Jesús VENCIÓ EN LA CRUZ

Hebreos 12:2 (NVI) - “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de

nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la

vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.”

IGLESIA CRISTIANA IGLESIA CRISTIANA EL SENDERO DE LA CRUZEL SENDERO DE LA CRUZ

BOLETIN ESPECIBOLETIN ESPECIALAL DE SEMANA SANTADE SEMANA SANTA

ABRIL 2015ABRIL 2015

oy tenemos una nueva oportunidad de abrazarnos a la fe en nuestro Señor Jesucristo. Él es quien nos amó primero y estuvo dispuesto a sufrir la tortura más grande que ha recibido alguien en la historia y morir en la cruz para perdón de nuestros pecados. Nosotros merecíamos ese castigo pero Jesús tomó nuestro lugar y sufrió para salvarnos, para que tengamos vida en abundancia. Es un nuevo día y nuestra esperanza está puesta en Jesús; quien no solo murió sino que resucitó. Venció el pecado y la muerte para que hoy pudiéramos disfrutar de salvación y acceso al Padre Celestial a través de la oración. Jesús nos pide solamente que creamos en Él; en otras palabras, que aceptemos su mensaje de salvación y confiemos en su palabra. Juan 5:24 dice: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” Vivimos en medio de una sociedad en la que constantemente se pone a prueba nuestra fe en Jesús. Cada día debemos elegir creer en Él, vivir para Él y cumplir el propósito que Dios tiene para cada una de nuestras vidas. Compartamos este mensaje a todos aquellos que nos rodean. Que nuestra vida refleje a Jesús en cada paso que demos y que el amor de Dios nos distinga en medio de las circunstancias. A través del evangelio de Jesús podemos transformar nuestra ciudad. Es necesario que donde quiera que vayamos seamos luz para otros y brillemos como nunca antes. Te invitamos a vivir como si fuera el último día y aprove-char cada oportunidad que Dios te da para extender el Reino, atrayendo las vidas a Jesús. Te amamos,

Pastores Mauricio y Elizabeth Guidini y el equipo de la Iglesia Cristiana El Sendero de la Cruz

H

Salmos 32:8 (NTV)

El SEÑOR dice:

«Te guiaré por el

mejor sendero

para tu vida;

te aconsejaré

y velaré por ti.

LA CRUZ Y LAS CUATRO NECESIDADES

PRINCIPALES DEL SER HUMANO

Colosenses 1:18-20

¿Cuáles son esas necesidades? 1. Necesidad de sentirse amado. 2. Necesidad de ser perdonado. 3. Necesidad de seguridad básica. 4. Necesidad de esperanza adecuada

para el futuro. Básicamente todo ser humano tiene estas cuatro necesidades. ¿Por qué tanta gente piensa en quitarse la vida? Sienten que nadie les ama. Ese profun-do vacío de amor les lleva al suicidio. (1) Necesidad de sentirse amado No hay ninguna persona que pueda satisfacer la necesidad que tiene un ser humano de ser amado. Hay mucha gente que en su niñez se sintieron rechazados. Una relación afectiva deficiente. Se sintieron tolerados pero no amados. Falta de aceptación y aprobación. Hay uno que te amó desde antes de la fundación del mundo de su espontánea voluntad Dios mismo entregándose en tu lugar. Todas las demás religiones es el hombre buscan-do a Dios. En el cristianismo es Dios buscando al hombre. Dios nos hizo objetos de su amor. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pier-da, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16 (2) Necesidad de sentirse perdonado. Todo ser humano está consciente de haber pecado y fracasado. Cuántas veces el tormento de esa consciencia culpable. “Por medio de El reconciliar todas las cosas haciendo la paz por medio de la sangre de su cruz”. Hay personas tan cargadas con un sentido de culpa que las destruye.

En la Parábola del hijo pródigo, es con ese sentido de culpabilidad que él tenía, que lo llevaba a decir: “No soy digno de ser llamado tu hijo”. El Señor quiere sacarte de esa prisión para que entres en la experiencia del gozo del Espíritu Santo. Él te ama; no importa lo que hayas hecho Él está dispuesto a perdonarte. Cuántos hay que nunca han podido perdonarse a sí mismos los fracasos que han tenido. Cristo ha perdonado ampliamente. A menos que estés dispuesto a recibir ese perdón amplio de Dios nunca vas a tener paz. No en el intelecto, sino en el corazón. El enemigo no se preocupa tanto por tus fracasos como se preocupa en recordártelos. Enemigo puede utilizar fracasos pasados para traerte de nuevo a una situación de crisis. Ningún fracaso es lo suficientemente importante como para que Dios no pueda usarlo al revés y convertirlo en una gran victoria. No fue cualquier tipo de muerte sino muerte de cruz. En la época del Imperio Romano la muerte de cruz era reservada para los peores criminales, desertores del ejército, ladrones, esclavos y lo más bajo de la sociedad. Era la más vil de las muertes, la más cruel, era una tortura lenta, diseñada una muerte larga, con el máximo dolor, sufrimiento y humillación. Cuantas personas que en su niñez, adolescencia, sucedieron cosas y no se atreven hablar de ellos. Lo internaliza-ron y ese fenómeno del inconsciente es muy traicionero, esas cosas afloran y atormentan. Cuantas heridas emo-cionales como huellas imborrables.

Cuando usted ha sido herido, ofendido, defraudado por alguien y permite que esa herida germine en su corazón, la amargura y el resentimien-to echarán raíz en usted. A medida que la raíz de amargura crece gracias a los rechazos repetidos, produce cólera, odio, venganza, violencia, ira. La amar-gura es destructiva y nos convierte en esclavos emocionales. Una persona con un espíritu rencoroso, le incapaci-ta para amar. Ni recibe, ni da amor. Causa trastornos en nuestra salud física. Mancha nuestras relaciones. Por eso tantas relaciones rotas, sepa-raciones, divorcios, hogares destrui-dos. Deteriora nuestra comunión con Dios. No podemos aferrarnos a las heridas, amargura y resentimiento y a la vez estar bien con Dios. A menos que se enfrente a lo que hay en el corazón, no puede estar bien con Dios y amargado con otros. El perdón es a tres niveles: Primero: perdonado por Dios, la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado. “En el tenemos reden-ción mediante su sangre”. En la cruz El hizo provisión para perdonarnos. Segundo: perdonándote a ti mismo. Si no te perdonas tampoco puedes perdonar a otros. Tercero: perdonando a otros. Perdo-nar es la acción de liberar a alguien de una obligación para con usted; que es el resultado de una mala acción que le perjudicó. Nadie tiene el derecho de demandar el pago. Un padre o madre maltratados proyectan en sus hijos amargura y resentimiento.

Por: Pastora Elizabeth Rosado de Guidini

Continuación del Mensaje: La Cruz y las cuatro necesidades principa-les del ser humano. Necesidad de seguridad básica. Cuantas veces han venido luchas, vientos contrarios, cimientos en que has estado afirmado, de momento todo se desmorona y se convierte en arena movediza. Necesidad esperanza adecuada para el futuro. Bienaventurada esperanza, Él vive, no importa lo que suceda. “Voy pues, a preparar lugar para vosotros”. Todos tenemos momentos de desalien-to. Noches que parecen que nunca van a terminar. Viene un nuevo amanecer, nuevo día. “Levanta tu cabeza que tu redención está cerca”. Apela a la esperanza que es la perspectiva correcta de que algo bueno va a ocurrir. Esta es la fuente de nuestra confianza. El saber que Dios nos llama a dar forma a un destino incierto. En la crisis es donde se ve el tamaño de los verdaderos hombres. Es bueno recordar las palabras de Albert Einstein: “No pretendamos que las cosas van a cambiar si seguimos haciendo las mismas cosas. Una crisis puede ser una gran bendición para cualquier persona y cualquier país. Todas las crisis traen progreso. La creatividad nace de la angustia, así como el día nace de la noche oscura. En la crisis es donde nace la invención, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien vence las crisis se vence a sí mismo sin ser vencido. Quien culpa sus fracasos a causa de una crisis es negligente a su propio talento y es más respetuoso hacia los problemas que a las soluciones. Que se cuente al mundo del futuro que en las profundidades del invierno de nuestras privaciones y peligros comunes, recordemos estas palabras eternas, solo con la esperanza y la virtud SOBREVIVIREMOS”. Cristo vino a traer esperanza y vida. Tomó tu lugar. ¿Cuál es tu dolor o lucha? ¿Tienes culpa? Tráela a la cruz. Retírate de tu pasado y entra a tu futuro con Jesús. El Señor llena el vacío de tu corazón. Alguien atormentado por un pasado, algo sucedió, necesita perdón El Señor te ofrece perdón. El Señor te dice: “Voy a suplir, voy a caminar a tu lado, voy a sostenerte pase lo que pase”. No hay manera de perder con Cristo. No hay manera de ganar sin Cristo.

Dios está siempre con nosotros, pero eso no significa que

siempre podamos percibirlo. Puede haber momentos en que nos sintamos realmente cerca de Él, sin embar-

go en otras ocasiones, puede que parezca distante. No obstante, si de verdad

creemos en Cristo, podemos tener la certeza de que Él nos acompaña, indepen-

dientemente si lo notamos o no. Este es un hecho con el que podemos contar,

un hecho que nos dará poder y nos transformará.

Podemos estar seguros de que reconocemos la presencia

de Dios en nuestra vida, si . . . Él está continuamente en nuestros pensamientos, tanto consciente como

inconscientemente. A medida que emprendemos nuestras responsabilida-

des diarias, tenemos un reconocimiento subconsciente de que el Señor

está siempre con nosotros.

Buscamos constantemente su orientación. Cuando nuestra mente está centrada

en el Señor, queremos su dirección para las decisiones que tomamos en cada aspec-

to de la vida.

Vemos al Señor como nuestro compañero constante. No importa lo que enfren-

temos, incluso la pérdida de un ser querido, sabemos que no estamos solos.

Vemos todo a la luz de su presencia. Esto nos da un sentido de seguridad porque

nos guarda en las pruebas y aflicciones, nos recuerda los peligros del pecado y

provee para todas nuestras necesidades.

Experimentamos la paz de Cristo en medio de la tormenta. Conocer que nada

en este mundo es más poderoso que nuestro Dios omnipotente, nos da una asom-

brosa paz y confianza en medio de dificultades y sufrimientos.

Su presencia crea en nosotros un apetito por la Palabra de Dios. Leer las

Sagradas Escrituras es como escuchar al Señor hablándonos directamente. Cuando comenzamos cada mañana en su Palabra, recordamos a lo largo del día sus instruc-

ciones y su constante cuidado.

Vivir con el reconocimiento de la presencia del Señor le da gozo a nuestro

corazón. Saber que nuestro Dios omnipotente está con nosotros y pone las dificul-

tades en su lugar, bajo su autoridad, nos da un gozo inexplicable.

Somos más conscientes de las cosas buenas que Dios nos envía. En lugar de dar

crédito a otros o atribuir a la suerte como fuente de nuestras bendiciones, nos dare-

mos cuenta que cada regalo perfecto viene de nuestro Padre celestial.

La presencia del Señor nos hace vivir continuamente en dependencia de Él.

Nuestra primera reacción ante un problema es clamar a Él por ayuda y protección.

La oración es una prioridad para nosotros. No nos limitamos a venir al Señor

por nuestros problemas y peticiones sino que continuamos en una conversación con

Él a lo largo de todo el día, ya sea verbal o en pensamiento.

Cuando todo parece sombrío, seguimos teniendo esperanza. Nuestra confianza

está en Dios, no en circunstancias favorables. Él es nuestro ayudador y sustentador.

Cada decisión es filtrada a través de la voluntad de Dios. En cada elección,

nuestro primer pensamiento es complacer el deseo de nuestro Padre celestial.

Consideramos las necesidades a la luz de su presencia. Puesto que Él es nuestro

proveedor y conoce exactamente lo que necesitamos, no tenemos motivos para

preocuparnos. Simplemente clamamos al Señor por ayuda y confiamos en su pro-

videncia.

Nuestra adoración es auténtica y gratificante. La iglesia no es una rutina religio-

sa sino una oportunidad de reunirnos con creyentes y entrar a la presencia de Dios

en adoración.

Un estilo de vida obediente es el resultado de vivir acorde con el Señor. Cuanto más conscientes estamos de la presencia de Cristo en nuestra vida, menos toleramos

el pecado porque sabemos que no tiene más cabida.

Tenemos una relación fuerte y estrecha con Cristo. Como vivimos con la

seguridad de que siempre está con nosotros, le amamos más y somos más

sensibles a su voz.

El reconocimiento de

la presencia de Dios Fuente: Notas del Sermón, de Charles Stanley

(encontacto.org)

Iglesia Cristiana El Sendero de la Cruz, Inc.

Urb. Floral Park Calle Alhambra #63 Hato Rey, PR 00918

Tels. 787-764-4666 787-598-4666 Fax. 787-751-5729

www.elsenderodelacruz.org elsendero@elsenderopr.net

CIERRE DE SEMANA SANTA Sábado de Gloria

4 de abril de 2015 (5:00 AM) Oración de Madrugada:

Clamemos juntos de madrugada por nuestra tierra y por nuestra familia.

Domingo de Resurrección 5 de abril de 2015 (8AM / 11AM / 6PM)

Gran Servicio de Adoración y Ministración: 6:00PM - René González en la adoración.

TELEVISIÓN 10:00am – Telemundo Punto 2 (Liberty - canal 88 /

Dish - canal 3 / Choice - canal 39 / Direct TV - canal

179 / Antena canal 2.2 (área oeste 12.2)

1:00pm – Canal 7

3:30pm – NCN

4:00pm – Enlace

4:00pm – Cadena del Milagro

4:30pm – Canal 7 (Repetición)

RADIO 7:00 a.m. – Fidelity 95.7 FM

8:00 a.m. – Estereotempo 96.5 FM

_________________

Transmisión en vivo desde la Iglesia

Cristiana El Sendero de la Cruz:

11:00 a.m. – Redentor 104.1 FM

PROGRAMACIÓN ESPECIAL PROGRAMACIÓN ESPECIAL -- VIERNES SANTO:VIERNES SANTO:

INFO. 787-764-4666 / 787-598-4666 / elsendero@elsenderopr.net

Separa este tiempo para enriquecer tu vida matrimonial.

Romanos 10:17 (NVI) “Así que la fe viene como resultado de

oír el mensaje, y el mensaje que se oye

es la palabra de Cristo.”