viaje a el cóporo, ocampo, guanajuato
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Viaje a El Cóporo, Ocampo, Guanajuato.
Instituto Latinoamericano de Ciencias y Humanidades, S.C. Área de Humanidades
Licenciaturas: Historia, Periodismo y Ciencias Políticas Coordinador: LA. Graciela Neave
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Índice
Prefacio…………………………………………………………………………
3
Mensaje del Director…………………………………………………………
6
Asesoría Arqueológica……………………………………………………….
7
Introducción…………..……………………………………………………….
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Ubicación Geográfica………………………………………………………...
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Desarrollo “Una visita al Cóporo”………………………………….............
35
Testimonios Coporenses…………………………………………………….
57
Conclusiones………………………….…...………………………………..
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Créditos……………………………………………………………………….
65
Agradecimientos………………………………………………………………
68
Bibliografía…………………………………………………………………….
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Integración Académica……………………………………………………….
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Anexo: El Cóporo. El asentamiento en el Tunal Grande, Un viaje al Guanajuato prehispánico.
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Prefacio
Por: Prof. Lic. María Margarita López Mondragón Profesor de Asignatura-Área Historia-Antropología
Todo comenzó con una propuesta de nuestra coordinadora Graciela Neave, de
realizar un viaje fuera del plantel, el cual tendría varios propósitos; el primero era
visitar una zona arqueológica de Guanajuato para ampliar la perspectiva cultural
de las carreras humanísticas que recién se aperturan en el Instituto
Latinoamericano de Ciencias y Humanidades (ILA), la segunda intención fue
conocernos, ya que por estar siempre ocupados cada quien en sus actividades,
académicos y alumnado habíamos tenido poca oportunidad de alternar unos con
otros. Y finalmente se quería que esta visita sirviera de marco para poder festejar
el final de un ciclo de trabajo y el comienzo de las vacaciones decembrinas, para
lo cual llevaríamos a cabo un convivio y un intercambio cultural.
No sabíamos lo que nos esperaba… de esta primera intención de Graciela,
empezaron a surgir ideas por todas partes, algunas maestras se les ocurría una
cosa y a otros profesores otra, se comenzó a crear un clima de mucha emoción al
ver que podíamos viajar fuera del plantel con nuestros compañeros de la
universidad y explorar nuevos horizontes.
Las ideas fueron diversas y muy nutridas, sería muy largo mencionar todas,
algunas se desecharon y otras se llevaron a cabo. Se efectuaron algunas
reuniones para poder definir objetivos, reuniones que aunque fueran ricas y
entusiastas, generaban cada vez más un rompecabezas que nadie podía armar.
Nos hacíamos preguntas como: ¿A dónde iríamos? ¿Cuántos participaríamos?
¿Cómo sería el itinerario? ¿Quién le regalaba a quién? ¿Fecha y hora? El primer
dilema importante a resolver era a qué lugar iríamos, finalmente y por varias
razones, entre ellas lo enigmático y recién descubierto del lugar se decidió la zona
arqueológica de El Cóporo, localizada a hora y media aproximada de la ciudad de
León.
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Después coincidimos que el viaje tuviera un motivo especial, un beneficio
académico para todos y una aportación para la universidad. Un legado que
pudiera recordar en el futuro a las generaciones pioneras del instituto, además
queríamos también hacer un aporte al Estado de Guanajuato, ya que nosotros
seriamos la primera institución universitaria en visitar el lugar con fines
académicos.
Esta visita aportaría nuevos datos que formarían una importante vena informativa,
por supuesto después del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia), que
podría ser sucedida por otras instituciones educativas o cualquiera que le
interesara.
Con este pequeño relato quisiera presentar entonces el trabajo de todas mis
compañeras y compañeros docentes, definitivamente de nuestra gran amiga y
coordinadora, pero principalmente de nuestros(as) alumnos(as) quienes
demostraron una gran pasión y creatividad en esta primera práctica de campo,
que si bien no es todavía un trabajo científico, sin duda es un trabajo de suma
relevancia para nuestra institución.
En este documento ILA tiene como principal propósito además de la preparación
de sus alumnos, contribuir al desarrollo de su comunidad generando bases para
desarrollar nuevos proyectos de investigación pero sobre todo despertar la
curiosidad de su población por conocer, descubrir y estudiar la riqueza cultural de
nuestro estado.
Este documento, reitero, no pretende ser de índole científica, solamente es una
primera práctica de campo diseñada para apoyar los programas de estudio de
nuestros universitarios. Y como tal, hemos realizado un compendio de testimonios
que abarcan diferentes percepciones y descripciones detalladas de la zona
arqueológica “El Cóporo” pretendemos que por su naturaleza formen una
importante evidencia del lugar.
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Para ello hemos considerado trascendental la aportación de datos tanto
cualitativos como cuantitativos de diferentes fuentes informativas que servirán de
marco teórico. Cabe aclarar que fue sumamente difícil formar un estado del arte,
ya que la información sobre esta zona arqueológica aún es escasa.
Ésta y la recopilación de datos hecha por los estudiantes arrojaron información de
diferente índole, la cual nos ha servido para ampliar la perspectiva de la cultura
que se alojará en este sitio en tiempos remotos.
Resulta relevante aclarar que esta práctica resultó ser un experimento muy
interesante ya que al recopilar y seleccionar los datos aportados por los y las
alumnas jamás pensamos en la diversidad de escenarios percibidos ante una
misma situación, las experiencias fueron surgiendo unas tras otras con suma
abundancia. El trabajo para organizarlas y darles coherencia fue sumamente
arduo, por su gran valor tratamos de incorporar todos los testimonios, sin
embargo, esto no nos fue posible por cuestiones de espacio. Es probable que
encontremos datos duros que puedan diferir entre un alumno y otro, esto
definitivamente se consideraría un error, sin embargo no se quiso editar y corregir
porque los errores son aprendizaje y no es la intención de este trabajo crear un
compendio de datos fríos que nos impidan conocer el lado humano del
conocimiento.
El propósito es también reconocer cómo se inicia el camino que nos lleva a la
comprensión de nuestro mundo, cómo comienza el sendero de la ciencia a través
de una primera mirada, de un primer cuestionamiento. Sin duda alguna el camino
de los grandes hombres y mujeres de ciencia en la historia estuvo lleno de estos
momentos, instantes de dudas, de errores, de cuestionamientos, de prácticas, de
largas horas de estudio y reflexión, estos momentos que la historia no cuenta pero
que seguramente existieron.
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Mensaje del Director
El horizonte histórico mexicano es el ancla cultural que nos permite describir el
proceder social y humanístico de la sociedad actual, la visita realizada por el
colectivo del área de humanidades al asentamiento arqueológico del Cóporo sin
duda representa un logro de nuestra institución y espero motive a otras de
educación en el Estado de Guanajuato a seguir este ejemplo para enriquecer la
información arqueológica, social e histórica de las mismas.
Dr. Pedro Ardines Limonchi Director General
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Asesoría Arqueológica Por: Lic. Graciela Neave Coordinadora a cargo del área de Humanidades.
Para la realización de este viaje académico, solicitamos el apoyo y guía del
Maestro Arqueólogo Carlos Torreblanca Padilla, Arqueólogo por la ENAH Maestro en
Humanidades, por la UNAZ, Diplomado en Museografía por el IZC-INBA, Investigador del Centro
INAH Guanajuato. Se ha interesado en las manifestaciones rupestres, grupos chichimecas y
sociedades agrícolas de la frontera septentrional de Mesoamérica. Desde el 2005 es el
Coordinador del Proyecto Arqueológico El Cóporo.
El enlace se realizó a través de un oficio solicitud para la Delegación del Centro
INAH, Lic. Gisela Cuen Garibi. La razón de la preferencia del Maestro Arqueólogo,
es sin duda, su amplia experiencia.
Llegando a la zona arqueológica “El Cóporo”, nos recibió el Maestro Carlos
Torreblanca Padilla, dándonos una serie de recomendaciones, así como una
cálida bienvenida y explicación de la apertura de este asentamiento por el INAH y
por la Presidencia de la República, estando a cargo en esta fecha el Lic. Felipe
Calderon Hinojosa.
Por Graciela Neave.
Entrada a la zona baja del Cóporo, bienvenida y explicación de la apertura del asentamiento, dirigida por el Maestro Carlos Torreblanca Padilla.
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“Pude entrevistar al Arqueólogo, quien me confesó su proceso vocacional
como investigador y me hizo comprender el significado del Cóporo, el cual
es; “Los habitantes del Gran Camino o el Camino Grande” lo que significa
en Tarasco.”
Luis Alberto Huerta Olmos. Alumno de 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Periodismo.
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Introducción
Por: Juan Gerardo González Alumno de 5° Cuatrimestre-Licenciatura en Historia
Por mucho tiempo se ha dicho que en área conocida como “El Tunal Grande” las
manifestaciones culturales no alcanzaron un nivel de desarrollo común al de sus
vecinos del sur. Sin embargo, a partir de las exploraciones arqueológicas
realizadas en El Cóporo, se ha demostrado que los pueblos que habitaron el valle
de Ocampo alcanzaron un alto grado de desarrollo con variaciones locales,
semejante al de sus vecinos asentados en El Bajío.
El presente trabajo tiene como objeto presentar, la ubicación geográfica de “El
Cóporo”, los antecedentes arqueológicos, así como una breve descripción del sitio
se abordará además las características principales de la tierra, usos y
peculiaridades en las construcciones con este material, así como algunas técnicas
utilizadas para fortalecer y reforzar sus propiedades.
Antecedentes Arqueológicos del Cóporo
Las investigaciones arqueológicas se inician en 1962 con el Proyecto Frontera
Norte de Mesoamérica, dirigido por el DR. Charles Kelley de la Universidad de
Illinois y en coordinación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Uno
de sus principales objetivos era comprender la expansión de los grupos
sedentarios hacia el norte de Mesoamérica y se dividía por regiones de estudio,
siendo el Sub proyecto “D”, el correspondiente al Tunal Grande, área que en
términos arqueológicos incluía el poniente del estado de San Luis Potosí, el
sureste de Zacatecas, parte de los Altos de Jalisco y el noroeste de Guanajuato.
El Arqueólogo Román Piña Chan estuvo al frente de este Sub proyecto, contando
con la participación de la arqueóloga Beatriz Braniff como responsable de campo.
Posteriormente el sitio “El Cuarenta”, ubicado cerca de la comunidad de San
Miguel de los Cuarentas, en la región de los Altos de Jalisco, fue excavado por
Román Piña Chan y Joan Taylor mientras que la parte correspondiente al norte de
Guanajuato fue explorada por Beatriz Braniff, enfocando su interés en el sitio “El
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Cóporo” ubicado al sur del Valle de Ocampo. En su informe Braniff lo describe
como un núcleo habitacional que ocupa las partes superiores y laderas del cerro
(Braniff 1963).
Beatriz Braniff planteo para “El Cóporo”, la existencia de una unidad cultural que
denomina “Tunal Grande”, determinada a partir de la presencia de cerámica
policroma conocida como Valle de San Luis; también propuso la expansión
mesoamericana hacia esta región por el hallazgo de tiestos Blanco levantado,
Cloissoné y anaranjado delgado (Braniff 1975)
Piña y Taylor mencionan que tanto “El Cuarenta” como “El Cóporo” están
asociados a grupos culturales de Zacatecas que se extendieron por esta parte del
Altiplano Central. Convirtiendo a esta región de Guanajuato y San Luis Potosí en
una zona de transición hacia Mesoamérica (Piña 1976).
Durante el Proyecto Atlas Arqueológico Nacional y del Estado de Guanajuato, este
sitio se registro con la clave F14C32-11001 “El Cóporo”, de Tipo SE es decir,
como un sitio de estructuras (Cárdenas 1986).
En el año de 2002 se inician los trabajos del Proyecto Arqueológico El Cóporo, con
la finalidad de su apertura al público, para lo cual se realizan labores de
excavación extensivas a cargo de Armando Nicolau (Torreblanca, 2002).
En el año de 2004, en la comunidad de Cabras de Guadalupe, municipio de
Ocampo, Irad Flores realiza un pequeño rescate debido al hallazgo de restos
óseos humanos asociados con ofrendas cerámicas. En su reporte vincula su
hallazgo con El Cóporo sin mencionar más rasgos (Flores 2004)
A partir del 2005 el Proyecto Arqueológico de El Cóporo queda a cargo del
arqueólogo Carlos Alberto Torreblanca Padilla, quien ha replanteado objetivos
arqueológicos y sociales, integrando a la comunidad de San José del Torreón al
desarrollo del proyecto, contemplando a El Cóporo como parte del Tunal Grande.
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Breve descripción del sitio
Antes de su exploración, “El Cóporo” se describía como una serie de pequeñas
plataformas cuadrangulares sin orden aparente, asociados a un pequeño
basamento piramidal en la cima del cerro y en las laderas bajas grandes terrazas
que nivelaban y se integraban al declive del terreno (Braniff 1963). Con los
recientes trabajos de excavación a quedado al descubierto que la cima del cerro
presenta un juego de habitaciones construidas sobre pequeñas plataformas
distribuidas de manera compleja y asociadas estrechamente con el basamento
piramidal.
En la parte inferior de la ladera ha sido excavada una de las grandes plataformas
que definen a este sitio, quedando al descubierto un complejo edificio construido
por una serie de habitaciones que rodean una plaza que presenta un altar
cuadrangular al centro. En algunas de las habitaciones se observa huellas de
grandes columnas que debieron sostener la techumbre lo que recuerda los
salones columnados de la Quemada y Altavista, Zacatecas.
Cerca de ese edificio se ubican pequeñas plataformas, una de ellas fue excavada
en su totalidad, encontrándose un pequeño patio rodeado de sencillas
habitaciones asociada a fogones de barro y círculos empedrados.
“El Cóporo” puede considerarse como un espacio cívico ceremonial, es decir, la
parte baja fue ocupada por individuos asociados a las actividades
administrativas, caso concreto son las distintas unidades habitacionales y el
conjunto gotas. En cambio el conjunto Còporo ubicado en la cúspide del cerro,
puede tratarse de un espacio ceremonial debido a su cercanía con los seres
divinos, el acceso restringido y selecto a ese lugar queda evidenciado por la
angosta calzada que comunica la parte inferior con la superior.1
1 “El Còporo” Ocampo, La arqueología del Tunal Grande; Carlos Alberto Torreblanca; Pág. 253 - 301
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Usos primitivos de la tierra
El hombre emergió de las cuevas debido a que había inventado herramientas
que podían producir otros albergues para él. La primera forma fue
probablemente la de un agujero excavado en el piso, al que se proveyó de un
techo de ramas y pieles, o de lodo. Más tarde, construyó estructuras de postes
sobre el piso, emplastados con lodo (llamado algunas veces enlodado). En los
primeros días del hombre, se utilizaron piedras asentadas en el lodo, y para
formar paredes, se empleo el pasto.
Con los avances en la construcción, aparecieron el cob: adobe monolítico crudo,
en el cual se aplicaba lodo de una mezcla relativamente espesa, en capas
sucesivas, aplicadas con la mano, para formar una pared. La tierra apisonada
(pisé de terre, una mezcla de tierra arcillosa y arenosa y agua, de consistencia
ligeramente húmeda, compactada entre formas rígidas) y los adobes (tierra
mezclada con agua a una consistencia plástica, con frecuencia con una unión
mecánica de paja o ramas y que se vierte entre formas o se moldea para formar
ladrillos), fueron construcciones más tardías pero aún se consideran primitivas.
Como vemos, la tierra es un elemento constructivo utilizado desde tiempos
remotos, ya sea para paredes, pisos, techos, bardas, etc., ha proporcionado el
material básico y sin costo alguno, que ha servido para amortiguar dándole
abrigo y seguridad a la vida cotidiana del hombre.
Generalidades de la tierra
En la mayor parte de los casos, la tierra consiste en roca desintegrada con una
mezcla de materia orgánica y sales solubles; los suelos provenientes de rocas en
climas húmedos y calientes con frecuencia no se encogen ni hinchan al ser
mojados, tienen altas cualidades estabilizadoras que aparentemente están
conectadas en alguna forma con sus compuestos de hierro y coloides. Cuando se
secan no absorben fácilmente el agua por lo que permanecen unidos firmemente
durante muchos años, que es lo conveniente en la construcción de tierra.
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Arquitectura de tierra
Muchas de las antiguas civilizaciones han desarrollado edificaciones de tierra, bien
por falta de piedra, o porque los materiales necesarios para construir con tierra
apisonada y/o adobe se encontraban más a mano de forma natural. Estos
materiales son básicamente arcilla y agua, y ocasionalmente paja y madera, con el
calor del sol como única fuente de energía; Si es obvio que científicos han
demostrado que un ladrillo de adobe crudo inmerso en un cubo de agua se derrite
y deshace con rapidez, esa no es la conducta de todo un muro, este nunca se
encontrará tan mojado. Existe poca similitud entre un solo ladrillo atacado por sus
seis caras a la vez y un muro masivo, encalado con varias capas, colocado sobre
unos cimientos de piedras y hormigón y protegidos por un techo y un volado de
medio metro. La agresión del agua es entonces mínima. Además, no se puede
olvidar que si es cierto que una parte de los muros absorban agua de lluvia
también es verdad que tienen la tendencia a secarse muy rápidamente.”2
“El proyecto inició en el año 2000, donde uno de sus objetivos era cambiar
la visión de los indios chichimecas que se tenía entonces, así como un
interés social para la comunidad colaborando con la reactivación del empleo
ya que el 80% de la población abandona este lugar en busca de una vida
mejor. Uno de los principales promotores de este proyecto fue Pablo
Moreto. Para poder lograr el proyecto hubo que busca respaldo en
instituciones como el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia)
siendo los siguientes algunos de los arqueólogos que trabajaron este
proyecto Luis Felipe Nieto, Armando Nicolao. Actualmente están
delimitadas y protegidas 86 hectáreas que incluye el 90% de la ciudad
prehispánica. Los vestigios fueron encontrados por los habitantes del lugar.
Uno de los principales retos en esta zona es que en su mayoría el terreno
es de adobe.”
María Silvia Millán Rivas. Alumna de 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Periodismo.
2 “Arquitectura de tierra; una herencia humana”; Oliver Tassin en google.
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Ubicación Geográfica Por: Prof. Mtra. Beatriz Estrada Morales Profesor de Asignatura-Área Historia-Geografía
“El Estado de Guanajuato se sitúa en el centro norte de la Republica
Mexicana, fisiográficamente tres provincias atraviesan su territorio: al norte
la provincia de la Mesa Central, en la porción nororiental la Sierra Madre
Oriental y hacia el centro sur el Eje Neo volcánico. El municipio de Ocampo,
en cuyos terrenos se encuentra el sitio arqueológico del Cóporo, se
encuentra al noroeste del estado dentro de la provincia fisiográfica de la
Mesa Central, caracterizada por amplias llanuras interrumpidas por sierras
dispersas, en su mayoría de naturaleza volcánica, con predominio de clima
semiseco y templado donde la temperatura aumenta de norte a sur y del
centro hacia los extremos oriental y occidental. (Síntesis Geográfica de
Guanajuato, 1980).”
Juan Gerardo González. Alumno de 5° Cuatrimestre-Licenciatura en Historia
“Entre los objetivos de la Geografía, uno esencial es dar sentido al espacio
en que vivimos, desde el marco de local, más inmediato hasta el contexto
mundial, cada vez más próximo e interdependiente” 3
Mesoamérica es la región del continente americano que comprende la mitad
meridional de México, en Mesoamérica se desarrolló una zona de gran
biodiversidad cultural (habitaron loa Mixtecos-Zapotecos, los Otomíes, los Mayas,
los Mexicas, etc.) a diferencia de Aridoamérica.
Mesoamérica se extiende más al sur a los países de Belice, El Salvador y
Guatemala, así como al occidente de Honduras, Nicaragua y Costa Rica, teniendo
como una característica geográfica muy marcada la densa vegetación que tenía
en los países que comprendían la región. Era de un clima templado-seco.
Ocupaba una porción del continente entre el Océano pacífico y el Golfo de México,
3 (Méndez, Ricardo; Molinero, Fernando. Espacios y sociedades: introducción a la geografía regional del mundo. España:
Editorial Ariel, 2005. p 13.
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sus límites septentrionales no están muy claros, salvo los que marca la Península
de Yucatán. La región fue albergue de una gran diversidad de pueblos étnicos,
que al diferencia de las cultura Egipcia o Mesopotámica no tenían una unión
política y cada uno expandió sus fronteras.”
Estados actuales que abarca Mesoamérica.
Yucatán
Quintana Roo
Campeche
Guerrero
Chiapas
Tabasco
Sur y Centro de Veracruz
Parte de Jalisco
Parte de Guanajuato
Sur de Zacatecas
Distrito Federal
Estado de México
Tlaxcala
Querétaro
Morelos
Hidalgo
Colima
Puebla
Nayarit
Área Cultural de Occidente
El denominado Occidente es una de las zonas menos conocidas de Mesoamérica,
mas sin embargo se trata de una extensa región que comprende las laderas de la
Sierra Madre Occidental, una parte de la Sierra Madre del Sur y la cuenca media
baja del Río Lerma. La tierra tiene disposición agrícola por su fertilidad y la
disposición de recursos hidráulicos, en especial en el Bajío, Sinaloa y la Meseta
Tarasca. El clima va de frío a tropical según el lugar donde se encuentre.
La región fue el hábitat de pueblos de habla uto-azteca, como los coras, huicholes
y tepehuanos. La incorporación de estos pueblos a la esfera de la civilización
mesoamericana fue muy gradual, y se presume que los primeros desarrollos
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cerámicos de la región estuvieron vinculados con las tradiciones de los pueblos
andinos de Ecuador y Perú. Los cambios que afectaron al resto de las regiones de
manera clara son menos observables en Occidente, por ello, las tradiciones
culturales del preclásico, como la de Colima, Jalisco y Nayarit o la de Tumbas de
Tiro sobrevivieron hasta bien entrado el período Clásico (150- entre 750 y 900 d.
C.).
“Mesoamérica es una tierra llena de cultura y vegetación, en ella
sobresalieron muchos pueblos étnicos que a su paso dejaron un gran
legado cultural que sirvió a otros pueblos para instaurarse en la tierra
mesoamericana. La cultura de esta región es la que ha escrito gran parte
de la historia de México.”
René Alexis Sebastián Torres Lugo. Alumno del 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Historia
La división geográfica de la mesoamérica septentrional.
Mesoamericana ha sido dividida en diez áreas, definidas por sus características
históricas, étnicas, lingüísticas, geográficas, estas son: Occidente, Septentrional,
Centro de México, Cuenca de México, Golfo de México, Maya, Guerrero, Oaxaca,
Costa Sur, y Centroamérica.
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*Mapa tomado del libro Asentamientos prehispánicos en el Estado de Guanajuato. Zamora Ayala, Verónica Editorial:
Universidad de Guanajuato. México 2009.
La geomorfología de la Mesoamérica Septentrional era en una franja que
atravesaba la Mesa Central de oriente a poniente, el área según la arqueológa
Beatriz Braniff puede dividirse en tres grandes zonas: Oriente, Centro y Occidente.
*Mapa tomado del libro Asentamientos prehispánicos en el Estado de Guanajuato. Zamora Ayala, Verónica Editorial:
Universidad de Guanajuato. México 2009.
Según la arqueóloga Beatriz Braniff Mesoamérica Septentrional ocupa territorio
semi-árido, de los estados de Chihuahua, Durango, Jalisco, Zacatecas,
Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí, Querétaro y Tamaulipas.
En este considerable territorio vivieron muchos grupos; se trata de aldeas que
difieren en algunos aspectos pero que igualmente coinciden en otros . Dentro de
las características comunes se encuentra la economía la cual establecia la
recolección de vegetales: nopales, mezquites, agaves, tubérculos y yucas estaban
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entre las preferencias alimenticias. Como lo comenta el especialista López Austin:
El poco conocimiento sobre estos grupos hizo que desde los albores del periodo
novohispano se les llamara chichimecas, nombre que desde la época prehispánica
no se puede considerar.
Comprende los siguientes sitios en la región: San Luis Potosí: Villa de Reyes
(Tunal Grande). Guanajuato: El Cóporo, El Cubo, Carabino, Cañada de la Virgen,
San Miguel el Viejo, Morales, La Gloria, Los Locos, Peralta, Los Garos, El Cobre,
Plazuelas, La Virgen, Chupícuaro, San Bartolo y Tierra Blanca. Querétaro:
Puertecito, La Magdalena, Cerrito o el Pueblito, La Negreta, Tepozán, San Juan
del Río y Cerrito de la Cruz. Esta zona incluye una arquitectura de plataformas,
patios y montículos que fue la base dede posteriores desarrollos (Braniff: 2001, 94
y 100).”4
Esta población vivía en casas de materiales perecederos, construía plataformas
revestidas de piedras y sobre ellas edificaba sus casas. Los núcleos de población
tenían como lugar relevante un centro cívico ceremonial, desde el cual se regía la
vida de la población circundante. Los centros cuentan con conjuntos
arquitectónicos, que además de centros cívicos - ceremoniales servían como
acrópolis. Edificios cuadrangulares con sencillos sistemas de patios hundidos y
plataforma de mayor altura, construidos a partir de piedra amarrada con barro,
capas de adobe mezclado con arena y tierra mezclada con cal.
“Kirchhoff tomó en cuenta numerosos rasgos culturales, así como aspectos
lingüísticos. Dentro de los elementos culturales típicamente mesoamericanos se
han clasificado en función de las diversas manifestaciones de la sociedad, su
contexto, su utilización, etc., Por ejemplo:
4 Zamora Ayala, Verónica. Asentamientos prehispánicos en el Estado de Guanajuato.México: Universidad de
Guanajuato, 2009. p 7.
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- La agricultura: El empleo del sistema de roza en la agricultura; el cultivo del
maguey para la obtención de aguamiel, arrope, pulque, papel y textiles,
molienda de maíz cocido con cenizas o cal; frijol, chile y calabaza.
- La Arquitectura: Se construyeron principalmente basamentos piramidales
escalonados como base de templos; se usaron pisos y muros recubiertos
con estuco, frecuentemente policromados o bien decorados con pinturas
murales; calzadas empedradas; canchas para juegos de pelota en forma de
(el ritual y el civil). Los edificios ceremoniales se orientaban generalmente
según los puntos cardinales y se colocaban alrededor de enormes espacios
abiertos.
- Cerámica. Entre las formas más comunes encontramos vasos trípodes,
platos y tazas, ánforas, tazas con soportes de botón, copas de vertedera,
ollas, cajetes, sahumerios y diversas figurillas. Se emplearon distintas
técnicas y colores diversos. 5
Alimentación Mesoaméricana
“De maíz blanco y maíz amarillo se hicieron los brazos y las piernas de los
cuatro hombres que fueron creados. Luego la abuela Ixmukané molió las
mazorcas e hizo nueve jícaras de bebida. De este alimento provino la
fuerza de los hombres.”6
En Mesoamérica desde hace mucho años existe la cultura del maíz. Alimento
venerado por los pueblos prehispánicos, muchos pueblos como los Mayas y
Aztecas relatan que de ahí venimos, importante también por ser el alimento
esencial de los pueblos del México prehispánico y del México actual.
Existen además 22 razas de maíz según el libro: La gastronomía prehispánica en
México- tradiciones heredadas. México: FCAS- Fundación Cultural Armella
Spitalier, 2009. p 5.
5 Mayra Ávila Aldapa, Rosa. Los pueblos mesoamericanos. México: Instituto Politécnico Nacional, 2010. p 32.
6 Popol Vuh
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Chile desde la época prehispánica, el chile, tzilli o chilli era ampliamente fue
utilizado en Mesoamérica. Algunos pueblos prehispánicos como los aztecas
empleaban el chile no sólo como parte fundamental de su dieta diaria, sino que
también le habían asignado una notable diversidad de usos.
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Desde el punto de vista comercial, era parte central de los productos que se
distribuían en los mercados prehispánicos, además de ser uno de los tributos que
los aztecas impusieron a los pueblos conquistados. un gas bélico. Los usos
medicinales eran notables. Como estimulante natural, despertaba el apetito;
curaba la gripa y ayudaba a desechar toxinas, además de curar ciertos dolores.
Investigaciones actuales señalan que libera los opiatos propios del cerebro y que
es rubefaciente y vesicante. En la actualidad es muy frecuente encontrar prácticas
de medicina tradicional que utilizan el chile. En cuanto a lo militar, el humo que se
desprendía de los chiles arrojados al fuego se empleaba como un gas bélico. Los
usos medicinales eran notables. Como estimulante natural, despertaba el apetito;
curaba la gripa y ayudaba a desechar toxinas, además de curar ciertos dolores.
Investigaciones actuales señalan que libera los opiatos propios del cerebro y que
es rubefaciente y vesicante. En la actualidad es muy frecuente encontrar prácticas
de medicina tradicional que utilizan el chile. Fundación Cultural Armella Spitalier
(Contribution by). La gastronomía prehispánica en México- tradiciones heredadas.
México: FCAS- Fundación Cultural Armella Spitalier, 2009. p 11.
Costumbre que viene de tiempos ancestrales, desdeñada por los conquistadores y
vista con recelo por muchos. Otras texturas, otros sabores inéditos. Los insectos,
con sus múltiples bondades, con ricas propiedades alimenticias, aún sorprenden.
Pero ganan terreno en los pasillos de los mercados, en los tianguis, en los
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restaurantes. En las mesas de Oaxaca, Veracruz o el Estado de México, en
innumerables pueblos, ahí conviven cotidianamente con quienes los miran sin
asombro y más bien con gozo…ándele, cierre los ojos. Cómase un taquito de
chapulines o de chicatanas en chile verde. Sí. Hormigas o gusanos. Provenientes
del lago, de las milpas o del cerro.
Las crónicas contenidas en los códices dan cuenta de la entomofagia, habitual en
el México prehispánico. En ellas refieren varias ceremonias en las que la ofrenda
principal es un platillo. Por ejemplo, al dios del fuego, Xiuhtecuhtli, le ofrecían unos
tamales llamados huahuquiltamalli, acompañados de acociltin, acociles, insectos
lacustres en forma de camaroncillo. Entre los insectos que los naturales de
Mesoamérica consumían más se encuentran los ezcahuhitli, huevecillos de una
mosca; los escamoles, hueva de hormiga; las hormigas llamadas chicatanas; las
chinches acuáticas llamadas axayácatl, de las que se comen también sus
huevecillos y se dice que saben a caviar; y los famosos ahuahutles. La chinche
xamue que servía de condimento. También consumían los chapulines; los meocuili
o gusanos blancos, que se criaban en el maguey; y los tecaoli, de color rojo así
como otros gusanos de tierra llamados chilamuiles. Están, por otro lado, los
jumiles, insectos pequeños que se comen vivos condimentándolos con sal y limón;
los acociles y la chinche acuática llamada axayácatl, que eran el tributo de los
lagos y que también llegaron a ser consumidos por los españoles.
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El nopal y sus usos. El vocablo proviene del náhuatl nopalli, “nopal”, y palli, “cosa
aplastada” y así se le llama a cualquiera de los cactus del género Opuntia, familia
de las Cactáceas. Abundan en extensas áreas del territorio mexicano,
principalmente en el centro y norte del país. Aporta calcio y hierro, principalmente,
pero también vitamina A y vitaminas del grupo B; además, es rico en fibra. Del
nopal se obtiene un fruto conocido como tuna y del cual hay diferentes especies:
blancas o iztacnochtli, amarillas o tlatonoctli, rojas o tlapalnochtli, negras o
tzaponochtli, rústica o silvestre, zacanochtli y ácida o yxoconochtli.
En la época prehispánica, se criaba cochinilla en el nopal, gusano que producía un
colorante para el teñido de telas y utilizado también para adornos faciales o
corporales. Actualmente el nopal tiene también diversos usos medicinales. El
nopal, al igual que el maíz, fue un alimento muy importante durante la época
prehispánica y también está presente en el símbolo cósmico del águila y la
serpiente.
Fundación Cultural Armella Spitalier (Contribution by). La gastronomía
prehispánica en México- tradiciones heredadas.México: FCAS- Fundación Cultural
Armella Spitalier, 2009. p 17.
En tiempos muy remotos los pobladores de mesoamerica dependian de la
existencia de animales y plantas para satisfacer sus necesidades alimentarias y de
salud, el clima y las condiciones geograficas losn obligaban contantemente a
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cambiar el lugar donde habitaban a otro con mayor cantidad de recursos; no fue
hasta la creación de la agricultura cuando estos pueblos se volvieron sedentarios.
Con el paso a la agricultura estos pobladores tuvieron la necesidad de
implementar un calendario acorde a las temporadas de cultivo y cosecha; sus
amplios conocimientos en el movimiento e interpretacion de los astros, nubes y el
viento les permitio establecer un calendario de 360 donde marcaban con precisión
las cuatro diferentes estaciones, donde determinaban el tiempo para cosechar y
para cultivar.
Este proceso fue lento y gradual, los factores climáticos de cada lugar dio como
resultado que se inventaran diversas formas de cultivo:
- Sistema de roza(clima tropical): conciste en la tala y quema de la
veguetacion para despues sembrar nuevo producto.
- Sistema de barbecho(clima frio-templado):conciste exactamente en lo
mismo solo que con intervalos de tiempo mas cortos entre cada siembra.
- Chinampas: siembra en pequeños monticulos de tierra que flotaban en el
agua.
- Huertas:estas se establecian dentro de las casas y permitian sembrar
durante todo el año.
Aunque el clima en el pais es bastante variado ,en Mesoamerica la base
alimenticia en cuanto a producto agricola se trataba era el chile, el nopal,el
jitomate, la jicama,papa, maiz, trigo, camote, calabaza y el cacao que era utilizado
como moneda en algunas culturas.
En cuanto a producto animal no se desarrollo un sistema de criansa en si, mas
bien eran pueblos cazadores que consumian los animales que se daban en la
region que habitaban como guajolotes, armadillos,pescados cuando estos se
25
encontraban cerca del mar o rios,conejos, ratas de campo entre otros, al ser
escasos los animales en algunas zonas estas proteinas se suplanmtaban en el
consumo de insectos como grillos, saltamontes, chapulines, gusanos de maguey,
huicholes por mencionar algunos.
“De acuerdo al viaje realizado al Cóporo y al observar el clima tan desértico
del lugar, puedo imaginar que su dieta se basaba principalmente en tunas,
nopales, hojas de maguey que eran obtenidas de manera mas habitual y
creo que estos pobladores tuvieron que usar un sistema de huertas o
terrazas para cosechar jitomates , chiles, calabaza y otros vegetales que
por las condiciones del clima no podian obtenerse en cualquier epoco del
año.
Los animales eran escasos pero podian haber consumido insectos y ranas
con mucha facilidad.”
Diana Isabel Juárez Corral.
Alumna de 3° Cuatrimestre-Licenciatura en Periodismo
Estructura social y cultural de Mesoamérica. Algunas características de las civilizaciones mesoamericanas
sedentarismo uso del bastón plantador o coa
uso del calendario
centros ceremoniales
domesticación de plantas
numeración vigesimal
división de clases sociales
domesticación de animales
escritura pictográfica
formación de ciudades-estados
cultivo del maíz y nixtamalización
juego de pelota
sacrificio humano comercio a larga distancia
desarrollo de la cerámica
26
Politeísmo.
La gran extensión del panteón mesoamericano se dio gracias a la incorporación
de elementos ideológicos–religiosos nuevos a la primigenia religión: Fuego–
Tierra–Agua–Naturaleza. La importante incorporación de las divinidades astrales
(sol, estrellas, constelaciones, Venus) y su representación en esculturas
antropomorfas, zoomorfas, también antropozoomorfas y formas de objetos
cotidianos.
Las cualidades de los dioses y sus atributos fueron cambiando a través del tiempo
y de la influencia cultural de otros grupos mesoamericanos. Dioses que a la vez
son tres entes cósmicos diferentes y a la vez son solo uno. La religión
mesoamericana tiene una característica importante: la existencia del dualismo
entre las divinidades. El enfrentamiento entre polos opuestos: positivo,
ejemplificado con la luz, lo masculino, la fuerza, la guerra, el sol, etc.; y lo
negativo, la oscuridad, lo femenino, el sedentarismo, la paz, la luna, etc.
Calendario de 260 días.
El calendario de 260 días el cual era llamado Xihuitl o civil, agrupado en 13 meses
de 20 días, al cual se le daba el nombre de Tonalpohualli entre los pueblos
centrales, Tzolkin entre los mayas y Pije entre los zapotecas., cuyo inicio fue a
partir del 1200 a. C., refleja la evolución del uso de la medición del tiempo, no sólo
para saber qué días hay que cultivar, qué celebraciones religiosas se debían de
realizar, cuál era el movimiento de los astros; sino que también era usado con
fines adivinatorios y de establecimiento de los diversos destinos de los hombres.
Los nombres usados para identificar tanto los días como los meses y los años en
el mundo mesoamericano proviene en gran parte de la visión mágico–religiosa
que tuvieron los habitantes de Mesoamérica del medio natural con el cual
convivían a principios del período Preclásico Temprano: animales, flores, los
astros y la muerte. La presencia de este calendario está en todas las zonas
culturales mesoamericanas: desde los olmecas, la región de Oaxaca, la zona
Maya y el Altiplano Central.
27
Sacrificios humanos.
El acto del sacrificar tiene un gran significado religioso–político. El sacrificio
significa la renovación de la energía cósmica divina. Los dioses dieron la vida al
hombre, sacrificando la suya. El hombre deberá de entregar su vida para
mantener el orden divino establecido.
La sangre significa la vida en la creencia mesoamericana: la sangre humana es el
líquido que satisface la sed de los dioses (en este caso el dios Sol), la sangre tiene
parte de la sangre de los dioses. Con la sangre se revitaliza no sólo a las
divinidades, sino también a la tierra, las plantas y los animales (por ejemplo, al
águila y al jaguar). La sangre es como el agua, necesaria para la vida terrenal y la
vida celestial.
Y esta obligación de revitalizar el orden cósmico se ve reflejada en las sociedades
mesoamericanas a través de las imágenes que evocan el sacrificio: águilas y
jaguares devorando corazones humanos; la presencia de círculos de jade o
chalchihuites que representan corazones; imágenes que a la vez reflejan petición
de lluvia y a la vez petición de sangre, con un mismo propósito: reponer la energía
divina; la presencia de plantas y flores que simbolizan a la vez a la naturaleza y a
la sangre brotando vida.
Lenguas.
Entre 4000 y 1000 AC., todas las lenguas madres sufrieron una considerable
diferenciación. El grupo uto-azteca se dividió en un gran número de lenguas hijas,
de las cuales la lengua náhuatl se reveló como la más importante en la historia de
Mesoamérica. El área en el cual el náhuatl adquirió definitivamente sus
características propias se extendía al exterior del núcleo de la región montañosa
del centro, probablemente a lo largo de las faldas de la escarpadura oeste, hasta
el norte de Jalisco. El oto-zapoteca se dividió en otomí, mixteca y zapoteca. El
mixteca y el zapoteca adquirieron “tonemas”, es decir, empezaron a mostrar
diferencias de significado mediante una elevación o descenso del tono de la voz,
característica que no tiene la lengua otomí. La zona de la caracterización de otomí
28
se sitúa probablemente en las cercanías del Nevado de Toluca, en el valle del
mismo nombre; esta zona donde se encuentra la mayor diversidad de lenguas
otomíes habladas, es probablemente la más antigua donde se hayan establecido
los otomíes. El mixteca y sus dialectos deben haber encontrado su forma definitiva
en las cercanías del curso superior del Balsas y se extendieron en dirección sur,
hasta las montañosas regiones meridionales y rumbo al norte, hasta los valles de
México y de Puebla. No se conoce la zona en la que el zapoteca adquirió sus
principales características. El macro-maya, asentado en las costas del golfo,
comenzó igualmente a diferenciarse mientras el huasteca empezaba a adquirir
una forma de lengua completamente distinta. (Wolf, 1967).
Creencias.
Entre las creencias cosmogónicas de Mesoamérica está la de un dios principal
(Ipalmenohuani entre los aztecas) relacionado con el sol, que es también la pareja
creadora, la dualidad femenina y masculina, el cielo y la tierra que engendra a hijos
gemelos (los cuatro Tezcatlipocas o la pareja Quetzalcóatl-Xólotl por ejemplo). Se cree
que la idea del gemelo y de la dualidad es muy antigua y también incluye muerte-vida.
Según ella, el mundo estaba dividido en cuatro regiones, además del punto central, lo que
hacía de cinco otro número mágico. Pero como hay un cielo y un infierno con cuatro
regiones cada uno, se llega a 5+4+4=13, otro número esencial. Además cada uno de los
cuatro puntos cardinales y el centro tenían un color que los representaba. La idea de
creaciones múltiples al fin de cada una de las cuales todo moría para ser recreado
formaba los cuatro soles (épocas) pasadas y el quinto que todavía alumbraba a los
aztecas. La historia estaba vista dentro de conceptos similares, es decir ciclos que se
repetían, aunque cada creación o ciclo representaba un avance para la humanidad. Así se
combinaba una idea simplemente cíclica y en cierto modo estática con la idea
evolucionista o de movimiento, como ahora se entiende la historia.
Había múltiples deidades de importancia distinta, pero algunas, como Tlaloc y tal
vez el Huitzilopochtli azteca había adquirido una personalidad propia, con atributos
y culto especiales, y se representaban en imagen inconfundible. Muy importante
fue el planeta Venus por la forma tan peculiar de su visibilidad para los hombres y
por los peligros que supuestamente acarreaba su presencia a ciertas personas.
29
En casi todas las religiones la sangre humana o animal tuvo valor ritual. De allí la
frecuencia de los sacrificios en que se hacía correr. En Mesoamérica, mediante el
sacrificio de sangre, el hombre se vuelve colaborador de los dioses, en el
problema para ellos eterno de mantener en vida por medio de ese líquido vivo no
sólo al sol sino al universo. Algunas formas de sacrificio son exclusivas de
Mesoamérica, como la de quemar hombres vivos o aquella en honor a Xipe, en
que el sacerdote bailaba revestido de la piel del hombre desollado. Recordemos
que la víctima representaba al dios, y como los sacerdotes tenían la costumbre de
vestirse imitando la imagen divina, se ataviaba a la víctima también con similares
vestiduras. En ocasiones se sacrificaban codornices, y los devotos hacían
penitencia voluntaria sangrándose las orejas, la lengua, el pene o las piernas.
Otras costumbres exclusivas con el uso ritual del papel, la celebración de fiestas al
concluir algunos periodos fijos de tiempo y los días de buen o mal agüero. Dar a
los niños el nombre del día de su nacimiento, el canibalismo ritual y la creencia en
varios ultramundos tras un viaje difícil para alcanzarlos así como el célebre palo
volador, todavía existente, tienen toda la misma exclusividad. Aunque aún con
fuertes resabios de magia tribal desde la segunda gran época, creó Mesoamérica
una religión politeísta formal, con creencias y dioses ordenados, un ritual fijo y un
sacerdocio profesional, dividido en distintos grados, en contraste al viejo chaman
de la tribu.
Los orígenes del tiempo y el calendario.
En todo el ámbito mesoamericano el tiempo, computado con extremo rigor en
función de sus sistemas calendáricos, se concibe como portador de presencias de
dioses y de destinos favorables, funestos o indiferentes. Ello es, desde luego,
mucho más patente entre los mayas que concebían su universo poblado de
presencias de dioses actuantes en los distintos rumbos cósmicos y en las regiones
celestes e inferiores. Esa ininterrumpida actuación de los dioses no ocurre al azar,
sino con precisión matemática expresada por los cómputos calendáricos. Las
inscripciones cronológicas de los mayas implican el conocimiento y la adoración
de los ciclos del tiempo, los cuales marcan, a su vez, los grandes capítulos en la
30
que se concibe como una historia cósmica cuya esencia es el tiempo. (León-
Portilla)
Artesanía.
Por sus cualidades físicas, la obsidiana fue tal vez la materia prima más
importante para los antiguos mesoamericanos. Con una maestría lograda a lo
largo de miles de años, los artesanos dedicados a la obsidiana aprovechaban
prácticamente cada fragmento de material para crear objetos que se utilizaban en
casi cualquier actividad: domésticas, medicinales, artesanales, militares y
religiosas.
La obsidiana es el material natural más eficiente para la elaboración de
instrumentos de corte, como las navajas, y de penetración por impacto, como las
puntas de flecha. Por sus particulares propiedades físicas, la obsidiana fue
ampliamente aprovechada por las culturas prehispánicas en la elaboración de
instrumentos como navajas de agudos y uniformes filos, para cortar fibras
vegetales, plumas, maderas y pieles; raspadores de maguey; perforadores de
cuero, hueso y madera. También se utilizó para tallar penetrantes puntas de
flecha, de dardo, de lanza y cuchillos de diversas formas. Guerreros, sacerdotes y
dioses aztecas portaban varios objetos de obsidiana, como collares, orejeras,
bezotes, cetros: asimismo, se elaboraban urnas y esculturas con ese material.
Entre las deidades del panteón mexica, se sabe de dos que tienen relación directa
con la obsidiana: Tezcatlipoca (el que tiene el espejo humeante de obsidiana) e
Itzpapálotl (la mariposa de obsidiana). La obsidiana estaba presente en diversos
ámbitos de la cultura prehispánica del Centro y el Occidente de México,
principalmente en la vida doméstica, la agricultura, las artesanías, el comercio, la
guerra y la religión.
31
“Por lo que vi en el Cóporo la principal similitud que recuerdo es el culto al
sol que está presente también en los asentamientos de Mesoamérica. El sol
como Dios principal, yo imagino que estos pueblos comenzaron a ser
sedentarios pero nunca dejaron de explorar o transportarse a diversas
áreas de lo que ahora conocemos como México; quizá algunos
“exploradores” de estos grupos se dispersaron por el territorio nacional
comenzando nuevos asentamientos con las mismas creencias pero al pasar
el tiempo sus circunstancias fueron evolucionando de diferente manera y
así se diversificaron. No es una casualidad que se repitan a lo largo del
territorio. Supongo estos exploradores no viajaban solos, sino como
pequeñas familias quizá marido y mujer y al descubrir nuevos terrenos se
fueron quedando en ellos hasta poblarlos y en lugar de ser solo dos
después de años formaron grandes comunidades”.
María Silvia Millán Rivas. Alumna de 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Periodismo.
Culturas de occidente
Significado del término “Chichimecas”.
Palabra de origen: Náhuatl, significa “linaje de perros” se le da este nombre al
genérico que los mexicas daban al conjunto de pueblos indígenas que habitaban
el norte de México.
Características generales del grupo étnico.
Su estilo de vida era nómada, no desarrollaron una gran cultura al no tener
delimitado su territorio, sin embargo se pueden encontrar centros de adoración de
dioses, canchas de pelota y otras edificaciones. Su principal sustento fue la caza y
recolección de frutos, la agricultura fue escasa debido a las características
geográficas. Contaban con una estratificación social, no poseían una lengua
común pues existían una gran cantidad de dialectos; se conservan pocas pinturas,
algunas vasijas, figuras de personas y flechas, todo como muestra de su arte.
Adoraban al sol, la luna y algunos animales.
32
Principales zonas y regiones que habitaron.
Habitaron en la parte y Occidente del país en los territorios que actualmente se
llaman Jalisco, San Luís Potosí, Guanajuato, Aguascalientes y Michoacán.
3 zonas arqueológicas ubicadas en Guanajuato y sus características
generales.
1. Cañada de la Virgen: ubicada a 30 kilómetros de San Miguel de Allende,
muestran el patrón arquitectónico mesoamericano representó entre 540 a
1050 d.C., la sede de un dominio religioso, la ruta que utilizaban para
abastecerse de materias primas así como su calendario agrícola. Tiene
conjuntos habitacionales, centros ceremoniales, centros de captación del
agua de lluvia. Destacan los colores en las canteras y tobas verde, amarillo,
anaranjado y rojo.
2. Peralta: ubicado en las inmediaciones de la localidad de San José de
Peralta, en el municipio de Abasolo. Conformado por siete edificios cívico-
ceremoniales, se comunican entre sí a través de veredas y calzadas.
Destaca el edificio conocido como “Casas Tapadas” el cual comunica con la
cancha de un juego de pelota. El rasgo típico y único son las incontables
rocas talladas en alto y bajo relieve con símbolos que expresan la
concepción del universo, en algunas rocas hay elementos arquitectónicos
en miniatura una reproducción del edificio Casas Tapadas.
3. Plazuelas: ubicado en terrenos de San Juan el Alto Plazuelas a 12.5km de
Pénjamo, asentamiento más complejo a nivel regional, cuenta con un
espacio abierto unido directamente con los cerros los cuales son elementos
sagrados en la cosmovisión mesoamericana, característico por sus edificios
y más de mil piedras talladas con alto y bajo relieve, oquedades, líneas,
círculos, figuras zoomorfas.
33
Tipo de pirámides y su construcción.
Las pirámides continúan con la antigua tradición preincaica, son basamentos
piramidales engendradas como residencias de las distintas deidades, era común
entre los quechuas la construcción de estructura piramidal de pequeñas o
medianas proporciones llamada ushnu; ubicadas generalmente en el centro de las
poblaciones pues cumplían funciones rituales y administrativas. Generalmente
fueron construidas con adobe por lo que al paso del tiempo han desaparecido o se
encuentran en estado de ruinas.
Casas habitación y sus características.
La mayoría de la población vivía en pequeñas comunidades dispersas en los
alrededores de los centros administrativos y ceremoniales donde habitaban los
gobernantes y se encontraban los templos. Las casas habitación eran de adobe
carecían de ventanas así que su iluminación se debía a la luz solar proyectada,
en algunos casos una de las habitaciones tenía funciones de cocina, contaban con
dos o tres habitaciones.
“Todo lo que escuche, observé, sentí, olí y percibí corresponde con la
información investigada únicamente falta visitar las otras tres zonas
arqueológicas para cerrar el ciclo.”
Luis Alberto Huerta Olmos Alumno de 2° Cuatrimestre Licenciatura en Periodismo
Los alimentos, componentes indispensables en todas las actividades culturales
que conformaron el mundo prehis pánico, fueron ofrendas para las deidades,
tributo para los señores, manifestación de hospitalidad, oferta de paz y compañero
del hombre, desde el nacimiento hasta la muerte. En el México antiguo, la comida
constituía un nexo entre humanos y dioses.7
7 Armella Spitalier, Nathalie; Camacho Lucario, Vicente; Gracia Medrano, Paulina Franch. Comer y ser: raíces
gastronómicas de México. México: FCAS- Fundación Cultural Armella Spitalier, 2009. p 11.
34
La abundancia de la comida, de la cual, cuenta la historia, que entraban cada día,
de mil indios para arriba cargados, en México, de venados que era principal carne
que comían y de conejos, liebres y codornices, gallos y gallinas y de todos los
géneros de animales que ellos comían, y de todo género de aves, así marinas
como terrestres, domésticas y monteses [ … ] Fray Diego Durán.
35
UNA VISITA AL “CÓPORO”
Por: Prof. Lic. Gustavo René Flores Ponce Profesor de Asignatura-Área Filosofía-Arte-Literatura
Conjuntos Arquitectónicos, que forman parte de la Zona Arqueológica “El Cóporo” y encontradas en la visita:8
8 Revista Arqueología Mexicana VOL. XVI-NÚM. 92, Pág. 61
36
Han transcurrido cerca de 1, 300 años desde que desapareció una civilización
escasamente conocida, identificada con la cultura Chichimeca-Tolteca, de la que
no podría negarse su presencia universal ni su realidad histórica.
El grupo de humanidades del Instituto Latinoamericano de Ciencias y
Humanidades (ILA) realizamos una visita al Cóporo, ubicado en la zona sur del
municipio de Ocampo, del Estado de Guanajuato, que tuvo lugar el pasado 15 de
diciembre del 2012, con la intención de nutrir el saber humano acerca de este
mundo pasado y su pensamiento.
Para abordar el tema de los coporenses, comenzaremos mencionando que dicha
civilización tuvo su auge durante el lapso del siglo II al IX dC.9 -mientras en Europa
la antigua Roma colapsaba y cedía el paso a la época medieval-.
Puede resultar complejo emitir un juicio aproximado en cuanto al pensamiento
predominante de la población que vivió la era del Cóporo, pero, sobre las
declaraciones emitidas en base a que se trataba de gente perteneciente tanto a la
cultura Chichimeca como a la Tolteca, es posible imaginar varias hipótesis que
perfilen más o menos su formación humana. Lo que conocemos, acerca de tales
culturas, hace posible recrear los rasgos de un grupo social que habitó el territorio
de El Cóporo. La relación, entre las culturas mencionadas, es la ventana para
husmear sus pensamientos, para ver a través de sus huellas y -entre otra de sus
posibilidades- para saber más de nosotros.
9 Los datos obtenidos, en cuanto a la fecha, provienen de la página web:
http://cultura.guanajuato.gob.mx/zonas/coporo.php, publicados el día 17/01/13
Por Margarita López
“Comenzando el recorrido en la zona baja del Cóporo"
37
“En la carretera la temperatura aumento y se sentía calor, el profesor Lira
se durmió y el profesor Bata se sentó, después de muchas, muchas curvas
por fin pude leer un letrero “El Cóporo”, Silvia fue la primera en marearse
abrió la ventana, lo cual se agradece, después de unos 40 minutos
aproximadamente nos encontramos con una comunidad de nombre
Ocampo, el contraste de una calle pavimentada y otra no, con poco
movimiento de personas y autos, pocas calles y desierto de nuevo. Muchos
se marearon y pidieron a gritos literalmente que se encendiera el aire
acondicionado para resistir las nauseas lo cual sí funcionó, se escuchaban
quejas de hambre.”
Ivón Elena García Pérez Alumna 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Historia.
Así, las referencias en cuanto a los Chichimecas mencionan que abarcaba grupos
de etnias diversas, relativamente primitivas, de nómadas que en general cazaban
y recolectaban para vivir –más, debemos mencionar también que otros pocos
practicaban la agricultura y, por consiguiente, la vida sedentaria (como testigo, al
menos, tenemos un cerro)-.10
Llegando a una base situada al pie del cerro principal, el arqueólogo Carlos
Alberto Torreblanca Padilla mencionó que los grupos de cactáceas que rodeaban
el monte señalaban los lugares donde las personas situaron sus casas y, de
inmediato, la mente comenzó a iluminar aquel paisaje como una colonia más o
menos grande de personas que se extendía por todo el horizonte, formando un
centro urbano, ya que los nopales podrían responder dónde estaban colocados los
antiguos hogares y que de alguna manera pertenecieron a las viviendas de las
familias ya extinguidas. Así, por un camino libre trazado con piedras acomodadas
en filas paralelas, llegamos a un primer asentamiento en el que estaba el recuadro
de un piso que pertenecía a un hogar. Dividido por trazos que marcaban los restos
de los muros, apenas sobre el suelo, notamos la distribución de segmentos que
bien pudieron ser habitaciones; incluso había una parte que parecía ser la cocina
10
Es preciso sugerir una investigación que aclare el tipo de tribu que pobló el cerro del Cóporo.
38
donde estaban los restos de un tipo de horno -no obstante, fue sorprendente ver
que aquella ruina estaba cruzada por una canal que semejaba la ruta de un
drenaje, cosa que afirmó el arqueólogo que nos guiaba-.
Conforme avanzábamos, el camino se convertía en una pendiente ascendente en
dirección al cerro y algunas pencas de nopal se amontonaban a nuestro rededor
mientras tupían la zona emparedando el sendero, como un mini bosque de
chumberas.
“Al llegar al segundo punto los compañeros van platicando de comida la
subida se siente ya para algunos, tres de ellos ya no ponen atención a la
explicación del arqueólogo, Lira plática con Gerardo de otras cosas; Silvia,
Diana y Luís tratan de escribir todo lo que escuchan del arqueólogo, para
salir de dudas me acercó a preguntarle a Margarita y asegurarme de estar
haciendo lo correcto; el sol disminuye un poco debido a las nubes, muchos
seguimos pensando que esta zona es muy pequeña y que va ser rápido el
recorrido; Lira juega y juega se acerca a mi, pero no tengo mucho interés,
es más importante observar y escribir, sentir y oler, por cierto huele a salud
esto es, a naturaleza. Betty saca una tortuga la cual hace un sonido
especial le da una atmósfera prehispánica. A nuestro lado todo el tiempo va
el ayudante-velador nos va cuidando, algunos se acercan a preguntarle
cosas pero se muestra cohibido y no responde nada.”
Ivón Elena García Pérez Alumna 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Historia
Por Gabriela Elizabeth López Ponce
39
Estas pencas eran tan gruesas, robustas y tan altas que más bien ya eran troncos
de árbol, árboles de nopal que se alzaban hasta los tres metros, viejos testigos
que exhibían el tiempo transcurrido por aquellos lares ahora tan desolados.
Características de los 6 principales conjuntos arquitectónicos:
“En la cima del cerro se han identificado cuatro estructuras piramidales,
posiblemente un área exclusiva para gobernantes y sacerdotes. Estos
conjuntos arquitectónicos son denominados Gotas, Montés, Cóporo y
Caracol, fueron construidos a finales del Periodo Clásico e inicios del
Epiclásico, entre el 500 y 900 d. C. En las laderas norte y oeste del
complejo se han identificado también una serie de plazas grandes, cuyas
funciones pudieron haber sido de tipo administrativas y religiosas.
Hasta el momento se han excavado seis conjuntos de este sitio
prehispánico asociado a la cultura Tunal Grande (200-1100 d.C.): Gotas,
Llano, Aire, Cóporo, Montés y Caracol”.
Luis Alberto Huerta Olmos. Alumno 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Periodismo
“Miré hacia los cerros y no vi nada, sólo desierto, según los comentarios de
días atrás eran El Cóporo es muy pequeño aparentemente sí que lo era,
esa impresión me dio. El arqueólogo plática con el francés sobre la falta de
Por Gabriela Elizabeth López Ponce
40
interés de las personas por conocer su cultura, y es cierto. Aunque estaba
soleado el aire estaba frío, los compañeros seguían muy alegres y
entusiastas.”
Ivón Elena García Pérez Alumna 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Historia.
1.- Conjunto Llano.
“En este espacio se conserva una casa prehispánica, de las excavaciones
se rescata por los cimientos, las casas estaban construidas con un patio
central, habitaciones para almacenamiento y dormir, la mayoría de las
actividades se realizaban al aire libre. Los materiales con los que está
construida con riolita (roca) cantera; utilizaban lodo a manera de pegamento
y baba de nopal. Uno de los principios que llevaron a cabo los antropólogos
en la zona fue rescatar sin construir (carta de Venecia). La sociedad era
matriarcal y patriarcal se formaban núcleos familiares era común que varias
familias habitaran en una casa. La actividad principal era la agrícola
sembrando maíz, chile, amaranto, calabaza zona de lluvias constantes,
aquí no había ganado este llegó con la colonización de ahí se deriva como
posible teoría, la falta de alimento origino el abandono de esta ciudad”.
Silvia Millán Rivas Alumna de 2° Cuatrimestre de Licenciatura en Periodismo.
Por María Silvia Millán Rivas. Parte baja era utilizada por la población agrícola.
Por Graciela Neave. Explicación en el Conjunto Llano.
41
“El conjunto llano se encuentra en la parte baja, existen distintas áreas
públicas y domesticas, así como talleres.”
Luis Alberto Huerta Olmos Alumno 2° Cuatrimestre Licenciatura en Periodismo
Por Mtro. Carlos Torreblanca Padilla
“Unidad habitacional 47, Conjunto Llano, El Cóporo, Guanajuato. La habitación norte tuvo columnas e impluvio en su patio principal (a); en la oriente había fogones
de barro para preparar alimentos (b).”11
“Primera subida, desafía la condición física y mental, algunos se quedan
atrás pero nadie desiste, el paisaje motiva, se ve desierto, nopaleras,
ambiente místico y relajante 100% natural, huele a salud. Segunda subida
más pesada por estar más empinada, sorprendente que todos resistieron y
llegaron a su paso, en algún momento consideré que algunos se quedarían
en esta subida, continuamos subiendo ya no veo a Ismael y su hermana
Yolanda, tenemos que seguir.”
Ivón Elena García Pérez Alumna 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Historia
11
Revista “Arqueología Mexicana” Vol. XVI – Núm. 92, Pág. 62
42
2.- Conjunto Gotas Pasando esto llegamos a un lugar conocido como el Conjunto Gotas, ahí
apreciamos una construcción arcaica que parecía ser un sitio donde residía la
clase gobernante, según lo mencionado por Carlos Alberto Torreblanca.
Estábamos viendo entonces los restos de un lugar importante que también estaba
diseñado no sin previa reflexión, pues, además de contar igualmente con un
sofisticado drenaje –teniendo en cuenta que a espaldas del recinto se levantaba
un cerro que fácilmente pudo haber escurrido las aguas de las lluvias directo a la
construcción- resultaba interesante ver que había escalones donde tallaron
espirales (circulares, cuadrangulares y triangulares) al igual que los restos de
columnas, a ras de piso, las cuales tenían que ver con la cuenta de los días de su
calendario. Y, por si fuera poco, el investigador nos mencionó que la posición de la
estancia también estaba intencionalmente relacionada con algunos astros
importantes como el Sol en cuanto a su recorrido -lo mismo que otras
civilizaciones ancestrales que se desarrollaron en distintos lugares y épocas del
mundo-.
Ahora, si tratamos a la vez de una civilización emparentada con el mundo Tolteca,
es importante recordar que los Azteca fueron grandes admiradores, seguidores,
de esta gente por el tipo de logros y pensamientos desarrollados en su tiempo.
Los Tolteca llevaron el arte a todas sus creaciones incluyendo la arquitectura de
sus residencias, pues los nahuas mencionaban el empeño por decorarlas con
piedras preciosas para que satisfagan el gusto estético, a parte del útil práctico;
“[…] explicando el origen de todas esas creaciones de los toltecas, nos ofrecen los
tlamatinime la visión ideal de la antigua cultura, de la que los nahuas posteriores
afirmaban ser sus herederos:
“Los tolteca eran gente experimentada, todas sus obras eran buenas, todas rectas, todas bien hechas, todas admirables. Sus casas eran hermosas, sus casas con incrustaciones de mosaicos de turquesa, pulidas, cubiertas con estuco, maravillosas. Lo que se dice una casa tolteca,
muy bien hecha, obra en todos sus aspectos hermosa… […]"”.12
12
LEÓN-PORTILLA, Miguel., La filosofía Náhuatl estudiada en sus fuentes, UNAM, México 2006, pág.
260.
43
La ubicación geográfica del “Cóporo” en el mapa también es importante
mencionarla debido a que hay quienes piensan que fue una importante frontera
entre grupos étnicos del norte y sur fundamentados en diversas costumbres. Se
ha pensado que el lugar cumplía funciones parecidas a las de las aduanas
actuales, pues estamos hablando de una zona fronteriza por donde se
combinaban e infiltraban todo tipo de cosas; desde materiales para comerciar
hasta pensamientos que compartir. Seguimos el camino que permanecía subiendo
por un costado del monte entre tanto nos conectaba con otro, el verdadero cerro
de El Cóporo y un hermoso pasaje.
Entre las dos colinas detuvimos el paso para ver que allí había agua estancada en
pequeños pozos, de los cuales posiblemente se abastecían los antiguos inquilinos.
“Hay irregularidades en el terreno, como escalones, la nopalera es
abundante está representado por la parte importante de la ciudad como un
centro histórico. Los habitantes transformaron el paisaje”.
Silvia Millán Rivas. Alumna de 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Periodismo.
“El Conjunto Gotas se encuentra sobre la ladera, es un espacio cívico
administrativo. Excavaciones recientes, permitieron identificar a éste edificio
como una unidad habitacional, ya que se han encontrado restos de madera
utilizada en su momento para soportar el techo a manera de columnas. Los
análisis de carbono 14 datan estos restos entre los años 500 y 900 d. C.”.
Luis Alberto Huerta Olmos. Alumno 2° Cuatrimestre de Licenciatura en Periodismo
Por Graciela Neave. Pequeña laguna encontrada a nuestro paso.
44
Por Carlos Torreblanca Padilla
“En la escalinata oriente de la Estructura II, Conjunto Gotas se encuentran grabados varios motivos, entre los que predomina la espiral.”
“Dentro de este conjunto Gotas, se encuentra la plaza 2 que ha sido
liberada y consolidada en un 100%. Tiene una extensión de cinco mil
metros cuadrados, se compone de cuatro plataformas, donde sobresalen la
Oriente y la Norte, dado que poseen las estructuras más importantes.”
Luis Alberto Huerta Olmos. Alumno 2° Cuatrimestre. Licenciatura en Periodismo
45
A) Plaza del Ocaso. (Conjunto Gotas) “Se utilizaba para la concentración de la población en eventos cívicos y
religiosos la naturaleza ha ocultado la zona. Es un espacio público pero el
gobernante vivía aquí. En esta área se puede observar desagües
construidos adecuadamente evitando así posibles inundaciones gracias a
ello podían conservar sus alimentos generando un espacio fresco.”
Silvia Millán Rivas. Alumna de 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Periodismo
Por María Silvia Millán Rivas.
Plaza del Ocaso en Conjunto Gotas.
Por Graciela Neave.
Plaza del Ocaso, explicación por parte del Arqueólogo, en Conjunto Gotas.
46
B) Sala del Ocaso. (Conjunto Gotas)
“Está ubicada hacia donde se oculta el sol, este espacio se utilizaba
para la observación astronómica, la escalinata tiene trece escalones
se asocia al calendario ritual prehispánico. El número 20 es básico
en esa cultura prueba de ello son las veinte columnas que estuvieron
edificadas. El color rojo representa esta área. El sol representa al
águila”.
Silvia Millán Rivas. Alumna de 2° Cuatrimestre de la Licenciatura en Periodismo
F
Por María Silvia Millán Rivas.
Sala del Ocaso, en Conjunto Gotas.
Por Graciela Neave.
Sala del Ocaso, en Conjunto Gotas.
47
3. Conjunto Puerta del Aire.
De ahí en adelante, el sendero se hizo en escalones que nos guiaron a un punto
conocido como Puerto del Aire y reconocimos el porqué del nombre. El viento
imponía su fuerte presencia al igual que el cerro, todo esto en un ambiente muy
místico e inspirador donde grandes rocas parecían tener la forma de animales.
Pero, para llegar a la cima de El Cóporo, tuvimos que seguir escalando con
esfuerzo a manera de peregrinación -pues por esa ruta era difícil pensar que
anduviera más de uno al mismo tiempo-.
“Es probable que el camino empedrado de este conjunto fuera el acceso de
los peregrinos a los lugares sagrados del sitio.”
María Silvia Millán Rivas Alumna de 2° Cuatrimestre Licenciatura en Periodismo.
“Lo que yo percibí en primera que había muy buen entusiasmo, la verdad
nunca me imaginé que fuera muy alto lo que ascendimos pues estábamos a
156 metros de altura, pero valió la pena el ascenso hasta llegar a la Morada
de los Dioses fue genial la vista , el respirar aire puro y muchísimo contacto
con la naturaleza.”
Luis Alberto Huerta Olmos Alumno 2° Cuatrimestre Licenciatura en Periodismo
Por Graciela Neave. Puerta del aire.
48
4.- Conjunto Cóporo.
“Para llegar al Conjunto Cóporo, área ceremonial del sitio que se encuentra en la cima del cerro, se sube por un camino de piedra y laja.”
13
.
“El sol aún no llega al cenit, no va a ser fácil. Comenzamos a caminar
viendo los diferentes asentamientos, tratando de capturar todo. Qué bueno
que dejé la chamarra, lástima que no traje una bufanda me arde el cuello.
Lo que más se ve son nopaleras, abundan, hubo una que llamo mi
atención, por lo diferente que vi en ella. Uno de los retos fue subir la
13
Revista “Arqueología Mexicana” Vol. XVI – Núm. 92, Pág. 62
Por Graciela Neave.
Por María Silvia Millán Rivas.
Escalinata que lleva al cerro, lo sagrado estaba arriba, camino para transitar en fila.
49
escalera que lleva a la cima del cerro, concentración y respiración para no
vencerme. Al llegar a la cima el viento es fresco, la temperatura cálida.
Silvia Millán Rivas Alumna de 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Periodismo
Por María Silvia Millán Rivas.
El tan complicado paso terminó en la cima de nuestro ansiado Cóporo, y en aquel
lugar la imagen del paisaje era realmente sorprendente abarcando inmensas
zonas del contorno. Y, qué decir del cielo si se extendía claramente a nuestra
vista, sin mayor esfuerzo, en el que seguro se perdieron las miradas y reflexiones
de los inmemorables clérigos que moraban justo en esa cima del monte que recién
alcanzamos. Aquel emplazamiento verdaderamente transpiraba una atmósfera
espiritual por lo que resulta ser muy pobre el presente ensayo comparado con lo
que ahí puede encontrarse.
La ubicación de tal sitio no podría ser mejor para el espíritu del grupo de los
sacerdotes que habitualmente moraba en la cima, teniendo que ahí la visión
panorámica del terreno es sólo una pequeña parte comparada con la que hay al
levantar la vista. La posición del recinto en el cerro permite contemplar a más
detalle los astros que repletan el cielo, con sublime infinidad. Es muy factible creer
que la cima fuera ocupada por personas atraídas por los astros, pues había
nahuas que informaron al fray Sahagún de los aspectos similares en sus
ancestros, los toltecas, recordando lo que mencionaba en sus textos; “[…] en el
libro décimo se habla de los primeros pobladores de esta tierra y se afirma que
tuvieron perfectos filósofos y astrólogos…”14 Por esto podemos creer que observar
al firmamento fue importante para explicar las cosas que inquietaban a las culturas
prehispánicas, apuntando a lo que expuso León-Portilla sobre los toltecas, en
14
SAHAGÚN, Fray Bernardino de, Historia General de Las cosas de Nueva España, ed. De Acosta Saignes,
México, 1946; t. I, p. 13.
50
relación a los nahuas; “Los astrónomos medían con la mano, a modo de sextante
el re corrimiento de los astros por los caminos del cielo (Coloquios y doctrina… fol.
3, r. AP I, 13.). Determinaban el comienzo de la cuenta de los años, el orden de la
cuenta de los destinos y de cada una de las veintenas; sabían precisar las
divisiones del día y de la noche y en una palabra, poseían amplios conocimientos
matemáticos para poder entender, aplicar y aún perfeccionar el calendario
heredado de los toltecas.” 15
“Este conjunto contiene pequeños patios distribuidos, casas, fogones,
vestíbulos eran casas de gobernantes. Antes de terminar el recorrido se
transita por lo que fue una especie de aduana que servía para distribuir los
productos al pueblo.”
María Silvia Millán Rivas. Alumna de 2° Cuatrimestre de la Licenciatura en Periodismo.
“El Conjunto Cóporo se ubica en la cima del cerro, es una zona ceremonial,
a manera de acrópolis. En este grupo y el de Gotas se ha encontrado
entierros humanos. Lo más sobresaliente de estos hallazgos ha sido la
pigmentación con varias capas de color negro que presentan las
osamentas, lo que suponiendo la existencia de rituales dedicados al culto
de sus muertos.”
Luis Alberto Huerta Olmos. Alumno 2° Cuatrimestre Licenciatura en Periodismo
15
LEÓN-PORTILLA, Miguel., La filosofía Náhuatl estudiada en sus fuentes, UNAM, México 2006, pág. 88.
Por María Silvia Millán Rivas.
Templo principal, el único elemento piramidal utilizado solo por gobernadores, matemáticos, en la cima solo estaban las residencias palaciegas.
51
“Vamos en el punto alto, sólo llegó la mitad del grupo, ya tienen mucha
hambre, poca energía y se ven cansados, aquí en la punta del cerro se
puede admirar el desierto, sólo se escuchan moscas, abejas y el aire, y
claro las nopaleras presentes;
después de tomarnos unas fotos en el lugar de los sacrificios abordamos el
peregrinaje de regreso el cual sentí más pesado que la subida.”
Ivón Elena García Pérez Alumna 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Historia
Por Gustavo René Flores Ponce Frente al cerro del Cóporo, con detalle de Nopal.
52
5.- Conjunto Montés. “Este Conjunto Montes, es una zona residencial.”
Luis Alberto Huerta Olmos Alumno 2° Cuatrimestre Licenciatura en Periodismo El Conjunto Montes se caracteriza por tres grandes terrazas habitacionales que incluyen plataformas
y patios aún no excavados, posiblemente servían para calentar las habitaciones.”16
6.- Conjunto Caracol. “El Conjunto Caracol parece ser también un área residencial y presenta
elementos defensivos como las albarradas”.
Luis Alberto Huerta Olmos Alumno 2° Cuatrimestre Licenciatura en Periodismo
16
Revista “Arqueología Mexicana” Vol. XVI – Núm. 92, Pág. 62
Por Gabriela Elizabeth López Ponce.
Por Luis Alberto Huerta Olmos. Se aprecia un caracol que se asemeja a la forma de ver los días, como un calendario y su modelo de escritura.
53
“En tiempos muy remotos los pobladores de mesoamérica dependian de la
existencia de animales y plantas para satisfacer sus necesidades
alimentarias y de salud, el clima y las condiciones geograficas los obligaban
constantemente a cambiar el lugar donde habitaban a otro con mayor
cantidad de recursos; no fue hasta la creacion de la agricultura cuando
estos pueblos se volvieron sedentarios. Con el paso a la agricultura, estos
pobladores tuvieron la necesidad de implementar un calendario acorde a las
temporadas de cultivo y cosecha; sus amplios conocimientos en el
movimiento e interpretacion de los astros, nubes y el viento les permitio
establecer un calendario de 360° donde marcaban con precisión las cuatro
diferentes estaciones, donde determinaban el tiempo para cosechar y para
cultivar. Este proceso fue lento y gradual, los factores climaticos de cada
lugar dio como resultado que se inventaran diversas formas de cultivo:
Sistema de roza(clima tropical): conciste en la tala y quema de la
veguetacion para despues sembrar nuevo producto.
Sistema de barbecho(clima frio-templado):conciste exactamente en
lo mismo solo que con intervalos de tiempo mas cortos entre cada
siembra.
Chinampas: siembra en pequeños monticulos de tierra que flotaban
en el agua.
Huertas:estas se establecian dentro de las casas y permitian
sembrar durante todo el año.
Aunque el clima en el pais es bastante variado, en Mesoamerica la base
alimenticia en cuanto a producto agricola se trataba era el chile, el nopal,el
jitomate, la jicama,papa, maiz, trigo, camote ,calabaza y el cacao que era
utilizado como moneda en algunas culturas. En cuanto a producto animal
no se desarrolló un sistema de criansa en si, mas bien eran pueblos
cazadores que consumian los animales que se daban en la region que
habitaban como guajolotes, armadillos,pescados cuando estos se
encontraban cerca del mar o rios,conejos, ratas de campo entre otros, al ser
escasos los animales en algunas zonas estas proteinas se suplanmtaban
54
en el consumo de insectos como grillos, saltamontes, chapulines,gusanos
de maguey, huicholes por mencionar algunos. Los animales eran escasos,
pero podian haber consumido insectos y ranas con mucha facilidad.”
Diana Isabel Juárez Corral Alumna 2° Cuatrimestre Licenciatura en Periodismo
Podemos profundizar en el pensamiento Tolteca para presentar un posible
semblante de la gente que habitó El Cóporo, pero también es cierto que no es un
conocimiento determinante a falta de pruebas contundentes. Sin embargo, el
cúmulo de información que se presenta podría favorecer para conocer algunos
rasgos fundamentales que iluminen panoramas desconocidos de nuestra historia.
Por ahora podríamos decir que han transcurrido cerca de 1, 300 años desde que
desapareció una civilización escasamente conocida, identificada como la cultura
Chichimeca-Tolteca, de la que no podría negarse su presencia universal ni su
realidad histórica, no obstante existe la evidencia de su gran presencia abierta
para decirnos algo que aún desconocemos.
“Durante nuestra caminata, encontramos una huellas en la tierra, por lo que
nos preguntábamos a qué tipo de animal correspondían, posterior el
Arqueólogo Torreblanca, nos informo que se trataban de un Tejón*”
Graciela Neave Coordinación a cargo del área de humanidades
Por Kitselhy Vissuet López Huellas de Tejón, encontradas en la zona
55
*El Tejón es un carnívoro de tamaño medio, que puede llegar a pesar unos 15 Kg.,
con cabeza alargada y triangular, con el cuerpo también alargado de hasta 90
centímetros de longitud de la que solo 15 centímetros corresponden a la cola. Las
patas son muy cortas, aunque fuertes, con mayor desarrollo muscular en las
anteriores. El hocico es prominente, móvil y musculoso, encontrándose
particularmente adaptado a excavar y hozar, mientras que el cuello es corto y
ancho. El pelaje es largo y fuerte en el lomo con una característica mezcla de
blanco y negro, siendo enteramente negro en el vientre y patas. La cabeza es
blanca, con dos franjas negras laterales, paralelas, muy características de la
especie, que abarcan los ojos. Precisamente el pelo del tejón tiene unas
características muy especiales, en cuanto que su dureza (ni muy rígida, ni frágil) lo
convierte en ideal para algunos usos tradicionales como pinceles artísticos,
cepillos y particularmente brochas de afeitar, y en el Norte de China su piel se ha
utilizado para hacer mantas.
© Proyecto Sierra de Baza
Silueta del tejón. Longitud de la cabeza más cuerpo: hasta 80 cms. Longitud de la cola: hasta 15 cms. El olfato y el oído lo tienen muy desarrollado, mientras que la vista la tienen más
limitada, aunque por sus normales hábitos de vida (pasa la mayor parte del día en
tejoneras, de modo que solo sale habitualmente de noche), está adaptado a la
visión nocturna y a la oscuridad.
Puede trepar, aunque no está bien adaptado para ello, y nada bien. También
puede correr con cierta rapidez. En caso de peligro o verse acorralado emite
aullidos (Reinochholf, 1995). Es muy juguetón con sus congéneres, tanto de
jóvenes como de adultos y participa en el aseo corporal de los compañeros de
especie.
56
El tejón es una especie que habita nuestro planeta desde la antigüedad,
estimándose por los paleontólogos, que ya tenía las características actuales hace
4 millones de años (E. Neal y C. Cheeseman, 1991), considerándose que su
dentición ha sido lo que más ha evolucionado. Así mientras que en los albores de
los tiempos exclusivamente estaba adaptado al consumo de carne fresca,
posteriormente se adaptó al consumo tanto de carne como de vegetales,
lombrices e insectos.
© Proyecto Sierra de Baza. El Raposo. Dic-2003 Los tejones son muy sociables y suelen vivir en grupos de 2 a 12 individuos, con
un promedio de 4 a 6 adultos, aún cuando se han llegado a citar grupos de hasta
23 individuos, que habitan en grutas subterráneas excavadas por ellos mismos,
llamadas tejoneras, aunque también son conocidas como cados, huras y "setts",
en terminología anglosajona.
Estos sistemas de túneles pueden tener una longitud muy grande. Los
investigadores estimaban que su construcción requirió extraer ¡70 toneladas de
tierra y empleó varios siglos de trabajo! Ello evidenció que se trataba de una
tejonera heredada por generaciones (E. Neal, 1977). Si bien lo habitual en nuestra
zona en que tan solo tenga tres o cuatro bocas y una decena de metros de
longitud. 17
© Proyecto Sierra de Baza. Abril-2004 Aspecto de la cámara principal de una tejonera, tras su hundimiento accidental. Al frente se aprecia una letrina y partiendo de ésta, un conducto de escape que comunicaba con un desnivel del terreno
17Fuente de artículo: Internet, página consultada: http://www.sierradebaza.org/Fichas_fauna/04_05_tejon/tejon.htm
Huella de un ejemplar adulto, en la que se aprecia la pata delantera izquierda (arriba) y la pata posterior derecha (abajo). La delantera no supera los 8 cms. de largo X 5 cms. de ancho, y los 7 X 5 cms. la trasera. También se aprecia el mayor tamaño de las uñas de la pata delantera.
57
Testimonios Coporenses “Sin embargo, el lugar que habitaron y las cosas de ahí que aún existen
proyectan vestigios que tranquilamente podrían apuntar a otras cualidades
características desconocidas por nosotros, hasta ahora. Por suerte existe
una gama de testimonios que van desde los asentamientos arqueológicos a
pie y cima de cerro, evidenciando las referencias más allá de cualquier
texto, y los propios habitantes actuales hablando de sus antepasados
mientras sostienen con sus manos piezas de barro, vasijas, hoyas,
molcajetes y puntas de flecha, que pertenecían originalmente a toda aquella
gente -hasta donde vimos.”
Prof. Lic. Gustavo René Flores Ponce Profesor de Asignatura Literatura-Arte-Filosofía
“Las tortillas tienen un sabor especial y único, de pueblito. Antes de irnos se
acercó la señora que prepara la comida con su hija para enseñarnos unas
vasijas que sacaron cuando escarbaron, me quedé congelada, sorprendida
y triste a la vez, pues tienen en sus manos un patrimonio cultural cuántas
manos han tocado esas vasijas y hace cuántos años.”
Ivón Elena García Pérez Alumna 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Historia
Por Margarita López Mondragón. Vestigios mostrados por habitantes del Municipio de Ocampo, Gto.
Por Margarita López Mondragón. Vestigios mostrados por habitantes del Municipio de Ocampo, Gto.
58
18 19
“Uno de los habitantes nos mostró vestigios que han encontrado en la zona
del Cóporo. Un molcajete y una vasija. Nos platicó que ellos lo conservaron
porque lo encontraron antes de que iniciara el proyecto arqueológico. Me
gustó el orgullo con el que lo cuentan.”
María Silvia Millán Rivas Alumna de 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Periodismo.
18
Revista “Arqueología Mexicana” Vol. XVI – Núm. 92, Pág. 60 19
Revista “Arqueología Mexicana” Vol. XVI – Núm. 92, Pág. 63
59
“Acá entre nos como dice la canción de Chente je, je la neta me dio un poco
de miedillo pues al momento de la comida salí por una coca y al platicar con
el señor de la tienda me mostró toda una colección de piedras que eran
vestigios de armas de los nativos del Cóporo, pero también me platicó de
muchas cosas y energías paranormales, eso si me sacó de onda. Pero
también estuve en contacto directo con la naturaleza, es lo que más
rescato, claro, además de la convivencia con los profes y mis compañeros.”
Luis Alberto Huerta Olmos Alumno de 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Periodismo
“La cerámica consiste en el bayo, rojo café, anaranjados, rojo sobre bayo,
negro sobre anaranjado, valle de San Luis, blanco levantado, negativos,
incisos y cloisonne. Los materiales constructivos empleados en el Cóporo
se componen de piedra careada para cimentación, muros de adobes así
como techumbres de barro como la cantera, en cambio las escalinatas de
acceso son elaboradas con bloques de cantera. Un dato relevante es la
constante presencia de petrograbados en las escalinatas predominando los
motivos geométricos. Este sitio formó parte de la región del Tunal Grande,
su condición de frontera lo convierte en un lugar de constante interacción
cultural entre los sitios de Zacatecas, Altos de Jalisco y Bajío
guanajuatense.”
René Alexis Sebastián Torres Lugo Alumno 2° Cuatrimestre de la Licenciatura en Historia
60
Conclusiones
“Cuando hice el planteamiento de desarrollar el tema sobre Arquitectura
de Tierra y ejemplificar con el conjunto El Cóporo, me imaginé
encontrarme con que este tipo de arquitectura solamente abarca
construcciones que utilizan exclusivamente tierra sin otro tipo de material
tales como piedras, o grandes maderos, etc., al tratar de encontrar dichas
construcciones en El Cóporo, pues obviamente no las identifiqué tal cual,
ya que encontramos columnas de mampostería, muros de mampostería
intercalados con otros muros de adobe, estructuras de adobe, fogones de
tierra compacta, habitaciones de adobe, techo de terrado, etc., pero
siempre unidos a piedras, bloques de piedra, postes de madera,
escalinatas de cantera, roca careada, etc. Sin embargo, algunas de las
estructuras de este conjunto, nos pueden servir de referencia para
imaginar lo maravilloso que son las estructuras que se conservan aun su
original Arquitectura de Tierra como es el caso de Paquimé y Casas
Grandes en Chihuahua y además de aquellas que se encuentran en Irán,
Asia, y África.”
Juan Gerardo González Alumno 5° Cuatrimestre de la Licenciatura en Historia
“La principal aportación en la formación de mi carrera, es el conocimiento
obtenido que de otra forma con lecturas, con fotografías no se puede
capturar, no solo es el visitar, es el vivir esta experiencia; gozarla, sufrirla,
disfrutarla, estar ahí. El primer impacto visual es único e irrepetible. Es ese
tipo de experiencias necesarias para poner en perspectiva la trascendencia
del hombre dentro de la historia, la importancia de conocer nuestro pasado
y nutrir con ello nuestro presente, también sentirnos orgullosos como
guanajuatenses de tener este pasado histórico y ser partícipes y
promotores de esta cultura.
Como grupo, en este viaje tuvimos la oportunidad de convivir de otra forma,
de una manera más relajada para poder interactuar con diferentes
compañeros que de manera común no es posible, de integrarnos
armoniosamente y con su compañía nutrir nuestra experiencia en conjunto.
61
Fue el pretexto perfecto para tener diferentes perspectivas en un solo lugar
y poder nutrirnos de ellas, de complementarnos y unirnos.
Sentí muy integrados a los profesores con los alumnos, fue un grupo
homogéneo sin divisiones jerárquicas, y una oportunidad para ambos
grupos de visualizarnos de manera común, claro que las aportaciones de
los profesores son nutridas por el conocimiento que su formación les da.
Pero finalmente no solo eran profesores sino compañeros de aventura,
convivimos relajada y armoniosamente.
Lo que experimente físicamente en este viaje fue la resistencia, estaba con
una infección en la garganta que aunque ya estaba tratándomela,
mentalmente estaba predispuesta. No soy muy buena para viajar en
carretera y las curvas del camino hacían que mi estomago estuviera
inquieto y dispuesto a vaciar su contenido en cualquier momento. Ya en
campo, el reto era terminar la ruta de manera completa que no era cosa
fácil; porque el ascenso hacia la cúspide del cerro por la escalera (al cielo)
puso a prueba mi resistencia física. Este tramo me hizo estar consciente de
mi respiración y en todo momento sentir la vida en mi interior al ritmo de mi
corazón agitado, las clases de yoga que he practicado lograron que me
mantuviera concentrada ya que de otra forma me habría distraído en el
cansancio de mis piernas y el la agitación de mi respiración. Una vez arriba,
el viento fresco fue el bálsamo para recuperar la calma y la respiración, la
vista desde este punto es el premio a mi esfuerzo un pequeño triunfo.
También la resistencia de alimento estuvo presente ya que no pudimos
desayunar antes del trayecto y la esperanza de poder comer algo cuando
termináramos la ruta, fue la prueba final para un día en el que todos mis
sentidos estuvieron presentes.”
Sorprendida por la grandeza, no tenía expectativa lo majestuoso de la zona,
no tenía ni idea de que existía en el estado. Fue una experiencia que no se
repite (la primera impresión). Yo no había estado en contacto con nada de
lo prehispánico es mi primera zona arqueológica y qué bueno que comencé
de manera local. Es mucha información, muchas preguntas que me brotan.
¿Por qué desaparecieron? ¿Cómo fueron colonizados? Qué bueno que se
62
tuvo la iniciativa y el apoyo para dar a conocer esta cultura, debemos estar
orgullosos y promover el sitio.
Lo que aprendí (espero poder explicarlo) de esta la primera zona
arqueológica que recorro en persona. No tenía ninguna experiencia anterior
todo fue nuevo y sorprendente. No tenía antecedente ni conocimiento
alguno de la zona del Cóporo excepto por tener esta idea de zona
arqueológica (que eso más o menos nos forma una idea), se que
estábamos por conocer vestigios de una cultura; pero pensarlo es una cosa
y vivirlo es completamente diferente. Yo pensé que sería una pequeña zona
con algunas piedras empalmadas, ¡que equivocada! Una de las cosas que
más llamó mi atención fue precisamente lo grande de toda la zona y no solo
eso, lo majestuoso, y bien conservado que está. Además la conciencia de lo
divino que está presente en las estructuras, la orientación y la separación
de los diferentes extractos de la sociedad. Ese conocimiento ancestral de la
naturaleza, aplicado para los ciclos de siembra básicos para la
supervivencia, así como para el control de la explosión demográfica
además de los conocimientos en arquitectura y planeación de la ciudad
para saber cómo distribuir el agua de la ciudad evitando que se inunde y
utilizándolo a su favor para la conservación de sus alimentos.
Debo resaltar el trabajo de los arqueólogos para restaurar, interpretar, y
darle su valor a esta cultura, no solo eso también la logística para el acceso,
las comodidades y servicios que se ofrecen a los visitantes. Me sentí
enriquecida con la visita a El Cóporo, con un orgullo por que en el estado
de Guanajuato tengamos la oportunidad de tener este tipo de vestigios
culturales, que bueno que no solo en algunas ciudades de la república sean
reconocidas como zonas arqueológicas, que fortuna que nosotros
tengamos también una participación en esta riqueza cultural. Fue una
excelente oportunidad de conocimiento propio, de grupo, y de una cultura
que con esta visita regresé menos ignorante de cuando llegue al lugar. Yo
me sentí muy cómoda, ya que podías platicar con todos, una broma, un
comentario, una palabra de ánimo en fin un viaje muy completo.
María Silvia Millán Rivas Alumna de 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Periodismo.
63
“El viaje de Investigación realizado en “El Cóporo”, el pasado 15 de
diciembre del año 2012, aportó demasiado a mi carrera ya que descubrí en
mi formación como Periodista que debo de entender primero la historia para
poder redactar el futuro y saber todos los acontecimientos del presente
porque sabiendo lo que paso más fácil es entender lo que viene. Confieso
que al principio no le veía que tuviera mucho que ver con mi carrera el viaje
a la zona Arqueológica de El Cóporo, pero al estar ahí descubrí muchas
cosas por ejemplo el ser más crítico y más analítico para procesar la
información, el comprender el contexto de los hechos y un verdadero
sentido a mi labor periodística. Este viaje sin lugar a dudas me dio más
pasión por mi carrera y enriqueció mucho la manera de levantar la
información para poder realizar un análisis más informativo y veraz.
Además de que le dio sentido a mi labor como informante.
Aprendí que tenemos tantas riquezas en nuestro Estado y en nuestro País
del cual sentirnos orgullosos, lamento mucho y reflexioné que nos estamos
acabando el lugar en el que vivimos, que es nuestra Madre Tierra,
destruyendo a la naturaleza y con mucha contaminación. Creo que
depende de cada quién el aportar algo al lugar en el que vivimos, pues bien
definido por nuestras culturas antepasadas la tierra algún día cobrará
factura de todo el daño que hemos hecho y ahí si nos lamentaremos.
Pude conocer los intereses o a fines de las carreras de mis compañeros de
humanidades en muchos aspectos profesionales y en relación al viaje fue
genial compartir muchos momentos personales, el conocerlos mejor pues
hubo mucha unión y los más importante fue enriquecedor cada punto de
vista obtenido. Fue genial compartir con los profes ésta experiencia pues
son importante figuras en nuestra formación profesional y compartir con
ellos ese momento en donde sus comentarios y dudas que teníamos fueron
disipados sin miedo, si no con la firme decisión y confianza de poder contar
con ellos en cada momento de nuestra carrera fue importante.”
Luis Alberto Huerta Olmos Alumno de 2° Cuatrimestre de la Licenciatura en Periodismo
64
“De acuerdo al viaje realizado al El Cóporo y al observar el clima tan
desertico del lugar, puedo imaginar que su dieta se basaba principalmente
en tunas, nopales, hojas de maguey que eran obtenidas de manera más
habitual y creo que estos pobladores tuvieron que usar un sistema de
huertas o terrazas para cosechar jitomates , chiles, calabaza y otros
vegetales que por las condiciones del clima no podian obtenerse en
cualquier epoca del año.”
Diana Isabel Juárez Corral Alumna de 2° Cuatrimestre-Licenciatura en Periodismo.
65
Créditos
Los créditos van enfocados directamente a los alumnos, profesores y coordinación responsable del área.
Autoridades educativas
Docentes
Director General Dr. Pedro Ardines Limonchi
Coordinación de Humanidades Lic. Graciela Neave Visita a la zona, aportación documental en edición, créditos y agradecimientos estipulados en el Proyecto.
Mtra. Beatriz Estrada Morales Visita a la zona, responsable de las
aportaciones en tema de geografía del
proyecto de investigación y enlace
institucional para la revista arqueología
mexicana.
Lic. Gustavo René Flores Ponce
Visita a la zona, responsable de las
aportaciones en tema de geografía y
del proyecto de investigación.
Lic. Alvaro Miguel Lira Reynoso
Visita a la zona.
Mtra. Alicia Barrera Gómez Visita a la zona, responsable de la
revisión ortográfica y escrita del
proyecto de investigación.
Lic. Margarita López M. Visita a la zona, responsable de las
aportaciones en tema de antropología y líder
del proyecto de investigación.
66
Alumnos participantes
Licenciatura en Historia 5° Cuatrimestre
González Juan Gerardo Visita a la zona y aportación documental referente a la materia: Historiografía de México II-Asesor Lic. Horacio Yuvone Enlace institucional con el INAH y el Arqueólogo Mtro. Carlos Torreblanca Padilla.
Licenciatura en Historia 2° Cuatrimestre
García Pérez Ivón Elena Visita a la zona y aportación documental referente a las materias: Introducción a la Antropología-Asesor Lic. Margarita Mondragón
Introducción a la Geografía-Asesor Mtra. Beatriz Estrada Morales
Torres Lugo René Alexis Sebastián Aportación documental referente a la materia de Introducción a la Antropología Introducción a la Antropología-Asesor Lic. Margarita Mondragón Introducción a la Geografía-Asesor Mtra. Beatriz Estrada Morales
Licenciatura en Periodismo
2° Cuatrimestre Huerta Olmos Luis Alberto Visita a la zona y aportación documental referente a las materias: Introducción a la Antropología-Asesor Lic. Margarita Mondragón Introducción a la Geografía-Asesor Mtra. Beatriz Estrada Morales Juárez Corral Diana Isabel Visita a la zona y aportación documental referente a las materias: Introducción a la Antropología-Asesor Lic. Margarita Mondragón Introducción a la Geografía-Asesor Mtra. Beatriz Estrada Morales
Millán Rivas María Silvia Visita a la zona y aportación documental referente a las materias: Introducción a la Antropología-Asesor Lic. Margarita Mondragón Introducción a la Geografía-Asesor Mtra. Beatriz Estrada Morales
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Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública 1° Cuatrimestre
Acompañantes y visitantes a la zona arqueológica
Galván Hernández Ismael
Galván Hernández Yolanda Elizeth
López Ponce Gabriela Elizabeth
Ramírez Jacinto Ricardo
68
Agradecimientos
Por: Lic. Graciela Neave. Coordinación a cargo del área de Humanidades
A nombre del Instituto Latinoamericano de Ciencias y Humanidades, extiendo
estos sinceros agradecimientos, por el extenso y arduo trabajo realizado para ver
concretado este proyecto: viaje académico a la zona arqueológica “El Cóporo”.
Al Dr. Pedro Ardines Limonchi, Director General del Instituto, quien ha creído
firmemente en el desarrollo y apertura de las Licenciaturas del área de
Humanidades y que más allá de esperar resultados expresados en cifras
económicas, ve y espera generaciones desarrolladas en ciudadanos con un
enfoque humanístico y comprometidos con la labor social que en la actualidad se
necesita.
A los profesores de las licenciaturas en Historia, Periodismo y Ciencias Políticas y
Administración Pública, específicamente a la Lic. Margarita López Mondragón,
quien con su apoyo tuvimos la oportunidad de llevar este proyecto a cabo, por su
tiempo dedicado a organizar el trabajo para cada involucrado, por compartirnos
sus deseos de superación profesional, mismas virtudes se vea reflejada en todas
las personas que formamos su entorno. Posteriormente a los profesores Mtra.
Beatriz Estrada Morales y Lic. Gustavo René Flores Ponce, docentes del área de
Historia y de Filosofía, respectivamente, por su tiempo dedicado a formar parte de
tan importante proyecto académico, por sus aportaciones profesionales y por creer
que la unión de ideas sobresalientes no son una fuente de crecimiento, sino una
oportunidad para todos de crecer y compartir conocimientos con sus allegados.
A todos y cada uno de los alumnos de cada programa de estudio; Luis Alberto
Huerta Olmos, Diana Isabel Juárez Corral, María Silvia Millán Rivas, Ivón Elena
García Pérez, René Alexis Sebastián Torres Lugo y Juan Gerardo González, de
las áreas de Periodismo e Historia; por su dedicación, compromiso, esfuerzo que
realizan cada día por ser mejores, por sobresalir dentro de ellos mismos, por creer
en su futuro en manos de profesores y autoridades académicas del Instituto
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Latinoamericano de Ciencias y Humanidades, por su paciencia y por su iniciativa
de obtener conocimientos que los forme en su carácter profesional.
A las personas que nos atendieron en nuestra visita a la ciudad de Ocampo, Gto.,
específicamente a quienes habitan a los pies de la zona arqueológica El Cóporo,
mismos que nos recibieron cálidamente sobre todo en mostrarnos algunos de los
vestigios encontrados por ellos y sus familiares mucho tiempo atrás de la
intervención de las autoridades federales en materia de Antropología e Historia.
A todos los compañeros de trabajo de quienes se recibe apoyo moral para
continuar trabajando en lo que nos gusta; el servicio y la enseñanza al alumno;
Dra. Bertha Ortiz Hidalgo, Dra. Elvia Neaves, Dra. Ma. Elena Vázquez, Dra.
Blanca Reyes, Srita. Lilia López Gil, Sra. Paulina Hernández Gómez, Srita. Juana
Sánchez Torres y todo el personal clínico y administrativo que forma el Instituto.
Finalmente a las familias de todos nosotros, con quienes compartimos cada día y
que nos alientan a seguir nuestros ideales.
La intención tanto de este viaje académico como de la realización de este
importante proyecto plasmad es compartir nuestro trabajo realizado con todo el
mundo interesado en el tema, así como de formarnos conocimientos dentro de
nuestra área de estudio, comenzar a explorar nuevos horizontes en la impartición
de nuestra cátedra, conocer más allá de lo que podemos ver dentro de un salón
de clases, plasmar y evidenciar la realización de este viaje académico, dejar huella
en nuestro camino, dejar una trascendencia académica llena de experiencias, pero
más que nada el de integrarnos con nuestro equipo de trabajo.
Reitero mis profundos agradecimientos dejándoles este camino lleno de
conocimiento y experiencias, para dar apertura a futuras generaciones a que
continúen este hermoso trabajo que es la investigación, logremos cultivar mentes
y voluntades para seguir conociendo nuestro querido Estado de Guanajuato, pero
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sobre todo querer y formar personas pensantes y comprometidas en el desarrollo
de nuestra profesión.
Equipo de trabajo-Área de Humanidades-Generaciones 2011-2014 y 2012-2015
Instituto Latinoamericano de Ciencias y Humanidades
Por Kitselhy Vissuet López. Altar de los Gobernantes-Parte alta de El Cóporo.
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Bibliografía
Revista Arqueología Mexicana, Vol. XVI-Núm.92, Páginas 60-63.
PESCADOR, José Luis, El asentamiento en el Tunal Grande, Un viaje al
Guanajuato prehispánico, Primera edición, 2012, pp. 1-15.
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Cóporo, Guanajuato, Archivo Técnico de la Sección de Arqueología INAH Gto.
1965, Exploraciones Arqueológicas en Guanajuato, México, Archivo Técnico de la
Sección de Arqueología INAH Gto.
CARDENAS, García Efraín, 1988, Atlas Arqueológico de Guanajuato primera
etapa, Archivo Centro INAH Guanajuato.
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El Cuarenta, Jalisco, Archivo Técnico de la Sección de Arqueología INAH Gto.
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Guanajuato. Cuatro casos: Plazuelas, Cañada de la Virgen, Peralta y El Cóporo.
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1980, Síntesis Geográfica de Guanajuato, INEGI, México.
OLIVER, Tassin, Arquitectura de tierra; una herencia humana en, Google.
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Integración Académica
“La educación para la conquista de la patria”