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C ar t as de P ab lo
El au tor
Las ca r t a s
L a s e n s e a n z a s
n l Editorial Claretiaru
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Vanni, Ugo
Las Cartas de Pablo: el autor: las cartas: las enseanzas - la ed. 2a reimp.
144 p .; 22x17 cm.
ISBN 950-512-450-3
1.
Cartas de Pablo. I. Ttulo
CDD227
- Buenos A ires: Claretiana, 2006.
El contenido de este librocorrespondea ladesgrabacinde laslecciones sobre el "Corpus Paulinum" que el autor dictara
en la UniversidadGregorianade Roma.
Coordinacin Editorialy Traduccin:
Nstor Dante Saporra'
Diseo de Tapa:Grupo Uno
Con las debidas licencias.
Todos los derechos reservados.
Hecho el depsito qu e previene la ley.
Impreso en la Argentina.
Printedin Argentina.
ISBN 10: 950-512-450-3
ISBN
13:
978-950-512-450-3
Editorial Claretiana, 2002.
EDITORIAL CLARETIANA
Lima 1360 - C1138ACD B uenos Aires
Repblica Argentina
Tels.
4305-9510/9597 - Fax: 4305-6552
email:[email protected]
www.editorialclaretiana.com.ar
mailto:[email protected]://www.editorialclaretiana.com.ar/http://www.editorialclaretiana.com.ar/mailto:[email protected] -
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In t roduccin
P
ablo, circuncidado al octavo da, de la raza d e
Israel y de la tribu de Benjamn -he bre o, hijo
de hebreos, y fariseo segn la Ley- (cf Fili-
penses
3,5),
se coloca tras las huellas d e Jess, huellas
que desea borrar totalmente pe rsiguiendo a las igle
sias cristianas. Pero la visin de l Seor convierte la
persecucin en seguimiento no menos apasionado.
Y desde el cambio de rumbo se suceden para el
autor de las Cartas las etapas de un nuevo derro
tero:
Arabia, Damasco, Jerusaln, Cilicia y Siria.
Luego, en otra visin, siente el ped ido de auxilio de
un joven qu e lo lleva a la va Egnatia de Macedonia
(Filipqs y Tesalnica). Desde all se traslada a
Acaya (Corinto) primero y a Asia (feso) despus.
Los lugares se van asociando a nom bres concre
tos... Por Hechos, sabemos de su encuentro con
Lidia en Filipos (Hech 16,14-15.40); con Jasn
(Hech 17,6), Aristarco y Segundo (Hech 20,4) en
Tesalnica; con Timoteo, Tquico y Trfimo de
Asia (ibid), con quila y Priscila (Hech 19,2) y Ti-
cioJusto y Crisp o (Hech 18,7-8) en C orinto .Yla su
cesin de conocidos se multiplica en los saludos
finales de las Cartas: la familia de Estfanas, For
tunato y Acaico (1 Cor 16,17); Evodia y Sntique
(Flp 4,2), Epafras, M arcos, Aristarco, Dem s y Lu
cas (Flm 23-24).
Al trmino de su vida, con la larga lista del
final de la
Carta
a los Romanos, Pablo podra sus
cribir plenam ente el poema d e Pedro Casaldliga:
Al final
del camino
me dirn:
Has vivido? Has amado?
Yyo ,sindecirnada,
abrir el corazn lleno
de nombres.
De esa forma, el encuentro con Cristo se va
concretando en encuentros con comunidades y
con las personas que las integran. Y, junto a los
encu entros , el dolor de la separa cin y los conflic
tos que convierten al caminante en el escritor pre
sente con sus
Cartas
en las asambleas de Dios de
Tesalnica, Galacia, Corinto, F ilipos, Roma...
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Ante los destinatarios, Pablo busca precisar las
Enseanzas de su Evangelio, iluminar desde ellas
la vida comunitaria y corregirla cuando se anun
cia otro evang elio distinto del recibido.
Autor, cartas y enseanzas son presentados
por el P.Vanni a los lectores de esta Coleccin con
su reconocida competencia, ofrecindoles una
ayuda inestimable para su acercamiento a la lec
tura personal o grupal del Evangelio de Pablo.
FlixCisterna, cmf
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f i utor
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1.A VIDAL;. -1>-', "-"
La persona de Pablo suscita grandes entusias
mos pero tambin fuertes reacciones. Los hechos
vividos po r Jess se ubican cronolgicam ente alre
dedor del ao 30. Los primeros escritos paulinos
fueron elab orado s a principio de los aos 50 y son
los ms an tiguos del Nuevo Testamento.
Pablo transcurre una parte de su juventud en
Tarso, una ciudad ilustre de origen griego y muy
imp ortan te para el helenismo ; luego va a Jerusaln
para estudiar en la escuela de Gamaliel (cf Hech
22,3).
C r o n o l o g a
Es bastante fcil delinear el cuadro general de
la vida de Pablo. Nacido hacia el comienzo de la
era cristiana, en 35 a.C. aproxim adam ente, se con
vierte y entra a formar parte de los seguidores de
Cristo. Sube varias veces a Jerusaln don de se
encuentra con Pedro y participa en el concilio de
los apstoles. Una intensa actividad misionera lo
convierte en un peregrino en todo el arco del
Mediterrneo oriental, con paradas largas en
. &
Antioqua de Siria, Corinto, feso y Roma, donde
mu ere mrtir bajo el imperio de N ern.
En cambio es ms difcil indicar cronolgica
mente los episodios de la vida, los viajes y la
misma muerte, que algunos ubican al comienzo
del imperio de Nern y otros al final. El punto de
referencia ms seguro e importante para la biogra
fa de Pablo es la inscripcin de Delfos, que nos
permite saber que el procnsul romano Galin en
50/5 1 (o a ms tardar en 51/52) viva en Corinto.
Ah ora bien, segn Hech 18,12ss, Pablo se en contr
con Galin en Corinto, aunque no pviede precisar
se si al comienzo o al final del proconsulato. De
todos modos se puede decir que hacia el ao 50
Pablo estaba en Corinto. A partir de esa fecha se
trata de ordenar cronolgicamente su biografa.
No pudiendo entrar en detalles, nos limitare
mos a presentar do s esquemas cronolgicos de su
vida: eltradicionalclsico,q ue se basa sobre todo en
los Hech os de los Ap stoles, y el
crtico,
que pri
vilegia los datos ofrecidos p or las Ca rtas.
El primero divide la misin de Pablo en tres
grandes viajes; pone el concilio de Jerusaln (49-
50) despus del primer viaje; la encarcelacin en
Cesrea en el "bienio" 58-60; la encarcelacin en
Roma en el bienio 60-62, y el segu nd o a rresto y la
mu erte en 64 67.
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:mn0fogapantrtk
- "
Esquema tradicional
clsico
49-50 Concilio de
Jerusaln
(despus del 1er
viaje)
58-60 Encarcelacin
en Cesrea
60-62
Encarcelacin
en Roma
64 67 Segu ndo arres
to
y
muerte en
Roma
Esquema crtico
50-51 Concilio de
Jerusaln
(despus del
2
o
viaje)
52-55 Permanencia
en feso
56 Arresto en Jeru
saln y encarce
lamiento en
Cesrea
57/58
Viaje a Roma
58/60 Arresto domici
liario en Roma
60 Martirio
El seg un do coloca el concilio de Jerusaln ha cia
50-51, despus del segundo viaje misionero que
llev a Pablo hasta Grecia; en 52-55 su perm anen
cia en Efeso; en 56 el arresto en Jerusaln y la en
carcelacin en C esrea; en el invierno d e 57 /58 el
8
viaje a Roma; en 58/60 el arresto domiciliario en
la capital del imperio, y en 60 el martirio bajo el
gobierno de Nern.
La conversin
Tanto en los Hechos como en las Cartas, es po
sible observar que Pablo era un orgulloso adver
sario de la flamante comunidad cristiana: "per
segua con furor a la Iglesia de Dios y la arrasaba"
(Gal1,13). En Hechos leemos qu e Saulo aprob la
muerte deEsteban"(8,1). Sin emba rgo, de tod os los
textos se dedu ce que en la vida de Pablo hub o u n
cataclismo imprevisto que lo transform de per
seguidor en apstol y misionero. El autor de los
Hechos presenta el evento tres veces: en el cap
tulo 9 se da la narracin en tercera persona; en el
captulo22el m ism o Pablo se refiere a l en m od o
autobiogrfico frente a la multitud hostil en Je
rusaln; en el captulo 26 vuelve a relatarla en la
declaracin ante Festo y Agripa. Las tres narra
ciones dan testim onio d e la cristofana en el cami
no de Damasco, de ese encuentro cara a cara en
tre Cristo y Pablo, de la nueva percepcin que
tiene de Jess de Nazaret y de s mismo, de la
misin extraordinaria que le es confiada entre los
paganos y que ha marcado el gran cambio del
cristianismo incipiente.
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En las Cartas, Pablo vuelve sobre este hecho
con un tono a veces apologtico, a veces polmico,
para defenderse a s mismo de los adversarios e
indicar el nudo profundo sobre el cual gira su
vida. En la Primera Carta a los Corintios leemos:
Se me apareci tambina m,que soy comoel frutode
un aborto" (15,8). En la Carta a los Glatas, para
reivindicar la investidu ra divina d e su misin y el
origen autntico de su ev angelio, dice: Secompla
ci en revelar asuHijo,para queyolo anunciara entre
lospaganos" (1,15-16). En la Carta a los F ilipenses,
polemizando con los adversarios judaizantes e
invirtiendo la idea de la justificacin, afirma:
"Yo
mismohesido alcanzado por CristoJess" (3,12). No
obstante el carcter autobiogrfico, tanto las tres
narraciones de los Hechos como las tres referen
cias de las Cartas aparecen sensiblemen te teologi
zadas y reflejan una lectura retrospectiva del
evento a la luz de toda la vida del apstol y del
camino de la Iglesia. Pero, lejos de determinar el
valor histrico, esto evidencia el carcter epocal
del evento.
Hombre de tres culturas
Pablo ha sido definido por algunos estudiosos
como "u n cosmop olita". En realidad, en su persona
y en su obra se entrecruzan tres m und os y tres cul-
& ,
turas:
hebreode nacim iento y d e religin, se expre
sa con el idioma y los mo dos del
helenismo,
y es un
ciudadanoromanoqu e se identifica fielmente con el
marco po ltico-administrativo d el imperio.
El hebrasmo lo marca en forma indeleble des
de el nacimiento: "Y osoyjudo,originariode Tarso,
ciudadano de una importante ciudad de Cilicia",
declara ante el tribuno rom ano que le pide infor
macin cuando lo arresta en Jerusaln (Hech
21,39),
indicando as que pertenece a la dispora
hebrea esparcida por el mundo helenizado.
hebreo'
1
denaci
mientoyde
religin
se expresa conelidioma
ylos modos
del helenismo
romano
seidentifica
fielmente con
el marco
pol
tico-adminis
trativo del
imperio
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Frente a los difamadores de Corinto que cues
tionan la autoridad apostlica, reivindica polmi
camente su ascendencia hebrea:
Ellos son hebreos?
Yo
tambin
lo soy. Son
israelitas?
Yo tambin. Son
descendientes de Ab raham ? Yo tambin"
(2 Cor
11,22).
Y
a los Filipense s dice:
Circuncidado al
octa
vo
da;
de laraza deIsraely de la tribu de Benjam n;
hebreo,
hijo de
hebreos; en
cuanto
a
la
L ey, un fariseo"
(Flp 3,5), hacien do h incapi en el nuev o estad o en
el que se encuentra despus de haber sido alcan
zado po r C risto.
En la Carta a los Romanos aparece la lcida
conciencia teolgica de pertenecer p or nacim iento
al pueblo llamado por Dios para realizar su plan
de salvacin en favor de toda la hum anida d:
"Yo
mismo deseara serma ldito,separado deCristo, a favor
de mis
hermanos,
los de
m i
propia
raza.
Ellos son
israe
litas:
a
ellos pertenecen la adopcinfilial,la
gloria, las
alianzas,
la legislacin, elcultoylas
promesas.
Aellos
pertenecen tambin los
patriarcas, y de
ellos desciende
Cristo
segn su
condicin
humana"(Rom 9,3-5). En
un pasaje, inclusive, aflora el orgullo separatista:
Nosotros somos judosdenacimiento y nopecadores
venidos del
paganismo" (Gal 2,15).
Aun sintindose radicalmente convertido a
Cristo, Pablo vive en un clima espiritual hebreo:
cuando fija fechas o tiempos, lo hace segn el
calendario he breo (cf1C or 16,8); los
Hechos
lo pre
sentan dos veces comprometido con el voto del
nazireato
(Hech 18,18; 21,17-26). La Biblia es su
libro;
lo usa y trata como lo hacen los rabinos, se
gn sus mtodos de lectura y de interpretacin (cf
1 Cor 10,1-10).
Lo s
Hechos
contienen la noticia de su "creci
miento" en Jerusaln y de su "formacin" "a los
pies de Gamalielenla estricta observanciad ela Ley de
nuestrospadres" (Hech 22,3). Tam bin le debe a la
tradicin hebrea el haber aprendido un oficio por
motivos ticos ms que utilitarios: en su caso, era
el de "fabricante de carpas", trmino genrico que
da lugar a diferentes interpretaciones: a) tejedor
de pelos de cabra para hacer telas rsticas para
diferentes usos, como el
cilicio,
llamado as por la
regin de Cilicia do nde se confeccionaba; ^t ra b a
jador del cuero para fabricar carpas.
Pero este hebreo era de lengua turca y "tarsio-
ta", es decir de Tarso ,
"una
importante ciudad de
Ci
licia",com o l mism o la llama (H ech 21,39). Tarso ,
junto al ro Cidno, en aquel tiempo estaba en el
apogeo de su esplend or d e ciudad helenista y cos
mopolita. Era una de las patrias del estoicismo.
Pablo ciertamente conoci este tipo de pensa
miento y asim il sus aspec tos ticos, como el ideal
de la autosuficiencia (cf Flp 4,11), y los co nte nid os
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Ma cedn a
J=lpos
Tegatnica . < ^ ^
^ E p i r o ^ Y W T r o a d e ,
f v Y Prgamo
I j w V ,
, e s o
Colosas
rinto^V
M i l 8
, ^ - L a * c e a
S^caVa
L ^
Antoqufa
Ga l ac i a
Capadoc ia
Perge
Panfilia
Creta
Cl*'*--
4 a
r Mediterrneo
Ubicacin de Tarso
Licaonia
Frigia imio
Listra
e d e s a
,
Cilicia
J f
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ntioqufa
(S i r i a
V K . _ Sidn
Chipr e JDa ma sc t
Cesrea
Pentpol is
\*~*
f
'
Samara
JoPPf'jerusaln
alestiric
^Alejandrj
HrEgipto
f i losf ico-re l ig iosos , como la t ransparencia de
Dios en el m u n d o (cf Rom 1,19-20).
Todo e l cuadro de su ac t iv idad se coloca en un
escenar io cul tura l he lenis ta . Usa e l gr iego con de
senvol tura y de una manera personal ; no le son
extraas ni las formas de la diatriba, ni las figuras
de la re tr ica conte m por nea y se revela l ings t i
camente creat ivo; bas ta pensar en los verbos for
mados con una o con ms preposic iones (cf Rom
5,20; 8,26; 2 Cor 7,4) entre los que son tpicos los
compues tos con
syn
(=con) par a indicar la s imb io-
s is con los colaboradores y los amigos en la comu
nicacin vi ta l con Cris to , en la muer te , en la resu
rreccin y la gloria (cf Rom 6,4s; 8,17; Gal 2,19; Flp
3,10; Ef 2,6; Co l 2,12; 3, lss ).
No son raros los casos en los que los vocablos
usados en l a cu l tu ra g r i ega con tempornea se
emplean pa ra expresa r con ten idos y s ign i f i cados
nuevos , segn su pensamien to t eo lg ico ; bas ta
pensar en la d i la tac in y t ransformacin semnt i
ca que l e impr ime a t rminos c lave como "ca rne"
(srx) y "esp r i tu" (pneutna), p e c a d o (hamarta) y
sa lvacin
(sotera),
a m o r
(gape) y
justicia
(dikaio-
syne), l iber tad
(eleutheria) y
esc lavi tud
(doulotes).
En pa r ti cu la r, su pensa mie n to e s t m arcado por
la s i tuacin exis tencia l y cul tura l que encuentra ,
has ta e l punto que se puede decir que en Pablo se
da una verdadera " incul turacin" de la fe en con
textos d iversos del judo en e l que haba nacido.
Las dos cartas a los Corintios y las cartas a los
Efesios y a los Colosenses son un ejemplo de esto.
Pe ro e s te hombre hebreo y g r i ego se au topre -
senta en todas las Car tas con e l nombre la t ino de
"Pab lo" , que seguramen te l l evaba desde su nac i
mien to jun to a l ape la t ivo Saulo, que los padres le
hab an pues to pa ra r eco rda r a l p r imer r ey de l a
^tr ibu de Benjamn. Es importante notar que , en la
cr is tofana de Damasco, la voz mis ter iosa , segn
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los
Hechos,
lo llama al estilo hebreo :
" a 'ul, a 'ul"
(Hech 9,4). Las autoridades del imperio respon
den, segn su punto de vista, a una disposicin
divina: estn
al servicio
de
Dios para
tu
bien";
por
lo tanto m erecen respeto y obediencia por deber de
conciencia"(Rom 13,4-5).
Segn el autor de los
Hechos,
Pablo enfrent se
renamen te a procnsules y procurad ores rom anos
en Chipre, en Corinto, en Cesrea, y reivindic
ms de una vez las garantas jurdicas que le
correspondan, segn el derecho de ciudadana
romana que posea desde su nacimiento (Hech
22,28). Dentro de sus programas misioneros,
Roma figura en el pu nto ms alto, como centro y
base de una evangelizacion ms extensa que
habra debido llevarlo hasta Espaa (Rom 15,22-
24).No se sabe con seguridad si pu do realizar el
gran sueo evangelizador, pero s es cierto que a
los Romanos les escribi la carta ms comprome
tida, sntesis de su evangelio, y en Roma coron
su actividad con el martirio.
El ms grande misionero cristiano
ElLibro de los Hechosofrece una na rracin o rde
nada de la obra misionera de Pablo. Esta se reali
za especialmente en esa parte costera oriental del
Mediterrneo en la que va tocando las ciudades
12
de D amasco , Tarso, Antioqua de Siria, Ch ipre y la
Anatolia Suroriental. Luego vienen las ciudades
de F ilipos, Tesalnica, Berea, Atenas y C orinto en
Europa, Efeso, capital de la provincia romana de
Asia, y Roma, capital del imperio.
Los datos de las Cartas confirman ese cuadro
aunque no permitan seguir el itinerario lineal ni
colocarlo en el esquema de la triple expedicin,
como viene descrito en los
Hechos.
Intencional-
mente elega los grandes aglomerados urbanos,
sobre todo aquellos a los que el Evangelio aun no
haba llegado, donde trataba de fundar al menos
una pequea comunidad cristiana que era anima
da y presidida por personas comprometidas y
gen erosas (cf 1 Tes 5,12-13; 1 Cor 16,15-16). Todo
hace pensar que la metodologa misionera de Pa
blo, a diferencia de los predicadores ambulantes
de su tiempo, se dirige a los pueblos m s qu e a las
personas individualmente: por este motivo llama
la atencin que Pablo nunca h aya ten ido en cuen
ta una ciudad populosa y significativa como Ale
jandra de Egipto.
Desde el com ienzo, Pablo tiene la conciencia de
ser llamado a evan gelizar a los gentiles (Gal1,16),
vocacin confirmada por Pedro y los apstoles
(Gal 2,9-10). Su m tod o d e evan gelizacion se com
pendia en la palabra, en el ejemplo y el amor.
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Los viajes misioneros de Pablo
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Una pa labra que no es una s imple t ransmis in
verbal s ino que est impregnada por el Espr i tu y
por la potencia de Dios que interpela a los hom
bres a t ravs de sus enviados , "como si Dios exhor
tara
por intermedio nuestro"
(2 Co r 5,20). Escrib e a la
comunidad de Tesa ln ica :
"Cuando recibieron la
Palabra
que les predicamos, ustedes la
aceptaron
no co
mo palabra humana, sino como lo que es realmente,
como Palabra de Dios, que acta en ustedes, los que
creen"
(1 Tes 2,13); en efecto, el Evangelio es "el
poder de Dios para la salvacin de todos los que creen"
(Rom 1,16).
La pa labra es cor roborada con la fuerza de l
"m o d e l o h u m a n o q u e s e o r i g i n a e n l a h u m a n i
d a d d e C r i s t o , t a n i m p o r t a n t e p a r a P a b l o " , c o m o
afirmaba Bonhoeffer en su Esquema para un sabio,
escri to en la crcel . Porque el Evangel io no es
una teor a s ino un modo de ex is t i r , Pab lo sabe
que debe t ransmi t i r lo con su prop ia ex is tenc ia ,
"en el e jercicio" de lo que eso implica. Los dos
t rminos mayores u t i l i zados en es te contex to son
" m o d e l o " e " i m i t a d o r " : "Sean imitadores mos, co
mo yo lo soy de C risto" (1 Cor 4,16; cf 1 Tes 1,6; Fil
4,9;
2 Tes 3,7).
Pero la palabra parte del amor y t iende a la edi
ficacin, es decir a la construccin y al crecimien
to esp i r i tua l de cada persona y de la comunidad .
Pablo lo recuerda repe t idas veces a los Tesa lo-
nicenses (1 Tes 2,7-8.12), a los Corintios (2 Cor
4,15;
5,15; 6,12), a los Glatas (4,15).
La pa labra es p ronunc iada en f ide l idad y lea l
tad de esp r i tu frente a Dios y a los ho m bre s (cf 1
Tes 2,1-12), con la franqueza
(parresa: 2
Cor 3,12;
Flp 1,20; Ef 3,12) y la transparencia cristalina (eli-
krineia: 2 Cor 2,17) propia de los ministros de la
nu eva a l ianza . Para pode r l l egar a l corazn de sus
inter locutores , Pablo sabe hacerse gr iego con los
griegos, judo con los judos,"dbil con los dbiles",
"todo para todos, para ganar por lo menos a algunos"
(1 Cor 9,12-23).
El contenido esencial de su mensaje es e l de la
" t rad ic in"
(paradosis)
apostl ica: Jess de Na zare t
muerto y resuci tado para la salvacin de todos los
hombres (1 Cor 15,1-5) . A esta "verdad del Evan
ge l io" no se l e puede qu i ta r nada , as como nada
p u e d e r e e m p l a z a r la : "Si nosotros mismos o un ngel
venido del
Cielo
les anunciara un Evangelio distinto del
que les hemos anunciado, qu sea expulsado
1
."
(Gal
1,6-8;
2,5.14). Pero este mensaje necesitaba ser tra
duc id o en un es t i lo de v ida y est des t inad o a p ro
ducir una "cr iatura nueva" (2 Cor 5,17); por eso
Pablo se hace educador y pastor .
En es te sen t ido , es in te resan te no ta r que han
s ido recogidas y ana l izadas las fo rmas verba les
14
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que Pablo ut i l iza para descr ib i r su accin mis io
nera : l "dice", "evangel iza", "anuncia" , exhor ta" ,
" reza" , "desea" , "an ima" , "con ju ra" , "amones ta" ,
"da ins t rucc iones" , "o rdena" , "d i spone" , "ense
a" , "hace sabe r" , "pe r suade" , "confo r ta" , y no
duda en inculcar la aper tura a todos los valores
ticos de la tradicin clsica: "E nfin, mis hermanos,
todo lo que
es
justo y puro, todo lo que
es amable
y dig
no de honra, todo lo que haya de virtuoso ymerecedor
de alabanza, debe ser el objeto de sus pensamientos"
(Flp 4,8)."Exa mnenlo todo y quden se con lo bueno"
(1 Tes 5,21).
"Todo es de ustedes, pero ustedes son de
Cristo y Cristo es de Dios" (1 Cor 3,22-23).
L o s r i v a l e s d e P a b l o
El campo mis ione ro de Pab lo apa rece s i empre
como infectado por presencias moles tas que con
frecuencia revelan e l ros t ro de autnt icos adv ersa
r ios , con los cuales se ve obl igado a bat i rse apa
s ionadam ente . Quines son e s tos enemigo s y so
bre qu lo cuest ionan?
La mayor par te de los es tudiosos ve en e l los a
judeocr is t ianos in tegr is tas que le reprochan e l ha
ber rene gad o de la herencia hebra ica , e l que no h a
ya impuesto los d ic tmenes de la ley mosaica; por
lo tanto , su pre tendida autor idad apostl ica no
tendr a valor .
S in embargo , t ambin podemos iden t i f i ca r a
una g ran va r i edad de opos i to res . Segn l a des
cr ipcin que de e l los hace e l mismo Pablo , y que
es pa ra noso t ros l a n ica fuen te , podemos pensa r
que los adve r sa r ios que se encuen t ran en Cor in to
no son los mismos de los que habla en la Car ta a
los Gla tas , y que quienes lo contradicen en Ga-
lacia no coinciden con los de Filipos.
La reaccin de Pablo se da en e l te r reno de los
pr incipios y de la apologa personal . l se bate
an te todo por "la verdad del Evangelio"'(Gal 2,5.14);
es decir que la sa lvacin ha s ido dada gra tui ta
mente por Dios a todos s implemente por la fe en
Cris to muer to y resuci tado. Luego re iv indica s in
med ias t in ta s su ca r i sma apos t l i co : env iado
d i rec tamen te po r Dios a lo s paganos (Ga l
1,1.15-
16),
legi t imado como los apstoles por la apar i
c in del Resuci tado (1 Cor 15,3ss) , comprobado
por la eficacia de su accin (1 Cor 5, 1-2), recono
cido por las "columnas" de la Ig les ia de Jerusaln
(Gal 2,9: Pedro, Juan, Santiago) y, como si esto no
bastara , se declara "hebreo" de a l ta ascendencia
(Flp 2,4-6).
En Pablo , hay una re lac in entre los verbos en
m od o ind ica tivo y lo s que e s tn en mo do imp era
tivo, es decir entre el "es as" y el "hazlo as"; los
imperat ivos dependen de los indicat ivos; "es as ,
15
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&
por lo tanto hazlo as". Para Pablo no existen im
perativos o indicativos aislados, sino que ambos
dependen uno del otro.
Pablo ha tenido tambin una sensibilidad par
ticular por las culturas en las que fue m isionero; se
dej estimular mucho por ellas y es un modelo de
inculturacin.
tf
16
2.
l AWlQtMAD I FABIO
Dnde encontramos la figura de Pablo? Dn
de pod emos rastrear su presencia ?
En el Nuev o Testamento tenem os tres zonas en
las que podem os buscarlo. En primer lugar en las
cartas escritas por l -e l llam adoCorpuspaulinum-;
luego en el
Libro
de
los Hechos
de
los
Apstoles,
que
tiene como fondo a la Iglesia primitiva, d e la que l
es tambin protagonista; finalmente encontramos
una pequea mencin en 2Pedro3,14-17, testimo
nio de la reputacin de la que Pablo gozaba en la
primera comunidad eclesial.
Con respecto a las Cartas, hoy se usa una ter
minologa compleja segn el punto de vista des
de el que se las considera. Podemos dividir las
Cartas en:
-autnticas:que l mism o ha dictado o
escrito;
-noautnticas:pero que siempre hacen
parte de lascartasinspiradas,consideradas
Palabra de Dios, aunq ue no hayan sido es
critas por Pablo.
-
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Escritas o dictadas por
Pablo.
-
Romanos
-
1
y 2 C orintios
- Glatas
- 1 Tesalonicenses
(Cartas escritas desde la prisin)
-Filipenses
- 1 Tesalonicenses
WDemtmtctaai
Sin
dudas tienen material
paulino,
pero hay problemas
de atribucin por razones
histricas,
de
estilo, teolgicas.
(Cartas escritas desde la prisin)
- Colosenses
- Efesios
- 2 Tesalonicenses
Aveces se las coloca dentro del 2
grupo.
El problemade
su
autenticidad es mayor que el de las
deuteropaulinas.
- 1 y 2 Timoteo
-Tito
No espaulina.Esms,hasta hace poco en el ttulo"Carta de
sanPabloa los Hebreos"haba tres grandes inexactitudes:no
es de
Pablo,
no est dirigida a los
Hebreos, y
no es unacarta.
Cu an do se deb i formar e l cano n de las Car tas ,
no impor t e l c r i t e r io de que fueran ms o menos
autn t icas , s ino el de su inspiracin; pa ra entra r
en el canon, su texto deba ser inspirado. En la
Carta a los Efesios, que es un replanteo teolgico
muy be l lo de todo e l mundo teo lg ico pau l ino ,
h a y m a t e r i a l p a u l i n o s e g u r a m e n t e r e t o m a d o y
re t raba jado por a lguno de sus d i sc pu los inmedia
tos con la ce r teza de es ta r p resen tando mate r ia l
pau l ino . Por lo t an to , es ta ca r ta no habr a deb ido
ser aceptada dentro del canon de los l ibros inspi
rados s i a la Iglesia pr imit iva no le hubiera resul
tado ev iden te e l con tac to con Pablo , p resc ind ien
do de l au tor que ha func ionado como mediador .
17
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E l p a u l i n i s m o
Llamamo s "paul in i sm o" a l mov imien to or ig ina
do por Pablo en persona a favor de su doctr ina. El
mismo se desarrol l ms tarde en la experiencia
litrgica de la Iglesia, y lleg inclusive a la Patrs
tica.
E n la segunda C arta de Pedro
Si exam inam os el pasaje d e 2 Pe 3,14-17, encon
t ramos a lgunos e lementos in te resan tes para nues
tro anlisis:
- "...como les ha escrito nuestro querido hermano
Pablo": Aq u aparece el p rob lem a de los des t ina ta
rios de la carta.
- "...conforme
a
la sabidura que
le ha
sidodada":Se
reconoce el nivel y la importancia de la evangel i-
zacin de Pablo.
1 El evangelio redactado por los cuatro evangelistas
de la Iglesia.
- "...y lo repite en todas las cartas donde trata este
tema": Se ref iere a la segunda venida de Cris to,
tema que Pablo ya haba refer ido en sus Cartas .
Es te b reve f ragmento de la Segunda Car ta de
Pedro nos de ja ver una admirac in i l imi tada por
e l q u e r i d o h e r m a n o P a b l o , p o r el conjunto de las
cartas, en las que hay cosas "difciles de entender,
que algunas personas ignorantes e inestables interpre
tan torcidamente".
Por lo t an to , Pab lo es cons iderado un hombre
sabio, admirado por esto, pero dif c i l de compren
der . S, Pablo es dif c il de c om pre nd er tan to po r el
conten ido profundo y gen ia l de sus Car tas como
por el modo en que se expresa: t iene un est i lo rpi
d o , sal ta a lgunos pasajes y hay que seguir lo con
mucha atencin. Entonces estas cosas que l escr i
be son in te rpre tadas to rc idame nte y estas perso nas
ignoran tes e ines tab les hacen e l mism o juego p e l i
groso con otros textos de la Escritura, tal vez el
Evange l io cuadr i forme.
1
Por lo tanto, las car tas de
Pablo son pues ta s a l mis mo n ive l de au tor id ad de l
Ant iguo Tes tam ento , y es to es no tab le .
reu nid o hacia 130-140, y circulaba en el ciclo litrgico
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Las car tas de Pablo, que fueron escr i tas para
si tuaciones concretas , de hecho son consideradas
como car tas v l idas no s lo para las co mu nidad es
o los dest inatar ios individuales s ino tambin co
mo textos normativos para toda la vida de la
Iglesia. En efecto, la Escritura no es simplemente
una ref lexin s ino un mensaje que impregna ple
namente la vida de la Iglesia . Es en este marco en
el que debemos considerar e l mensaje de Pablo.
Junto a esta apreciacin, la Segunda Carta de
Pedro nos de ja en t rever un movimien to de res i s
tencia que, inclusive, parece aprovecharse de Pa
blo y que, obviamente, susci ta una reaccin con
t ra r ia . Aqu t enemos una pr imera re fe renc ia a un
fenmeno que luego se har ms ex tenso y un i
versal y que ser l lamado el "fenmeno del paul i-
n i smo" y "de l an t ipau l in i smo", d iv i s in que se
har an ms evidente en los siglos II y III.
En los Hechos y en las Cartas deuteropaulinas
Tanto en los Hechos de los Apstoles como en
las ca r tas deu te ropaul inas encont ramos una am
plia resonancia posi t iva de Pablo: en el las se bus
can con pasin las expresiones de adhesin a Pa
blo ,
para luego reunir as , desarrol lar las y tenerlas
en cuenta en la experiencia eclesial, en particular
en la liturgia y en la vida.
En las dos car tas gemelas a los Efesios y a los
Colosenses, y tambin en la Primera a Timoteo,
encont ram os a lgun os pasa jes que , a p r im era v i s ta ,
hacen referencia inmediata a la prct ica l i trgica;
un ejemplo de esto lo encontramos en el prlogo a
la Carta a los Efesios (1,3-14).
Ho y, como entonces, ese texto s igue s iendo ut i l i
zado en la l i turgia . Aunque ha s ido reelaborado,
hu nd e sus races en la experiencia litrgica, es decir,
en la asamblea reunida el domingo, en la que pr i
mero confesaban sus pecados, despus escuchaban
la Palabra y lue go celebraban la Eucarista; el mis m o
esquema que encontramos en el Apocal ipsis .
C u a n d o d e c i m o s q u e
Pablo "resuena" en la
experiencia eclesial,
nos es tamos re f i
r iendo a un Pablo
que es compren
d i d o ,
escuchado ,
en la asamblea
litrgica, y que
quiere ser le do
en el seno de la
misma, como l
mismo lo expresa al
f inal de la Primera
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Carta a los Tesalonicenses: Les recomiendo ennom
bre del Seor que hagan leer esta cartaatodos los
her
manos"(5,27).
En efecto, las cartas de Pablo eran ledas en la
liturgia; los elementos q ue tenan qu e ver con su
persona se escuchaban y consideraban hasta con
un cierto impulso creativo. Los himnos que en
contramos en las cartas a los Colosenses y a los
Efesios son, precisamente, el resultado de un
contenido paulino que la Iglesia ha conocido; la
reelaboracin en forma de himno fue hecha no
directamente por quien ha llevado el primer
ncleo del mensaje paulino, sino por las mismas
iglesias que luego recogieron el material, lo escu
charon, lo comprendieron, lo reelaboraron, lo
expresaron despus con cantos, con himnos, con
aclamaciones. Por lo tanto, tenemos a un Pablo
que resuena en la Iglesia inclusive des pu s de su
muerte.
El antipaul inismo
Junto a este desarrollo hay una tendencia
inversa, un movimiento contra Pablo, aun cuan
do, como en el caso del paulinismo, sea menos
evidente, al menos en el siglo I. En efecto, en los
siglos II y III, en las Cartas Pseudoclementinas,
falsamente atribuidas a Clemente Romano, habr
20
una oposicin violenta, una verdadera polmica
en contra de Pablo.
Para documentar la hiptesis de la existencia
de un m ovimiento antipaulinista podem os referir
nos a Santiago que, en su carta, usa la misma
expresin referida a Abraham pero que Pablo uti
liza con un significado diferente: Abraham crey
y
esto
le fue
tenido
e n
cuenta para su
justificacin".
Pablo dice que esla fe lo que cuenta, y no las
obras de la Ley,porquela justificacin le fue da
da tambin a Abraham porque crey.La idea es
retomada por Santiago que dice que
no basta la
fe,
se necesitan las obras y Abraham fue justifi
cado porque estuvo dispuesto a sacrificar a su
propio hijo Isaac.Un a mism a frase d e la Escritura
es tomada en dos sentidos diferentes: esto puede
ser el sntom a de un a tenden cia si no de oposicin,
al menos correctora.
Cuando Santiago insiste en que la fe sin las
obras est muerta,
est en disonancia con el pen
samiento de Pablo, que dice que las obras no
cuentan sin la fe.Cuan do P ablo habla de fe no so
lo no excluye las obras, sino que est incluyendo
las obras que vienen despus de la fe, como con
secuencia de la misma. En efecto, Santiago dice:
"Lo mismo pasa con
la
fe: si no va
acompaada
de
las obras, est
completamente
muerta. Sin embargo
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alguien puede objetar: U no tie ne la fe y otro las
obras .
A este habra que responderle: M u s t r a m e ,
si puedes, la fe s in las obras . Yo, en cambio, por
medio de las obras , te demostrar mi fe" (Sant
2,17-18).
Vamos a expl icar mejor esta diferencia para no
quedarnos en un te r reno vago .
Santiago t iene una concepcin fuertemente uni
tar ia de la persona; entonces, cuando la persona
tiene valores inte riores , como la fe, estos valore s se
traducen necesar iamente, s i exis ten, en el compor
tamiento exter ior . Nosotros hablamos de valores
inter iores y comportamiento exter ior ; Sant iago en
cambio hab la s implemente de l hombre. Sant iago
sost iene la composicin co mpa cta d e la persona ; lo
que se t i ene "adent ro" no queda escondido , s ino
que se t raduce en el comportamiento.
Esta es una concepcin de la persona discut i
ble,
ta l vez un poco elemental . De hecho sabemos
que la persona es una real idad muy compleja y
que a veces "adent ro" puede tener rea l idades y
opciones que no expresa hacia fuera, y a veces
puede tener act i tudes que no estn en s intona o
inclusive hasta estn en contradiccin con los va
lo res que t i ene "dent ro de s " . Hoy nues t ra con
cepcin de la persona es mucho ms compleja ,
m s cercana a la de Pablo. Pero la concepcin qu e
Paulinismo
Movimiento suscitado
por Pablo
Antipau linismo
Movimiento de oposicin
o
correccinaPablo
Deuteropaulinas
Tritopaulinas
Hechos;(IPe);
2Pe
Santiago
(?)
Mateo
(?)
Apocalipsis
(?)
emerge de la Carta de Sant iago y del Apocal ipsis
es una concepcin monol t ica , en bloque. Pablo,
en pr incipio, no niega la concepcin de Sant iago,
pero t i ene un concepto ms a r t i cu lado de la per
sona , cons t ru ido seguramente sobre la base de la
cul tura helenis ta .
Algunos han v i s to en Sant iago una cor recc in
a l concepto pau l ino . En es te sen t ido po dr a t ra ta r
se de un elemento ant ipaul inis ta; es decir que esta
pr imac a to ta l de la fe no se hubie ra com pre nd ido
bien , p rovocando en a lgunos una reacc in en sen
t ido contrar io. Para Sant iago la fe s iempre va jun
to a las obra s , m ient ras q ue Pa blo habla de la fe s in
las obras , pe ro n o po r el lo las excluye.
Tambin en el pasaje del Evangel io de Mateo,
donde d ice : a
fin de que ellos vean sus buenas obras
y glorifiquen al Pad re que est en el cielo",
de a lguna
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4L
ma nera se pu ed e hab la r de e lementos que t i ende n
a cor reg i r e l pensa mien to de Pablo , pero no pod e
mos a f i rmar lo con segur idad .
Lo mismo podr amos dec i r de l Apoca l ips i s ,
que est en desacuerdo con Pablo sobre la consu
micin de la carne inmolada a los dolos. No es
que sta fuera vendida en el mercado, como a ve
ces se af i rma, porque estaba estr ic tamente prohi
b ido (aunque toda proh ib ic in puede no se r res
petada) , s ino que la carne inmolada a los dolos se
coma de lan te de l t emplo o b ien se enviaba prep a
rada a personajes clebres .
Co n respecto a este tema Pa blo deca: los dolos
no son nada, la carne inmolada a los dolos es
muy buena : cmanla s in p rob lemas ; bas ta con
saber de qu se t ra ta . Evidentemente, este es un
razonamiento muy ab ie r to de Pablo . E l au tor de l
Apocal ipsis y los de las car tas apostl icas t ienen
una ac t i tud comple tamente d i fe ren te : no qu ie ren
que los cr is t ianos part ic ipen de estos banquetes ,
p roponiendo una ac t i tud de rup tura , t p ica de l
"Carta a
pen sam iento jon ico , con e l m un do pag an o ci r
c u n d a n t e .
En esto algunos estudiosos han vis to otro ele
mento ant ipaul inis ta . Pensemos cmo en feso fue
do nd e se manifest p r im ero la tende ncia a seguir a
Pablo; hacia fines del siglo I, en cambio, y ante la
presencia de la escuela jonica, la praxis eclesial ya
se diferenciaba de la escuela paul ina. Aunque esto
no es ms que una hiptesis , la Carta a los Efesios,
poblada de referencias jonicas, podra ser vis ta
como e l in ten to de recomponer una c ie r ta un idad
entre el movimiento paul ino presente en feso con
contestaciones y tensiones, y el m ovi mi ento jo
nico,
dis t into en cier tos aspectos del de P ablo, para
logra r un a sntesis que slo hall la Iglesia en la
primera mitad del s iglo II , tambin en feso. Sera
un movimien to d ia lc t ico que podr a descr ib i r se
com o tesis (Pablo), anttesis Quan) , y un a sntesis
(La Carta a los Efesios) que tiene muchsimos ele
m e n t o s p a u l i n o s p e r o , s o r p r e n d e n t e m e n t e , m u
chos elementos jonicos tambin. Esto por lo que
respecta al movimiento ant ipaul inis ta .
ANTTESIS
y "Juan"
SIS '
: Efesios"
22
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^
Cronologa:
1. Cul es el pu nto d e referencia m s im pora n-
te en la vida d e Pablo, del que podem os encon
trar datos en la Biblia y fuera de ella?
2.
Cules son los dos esquemas cronolgicos
principales para ordenar su actividad? Dnde
se fundamentan?
^ Laconversin y sus consecuencias:
1. Qu pasajes bblicos relatan la conversin
de Saulo? Qu valoracin histrica merecen?
2.
Cules son los mundos que se entrecruzan
en la formacin y actuacin de Pablo?
3. Qu sentido tiene para Pablo "la misin"?
/^ Los rivales de Pablo:
1. Cules son los rivales que encontr Pablo
en su tarea?
2.
Qu tipo de respuesta esgrime frente a
ellos?
s Autenticidad paulina de las Cartas:
1. Qu diferencia existe entre autenticidad e
inspiracin?
2. Cmo se suelen dividir las "cartas pau lina s"
segn su autenticidad?
r Paulinismo y antipaulinismo:
1. Qu escritos del Nuevo Testamento ofrecen
una valoracin positiva de la obra de Pablo?
2.
Cmo es presentado Pablo en cada uno de
ellos?
3.
En qu textos bblicos y extrabblicos po de
mos encontrar rasgos de antipaulinismo?
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E
n esta parte tomarem os las Cartas de Pablo en
ordencronolgicopara conocer mejor las m oti
vaciones con las que fueron escritas y las comu
nidades
a las que fueron dirigidas en su contex to hist
rico.
Esto nos permitir comprender mejor los temas
que predominan en ellas.
Los destinatarios
A los caudillos helenistas les encantaba fun
dar ciudades y hacer construir monumentos con
sus nombres. Es as que Casandro en 316-315
a.C, reuniendo a algunos barrios, fund la ciu
dad de Tesalnica, bautizada por l con el nom
bre de su esposa, hermanastra de Alejandro
Magno. El nombre de "Victoria sobre los Tesa-
lios"
conmemora la conquista y la pacificacin
de la regin de Tesalia, alcanza da definitivamen
te en 352 a.C.
En tiempos del Nuevo Testamento Tesalnica
era una ciudad comercial muy poblada, bien ubi
cada dentro del sistema de las rutas romanas, un
puer to de m ar y sobre todo capital de la provincia
romana de Macedonia, sede de un procnsul. La
ciudad tena tambin una gran comunidad juda
(cf Hech 17,1). De la historia de la ciudad y de su
riqueza dan testimonio todava hoy, adems del
nombre antiguo, importantes monumentos tanto
del perodo helenista-romano como del perodo
cristiano.
27
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En su segundo viaje misionero Pablo lleg a
Tesalnica desde Filipos, acompaado por Silas y
Timoteo (Hech 16,19.40;
1
Tes
1,1;2,2).
Silas (Silva
no) era un profeta de la comunidad primitiva de
Jerusaln (Hech 15,32); Pablo lo eligi como su
compaero para el segundo viaje (Hech 15,29s).
Timoteo se convierte y entra a formar parte de la
comunidad cristiana gracias a Pablo, durante el
primer viaje; a partir de ese momento se convirti
en su comp aero de ruta, su colaborador y amigo.
La actividad de Pab lo en Tesalnica es descrita
en H ech 17,1-10. Pablo al principio predic los s
bados en la sinagoga; luego, como consecuencia
de la oposicin juda, en una casa privada.
Gracias a su nuevo anuncio, se convirtieron
algunos judos, adem s de num erosos griegos "te
merosos de D ios" entre los cuales se hallaban mu
jeres nobles. A causa d e esto,
los
judos se irritaron
y provocaron una rebelin; por lo tanto Pablo r
pidamente abandon la ciudad junto a sus com
paeros y se dirigi a A tenas.
Algu nas frases de P ablo en la carta hacen refe
rencia a estos hechos. Habiendo perm anecido p ro
bablemente algunos meses, Pablo logr fundar
una com unidad estable 1Tes1,2-9; 2,13), la cua l al
poco tiempo desarroll una fuerza misionera pro
pia
1
Tes 1,7). Esta estaba compuesta en su mayo
ra por cristianos de origen paga no
1
Tes 1,9; 2,14).
El esfuerzo misionero de Pablo fue m uy gran de. l
quiso ganarse el pan con el trabajo de sus propias
manos, para no ser de peso para nadie (1 Tes 2,9).
Sin embargo, sufra por contar con mu y pocos m e
dios;
por eso fue muy agradecido ante la ayuda
que le enviaron los cristianos de Filipos (Flp 4,16).
Lugar y fecha de redaccin
Como Pablo, despus de haber dejado Tesal
nica, no pu do visitar personalm ente la com unidad
como hubiera querido, desde Atenas envi a Ti
moteo, y desp us d e su regreso escribi la Carta a
los Tesalonisenses
1
Tes 3,16). Al escribir la carta,
Pablo puede mencionar los xitos misioneros en
Acaia (1 Tes 1,7).
De aqu se deduce que la carta fue redactada en
Corinto, la capital de la Acaia, adon de P ablo haba
llegado desd e Atenas prosig uiendo con su viaje y
adonde trabaj durante un ao y medio (Hech
19,11). Silas y Timo teo, junt o con Pab lo 1Tes 1,1),
segn Hech 18,5, se quedaron en Corinto con el
apstol. De aqu se desprend e qu e la primera car
ta a los Tesalonicenses fue escrita alrededor del
ao 50 d. C ; por lo tanto, no slo es la m s an tigua
de todas las cartas paulinas co nservada, sino tam
bin el primer escrito n eotestamentario.
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Contenido
Pablo expresa a la com unida d su accin de gra
cias a Dios por el ejemplo d e su fe y de s u vida (1
Tes
1,2-10).
El apstol y la comunidad estn cor-
dialmente relacionados (2,17-3,10). En la conclu
sin de la carta l recuerd a cules son los deberes
cristianos en un mundo pagano (4,1-18; 5,2-12).
Un tema particular es el del destino de los difun
tos,del que Pablo se ve obligado a hablar por las
preocupantes preguntas que le hacen (4,3-18; 5,1-
11).Algunos cristianos m urieron antes del tan es
perad o regre so salvfico de C risto. Para ellos, va
len o no las esperanzas? Pablo describe el cumpli
miento apocalptico siguiendo las ideas judas ve-
terotestamentarias, que tambin aparecen en una
frase del Seor (4,15). "Nosotros permanecemos
con el Seor para s iem pre" (4,17;5,10) es la conso
lacin confiada del apstol.
Tambin esta primera carta de Pablo contiene
discusiones con adversarios (2,1-12) como las que
luego se encontrarn en las cartas sucesivas. Pablo
subraya la pure za de sus mo tivaciones como misio
nero:
ciertamente n o lo son ni el engao ni el error
(2,3),
tampoco la adulacin ni la avidez de dinero
(2,5) o la ambicin de ser reconocidos (2,6). Tal vez
Pablo quiere tomar distancia de una cierta propa
ganda hbil en los negocios, como la practicada por
profetas y filsofos, tanto judos como helenistas,
en las plaz as y en las calles (Hech 17,8). En el siglo
II d.C. Luciano de Samosata traza sobre ellos una
lo-grada caricatura, a pesar d e que l mism o se les
asemejaba. Adems, dentro de las duras acusacio
nes que Pablo dirige a los Judos en 1 Tes 2,14-16,
encontramos problem as d e no fcil solucin.
Crtica literaria
Como para las otras cartas de Pablo, tambin
para 1 Tes cabe preguntarse sobre su forma origi
nal y su unidad . Como primer p roblema aparece el
hecho de q ue 1 Tes1,2-10 y 2,13 parecen dos pre
mbulos epistolares, y 3,11-14 y
5,23-28
dos con
clusiones. Esto significa que en su composicin
hay d os cartas conectadas en tre s?
Otro problema es que en las dos cartas canni
cas a los Tesalonicenses habra dos pasajes de car
tas autnticas de Pablo integradas por agregados
redaccionales, de lo que se deducira la existencia
de cuatro cartas de Pablo a los Tesalonicenses, diri
gidas a ellos por el apstol en tiemp os diferentes.
Introduccin a la carta
La estructur a tpica de cada carta d e Pablo es la
siguiente:
29
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Direccin y agrade cim iento, remiten te, j
Destinatarios.
Saludo cristiano:
la gracia
y
la
paz",la be
nevolencia de Dios, cuando es recibida, se
convierte en paz; esta es una frase que
Pablo toma del judaismo y la hace propia.
w
f e ?
En todas las cartas, al dirigir su mensaje a la
comunidad , s iempre s ien te l a neces idad de pen
sar en los elementos posi t ivos que encontr entre
el los y por esto los ofrece inmediatamente a Dios.
Es tos e lementos lo an iman y le permi ten en t ra r
enseguida en s in ton a con la comunidad . Para
comprender a l a comunidad , Pab lo no p iensa pr i
mero en el mal que a veces l est igmatiza y con
dena sino en el bien que existe en ella.
Tenemos dos par tes :
a) La primera es autobiogrfica: Pablo escr ibe
desde Corinto. En el la vuelve a pensar en
a lgunos aspec tos sobre la comunidad . Por
30
e jemplo , encont ramos esa hermosa expre
sin "Sentamos por ustedes tanto afecto, que
desebamos entregarles no solamente la Buena
Noticia de Dios, sino tambin nuestra propia vi
da "
(1,8) . Esta comunidad, cuando se escr i
bi esta car ta , ta l vez haba s ido fundada
desde hac a pocos meses o un ao; s in em
bargo es in te resan te no ta r cmo Pablo no
duda en indicar les los ideales ms al tos de
la vida cristiana.
b) La segunda parte es exhortativo-explicativa:
Despus de haber recordado con tonos par -
t i c ipa t ivos , a l t amente emot ivos , su encuen
t ro con la com uni dad , t i ene a lgo que dec i r le ,
exhor tando a los que la componen .
Hay dos prob lemas teo lg icos que inquie tan a
la comunidad de Tesa ln ica : la resurreccin y la
parusa. Hay un tema sobre el que se discute:
Cmo esperaba Pablo la parus a : en breve t i em
po o en un t i empo i l imi tado? Los Tesa lon icenses
se ponan es ta p regunta : los que es tn en v ida se
enco nt ra rn con Cr i s to , pero los que m ur ie r on an
tes ,
cmo harn? Pablo responde que todos se
encont ra rn con Cr i s to en e l mismo n ive l , porque
los que estn en vida se encontrarn con Cris to y
sern l l evados "con ellos al cielo, sobre las nubes"
(4,17).
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Este es un lenguaje apocalptico para significar
el pasaje de un nivel terrestre a un nivel trascen
dente. Para puntualizar un aspecto de la evolu
cin de esta temtica en Pablo, en1Cor 15,51 lee
mos:
"Les voy
a revelar
un misterio: No todos vamos a
morir,pero todos seremos
transformados".Los vivien
tes pasarn; luego todos sern llevados sobre las
nubes;
es decir pasarn d e un nivel de inm anencia
a un nivel de trascendencia, y no dice ms nada.
Pablo, volviendo a pensar sobre el tema en un
segundo momento, explicitar mejor que nuestra
situacin no es compatible con la situacin escato-
lgica:
aunque muramos, todos seremos transforma
dos,no en el sentido d e que recupe raremo s el
cuerpo de nuestra juventud. Habr una resurrec
cin de los muerto s y el encuen tro al mismo nivel
de los vivientes.
Un se gun do problem a es la fecha d e la parus a,
un problem a q ue alimenta la curiosidad , especial
mente si, sin decodificar adecuadamente el len
guaje apocalptico, se la imagina en trminos fan
tasmagricos, un retorno visible, casi como un
gran espectculo. Pablo dice: el Da del Seorven
dr como un ladrn en plena noche" (5,2). Con res
pecto a este tema, Jess tambin utiliza esta ima
gen en M ateo 24,42-44. Esto nos dem uestra que es
muy probable que nos encontremos ante una
expresin propia de Jess ya que no se la encuen
tra en escritos bblicos anterio res, ni en la cultura
de la poca, ni en el Juda ismo , ni en la com unid ad
primitiva. L as nicas veces qu e se la utiliza (2 Pe
3,10 y Ap 3,3) son e n referencia a Cristo .
Si observ amo s con atencin el final de la carta,
en
5,11,
encontramos un tono exhortativo, lleno d e
verbos en imperativo que nos dan el cuadro, tal
vez idealizado, de cmo deba ser y era esa com u
nidad cristiana verdaderamente dcil a la influen
cia del Esp ritu de C risto. Al final, Pablo pid e que
recen por l; no se trata de una form alidad. Luego
los invita a que lean la carta en comunidad. A
veces es en las conclusiones donde encontramos
algunas de las frases ms bellas del epistolario
paulino.
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Este es el motivo p rincipal po r el que los estu
diosos se inclinan cada vez ms a aceptar que la
carta se dirigi a las com unid ades que vivan en el
verd adero territorio de los G latas. Los dos viajes
presu pue stos en Gal 4,13 seran el seg un do (H ech
16,6) y el tercer (Hech 18,23) viaje misionero. Es
tos dos viajes, recordados slo brev em ente en los
Hechos de los Apstoles, para Pablo y sus com
paeros constituyen seguramente trayectos bas
tante cansadores a travs de regiones muy am
plias y prcticamente inhspitas.
Los Hechos de los Apstoles no nom bran nin
gn elemento particular: ni los lugares visitados,
ni las comunidades fundadas. En Gal 1,2, en cam
bio,esos particulares son p resup uesto s. El silen
cio de los Hec h suscita algu nos inte rrog antes . Los
nombres concretos, provenientes de regiones le
janas,
tal vez por algn m otivo ya eran conocidos
en el mom ento d e la redaccin d e los Hech (alre
dedor de 90 d.C.) o bien no haba nada impo rtan
te para referir sobre esta comun idad. N o ob stan
te la accin defensiva de P ablo, tal vez ellos hab
an cado nuevamente en el legalismo judeocris-
tiano.
Contra la teora nor-galtica se enarbolaba la
teora de que la arqueologa no haba encontrado
mon umen tos cristianos antiguos. Pero las excava
ciones realizadas en Bogazkoy (localidad situada
en el corazn d e Asia Menor, en un recod o del ro
Halys) han revelado testimonios de ese tipo, y en
cantidad sorprendente.
Cuatro piedras tumbales judas y seis cristia
nas encontradas en ese lugar (reconocibles res
pectivamente por el candelabro de siete brazos y
33
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por la cruz) son el tes t imonio seguro de otras
comunidades loca les ex is ten tes en la an t igedad
tarda .
L u g a r y fe c h a d e c o m p o s i c i n
Despus de su permanenc ia en t re los Gla tas ,
Pablo se qued durante t res aos en Efeso (Hech
19,21) no m uy lejos de las co m un ida de s glatas . A
Efeso le podan l legar fci lmente not icias sobre
el las . La Carta a los Glatas se gur am ente fue escr i
ta en Efeso alred edo r del a o 54 d.C. , en el l t im o
per odo de la permanenc ia en es ta c iudad . Se
guramente fue redactada antes de la Carta a los
Romanos , que t ra ta , en par te , de l mismo tema de
la Car ta a los Gla tas , aunque de un modo ms
detal lado y profundo (Rom 1,17 = Gal 3,12; Rom
4,2-25 = Gal 3,6-25; Rom 6,18-23 = Gal 5,1.13). La
Carta a los Romanos fue escr i ta a lrededor del ao
55 d. C ; por lo tan to, la Carta a los Gla tas ev iden
temente es anter ior .
C o n t e n i d o
La Carta a los Glatas integra la brevs ima
narracin de los Hechos de los Apstoles (16,6;
18,23) sobre la misin de Pablo en Galacia . Cuan
do el apstol estaba en esa regin y al l obraba,
cay gravemente enfe rmo. Para los Gla tas eso
s ign if icaba una ten tac in : cons idera r lo un ho m bre
cas t igado por Dios y , por lo t an to , merecedor de
ser despreciado; o bien que, inclusive, los obl iga
ba a p ro tegerse de l demonio de su enfe rmedad .
Los Gla tas , en camb io han rec ib ido a Pablo com o
un ngel de Dios, como el mismo Jesucris to: e l los
es taban d i spues tos a dar lo todo por l .
Se sen t an pr iv i leg iadamente fe l ices por e l
hecho de que e l aps to l hubie ra l l egado has ta su
regin (Gal 4,13-15). Por lo tanto, Pablo se siente
afec t ivamente muy cercano a es tas comunidades .
El las son sus hi jos , po r los qu e est sufr iendo nu e
vamente los dolores del par to (4,19) . Los neocon-
versos se rv an prec eden tem ente a los do los ; po r
lo tanto, eran paganos (4,8) . La misin haba teni
do m uch o x i to : Dios hab a d ad o su Esp r i tu a los
c reyentes , y hab a obrado mi lagros en t re e l los
(3,5). El Espr i tu haba real izado la nueva exis ten
cia de la l iber tad, que est fuera de todo legal ismo
(5, ls) . Aquel los que pr imero eran extranjeros,
ahora eran hijos (4,6s). El Espritu es la victoria
sobre la carne (5,16-24).
Pero en ese momento a Pablo le l legan not icias
inquie tan tes y do lorosas . En las comunidades de
Galac ia hab an en t rad o mis ione ros ex t ran je ros , en
nom bre de Sant iago , e l he rm an o de l Seor, ob ispo
de Jerusaln (2,12).
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Esto no significa que Santiago y los primeros
apstoles hubieran enviado a esos misioneros y
que aprobaran en todo su modo de obrar. Ms
bien Pablo subraya su acuerdo con los apstoles
del grupo de los Doce (1,17-2,10). Los intrusos
pretendan que tambin los cristianos que venan
del pagan ismo observ aran las prescripciones de la
ley juda veterotestam entaria y vivieran segn las
costumbres judas (2,19). Ellos deban observar
el calendario hebreo (4,10) y hacerse circuncidar
(5,2 ss; 6,12). Eran las obra s d e la Ley, como afir
mab an los adversarios de P ablo, y no la fe, lo qu e
prop orcion aba la justificacin (2,15ss; 9,12). Por lo
tanto,
estos opositores eran "judaizantes" (2,14)
que rechazaban el evangelio de Pablo libre de la
Ley. Tal vez all se mezclaban ciertas tendencias
gnsticas, si interpretamos como recriminaciones
hacia una autoconciencia gnstica ciertas protes
tas como las de Pablo en Gal 5,26; 6,lss.
Los adversarios saben bien cuan profunda
me nte unido s a Pablo estaban los Glatas; por eso
intentan destruir la relacin entre la comunidad y
su apstol (4,17). Ellos dicen que Pablo, a diferen
cia de los apstoles del grupo de los Doce, no
haba sido llamado por el mismo Cristo. Como
respuesta, el apstol fundamenta su servicio con
una rendicin de cuentas insistente.
0
Ante todo refiere algo sobre su llamada sin
intermediarios po r parte d el mismo Cristo resuci
tado (1,12); luego habla en forma detallada de su
vida hasta ese mo me nto; es decir, su celo por per
segu ir a la Iglesia (l,13ss ); lueg o se refiere a su ser
vicio personal como misionero entre los pueblos
(l,16ss); tambin habla de sus dos viajes a
Jerusaln y de su encuentro con los primeros
apstoles (1,17-2,10). Estos ltimos han conocido
el evangelio de la libertad predicado por Pablo y
su tarea como apstol de los paganos. Despus el
apstol hace referencia a una discusin entre l y
Cefas en Antioqua (2,11-21) a propsito de la
libertad por las prescripciones sobre los alimen
tos.Gal1,13-2,21 es un texto m uy impo rtante por
que resume muy bien lo que Pablo siente frente a
tantos aos de su vida sobre los que se conservan
slo noticias muy escasas y en parte hasta contra
dictorias.
M uy irritado, Pablo combate contra estos intru
sos,
sus adversarios. l los llama "falsos herma
nos"(2,4), qu e dis torsio nan el Evang elio (1,7); con
agud o sarcasmo dice que aquellos que p redican la
circuncisin deberan "dejarse mutilar" (5,12),
exactamente como en Galacia en varios cultos se
practicaba habitualmente una autocastracin
sacral. Con preocu pacin y am or insistentes Pablo
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supl ica a los i r racionales Glatas , porque los ve
como hechizados (3,1) .
Verdaderamente no es por l as obras de la Ley
que el los han recibido el Espr i tu Santo, s ino por
la predicacin, pero la predicacin de la fe (3,2).
De las obras de la Ley no se puede obtener nada
que no se haya recibido ya de la fe en Cris to. El
que qu ie re ob tener a lgo ms , p ie rde comple ta
m en te a Cristo (3,5; 5,2). La Ley slo logra co nd u
cir a l hombre a tomar conciencia de sus pecados
(3,10-14) . El la solamente t iene sent ido como edu
cacin en vista de Cristo (3,15-29). Los Glatas no
pueden cambiar la l iber tad y su condicin de hi jos
ado ptiv os con la esclavi tud bajo la Ley. Sin em bar
go, la libertad de la Ley no es
independenc ia abso lu ta y
arbitrio: ella es libertad
para Cris to y para su
ley, que obra por me
dio del amor (6,2).
La Carta a los G
latas es para la histo
ria de las religiones
u n d o c u m e n t o i m p o r
tante que test imonia la
separacin entre el cristia
nism o y el judais mo . Sin esta
l iberacin, e l cr is t ianismo habra s ido slo una
secta del judais mo , s in convert i rse , en cam bio, en la
rel igin d e toda s las naciones.
Nacida de la his tor ia concreta , es ta car ta es una
respues ta qu e respon de m s a ll de su t i em po a la
pregunta que s iempre se le pone a la Iglesia sobre
qu es lo que verdaderamente cuenta : s i l a re la
cin con la t radicin o la novedad creadora de la
fe ,
la l ey o la libe r tad , l a obra inada pta da de l h om
bre o la gracia redentora de Dios, y , en l t imo tr
m i n o ,
s i e l ho m bre o Dios. La decis in d e Pablo es
la misma del Evangel io de Jess que anuncia el
seoro real de D ios y esa fi l iacin d ad a p or l .
Crt ica l i teraria
S l o e s p o r d i c a m e n t e p a r a l a C a r t a a l o s
Glatas se dan hiptesis sobre la posibi l idad de
que una car ta o r ig inar ia de Pablo habr a s ido am
pliada con glosas adjuntas . La mayor parte de los
exge tas cons idera que la ca r ta es una un idad y
que fue to ta lmente redac tada por Pablo .
De todos modos no se exc luye que vers cu los
ind iv idua les puedan se r g losas pos te r io res ; l a
hiptesis es discut ida sobre todo por Glatas 2,7s .
Se ve c la ramente que aqu aparece dos veces e l
nombre de Pedro , cuando en cambio Pablo usa
siempre el de Cefas (1 Cor 1,12; 3,22; 9,5; 15,5; Gal
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1,18; 2,9.11.14). Tal vez en Gal 2,7s resuena la fr
mula protocolar del decreto emitido por la asam
blea de los apstoles. O bien el nombre de Pedro
deja reconocer una formulacin introducida des
pus d e la redaccin d e la carta.
Introduccin a la carta
En Galacia se haba dad o un a situacin de em er
gencia por la presencia de algu nos judaizantes que
ponan en duda la autenticidad de la predicacin
de Pablo. Hay una rebelin y un a situacin de ten
sin. Pablo es informado y reacciona, como es su
costumbre, en modo impetuoso y enrgico. Por lo
tanto, la carta comienza con un tono encendido y
polmico, y se suaviza hacia la con clusin.
Quines eran los judaizan tes? E ran judos con
vertidos al cristianismo que afirmaban que antes
de ser cristiano haba q ue conv ertirse al judaism o.
Pablo, en cambio, afirma que se pu ed e ser cristia
nos directam ente, sin pasar po r el judaism o. Basta
con aceptar a Dios y a Cristo; sobre tod o no es ne
cesario que los cristianos man tenga n en su v ida li
trgica ciertas prcticas caractersticas de l judais
mo (la circuncisin, por ejemplo).
Estas iglesias de Galacia que han recibido la
primera evangelizacin de Pablo, escuchan ahora
a otros cristianos que les dicen que Pablo los ha
enga ado, que el Evangelio q ue l predica no es el
verdadero. El verdadero Evangelio sera el que
pasa primero por la fase juda y conserva en la
praxis cristiana todo lo que p ued e conservar de la
Ley juda. Pablo interviene en esta situacin con
decisin y autoridad.
Esimportante notar qu e estaesla nica carta en la
que Pablo se saltea el agradecimiento d el comienzo.
Norm almente el esquem a de u na carta es el siguien
te:direccin-agradecimiento-cuerpo de lacarta.
Desde el pu nto de vista del contenido es la carta
de la novedad cristiana, novedad con respecto al
judaismo . Tambin es la carta preferida de Lu tero.
Estructura temtica
Hay unaprimera parteautobiogrfica,para demos
trar que el Evangelio que ha recibido es el verdad e
ro Evangelio, y u nasegunda partedoctrinal,para ilus
trar cul es su posicin con respecto a los Glatas.
1,1-5
1,6-2,21
3,1-29
4,1-31
5,11-6,10
6,11-18
Direccin
nico Evangel io
La fe y la Ley
La filiacin divina
La vida segn el Espr i tu
Re sume n y sa ludo
y seg n la
carne
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Esta es la estructura macroscpica ms amplia.
Pero hay una estructura interna ms articulada.
Se basa en la preponderancia de ciertos trminos:
Evangelioen los primeros dos captulos; en el ter
cero es
la fe y
la
Ley;
la
filiacin divina
predomina en
el cuarto; en el quinto est prese nte la temtica d e
la vida segnelesprituysegn la carne;en el sexto
captulo est elresumeny elsaludo.
La Carta a los Glatas no tiene la frescura y la
espontaneidad de la Primera Carta a los Tesaloni-
censes, pero es una carta donde el estilo de Pablo
en ciertas expresiones e intuiciones imp ortan tes se
encuentra en estado puro.
Los destinatarios
En la poca del Nue vo Testam ento era una ciu
dad rica, por ser comercial y famosa tambin por
sus producciones artsticas (los jarrones de Co-
rinto embellecen todava hoy varios museos). En
Corinto, adems, se cultivaba la ciencia griega (1
Cor
1,19-24).
Gobernada por un procurador roma
no, la ciudad era la capital de la provincia de
Acaya (Hech 18,12). Una parte notable de la po
blacin estaba compuesta por ciudadanos roma
nos.
Despus de la conquista y la destruccin de
las ciudade s por parte de los Romanos en 146 a.C ,
haba sido fundada nuevamente por Julio Csar
en 44 a.C. y colonizada en parte con ciudadanos
romanos. Situada sobre un istmo, Corinto tena
dos puertos, al oeste y al este. En Corinto se mez
claban las culturas de Occidente y de Oriente. De
la gran historia d e la ciudad dan testimon io tod a
va hoy sus monumentos: las murallas ciudada
nas,varios tem plos, los prticos y los edificios ter
males,
el teatro, la gran p laza d el m ercado con el
llamado "tribunal de Galin" (Hech 18,12).
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En Corinto exista tambin una comunidad ju
da (Hech 18,2-8). En unas excavaciones arqueol
gicas se encontr un arquitrabe de piedra con la
inscripcin: "Sinagoga de los Judos". La e scritura
es bastante torpe; la puerta conduca probable
mente a un templo muy simple. Junto a la clase
rica viva en Corinto un proletariado pobre.
Tambin en la com unidad cristiana haba m uchos
pobres y gente que contaba m uy poco
1
Cor1,28),
aun que no faltaban los ricos y los notables (1 Cor
1,26; Rom 16,23). En el istmo se realizaban, en ho
nor de Poseidn, los juegos stmicos, no menos
famosos que los juegos olmpicos. Tal vez 1 Cor
9,4 sea una alusin a ellos. En la colina que dom i
na la ciudad se encontraba el templo de Afrodita.
La inmoralidad de Corinto era proverbial: "vivir
al estilo corintio" significaba "vivir sin discipli
na". En la comunidad cristiana de Corinto, Pablo
tuvo que censurar casos graves de lujuria (1 Cor
5,1-13;6,9.18-20). Justamente all escribi la Carta
a los Romanos, donde hace referencia a la relaja
cin moral del mun do pagano (Rom1,18-32).
Pablo haba llegado a Corinto en su segundo
viaje misionero alrededor del ao 51 d.C. (Hech
18,1-17). Con respecto a esto, en 1 Cor 2,3, dice:
"Me p resent ante ustedes
dbil, temeroso
y vacilante".
El apstol vena desde Atenas, donde haba po di
do hacer muy poco (Hech 17,34). Poda esperar
una respuesta diferente en la ciudad de Corinto?
Al comienzo Pablo predicaba los sbados en la
sinagoga, luego en la casa lindera, propiedad de
Ticio Justo, un pagano "que adoraba a Dios"
(Hech 18,4-7). El xito suscit la oposicin de los
judos, que queran inducir al procurado r roman o
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Galin a que prohibiera la predicacin porque iba
contra la Ley (juda o estatal?). Galin vio que se
trataba de una discusin religiosa juda, negn do
se a interve nir (Hech 18,12-17).
Luego P ablo se dedic a la misin entre los pa
ganos (Hech 18,18), como aparece en 1 Cor 12,2,
donde la mayor parte de los miembros de la co
munidad eran cristianos de origen pagano. Tras
una permanencia de un ao aproximadamente,
Pablo reuni en Corinto una comunidad impor
tante de creyen tes. La misin sup er los lmites d e
la ciudad: en toda la provincia de Acaya hubo
cristianos (1 Tes 1,7; 1 Cor 1,2; 2 Cor 1,1). Hacia el
final del tercer viaje m isionero, probab leme nte en
el invierno d e57-58,Pablo, despu s de haber acla
rado difciles controversias
2
Cor 7,5-13) se qu ed
todava tres meses en Corinto (Hech 20,3). La
Iglesia fundada por Pablo permaneci ininte
rrumpidam ente hasta nuestros das.
Crtica literaria
Durante el segundo viaje misionero (52-54)
Pablo permaneci tres aos en Efeso, separado de
Corinto pero al mismo tiempo conectado a travs
del Mar Egeo. Mensajeros y cartas iban y venan
entre ambas ciudades. Muchos de ellos son nom
brados en las cartas a los Corintios, a otros hay
que descubrirlos. En este perodo Pablo escribi a
la comunidad de Corinto al menos cuatro cartas
que normalmente se denominan "A los Corintios
A,B,C,D". En el Nuevo Testamento hay dos cartas
a los Corintios de las cuales, la primera cannica
correspondera a la carta
B;
y la segu nda cannica
a la carta D, supo niend o qu e en ambas cartas no se
hayan integrado prrafos de otras cartas. La per
dida carta A en parte puede recuperarse en 1 Cor
5,9-11,don de Pablo menciona una carta preceden
te dirigida a la comunidad. La carta A no fue
comprendida por los Corintios y, por lo tanto,
substituida por Pablo con la 1 Cor (= carta B).
La carta A segu ramen te se per
di.
Pablo escribi la Primera
Carta a los Corintios desde
Efeso (1 Cor 16,8) como
respuesta a las noticias
que le haban l legado
desde Corinto a travs
d e "los de la familia de
Che" (1 Cor 1,11), de
Apolo (1 Cor 16,12) y
tambin mensajeros en
viados desd e Corinto, que
le haban entregado una
carta escrita para l de sde all
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(1 Cor 16,17s). Pablo hace referencia a esta carta
muchas veces (1 Cor 7,1; probablemente tambin
8,1;12,1;
16,1). Otras noticias ciertamente no bue
nas le llegaron a Pablo por otra va(5,1;6,1). En la
carta el apstol se esfuerza por aclarar y respon
der a todos los interrogantes p artiendo desde la fe.
Su norma y fin es la edificacin de la comunidad
(8,11;
9,19;
10,33;
14,12). Pablo no da rden es; m s
bien motiva y trata de convencer.
Entre la
1
Cor y la
2
Cor cannicas se debe colo
car una visita de Pablo a Corinto y una carta suya
escrita a esa com unidad. Preo cupado p or a lgunas
noticias sobre algunas intrigas en esa ciudad, el
apstol, desde feso hizo una breve visita a Co
rinto, en medio de muchas preocupaciones. Esto
es relatado en 2 Cor 12,14; 13,1 ya que Pablo dice
aqu que ya estuvo d os veces en Corinto, mientras
en cambio, segn los datos de los Hech y de1Cor,
habra estado en Corinto slo una vez, y precisa
mente cuando haba fundado la comunidad. Con
esa breve visita intermedia Pablo haba obtenido
muy poco; es ms, personalmente se sinti ofen
dido (2 Cor
2,5-11;
7,12).
Al volver a feso Pablo escribi una carta
"con
gran
afliccin
y
angustia,
y
con muchas
lgrimas" (2
Cor 2,4). Esta sera la carta perdida C. Si bien esta
carta no se ha po dido conservar, se sospecha que
en 2 Cor 10,13 se haya conservado la "carta de las
lgrimas" o al menos una parte de la misma. Pa
blo envi a Corinto a su colaborador Tito, que lo
gr hacer reflexionar a la comunidad y hacerle
cambiar de ruta (2 Cor 2,12s; 7,5-7). Despus de
que Pablo se fuera de feso, se encontr con Tito
en Macedonia
2
Cor 2,12s). El informe de la situa
cin presentad o por Tito fue pa ra l un m otivo de
alegra y consolacin (2 Cor 7,5-7); por eso escribe
a los Corintios una carta, la 2 Cor (= carta D),
redactada en Macedonia probablemente durante
el verano o el otoo del ao 57 (o tal vez tambin
de 58).
Contenido de la I
a
Cor:
su unidad, lugar
y
fecha
Un tema impo rtante de la I
a
Cor (como tambin lo
ser en la 2
a
Cor) es el de la unid ad de la Iglesia. En
la comunidad de Corinto estaban presentes tres
(o cuatro?) grupos, cada uno de los cuales quera
hacer referencia a su gua, a Ap olo, a Cefas, a Pablo
y a Cristo 1 Cor
1,12).
Apolo era un judeocristiano
formado en Alejandra, el centro de la ciencia y de
la oratoria griega; era una pe rsona in struid a y llena
del Espritu Santo, que precedentemente haba
sido discpulo de Juan Bautista (Hech 18,24-28).
Despus de la partida de Pablo, Apolo evangeliz
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en Corinto (1 Cor 3,6) . El gru po reu nid o po r l pre
tenda ejercer la predicacin del Evangel io como
un "d iscurso de sab idur a" (1 Cor 1,17), es decir
segn la retrica y la filosofa griegas. La gente de
Cefas p robablemente es taba compues ta sobre tod o
por judeocris t ianos que hacan referencia a Cefas
(Pedro) y as pretendan conservar la observancia
de la ley veterotestamentaria (Gal 2,2).
Que e l mismo Pedro haya evange l izado en
Corinto es muy dif c i l de comprobar , aunque esta
opinin no deja de aparecer cada tanto en los estu
dios bbl icos. El par t ido de Pablo quera per tene-
cer le en m od o especial . N o es claro quine s forma
ban el par t ido de Cris to. Tal vez se sent an perte
necer aquel los que rechazaban la mediacin del
apstol , haciendo referencia directa a Cris to con
un equivocado sent ido de l iber tad. O bien se
puede pensar que las pa labras "Yo soy de Cr i s to"
son solamente una conclusin que hace Pablo
sobre lo que deba corresponder a todos. Contra
toda divis in en par t ido s, e l apstol dice que to dos
los mae stros per ten ecen a todos los Corint ios , pe ro
los Corint ios , en su conjunto, per tenecen al nico
Cris to: "Todo es de ustedes, pero ustedes son de Cristo
y C risto es de Dios" (1 Cor 3,22-23).
E l o rden mora l de una comunidad para Pablo
sin duda era algo esencial . Como el judaismo, as
tambin Pablo, especialmente frente a la fal ta de
m o r a l i d a d d e l p a g a n i s m o , e x i g a u n a m o r a l
sexual bien precisa (Sap 14,24-26; Rom
1,24-27).
l
s e i n d i g n a p o r q u e "uno convive con la mujer de su
padre" (1 Cor 5,1-13). Esto puede significar sola
mente que es te hombre v iv a jun to con la madras
t ra despus de la muer te de su padre o la separa
c in de ambos , o b ien con una concubina de l
p a d r e , p o r q u e t a m b i n l a m o r a l m a t r i m o n i a l p a
gana no habr a to le rado un inces to con la madre .
Pablo exige que el culpable sea excluido de la co
munidad . Prohibe en e l modo ms abso lu to la
relacin con prost i tutas . Pareciera que en la comu
nidad a lgunos fan t icos que se c re an insp i rados
por e l Esp r i tu t en an como mxima de v ida la
expres in : "Todo me est permitido" (1 Cor 6,12;
10,23) , con la que just i f icaban una vida sexual s in
moral . Pero Pablo dice que el cuerpo es el templo
del Espr i tu San to y que el cr is t iano de be glor if icar
a Dios en su cuerpo (1 Cor 6,20).
La segunda parte de 1 Cor (7,1-15,58) responde
a prob lemas p lan teados por l a Car ta a los Cor in
t ios.
En el encuentro con el Evangel io, junto con
nuevas condic iones de v ida surg an cont inuamen
te nuevos interrogantes . Parece ser que en la co
m u n i d a d d e C o r i n to a l g u n o s p e n s a b a n q u e e l m a
t r imonio e ra a lgo malo , y p re tendan abs tenerse
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en el desarrollo de la liturgia). En 1 Cor 14,34-35
Pablo, sin embargo, afirma: "Que lasmujeres per
manezcan calladas durante las
asam bleas".
Cmo se
pueden armonizar estos dos principios? Pueden
alguna vez ser armo nizado s? Los versculos 14,34-
35 se encuentran en los manuscritos ubicados en
diferentes lugares; en algunos despus de 14,33 y
en otros d esp us de 14,40.
Un dato as es explicable general
mente con el hecho de que los vers
culos escritos al margen por una ma
no extraa ms tarde se incluyeron
en el texto original. Los versculos
14,34-36 interrumpen el nexo lgico
que e n 14,32s y 14,37 habla d e los pro
fetas d e la com unidad. Adem s los ver
sculos 14,34-36 parecen contener algun as
palabras no paulinas (por ejemplo la frmula:
"comodicela Ley"). Por estos m otivos la exgesis
tiende a creer que los versculos 14,34-36 no son
de Pablo, sino que fueron agregados ms tarde,
cuando de cualquier manera los derechos de la
mujer en la Iglesia ya haban sid o limitados y en la
Iglesia ya no tena ms el derecho de ensear (1
Tim 2,12).
Los dones del Espritu se manifestaban duran
te el culto con signos no siempre fciles de com-
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prender, como el "hablar en lenguas" (un balbu
cear exttico) y la "profeca" (entendida no como
prediccin de even tos futuros, sino como anuncio
pleno del Espritu divino). Esos dones del Espritu
son, como sabem os, cultivados tambin hoy en las
com unid ade s cristianas (1 Cor 14,1-40). Es en este
contexto que se inserta tambin el "Himno al
am or" (1 Cor 13,1-13).
Finalmente, interrogantes y dudas
provenientes d e Corinto le dan a Pablo
v^ /T ^k la ocasin de expresar la esperanza
/ de la resur recci n. La filosofa grieg a
J / poda ensear sobre la inmo rtalidad
/ '
del alma, como hace Platn en "Fe-
dn". Pero el cuerpo aqu es sentido
como u n peso y un a crcel del alma. Es
por esto que la concepcin griega no lo
graba comprender la doctrina de la resurreccin
del cuerpo y de su permanente unin con el alma
(segn Hech 17,32 esta doctrina fue rechazada
por Atenas). Pablo presenta la resurreccin de los
muertos como radicada en la resurreccin de
Cristo. Sin emba rgo, el mo do en el que se dar se
desconoce. Todo ser comp letamente diferente de
cmo son las cosas en este m un do (1 Cor 15,1-58).
La autenticidad paulina de I
a
Cor hoy es indis
cutible; pero no podemos decir lo mismo de la
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unidad original de la carta cannica que posee
mos hoy. Algunos estudiosos piensan que I
a
Cor
estara compuesta por dos cartas de Pablo dife
rentes, ms probablemente por las cartas A y B.
Algunas partes de la carta A habran sido inte
gradas en el cuadro de la
B.
Otros estudiosos divi
den las dos cartas a los Corintios en nu eve cartas
diferentes.
Estas hiptesis estn mo tivada s por el hecho de
que I
a
Cor trata temas mu y variados y no mues
tra ninguna disposicin rgida del material. Este
dato, sin em bargo , deb e ser explicado con el hecho
de que la carta deba responder a distintos inte
rrogantes. Este tipo de hiptesis carece de funda
mento suficiente.
La Primera C arta a los Corintios fue escrita po r
Pablo en feso (1 Cor 16,8). Si su permanencia en
esa ciudad debe colocarse entre los aos 52 y54,la
carta se ubica a mediados o a fines de este pero
do , tal vez en el tiempo precedente a Pentecosts
(1 Cor 16,8), antes del viaje de regreso de Pablo a
Jerusaln