versos encadenados

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y otros poemas Marzo 2013

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Page 1: Versos Encadenados

y otros poemas

Marzo 2013

Page 2: Versos Encadenados

NOCTURNO de Rafael Alberti Toma y toma la llave de Roma, porque en Roma hay una calle, en la calle hay una casa, en la casa hay una alcoba, en la alcoba hay una cama, en la cama hay una dama, una dama enamorada, que toma la llave, que deja la cama, que deja la alcoba, que deja la casa, que sale a la calle, que toma una espada, que corre en la noche, matando al que pasa, que vuelve a su calle, que vuelve a su casa, que sube a su alcoba, que se entra en su cama, que esconde la llave, que esconde la espada, quedándose Roma sin gente que pasa, sin muerte y sin noche, sin llave y sin dama.

Page 3: Versos Encadenados

LA PLAZA DE PAMPLONA En Pamplona hay una plaza, en la plaza, una esquina, en la esquina, una casa, en la casa, una sala, en la sala, una mesa, en la mesa, una jaula, en la jaula, un loro, en el loro, una pata, en la pata, ...un hilo. El hilo en la pata, la pata en el loro, el loro en la jaula, la jaula en la mesa, la mesa en la sala, la sala en la casa, la casa en la esquina, la esquina en la plaza, y la plaza en Pamplona.

SI ME OFRECEN de Jorge de Sena Si me ofrecen el mundo entero, me quedo con sólo una ciudad, y en la ciudad con una casa y en la casa con una habitación y en la habitación con una cama y en la cama contigo, amor mio, que vales más que el mundo entero.

Page 4: Versos Encadenados

EL OSO DE PELUCHE de Jesús María Bustelo Acevedo ¡Cuánto me quiere el oso de peluche! Con su linda mirada de cristal y su eterna sonrisa colorada, ¡Cuánto me quiere el oso de peluche! ¡Cuánto me quiere el oso de peluche! Aunque nunca consigue decir nada ni se ría dichoso, me da igual: no hay momento en que atento no me escuche. ¡Cuánto me quiere el oso de peluche! Cuando busco en su abrazo algún consuelo me acaricia su piel de terciopelo, ¡Cuánto me quiere el oso de peluche! Siempre quieto, nada hay por lo que luche, nunca tiene papeles que arreglar y ni sabe ni puede trabajar... ¡Cuánto me quiere el oso de peluche! No se puede comer ninguna chuche y nunca tiene las desilusiones que ellos tienen con sus preocupaciones... ¡Cuánto me quiere el oso de peluche! ¡Cuánto me quiere el oso de peluche! No me mira ni triste ni enfadado ni vuelve de la calle muy cansado... ¡Cuánto me quiere el oso de peluche! ¡Ojalá me quisiera quien me escuche (aunque no cuente un cuento ni una nana ni me bese feliz cada mañana) como me quiere el oso de peluche!

Page 5: Versos Encadenados

EL LAGARTO ESTÁ LLORANDO de Federico García Lorca El lagarto está llorando. La lagarta está llorando. El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos. Han perdido sin querer su anillo de desposados. ¡Ay, su anillito de plomo, ay, su anillito plomado! Un cielo grande y sin gente monta en su globo a los pájaros. El sol, capitán redondo, lleva un chaleco de raso. ¡Miradlos qué viejos son! ¡Qué viejos son los lagartos! ¡Ay cómo lloran y lloran. ¡ay! ¡ay!, cómo están llorando

Page 6: Versos Encadenados

LA TORTUGA de Gloria Fuertes Iba una tortuga por la capital. Iba despistada con tanto autocar. Buscaba una tienda quería comprar un sombrero nuevo y medias un par. Se compró un sombrero y tan elegante salió de la tienda. Pasó una tartana, cruzó una calesa, pasó un autocar y tres bicicletas. Y la tortuguita guardó su cabeza. Cuando de nuevo su cara asomó ¡pobre sombrerito! se lo atropelló unatartanita con un percherón. La tortuga dijo: ¡Qué fatalidad! Yo me voy al campo ¡qué asco de ciudad!

Page 7: Versos Encadenados

LA VACA ESTUDIOSA de María Elena Wals Había una vez una vaca en la Quebrada de Humahuaca. Como era muy vieja, muy vieja, estaba sorda de una oreja. Y a pesar de que ya era abuela un día quiso ir a la escuela. Se puso unos zapatos rojos, guantes de tul y un par de anteojos. La vio la maestra asustada y dijo: "Estás equivocada". Y la vaca le respondió: "¿Por qué no puedo estudiar yo?" La vaca, vestida de blanco, se acomodó en el primer banco. Los chicos tirábamos tizas y nos moríamos de risa. La gente se fue muy curiosa a ver a la vaca estudiosa. La gente llegaba en camiones, en bicicletas y en aviones. Y como el bochinche aumentaba en la escuela nadie estudiaba. La vaca, de pie en un rincón, rumiaba sola la lección. Un día toditos los chicos se convirtieron en borricos y en ese lugar de Humahuaca la única sabia fue la vaca.