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  • Quin fue realmente George Orwell?Los mitos orwellianos: de la Guerra Civil espaola al holocausto sovitico

    Albert Escusa

    1. INTRODUCCION

    Es innegable que la figura de George Orwell (pseudnimo del escritor Eric Blair) constituye uno de los mitosdel siglo XX. Sus obras cuentan con una difusin de decenas de miles de ejemplares con continuasreediciones. Ha sido considerado en cierta manera el modelo de escritor independiente comprometidosocialmente, una persona que supuestamente mantuvo sus convicciones sociales sin someterse a ningndogma, que en aquellos tiempos se consideraba por muchos representado por el modelo marxista de la URSS.El escritor pas a la fama a raz de su participacin en la Guerra Civil espaola. Como miembro de unpequeo partido poltico izquierdista britnico, el Partido Laborista Independiente (ILP en ingls), lleg aBarcelona a finales de 1936 y fue voluntario al frente de Huesca, donde combati entre las milicias delPartido Obrero de Unificacin Marxista (POUM). Aunque nunca estuvo en la rbita de lo que se llamcomunismo oficial, en su experiencia espaola se sita el momento de desencanto total hacia esta doctrinay hacia la URSS. Orwell pas a la posteridad por obras como Homenaje a Catalua (su particular visin delconflicto blico espaol), Animal farm (Rebelin en la granja) y 1984. Animal farm se escribi para satirizarla Revolucin rusa de 1917 y su desarrollo posterior, y 1984 para mostrar el funcionamiento del socialismosovitico de manera anloga a un siniestro mundo totalitario. Por esto mismo ha sido glorificado como unmito por la izquierda anticomunista y por sus apologistas, como un revolucionario valiente, honesto y sinceroque ante todo buscaba la verdad:

    A George Orwell lo definen muchos crticos entusiastas como un hombre honrado, sincero, luchadorincansable en pro de los desposedos y de las clases oprimidas. (...) Es la honradez tpicamente orwelliana loque le impide la asociacin a cualquier dogmatismo, o a cualquier inters que no sirva a la verdad. Orwellest en todo momento en una continua revisin de sus planteamientos, para no verse atrapado en sus propiasideas, que podran llevarlo a caer en el engao e impedirle el acceso a la verdad. Ms que un hombre depensamiento es, sobre todo, un hombre de accin. Nunca se conforma con pensar y decir, sino que suprofundo sentido de la responsabilidad humana, lo lleva a hacer.1

    Paradjicamente el mito de Orwell se ha construido de manera considerablemente dogmtica. Comosupuestamente ha representado la anttesis de los valores negativos que para muchos izquierdistas yprogresistas tena el modelo socialista sovitico, fue relativamente fcil construir la leyenda y hacer pasar alescritor a la posteridad como un mito. Su obra y su visin del socialismo ha sido muy bien recibida en mediosintelectuales y acadmicos considerados progresistas, descontentos o adversarios con las corrientes socialistaso comunistas vinculadas ideolgicamente a la URSS. No obstante, ms all del clsico retrato del escritor,ciertas contradicciones palpables, que se analizarn ms adelante, y que han sido reconocidas hasta poralgunos de sus apologistas, deberan ser objeto de una reflexin cuando llega el momento de evaluar la vida yla obra de Orwell:

    La contradiccin permanente que es Orwell, que en un momento dice una cosa y en otro hace lo contrario hasido, lgicamente, usada por sus detractores, quienes lo acusan de inconsistencia en sus juicios yactuaciones.2

    1 Galvn Reula, Juan Fernando: George Orwell y Espaa, pp.51 y 52. Coleccin Textos y prcticas docentes, Secretariado dePublicaciones, Universidad de La Laguna, Tenerife, 1984.2 Idem, p. 51.

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  • La vida real de Orwell ha sido poco estudiada, seguramente de manera interesada por la fuerza anticomunistaque tuvieron sus obras. Tras su muerte, se publicaron sus cartas, que en Espaa no se conocen o se conocenpoco, lo que dio ms razones para pensar que Orwell fue bastante diferente a la biografa comnmentedivulgada:

    Orwell era un pseudnimo y como lo han revelado sus cartas recientemente publicadas, Eric Blair era muydistinto y mucho menos admirable que el literato George Orwell3

    Por la fuerza que tuvo y todava tiene el mito Orwell, es necesario esclarecer las intenciones y el papel querealmente tuvo en las luchas polticas del siglo XX. Lejos de dejarnos llevar por sus apariencias o susaspectos emocionales tan gratos a los acostumbrados a poner en los altares a ciertos personajes histricos,es el anlisis de las contradicciones de Orwell lo que posibilitar el conocimiento real de su dimensinpoltica, que le llev de empuar un fusil en las trincheras espaolas durante la Guerra Civil, a colaborar conlos servicios secretos ingleses al final de su vida, pasando por aspectos muy poco divulgados como suracismo solapado y su antisemitismo. No es importante saber por que un escritor idealista que se considera as mismo revolucionario sufre fuertes desengaos: lo que interesa es conocer qu implicaba la posicinpoltica que escogi en cada momento. Orwell no es, ciertamente, un caso aislado de contradiccionespolticas: algunos escritores con una dilatada trayectoria progresista, considerados brillantes, pasan al cabo deun tiempo a repudiar sus antiguas creencias y a defender activamente al imperialismo, como Mario VargasLlosa. En el caso de Orwell se hace incomprensible entender la dimensin del mito valorando su produccinliteraria: no est considerado un escritor excepcional, sino un literato ms bien limitado, tal y como explica T.R. Fyvel4, quien fue su amigo personal y bigrafo. En tal caso, el estudio de los aspectos no literarios deOrwell son los que pueden ayudar a dar luz sobre su verdadero pensamiento social y poltico.

    Desgraciadamente, influidos por el mito Orwell y por sus escritos sobre algunas cuestiones particulares,preferentemente las referidas a nuestra Guerra Civil, todava encontramos muchas personas que se dejanarrastrar por un anlisis superficial del escritor, por el Orwell aparente. Este es el caso de Pepe Gutirrez porla Fundacin Andreu Nin, en su escrito Orwell y la revolucin rusa5, que, al no penetrar en el contextohistrico y social que rode la vida y la obra de Orwell, opta por un abierto culto a la personalidad delescritor, sin profundizar para nada en sus aspectos polticos y lo qu signific realmente su opcin literario-poltica entre las ideologas del siglo XX.

    La tesis de Pepe Gutirrez es que Orwell sufri en su pas una censura de sus obras, durante la guerramundial, por lo que supuestamente suponan sus posiciones polticas: mientras que el escritor encarnara lascualidades de un limpio y puro revolucionario, el opuesto es ni ms ni menos que el rgimen estalinistaaliado entonces a los Gobiernos democrticos occidentales contra Hitler. Nos encontramos aparentementeante una grave falta de libertad de expresin, pero resulta que Orwell estaba tan lleno de idealismo que hastalleg a pensar en autopublicarse la novela Rebelin en la granja pagndolo de su bolsillo.

    Si empezamos a aislar los hechos de su contexto, seremos incapaces de hallar una explicacin cabal de lahistoria, y esto es lo que le sucede a Pepe Gutirrez. Por ms que trata de demostrar que hubo una supuestacensura de la burguesa inglesa a las publicaciones de Orwell lo que le dara un certificado de garantaanticapitalista y de izquierdas no puede llegar a probarlo de ninguna manera. Y es que Orwell, no slo nofue censurado, sino que fue esta misma burguesa inglesa (y tambin la norteamericana) la que poco tiempodespus le protegera y promocionara. La publicacin de la novela de Orwell simplemente sufri unaplazamiento de pocos meses, lo cual redund indudablemente en beneficio del impaciente escritor. Parasaber por qu la publicacin de Animal farm fue aplazada, deberamos comprender qu es lo que pasaba en el3 Sperber, M. A.: Los escritores ingleses, en M. Hanrez, Los escritores y la Guerra de Espaa, p.59, cit. por Galvn Reula, obracit., p. 58.4 Fyvel, T. R.: George Orwell: vida y literatura, p.48. Editorial Alfa, Barcelona 1984.5 Gutirrez, Pepe-Fundacin Andreu Nin: Orwell y la revolucin rusa. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=1857

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  • mundo en aquellos momentos. El apologista de Orwell recurre a una tesis que fue muy publicitada durante laGuerra Fra:

    Por aquel entonces las democracias occidentales se encontraban en plena luna de miel junto al rgimenestalinista, con el beneplcito de una izquierda que se vea legitimada desde la burguesa y desde elcomunismo oficial. Era el momento en que se iniciaba la poltica de pactos histricos para el reparto delmundo.

    Qu suceda aqul ao de 1943, mientras Orwell escriba su Animal farm? No era precisamente, como dicePepe Gutirrez el reparto del mundo, sino algo bien distinto que nos escamotea: Los nazis haca dos aosque haban invadido la URSS, exterminando a millones de rusos y arrasando gran parte del pas. Haba tenidolugar la mayor batalla de la guerra, Stalingrado, y todava no se saba quin vencera en el conflicto, si laAlemania nazi o la Unin Sovitica. Nadie poda predecir con seguridad que el nazismo sera extirpado deEuropa, ni todava se haban descubierto los campos de exterminio nazis, pero Orwell estaba obsesionadocon sus escritos antisoviticos. Qu quera plasmar Orwell con su Rebelin en la granja? Nada ms ni nadamenos que lo siguiente:

    El propsito especfico que Orwell arroj en ella con sentido de urgencia era el deseo de que explotara elmyth de la Unin Sovitica, como paradigma de estado socialista6

    Sobran comentarios al respecto. Solamente cabe reflexionar a quin beneficiaba en 1943 esta postura deOrwell. La victoria fue precisamente conseguida por el pueblo sovitico y el Ejrcito Rojo al precio deinnumerables sacrificios humanos, tambin fcilmente olvidados en occidente, donde se oculta el verdaderocarcter de la guerra antifascista. Es lgico que la URSS, que haba sufrido una guerra de exterminio sinprecedentes en la historia, y que derrot asimismo a los regmenes colaboracionistas y fascistas de Europa delEste, junto con las guerrillas populares y comunistas, fuera vista como una potencia libertadora por ampliossectores de las poblaciones locales. Adems, las guerrillas comunistas, ligadas ideolgicamente a la URSS,haban llegado a tener un gran prestigio en toda Europa: tanto es as que, en las primeras elecciones generalesfrancesas tras el nazismo, el Partido Comunista Francs fue el partido ms votado, consiguiendo ms de 5millones de votos que representaban un 30% del electorado7. Como veremos despus, la URSS tena motivosmuy bien fundados para creer que se preparaba una nueva guerra en su contra, esta vez con el pas arrasado,por lo que era lgico y legtimo que tratara de ganar aliados frente a la posibilidad de una nueva guerramundial. Muy lejos queda esto del reparto del mundo y de intentar igualar al imperialismo con elsocialismo, como se ver ms adelante.

    2. EL ENTORNO HISTRICO DE REBELIN EN LA GRANJA Y 1984

    Qu acontecimientos tenan lugar en el mundo occidental por aqul entonces, que propiciaron un cambio deactitud favorable hacia las publicaciones de Orwell, de aquellos que antes eran reticentes? Ni ms ni menosque la ofensiva inminente contra el socialismo, que ya haba perdido casi treinta millones de vidas durante laguerra antifascista y haba sufrido una espantosa destruccin material.

    Mientras se estaban imprimiendo y encuadernando los primeros ejemplares de Rebelin en la granja,sucedan algunos hechos extremadamente inquietantes. Justo al finalizar la guerra, los espas y criminales deguerra nazis estaban siendo reciclados por los servicios de espionaje norteamericanos, como el generalalemn de las SS Reinhard Genhlen8, cuya red de espionaje pas ntegramente a los norteamericanos y fueutilizada en el Este de Europa para promover los levantamientos antisoviticos de Berln Este en 1953 y

    6 Tejedor Teruel, Mara: Vida y Obra de George Orwell.http://mural.uv.es/martete/estu.htm7 La Vanguardia, 22/08/2001, suplemento Vivir, p. 7.8 Stonor Saunders, Frances: La CIA y la guerra fra cultural, p. 66. Editorial Debate, Madrid 2001.

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  • Hungra en 1956. Se crearon redes clandestinas para evadir miles de criminales nazis hacia Amrica Latina yEE.UU. Ms tarde, derrotado el Japn, se repiti la operacin con los cientficos japoneses expertos en armasbacteriolgicas, responsables de la muerte de decenas de miles de prisioneros aliados, pero que fueronllevados en secreto a EE.UU. Entretanto, durante la conferencia de Postdam de 1945, que reuni a los aliadosvencedores de Hitler donde tuvo lugar la supuesta luna de miel para repartirse el mundo el presidentenorteamericano Truman y el ingls Churchill, haban especulado ante Stalin sobre el poder que tenan losaliados occidentales con una nueva arma secreta. El 6 de agosto de 1945, se lanz sobre Hiroshima la primerabomba atmica. Segn Ian Grey, biogrfo de Stalin:

    Stalin y la mayora de los rusos comprendieron inmediatamente el terrible significado de este hecho (...)Stalin se dio cuenta de que los americanos haban utilizado la bomba principalmente para impresionar yamenazar a Rusia9.

    Stalin y los soviticos estaban en lo cierto: el secretario de Estado norteamericano, James Byrnes, reconocique la bomba era necesaria no contra el Japn, sino para hacer a Rusia moldeable a Europa10.

    Como ha explicado el historiador Pauwels11, la voluntad inicial de los soviticos en Europa no era tenerregmenes afines y su zona propia zona de influencia, sino intervenir en Alemania para evitar que sta seinvolucrara en una segunda guerra, esta vez junto con sus antiguos aliados, contra la URSS. Lo demuestra elhecho que hasta bien entrada la postguerra, los soviticos no ayudaron a realizar ningn cambio poltico-social en los pases liberados. Fue la poltica nuclear de Truman la que oblig a los soviticos a mantenersefrente a frente con los norteamericanos en Europa Oriental, disuadiendo as a la aviacin norteamericana: deesta manera tendran que realizar un largo viaje hasta llegar a las ciudades soviticas donde deban arrojar susbombas. Esto provoc que se aceleraran los cambios polticos y sociales en la Europa del Este que, de todasmaneras, ya se estaban produciendo autnomamente desde el fin de la guerra gracias al triunfo de las fuerzaspopulares antifascistas. Este hecho no slo salv a la URSS de una nueva guerra y posibilit que elsocialismo sobreviviera: la estabilidad en la Europa Oriental puso las bases para un desarrollo las luchas deliberacin nacional y por el socialismo en todo el mundo: en 1949 la victoria de la Revolucin chinapresagiaba el triunfo de otras muchas, poniendo en peligro de muerte a todo el capitalismo.

    Paralelamente, recin iniciada la Guerra Fra por el imperialismo, el conservador dirigente britnico Churchillteorizaba sobre la necesidad de construir un Teln de Acero para contener a los comunistas y supuestamentepeda al presidente norteamericano Truman que se agrediera a la URSS con la bomba atmica mediante unataque preventivo. Churchill no fue un personaje cualquiera, sino uno de los dirigentes ms influyentes delImperio britnico, abanderado del colonialismo ingls y de la participacin de su pas en la I Guerra Mundial,responsable por tanto de muchos millones de muertos y de sufrimientos de pueblos. Esa fue la verdaderarazn del retraso en la publicacin de Rebelin en la granja. Orwell, naturalmente, durante la guerraantifascista no pudo ver publicada su obra antisovitica hasta el fin del conflicto, puesto que hubiera sidobastante torpe por parte los Gobiernos occidentales aliados a la URSS, que se jugaban la vida contra losnazis, criminalizar de esa manera a un Gobierno amigo. Por otra parte, en aquellos momentos, desde elmodelo orwelliano, sera difcil comprender para la opinin pblica occidental y mundial cmo era posibleque el pueblo sovitico luchara con tal grado de sacrificio y herosmo, expulsando a los nazis de Europa:todos los otros regmenes burgueses, donde s haba libertad, se haban desplomado rpidamente y habancolaborado con los nazis.

    Fue en relacin con estos acontecimientos cuando se colocaron en los estantes de las libreras los primerosejemplares de Animal farm. Justamente la publicacin coincidi con el fin de la II Guerra Mundial y ladisolucin de la alianza antifascista entre Inglaterra, EE.UU. y la URSS. La primera edicin es exactamente9 Grey, Ian: Stalin, Tomo 2, p. 355. Biblioteca Salvat de grandes biografas. Salvat editores, Barcelona 1984.10 Citado por: Grey, op. cit, p. 355.11 Pauwels, Jacques: El mito de la guerra buena. EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial, pp. 206-207. Ed. Argitaletxe Hiru,Guipzcoa 2002.

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  • de 1945 en Inglaterra, publicada por Secker & Wargburg, de Londres, y de 1946 en EE.UU., publicada porHarcourt, de Nueva York. Los Gobiernos capitalistas, que inminentemente iban a promocionar Rebelin enla Granja, estaban valorando diferentes opciones para agredir a la URSS: desde rearmar a unidades alemanascomo brigadas de choque para atacar a los soviticos, hasta el lanzamiento de bombas atmicaspreventivas. El prestigio que tena la URSS entre todos los trabajadores del mundo, fundamentalmente loseuropeos que sufrieron las atrocidades nazis, era enorme, as como entre sectores intelectuales y populares,cuyo reflejo se poda seguir en la gran influencia que tenan algunos partidos comunistas. Haca faltadesmontar este prestigio para barrer la oposicin de la opinin pblica mundial a una agresin armada contralos que liberaron Europa del nazismo, y las novelas de Orwell venan como anillo al dedo para este fin, yaque eran un buen instrumento para difundir entre la llamada cultura de masas, igual que lo fueron despus lasversiones cinematogrficas de sus obras. Por ello es absurda la explicacin que da Pepe Gutirrez acerca de laluna de miel y el reparto del mundo como motivo de la no publicacin de Animal farm.

    Adems de Rebelin en la granja, una de las obras que ms influy en la construccin del totalitarismooccidental contra los comunistas fue 1984. En ella se muestra una panormica del socialismo en la URSSsimilar un a un delirante drama totalitario y monstruoso, con un Gran Hermano (Stalin) que tena un controlsocial absoluto sobre los individuos sometidos a su dominio, mediante un sofisticado mecanismo de controlmental. Esta obra se convirti en lectura obligada para los oficiales de la CIA y un organismo dependientellamado Consejo de Estrategias Psicolgicas, adems de que la OTAN utiliz todo el vocabulario de estanovela durante los aos 50 en su estrategia anticomunista.12 Es interesante saber como se gest este libro,puesto que al parecer, fue un plagio que hizo Orwell a otro desencantado del bolchevismo, en este caso unescritor ruso, segn la opinin del escritor Emilio J. Corbire:

    El de Orwell fue un plagio consciente, ya que l mismo lo explic en otro de sus trabajos. La tramaargumental, los principales personajes, los smbolos y el clima de su narracin, pertenecieron a un escritorruso de principios de siglo, totalmente olvidado: Evgen Zamiatin. En su libro Nosotros, el rusodesilusionado del socialismo despus del fracaso de la revolucin de 1905, dedic sus esfuerzos aanatematizar al partido socialdemcrata obrero fundado por Jorge Plejanov. Cuando sobrevino la revolucinde Octubre en 1917, Zamiatin se exili en Pars, donde escribi su obra pstuma anticomunista.13

    Esta opinin tambin es compartida por el historiador Isaac Deutscher en su obra The Mysticism of Cruelty,un ensayo sobre 1984, donde afirma que Orwell

    tom prestada la idea de 1984, el argumento, los principales personajes, los smbolos y toda la situacin delargumento de la obra Nosotros de Evgeny Zamyatin14

    Vemos como tras la imagen de gran escritor, se esconde la realidad de un plagiador de historias, que sirvieronpara elaborar modelos tericos y acadmicos sobre el funcionamiento del socialismo en la Unin Soviticatotalmente ajustados a los requerimientos del imperialismo en la Guerra Fra anticomunista. El impacto de1984 fue tremendo entre la poblacin, llegndose a crear un ambiente de paranoia anticomunista yantisovitica muy efectivo entre las masas, como demuestra el inquietante testimonio personal de IsaacDeutscher:

    Ha ledo usted ese libro? Tiene que leerlo, seor. Entonces sabr usted por qu tenemos que lanzar labomba atmica sobre los bolcheviques! Con esas palabras, un miserable ciego vendedor de peridicos merecomend en Nueva York 1984, pocas semanas antes de la muerte de Orwell.15

    12 Stonor Saunders, Frances, obra cit., p. 413. 13 Corbire, Emilio: George Orwell no escribi, en realidad, 1984. Argenpress, 27/09/2002. http://w1.875.telia.com/~u87515926/perfil22.htm14 Citado por Stonor Saunders, Frances, obra cit., p.416. 15 Deutscher, Isaac: Heretics and renegades. Hamish Hamilton Ltd, 1956. Citado por: Fyvel, T. R.: George Orwell: vida yliteratura, prlogo, p.12. Editorial Alfa, Barcelona 1984.

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  • Paradojas de la historia: es en el mundo libre que defendi Orwell donde se han cumplido sus ms siniestrasprevisiones. La televisin de 1984 se est utilizando para el control social ms refinado mediante la hipnosismasiva y el lavado de cerebro, para rebajar la cultura de las masas a un embrutecimiento sin precedentes,anulando toda capacidad de crtica y de mentalidad abierta y constructiva, a travs del pensamiento nico.Qu contraste con los regmenes del Gran Hermano, como la Cuba socialista, donde la televisin se utilizapara estimular la capacidad crtica de los ciudadanos, para la enseanza masiva universitaria y la elevacin dela cultura entre las masas mediante los canales universitarios y culturales. Orwell y sus seguidores saban biendonde disparaban.

    3. NOTAS SOBRE EL PENSAMIENTO POLTICO DE GEORGE ORWELL

    Orwell fue ante todo un gran individualista, con unas importantes contradicciones personales y unosprejuicios que le llevaron a oscilar por varios caminos sin poder comprometerse de manera estable ypermanente con nada que no fuera l mismo, de tal manera que, cuando se desencant de unos procesossociales que l fue incapaz de interpretar de forma correcta y cientfica, acab despotricando contra lo que lcrea objeto de su ira. Lo podemos ver en la aguda descripcin de Corbire:

    Quin era Orwell? Un francotirador, un escptico que dedic sus esfuerzos a describir con criteriomaniqueo las grandes contradicciones sociales y polticas de nuestro tiempo. Anarquista, semitrotskista enEspaa, laborista en Inglaterra, pensador libre, antisemita encubierto, sus ideas reales dejan trascender unasuerte de elitismo. Posea una imaginacin intensa pero su metodologa de pensamiento era restringida,unilateral.16

    Como Orwell muy raramente escribi concretamente acerca de su ideologa, es obligatorio repasar sutrayectoria literaria para tratar de sacar a la luz algunos aspectos de su pensamiento poltico, trabajo hecho,entre otros, por J.F. Galvn17 (desde la plena identificacin con la vida y la obra de Orwell). Adems de susfamosas novelas, se puede seguir su evolucin ideolgica a travs de otros escritos donde plasma, de manerafragmentaria, su visin poltica. Orwell proceda de una familia humilde y era hijo de un modesto funcionarioimperial de la India. La toma de conciencia del escritor se sita en la dcada de los 20, cuando se enrol en laPolica Imperial britnica en Birmania, permaneciendo all desde 1922 a 1927. De sus vivencias extrajovarios escritos, el ms famoso de los cuales fue la novela Burmese Days (traducido en Espaa como LaMarca), donde muestra las injusticias de la poltica imperialista britnica en Asia. En estos escritos, secomienzan a vislumbrar los elementos del pensamiento poltico orwelliano, que nunca tendrn un contenidoconcreto y definible:

    De tal manera le obsesionaba la situacin de ser un miembro de la clase opresora que ello le llev asimpatizar con los oprimidos e incluso al volver a Europa a considerar la sociedad inglesa desde estaperspectiva, es decir, vea a la clase trabajadora como la oprimida y a los poseedores de capital comoopresores. Es importante hacerse eco de esta visin colonialista y simplista del problema de las clasessociales para comprender bien los derroteros de su evolucin posterior, caracterizada por su falta deconocimiento profundo de la poltica y su carencia de ideologa concreta. Lo que lo mueve es ese sentimientohumanitario de opresor que quiere ponerse de parte del oprimido.18

    En su retorno a Inglaterra, decide conocer en su propia piel la vida de las capas ms bajas de la sociedad, enuna actitud ms parecida a la de un Cristo que quiere redimir a los pobres, que a la de un cientfico social que

    16 Corbire, Emilio J, obra cit.17 Galvn Reula, Juan Fernando: George Orwell y Espaa. Coleccin Textos y prcticas docentes, Secretariado de Publicaciones,Universidad de La Laguna, Tenerife, 1984.18 Idem, p.27

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  • busca conocer la realidad para transformarla. Por ello, decide irse a vivir como vagabundo a un barrio popularlondinense para tener un contacto directo con los estratos ms desarraigados. En 1928 viaja a Pars, donderepite la misma experiencia sufriendo en carne propia la miseria. En sus escritos de la poca plasma con grandesesperanza y pesimismo actitudes que no abandonar jams el retrato del mundo de los marginados:

    El retrato de la miseria, la suciedad y el nivel infrahumano de vida asalta al lector con violencia,ofrecindole una visin acre de la realidad, con tintes dramticos. La descripcin detenida, con un ciertoregodeo a veces en lo ms desagradable (los bichos, la humillacin de las instituciones de caridad pblica, elfro, la suciedad...) produce un efecto provocador. (...) En general, el pesimismo y lo repugnante impregnantoda la obra.19

    Sobre su obsesin por los desarraigados sociales, su amigo Fyvel piensa que Orwell debi frecuentar elinframundo debido en gran parte a las dificultades que tena el escritor, a su regreso de Birmania, paraencontrar un trabajo respetable20, aunque Orwell lo explicara ms tarde con esta versin:21

    Cuando pensaba en pobreza, la consideraba en trminos de indigencia absoluta y por consiguiente miimaginacin se volva hacia los casos extremos, hacia los parias sociales: los vagos, los mendigos, loscriminales, las prostitutas, que eran lo peor de lo peor y con quienes yo quera entrar en contacto. Lo que yodeseaba profundamente en esa poca era encontrar un camino para salir de una vez para siempre del mundorespetable.

    En los aos treinta encontr trabajo como profesor en una escuela privada inglesa y public algunas obras. En1936, viaj al norte del pas para conocer la situacin de la clase obrera, conviviendo con los parados, losmineros y otras vctimas de la crisis econmica.22 En este proyecto colabor con el Partido LaboristaIndependiente (ILP), pequeo grupo izquierdista que haba oscilado entre la Internacional Comunista y eltrotskismo. Esto no le supuso a Orwell un mayor inters por la teora y la formacin poltica, sino que siguifascinado an ms por los estratos sociales ms miserables el lumpenproletariado permaneciendo ajenoa las explicaciones cientficas de la pobreza y las desigualdades de clase:

    El tratamiento de las diferencias de clase viene marcado por la idea de que lo que separa a la clase media dela trabajadora no es tanto el dinero como el conjunto de tradiciones heredadas a travs de la educacin(gustos culinarios, en los vestidos, lecturas, diversiones...). Una de las barreras ms importantes la constituyeel olor; desde pequeo Orwell ha pensado que los pobres olan. Con su descenso a los abismos de lamiseria quera tener contacto directo con los otros hombres y lograr deshacerse de sus prejuicios. Perocomprueba que saltar los obstculos no es posible ms que en el mbito de una estricta penuria, entremendigos y vagabundos, totalmente insensibles a los rasgos de clase.23

    Precisamente Orwell era ms bien un adversario de los que utilizan las ciencias sociales para explicar laexplotacin, la miseria y el funcionamiento del capitalismo. Es por ello que critica a los marxistasdogmticos, que centran sus anlisis en los aspectos econmicos de la sociedad y que buscan solamente,segn l, una utopa materialista, despreciando todos los otros valores. Adems reprocha a los marxistasque se dirijan solamente a la clase obrera y desprecien a la pequea burguesa como factor constituyente delproletariado:

    Al desdear toda asociacin con creencias religiosas, patriticas y militares han dejado escapar piensaOrwell unos elementos muy arraigados en la tradicin europea, que son reivindicados por el fascismo. (...)La defensa que hace el escritor de estos valores lo lleva a propugnar el apoyo en la lucha socialista de las19 Idem, pp. 28 y 29.20 Fyvel, obra cit., p. 35.21 Orwell, George: El camino a Wigan, citado por: Fyvel, obra cit., pp. 34 y 35.22 Galvn Reula, obra cit., p. 35.23 Idem, p. 43.

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  • clases medias. Propone el abandono de la jerga marxista que ataca a la pequea burguesa y dice que debequedar claro que el proletariado no lo constituye slo la clase trabajadora, sino tambin los comerciantes, losempleados, los viajantes, etc.24

    Solamente desde un espritu de provocacin, o cuando menos de contradiccin perpetua por parte del escritorse puede explicar sus decisiones, puesto que en la guerra de Espaa l tom partido por una formacinpoltica (el POUM) que utilizaba el mismo discurso que l condenaba la revolucin proletaria pura y elenfrentamiento con las clases medias y la pequea burguesa, frente a los marxistas del PSUC (PartidoSocialista Unificado de Catalua) y el PCE (Partido Comunista de Espaa) que buscaban una alianza declases con la pequea burguesa con el objetivo de construir un bloque antifascista para ganar la guerra demanera prioritaria. Mientras tanto, Orwell persiste en darle a su socialismo una dimensin sentimental,alejndose definitivamente de una concepcin cientfica y analtica de la sociedad cuando reclama a losmarxistas hablar:

    menos sobre conciencia de clase, expropiacin de los expropiadores, ideologa burguesa, ysolidaridad proletaria, sin mencionar las hermanas sagradas, tesis, anttesis y sntesis; y ms sobre justicia,(y) libertad 25

    Orwell estuvo muy marcado pon la guerra de Espaa, y en sus obras posteriores siempre hubo una influencianotable de aquella experiencia. Tambin se caracteriza por su falta de compromiso permanente, que se habamanifestado cuando decidi afiliarse por un breve tiempo al ILP, afiliacin que era coyuntural, ya que comoel mismo deca en el peridico New Leader, todo escritor debe mantenerse fuera de la poltica menos en lapoca en la que puede triunfar el fascismo que significara la imposibilidad de escribir26 (y adems, de paso,el fin de los ingresos econmicos de los escritores).

    4. LA CONEXIN CATALANA DE ORWELL: INTERPRETACIONES ORWELLIANAS DE LAGUERRA CIVIL ESPAOLA.

    Es importante detenerse en lo que ha significado para la comprensin de la historia de la Guerra Civilespaola el papel de Orwell. Porque, de igual manera que Orwell creara ms tarde un modelo orwellianode interpretacin de la sociedad sovitica, si bien no public sobre el conflicto espaol trabajos tan tericoscomo Animal farm o 1984, sus impresiones sobre nuestra guerra han generado una especie de modeloorwelliano, que ha inspirado, con sus respectivas variaciones y aportaciones, a sectores anarquistas,poumistas, trotskistas y otros. El modelo orwelliano tiene extensas ramificaciones, algunas de las cuales hansido desarrolladas por ilustres compaeros ideolgicos de Orwell, como se ver despus.

    Con su elevado bagaje terico, Orwell lleg a Barcelona a finales de 1936, donde entra en contacto con elPOUM gracias a los lazos que ste tena con el partido de Orwell, el ILP. La atmsfera de Barcelona impactrpida y profundamente en Orwell, muy dado, como hemos visto, a las percepciones superficiales,sentimentales y moralistas. La revuelta capital catalana, con sus calles llenas de gentes armadas y vestidas alo proletario con el mono azul y con las colectivizaciones anarquistas, el derrumbe del Estado y lacatica multiplicacin y fragmentacin de poderes, son las pruebas determinantes para l de la existencia deuna revolucin en curso, de un igualitarismo obrero.

    El inactivo y estril frente de Huesca defendido por unos pocos efectivos fascistas, frente a las heterogneascolumnas milicianas, aunque fue militarmente nulo comparado con las grandes batallas de Madrid,Guadalajara, el Ebro y otras, impact decisivamente en Orwell, uno de tantos intelectuales de la pequea

    24 Idem, p. 44.25 Orwell, George: Wigan Pier, pp. 202-203. Citado en: Galvn Reula, obra citada, p. 45.26 Galvn Reula, obra citada, p. 143.

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  • burguesa que conceba las luchas de masas como un proceso ideal y aventurero, quizs hasta romntico,donde lo formal y las actitudes aparentes cuentan ms que el contenido y las tendencias polticas. De estamanera, Orwell pudo disparar unos cuantos tiros en las trincheras mezclado entre los milicianos del POUM,llegando a ser herido de bala. Con esta experiencia escribi Homenaje a Catalua, donde recoge susaventuras en las trincheras y los combates callejeros en la Barcelona de los primeros das de mayo de 1937 lo que se conoci como los Sucesos de Mayo entre el POUM y algunas fuerzas anarquistas de la CNT-FAI (Confederacin Nacional de Trabajadores-Federacin Anarquista Ibrica), contra las fuerzas quedefendan el Frente Popular: el PSUC, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el Gobierno autnomocataln. A travs de Homenje, Orwell construye una imagen idealizada y victimista del POUM, que sirve paradesprestigiar la poltica comunista y la estrategia de frente antifascista para ganar la guerra. Segn l, loscomunistas tenan como nico objetivo aplastar la supuesta revolucin y devolverle el poder a la burguesasiguiendo instrucciones de la URSS y para ello no dudaron en destruir al POUM, un partido supuestamenteinocente que no molestaba a nadie.

    Homenaje a Catalua se convirti rpidamente en un libro de culto entre los seguidores de las fuerzaspolticas de la extrema izquierda anticomunista, y ha sido considerada como un modelo de explicacin de laguerra civil absolutamente verdico27. Basndose en una distorsionada interpretacin de este episodiobarcelons, los orwellianos desarrollaron su explicacin de la guerra que tena como argumento eldesprestigio de la actitud comunista en la Guerra Civil, salpicando de lleno a la poltica de la URSS hacia laRepblica, mediante una supuesta traicin por parte de los comunistas estalinistas teledirigidos a miles dekilmetros desde Mosc. En un trabajo posterior tendremos ocasin de analizar tanto las falsificaciones deOrwell como las maquinaciones del POUM, que persegua el hundimiento de la retaguardia republicana.

    La escuela orwelliana sobre la Guerra Civil y el movimiento comunista espaol est representada tanto porantiguos militantes del POUM como Julin Gorkin y Vctor Alba, como por historiadores famosos comoPierre Brou y Burnett Bolloten, algunas de cuyas obras recibieron amplia publicidad durante la Guerra Fra,sobretodo las de este ltimo.

    Uno de los personajes ms destacados, vinculado a la conexin catalana de Orwell, fue el historiador catalnVctor Alba, antiguo militante del POUM. Alba estuvo bien relacionado con Orwell, tal y como explica PabloLey, escritor que conoci a Alba y que, por cierto, llev al teatro una versin de Homenaje a Catalua:

    Tuve ocasin de conocerle hace un par de aos y fue l mismo quien me cont que, porque hablaba ingls,le asignaron la fastidiosa misin de ensearle Barcelona a aquel extranjero annimo y callado que era Orwell(en realidad Eric Blair). Alba era entonces un joven de 20 aos y no sospechaba que tena ante s a uno de losescritores ms relevantes del siglo XX y al escritor que hara que la memoria del POUM se mantuviera vvidaen la conciencia del mundo. Y al fin pienso que fue con Alba donde tuvo comienzo el verdadero inicio de eseItinerario por la Barcelona de Orwell que se alza sobre la memoria deleznable de Stalin, el Gran Hermano.28 Vctor Alba se caracteriz por su gran nmero de publicaciones anticomunistas tras la Guerra Civil y porescribir versiones favorables al POUM y a la revolucin anarcosindicalista catalana. Despus de su exilio aFrancia y a Mxico, inmediatamente pas a ser profesor en la universidad de Kent, EE.UU. Contrasta estepremio con la postura que tuvo el Gobierno norteamericano con los combatientes internacionalistas delBatalln Lincoln en Espaa, que al regresar a su pas fueron perseguidos, expulsados de sus trabajos yrepresaliados en el Comit de Actividades Antinorteamericanas dirigido por el senador ultraderechistaMcCarthy. Como testimonio, las palabras de Milton Wolff, ltimo comandante del Batalln Lincoln:

    27 Esta es la tesis, entre otros muchos, de Galvn Reula.28 Ley, Pablo: Paseando con Orwell. ElPas-Catalua, 17/03/2003.http://www.pce.es/foroporlamemoria/documentos/paseando_orwell.htm

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  • Yo y los dems brigadistas en mi pas ya ramos rojos peligrosos, Tuve que declarar ante cinco comits dela caza de brujas y me cost mucho encontrar un modesto empleo29

    Alba no solamente recibi un gran reconocimiento profesional, sino que adems sus obras, entre las quedestacan las relativas a la historia del POUM y a la historia del marxismo en Catalua, fueron ampliamentedivulgadas. Alba, al parecer, haba sido acusado desde sectores comunistas de ser un agente de la CIA, y a suregreso a Espaa tuvo una columna fija en el peridico Avui, en la rbita del nacionalismo conservadorcataln. Alba, otro orwelliano importante, es otro de los ejemplos de como un revolucionario, siempre quesea anticomunista, puede llegar a ser muy querido por personajes reaccionarios como Federico JimnezLosantos:

    Vctor Alba es de los pocos que ha intentado entender y explicar el gran fenmeno totalitario de nuestrotiempo: el comunismo. O lo que en trminos acadmicos suele llamarse estalinismo por no molestar. (...)Vctor Alba es uno de los nuestros. De los ms nuestros. Porque tanto en lo que excede como en lo que falta,en lo que sobra como en lo que no llega, testimonia, da fe de una voluntad verdadera que siempre nos falta.30

    Julin Gorkin y Burnett Bolloten: el gran camuflaje de la manipulacin histrica.

    De toda la plyade de orwellianos, los que han tenido mayor capacidad de exponer y divulgar sus obras condiferencia, ha sido el do constituido por Julin Gorkin y Burnett Bolloten. Julin Gorkin fue un intrigante,oscuro y siniestro personaje. Haba sido uno de los fundadores del PCE un viejo bolchevique espaol quefue posteriormente expulsado del partido en 1929. Vivi parte de los aos treinta en Pars, siendo mantenidopor Doriot, agente de Hitler31. Doriot haba sido otro viejo bolchevique, dirigente comunista insigneexpulsado del Partido Comunista Francs, y tras su expulsin form un grupsculo de extrema izquierda,relacionado entre otros con el partido de Orwell, el ILP, partido que haba coqueteado con Trotsky; Doriotevolucion hacia el fascismo y acab siendo un destacado colaboracionista de los nazis en la Franciaocupada. Como es bien sabido, Gorkin, tras la guerra espaola y su posterior exilio fue reclutado por laCIA32, convirtindose en un importante agente del imperialismo yanqui. Bolloten, por su parte, haba sido unperiodista que estuvo en la Guerra Civil, comprometindose con la causa republicana; haba sido tambinsimpatizante y amigo de los comunistas. Tras el conflicto, fue variando su postura conforme las cosas seponan difciles en el mundo libre, deslizndose progresivamente hacia el anticomunismo.

    La primera obra de Bolloten sobre nuestra guerra, de 1961, aunque no se pudo relacionar con Gorkin y porlo tanto con la CIA ya persegua claramente ciertos objetivos. Con un ttulo tremendamente sugerente, Elgran camuflaje: La conspiracin comunista en la Guerra Civil espaola, Bolloten busca la demostracinde la existencia de un complot sovitico en Espaa, para esconder la revolucin social que se estabaproduciendo en la zona republicana ya que eso contrariaba supuestamente los intereses de la polticaexterior de la URSS, hasta el punto de que los comunistas asumieron todo el poder en Espaa, de maneradictatorial, cumpliendo rdenes soviticas.33 Bolloten fue casi el nico escritor extranjero no franquista quepudo atravesar la censura espaola y ver publicada su obra. Fue tan altamente valorada que cont con elprivilegio de ser prologada nada menos que por el ministro franquista Manuel Fraga Iribarne. Las tesis deEl gran camuflaje son totalmente manipuladas, como se ver ms adelante, pero gracias a ellas Fraga pudoapoyarse en una obra erudita y acadmica para sostener que los comunistas conquistaron el poder en laEspaa roja y que una victoria republicana habra significado una dictadura sovitica,34 con lo cual todo lo

    29 Entrevista a Milton Wolff en La Vanguardia, 06/11/2003. http://www.alay.com/hist1616.html30 Jimnez Losantos, Federico: Vctor Alba: El republicano cabreado.http://www.arrakis.es/~corcus/losantos/losnuestros/alba.htm31 Benavides, Manuel: Guerra y revolucin en Catalua, p. 365. Editorial Roca, Mxico D.F., 1978.32 Stonor Saunders, Frances, obra cit., pp. 483, 484 y 487. 33 Southworth H. R.: El mito de la cruzada de Franco, pp. 148-156, Ruedo Ibrico, Pars 1963.34 Idem, p. 149.

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  • que hizo Franco para salvar a Espaa estuvo totalmente justificado, crmenes incluidos. No hay mejorelogio para la obra de Bolloten que la de Calvo Serer, notable intelectual franquista del Opus Dei:

    El mito que la propaganda internacional intent crear en torno a la Repblica agonizante comienza adeshacerse en las pginas eruditas y fras de este periodista angloamericano35

    Como ha puso de relieve el historiador norteamericano Southworth, la obra, aunque discuta las tesis y mitosfranquistas insostenibles, como las negaciones de las matanzas (Badajoz, el bombardeo de Guernica, etc.),tena unas ventajas incontestables para el franquismo, ya que le proporcionaba una legitimidad acadmica a lacruzada contra el bolchevismo. Todos los crmenes eran asuntos menores que no enturbiaban una empresasuperior: evitar que Espaa cayera en una dictadura comunista. Por lo tanto, fue de gran utilidad:

    Fraga Iribarne, patrocinador del libro de Bolloten, saba que ste negaba algunos mitos franquistas, peroevidentemente pens que an as su propaganda ganara ms que perdera.36

    Por fortuna, ha sido establecida recientemente por Southworth37 de manera brillante, la relacin entre losorwellianos Gorkin y Bolloten. Gracias al historiador, el turbio papel de Gorkin y de los que sostienenmitos semejantes ha sido desenmascarado. Gorkin tuvo un papel fundamental en la destruccin del enormeprestigio que tena la causa de la Repblica entre sectores progresistas y antifascistas de todo el mundo.Adems de dar conferencias por Amrica Latina y publicar un gran nmero de artculos periodsticos porencargo de la CIA, se encargaba del redactado y manipulacin de varias obras anticomunistas, como lasatribuidas a un analfabeto ex-comunista y ex-comandante republicano, Valentn Gonzlez (el Campesino):Vida y muerte en la URSS y Comunista en Espaa y antiestalinista en la URSS que recibieron una granpublicidad de la CIA. Todas estas obras manipuladas fueron utilizadas como verdades incontestables en lasobras de las obras de Bolloten que se comentarn despus.

    Precisamente una de las tareas que la CIA le asign a Gorkin fue la manipulacin de la historia de la GuerraCivil en clave anticomunista. Para ello, aunque no era la persona ideal, fue nombrado por la CIA delegadolatinoamericano por el Congreso para la Libertad de la Cultura (CCF en ingls, institucin creada yalimentada por la CIA para agrupar a intelectuales y artistas anticomunistas), con la intencin de centrarsesobretodo en la manipulacin de la historia de la Guerra Civil:

    Gorkin no era el hombre ideal para la propaganda de los Estados Unidos en Latinoamrica; peroprobablemente era imposible encontrar un latinoamericano autntico que se hubiera arriesgado a promocionarla propaganda yanqui al sur del Ro Grande. El nombramiento de Gorkin se produjo sin duda por tratarse delhombre apropiado en el momento apropiado. Su curriculum vitae era extremadamente anticomunista y ltena una cierta experiencia periodstica. (...) El CCF, inspirado por la CIA, le permiti a su delegadolatinoamericano que centrara sus esfuerzos, no en los apremiantes problemas de Centro y Suramrica, sinoen la Guerra Civil espaola, para dedicar su tiempo a vilipendiar uno de los aspectos ms importantes de lahumanidad en su lucha contra el fascismo.38

    Gorkin, en su labor de destruccin de la causa republicana, no dud en reunir en su entorno a una amalgamade intelectuales anticomunistas, desde antiguos poumistas hasta fascistas, que colaboraban en los proyectosde la CIA, tal y como se reconoce por la propia Fundacin Andreu Nin, heredera de lo que fue el POUM:

    35 Calvo Serer, citado por Southworth, El mito, p. 151, Ruedo Ibrico, Pars 1963.36 Southworth, El mito, p. 153.37 Southworth, Herbert R.: El gran camuflaje: Julin Gorkin, Burnett Bolloten y la Guerra Civil Espaola. En: Preston,Paul (ed): La Repblica asediada. Hostilidad internacional y conflictos internos durante la Guerra Civil. EdicionesPennsula, Barcelona 2001.38 Idem, pp. 484-485.

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  • En 1953 fue uno de los fundadores del Congreso Por la Libertad de la Cultura. (...) Gorkin pas a ocupar ladireccin de la revista de la organizacin, Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura, fundadaese mismo ao. La direccin de esta revista sera el empleo ms estable que jams llegara a tener. Junto aGorkin se incorpor Ignacio Iglesias, antiguo poumista asturiano, como jefe de redaccin. Cuadernos, pese aestar radicada en Pars, se diriga principalmente al pblico sudamericano, contando con colaboradores delexilio y la oposicin interior espaola y autores de distintos pases de Amrica Latina. En Cuadernosescribieron, entre otros, Salvador de Madariaga, Aranguren, Ferrater Mora, Amrico Castro, Vctor Alba,Camilo Jos Cela y Dionisio Ridruejo.39

    Una muestra de las manipulaciones ms groseras del orwelliano Gorkin se encuentra en la coleccin deartculos publicados bajo el ttulo Espaa, primer ensayo de democracia popular, donde se incluan 30pginas del libro de Jess Hernndez (ex-ministro comunista durante la guerra, que rompi con el PCE) Yofui ministro de Stalin, que haba sido reelaborado por rdenes de Gorkin. El objetivo, entre otros, era exagerarla importancia del asesinato del dirigente del POUM Andreu Nin, para colocarlo como el suceso msimportante de la Guerra Civil, y elevar artificialmente, de esta manera, la importancia poltica del POUM ydel propio Gorkin durante el conflicto blico40. Gorkin tambin fue nombrado por la CIA director de losCuadernos del Congreso para la Libertad de la Cultura, desde donde

    se encargaba, quizs por propia iniciativa, de atacar la gestin de la Repblica espaola durante la GuerraCivil y especialmente a los comunistas espaoles, que resultaron ser los que con ms celo haban luchadocontra el bando fascista.41

    Gorkin tambin estuvo trabajando muy activamente para evitar que al poeta chileno Pablo Neruda se leotorgara el Premino Nobel de Literatura de 196442. Neruda, adems de ser comunista, haba sido embajadorchileno durante la guerra espaola, y posteriormente fue nombrado por su Gobierno embajador especial enPars para gestionar la acogida de miles de refugiados republicanos en Chile, donde tuvo una meritoriaactuacin al rescatar a ms de dos mil refugiados de los infames campos de concentracin franceses. Pareceque esto no fue del agrado de Gorkin y de su Ministerio de la Verdad, del cual fue un celoso y cumplidorpolica del pensamiento.

    Bolloten tuvo una gran responsabilidad a la hora de difamar a la Repblica y a los comunistas siguiendo elpatrn orwelliano. Los ttulos de sus obras (en realidad una sola que fue algo variada en otras dos ediciones)son claramente indicativos de sus manejos e intenciones: El gran camuflaje: La conspiracin comunista enla Guerra Civil espaola (1961), La revolucin espaola: La Izquierda y la lucha durante la Guerra Civil(1979) y La Guerra Civil espaola: Revolucin y Contrarrevolucin (1991). Gorkn, Bolloten y Orwell, dealguna manera, han formado la elite encargada de manipular la historia sobre nuestra guerra. Bolloten seasoci con Gorkin, quien le proporcionaba sus fuentes y escritos bien manipulados conociendoperfectamente ambos que eran falsas para escribir sus obras anticomunistas acerca de la Guerra Civil segnlas necesidades de la CIA:

    Lo que tena ms valor para la CIA (...) era el incesante esfuerzo de Bolloten por revisar la historiografa dela Guerra Civil espaola. Desde esta perspectiva, el libro de Bolloten, en sus tres variantes, fue la obramaestra de la labor encubierta de Gorkin para la CIA43

    39 Ramrez Ferri, Marc: Julin Gorkin, la vida de un luchador. Fundacin Andreu Nin. http://www.fundanin.org/ferri.htm40 Idem, p.461.41 Idem, p.477. 42 Stonor Saunders, Frances, obra cit., p. 487. 43 Southworth, Herbert R.: El gran camuflaje: Julin Gorkin, Burnett Bolloten y la Guerra Civil Espaola. En: Preston,Paul (ed): La Repblica asediada. Hostilidad internacional y conflictos internos durante la Guerra Civil, p.483. EdicionesPennsula, Barcelona 2001.

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  • Todos ellos, junto con Vctor Alba y otros antiguos poumistas y discpulos de Orwell, construyeronprcticamente una escuela propia de interpretacin de la Guerra Civil y de la izquierda espaola de acuerdocon los intereses de la CIA. Se trataba de dar una versin maniquea extremadamente anticomunista delconflicto que situara a los verdaderos revolucionarios como vctimas traicionadas por Stalin y por loscomunistas espaoles aliados de la burguesa espaola, simplificando al mximo la complejidad de las luchasen la retaguardia republicana y el hecho de que hubieran vctimas y represiones en las que participaron todoslos grupos polticos y sindicales. El papel de la sublevacin fascista en estas obras se presentaba como algoanecdtico y ms que secundario. Pero lograron crear en ciertos ambientes acadmicos y grupos izquierdistasel efecto perseguido, que se tradujo en una inmediata repercusin meditica anticomunista: documentalestelevisivos, artculos de prensa, libros, etc., que mostraba una historia oficial de la guerra completamentefavorable a los orwellianos y muy desfavorable para los comunistas y el Gobierno de la Repblica. Esoimplicaba, naturalmente, admitir ciertas tesis similares a las franquistas. Bolloten, al final, no tuvo ningnreparo en justificar abiertamente a Franco, cuando inclua en sus libros pasajes de este estilo:

    al final de la guerra, el general Franco no luchaba ya realmente contra el Frente Popular, sino contra unadictadura comunista44

    Las concepciones orwellianas del tndem Bolloten-Gorkin de los que no se tiene noticia que hubieran tenidoactividades antifascistas durante la II Guerra Mundial estaban orientadas ante todo a producir el efectobuscado por el imperialismo norteamericano: criminalizar y destruir el movimiento de simpata hacia la causade la Repblica espaola siguiendo la lnea represiva iniciada desde haca unos aos por el imperialismo:

    Cuando termin la Guerra Civil, la opinin pblica norteamericana estaba mayoritariamente a favor de laRepblica espaola. Esta postura comenz a flaquear tras el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando laGuerra Fra engendr una atmsfera irrespirable en Estados Unidos (y en otros lugares). La Agencia Centralde Inteligencia, fundada en 1946, protagoniz un giro definitivo hacia la derecha, que se reflej en todos losaspectos de la vida americana. El FBI consideraba que la simple afinidad con la Repblica espaola era raznsuficiente para abrirle una ficha a cualquiera.45

    Como explica el historiador Southworth, el argumento orwelliano de Bolloten, que consiste en criminalizar ydesprestigiar la participacin de los comunistas en el conflicto espaol, conlleva, proyectndolo a escalaeuropea, que no haya tenido ningn sentido la lucha contra el fascismo que hubo en el continente:

    El libro de Bolloten, en sus tres versiones, representa un ataque a gran escala contra todos los movimientosde la resistencia en Europa. La historia de la Guerra Civil espaola (...) se transforma en (...) la crnica de laprimera accin defensiva contra la plaga fascista. Bolloten trata de desvirtuar esta idea haciendo hincapi enel crecimiento y en la influencia de los comunistas durante la contienda. Este argumento, si lo aplicamos atoda la Europa ocupada, constituye una denegacin de cualquier justificacin para una guerra a escalamundial contra los poderes fascistas. La victoria contra el nazismo y el fascismo no se habra conseguido sinla ayuda de los comunistas en toda Europa. Fue una victoria de las fuerzas opuestas al fascismo en Alemania,Italia y otras partes de Europa. (...) Los movimientos de resistencia en Europa, tras la cada de Francia,movimientos contra los ocupantes nazis, siguen indefectiblemente el patrn espaol. La Guerra Civilespaola fue una guerra contra el fascismo y no puede separarse de otras luchas antifascistas que la siguieron.(...) La Guerra Civil espaola fue el primer enfrentamiento en la epopeya antifascista. El esfuerzo derrochadopor Bolloten para negar este hecho fundamental de la historia del siglo XX resta cualquier sentidopermanente a sus libros.46

    El modelo orwelliano aplicado a la Guerra Civil sirvi de base a grupos e intelectuales izquierdistas

    44 Nota 78 pie de pgina, citado por Southworth, obra cit., p.464.45 Southworth, op. cit, p. 48946 Idem, pp. 490 y 491.

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  • anticomunistas, que se vieron reforzados ms tarde por el cineasta Ken Loach, otro seguidor ilustre de lasvisiones delirantes de Orwell, en su antihistrica y manipuladora filmacin Tierra y Libertad (profusamenteelogiada en todos los medios burgueses), dndole al conflicto espaol una atmsfera romntica y aventurera,desde la particular visin que enfrentaba, como enemigos principales, a la revolucin encarnada por elPOUM y la CNT-FAI identificando falsamente estas fuerzas con la totalidad de la clase obrera con lacontrarrevolucin, impulsada por los estalinistas malvados y burgueses supuestamente las fuerzasburguesas y pequeo-burguesas. Curiosa pelcula, por otra parte, que relega la ofensiva del fascismo enEspaa a un plano residual, meramente anecdtico en las fantasas orwellianas y poumistas, y evita tratar lasituacin global del conflicto blico y de las grandes batallas antifascistas Madrid, Guadalajara, el Ebroque, a diferencia del tranquilo y semidesrtico frente de Huesca, posibilitaron prolongar la resistenciarepublicana casi tres aos.

    5. EL VERDADERO ORWELL: RACISMO, ANTISEMITISMO Y DEFENSA DEL IMPERIO

    De todos los rasgos que posee Orwell, habra que aadir algunos de los que no se comentan nunca y quetuvieron un gran peso en sus actitudes polticas, como su fobia contra los homosexuales, su extremoconservadurismo y su racismo solapado. Toda la combinacin de experiencias vividas y concepcionessociales nebulosas y abstractas, junto con sus fobias, fueron deslizando a Orwell rpidamente haciaposiciones marcadamente derechistas, aunque formalmente se segua considerando un izquierdista. Uno delos rasgos que ms desconocidos del escritor fueron sus manas persecutorias. Segn Isaac Deutscher, que loconoci personalmente, Orwell viva en un estado de angustia permanente similar a la paranoia:estaba obsesionado por las conspiraciones y (...) su forma de razonar en poltica me sorprendi como sifuera una sublimacin freudiana de una mana persecutoria.47 Esta actitud, junto con su incapacidad para percibir de manera cientfica y realista las cuestiones socio-polticas, le empujaron a convertirse en un colaborador directo del imperialismo ingls. Hacia el final de suvida, en 1949, decidi colaborar con pleno conocimiento de causa con los servicios britnicos de inteligencia,el Foreing Office, en concreto con el Departamento de Investigacin de la Informacin (IRD) al que leentreg una lista de 135 personas sospechas de ser simpatizantes o compaeros de viaje de los comunistas.En esta lista anot al lado de cada nombre los principales defectos de cada uno, revelndose la naturalezaracista y homfoba de Orwell, que pona su inters en destapar rasgos personales de los acusados. Porejemplo, a Stephen Spender, aunque trabaj para la CIA, le not una tendencia a la homosexualidad; aGeorge Padmore, pseudnimo de Malcolm Nurse, le acusaba de ser negro, de origen africano?,antiblanco y probable amante de Nancy Cunard; a Kingsley Martin liberal degenerado. Muy deshonesto;a Paul Robertson de ser muy antiblanco. Uno de los ms duramente atacados fue Tom Driberg, queconcentraba los peores vicios que tema Orwell: homosexual, se cree que es miembro clandestino yjudo ingls48. Orwell, que haba decidido colaborar con el IRD tras rechazarle una oferta para escribirartculos debido a su mala salud, denunci tambin a otros famosos artistas y escritores como CharlesChaplin, John Steinbeck y George Bernard Shaw.49 Curiosamente, esta lista, que confeccion a cambio deque el IRD promocionara su Animal farm, inclua gran cantidad de nombres sobre los que l mismo no tenasospechas de que fueran comunistas o simpatizantes50, ni de que estuvieran cometiendo actividades ilegales,aunque por el hecho de ser sealados por l podan ser marginados y perder sus trabajos.Por otra parte, la obsesin racista antisemita de Orwell puede seguirse en algunos fragmentos de sus obras, taly como ha puesto de manifiesto Corbire51:

    47 Citado por Stonor Saunders, Frances, obra cit., p.416. 48 Idem, pp. 417-418.49 Ramos, Rafael: Orwell delat a Chaplin. La Vanguardia, 23/06/1998, suplemento Vivir, p. 12. 50 Ramos, Rafael: Revuelo en Gran Bretaa por la revelacin de que Orwell delat a escritores comunistas. La Vanguardia,22/08/1996, p. 28.51 Corbire, Emilio J.: George Orwell no escribi, en realidad, 1984. Argenpress, 27/09/2002. http://w1.875.telia.com/~u8751

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  • El Imperio Britnico es sencillamente un aparato que sirve para darles monopolios comerciales a losingleses, o mejor dicho, a las pandillas de judos y escoceses (La marca). El dueo era un judo pelirrojo, un hombre extraordinariamente desagradable. Hubiera sido un placeraplastarle las narices a ese judo (Sin blanca en Pars y Londres). Los tres comunistas y el joven judo subieron por la calle y siguieron dndole a la solidaridad proletaria, a ladialctica y a lo que dijo Trotsky en 1917. En realidad, los cuatro eran iguales (Subir por la calle).

    Las frustraciones creadas por el idealismo roto de Orwell sirvieron para alimentar la rabia anticomunista yreforzar al imperialismo ingls, lo cual, junto con sus rasgos ms inquietantes como el racismo y lahomofobia, dan un cuadro muy diferente del que quieren pintar los orwellianos: no fue un sincero, limpio yhonesto revolucionario, sino un personaje individualista, un intelectual pequeo-burgus radicalizado quevomit toda su frustracin y su odio contra lo que l crea que debera de haber sido puro y perfecto mientras que l como progresista dejaba mucho que desear llegando al punto de traficar con los servicios deinteligencia del Imperio britnico.

    As, por paradojas del destino, Orwell, que haba luchado supuestamente a favor de la Repblica espaola,decidi colaborar con el pas occidental que, tras Alemania e Italia, ms hizo por la victoria de Franco. Porello, una vez conocida la faceta delatora de Orwell, la derecha britnica, heredera de aquella que impidi quellegaran armas para la defensa de la Repblica, se apresur a descubrir sus virtudes, como:

    su amor por Inglaterra y las virtudes tpicamente inglesas, la gentileza, la seriedad, el respeto a la ley y laantipata hacia los uniformes.52

    Esto no es sorprendente, ya que Orwell al final estuvo muy influenciado por el nacionalismo britnico. En1940, recin comenzada la guerra contra los alemanes, escribi The Lion and the Unicorn, artculoprofundamente patritico, que raya en ocasiones en el chauvinismo.53

    Segn el profesor Trilling, otro estudioso y admirador de Orwell, el escritor se identific esencialmente conlos valores de las clases medias britnicas, que socialmente se hallaban en declive. Ejerci una crticasistemtica a los intelectuales descontentos con Inglaterra, sobretodo con aquellos que adems eran tolerantescon la Rusia sovitica, como H. G. Wells y Bernard Shaw54. Tuvo una la defensa activa de idealespequeoburgueses que l crea que deban mantenerse como algo esencialmente positivo y que losintelectuales izquierdistas estaban socavando: la deportividad, la caballerosidad, el sentido del deber y elcoraje fsico. Estos eran los valores tpicos de las clases medias reaccionarias, pero Orwell no dud endefenderlas como sostenedoras del Imperio britnico:

    Nunca cedi en su ira contra el orden establecido. Pero una paradoja de la historia haba hecho del viejoorden britnico una de las cosas que todava eran benficas, en el mundo (...) Por esto Orwell se aferr conuna especie de orgullo retorcido, frreo, al viejo estilo de la ltima clase que haba regido el viejo orden.55

    Recordemos brevemente lo que era el viejo orden ingls: el expolio de las colonias, la esclavitud, la represincontra muchos pueblos, la imposicin del opio en China, las matanzas en masa de pueblos oprimidos, laexplotacin salvaje de la clase obrera inglesa, todo esto era el viejo orden ingls que Orwell reivindicaba conotros argumentos. De acuerdo con estas ideas, no dud en cargar contra los intelectuales comprometidos,

    5926/perfil22.htm52 Ramos, Rafael: Revuelo en Gran Bretaa por la revelacin de que Orwell delat a escritores comunistas. La Vanguardia,22/08/1996, p. 28.53 Galvn Reula, J. F., obra cit., p. 128.54 Trilling, Lionel: Prlogo de Homenatge a Catalunya, de George Orwell. Edicions Destino, Barcelona 2003.55 Idem, pp. 16 y 17.

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  • argumentando que ellos que haban debilitado el Imperio ingls y con l la moral inglesa tradicional y elpatriotismo ingls que l crea positivo:

    El debilitamiento general del imperialismo, y hasta cierto punto, de la moral britnica, que se produjo en losaos treinta, fue obra, en parte, de la intelectualidad del ala izquierda, la cual, por su parte, haba surgidocomo un producto del estancamiento del Imperio. (...) Durante los ltimos veinte aos, la visin negativa, devago, que ha estado de moda entre los izquierdistas ingleses, el desprecio burln de los intelectuales por elpatriotismo y por el coraje fsico, el esfuerzo persistente por hacer astillas la moral inglesa y extender unaactitud hedonista ante la vida, la actitud del yo qu gano?, no ha hecho ms que dao.56

    Orwell y el totalitarismo

    Los ltimos aos de la vida del escritor estuvieron dominados por la obsesin antitotalitaria, lo que le lleva posiciones ultraindividualistas, que casi se podran calificar como de extrema derecha. Alejado ya delidealismo de su juventud, asentado como famoso escritor y periodista, se dedic a revisar sus planteamientosde antao. Con su conocida paranoia, cualquier doctrina situada a la izquierda, era identificada con la defensadel totalitarismo comunista y con la destruccin de los valores tradicionales, por lo que se convertan enobjeto de sus ataques:

    Toda la ideologa izquierdista, tanto la cientfica como la utpica, fue originada por gentes que no tenanintenciones inmediatas de alcanzar el poder. Era, pues, una ideologa extremista, que desdeaba lasmonarquas, los gobiernos, las leyes, las fuerzas policiales, los ejrcitos, las banderas, las fronteras, elpatriotismo, la religin, la moral convencional y, de hecho, todo el esquema existente de las cosas57

    En su cruzada tambin atac al anarquismo, doctrina que, segn l, tena una inclinacin totalitaria58. Noobstante Orwell se encarg de dejar claro que sus principales enemigos eran ante todo los comunistas y sussimpatizantes:

    Hace quince aos, cuando uno defenda la libertad intelectual, la tena que defender contra losconservadores, los catlicos, y hasta cierto punto aunque tenan poca presencia en Inglaterra contra losfascistas. Hoy hay que defenderla contra los comunistas y sus compaeros de viaje.59

    Cualquier compromiso poltico de los escritores o intelectuales con los explotados, era sinnimo dedeshonestidad, de ayudar al totalitarismo. Dominado completamente por el individualismo y por el apego alo que haban sido sus verdaderas convicciones pequeoburguesas de siempre, elabor argumentos contra losintelectuales comprometidos, argumentos que muy bien podran utilizar hoy para autojustificarse losintelectuales de nuestro pas que han abandonado la causa de los explotados:

    Aceptar una responsabilidad poltica ahora significa inclinarse por ciertas ortodoxias y lneas partidistas,con toda la cobarda y deshonestidad que ello supone60

    Hay desacuerdos entre los orwellianos a la hora de valorar las intenciones del escritor en sus ltimos aos.Para algunos, Orwell pretenda denunciar toda forma de lo que l llamaba totalitarismo que atentara a laverdad y a la libertad, tanto el fascismo como el comunismo (igualando de manera manipuladora ambosregmenes):56 Citado de The Lion and the Unicorn de Orwell por Trilling, obra cit., pp. 17 y 18.57 Orwell, George: Los escritores y el Leviatn, en Escritos, (1940-1948). Literatura y poltica, p. 153. Ediciones Octaedro,Barcelona 2001.58 Orwell, George: Poltica versus literatura. Un anlisis de Los viajes de Gulliver. En: Escritos, obra cit., p. 123.59 Orwell, George: La defensa de la literatura. En: Escritos, obra cit., p. 102.60 Orwell, George: Los escritores y el Leviatn, en Escritos, obra cit., p.152.

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  • Es el totalitarismo la amenaza principal del mundo moderno y la sentencia de muerte de la literatura comoforma de libertad. Por ello Orwell se opone a la amenaza del fascismo y del estalinismo.61

    Pero para otros orwellianos, estaba claro que el enemigo principal de Orwell era el socialismo de la UninSovitica:

    Denuncia, sobre todo, la gran mentira (...) el totalitarismo, el comunismo stalinista, una de las grandesimposturas de este siglo.62

    As lo entendi tambin el fascismo franquista, quien no tuvo ningn temor en publicar, nada menos que en1952, la novela 1984, un gran honor para Orwell. Esto resulta an ms extrao si tenemos en cuenta queOrwell supuestamente haba luchado en Espaa contra el franquismo, aunque quizs no sea en realidad algotan aparentemente contradictorio: cuando uno repasa Homenaje a Catalua no encuentra ninguna denunciaexplcita del fascismo en esa obra, sino que hay un constante ataque al bando republicano.

    Esta trayectoria es la que hizo posible que Orwell fuera tan valorado por los fabricantes de ideologa delmundo libre. Identificando fascismo con comunismo y con la URSS, crearon las bases para una polticaagresiva anticomunista, con la cual han colaborado un sinnmero de izquierdistas orwellianos, hacindoseeco de la propaganda de los centros de poder imperialistas, predicando entre las masas de oprimidos yexplotados, a su manera, la conviccin de que no exista otro mundo posible, sino otro mundo mucho peor.Esto puede seguirse tambin en los mensajes de las obras de Orwell. En ellas lo ms destacable es la ausenciade una esperanza de progreso para los personajes de la misma, siempre predestinados a permanecer en suestado de opresin y sometimiento. Orwell se limita a describir y a narrar lo que ve tal y como un bilogoestudia una colonia de hormigas, evitando as una identificacin directa del lector con la causa de losoprimidos: Estas novelas, no son, pues, una denuncia explcita de la injusticia social con un mensaje poltico. Podranser fcilmente atacadas por un crtico marxista dogmtico de reaccionarias, en cuanto que no dan el ltimopaso de anunciar y provocar el compromiso social y poltico en el lector.63

    Esta actitud es completamente diferente de un contemporneo de Orwell, el norteamericano John Steinbeck,quien en sus obras realistas y de denuncia social, con personajes y temticas a veces muy similares a las delingls, consigue la identificacin del lector con los personajes y su realidad social en el sentido de ofrecer uncamino de salida en una lucha por un mundo mejor. Sera por eso que Orwell, cuando colabor con losservicios de inteligencia britnicos incluy a Steinbeck en su lista negra como un escritor espurio,pseudoingenuo64. En los aos de la Guerra Fra, Steinbeck sufri persecucin por parte de la CIA, aunquenada comparable con la de otro comprometido con el realismo social, el norteamericano Dashiell Hammett.Este escritor haba luchado en las dos guerras mundiales por su pas, lo que no le salv de pasar 22 semanasencarcelado por negarse a denunciar a comunistas y ver cmo, en compaa de una larga lista de escritores,sufra una campaa pblica de acoso y descrdito. Sus obras fueron retiradas de las bibliotecas pblicas yHammett no pudo publicar nunca nada ms; fue despedido a instancias del Gobierno norteamericano de suprograma radiofnico y muri en la ms negra miseria65. Mientras tanto, al otro lado del Atlntico, Orwell seconverta en ms que un reputado y famoso intelectual, un verdadero mito, con un programa propio de radioen la BBC y recibiendo todo el apoyo de las autoridades para publicar sus obras antitotalitarias.Curiosamente, ni Pepe Gutirrez ni ningn otro orwelliano se ha conmovido y ha levantado la voz paraprotestar por la represin hacia los escritores comprometidos y perseguidos por el imperialismo.61 Galvn Reula, obra cit., p. 143.62 Nota del prlogo a Orwell, George: Escritos, obra cit., p. 5. 63 Galvn Reula, obra cit., p. 35.64 Stonor, obra cit., p.418.65 Idem, pp. 274 y 275.

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  • As es como Orwell escribi sus obras ms extremistas, Rebelin en la Granja y 1984: envuelto en unaatmsfera de paranoia. Argumentando que combata al totalitarismo, en realidad estaba ayudando a suconsolidacin, igual que no tuvo ningn reparo en colaborar con publicaciones de la izquierda anticomunistacomo New Leader y Partisan Review66, ambas sufragadas por la CIA.67

    6. CONCLUSIONES: DEL TRIUNFO DE ORWELL AL HOLOCAUSTO SOVITICO

    Se mire por donde se mire, las elucubraciones emocionales acerca de Orwell no son ms que especulacionessin base real: Orwell, un intelectual elitista y extremadamente individualista, herido sentimentalmente por lascomplejas dificultades de las luchas sociales y los procesos histricos, encubri sus rasgos ms reprobablesbajo una mscara de izquierdismo extremista, que en realidad esconda su verdadera ideologa,profundamente reaccionaria. Orwell no acab siendo ms que un pilar del anticomunismo de la guerra fra,un personaje que contribuy a solidificar el Imperio ingls de postguerra y al que sirvi con gusto. Mientrasque los ingleses ahogaban en sangre la lucha del pueblo griego, dirigido por los comunistas, y mientrasprovocaban enfrentamientos entre las comunidades islmicas e hindes de la India, para evitar suindependencia, al precio de cientos de miles de muertos, Orwell reivindicaba el Imperio y ayudaba a estemismo Gobierno, denunciando a comunistas y progresistas y especulando sobre la supuesta tirana soviticapara azuzar el odio anticomunista. Y era esta misma URSS el nico pas que ayudaba abiertamente lasluchas de las colonias por su liberacin! Mientras que la CIA en 1953 produjo y distribuy la versin endibujos animados de Animal farm por todo el mundo, y posteriormente la filmacin de 198468, EE.UU.bombardeaba la poblacin civil de Corea y derrocaba del presidente de Guatemala, adems de sostener a losregmenes ms corruptos del planeta.

    Las teoras sociales y opiniones polticas deben pasar la prueba de fuego, la comprobacin de la prctica quegeneran. Con ms razn debe hacerse con el conjunto del pensamiento de Orwell, que ha influido a un grannmero de personas y con el explcito fin que persegua, segn sus propias palabras, como las del prefacio ala edicin ucraniana de Rebelin en la granja:

    Desde hace diez aos, estoy convencido de que es indispensable destruir el mito sovitico si queremosasistir al renacimiento del movimiento socialista.69

    Los aduladores de Orwell nos escamotean lo que ha supuesto la victoria pstuma del escritor contra el GranHermano. Se encuentra a faltar, por ejemplo, en el escrito de Pepe Gutirrez, quien se deja llevar slo por lasmaravillas literarias y la vida idealista y romntica del escritor. Queda por responder la pregunta cules hansido los resultados prcticos de la apuesta poltica de Orwell, antes que creernos que unas novelas de ficcinrepresentan la realidad de cualquier sociedad, ms an la compleja y desconocida sociedad sovitica?Vemoslo con unas pocas cifras. Despus del hundimiento de la URSS, segn informaciones oficiales del Gobierno ruso, en marzo del ao2000, el 54,7% de los rusos viva por debajo del lmite de supervivencia y el 26,6% ligeramente por encimadel umbral de la pobreza70. Ambas cifras representan nada menos que el 80% de la poblacin se encuentraalrededor del nivel crtico de subsistencia, eso quiere decir que corre un alto riesgo de muerte por hambre,fro o enfermedades una poblacin que antes tena un elevado ndice de conquistas sociales y culturales. Esosin hablar ya de las guerras intertnicas, la criminalidad, la drogadiccin, etc. Las sociedades post-GranHermano viven en un caos absoluto donde los nuevos ricos y varias miles de organizaciones mafiosas rigen66 Fyvel, obra cit., p.59.67 Stonor F., obra cit., pp. 49, 112, 217, 229, 232, entre otras. 68 Stonor Saunders, Frances, obra cit., pp. 412-413. 69 Nota del prlogo a Orwell, George: Escritos, obra cit., pp. 5 y 6.70 Diario Gara, 28/03/2000, p.35: El Presidente electo hereda un pas sumido en una crisis sin precedentes.

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  • los destinos de la economa y del pas en asociacin con la oligarqua de los pases capitalistas occidentales.En otras palabras: se est produciendo un genocidio silencioso, un siniestro y oculto holocausto contra lospueblos exsoviticos. Segn el investigador Kar-Murz, tan slo con la desaparicin de la URSS se hanproducido tantos millones de muertos como en la Segunda Guerra Mundial71. Eso quiere decir un mnimo deentre 20-25 millones de muertos. El siguiente paso, preparado por occidente, que sera el colapso del Estadoruso, supondra, segn el investigador Fernndez Ortiz:

    La desaparicin de los soportes bsicos para la vida de millones de personas (...) ya deteriorados desde ladesaparicin de la URSS. La paralizacin de algo tan aparentemente banal como la red centralizada decalefaccin y agua caliente supondra, en las condiciones de vida urbana actuales, la muerte de cientos demiles de personas en el primer invierno.72

    Este es el mundo que Orwell, Gorkin y sus seguidores han ayudado a crear. Son los resultados prcticos de lavictoria pstuma de Orwell sobre el Gran Hermano. Por ello es inevitable coincidir con la acusacin deFernndez Ortiz cuando proclama:

    Por cierto, y dicho sea de paso, quiz va siendo hora de asumir responsabilidades y que aquellos que desdela izquierda contribuyeron y se alegraron de la desaparicin de la URSS porque no era autntico comunismo,reconozcan su error pblicamente y pidan disculpas a la poblacin de la antigua Unin Sovitica por su partede responsabilidad en los sufrimientos que para millones de personas ha supuesto la desaparicin delcomunismo sovitico.73

    El orwelliano Pepe Gutirrez afirma que la obra Rebelin en la granja agrad mucho a los amigos de Orwell,entre los que se encontraba Arthur Koestler. Es lgico: Koestler tuvo una evolucin similar a la de Orwell.Fue un antiguo comunista desencantado, uno de tantos intelectuales individualistas a los que estamosacostumbrados, que descubri un da las virtudes del sistema imperialista y decidi ponerse a trabajar asueldo de la CIA, siendo uno de sus intelectuales ms activos74. Este escritor tambin haba tenido un pasadoen la guerra espaola como periodista defensor de la Repblica, cayendo incluso prisionero de Franco ysiendo amenazado de ejecucin. Pero ya en 1939 Koestler evolucion hacia la extrema derecha, y se hizoadmirador manifiesto de escritores ingleses como Cecil Gerahty y William Foss, quienes escribieron sobre laRepblica espaola:

    Hemos demostrado, pues, que Espaa fue la vctima de un vasto complot comunista, inspirado ycontrolado por los francmasones europeos, judos en su mayora, y agitadores internacionales.75 Ni que decir tiene que esta obra se imprimi en la Alemania nazi y la Italia fascista. Con tales credenciales,Pepe Gutirrez debera de haber dicho que Orwell y Koestler, ms que amigos, fueron colegas de profesin yde empresa con la misma categora laboral: cada uno, desde su puesto de trabajo (luchando por la libertad yla verdad) buscaban la destruccin del socialismo sovitico y la aniquilacin de los pueblos que formabanla URSS, mediante la fabricacin de una imagen bien distorsionada entre la conciencia de las masas. Enpalabras de Fernndez Ortiz:

    Una vez que la conciencia social es inducida a asumir la ilegitimidad de un lder o de un sistema poltico, laforma de su derrocamiento es ya una cuestin secundaria, un problema tecnolgico. Este esquema funcion ala perfeccin en la URSS, incluso entre los que supuestamente eran sus aliados ideolgicos. Como la UninSovitica era el imperio del mal y una deformacin de la revolucin, su desaparicin fue entonces bienvenida

    71 S.G. Kara-Murza, citado por Fernndez Ortiz, Antonio: Chechenia versus Rusia. El caos como tecnologa de lacontrarrevolucin, p.144. Editorial El Viejo Topo, Barcelona 2003.72 Fernndez Ortiz, op. cit, pp.144 y 145.73 Idem, p. 145.74 Stonor Saunders, Frances, obra cit., por ej., pp. 95-97, 108, 111-121, 133, 145, etc.75 Citado por: Southworth H. R.: El mito de la cruzada de Franco, p. 157. Ruedo Ibrico, Pars 1963.

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  • tanto por sus enemigos de toda la vida como por sus antiguos aliados. Para estos ltimos, con un poco desuerte, la desaparicin de la URSS incluso facilitara la llegada del comunismo verdadero. Para semejanteviaje de ingenuidad no hacan falta tantas alforjas.76

    La conexin catalana de Orwell se cierra en las oficinas de la CIA. Hemos visto cmo sta, para crear unaimagen distorsionada de la URSS, no dud en aglutinar todo tipo de intelectuales orwellianos deseosos deprestarle sus servicios: antiguos revolucionarios del POUM (Orwell, Gorkin, Alba, etc.), excomunistasdescontentos (Koestler), intelectuales conservadores y hasta fascistas (Camilo Jos Cela, etc.). Su mejorarquitecto fue sin duda el poumista Julin Gorkin. Mediante sus publicaciones, no solamente estabanayudando a destruir una parte del mundo. Estaban ayudando a la CIA a levantar otra realidad, la constituidapor los escuadrones de la muerte, las dictaduras militares, las guerras sucias, los desaparecidos... Este esuno de los grandes xitos de estos intelectuales.

    Pero su mayor xito, no hay duda de que es el espantoso holocausto que estn viviendo los pueblos exsoviticos, su particular y masivo 1984, esta vez autntico y real. Dnde estn ahora los lamentos de losorwellianos por el genocidio del pueblo exsovitico? De todos estos millones de vctimas prefiere olvidarsela intelectualidad orwelliana, una intelectualidad que esconde su cabeza eludiendo su cuota deresponsabilidad en la tragedia, una intelectualidad que es bien considerada en el mundo libre y que, mientrasderrocha ros de tinta especulando sobre fantsticos y puros modelos de socialismo, considera indignoescribir acerca del sufrimiento de los millones y millones que mueren y agonizan en los gulags capitalistas deRusia y de Europa Oriental.

    Bibliografa consultada:

    1. Benavides, Manuel: Guerra y revolucin en Catalua. Editorial Roca, Mxico D.F., 1978.2. Corbire, Emilio J.: George Orwell no escribi, en realidad, 1984. Argenpress, 27/09/2002. http:/

    /w1.875.telia.com/~u87515926/perfil22.htm3. Fernndez Ortiz, Antonio: Chechenia versus Rusia. El caos como tecnologa de la

    contrarrevolucin. Editorial El Viejo Topo, Barcelona 2003.4. Fyvel, T. R.: George Orwell: vida y literatura. Editorial Alfa, Barcelona 1984.5. Galvn Reula, Juan Fernando: George Orwell y Espaa. Coleccin Textos y prcticas docentes,

    Secretariado de Publicaciones, Universidad de La Laguna, Tenerife, 1984.6. Grey, Ian: Stalin, Tomo 2. Biblioteca Salvat de grandes biografas. Salvat editores, Barcelona 1984. 7. Gutirrez, Pepe-Fundacin Andreu Nin: Orwell y la revolucin rusa.

    http://www.rebelion.org/noticia.php?id=18578. Orwell, George: Homenatge a Catalunya. Edicions Destino, Barcelona 2003.9. Orwell, George: Escritos (1940-1948). Literatura y poltica. Ediciones Octaedro, Barcelona 2001.10. Pauwels, Jacques: El mito de la guerra buena. EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial. Ed.

    Argitaletxe Hiru, Guipzcoa 2002. 11. Peridico Gara, 28/03/2000: El Presidente electo hereda un pas sumido en una crisis sin

    precedentes.12. Peridico La Vanguardia, 22/08/2001, suplemento Vivir. 13. Ramos, Rafael: Orwell delat a Chaplin. La Vanguardia, 23/06/1998, suplemento Vivir.14. Ramos, Rafael: Revuelo en Gran Bretaa por la revelacin de que Orwell delat a escritores

    comunistas. La Vanguardia, 22/08/1996. 15. Southworth, H. R.: El mito de la cruzada de Franco. Ruedo Ibrico, Pars 1963.16. Southworth, H. R.: El gran camuflaje: Julin Gorkin, Burnett Bolloten y la Guerra Civil

    Espaola. En: Preston, Paul (ed): La Repblica asediada. Hostilidad internacional y conflictos76 Fernndez Ortiz, Antonio, obra cit., pp.147 y 148.

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  • internos durante la Guerra Civil. Ediciones Pennsula, Barcelona 2001.17. Stonor Saunders, Frances: La CIA y la guerra fra cultural. Editorial Debate, Madrid 2001.18. Trilling, Lionel: Prlogo de Homenatge a Catalunya, de George Orwell. Edicions Destino,

    Barcelona 2003.

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  • El multilateralismo y el fin de la Historia

    Philippe Moreau Defarges*

    Traduccin de Roberto Rueda Monreal El multilateralismo lleva consigo el fin de la Historia? Segn esta visin, la paz perpetua estara al alcance de la mano de la humanidad gracias a la convergencia de la multiplicacin de los intercambios, de la difusin de la democracia y de la institucionalizacin de las relaciones internacionales. Ahora bien, el multilateralismo, aplicacin de los principios democrticos a las relaciones interestatales, aspira a crear, precisamente, gracias a contratos (como los acuerdos onusinos), una sociedad de Estados. Sin embargo, choca con dos dificultades de fondo. En primer lugar, las realidades de los Estados en s mismas, las desigualdades entre los Estados, cualquiera que sea su dinmica igualitaria, hacen que el multilateralismo no pueda borrar el corazn mismo de los Estados y, antes que nada, su voluntad de mantener el control de la fuerza legtima en particular la militar. En segundo lugar, el multilateralismo se declara universal: ahora bien, no por esforzarse en integrar a todos los Estados en una misma racionalidad, es menos occidental. En un futuro previsible, sin dejar de contribuir a disciplinar y a civilizar a los Estados, el multilateralismo no ser, y no podr ser, la paz perpetua.

    Poltica Exterior El multilateralismo, como tantas otra nociones, al parecer est en crisis. La Organizacin de las Naciones Unidas (ONU), corazn del multilateralismo planetario, no impidi que los Estados Unidos metiera unilateralmente a sus soldados en Irak. Y al parecer, el Fondo Monetario Internacional (FMI), otro pilar del multilateralismo, no es a fin de cuentas ms que un instrumento al servicio de las potencias establecidas con el objeto de doblegar econmicamente a los pases del Sur. En cuanto a la Organizacin Mundial de Comercio (OMC), al parecer promueve de manera dogmtica el libre comercio sin tomar en consideracin las enormes desigualdades reales entre Estados.

    El multilateralismo, que hoy es omnipresente, se fue filtrando a la Historia muy poco a poco.1 Despus de la Segunda Guerra Mundial, se lo identifica con el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en ingls) y, con * Philippe Moreau Defarges es ministro plenipotenciario, investigador del Instituto Francs de Relaciones Internacionales (Ifri) y profesor en el Instituto de Estudios Polticos (IEP) de Pars. 1 Por ejemplo, ver el artculo Multilatralisme en M.-C. Smouts, D. Battistela y P. Vennesson (dir), Dictionnaire des relations internationales, Pars, Dalloz, 2003, p. 333-335.

  • mayor precisin, con la clebre clusula de la Nacin ms favorecida (NMF), que permite toda la dinmica del dispositivo. Segn esta clusula, cuando dos Estados miembros del GATT se otorguen una concesin mutua (por ejemplo una reduccin del impuesto de derecho de aduana), esta concesin se hace extensiva de manera automtica al resto de los Estados miembros. Toda ventaja negociada bilateralmente se vuelve multilateral y beneficia por igual a todos los participantes del sistema. Poco a poco, el multilateralismo rebasa dicho mbito tcnico, y adquiere un sentido mucho ms amplio: tiene que ver con el multilateralismo todo sistema que asocia a varios Estados, mismos que se vinculan mediante obligaciones iguales y mutuas, mediante reglas comunes. En esta perspectiva, toda la constelacin onusina, la ONU y las instituciones especializadas, se encuentra regida por el multilateralismo.

    Pero, de dnde proviene el multilateralismo? Cules son sus elementos fundamentales? Es portador de un orden internacional radicalmente diferente a la selva interestatal que rige al mundo desde hace siglos? Antes de abordar estas cuestiones, es necesario sustentar una definicin flexible del multilateralismo: el multilateralismo es la aplicacin de los principios democrticos a las relaciones internacionales. El multilateralismo, hijo de las Luces y de Estados Unidos. Delimitar los orgenes de una nocin es una empresa necesaria y azarosa al mismo tiempo. Toda idea es producto inestable de evoluciones complejas, a menudo ocultas, que es necesario tratar de volver a encontrar. En lo que concierne al multilateralismo, las primeras semillas se sembraron en los siglos XVII y XVIII, con la entrada de Europa a la modernidad. Grocio, Hobbes, Rousseau y Kant se cuestionan acerca de la sociedad de Estados, as como sobre los medios para garantizar la paz entre stos. Desde esta prehistoria se ha dicho todo: los Estados integran bien una sociedad, el derecho de las personas que intentan ceirlos a redes de obligaciones recprocas. La paz, si se quiere perpetua (Kant, 1795), requiere un pacto entre estos Estados, que establezca sus derechos y sus obligaciones, e instituya mecanismos para solucionar divergencias. Lo que ms tarde se calificar como multilateralismo est en gestacin en esta aproximacin racional y razonable de las relaciones interestatales. Para estos filsofos que replantean los fundamentos de las sociedades, la cuestin del contrato social no podra limitarse a la organizacin poltica de un grupo humano particular (los britnicos, los franceses), sino que lleva a debatir las relaciones entre los Estados y, ms all, entre todos los hombres.

    En este orden de ideas, tambin el pensamiento liberal (como el de Benjamin Constant, para quien el comercio estaba condenado a sustituir a la guerra)2 reflexiona sobre las condiciones de una paz que no se reduce a una tregua entre dos guerras, sino que se instala de forma duradera. Para el liberalismo clsico, el comercio y la industria traen consigo la paz, obligando a los hombres a tomar conciencia de que habiendo alcanzado cierto grado de riqueza y civilizacin, viven mejor multiplicando los intercambios entre ellos, que saquendose unos a otros.

    El internacionalismo liberal logra su progreso poltico con los famosos Catorce Puntos del presidente Wilson (discurso del 8 de enero de 1918).3 El punto 14 propone:

    2 Hemos llegado a la poca del comercio, poca que, necesariamente, debe remplazar a la de la guerra, as como la de la guerra, necesariamente, tuvo que precederla, escribe B. Constant en 1813 en De lesprit de conqute et de lusurpation dans