valles, carlos g - dinamica de las relaciones humanas

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dlles Rosotros^EUos Dinámica de las relaciones humanas SAN PABLO

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  • dlles

    R o s o t r o s ^ E U o s

    Dinmica de las relaciones

    humanas

    SAN PABLO

  • Coleccin

    SUPERACIN AUTOCONTROL

    Francisco Canova, 3a. ed. COMO ALCANZAR LA SUPERACIN Y El. XITO PERSONAL

    Hernando Duque - Rebeca Sierra, 4a. ed. DINMICA DEL XITO PERSONAL

    Juan Francisco Galio. 4a. ed. INVITACIN A CONVIVIR

    Tiberio Ijpez. 3a. ed. LA BELLEZA AL ALCANCE DE TODOS

    ItUmca Prez RELACIONES HUMANAS APLICADAS

    Juan Francisco Gallo. 7a. ed. SHl'RHTOS CASEROS DE NUESTRAS ABUELAS

    l'annen Cecilia Daz de Almeida. 2a. ed. URBANIDAD PARA HOY

    Vrdto Alejandro Garca YO TU NOSOTROS-KI.IX1S

    ( 111/..1 II Vall

    Carlos G. Valles

    Yo-t nos otros-ellos Dinmica de las relaciones

    humanas

    SAN PABLO

  • Cario Gonzlez Valles naci en Espaa en 1925, ingres en la Compaa
  • Yo-T Nosotros-EUos

    Dinmica de relaciones humanas * Esta sesin es de suma importancia. Me encanta porque

    se van ajusfando los elementos del alma y se va poniendo CMI marcha esta maquinaria compuesta por el cuerpo y alma que llevamos dentro y las ideas y los sentimientos que nos pueden ayudar tanto.

    Es importante empezar de esta manera. Me fascina llamarlo as, porque son palabras que utilizo desde joven, como mi querido y santo padre Ignacio, pues soy jesuta, humildemente, por la gracia de Dios. Hice mi noviciado de Loyola formado, grabado por la herencia ignaciana, su santa casa madre, en aquellos aos benditos que tanto me han enseado en la vida. El pone una serie de condiciones para la persona que desea, de alguna manera, recogerse. La ms bella es la quinta, dice que la persona que viene ha de hacerlo con gran nimo y generosidad, abrir el alma, abrir las puertas, venir a gusto.

    Dejar a Dios ser Dios Voy a contarles un pequeo incidente de Tony de Mello,

    a quienes todos conocen y veneran. Una vez una monja que no era cristiana, de familia y religin Parsi, llamados de mala

    * Esta Conferencia fue realizada por el P. Carlos G. Valles durante los das 15, 16 y 17 de octubre de 1993 en Tenjo (Cund.).

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  • fe, adoradores del fuego, la religin de Zoroastro y Zaratustra, muy interesante, a quien conozco muy bien. Esta monja, aunque perteneca a una familia parsi, se educ con las monjas del Sagrado Corazn en Bombay y se convirti al cristianismo, lo cual arm un revuelo tremendo en su comuni-dad, porque se supone que los parsis no pueden cambiar de religin, pero ella saba lo que haca, puesto que era mayor de edad. No slo se convirti, despus ingres como religiosa al mismo convento y como si esto fuera poco, es una persona muy entregada, representativa, muy conocida en la India. Tiene su propia institucin, ideal para poner en prctica estas nuevas ideas de fusin entre oriente-occidente, hinduismo-cristianismo. Ella tena una comunicacin muy asidua y de muchos aos con Tony. Un da le confi una duda, a la cual Tony le dio como respuesta un "s". Entonces ella le dijo, hace unos diez aos, le propuse a mi director espiritual, la misma consulta y me dijo todo lo contrario. Tony exclam: quin era ese imbcil!, y ella replic: t. Me entienden?. Es sencillo y bien natural, me dicen tantas veces: Carlos, t afirmas en tal libro... S, pero la fecha de ese libro es antigua. Permtanme cambiar, evolucionar a cada momento, de ah este inters; querer reducir ese esperar, cuanto menos mejor y si lo tienen, me encargar poco a poco, de que cada vez sea menos para poder vivir esa apertura, sentirse a gusto. Adems el Seor trabaja de una manera tan bella, dejadle trabajar a El, cuanto menos expectativas mejor, El sabe cmo va a venir. En mi libro "Dejar a Dios ser Dios" hablo de eso precisamente. No permitimos, sabemos tanta filosofa, teologa. Hay laicos conlprometidos que hablan ms de teologa que cualquier cura. Es pasmoso lo que saben, hasta derecho cannico que a nosotros se nos ha olvidado ya. Lo saben todo tan bien que ya saben hasta de Dios, que es el colmo. Saben como se va a portar Dios y Jo que El va a decidir.

    Bien, llam a mi libro "Dejar a Dios ser Dios", no sin razn. Dejarlo, que El se acerque a su manera, que El venga como quiera, que El rompa moldes, gran principio de vida espiritual, material, gastronmica, familiar y de todo lo

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    habido y por haber, romper moldes, dejar los que hacen falta, pero tenerlos para romperlos. Da gran satisfaccin haberlos tenido y continuar toda la vida con disposicin, apertura, inters, deseo. Eso s, santo deseo, bien entendido, para dedicar el tiempo necesario.

    Deseo contarles una pequea historia que tengo en alguno de mis otros libros. Me lleg, como las cosas sencillas que llegan al alma. Un gran predicador hind, el Pandit Athavaleyi, conocido en toda la India y fuera de la India tambin, porque ha organizado estudios del Gita en plan moderno, antiguo, exegtico y prctico, me cont esta ancdota. El viajaba en tren por el norte de la India, bastante desrtico, donde no se encuentra nada en las estaciones del tren, excepto un muchacho que vende agua en un cntaro. Lo sirve en unos pocilios de barro, de ventanilla en ventanilla, cuando el tren ha detenido la marcha. Se agradece mucho, en el calor de la India. Naturalmente cobra por ese pequeo servicio.

    Me contaba el Pandit, como lo llamamos en la vida espi-ritual, que una vez, viajando por aquellas estaciones, lleg el tren a una de ellas, se acerc el muchacho de turno, medio desnudo por el calor, con su cntaro. Yo tena como compa-ero de viaje a un seor mayor, bastante gordo. Al aparecer el muchacho, lo llam y le pidi agua. El muchacho se acerc y el hombre le pregunt desde la ventanilla, cunto cuesta el vaso de agua. El muchacho le dijo, cincuenta cntimos de rupia y el seor del tren le dijo, te doy treinta. Regatear, como dicen en Espaa, es pedir rebaja al precio. El nio dice cincuenta y l le dice treinta. Entonces el muchacho sin decir nada, dignamente pas a la siguiente ventanilla para ofrecer el agua a otros. El seor le grit, yo te llam primero y el joven, con toda sencillez, adems, lo bello que es un muchacho medio desnudo, sin la cultura del hombre del tren, cuyo nico trabajo es vender agua en la estacin, se acerca y le dice, seor yo a usted no le vendo agua, porque usted no tiene sed, si tuviera sed no regateara el precio y se march. Poderosa razn para no venderle agua.

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  • Una leccin muy hermosa, para haberla aprendido de pasada en una de esas estaciones del tren en el norte de la India. El maestro la anot para contarla, para comunicar, como yo quiero comunicarla ahora: "bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia", justicia es todo, justicia es el reino de Dios, justicia es abrirnos el alma, justicia es Dios mismo, bienaventurados los que tienen sed.

    Gran condicin es el deseo, abrirse, querer. El que no tiene sed, regatea y como deca un gran maestro de la vida espiritual, el padre Lagrange: "nos pasamos toda la vida regateando con Dios", un poquito menos, despus, esprate, negociando, como la oracin de San Agustn, "si Seor hazme puro y casto, pero todava no, espera un poquito". Est en las Confesiones, en latn, bellsimamente, es la oracin que l le haca a Dios: "hazme puro, pero por ahora no, la estoy pasan-do muy bien, espera un poquito". Menos mal que Dios oy la primera parte de su oracin y la segunda no. Saber escoger tambin, esa gran postura que nos abre el alma. Sentirnos, literalmente, llamados por Dios. El nos une por esos caminos suyos, va arreglando, proponiendo, dirigiendo y es as como nos encontramos abiertos y dispuestos a aprender algo en la vida, de esa gracia que Dios nos est dando a puados.

    Lo divino lo conocemos a travs de lo humano Hace unos aos di un curso sobre Relaciones Humanas en

    cierta ciudad espaola. Cuando cuento mis experiencias, lo hago con toda el alma y con cario, aunque sean criticadas. Amo a todos los que han hecho esto. Un compaero, hermano en la compaa de Jess, sacerdote jesuta, en la ciudad donde iba a dar el curso de relaciones humanas, pregunt, de qu va a hablar el padre Carlos Valles este ao, para decidir si asista o no. Alguien le dijo, relaciones humanas, relaciones humanas? A m me interesan las relaciones divinas, solamente, y no apareci nunca. Bien, pero lo divino lo conocemos a travs de lo humano, evidentemente.

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    Las relaciones humanas son de tal inters, porque mientras estamos tratando de relaciones humanas, lo hacemos con las relaciones divinas. La manera de relacionarnos con otros nos lleva a la manera de relacionarnos con Dios; aprender a orar todo el tiempo; purificar la vida entera tal y como llega; abrirnos a este realismo de las relaciones humanas que es lo que nos forma. Lo que nos talla en la vida, como el cincel a una estatua, son las relaciones humanas, el roce, el vivir juntos, la familia, marido y mujer, padres e hijos, hermanos, compaeros, sociedad, comunidad para los que vivimos en comunidades religiosas. Eso es lo que nos educa fundamental-mente, como personas. De ah viene la importancia tan enor-me, lo que literalmente nos talla, nos hace ser lo que somos: conocer la vida para conocernos nosotros mismos; para sa-bernos, para penetrar, para comprender el porqu de nuestras reacciones; aprender cmo nos hemos ido formando, cmo nos relacionamos con los dems; cmo nos vemos nosotros mismos y entonces comprenderemos muchsimo mejor la manera, la forma, la pauta de nuestra propia conducta.

    Jess tena relaciones humanas bien marcadas. Juan, aquel a quien el Seor amaba. Si cada uno de nosotros pudiera decir eso mismo, de veras y con cario, sin quitarle nada a nadie: yo soy aquel a quien Jess ama. Lzaro, su amigo especial por quien El llor cuando muri; la familia donde El descansaba porque se encontraba a gusto con ellos. Jess tena sentimientos, Jess se impacientaba con sus discpulos, porque no entendan las parbolas, tan sencillas, que El narraba. Jess se enojaba con aquellas turbas que no lo comprendan y las llam con aquella dura frase: "generacin adltera". Puede ser que en la traduccin se pierda un poco, pero entienden lo que quiere decir: "bastardos". Es la palabra ms fuerte que tenemos en el lenguaje y Jess la dijo a sus contemporneos. Sus sentimientos eran fuertes. Los mercaderes del templo hicieron enardecer a Jess. Este pasaje nos trae, desde el primer momento, tambin a Jess, al medio mismo de nuestra consideracin. Me inspir este pasaje para resaltar lo que quiero: sentimientos.

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  • A Jess lo haca persona, sus sentimientos El sentimiento de Jess, el corazn humano que reacciona

    ante diversas situaciones, la presencia de la palabra de Dios, literal, tal y como es, santifica.

    Cito el Evangelio de Lucas, captulo siete, versculo treinta y seis, muy conocido, pero lo cito, ya sabrn porqu: "un fariseo le rog que comiera con El y entrando a la casa del fariseo se puso a la mesa. Haba en la ciudad una mujer, pecadora pblica que, al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llev un frasco de alabastro de perfume y ponindose detrs a los pies de El, comenz a llorar y con sus lgrimas le mojaba los pies y con sus cabellos se los secaba, besaba sus pies y los unga con el perfume. Al verlo el fariseo que lo haba invitado, deca para sus adentros, si ste fuera profeta sabra quin y qu clase de mujer es la que lo est tocando, es pecadora. Jess le respondi, Simn tengo algo que decirte, l dijo, di maestro, un acreedor tena dos deudores, uno le deba quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenan con qu pagarle perdon a los dos; quin le amar ms?, respondi Simn, supongo que aquel a quien perdon ms. El le dijo has juzgado bien y volvindose hacia la mujer, dijo a Simn, Ves a esta mujer? Entr en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lgrimas y los ha secado con sus cabellos. No me diste el beso. Ella, desde que entr, no ha cesado de besarme los pies. No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume. Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra. Y le dijo a ella: tus pecados quedan perdonados. Los comensales comenzaron a decir para s: quin es ste qu perdona los pecados? pero l dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado. Vete en paz

    La palabra de Dios trae siempre una inmensa paz al alma. Por qu he citado en toda su extensin este pasaje? Porque

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    nos descubre de una manera muy curiosa los sentimientos de Jess. Imaginmonos, por un momento, que Jess hubiese aceptado la invitacin de Simn y que no se hubiese presen-tado esta mujer a lavarle los pies a Jess, que el episodio de esta pecadora no hubiera tenido lugar. Jess hubiera tomado el almuerzo, se hubieran despedido cortsmente y Jess se hubiera marchado. No nos hubiramos enterado de que a Jess le doli tremendamente que este hombre no le ofreciera los signos de hospitalidad que son regla en el oriente, el beso de paz, el agua para los pies y el leo de ungir para los cabe-llos. Por cortesa, al invitarlo, era natural este ritual. El fariseo no lo hizo y Jess call; no dijo nada y si no hubiera sido por el episodio de la mujer no hubiera salido a relucir, pero cuan-do todo empieza, nos damos cuenta que a Jess no se le ha pasado nada por alto, a Jess le ha dolido todo, "no me diste el leo, no me besaste, no me diste agua para los pies"...; lo llevaba dentro, y no nos hubiramos enterado sino hubiese tenido lugar este episodio, pero gracias a que ha venido la mujer Jess habl y dijo una por una todas las omisiones de su anfitrin. Lo que quiero decir, es que el corazn de Jess siente tremendamente y todo su sentir se qued dentro de El. Educado como era, no iba a armar un escndalo, a protestar, pero le doli y en el momento oportuno dijo: no me has dado agua, no me has dado el leo, no me has ungido, no me has dado el beso de paz. Qu quiere decir con sto? Jess senta profundamente, a Jess lo haca persona humana, precisa-mente sus sentimientos.

    Las ideas no nos definen, los sentimientos s Las ideas por buenas que sean no nos definen. Nadie tiene

    ideas originales; nos copiamos unos a otros; algunos dicen: "yo creo en la democracia". Muy original, te lo has inventado t, verdad? Est muy bien que creas y la defiendas, que luches por ella, que mueras por ella si quieres, pero la idea es prestada, todas las ideas que tenemos son prestadas, es un hecho, ideas originales no tenemos. Lo s muy bien de los

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  • escritores, todos vivimos unos de otros; todo viene de lo que he odo; de lo que de una manera u otra ha llegado a mi mente y yo lo transformo, lo presento. Un par de ejemplos. La msica me encanta, pero noto que los grandes msicos, originales, son muy pocos, como los temas de las grandes sinfonas. Si oyen la sinfona Linz, el primer motivo, que es el muy conocido y repetido Aleluya de Haendel, Mozart lo toma con todo descaro y tranquilidad para comenzar su sinfona Linz. El motivo de la clebre primera sinfona de Brahms, es la novena de Beethoven. La copi con toda frescura. Los unos se copian de los otros y se repiten ellos mismos. De Vivaldi se conservan ms de quinientos conciertos, y otro gran msico, Stravinski, deca con picarda Vivaldi no escribi quinientos conciertos, escribi quinientas veces el mismo concierto. Si se acuerdan de Vivaldi se darn cuenta que es verdad. Parece que est repitiendo siempre, divinamente pero repetido.

    Las ideas musicales son muy pocas, las ideas literarias lo mismo. Un chiste del gran narrador, el Multh Nasedurn, sabio turco y una gran figura, que enseaba el Corn mahome-tano, a base de chistes y la gente se quedaba con el chiste y no perciba el mensaje. En una poca se dedic a escribir obras de teatro y dramas. Escribi o, por lo menos, public con su nombre una obra demasiado conocida, Macbeth. Sus discpulos le dijeron: maestro tenga cuidado porque esta obra, la escribi antes un hombre llamado Shakespeare. Qu cosa ms curiosa, dice l, lo mismo me dijeron cuando escrib Hamlet.

    El maestro nos quiere decir con eso, que todos nos copiamos. No hay nada nuevo bajo el sol, nos repetimos de una manera o de otra, cambiamos la entonacin; aun as, fundamentalmente nos estamos repitiendo; mis ideas no me definen, mis sentimientos s. Yo soy yo, no por lo que pienso sino por lo que siento y esto es precisamente lo que nos hace salir a flote en las relaciones humanas; los sentimientos son lo que nos hace vivir. Los nueve meses que pas con Tony en Sdhana, una palabra bellsima, escogida muy bien para

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  • significar la vida, la entrega, todo el trabajo asceta de irse purificando para lograr, a travs del Sadhan, que es el medio, el Siddh, la misma raz, SDH es el fin, la totalidad, la meta a donde nos dirigimos. En estos nueve meses de Sdhana, cuando alguno de nosotros deca Tony yo pienso que ..., l no permita a la persona seguir hablando; no admita la expresin yo pienso que. Tenamos que decir yo siento que. Hacamos trampa, pues como sabamos que el yo pienso no vala, decamos el yo siento; por educacin estaba muy bien, pero l deca esto no sirve de nada. Usaba una frase que, en castellano no suena tan bien pero en ingls s: "loss your mind and come to your senses ", "pierde la cabeza y vuelve a tus sentidos". El la usaba como norma, como pauta fundamental para entendernos. Deja la cabeza y habla desde el estmago, que eso es lo que merece la pena. La cabeza es puro cerebro, no vas a ningn lado, no seas cerebral sino visceral, pues la viscera es lo que nos llena, lo que nos entra en contacto, lo que hay que manejar, lo que hemos olvidado, hasta en la misma vida espiritual.

    En las lenguas indias se da una cosa muy curiosa, no se puede traducir la palabra vida espiritual, gracias a Dios y bendita India, me comprenden? El pensamiento occidental, en eso yo soy indio, tiene la herencia griega de separar el alma del cuerpo, el cual se desprecia porque es mortal, es enemigo del alma. Los enemigos del alma son el mundo, el demonio y el cuerpo, la dicotoma que nos han inculcado para olvidar, mortificar, crucificar."Mortem faccio", signi-fica matar, asesinar. La palabra mortificacin quiere decir asesinato en latn y eso nos enseaban. Los sentimientos se sienten en el cuerpo, un sentimiento fuerte hace que las mejillas enrojezcan o por el contrario, hay palidez, temblor, pulso alborotado o la adrenalina sube; el sentimiento es algo psicosomtico, enteramente humano.

    Lo anterior enfoca de alguna manera el tema de las relaciones humanas. Esta verificacin del encuentro real de persona a persona prepara el encuentro fundamental con Dios que es la base de nuestras vidas. Tenemos tela por delante

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    para cortar, tenemos materia para entrar poco a poco, con suavidad y delicadeza, en el enfoque que considero muy vlido porque me ha hecho mucho bien. He sido una persona funda-mentalmente intelectual toda la vida, mi padre ingeniero de caminos me orient por las ciencias aunque me encantaban tambin las letras. Despus, tuve una formacin en un colegio alemn, con toda la rigidez de aquellos tiempos en que tena-mos mucho respeto por la disciplina, a nivel intelectual y despus, la misma rigidez en el noviciado de la compaa de Jess: las ciencias exactas. Todo en este terreno tan cuadricu-lado que no niego me ha hecho mucho bien en la vida. No re-niego del pasado pero, en realidad, me dejaba con la cuadrcula de la palpitacin autntica vaca del sentimiento humano. Aprender a vivir dentro de esa cuadrcula sin renegar de nada, pero permitiendo al sentimiento salir a flote; recobrando la totalidad humana es lo que me ha ayudado muchsimo ms.

    Somos llamados a una vocacin divina Un versculo de Jess en el Evangelio de San Juan, muy

    bello dice: "nadie puede venir a m, si mi Padre que me envi no lo ha trado". Quiero pensar de nosotros as: nadie puede venir a m, a l hemos venido, este venir es un paso ms en el camino de nuestra vida. Nadie puede venir, si mi Padre no lo trae, adems tiene una frase muy fuerte, casi quiere decir arrastrar, atraerlo literalmente, juntarlo, sentirnos trados por el Padre, sentirnos congregados por El, sentirnos llamados por esa vocacin divina que hemos ido formando paso a paso. La palabra vocacin se aplica, no slo al sacerdocio y a la vida religiosa, sino al matrimonio, a la sociedad, al nacimien-to, a la vida. Todo eso es un llamado, una vocacin de Dios. Nos sentimos llamados por el Padre que nos une para que vayamos verificando este deseo creativo, esta ilusin que Dios como padre tiene de nosotros; que demos al mximo las gracias que El nos ha concedido, que crezcamos como perso-nas en el contacto y en este roce de la comunicacin y con-vivencia.

    2. Yo, t, nosotros, ellos. 17

  • En la India cuentan aquella parbola del rey que invit a sus subditos y les dijo, maana abro las puertas del palacio, es el cumpleaos del rey y todo aquel que quiera recibir grano en abundancia, cuanto quiera llevarse. Se esparci el rumor, la noticia: "maana el rey distribuye grano gratis, todo el que queramos". Unos creyeron, otros no. Algunos fueron a ver slo por curiosidad. All estaban todos los graneros abiertos y distribuyendo todo lo que queran; cada uno poda llevarse segn su recipiente. Quien haba ido por curiosidad, slo pudo poner sus manos, llenar sus bolsillos y llevarse lo poco que caba en ellos. Quien haba llevado, medio escondido un cesto, poda llenarlo y quien lleg con las carretas ungidas de bueyes, pues haba credo en la palabra del rey, llev grano para todo el ao. Parbola como tantas, que dice mucho; cada uno saca lo que est dispuesto a llevar, lo que merece. Una parbola ms moderna si quieren, cada uno saca del banco tanto dinero cuanto ahorra ms el inters. El que ahorra buen capital recibe buen inters.

    Esta pequea ancdota la o contar de uno de los cient-ficos que lleg a ser muy conocido en su campo de investi-gacin y a quien le hicieron la inevitable pregunta que se ha-ce a toda persona que, de alguna manera, tiene xito en la vida.A qu debe usted su xito? El dijo, yo debo mi xito a algo que mi mam me preguntaba todos los das cuando, siendo nio, volva del colegio por la tarde. Las mamas de los nios que llegan del colegio, despus de haber pasado todo el da all, le preguntan cmo te fue? cmo has pasado el da? En algunos colegios donde dan la comida, qu te dieron de comer hoy?, qu te han preguntado en clase?, cmo quedaste en clase? Este cientfico, en cambio, cuenta que su mam le haca una pregunta ligeramente distinta; una marca de estas puede quedar para toda la vida, la mejor peda-goga es la madre: hijo mo qu preguntaste en clase hoy?. No qu te preguntaron a ti sino qu preguntaste t. El nio saba que al volver a casa su mam le iba a hacer esa pregunta, y eso lo mantena alerta en clase durante el da. En las diversas asignaturas preguntaba algo bueno para poder decir a mam, pregunt esto y que ella dijera: buena pregunta,

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    inteligente. Aquella tendencia que su mam le inculc de pe-queo, lo despert, le hizo tomar parte activa y sta es lo que cambia. Como profesor durante toda la vida, s con seguridad que no es lo que enseo sino lo que el estudiante recibe como lo ms importante y l recibe de acuerdo a lo activo que sea.

    La gran diferencia pedaggica, entre recibir y emitir, consiste en que recibir es una gran educacin, sin duda y la mayor parte de sta, es escuchar. Los escolsticos decan, "Auditus est sensus docibiles", el sentido de la educacin es el odo. En aquellos tiempos no tenan videos y dems, pero no haca falta porque la educacin se reciba por el odo. Recibir es valioso, pero mi educacin y mi experiencia me ensean que si el recibir no se perfecciona y se conjuga con el expresar queda incompleto. Me ha ocurrido mil veces, no exagero, en mi carrera como profesor de matemticas, con un muchacho o muchacha listos, de los mejores en clase. Explico un teorema y le digo, entendiste? Me dice s, y es verdad, no miente. Hago la prueba, vamos a ver papel y lpiz, reproduce el teorema, y no le sale. Lo ha entendido, pero cuando intenta hacerlo no puede. Me pasaba al principio cuando preparaba mis clases. Este teorema lo s muy bien. Llegaba al pizarrn y me quedaba a mitad del camino.Yo he pasado por todo, s muy bien lo que es eso, desde entonces no he ido nunca a una sola clase de matemticas sin haber reproducido de antemano, todo lo que iba a hacer all, comprenden la diferencia? Expresando es como realmente me formo, recibir y expresar, ida y vuelta, es el gran camino.

    Te quiero te odio

    No soy psiclogo de profesin, soy sacerdote y matemtico pero, recientemente, he tenido que leer, por necesidad, una gran cantidad de psicologa. Al empezar a tratar con la gente tena una gran laguna, a nosotros no se nos permita ni pronunciar el nombre de Freud, absolutamente, censura total. Ahora he tomado revancha, me he ledo todas sus obras, no hay quien me lo impida; adems las he disfrutado. No conoca

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  • su gran obra sobre el psicoanlisis, la psicologa de la vida diaria es una maravilla; tiene un libro muy divertido sobre chistes y uno acerca de la interpretacin de los sueos que conocern mejor que yo. Siento gran alegra por haberlo descubierto, ya mayor y conocer la verdad de todo esto; me ayuda y me interesa. Leyendo, los psiclogos de hoy y de ayer, he recordado una expresin que se usa mucho en ingls "love-hat"; en castellano sera el tener una relacin de amor-odio con esta u otra persona. Mucho cario, mucho inters y de repente un rechazo, amor y odio: los dos grandes polos, extremos opuestos, querer con toda el alma y odiar que es una palabra muy fuerte, la peor, lo ms anticristiano que existe y, sin embargo, nos dicen estos psiclogos, conviene or bien. Despus veremos lo que nosotros queremos asimilar; nos hablan de relaciones amor-odio; te quiero te odio, dos opuestos en uno. Me atrajo el hecho de que sean opuestos, porque s muy bien que la verdad se compone de opuestos.

    La verdad no son teoremas matemticos ni esquemas o frmulas fciles. La verdad es contraste, friccin, tensin. La verdad dijo el gran telogo Nicols de Cusa, consiste en la "coincidencia de los opuestos", como el dogma cristiano: Dios, trino y uno, parece que tres y uno en matemticas no van, pero en lo divino s. En esa tensin divina est la base de nuestra fe, la Trinidad, tensin Jess, Dios y hombre; buenos polos, buenos extremos y coinciden en la persona nica, divina querida, amiga y adorada de Jess, para nosotros. La Eucarista en mis manos humildes e indignas de sacerdote; ese pan que se hace cuerpo, un pan que puedo palpar y sentir que es el cuerpo vivo de Cristo Resucitado; opuestos que se unen en la vida; esa es precisamente la vida y la verdad. Cuando escuch por primera vez el concepto de amor-odio, me sorprendi.y al mismo tiempo me atrajo. Cuando los psiclogos dicen que hay algunas relaciones de amor-odio, las extiendo a todas las relaciones humanas, absolutamente a todas, sin excepcin ninguna que conozca, piense o espere conocer.

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    Todas nuestras relaciones humanas son de amor-odio. Esto parece fuerte porque hay gente que no lo espera. Por Dios quiero con toda mi alma a mi hijo, a mi familia, a mi amigo. Sin embargo, todas las relaciones llevan esta mezcla de amor y odio; somos mezcla por definicin; no hay nada qumicamente puro, ni en la naturaleza, ni en la vida ni en el corazn del hombre y la mujer. Todo es una mezcla y stas se repelen entre s un poco. Lo qumicamente puro es fcil pero la mezcla es la realidad y as son todas nuestras relacio-nes, lo cual es de una importancia enorme. No reside este hecho en hablar de un caso que puede suceder en abstracto. Es la vida nuestra concreta y diaria, todas nuestras experien-cias, todas nuestras amistades ms ntimas, nuestras relacio-nes ms puras tienen esta mezcla del te quiero te odio. Lo veremos en seguida bien claro.

    En principio, notamos un poco de resistencia a lo que acabo de decir sobre la mezcla, no nos gusta; nos gusta tenerlo todo claro y luego por esta palabra tan fuerte: odio. Una vez me interrumpieron cuando empezaba a hablar de este tema. Me dijeron, Carlos, t eres cristiano, eres sacerdote, cmo puedes mencionar la palabra odio; sta no entra en nuestro declogo ni en nuestra espiritualidad. En otra ocasin, cuando hablaba del mismo tema, dos seoras mayores se pusieron a rezar el rosario delante de m, como para ahuyentar al demonio.

    Con mucho cario, voy a contar el caso de una nia a quien conozco muy bien y cmo me revel con su experiencia, esta realidad tan ntima que muestra la inocencia de los nios, la sabidura, la palabra de Dios, como dice el Evangelio. Ellos hablan sin censura, sin miedo. Esta nia encantadora tendra unos dos aos, la edad en que van brotando las primeras palabras. Primero no las entiende nadie ms que la mam; ella dice, ha dicho esto, muy bien, tradzcame por favor; va diciendo palabras poco a poco, mam, pap, lo que quiere, lo que le van enseando. Una vez llegu a la casa de esta familia y me dieron la gran noticia: la nia, ha pronunciado por primera vez, una frase completa, una frase gramatical, un paso muy importante, la entrada en el mundo de la gramtica,

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  • con sujeto, verbo y predicado, bien construida. Toda la familia estaba encantada, daban la noticia hasta por telfono. Llegu en aquel momento a la casa y todos me contaban la ltima proeza de aquella nia encantadora. Con la emocin casi se olvidan de contarme lo que haba dicho y tuve que preguntarles qu era lo que haba dicho. Reptelo, para que lo oiga el to Carlos, y la nia con todo su encanto, con esa vocalizacin tan bella que tienen los nios, esa voz inocente que aun no se ha cargado de todas las penas y dolores de la vida, alegras y gozos, con esa vocecita infantil, me repiti la primera frase que acababa de decir: "mam es tonta". Todos felices y contentos por la gran proeza gramatical de la mu-chacha, que empezaba a inscribirse en los anales de la lite-ratura."Mam es tonta", tonta es una palabra muy fuerte, la ms fuerte que dice el nio a esa edad, la palabra ms ne-gativa, ms hiriente y lo dice de su mam que es a quien ms quiere.

    Analicen un poco. Amor y odio, son las races. Cmo pue-de llamar tonta a su mam, muy sencillo. Esta nia sufre el gran trauma del nacimiento: la separacin. Acabo de leer un libro e hice todo un curso con l "La vida secreta del nio antes de nacer", el trauma maravilloso del nacimiento; lo que nos marca para toda la vida. Los estudios indican cmo en esos nueve meses el nio va aprendiendo cosas que lo marcan para toda la vida. Una maravilla, pero me aparto mucho del tema original. Vamos al momento del nacimiento, que supone separarse de todo, encontrarse con un mundo nuevo. El beb se agarra literalmente, qu bien lo hacen al poner al beb re-cin nacido otra vez sobre el pecho de su madre para que siga sintiendo los latidos del corazn, que es la msica tranquili-zadora que ha odo durante nueve meses; se agarra a su madre; ella es el gran apoyo. Su existencia en este mundo hostil, tan difcil, en el que ha nacido, con ruidos, fro, calor, luces, gente que se mueve, y por eso el nio se entrega a su madre; se confa a ella; y sta se entrega al nio, con cario absoluto, con dedicacin total, veinticuatro horas al da; cuando la necesito, maravillosamente. Dios bendiga a todas las madres.

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    Comprendo y me alegra la reaccin que suscita la sola mencin del amor y del odio; de los opuestos, del te quiero te odio, de Dios, del diablo, del cielo, del infierno. Todos lo llevamos dentro y nos asusta. Claro que nuestra tendencia es hacia el bien, gracias a Dios, y as es, buscando reducir todo el efecto daino del elemento negativo que tenemos y hacer precisamente que venza, que sobresalga, que domine el bien, el Reino. Jess vino a eso precisamente y eso es lo que continuamos felizmente nosotros. Pero tambin es verdad, que la realidad de ese aspecto negativo, llammoslo como quiera, el malo, el demonio o cualquier terminologa, estar siempre, de modo que vamos a vivir siempre en el mundo, con la mezcla de que hemos hablado.

    Esa mezcla con que nacemos sigue hasta el ltimo momento. Acepto y participo de esta inquietud. Qu hacer para ir minimizando el aspecto de sombra en mi vida e ir incrementando el aspecto de luz? Lo primero es ser cons-cientes de que el mal no desaparecer nunca; pensar de otro modo sera soar despierto, como lo sera pensar que de un momento a otro todos seremos benditos y se acabarn las pasiones. A veces se dice, con una ilusin enorme, esto no puede existir en esta vida, y no es cierto. Vamos a tener la mezcla siempre y es importante aceptar la situacin, ver las cosas como son; segundo, aceptar la realidad porque es importante como camino, como ventana. He denunciado, por as decirlo, y proclamado la dicotoma amor-odio que llevamos dentro todos. Lo siguiente es aceptar que toda relacin nuestra es de amor-odio, la nica manera de mejorarla a la larga, es admitir que tenemos ese elemento negativo. El que no reconoce, el que dice que no hay nada negativo, que todo est bien, se va a dar de golpes muy pronto. Negarse a la realidad cierra las puertas a nuestro progreso.

    El primer paso para tener una dentadura buena, es tener dolor de muelas, porque cuando te duelen vas al dentista; entonces te dice, tiene que venir, vuelva cada seis meses, yo corrijo su problema. Si uno no tiene dolor de muelas cuando

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  • caiga en la cuenta ser demasiado tarde. Un jesuta, gran compaero mo, en la India, muri como mueren tantos desgraciadamente, tena cncer, comenz a sentir dolores. Me sirve de imagen el gozo y el dolor, son como el bien y el mal a nivel somtico; son imgenes todas ellas. El, entregado como era, asceta, trabajador de cuerpo entero, no iba jams a la enfermera, sigui trabajando, si me duele no importa. Sigui adelante heroicamente. Mis respetos ante l, quien fue decano de mi facultad cuando estudiaba teologa en la India. Aquellos cuatro benditos aos en Puna, donde coincid con Tony de Mello. Estuvimos muy cerca, aquellos aos tan importantes en la formacin de un sacerdote, los cuatro aos de teologa que lo llevan a la ordenacin sacerdotal; perodo bendito en la vida de cualquier sacerdote. El era nuestro decano y para dar buen ejemplo, segua trabajando da y noche sin quejarse, no poda comer, vomitaba, tomaba otras cosas, deca ya se curar. Cuando no pudo ms el buen hombre fue al mdico y ste le dijo, tiene cncer en todo el cuerpo; no hay remedio que valga padre, tiene usted unos meses, semanas de vida. Muri, fue el primero que enterramos en el nuevo cementerio del teologado. Por qu muri este gran hombre?. Por qu muri? Por no haber notado, desde el principio, el sntoma; por no haber visto el mal en su cuerpo; por haber credo que poda seguir hacia adelante y que nada lo detendra. El gran remedio, caer en la cuenta.

    He expuesto de repente una cosa muy seria, que las relaciones ms sagradas de la vida son mixtas; contienen amor y odio; una afirmacin muy fuerte que trato de suavizar con el ejemplo de la niita y con mi reflexin sobre ella. Por qu esta nia llama a su mam tonta? Muy sencillo. Esta nia ha tenido a su mam totalmente a su disposicin, da y noche; bastaba un pequeo llanto y en seguida corra; ella sabe que es el centro de la, vida de su mam, con ese calor maternal, con ese cuidado; es su gran apoyo, pero pasan dos aos y su mam ha tenido que empezar a hacer otros trabajos y a ratos la deja en la cuna y se va a la cocina o, Dios no lo quiera, a la oficina, al trabajo. Cada uno tiene lo suyo y la nia tiene celos.

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    Pnganse en los zapatos de esta nia de dos aos. Qu est pasando en mi casa? Yo no tena ms que levantar el dedo o dar un grito y mi madre corra a ayudarme. Ahora se va, Dios sabe a donde, a perder el tiempo sin hacerme caso, habrse visto. Comienza a indignarse contra su mam, la quiere con toda el alma pero comienza a sentir este amor-odio. Si es demasiado fuerte la palabra odio usen resentimiento que es ms larga pero ms suave. Empieza el resentimiento, mi mam me est dejando. Por esto lo primero que habla esta nia es, mam es tonta, por dejarme e irse a hacer otras cosas. En ese corazoncito est germinando la doble semilla. La persona a quien ms quiere es su mam y la persona con quien ms empieza a sentir friccin y resentimiento, su mam: las dos cosas. Precisamente a quien ms queremos es con quien nos rozamos ms. Ese es el peligro. Esta niita bendita sea, con la inocencia que tiene, dice mam es tonta. Evidentemen-te, el te quiero te odio empieza desde all, desde el hogar, des-de la inocencia ms sentida, ms limpia y ms pura. Ah empieza este doble tejido que es el que va naciendo nuestras vidas, el blanco y negro de que se mantiene, se compone, que nos dice tanto y ah lo llevamos.

    Esta niita, cuando vaya creciendo, cuando sea mayor, segn vaya pensando, porque no es un caso aislado, voy a reforzarlo con algunas experiencias.Llego a casa de una familia India, simpticos ellos, tienen un niito que es un poco mayor, ya va al colegio, empieza a despabilar. Estaba yo con su pap y mam en la casa y el nio jugando en medio de nosotros. Le hice entonces la pregunta tan socorrida que hacemos a los nios, cuando no sabemos qu decirles: t qu vas a hacer cuando seas mayor? El nio me contest en seguida: mdico. La influencia paterna es tremenda, el nio no sabe que es ser mdico pero el pap y la mam quieren que sea mdico porque es una profesin que garantiza empleo, est bien remunerada y le han inculcado al nio la idea, lo han condicionado.

    Me impresion or la respuesta de este nio. Pero hubiera quedado muy bien, si no se me hubiese ocurrido hacer otra

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  • pregunta para continuar el dilogo: cuando seas mdico qu es lo que hars?, y l con la inocencia natural de su edad, en presencia de su pap y de su mam, afirma: cuando sea mdi-co les pondr una inyeccin a mi pap y a mi mam y los ma-tar. Terrible ocurrencia la del nio: amor-odio. Como ese nio somos todos, nos ha pasado a todos, somos tan buenos y tan educados que no hemos olvidado los te quiero con toda mi alma; pero por dentro todo lo contrario.

    Le todos los libros que me encontr sobre adolescentes y en uno de ellos, un joven deca: tengo un sueo recurrente en el cual mi pap y mi mam van en el carro, se estrellan y se matan. Sueo en que el nio est pensando. Le regalan estos juguetes blicos, el nio va detrs del pap con la pistola y pum pum te mat. Lo mata, tan fuerte como eso; no es un juego por mucho que neguemos la realidad. Est resentido, porque lo estn obligando a hacer cosas que no quiere: lo hacen levantarse, lo mandan al colegio; lo hacen estudiar; l quiere tomar chocolate y no le dan. Est furioso. Pas diez aos viviendo con familias hindes. A lo mejor hacen cosas de estas con ellos. Como yo me levantaba temprano para la meditacin, a veces me decan, padre quiere hacerme un fa-vor, despirteme por la maana. Yo no despierto a nadie, por-que me odian por despertarlos, aunque me lo hayan pedido; te odian a ti y a m, aunque les haga un favor. Aunque me lo agradezcan el cuerpo est rabioso. Les digo, para eso estn lo despertadores, la maquinita que cargue con el odio, yo no.

    Viva con una de estas familias tan pobres. All haba una nia pequea. Llegaba el padre por la tarde y recuerdo que yo estaba trabajando, sentado en el suelo, como acostumbra-mos all, en un rinconcito. Saluda y lo primero que hace es ir a la cuna de la nia, sacarla, besarla, hacerla saltar. Yo pensa-ba cunto cario, qu bonito. De pronto me di cuenta de que no era cario; lo que haca era sacudirla, despertarla, no de-jarla dormir. Le pregunt por qu y dice pues porque si ella duerme ahora no me deja dormir a m durante la noche. Todos lo han hecho: amor y odio; lo hacemos por su bien. S, lo hace por mi bien pero me revienta. Esta lgica no funciona.

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    Como matemtico que soy, puedo decir que la lgica est muy bien para probar teoremas pero para la vida no. Tienes toda la razn, estoy de acuerdo, comprendo, acepto que es as pero mi organismo no lo acepta. La mezcla que llevamos dentro es compleja.

    Khalil Gibran, el profeta, cristiano catlico maronita, maravilloso. Me encantan sus obras. Esta es una pgina de "las sonmbulas", las que andan dormidas: atribulare, andar y sonum, sueo. "En mi ciudad natal vivan una mujer y su hija"; hermoso y tierno adems; dos mujeres, con toda la ternura y el cario femenino, materno, filial, "ellas caminaban dormidas. Una noche mientras el silencio envolva al mundo, la mujer y su hija caminaron dormidas hasta que se reunieron en el jardn envuelto en un velo de niebla y la madre habl primero, diciendo, al fin puedo decrtelo a ti, rni enemiga que destrozaste mi juventud y que has vivido edificando tu vida en las ruinas de la ma; tengo deseos de matarte. Luego la hija habl en estos trminos, oh mujer odiosa, egosta y vieja te interpones entre mi librrimo ego y yo, quisieras que mi vida fuera un eco de tu propia vida marchita, desearas que estuvieses muerta. En aquel instante cant el gallo y ambas mujeres despertaron, eres t, tesoro, dijo la madre amablemente, si soy yo, madre querida respondi la hija con el mismo cario". Hay que respirar hondo despus de esto. Es fuerte, no nos asustemos, la realidad es la realidad y el mejor remedio es verla; si nos escondemos, la estropeamos y sufrimos mucho ms.

    Cuanto ms queramos ms nos resentimos

    Alguna vez, dirigiendo un grupo de jvenes, algunos queran hablarme, decir algo; una nia lloraba por conflictos enormes en la familia, porque aparentamos amor y felicidad y por dentro rabiamos. Evidentemente el choque es inevitable. En la India, sucede una cosa que es tristemente frecuente. Cuando un chico se escapa de la casa, anuncian en los peridicos, ven no te haremos nada cuando vuelvas. Se

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  • escap porque no tena el coraje de decir lo que pensaba. Tanto sufrimiento, tanto dolor, tanta friccin; puede ser que al hablar, no se solucione todo, pero se abren las puertas de la vida y el corazn. Yo como cristiano naturalmente, tengo mis dificultades, mis rabietas, me enfado, me enojo algunas veces, pero fundamentalmente me han enseado que todos son mis hermanos y hermanas y lo que hagis a cualquiera de estos lo hacis por m. Los quiero con toda el alma, mi vida es el amor y nos lo llegamos a creer y como la realidad es muy distinta a lo que habamos imaginado, no sabemos actuar. La realidad es concreta, fuerte, desde el principio y adems el principio es tremendo; cuanto ms queramos, ms nos resentimos, precisamente por la cercana. Con una persona que est distante, no se afecta tanto el cario ni el rechazo; pero los que estn ms cerca, amigos ntimos, compaeros, gentes que viven en comunidad, familia, padres, hijos, marido, mujer, all es donde precisamente esto tiene ms aplicacin y el entenderlo y aceptarlo nos abre los ojos y nos ayuda para ver poco a poco cmo podemos ir mejorando, aceptar lo que llevamos dentro.

    Una vez vino una seora a verme con su hijo de mediana edad, no muy mayor, muy inquieto y molesto. La madre, le deca: cllate que estoy hablando con el padre, no interrumpas. Le hice la pregunta ms inofensiva, cmo se llama tu hijo y la mam me dijo, se llama Satans. El nio se ech a llorar y la mam en seguida, no hijo mo, no por Dios que te quiero mucho. Pero a l se le grab lo que ella le dice, cuando la hace rabiar. Khalil Gibran, ha dicho una cosa muy importante. El nio ha aprendido de su mam, porque as como tiene esta relacin ambivalente para su mam, su mam tambin la tiene para con l. La mam quiere con toda el alma a su hijo, no hay amor ms bello, ms puro y sacrificado en la tierra pero un hijo le hace perder la libertad, la juventud, la ata; ella querra irse de vacaciones, no puede; querra ir a algn sitio y tiene que atenderlo a l; ella tambin sufre mucho porque tiene que cuidar de su hijo y en ella tambin, junto con ese amor inenarrable de cuerpo y alma, que siente por esa criatura

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  • que ha llevado nueve meses en su seno, siente tambin resen-timiento; t has acabado con mi juventud, t me ests esclavizando en muchas cosas, t ests coartando mi libertad, de modo que ella tiene la misma reaccin para con su hijo.

    Un padre de familia me dijo: "en sus ejemplos hemos visto que el odio es el resultado de la frustracin de no poder satisfacer una necesidad; el nio, porque la mam no lo cuida; la mam porque ya no tiene tiempo para sus cosas personales. Podemos decir que la relacin odio-amor es, en el amor reflejarme y la necesidad de darme al otro porque defini-tivamente hay un sentimiento profundo de amor, de afecto, de cario y de odio en el sentido de que me siento frustrado por no poder satisfacer plenamente las necesidades a las cuales creo tener derecho".

    Es una aclaracin muy vlida, llegar a la base de estos sucesos; as se aclaran; los entendemos; ayuda a profundizar un poco de dnde ha nacido este resentimiento. No es puramente un juego de afectos, no es algo ciego que nazca porque s. Cundo siento yo resentimiento? Cundo siento odio? Cuando tengo una necesidad como la del beb, necesidad autntica o imaginada; cuando tengo una expecta-tiva de la otra persona y la otra persona no la satisface; quiero que mi mam est conmigo veinticuatro horas y ella no est; all empieza la tensin; deseo o espero que mi amigo responda inmediatamente cuando lo llamo y resulta que no responde a esta expectativa; entonces, empieza a nacer en m la sombra que puede convertirse en resentimiento y odio.

    El valor de la verdadera amistad

    Para m suponen mucho las amistades; sin ellas no podra vivir. Las muy ntimas son pocas naturalmente, dos de ellos jesutas, el otro ateo. Tengo un crculo tan ntimo sin el cual me sena muy difcil vivir; vivira de alguna manera quizs, pero no podra ser sincero, entrar en contacto, vivir la vida, sentir alegra. Tengo una intimidad enorme, que me permite

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    limpiar el fondo: es un pacto expreso. Dije a Amal que es mi mejor amigo: "en cuanto encuentres alguna cosa en m que te desagrade, que te moleste, por el inters mutuo lo clarifica-mos; de modo que t me lo dices y lo aclaramos; es importante comunicar; no barrer hacia debajo de la alfombra; decir no importa, eso se arreglar. Lo mismo me dice l: "cuando haya algo en m que parece que oscurece nuestra relacin, me lo dices y hablamos". Lo hemos hecho, es duro, pero garantiza la limpieza de nuestra relacin. Si tengo una expectativa y l no ha respondido, por lo menos, se lo digo. No todas mis amistades han resultado, ha habido personas con las cuales yo he tenido una relacin bastante grata por una temporada y por lo que sea, se ha enfriado, incluso se ha cortado.

    Los sentimientos son la base de la vida. Cuando Tony de Mello empez sus clebres cursos de Sdhana, naturalmente slo con jesutas, que era lo normal, pronto vio que la base era el sentimiento y comprendi una cosa muy humana, si quera realmente revitalizar, dar vida a estos sentimientos de nosotros, sacerdotes formados en la rigidez ignaciana. No he visto una mujer en mi vida casi desde que entr al noviciado; el colegio mismo era slo para chicos; el noviciado desde luego, la Compaa de Jess; la universidad de Madras donde hice mi carrera, era tambin slo para chicos; el teologado, naturalmente. La primera vez que me encontr cara a cara con mujeres fue cuando entr a dar clases de matemticas en la universidad que, para entonces era mixta.

    Vuelvo a lo de Tony. El observ, si estamos slo hombres est muy bien, la amistad es muy importante, pero, es evidente el plan de Dios, la mujer contribuye al sentimiento. Algo tan esencial, tan femenino, tan profundo, tan maternal. Consigui por fin, unos permisos de Roma, con una serie de precauciones. Mi grupo fue el primero donde hubo hombres y mujeres; tuve esa suerte: once jesutas y siete monjas, religiosas de distintas congregaciones y distintas nacionalida-des. Slo lo haca por despertar sus mejores sentimientos como personas, con el cario, con la discrecin, con la vigilancia, con el contraste, con los posibles errores y equivo-

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  • caciones que puede haber. Nos hizo un bien enorme, una maravilla, porque el despertar de los sentimientos, es hacer al hombre ser hombre y a la mujer ser mujer, y ayuda enormemente al sacerdote y a la reverenda madre. Lo he visto y lo he vivido perfectamente, de modo que bendita sea aquella intuicin de Tony para lograrlo. Desde entonces siempre han sido cursos mixtos.

    Hice amistad, con una religiosa con quien, estando en la misma ciudad, nos encontrbamos con facilidad, pues yo tena que ir a su casa para realizar los ministerios. Al cabo de algunos aos, la amistad se rompi. Pens, pero por qu se ha roto esta amistad, y analic que ella haba tenido una expectativa a la que yo no respond. Ella quiso tener una amistad exclusiva y yo, no por bueno ni por malo, entin-danme, sencillamente no me sala de adentro. Algo muy divertido era que cuando nos escribamos cartas yo le deca "te aprecio con toda mi alma" y era verdad, porque realmente era una mujer extraordinaria en dotes, trabajo, entrega y espiritualidad y yo lo deca con toda sinceridad. Ella me con-testaba "no quiero tu aprecio, lo que quiero es tu cario". Muy bueno, pero yo no lo senta.

    Ella concibi una expectativa y por lo que fuera a m no me sali. No acabamos mal, pero poco a poco esa amistad se diluy y ya no existe.

    Una de las cosas ms importantes en la vida es conocer la raz de los fracasos no solamente en relaciones humanas, sino en todo. Casi me atrevo a generalizar. La expectativa al no ser satisfecha crea frustracin y, entonces, se acab oficio, familia, vocacin, curas y monjas que se han salido, compaeros queridos.Ms de la mitad de los que entramos al noviciado salieron de la compaa. No juzgo a nadie, por amor de Dios; pero por qu se han salido? Por una expectativa que no se cumpli. Esto genera frustraciones, se rompen los votos, se rompe la familia, se rompe la amistad, se rompe la vida, pero es necesario saber, saberme, conocer lo mo en las luces y las sombras, el amor y el odio, lo que espero. Una regla que nos daba siempre Tony, "si esperas

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    algo de alguien, dselo". Cuntas veces hay entre marido y mujer, expectativas no expresadas, todo fastidia. Es imperioso decirlo, sin vergenza, sin miedo, sin tratar de que el otro adivine: la semana que viene es nuestro aniversario de boda, pero si se lo recuerdo no tiene gracia, que se acuerde l. Tenemos que purificar, entender, profundizar, analizar los sentimientos que Dios nos ha dado. Nuestra vida espiritual es reflejo de nuestra vida afectiva; nuestro trato con Dios es resultado de nuestro trato con los dems, de modo que vayan aplicando todo esto por su cuenta.

    Hay que dejar a Dios trabajar. A veces nosotros estorba-mos tanto que no le dejamos el camino directo. El se las arre-gla, bien listo es para hacerlo, pero hay que dejarle estos terrenos amplios, estos ratos de ocio en el medio; dejar espa-cios libres es muy importante. Aquel dicho tan bonito de Sa-cha Guitri hablando de Mozart, "el silencio que sigue a Mozart es Mozart".

    Como profesor de matemticas, me ha pasado que me quedo enfrascado en un problema, y el nerviosismo aumenta por estar delante de los chicos y las chicas. Cunto ms me empeo peor. En cambio, en el momento en que mi subcons-ciente o mi actividad se desentiende, entonces viene la solu-cin. Eso nos pasa hablando. A veces uno dice: "Lo tengo en la punta de la lengua", no me puede salir, no me acuerdo de tal nombre, "te lo digo en seguida" y no sale; en cambio cuando nos despedimos, se va la otra persona, recordamos porque hemos quitado la tensin y entonces es cuando las cosas se aprenden.

    Esta importancia de dejar espacios abiertos en el da, se ilustra con algo muy bello. Cuando present el examen final de la carrera de ciencias exactas en la Universidad de Madras, que ha sido una de las cosas duras de mi vida, no tenamos ms que un examen al final de los cinco aos de carrera; a tal examen llevbamos todas las materias de todos los aos: diez exmenes escritos de tres horas cada uno, si lo reprobabas no podas volver a presentarte en el examen. La tensin de

    3. Yo, t, nosotros, ellos. 33

  • aquellos aos, era para volver neurtico a cualquiera. Adems como jesuita tena que hacerlo bien. Nos decan claramente "aqu usted ha sido creado y mandado por Dios para sacar una matrcula de honor y sino vayase a casa". Lo hacan para que el nombre de la Compaa de Jess quedara bien alto. Para colmo, me pas una cosa muy divertida. Una semana antes del famoso y clebre examen final, comienzo a sentir un dolor en el vientre. Consult al hermano enfermero que era muy santo, muy ignorante y me dio una purga que casi me mata. Tena apendicitis, casi me mata. Una purga con apendicitis es mortal. Vino el mdico, le dije cmo era la situacin. "Haga usted lo que sea necesario, yo tengo que presentar ese examen". Entonces me llen de penicilina, jugo de naranja y glucosa. Me present al examen. Por eso s lo duro que puede ser el pasar, aun fsicamente, por todo aquello.

    Tenamos una asignatura nueva que era "La dinmica en tres dimensiones por mtodos vectoriales". Para sacar matrcula de honor necesitbamos responder las preguntas estrellas, y si no se contestaban, no daban ms que un notable, en el caso de contestar el cien por ciento. Para pasar de notable a sobresaliente haba que contestar una de las estrellas que eran bien difciles. En las dos primeras horas, nos asegurbamos de pasar y en la ltima sacar una estrella. El profesor nos haba explicado "no sabemos que pondrn en el examen, eso depende del examinador. Les digo algunas preguntas que le podra llamar la atencin a un examinador, en particular sta, una pregunta que podra ir con estrella; preprenla, si no les sale me lo dicen".

    Ni corto ni perezoso voy al cuarto, resuelvo el problema, sale perfecto y escribo: "repasar en vsperas de examen", subrayado con rojo y lo dejo. Llego yo, la vspera del examen con la dichosa apendicitis, con la glucosa y el jugo de naranja, veo aquella nota: "repasar en vspera de examen"; debe ser importante voy a verla; mi horror fue grande cuando caigo en la cuenta que mi mtodo era equivocado;entonces, con la madurez que tena, supe que cualquier examinador me iba a poner cero. Lo curioso es que como estaba tan apurado de

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    tiempo, aunque saba la materia bien, sencillamente me olvid de esta pregunta, no me importa. Hay otras preguntas estrellas, no me interesa, me olvid positivamente. Ah se quedar la pregunta, no tengo nada que hacer, slo se me olvid; vamos a lo siguiente, sigo preparando, llega la noche y me acuesto. A las cinco de la maana tocan la campana, me despierto y antes de hacer la seal de la cruz, antes de mencionar el nombre de Dios, antes de poner un pie en el suelo, un mensaje como si viniera de Marte: "cambia los ejes cuarenta y cinco grados en contra de las agujas del reloj y saldr el problema". Era un religioso muy edificante y en aquel momento, lo primero que tena que hacer era ir a la capilla al ofrecimiento de obras. Me vest, fui a la capilla, muy santo, ofrec el examen; una hora de meditacin, de rodillas; no s si medit en los ejes de coordenadas o en el Evangelio de San Marcos, pero estuve devotamente recogido en cuanto poda. Despus la Santa Misa, la accin de gracias, luego el desayuno y para colmo el Santo Rosario. Menos mal que lo rezbamos indi-vidualmente. Creo que es el rosario ms rpido que rec en toda mi vida. Apenas acab fui corriendo a mi cuarto, tom el ejercicio, me sali perfecto. Llego a la famosa sala de la playa de la Marina en Madras, que es un saln exclusivo para exmenes con mesas individuales, con galeras para ser vigilados por todos lados; con todas las vibraciones de generaciones que han sufrido en aquel examen. Un patbulo completo.

    Era tal el nerviosismo que el estudiante que estaba a mi lado, cuando empezaron a repartir los papeles, emiti un sonido infrahumano y se desmay. Se lo llevaron los camille-ros. Me llega el papel con las preguntas y all estaba la pregunta con la estrella. Cundo resolv esta pregunta?, en el sueo, en el subconsciente. Haba colocado inconsciente-mente la tarjeta a mi computador personal. En la noche trabaj y a la maana siguiente tena la respuesta. Lo importante es que est trabajando todo mi organismo y a veces tenemos unas piezas en la vida espiritual que necesitamos organizar inmediatamente: la oracin, la experiencia mstica, todo tiene

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  • que ser rpido, cursos intensivos, muy bien; apuramos todo porque no hay tiempo a que se sedimente, a que penetre por osmosis, a que se asimilen todas esas indigestiones que no nos sirven para nada.

    Es esencial apreciar el silencio, que no quiere decir estar callados, sino, los ratos intermedios que valen tanto; querer cada momento de la vida, sin tanta urgencia, sin prisa, sin ese apuro por conseguir todo en poco tiempo; la vida va a su ritmo, por su rumbo, por su camino. Es necesario aprender los ritmos de la vida y los ritmos del espritu. Al Espritu nunca se le puede apurar; hacemos bien en pedirle con inters, pero hay que respetar los tiempos de Dios: "nadie sabe los tiempos ni las horas que el Padre ha guardado en su poder, slo el Padre sabe el cundo. Ni Jess lo sabe". Cuando los discpulos dicen "cundo vas a instaurar el Reino de Israel?"; "Seor cundo voy a ser santo? "; "cundo voy a aprender a orar?". Slo el Padre sabe el momento de la Encarnacin, el momento de enviar el arcngel que diga; bendita eres Mara, bendito eres t, aqu tienes la invitacin, ahora vas a lograr lo que t esperabas: el adviento, el arte de esperar, el saber esperar, es un esperar activo, alegre; de esperanza y de fe, pero es esperar. No aceleremos las cosas, todo lleva su tiempo. No aceleremos los momentos de Dios, guardmoslos. Una frase que nos gusta, bellamente evanglica y proclamada por el querido Papa Juan XXIII, "los signos de los tiempos"; saber discernir cundo viene la tormenta, cundo se aclara, por dnde llover, las estaciones tienen su ritmo, no las forcemos.

    Sigamos con mis sensaciones, relaciones, con toda esa mezcla tan bella que llevamos dentro y que estamos comen-zando a admitir; pequeos detalles de mis experiencias que van aflorando; sensaciones positivas, sensaciones negativas. Al respecto me han preguntado, cmo cambiar las reacciones o sentimientos negativos en positivos. Mi reaccin es: pri-mero: no las cambies. Yo s que sorprende un poco pero mi reaccin instintiva es: no los cambies. En primer lugar porque no vas a conseguirlo; reconoce que lo llevas dentro; ah estn

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    la bestia y el ngel, la concupiscencia del pecado original en terminologa escolstica; el ego en terminologa freudiana, y no sirve asesinar a uno y tener al otro, sino integrarlos.

    Lucha entre el bien y el mal

    Una historia que cuenta el resultado de dividir lo bueno y lo malo; el ngel y la bestia; que lo bueno venza a lo malo siempre. Lo que nos decan siempre "vncele a ti mismo", latn "vince te ipsum". No s cul filsofo latino lo ide. Durante muchos aos lo he querido poner en prctica, hasta que una vez despert, vamos a ver "vncete a ti mismo"; venc, venci quin? yo, y perdi quin?, yo. Una guerra civil, me estoy matando a m mismo. Me estoy dividiendo en dos partes y mutilndome. Esto que les cuento me hizo muchsimo ms gracia porque la persona que me lo refiri era muy seria, era un padre jesuta que fue todo lo que se puede ser: superior, rector, provincial, asesor. Era un modelo ejem-plar de eficiencia, de ejecucin, de edificacin religiosa. Lo llamamos San Juan Berchmans por ser un dechado para cum-plir las reglas; era ya anciano cuando muri. Fue rector de una de las grandes casas jesutas, el Monasterio de Veruela el Moncayo en un sitio alto, precioso. Ahora como no hay vocaciones, lo han vendido, es una pena. En una casa cercana, la clebre "Casa de Oa", yo hice filosofa; despus estaba el teologado y ahora la han vendido al gobierno de Espaa y la han convertido en manicomio. Mucha gente dice que ya lo era, que no ha cambiado.

    Por la carretera de esa regin, unos amigos jesutas, iban un da en automvil. Ellos ya haban terminado su formacin y sus estudios en ese monasterio que lo era entonces y que ahora es un manicomio. En el camino encontraron una persona en plan de auto stop. Pidi que lo llevasen, le dijeron s, pasa. Se fue sentado en la parte de atrs y los dos jesutas continuaron el viaje. Segn se acercaba a este monasterio, ahora manicomio empezaron a comentar: "oye, te acuerdas lo bien que la pasbamos cuando estbamos aqu?" El pasajero

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  • horrorizado pens que se trataba de dos locos escapados del manicomio y pidi: Por favor djenme bajar y se march.

    Me da una pena enorme recordar que se vendi el monasterio de Veruela, Comillas; todas aquellas grandes casas, ya no existen. La de Veruela, una comunidad enorme, el rector fue despus a la India, es al que tanto veneramos hasta que muri hace poco. El me cont lo siguiente: "una vez fue a visitarme a aquel monasterio una persona, un labrador que quera vender al monasterio sus verduras, sus hortalizas y papas; tena tantos estmagos que alimentar que el labrador quiso ofrecer sus productos para hacer un buen negocio y yo, quise aprovechar para darle una pequea leccin espiritual. Lo llev a una capilla, cerca a un saln de conferencias enorme donde estaban en unas hornacinas a mitad de altura en la pared, unos bustos, esculturas de cintura para arriba de los santos de la Compaa de Jess: el busto de San Ignacio, San Francisco Javier, San Francisco de Borja, San Luis Gonzaga, patrn de la juventud" y aprovech el buen rector para darle un sermn acerca de los santos jesutas. Despus le pregunt "bueno, cmo le parecen los santos de la Compaa de Jess?, " y aquel buen campesino en el lenguaje cerrado de los baturros aragoneses del norte de Espaa, le dijo "me parece muy bien, padre, pero le digo una cosa, y mrquela bien, de la cintura para arriba tambin yo soy santo". Le estrope la leccin. Sali a relucir la divisin, sentimientos buenos sentimientos malos, la guerra civil. Toda mi vida la integracin personal, alma y cuerpo, cuerpo y alma, arriba y abajo, lo bueno lo malo, bestia-ngel; somos una unidad total y en esa unidad es donde est la vida dinmicamente.

    Decimos polo positivo o negativo, como si lo positivo fuera bueno y lo negativo fuera malo; si no hubiera negativo la electricidad no funcionara, la vida no funcionara, y el mundo no funcionara. Tiene que haber siempre este contraste de sol y sombra; alto y bajo, de modo que reconcilimonos con ello, vivamos con ello, integrmonos con ello; ningn miedo a estos sentimientos. Es imposible librarnos pero, hay

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    una tendencia muy profesional en los buenos psiclogos, esto lo hacamos regularmente en el tiempo en que estbamos con Tony en Sdhana, que es desahogar, limpiar, no eliminar porque nunca se eliminan pero s propiciar un escape.

    El peligro de estos sentimientos es acumularlos. Es algo que llega a hacer un dao tremendo, cuando va aumentando; hoy es nada, pero maana va subiendo. Comentaba una seora en un grupo, alegremente, ante todos, su experiencia que fue muy buena. Cont la ilusin que sinti en el momento de casarse, la luna de miel, el primer despertar. Esa primera ma-ana con su marido, ste le dijo: cario treme las zapatillas. Ella encantada, fue al cuarto de bao donde l haba dejado las zapatillas, las puso al borde de la cama y el marido se puso las zapatillas contento. Lo cont ante todos con una gracia inimitable. Al da siguiente lo mismo: cario treme las zapatillas y el cario las traa. As toda la vida: "llevamos veinte aos de casados, no hay conflictos graves, hemos tenido altibajos pero no como para separarnos o divorciarnos. Dios no lo quiera. Pero el otro da, sin pensarlo, sin que hubiese pasado nada, sin que hubisemos reido, sucedi; nos despertamos, me llam, me dijo lo mismo y yo tom las zapatillas, sin pensar lo que haca y se las arroj a las narices, dicindole con mucho gusto". Lo que importa para las relaciones humanas y para todo es el conocernos. Nos pasa lo mismo con Dios. "Encantada, no faltaba ms, con mucho gusto", consciente, pero subconscientemente, "que las traiga l". Como lo quiero tanto aquello queda bien, pero la ley de la vida va subiendo; barrer hacia debajo de la alfombra no resulta; empieza a notarse el bulto y llega un da en que las zapatillas a las narices. El marido piensa: "qu ha pasado aqu de repente".

    De repente no. Esto se ha ido gestando, esto va aumen-tando, por eso no conviene suprimir la reaccin negativa. Primero, saber que existe, somos tan autocensores que no nos dejamos sentir. Es lo menos que podemos hacer, no faltaba ms, con mucho cario, todo eso es verdad pero al mismo tiempo me da rabia. No deba darme, pero me da. Fundamen-

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  • tal el no debera para el buen religioso o la perfecta casada que es el ttulo de una obra de Fray Luis de Len que no recomiendo, pues no deja ver la realidad, que es la primera equivocacin nuestra y segundo no permite ventilar, de vez en cuando; no digo suprimir la emocin negativa porque va a quedar siempre, pero saber que est y tenerla como un animal fiero, a raya.

    Les cuento cmo hacen los camelleros de la India. En mi regin con toda la modernizacin que hay, sin embargo, el trfico de mercancas se lleva a cabo a lomo de camello. Hay toda una casta: los Ravals; ellos llevan un gran turbante blanco que sirve para muchas cosas; para defenderse del sol que es importante en la India; para dormir, es largo como una sbana; por la noche se extiende y se envuelven en l; sirve para atar fardos y para algo especial que les cuento ahora.Los camelleros llevan sus camellos y stos arrastran un carro enorme, con ruedas de camin, lo cual facilita mucho la traccin. Van despacio. El gran poeta y mstico indio Rabindranath Tagore, tiene una descripcin preciosa sobre el camello, hablando de la vida espiritual .Nos dice que los caballos estn muy bien para correr, llegar pronto, lucirse, para saltar, pero para cruzar el desierto, y la vida tiene muchos desiertos, el caballo no sirve. Y dice bellamente: "hay que tener un camello en los establos para cuando llegan las sequas de la vida". Al camello, no le das agua, no importa; no le das de comer, no importa; no le dices el camino, l lo sabe, l te llevar, l te traspasar hasta el otro lado del desierto, te pondr sano y salvo en la otra orilla. Leccin muy bonita del camello. En la India tenemos muchos camellos, los vemos con frecuencia; pueden ser peligrosos porque son bestias tranquilas, pero cuando se enfadan pueden pegar una gran coz. Nuestro obispo, nos deca, tengan cuidado con los camellos porque un coche que iba antes del suyo, un camello lo hizo volcar de una coz. Tiene una fuerza enorme el camello y con sus patas con esas herraduras puede tumbar un coche y esa dentadura enorme puede destrozar un crneo humano

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    slo de un bocado, puede ser peligroso. Los camelleros lo saben.

    Qu sucede pues con mi querido camello? El camello va por esas carreteras tranquilamente, pero como en el caso del nio, a veces los papas tienen que nacerle hacer cosas que a l no le gusta. El camellero, a veces, tiene que frenarlo o al contrario hacerle andar un poco ms de prisa para llegar al sitio antes de que oscurezca; frenarlo ante un paso nivel o no dejarle comer la paja del carro delantero; esto lo hacen con mucha tranquilidad. Naturalmente el resentimiento, te quiero te odio se va acumulando, en la joroba del camello y va subiendo; no es nada pero va subiendo; el camello quiere a su camellero como la vaca quiere a su pastor pero tambin tiene este resentimiento: el te amo, te odio es universal. Est en toda la creacin y es peligroso. Si realmente el camello llega a enojarse, pobre camellero, pero ste lo conoce muy bien y antes de que llegue al tope limpia los sentimientos negativos del camello. Aparca su carro, desata al camello, lo deja libre donde pueda moverse y entonces toma su turbante, que es su smbolo; est incluso impregnado de sus olores, de su personalidad y generosamente lo arroja a los pies del camello; y ste se lanza a cuatro patas a pisotearlo, lo agarra, lo hace trizas; lo destroza todo con locura. El camellero lo observa con toda tranquilidad desde lejos. El camello desahoga todos sus malos sentimientos, disfruta. Por fin se cansa, deja el turbante hecho trizas, el camellero sabe que ha pasado la crisis, se compra otro turbante, naturalmente, porque ya no le sirve y vuelve tranquilamente a los caminos del Guyerat con el camello uncido a su carro. Aqu no pas nada.

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  • Los sentimientos negativos no son malos Te amo, te odio, es general, es universal, no somos la

    excepcin. Lo tiene la creacin entera, lo importante es saber como limpiar estos fondos oscuros que tenemos dentro. Tener sentimientos negativos no es nada malo; s que estas cosas son serias pero no se asusten. Los malos sentimientos no son malos por decirlo de alguna manera; se convierten en malos si se acta segn ellos: eso es lo peligroso. Puedo sentir unas ganas enormes de hacerle algo a mi reverendo padre rector, se lo merece. Pero no pienso hacerlo. No, por Dios, de ninguna manera, yo una persona tan pacfica y mi padre rector, tan bueno y edificante. Ni pensarlo, peligro. Saberlo s, ponerlo en prctica nunca.

    Veamos un ejemplo ms fuerte que le en un texto de psicologa. Era un psiclogo, contaba lo siguiente: estaba en su consulta y lleg una mujer echada para adelante. El psiclogo, inteligente y tranquilo, conoca su papel muy bien y al cabo del rato, aquella muchacha descarada le dice: "a que a usted le gustara acostarse conmigo" y l le contest, inmediatamente: "s me gustara, pero no pienso hacerlo". Me descubro ante este seor. La respuesta oficial sera: "no, por Dios de ninguna manera, qu cosa dice usted. Mrchese". Pero es una mentira, porque s que le gustara. Entonces no es un pecado que me guste, lo sena si me fuera con ella a la cama. La mujer le contest: "es usted el primer psiclogo honrado que he encontrado".

    El sentimiento como tal no es malo. Es normal que una persona se sienta de vez en cuando, atrado sexualmente por otra persona. Eso no tiene nada de malo, lo dijo el psiclogo, aclarando a la vez, su posicin: "s y no pienso hacerlo". Cmo convivir con la fiera que llevamos dentro? Saber que la tenemos, pero la podemos domesticar. El mundo es tan bello, tan nuevo, y sin embargo, no hablamos de ordinario con tanta claridad y firmeza; pero en este mundo de luces y sombras los sentimientos afloran, van subiendo tambin con la edad; por ejemplo, recordemos a estos nios pequeos de

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  • los que he hablado, nios mayorcitos; cuando van teniendo familia, cuando llega otro hermanito o hermanita a casa es un momento difcil.

    Cuando al nio o a la nia, primognito o primognita, nico en su casa, rey de la casa, centro de la atencin de los padres le nace un hermanito o hermanita, entonces l que era el centro de la atencin pasa a la periferia; l que estaba en el trono es destronado y la atencin de todos converge ahora en el recin nacido, en el advenedizo, en la nueva persona. Nunca hemos observado suficientemente lo que esto supone en la mente del nio.

    En una casa donde viva, haba un nio recin nacido en su cuna y el mayor que tendra tres o cuatro aos, pequeo tambin. Llego a la casa y voy derecho a la cuna, a hacerle carios al nio; entonces su hermano mayor viene por detrs, me agarra de la camisa y empieza a tirar con todas sus fuerzas; estaba celoso, no quera que le hiciese carios a su hermanito.

    Uno de mis mejores amigos, colega en la facultad de ma-temticas tena una nia de cuatro aos; cuando iba a nacer su hermanito, me explicaron: "mira, vamos a mandar a la nia a casa de unos parientes que viven fuera de la ciudad, para estar ms libres durante el nacimiento de su hermanito y todo lo dems". En seguida dije: "peligro!". A la nia la echan de casa porque va a venir otro a ocupar su sitio, menudo trauma. Yo les explique lo mejor que pude pero dijeron: "No, ya se lo hemos explicado a la nia, lo ha entendido muy bien y ha dicho que s". Aquella nia lo vio, lo entendi, lo acept muy contenta, se fue a gusto, no la forzaron. Me dijeron: "no te preocupes todo est bien, exageras con tu psicologa". Marcha la nia a otra ciudad, nace el nio. A los pocos das llama por telfono la hermana: "oye podemos tener a la nia todo el tiempo que quieras, pero la pobre no come, no hace ms que llorar' est sufriendo, creo que habr que devolverla a vuestra casa". Haba pasado exactamente lo previsto. Estaba desterrada, la haban enviado lejos y todo su organismo reaccionaba al verse all. Quera volver a ser parte de su familia. Le haban causado un trauma.

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    Una psicloga norteamericana, explica muy bien esta situacin: tenemos la pareja de casados, marido y mujer que se han llevado muy bien; el marido est trabajando, vuelve de la oficina, abraza a su mujer y le dice "mujercita de mi alma, te traigo una sorpresa". Ella se pone feliz, qu ser: nos vamos de viaje a Pars?, o me trae un vestido nuevo?, o una joya, que ser. Su marido le dice: "no te imaginas pero es algo mucho mejor que todo eso, "voy a traer otra mujer a casa; adems te va a encantar, porque ser como una hermana para ti". He ah el paralelo. Contina el marido: "como es muy delicada tendr que ponerla en mi cuarto, no te importar dormir en otra alcoba. Adems, ella tomar prestados todos tus perfumes. Verdad que te encanta queridita ma?". Esa es la situacin; si no la entendemos siendo adultos, menos un nio: el sufre mucho ms. El entiende, sabe, graba, es un ordenador personal; es una grabadora que fija aquello, emo-cin a emocin, momento a momento. A nosotros nos ha pa-sado lo mismo; todo eso lo llevamos dentro de una manera o de otra; todo eso nos ha ido formando para bien o para mal. Si hemos pasado todo eso, aunque lo hayamos superado, siempre lo llevamos por dentro; nos hace efecto y conviene no olvidar este juego de sentimientos positivos, negativos, del te quiero te odio que llevamos; que no hemos querido ver y por esto nos hacemos ms vulnerables y sufrimos tanto.

    Todo esto me ha sucedido a m. No hace mucho, hablaba con un compaero jesuta que sabe mucho ms que yo, de psicologa; tiene una experiencia y una carrera enormes. Le comentaba las dificultades, los momentos, la infancia, incluso la preinfancia; todo lo que hemos sufrido en mejor o peor sentido, en nuestras casas y l me dijo con una facilidad abso-luta: "comprendo que en tu caso hayas tenido estos altibajos con tu familia. Tuve una infancia muy protegida, vengo de una familia muy sana; no he tenido nunca en mi vida situacio-nes que hayan podido causarme problemas en la edad madu-ra". Le dije: "maldita sea un to tan listo, un seor que sabe ms que yo, a quien le hablo, esperando que l se abra para comunicar y ensear y me dice: "lo siento por ti pero yo no tengo problemas; yo vivo siempre muy bien".

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  • Expectativas ajenas o propias? Hablando con una joven me dijo: "Cuando hablamos de

    expectativas, frente a los dems, nos liberamos de pronto de ese diablillo que tenemos, pero cuando tenemos expectativas frente a nosotros mismos hay una parte difcil de negociar, por qu? quin colmar nuestras expectativas?; quin nos dar su contraparte? Usted hablaba un poco de integrar la parte buena y la mala, pero cmo nos liberamos de esta ansiedad que tenemos frente a nosotros mismos?".

    La joven haba mencionado dos palabras muy importantes, expectativa y ansiedad; las palabras valen mucho, cada palabra es un curso en s misma. Esta distincin es muy vlida y la diferencia ante las expectativas que los dems tienen sobre m, son muy fuertes y empiezan por la familia. Las expectativas que pap y mam tienen del nio o nia, puede matarlos, porque los papas quieren, permtanme decirlo con una expresin dura, presumir de sus nios; que mis nios sean guapos, listos, deportistas, que hagan muy bien todo; presionan tremendamente, ponen esta expectativa, esta meta tan alto y el nio y la nia se rebela ante eso.

    Un joven que era el primero en mi clase de matemticas, un nio inteligente a ms no poder, quera seguir la carrera de ciencias exactas pero econmicamente, no ganara mucho dinero; como ingeniero s; lo obligaron a estudiar ingeniera. El primer ao reprob, habiendo sido el nmero uno, para protestar contra sus padres. No es que lo hiciera a propsito, pero le resulto mal. Era una venganza muy clara. La expectativa le ha hecho dao a l y a los padres.

    Khalil Gibran en esa pgina bellsima que todos conocen dice "vuestros hijos, son pero no son, dejadlos libres, que se desarrollen a su manera, ellos son creativos, independientes". Est muy bien comentarles nuestro deseo personal pero nunca como imposicin: tienes que llegar; si eres bueno te dar esto. Entonces, si no soy bueno... Le dicen tantas veces, si eres bueno tu pap te querr mucho y si no soy qu? Crean

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    en el nio toda una dicotoma confusa; me quieren slo por lo que hago para ellos, no por lo que yo soy por m mismo; me quieren para que me conforme con la imagen que ellos tienen de m; para que me siente en el despacho de pap, para que lleve el negocio de la empresa, para que me case con esta persona. Podr estar muy bien pensado pero al nio lo destroza, porque le han impuesto de antemano todas estas expectativas.

    is fundamental liberarse de las expectativas de los dems. No tengo obligacin ninguna para responder a sus expecta-tivas. La oracin de Fritz Perls: "yo soy, y t eres; no estoy en este mundo para vivir segn tus expectativas y t no ests en este mundo para vivir segn las mas; si nos encontramos magnfico y si no, no hay nada que hacer".

    A tus expectativas y en ese t entran todos, pap, mam, director espiritual, todo el mundo. Hemos inculcado a nues-tros jvenes la cultura del xito, el dios de la juventud, el dolo es el xito y nada ms: triunfar, salir adelante, destacar, conseguir, mil dlares al mes y automvil a la puerta y si no me hundo. Hemos creado en ellos unas expectativas que los esclavizan; los hunden; los obligan y crean esa tensin tan enorme de llegar, si no los asalta la ansiedad; la expectativa crea ansiedad. La ansiedad va creciendo en un espiral que arrolla y hunde a la persona.

    Primero, liberarse a s mismo Vivo en la India. S muy bien lo que es el terremoto; he

    vivido de familia en familia, y s muy bien lo que es el sufrimiento; lo llevo en el alma y me duele como cristiano. Mi actitud es naturalmente, hacer todo lo que pueda por remediar el sufrimiento en el mundo, en m mismo, en mi familia, en mis amistades, en la sociedad, en otros pases, en el cosmos; nunca faltar a esto; pero, atencin!, a veces es una excusa para no trabajar en mi propio desarrollo personal.

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  • Cuando Tony de Mello lleg a Mxico y habl de auloli-beracin personal, le dijeron usted es sacerdote catlico, viene de la India y habla de liberacin personal. Lo llamaron elitista, eran tres cosas: elitista, egosta e intimista, como quien dice, "t vas a lo tuyo, autoliberacin, liberacin personal, desarrollo, limpieza de sentimientos; la integracin de la persona y la sociedad es secundaria; que sufra India, que sufran los pobres". De esto lo acusaron a l. Se encuentra en mi libro "Ligero de equipaje". El equilibrio es muy impor-tante; hacer todo lo que se pueda en cualquier momento, con toda el alma; en cualquier crculo, aliviar el sufrimiento de la humanidad; quien no haga esto no slo no es cristiano, deja de ser hombre.

    Para liberar a los dems, con lo cual estoy cien por ciento de acuerdo, el primer paso es liberarse a s mismo; cualquier psiclogo sabe, que si l tiene complejos, no est liberado por dentro; puede hacer ms mal que bien a sus clientes, porque va a proyectar sus necesidades compulsivas a los dems. Una limpieza total es imposible, pero por lo menos ser consciente, liberarte t para poder tratar a los dems. Quiero con toda el alma trabajar por los dems, por la felicidad personal, por la liberacin social a todo nivel; pues bien, el primer paso es la limpieza de m mismo, porque de lo contrario voy a proyectar mis necesidades psicolgicas y en vez de liberar, voy a hacer dao.

    Les voy a contar un caso vivido por toda la universidad de San Javier en la India. Nos lanzamos con la mejor voluntad del mundo a liberar a un pueblo entero de la pobreza en sus aldeas, con toda la potencia y formacin ignaciana, los jesutas que trabajamos all, con dedicacin y entrega, y los que nos ayudan, porque tenemos los mejores profesores y estudiantes. Para empezar decidimos, nada menos, que adoptar toda' una aldea para levantarla, para ayudarla econmica, social e ideolgicamente. A los dos aos nos pidieron que nos furamos y los dejramos en paz; habamos hecho ms dao que bien. Por qu fuimos a la aldea?, por

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    ellos, no!, por nosotros, porque queramos aparecer en los peridicos: la universidad de San Javier ha adoptado una comunidad, en gesto noble y digno. Sin embargo, el pueblo no lo necesitaba, nosotros s y empezamos a crearles unas necesidades; a armarles los, a darles menos de lo que queran; a hacerles sufrir mientras antes vivan bien, hasta el punto de que nos pidieron que nos marchramos. Hoy no se puede ni pronunciar el nombre de aquel pueblo en la universidad. Comprenden lo que quiero decir? Estoy con toda el alma con la idea de ir al pueblo y trabajar, pero a qu hora vamos a liberarnos nosotros mismos?

    Viviendo con las personas, he llegado a apreciar mucho ms el mandato de Cristo: "lo que lineis a cualquiera me lo hacis a m". Esto no est en el hinduismo ni en el islam ni en el budismo, en ninguna parte diferente a la gran herencia de Cristo. Esto es lo que nos hace cristianos. Pongmoslo en prctica con inters, a cualquier nivel en que nos encontremos

    Precisamente lo que ms me capacita para hacer bien a los dems es, paradjicamente, aunque parezca egosta, hacerme bien a m mismo; es decir, podr liberar a los dems en la medida en que me libere a m mismo; si quiero llevar el mensaje de Cristo, primero debo poseerlo yo; quiero todas estas emociones negativas, blanco, negro, amor, odio, voy a trabajarlo, no por egosmo ni por llegar a un grado ms alto en el cielo, sino porque lo que yo haga se refleja despus en todos, en mi crculo. Cualquiera que tenga su familia, sus hijos, sus contactos, si mejora en ese nivel, mejora el entorno en el que vive.

    4. Yo, t, nosotros, ellos. 49

  • S tu mismo y deja que los dems sean Un da me comentaba un lector de mis libros que, respecto

    a las expectativas, le llam la atencin, en la obra "Se hace camino al andar", la frase que dice "somos personas de segunda ". Este aspecto, visto as realmente preocupa porque significa que estamos programados para hacer lo que nos inspiraron nuestros padres, toda su cultura u otras personas. Realmente quedaramos sin piso, vacos, si estamos haciendo solamente lo que nos han programado, entonces dnde estamos nosotros?

    Se ha citado una frase de esas que realmente hacen tomar conciencia y cambiar de rumbo. La frase es de Krishnamurti, el gran pensador Indio, autor de mucha profundidad, libertad, limpieza de vida y desprendimiento que muri hace poco, a los noventa y dos aos. El poda haber sido el mesas acla-mado y renunci a todo, una maravilla de hombre y de perso-na. Recuerdo que leyendo un da su libro, a poco de llegar a la India, no me caus ninguna impresin y lo dej. Al cabo de diez aos, tom el mismo, empec a leerlo y me detuve en esta frase de Krishnamurti: "somos gente de segunda mano"; me lleg tan dentro que cerr el libro y empec a pensar.

    Me crea, no un genio, pero s una persona independiente, imaginativa, original, yo soy yo y este seor me dice: "segun-da mano". El carro usado, muy bonito por fuera, pero si se enciende es segunda mano. Me parece que soy otro si llevo una prenda de otro. Una acusacin tan enorme y al mismo tiempo tan real. De ah vienen, en parte, las expectativas; lo que decamos de los papas y cmo condicionan a sus hijos. Todo esto viene de lo que est aprendiendo, sin saberlo y el da en que despierta dice: "yo me crea original; crea que saba, poda, quera algo y me encuentro con que todo lo mo es heredado, adquirido, "de segunda mano"; es un golpe de esos que hacen despertar. Creemos que somos autnticos y no hay tal, somos slo un eco de lo aprendido.

    Un poltico en la India afirmaba en su discurso: "yo estoy

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    convencido de que...; mi opinin personal es que...; yo siempre he pensado que...". A los pocos meses cambi de partido; l estaba repitiendo el manifiesto del partido, eso es lo que hacemos muchas veces. Es el "segunda mano", del cual no puedes prescindir. Soy yo realmente o soy yo el producto de una serie de circunstancias. Mark Twain dice: "el hombre es un manojo de prejuicios": lo que nos han dicho, lo que nos han enseado; lo que se usa; esto est bien, esto est mal. Los norteamericanos tienen una frase muy divertida, llaman a los turistas "cuellos de goma". Ellos suben en un autobs a todos los turistas. Adelante una azafata con el micrfono les dice: "si miran a la derecha, vern... y todos miran; si tienen la bondad de girar hacia la izquierda vern el monumento ....". As van en el autobs mirando para un lado y para otro. Esto nos pasa a todos; nos dijeron cuando pequeos, esto se hace... esto no se hace... y si lo haces te sentirs culpable.

    Fuerte, pero cierto. Somos de segunda mano. Todo adqui-rido, todo heredado; nada es nuestro, en estricto sentido y eso naturalmente, desfasa. No puedo gobernarme a m mismo sino estoy en mis propias manos. Existe la influencia enorme de los condicionamientos en nuestra vida. Cuando nos dicen: "este establecimiento, tiene aire acondicionado, pienso: "ahora toda la vida tiene aire acondicionado". Respiramos lo que nos dan, la mezcla, lo que se lleva, las modas, lo que hay que hacer, lo que debe evitarse. De eso vivimos pero sino lo percibimos, no podemos reaccionar ante ello. La fuerza que esto tiene es extraordinaria. Las cosas que damos como ente-ramente naturales son adquiridas; lo que creemos instintivo es algo aprendido.

    Respecto a esto una seora me dijo lo siguiente: "a m me toca trabajar con pblico y como usted dice, pienso que la persona tiene que ser natural, espontnea en lo que siente, al hablar, al caminar, al actuar. Soy estilista de cabello, y critico mucho a las mamas cuando van a mi negocio, porque llevan sus nios de la mano y comienzan: "mira, crtale as y el ni-

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  • o llora o la nia dice: "no mam, yo lo quiero largo. Entonces le digo: "mire seora, por qu no deja que su hijo decida. "No, porque eso me da mucho trabajo, tengo que levantarme muy temprano para peinarla". Sufro muchsimo porque he aprendido a catalogar al ser humano y a saber como piensan los jvenes. Ellos dicen: "cuando me voy a cortar el cabello, que no venga mi mam, dile que se quede. Yo trato de decirle esto y me contesta: "no te metas en eso porque yo estoy criando un hombre, o una mujer de verdad".

    Me hace mucha gracia porque a m me ocurre lo mismo. No soy peluquero, aunque me gustara, pero me pasa exactamente lo mismo. Viene la mam con el nio y me dice: "padre, a m no me hace caso, dle consejos. Peor, una vez vino el marido, colega en el departamento de matemticas, trayendo de la mano a su mujer y me dijo: "dgale a mi mujer que tiene que obedecerme a m, que tiene que portarse bien".

    Curioso, me pasa exactamente lo mismo que a la peluquera. Me resulta ms fcil porque, no vivo de eso, por as decirlo, pero cuando vienen los papas con su hijo ya mayor, universitario, matrimonio, estudios, comportamiento en casa, me dicen: "aqu le traigo a mi hijo, para que usted le explique; adems le he dado sus libros para que los lea". Digo: "qu horror, lo que me va a odiar el muchacho". Yo los escucho con mucho cario, me parece muy bien, har todo lo que pueda; ahora ustedes dos se van a su casa", los despido muy bien, y digo al muchacho: "si quieres, puedes venir a cualquier hora y hablamos, entendido?".

    Nunca admito a nadie a quien traigan obligado. Que venga por su propia voluntad. Si no viene, que no venga; hay que aceptar la realidad; no tenemos obligacin de salvarle la vida a todo el mundQ. Comprendo la situacin de la seora estilista de cabello, es ms delicada, porque la que paga es la mam. Ese es el problema, y me encanta que la seora lo vea.

    El negocio profesionalmente hay que llevarlo como sea; lo ideal sera que el adolescente pudiera llevar el cabello

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    como quisiera y que sus papas entendieran sus razones. Primera: por pertenecer a su grupo, el pelo, el vestido, la manera de hablar, beber, fumar; lo que yo llamo el pasaporte, la tarjeta de identidad; el nio necesita aceptacin, grupo, identificacin, soporte, ayuda y paga el pasaporte. El autor hngaro George Mikes, dice, con mucha gracia, refirindose a la secta "los ngeles del infierno", "hell's angels", que viven en plan punky, y a quienes describe muy bien, con la mitad de la cabeza afeitada y pintada de verde y la otra mitad como una cresta de gallo: "al muchacho no le gusta llevar ese peinado, lo aborrece, pero lo lleva para identificarse con su grupo, en el cual, cada uno de ellos, aborrece el peinado, pero todos juntos tienen que llevarlo porque es el smbolo".

    La moda ayuda a los jvenes, no porque les guste, sino porque los identifica con el grupo. En otra parte he contado el chiste de dos muchachas que estn frente a un escaparate donde se exhiben las modas de la prxima temporada y una de ellas le dice a la otra: "fja