese acontecido y barre,una y otra vez, virutas de tiempo que llegan,implacables, sobre su piel.

Quiero vivir, poesía, aléjate de mí.Y ella sonríe y espera tranquilael próximo encuentro.

Planto un árbol y luego otro,construyo una casa y luego una ciudad,fabrico coches que parecen cohetes espacialespor la intensidad con la que realizan cada maniobra;me diluyo en lluvia ácida y desaparezco.

Cuando abro los ojos, ella hace como si nadahubiese acontecido y pone una lavadorao tiende la ropa que quedó mojada sobre el sillón.

Me siento en una silla con un parche azulen una de sus patas y me acuerdo de un poemao de un cuadro y mis manos se deslizansobre el teclado negro, y dirigen la orquestaque ya se puso en marcha y no puede parar.

Dejo que la alegríatienda sobre mi pielrestos de tiempo;me olvido del mundoy escribo un mundo que nacecuando llego al final.

(De Mansedumbre de la piel)

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