vcm caso secuestradas cleveland

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“Soy Amanda Berry. Estoy libre” Tres hermanos, de entre 50 y 54 años, han sido detenidos, uno de ellos el dueño de la casa AUDIO Llamada de Amanda Berry al 911: "I've been kidnapped" EL PAÍS, EVA SAIZ Washington 7 MAY 2013 - 17:11 CET Amanda Berry (izq) y Gina DeJesus antes de su secuestro. Las chicas tenían 16 y14, respectivamente, cuando desaparecieron. "Soy Amanda Berry. Fui secuestrada y llevo desaparecida los últimos 10 años. Estoy aquí y estoy libre, por favor ayúdenme". Esta llamada desesperada en busca de auxilio puso fin, en la tarde del pasado lunes, a los 10 años de cautividad de Amanda Berry, Georgina DeJesus y Michelle Knight. Las tres desaparecieron cuando eran adolescentes, con un intervalo de un año en el mismo barrio, al oeste de Cleveland (Ohio), y fueron halladas por la policía en aparente buen estado de salud en una vivienda muy cerca de donde se las vio por última vez. Junto a las jóvenes, se encontraba una niña de seis años. Las autoridades han detenido al propietario de la casa, Ariel Castro, y a sus dos hermanos en relación con el secuestro. La llamada de Berry llevó a la policía hasta el 2207 de la Avenida Seymour, la modesta vivienda de dos pisos en la que el FBI, a cargo de la investigación, cree que permanecieron las tres jóvenes, durante estos 10 años. Las autoridades aún no han facilitado ninguna información de cómo fue su cautiverio, dónde las mantuvieron encerradas o cómo consiguieron sobrevivir. “Quedan muchas preguntas y no vamos a especular”, aseguró ayer en rueda de prensa el subjefe de la Policía de Cleveland, Ed Tomba. Lo único que confirmaron los investigadores es que la menor es hija de Berry, aunque no desvelaron la identidad del padre. Berry tenía 16 años cuando, el 16 de abril de 2003, justo un día antes de su 17 cumpleaños, avisó a su hermana de que la iban a llevar a casa de regreso de su trabajo en una hamburguesería. Fue la última noticia que su familia tuvo de ella. Un año después, DeJesus, de 14 años, desapareció cuando regresaba de la escuela. Para entonces, la familia de Knight, llevaba dos años sin saber de ella. La joven fue vista por última vez el 23 de agosto de 2002, cuando salía de casa de su primo. Tenía 20 años. La policía abandonó su búsqueda, convencida de que esta había decidido romper voluntariamente los lazos con su familia, tras perder la custodia de su hijo.

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Un caso de secuestro de tres jóvenes mujeres que conmovió al mundo. Es alentador saber que estas jóvenes intentan rehacer sus vidas con el apoyo de sus familias y comunidad.

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Page 1: VCM  Caso Secuestradas Cleveland

“Soy Amanda Berry. Estoy libre”

Tres hermanos, de entre 50 y 54 años, han sido detenidos, uno de ellos el dueño de la casa

AUDIO Llamada de Amanda Berry al 911: "I've been kidnapped"

EL PAÍS, EVA SAIZ Washington 7 MAY 2013 - 17:11 CET

Amanda Berry (izq) y Gina DeJesus antes de su secuestro. Las chicas tenían 16 y14, respectivamente, cuando desaparecieron.

"Soy Amanda Berry. Fui secuestrada y llevo desaparecida los últimos 10 años. Estoy aquí y estoy libre, por favor

ayúdenme". Esta llamada desesperada en busca de auxilio puso fin, en la tarde del pasado lunes, a los 10 años de

cautividad de Amanda Berry, Georgina DeJesus y Michelle Knight. Las tres desaparecieron cuando eran

adolescentes, con un intervalo de un año en el mismo barrio, al oeste de Cleveland (Ohio), y fueron halladas por la

policía en aparente buen estado de salud en una vivienda muy cerca de donde se las vio por última vez. Junto a las

jóvenes, se encontraba una niña de seis años. Las autoridades han detenido al propietario de la casa, Ariel Castro,

y a sus dos hermanos en relación con el secuestro.

La llamada de Berry llevó a la policía hasta el 2207 de la Avenida Seymour, la modesta vivienda de dos pisos en la

que el FBI, a cargo de la investigación, cree que permanecieron las tres jóvenes, durante estos 10 años. Las

autoridades aún no han facilitado ninguna información de cómo fue su cautiverio, dónde las mantuvieron

encerradas o cómo consiguieron sobrevivir. “Quedan muchas preguntas y no vamos a especular”, aseguró ayer en

rueda de prensa el subjefe de la Policía de Cleveland, Ed Tomba. Lo único que confirmaron los investigadores es

que la menor es hija de Berry, aunque no desvelaron la identidad del padre.

Berry tenía 16 años cuando, el 16 de abril de 2003, justo un día antes de su 17 cumpleaños, avisó a su hermana de

que la iban a llevar a casa de regreso de su trabajo en una hamburguesería. Fue la última noticia que su familia

tuvo de ella. Un año después, DeJesus, de 14 años, desapareció cuando regresaba de la escuela. Para entonces,

la familia de Knight, llevaba dos años sin saber de ella. La joven fue vista por última vez el 23 de agosto de 2002,

cuando salía de casa de su primo. Tenía 20 años. La policía abandonó su búsqueda, convencida de que esta había

decidido romper voluntariamente los lazos con su familia, tras perder la custodia de su hijo.

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Amanda Berry (derecha) se reunió con su hermana después de haber escapado de su cautiverio en Cleveland, Ohio. Amanda tiene ahora 26 años.

A lo largo de estos últimos 10 años la ausencia de pistas fiables o de señales de vida de las jóvenes, hizo temer lo

peor a sus familiares y amigos, hasta que la llamada de Berry les devolvió la ilusión y puso fin a una década de

búsqueda infructuosa.

Los presuntos responsables del secuestro, Castro, de 52 años, y sus hermanos, Pedro, de 54, y Oneil, de 50, se

encuentran en prisión a la espera de que un juez les lea los cargos. El primero es el único que residía de manera

habitual en la vivienda en la que permanecieron cautivas las tres jóvenes y fue identificado por la propia Berry en su

llamada al 911. Castro es un antiguo conductor de autobuses escolares que también se dedicaba a tocar el bajo en

varias bandas de la ciudad y que solía tocar en un local regentado por el tío de DeJesus.

Imagen de satélite: Getmaping / EL PAÍS

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“Sabemos que estuvieron atadas”

La policía halla cadenas en la casa en la que estuvieron secuestradas Berry, DeJesus y Knight “Pido intimidad para mi hermana y mi sobrina”, dice la

familia de una de las víctimas

EVA SAIZ Cleveland 8 MAY 2013 - 22:57 CET

Beth Berry, hermana de Amanda, durante la rueda de prensa. / EMMANUEL DUNAND (AFP)

Amanda Berry y Gina DeJesus, dos de las jóvenes que hasta el pasado lunes permanecieron secuestradas

durante 10 años en una casa de un barrio paupérrimo de Cleveland (EE UU), ha regresado hoy a sus respectivos

hogares, muy cerca de la casa en la que estuvieron cautivas. Pidieron respeto a su intimidad —“pido intimidad para

mi hermana y mi sobrina”, dijo Beth Berry—, tiempo para recuperarse de un duro cautiverio. Les llevará tiempo. La

policía ha informado de que en esa vivienda en la que estuvieron encerradas han hallado material para tenerlas

amarradas. “Tenemos confirmación de que estuvieron atadas, había cadenas y cuerdas en la casa”, ha asegurado

el jefe de policía de Cleveland, Michael McGrath, a la cadena de televisión NBC. Las rehenes solo podían salir “de

vez en cuando” al patio trasero de la vivienda. Hoy, mientras vivían su primer día fuera de esa cárcel, sus captores,

los hermanos Ariel, Pedro y Oneil Castro, prestaban declaración ante los agentes del FBI, a la espera de que el

juez decidiera de qué les acusa.

La fachada de las residencias de Berry y DeJesus, llenas de globos, peluches y carteles de bienvenida, contrastaba

con la casa del 2207 de la Avenida Seymour, en la que entraron ambas de adolescentes hasta convertirse en

mujeres encerradas junto a Michelle Knight los últimos 10 años. La vivienda estaba rodeada por una cinta policial y

cerrada al paso por las autoridades. En las últimas horas, los agentes del FBI se han incautado, entre otras cosas,

de la camioneta roja y el sedán oscuro, propiedad de Castro, y de la puerta que rompieron a patadas sus vecinos

para que las jóvenes pudieran escapar. La bandera de Estados Unidos que ondeaba sobre el porche ha sido

arriada. Las autoridades han confirmado que en la vivienda no se han hallado restos humanos.

Los tres hermanos Castro están colaborando con la investigación, desvelando los detalles de cómo secuestraron y

mantuvieron prisioneras durante 10 años a las tres jóvenes, según la cadena NBC. El FBI investiga ahora una

posible conexión entre el secuestro de Berry, DeJesus y Knight y la desaparición de Ashley Summers de la que se

perdió la pista en 2007. Durante mucho tiempo, el caso de Summers se relacionó con los de Berry y DeJesus, ha

indicado un portavoz del FBI aThe Cleveland Plain Dealer. La tía de DeJesus ha pedido frente a la casa de su

sobrina la liberación de Summers.

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4 Muchas de las preguntas que el FBI está formulando a los hermanos Castro son las que también se hacen muchos

de sus vecinos y, en especial, su propia familia. María Castro, prima de Ariel, Pedro y Oneil, se mostraba desolada

y avergonzada por la atrocidad perpetrada por sus parientes. Los Castro, una familia de 20 hermanos repartida

entre Estados Unidos y Puerto Rico, son muy conocidos y apreciados en el barrio. “Yo me he criado en esta calle.

Esta comunidad es muy fuerte y lo que han hecho mis primos no tiene nada que ver con los valores que nosotros

defendemos”, ha asegurado en español.

La prima de los captores de las jóvenes ha ofrecido su apoyo a sus familias; ella es amiga de la madre de DeJesus.

“Ellas son lo primero, necesitan su privacidad y su tiempo”. Unas palabras muy similares a las que ha pronunciado,

a 10 minutos en coche de donde se encontraba Castro, la hermana de Berry, Beth Serrano, y la tía de DeJesus,

Sandra Ruiz: “Pedimos comprensión y respeto. En cuanto estemos listos hablaremos”.

Desde que el lunes recuperaran la libertad, Berry y DeJesus han permanecido junto a sus familiares en paradero

desconocido. Knight está en buen estado de salud en un hospital. Hoy, Berry ha regresado a su hogar, que no

pisaba desde que desapareciera el 21 de abril de 2003. Ha entrado acompañada de la niña de seis años que

también fue hallada en la casa de la que fueron rescatadas y que algunos medios han identificado como Jocelyn.

DeJesus ha vuelto a su casa horas más tarde; precisamente, se dirigía hacia allí cuando bajó del autobús el 2 de

abril de 2004 procedente de la escuela. Su familia no supo nada más de ella hasta este lunes, aunque nunca dejó

de buscar. Un dedo levantado a través de la ventanilla ha sido el único gesto de DeJesus para asegurar a la

multitud que se agolpaba en su calle que se encontraba bien.

Gina DeJesus llega a su casa. / REUTERS

Al alivio y la alegría por la liberación de las tres jóvenes se sumaron en las últimas horas a las dudas y la

indignación por la actuación policial durante la búsqueda de Berry, DeJesus y Knight, y sobre la reacción de quien

respondió a la llamada de auxilio de Berry el pasado lunes por la tarde.

La forma abrupta de colgar el teléfono por el miembro del 911 provocó en la tarde del martes infinidad de

comentarios airados en las redes sociales y la creación de una página en Facebook que pide su despido. La Policía

de Cleveland ha asegurado que va a investigar si se cumplieron todos los protocolos en la respuesta a la llamada

que permitió la liberación de las tres jóvenes.

Varios vecinos de Castro criticaron el martes a algunos medios de comunicación por lo que consideran cierta

negligencia policial a la hora de atender denuncias que varios vecinos realizaron en los años pasados advirtiendo

de que habían visto a una menor desnuda y gateando en el patio trasero de la casa de Castro. “Nunca se tomaron

en serio mis llamadas”, llegaron a decir Elsie Citron e Israel Lugo a varias cadenas de televisión.

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5 El director de Seguridad Pública de Cleveland, Martin Flask, ha asegurado que la Policía nunca recibió ninguna

información que indicara que estuviera pasando algo anormal en la casa de la calle Seymour. Hoy, los vecinos han

reconocido que nunca alertaron a las autoridades de lo que creyeron haber visto en la casa de Castro.

El amable chófer que invitaba a barbacoas, sospechoso del secuestro

EL PAÍS, EVA SAIZ Washington 8 MAY 2013 - 18:15 CET

Ariel Castro. POLICÍA DE CLEVELAND (AP)

Sus familiares aseguran que era “amable”. Sus vecinos que era “un tipo normal”. Pero poco más se conoce de Ariel

Castro, el propietario de la casa de Cleveland (Ohio) en la que la policía afirma que permanecieron cautivas,

durante 10 años, las jóvenes Amanda Berry, Gina DeJesus, y Michele Knight, y que este lunes fueron encontradas

sanas y salvas. Los detenidos son Castro, de 52 años, y sus hermanos Pedro, de 54 años y Oneil, de 50, ha

confirmado la Policía de Cleveland. A los tres se los relaciona con el secuestro de las chicas.

“Tenemos al hombre correcto bajo custodia”, ha asegurado el subjefe de la Policía de Cleveland, Ed Tomba, en una

rueda de prensa este martes. Los vecinos de Castro, sin embrago, nunca imaginaron que en la vivienda que este

adquirió en 1992, en el 2207 de la Avenida Seymour, una modesta casa de dos plantas, se encontraban ocultas

tres adolescentes y a una niña pequeña. “Me da vergüenza que ni yo ni nadie del vecindario nos hubiéramos

percatado de nada”, ha reconocido a los medios locales, Juan Pérez, un joven de 27 años que ha crecido a dos

manzanas de donde residía Castro y con quien solía jugar de pequeño y conversar más adelante.

Imagen del perfil de Facebook de Ariel Castro.

Castro, de origen portorriqueño, es un antiguo conductor de autobuses escolares de Cleveland. Aunque siempre

hizo su trabajo de forma "excelente", según la empresa, se le abrieron expedientes varias veces, una de ellas por

llamar "puta" a una estudiante y dejarla sola en el autobús. Después de estos incidentes, fue despedido en en

noviembre.

Su tío, Julio Castro, asegura que su sobrino era bajista en varias bandas y que solía tocar en un club que

perteneció al tío de DeJesus. En su perfil de Facebook, Castro señala que formaba parte del Grupo Fuego, "una

banda de merengue y música tropical", si bien sus componentes se han apresurado a puntualizar que aquel solo

tocó con ellos en dos ocasiones en 2008. Ariel es el único de los tres hermanos detenidos que residía en la casa

donde hallaron a las jóvenes.

Pérez describe a Castro como un hombre “carismático” al que le gustaba bromear con los chicos del barrio,

llevándoles en su bicicleta. Charles Ramsey, el hombre que ayudó a huir de la casa a Berry, asegura que su vecino

era “un tipo normal, una buena persona”. Ramsey aseguró a los medios de comunicación el lunes por la tarde que a

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6 menudo había celebrado barbacoas con Castro en su residencia y que nunca sospechó que pudiera tener

encerradas a tres personas. “Salía de su casa, jugaba con los perros, se ocupaba por mantener a punto sus coches

y su moto y volvía a entrar. Nada raro”, reconoció.

Castro está divorciado hace años y los vecinos nunca lo volvieron a ver acompañado de una mujer. De repente

empezó a pasear por el barrio popular de Cleveland con una niña de 6 años que presentaba como la hija de su

novia, según Reuters. Todo el mundo creía que vivía solo, pero a la hora de comer llevaba a casa suficientes

bolsas de comida rápida para alimentar a varias personas.

Tras descubrirse que la vivienda de su vecino servía de cárcel a tres adolescentes, algunos de sus vecinos

comienzan a percatarse de ciertas costumbres de Castro que, antes, les habían pasado desapercibidas. Jannette

Gómez ha asegurado a la prensa local que aquel solía aparcar su motocicleta y su camioneta roja en la parte

trasera de la casa, cerraba la valla y entraba por la puerta de atrás, casi nunca por la principal. “A veces encendía la

luz del porche, pero la casa siempre estaba a oscuras. Las persianas siempre estaban cerradas y al menos una de

las ventanas estaba tapada con un panel”, recuerda.

Exterior de la casa de Cleveland donde un hombre secuestró a tres jóvenes durante diez años

Castro no era un desconocido para la policía. De los informes policiales y judiciales sobre él, se concluye que era

un hombre irascible que luchaba por controlar su temperamento. En 1993, fue acusado de violencia doméstica,

pero el juez decidió no procesarlo. Su exmujer, ya fallecida, tenía la custodia de sus hijos, aunque su

abogado, Robert Ferrei, ha asegurado a The Plain Dealer que, en ocasiones, obligaba a sus hijas a estar alejadas

de su madre. En 1996, Castro fue demandado por lanzar una valla contra uno de sus vecinos.

El alcalde de Cleveland, Frank Jackson, ha señalado este martes en rueda de prensa que los agentes contactaron

con Castro en dos ocasiones, ninguna relacionada con el secuestro de las tres jóvenes y ninguna directamente en

su vivienda de la Avenida Seymour. La primera, en 2000, fue a requerimiento del propio Castro, que llamó a la

policía para denunciar una pelea en el vecindario. La segunda, en 2004, para preguntarle por un incidente en el

autobús escolar que conducía en el que, al parecer, dejó olvidado a un niño. Los agentes llamaron a la puerta, pero

nadie contestó.

En su perfil de Facebook, Castro señala que tiene cinco nietos y tres hijos. Uno de ellos, llegó a publicar un artículo

sobre la desaparición de DeJesus, mientras trabajaba como becario de un periódico. Respecto de sus otros dos

hermanos, su tío ha indicado a la cadena de televisión CNN que los conocía bien. “Les gustaba beber mucho, pero

no sé si seguían haciéndolo ahora. Pero Ariel nunca fue un gran bebedor”, ha indicado.

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El FBI entrevista a las tres jóvenes secuestradas en Cleveland La Vanguardia| 08/05/2013 -

El FBI concluyó hoy sus entrevistas con las tres jóvenes secuestradas durante una década en Cleveland (Ohio, EE.UU.) y a la hija de una de ellas, y prevé interrogar mañana a los tres hermanos sospechosos de mantenerlas retenidas en la vivienda. Un especialista en víctimas infantiles del FBI entrevistó hoy a Amanda Berry, desaparecida en 2003, y su hija de 6 años, concebida durante el cautiverio, además de a Gina DeJesus, desaparecida en 2004, y Michelle Knight, cuyo rastro se perdió en 2002, en un "ambiente cómodo" para ellas, según indicó a la cadena CNN una portavoz del FBI, Vicki Anderson. El propietario de la casa, Ariel Castro, de 52 años, y sus hermanos, Pedro, de 54, y Oneil, de 50, serán interrogados el miércoles, probablemente por un equipo conjunto de policía local y agentes del FBI, precisó Anderson. Según la CNN, mañana podría producirse también la presentación formal de cargos, que pueden incluir la detención ilegal, violación u otros tipos de abusos o torturas. Las autoridades también registraron hoy la casa de Ariel Castro, con la ayuda de un perro especializado en la búsqueda de cadáveres, indicó Anderson. Los investigadores han revisado además el patio trasero de la casa, donde se ha observado "tierra removida". Las jóvenes secuestradas han comenzado a retomar el contacto y reunirse con sus familias, y Berry pudo hablar esta tarde por teléfono con su abuela, Fern Gentry. En la conversación, reproducida por la cadena local WJHL, Berry dijo a su abuela que se encuentra "bien" y que la niña de 6 años rescatada junto a ella el lunes es efectivamente su hija. "He pensado en ti todo este tiempo. Nunca te he olvidado", afirmó su abuela en la conversación. Mientras, el vecino que permitió el rescate de las tres jóvenes, Charles Ramsey, dijo en una entrevista con la CNN que no se considera un héroe, ni está interesado en una recompensa. "(Cuando ocurre algo así), dejas de lado cualquier cobardía o la idea de 'no quiero meterme en los asuntos de nadie'. Lo tienes que dejar de lado por un minuto", indicó Ramsey. Según el canal de televisión local WKYC-TV de Cleveland, que citó fuentes policiales, habría habido "múltiples" embarazos y abortos de Berry, DeJesus y Knight durante su cautiverio.

Vecinos vieron a las jóvenes secuestradas desnudas y a cuatro patas

La Vanguardia | 08/05/2013 - 10:17h | Última actualización: 08/05/2013 - 18:27h Barcelona. (Redacción).-

Cada vez se van descubriendo más detalles escabrosos de lo que ocurrió en la casa donde estuvieron secuestradas durante diez años Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight. Según informa el DailyMail, varios vecinos de la zona llamaron a la policía porque habían visto a tres jóvenes caminando a cuatro patas, desnudas y con cadenas de perro alrededor de su cuello en el patio trasero de la vivienda del secuestrador, Ariel Castro. Pero la policía no les creyó. Ayer el departamento de Cleveland aseguró que no tiene registros de las inspecciones que hizo la policía tras las llamadas de los vecinos. Otra vecina, Nina Samoylicz, también afirmó haber visto a una mujer desnuda en el patio de la casa de Castro hace dos años, pero la policía no le tomó en serio cuando informó de lo que había visto. "Al principio creí que era un juego, y luego pensé que era raro, así que llamé a la policía", dijo a la cadena CNN. "Al parecer, creyeron que estábamos bromeando y no nos dieron crédito". Poco después, Ariel Castro, exconductor de un autobús escolar, cubrió el jardín con lonas para que nadie pudiera ver qué hacía adentro. Gina DeJesus, amiga de la hija de Castro

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8 El hijo de Castro, Anthony, ha revelado que su padre pudo secuestrar a la más joven de sus víctimas, Gina DeJesus porque era la mejor amiga de su hermana y la chica no sospechó de él cuando la abordó en una calle del vecindario en 2004, cuando tenía 14 años. Anthony también ha asegurado que su padre tenía cerradas con candado las puertas de acceso al sótano, buhardilla y el garaje, y que nunca permitía que nadie pasara. "La casa siempre estaba cerrada". "Había lugares a los que nunca podíamos pasar. Según el mismo diario, Anthony, que vive actualmente en Columbus, describió a su padre como un hombre violento y controlador que casi golpeó a su madre hasta la muerte en 1993 mientras se recuperaba de una cirugía cerebral.

Las jóvenes de Cleveland sufrieron violaciones y abortos La Vanguardia | 08/05/2013 - 00:48h

Las tres jóvenes desaparecidas hace una década que fueron halladas ayer en una casa de Cleveland (Ohio) estuvieron embarazadas y abortaron en varias ocasiones durante su cautiverio por las violaciones y golpes de los secuestradores, indicaron hoy fuentes policiales a medios locales.

Un policía frente a la casa de Ariel Castro donde estuvieron cautivas. | Afp Según el canal de televisión local WKYC-TV de Cleveland, que citó fuentes policiales, hubo "múltiples" embarazos de las jóvenes Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight y, aunque no precisaron la cifra, en algunos medios se habla de hasta cinco embarazos. Asimismo, los investigadores están revisando el patio trasero de la casa, en el que se ha observado "tierra removida". Hoy, la policía también confirmó que en la casa vivía una niña de 6 años, hija de Berry. Por el momento, la policía interroga a tres hermanos por su supuesta relación con las tres desapariciones, ocurridas entre 2002 y 2004. Los hermanos que están siendo interrogados son Ariel Castro, el principal sospechoso y propietario de la casa, de 52 años; Pedro Castro, de 54; y Oneil Castro, de 50.

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9 Amanda Berry, desaparecida en 2003, un día antes de su 17 cumpleaños, consiguió pedir auxilio ayer en un descuido de sus captores. Berry explicó a sus liberadores que en la casa había más personas recluidas contra su voluntad: Gina DeJesus, desaparecida en 2004, con 14 años, y Michelle Knight, cuyo rastro se perdió en 2002, cuando tenía 20. El alcalde de Cleveland, Frank Jackson, dijo hoy en rueda de prensa que las autoridades tienen "muchas preguntas sin responder", como por qué los vecinos no detectaron que había tres personas recluidas en esa casa durante tanto tiempo.

El drama de Michelle Knight

Mientras Amanda Berry y Gina DeJesús han vuelto ya a sus casas, Michelle Knight no quiere ver a su familia, según dijo su abuela al diario El País. Diversos informes establecen que Knight fue la más maltratada por Ariel Castro, y fue también la primera en ser secuestrada. Los medios estadounidenses, como el New York Daily News afirman que una de las chicas abortó cinco veces, debido a las repetidas violaciones y los golpes de Castro que además, la obligaba a no comer. Pero el drama de Michelle Knigt no comenzó con su secuestro en 2002, sino que un año antes había sido violada por tres jóvenes en su escuela, fruto de lo cual quedó embarazada y dio a luz un niño, que hoy quiere recuperar, según informa el diario neoyorquino.

Los detalles del cautiverio de Cleveland comienzan a salir a la luz: bolsas, cuerdas, cadenas... 20MINUTOS.ES. 08.05.2013 - 19:40h

Cuerdas, bolsas negras cubriendo las ventanas… Poco a poco, y gracias al trabajo de la policía y a los testimonios de algunos de los vecinos, se van conociendo detalles de cómo permanecieron secuestradas, durante una década, las tres mujeres de Cleveland (Ohio) liberadas el lunes. "Tenemos confirmación de que las chicas estaban atadas y había cadenas y cuerdas en la casa", ha dicho este miércoles en una entrevista a un medio estadounidense el jefe de Policía de Cleveland, Richard McGrath. Según las primeras hipótesis, Ariel Castro –arrestado junto con sus dos hermanos– convirtió la pequeña vivienda unifamiliar en un zulo bunkerizado: una malla metálica de dos metros de alto, tela y arbustos alrededor hacían prácticamente imposible que desde fuera se atisbara el interior. Fuentes de la investigación también han relevado que durante los años de cautiverio las mujeres experimentaron embarazos, debido a las sucesivas violaciones, pero que fueron abortados bien a través de palizas bien por su propia debilidad física, intríseca a su situación de encierro.

Bolsas negras en las ventanas

Las declaraciones de algunos vecinos también están ayudando a reconstruir el escenario del horror. Israel Lugo, que vive a varias casas de distancia de donde permanecían cautivas Amanda, Gina y Michelle, ha relatado a los investigadores que las ventanas de la vivienda de Castro estaban cubiertas con bolsas negras. Lugo ha asegurado también –según recoge el diario Daily Mail– que en el año 2011 oyó "lo que él pensó que era una chica [sic] golpeando una ventana", aunque asegura que no logró ver quién era y que tras llamar a la policía todo quedó en nada. Nina Samoylicz, otra vecina, asegura que un día vio a una chica desnuda gateando por el patio trasero de la casa. Samoylicz ha contado a los medios locales que llamó inmediatamente a la policía, pero que ésta no hizo nada porque pensó que bromeaba.

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10 Otro vecino de la zona, Juan Pérez, también ha contado su experiencia. Hace tres años, asegura, él y su hermana oyeron los gritos de una mujer. Los gritos, que eran cercanos y podrían provenir de la casa de Castro, "les pusieron la piel de gallina". No consta actuación policial.

Críticas a la policía

Declaraciones como las de Samoylicz, o las del vecino Lugo, que dijo que sus llamadas tampoco fueron bien atendidas, han puesto la actuación de la Policía de Cleveland en el centro de las críticas de la opinión pública estadounidense. En una rueda de prensa para tratar de atajar estas acusaciones de negligencia, las autoridades indicaron que no habían recibido pistas desde el vecindario sobre los secuestros en los últimos 11 años y que solo tienen registros de dos incidentes relacionados con la casa; uno en 2000 y otro en enero de 2004, cuando ya dos de las tres chicas estaban desaparecidas.

Ariel Castro abusó de sus tres víctimas ininterrumpidamente

Un informe policial afirma que las jóvenes permanecieron encadenadas en el sótano durante años

Solo salieron dos veces de la casa para ir al garaje

EL PAÍS, EVA SAIZ Cleveland 9 MAY 2013 - 22:11 CET

Pasado el alivio por la liberación de Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight, comienzan a aflorar los terribles detalles de

su década de cautiverio en la vivienda de un humilde barrio de Cleveland (Ohio). Según un informe de la policía, obtenido

por The New York Times y la cadena CNN, Ariel Castro abusó sexualmente de las tres mujeres secuestradas de manera

continuada. “Las hizo pasar por un sufrimiento horrible”, señaló ayer el ayudante del fiscal Brian Murphy. El antiguo chófer de

autobuses escolares, de 52 años, las mantuvo encadenadas en el sótano durante años hasta que, en un momento dado,

decidió desatarlas y permitirles vivir en el segundo piso. Es lo que las tres han declarado, según el citado documento. Solo

salieron de la vivienda en dos ocasiones y fue a la parte trasera del garaje.

El pasado lunes, según la CNN, Castro dejó una de las puertas del interior de la vivienda sin cerrar. Berry aprovechó ese

aparente descuido de su carcelero para tratar de huir. Fue el primer y único intento de escapar que probaron las jóvenes,

informó la policía.

Ariel Castro en una foto cedida por la cárcel del condado de Cuyahoga. / AFP

Castro compareció ayer por primera vez ante el juez, desde que el lunes fuera detenido en relación con el cautiverio de las tres

jóvenes. La magistrada Lauren C. Moore confirmó los tres cargos por violación y los cuatro por secuestro que pedía la fiscalía y

le impuso una fianza de ocho millones de dólares (seis millones de euros). Sus hermanos, Pedro y Onil, arrestados también,

fueron puestos en libertad sin cargos a mediodía.

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Con el pelo alborotado y retenido con unas esposas amarillas, Castro, que ha estado bajo vigilancia para impedir un posible

suicidio, escuchó los delitos de los que se le acusaba sin levantar la vista del suelo, ocultando su barbilla tras el cuello del mono

de presidiario. “Ahora se han vuelto las tornas y el secuestrador es quien está cautivo, ahora es él el prisionero”, señaló el

ayudante del fiscal. Los documentos que el miércoles hizo públicos el juzgado señalan que Castro usó el mismo método a la

hora de secuestrar a sus tres víctimas: les ofreció llevarlas a casa en su coche.

A pesar de que la Policía no ha querido confirmar si las jóvenes quedaron embarazadas en alguna otra ocasión o si tuvieron

abortos, Brian Cummins, miembro del Gobierno local de Cleveland, aseguró que, de los informes policiales a los que había

tenido acceso, se desprende que una de las tres chicas sufrió, al menos, cinco abortos provocados por Castro al golpearla en el

abdomen y dejarla sin comer. El documento al que han tenido acceso The New York Times y CNN identifica a Knight como esa

víctima.

Knight fue la que más maltratos sufrió por parte de Castro durante su secuestro, de acuerdo con las declaraciones de Cummins.

Este la obligó a asistir al parto de Berry. “La amenazó con seguir la misma suerte del bebé si no lograba que naciera con vida”,

indicó Cummins. Las autoridades sostienen que Berry dio a luz en una piscina hinchable el día de Navidad de 2006. La policía

ha sometido a pruebas de paternidad a los tres hermanos Castro, si bien el juez únicamente ha acusado de violación a Ariel.

Mientras a primera hora de la mañana a Castro se le leían sus cargos, dos de sus víctimas despertaban por primera vez en sus

camas y junto a su familia. Los familiares de Berry y DeJesus pidieron consideración hacia la privacidad de las jóvenes, pero la

prensa y los curiosos acechan sus casas. Ayer, el alcalde de Cleveland, Frank Jackson, exigió respeto e instó a la policía a que

evitara las filtraciones sobre la investigación. “Estas familias merecen curar sus heridas en paz”, dijo el regidor.

El principal sospechoso, acusado de violación y secuestro

La juez impone a Ariel Castro una fianza de ocho millones de dólares por mantener a las tres chicas encerradas

EVA SAIZ Cleveland 9 MAY 2013 - 15:33 CET

Este miércoles, mientras las jóvenes que hasta el pasado lunes permanecieron secuestradas durante 10 años en una

casa de un barrio paupérrimo de Cleveland (EE UU), vivían su primer día fuera de esa cárcel, los hermanos Ariel, Pedro y Oneil Castro, prestaron declaración ante los agentes del FBI. Horas después, la fiscalía de Cleveland decidió acusar a Ariel de cuatro cargos de secuestro y tres de violación. La juez de Cleveland ha impuesto a Castro una fianza de ocho millones de dólares, dos millones por cada uno de los tres casos de secuestro y violación, y otros dos por el secuestro de la menor. Sus dos hermanos quedaron libres de cargos al considerar el fiscal que no hay pruebas de que estuviesen al tanto de los secuestros. El FBI investiga ahora una posible conexión entre el rapto de Berry, DeJesus y Knight y la desaparición de Ashley Summers de la que se perdió la pista en 2007. Durante mucho tiempo, el caso de Summers se relacionó con los de Berry y DeJesus, ha indicado un portavoz del FBI a The Cleveland Plain Dealer. La tía de DeJesus pidió ayer frente a la casa de su sobrina la liberación de Summers.

El enigma Knight: Michelle no quiere ver a su familia

Su abuela asegura que ni ella ni la madre han podido verla porque su nieta no ha querido

Un concejal asegura que Knight fue la más maltratada por parte de Ariel Castro

EL PAÍS, EVA SAIZ Cleveland 9 MAY 2013 - 16:58 CET

Amanda Berry y Gina DeJesus se levantaron ayer en su hogar y rodeadas de su familia, tras los 10 años de cautiverio a los que

las sometió Ariel Castro. Michelle Knight, la primera chica a la que Castro secuestró, lo ha hecho en la cama de un hospital y

sola. Su abuela, Deborah Knight, ha asegurado a EL PAÍS que la joven de 32 años se ha negado a ver a su familia. Desde que

el lunes recuperara la libertad, ni la abuela ni la madre, Barbara Knight, han podido verla.

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Mientras el FBI y la policía nunca cerraron la investigación de las desapariciones de Berry y DeJesus, las pesquisas sobre el

paradero de Knight se abandonaron pronto. Creían que Knight dejó a su familia por su propia voluntad, hundida tras perder la

custodia de su hijo.

Michelle Knight, en una foto de antes de su secuestro.

En conversación telefónica, la señora Knight reconoció que no sabe por qué su nieta no ha querido ver a la familia después de

10 años. “No sé las causas. A nosotras solo nos han dicho que se negaba a vernos”, ha explicado. Tampoco sabe los motivos

por los que Michelle continúa en el hospital. “Hemos preguntado pero no nos han comunicado nada, solo que se encuentra bien

y de buen humor”, indica. Ignoran si, desde el lunes, Michelle se ha reunido con otras personas. Quizá con su hijo de 13 años,

llamado Joseph Knight, fruto de una violación. “Se quedó embarazada y tuvo al bebé”, contó la señora Knight. “Nosotros no

tenemos contacto con él desde que le arrebataron la custodia”, se lamenta Deborah.

Pero insiste en que ni ella ni la madre de Michelle dejaron jamás de buscar a la chica. Barbara Knight asegura que nunca paró

de colocar carteles por todo el barrio, incluso en la puerta tras la que estaba cautiva. Pero hace dos años se trasladó de

Cleveland a Florida “por motivos de salud”. “Vino el martes, regresó de nuevo y ahora está aquí conmigo”, señala la abuela. La

madre relató a una cadena local que creía que Michelle estaba recibiendo en el hospital un tratamiento especial “por sus

problemas mentales y otros que pudiera padecer”. Su abuela no ha querido confirmar esta circunstancia.

Knight desapareció el 23 de agosto de 2002, tras visitar a un primo, muy cerca de donde, casi un año después, se vio por última

vez a Berry y dos calles más allá de la cabina telefónica donde se perdió la pista de Gina DeJesus, en 2004. La policía y el FBI

jamás relacionaron el caso de Knight con los otros y le dedicaron poco tiempo. Las vigilias que se celebraban en el barrio en

cada aniversario de las ausencias de las jóvenes, nunca incluyeron el nombre de Michelle Knight. Aunque la policía no ha

confirmado ningún detalle, la cadena CNN ha asegurado que durante su encierro las jóvenes siguieron estas vigilias en la

televisión. La abuela de Knight no sabe si eso llevó a pensar a la chica que su familia no se preocupaba por ella. “La televisión

ha dicho que nosotras nunca la buscamos, pero eso no es verdad. No sé lo que pudo creer Michelle, si es que llegó a ver algo

por televisión”, afirma.

Diversas fuentes afirman que Knight fue la que más maltratos sufrió durante su encierro. Explican que Castro amenazó a Knight

con seguir la misma suerte del bebé que estaba dando a luz su compañera Amanda Berry si no lograba que naciera con vida.

Las autoridades sostienen que Berry dio a luz en una piscina hinchable el día de Navidad de 2006. Un concejal del

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Ayuntamiento de Cleveland, Brian Cummins, también ha confirmado que una de las tres chicas, no sabe cuál, sufrió, al menos,

cinco abortos provocados por Castro al golpearla y obligarla a no comer.

Cuando la abuela y la madre de Michelle fueron informadas de la aparición de la joven sintieron “una felicidad asombrosa”. Una

alegría que, de momento, no han podido compartir con ella, la chica que más tiempo pasó encerrada en la casa de la Avenida

Seymour y a la que menos se buscó.

Abortos, inanición, grilletes, sogas... Así vivieron 10 años cautivas El Mundo, jueves 09/05/2013 02:04 horas

Michelle Knight ejerció como comadrona en el parto de Amanda Berry en las Navidades de 2006. El parto se produjo en una piscina de plástico que Ariel Castro colocó en uno de los dormitorios de su domicilio y durante unos segundos el bebé llegó a dejar de respirar.

Son detalles incluidos en un memorándum policial que recoge detalles de las declaraciones de las jóvenes secuestradas y que este miércoles publicó una televisión de Clevenland. El documento explica que el secuestrador estuvo presente durante el parto de Jocelyn, que ahora tiene seis años y salió con su madre de la casa de la avenida Seymour.

Castro amenazó con asesinar a Michelle si la niña de Amanda no sobrevivía y la joven llegó a hacerle el boca a boca cuando Jocelyn dejó de respirar. Ningún profesional sanitario examinó a la madre o a la niña durante el embarazo. Las jóvenes sólo abandonaron la casa en dos ocasiones durante su cautiverio para salir al garaje cubiertas con disfraces y pelucas.

El documento desvela que Amanda logró escapar gracias a un descuido insólito de Castro, que al ir el lunes al McDonald's del barrio no cerró con llave la puerta principal. La joven se dio cuenta del error pero al principio no logró salir. Se lo impidió una segunda puerta transparente que tienen aquí la mayoría de las casas para mitigar los daños de las inclemencias del tiempo.

Esa fue la puerta cuya parte inferior rompió Amanda unos minutos antes de las seis de la tarde del lunes con la ayuda del hispano Ángel Cordero, cuyo domicilio se encuentra en la acera del frente. El afroamericano Charles Ramsey, cuyo relato lo convirtió enseguida en el héroe mediático del rescate, sólo llegó al lugar de los hechos en su bicicleta unos minutos después.

Dos minutos después de la llamada de Amanda, varios agentes llegaron a la avenida Seymour. Miraron primero en el sótano y luego subieron por las escaleras siguiendo las indicaciones de la joven, que les advirtió que dentro había dos mujeres más. Michelle se arrojó a los brazos de uno de los policías y Gina DeJesús salió de su dormitorio temerosa de que todo fuera otra trampa de su captor, que solía poner a prueba la sumisión de sus esclavas dejando alguna puerta abierta y apaleándolas si lograban huir.

Amanda no fue la única joven a la que Castro dejó embarazada durante su cautiverio. Michelle sufrió hasta cinco abortos provocados por la crueldad de su secuestrador, que dejaba de alimentarla durante dos semanas y la golpeaba en el estómago hasta que perdía el niño.

El documento policial aporta algunas claves sobre el modo en el que Castro secuestró a las tres jóvenes. A Michelle le ofreció llevarla a casa en su coche en agosto de 2002. El secuestro se produjo en la esquina entre la avenida Lorien y la calle 106. Muy cerca del lugar donde vivían entonces los hijos de Castro y su ex mujer Grimilda Figueroa.

A Amanda la raptó el secuestrador cuando volvía de trabajar en una sucursal del Burger King. Castro la persuadió diciendo que su hijo también trabajaba allí y se la llevó a su casa, donde la encadenó.

A Gina su secuestrador la conocía de antemano porque era una de las mejores amigas de su hija Angie. Ambas estaban juntas unos minutos antes de su desaparición en abril de 2004.

Ariel Castro fue arrestado en el mismo McDonald's del que venía Ramsey junto a su hermano Onil, que preguntó si el arresto tenía algo que ver con su hermano Pedro, al que la policía se encontró borracho y semidesnudo en el jardín de la casa de su madre. Fue ese malentendido el que propició que los tres hermanos fueran detenidos. Pero la policía anunció este miércoles que sólo presentará cargos contra Ariel y dejará en libertad a sus dos hermanos.

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14 El fiscal desveló este miércoles que las jóvenes sufrieron su cautiverio en habitaciones distintas y asegura que cada una sabía que las otras estaban allí. Los expertos del FBI han sacado hasta 200 objetos de la casa de Castro.

Pero han completado el registro sin encontrar restos humanos ni en el sótano ni en el jardín. La policía empezaba a inspeccionar este miércoles un edificio abandonado en la misma manzana de la casa donde permanecieron retenidas las jóvenes en busca de nuevas pruebas que pudieran ayudar a aclarar su situación.

Castro escondía entre sus pertenencias sogas y grilletes y tenía candados en las puertas que daban acceso al ático, al sótano y al garaje de la casa de madera que habitaba desde 1992. Dentro malvivían desde hace una década Amanda Berry, Michelle Knight y Gina DeJesús, obligadas a mantenerse lejos de los ojos de los vecinos y a ejercer como esclavas sexuales de su secuestrador.

Las autoridades intentan aclarar ahora cómo pudo pasar inadvertido el paradero de las chicas en un vecindario puertorriqueño donde todos se conocen y donde los rostros de Amanda y Gina siguieron clavados en los postes de teléfono muchos años después de su desaparición.

El jefe de la policía de Cleveland, Michael McGrath, intentó defender la actuación de sus agentes, acusados por varios vecinos de ignorar varias advertencias sobre Ariel Castro en los últimos años. El comisario McGrath subrayó que la policía sólo había acudido en dos ocasiones a la casa donde estaban secuestradas las tres jóvenes: la primera en el año 2000 al recibir su llamada alertando de una pelea junto a su domicilio y la segunda en enero de 2004 al detectar que se había dejado a un niño dentro del autobús que conducía antes de ir a almorzar.

Entonces varios agentes llamaron a la puerta de la misma casa que acordonaron el lunes pero nadie respondió. Castro dijo que no había percibido la presencia del niño en el autobús y las autoridades dejaron pasar la oportunidad de rescatar a Michelle y Amanda, que por entonces permanecían en poder de su secuestrador.

Y sin embargo las palabras de McGrath no concuerdan con los testimonios de los vecinos de Castro, que aseguran haber advertido a las autoridades sobre lo que ocurría en la casa de la avenida Seymour mucho antes de los arrestos del lunes.

Por otro lado, McGrath que aseguró que las chicas se encuentran "muy bien físicamente si tenemos en cuenta las circunstancias".

La Fiscalía pedirá la pena de muerte para el secuestrador de las tres mujeres de Cleveland

20minutos.ess, 10.05.2013 - 08:20h

El fiscal del Condado de Cuyahoga, Thomas McGinty, ha revelado este jueves que solicitará la pena de muerte para Ariel Castro, el hombre acusado de secuestrar y retener y violar durante más de una década a tres mujeres en Cleveland. En declaraciones a la prensa estadounidense, McGinty ha explicado que las leyes del estado de Ohio permiten que "los depravados criminales que han cometido homicidio agravado durante un secuestro" sean condenados a la pena de muerte, según ha informado la CBS. El fiscal ha indicado que el cargo de homicidio agravado se apoya en los numerosos abortos que las rehenes sufrieron durante su cautiverio, bien a causa de las malas condiciones en las que se encontraban, bien a causa de las palizas recibidas. Castro, de 52 años de edad, ha comparecido este jueves por primera vez ante el Tribunal Municipal de Cleveland, donde se le ha acusado formalmente de cuatro cargos de secuestro, por las tres mujeres y la hija de una de ellas, fruto una violación, y tres de violación.

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La familia de DeJesus acoge en su casa a la víctima que continuaba en el hospital

Michelle Knight se ha negado a ver a sus parientes y es la rehén que más sufrió la violencia de su secuestrador, Ariel Castro

Michelle se niega a ver a su familia

EL PAÍS, EVA SAIZ Cleveland 11 MAY 2013 - 06:20 CET

Michelle Knight, la única de las tres jóvenes secuestradas durante 10 años por Ariel Castro en su casa de

Cleveland (Ohio) que aún permanecía en el hospital, ha pasado la primera noche, tras ser dada de alta el viernes

por la mañana, en casa de Gina DeJesus, una de sus compañeras de cautiverio. Desde que el pasado lunes,

recuperara la libertad, Knight se ha negado a ver a su propia familia.

Knight ha sido la gran olvidada en toda esta tragedia. Su desaparición nunca se relacionó con los casos de Amanda

Berry y DeJesus, pese a haber tenido lugar en la misma zona, y la policía abandonó su búsqueda rápidamente al

considerar que la joven había decidido romper los vínculos con su familia y amigos voluntariamente. Tras su

rescate, Knight también fue la víctima que menos atención mediática recibió. El día después, los medios ni siquiera

tenían una foto de ella.

La abuela de Knight, Deborah Knight, se acercó la tarde del viernes hasta la casa de los DeJesus para tratar de saludar a su

nieta, pero no se le permitió verla. La madre de Gina, Nancy Ruiz, salió a recibirla a la puerta y saludó a la señora Knight y a

otros de sus familiares que la acompañaban. Algunos medios locales han publicado que la madre de Knight, Barbara, podría

haber contratado a un abogado para poder ver a su hija.

No está muy clara cómo era la relación de Knight con su familia antes de su desaparición. En una conversación con EL PAÍS,

su abuela dijo ignorar los motivos por los que su nieta había pedido no reunirse con su familia. La joven padece determinados

problemas psiquiátricos de los que habría estado siendo tratada durante estos días que ha pasado en el hospital, según indicó

su madre.

La abuela de Michelle Knight espera a la puerta de la casa de Gina DeJesus. / MATT SULLIVAN (REUTERS)

Knight tenía 21 años cuando fue secuestrada por Castro, el 23 de agosto de 2002. Es la rehén que más tiempo ha pasado entre

las paredes de la casa de la Avenida Seymour y, según la investigación, es la que más veces sufrió la violencia y las vejaciones

de su captor. El informe del FBI indica que Knight tuvo cinco abortos provocados por las palizas y las patadas en el abdomen

que le propinó Castro. Éste amenazó con matarla si no conseguía ayudar a dar a luz a Berry y sacar a su bebé con vida. En los

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últimos días, varias cadenas de televisión han informado, citando a fuentes del FBI, que Knight tiene un tímpano roto y sufre

problemas de audición, como consecuencia de los golpes de Castro. Este viernes, una de las vecinas de DeJesus ha indicado a

la cadena ABC que Ruiz le había comentado que la joven iba a necesitar cirugía plástica.

La vida de Knight no ha sido demasiado fácil. Su abuela señaló a este diario que, cuando era adolescente, fue violada por dos

hombres y, como consecuencia, quedó embarazada. Años después perdió la custodia de su hijo, que ahora tiene 13 años, y

con el que la familia no mantiene ningún tipo de contacto.

Durante su cautiverio, Knight compartió habitación bastante tiempo con DeJesus, mientras Berry estaba encerrada en otro

cuarto con su hija. El jueves, la madre de Gina reconoció que su hija no quiere dormir sola.

La primera noche de Gina fuera de la casa de Ariel Castro

ELMUNDO.es | Actualizado viernes 10/05/2013 06:27 horas

Los expertos aseguran que un cautiverio como el que han sufrido las tres chicas de Cleveland es muy difícil y duro de superar. De hecho, Gina DeJesus, que ya está con su familia, no quiso dormir en su habitación la primera noche que pasó fuera de la casa de Ariel Castro.

Gina prefirió acostarse en una cama hinchable que colocaron en el salón, acurrucada y rodeada por familiares. Su madre ha relatado a la cadena estadounidense ABC que la chica no quería subir al dormitorio del primer piso porque le recordaba al cuarto donde pasó gran parte de su cautiverio.

Curiosamente, Ariel Castro tenía relación con la familia de DeJesus puesto que creció en la misma comunidad que su madre, Nancy Ruiz, y le llegó a ofrecer su ayuda.

Según ha explicado la madre de Gina, la chica permaneció junto con Amanda y Michelle encadenadas al suelo del sótano. Más tarde, se les permitió subir a la y quedaron recluidas en dos habitaciones separadas durante mucho tiempo.

DeJesus y Knight compartían habitación mientras que Berry y su hija de seis años estaban en la otra, según explicó Nancy Ruiz a la ABC.

Ariel Castro les aseguró que había un sistema de alarma que saltaría si intentaban escapar. Gina ha explicado a su familia que su captor les solía llevar comida que ellas tenían que cocinar y a veces incluso les llevaba hamburguesas.

Durante esta década, el secuestrador les compró rompa de las tiendas del barrio y, según ha explicado Nancy, su hija solía coser para hacer nuevos modelos con esas telas, como convertir una falda en unos pantalones.

Fotografías de la parte trasera de la vivienda

El patio de Ariel Castro

ELMUNDO.es | Actualizado miércoles 15/05/2013 10:12 horas

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Cualquier detalle de la llamada 'casa de los horrores' de Cleveland puede convertirse en una pista para saber qué ocurrió en su interior durante la década que Ariel Castro retuvo a las tres chicas: Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight.

Un vecino ha tomado fotos del patio trasero de la vivienda y la CNN ha publicado un vídeo con los objetos que podían encontrarse allí. Las fotografías muestran un patio desordenado, con el garaje al fondo y un montón de escombros y basura.

Redes de baloncesto, una escalera y un rulo grueso de alambre de púas se amontonan junto con una cadena en una esquina del patio.

En las fotografías puede verse el sistema de "espejos retrovisores" en la puerta trasera que le servía a Ariel Castro para vigilar su propiedad y controlar si alguien se acercaba a la casa.

La cadena estadounidense CNN explica que no es posible saber si alguno de los artículos que hay en el patio están relacionados con las chicas pero sí pintan el cuadro de cómo vivió Castro.

Sin embargo, en otra de las fotografías se puede ver una bicicleta de niña, que podría haber sido utilizada por la hija que tuvo con Amanda Berry durante su cautiverio.

De hecho, las ventanas tapiadas y una lona de color azul brillante que cubre el garaje dan una idea de la obsesión de Ariel por cerrar la casa al exterior. http://www.elmundo.es/america/2013/05/15/estados_unidos/1368608633.html

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Héroe en el día libre

EL PAÍS Madrid 7 MAY 2013 - 11:38 CET

El vecino Charles Ramsey atiende a los medios cerca de su domicilio. / AP

En ningún momento imaginó Charles Ramsey que saldría de casa a por una hamburguesa y volvería siendo un

héroe. Este vecino de un barrio popular de Cleveland (Ohio) fue uno de los responsables de la liberación de

Amanda Berry, Georgina Lynn Dejesus y Michelle Knight, secuestradas durante 10 años, después de oír como una

de ellas golpeaba la puerta y gritaba pidiendo su liberación.

Al día siguiente, Ramsey recibía palmadas de sus vecinos en la espalda mientras atendía a numerosos medios de

comunicación. “Tenía el día libre en el trabajo, así que lo más normal es que te lo pases sin hacer nada”, explicó a

la cadena Fox. “Al volver de comprar una hamburguesa empecé a oír gritos de una chica volviéndose loca”.

Ramsey conocía al vecino (“un buen tipo”, según él) y sabía que vivía solo.

“Me acerqué con otro vecino y le preguntamos si podíamos ayudarle en algo. Nos respondió que era Amanda

Berry, estaba secuestrada y que llevaba mucho tiempo encerrada en esa casa y quería escapar". Ramsey empezó

entonces a golpear la puerta hasta que pudieron romperla y permitir que saliera la chica. "Pensábamos que era la

única, pero de golpe cogió a una niña pequeña y nos dijo que era su hija", detalló. Más le sorprendió a Ramsey ver

que, una vez liberada Berry y su hija, había dos chicas más secuestradas en el domicilio.

"Al principio no me creía que era Amanda Berry", reconoció Ramsey, que conocía el caso y a la chica de cuando la

secuestraron en abril de 2003. "Pero al venir la policía le tomaron las huellas dactilares y vi que era verdad".

A pesar de que el propietario del inmueble era conocido en el barrio y no levantaba sospechas, Ramsey ha

asegurado que él se olía algo raro. "Hace un año le comenté a mi vecino que en esa casa pasaba algo extraño, él

me respondió que lo dejara, que era un paranoico". Una vez llegó la policía, el vecino les dio la descripción del

vehículo de Ariel Castro, un hombre hispano de 52 años y que residía en la vivienda desde 1992, en el que

presuntamente huyó de su domicilio.

Amanda Berry tenía 17 años cuando fue vista por última vez abandonando su trabajo, en un Burger King de

Cleveland en abril de 2003. 10 años más tarde, la visita de un vecino a otra cadena de hamburguesas (en este caso

un Mac Donalds) propició su salvación.

“El verdadero héroe soy yo”

A primera hora del miércoles, Ángel Cordero observaba cómo una limusina acudía a recoger a Charles Ramsey

para su ronda televisiva de entrevistas. Ramsey se ha convertido en un héroe nacional tras dar a conocer su relato

de cómo rescató a Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight de la casa de su vecino en la que habían

permanecido cautivas durante 10 años. Desde entonces, Ramsey tiene un representante, McDonalds le patrocina

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20 gracias a la publicidad que le ha hecho a la cadena al comentar que se estaba comiendo una de sus hamburguesas

cuando oyó los gritos de Berry. Cordero, sin embargo, deberá regresar el lunes a conducir su camión.

Muy probablemente, si Cordero, que nació hace 32 años en la República Dominicana, hablara inglés de manera

más fluida, habría sido él quien se hubiera subido en esa limusina. Porque fue Cordero y no Ramsey quien primero

acudió a socorrer a Berry, y fue Cordero, y no Ramsey, el que tiró abajo la puerta que mantenía encerradas a las

tres jóvenes. La gloria de la que ahora goza Ramsey esquivó a Cordero, por el hecho de que éste no pudiera contar

lo que pasó a los medios estadounidenses.

Cordero, sin embargo, no contempla esta carambola lingüística del destino como una injusticia. “Yo hice lo que

tenía que hacer y cuando Berry salga ella dirá realmente quién fue la que la rescató de allí”, contó a EL PAÍS.

El lunes a las seis de la tarde, su vecina, la señora Aurora Martí, corrió a advertirle de que había una chica chillando

en la casa de enfrente. “Crucé y vi a Berry gritando y aporreando la puerta”, explicó Cordero. “Le pregunté que si se

había incendiando algo en la vivienda y me contestó que no, que llevaba secuestrada 10 años”. Entonces, según la

versión del joven, trató de abrir la puerta. “No pude porque estaba enganchada con una cadena, así que empecé a

darle patadas a la parte de abajo, hasta que se rompió”, indicó.

Berry salió como un rayo de la casa que había sido su cárcel durante una década. “Le dije que corriera no fuera a

ser que regresara Castro y nos pasara algo”, relató Cordero. “Entonces ella volvió a entrar a por la niña”. Cordero

describe a Berry como una persona muy nerviosa, con el pelo revuelto y la cara demacrada.

¿En qué momento aparece Ramsey en esta historia? Cordero explicó que cuando Berry contó que había otras dos

chicas más encerradas en la casa, Martí llamó a Ramsey para pedir ayuda. “Él hizo el amago de entrar para

sacarlas, pero luego se arrepintió”, indica Cordero. “Y sí, llamó al 911, pero mucho después de que lo hiciera Berry”.

Otra vecina, Altagracia Martí, fue quien le proporcionó el teléfono a la joven.

“Si llaman héroe a quien rompió la puerta, pues ese soy yo”, reconoció con una media sonrisa. “Si el moreno se

quiere hacer el héroe, ese es su problema”.

Cordero lleva 13 años residiendo en Cleveland. Vive enfrente de la casa de Castro, cuya puerta ayudó a destrozar.

En todo este tiempo, el joven nunca sospechó que entre sus paredes su vecino tuviera encerradas a tres jóvenes.

Tras ayudarlas a recuperar su libertad, Cordero solo siente felicidad. “Me siento muy bien y muy contento de que

sus familias y ellas puedan por fin rehacer sus vidas”.

Los curiosos que escuchan el relato de Cordero y saben español no salen de su asombro. Los que solo hablan

inglés siguen creyendo que el héroe del rescate es el hombre cuya valentía alabaron todos los medios.

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Otros horrores Amstetten, Viena, Budapest, São Paulo o Charleroi han alojado otros infiernos EL PAÍS Madrid 7 MAY 2013 - 14:24 CET

El monstruo de Amstetten

Josef Fritzl. / EFE

Josef Fritzl, un electricista jubilado, mantuvo secuestrada durante 24 años a su hija Elisabeth en el sótano de su

casa de Amstetten (Austria), una localidad de 23.000 habitantes. Aunque ninguno de sus vecinos sospechó nunca

de él. Fritzl estaba considerado por su comunidad como una persona afable. Nada que ver con el monstruo que era

en realidad. Comenzó abusando de su hija cuando esta tenía 11 años. Con 18 la encerró en el sótano, que había

construido años antes con esa intención, y le hizo escribir una carta a su madre diciéndole que estaba en una secta

y que no la buscase. Hasta 2008 no vio la luz del sol. Como consecuencia de las violaciones, Elisabeth tuvo siete

hijos de su padre, que fue condenado en 2009 a cadena perpetua por asesinato, esclavitud, violación,

encarcelamiento, asalto grave e incesto. Un informe psiquiátrico aseguró entonces que Josef Fritzl no sufría

ninguna enfermedad mental.

Fritzl, 5 años después

Elisabeth tiene hoy 47 años, ya no usa su apellido y vive con sus seis hijos-hermanos de espalda a los medios en Austria

EL PAÍS, JUAN GÓMEZ Berlín 8 MAY 2013 - 16:49 CET

Hace cinco años y dos semanas que la policía liberó a Elisabeth Fritzl del sótano de su padre tras 24 años de encierro bajo la

casa familiar de la localidad austriaca de Amstetten, en el Estado federado de Baja Austria. Josef Fritzl engendró con ella siete

hijos que a la vez eran sus nietos. Tres de ellos pudieron compartir la vida en la superficie con Fritzl y su esposa, Rosemarie,

que se tragó la historia de que eran hijos expósitos de su hija Elisabeth, a la que creía en una secta. Los otros tres

supervivientes Kerstin, Stefan y Felix, que tenían 19, 17 y 5 años de edad cuando los liberaron, crecieron bajo tierra con

Elisabeth en 18 metros cuadrados sin aire fresco ni luz natural, al principio también sin ducha ni calefacción.

Elisabeth tiene hoy 47 años y ya no usa el apellido Fritzl. Vive con sus seis hijos-hermanos en una localidad de

otro land austriaco, que los medios austriacos evitan identificar. Un fotógrafo enviado hace tres años a cazar alguna foto de la

familia contó al diario inglés The Independentque los vecinos del pueblo lo rodearon para pedirle que se marchase. El diario

vienés Kurier comentaba hace dos semanas que, “aparte de algunos asaltos investigativos de medios británicos, la protección

de la familia está funcionando bien”.

Elisabeth y sus hijos habitan una casa descrita como “bonita” y “confortable”, muy bien vigilada por cámaras de seguridad y

situada en un pueblo pequeño en medio del campo cuyos habitantes parecen haberse puesto de acuerdo con las autoridades

para evitar que las víctimas del monstruo de Amstetten sufran ahora el acoso de turistas morbosos o de reporteros

sensacionalistas. El Estado austriaco pone la vivienda y les pasa una pensión mensual de 4.000 euros.

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El abogado de las víctimas Christoph Herbst ha expresado su esperanza de que su cliente pueda seguir viendo discretamente

en la misma casa. El sistema de protección de su intimidad es el resultado de la colaboración entre médicos, policía y empresas

privadas de seguridad. Elisabeth no quiere pagar el precio que supondría su exposición a los medios o a la opinión pública.

Sigue tratamientos psicológicos y, según cuentan algunos periódicos, mantiene una relación sentimental con un hombre más

joven que ella al que conoció cuando trabajaba en la empresa de seguridad encargada de su protección. Los hijos que tuvo con

su padre están bien y algunos han terminado su formación. La mayor, Kerstin, tiene 24 años y es aficionada a la musca pop y a

la moda. El segundo, Stefan, tiene 23, de los que pasó 17 bajo tierra. Aspira a ser capitán de barco. El más joven de todos tiene

ahora 10 años, va a la escuela pública y apenas recuerda el caso.

Christine R., tía de Elisabeth y cuñada del monstruo, contó en 2010 al diario sensacionalista alemán Bild que “a la hija de Josef

le gusta mucho ir de compras, porque no pudo hacerlo durante 24 años. Le encantan los vaqueros con adornos de vidrio.

Aprobó el carnet de conducir a la primera y está buscando coche. Todos los niños van a la escuela y estudian con aplicación”.

Dice que al salir del sótano percibió “de una sola vez” todas las subvenciones por hijo que el Estado no pagó durante 24 años:

“60.000 euros” que le ayudaron a establecerse y a adquirir juegos y ropa para sus hijos.

En cuanto a Josef Fritzl, el monstruo, puede decirse que su aspecto durante el juicio en 2009 era mucho menos amenazador en

persona que en las fotos distribuidas por la policía. Algunos periódicos austriacos cuentan que hoy padece una leve demencia.

Su nombre quedó asociado a este tipo de horrores y sonará tras cada liberación de mujeres secuestradas y martirizadas en

cualquier lugar del mundo. Los secuestradores serán “el Fritzl de Ohio” el de Brasil…

El original tiene 78 años y vive en la prisión para enfermos criminales de Stein, en Austria. Es un complejo poco estricto, donde

los internos viven con la puerta abierta, tienen su propia cocina y pueden ducharse a diario. Disfruta de una mesa de ping-pong

en la “vivienda” que comparte con otros reclusos. Según las autoridades austriacas, la intención es mantenerlo activo y sano

durante todo el tiempo que sea posible. No lo consideran violento ni un peligro para la seguridad de la prisión, que no

abandonará con vida. Al parecer se ha divorciado de Rosemarie, enfadado porque no quería visitarlo.

Caso Natasha

La joven Natascha Kampusch.

"Él no era mi amo. Yo era igual de fuerte". Natascha Kampusch fue secuestrada en 1998 con 10 años por el

ingeniero Wolfgang Priklopil. El raptor había construido un zulo debajo del garaje de su casa unifamiliar, cerca de

Viena, donde la niña vivió ocho años. Durante ese tiempo, Priklopil abusó de ella, la maltrató y la humilló. Pese a lo

cual, Kampusch nunca se consideró una víctima de su captor, que se suicidó tirándose a la vía del tren al descubrir

que esta había huido. "Él fue una parte de mi vida. Por eso, de alguna manera me entristece su muerte.

Naturalmente, es cierto que mi juventud es diferente a la de otros, pero en principio no tengo la sensación de

haberme perdido nada. Me he ahorrado algunas cosas, no haber comenzado a fumar y a beber y no haber tenido

malas amistades", explicó.

La Natasha húngara

Poco se sabe del caso de esta joven húngara de 27 años, encerrada durante 13 años por su padre, que la sometió

a un infierno de malos tratos y repetidas violaciones, además de pegar a la madre, gravemente enferma. Su historia

conmocionó a Hungría, en una época en que estaba muy reciente el secuestro de Natascha Kampusch. Su versión

húngara fue encontrada por colaboradores del servicio de asistencia social del distrito 9 de Budapest, que fueron

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23 llamados a la casa después de que la salud de su madre empeorara. Para entonces, su padre había muerto por lo

que no pudieron juzgarle. La joven húngara fue descrita como "una niña de 12 años con canas".

María Aparecida Rosa

María Aparecida Rosa y a sus dos hijas sufrieron durante años las amenazas de Ary Hernández Castijo, un

agricultor brasileño, detenido en 2008 acusado de haber mantenido encerrada durante 18 años a su esposa e hijas,

de 14 y 6 años, en Pedranópolis, a 563 kilómetros de São Paulo. Durante ese tiempo, las pequeñas apenas

pudieron ir a la escuela mientras que su mujer estuvo recluida todo ese tiempo.

Jaycee Lee Dugard

Jaycee Lee Dugard, secuestrada durante 18 años. / ASSOCIATED PRESS

La policía de California resolvió en 2009 la misteriosa desaparición de Jaycee Lee Dugard: una joven, hoy de 33

años, que fue secuestrada en 1991 en los alrededores de su casa en el lago Tahoe, al este de San Francisco.

Durante los 18 años que estuvo cautiva, Lee Dugard tuvo dos hijas de su secuestrador, que mantuvo a las tres

escondidas en tiendas y cobertizos instalados en la parte trasera del jardín de su casa. El captor fue identificado

como Phillip Craig, de 58 años, y se supo que había estado un tiempo en prisión por violación y secuestro y que se

encontraba en la lista de agresores sexuales del Estado de California. Junto a él fue arrestada su esposa, Nancy

Garrido.

Caso Dutroux

El pederasta Marc Dutroux. /ASSOCIATED PRESS

El pederasta belga Marc Dutroux secuestró y violó entre 1995 y 1996 a seis niñas, de las que mató a cuatro en un

zulo cerca de Charleroi (Valonia, Bélgica). En el juicio, Dutroux descargó la culpa en el jefe de una supuesta banda

mafiosa, que, según dijo, fue quien le encargó los secuestros. Al pederasta se le describió como un hombre

manipulador, egocéntrico, histriónico y con afán de notoriedad que secuestraba y torturaba sin piedad a sus

víctimas y que actuó con la colaboración necesaria de su exmujer, Michelle Martin, y un toxicómano, Michel

Leliévre. Las dos mujeres que sobrevivieron al cautiverio lo hicieron tras sufrir 80 días de secuestro y torturas a la

edad de 12 años.

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Las jóvenes de Cleveland regresan a casa

Amanda Berry tenía 16 años cuando el 16 de abril de 2003, justo un día antes de su 17 cumpleaños, avisó a su hermana de que la iban a llevar a casa de regreso de su trabajo en una hamburguesería. Fue la última noticia que su familia tuvo de ella. Hoy recuerdan aquel momento entre globos y peluches, alegres

por su regreso.

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Amigos y familiares de Gina DeJesus frente a la casa familiar.

Amigas y vecinas de Amanda Berry, una de las jóvenes secuestradas, la saludan a su llegada en coche a la casa de su hermana en Cleveland (EE UU).

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Ricky DeJesus, el hermano de Georgina DeJesus esperando la llegada de su hermana.

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Las secuestradas de Cleveland aparecen ante el mundo

Las tres mujeres secuestradas por una década agradecieron el apoyo a través de un video

Semana, 9 de julio 2013

Amanda Berry, Michelle Knight y Gina DeJesus Foto: Imágenes tomadas del video publicado por Hennes Paynter Communications.

Las tres mujeres que fueron secuestradas y violadas durante una década por un hombre en Cleveland (Ohio, en el norte de Estados Unidos) difundieron este martes un video en el que dan las gracias a todas las personas que las han ayudado y han respetado su privacidad tras recuperar su libertad.

"Gracias a todos por vuestras oraciones. Espero ansiosa mi nueva vida", confesó Michelle Knight, quien ahora tiene 32 años de edad, en un video de tres minutos publicado en YouTube, en el que también agradecen a quienes han donado dinero para ayudarlas a reconstruir su vida. "Tal vez he vivido un calvario, pero soy suficientemente fuerte como para caminar por el infierno con una sonrisa en la cara, con la cara bien alta y con los pies en la tierra", agregó, sin dejar de sonreír. "Cada día me siento más fuerte y conservar mi privacidad me ha ayudado inmensamente. Pido a todo el mundo que siga respetando nuestra privacidad y nos dé tiempo para tener una vida normal", reconoció por su parte Amanda Berry, de 27 años. Gina DeJesus, quien ahora tiene 23 años, pareció la más tímida de las tres, ya que se limitó a dar las gracias por el apoyo recibido. En el video, aparece acompañada por sus padres. El impresionante caso salió a la luz a principios de mayo, después de que Berry logró escapar con su hija Jocelyn, de seis años y nacida en cautiverio, tras captar la atención de un vecino al sacar su mano por una puerta cerrada. Minutos después, la policía encontró cautivas en la casa a DeJesus y Knight. Las tres mujeres habían sido raptadas en incidentes separados en los años 2002, 2003 y 2004. Ariel Castro, un conductor de autobús desempleado de 52 años, acusado por la justicia estadounidense de

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28 secuestrar, maltratar, violar y provocar abortos a las tres mujeres, se declaró el 12 de junio no culpable de todos los cargos imputados. La semana pasada, un juez dictaminó que Castro no podrá ver a su hija Jocelyn. Vea el video, revelado por ABC News.

http://youtu.be/S4l1aRJTYcs