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Valor del Mes:

Creo en el Espíritu Santo

Lema del Mes:

La comunión del Espíritu Santo esté con todos ustedes

(2 Cor 13, 13c)

Plan de PastoralMayo 2013

Créditos

Colaboradores: Hna. María Nirma Alvarado Mora (Arquidiócesis de Santiago), Hna. Teresa Inés Rojo, Prof. Catalina de la Cruz, Prof. Margarita de Cruz, Seminarista Edward Valdez y P. Deivi (Zona Monte Plata), Josefina Valdez, Pbro. Lorenzo Vargas Salazar (Zona Villa Mella-Guaricano, Arquidiócesis de Santo Domingo).

Coordinadora:Eugenia López

Diagramación y Arte Final:Jesús Pérez

Portadas: Werner Olmos

Impresión:Editora Amigo del HogarManuel María Valencia No. 4Santo Domingo, D. N. Tel.: 809.548.7594

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Plan de Pastoral - Mayo 2013

Acción Significativa del Sector:

Dramatizar Pentecostés (Hch 2, 1-11) y destacar los signos de comunión que hay en el Sector

Acción Significativa Familiar:

Colocar en la casa los 7 dones del Espíritu Santo y hacer la oración de invocación en familia

Índice

Primera Parte:

Encuentros de Evangelización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

Acción Significativa del Sector . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14

Con Flores a María . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

Vigilia de Pentecostés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

Triduo Eucarístico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

Segunda Parte:

Celebraciones Dominicales,

Lecturas de la Palabra de cada día y Meditación diaria . . . . . . . . . . . . . . 48

Celebración Solemnidad: Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107

Primera Parte:

Encuentros de Evangelización

Acción Significativa del Sector

Con Flores a María

Vigilia de Pentecostés

Triduo Eucarístico

Mayo 2013

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Primer Encuentro de EvangelizaciónSemana del 6 al 11 de Mayo del 2013

Creo en el Espíritu Santo

1. Orientaciones para este Encuentro: Se coloca en un lugar visible el valor del mes:

"Creo en el Espíritu Santo", y el lema del mes: La comunión del Espíritu Santo esté con todos ustedes (2 Cor. 3, 13). Escribir algunas frases que motiven a trabajar el tema, tales como: El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad. El Espíritu Santo es el Paráclito. El Espíritu Santo nos libera. El Espíritu Santo me da una vida nueva. El Espíritu Santo es el que da vida.

Llevar en la mano: Biblia y Catecismo de la Iglesia Católica. Se prepara un lugar con 3 elementos que simbolizan el Espíritu Santo. Pueden ser estos: Agua, Luz y Aceite. Explicar cada uno según el CIC 694, 695 y 696 y elaborar un cartel para colocarlo en un sitio visible para que todos puedan leer el significado de estos símbolos junto a la mesa.

2. Canto: El Espíritu Santo se siente en este lugar.

3. Invocación del Espíritu Santo.

4. Motivación:Iniciamos hoy nuestros encuentros de evangelización de este mes de

Mayo centrados en el valor del mes que es: “Creo en el Espíritu Santo” con el lema: “La comunión del Espíritu Santo esté con ustedes” (1 Cor 13,13c).

Todos sabemos que para entrar en contacto con Cristo, es necesario primeramente haber sido atraídos por el Espíritu Santo. Él es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Nos inicia en la vida nueva. No podemos verlo, no podemos retenerlo, ni mostrarlo. No podemos disponer de él a nuestro capricho porque es Dios y actúa secretamente en el mundo y en los corazones (Jn. 3,8).

Decir “creo en el Espíritu Santo”, es decir: “creo que la fuerza dinámica de Jesús que está siempre presente en mi vida y activa en las Iglesia. Creo que esa misma fuerza de Jesús puede ejercitarse hoy en cada momento”.

Por eso, la fe en el Espíritu Santo nos salva. Jesús no nos dejó huérfanos, sino que envió el Espíritu Santo paráclito que nos promete llevar una vida responsable y llena de amor.

Compartamos entre nosotros de tres en tres estas preguntas: • ¿Cómo podemos experimentar la existencia y acción de Espíritu

Santo en nuestras vidas?• ¿Qué quiere decir Paráclito?• Recuerda un acontecimiento en que sentiste claramente la acción del

Espíritu Santo en ti.

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5. Descubramos en la Palabra de Dios la acción del Espíritu Santo.

5. 1. Leamos de corrido estos textos del Catecismo de la Iglesia Católica y estas reflexiones:

742 "La prueba de que son hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: Abbá, Padre" (Ga 4, 6).

743 Desde el comienzo y hasta de la consumación de los tiempos, cuando Dios envía a su Hijo, envía siempre a su Espíritu: la misión de ambos es conjunta e inseparable.

744 En la plenitud de los tiempos, el Espíritu Santo realiza en María todas las preparaciones para la venida de Cristo al Pueblo de Dios. Mediante la acción del Espíritu Santo en ella, el Padre da al mundo el Emmanuel, "Dios con nosotros" (Mt 1, 23).

El Espíritu Santo es una persona divina, por tanto debe recibir la misma adoración, honor y gloria que las otras dos. Las Sagradas Escrituras da al Espíritu Santo atributos de Dios: omnisciencia (1 Cor 2, 10) omnipresencia (Sal 139,7) y omnipotencia (Caz. 4,6; Job. 33,4).

El Espíritu Santo es el poder activo de Dios, es Dios en acción (Lucas 14,6; Juan 14,17; Hech. 1,6).El Espíritu Santo nos inspira (Mt. 10,19), nos enseña (Jn. 14,25) y nos guía (Jn. 16,13). El Espíritu Santo. nos ordena (Hec. 11,12) . El Espíritu Santo inspira (Jn. 3,8), y consuela (Jn. 14, 16).Es dador de la vida (Rom. 8,11) que nos santifica (Rom. 15,15) y que intercede por nosotros (Rom. 8,26). El Espíritu Santo nos ayuda a comprender lo que Jesús nos dijo y nos da fuerza para seguir al Señor.

Las 3 Personas no son 3 Dioses iguales, sino un solo Dios verdadero en 3 personas distintas”. (CIC 253). La Trinidad es un misterio de amor. El amor es darse mutuamente para formar un nosotros. En la Trinidad, las tres personas se funden por el amor para formar una sola naturaleza. Las tres personas son distintas, pero las tres personas tienen la misma y única naturaleza divina.

Lo que hace una persona lo hacen las tres, sin embargo ciertas actividades son más apropiadas a una persona que a otra. Por ejemplo: El Padre es creador, la redención al Hijo y la Santificación el Espíritu Santo cada una de la tres personas tiene toda la divinidad, todo el poder, toda la sabiduría.

5.2. Volvamos a leer este texto y vamos leyendo cada una de las citas bíblicas.

Se van leyendo las citas y cada uno y cada una las escucha con atención para conocer más el Espíritu Santo.

6. Compartamos entre nosotros lo que hemos aprendido sobre el Espíritu Santo

En este momento cada uno expresa lo que más se le ha quedado y lo que más le ha animado de esta reflexión sobre el Espíritu Santo. Luego, se hace esta pregunta: ¿Cómo te relacionas con el Espíritu Santo?

7. Oración: Todos se colocan en círculo. Se reza esta oración despacio:Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos

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la llama de tu amor./ Envíanos tu espíritu y todo será creado, y renovarás la faz de la tierra.

/Oh Dios! que iluminaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo,/ haz que guiados por este mismo Espíritu saboreemos las dulzuras del bien /y gocemos siempre de su divino consuelo, por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Luego se pide a cada uno y a cada una que exprese su fe en el Espíritu Santo diciendo algo sobre El. Por ejemplo: Creo en el Espíritu Santo fuente de vida. Al final se proclama la fe de la Iglesia: “Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria y que habló por los profetas”.

Se culmina cantando algún canto sobre el Espíritu Santo como puede ser: “Espíritu del Trino Dios, ven sobre mi”, “Se siente aquí”.

Segundo Encuentro de EvangelizaciónSemana del 12 al 19 de mayo del 2013

Los dones del Espíritu Santo al servicio de la comunión fraterna

1. Orientaciones para este encuentro:Se coloca en un lugar visible el valor del mes: "Creo en el

Espíritu Santo", y el Lema del mes: La comunión del Espíritu Santo esté con todos ustedes" (2 Cor 13, 13). 3,13). Escribe el título del tema: "Los Dones del Espíritu al Servicio de la Comunión Fraterna". Escribir algunas frases que motiven a trabajar el tema, tales como: “Del Espíritu Santo proceden todas las gracias, los carismas y los dones”. Se colocan en lugar visible los siete dones del Espíritu Santo.

2. Invocación del Espíritu Santo cantada o rezada.

3. Motivación:Continuamos hoy nuestros encuentros de evangelización de este mes de

Mayo centrados en el valor del mes que es: “Creo en el Espíritu Santo” con el lema: “La comunión del Espíritu Santo esté con ustedes” (1 Cor 13,13c). En este Encuentro nos dedicaremos a reflexionar sobre los dones del Espíritu Santo al servicio de la comunión fraterna.

La palabra "dones" se suele emplear de modo amplísimo para aludir a todas las gracias dadas por Dios a las criaturas: de modo amplio, para referirse a las bendiciones sobrenaturales: de modo propio, para designar los regalos que constituyen y acrecientan la amistad de Dios con el ser humano: y de modo estricto, para indicar siete maneras de presencia del Espíritu Divino que ayudan a obtener la santidad personal.

El número siete, en la Biblia y en la mentalidad judía, significa plenitud, de modo que al mencionar los siete dones que concede, es como si dijéramos

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que el mismo Espíritu Santo mora en el hombre con toda su gracia y sus perfecciones. Por eso, hablar de los siete dones puede equivaler a hablar del Don del Espíritu Santo, con toda su fuerza y su luz.

De acuerdo a la enseñanza tradicional, esos siete dones son sabiduría, inteligencia, ciencia y consejo, que se refieren a la mente humana y a sus posibilidades de conocer; y fortaleza, piedad y temor de Dios, que se refieren a la voluntad y a las acciones que realizan los seres humanos.

Enriquecidos con ese "sagrado septenario", los cristianos podrán vivir en plenitud la presencia del Espíritu Santo a lo largo de sus días, y ser guiados por Él a la santidad. Son dones que se refieren a la relación personal del creyente con Dios, mientras los carismas están orientados a la construcción de la Iglesia y a la renovación de la sociedad y del mundo.

Los antiguos compararon esas siete cualidades con un candelabro de siete brazos en el que brilla la luz de Dios, o con una escalera de siete peldaños que facilita la subida al cielo, o con las siete columnas que sostienen la escuela del saber (Sab. 9, 1) o con una fuente que ofreciera siete caudales en los que se bebiera el amor de Dios, o con una rama de olivo que se dividiera en siete gajos, o con siete reyes que sirvieran de cortejo al Espíritu Santo.

Aunque en varios libros del Antiguo Testamento se mencionan una u otra de esas siete bendiciones, el texto al que se suele aludir es el inicio del capítulo once, del profeta Isaías, que dice así: “Saldrá un vástago del tronco de [Jesé y un retoño de sus raíces brotará. Reposará sobre él el Espíritu de Yahvé: espíritu de sabiduría e inteligencia. Espíritu de consejo y fortaleza. Espíritu de ciencia y de temor de Yahvé. Y se inspirará en el temor de Yahvé (Is. 11, 13).

Ese pasaje bíblico menciona al Espíritu de Dios que reposa sobre el Mesías, como jefe de su pueblo, como rey que gobierna. Sin embargo, muchos comentadores extienden esas cualidades a todos los cristianos. Basándose en que éstos están llamados a asemejarse a Jesús, de acuerdo con la enseñanza de san Pablo (Rom 8, 29).

Estos siete dones son manifestaciones de la presencia del Espíritu Santo en los hombres, que facilitan a éstos el ejercicio de las virtudes, la colaboración con la gracia que nos impulsa a obrar sin imponemos nada violentamente, pero impulsándonos más allá de los razonamientos de la mente, la obediencia a las inspiraciones divinas y la docilidad a los movimientos con que el Espíritu guía hacia el Padre.

El papa León XIII, en su encíclica sobre el Espíritu Santo, afirma que los dones del Espíritu son de absoluta necesidad para la salvación, y el papa Juan Pablo II enseña que esos dones se necesitan para que el cristiano sea santo y para que sea semejante a Jesucristo.

4. Conozcamos más los siete dones del Espíritu Santo.

4.1. Leamos detenidamente: Isaías 11, 1-3.

4.2. Leamos de corrido esta reflexión sobre los siete dones.

• Don de sabiduría: da un gusto por cuanto se refiere a Dios y lleva a estimar y saborear las cosas divinas; discierne lo que se debe hacer o evitar, sobre todo en el gobierno de los demás. Esa es la gracia que pidió el rey Salomón para dirigir a su pueblo, y que le permitió actuar correctamente.

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• Don de inteligencia: permite penetrar en los misterios de la fe y de la Palabra revelada. Da las intuiciones acerca de la revelación y de los caminos de Dios, que no se estudian en los libros, sino de rodillas, en el reclinatorio.

• Don de consejo: inspira al hombre lo que debe hacer y lo que debe insinuar a los demás. Es un don para la conducta acertada. Ese don permite estar acorde con lo justo y con lo bueno. Del Cura de Ars, san Juan María Vianney, se decía que "alguien le soplaba" las respuestas que solía dar y que se referían a Dios.

• Don de ciencia: posibilita conocer la revelación, reflexionar en ella, meditarla y contemplar. Permite descubrir la presencia divina en las cosas pequeñas, al igual que en los acontecimientos mayores. Juzga a la luz de la fe, y usa de las cosas materiales sin atar a ellas el corazón.

• Don de fortaleza: permite ser dócil a la fuerza y al dinamismo de Dios, que ayuda a resistir a las tentaciones y a vencerlas. Mueve a cumplir la voluntad divina. Es el don que caracteriza a quienes soportan pacientemente las dificultades de la vida y que vigoriza a los mártires, para que afronten con valentía el dolor y la muerte.

• Don de piedad: caracteriza al niño que confía en su Padre. Es el amor filial de quien regresa al hogar: del que conoce, pide y alaba: del que se abandona en las manos divinas con la seguridad de que éstas no dejarán que resbalen los pies. porque "no duerme ni reposa el Guardián de Israel".

• Don de temor: es el cariño de hijo y no de esclavo. Impide ofender al Padre celestial. Hace pensar más en la bondad que en el castigo. ama hasta el detalle y lleva a permanecer fiel aun en las cosas pequeñas, y a superar el pecado grave y el pecado venial y la imperfección.

4.3. Cada uno elija uno de los dones. Léalo y explíquelo a los demás. Puede basarse en un canto, en una escenificación, en un poema.

4.4 Preguntas para el diálogo: Entre todos comparten respondiendo esta pregunta: ¿Cuáles de estos dones has experimentado con mayor fuerza? ¿En qué momento de tu vida?

5. Oración: Todos se colocan en círculo. Se reza esta oración: “Envía desde el cielo, Padre celestial, sobre tus hijos, tu septiforme Espíritu Paráclito: Espíritu de Sabiduría y de entendimiento, Espíritu de consejo y de fortaleza, de ciencia y de piedad; llénanos con tu Espíritu de temor, por Jesucristo, nuestro Señor” (Liturgia de la Confirmación).

Luego, cada uno pide alguno de los dones del Espíritu Santo que más necesite en este momento.

6. Se entonan cantos: Como corren ríos. Como el agua, En el principio, Envía desde el cielo, Estamos buscando, Este avivamiento, Oh deja que el Espíritu.

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Con el impulso del Espíritu Santo creemos y somos hermanos

1. Orientaciones para este Encuentro:Colocar el valor del mes: “Creo en el Espíritu

Santo“; y el lema del mes: “La comunión del Espíritu Santo esté con todos ustedes” (2Cor.3, 13) y el tema de este Encuentro.

Se prepara un mural bellamente decorado con varias imágenes que representen comunidades de fe que muestren distintas actividades tales como: Celebrando juntos la Palabra de Dios; celebrando una Eucaristía; misioneros llevando la Palabra en los Sectores; asistiendo a los más humildes y desposeídos, consolando a los afligidos, asistiendo y orando por los enfermos. Se pone una mesa con la Biblia entronizada y un cirio encendido. Tener a mano la Biblia, Catecismo de la Iglesia Católica y Vaticano II.

2. Se entonan cantos para la ambientación: Espíritu Santo llénanos de Ti. Por todo el Mundo el Espíritu de Dios se mueve.

3. Oración inicial: Invocar al Espíritu Santo, pidiendo que derrame el Espíritu de unidad entre los hermanos.

4. Motivación:En este tercer encuentro continuamos reflexionando sobre el Espíritu

Santo tal como nos propone el Plan de Pastoral con su valor de la fe en el Espíritu Santo y de la fraternidad como fruto del Espíritu Santo.

Como sabemos el Espíritu Santo es el amor de Dios derramado en nuestros corazones (Rom.5, 5) y por eso siembra la unidad, motiva la fraternidad, impulsa al encuentro y al diálogo. Para que esa fraternidad se verifique es necesario ejercitar los dones que el Espíritu Santo nos regala. El Espíritu Santo edifica, anima y santifica (Rom.15, 16) a la Iglesia, devolviéndole a los bautizados la semejanza de Cristo.

Comportarse en la existencia como discípulos de Cristo no se logra por las fuerzas humanas, se requiere abrirse a la presencia y al actuar del Espíritu Santo, permitiéndole que nos mueva, nos dinamice y despliegue en nosotros su poder.

El Espíritu Santo actúa en todas las etapas de nuestro existir. El nos inquietó cuando, como el hijo pródigo, cuidábamos cerdos en tierras lejanas y nos guió de regreso a la Casa del Padre. El fortaleció nuestros pasos y

Tercer Encuentro de EvangelizaciónSemana del 20 al 25 de Mayo

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nos condujo a la verdadera libertad. El nos iluminó para que distinguiéramos el rostro de Jesús y al verlo conociéramos al Padre. El nos impulsó para que iniciáramos y coronáramos el proceso de nuestra conversión. El nos fortalece para que participemos en la carrera y alcancemos la meta como atletas de Cristo.

Su presencia antecede, acompaña y corona la vivencia cristiana, desde que se nace por el agua y el Espíritu, hasta que se adquiere la estatura del hombre perfecto (Ef.4, 13) y se culmina la transformación en Cristo.

6. Canto: El Espíritu Santo se siente en este lugar.

7. Escuchemos la Palabra: Efesios 2, 11-22 Dialoguemos: ¿Qué ha hecho Cristo por nosotros? ¿Qué ha hecho por

medio de su Espíritu? ¿Cómo nos une el Espíritu Santo?

8. Profundicemos este tema.

De la Lumen Gentium no. 4 (Constitución Dogmática sobre la Iglesia, Concilio Vaticano II)

Consumada la obra que el Padre encomendó realizar al Hijo sobre la tierra (cf. Jn 17,4), fue enviado el Espíritu Santo el día de Pentecostés a fin de santificar indefinidamente la Iglesia y para que de este modo los fieles tengan acceso al Padre por medio de Cristo en un mismo Espíritu (cf. Ef2, 18). El es el Espíritu de vida o la fuente de agua que salta hasta la vida eterna (cf. Jn 4,14; 7,38-39), por quien el Padre vivifica a los hombres, muertos por el pecado, hasta que resucite sus cuerpos mortales en Cristo (cf. Rm 8,10-11).

El Espíritu habita en la Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo (cf. 1 Co 3,16; 6,19), y en ellos ora y da testimonio de su adopción como hijos (cf. Ga 4,6; Rem 8,15-16 y 26). Guía la Iglesia a toda la verdad (cf. Jn 16, 13), la unifica en comunión y ministerio, la provee y gobierna con diversos dones jerárquicos y carismáticos y la embellece con sus frutos (cf. Ef 4,11-12; 1 Co 12,4; Ga 5,22).

Con la fuerza del Evangelio rejuvenece la Iglesia, la renueva incesantemente y la conduce a la unión consumada con su Esposo [3]. En efecto, el Espíritu y la Esposa dicen al Señor Jesús: ¡Ven! (cf. Ap 22,17).Y así toda la Iglesia aparece como «un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» [4].

De la Ad Gentes no. 4, (Decreto sobre las Misiones, Concilio Vaticano II)Y para conseguir esto envió Cristo al Espíritu Santo de parte del Padre,

para que realizara interiormente su obra salvífica e impulsara a la Iglesia hacia su propia dilatación. Sin duda, el Espíritu Santo obraba ya en el mundo antes de la glorificación de Cristo. Sin embargo, descendió sobre los discípulos en el día de Pentecostés, para permanecer con ellos eternamente (Cf. Jn., 14,16), la Iglesia se manifestó públicamente delante de la multitud, empezó la difusión del Evangelio entre las gentes por la predicación, y por fin quedó

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prefigurada la unión de los pueblos en la catolicidad de la fe por la Iglesia de la Nueva Alianza, que en todas las lenguas se expresa, las entiende y abraza en la caridad y supera de esta forma la dispersión de Babel.

Fue en Pentecostés cuando empezaron "los hechos de los Apóstoles", como había sido concebido Cristo al venir al Espíritu Santo sobre la Virgen María, y Cristo había sido impulsado a la obra de su ministerio, bajando el mismo Espíritu Santo sobre Él mientras oraba.

Mas el mismo Señor Jesús, antes de entregar libremente su vida por el mundo, ordenó de tal suerte el ministerio apostólico y prometió el Espíritu Santo que había de enviar, que ambos quedaron asociados en la realización de la obra de la salud en todas partes y para siempre. El Espíritu Santo "unifica en la comunión y en el servicio y provee de diversos dones jerárquicos y carismáticos", a toda la Iglesia a través de los tiempos, vivificando las instituciones eclesiásticas como alma de ellas e infundiendo en los corazones de los fieles el mismo impulso de misión del que había sido llevado el mismo Cristo. Alguna vez también se anticipa visiblemente a la acción apostólica, lo mismo que la acompaña y dirige incesantemente de varios modos.

Del Catecismo de la Iglesia Católica

688 La Iglesia, comunión viviente en la fe de los Apóstoles que ella transmite, es el lugar de nuestro conocimiento del Espíritu Santo:

– en las Escrituras que Él ha inspirado;– en la Tradición, de la cual los Padres de la Iglesia son testigos

siempre actuales;– en el Magisterio de la Iglesia, al que Él asiste;– en la liturgia sacramental, a través de sus palabras y sus símbolos,

en donde el Espíritu Santo nos pone en comunión con Cristo;– en la oración en la cual Él intercede por nosotros;– en los carismas y ministerios mediante los que se edifica la Iglesia;– en los signos de vida apostólica y misionera;– en el testimonio de los santos, donde Él manifiesta su santidad y

continúa la obra de la salvación

731 El día de Pentecostés (al término de las siete semanas pascuales), la Pascua de Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo que se manifiesta, da y comunica como Persona divina: desde su plenitud, Cristo, el Señor (cf. Hch 2, 36), derrama profusamente el Espíritu.

732 En este día se revela plenamente la Santísima Trinidad. Desde ese día el Reino anunciado por Cristo está abierto a todos los que creen en Él: en la humildad de la carne y en la fe, participan ya en la comunión de la Santísima Trinidad. Con su venida, que no cesa, el Espíritu Santo hace entrar al mundo en los "últimos tiempos", el tiempo de la Iglesia, el Reino ya heredado, pero todavía no consumado: «Hemos visto la verdadera Luz, hemos recibido el

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Espíritu celestial, hemos encontrado la verdadera fe: adoramos la Trinidad indivisible porque ella nos ha salvado» (Oficio Bizantino de las Horas. Oficio Vespertino del día de Pentecostés, Tropario 4)

734 Puesto que hemos muerto, o, al menos, hemos sido heridos por el pecado, el primer efecto del don del Amor es la remisión de nuestros pecados. La comunión con el Espíritu Santo (2 Co 13, 13) es la que, en la Iglesia, vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el pecado.

A la Iglesia la llamamos también “la unidad del Espíritu Santo “.El es como el alma y el corazón de la Iglesia. Es la luz que ilumina a la Comunidad Cristiana, el fuego que la inflama en el amor, es el Viento que la dinamiza y la impulsa.

Es el Espíritu Santo en la comunidad de los primeros discípulos quien hace reconocerse y acogerse como hermanos y amarse fraternalmente. La Vida en el Espíritu requiere un clima de Amor. Los cristianos deben cuidar el Amor mutuo. Evitar herir el Amor, aunque sea en lo más mínimo. Solo unidos a una comunidad podemos crecer y madurar en el Amor.

El Amor Fraternal puede manifestarse de modos muy variados: (Hech.2, 42-47).- Compartiendo los bienes materiales; - De manera especial el Amor nos lleva a preocuparnos por los más

humildes; - No hay límites para el amor: los pobres, los necesitados, los afligidos y los

que sufren en el mundo.Estos cinco aspectos: la Palabra, los sacramentos, la oración, el amor y el compartir caracterizan a la Primera Comunidad Cristiana.

9. Compartamos nuestra experiencia:Cada uno y cada una comunican su experiencia en base a esta pregunta:

¿En qué siento la presencia del Espíritu en nuestra comunidad o grupo de vida?

10. Oración: Se ponen en círculo. Se comienza con esta oración: Padre Celestial, renueva en nosotros el prodigio de Pentecostés, para

que las comunidades divididas por el odio y el pecado se congreguen por medio de tu Espíritu, y reunidos confiesen tu nombre en la diversidad de criterios y se amen con un solo corazón y lleguen a alcanzar un solo sentir.

Luego, se hacen peticiones al Espíritu Santo para que nos una más y más en comunidad.Se concluye cantando: A edificar la Iglesia.

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Ven Espíritu Santo crea comunión en nuestras familias junto a nuestras madres

1. Preparar y ambientar el lugar de reunión: Distribuir en el lugar elegido, distintos letreros

con el lema del mes, el campo de acción y el valor del mes y del Día de las Madres. Dibujar los distintos símbolos con los que se representa al Espíritu Santo: fuego, llamas, paloma. Donde haya posibilidad, preparar una pequeña fogata para encender en el momento oportuno. Preparar distintivos para las madres.

2. Bienvenida a todos los que van llegando y colocar un distintivo del Espíritu Santo, previamente preparado y una flor a las Madres.

3. Cantos alegres del Espíritu Santo.

4. Invocación del Espíritu Santo cantada o rezada.

5. Himno a las Madres.

Acción Significativa del Sector

Venid los moradores del campo y la ciudadEntonemos un himno de intenso amor filial.Cantemos de las madres su ternura y el afánY su noble atributo de abnegación sin par.

Celebremos todos, la fiesta más bellaLa que más conmueve nuestro corazón.Fiesta meritoria que honramos con ellaA todas las madres de la creación.

¿Quién, como una madre con su dulce encanto,Nos disipa el miedo nos calma el dolor?Con sólo brindarnos su regazo santoCon sólo cantarnos baladas de amor.

De ella aprende el niño la sonrisa tiernaEl joven la noble benéfica acción.Recuerda el anciano la oración maternaY en su alma florece la resignación.

Venid los moradores…

Cubramos con flores la tumba sencillaDe madres que moran en la eternidad.Y honremos con flores la frente que brillaQue aún brilla y esplende la maternidad.

Para ella escojamos frescas azucenasSimbólicas flores de aroma ideal.Blancas como el alma de las madres buenasY con algo místico y sentimental.

Albas estrellitas nítidas hermanasDe las que circundan la divina sien.De la que es modelo de madre cristianaMadre de Dios Hijo nacido en Belén.

Venid los moradores….

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5. Lectura Bíblica: Lectura: Hch. 2, 1-11 (Se hace despacio la lectura, y se realiza lo que se indica en los

paréntesis) “Todos los discípulos estaban juntos el día de Pentecostés. De repente

un ruido del cielo (se toca la tambora) como de un viento recio (se sigue tocando la tambora) resonó en toda la casa donde se encontraban (se sigue tocando la tambora ) Vieron aparecer como unas lenguas, como llamaradas, que se repartían posándose encima de cada uno (se prenden las velas y se les va repartiendo a la Virgen y los Apóstoles, quienes las colocan sobre sus cabezas) y quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar idiomas distintos, en los cuales el Espíritu les concedía expresarse.

Había en Jerusalén judíos piadosos venidos de todas las naciones de la tierra. Al producirse aquel ruido, la gente se juntó y quedaron desconcertados, porque cada uno oía hablar a los apóstoles en su propia lengua. Asombrados y admirados decían: ¿No son galileos todos estos que están hablando? Entonces ¿Cómo cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestro propio idioma? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas: habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia y del Ponto, hay hombres provenientes de Asia, Frigia, Panfilia y Egipto y de la parte de Libia que limita con Cirene; hay forasteros, romanos, judíos y hombres no judíos que aceptaron sus creencias; cretenses y árabes, pero todos los oímos hablar en nuestros idiomas las maravillas de Dios”.Palabra de Dios.

6. Breve reflexión:

“Nadie puede decir: ¡Jesús es Señor! Sino por influjo del Espíritu Santo. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abba, Padre! Este conocimiento de fe no es posible sino en el Espíritu Santo. Para entrar en contacto con Cristo, es necesario primeramente haber sido atraído por el Espíritu Santo. El es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. (CIC 683)

“Nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios”. Pues bien, su Espíritu que lo revela nos hace conocer a Cristo, su Verbo, su Palabra viva, pero no se revela a sí mismo. El que habló por los profetas, nos hace oír la Palabra del Padre. Pero a Él no le oímos. No le conocemos sino en la obra mediante la cual nos revela al Verbo y nos dispone a recibir al Verbo en la fe. El Espíritu de verdad que nos desvela a Cristo, no habla de sí mismo. Un ocultamiento tan discreto, propiamente divino, explica por qué el mundo no puede recibirle, porque no le ve ni le conoce, mientras que los que creen en Cristo le conocen porque él mora en ellos. (CIC 687)

Cuando el Padre envía su Verbo, envía también su aliento: misión conjunta en la que el Hijo y el Espíritu Santo son distintos pero inseparables. Sin ninguna duda, Cristo es quien se manifiesta, Imagen visible de Dios invisible, pero es el Espíritu Santo quien lo revela. (CIC689)

Si tuviéramos ojos para ver y fe para sentir el revoloteo del Espíritu que se nos acerca de mil maneras en gozos pequeños, e ilusiones grandes, marcadas siempre con el origen divino que viene de lo alto… cambiaría nuestra vida al

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contacto repetido de la visita fiel: un apretón de manos, un saberse hermano de todos, una llamada, una sonrisa… Todo es Don, Y todo eso es Espíritu.

7. Compartamos los signos de comunión que se dan entre nosotros.El Espíritu Santo nos une en comunión profunda con Dios y entre nosotros.

Nuestras madres son instrumentos del Espíritu Santo para crear en la familia esa comunión. Compartamos entre nosotros:

• ¿En qué se ve la unión en nuestra familia?• ¿En qué se ve la unión en nuestro Sector?• ¿En qué ayudan las madres a crear esta comunión?

8. Momento de oración pidiendo unos por otros, especialmente sobre las madres. Si hay varios miembros de la misma familia se pueden reunir para orar pidiendo la unción del Espíritu Santo para vivir más en comunión. Los animadores de la comunidad pueden pasar imponiendo las manos sobre las madres y sus familiares pidiendo para que cada una y cada uno sean instrumentos de comunión.

9. Testimonios de lo que el Espíritu Santo ha ido realizando en cada madre, en cada familia y en la Comunidad.

10. Acto Cultural: Canciones, poemas, décimas, piropos, refranes para las Madres.

11. Reconocimiento a algunas Madres que se destaquen en el sector por crear comunión en su casa y en el Sector.

12. Regalos y recuerdos a las madres presentes. Brindis.

13. Oración Final: Padre Nuestro, Ave María, Bendición a las madres y bendición de las madres hacia sus hijos e hijas.

14. Cantos alegres: El Espíritu de Dios. Pentecostés. ¿A que tú no sabes lo que en la Iglesia pasó?

15. Brindis.

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Con flores a María

El mes de Mayo es llamado el mes de las flores. Hay una flor que destaca en Mayo entre todas las flores en el jardín de Dios. Esa hermosa flor es María. Por eso, existe una hermosa tradición de cantar las flores a María, que Madre nuestra es.

Para vivir esta experiencia dentro del Año dela Fe proponemos estos esquemas para ser usados en una semana de seguida, o repartida durante el mes, o varias veces a la semana.

Recomendamos que se coloque la imagen de la Virgen en el lugar especial, en la casa designada para la celebración. Se adornará con flores, y se completará con las ofrendas de cada día. A su lado se pondrá el Cirio Pascual.

Otra idea posible es que donde la Parroquia o Comunidad esté integrada en sectores cada día un sector vaya en procesión con la Imagen de la Virgen y lo celebren en ese sector.

Primer día: María, la Sierva del Señor “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí, según tu palabra”

1. Motivación:Así fueron las palabras de entrega total de su voluntad, de su ser

completo y entero a Dios por parte de María. Esclava, en la Biblia tiene un significado tierno y a la vez profundo. Recordemos el texto de Isaías 42,1: “He aquí a mi siervo, a quien protejo, mi elegido, en quien mi alma se complace”.

María, de seguro que había saboreado este texto y se define en relación con Dios, porque El la sostiene, la protege y en Ella se complace. María sabe que es amada por Dios, pero no se siente engreída, ni orgullosa ante los demás al haber sido elegida, sino que se da cuenta de su pequeñez y acepta ser esclava, sierva, la sierva del Señor, como un don de Dios que se ha dignado inclinar ante su hija profundamente amada, porque Ella ha sabido amar con profundidad.

“He aquí la esclava del Señor… que se haga lo que Dios quiera, pues Ella ya no se pertenece. Dios se ha convertido así en Guía y Dueño, Luz y Enamorado. Desde ahora, no se podrá entender plenamente a María sino es desde Dios.

María dice SI a Dios para ser camino entre el hombre alejado y su Dios. Dios se encuentra con la condición humana en María y María hará posible que el hombre redescubra la presencia de Dios en su vida.

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2. Rezo del Rosario.

3. Lectura bíblica: Lc. 1,26-38.

4. Canto de las flores:Mientras se canta: Venid y vamos todos… se van ofreciendo las flores

traídas a la Madre, que se colocarán en el altar preparado para Ella.Madre recibe estas flores como homenaje de gratitud por tu amor a Jesús,

alcánzanos a cada uno de nosotros, el amar como tú, al Señor amando a nuestros hermanos.

5. Canto: María la Madre buena.

6. Oramos con María: María. Madre del Redentor y de la humanidad, esclava obediente a la

palabra divina, alcánzanos de Cristo, tu Hijo, el don de ser portadores solícitos de la alegría y la reconciliación en el amor para todos aquellos con quienes nos encontremos en nuestro camino. Virgen de la anunciación devuelve la esperanza a nuestra sociedad. (Juan Pablo II).

Segundo día: La Visitación de la Virgen María

1. Motivación:Decir SI a Dios es ponerse en camino. El Amor es

capaz de superar montañas y María las atraviesa para ponerse al servicio de su prima.

María vive ya el mandamiento de Jesús, vive la civilización del amor, de lo gratuito, de lo dado con un corazón generoso. El SI a la Palabra de Dios, la lleva a abrir su corazón al necesitado, ese corazón de María, lleno del Espíritu Santo, habitado por Jesús, es un corazón que sale se sí mismo, que se alegra de que Dios sea Dios.

Nos dice Lucas: “María se puso en camino”…Las palabras son simples, pero la decisión de partir no era ciertamente fácil, era peligroso ponerse en camino en aquellos tiempos, en especial para una mujer sola y desposada. Lo que contemplamos es un gesto de libertad, toma una decisión a la que se oponían numerosas razones.

Sigue diciendo Lucas: “se fue a toda prisa a una ciudad de Judá”… y es que la gracia del Espíritu Santo no admite demoras. Es el Espíritu Santo quien mueve a María y le da libertad y creatividad para salirse de lo habitual.

El anuncio del ángel fue para ella, la revelación de un secreto muy pesado de vivir, de ahí la necesidad de encontrar confirmación. Claro que en María también estaba presente el deseo de servir, de ayudar a su prima anciana.

Así pues María pudo ofrecer ayuda porque comprendió lo que le sucedió a Isabel y supo interpretarlo como un acontecimiento divino.

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También María esperó ser comprendida, porque en una relación auténtica se comprende al otro(a) y se es comprendido a fondo. De esta reciprocidad es de donde brotó el Magníficat.


3. Lectura bíblica Lucas 1,39-56.

4. Canto de las flores:Mientras se canta “Venid y vamos todos…” Vamos presentando a María

las flores que hemos traído: Te ofrecemos Madre estas flores y te pedimos que nos alcances la gracia de que Jesús nos llene por dentro y por fuera, que El no sea un huésped, sino un residente fijo.

5. Canto: ¿Quién será la mujer?

6. Oramos con María: Santa María, Madre y Servidora del Señor. ¿Podrías hacernos comprender

y vivir la grandeza de la humildad?Enséñanos, Madre a comprender que cuando servimos no nos rebajamos,

que sólo amamos de verdad cuando servimos. Tú, Madre, se lo enseñaste a Jesús, El lo aprendió de ti, y así se rebajó hasta someterse a la muerte y una muerte de cruz. Amén.

Tercer día: El Magníficat

1. Motivación:Es el canto de alabanza más fascinante y grandioso que podemos decir

salió de los labios de María.María nos viene a decir, como Ella sabe, a su estilo, que Dios se inclina hacia los pueblos sangrantes, arañados por la violencia y la muerte. ¡Qué maravilloso descubrir a nuestro Dios que se digna inclinar ante los que sufren, ante la pobreza de nuestro tiempo, ante el que está ante las puertas de la muerte.

María es la mujer que presta sus labios para que Dios nos diga a los hombres sus preferencias. Con el canto del Magníficat, salpicado plenamente por la historia de un pueblo que ha sufrido, María canta la salvación de Dios que se fija en nosotros.

El canto maravilloso de la Madre, es un himno de alabanza a la autenticidad, es un canto que hace saltar de gozo a los pobres porque Dios está de su parte, y así en labios de María, Dios se descubre, se revela y manifiesta su preferencia

El canto del Magníficat es el canto al Dios de los pobres, lleno de misericordia y que se acuerda de su promesa. Un canto de protesta ante las injusticias de este mundo. Y es precisamente María, la Madre de Dios, quien desde la humildad y sencillez alza la voz de los que no tienen voz.


3. Lectura bíblica: Lc. 1,39-56.

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4. Canto de las flores:“Venid y vamos todos…”Ofrecemos las sencillas flores recogidas para

María: Madre, junto con estas flores te presentamos el recuerdo de nuestros familiares, y pedimos por ellos, también para nosotros que aprendamos a ser misericordiosos, como lo es Dios, que hace salir el sol, para buenos y malos.

5. Canto: Madre de los pobres.

6. Oramos con María:Proclama mi alma la grandeza del Señor/ Se alegra mi espíritu en Dios

mi Salvador/ Porque se ha fijado en su humilde esclava/ Pues mira, desde ahora me felicitarán todas las generaciones/ Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí/ Su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles/ Generación tras generación/ Su brazo interviene con fuerza/ Desbarata los planes de los soberbios/ Derriba del trono a los poderosos/ Y exalta a los humildes/A los hambrientos los colma de bienes/ Y a los ricos los despide vacíos/ Auxilia a Israel, su siervo/ Acordándose de la misericordia/ Como lo había prometido a nuestros padres/ A favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Cuarto día: En Busca de Jesús

1. Motivación:¡Qué angustia perder al Hijo de Dios!¿Qué

pensabas María, cuando desandabas con José el camino hacia Jerusalén? ¿Qué sentías en tu corazón?

Dios te lo había confiado y tú lo olvidaste, Dios te lo había dado y El se perdía…. Momentos amargos, gran disgusto. María participó de nuestra fragilidad, porque pasó por este momento de pérdida, de dolor.

Jesús permitió que sus padres experimentaran la niebla de la oscuridad, el creciente dolor de quien busca al Señor y no lo encuentra.

¡Qué gran responsabilidad la nuestra en este tiempo en el que vivimos! Dios ha puesto a su Hijo en nuestras manos y lo hemos olvidado. Lo hemos abandonado, lo hemos perdido porque nos molestaba y complicaba la vida.

María, Tú también perdiste a Jesús, aunque de distinta manera. La diferencia entre tú y yo es grande. Tú al darte cuenta desanduviste, buscabas, preguntabas, y no paraste hasta encontrarlo.

Rectificar y empezar es duro. Nos resulta humillante preguntar, nos cansa mirar acá y allá, hasta encontrarlo. No lo buscamos en el templo, en la casa de Dios, donde está ocupado en las cosas del Padre.

1. Rezo del Rosario

2. Lectura bíblica. Lc. 2,43-48

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3. Canto de las flores:“Venid y vamos todos”…Cada persona, va poniendo ante María las flores,

junto con ellas la súplica por las madres conocidas o no que han perdido de una u otra forma a sus hijos, bien física o moralmente. Pedimos para ellas la fortaleza y la esperanza en Dios.

4. Canto: Hoy he vuelto Madre.

5. Oramos con María:Santa María la que perdió, buscó y por eso encontró a Jesús, anima a

tus hijos a buscar siempre a Dios y ayúdanos para que no nos cansemos de buscarle en la vida y en el templo. Amén.

Quinto día: Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica

1. Motivación:“Dichosos el seno que te llevó y los pechos que te criaron”. Esas palabras

suenan a: ¡Viva tu Madre! ¡Qué bien se debió oír ese VIVA, en los oídos de María! Alguien entre la multitud, que escuchaba las palabras de Jesús, lo lanzó al aire, para que todos hicieran coro.

Por fin alguien decía públicamente: ¡Gracias! ¡Gracias María!, por este Hijo que nos has dado, ¡gracias, por llevarlo en tu vientre! ¡Gracias por amamantarlo! Empezaba a cumplirse la profecía: “La llamarán bienaventurada todas las generaciones…

Pero después de esa aclamación se oyeron las sorprendentes palabras de Jesús que completó el piropo: Mi Madre ha hecho mucho más que tenerme y criarme. Ella ha escuchado la Palabra de Dios y la ha cumplido. No quería Jesús que sólo admiráramos a María por la maternidad, que ya era grandioso, sino que aprendiéramos de Ella, la Escucha y el Amar la voluntad de Dios, llevándola a la práctica.


3. Lectura bíblica: Lc. 11 2,27-28.

4. Canto de las flores:“Venid y vamos todos”… Al presentar las flores pedimos por nosotros,

nuestros familiares y para los habitantes de nuestro sector que vivamos como hijos de María ya que nos adoptó al pie de la cruz, y que cada día luchemos por hacer como Ella la voluntad de Dios.

5. Canto: Madre de nuestro pueblo.

6. Oramos con María:Enséñanos María, a no piropearte con palabras huecas, Tú que nos

conoces, ¿qué piensas de nosotras-os?, ¿te llamamos Madre, o somos de verdad, hijos tuyos?

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Virgen fiel, morada santa del Verbo, enséñanos a perseverar en la escucha de la Palabra, y a ser dóciles a la voz del Espíritu, atentos a sus sugerencias.

Santa María de la Buena Escucha y del mejor cumplimiento de la voz de Dios, ayuda a tus hijos. Que sepamos escuchar, amar y sobre todo cumplir el mensaje de Dios en nuestras vidas. Amén.

Sexto día: Junto a la Cruz estaba su madre

1. Motivación:Hay una persona que vive por entero la realidad de la redención junto a

la cruz, y es María. Ella es un tesoro inmenso para Jesús, a quien la hace depositaria de sus dones de salvación y ve en Ella, la primera respuesta humana plena a su acción de amor sin límites.

Al ver a María al pie de la cruz debemos comprender de qué manera la educó Dios, hasta permitirle llegar a ese punto de asociación a la redención. En la Lumen Gentium 58 dice que: “la Sma. Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y progresó en esta peregrinación”.

Veamos algunas etapas de su existencia: María da el primer paso cuando el ángel la anunció, comienza su educación para el plan divino, ¿Cómo sucederá esto? Pronto comienzan los años oscuros: “una espada de dolor atravesará tu corazón”, Hijo, ¿por qué nos has hecho esto?“ Dichosos más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”.

María siguió el camino de la fe hasta llegar a la cruz. Ella como Madre, hubiera querido morir por su Hijo y en cambio, el Señor la educa para aceptar de manera misteriosa, el designio por el cual es Jesús el Salvador, quien representa la perfección del Amor del Padre. Si perdemos de vista el camino de fe de María, no tendremos ya la capacidad de comprender cómo Dios nos ha salvado.


3. Lectura bíblica: Juan 19,25.

4. Canto de las flores:“Venid y vamos todos”… Con la ofrenda de las flores, presentamos

a nuestros familiares y amigos que sabemos están cargando una cruz, pero no cuentan con la Madre que les ayuda y alienta a llevarla con fe y esperanza.

5. Canto: Santa María de la Esperanza.

6. Oramos con María:Madre, enséñanos a comprender que el dolor es redentor, que sufrir es

vivir, que morir es nacer. Tu Hijo decía: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos”. Jun. 15,13

Santa María del dolor, sigue estando junto a la cruz de tus hijos y enséñanos a comprender que el dolor es amor, que sufrir es resucitar y vivir. Amén.

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Séptimo día: María a la escucha orante de Dios

1. Motivación: Rezar es estar en comunicación con Dios. Es

estar en su presencia a la escucha. Estar en oración es vivir en la escucha y la respuesta de la espera y del compromiso. Dios habla también a través de mediaciones humanas, y María fue oyente de Dios a través de distintas voces:- Fue oyente de Dios, por medio de José. (Mt.

1,24). - María escuchó de Isabel el saludo y muchas

cosas más durante tres meses. (Lc. 1, 56).- María fue oyente gozosa del testimonio de los

pastores. (Lc.2, 9.12).- María escuchó a los Magos, escucha en el silencio de los gestos. (Mt.2,

11).- María fue oyente de las alabanzas de Ana sobre su Hijo. (Lc. 2,38).- María fue oyente a las conversaciones de la gente del pueblo. (Mt, 13, 55,

Lc. 4, 16, y Mt. 13, 57).- María oyente maternal de su Hijo Jesús. (Mt. 12,46, Lc. 8, 19 y Mc. 3,

31).- María oyente obediente al discípulo amado.

2. Rezo del Rosario

3. Lectura bíblica: Elegir algunas de las citadas.

4. Canto de las flores:“Venid y vamos todos”… Presentando nuestras flores a María le pedimos

el don de tener oídos atentos a la Voz de su Hijo, que nos llega a través de muchas personas, y acontecimientos.

5. Canto: Madre de nuestra alegría.

6. Oramos con María:María, Virgen de la escucha y del Verbo hecho carne en tu seno, ayúdanos

a estar disponibles a la Palabra del Señor, para que, acogida y meditada, crezca en nuestro corazón.

Ayúdanos a vivir como Tú, la felicidad de los creyentes y a dedicarnos con incansable caridad a la evangelización de los que buscan a tu Hijo.Danos el servir a cada hombre, haciéndonos agentes de la Palabra escuchada, para que permaneciendo fieles a ella encontremos nuestra felicidad en practicarla. Amén.

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Vigilia de Pentecostés 2013

Espíritu Santo Reaviva Nuestra Fe y Nuestra Fraternidad

0. Algunas ideas para la preparación:Les proponemos este esquema de Vigilia de

Pentecostés para ser realizada en los sectores parroquiales y en el centro parroquial, a la hora que sea más conveniente. Preparar bien el salón, adornar lo con flores, poner los bancos en forma circular, alrededor de la mesa. Se prepara el Altar en el centro. Se pueden colocar 12 velones que simbolicen los apóstoles reunidos y un velón más grande que simbolice a la Virgen que estaba con ellos cuando vino el Espíritu Santo (Hechos 1, 14). No olviden de poner o en la mesa o en un lugar destacado la imagen o cuadro de la Virgen. Estos velones se mantienen apagados hasta que se anuncie el momento de Pentecostés.

Pueden poner algunos letreros pidiendo el don del Espíritu Santo y algún dibujo del símbolo del Espíritu Santo: una paloma o rayos de luz que van hacia abajo, etc. Preparar bien las moniciones, preparar los cantos adecuados, hacer la agenda con claridad y así saber lo que le toca a cada uno.

Pueden encargar a cada grupo o equipo de la comunidad y al grupo de jóvenes o de otro grupo que haga cada media hora de la Vigilia, que lo hagan como lo crean más conveniente. Pueden preparar un drama alusivo a la lectura, hacer oración, cantos, etc. Si es posible sería bueno tener un compartir en su comunidad para celebrar esta fiesta.

Les ponemos sólo las lecturas y algunas indicaciones de signos siguiendo un orden. Ustedes lo hacen como les quede mejor. No se olviden de tener momentos de oración en silencio que ayuda mucho para penetrar en la Palabra y es una oportunidad para que el Espíritu Santo entre a nuestros corazones.

Es importante tener preparados los textos, los cantos y los signos. Los encargados de cada momento prepararán con tiempo y esmero lo que les corresponde.

Si el grupo es grande integrarlos en pequeños grupos de 10, donde se vivenciarán los comentarios de la Palabra y los signos.

1. Monición ambiental:Queridos hermanos y hermanas: El Señor nos ha reunido hoy para esta

Vigilia de espera de la celebración del día de Pentecostés. Pentecostés, quiere decir cincuenta y era una fiesta de los judíos celebrada siete semanas después de la Pascua que en un primer momento se hacía para celebrar el fin de la cosecha del trigo (Ex 23,14) y, que más tarde se convirtió en la fiesta de la renovación de la Alianza, celebrada por Dios y su pueblo a los cincuenta días de la salida de Egipto (2 Cron 15,10-13).

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Para nosotros los cristianos, Pentecostés ha pasado a ser el día de la cosecha del gran fruto de la Muerte y Resurrección de Cristo, su Pascua, que es su Espíritu Santo y quien es que inscribe en nuestros corazones la ley de amor de la Nueva y Eterna Alianza sellada con la Sangre de Cristo en la Cruz.

En la Iglesia esta celebración es muy importante, porque en ella siempre se ha visto el inicio público de la Iglesia que se lanza a cumplir su misión de continuadora de la misión de Jesús. Es el día de la Iglesia, de la comunidad cristiana, porque en este día, y para siempre el Espíritu Santo la anima, la impulsa, la dirige, la fortalece, la conduce; la defiende, la vivifica, le recuerda todo lo que Jesús hizo y dijo, la ilumina y lo hace presente en ella.

Y es por esto que, siguiendo una tradición muy antigua, la Iglesia ya desde la Víspera se reúne en oración para pedir con insistencia este don del Espíritu, para que se renueve en nuestro interior y en el interior de la Iglesia y el mundo.

Nosotros, realizamos esta Vigilia de Pentecostés en el Año de la Fe que celebramos con toda la Iglesia y del año en el que dentro de nuestro Plan de Pastoral acentuamos la fraternidad en nuestros Sectores, en nuestros vecindarios y en nuestras pequeñas comunidades eclesiales y grupos apostólicos.

Por eso, el título de nuestra Vigilia nos orienta y se hace la oración constante de todos nosotros: “Espíritu Santo, reaviva nuestra fe y nuestra comunión”. El objetivo es que suba nuestra oración hacia el Espíritu Santo para que se derrame sobre nosotros reavive nuestra fe y produzca en nosotros la comunión que El realiza entre el Padre y el Hijo.

Ven Espíritu de Dios, ven sobre nosotros, ven sobre nuestras comunidades cristianas, ven sobre nuestro país. Ven realiza en nosotros un nuevo Pentecostés que nos haga un pueblo que vive la comunión con la Trinidad Santa y entre los que la componen. Invoquemos su presencia cantando.

2. Canto: Vamos cantando hasta que baje su poder.

3. Inicio de La Vigilia.

Animador/a: La comunión del Espíritu Santo esté con Ustedes.

Oremos unos por otros para que experimentemos en esta Vigilia la acción del Espíritu Santo, dejando que El reavive en nosotros la fe y la fraternidad.

Momento de silencio.

Oremos: Padre Santo, te alabamos y te bendecimos porque nos reúnes en tu nombre. Venimos a pedirte que tu Espíritu se manifieste entre nosotros en esta Vigilia, de modo que El reavive en nosotros la fe y la comunión contigo y con tu Hijo Jesucristo y haga más profunda y verdadera nuestra comunión fraterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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4. Primer momento: Espíritu santo, aumenta nuestra fe.

Monición:Hoy estamos en oración y en espera de la

fiesta de Pentecostés. En esta vigilia la Palabra nos acompaña y guía. Es la Palabra que el Espíritu Santo que la inspiró la hace viva y eficaz entre nosotros en esta Asamblea.

En este primer momento, contemplaremos al Espíritu Santo, que es quien nos hace conocer lo íntimo de Dios mismo. Es El quien nos hace conocer a Cristo, Palabra viva del Padre. Es El quien nos abre los oídos y el entendimiento para que podamos escuchar su Palabra, por la que nos viene la fe. Sólo aquel que ha escuchado la predicación de la Palabra puede tener fe (Rom 10,17).

Es El quien nos dispone a dar nuestro amén, nuestro sí, al Señor que se acerca a nosotros a través de su Iglesia. “Cuando san Pedro confiesa que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, Jesús le declara que esta revelación no le ha venido «de la carne y de la sangre, sino de mi Padre que está en los cielos» (Mt 16,17; cf. Ga 1,15; Mt 11,25). La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él. «Para dar esta respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con los auxilios interiores del Espíritu Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del espíritu y concede "a todos gusto en aceptar y creer la verdad"» (DV 5).

Sólo es posible creer por la gracia y los auxilios interiores del Espíritu Santo. Por eso, como dice San Pablo: "Nadie puede decir: "¡Jesús es Señor!" sino por influjo del Espíritu Santo" (1 Co 12, 3). "Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama ¡Abbá, Padre!" (Ga 4, 6).

“Este conocimiento de fe no es posible sino en el Espíritu Santo. Para entrar en contacto con Cristo, es necesario primeramente haber sido atraído por el Espíritu Santo. Él es quien nos precede y despierta en nosotros la fe” (CIC 683). “El Espíritu Santo con su gracia es el "primero" que nos despierta en la fe y nos inicia en la vida nueva que es: "que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo" (Jn 17, 3)” (no. 684).

Y, el Espíritu Santo, que comenzó esta obra buena de la fe es quien la hace crecer y la lleva a su término que es la comunión plena con Dios en el cielo. El Espíritu Santo alimenta y mantiene nuestra fe de manera especial a través de la Palabra, de la Liturgia, de la comunión fraterna y eclesial y cuando nos impulsa a toda obra buena a favor de los más necesitados.

Por eso, hoy le pedimos que aumente en nosotros la fe que El un día hizo nacer en nuestros corazones y a la que hemos respondido obedeciendo a Dios aceptando a su Hijo Jesucristo, confiando en El y sometiendo a El todo nuestro ser y toda nuestra voluntad.

Lectura Bíblica: 1 Corintios 2, 7-16.

Momento de silencio. Breve comentario. Si fuese un grupo pequeño pueden compartirla. Se hace una breve explicación del texto.

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Oremos con el signo: Animador/a: Ahora hermanos y hermanas en silencio oremos unos por otros pidiéndole al Espíritu Santo que reencienda en nosotros la fe. Ahora pasará cerca de nosotros el Cirio Pascual, signo de Cristo Resucitado, fundamento de nuestra fe. Movidos por el Espíritu encenderemos las velas que cada uno tiene en sus manos como una petición que el Espíritu de Dios haga arder en nuestros corazones la fe en el Dios Uno y Trino. Luego, con las velas en sus manos cada uno pide en voz alta para que el Espíritu Santo aumente su fe y la de toda la Iglesia. Y para que la encienda en los corazones de aquellos que no creen.

Canto: El fuego cae……

5. Segundo momento: Espíritu Santo, fortalece nuestra comunión con tu Santa Trinidad.

Monición: San Pablo se despide de la comunidad de Corinto

deseándole que la “la gracia del Señor Jesucristo, el Amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté con todos ustedes” (2 Cor 13,13). Este deseo de Pablo lo convertimos en esta Vigilia en oración permanente, pidiéndole que llenos de su presencia podamos vivir cada vez más unidos con el Padre y el Espíritu Santo.

“La comunión con el Espíritu Santo (2 Co 13, 13) es la que, en la Iglesia, vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el pecado” (CIC 734). Él nos da entonces las "arras" o las "primicias" de nuestra herencia (cf. Rm 8, 23; 2 Co 1, 21): la vida misma de la Santísima Trinidad que es amar "como él nos ha amado" (cf. 1 Jn 4, 11-12). Este amor (la caridad que se menciona en 1 Co 13) es el principio de la vida nueva en Cristo, hecha posible porque hemos "recibido una fuerza, la del Espíritu Santo" (Hch 1, 8). (no. 735).

Como escribía San Basilio: «Por el Espíritu Santo se nos concede de nuevo la entrada en el paraíso, la posesión del reino de los cielos, la recuperación de la adopción de hijos: se nos da la confianza de invocar a Dios como Padre, la participación de la gracia de Cristo, el podernos llamar hijos de la luz, el compartir la gloria eterna (citado en CIC 736).

“La misión de Cristo y del Espíritu Santo se realiza en la Iglesia, Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu Santo. Esta misión conjunta asocia desde ahora a los fieles de Cristo en su comunión con el Padre en el Espíritu Santo: El Espíritu Santo prepara a los hombres, los previene por su gracia, para atraerlos hacia Cristo. Les manifiesta al Señor resucitado, les recuerda su palabra y abre su mente para entender su Muerte y su Resurrección. Les hace presente el misterio de Cristo, sobre todo en la Eucaristía para reconciliarlos, para conducirlos a la comunión con Dios, para que den "mucho fruto" (Jn 15, 5. 8. 16)” (CIC 737).

De ahí que, “los discípulos de Jesús están llamados a vivir en comunión con el Padre (1Jn 1, 3) y con su Hijo muerto y resucitado, en “la comunión en el Espíritu Santo” (2Cor 13, 13). El misterio de la Trinidad es la fuente, el

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modelo y la meta del misterio de la Iglesia: “un pueblo reunido por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, llamada en Cristo “como un sacramento, o signo e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano” (LG 1) (Aparecida 155).

“Al recibir la fe y el bautismo, los cristianos acogemos la acción del Espíritu Santo que lleva a confesar a Jesús como Hijo de Dios y a llamar a Dios “Abba”. Todos los bautizados y bautizadas de América Latina y El Caribe, “a través del sacerdocio común del Pueblo de Dios”, estamos llamados a vivir y transmitir la comunión con la Trinidad, pues “la evangelización es un llamado a la participación de la comunión trinitaria”. (Aparecida 157)

Es lo mismo que Jesús nos enseñó al decirnos que la vida eterna consiste en esto: en conocer al Padre, el Único Dios verdadero y a su enviado Jesús el Mesías (Jn 17, 3). Y el que puede darnos ese conocimiento es sólo el Espíritu Santo que ha sido derramado sobre nosotros (Rom 5,5).

Pidamos que ese mismo Espíritu nos haga crecer en nuestra relación con la Trinidad Santa a través de la oración, de la Liturgia, de la Palabra, de la vida comunitaria eclesial y en todo lo bueno que hagamos y donde quiera que estemos, vivamos y existamos.

Lectura: Juan 14, 15-26.

Momento de silencio. Breve comentario. Si fuese un grupo pequeño pueden compartirla. Se hace una breve explicación del texto.

Oremos con el signo:Hermanos y hermanas: Hemos sido bautizados en el nombre del Padre,

del Hijo y del Espíritu Santo. El Padre nos hizo sus hijos. El Hijo se hizo nuestro hermano y nos injertó en El. El Espíritu Santo nos hizo su Templo y nos llenó del amor del Padre y del Hijo para comenzar una vida nueva, la vida del Espíritu del amor. En este momento, cada uno señalará la frente del que está a su lado haciendo una cruz con agua, recuerdo del Bautismo. Al hacerlo, pedirá por ese hermana o hermana para que viva una comunión verdadera y profunda con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Canto bautismal.

6. Tercer momento: Espíritu Santo, fortalece nuestra comunión fraterna.

Monición:El Espíritu Santo es quien nos mueve a vivir

en comunión fraterna testimoniando así la vida del Dios Uno y Trino. De ahí que la Iglesia está llamada “con todo su ser y en todos sus miembros ha sido enviada para anunciar y dar testimonio, para actualizar y extender el Misterio de la Comunión de la Santísima Trinidad” (CIC 738).

Como expresara muy bien San Cirilo de Alejandría: «Todos nosotros que hemos recibido el mismo y único

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espíritu, a saber, el Espíritu Santo, nos hemos fundido entre nosotros y con Dios. Ya que por mucho que nosotros seamos numerosos separadamente y que Cristo haga que el Espíritu del Padre y suyo habite en cada uno de nosotros, este Espíritu único e indivisible lleva por sí mismo a la unidad a aquellos que son distintos entre sí [...] y hace que todos aparezcan como una sola cosa en él . Y de la misma manera que el poder de la santa humanidad de Cristo hace que todos aquellos en los que ella se encuentra formen un solo cuerpo, pienso que también de la misma manera el Espíritu de Dios que habita en todos, único e indivisible, los lleva a todos a la unidad espiritual» (Citado en el CIC 738).

Es el mismo Espíritu Santo quien nos une. "El Espíritu Santo que habita en los creyentes y llena y gobierna a toda la Iglesia, realiza esa admirable comunión de fieles y une a todos en Cristo tan íntimamente que es el Principio de la unidad de la Iglesia" (UR 2). Por tanto, pertenece a la esencia misma de la Iglesia ser una: « ¡Qué sorprendente misterio! Hay un solo Padre del universo, un solo Logos del universo y también un solo Espíritu Santo, idéntico en todas partes; hay también una sola virgen hecha madre, y me gusta llamarla Iglesia» (Clemente de Alejandría, Paedagogus 1, 6, 42). (CIC 813)

Desde el principio, esta Iglesia una se presenta, no obstante, con una gran diversidad que procede a la vez de la variedad de los dones de Dios y de la multiplicidad de las personas que los reciben. En la unidad del Pueblo de Dios se reúnen los diferentes pueblos y culturas. Entre los miembros de la Iglesia existe una diversidad de dones, cargos, condiciones y modos de vida… La gran riqueza de esta diversidad no se opone a la unidad de la Iglesia. (CIC 814)

Entonces, la Iglesia está llamada a vivir el amor como nos dice el Apóstol Pablo: "Por encima de todo esto, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección" (Col 3, 14). Ahora bien, esta comunión la asegura el Espíritu Santo con múltiples lazos o vínculos visibles de comunión:— la profesión de una misma fe recibida de los Apóstoles;— la celebración común del culto divino, sobre todo de los sacramentos;— la sucesión apostólica por el sacramento del orden, que conserva la

concordia fraterna de la familia de Dios (cf UR 2; LG 14; CIC, can. 205). (CIC 815).

“La Iglesia, como “comunidad de amor”, está llamada a reflejar la gloria del amor de Dios que, es comunión, y así atraer a las personas y a los pueblos hacia Cristo. En el ejercicio de la unidad querida por Jesús, los hombres y mujeres de nuestro tiempo se sienten convocados y recorren la hermosa aventura de la fe. “Que también ellos vivan unidos a nosotros para que el mundo crea” (Jn 17, 21). La Iglesia crece no por proselitismo sino “por ‘atracción’: como Cristo ‘atrae todo a sí’ con la fuerza de su amor”. La Iglesia “atrae” cuando vive en comunión, pues los discípulos de Jesús serán reconocidos si se aman los unos a los otros como Él nos amó (cf. Rm 12, 4-13; Jn 13, 34)” (Aparecida 159).

La diversidad de carismas, ministerios y servicios, abre el horizonte para el ejercicio cotidiano de la comunión, a través de la cual los dones del Espíritu

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son puestos a disposición de los demás para que circule la caridad (cf. 1 Cor 12, 4-12).… la comunidad está llamada a descubrir e integrar los talentos escondidos y silenciosos que el Espíritu regala a los fieles (Aparecida 160).

Lectura: Juan 17, 17-26.Momento de silencio. Breve comentario. Si fuese un grupo pequeño pueden compartirla. Se hace una breve explicación del texto.

Oración con el signo: Todos se colocan en círculo. Se preparan varios pañuelos de diferentes

colores entrelazados para mostrar la comunión en la diversidad. Mientras se van pasando los pañuelos cada uno y cada una dicen cuáles son los signos de comunión fraterna que estamos dando en nuestra familia, en la comunidad, en el Sector y en la Parroquia. Luego todos unen sus manos y oran para que el Señor envíe su Espíritu de amor y de unidad.

Canto: Siempre nos ama el Señor… u otro que hable de la unidad.

7. Cuarto momento: Espíritu Santo destruye todo lo que impide nuestra comunión fraterna.

Monición:Dios que es amor nos creó para amarle a El y

para amar a los que El ha puesto a nuestro lado. Pero, tristemente hemos sido heridos por el pecado que es el rechazo a ese amor grande de Dios. De ahí que Dios que es amor nos regala en primer lugar es la remisión de los pecados.

Esta obra la realiza el Espíritu Santo en nuestros corazones. De ahí que “la comunión con el Espíritu Santo” (2 Cor 13, 13) es la que vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el pecado. (Ver CIC 734).

Por insidia del Maligno entra la discordia, la envidia de unos por otros, la ambición, la prepotencia, los robos, la malicia, el engaño, el fraude, la arrogancia, la vanidad, el orgullo, la privanza, el odio, la enemistad, los adulterios, las fornicaciones, la violencia, la delincuencia, las guerras, los abusos de los más fuertes con los más débiles, el autoritarismo. Y de ahí en adelante sigue la lista triste.

La misma unidad de la Iglesia se ve afectada por las divisiones en diferentes confesiones cristianas creándose así un grave antitestimonio que aleja de la fe a no pocas personas. En las mismas comunidades católicas, a veces, se crean divisiones, conflictos y lejanía de unos con otros.

También, en las familias se nota desintegración, desobediencias, machismo, autoritarismo, egoísmos, individualismo, poca cooperación en las obligaciones de la casa.

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Entonces, es necesario que pidamos con fuerza al Espíritu del Amor que destruya todas esas situaciones que dañan y destruyen la comunión fraterna y que nos llene de su amor para amarnos como Dios quiere.

Lectura: Romanos 8, 5-17.

Momento de silencio. Se puede compartir en el grupo. Se puede tener una breve reflexión.

Oración con el signo:Ahora pidamos al Espíritu del Señor que venga con su fuego de amor y

destruya todo lo que obstaculiza vivir en comunión con nuestros hermanos y hermanas. Ahora le entregararemos un papel que irá rompiendo mientras va pidiendo al Espíritu Santo que le ayude a cambiar aquello que produce división o discordia en su familia, en su Parroquia, en su comunidad, en el Sector, en el trabajo o en la escuela. Luego, se quemarán esos papeles como signo de que el fuego del Espíritu destruye todo lo que divide y separa.

Canto: Purifícame y lávame; renuévame, restáurame Señor con tu poder….

8. Quinto momento: Espíritu Santo, derrama en nuestro corazón el amor de Dios para amar a los hermanos y hermanas.

Monición:El Espíritu Santo es nuestro Maestro

interior que nos educa en todo lo que Jesús nos enseñó con su Palabra y con su vida. El gran mandato que Jesús nos enseñó fue el mandato del amor entre nosotros como signo de que somos sus discípulos, de que somos suyos, de que hemos resucitado con El y como primera acción misionera de modo que al vernos amándonos toda la gente crea que El es el enviado del Padre.

Tres son las formas como Jesús nos enseñó sobre este mandamiento: • “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda

tu mente. Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22, 37-38)• “Aménse unos a otros como yo los he amado” ( Jn 15, 12)• “Que todos sean uno como Tú, Padre, estás en mí y yo en ti” (Jn 17,21)

Y la razón fundamental de este amor fraterno nos la da San Juan cuando nos dice en su Primera Carta que estamos llamados a amarnos mutuamente porque Dios nos amó primero y nos lo mostró enviando a su Hijo Único para nuestra salvación.

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Aún más, “el amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazón por el don del Espíritu Santo” (Rom 5,5). De modo que estamos capacitados para amar como Jesús nos ama, como el Padre nos ama siendo compasivos unos con otros. Invoquemos al Espíritu de Amor para que nos llene de este amor.

Lectura: 1 Juan 4, 7-21.

Momento de silencio. Se puede compartir en el grupo. Se puede tener una breve reflexión.

Oración con el signo:Todos forman un círculo y oran unos por otros, invocando sobre cada uno

para que se derrame el amor de Dios con el Espíritu Santo. Se reza por cada uno. El que quiera que oren por él o ella se pone en medio del círculo, de pie o de rodillas, y todos le imponen las manos sobre la cabeza y oran por esa persona.

Canto pidiendo el Espíritu Santo.

9. Sexto momento: Proclamación de la venida del Espíritu Santo.

Animador/a: En este momento hacemos memoria del hecho del primer Pentecostés. Pidamos que se realice en nosotros aquella misma efusión del Espíritu Santo para que crezca en nosotros la fe y la fraternidad.

Signo: El animador/a invita a todos a formar un gran círculo en todo el templo o capilla, aunque se queden los bancos vacíos, de modo que nadie quede detrás.Se colocan en el altar 13 velones. Los 12 hombres simbolizando a los 12 apóstoles y a la Virgen. Se tienen fósforos para encender las luces en el momento adecuado. Se puede preparar también la tambora para que al hablar de ruido la toquen.

Proclamación de la Lectura Hechos 2,1-11

“Todos los discípulos estaban juntos el día de Pentecostés. De repente un ruido del cielo (se toca la tambora)como de un viento recio (se sigue tocando la tambora)resonó en toda la casa donde se encontraban (se sigue tocando la tambora)Vieron aparecer como unas lenguas, como llamaradas, que se repartían posándose encima de cada uno (aquí se van prendiendo todas las velas y se les va dando a la Virgen y los Apóstoles que la colocan sobre sus cabezas)se sigue leyendo el texto de la Biblia.

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Hermanos/as: invoquemos sobre nosotros el Espíritu Santo. Levantemos nuestras manos hacia El y repitan conmigo. (Mientras se hace la oración los Apóstoles y la Virgen van colocando sobre las cabezas de cada uno el velón, signo del fuego del Espíritu Santo)

Ven Espíritu Santo/ Manda tu luz divina desde el cielo. /Padre amoroso del pobre/ Don en tus dones esplendido

Luz que penetras las almas / fuente del mayor consuelo / tregua en el duro trabajo/ brisa en las horas de fuego/ gozo que enjuga las lágrimas / y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma / divina luz / y enriquécenos / mira el vacío del hombre / si tu le faltas por dentro/ mira el poder del pecado/ cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequia / sana el corazón enfermo / lava las manchas/ infunde calor de vida en el hielo / doma el espíritu indómito / guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones / según la fe de tus siervos / por tu bondad y tu gracia / dale al esfuerzo su merito / salva al que busca salvarse / y danos tu gozo eterno. Amen.

Canto: A que tu no sabes lo que en la iglesia paso….Se concluye con el Abrazo de la Paz y proclamando el lema del año:“Con fe y fraternidad, construimos la comunidad”

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Eucaristía, sacramento de nuestra fe y de nuestra comunión

En este Año de la Fe y de la fraternidad en la comunidad humana y eclesial este Triduo Eucarístico 2013 lleva como título: “Eucaristía, sacramento de nuestra fe y de nuestra comunión”. De este modo nos prepararnos espiritualmente al Encuentro Eucarístico Zonal, Arquidiocesano o Diocesano pidiendo al Señor intensamente que haga crecer nuestra fe y nuestra fraternidad.

Es importante que este Triduo sea celebrado en cada Sector además del centro parroquial. Para esto los ministros de la Comunión llevarán al Santísimo Sacramento a cada sector. De esa manera, haremos una vez más visible esta presencia de Cristo en medio de nuestro pueblo a través de su presencia eucarística.

En el lugar donde se hará esta Celebración es importante que se decore con belleza y sencillez. Se coloca una mesa con su mantel donde se colocará a Jesús-Eucaristía, adornada con flores y con uno o dos velones. Se coloca el lema del año: “Con fe y fraternidad, construimos la comunidad”. También, el lema de cada día del Triduo.

Será una grande y hermosa ocasión de que muchos y muchas se encuentren con el Señor y los que ya hemos tenido ese encuentro con El lo reavivemos y lo profundicemos.

Primer día27 de Mayo del 2013

Eucaristía, sacramento de nuestra fe

1. Motivación general:Hermanos y hermanas: Hoy iniciamos el Triduo de Preparación de la

Solemnidad del Corpus Christi, del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, en la que celebraremos nuestro Encuentro Eucarístico Arquidiocesano o Diocesano o Zonal con el lema: Eucaristía, sacramento de nuestra fe y de nuestra comunión siguiendo nuestro itinerario de evangelización del Tercer Plan de Pastoral, que nos invita a que con fe y fraternidad construyamos la comunidad.

En esta Adoración Eucarística de hoy pidamos al Señor aquí presente para que aumente nuestra fe en El y que descubramos que solo El encontramos palabras de vida eterna que nos dan vida y salvación.

Triduo EucarísticoEn preparación de la Solemnidad del Cuerpo

y Sangre de Cristo

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Pidamos al Espíritu Santo que nos guíe durante esta Celebración para que experimentemos esta presencia de Jesucristo en la Eucaristía y lo descubramos vivo y real como Aquel que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva a nuestra vida.

Iniciemos nuestra Adoración Eucarística cantando agradecidos porque El en su Eucaristía sale a nuestro encuentro y se hace presente en medio de nosotros. 2. Canto: El Señor está presente en medio de su pueblo, vamos adorarle…

(Si hay exposición de la Eucaristía, el presbítero, el diácono o el ministro trae el Sacramento del Sagrario, acompañado de algunos con velas encendidas que van delante. Si hay Custodia, se coloca sobre el altar y al llegar el ministro le coloca la Hostia. Si sólo hay copón se coloca sobre el altar, que estará adornado con flores y velas. Al llegar el Santísimo todos se ponen de rodillas. Si hay incienso, se hará la incensación. Si no hay exposición de la Eucaristía todos pueden colocarse alrededor del Altar, que representa a Cristo).

3. Oremos: Señor Jesús tú que has hecho de la Eucaristía, el sacramento de nuestra

fe porque en ella tú haces actual, vivo y presente tu entrega total en la cruz y tu resurrección que es el fundamento de nuestra fe. Te pedimos que en este día Tú renueves, fortalezcas, reavives nuestra fe en Ti que surgió aquel día que nos encontramos por vez primera. Haz, Señor, que todos los que has llamado a participar en este Triduo animados por tu Santo Espíritu crezca nuestra fe en Ti, nuestro Señor y Salvador presente en la Eucaristía. Amén.

Canto: Tan cerca de mí. Hay alguien que te ama.

4. Disfrutemos en silencio la presencia del Señor, dejándonos llenar de su presencia amorosa (10 minutos).

5. Lectura Bíblica: 1 Corintios 11, 23-29

6. Oración con la Palabra:

Lector 1: En cada Eucaristía, Señor, una vez que con tus palabras y la acción de tu Espíritu Santo el pan y el vino se transforman en tu Cuerpo y en tu Sangre, quien preside proclama: “Este es el Sacramento de nuestra fe”

Lector 2: Y todos a una exclamamos: “Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven Señor Jesús”. O hacemos nuestras las palabras para decir: “Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz anunciamos tu muerte Señor hasta que vuelvas”. O reafirmamos con fe: “Por tu cruz y resurrección nos has salvado Señor”.

Lector 3: En verdad, Señor, tu Eucaristía es el sacramento de nuestra fe porque en ella se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, que eres

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Tú, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan vivo que con tu carne vivificada y vivificante por la fuerza del Espíritu Santo, das la vida a los hombres y mujeres que de esta forma son invitados y estimulados a ofrecerse a sí mismos, sus trabajos y todas las cosas creadas juntamente con El..

Lector 4: En tu Eucaristía, Señor, cada aspecto de la fe y de la vida cristiana encuentra en ella un punto de referencia, porque en ella se contiene y celebramos el misterio pascual de Cristo, por el cual fuimos salvados y que es el fundamento de nuestra fe.

Lector 5: Es por la fe apoyada en tu Palabra que nunca miente la que nos hace percibir que en tu Eucaristía, estás presente con tu cuerpo verdadero y tu sangre verdadera. Creemos que en la Eucaristía Tú nos das tu carne y tu sangre.

Lector 6: La fe en Ti que nace de la predicación escuchada y aceptada por cada persona y comunidad encuentra en tu Eucaristía la fuente y cima de toda la evangelización porque en ella nos injertamos plenamente en tu Cuerpo y al ofrecerte a Ti al Padre como Víctima divina también ofrecemos nuestra propia vida juntamente contigo.

Lector 7: Por eso, movidos por la fe nos reunimos contigo para celebrar el misterio pascual: leyendo "cuanto a él se refieren en toda la Escritura" (Lc., 24,27), celebrando la Eucaristía, en la cual "se hace de nuevo presentes la victoria y el triunfo de su Muerte", y dando gracias al mismo tiempo " al Padre por el don inefable" (2 Cor., 9,15) que eres Tú, Cristo Jesús, "para alabar su gloria" (Ef., 1,12), por la fuerza del Espíritu Santo.

Lector 8: Eres Tú, Señor Jesucristo quien estás en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del ministro, ofreciéndote ahora por ministerio de los sacerdotes como te ofreciste, sea sobre todo bajo las especies eucarísticas. Realmente, en esta obra tan grande por la que el Padre es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Tú asocias siempre contigo a tu amadísima Esposa la Iglesia, que te invoca como Señor y por medio de Ti tributa culto al Padre Eterno.

7. Silencio: Contemplemos a Cristo presente en la Eucaristía. Mira hacia el Altar donde El está presente y déjate mirar por El. Abre tu mente y tu corazón para que El aumente tu fe en El. (10 minutos).

8. Canto: Tú eres Señor el Pan de vida.

9. Momento de confesión de nuestra fe.

Lector 1: Escuchemos con atención a Juan 6, 60-69.

Moderador/a: Como ya hemos escuchado en el Evangelio muchos de los discípulos de Cristo, luego de oír que habían de comer su carne y beber su

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sangre, volvieron las espaldas al Señor y le abandonaron diciendo: «¡Duras son estas palabras! ¿Quién puede oírlas?». En cambio Pedro, al preguntarle el Señor si también los Doce querían marcharse, afirmó con pronta firmeza su fe y la de los demás apóstoles, con esta admirable respuesta: «Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna».

En este momento como Pedro cada uno y cada una confesemos nuestra fe en Jesucristo presente en la Eucaristía, declarándola a viva voz. Nos unimos todos diciendo: “Creo firmemente que Tú estás presente vivo y real en la Eucaristía”

Lector 2: • Creo que eres el Pan vivo bajado del cielo• Creo que quien come de Tu pan tiene vida eterna• Creo que quien come de Tu carne no pasará nunca hambre• Creo que quien bebe de Tu sangre nunca pasará sed• Creo que tu carne es verdadera comida• Creo que tu sangre es verdadera bebida• Creo que quien come tu carne vivirá por Ti• Creo que bebe tu sangre vivirá por Ti• Creo que quien come tu carne y bebe tu sangre habita en Ti y Tu en él (Se pueden añadir otras confesiones de fe en la Eucaristía).

10. Canto: Creo firmemente que estás en el Altar u otro de adoración.

11. Silencio: 10 minutos.

12. Momento de alabanza y acción de gracias al Señor por la Eucaristía como sacramento de nuestra fe.En este momento se alaba al Señor por el don de la Eucaristía, sacramento

de nuestra fe.

13. Canto.

14. Silencio (10 minutos).

15. Momento de intercesión para que se aumente nuestra fe en Jesucristo, presente la Eucaristía.El que quiera da un paso hacia la Eucaristía y le presenta su petición por

la fe de los presentes y de todo el pueblo.

16. Bendición Eucarística.

Si hay bendición:Al final de la adoración, el sacerdote o diácono se acerca al altar; hace la

genuflexión, se arrodilla y se entona un canto eucarístico o el Tantum ergo. Mientras tanto, arrodillado el ministro, inciensa al Santísimo Sacramento. Luego se pone de pie y dice:

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Oremos: (Se hace una pausa de silencio; luego prosigue)Señor, que en tu Hijo Jesucristo nos diste el verdadero Pan que descendió del Cielo, fortalécenos con este alimento de vida eterna para que nunca nos apartemos de ti y podamos resucitar para la gloria en el último día.Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. El sacerdote o diácono recibe el velo humeral, hace genuflexión, toma la custodia y bendice al pueblo con el Santísimo Sacramento. Después de dar la bendición, deja la custodia sobre el altar y, arrodillado, dice las alabanzas:

Bendito sea Dios.Bendito sea su santo nombre.Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.Bendito sea el nombre de Jesús.Bendito sea su sacratísimo Corazón.Bendita sea su preciosísima Sangre.Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima.Bendita sea su santa e inmaculada Concepción.Bendita sea su gloriosa Asunción.Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.Bendito sea San José, su castísimo esposo.Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.(Mientras se reserva el Sacramento en el sagrario, el pueblo puede decir alguna aclamación, o entonar otro cántico de alabanza).

Si no hay bendición se termina así:Se acercan todos alrededor del altar. Con nuestras manos unidas levantadas le decimos al Padre: Padre Nuestro. Luego besan el Altar, símbolo de Cristo, sacerdote, víctima y altar.

17. Canto final eucarístico.

18. Aviso:

El próximo 30 de Mayo celebraremos la Solemnidad de Corpus Christi.Participemos en gran número en esta convocatoria de fe. En la Arquidiócesis de Santo Domingo se realizará en cada Zona Pastoral En la Arquidiócesis de Santiago a las 7am la procesión y a las 8 am la Eucaristía en el Estadio Cibao.En la Diócesis de Puerto Plata a las 7am la procesión y a las 8 am la Eucaristía en el Polideportivo y en cada Zona Pastoral.En las otras Diócesis a nivel parroquial y zonal.

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Segundo día 28 de Mayo del 2013

Eucaristía, sacramento de nuestra comunión con Dios y entre nosotros

1. Motivación general: Hermanos y hermanas: Hoy continuamos el

Triduo de Preparación de la Solemnidad del Corpus Christi, del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, en la que celebraremos nuestro Encuentro Eucarístico Arquidiocesano o Diocesano o Zonal con el lema: Eucaristía, sacramento de nuestra fe y de nuestra comunión siguiendo nuestro itinerario de evangelización del Tercer Plan de Pastoral, que nos invita a que con fe y fraternidad construyamos la comunidad.

En esta Adoración Eucarística de hoy nos detendremos a contemplar la Eucaristía como como sacramento de nuestra comunión con la Trinidad y entre nosotros. Tal como nos dice el Concilio Vaticano II: “Nuestro Salvador, en la Última Cena, la noche que le traicionaban, instituyó el Sacrificio Eucarístico de su Cuerpo y Sangre, con lo cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el Sacrificio de la Cruz y a confiar a su Esposa, la Iglesia, el Memorial de su Muerte y Resurrección: sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual se come a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria venidera” (SC 47).

Pidamos al Espíritu Santo que nos guíe durante esta Adoración para que experimentemos la Eucaristía como ocasión de intimidad con Cristo y con El, en El y por El crezca nuestra comunión con el Padre y con el Espíritu Santo así como entre nosotros.

Iniciemos nuestra Adoración Eucarística cantando al Señor.

2. Canto: Eucaristía, milagro de amor u otro canto eucarístico. (Si hay exposición de la Eucaristía, el presbítero, el diácono o el ministro trae el Sacramento del Sagrario, como se hizo el primer día. Si no hay exposición de la Eucaristía todos pueden colocarse alrededor del Altar, que representa a Cristo).

3. Oremos: Señor Jesús venimos a contemplarte presente en la Eucaristía, misterio de comunión en el que nos unes al Padre en el Espíritu Santo y nos unes entre nosotros. Crea en nosotros esa comunión y hazla crecer, de tal modo que sea cada día más verdadera y profunda y edúcanos para vivir en comunión contigo, entre los que formamos tu Iglesia y con toda la Humanidad. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.

Canto: Es como el amor tu pan u otro canto eucarístico.

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4. Lectura Bíblica: Juan 6, 47-58

5. Oración con la Palabra:• Señor, Tú eres la fuente de toda comunión: comunión contigo, Jesús

Redentor y en Ti con los hermanos. Gracias a la vida nueva que Tú nos ha dado, podemos reconocernos como hermanos, por encima de cualquier diferencia de lengua, nacionalidad o cultura.

• Por la participación del mismo Pan y del mismo Cáliz, de tu Cuerpo y de tu Sangre podemos sentirnos “familia de Dios” y al mismo tiempo contribuir de manera concreta y eficaz a la edificación de un mundo fundado en los valores de la justicia, la libertad y la paz”

• En tu Eucaristía recuerdas, haces presente y engendras el amor a Dios y el amor al prójimo como a nosotros mismos, fundamento de toda genuina comunidad humana y eclesial.

• Tu Eucaristía de varios modos la hiciste fuente de comunión. Hiciste que su misma celebración la exigiera y construyera. Es tu asamblea comunitaria presidida en tu nombre por el sacerdote la que actúa litúrgicamente en la Eucaristía en virtud de lo cual el sacerdote habla siempre en plural.

• Al participar de Ti, Único y Verdadero Pan de vida, nos unimos de tal modo que nos volvemos un solo cuerpo, aun siendo muchos, pues todos participamos de ese único pan que eres Tú” (cfr 1 Cor 10, 17).

• Tú has hecho de la Eucaristía, un “Sacramento de piedad, signo de unidad y vínculo de caridad” , de modo que “como este fragmento (el del pan y el del vino) estaba disperso por los montes, y reunido se hizo uno, así sea reunida tu Iglesia de los confines de la tierra en tu Reino”

• Es tu Espíritu Santo quien en la Eucaristía nos hace tu Cuerpo vivo. Por eso, pedimos junto contigo al Padre el don del Espíritu Santo para nos congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo” (Plegaria II); para que “llenos del Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu» (Plegaria Eucarística III); y para que se derrame “sobre nosotros el Espíritu del Amor, el Espíritu de tu Hijo” (Plegaria V); y así “congregados en un solo Cuerpo por el Espíritu Santo, seamos en Cristo víctima viva para alabanza de tu gloria” (Plegaria Eucarística III)

• El gran fruto de la celebración eucarística que Tú nos regalas es crecer en la comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu y crecer en la comunión fraterna. Esa es la santificación que nos logra la Eucaristía, que consiste en esa unión íntima con Dios y entre nosotros.

• Así Señor mediante la comunión con tu Cuerpo, la Iglesia alcanza cada vez más profundamente su ser en Ti “como sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano “» (LG 1).

6. Dejemos que esta Palabra del Señor resuene en nuestro interior (10 minutos de silencio).

7. Canto: Es mi Cuerpo…

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8. Momento de alabanza.

Moderador: Alabemos y bendigamos al Señor porque en la Eucaristía nos une en un solo corazón y una sola alma con su Padre en el Espíritu Santo y entre nosotros. Respondemos a cada alabanza: “Te alabamos Señor por la Eucaristía, fuente de comunión”

- Gracias, Señor, porque has querido que los seres humanos constituyamos una sola familia y nos tratemos entre nosotros con espíritu de hermanos.

- Te alabamos, Señor, porque al darte y al darnos tu Espíritu en la comunión eucarística colmas con sobrada plenitud los anhelos de unidad fraterna que hay dentro del corazón humano.

- Te alabamos Señor porque elevas la experiencia de fraternidad, propia de la participación común en la misma mesa eucarística, a niveles que están muy por encima de la simple experiencia de convivencia humana.

- Te bendecimos Señor porque mediante la comunión del cuerpo de Cristo, la Iglesia alcanza cada vez más profundamente su ser, «sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano ».

- Te alabamos, Señor, porque a los gérmenes de disgregación entre las personas, que la experiencia cotidiana muestra tan arraigada en la humanidad a causa del pecado, se contrapone la fuerza generadora de unidad de tu Cuerpo.

- Te alabamos Señor porque tu Eucaristía, construyendo la Iglesia, crea precisamente por ello comunidad entre los hombres y las mujeres.

- Gracias porque en la Eucaristía creas comunión y nos educas a la comunión entre nosotros.

- Te alabamos y te bendecimos porque a través de la Eucaristía nos haces vivir la comunión con todas las otras personas y comunidades que formamos tu Iglesia una, santa, católica y apostólica.

9. Canto euarístico.

10. Silencio: 10 minutos.

11. Momento de intercesión.

Moderador: Señor, necesitamos de Ti, de tu presencia y de tu amor. Necesitamos que te quedes con nosotros para que sigas iluminando, seas el sabor y el fermento de nuestra vida y de nuestra sociedad. Por eso, te decimos: “Quédate con nosotros, Señor”.

• Para que siguiendo el ejemplo de la primera comunidad cristiana nos reunamos siempre para partir el pan de la Palabra y de la Eucaristía y así podamos perseverar en la comunión contigo y entre nosotros

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• Para que tu Eucaristía, Señor, se fortalezcan la comunidad de tus discípulos y sea una escuela de vida cristiana.

• Para que en tu Eucaristía y en la adoración eucarística nos preparemos en orden a dar frutos permanentes de caridad, reconciliación y justicia para la vida del mundo.

• Para que tu Eucaristía, Señor, sea fuente y culmen de nuestra vida cristiana y, así, nuestras parroquias, nuestros sectores y pequeñas comunidades sean siempre comunidades eucarísticas que viven sacramentalmente el encuentro contigo.

• Para que tu Eucaristía nos dé fuerza para realizar una evangelización integral a través de nuestro Plan de Pastoral y de la Misión Continental.

• Para que tu Eucaristía nos lleve a la comunión solidaria con los más pobres

• Para que esta comunión que crea en nosotros el Espíritu Santo en la Eucaristía permanezca siempre con nosotros y dé frutos más allá de la celebración en nuestra propia familia, en nuestro ambiente, en nuestro trabajo y en nuestra sociedad trabajando para que nuestro mundo viva los valores del Reino de Dios.

12. Canto eucarístico

13. Silencio (10 minutos).


Si hay bendición se sigue como el primer día.


15. Canto final eucarístico.

16. Aviso:

El próximo 30 de Mayo celebraremos la Solemnidad de Corpus Christi.Participemos en gran número en esta convocatoria de fe. En la Arquidiócesis de Santo Domingo se realizará en cada Zona Pastoral En la Arquidiócesis de Santiago a las 7am la procesión y a las 8 am la Eucaristía en el Estadio Cibao.En la Diócesis de Puerto Plata a las 7am la procesión y a las 8 am la Eucaristía en el Polideportivo y en cada Zona Pastoral.En las otras Diócesis a nivel parroquial y zonal.

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Tercer día29 de Mayo del 2013

Adoración y Procesión Eucarística por las calles de nuestro pueblo pidiendo para que crezca nuestra fe y nuestra fraternidad

1. Orientaciones para la Celebración: En este día realizaremos la Adoración Eucarística en

el lugar de encuentro de los otros días del Triduo ya sea la Parroquia, Capilla o Casa Misión de cada Sector. Ahí se tendrá el primer momento de oración. Luego, se hará la Procesión Eucarística, llevando al Señor delante con varias velas y flores. Detrás irán los que cantan y todo el pueblo. Se eligen cinco casas donde se hará una parada y se tendrá un momento de adoración. Las casas elegidas tendrán preparada al frente de la casa, una mesa con flores y velas donde se colocará la Eucaristía mientras se hace el momento de adoración.

Es necesario preparar los cantos eucarísticos para la procesión. Crear un ambiente de oración. Es importante que este acto eucarístico sea de por sí una acción misionera.

2. Motivación general:En este día de nuestro Triduo Eucarístico sigue resonando en este Año

de la Fe y de la fraternidad humana y eclesial el lema de nuestro Encuentro Eucarístico del 2013: “Eucaristía, sacramento de nuestra fe y de nuestra comunión”.

En esta Adoración nos centraremos en los frutos de la Eucaristía para nuestras vidas y para nuestra comunidad eclesial y humana. Rezaremos para que el Señor presente en la Eucaristía reavive nuestra fe que nos lleve a fortalecer nuestra fraternidad amenzada con tantas divisiones, por la delincuencia, por el narcotráfico, por la desintegración familiar, por la violencia intrafamiliar, especialmente, contra las mujeres.

Esta Adoración la haremos en diferentes lugares de nuestro Sector llevando en procesión al Señor presente en la Eucaristía, de modo que nuestra fe “en Dios que, encarnándose, se hizo nuestro compañero de viaje, se proclame por doquier y particularmente por nuestras calles y en nuestras casas, como expresión de nuestro amor agradecido y fuente de inagotable bendición” (MND, 18).

Iniciemos nuestra Adoración Eucarística cantando al Señor presente en la Eucaristía que sale a nuestro encuentro, se hace presente en medio de nosotros y nos fortalece en la fe y en la comunión con El y entre nosotros. 3. Canto: Señor te adoramos…. o El Señor está presente en medio de su

pueblo, vamos adorarle…(Si hay exposición de la Eucaristía, el presbítero, el diácono o el ministro trae el Sacramento del Sagrario, lo hace como el primer día.

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Si no hay exposición de la Eucaristía todos pueden colocarse alrededor del Altar, que representa a Cristo).

4. Oremos: Señor Jesús, te damos gracias por tu presencia en la Eucaristía y porque

a través de ella Tú nos unes profundamente contigo y a través de Ti en la unidad del Espíritu nos unes con el Padre y entre nosotros. Hoy queremos presentarte todo lo que nos obstaculiza vivir la fe y nuestra fraternidad para que en esta realidad se manifiesten los frutos de la Eucaristía y así crezca nuestra fe y nuestra comunión. Amén

Canto eucarístico.

5. Primer fruto de la Eucaristía: hace crecer nuestra unión con Cristo.

Lector 1: Juan 6, 56-57

Oración con la Palabra:Lector 1: Señor, cuando te recibimos en la Eucaristía nos das como fruto principal la unión íntima contigo, tu vida y tu resurrección son comunicadas por Ti.

Lector 2: Al recibirte nos alimentas en nuestra vida espiritual como lo hace el alimento material en nuestra vida corporal. La comunión con tu Carne, "vivificada por el Espíritu Santo y vivificante" (PO 5), conserva, acrecienta y renueva la vida de gracia que nos diste en el Bautismo.

Lector 3: Tú nos das este alimento eucarístico para nuestro crecimiento como cristianos, haciéndolo, pan de nuestra peregrinación, hasta el momento de la muerte, cuando nos sea dada como viático.

Silencio: 10 minutos.

Momento de acción de gracias por el don de la Eucaristía como alimento espiritualLos que quieran expresan sus alabanzas y acción de gracias.

Canto eucarístico: Tú eres Señor el pan de vida.

6. Segundo fruto de la Eucaristía: La comunión nos separa del pecado.

Lectura Bíblica: Marcos 26, 26-29

Oración con la Palabra: Lector 1: Tu Cuerpo de Cristo que recibimos en la comunión es "entregado por nosotros", y la Sangre que bebemos es "derramada por muchos para el perdón de los pecados". Por eso en tu Eucaristía nos purifica de los pecados cometidos y preservarnos de futuros pecados para podernos unirnos de verdad a Ti.

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Lector 2: Cada vez que celebramos tu Eucaristía tu Sangre es derramada, para el perdón de los pecados y así siempre nos perdonas como remedio de nuestros pecados.

Lector 3: Con tu Eucaristía, Señor, fortaleces en nosotros la caridad que, en nuestra vida cotidiana, tiende a debilitarse. Y así esta caridad vivificada por Ti borra los pecados veniales que hayamos cometido.

Lector 4: Dándote a nosotros, Cristo, Tú reavivas nuestro amor y nos hace capaces de romper los lazos desordenados con las criaturas y de arraigarnos más y más en Ti. Nos regalas tu Espíritu Santo para que nos comunique el amor que te impulsó a dejarte crucificar por nosotros. Así nos capacitas a considerar al mundo como crucificado para nosotros de modo que sepamos vivir crucificados para el mundo [...] y, llenos de caridad, muertos para el pecado vivamos para Dios.

Lector 5: Por la misma caridad que Tú enciendes en nosotros, a través de la Eucaristía nos preservas de futuros pecados mortales. Estamos conscientes de que cuanto más participamos en tu vida y más progresamos en tu amistad, tanto más difícil se nos hará romper contigo por el pecado mortal.

Momento de silencio: 5 minutos

Momento de petición de perdón: Todos nos ponemos de rodillas y pedimos perdón por nuestros pecados y la gracia de perseverar en el amor de Cristo.

Canto eucarístico.

7. Inicio de la Procesión:

Moderador: Hermanos y hermanas: En este momento llevaremos en procesión al Señor presente en la Eucaristía, por todo nuestro Sector como expresión de nuestro amor agradecido y para que el Señor paseando en medio de nuestro pueblo bendiga a todas las personas y a todas las familias que lo componen y nos de fuerza para que perseverar en la fe en El y a vivir en comunión con su Padre en el Espíritu Santo y a vivir unidos entre nosotros. Sólo así podremos vencer tantos problemas que están afectando nuestros sectores y nuestro país.

(Se inicia la procesión: delante la Cruz y velones encendidos. Detrás el Señor, los que cantan y todos los participantes. Se canta hasta la primera parada en la que se detendrá la procesión, se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar y se hace la oración que sigue).

8. Primera Parada: El tercer fruto de la Eucaristía es la unidad del Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia

Lectura Bíblica: 1 Corintios 10, 16-17

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Moderador: Señor Jesús con tu Eucaristía haces la Iglesia ya que al unirnos más estrechamente a Ti nos unes a todos en un solo cuerpo: la Iglesia. A través de tu Eucaristía renuevas, fortificas, profundizas esta incorporación a la Iglesia realizada ya por el Bautismo. En el Bautismo fuimos llamados a no formar más que un solo cuerpo (cf 1 Co 12,13).

Lector 1: Cuando vamos a recibirte se nos dice: “Cuerpo de Cristo” y respondemos “Amén”, es decir, “sí”, “es verdad”. Ayúdanos Señor a ser verdadero miembro tuyo para que nuestro amén sea también verdadero».

Momento de silencio: 5 minutos.Expresemos nuestra unidad tomándonos de la mano y pidiéndole al Señor

que estreche más nuestra fraternidad entre nosotros. Se puede concluir con el Padre Nuestro.

Canto Eucarístico mientras se camina hacia la próxima parada.

9. Segunda Parada: Cuarto fruto: La Eucaristía nos lleva a comprometernos en favor de los pobres.

Lectura Bíblica: Mateo 25, 34-40.

Oración con la Palabra: Moderador: Señor, nos enseñaste que Tú vives en el pobre y necesitado. Por lo que celebrar tu Eucaristía entraña un compromiso en favor de los pobres. Para recibir en la verdad tu Cuerpo y tu Sangre entregados por nosotros debemos reconocerte en los más pobres, sus hermanos (cf Mt 25,40).

Lector 1: Delante de Ti, Señor, escuchamos con atención las palabras de tu discípulo San Juan Crisóstomo que nos dice: “¿Quieren en verdad honrar el cuerpo de Cristo? No consientan que esté desnudo. No lo honren en el templo con manteles de seda mientras afuera lo dejan pasar frío y desnudez”.

Lector 2: Señor sabemos que las condiciones de vida de muchos abandonados, excluidos e ignorados en su miseria y su dolor contradicen el proyecto del Reino de tu Padre y nos desafían a los que celebramos la Eucaristía a un mayor compromiso contigo a favor de los más pobres. Lector 3: Escuchamos tu voz que nos dice: “Denles ustedes de comer”, y nos “invita a todos a suprimir las graves desigualdades sociales y las enormes diferencias en el acceso a los bienes”, desarrollando estructuras más justas al servicio de la vida digna.

Silencio de adoración: 5 minutos.

Momento de intercesión por los más pobres y de hacer un compromiso personal y comunitario a favor de los más pobres de nuestro pueblo.

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(Se camina cantando hasta la tercera parada en la que se detendrá la procesión, se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar y se hace la oración que sigue).

10. Tercera Parada: Quinto fruto de la Eucaristía: La unidad de todos los cristianos.

Lectura bíblica: Juan 17, 22-23

Oración con la Palabra: Moderador: Tu Eucaristía, Señor es sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad. Por eso, sentimos un gran dolor por la las divisiones de tu Iglesia que rompen la participación común en la mesa del Señor de todos los que nos llamamos cristianos. Escucha nuestras oraciones para que lleguen los días de la unidad completa de todos los que creemos en Ti.

Lector 1: En este momento te presentamos Señor nuestras oraciones por todos los cristianos y cristianas que viven en nuestro barrio aunque no compartamos la misma fe católica

Momento de oración en silencio. 5 minutos

Momento de oración por la unidad de los cristianos. (Se camina cantando hasta la Iglesia, Capilla o lugar desde donde se salió. Al llegar se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar y se sigue así:).


Si hay bendición se sigue como el primer día.


12. Canto final eucarístico. 13. Aviso:

Mañana 30 de Mayo celebraremos la Solemnidad de Corpus Christi. Participemos en gran número en esta convocatoria de fe. En la Arquidiócesis de Santo Domingo se realizará en cada Zona Pastoral En la Arquidiócesis de Santiago a las 7am la procesión y a las 8 am la Eucaristía en el Estadio Cibao.En la Diócesis de Puerto Plata a las 7am la procesión y a las 8 am la Eucaristía en el Polideportivo y en cada Zona Pastoral.En las otras Diócesis a nivel parroquial y zonal.

Segunda Parte:

Celebraciones Dominicales

Lecturas de la Palabra de cada díay Meditación Diaria del Evangelio

Celebración Solemnidad: Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Mayo 2013

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1 Feria o Memoria libre de San José Obrero

Miércoles Blanco

Primera Lectura: Colosenses 3, 14-15. 17. 23-24Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección.

Que la paz de Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que han sido llamados, porque formamos un solo Cuerpo. Y vivan en la acción de gracias. Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre. Cualquiera sea el trabajo de ustedes, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta que es para el Señor y no para los hombres. Sepan que el Señor los recompensará, haciéndolos sus herederos. Ustedes sirven a Cristo, el Señor.

Salmo Responsorial: 89“El Señor haga prosperar la obra de nuestras manos”.

Antes que fueran engendradas las montañas, antes que nacieran la tierra y el mundo, desde siempre y para siempre, tú eres Dios. R.

Tú haces que los hombres vuelvan al polvo, con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos.» Porque mil años son ante tus ojos como el día de ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche. R.

Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría. ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? Ten compasión de tus servidores. R.

Sácianos en seguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida. Que tu obra se manifieste a tus servidores, y que tu esplendor esté sobre tus hijos. R. Evangelio: Mateo 13, 54, 58

En aquel tiempo: Al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados. «¿De dónde le vienen, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?» Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo. Entonces les dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia.» Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.

Meditación

San José es el padre legal de Jesús. En la mentalidad judía el padre legal era el verdadero padre (P. J. Loring). Para nuestra mentalidad es más incómodo asumirlo como tal. Pero el texto bíblico se escribió en aquella mentalidad, y así debemos leerlo primero, luego interpretarlo. Que san José esté presente en el retrato histórico y teológico de la familia de Nazaret nos indica claramente que él es un “modelo de fe.”

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Su gran virtud fue creer lo que el ángel le dijo (Mt 1, 18-25). El “hombre justo” asumió la dichosa tarea de ser la cabeza de esta singular Familia. La Iglesia no sólo lo ha reconocido como hombre de fe, sino también como un ejemplo de consagrado trabajador; por eso este día es dedicado al trabajo, y como figura emblemática está san José.

El valor del mes es un artículo del Credo (el tercero): “Creo en el Espíritu Santo”. Abrirse al Espíritu no es sólo disponerse a lo que Dios quiere, sino también emprender la deliciosa aventura de saborear el plan de Dios desde nuestro interior, nuestra responsabilidad, nuestro esfuerzo, desde todo lo que somos. San José creyó “ciegamente” en el Espíritu Santo y disfrutó plenamente de su misión.

La fe es el amor profundo a Dios. Y la dedicación amorosa al trabajo es el amor a la creación de Dios. El trabajo de san José fue “con toda el alma, para servir al Señor y no a los hombres.” Fue reconocido por su labor (carpintero), pero también por ser el “padre” de Jesús. El silencio de este hombre retumba en la sublimidad de la historia. Muy pocos hombres han logrado conectar el trabajo, el silencio, la entrega y la responsabilidad en el quehacer elegante de la fe, y eso lo llevó este gran padre amoroso y custodio de Jesús.

Hoy nuestra Iglesia está tan carente de hombres que den testimonio de Dios. Nos remuerde la vida cuando vemos tantos hombres empeñados en un trabajo que sólo reporta beneficio económico, y al mismo tiempo, alejados de Dios. Exprime los sentimientos ver los hogares sin hombres de testimonio y las iglesias sin hombres de fe.

En este díapidamos a Dios, para que inspire a tantos hombres talentosos de nuestras comunidades, a poner al servicio del Señor su gran potencial, su trabajo, su compromiso familiar; a no creer más en sus propias fuerzas que en el Espíritu Santo. Nuestras familias y nuestra sociedad necesitan de estos caballeros de la fe. Su fuerza sería un arrastre sorprendente para el crecimiento de los valores en los hijos. Un hijo que desfigura su conducta en la familia, es porque no tiene un padre ejemplar a quien imitar. San José es un excelente modelo para creer y contemplar al Dios encarnado.

2 Memoria Obligatoria San Atanasio, Obispo y Doctor de la Iglesia

Jueves Blanco

Primera lectura: Hechos 15, 7-21En aquellos días, después de una fuerte discusión, se levantó Pedro y dijo

a los apóstoles y a los presbíteros: «Hermanos, desde los primeros días, como saben, Dios me escogió entre ustedes para que los gentiles oyeran de mi boca el mensaje del Evangelio, y creyeran. Y Dios, que penetra los corazones, mostró su aprobación dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. No hizo distinción entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones con la fe. ¿Por qué provocan a Dios ahora, imponiendo a esos discípulos una carga que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido soportar? No; creemos que lo mismo ellos que nosotros nos salvamos por la gracia del Señor Jesús.»

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Toda la asamblea hizo silencio para escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaron los signos y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. Cuando terminaron, Santiago resumió la discusión, diciendo: «Escúchenme, hermanos: Simón ha contado la primera intervención de Dios para escogerse un pueblo entre los gentiles. Esto responde a lo que dijeron los profetas: "Después volveré para levantar de nuevo la choza caída de David; levantaré sus ruinas y la pondré en pie, para que los demás hombres busquen al Señor, y todos los gentiles llevarán mi nombre: lo dice el Señor, que lo anunció desde antiguo." Por eso, a mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios; basta escribirles que no se contaminen con la idolatría ni con la fornicación y que no coman sangre ni animales estrangulados. Porque durante muchas generaciones, en la sinagoga de cada ciudad, han leído a Moisés todos los sábados y lo han explicado.»

Salmo Responsorial: 95“Cuenten las maravillas del Señor a todas las acciones”

Canten al Señor un cántico nuevo, canten al Señor, toda la tierra; canten al Señor, bendigan su nombre. R.

Proclamen día tras día su victoria. Cuenten a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones. R.

Digan a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente.» R.

Evangelio: San Juan 15, 9-11En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado,

así los he amado yo; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he hablado de esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría llegue a plenitud.»

Meditación

Una de las tantísimas formas con que entramos en comunión espiritual o de fe y que recibimos del Espíritu Santo, son los carismas, los cuales se dejan ver de miles maneras (Ef 4,16). En la primera lectura, Pedro declara que el Espíritu Santo fue dado tanto a judíos como a gentiles, visible esto en la purificación de “sus corazones con la fe”. Yo creo que una de las manifestaciones del espíritu más potente es lograr que el hombre pueda “ponerse de acuerdo.” Eso hicieron los apóstoles entre sí. Y si tiramos un vistazo horizontal por toda la historia sagrada descubrimos que es así. ¡Qué emoción!

En el evangelio de Juan se nos habla de la alegría de Dios y la nuestra; y el deseo de que esa unión se dé hasta llegar a plenitud. Esto es posible si logramos insertarnos en el amor de Dios, ya que el Señor ejecutó esta apasionante acción en nosotros primero (Rom. 5, 5).

Tanto la primera lectura como el evangelio nos derraman una gran enseñanza: la urgente necesidad de poner siempre al Espíritu Santo como

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motor que impulsa toda decisión nuestra para la convivencia. Esto lo digo, porque en la forma de “ponernos de acuerdo”, de expresar nuestros afectos, de compartir con la gente, impera nuestra actitud egoísta, nuestra prepotencia, nuestro prejuicio, orgullo y nuestra deformada opinión sobre lo que es la comunión.

Hoy recordamos a san Atanasio, hombre de talante espiritual. Creyó y defendió que Jesús es Hijo de Dios, por tanto que su nacimiento fue por obra del Espíritu Santo. La Iglesia consulta siempre a este santo y tantos otros que son “testigos siempre actuales” de la Tradición, “lugar” donde conocemos al Espíritu Santo (CIC 688).

Me gustaría sacar esta última conclusión: en todo ámbito y circunstancias de nuestra vida encontramos y ponemos trabas cuando nos toca trabajar y/o convivir con otros. Eso es un signo claro de que nuestro espíritu necesita estar en conexión más profunda con el Espíritu Santo, el cual nos da sabiduría, inteligencia para encontrar soluciones a las dificultades que imponemos en la comunicación y las que llevamos dentro.

Revisemos nuestro interior, nuestra familia, nuestras comunidades cristianas, nuestra sociedad. Tratemos de inyectarle una buena dosis de disponibilidad por parte nuestra para comenzar a cambiar tantas asperezas que no dejar circular la voluntad de Dios entre nosotros. Seamos conscientes de nuestras limitaciones personales y contemos con las virtudes y carismas de los demás. Entonces así el Espíritu invisible dejará ver a través de las buenas obras que surgirán a partir de esa apertura al amor de Dios.

3 San Felipe y Santiago, Apóstoles

Viernes Rojo

Primera Lectura: I Corintios 15, 1-8Les recuerdo, hermanos, el Evangelio que les proclamé y que ustedes

aceptaron, y en el que están fundados, y que les está salvando, si es que conservan el Evangelio que les proclamé; de lo contrario, se ha malogrado su adhesión a la fe. Porque lo primero que yo les transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Pedro y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció también a mí.

Salmo Responsorial: 18"A toda la tierra alcanza su pregón"

El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. R.

Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.

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Evangelio: San Juan 14, 6-14En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: "Yo soy el camino, y la verdad,

y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocen a mí, conocerán también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto." Felipe le dice: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Créanme yo estoy en el Padre, y el Padre en mí... Si no, creen a las obras. Se lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me piden algo en mi nombre, yo lo haré."

Meditación

Felipe y Santiago son dos de los testigos que vivieron junto a Jesús, le conocieron y vieron al Resucitado, además de ofrendar su vida por Él (martirizados). Dos figuras de renombre en las conversaciones con Jesús y las menciones que de ellos hace el Nuevo Testamento.

¡Lo que hace la Fe no tiene precedentes! Para que nosotros entendiéramos, Jesús nos dijo que la fe mueve montañas (cosa que no puede hacer la fuerza física). Y yo creo que la fe es el “espacio” donde entramos en comunión con el Espíritu de Dios, que lo puede Todo. Antes de Jesús hacer un milagro preguntaba si había fe. Esto para que la acción del Espíritu Santo pudiera ejecutarse en el ser humano.

Nos recuerda Pablo en “Corintios” que “Cristo murió por nuestros pecados y resucitó al tercer día”. De esto se hizo Pablo testigo, aunque lo recibió por la Tradición. Y lo que en el evangelio se pregunta nos sirve muy bien a nosotros hoy día: “Hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y no me conoces?”

Es Espíritu Santo sigue “aleteando” su presencia en medio de nosotros. Los escritos de los apóstoles es una fiel demostración de esa verdad. La proclamación de nuestro Credo es una conexión con la fe de los que fueron testigos de Cristo, para que seamos también nosotros testigos.

¿Qué tiempo hace que me bauticé, que recibí la primera Comunión, que entré al grupo o a la iglesia, que estoy trabajando en mi comunidad, que me casé por la Iglesia? Esta otra pregunta: ¿conozco al Señor o siento su presencia espiritual en mi vida de fe, soy católico de nombre o por testimonio? Hay muchas más preguntas que nos ponen de frente a la fe que proclamamos. Lo importante es que mis palabras de fe salgan de un espíritu que se ha comprometido con Jesús, que quiere ser testigo (como Felipe y Santiago) hasta el punto de convencerme que mi vida tiene sentido cuando está poseída por el Espíritu Santo.

Tú, haz una pequeña reflexión de cinco minutos, para evaluar la forma cómo expresas tu fe en cualquier situación de vida en que te encuentres.

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4 Feria de Pascua

Sábado Blanco

Primera lectura: Hechos 16, 1-10En aquellos días, Pablo fue a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo

que se llamaba Timoteo, hijo de un griego y de una judía creyente. Los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso llevárselo y lo circuncidó, por consideración a los judíos de la región, pues todos sabían que su padre era griego. Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las observasen. Las Iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día. Como el Espíritu Santo les impidió anunciar la palabra en la provincia de Asia, atravesaron Frigia y Galacia. Al llegar a la frontera de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Troas. Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: «Ven a Macedonia y ayúdanos.» Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio.

Salmo Responsorial: 99“Aclama al Señor, tierra entera”

Aclama al Señor, tierra entera, sirvan al Señor con alegría, entren en su presencia con vítores. R.

Sepan el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño. R.

El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades. R.

Evangelio: San Juan 15, 18-21En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si el mundo los odia, sepan

que me ha odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya, pero como no son del mundo, sino que yo los he escogido sacándolos del mundo, por eso el mundo los odia. Recuerden lo que les dije: "No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la de ustedes." Y todo eso lo harán con ustedes a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.»

Meditación

Me llama mucho la atención lo que dice la primera lectura: “el Espíritu Santo le impidió anunciar la palabra en… Asia”, al igual que en Bitinia. Pero en Macedonia no; sino que a través de uno de ese lugar lo “empujó” hacia allá: “Ven a Macedonia y ayúdanos.” Los macedonios eran griegos (gentiles), pero no de cualquier manera, sino “casi completamente extraños a los demás (griegos) helenos” [cfr. H. Haag, Diccionario de la biblia,

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Herder, Barcelona 1963, pág. 1137]. También es llamativa la expresión de Jesús en el evangelio: “Y todo eso lo harán con ustedes a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envío.” Es una advertencia diáfana a no querer congratularse con el “mundo”, a evitar, bajo toda costa perder la imagen de discípulos que Jesús imprimió ellos.

El Espíritu Santo nos moldea interiormente con Jesús y su misión, con su compromiso y sus consecuencias. Pero así mismo experimentamos una gran deformación cuando nos negamos al Espíritu de Dios, porque solos no podemos navegar en la acción misionera.

En definitiva, Jesús quiere que cursemos sus consecuencias: ser perseguidos, pasar por su calvario, pero sobre todo es porque quiere que disfrutemos de su resurrección, su gloria.

¿De dónde podemos sacar provecho a ese seguimiento de Jesús? La respuesta es abrirse a la acción del Espíritu Santo. Lo que le pasó a Jesús le pasa también a quien le sigue, porque el “mundo” repugna esa identidad.

Tu seguimiento a Jesús implica un dejarse tocar por su Espíritu. Esto supone conocer su exigencia, su palabra, su misión, el lugar donde Él se manifiesta: la iglesia, la comunidad, los pobres, las buenas obras, los más necesitados, los que necesitan que los escuchen, etc.

Ahí se sumerge el mensaje y da fruto. Ahí se manifiesta esta acción salvadora del amor de Dios.

5 VI Domingo de Pascua

II Semana de la Liturgia de la Horas Blanco

El Padre les enviará El Espíritu Santo en mi nombre

Orientaciones para la celebración: -Colocar un letrero con el lema de este mes.

Colocar un letrero con el lema de este Domingo. Preparar un altar con la imagen de la Virgen a donde se colocaran las flores de mayo. Ambientar la entrada del templo con el signo del agua que simboliza el Espíritu Santo. Iniciar la Celebración con la aspersión del agua.

Monición ambiental:Hoy celebramos el sexto domingo del tiempo

Pascual. ¡Jesucristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado! El gran regalo que nos ha dado el Resucitado es el Espíritu Santo.

Por eso el lema de este mes de mayo, mes Pascual, es: “La comunión del Espíritu Santo esté con ustedes”. En este día nos encontramos para celebrar el triunfo de Cristo sobre la muerte, que podemos hacerlo porque el Espíritu del Padre que resucitó a Cristo habita entre nosotros y nos mantiene unidos en la fe.

En la Eucaristía experimentamos la presencia del Espíritu Santo que nos hace entender las Escrituras que se proclaman, en su acción sobre el pan

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y el vino para convertirlos con las palabras de Jesús en su Cuerpo y en su Sangre y en su venida sobre la comunidad para hacerla cuerpo vivo de Cristo en medio del mundo.

En este mes de Mayo lo dedicamos con amor a nuestra madre María. De su mano, nos disponemos a acercarnos a Jesús, imitando su disponibilidad al Espíritu Santo y su apertura al plan de Dios.

Con alegría, recibamos a Jesús que viene en la persona del que preside esta Celebración cantando.

Oración Colecta

Oremos: Concédenos, Dios todopoderoso, continuar celebrando con amor y alegría

la victoria de Cristo resucitado, y que el misterio de su pascua transforme nuestra vida y se manifieste en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lectura Hechos 15, 1-2. 22-29.En esta lectura descubrimos que desde sus inicios la barca de Pedro, que

es la Iglesia, ha sido conducida por el poder del Espíritu Santo y la conduce hacia el amor que supera la limitación de las propias convicciones ayudándole a realizar las decisiones que corresponden al designio de Dios. Escuchemos con atención esta lectura.

Lectura del libro de los Hechos de los ApóstolesEn aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a

los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia.

Los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron entonces elegir algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas Barsabá y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les entregaron esta carta:

«Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo. Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, les han alarmado e inquietado con sus palabras.

Hemos decidido, por unanimidad, elegir algunos y enviárselos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo.

En vista de esto, mandamos a Silas y a Judas, que les referirán de palabra lo que sigue: “Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponerles más cargas que las indispensables: que se abstengan de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación. Harán bien en apartarse de todo esto. Salud.» Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial (Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8 (R.: 4)R. / Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. O también puede decirse sólo: Aleluya.

El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R.

Segunda Lectura Apocalipsis 21, 10-14. 22-23Juan nos describe con detalle a la Jerusalén celestial, que está llamada

a ser la Iglesia en medio del mundo, que expresa y comunica la gloria de Dios. Ella es templo de Dios, cuya luz plena es Cristo. Llenos del Espíritu de Cristo podemos ser luz con El y como El. Escuchemos.

Lectura del libro del ApocalipsisEl ángel me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la

ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido.

Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel. A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas. La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero. Santuario no vi ninguno, porque es su santuario el Señor Dios todopoderoso y el Cordero.

La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero. Palabra de Dios.

Aleluya Jn 14, 23:El que me ama guardará mi palabra —dice el Señor—,

y mi Padre lo amará, y vendremos a él.

Evangelio Juan 14, 23-29.Hoy Jesús nos invita a permanecer en plena comunión con El, que es

estar estrechamente unido al Padre. Esto será posible por su Espíritu que nos recordará todo lo que Jesús ha dicho y nos unirá a Él. Acojamos con y como María la palabra del Señor que se proclamará en el santo Evangelio.

Lectura del santo evangelio según san JuanEn aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

— «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.

Les he hablado de esto ahora que estoy a su lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien se lo enseñe todo y les vaya recordando todo lo que les he dicho.

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La paz les dejo, mi paz les doy; no se la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble su corazón ni se acobarde. Me han oído decir: "Me voy y vuelvo a su lado".

Si me amaran, se alegrarían de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigan creyendo.» Palabra del Señor.

Meditación

Nos acercamos casi sin pretenderlo a final del tiempo pascual. A este sexto domingo de Pascua ya solo le seguirán la Ascensión del Señor y posteriormente Pentecostés, fiesta del Espíritu, don del Señor.

Jesús nos deja su paz y nos recuerda que quien lo ama, cumple su palabra. Anuncia a los apóstoles que tendrá que irse muy pronto, pero no los dejará solos, ya que nos promete la venida del Espíritu Santo consolador. En este año de la fe estamos meditando en las reflexiones del catecismo de la Iglesia Católica y del Concilio Vaticano II. La iglesia nos enseña que ¨Nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios¨ (1Co 2, 11).

Pues bien su Espíritu que lo revela, nos hace conocer a Cristo, su Verbo, su palabra viva, pero no se revela así mismo. El Espíritu Santo nos acompaña y nos ilumina para que siempre, tengamos presente el mensaje de Jesús que es actual. La iglesia cree firmemente esta verdad que se nos revela en el evangelio de San Juan.

El lema de este mes ¨La comunión del Espíritu Santo esté con todos ustedes nos invita a permanecer unidos, la mejor forma de estar unidos es siendo fieles al mensaje de Cristo que hemos recibido. Estar unidos en la fe, es estar unidos en la caridad, en el amor fraterno compartiendo con los hermanos. Estar unidos es testimoniar que somos de Dios, con el ejemplo de vida que nos hace mostrar que Dios habita en nosotros porque somos su templo santo.

Lo indispensable nos lo reseña Jesús: vivir según la vocación a la que hemos sido llamados. Dar la talla como creyentes nos exige, además de una autocrítica, un pedir la fuerza del Espíritu para que no nos quedemos enganchados y petrificados en lo insignificante dejando pasar de largo lo que es vida y garantía de la solidez y pureza de nuestra fe.

Preces

El que preside: Invoquemos a Dios nuestro Padre común, que renueve en nosotros la presencia del Espíritu Santo diciéndole: Envíanos tu Espíritu Santo.

• Oremos por la Santa Madre Iglesia, por el Papa, obispos, presbíteros, diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas para que renovados por el Espíritu Santo, conserven su disponibilidad de guiar a la santidad al rebaño que Cristo les confió. Roguemos al Señor.

• Por los que gobiernan los pueblos, para que iluminados por el Espíritu de Cristo resucitado renovados en la fe, gobiernen con justicia, practiquen el bien y promuevan estructuras de fraternidad. Roguemos al Señor.

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• Por los que se han apartado del camino de la fe, confundidos por diferentes posturas religiosas, para que dejándose guiar por el Espíritu Santo vuelvan al camino de la verdad y al encuentro del Resucitado. Roguemos al Señor

• Por los pueblos que sufren a causa de la violencia de la desigualdad social y económica y de la guerra, para que inspirados por el Espíritu Santo busquen caminos que los lleven a la igualdad y a la paz. Roguemos al Señor

• Por todos nosotros, discípulos misioneros, para que por la acción del Espíritu Santo, encarnemos la palabra de Dios y como María mujer de fe, la llevemos a la práctica manteniéndonos en la comunión con Cristo. Roguemos al Señor.

El que preside: Padre, Tú que no niegas nunca el don del Espíritu Santo cuando tus hijos te lo pedimos, renueva en nuestro interior su presencia para que vivamos de acuerdo a tu voluntad. Por Jesucristo nuestro Señor.

6 Feria de Pascua

Lunes Blanco

Primera lectura: Hechos 16, 11-15En aquellos días, zarpamos de Troas rumbo a Samotracia; al día siguiente

salimos para Neápolis y de allí para Filipos, colonia romana, capital del distrito de Macedonia. Allí nos detuvimos unos días. El sábado salimos de la ciudad y fuimos por la orilla del río a un sitio donde pensábamos que se reunían para orar; nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido. Una de ellas, que se llamaba Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que adoraba al verdadero Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo. Se bautizó con toda su familia y nos invitó: «Si están convencidos de que creo en el Señor, vengan a hospedarse en mi casa.» Y nos obligó a aceptar.

Salmo Responsorial: 149 “El Señor ama a su pueblo”.Canten al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de

los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey. R.Alaben su nombre con danzas, cántenle con tambores y cítaras; porque

el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. R.Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas, con vítores a

Dios en la boca; es un honor para todos sus fieles. R.

Evangelio: Juan 15, 26–16, 4ªEn aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Defensor,

que les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también ustedes darán testimonio, porque desde el principio están conmigo. Les he hablado de esto, para que no tambaleen. Los excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que les dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo

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harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, se acuerden de que yo se lo había dicho.»

Meditación

En la carta a los hechos de los apóstoles podemos ver como se nos habla de la conversión de Lidia, la cual a la misma vez provoca la de toda su familia. Esta conversión se da producto de la actitud de escucha de ella por la predicación de Pablo. Esto nos debe dejar como lección en el diario vivir que Dios nunca irrumpe en nuestras vidas sin antes nosotros poner de nuestra parte y sembrar en nuestros corazones las semillas de su Reino.

En el salmo se nos presenta la victoria en el Dios de Israel y contra los enemigos de su pueblo. Donde Dios había prometido proteger a su pueblo Israel contra todos los reinos vecinos que intentarán amenazar con la paz de su pueblo. Nosotros hoy día muchas veces prometemos ser fiel a la palabra de Dios, pero al dejarnos segar por el pecado, y amar desordenadamente todo lo material y criaturas, queremos ser las cosas por nuestras propias cuentas, y sólo nos damos cuenta del mal camino que hemos elegido cuando viene la desgracia o sufrimiento, y ahí buscamos de Dios.

El mensaje que se nos transmite en el evangelio de San Juan es el siguiente: “Una vez que el Padre envía su Verbo, ahí mismo manda también su aliento: que vendría siendo la misión conjunta en la que el Hijo y el Espíritu Santo son distintos pero al mismo tiempo inseparables. En verdad debemos reconocer que Cristo es quien se manifiesta, Imagen visible de Dios invisible, pero al fin vendría siendo el mismo Espíritu Santo quien lo revela” (Cfr. CIC. 689).

Esto nos debe dejar como lección para la vida, la unidad que existe en el Dios Uno y Trino, donde cada uno de ellos tiene su misión o rol, ninguno se opone al otro, sino que se co-ayudan en la misión del anuncio del Reino en la tierra. Nuestro mundo está dividido porque no existe la dinámica de la convivencia, al no reconocer que yo necesito al otro y él a mí para la realización de una vida más digna de los que nos rodean.

En otro punto, en el evangelio la palabra escándalo se refiere a la piedra que nos puede hacer tropezar. Con esto Jesús previene a los apóstoles respecto de las pruebas que les aguarda para que su fe no vacile. Del mismo modo hoy día Jesús también nos sigue advirtiendo sobre el reto que debemos enfrentar al intentar ser sus discípulos a tiempo y a destiempo. Siempre que tratemos de pensar y complacer a Dios y no a los hombres y mujeres, encontraremos personas que no les agradaremos.

7 Feria de Pascua

Martes Blanco

Primera lectura: Hechos 16, 22-34En aquellos días, la plebe de Filipos se amotinó contra Pablo y Silas, y los

magistrados dieron orden de que los desnudaran y los apalearan; después de molerlos a palos, los metieron en la cárcel, encargando al carcelero que los

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vigilara bien; según la orden recibida, los metió en la mazmorra y les sujetó los pies en el cepo. A eso de media noche, Pablo y Silas oraban cantando himnos a Dios. Los otros presos escuchaban. De repente, vino una sacudida tan violenta que temblaron los cimientos de la cárcel. Las puertas se abrieron de golpe, y a todos se les soltaron las cadenas. El carcelero se despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada para suicidarse, imaginando que los presos se habían fugado. Pablo lo llamó a gritos: «No te hagas nada, que estamos todos aquí.» El carcelero pidió una lámpara, saltó dentro, y se echó temblando a los pies de Pablo y Silas; los sacó y les preguntó: «Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?» Le contestaron: «Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia.» Y le explicaron la palabra del Señor, a él y a todos los de su casa. El carcelero se los llevó a aquellas horas de la noche, les lavó las heridas, y se bautizó en seguida con todos los suyos, los subió a su casa, les preparó la mesa, y celebraron una fiesta de familia por haber creído en Dios.

Salmo Responsorial: 137 “Señor, tu derecha me salva”Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti,

me postraré hacia tu santuario. R.Daré gracias a tu nombre por tu misericordia y tu lealtad. Cuando te invoqué,

me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R.Tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo: Señor,

tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. R.

Evangelio: San Juan 16, 5-11En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Ahora me voy al que me envió,

y ninguno de ustedes me pregunta: "¿Adónde vas?" Sino que, por haber dicho esto, la tristeza les ha llenado el corazón. Sin embargo, lo que les digo es la verdad: les conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Defensor. En cambio, si me voy, se lo enviaré. Y cuando venga, dejará convicto al mundo con la prueba de un pecado, de una justicia, de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me verán; de una condena, porque el Príncipe de este mundo está condenado.»

Meditación

En la Primera lectura vemos como el carcelero después de haber visto lo sucedido pregunta a Pablo que tiene que hacer para salvarse. Hoy día quizás muchos de nosotros nos preguntamos lo mismo. Y esto no es algo que no sepamos, ya que lo único que debemos hacer es creer como el carcelero de que Jesús es el dueño de nuestras vidas, y que sin él nada de lo que hagamos tiene sentido. Él es nuestro maestro por excelencia y no los seres humanos, donde nos envía su espíritu para confortarnos.

En el salmo los habitantes del pueblo de Israel imploran a Yahvé que se acuerde de su alianza contraída con ellos, y que no permita que los enemigos sigan arrasando con su heredad. En la vida uno siempre le pide al Señor que venga en nuestro auxilio ante las injusticias que caen sobre nuestra persona. Pero lo que no reconocemos es que casi siempre somos

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responsables del mal que estamos pasando, ya que no hemos pensado las consecuencias de nuestras acciones, que no agradan a Dios.

Con respecto al Evangelio podemos decir que el mundo –con su comportamiento-, se niega a creer que Cristo ha sido enviado por Dios, pese a la evidencia de las obras y a la excelencia de su enseñanza, es esta ceguera la que constituye su pecado (Cfr. Jn 16,9). Toda persona que vive en pecado y no se esfuerza por buscar la conversión de su mente y corazón, rechaza el creer en Jesús, ya que si practicará sus palabras no viviría en pecado.

Por consiguiente, hoy día si una persona se deja guiar por la fuerza del Espíritu Santo manifestamos con esto que hemos aprendido a amar como lo ha hecho Jesús, el cual ha vencido al diablo que sólo nos enseña a odiar. Por ende, la comunión a la cual nos invita el Espíritu Santo no es otra que amar al prójimo, pero este no sería aquella persona que nos agrada sino más bien, todos aquellos que no me caen bien, y que preferimos darles la espalda antes que socorrerlos como buenos samaritanos.

Por ende, el Espíritu Santo vendrá, nosotros lo reconoceremos, estará con nosotros para siempre, permanecerá con nosotros, nos lo enseñará todo y nos recordará todo lo que Cristo nos ha dicho y dará testimonio de Él; nos conducirá a la verdad completa y glorificará a Cristo. En cuanto al mundo, lo acusará en materia de pecado, de justicia y de juicio. (Cfr. CIC. 729).

8 Feria de Pascua

Miércoles Blanco

Primera lectura: Hechos 17, 15.22–18, 1En aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se

volvieron con encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con Pablo cuanto antes. Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: «Atenienses, veo que son casi nimios en lo que toca a religión. Porque, paseándome por ahí y fijándome en sus monumentos sagrados, me encontré un altar con esta inscripción: "Al Dios desconocido." Pues eso que veneran sin conocerlo, se lo anuncio yo. El Dios que hizo el mundo y lo que contiene, él es Señor de cielo y tierra y no habita en templos construidos por hombres, ni lo sirven manos humanas; como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento, y todo. De un solo hombre sacó todo el género humano para que habitara la tierra entera, determinando las épocas de su historia y las fronteras de sus territorios. Quería que lo buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo dicen incluso algunos de sus poetas: "Somos estirpe suya." Por tanto, si somos estirpe de Dios, no podemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Dios pasa por alto aquellos tiempos de ignorancia, pero ahora manda a todos los hombres en todas partes que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre designado por él; y ha dado a todos la prueba de esto, resucitándolo de entre los muertos.» Al oír "resurrección de muertos" unos lo

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tomaban a broma, otros dijeron: «De esto te oiremos hablar en otra ocasión.» Pablo se marchó del grupo. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más. Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.

Salmo Responsorial: 148“Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria”

Alaben al Señor en el cielo, alaben al Señor en lo alto. Alábenlo, todos sus ángeles; alábenlo, todos sus ejércitos. R.

Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo, los jóvenes y también las doncellas, los viejos junto con los niños. R.

Alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra. R.

Él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo escogido. R.

Evangelio: San Juan 16, 12-15En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan

por decirles, pero no pueden cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y les comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que les irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso les he dicho que toma de lo mío y se lo anunciará.»

Meditación

Pablo con su predicación quiere sacar de la ignorancia a los atenienses, los cuales no conocían a Dios. Ellos le escuchan atentos hasta que toca el tema de la Resurrección de los muertos en una cultura que sólo creían en la reencarnación de los muertos. Todo fue motivo de burla para Pablo. Hoy día también nosotros somos motivos de burla por todos aquellos que escuchan la palabra de Dios pero que no la practican porque sus creencias e intereses son otros, las cuales les mantiene en la ignorancia como a los atenienses. Por eso es que muchas veces vivimos por el mundo reconociendo como válido, sólo lo material o superfluo, sin dejar así espacio a que el Espíritu Santo habite en nuestros corazones.

En este salmo se nos afirma que el cielo, la tierra y toda la creación son convocados para celebrar a Yahvé, el cual es restaurador del pueblo elegido. También nosotros como seres humanos -antes que buenos cristianos-, somos o estamos llamados a tomar un espacio de nuestro tiempo para celebrar un día más de vida que Dios día a día nos ofrece por su infinita misericordia. Y más si reconocemos que en él nacemos, vivimos y nos movemos, sólo en él nuestra vida tendrá sentido.

En el evangelio Jesús dice: “muchas cosas tengo que decirle, pero ahora no pueden con ella, cuando venga el Espíritu Santo, El les explicará todo”. Es evidente que Cristo nunca nos reveló en un solo día todo el contenido del Reino de Dios. Sino que más bien, desde la historia de la

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salvación se nos ha ido comunicando el designio que Dios tiene para con la humanidad, que es que tengamos vida, y vida en abundancia.

Desde nuestra finitud, hay cosas que por nuestra racionalidad nunca entenderemos y menos aún si nos quedamos sólo con la fe. Por ende, es necesario que venga el Espíritu Santo el cual nos guiará hacia la verdad completa, pero todo depende de si yo quiero dejarme guiar. Ya que como personas sólo podemos conocer lo que vemos y hasta donde alcanza nuestra mente, sólo si nos abrimos a la acción del Espíritu Santo podremos conocer la misión que Dios quiere que cumplamos.

9 Feria de Pascua

Jueves Blanco

Primera lectura: Hechos 18, 1-8En aquellos días, Pablo dejó Atenas y se fue a Corinto. Allí encontró a un tal

Aquila, judío natural del Ponto, y a su mujer Priscila; habían llegado hacía poco de Italia, porque Claudio había decretado que todos los judíos abandonasen Roma. Se juntó con ellos y, como ejercía el mismo oficio, se quedó a trabajar en su casa; eran tejedores de lona. Todos los sábados discutía en la sinagoga, esforzándose por convencer a judíos y griegos. Cuando Silas y Timoteo bajaron de Macedonia, Pablo se dedicó enteramente a predicar, sosteniendo ante los judíos que Jesús es el Mesías. Como ellos se oponían y respondían con insultos, Pablo se sacudió la ropa y les dijo: «Ustedes son responsables de lo que les ocurra, yo no tengo culpa. En adelante me voy con los gentiles.» Se marcho de allí y se fue a casa de Tito Justo, hombre temeroso de Dios, que vivía al lado de la sinagoga. Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia; también otros muchos corintios que escuchaban creían y se bautizaban.

Salmo Responsorial: 97“El Señor revela a las naciones su victoria”

Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; griten, vitoreen, toquen. R.

Evangelio: San Juan 16, 16-20En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Dentro de poco ya no

me verán, pero poco más tarde me volverán a ver.» Comentaron entonces algunos discípulos: « ¿Qué significa eso de "dentro de poco ya no me verán, pero poco más tarde me volverán a ver", y eso de "me voy con el Padre"?» Y se preguntaban: «¿Qué significa ese "poco"? No entendemos lo que dice.» Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: «¿Están discutiendo de eso que les he dicho: "Dentro de poco ya no me verán, pero poco más tarde me volverán a ver"? Pues sí, les aseguro que lloraran y se lamentaran

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ustedes, mientras el mundo estará alegre; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría.»

Meditación

Pablo al ver que los corintios se oponían a recibir el evangelio expresa: sólo ustedes serán responsables de lo que les suceda, yo soy inocente desde ahora voy a dedicarme a los gentiles. Aquí podemos ver que siempre anunciar el evangelio nunca será nada fácil ya que habrán personas que se cerrarán al llamado a la conversión. Pero esto nunca debe ser motivo de desencanto y abandono, ya que hay otros que no conocen a Dios y andan buscándolo.

Estos son los alcohólicos, drogadictas, enfermos y mujeres de la vida alegre de nuestra sociedad, aquellos que Cristo ve como enfermos y pecadores, y que necesitan de médicos. A personas como ellas (gentiles) es que Pablo desvía su predicación al ver que los judíos de Corinto se niegan a reconocer que Cristo es Jesús.

En este salmo se nos dice que la luz despunta para el justo, el gozo para los rectos de corazón, pero sólo para todos aquellos que han aceptado la palabra de Dios en sus corazones. ¿Cómo podemos saber esto? Si en las comunidades o sociedad que nos movemos practicamos el amor, el cual nos mantendrá en la comunión del Espíritu Santo. Y ¿Qué es el amor? Es servir a los demás sin esperar nada a cambio, ni siquiera las gracias, porque el amor lo supera todo y será la prueba de que somos discípulos de Cristo.

Cristo dice a sus discípulos que en verdad llorarán y se lamentarán y el mundo se alegrará, estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo. Aquí Cristo se refiere a una tristeza causada por su muerte pero después superada por un gozo en el tiempo de la Resurrección al vencer la muerte con la ayuda de su Padre Dios.

Hoy día es imposible al igual que en el pasado vivir sin experimentar el dolor tal vez por la muerte de un familiar, el despido en el trabajo, o una enfermedad incurable por manos humanas. A todo esto no podemos escapar hay que enfrentarlos como parte de la vida. Pero lo que si podemos esquivar es el sufrimiento, el cual si ponemos de nuestra parte no dejaremos que nos afecte, si reconocemos que después de la tempestad viene la calma. El dolor siempre pone a prueba nuestra fe, pero mi fortaleza y coraje menguan el sufrimiento.

10 Memoria obligatoria San Juan de Ávila, Presbítero

Viernes Blanco

38 Aniversario de la Elección Episcopal de Mons. Príamo Pericles Tejeda, Obispo Emérito de la Diócesis de Baní

Primera lectura: Hechos 18, 9-18Estando Pablo en Corinto, una noche le dijo el Señor en una visión: «No

temas, sigue hablando y no te calles, que yo estoy contigo, y nadie se atreverá a hacerte daño; muchos de esta ciudad son pueblo mío.» Pablo se quedó

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allí un año y medio, explicándoles la palabra de Dios. Pero, siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se abalanzaron en masa contra Pablo, lo condujeron al tribunal y lo acusaron: «Éste induce a la gente a dar a Dios un culto contrario a la Ley.» Iba Pablo a tomar la palabra, cuando Galión dijo a los judíos: «Judíos, si se tratara de un crimen o de un delito grave, sería razón escucharle con paciencia; pero, si discuten de palabras, de nombres y de su ley, arréglenseustedes. Yo no quiero meterme a juez de esos asuntos.» Y ordenó despejar el tribunal. Entonces agarraron a Sóstenes, jefe de la sinagoga, y le dieron una paliza delante del tribunal. Galión no hizo caso. Pablo se quedó allí algún tiempo; luego se despidió de los hermanos y se embarcó para Siria con Priscila y Aquila. En Cencreas se afeitó la cabeza, porque había hecho un voto.

Salmo Responsorial: 46“Dios es el rey del mundo”

Pueblos todos, batan palmas, aclamen a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra. R.

Él nos somete los pueblos y nos sojuzga las naciones; él nos escogió por heredad suya: gloria de Jacob, su amado. R.

Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas: tocad para Dios, tocad, tocad para nuestro Rey, tocad. R.

Evangelio: San Juan 16, 20-23ªEn aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Les aseguro que lloraran

y se lamentaran ustedes y mientras el mundo estará alegre ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre. También ustedes ahora sienten tristeza; pero volveré a verlos, y se alegrará su corazón, y nadie les quitará su alegría. Ese día no me preguntaran nada.»

Meditación

El Señor dijo a Pablo: no tengas miedo. Sigue hablando y no te calles. Piensa que yo estoy contigo y que nadie te atacará para hacerte daño… Aquí podemos ver como Dios alienta a Pablo a que no tenga miedo, sabiendo éste que su vida está en juego, por fe a Dios continua, aunque tiene amor, sintió miedo. Hoy día hemos de tener en cuenta que el miedo siempre nos paraliza y no nos deja seguir hacia adelante ante aquello que nos proponemos. Donde hay amor no puede haber miedo, y si existe entonces dudamos de nuestra vocación.

En el salmo podemos ver que Dios es nuestro refugio y fortaleza, socorro en la angustia, siempre a punto. Aquí se cumple una vez más lo que Dios le promete a Pablo que él es su refugió aun cuando la angustia nos haga dudar. Un cristiano que nunca pasa adversidades le es fácil decir que tiene una fe firme, pero eso se sabrá si aun en los problemas somos fieles a Dios. Ahí sabremos si en nosotros no hay espacio para el miedo y si ponemos nuestra existencia en manos de Dios.

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En el evangelio una vez más Cristo nos advierte sobre el doloroso nacimiento del mundo nuevo mesiánico. La tristeza ahí presente es por la partida de Cristo, pero el gozo y la alegría vendrán a nuestros corazones cuando veamos nuevamente a Cristo. Hoy día podemos ver que siempre que nos encariñamos con una persona, y ésta dice que se tiene que marchar hacia otros lugares o países por un tiempo indefinido eso en nosotros causa una tristeza. Pero si un día volvemos a verlos cuando menos lo esperábamos, ya no nos acordamos de la tristeza. Así será con Cristo en el tiempo de la Parusía, que lo que hemos dejado por seguirle valdrá la pena.

En otro aspecto, hoy día el santoral de la Iglesia católica conmemora a San Juan de Ávila. Nació en 1499 en Almodóvar del Campo (Ciudad Real). Fue hijo único de Alonso de Ávila, y de Catalina. Se ordena sacerdote en 1526. En 1531, es denunciado a la Inquisición (ciertas frases borrosas). En 1531 se dicta contra él la orden de prisión. Durante la misma su espíritu madura y piensa planes de acción. La fundación de colegios fue una de las grandes preocupaciones y realizaciones de Juan de Ávila.

Los últimos 16 años de su vida los pasa retirado en Montilla. Graves enfermedades le postran y debilitan. Sus dolencias son cada vez más graves y muere santamente en su casita de Montilla el 10 mayo 1569. Fue beatificado por León XIII en 1894 y declarado patrono del clero secular español en 1946 por Pío XII. Canonizado en 1970 por Paulo VI. San Juan de Ávila es el exponente principal en España de la reforma religiosa en la hora del Renacimiento. Es calificado como un asceta firme y prudente, abierto a la mística sin exaltaciones sentimentales. Fue contemplativo, austero, celoso y trabajador.

11 Feria de Pascua

Sábado Blanco

Primera lectura: Hechos 18, 23-28Pasado algún tiempo en Antioquía, emprendió Pablo otro viaje y recorrió

Galacia y Frigia, animando a los discípulos. Llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, hombre elocuente y muy versado en la Escritura. Lo habían instruido en el camino del Señor, y era muy entusiasta; aunque no conocía más que el bautismo de Juan, exponía la vida de Jesús con mucha exactitud. Apolo se puso a hablar públicamente en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Aquila, lo tomaron por su cuenta y le explicaron con más detalle el camino de Dios. Decidió pasar a Acaya, y los hermanos lo animaron y escribieron a los discípulos de allí que lo recibieran bien. Su presencia, con la ayuda de la gracia, contribuyó mucho al provecho de los creyentes, pues rebatía vigorosamente en público a los judíos, demostrando con la Escritura que Jesús es el Mesías.

Salmo Responsorial: 46 “Dios es el rey del mundo”Pueblos todos, batan palmas, aclamen a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra. R.Porque Dios es el rey del mundo: toquen con maestría. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado. R.

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Los príncipes de los gentiles se reúnen con el pueblo del Dios de Abrahán; porque de Dios son los grandes de la tierra, y él es excelso. R.

Evangelio: San Juan 16, 23b-28En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo les aseguro, si piden

algo al Padre en mi nombre, se lo dará. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre; pidan, y recibirán, para que su alegría sea completa. Les he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que les hablaré del Padre claramente. Aquel día pedirán en mi nombre, y no les digo que yo rogaré al Padre por ustedes, pues el Padre mismo les quiere, porque ustedes me quieren y creen que yo salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre.»

Meditación

En esta lectura vemos como los discípulos se animan los unos a los otros, de tal modo que hasta ayudan a los co-hermanos para que estos den un mejor servicio en el anuncio del Reino de Dios. También nosotros hoy día debemos ser conscientes de que no lo sabemos todo –así como Apolo- y que quizás nuestras ideas unida a la de los demás pueden tener mucho mejor alcance. Pero para dejarnos guiar esto no será posible sin la humildad, la cual nos ayuda a reconocer que no lo sabemos todo.

Este salmo es un cántico de Sion. Que alude a la presencia divina en el templo, la cual protege la ciudad santa. Hoy más que nunca en nuestro país, estamos necesitados de protección, y una mejor seguridad. No podemos negar que hay algunos lugares por donde no se puede transitar sin el temor de que seamos una víctima más de la delincuencia. En verdad Dios siempre está a nuestro lado enviándonos a su Espíritu Santo, pero esa ayuda es quizás una iluminación a nuestro corazón para que sepamos por donde nos conviene más caminar.

Este evangelio nos quiere dejar como mensaje que con la Resurrección y la venida del Espíritu Santo comenzará la iniciación perfecta, que concluirá con la visión de Dios “tal cual es” (Jn 3,2). Por ende, sin el Espíritu Santo sobre nosotros son muchas las cosas de Dios que no podremos entender por nuestras solas fuerzas. Y mucho menos sabremos por qué suceden si Dios es todo amor y puede evitar que se dé el sufrimiento y el dolor en el mundo. Si a Dios no le pedimos en nombre de Cristo, es imposible que intervenga en nuestras vidas sin permiso nuestro. Como dice San Agustín: “el que te creó sin ti, no te salvará sin ti”.

Efectivamente, todos nosotros habiendo recibido el único y mismo espíritu, como es, el Espíritu Santo, nos hemos fundido entre nosotros y con Dios. Ya que por mucho que nosotros seamos numerosos separadamente y que Cristo haga que el Espíritu del Padre y suyo habite en cada uno de nosotros, este Espíritu único e indivisible lleva por sí mismo a la unidad a aquellos que son distintos entre sí (…) y hace que todos aparezcan como una sola cosa en él. (Cfr. CIC. 738)

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12 Solemnidad: La Ascensión del Señor

Domingo - III Semana Liturgia de las Horas Blanco

El Señor asciende victorioso al Padre para enviarnos el Espíritu Santo

Orientaciones para este domingo: Colocar el lema de este domingo en un lugar visible.

Colocar nubes como signo de la Ascensión del Señor. Los encargados de sectores motivarán a que todos los hermanos lleven algún alimento crudo o enlatado, para poner en una canasta que se tendrá a la entrada del templo. Esta será llevada con los dones al altar en la procesión con las ofrendas y al final de misa donarla a varias familias necesitadas como signo de fraternidad. La comunidad llevará flores a María al final de la eucaristía.

Monición ambiental:Hermanos: Nos reúne aquí el Señor para celebrar

la fiesta de los cristianos, la Eucaristía, que es misterio de comunión y fraternidad entre nosotros, de celebrar la Ascensión de Jesucristo en la que se nos muestra la victoria de Cristo que por su obediencia es glorificado por el Padre sentándolo a su derecha. Él ha entrado al santuario del cielo desde donde intercede por nosotros como el mediador que nos asegura permanentemente la efusión del Espíritu.

Y, hoy, también recordamos que al separarse físicamente de nosotros El nos ha encomendado su misión a nosotros sus discípulos misioneros. Por eso, hoy renovamos nuestro compromiso de continuar con palabras esa obra salvadora que Jesucristo inició en el mundo y que llegará a su plenitud cuando El vuelva.

En este Año de la Fe que estamos llamados a testimoniar y anunciar la fe con nuevos bríos alabemos a Cristo que ha vencido y ha triunfado. Demos ahora un aplauso grande al Señor por su victoria.

Pero, al mismo tiempo en este día del envío misionero celebramos la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales ya que a través de estos medios podemos amplificar el anuncio del Evangelio en nuestro mundo. Con el lema «Redes Sociales: portales de verdad y de fe; nuevos espacios para la evangelización» se nos propone “considerar el desarrollo de las redes sociales digitales, que están contribuyendo a que surja una nueva «ágora», una plaza pública y abierta en la que las personas comparten ideas, informaciones, opiniones, y donde, además, nacen nuevas relaciones y formas de comunidad” (Mensaje de Benedicto XVI para esta Jornada 2013). Oremos para que sepamos dar un buen uso de estas redes como instrumento de evangelización, de desarrollo humano, de verdadera comunicación y de comunión. Para esto es necesario darse cuenta y evitar los peligros que se nos presentan a través de ellos.

Oremos, también, por todos los que trabajan en los medios de comunicación social para que contribuyan al crecimiento de los valores del Evangelio en las familias, en los jóvenes, adolescentes y niños.

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Todos de pie y con el canto de entrada recibimos a Jesucristo en la persona de quien preside esta fiesta.

Oración Colecta

Oremos: Llena, Señor, nuestro corazón de gratitud y de alegría por la gloriosa

ascensión de tu Hijo, ya que su triunfo es también nuestra victoria, pues a donde llegó él, nuestra cabeza, tenemos la certeza de llegar nosotros, que somos su cuerpo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lectura: Hechos 1, 1—11El Señor asegura a sus discípulos de ayer y de hoy la fuerza del Espíritu

Santo para ser sus testigos en cualquier momento y lugar. Sólo se necesita de nuestra parte asumir un verdadero compromiso misionero mientras esperamos su segunda manifestación gloriosa. Escuchemos.

Lectura del libro de los Hechos de los apóstolesEn mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo

y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios.

Una vez que comían juntos, les recomendó:—«No se alejen de Jerusalén; aguarden que se cumpla la promesa de mi

Padre, de la que yo les he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días ustedes serán bautizados con Espíritu Santo.»

Ellos lo rodearon preguntándole: —«Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?»

Jesús contestó: —«No les toca a ustedes conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, recibirán fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.»

Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:

—«Galileos, ¿qué hacen ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que les ha dejado para subir al cielo volverá como le han visto marcharse.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial (Sal 46, 2-3. 6-7. 8-9 (R.: 6)R. / Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.

(O puede decirse: Aleluya).Pueblos todos batan palmas, aclamen a Dios con gritos de júbilo; porque

el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra. R.Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas; toquen

para Dios, toquen, toquen para nuestro Rey, toquen. R.

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Porque Dios es el rey del mundo; toquen con maestría. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado. R.

Segunda Lectura: Efesios 1, 17-23Pablo ora por la comunidad de Éfeso para que el Padre les dé espíritu de

sabiduría y revelación para que pudieran penetrar en el misterio de Cristo y de su Iglesia. Hagamos nuestra esa oración y pidamos la abundancia de su Espíritu para realizar ahora la obra de Cristo. Escuchemos con atención.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los EfesiosHermanos: Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria,

les dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo.Ilumine los ojos de su corazón, para que comprendan cual es la esperanza

a la que les llama, cual la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cual la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro.

Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos. Palabra de Dios.

Aleluya Mt 28, 19. 20Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos —dice el Señor—;

yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.

Evangelio Lucas 24, 46-53Cumplida su misión redentora que inicia desde la encarnación, Cristo

vuelve al Padre confiando a sus discípulos la continuidad de su Reino en la tierra y asegurándoles la presencia del Espíritu Santo para realizar su misión. Acojamos con fe esta Palabra que nos toca realizar hoy nosotros.

+ Conclusión del santo evangelio según san LucasEn aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de esto. Yo les enviaré lo que mi Padre ha prometido; ustedes quédense en la ciudad, hasta que se revistan de la fuerza de lo alto.»

Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo.

Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.Palabra del Señor.

Meditación

La fiesta de la Ascensión del Señor, que hoy celebramos, cierra el contacto personal de Cristo con sus discípulos. No podemos dudar de

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que la presencia de Cristo en la Iglesia está asegurada hasta el final de los tiempos. En esta fiesta contemplamos a Cristo, glorioso en el cielo, junto al Padre.

Él es el «Evangelio viviente del Padre»; en su existencia terrena Él ha anunciado la Buena Noticia de salvación a los hombres. Después de cumplir su misión en la tierra, anunciando la misericordia del Padre, es constituido Señor de la historia humana. Al llegar Cristo al cielo sella definitivamente la redención del género humano.

Como podemos meditar en el Catecismo de la Iglesia Católica # 661 Cristo que salió del Padre vuelve al Padre. Hombre verdadero según la carne, es primicia de nuestra resurrección y es signo de esperanza para nuestra condición mortal y pecadora, signo claro de salvación. Llevando al cielo nuestra condición humana, Cristo es signo visible y claro de lo que un día nosotros seremos, en la gloria, después de nuestra lucha por la santidad y por la gracia. Con la entrada de Cristo a la gloria del Padre, los Apóstoles deben comenzar a proclamar la Buena Noticia de este acontecimiento en toda la tierra.

En este año de la fe estamos llamados a profundizar en el misterio de este don que nos regala El Señor, y que por medio del Espíritu Santo celebramos en la comunidad. Esto fortalece esos lazos de fraternidad que nos permiten ser una sola iglesia una sola comunidad de comunidades que vive fraternamente, que comparte el pan y se preocupa por los más pobres, los pobres de Dios.

Preces de los fieles

El que preside: En este día de la Ascensión del Señor escucha nuestras súplicas que hoy te presentamos diciéndote: Envíanos la fuerza de tu Espíritu para realizar la misión de tu Hijo.

• Oremos por nuestro Papa Francisco, por nuestros obispos, presbíteros, diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas para que llenos de la fuerza del Divino Espíritu, con sus palabras y acciones prefieran en el servicio a los más necesitados, los pobres de Dios. ¡Oremos!

• Por los que gobiernan las naciones, especialmente los jefes de los pueblos que enfrentan conflictos armados: para que con la fuerza del Espíritu Santo trabajen por la paz, la justicia social y el desarrollo que va a favor de los más pobres. ¡Oremos!

• Por los enfermos, los excluidos y todos los que sufren: para que el Señor llegue hasta ellos por medio de nuestra caridad, y les asista con su favor, los fortalezca con su Espíritu y encuentren la salud y la paz. ¡Oremos!

• Por todos los fieles de nuestra parroquia: para que recibamos la gracia del desprendimiento de los bienes materiales y pongamos nuestra esperanza en la vida futura que nunca termina. ¡Oremos!

• Para que sepamos usar adecuadamente los medios y redes de comunicación social y discernir sus formas y contenidos para que sean instrumentos al servicio del Reino de Dios.

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El que preside: Escucha Padre nuestras oraciones y fortalécenos con tu Santo Espíritu para que seamos tus testigos a través de las redes sociales electrónicas y a través de nuestro testimonio personal y comunitario. Por Jesucristo nuestro Señor.

13 Feria de Pascua

Lunes Blanco

Primera lectura: Hechos 19,1-8Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó la meseta y llegó a

Éfeso. Allí encontró unos discípulos y les preguntó: « ¿Recibieron el Espíritu Santo al aceptar la fe?» Contestaron: «Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo.» Pablo les volvió a preguntar: «Entonces, ¿qué bautismo han recibido?» Respondieron: «El bautismo de Juan.»

Pablo les dijo: «El bautismo de Juan era signo de conversión, y él decía al pueblo que creyesen en el que iba a venir después, es decir, en Jesús.» Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús; cuando Pablo les impuso las manos, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres. Pablo fue a la sinagoga y durante tres meses habló en público del reino de Dios, tratando de persuadirlos.

Salmo Responsorial: 67 “Reyes de la tierra, canten a Dios”Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos, huyen de su presencia los que lo

odian; como el humo se disipa, se disipan ellos; como se derrite la cera ante el fuego, así perecen los impíos ante Dios. R.

En cambio, los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría. Cantan a Dios, toquen en su honor, su nombre es el Señor. R.

Padre de huérfanos, protector de viudas, Dios vive en su santa morada. Dios prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece. R.

Evangelio: Juan 16, 29-33En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús: «Ahora sí que hablas claro

y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios.»

Les contestó Jesús: « ¿Ahora creen? Pues miren: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que se dispersaran cada cual por su lado y a mí me dejaran solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Les he hablado de esto, para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán luchas; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.»

Meditación

En Cristo Dios nos eligió, antes de que creara el mundo, para estar en su presencia santos y sin mancha. (Ef. 1,4) Pero fuimos contaminados por el pecado de Adán. Sin embargo Dios con su infinito amor por cada uno

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de nosotros nos regalo toda su gracia, el día de nuestro bautismo, porque nosotros somos lo más importante para El.

El apóstol San Pablo atraviesa altas y extensas regiones con miras a realizar el encargo de Jesús: Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la Creación, y Pablo al encontrarse con algunos discípulos, se interesa por ellos, interrogándoles sobre si han recibido el Espíritu Santo cuando abrazaron la fe. Al enterarse de ni siquiera han oído hablar de que se reciba el Espíritu Santo, inmediatamente comienza a accionar, los bautiza en el nombre de Jesús “y al imponerles las manos desciende sobre ellos el Espíritu Santo y empezaron hablar en lenguas y a profetizar” (Hech 19,6)

Una vez que los ha bautizado y han recibido el Espíritu Santo, “permanece con ellos durante tres meses hablándoles del reino de Dios y tratando de persuadirlos”. (Hech 19,8)

Y tú, ¿te interesas por aquellos que han iniciado su camino de la fe? ¿Estás cumpliendo con el compromiso asumido el día del bautismo de tus hijos y ahijados y con tu propio bautismo? ¿Te interesas por las ovejas de tu barrio, tu sector, tus vecinos…?

Estas y muchas interrogantes pudiéramos plantearnos para evaluar nuestro compromiso como testigos del Evangelio y cumplimiento de nuestro rol de bautizados: ser Profeta, Sacerdote y Rey.

Escudriñando las Sagradas Escrituras, invocando la presencia del Espíritu Santo, administrando bien nuestro tiempo para dedicar tiempo al “Amado”, podremos hacer frente a las persecuciones de este mundo y mantenernos firmes para vencer al mundo, profesando nuestra fe y vivenciar nuestro lema: “Creo en el Espíritu Santo” siguiendo como modelo a nuestra Madre: “María la santísima Madre de Dios”, la siempre virgen, obra maestra de la misión del Hijo y del Espíritu Santo en la Plenitud de los tiempos. Por primera vez en el designio de la Salvación y porque su Espíritu la ha preparado, el Padre encuentra la Morada en donde su Hijo y su Espíritu pueden habitar entre los hombres (CIC 721).

Adheridos a la roca firme que es Jesucristo y en unidad con la Santa Iglesia con el lema: “La Comunión del Espíritu Santo este con todos ustedes” podremos salir victoriosos, pues el Maestro nos dice: “Animo, yo he vencido al mundo” (Jn 16,33c).

14 Fiesta San Matías, Apóstol

Martes Rojo

Primera lectura: Hechos 1, 15-17.20-26Uno de esos días, Pedro se puso de pie en medio de los hermanos -los que

estaban reunidos eran alrededor de ciento veinte personas- y dijo: "Hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura en la que el Espíritu Santo, por boca de David, habla de Judas, que fue el jefe de los que apresaron a Jesús. El era uno de los nuestros y había recibido su parte en nuestro ministerio. En el libro de los Salmos está escrito: Que su casa quede desierta y nadie la habite. Y más adelante: Que otro ocupe su cargo. Es necesario que uno de

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los que han estado en nuestra compañía durante todo el tiempo que el Señor Jesús permaneció con nosotros, desde el bautismo de Juan hasta el día de la ascensión, sea constituido junto con nosotros testigo de su resurrección". Se propusieron dos: José, llamado Barsabás, de sobrenombre el Justo, y Matías. Y oraron así: "Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de los dos elegiste para desempeñar el ministerio del apostolado, dejado por Judas al irse al lugar que le correspondía". Echaron suertes, y la elección cayó sobre Matías, que fue agregado a los once Apóstoles.

Salmo Responsorial: 112“El Señor lo sentó con los príncipes de su pueblo”·

Alaben, siervos del Señor, alaben el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre. R.

De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos. R.

¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra? R.

Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo. R.

Evangelio: San Juan 15, 9-17.Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan

en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto. Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.

Meditación

“La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes” (San Juan Damasceno, f. o. 3,24).

¿De dónde viene la oración del hombre? Cualquiera que sea el lenguaje de la oración (gestos y palabras), el que ora es todo el hombre. Sin embargo, para designar el lugar de donde brota la oración, las Sagradas Escrituras hablan a veces del alma o del Espíritu, y con más frecuencia del corazón (más de mil veces). Es el corazón el que ora, si este está alejado de Dios, la expresión de la oración es vana. (CIC 2562).

Jesús el Resucitado es nuestro mejor modelo de oración. Siempre sacaba tiempo para orar y estar con su Padre. De aquí que sus discípulos aprendieron de Él y de María su madre. Los discípulos al verse con un

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puesto desocupado, el de Judas el traidor, y estando en una gran asamblea de aproximadamente ciento veinte personas manifestándose entre ellos “La Comunión del Espíritu Santo”. Pedro, apóstol de Cristo juzgo conveniente hacer una elección para ocupar el cargo vacío entre ellos y para esto se pusieron de acuerdo en Comunión con el Espíritu Santo, resultando electo Matías que fue agregado a los 11 apóstoles. Por eso la Santa Iglesia celebra hoy el día de San Matías, apóstol.

Qué bueno es confiar en la Providencia de Dios, creer en el poder de la oración y escuchar la voz del Espíritu Santo para que él decida en nosotros. Si nos pusiéramos en sus manos para todas nuestras situaciones, tomaríamos decisiones acertadas. Haz la prueba y veras como te ayuda el Espíritu Santo.

El beato Juan Pablo II cuando era niño tenía dificultad en el aprendizaje de las matemáticas. Su padre le enseño rezar el himno: “Ven Creador Espíritu” y el confiesa como supero esa dificultad y rezo este himno durante toda su vida. (Testimonio en Novena al Espíritu Santo)

Jesús hoy nos recuerda el mandato del amor: “Como el Padre me amo, así también los he amado yo: Permanezcan en mi amor” (Jn 15,9) Es necesario recordar, que si de verdad queremos producir frutos de santidad, debemos permanecer adheridos a la vid que es Jesucristo, amándonos los unos a los otros, perdonando siempre todas las ofensas, sirviendo con alegría a los más pobres especialmente a los enfermos, tristes y abandonados, acompañando a los que viven en soledad, cumpliendo con responsabilidad nuestros deberes y así atestiguar que verdaderamente creemos en el Espíritu Santo.

De esa manera nos convertimos en amigos de Jesús, que nos ama inmensamente y hoy nos dice: “Ustedes no me eligieron a mi; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca” (Jn 15,16ª). Amando a Dios de todo corazón y guardando sus mandamientos seremos plenamente felices.

15 Memoria obligatoria: San Isidro Labrador

Miércoles Blanco

Primera lectura: Hechos 20, 28-38En aquellos días, decía Pablo a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso:

«Tengan cuidado de ustedes y del rebaño que el Espíritu Santo les ha encargado guardar, como pastores de la Iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre. Ya sé que, cuando les deje, se meterán entre ustedes lobos feroces, que no tendrán piedad del rebaño. Incluso algunos de ustedes deformarán la doctrina y arrastrarán a los discípulos. Por eso, estén alerta: acuérdense que durante tres años, de día y de noche, no he cesado de aconsejar con lágrimas en los ojos a cada uno en particular. Ahora les dejo en manos de Dios y de su palabra de gracia, que tiene poder para construirlos y darles parte en la herencia de los santos. A nadie le he pedido dinero, oro ni ropa. Bien saben que estas manos han ganado lo necesario para mí y mis

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compañeros. Siempre les he enseñado que es nuestro deber trabajar para socorrer a los necesitados, acordándonos de las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir.”»

Cuando terminó de hablar, se pusieron todos de rodillas, y rezó. Se echaron a llorar y, abrazando a Pablo, lo besaban; lo que más pena les daba era lo que había dicho, que no volverían a verlo. Y lo acompañaron hasta el barco.

Salmo Responsorial: 67“Reyes de la tierra, canten a Dios”

Oh Dios, despliega tu poder, tu poder, oh Dios, que actúa en favor nuestro. A tu templo de Jerusalén traigan los reyes su tributo. R.

Reyes de la tierra, canten a Dios, toquen para el Señor, que avanza por los cielos, los cielos antiquísimos, que lanza su voz, su voz poderosa: «Reconozcan el poder de Dios.» R.

Sobre Israel resplandece su majestad, y su poder, sobre las nubes. ¡Dios sea bendito! R.

Evangelio: San Juan 17, 11b-19En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre

santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad.»

Meditación

Hoy celebramos la memoria de San Isidro Labrador (1082-1172), patrono de los agricultores. Fue un gran hombre de Dios y de profunda oración. A través de su intercesión obtuvo de Dios grandes milagros. Gracias a su oración las aguas de un pozo subieron para rescatar a su hijo que habían caído en el. También conocemos popularmente como los ángeles araban el campo con los bueyes mientras que San Isidro rezaba. Según las actas de canonización Iván de Vargas vio como dos ángeles ayudaban a San Isidro a arar más rápido, tras haberse detenido a orar en las Parroquias por donde pasaba.

En la primera lectura de Libro de los Hechos de los Apóstoles, Pablo exhorta a los pastores de la Iglesia: los Obispos, Sacerdotes… a cuidar de sí mismos y del rebaño que Cristo adquirió a precio de sangre y que ha sido otorgado por el Espíritu Santo (Hech 20,28).

Por eso Cristo mismo los encomendó mediante esta oración: “Padre Santo, guárdalos en ese nombre tuyo que a mí me diste para que sean uno como nosotros” (Jn 17,11b). Jesús ruega por los suyos y por todos los que se le juntarán

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viniendo de todas las naciones para que sean el nuevo pueblo santo, o sea, consagrado a Dios en la verdad. Pues El ha derramado sobre todos nosotros el Espíritu de la Verdad que había prometido a Israel, y el mismo Espíritu nos instruye personalmente con sus dones y nos llena de su paz dándonos felicidad y alegría.

El Maestro Divino pide al Padre: “Guárdalos en tu nombre”, es decir, guárdalos en la irradiación de tu propia santidad en la que abrazas a tu Hijo. En ese momento Cristo ruega por su Iglesia y le encarga su propia misión. El deber principal de la Iglesia es conocer a Dios y evangelizar para que el mundo entero lo conozca y pueda encontrarse personalmente con Jesucristo, seguirlo, amarlo y llevar “la perla preciosa” a toda la creación.

La misión de Cristo y del Espíritu Santo se realiza en la Iglesia, Cuerpo de Cristo y templo del Espíritu Santo. Esta misión conjunta asocia desde ahora a los fieles de Cristo en su comunión con el Padre en el Espíritu Santo. El Espíritu Santo prepara a los hombres, los previene por su gracia para atraerlos hacia Cristo. Les manifiesta al Señor Resucitado, les recuerda su Palabra y abre su mente para entender su Muerte y Resurrección. Les hace presente el ministerio de Cristo sobre todo en la Eucaristía para reconciliarlos, para conducirlos a la comunión con Dios, para que den “muchos frutos”.

16 Feria de Pascua

Jueves Blanco

Primera lectura: Hechos 22, 30; 23, 6-11 En aquellos días, queriendo el tribuno poner en claro de qué acusaban

a Pablo los judíos, mandó desatarlo, ordenó que se reunieran los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno, bajó a Pablo y lo presentó ante ellos. Pablo sabía que una parte del Sanedrín eran fariseos y otra saduceos y gritó: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo, y me juzgan porque espero la resurrección de los muertos. Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, y la asamblea quedó dividida. (Los saduceos sostienen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus, mientras que los fariseos admiten todo esto.) Se armó un griterío, y algunos escribas del partido fariseo se pusieron en pie, porfiando: «No encontramos ningún delito en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?» El altercado arreciaba, y el tribuno, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó bajar a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel. La noche siguiente, el Señor se le presentó y le dijo: « ¡Ánimo! Lo mismo que has dado testimonio a favor mío en Jerusalén tienes que darlo en Roma.»

Salmo Responsorial: 15“Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti”

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. R.

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R.

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Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.

Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R.

Evangelio: San Juan 17, 20-26En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.»

Meditación

En la primera lectura que meditamos hoy nos encontramos nuevamente con la figura de Pablo, ser extraordinario que cree firmemente en las enseñanzas de sus maestros. Antes de conocer a Jesús defiende con entereza y gallardía lo que ha aprendido de su maestro Gamaliel y obedece fielmente a sus principios, constituyéndose en uno de los más grandes perseguidores de los cristianos. Una vez que se ha encontrado personalmente con Cristo camino a Damasco, da un cambio radical en su vida y se convierte en uno de los más grandes apóstoles.

Proclama ante los hombres y el mundo que Cristo vive sin importar las consecuencias. Apresado, maltratado, humillado, pisoteado, encadenado sigue firme con su convicción de que el Espíritu Santo lo acompaña todos los días hasta el fin del mundo.

Recordando el texto de la primera lectura nos dice que Pablo estaba preso. Los soltaron para comparecer ante el Sanedrín (Autoridades). Frente a ellos da testimonio de su fe. Se origina un conflicto entre saduceos y fariseos en pos de la defensa de Pablo.

“Aquella misma noche el Señor se acerco a Pablo y le dijo: ¡Animo! Así como has dado testimonio de mi aquí en Jerusalén, tendrás que darlo en Roma” (Hech 23,11). ¿Y tu hermano, te avergüenzas de dar testimonio de Dios delante de los hombres? Al Señor le agradó el testimonio de Pablo.

En el evangelio de Jn 17,21 dice el Señor en su Oración Sacerdotal: “Que todos sean uno, como Tu, Padre, estas en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que Tu me has enviado”. Nos dice el lema de este mes de nuestro tercer plan de pastoral:

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“La Comunión del Espíritu Santo esté con todos ustedes”. Cristo pidió que su Iglesia fuera una y santa, guiada por el Espíritu Santo, visible por la unión de sus miembros.

El Espíritu Santo habita en su Iglesia y en los corazones de los fieles como en un templo (1 Cor 3,16; 6,19) y en ellos ora y da testimonio de la adopción de hijos (Cfr. Gal 4,6; Rom 8,15- 16 y 26). Con diversos dones jerárquicos y carismáticos dirige y enriquece con todos sus frutos a la Iglesia (Cfr. Ef. 4, 11-12; 1 Cor 12,14; Gal 5,22) a la que guía hacia toda verdad y unifica en comunión y ministerio. ¡Qué alegría pertenecer a la única Iglesia fundada por Cristo!

17 Feria de Pascua

Viernes Blanco

Memoria Libre: San Pascual Bailón, Religioso.

Primera lectura: Hechos 25, 13-21En aquellos días, el rey Agripa llegó a Cesárea con Berenice para saludar

a Festo, y se entretuvieron allí bastantes días. Festo expuso al rey el caso de Pablo, diciéndole: «Tengo aquí un preso, que ha dejado Félix; cuando fui a Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos judíos presentaron acusación contra él, pidiendo su condena. Les respondí que no es costumbre romana ceder a un hombre por las buenas; primero el acusado tiene que carearse con sus acusadores, para que tenga ocasión de defenderse. Vinieron conmigo a Cesarea, y yo, sin dar largas al asunto, al día siguiente me senté en el tribunal y mandé traer a este hombre. Pero, cuando los acusadores tomaron la palabra, no adujeron ningún cargo grave de los que yo suponía; se trataba sólo de ciertas discusiones acerca de su religión y de un difunto llamado Jesús, que Pablo sostiene que está vivo. Yo, perdido en semejante discusión, le pregunté si quería ir a Jerusalén a que lo juzgase allí. Pero, como Pablo ha apelado, pidiendo que lo deje en la cárcel, para que decida su majestad, he dado orden de tenerlo en prisión hasta que pueda remitirlo al César.»

Salmo Responsorial: 102“El Señor puso en el cielo su trono”

Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R.

Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. R.

El Señor puso en el cielo su trono, su soberanía gobierna el universo. Bendigan al Señor, ángeles suyos, poderosos ejecutores sus órdenes. R.

Evangelio: Juan 21, 15-19Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos,

dice a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice: «Apacienta mis

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corderos.» Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Él le dice: «Pastorea mis ovejas.» Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

Meditación

El apóstol San Pablo es testigo fiel del amor misericordioso del Padre y de que Jesús está vivo para toda la eternidad. Por eso no tiene miedo. Afirma con valentía e intrepidez la presencia de la gloria del Señor en su vida. No teme a los azotes, ni a la cárcel y se muestra dispuesto a entregar su propia vida si fuera necesario manteniendo con firmeza esta gran verdad.

¡Qué grande y que hermoso es el contemplar las maravillas y las grandezas de nuestro Dios, que nos ama inmensamente dejando atrás nuestro pasado!

El evangelio de hoy nos presenta a Jesús Resucitado que interroga triplemente a Simón Pedro sobre su amor hacia El. Esta triple interrogación se contrapone a la triple negación de Pedro en el momento más crucial de la vida terrenal de Jesús, en su Pasión. Vemos como Pedro, la roca firme sobre la cual edifica la Iglesia, cae negando a Jesús tres veces fruto de la debilidad humana; pero Dios rico en bondad y amor lo perdona y ya ni se acuerda de sus pecados. Le confía la más grande de las misiones: guiar y dirigir el rebaño de Cristo.

Jesús Resucitado sabe que va a ascender al cielo; pero no nos deja solos, nos promete enviarnos al Espíritu Santo y nos confía con inmenso cariño bajo los cuidados de un Pastor con el triple mandato: “Apacienta mis corderos”. “Cuida de mis ovejas”. “Apacienta mis ovejas”.

Y tú, ¿Estas apacentando las ovejas que Dios ha puesto bajo tus cuidados? ¿Tu familia? ¿Tus vecinos? ¿Tu grupo de oración? ¿Tu pequeña comunidad? ¿Tus alumnos? ¿Estás dispuesto/a a seguir a Jesús sin importar las consecuencias? El Resucitado te llama hoy por tu nombre y te dice: “Sígueme”.

18 Feria de Pascua

Sábado Blanco

Memoria Libre: San Juan I, Papa y Mártir.

Primera lectura: Hechos 28, 16-20. 30-31Cuando llegamos a Roma, le permitieron a Pablo vivir por su cuenta en

una casa, con un soldado que lo vigilase. Tres días después, convocó a los judíos principales; cuando se reunieron, les dijo: «Hermanos, estoy aquí

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preso sin haber hecho nada contra el pueblo ni las tradiciones de nuestros padres; en Jerusalén me entregaron a los romanos. Me interrogaron y querían ponerme en libertad, porque no encontraban nada que mereciera la muerte; pero, como los judíos se oponían, tuve que apelar al César; aunque no es que tenga intención de acusar a mi pueblo. Por este motivo he querido verlos y hablar con ustedes; pues por la esperanza de Israel llevo encima estas cadenas.» Vivió allí dos años enteros a su propia costa, recibiendo a todos los que acudían, predicándoles el reino de Dios y enseñando lo que se refiere al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbos.

Salmo Responsorial: 10 “Los buenos verán tu rostro, Señor”El Señor está en su templo santo, el Señor tiene su trono en el cielo; sus

ojos están observando, sus pupilas examinan a los hombres. R.El Señor examina a inocentes y culpables, y al que ama la violencia él lo

odia. Porque el Señor es justo y ama la justicia: los buenos verán su rostro. R.

Evangelio: Juan 21, 20-25En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien

Jesús tanto amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?» Al verlo, Pedro dice a Jesús: «Señor, y éste ¿qué?» Jesús le contesta: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.» Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?» Éste es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que los libros no cabrían ni en todo el mundo.

Meditación

Los obispos de América Latina y el Caribe en Aparecida, recordando el mandato de ir y hacer discípulos (Cf Mt 28,20) hicieron un compromiso de realizar una misión continental que implica despertar un gran impulso misionero en todos los católicos que vivimos en esta región del mundo (DA 549).Por eso, ¡necesitamos un nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos! Para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo.

No podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos. Urge acudir en todas las direcciones para proclamar que el mal y la muerte no tienen la última palabra, que el amor es más fuerte, que hemos sido liberados y salvados por la Victoria Pascual del Señor de la historia, que El nos convoca en su Iglesia y que quiere multiplicar el número de sus discípulos y misioneros en construcción de su reino en nuestro Continente. (DA 549)

Es hermoso mis hermanos/as, compartir este significado ideal de nuestros Obispos, de salir como lo hizo Pablo a encontrarnos con las personas en sus comunidades, sus campos, sus barrios, sus edificios, donde quiera que estén a

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proclamarles el Kerigma (proclamar con alegría y convencimiento a Jesucristo muerto y glorificado por el Padre se ha constituido para nosotros en Señor y Salvador) con entusiasmo, alegría, energía y seguridad porque hemos encontrado la “perla preciosa” que es “Cristo Resucitado” y queremos contagiar a todos para que también ellos sean testigos de la gracia y del amor maravilloso del Padre.

Pablo, el apóstol de los gentiles no les temió a las cadenas. Aun en prisión domiciliaria durante dos años, predicaba el Evangelio a tiempo y a destiempo. “Recibía a todo el que iba a visitarlo. Proclamaba el reino de Dios y les enseñaba con mucha seguridad lo referente a Cristo Jesús, el Señor y nadie le ponía trabas”. (Hech 28,31)

Hoy al igual que ayer, Dios te llama por tu nombre, te hace un llamado especial porque Tu le perteneces y El cuenta contigo para la gran obra de evangelización, por eso nuevamente te repite: ¡Sígueme, ye te haré pescador de hombres!

19 Domingo de Pentecostés

IV Semana Liturgia de la Horas Rojo

Con la Virgen María, aguardamos el don del Espíritu Santo

Orientaciones para esta celebración:Colocar el lema de este domingo, ambientar el

templo con los signos que representan el Espíritu Santo (Paloma, agua, fuego o luz, nube. Los 7 dones). Colocar 12 lenguas de fuego desde el techo, se puede dramatizar el texto del evangelio de este domingo o el texto de la primera lectura. Asignar con anticipación un grupo de la parroquia o capilla que traerá las flores a la Virgen María. Organizar antes del rito final un momento de silencio y oración para pedir el don del Espíritu Santo. Luego entonar un canto invocando el Espíritu de Dios. Se puede iniciar con la última parte de la Vigilia de Pentecostés.

Monición ambiental:Queridos hermanos y hermanas, bienvenidos y bienvenidas a este

encuentro de fe. Hoy es día de Pentecostés, celebramos el nacimiento de la iglesia, renovamos la llegada del Espíritu Santo sobre los apóstoles reunidos en el cenáculo con la Virgen María.

En este día esperamos la efusión del Espíritu Santo, renovamos nuestra fe y nuestro compromiso misionero. La fe a la que entramos por el bautismo y que ha sido enriquecida por los diferentes dones y carismas que el mismo Espíritu da a cada uno, crece y se fortalece cuando la compartimos.

Es en la Iglesia, comunión viviente en la fe de los apóstoles, donde conocemos a esta tercera persona de la Santísima Trinidad. En la palabra, la tradición, el magisterio y en la liturgia sacramental, a través de sus símbolos es donde El Espíritu Santo nos pone en comunión con Cristo y con todos los hermanos.

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Abramos nuestro interior a la acción del Consolador que desciende hoy sobre nosotros y cantando con la alegría del resucitado recibimos a quien preside esta eucaristía y sus acompañantes.

Oración Colecta

Oremos:Dios nuestro que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia

extendida por todas las naciones, concede al mundo entero los dones del Espíritu Santo y continúa realizando entre los fieles la unidad y el amor de la primitiva Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Primera lectura: Hechos 2, 1-11En este día de Pentecostés nace públicamente la Iglesia cuando el

Espíritu de Dios desciende sobre los discípulos reunidos con María. Llenos del poder de Dios dejan atrás el miedo y se lanzan al anuncio de Jesucristo con alegría y valentía. Hoy, también, junto con María el Espíritu de Dios nos lanza a evangelizar y hace renacer la Iglesia en todas partes. Escuchemos.

Lectura del libro de los Hechos de los ApóstolesAl llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar.

De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno.

Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería.

Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos, preguntaban:

—« ¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa?

Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: Sal 103, 1ab y 24ac. 29bc-30. 31 y 34 (R.: cf. 30)

R. / Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.(O bien: Aleluya).

Bendice, alma mía, al Señor: ¡Dios mío, qué grande eres! Cuántas son tus obras, Señor; la tierra está llena de tus criaturas. R.

Les retiras el aliento, y expiran y vuelven a ser polvo; envías tu aliento, y los creas, y repueblas la faz de la tierra. R.

Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras. Que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor. R.

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Segunda Lectura: 1 Corintios 12, 3b-7. 12-13En este Año de la fe y de la fraternidad recordamos que es el Espíritu

Santo el que nos da fuerza para confesar a Jesús como Señor y el que nos capacita con diferentes carismas para contribuir al bien de la comunidad y a crear la unidad en la diversidad. Escuchemos.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los CorintiosHermanos: Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción

del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común.

Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.

Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. Palabra de Dios.

Secuencia: Ven Espíritu Divino Ven Espíritu Santo/ manda tu luz divina desde el cielo./ Padre amoroso

del pobre/ don en tus dones esplendido;/ luz que penetras las almas/ fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped de alma,/ descanso de nuestro esfuerzo,/ tregua en el duro trabajo/ brisa en las horas de fuego/ gozo que enjuga las lágrimas/ y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma/ divina luz/ y enriquécenos/ mira el vacío del hombre/ si Tú le faltas por dentro/ mira el poder del pecado/ cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía/ sana el corazón enfermo/ lava las manchas/ infunde calor de vida en el hielo/ doma el espíritu indómito/ guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones/ según la fe de tus siervos./ Por tu bondad y tu gracia/ dale al esfuerzo su mérito; / salva al que quiere salvarse/ y danos tu gozo eterno./ Amén.

AleluyaVen, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles

enciende en ellos la llama de tu amor.

Evangelio: Juan 20, 19-23Jesús Resucitado regala a sus discípulos llenos de miedo les da su paz

con el regalo del Espíritu Santo que les da poder para perdonar los pecados y para realizar su misión en el mundo. También nosotros después de nuestro encuentro con el Señor somos enviados a anunciar y hacer presente su Reino de paz y de amor. Escuchemos.

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+ Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19-23Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los

discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: —«Paz a ustedes.»Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se

llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: —«Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo.»

Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: —«Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos.» Palabra del Señor.

Meditación

El lema de este mes es: “Creo en el Espíritu Santo.” Y hoy celebramos Pentecostés, que significa: cincuenta días después de la Pascua. Ese día la primera comunidad (la Iglesia) estaba reunida, orando, esperando al Espíritu Santo. La oración no se hizo esperar: llegaron unas lenguas de fuego, posándose sobre cada una de las cabezas que había allí. En ese instante llegó también el entendimiento de uno con el otro. También ese día ¡Nació la Iglesia, podríamos decir, con esa nota de Comunicación!

Nació el valor en unos miedosos hombres y mujeres que no encontraban la forma de seguir llevando el mensaje que su Maestro les había dejado. La ignorancia quedó rezagada ante esta impresionante presencia divina. Los corazones se colmaron de fortaleza, fuerza y empuje. La decisión fue inmediata. Allí arrancó una empresa que Jesús había dejado sobre Pedro y los demás apóstoles. Lo que hace el Espíritu Santo no tiene precedentes. Lo primero es dar entendimiento, luego quitar el miedo y ahí seguido, ponerse en camino.

Bien dijo Jesús que no nos dejaría solos. Su presencia ahora es espiritual. Es el Espíritu Santo que sigue actuando en la Iglesia. De eso no tenemos la menor duda. De lo que podemos dudar es si el corazón nuestro ha cerrado las puertas de entrada por temor. Necesitamos la juventud de la fe. ¿Dónde está? Está en el secreto de encontrar esa motivación que nuestro bautismo incrustó en el corazón de cada uno de nosotros.

Esa presencia está. La acción también se hace presente. Mira tú comunidad, tu grupo, tu gente. Ellos y nosotros tenemos captado ese aleteo vivo. Los grupos que ha inspirado el Espíritu Santo hay que darle apertura para trabajar. Pero al mismo tiempo ayudarles a descubrir qué es lo que quiere Él. Que los grupos no quieran eclipsar la comunidad, ni tampoco que la iglesia quiera soslayar a los grupos. Falta el entendimiento, la comunicación para descubrir esa riqueza.

En lo humano, la presencia del Espíritu Santo comienza con el compromiso individual puesto al servicio comunitario. Tenemos nuestras iglesias llenas de gente con deseo de trabajar, con valores, entusiasmo. La pregunta es ¿cómo hacerle descubrir a esas personas el sello que desde su integración sacramental palpita agitado, y que inconscientemente los empuja a través de una búsqueda incansable de Dios, de paz, de unión. Es la Hora del Espíritu Santo.

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Preces

El que preside: Padre, en este día que hacemos memoria del primer Pentecostés, reaviva en nosotros la presencia de tu Espíritu. Te lo pedimos diciendo: Fortalécenos Padre con tu Espíritu Santo.

- Oremos por la iglesia Universal, por el Papa Francisco, por nuestro Obispo….., Presbíteros y diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas para que reciban esta nueva fuerza que promete Jesús en su palabra y vivan con alegría su misión liberadora en el mundo. Oremos.

- Por nuestros gobernantes y por los que dirigen nuestra nación para que sean guiados por la luz del Espíritu de Dios y conduzcan nuestro país hacia la realización de la civilización del amor. Oremos.

- Por los agentes de pastoral, catequistas, ministros y todos los que acompañan a los fieles en los diferentes ámbitos de nuestra pastoral, para que sean revestidos con la gracia y sabiduría que viene de lo alto y sean verdaderos testigos de Cristo. Oremos.

- Por los más pobres, los que sufren, los que necesitan consuelo para que por medio del amor que derrama el Consolador, encuentren en nosotros una palabra de sabiduría, un apoyo en las horas difíciles y un bastón que los acompañe en al camino. Oremos.

- Por todos nosotros para que recibamos dones abundantes del Espíritu Santo para que implementemos nuestro Tercer Plan de Pastoral para y continuemos produciendo frutos de conversión en nuestras comunidades y que su programa de la Misión Continental Permanente sirva de instrumento para hacer visible el Reino de Dios en nuestro pueblo. Oremos.

El que preside: Padre, derrama tu Santo Espíritu sobre nosotros para que podamos conocerte, amarte, servirte y adorarte con todas las fuerzas de nuestro corazón y amar a los demás con tu mismo amor. Por Jesucristo nuestro Señor.

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Lunes Verde

Primera Lectura: Comienzo del Libro del Eclesiástico 1, 1-10Toda sabiduría viene del Señor y está con él eternamente. La arena de

las playas, las gotas de la lluvia, los días de los siglos, ¿quién los contará? La altura del cielo, la anchura de la tierra, la hondura del abismo, ¿quién los rastreará? Antes que todo fue creada la sabiduría; la inteligencia y la prudencia, antes de los siglos. La raíz de la sabiduría, ¿a quién se reveló?; la destreza de sus obras, ¿quién la conoció? Uno solo es sabio, temible en extremo; está sentado en su trono. El Señor en persona la creó, la conoció y la midió, la derramó sobre todas sus obras; la repartió entre los vivientes, según su generosidad se la regaló a los que lo temen.

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Salmo Responsorial: 92“El Señor reina, vestido de majestad”

El Señor reina, vestido de majestad, el Señor, vestido y ceñido de poder. R.Así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre, y tú

eres eterno. R.Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu casa,

Señor, por días sin término. R.

Evangelio: Marcos 9, 13-28En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña,

al llegar adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo.

Él les preguntó: «¿De qué discuten?» Uno le contestó: «Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces.»

Él les contestó: « ¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo los tendré que soportar? Tráiganmelo.» Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos.

Jesús preguntó al padre: « ¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?» Contestó él: «Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos.» Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe.» Entonces el padre del muchacho gritó: «Tengo fe, pero dudo; ayúdame.»

Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Vete y no vuelvas a entrar en él.»

Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó, cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie. Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: « ¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?» Él les respondió: «Esta especie sólo puede salir con oración y ayuno.»

Meditación

Hoy se reanuda el Tiempo Ordinario. Como su nombre lo indica, es un tiempo donde celebramos el mismo misterio de la historia de salvación del pueblo de Israel y de la vida de Jesús, pero no tomando en cuenta un momento “específico” para tratar, como es el caso, por ejemplo, de Adviento y Navidad (que nos enfocamos en el anuncio de los profetas sobre el nacimiento del Mesías, así como la infancia de Jesús).

Comenzamos a ver esta semana el libro del Eclesiástico (llamado también Sirácides o Ben Sirá, o sea Jesús, Hijo de Sirá). Se llama Eclesiástico, porque es el libro de la Iglesia. Las primeras comunidades lo usaban mucho para catequizar. Está cargado de muchas enseñanzas prácticas para la vida cotidiana. Una de ellas es que Dios creó la Sabiduría

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y “la repartió entre los vivientes”, “se la regaló a los que lo temen.” Sabiduría que entra en el hombre por la acción del Espíritu Santo. Todo el mensaje de este libro está dirigido a un pueblo con una gran crisis de fe por la imposición de la cultura griega. El libro insiste de esta manera que hay que mantener la fe, aún en medio del pueblo invasor.

En el Evangelio, la frase: “tengo fe, pero dudo, ayúdame”, nos desvela que por nosotros mismo es imposible realizar la obra de Dios, así como la condición de la cual debemos adherirnos para seguir a Cristo: la fe y la confianza. Hay experiencias en la vida que hacen tambalear mucho nuestra poca fe y endurecer nuestra duda.

Creer implica abrirse a la acción del Espíritu para que en nuestra débil realidad humana se levante la sabiduría que viene de Dios y que se impone a los tormentosos acontecimientos mundiales que anuncian por todas partes que Dios no está presente. Nuestra fe y nuestra duda cohabitan juntas, pero no debemos olvidar que mi debilidad, mi falta de fe, también cohabitan con la fuerza del Espíritu Santo y la Sabiduría que viene de Dios. Esta realidad nos hace fuertes y resistentes, al mismo tiempo que aumenta nuestra fe en que “la comunión del Espíritu Santo está con nosotros”.

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Martes Verde

Primera lectura: Eclesiástico 2, 1-13Hijo mío, cuando te acerques al temor de Dios, prepárate para las pruebas;

mantén el corazón firme, sé valiente, no te asustes en el momento de la prueba; pégate a él, no lo abandones, y al final serás enaltecido. Acepta cuanto te suceda, aguanta enfermedad y pobreza, porque el oro se acrisola en el fuego, y el hombre que Dios ama, en el horno de la pobreza. Confía en Dios, que él te ayudará; espera en él, y te allanará el camino. Los que temen al Señor, esperan en su misericordia, y no se apartan, para no caer; los que temen al Señor, confían en él, que no retendrá su salario hasta mañana; los que temen al Señor, esperan bienes, gozo perpetuo y salvación; los que temen al Señor, ámenlo, y él iluminará sus corazones. Fíjense en las generaciones pretéritas: ¿quien confió en el Señor y quedó defraudado?; ¿quién esperó en él y quedó abandonado?; ¿quién gritó a él y no fue escuchado? Porque el Señor es clemente y misericordioso, perdona el pecado y salva del peligro.

Salmo Responsorial: 36“Encomienda tu camino al Señor, y él actuará”

Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón. R.

El Señor vela por los días de los buenos, y su herencia durará siempre; no se agostarán en tiempo de sequía, en tiempo de hambre se saciarán. R.

Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás una casa; porque el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles. Los inicuos son exterminados, la estirpe de los malvados se extinguirá. R.

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El Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro; el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados y los salva porque se acogen a él. R.

Evangelio: Marcos 9, 29-36En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y

atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.

Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: « ¿De qué discutían por el camino?» Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.

Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.» Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mi no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

Meditación

Esta primera lectura es desafiante. Me imagino que tú, hermano lector, no dudas en nada absolutamente de lo que está diciendo el Señor. Pero hay que preguntarse: ¿Por qué en esos momentos perdemos la confianza? Me atrevo a responder: todos estamos preparados para ganar la corona, pero no para correr por ella.

Hay una expresión latina que reza así: “Si vis pacem para bellum.” Esto significa: “si quieres la paz, prepárate para la guerra.” El que quiere paz, es porque no la tiene; y lo que tiene, de alguna manera, es guerra en su vida o entorno. Por tanto debe “pelear” con esa guerra para diluirla y así conseguir la paz que desea.

Casi siempre tendemos a identificar los momentos difíciles de nuestra vida como un “castigo” de Dios. Sin embargo, la primera lectura nos dice que es una “prueba” (el hombre que Dios ama, se acrisola, se purifican en el “horno de la pobreza”). La clave está en la confianza: esperar en Dios sin temor, porque Él es misericordioso.

La imagen más bella que usa Jesús para hablarnos del que espera con confianza, sencillez, humildad y sin prejuicios, es el NIÑO. Acoger a un niño, es decir, asumir su ternura frente a Dios, estar plenamente entregado a lo que Dios quiere para sí. El niño confía ciegamente en su papá, y cree que éste es el mejor del mundo, que no le falla. En los momentos difíciles, está seguro que su padre le dará todo lo que necesita.

A las grandes pruebas de la vida se le saca el mejor y exquisito provecho cuando se enfrenta con confianza en Dios. Tú, yo y tantas personas saben esto muy bien. Nos rodean personas que han salido vencedores en las pruebas de la vida, no por ser fuertes, sino por tener confianza en Todopoderoso. En medio de una gran prueba debemos preguntarnos: ¿para qué Dios permite

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que me pase eso? Jamás preguntar ¿por qué? El “porqué” lo encontramos en nuestras limitaciones, el “para qué” lo encontramos en la voluntad de Dios.

Nos dice Jesús: “quien quiera ser el primero, que se haga el último”. Esto lo podemos aplicar a nuestra vida de dificultades diciendo: el que quiera paz, felicidad, vida sin problemas, tranquilidad, que se prepare en la confianza en Dios para tomar fuerzas y enfrentar con gallardía, coraje, valentía y decisión los momentos duros que prueban nuestra fe. Primero luchar, correr, después vencer, coronarse.

22 Feria ó Memoria Libre: San Fernando

Miércoles Verde o Blanco

Primera Lectura: Eclesiástico 4, 12-22La sabiduría instruye a sus hijos, estimula a los que la comprenden. Los

que la aman, aman la vida, los que la buscan alcanzan el favor del Señor; los que la retienen consiguen gloria del Señor, el Señor bendecirá su morada; los que la sirven al Santo, Dios ama a los que la aman. Quien me escucha juzgará rectamente, quien me hace caso habitará en mis atrios; disimulada caminaré con él, comenzaré probándolo con tentaciones; cuando su corazón se entregue a mí, volveré a él para guiarlo y revelarle mis secretos; pero, si se desvía, lo rechazaré y lo encerraré en la prisión; si se aparte de mí, lo arrojaré y lo entregaré a la ruina.

Salmo Responsorial: 118“Mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor”

Mucha paz tienen los que aman tus leyes, y nada los hace tropezar. R.Guardo tus decretos, y tú tienes presentes mis caminos. R.De mis labios brota la alabanza, porque me enseñaste tus leyes. R.Mi lengua canta tu fidelidad, porque todos tus preceptos son justos. R.Ansío tu salvación, Señor; tu voluntad es mi delicia. R.Que mi alma viva para alabarte, que tus mandamientos me auxilien. R.

Evangelio: Marcos 9, 37-39En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que

echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.»

Jesús respondió: «No se lo impidan, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.»

Meditación

El hombre y la mujer sabio, son los que escuchan Atentamente a Dios. Porque Dios tiene unas formas muy variadas de hablar, y nosotros unas formas muy limitadas de entender. ¡Qué corto y escueto es el evangelio de hoy! Jesús les pide a sus discípulos, no sólo ser predicadores, sino también a tener un ojo clínico para que la experiencia del otro sea una iluminación

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para su predicación. Impedir las buenas obras es un signo de ignorancia que se produce en el hombre que quiere limitar la universalidad del evangelio. Y sanar esta actitud, que muchas veces es imperceptible, implica abrirse a la acción del Espíritu Santo, el cual derrama en nosotros el don de la Sabiduría.

La primera lectura es una hermosa guía para lograr esto. Nos plantea que “amar”, “buscar”, “retener”, “servir” a la Sabiduría, nos hace beneficiarios de un aptitud sorprendente ante las obras de Dios que se manifiestan en todas partes. El ojo clínico del cristiano se agudiza en el corazón de la fe en Dios y la disposición a la acción del Espíritu Santo.

Son muchos los que a nuestros ojos nos parecen extraños para realizar, a través de sus obras, el testimonio de Cristo. Si fuésemos más receptivos a los signos de los tiempos que nos permiten ver la obra salvadora de Dios, el amor del Señor nos invadiera con tal plenitud, que cada gesto, cada palabra fuera un milagro en nuestra vida y en la de los demás.

Aunque el ejemplo no sea muy adecuado, pero creo vale su significado. En nuestro país y otros lugares existen unos escarabajos que del excremento de animales fabrican unas esféricas mazas, las cuales empujan sin descanso para poner en marcha su nido donde en tiempos más adelante nacen otros de su especie. De ese mismo modo, los abejones, se introducen en madera podrida para fabricar unas dulces y sabrosas bolitas de “miel”. Con esto quiero decir que hasta las miserias de los demás son importantes para crecer y formalizar el mensaje de Dios, su Reino en medio de este mundo que tanto lo necesita.

El ejemplo más diáfano es Cristo, que vino a buscar lo que estaba perdido, lo enfermo, lo menos importante, lo ignorante, lo perdido. Con ello fabricó la hermosura de su plan de salvación para los hombres y mujeres que desde allí abajo, descubren la necesidad de amar y colaborar con su mensaje.

23 Fiesta: Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote

Jueves Blanco

Primera Lectura: Isaías 52, 13-15; 53, 1-12 He aquí que mi siervo tendrá éxito, crecerá y llegará muy alto. Lo mismo

que muchos se horrorizaban al verlo, porque estaba tan desfigurado que no parecía hombre ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchas naciones. Los reyes se quedarán sin palabras al ver algo que nunca les habían contado y comprender algo que nunca habían oído.

¿Quién creyó nuestro anuncio? ¿A quién se manifestó el poder del Señor? Creció ante el Señor como un retoño, como raíz en tierra árida. No tenía gracia ni belleza para que nos fijáramos en él, tampoco aspecto atractivo para que lo admiráramos. Fue despreciado y rechazado por los hombres, abrumado de dolores y habituado al sufrimiento; como alguien a quien no se quiere mirar, lo despreciamos y lo estimamos en nada.

Sin embargo, él llevaba nuestros sufrimientos, soportaba nuestros dolores. Nosotros lo creíamos castigado, herido por Dios y humillado, pero eran nuestras rebeldías las que lo traspasaban, y nuestras culpas las que lo trituraban. Sufrió el castigo para nuestro bien y con sus heridas nos sanó.

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Andábamos todos errantes como ovejas, cada uno por su camino, y el Señor cargó sobre él todas nuestras culpas. Cuando era maltratado, él se sometía, y no abría su boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría su boca.

Sin defensa ni juicio se lo llevaron, y ¿quién se preocupó de su suerte? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron por los pecados de mi pueblo; lo enterraron con los malhechores, lo sepultaron con los malvados, aunque él no cometió ningún crimen ni hubo engaño en su boca.

Pero el Señor quiso quebrantarlo con sufrimientos. Y si él entrega su vida como expiación, verá su descendencia, tendrá larga vida y por medio de él, prosperarán los planes del Señor. Después de una vida de amarguras verá la luz, comprenderá su destino. Mi siervo, el justo, traerá a muchos la salvación cargando con las culpas de ellos.

Por eso, le daré un puesto de honor entre los grandes, y con los poderosos participará del triunfo, por haberse entregado a la muerte y haber compartido la suerte de los pecadores. Pues él cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores.

Salmo Responsorial: 39 "Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad."¡Cuántas maravillas has hecho, Señor Dios mío! ¡Cuántos proyectos para

nosotros! ¡No hay nadie como tú! Yo quisiera contarlos, publicarlos, pero son innumerables. R.

He proclamado tu fidelidad en la gran asamblea; tú sabes, Señor, que no me he callado. No he ocultado tu fidelidad en el fondo de mi corazón, proclamé tu lealtad y tu salvación, no oculté tu amor en la gran asamblea. R.

Segunda Lectura: Hebreos 10, 12-23Hermanos: Cristo no ofreció más que un sacrificio por el pecado, y se sentó

para siempre a la derecha de Dios. Únicamente espera que Dios ponga a sus enemigos como estrado de sus pies. Con esta única ofrenda ha hecho perfectos de una vez para siempre a quienes han sido consagrados a Dios. Es lo que también nos atestigua el Espíritu Santo, pues después de haber dicho: Esta es la alianza que yo haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: pondré mis leyes en sus corazones y las escribiré en sus mentes.

Añade: Y no me acordaré más de sus pecados ni de sus iniquidades. Ahora bien, cuando los pecados han sido perdonados, ya no hay necesidad

de ofrenda por el pecado. Así pues, hermanos, ya que tenemos libre entrada en el santuario gracias a la sangre de Jesús, el cual inauguró para nosotros un camino nuevo y vivo a través del velo, es decir, de su cuerpo, y ya que tenemos un gran sacerdote en la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, con plena confianza, purificando el corazón de todo mal de que tuviéramos conciencia, y lavado el cuerpo con agua pura. Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos, pues quien nos ha hecho la promesa es digno de confianza.

Evangelio: Lucas 22, 14-20Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con sus discípulos. Y les dijo:

«¡Cómo he deseado celebrar esta pascua con ustedes antes de morir! Porque

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les digo que no la volveré a celebrar hasta que tenga su cumplimiento en el reino de Dios». Tomó entonces un cáliz, dio gracias y dijo: «Tomen esto y repártanlo entre ustedes; pues les digo que ya no beberé del fruto de la vid hasta que llegue el reino de Dios».

Después tomó pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes; hagan esto en memoria mía». Y después de la cena, hizo lo mismo con el cáliz diciendo: «Este es el cáliz de la nueva alianza sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes».

Meditación

Los jueves son sacerdotales y eucarísticos. Hoy celebramos a Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote. No es fácil presentar o explicar el sacerdocio de Cristo en estas diminutas líneas. Pero comienzo diciendo que la carta a los Hebreos el único libro “que explica ampliamente el sacerdocio de Cristo” (X. León-Dufour, Vocabulario de Teología Bíblica, Sacerdocio, pág. 817).

El papel de Jesús es “interceder”, ser “mediador”, “sacrificarse”, “ofrecerse” como víctima expiatoria. Todo esto lo encontramos en el mismo ser de Jesús, por eso es el Mediador por excelencia. Es Sumo y Eterno Sacerdote, porque su sacrificio no es como el de los antiguos sacerdotes, que eran múltiples para expiar los pecados; sino que el Suyo fue un sacrificio “de una vez y para siempre”. Jesús tomó su cruz y bebió su cáliz. Esto para cargar nuestros pecados y nuestras dolencias.

El rostro ensangrentado, mutilado, golpeado, fruncido de este inesperado Sacerdote, es un espejo de nuestras dolencias manifestadas en la generosa entrega por nuestros pecados. Es muy imposible encontrar un “relevo” hoy día que realice semejante hazaña. Eso sólo lo hace Jesús y nadie más hubiese podido hacerlo NUNCA. Sin embargo, eso no nos exime de nuestro compromiso asumido en el sacerdocio que recibimos por el Bautismo.

En medio de las líneas bíblicas encontramos a una madre que quiso ubicar de antemano a sus hijos fuera de este compromiso: la madre de Santiago y Juan (uno a la derecho y otro a la izquierda). La respuesta de Jesús no se hizo esperar: “¿Son capaces de beber el vino que yo he deber?” Así como aquel mandato para el que quiera seguirlo: “que tome su cruz y me siga.”

El sacrificio nuestro es, como dice san Pablo, un completar los dolores que le faltaron a Cristo; así como también una respuesta de fe a quien es nuestro modelo a seguir. Sentirnos redimidos por la acción del sacerdocio de Cristo implica una disponibilidad retadora ante el sufrimiento que provoca el pecado en la vida del hombre.

Es una obligación asumir nuestro sacerdocio como bautizado u ordenado. De este modo que sintamos la prolongación del sacerdocio de Cristo en la humanidad. Recordemos que su sacerdocio es eterno, y por tanto se desplaza en la historia del hombre con la misma novedad que inició hace dos mil años. ¿Hemos pensado en el compromiso que conlleva nuestro bautismo? Es hora de hacerlo y despertar del letargo indiferente que arropa nuestra fe.

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Viernes Verde

Primera lectura: Eclesiástico 6, 5-17Una voz suave aumenta los amigos, unos labios amables aumentan los

saludos. Sean muchos los que te saludan, pero confidente, uno entre mil; si adquieres un amigo, hazlo con tiento, no te fíes en seguida de él; porque hay amigos de un momento que no duran en tiempo de peligro; hay amigos que se vuelven enemigos y te afrentan descubriendo tus riñas; hay amigos que acompañan en la mesa y no aparecen a la hora de la desgracia; cuando te va bien, están contigo, cuando te va mal, huyen de ti; si te alcanza la desgracia, cambian de actitud y se esconden de tu vista. Apártate de tu enemigo y sé cauto con tu amigo. Al amigo fiel tenlo por amigo, el que lo encuentra, encuentra un tesoro; un amigo fiel no tiene precio ni se puede pagar su valor; un amigo fiel es un talismán, el que teme a Dios lo alcanza; su camarada será como él, y sus acciones como su fama.

Salmo Responsorial: 118“Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos”

Bendito eres, Señor, enséñame tus leyes. R.Tu voluntad es mi delicia, no olvidaré tus palabras. R.Ábreme los ojos, y contemplaré las maravillas de tu voluntad. R.Instrúyeme en el camino de tus decretos, y meditaré tus maravillas. R.Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R.Guíame por la senda de tus mandatos, porque ella es mi gozo. R.

Evangelio: Marcos 10, 1-12En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue

reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba. Se acercaron unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: « ¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?» Él les replicó: «¿Qué les ha mandado Moisés?» Contestaron: «Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.» Jesús les dijo: «Por su terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne." De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.» En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»

Meditación

El capítulo 6 del Eclesiástico nos abraza con esta expresión: “un amigo fiel es un tesoro.” El evangelio de Marcos nos habla de lo que hace Dios cuando “une” dos personas que se aman: no lo puede separar el hombre.

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La amistad, la fidelidad y la unidad van de la mano. No nos podemos imaginar a dos amigos siendo infieles a su relación el uno con el otro. Eso hasta nos resulta incoherente en el sentido más profundo de la palabra. Lo que hace compacta esa unión-relación y la fortifica es la presencia amorosa del Espíritu Santo en la misma.

La amistad hoy día parece, en muchas personas, e incluso instituciones, una burda orgía de intereses egoístas. Es lo material y lo caprichoso lo que va fomentando esa torpe relación que en el mejor de los casos termina totalmente insatisfecha. Hay una diferencia abismal entre los amigos de antes a los de ahora. Los de antes eran amigos por unos ideales humanos y hasta patrióticos, los de hoy son (da la impresión) expresiones banales, fruto de una moda chabacana de la amistad (quiero salvar dignamente las excepciones).

Casi todas las instituciones, las disciplinas son unánimes cuando se refieren a la familia como el espacio más propicio para desenterrar el tesoro de la amistad. La pareja desde que se une para formar una familia, lo hace con el gran sueño de no dejar que el amor muera Nunca. En ella, la prole juega un papel determinante, ya que son la expresión humana de esa amistad conyugal.

Que el hombre no tenga derecho a separar el amor que une a dos personas es un imperativo divino. El amor, la amistad no puede ser separable por quien es el dichoso, beneficiario de tal don de Dios. Esto implica el colosal compromiso de la familia, de los enamorados, de dejarse guiar por el Espíritu Santo, que es la fuerza suprema que viene de lo alto para mantener y enseñarnos a mantener lo que le garantiza al hombre y a la mujer la supervivencia afectiva y espiritual en el peregrinar de la vida: la amistad.

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Sábado Verde

Primera Lectura: Eclesiástico 17, 1-13El Señor formó al hombre de tierra y le hizo volver de nuevo a ella; le

concedió un plazo de días contados y le dio dominio sobre la tierra; lo revistió de un poder como el suyo y lo hizo a su propia imagen; impuso su temor a todo viviente, para que dominara a bestias y aves. Les formó boca y lengua y ojos y oídos y mente para entender; los colmó de inteligencia y sabiduría y les enseñó el bien y el mal; les mostró sus maravillas, para que se fijaran en ellas, para que alaben el santo nombre y cuenten sus grandes hazañas. Les concedió inteligencia y en herencia una ley que da vida; hizo con ellos alianza eterna, enseñándoles sus mandamientos. Sus ojos vieron la grandeza de su gloria, y sus oídos oyeron la majestad de su voz. Les ordenó abstenerse de toda idolatría y les dio preceptos acerca del prójimo. Sus caminos están siempre en su presencia, no se ocultan a sus ojos.

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Salmo Responsorial: 102“La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus

mandatos”Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus

fieles; porque él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos de barro. R.Los días del hombre duran lo que la hierba, florecen como flor del

campo, que el viento la roza, y ya no existe, su terreno no volverá a verla. R.Pero la misericordia del Señor dura siempre, su justicia pasa de hijos a

nietos: para los que guardan la alianza. R.

Evangelio: Marcos 10, 13-16En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los

discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí: no se lo impidan; de los que son como ellos es el reino de Dios. Les aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.» Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

Meditación

Cuando hablamos de que el hombre es imagen de Dios, no nos referimos a su parecido físicamente. El hombre no puede parecerse a Dios en lo físico o material, porque Dios es espíritu puro. ¿Entonces, de dónde sale esa imagen? Pues debe ser obviamente en lo espiritual.

La inteligencia, la sabiduría, el conocimiento. Estos son dones que entrar a formar parte del hombre y sin los cuales pues no sería hombre. Pero también estas son las características propias de un ser que está comunicado esencialmente con su Creador: Dios.

Pero el hombre no se parece totalmente a Dios, sino un poquito. Así que la imagen del hombre se va identificando con Dios en cuanto se dispone con humildad a recibir lo que en total generosidad su Creador le ofrece: amor, perdón, sabiduría, y todos los demás dones que llamamos “del Espíritu Santo”.

Es por eso que Jesús quiere que seamos como niños, so pena de no alcanzar el Reino. Dentro de las tantas características de un niño, podemos ver a simple vista: la inocencia, humildad, aceptación, bondad, ternura, disponibilidad, la generosidad, una inteligencia dispuesta, etc. En un niño no afectado por la mala crianza de sus padres y ajenos a un ambiente corrosivo, es raro encontrar maldad alguna. Con razón nos dice el Señor que hay que ser como ellos para entrar en el reino de los cielos.

En nuestro ser Dios exige la pequeñez espiritual del niño. Dios quiere ubicarnos en esa privilegiada condición de niños: del que se siente mirado siempre por su Padre, cuidado por el amor, defendido del peligro. Dios nos quiere criar como niños que deben ser fortalecidos en la fe y el amor. Como ya somos grandes, pues debemos pedir el Espíritu Santo para regenerarnos interiormente y alimentarnos de tal modo que quedemos cebados del amor de Dios. Esa es la imagen que Dios quiere formar en nosotros, sus hijos.

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26 Solemnidad: La Santísima Trinidad

I Semana de la Liturgia de las Horas Verde

La comunidad y la familia, reflejo de la Santísima Trinidad

Orientaciones para la celebración: Colocar el lema de este domingo en un lugar

visible. Invitar a las pequeñas comunidades a preparar la liturgia de este Domingo y colocarlas en lugar especial. Invitar a una persona que esté viviendo el proceso de las pequeñas comunidades para que de su testimonio públicamente. Se destacan las Madres en este día junto a su familia. Se les da una bendición especial.

Monición ambiental:

Bienvenidos queridos hermanos a esta Solemnidad de la Santísima Trinidad, en la que celebramos el gran misterio de vida y de amor que está siempre presente en nuestra vida, en la fe y en la liturgia. Como bautizados, hemos sido llamados a participar de este amor íntimo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Nos disponemos a celebrar con fe y fraternidad a nuestro Dios, presente en medio de su pueblo, El nos invita a construir la comunidad según su mismo modelo. Por eso, nuestros Obispos dominicanos han declarado como Día de las Pequeñas Comunidades Eclesiales esta fiesta de la Santísima Trinidad. Demos un aplauso a todos los que participan en las pequeñas comunidades.

Hoy es un día especial para todo el pueblo dominicano por que celebramos el día de las madres. Celebrar las Madres es celebrar la familia, que es un reflejo de la vida trinitaria. Como en la Trinidad, tres son los componentes de una familia: padre, madre y los hijos e hijas. Les toca a ellos vivir como en la Trinidad: uno del otro, con el otro, por el otro, en el otro y para el otro.

A través de las Madres recibimos de manera especial el amor de Dios que nos ama con corazón y entrañas de madre. Oremos intensamente y con gratitud por ellas para que sigan siendo el amor en las familias. Demos un gran aplauso a nuestras madres.

Oración colecta

Oremos:Dios, Padre todopoderoso, que has enviado al mundo la Palabra de la

verdad y el Espíritu de la santificación para revelar a los hombres tu admirable misterio; concédenos profesar la fe verdadera, conocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar su unidad todopoderosa. Por nuestro Señor Jesucristo.

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Primera Lectura Proverbios 8, 22-31La primera lectura, nos habla de la eterna sabiduría de Dios creador. La

Santísima Trinidad es una comunión entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Esta comunión de amor se manifiesta a través de la sabiduría, que se nos ha manifestado a plenitud en Cristo Jesús, sabiduría y palabra del Padre, la cual podemos alanzar por medio de su Santo Espíritu. Escuchemos.

Lectura del libro de los ProverbiosAsí dice la sabiduría de Dios: «El Señor me estableció al principio de sus

tareas, al comienzo de sus obras antiquísimas. En un tiempo remotísimo fui formada, antes de comenzar la tierra. Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas.

Todavía no estaban aplomados los montes, antes de las montañas fui engendrada. No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del orbe.

Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; cuando sujetaba el cielo en la altura, y fijaba las fuentes abismales.

Cuando ponía un límite al mar, cuyas aguas no traspasan su mandato; cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la bola de la tierra, gozaba con los hijos de los hombres.Palabra del Señor.

Salmo Responsorial: Sal 8, 4-5. 6-7a. 7b-9. (R.: 2a)R. / Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? R.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos. R.

Todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar. R.

Segunda Lectura: Romanos 5, 1-5San Pablo, en su carta dirigida a la comunidad de los romanos, nos dice que

las tres personas de la Santísima Trinidad trabajan para nuestra justificación. Estamos en paz con Dios Padre por medio de Jesucristo y compartimos el amor del Padre porque el Hijo ha derramado el Espíritu Santo sobre nosotros. Escuchemos.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los RomanosHermanos: Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en

paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos; y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios.

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Más aún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce constancia, la constancia, virtud probada, la virtud, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. Palabra del Señor.

Aleluya (Ap 1, 8)Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, al Dios que es, que era y que

viene.

Evangelio: Juan 16, 12-15 Es el Espíritu Santo quien nos da a conocer este misterio divino de la

Santísima Trinidad, del cual procedemos, en el que estamos llamados a vivir y del cual estamos llamados a participar plenamente en la eternidad... Antes de escuchar esta Buena Noticia, nos ponemos todos de pie y aclamamos al Señor.

+ Lectura del Santo Evangelio según San Juan 16, 12-15En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Muchas cosas me quedan por decirles, pero no pueden cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y les comunicará lo que está por venir.

Él me glorificará, porque recibirá de mi lo que les irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso les he dicho que tomará de lo mío y se lo anunciará.» Palabra del Señor.

Meditación

Hoy estamos celebrando la Fiesta de la Santísima Trinidad. Aunque es una gran fiesta, también es un gran misterio, o sea, no logramos entenderlo, porque nuestra mente es muy corta. Lo que hacemos es interpretar la relación de estas Tres Personas, para aplicarla a nuestra vida y entender el compromiso que tenemos como familia. Así se hace más comprensible cómo el camino para entender esto. Jesús nos habló repetidas veces del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. De la relación de amor entre el Padre y el Hijo brota el Espíritu Santo.

El Padre, el Hijo y Espíritu Santo son Tres Personas, pero un solo Dios. Esto no encaja en nuestra matemática humana. Tampoco nuestra matemática humana encaja en la de Dios. Expliquemos esto diciendo que tanto el Padre, como el Hijo y el Espíritu Santo, tienen cada cual una función específica: El Padre crea (la creación), el Hijo redime (en la cruz) y el Espíritu Santo santifica (Rom 5, 5; cumplimiento de la promesa); pero cuando Uno actúa, lo hacen los Demás también. Esto suena raro, pero es de una belleza impresionante.

Usaré una explicación bastante sencilla, pero muy iluminadora. Si enciendes tres velas, cada una por separado, tendrás tres luces por

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separado. Cada vela tiene su propia mecha. Pero si unes las tres mechas por donde están encendidas, te darás cuenta de que forman una sola luz, y sin embargo cada mecha conserva su propia luz. Así, más o menos, podríamos entender el misterio de la Santísima Trinidad. Haz ese “ejercicio”.

La luz que vemos y que nos quiere demostrar este misterio es la del Amor. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nos han manifestado su amor “por separado” o en su peculiar forma, pero ellos, unidos, son una misma LUZ. Se aman con igual intensidad y eternamente, y por ese amor hemos sido creados, redimidos y santificados. Los mismo que hace y quieren seguir haciendo en nosotros. Ellos son una Familia de Amor. Y el hombre está llamado a buscar y vivir esa relación amorosa con el prójimo. De igual forma, la familia en este sentido tiene ese compromiso. Papá y mamá se amaron, y de ese amor nacieron los hijos, pero los hijos, al nacer, hacen que los padres se comprometan más en esa relación.

Vaya si entendemos este misterio. Te aconsejo que no trates de entenderlo del todo con la cabeza, la mente, la razón. La mejor forma de comenzar a estudiar y entender ese misterio es con el corazón. Así el camino es más corto y la satisfacción más larga y duradera. El Espíritu nos da la inteligencia para comprender el amor de Dios y el nuestro.

Preces de los fieles

El que preside: Padre Santo te presentamos nuestras súplicas por medio de tu Hijo con la inspiración del Espíritu Santo diciéndote: Que vivamos en comunión contigo y entre nosotros.

- Por la Iglesia, para que siempre crezca como comunidad de amor y sea fiel reflejo de la Trinidad Santa. Roguemos.

- Por los gobernantes y autoridades que dirigen los destinos de nuestra nación, para que impulsen la unidad de sus pueblos en la justicia y la verdad. Roguemos al Señor

- Por todos los trabajan por el reino, ministros, catequistas, religiosos y religiosas, animadores de pequeñas comunidades y laicos comprometidos, para que su colaboración sea una ofrenda de amor. Roguemos al Señor.

- Por todas las familias dominicanas, para que sus vidas reflejen más claramente el tierno amor que Dios nos tienen y sean verdaderas comunidades de vida y de amor, reflejo de la Trinidad. Roguemos al Señor.

- Por los que están viviendo su fe en pequeñas comunidades, para que sean reflejo de la familia divina, Padre, Hijo y Espíritu Santo y puedan ser testimonio de vida cristiana para los hermanos. Roguemos al Señor.

- Por todas nuestras madres para que sean siempre expresión viva y sincera del amor del Dios Uno y Trino. Roguemos.

- Por nosotros, congregados en comunidad, para que compartamos esta hermandad y vivamos en fraternidad con los que nos rodean. Roguemos al Señor.

El que preside: Escucha Dios Uno y Trino nuestras súplicas; llénanos del amor que se da en tu interior que nos lleve a amarte a Ti y entre nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor.

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Lunes Verde

Primera Lectura: Eclesiástico 17, 20-28A los que se arrepienten Dios los deja volver y reanima a los que pierden

la paciencia. Vuelve al Señor, abandona el pecado, suplica en su presencia y disminuye tus faltas; retorna al Altísimo, aléjate de la injusticia y detesta de corazón la idolatría. En el Abismo, ¿quién alaba al Señor, como los vivos, que le dan gracias? El muerto, como si no existiera, deja de alabarlo, el que está vivo y sano alaba al Señor. ¡Qué grande es la misericordia del Señor, y su perdón para los que vuelven a él!

Salmo Responsorial: 31 “Alégrense, justos, y gocen con el Señor”.Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su

pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. R.Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: «Confesaré

al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R.Por eso, que todo fiel te suplique en el momento de la desgracia: la crecida

de las aguas caudalosas no lo alcanzará. R.Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de

liberación. R.

Evangelio: Marcos 10, 17-27En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se

arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.» Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»

Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»

A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!» Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por todo el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»

Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?» Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»

Meditación

No basta cumplir los sacramentos o tener la fe necesaria puesto que solo entraremos al reino de Dios gracias a su abundante misericordia. Dios

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nos ha creado sin nosotros, pero no ha querido salvarnos sin nosotros (san. Agustín), la acogida de su misericordia exige de nosotros la confesión de nuestras faltas. ¨si decimos: no tenemos pecado¨, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia (CIC 1847).

Como dice la primera lectura: “a los que se arrepienten les concede que vuelvan, anima a los que se descorazonaron. Conviértete al Señor y renuncia al pecado, rézale y disminuye tus ofensas” (Siracides 17, 24-25). En el evangelio también se destaca la gran misericordia de Dios para con nosotros en la escena del encuentro del joven rico con Jesús en el cual se ve que los apegos materiales nos impiden seguir a Jesús completamente e incluso nos podemos ver reflejados en el joven por nuestra constante lucha entre seguir el camino del Señor y los afanes del diario vivir y la preocupación económica, social, etc.

Nos tronchan el camino y se nos hace prácticamente imposible seguirle totalmente, pero su misericordia es tan grande que a pesar de nuestros continuos fracasos el nos perdona y nos acoge, ya que Dios le agrada que nos esforcemos en buscarle aunque fallemos y por ello, aunque caigamos debemos levantarnos.

Dijo una vez el escritor Paulo Cohelo: “el secreto de la vida está en caerse siete veces y levantarse ocho.” La vida tiene secreto muy bueno para nosotros, pero también nos sorprende con desagradables imprevistos. La perseverancia del hombre no debe ser simplemente un soportar sin sentido, sino un luchar con ideales, confianza e inteligencia. Sabemos la presencia del fracaso, pero más sabemos del poder que recibimos al confiar en Dios. Ni tú ni yo debemos ser la excepción en esta lucha humana hacia la santidad.

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Martes Verde

Primera lectura: Eclesiástico 35, 1-15El que observa la ley hace una buena ofrenda, el que guarda los

mandamientos ofrece sacrificio de acción de gracias; el que hace favores ofrenda flor de harina, el que da limosna ofrece sacrificio de alabanza. Apartarse del mal es agradable a Dios, apartarse de la injusticia es expiación. No te presentes a Dios con las manos vacías; esto es lo que pide la ley. La ofrenda del justo enriquece el altar, y su aroma llega hasta el Altísimo. El sacrificio del justo es aceptado, su ofrenda memorial no se olvidará. Honra al Señor con generosidad y no seas mezquino en tus ofrendas; cuando ofreces, pon buena cara, y paga de buena gana los diezmos. Da al Altísimo como él te dio: generosamente, según tus posibilidades, porque el Señor sabe pagar y te dará siete veces más. No lo sobornes, porque no lo acepta, no confíes en sacrificios injustos; porque es un Dios justo, que no puede ser parcial.

Salmo Responsorial: 49“Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios”

Congréguenme a mis fieles, que sellaron mi pacto con un sacrificio. Proclame el cielo su justicia; Dios en persona va a juzgar. R.

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«Escucha, pueblo mío, que voy a hablarte; Israel, voy a dar testimonio contra ti; yo, Dios, tu Dios. No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí.» R.

«Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, cumple tus votos al Altísimo. El que me ofrece acción de gracias, ése me honra; al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.» R.

Evangelio: Marcos 10, 28-31En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya ves que nosotros lo

hemos dejado todo y te hemos seguido.» Jesús dijo: «Les aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más –casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones–, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros.»

Meditación

Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad. Todos son llamados a la santidad: “sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48) (CIC 2013).

Para lograr esta perfección debemos explotar nuestros carismas tengamos la edad que tengamos o en la situación que nos encontremos, pues nadie es tan pobre que no tenga nada para dar ni nadie lo suficiente rico para no necesitar, por lo tanto debemos utilizar en conjunto nuestros dones y carismas junto con herramientas como son la adoración, oración y caridad para los demás.

El evangelio nos recuerda la promesa hecha para todos los que dejan todo por seguir a Jesús incluso lo más importante en la vida de un ser humano, su familia, ya que esta última se le multiplicara inmensamente en esta vida y de recompensa la vida eterna; lo cual muchas veces, hemos palpado el cumplimiento de esta promesa en nuestro misionar y en otros ministerios de la iglesia que exigen el sacrificio del tiempo familiar y social, ya que Cristo es el centro de toda vida cristiana. El vínculo con él ocupa el primer lugar entre todos los demás vínculos, familiares o sociales (CIC 1618).

El mundo, la sociedad, la familia, la persona y lo que ella administra son simplemente medios para llegar a lo perfecto, a la finalidad. Dejarlo todo no es despreciar, botar o ignorar. Es más bien, ubicar las cosas en su justo lugar. La voluntad de Dios está primero, la nuestra le sigue. Cuando hacemos esto descubrimos y nos damos cuenta que no habíamos valorado realmente las cosas como eran, y que ahora conocemos el incalculable valor de todo lo que Dios nos ha dado para encontrarlo a Él.

La opción por Dios y su proyecto de salvación nos abre los sentidos y el corazón para percibir y amar con autenticidad. Para dar, no nuestro amor, que a veces es tan mezquino, sino para dar el mismo amor que hemos recibido de Él cuando nos llamó. El amor por Dios no es un repudio a las

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cosas ni las personas, es más bien una integración de fe, vida y acción, coordinadas para redescubrir mi compromiso de amor a Dios y al prójimo.

Es un bella oportunidad para que tú y yo reflexionemos como bautizados. Tenemos ese compromiso, esta tarea. Desde nuestro ser más profundo nace ese deseo de buscar, elegir y optar por Dios, y eso lo ha inscrito él mismo en nuestros corazones. Oremos para no defraudar a nuestro Señor y Salvador.

29

Miércoles Verde

Primera lectura: Eclesiástico 36, 1-2a. 5-6. 13-19Sálvanos, Dios del universo, infunde tu terror a todas las naciones,

para que sepan, como nosotros lo sabemos, que no hay Dios fuera de ti. Renueva los prodigios, repite los portentos. Reúne a todas las tribus de Jacob y dales su heredad como antiguamente. Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre, de Israel, a quien nombraste tu primogénito; ten compasión de tu ciudad santa, de Jerusalén, lugar de tu reposo. Llena a Sión de tu majestad, y al templo, de tu gloria. Da una prueba de tus obras antiguas, cumple las profecías por el honor de tu nombre, recompensa a los que esperan en ti y saca veraces a tus profetas, escucha la súplica de tus siervos, por amor a tu pueblo, y reconozcan los confines del orbe que tú eres Dios eterno.

Salmo Responsorial: 78“Muéstranos, Señor, la luz de tu misericordia”

No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; que tu compasión nos alcance pronto, pues estamos agotados. R.

Socórrenos, Dios, salvador nuestro, por el honor de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados a causa de tu nombre. R.

Llegue a tu presencia el gemido del cautivo: con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte. R.

Mientras, nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre, contaremos tus alabanzas de generación en generación. R.

Evangelio: Marcos 10, 32-45En aquel tiempo, los discípulos iban subiendo camino de Jerusalén, y Jesús se

les adelantaba; los discípulos se extrañaban, y los que seguían iban asustados. Él tomó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: «Miren, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.»

Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.» Les preguntó: «¿Qué quieren que haga por ustedes?»

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Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» Jesús replicó: «No saben lo que piden, ¿son capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizarse con el bautismo con que yo me voy a bautizar?» Contestaron: «Lo somos.»

Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberán y se bautizarán con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo; está ya reservado.»

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Saben que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Ustedes nada de eso: el que quiera ser grande, sea el servidor de los demás; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»

Meditación

Hoy la lectura tomada de Siracides nos muestra cómo se realiza una oración en la que pedimos perdón. Es el comienzo de una oración justa y pura. La humildad confiada nos devuelve a la luz de la comunión con el Padre y el Hijo Jesucristo, y de los unos con los otros: entonces cuanto pidamos lo recibimos del El. (CIC 2631)

También podemos ver el mensaje que Dios nos deja a todos los que formamos parte en los distintos ministerios de la iglesia, para que comprendamos que él nos llama al servicio desinteresado y a evitar reconocimientos o puestos distintivos, ya que el servidor que represente a Cristo debe ser el último en ser reconocido y el primero en servir. Como lo describe el CIC (1551): el ejercicio de esta autoridad debe, por tanto, medirse según el modelo de Cristo, que por amor se hizo el último y el servidor de todos.

Es una explicación bastante clara sobre esto: “Los seglares también pueden sentirse llamados o ser llamados a colaborar con sus pastores en el servicio de la comunidad eclesial, para el crecimiento y la vida de ésta, ejerciendo ministerios muy diversos según la gracia y los carismas que el Señor quiera concederles” (EN 73).

Todos somos llamados a esta comunicación con Dios. Encuentro este que se da en el compromiso externo e interno. Ora et labora, decía san Benito. Hoy nos urge esta disciplina espiritual. ¡Qué bello y precioso fuera que como cristianos pudiéramos tornear en nuestro diario vivir lo que somos con lo que Dios quiere de nosotros. Orar es el camino perfecto para llegar a esa sinfonía de actitudes y disposición ante el Señor y de servicio frente al prójimo.

Es propicio el momento para orar por esta gracia, para que el Señor nos conceda vivir acondicionados por su amor. Poner a Dios en el centro de nuestro corazón. Él hace maravillas, milagros a través de ese diálogo sencillo y sincero con Dios. Así mismo, pedir a nuestra Madre Santísima que nos acompañe y nos proteja, que sea nuestra maestra en la oración y el encuentro con Jesús.

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30 Solemnidad: Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Jueves Blanco

Eucaristía, sacramento de nuestra fe

Orientaciones para la Celebración:Se puede adornar con espigas, uvas, pan y

vino. Se puede organizar una procesión con el Santísimo Sacramento alrededor de la Iglesia o dentro de ella. Cantos Eucarísticos: Por un pedazo de pan, Te conocimos, Señor, al partir el pan; Cristo que se da. Siempre nos ama el Señor.

Monición ambiental:Queridos hermanas y hermanos: Hoy celebramos la importante y tradicional

fiesta cristiana el Corpus Christi, el Cuerpo y la Sangre de Cristo en este Año de la fe, dedicado a profesar, anunciar, celebrar y testimoniar nuestra fe viviendo en el amor fraterno.

En esta fiesta, celebramos a Jesucristo presente en la Eucaristía, Sacramento de nuestra Fe, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad y cumplimos su mandato para todas las generaciones cristianas que él nos dejó con estas palabras: “Hagan esto en memoria mía”.

Hoy resaltamos la Eucaristía como banquete o comida fraternal que nos compromete a testimoniar nuestra fe en la caridad compartiendo nuestro alimento material, ya que a Jesús lo reconocemos al partir el pan y El nos reconoce al partir el pan.

Llenos de fe y alegres de haber sido invitados a la mesa del Señor lo recibimos a El que llega a presidir nuestra Celebración a través de su ministro.

Primera lectura: Génesis 14, 18-20Melquisedec, ofrece pan y vino al Dios Altísimo, como figura anticipada

del nuevo y verdadero sacerdote, Jesucristo y del nuevo sacrificio agradable a Dios, que es la muerte y resurrección de Jesús que celebramos en cada Eucaristía, Sacramento de nuestra fe.

Lectura del Libro del GénesisEn aquellos días, Melquisedec, rey de Salen, sacerdote del Dios altísimo,

sacó pan y vino y bendijo a Abrán, diciendo: "Bendito sea Abrán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos.

"Y Abrán le dio un décimo de cada cosa. Palabra de Dios.

Salmo responsorial: 109“Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec”.

Oráculo del Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies." R.

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Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. R.

"Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora." R.

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: "Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec." R.

Segunda Lectura: 1Corintios 11, 23-26San Pablo da testimonio de la tradición que recibió acerca de la Eucaristía,

con la que hacemos memoria de su muerte y resurrección hasta que el vuelva. Por medio del Espíritu Santo Jesús sigue entregándose y salvándonos en cada Eucaristía.

Lectura de la Primera carta del apóstol San Pablo a los CorintiosHermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a

mi vez les he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía."

Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; hagan esto cada vez que lo beban, en memoria mía." Por eso, cada vez que coman de este pan y beban del cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios.

Aleluya Juan 6, 51Yo soy el Pan vivo que ha bajado del cielo, -dice el Señor-;

El que coma de este pan vivirá para siempre.

Evangelio: Lucas 9, 11b-17Jesús responde a la preocupación de sus discípulos para saciar el hambre

la gente invitándoles a que ellos les dieran de comer. Hoy, también nos llama a la fracción del pan que es la Eucaristía, que lleva a un compartir fraterno y generoso de lo que somos y tenemos con nuestros hermanos más débiles y necesitados y así testimoniar la fe en la caridad.

Lectura del santo evangelio según san Lucas En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó

a los que lo necesitaban. Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: "Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado."

Él les contestó: "Denles ustedes de comer. "Ellos replicaron: "No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío. "Porque eran unos cinco mil hombres.

Jesús dijo a sus discípulos: "Díganles que se echen en grupos de unos cincuenta. "Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos. Palabra del Señor.

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Meditación

Corpus Christi significa el Cuerpo de Cristo. Esa es la presentación que nos hace el sacerdote antes de poner el Pan Consagrado en nuestras manos o la boca. A esa expresión damos una respuesta de fe: AMÉN, o sea, “creo que ese pequeño trozo de pan es la carne de Cristo, mi alimento espiritual.

Este día lo conectamos directamente con el jueves Santo, día de la institución de la Eucaristía y del Sacerdocio. Día en que el mismo Cristo dijo: “esto es mi cuerpo”. Así mismo recordamos este día como el día en que Cristo se entrega por amor y obediencia; día en que hace una Alianza Nueva y Eterna con su Nuevo Pueblo. Hoy es, definitivamente, un día eucarístico. Día de contemplación de Cristo, presente en un sencillo pedazo de pan.

Hoy recordamos esa palabra de Jesús: “Hagan esto en memoria mía.” Y por eso celebramos con profunda solemnidad este día. Andamos detrás y delante de Jesús sacramentado adorándolo, contemplándolo, mirándolo y hasta estando con Él en la Mesa. Necesitamos esos momentos largos o cortos en la presencia de Jesús sacramentado. Para eso nos llamó, para que “estemos con Él”.

He escuchado el testimonio de muchas personas que lloran en el momento de la Comunión, porque por una razón u otra no pueden acercarse a este Sacramento. Así mismo admiramos el empeño y deseo de tantos niños, jóvenes y adultos preparándose para comulgar. Definitivamente esto envuelve un misterio muy profundo. Recordemos aquella santa que le preguntaban qué hacía tanto tiempo frente al sagrario, a lo que ella respondió: “nada, él me mira y yo lo miro.”

Hermano y hermana: todavía necesitamos conocer más sobre ese sacramento. En este tiempo en el que hay tantos grupos “evangelizando” existe una confusión sobre este sacramento. Son muchos los medios de enseñanza que tenemos para acercarnos al conocimiento de este santo sacramento.

No te dejes embaucar con palabrerías torpes, opiniones teñidas de ignorancia, y el rabioso deseo de que odies o ignores este sacramento. Los que hacen esto, saben muy bien que si no tienes a Jesús en el sacramento del altar, tu fe se disuelve en un activismo insípido. Busca el momento oportuno para adorar a Cristo, de modo que te encuentres con él, lo comulgues y te hagas casa del Señor. Son variadísimos los testimonios sobre la acción sanadora, milagrosa de esta presencia del Cuerpo de Cristo en el altar.

Oración de los Fieles

El que preside: Padre, al celebrar la Eucaristía, sacramento de nuestra fe, te imploramos diciendo: Alimenta nuestra fe con la Eucaristía.

Por la Iglesia: para que celebre con fe el sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo y se vea enriquecida con los dones del Espíritu Santo. Roguemos al Señor.

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Por Papa, Francisco Obispos, Sacerdotes, Diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas, para que alimentados por la Eucaristía sean instrumentos de comunión con Dios y con los hermanos en medio del pueblo. Roguemos al Señor.

Por los gobernantes, los políticos, los hombres de empresa, los dirigentes sindicales: y los que alzan su voz en la Sociedad Civil para que aúnen sus esfuerzos en la obtención de trabajo digno y pan para todos. Roguemos al Señor.

Por los más necesitados, por los enfermos, por aquellos que les falta el pan de cada día, para que la fiesta de Corpus Christi nos haga vivir en fraternidad siendo más solidarios con ellos. Roguemos al Señor.

Por las vocaciones sacerdotales, para que todas las comunidades se puedan reunir cada domingo para celebrar el memorial del Señor y alimentarse con el pan de la Eucaristía. Roguemos al Señor.

Por nosotros, para que alimentados por el pan de la palabra y del Cuerpo y la Sangre de Cristo, anunciemos con fuerza “creo en el Espíritu Santo” y vivamos con coherencia nuestra fe. Roguemos al Señor. El que preside: Padre, Tú que nos alimentas con la Palabra y con la Eucaristía escucha nuestras oraciones, que hoy te presentamos. Haz que en cada Eucaristía se exprese nuestra fe, la compartamos, la celebremos, la anunciemos y nos lleve a testimoniarla compartiendo el pan con los más pobres. Por Jesucristo.

31 Fiesta: La Visitación de la Virgen María

Martes Blanco

16º Aniversario de la Elección Episcopal de Mons. Amancio Escapa y Mons. Pablo Cedano Cedano, Obispos Auxiliares del

Arzobispo de Santo Domingo.8vo Aniversario de la Elección Episcopal de Mons. Julio César

Corniel Amaro, Obispo de la Diócesis de Puerto Plata

Primera lectura: Sofonías 3, 14-18Regocíjate, hija de Sión; grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo

corazón, Jerusalén. El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás. Aquel día dirán a Jerusalén: «No temas, Sión, no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta.» Apartaré de ti la amenaza, el oprobio que pesa sobre ti.

Salmo responsorial: 12

“Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel”El Señor es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y

mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Y sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación. R.

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Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es excelso. R.

Tañan para el Señor, que hizo proezas, anúncienlas a toda la tierra; griten jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.» R.

Evangelio: San Lucas 1, 39-56En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a

un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: « ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.» María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Meditación

En la primera lectura habla un Dios insertado en la realidad de los humildes. Son palabras que nos prefiguran a la Virgen María, cuando ésta cantó el Magníficat. El evangelio nos habla de los que celebramos hoy: la visita de María a su prima Isabel.

Esta visita no fue sólo de cortesía. A María no se le ocurrió irse a andar tan lejos, sólo por gusto. Ese encuentro entre Isabel y María fue teológico. Fue el encuentro de dos experiencias de un Dios para quien nada hay imposible. Fue el encuentro del Nuevo y el Antiguo Testamento. Juan es el último de los profetas, ese que recibió un saludo de su Salvador desde el vientre de su madre. María es ese puente teológico que Dios usa para hacernos encontrar con Jesucristo. Recuerdo la visita de María en la Boda de Caná. Ella provocó un salto de alegría en el grupo de invitados a la boda. Muchos de ellos ni se enteraron quién había sido la que indujo a este milagro.

La presencia de María en nuestra historia y nuestra cultura hace saltar de gozo el conocimiento de Cristo. Por Ella hemos conocido, muchos, a Jesús. Recuerdo que mi encuentro personal con el Señor fue a través de María. Mi madre me ponía a mí y mis hermanos con un rosario en la mano, para repetir una y otra vez las palabras del Ángel. Al principio

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no entendíamos nada, sólo lo hacíamos por obediencia. Con el tiempo esta experiencia se adhirió en nuestro interior como la hiedra. Así fuimos enamorándonos del Hijo de esta maravillosa Mujer: María.

Entendí que su visita inició en nuestro hogar, primero por medio de un cuadro, luego por el rosario, después en los conocimientos sobre ella, y en esa mezcla en el corazón mío y de tantos dominicanos y dominicanas.

Esta gran Mujer es y ha sido vilipendiada, acusada, ofendida por muchos. Pero ella cual inocente dama, en el silencio de su obra, responde con fuerza a los ataques baladíes de los que ignoran la obra monumental de nuestra Madre espiritual. Honremos con nuestro respeto y devoción a la que nos visita desde el corazón a todos sus hijos, para mostrarnos el camino: su Hijo, Jesús. Bendita seas, María. ¡Gracias por darnos a Jesús! Amén.

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