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RESUMEN Este estudio profundiza el análisis estadístico e interpretativo de cuatro patrones de personali- dad del Inventario Clínico para Adolescentes de Millon (MACI - Millon, 1993). Estos patrones (Sumiso, Dramatizador, Egoísta y Conformista) han presentado un comportamiento no acorde con la teoría, en estudios realizados con adoles- centes latinoamericanos. Se informa una revi- sión de los datos del estudio de baremación chi- lena del MACI, desarrollado con una muestra de 807 adolescentes, de 13 a 19 años, diferenciada por sexo y dicotomizada en dos grupos: no-con- sultantes (200 hombres y 206 mujeres) y consul- tantes (212 hombres y 189 mujeres) que contestó el MACI y el Inventario Multifásico de la Per- sonalidad de Minnesota para Adolescentes (MMPI-A). Un conjunto de análisis de validez diagnóstica determinó que las escalas MACI di- ferenciaban de modo inverso a lo esperado teó- ricamente y estableció puntajes de corte óptimos entre los dos grupos. La comparación, mediante las escalas clínicas del MMPI-A, entre los gru- pos de funcionamiento sano y funcionamiento alterado creados por la segmentación de la mues- tra según el puntaje de corte de cada escala, in- dicó que estas escalas presentaban el comporta- miento contra-teórico observado previamente. Estos resultados son discutidos considerando el síndrome cultural individualismo - colectivismo y los rasgos personales colectivistas que se pre- sentan preferentemente en los grupos de adoles- centes latinoamericanos. También se ofrecen criterios de interpretación clínica para estas es- calas que integran características específicas re- lacionadas con la interacción social afectiva (es- calas Dramatizador y Egoísta) y el respeto a las normas grupales (escalas Sumiso y Conformista) que se presentan preferentemente en la cultura latinoamericana. Palabras clave: Modelo de Millon; Cultura la- tinomericana; MACI; Adolescentes. ABSTRACT This article deepens on the statistical and in- terpretative analysis done with four personality patterns from the Millon Adolescent Clinical Inventory (MACI - Millon, 1993). These patterns (Submissive, Dramatizing, Egotistic, and Con- forming) have presented, in different studies INTERDISCIPLINARIA, 2010, 27, 1, 23-40 23 RELATIVISMO CULTURAL DEL MODELO DE PERSONALIDAD DE MILLON EN AMÉRICA L ATINA: UN ESTUDIO CON ADOLESCENTES* CULTURAL RELATIVITY OF THE MILLONS PERSONALITY MODEL IN L ATIN- AMERICA: A STUDY WITH ADOLESCENTS * E UGENIA V. V INET ** *Este estudio fue financiado por el Proyecto 120612 de la Dirección de Investigación de la Universidad de La Frontera. **Psicóloga y Doctora en Psicología Clínica y de la Salud. Profesora Asociada del Departamento de Psicología de la Universidad de La Frontera. E-Mail: [email protected] Av. Francisco Salazar 01145. Casilla 54-D. Temuco - Chile.

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RESUMEN

Este estudio profundiza el análisis estadísticoe interpretativo de cuatro patrones de personali-dad del Inventario Clínico para Adolescentes deMillon (MACI - Millon, 1993). Estos patrones(Sumiso, Dramatizador, Egoísta y Conformista)han presentado un comportamiento no acordecon la teoría, en estudios realizados con adoles-centes latinoamericanos. Se informa una revi-sión de los datos del estudio de baremación chi-lena del MACI, de sa rrollado con una muestra de807 adolescentes, de 13 a 19 años, diferenciadapor sexo y dicotomizada en dos grupos: no-con-sultantes (200 hombres y 206 mujeres) y consul-tantes (212 hombres y 189 mujeres) que contestóel MACI y el Inventario Mul tifásico de la Per-so nalidad de Minnesota para Adolescentes(MMPI-A). Un conjunto de análisis de validezdiagnóstica determinó que las escalas MACI di-ferenciaban de modo inverso a lo esperado teó-ricamente y estableció puntajes de corte óptimosentre los dos grupos. La comparación, me diantelas escalas clínicas del MMPI-A, entre los gru-pos de funcionamiento sano y funcionamientoalterado creados por la segmentación de la mues-tra según el puntaje de corte de cada escala, in-

dicó que estas escalas presentaban el comporta-miento contra-teórico observado previamente.Estos resultados son discutidos considerando elsíndrome cultural individualismo - colectivismoy los rasgos personales colectivistas que se pre-sentan preferentemente en los grupos de adoles-centes latinoamericanos. También se ofrecencri terios de interpretación clínica para estas es-calas que integran características específicas re-lacionadas con la interacción social afectiva (es-calas Dramatizador y Egoísta) y el respeto a lasnormas gru pales (escalas Sumiso y Conformista)que se presentan preferentemente en la culturalatinoamericana.

Palabras clave: Modelo de Millon; Cultura la-tinomericana; MACI; Adolescentes.

ABSTRACT

This article deepens on the statistical and in-terpretative analysis done with four personalitypatterns from the Millon Adolescent ClinicalInventory (MACI - Millon, 1993). These patterns(Sub missive, Dramatizing, Egotistic, and Con -form ing) have presented, in different studies

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RELATIVISMO CULTURAL DEL MODELO DE PERSONALIDAD DE MILLON EN AMÉRICALATINA: UN ESTUDIO CON ADOLESCENTES*

CULTURAL RELATIVITY OF THE MILLON’S PERSONALITY MODEL IN LATIN-AMERICA: A STUDYWITH ADOLESCENTS*

EUGENIA V. VINET**

*Este estudio fue financiado por el Proyecto 120612 de la Dirección de Investigación de la Universidad de La Frontera.

**Psicóloga y Doctora en Psicología Clínica y de la Salud. Profesora Asociada del Departamento de Psicología de la Universidad de La Frontera. E-Mail: [email protected]

Av. Francisco Salazar 01145. Casilla 54-D. Temuco - Chile.

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done with Latin-American adolescent samples, apsychometric behaviour different from the onewe shall expect in agreement with Millon’s the-ory. To do this, the data from the MACI’s Chi -lean normative study was revised deeply. Asample of 807 adolescents, aged 13 through 19,divided by sex and also divided into a non con-sulting group (200 males and 206 females), anda clinical group (212 males and 189 females),was selected. All participants responded theMACI and the Minnesota Multiphasic Person al -ity Inventory for Adolescents (MMPI-A, Butcheret al., 1992). With the MACI scales data, a serieof statistical analysis for diagnostic validity(Hsu, 2002) that included Cohen’s effect size (d),a percentage of non-overlap of the two distribu-tions (U1), areas under receiver operating charac-teristic (ROC) curves, and sensibility andspecificity analysis, were run through successivestages.

First, results confirmed that the scales Sub -missive, Dramatizing, Egotistic and Conform ingscored significantly higher in the non-consultinggroups than they did in the consulting groups,this finding confirmed that Submissive, Dram -atizing, Egotistic and Con form ing scales pre-sented a counter-theory behaviour. Second, thesame set of analysis allow ed to determine cuttingpoint scores that had the capability for discrimi-nating among participants coming from the non-consulting and the consult ing groups. Later, theMMPI-A clinical scales data were analysedthrough a set of MANOVAS and ANOVASdraw ing significant differentiation between thehealthy functioning and disorderly functioninggroups that were created by dividing the sampleon the basis of cutting point scores from eachscale. These anal yses also confirmed thecounter- theory behavior for the scales Submis -sive, Dram atizing, Ego tistic and Con form ingfound in previous studies in Latin-America.Results show ed that healthy function ing groupshad higher MACI scores and MMPI-A scoresaround T 50, which indicated a healthy function-ing; vice versa disordered functioning groupspresented lower MACI scores and MMPI-Ascores around or higher than T 60, which is anindicator of pathological functioning. The inter-pretation of these results was done consideringthe cultural syndrome of individualism and col-

lectivism which reflects shared attitudes, beliefs,norms, roles and values among people belongingto a specific cultural group. According toTriandis (2001), the central theme shared by col-lectivist individuals is the conception of them-selves as aspects of groups or collectivities, onthe other hand, the individualism central themeis the conception of the individuals as auton -omous from groups. Collectivist adolescents arelikely to define themselves by giving priority toin-group goals, they pay less attention to internalthan external processes as determinant of socialbehavior, and they define the relationship withthe in-group members as communal. Collectivistpersonal traits, affect the personality functioningof adolescents coming from Latin-Americancountries in two aspects: They are reflected inelevations of the Dramatiz ing and Egotisticscales by integrating specific characteristics re-lated to externalized, affective and warm socialinteractions; also they are reflected in elevationsof the Submissive and Conforming scales by em-phasizing specific characteristics related to therespect for the group norms and rules and keep-ing group harmony. At the end of the study, abipolar clinical interpretation criteria, that in-cludes the possibility of pathological functioningin very low and very high scores, is offered foreach scale to be used as a guide for interpretingthese MACI scores in the context of adolescencewithin the Latino-American culture.

Key words: Millon’s model; Latin-Americanculture; MACI; adolescents.

INTRODUCCIÓN

Theodore Millon postula un modelo teó-rico de la personalidad que se origina en losplanteos del Modelo Biosocial del año 1969y se consolida en el Modelo Evolucionistade la Personalidad del año 1990.

El modelo biosocial plantea que la perso-nalidad se desarrolla y estructura a partir dela interacción de tres dimensiones polarespresentes en todo ser humano. Estas son:(a) la dimensión placer - dolor, cuya orien-tación natural es buscar y repetir las conduc-tas placenteras que promueven la supervi-

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vencia y evitar las experiencias dolorosaspotencialmente peligrosas para la vida, (b) ladimensión pasividad - actividad, que repre-senta la tendencia a adaptarse o acomodarsea las condiciones ambientales, o bien, la ten-dencia a tener una actitud activa para modi-ficar el entorno y hacer que se adecue a laspropias necesidades y (c) la dimensión símismo - otros que se refiere al desarrollo dela individualidad y el afianzamiento del símismo como fuente de satisfacción, o bien,a la orientación hacia los otros como prove-edores de satisfacción y reforzamiento.

El modelo evolucionista revisa la con-cep tualización biosocial desde una perspec-tiva más amplia, otorgando a la evoluciónhumana la calidad de principio ordenadordel desarrollo de la especie y de los seres hu-manos en particular. La tres dimensiones sereconceptualizan como tareas evolutivasvinculadas a la supervivencia, la adaptacióny la replicación. La polaridad placer - dolorrepresenta los mecanismos evolutivos rela-cionados con la supervivencia y está orien-tada al incremento y preservación de la vida.La polaridad pa sivo - activo se asocia a lasegunda tarea evo lutiva y representa los me-canismos de adaptación al medio. La pola-ridad sí mismo - otros se vincula a la terceratarea evolutiva al plantear que los estilosreproductivos masculinos y femeninos sedi ferencian por su énfasis en el desarrollodel sí mismo o en el cuidado de los otroscomo estrategias de pre servación de la espe-cie.

La personalidad es definida como “unpa trón complejo de características psicológi-cas profundamente enraizadas que se expre-san de forma automática en casi todas lasáreas de la actividad psicológica” (Millon &Davis, 2001, p. 2). Tanto su expresión nor-mal como la patológica son el resultado dela interacción de las tres dimensiones en elpro ceso de desarrollo del individuo.

Si una persona ha presentado un desarrollosano, con estimulaciones adecuadas en cadauna de las etapas del desarrollo neuropsico-lógico, exhibirá una capacidad para enfren-tarse a su medio de modo flexible y apropiadoy sus percepciones y conductas ca rac terísticas

favorecerán su satisfacción personal. Este es-tilo de funcionamiento implica flexibilidady adaptabilidad para establecer equilibrios en-tre las tres dimensiones (placer - dolor,activo - pasivo, sí mismo - otros). Hay unafocalización en la maximización de las ex-periencias de vida placenteras junto a capa-cidades para enfrentar efectivamente las si-tuaciones dolorosas, hay capacidad para seractivo o pasivo dependiendo de los requeri-mientos de la situación y hay flexibilidad paratransitar entre una orientación hacia sí mismoy hacia los otros. Si esto sucede, puede afir-marse que la persona posee una personalidadsana y normal.

Por el contrario, si el desarrollo ha estadosalpicado de infra o hiperestimulaciones enciertas etapas, la persona responderá a las de-mandas cotidianas en forma más rígida o de-ficiente, sus percepciones y conductas favo-recerán el aumento de la molestia personal oreducirán sus oportunidades. En este caso pue -de decirse que la persona posee una persona-lidad patológica o un trastorno de la per sona-lidad.

Los trastornos de la personalidad hansido descriptos a través de estilos o patronesde funcionamiento que surgen al combinarcinco tipos de desorganizaciones posibles deocurrir al considerar conjuntamente las trespolaridades del modelo biosocial. Estas des-organizaciones son descriptas por Mc Cann(1999):

La primera puede surgir en el estiloinstrumental de afrontamiento de la per-sona, llevándola a fijarse en un modo ac-tivo o pasivo de afrontamiento.

La segunda puede surgir en la fuentede gratificaciones de la persona cuandohay una excesiva confianza en sí mismo(independiente) o en los otros (depen-diente) co mo proveedores de satisfaccióny de experiencias positivas en la vida.

La tercera desorganización surge cuan -do la persona no establece vínculos conotros, es decir, se desvincula y presenta unafalta de inclinación, desgano o inhabilidadpara experimentar placer en la vida.

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La cuarta puede ocurrir cuando la per-sona invierte la polaridad de dolor y pla-cer, obteniendo placer de experienciasque son naturalmente dolorosas y dolorde situaciones que son normalmente pla-centeras; esta desorganización es denomi-nada patrón discordante de la personali-dad.

La última desorganización ocurre cuan -do la persona establece un patrón ambiva-lente y entra en conflicto no pudiendo de-terminar si sus fuentes de gratificaciones ysatisfacciones en la vida residen en símismo o en los otros.

Las alteraciones en las polaridades for-man una categorización de 2 (activo - pa-sivo) x 5 (independiente - dependiente -discordante - ambivalente - desvinculado)que contiene 11 estilos básicos de la perso-nalidad. La Tabla 1 resume estos estilos condenominaciones que reflejan un nivel levede trastorno cercano a la normalidad y, entreparéntesis incluye las denominaciones co-rrespondientes a los trastornos más gravesde la personalidad.

En el modelo de Millon se han desarro-llado dos instrumentos que permiten descri-bir y evaluar las características más rele-vantes de la personalidad y sus al te racionesen cada estilo mencionado. Estos son el In-ventario Clínico Multiaxial de Millon - III(1994) orientado a evaluar la personalidadadulta y el Inventario Clínico para Adoles-centes de Millon (MACI, Millon, 1993) di-rigido a la población adolescente.

Aunque ambos instrumentos han sidotraducidos al español, adaptados y aplicadosen países latinoamericanos, el MACI es elque reúne la mayor cantidad de estudiosque han considerado las particularidadesdel contexto cultural latinoamericano.

Los primeros estudios en esta línea sur-gen en Argentina (Casullo & Castro, 2002;Casullo, Góngora & Castro, 1998), Chile(Vinet & Alarcón, 2003a) y Perú (Iza, 2002)a través de procesos de traducción y adap-tación del instrumento a las realidades so-cioculturales de los respectivos países. Ellos

muestran que el MA CI es un instrumentoidóneo para trabajar con adolescentes dedi ferentes países latinoamericanos aunquealgunas escalas presentan sistemáticamente,puntuaciones directas más altas en los ado-lescentes de población general, sin trastor-nos de la salud mental y no en los adoles-centes consultantes por trastornos mentalescomo habría sido esperable de acuerdo conla teoría. Este fenómeno se presenta en lospatrones de la personalidad Dramatizador,Egoísta y Conformista y en algunos casosSumiso, y contradice la hipótesis a mayorpuntaje, mayor patología implícita en laconstrucción del MACI.

Resultados concordantes con estos repor-tes son encontrados por Blumentritt, Angle yBrown (2004) y por Blumentritt y Wilson(2004) en el trabajo realizado con adolescen-tes hispanos en Estados Unidos. Estos auto-res observan que, al contrario de lo esperadoteóricamente, puntuaciones altas en las esca-las de patrones de la personalidad Dramati-zador, Egoísta y Conformista están asocia-das, en este grupo cultural, a aspectos mássa ludables que patológicos, estableciendo unvínculo entre características de la cultura la-tina y rasgos personales asociados al respetode las normas, al cuidado del grupo de paresy a la sociabilidad (Blumentritt et al., 2004).

En un estudio desarrollado con adolescen-tes chilenos, orientado a evaluar la capacidadde las escalas del MACI para discriminar en-tre consultantes por problemas de saludmen tal y no-consultantes procedentes de po-blación general, Vinet y Forns (2006) encon-traron tres grupos de escalas con comporta-mientos discriminativos diferentes: escalasque discriminan adecuadamente conforme alo planteado originalmente en el test; escalassin poder de discriminación, entre ellas el pa-trón Sumiso y escalas con una adecuada ca-pacidad de dis criminación aunque, a diferen-cia del resto de las escalas discriminativas,“la dirección de la puntuación indicativa depatología se invierte respecto de lo esperado”(p. 78), entre ellas los patrones de persona-lidad Dramatizador, Egoísta y Conformista.

Las autoras hacen comprensibles estos re-sultados al analizar extensamente el rol que

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la cultura a la que pertenecen los sujetos podríajugar en sus respuestas al test. Para ello recu-rren a la Dimensión Individualismo - Colec-tivismo (Hofstede, 1980, 1999; Triandis,2001) la cual es definida como un síndromecultural que implica conjuntos com partidos decreencias, actitudes, normas, valores y con-ductas que se organizan en torno a un temacentral (el predominio de los objetivos indi-viduales sobre los grupales -individualis-mo- versus la dependencia de las personas conrespecto a sus grupos de pertenencia - colec-tivismo-). Este síndrome aparece en gruposde personas que comparten un idioma, un pe-ríodo de tiempo y una región geográfica es-pecífica; su polo colectivista es especialmentealto en sociedades tradicionales y en la ma-yoría de las culturas de Asia, África y Lati-noamérica; su polo individualista es especial-mente alto en América del Norte (al norte deRío Gran de) y en el norte y oeste de Europa(Triandis, 1997).

El término empleado para las tendenciaspersonales colectivistas es alocentrismo, en-tendido como una preocupación por otros, quesurge a través del desarrollo y que afecta tantoa la personalidad como a las conductas y cog-niciones de los individuos (Triandis, Leung,Villareal & Clark, 1985). Triandis (2001) se-ñala que las personas alocéntricas son carac-terizadas en diversos estudios co mo afiliati-vas, no dominantes, atentas, respetuosas, hu-mildes, deferentes, obedientes, responsables,sacrificadas, tradicionalistas, conformistas ycooperativas. Además, pueden ser vergonzo-sas, con una autoestima basada en el llevarsebien, sensibles al rechazo social y tímidas alentrar a un nuevo grupo. Experimentan másemociones con compromiso interpersonal(sentimientos de amistad, cercanía y respeto)y son muy interdependientes con su propiogrupo de pertenencia, el cual les provee unambiente social estable al cual adaptarse. Laadaptación al grupo es prioritaria, están dis-puestas a ajustar sus comportamientos y a res-tringir sus propias necesidades y deseos enfunción del grupo de pertenencia y disfrutanal hacer lo que su grupo espera de ellos.

De acuerdo a Vinet y Forns (2006), los re-sultados de no discriminación en la Escala

Sumiso y los resultados contrateóricos de lasescalas Dramatizador, Egoísta y Confor-mista pueden comprenderse mejor al teneren cuenta este estilo colectivista de interac-ción social que está presente naturalmenteen los estilos de interacción personal en lospaíses latinoamericanos. Sin embargo, esimportante señalar que estas característicasno son extrañas al modelo de Millon puesaparecen en las descripciones factoriales delas escalas desarrolladas por Davis en 1994(citado en McCann, 1999).

Davis informa que en la Escala Sumisoaparecen seis dimensiones (Asertividad de-ficiente, Respeto a la autoridad, Disposiciónpacífica, Ansiedad de apego, Correcciónso cial y Búsqueda de guía), todas ellas, ex-cepto la de Ansiedad de apego, son valoradaspositivamente en las sociedades latinoame-ricanas y al ser contestadas en dirección po-sitiva caracterizarían a adolescentes con unfuncionamiento adaptado y saludable.

La Escala Dramatizador incluye cinco di-mensiones (Con vivencia social, Búsqueda deatención, Autoimagen atractiva, Postura op-timista y Desinhibición conductual) que enel contexto latinoamericano son consideradaspositivamente e identifican a jóvenes que mu-chas veces son líderes populares entre susiguales.

La Escala Egoísta incluye seis dimensiones(Autoimagen admirable, Va nidad so cial,Con fianza en los propósitos, Independenciaauto-asegurada, Indiferencia empática y Sen -timientos de superioridad) que de poseer unaelevación moderada serían adaptativas y de-seables, especialmente si se consideran los di-versos intentos del adolescente por llegar a es-tablecer una identidad propia en un contextocolectivista.

Finalmente, para la Escala Conformista,Davis propone cinco dimensiones (Restric-ción interpersonal, Rigidez emocional, Ad-herencia a las reglas, Conformidad social yConciencia responsable) que al estar presen-tes, podrían facilitar la inte ra cción socialadaptativa de los individuos dentro del con-texto latinoamericano.

Vinet y Forns (2006) consideraron a lasescalas del MACI como pruebas diagnósti-

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cas similares a pruebas o exámenes de usocomún en Medicina que permiten clasificara los examinados como pertenecientes a ungrupo sano o enfermo (Hsu, 2002; Pita &Pértegas, 2003) según su resultado. Las téc-nicas estadísticas utilizadas para determinarla calidad de una prueba diagnóstica inclu-yen análisis de curvas ROC y análisis desensibilidad y especificidad (López de Ulli-barri & Pita, 1998; Metz, 1998; Pita & Pér-tegas, 2003). Estos análisis, desarrolladospor Vinet y Forns para cada escala del MA -CI, fueron repetidos posteriormente en elestudio chileno de baremación del MACI(Vinet, 2008; Vinet & Forns, 2008) con re-sultados muy similares a los obtenidos porlas mismas autoras en el año 2006.

En primer lugar, en el año 2008, las esca-las del MACI fueron nuevamente clasifica-das en tres grupos:

a.- El grupo de Escalas Acordes con laTeoría (AT) está integrado por 21 de las27 escalas con significado clínico en loshombres y por 19 de ellas en las mujeres,e incluye a todas las escalas que discrimi-nan apropiadamente y en las cuales laspuntuaciones más altas aparecen en lossujetos consultantes.

b.- El grupo de Escalas Contra-Teóricas(CT) está integrado por seis escalas en loshombres y cinco en las mujeres y lo con-forman aquellas escalas que discriminaninversamente, en las cuales los puntajesmedios mayores corresponden al grupode funcionamiento sano o no-consultan-tes; entre ellas se destacan los patronesde personalidad Sumiso, Dramatizador,Egoísta y Conformista en hombres y mu-jeres.

c.- El grupo de Escalas No-Diferenciado-ras (ND) está formado por sólo tres esca-las (Insensibilidad Social, Predisposicióna la Delincuencia y Sentimientos de An-siedad) que en la muestra de baremaciónfemenina no tuvieron capacidad para di-ferenciar entre no-consultantes y consul-tantes.

En segundo lugar, para la baremación delas escalas AT y CT se diseñó una escala demedida que aúna criterios dimensionales y ca-tegoriales. La característica principal de estaescala es la presencia de un puntaje de corteque permite diferenciar la condición sana opatológica del sujeto evaluado. Este puntajefue determinado empíricamente a través delanálisis de curvas ROC y los índices de sen-sibilidad y especificidad calculados para ca -da escala y separadamente para hombres ymujeres. Su valor directo se hizo equivalenteal puntaje central de la escala de baremación(Puntaje Transformado = 50) permitiendo ca-tegorizar o diagnosticar a cada sujeto evaluadocomo perteneciente a uno de los dos grupospoblacionales (no-consultantes y consultantes)que conformaron la muestra de baremación(Vinet, 2008; Vinet & Forns, 2008).

En tercer lugar, los puntajes de corte delas escalas del MACI, esenciales en esta ba-remación, fueron validados al contrastar laspuntuaciones obtenidas en las escalas clíni-cas del Inventario Multifásico de la Persona-lidad de Minnesota para Adolescentes(MMPI-A, Butcher et al., 1992) por la mues -tra de baremación segmentada según el pun-taje de corte de cada escala MACI. Se utilizóel MMPI-A pues, al igual que el MACI, esun instrumento para la evaluación integral dela personalidad adolescente. Se emplearonlas escalas clínicas ya que ellas provienen dela versión original del MMPI y existe unextenso número de estudios que avalan sucapacidad de evaluación de psicopatologíageneral en adolescentes; sin embargo, no seincluyó la Escala Masculino-Femenino (MF)pues su uso ha sido cues tionado por susaportes poco relevantes y a veces contradic-torios (Archer, 1997; Butcher & Williams,1992).

En el caso de las escalas CT se hipotetizóque los grupos de sujetos con puntuacionesMACI sobre el punto de corte obtendríanpun tuaciones bajas en las escalas del MMPI- A, compatibles con un funcionamiento nor-mal; por el contrario, los grupos con pun- tuaciones bajo el punto de corte de las esca-las MACI obtendrían puntuaciones altas enel MMPI-A, asociadas a patología.

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OBJETIVO

En el presente artículo se informan los da-tos obtenidos en el estudio de baremación chi-lena del MACI, profundizando en el aná lisisde los patrones de personalidad con tra-te óricospresentes en los estudios con adolescentes per-tenecientes a la cultura lati no a me ricana. El ob-jetivo de la investigación fue realizar un apor-te a la adecuada interpretación de estasescalas al trabajar con el modelo de Millon enel contexto sociocultural latinoamericano. Paraello se informan y analizan en profundidad losresultados obtenidos en las cuatro escalas depatrones de la personalidad identificadascomo contra teóricas, es decir, las escalas Su-miso, Dramatizador, Egoís ta y Conformista(3, 4, 5 y 7 en su denominación abreviada).

MÉTODO

PARTICIPANTES

Los sujetos incluidos en este estudio co-rresponden a la muestra de baremación delMACI (Vinet, 2008).

Para constituirla, un extenso grupo deadolescentes de 13 a 19 años (N = 1.120),procedentes de diversos centros educaciona-les y de centros de atención de adolescentescon problemas psicológicos, participó vo-luntaria y anónimamente en un proceso deevaluación desarrollado en los propios cen-tros. Los adolescentes proporcionaron datossociodemográficos básicos y respondieronprimero el MACI y posteriormente el MMP- A. La muestra quedó compuesta por 807ado lescentes, de ellos 406 eran no-consul-tantes (200 hombres y 206 mujeres) y 401fueron consultantes (212 hombres y 189 mu-jeres). Todos cumplieron con el requisito detener protocolos MACI y MMPI-A válidossegún los siguientes criterios: El MACI tuvoausencia de ítemes omitidos o con doblesmarcas, una puntuación directa de la EscalaX (Sinceridad) mayor o igual a 201 e infe-rior o igual a 589 y una puntuación en la Es-cala V (Validez) igual o inferior a 1. ElMMPI-A cumplió con los criterios de vali-

dez propuestos por Lucio, Ampudia y Durán(1998) para la versión mexicana del instru-mento.

INSTRUMENTOSA.- INVENTARIO CLÍNICO PARA ADOLESCENTES DEMILLON (MACI - MILLON, 1993)

El MACI es un instrumento de construc-ción racional que sigue los modelos deaprendizaje biosocial y evolutivo de la per-so nalidad desarrollados por Millon (1969,1990) y que consta de 160 ítemes con for-mato Verdadero-Falso.

Los ítemes se organizan en 31 escalas, 27de ellas con significado clínico (12 de Patro-nes de Per sonalidad, 8 de PreocupacionesExpresadas y 7 de Síndromes Clínicos). Lasescalas no clínicas son tres escalas de controldenominadas: Sinceridad, Deseabilidad yDepreciación y una de Validez de sólo dosítemes.

El estudio que se informa se refiere sóloa las escalas de patrones de la personalidad:Sumiso, Dramatizador, Egoísta y Confor-mista pues ellas han presentado un compor-tamiento no acorde con lo esperado teórica-mente según el modelo de Millon en losestudios con adolescentes latinoamericanos.

La fiabilidad del instrumento ha sido pro-bada en diversos estudios. En muestras ar-gentinas y chilenas los índices alpha de lascuatro escalas en estudio son levemente másbajos que los obtenidos por Millon (1993)oscilando entre .72 y .83 (Casullo et al.,1998; Vinet & Alarcón, 2003a). En cuanto avalidez, en Latinoamérica el MACI ha per-mitido diferenciar entre adolescentes confuncionamiento normal y funcionamientoalterado o en riesgo en mues tras argentinas,peruanas y chilenas (Casullo & Castro,2002; Iza, 2002; Vinet & Alarcón, 2003a; Vi-net & Forns, 2006) y además, ha posibilitadola descripción de grupos de jóvenes con di-versos problemas psicológicos (Alar cón, Vi-net & Salvo, 2005; Díaz, 2003; Fantín, 2006;Faúndez, 2007).

El MACI cuenta actualmente con normaspara tres poblaciones (Estados Unidos, Es-

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paña y Chile). Las normas estadounidensesy españolas están expresadas en Puntajes deTasa Ba se asociados a tasas de prevalenciade trastornos mentales; las normas chilenas(Vinet, 2008; Vinet & Forns, 2008) estánexpresadas en Puntajes Transformados conPuntos de Corte.

En este estudio se trabajó con la versiónchilena del MACI (Vinet et al., 1999) y, da -da la naturaleza del estudio, sus resultadosson presentados en puntajes directos.

B.- INVENTARIO MULTIFÁSICO DE PERSONALIDAD DEMINNESOTA PARAADOLESCENTES (MMPI-A, BUTCHERET AL., 1992)

Este instrumento es de origen empírico,específico para adolescentes y semejante alos otros instrumentos de Minnesota. Constade 478 ítemes con formato Verdadero-Falsoque conforman 38 escalas distribuidas encuatro grupos: 10 escalas clínicas, 6 escalassuplementarias, 15 escalas de contenido y 7escalas de validez.

Estudios internacionales reportan nivelesadecuados de fiabilidad para la mayoría delas escalas tanto en consistencia internacomo en estabilidad. Estudios chilenos(Vinet & Alarcón, 2003b) reportan confia-bilidades similares a las encontradas en la li-teratura internacional. Si no se considera laEscala MF, que presenta confiabilidades muybajas, los valores alpha para las escalas clí-nicas en adolescentes chilenos oscilan entre.52 (Ma en hombres escolares) y .92 (Pt enhombres con trastornos de desadaptación so-cial y en mujeres con trastornos clínicos), conuna mediana de .73. Con respecto a su vali-dez, la gran mayoría de las esca las discriminaadecuadamente entre mues tras de no-consul-tantes y muestras clínicas (Butcher et al.,1992; Lucio et al., 1998; Vinet & Alarcón,2003b). Las normas, tanto estadounidensescomo mexicanas, corresponden a sujetos de14 a 18 años, diferenciados por género.

En ausencia de normas chilenas delMMPI- A se ha evaluado la aplicabilidad delas normas estadounidenses y mexicanaspara ser utilizadas con adolescentes chilenos

(Vinet & Lucio, 2005). Este estudio ha de-mostrado que la muestra normativa me xi-cana se asemeja más que la muestra norma-tiva estadounidense al perfil de los ado- les centes chilenos de población general, re-comendándose el uso de los baremos mexi-canos en tanto no se disponga de normaspropias. Consecuentemente, en el presenteestudio se utilizó la versión chilena del test(Vinet et al., 1999) y los puntajes normati-vos mexicanos (Lucio et al., 1998).

PROCEDIMIENTO Y ANÁLISIS DE DATOS

El estudio de baremación (Vinet, 2008)in volucró una serie de etapas sucesivas quese inician a partir de la obtención y caracte-rización de la muestra. En este apartado sepresenta una breve reseña general y se des-criben los procedimientos y análisis queconciernen específicamente a las cuatro es-calas en estudio.

En la primera etapa, el aspecto más rele-vante fue poder determinar y luego validar,en cada escala y separadamente para cadasexo, un puntaje que permitiera discriminarentre no-consultantes y consultantes. Con es -tos objetivos, en primer lugar, se determi nóla dirección ascendente o descendente de lapsicopatología en la puntuación de ca daescala junto a su capacidad de discriminación.Los estadísticos utilizados fueron la pruebat de Student complementada por los estadís-ticos de validez diagnóstica (Hsu, 2002)magnitud del efecto (d) y no-sobreposición(nonoverlap) de distribuciones de dos grupos(U1) desarrollados por Cohen (1988) y un aná-lisis de curvas ROC realizado a través del soft-ware Rockit 0.9B, Beta Version de Metz(1998). En segundo lugar, para las escalas quelo ameritaban se determinó el puntaje de corteóptimo para diferenciar entre no-consultantesy consultantes a través de los índices de sen-sibilidad (S) y especificidad (E).

Para validar los puntajes de corte deter-minados se utilizó un conjunto de análisismul tivariantes de la variancia (MANOVA)con sus respectivos análisis invariados(ANOVA). En estos análisis el puntaje de

Vinet

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corte de cada escala en estudio (variable in-dependiente) generó dos subgrupos (grupocon puntajes MACI menores o iguales alpun taje de corte y grupo con puntajes MACImayores que el punto de corte); estos gruposse compararon en función de sus puntajes enlas escalas clínicas del MMPI-A (variabledependiente).

A continuación, los ANOVAS permitie-ron identificar las escalas clínicas del MMPI-A responsables de las diferencias entre losgrupos de funcionamiento sano y funciona-miento alterado creados según la segmenta-ción por puntaje de corte de cada es calaMACI en estudio.

RESULTADOS

El cómputo de las pruebas t, los estadís-ticos de validez diagnóstica d y U1 y losaná lisis de curvas ROC de las cuatro escalasen estudio se presentan en la Tabla 2, entanto que los puntajes de corte seleccionadoscon sus res pectivos índices de sensibilidad yespecificidad aparecen en la Tabla 3.

En la Tabla 2 se aprecia en primer lugarque, efectivamente, los puntajes medios delos no-consultantes son mayores que lospuntajes medios de los consultantes y queestas diferencias son significativas.

En segundo lugar, en las tablas 2 y 3 se ob-serva que las puntuaciones de hombres y mu-jeres siguen el mismo patrón, aunque los pun-tajes específicos presentan diferencias segúnsexo.

En tercer lugar, en ambas tablas se apre-cia que la Escala Sumiso es la que obtienelos índices de discriminación entre no-con-sultantes y consultantes más bajos al compa-rarla con las otras tres escalas.

La Tabla 4 muestra que la segmentaciónde la población total según puntajes de corte,produce en las cuatro escalas y en hombresy mujeres, diferencias significativas entrelos subgrupos en el conjunto de escalas clí-nicas del MMPI-A. El estadístico Eta cua-drado indi ca la magnitud de la diferenciadeterminada en cada escala MACI y corro-bora los resultados comentados previamente.

En los ANOVAS realizados con los sub-grupos sobre y bajo los puntajes de corte encada escala MACI para hombres y mujeresse evidencia que los subgrupos con puntajesMACI mayores al punto de corte obtienenpuntajes indicativos de funcionamiento nor-mal en la gran mayoría de las escalas delMMPI-A, avalando los planteos de funcio-namiento contra-teórico presentados en losantecedentes de este artículo y corroboradosen los resultados iniciales.

La Tabla 5 informa los análisis realizados.Ella muestra para las cuatro escalas del MA -CI, los puntajes medios de los subgrupos sobrey bajo el punto de corte en las escalas clínicasdel MMPI-A en las cuales se obtienen diferen-cias altamente significativas (p < .001);además se resaltan en negritas las medias conuna magnitud de la diferencia superior a Etaal cuadrado igual a .20, la cual sería sustantivay clínicamente interpretable.

Los resultados expuestos en la Tabla 5 in-dican, en general, que el subgrupo correspon-diente a Funcionamiento Sano (FS), formadopor adolescentes con puntuaciones MACI so-bre el puntaje de corte de estas escalas, ob-tiene en el MMPI-A puntajes cercanos a T50,el cual está asociado a ausencia de psicopa-tología. Por el contrario, el subgrupo corres-pondiente a Funcionamiento Alterado (FA),formado por los adolescentes con puntuacio-nes MACI bajo el puntaje de corte, obtieneen las escalas clínicas del MMPI-A puntajescercanos o superiores a T60, el cual está aso-ciado a la presencia de psicopatología.

Además, la Tabla 5 muestra que existen di-ferencias en el funcionamiento de hombres ymujeres, pues las diferencias observadas en -tre los subgrupos de mujeres alcanzan con ma-yor frecuencia que en los hombres, magnitudessuperiores a .20. También se constata que larelación entre cada escala MACI y las escalasclínicas del MMPI-A es una relación complejadonde cada escala del MMPI-A permite expli-citar diferentes facetas psicopatológicas queestarían implícitas en la conceptualización dela escala MACI. La interpretación psicológicaclínica de las di ferencias ob servadas entre FSy FA permite explicitar los siguientes aportesde las escalas del MMPI-A0.

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En el patrón Sumiso, los bajos niveles deMa que aparecen en el MMPI-A de los hom-bres y mujeres con funcionamiento sano, elbajo nivel de Dp presente en hombres confuncionamiento sano y el mayor nivel de Isque aparece en las mujeres con funciona-miento sano, son consonantes con las carac-terísticas de cooperación o sumisión vincu-ladas a la adecuación conductual a las nor- mas. Además, la menor sumisión, presenteen los adolescentes con funcionamiento al-terado, se relacionaría con la grandiosidad,la irritabilidad y la hiperactividad cognosci-tiva y conductual propia de Ma y la posibi-lidad de conductas delictivas (Dp alto) pre-sentes preferentemente en los varones.

En el patrón Dramatizador, la variablemás relevante en los varones es Is; en lasmujeres Is aparece asociada con Pt y D. Así,en los adolescentes con funcionamiento al-terado, se puede interpretar que la ausenciade los rasgos de sociabilidad y apego naturalhacia otros propios de este patrón, aumentany refuerzan la Introversión Social (Is), lafalta de motivación y la desesperanza (D) yuna sensación general de falta de bienestare incomodidad personal (Pt).

El patrón Egoísta produce diferencias sig-nificativas entre adolescentes con funciona-miento sano y funcionamiento alterado en lamayoría de las escalas del MMPI-A, aunqueestas diferencias no son muy relevantes inter-pretativamente en los hombres. En las muje-res, la autocentración de las adolescentescon funcionamiento sano se asocia en elMMPI-A, con las escalas Is, D y Pt que, altener puntuaciones bajas, son indicativas desalud mental en términos de sociabilidad,buen ánimo, seguridad personal y bienestargeneral; en cambio, la elevación de estas es-calas presente en las adolescentes con funcio-namiento alterado indicaría aislamiento,ánimo depresivo, insatisfacción consigomismo e inseguridad personal y por ende,una baja generalizada en términos de bienes-tar general.

El patrón Conformista es responsable de di-ferencias significativas interpretables en las es-calas Dp y Es en hombres y además, en las es-calas Pa, Pt y Ma en las mujeres. Las puntua-

ciones bajas en Dp y Es presentes en hombresy mujeres con funcionamiento sano, des criben a adolescentes maduros, con un ade -cuado control de su impulsividad y con bue -nas relaciones interpersonales; estas caracte-rísticas están asociadas a un mayor nivel deConformismo. Por el contrario, las elevacionesen Dp y Es describen en conjunto a adolescen-tes inmaduros, con pobre control de impulsosy conflictos interpersonales crónicos. Lasmujeres, además, a través de las escalas Pa yMa aparecen como recelosas, discutidoras yagresivas; en tanto Pt aporta a la caracterizaciónrasgos de ansiedad, tensión y nerviosismo.

DISCUSIÓN

Conviene recordar que el objetivo de esteestudio era profundizar en el análisis de lasescalas Sumiso, Dramatizador, Egoísta yConformista para contribuir a su adecuadainterpretación al trabajar con el modelo deMillon en el contexto sociocultural latinoa-mericano.

Los análisis estadísticos confirman la hi-pótesis que señalaba que en estas escalas seencontrarían puntajes directos mayores enlos no-consultantes. Asimismo, conforme alo anterior, se observa que los subgruposcon puntajes directos MACI sobre el puntode corte obtienen puntuaciones bajas en lasescalas del MMPI-A que son asociadas a unfuncionamiento sano, en tanto que los sub-grupos con puntajes directos MACI bajo elpunto de corte obtienen puntuaciones altasen el MMPI-A que se vinculan a patología.

El análisis interpretativo del MMPI-Apermite validar clínicamente el significadode las escalas del MACI al explicitar losaportes de las escalas del MMPI-A que me-jor diferencian entre los subgrupos sobre ybajo el puntaje de corte y asociarlos con lospolos de funcionamiento sano y funciona-miento alterado.

En su definición de las escalas del MACI,Millon (1993) señala que las escalas 3, 4, 5y 7 en sus extremos más patológicos (punta-jes altos) deberían reflejar trastornos gravesde la personalidad de tipo dependiente, his-triónico, narcisista y obsesivo-compulsivo,

Vinet

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respectivamente. Sin embargo, las puntua-ciones elevadas están definidas en gran me-dida a partir de rasgos o características per-sonales que son consideradas en su mayoríasaludables y deseables socialmente en elcontexto cultural latinoamericano.

A continuación, se revisan interpretati-vamente los aspectos saludables y patológi-cos posibles de encontrar en los adolescenteslatinoamericanos al integrar la informaciónprocedente de la definición de escalas delMACI (Millon, 1993), el análisis factorial delas esca las (Davis,1994, en McCann, 1999),los aportes del MMPI-A encontrados en esteestudio y observaciones de perfiles del MA -CI en ca sos clínicos específicos aportadospor Vinet (2008).

El aspecto saludable, presente a través depuntajes directos altos, señala que los adoles-centes normalmente Sumisos se caracteriza-rían por ser deferentes, amables y preocupa-dos por los otros, los Dramatizadores sedestacarían por ser conversadores y con en-canto social, los Egoístas estarían bastanteseguros de sus habilidades y de su propio va-lor y los Conformistas serían formales, efi-cientes y respetuosos.

Un aspecto menos saludable señala que,en casos de puntajes extremadamente altos,los Sumisos tenderían a anularse en el con-tacto interpersonal, los Dramatizadores ten-drían relaciones breves pero intensas y seaburrirían con la rutina y la estabilidad, losEgoístas serían también arrogantes y explo-tadores y los Conformistas serían constreñi-dos emocionalmente y muy controlados ytensos. Por otro lado, también es posible en-contrar puntuaciones patológicas en el ex-tremo bajo de la escala de medición. En tér-minos interpretativos, puntajes directos muybajos señalan posibles trastornos ya sea por-que los adolescentes serían despreocupadosde los otros (No-Sumiso), poco expresivos einhibidos emocionalmente (No-Dramatiza-dor), inseguros y con escasa confianza en símismos (No-Egoísta), o irrespetuosos o condificultades para adaptarse a las convencio-nes sociales (No-Conformista).

El análisis realizado permite señalar quelos patrones de personalidad contra-teóricos

del MACI tendrían un comportamiento psi-cométrico bidimensional que identifica unárea de funcionamiento sano y dos áreas defuncionamiento patológico ubicadas hacialos extremos de la escala de medición. Unapropuesta con estos tres criterios interpreta-tivos es presentada en el Anexo.

Aunque Millon (1993) restringe la aplica-ción del MACI al ámbito clínico, su extensióna grupos no clínicos está respaldada por lamisma teoría de Millon que señala tanto lacontinuidad entre normalidad y alteración,como la estructuración de patrones de funcio-namiento sano y alterado a partir de los mis-mos principios y por los mismos mecanismos(Millon, 1969, 1990; Millon & Davis, 2001).En este estudio se ha vinculado la aplicacióndel MACI a poblaciones no clínicas con el rolque juega el contexto cultural latinoamericanoen determinadas escalas del MACI. Los re-sul tados parecen ofrecer interpretacionesplau sibles para comprender las variaciones depuntajes que se observan en los adolescenteslatinoamericanos cuando se trabaja con gru -pos de poblaciones generales y clínicas. Estapropuesta interpretativa, que incluye dos po-sibilidades de alteraciones para cada patrón,debería ser sometida a escrutinio empírico enfuturos estudios del MACI en adolescentes la -tinoamericanos pues es una proposición no-vedosa no reportada con anterioridad.

Como conclusión, se puede señalar queen los patrones de personalidad descriptos através de las escalas 3, 4, 5 y 7 habría unaespecial sensibilidad a modos de interacciónsocial que son muy relevantes en la culturalatinoamericana en contraste con la culturaangloamericana. Los patrones Sumiso yConformista (3 y 7) parecen estar focaliza-dos en el respeto a las reglas y al grupo depertenencia; por su parte, los patrones Dra-mizador y Egoísta (4 y 5) parecen privile-giar los aspectos afiliativos vinculados a lasociabilidad y afectividad; ambos aspectoshan sido señalados por Triandis (2001) en ladescripción de las personalidades alocéntri-cas susceptibles de encontrarse en paísescon una orientación colectivista como loson la gran mayoría de los países latinoame-ricanos.

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TABLA 1TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD DESCRIPTOS EN EL MODELO TEÓRICO DE MILLON

(ADAPTADO DE MCCANN, 1999)

TABLA 2ESTADÍSTICOS DESCRIPTIVOS, CONTRASTE DE GRUPOS Y EVALUACIÓN DE LA CAPACIDAD DE DISCRIMINACIÓN EN

LAS CUATRO ESCALAS EN ESTUDIO EN HOMBRES Y MUJERES

*** p < .001** p < .01* p < .05

Escalas

No consultantes

M DT

Consultantes

M DTt d U1 ABC

o Az

Hombres3 Sumiso4 Dramatizador5 Egoísta7 Conformista

Mujeres3 Sumiso4 Dramatizador5 Egoísta7 Conformista

48.56 7.4141.79 7.3938.86 7.5551.01 6.33

54.97 7.2339.82 7.5034.61 8.7652.47 6.60

46.03 10.8438.86 9.3934.13 8.7741.33 10.30

52.05 10.5030.89 10.2026.82 9.8240.69 10.98

2.75** .27 19.5 .59*3.52* .35 24.2 .59**5.81*** .58 37.0 .66***

11.50*** 1.13 59.8 .79***

3.17** .33 22.9 .58*9.80*** 1.00 55.5 .76***8.28*** .84 49.1 .72***

12.74*** 1.31 65.6 .82***

Estilo Instrumental

Independiente Dependiente Discordante Ambivalente Desvinculado

Activo

Pasivo

Trastornos Severos

Trasgresor (Antisocial)

Egoísta (Narcisista)

Paranoide

Dramatizador (Histriónico)

Sumiso (Dependiente)

Limítrofe

Poderoso (Sádico)

Autodegradante(Masoquista)

Limítrofe / Paranoide

Oposicionista (Negativista)

Conformista(Compulsivo)

Limítrofe / Paranoide

Inhibido (Evitativo)

Introvertido (Es-quizoide) Afligido(Depresivo)

Esquizotípico

Alteración en la Polaridad

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TABLA 3SENSIBILIDAD Y ESPECIFICIDAD PARA LOS PUNTAJES DE CORTE DE LAS CUATRO ESCALAS EN HOMBRES Y MUJERES

PC: Punto de corte S: SensibilidadE: Especificidad

TABLA 4MANOVA PARA LAS CUATRO ESCALAS EN ESTUDIO, SEGÚN PUNTAJES DE CORTE Y LAS ESCALAS CLÍNICAS DEL

MMPI-A COMO VARIABLES DEPENDIENTES EN HOMBRES Y MUJERES

*** p < .001

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Escalas Hombres

P C S EMujeres

P C S E

3 Sumiso

4 Dramatizador

5 Egoísta

7 Conformista

48 57.00 50.25

42 58.37 49.00

37 64.39 58.00

48 74.29 64.82

54 55.08 51.49

36 71.66 68.29

31 68.48 66.83

50 79.26 65.69

Escalas PC λ gl F η2

Hombres

3 Sumiso

4 Dramatizador

5 Egoísta

7 Conformista

Mujeres

3 Sumiso

4 Dramatizador

5 Egoísta

7 Conformista

48 .852 9. 394 7.61*** .148

42 .710 9. 399 18.08*** .290

37 .764 9. 395 13.57*** .236

48 .703 9. 399 18.71*** .297

54 .833 9. 379 8.47*** .167

36 .589 9. 382 29.62*** .411

31 .648 9. 379 22.92*** .352

50 .587 9. 382 29.91*** .413

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TABLA 5MEDIAS OBTENIDAS EN LAS ESCALAS CLÍNICAS DEL MMPI-A AL SEGMENTAR LA MUESTRA EN SUBGRUPOS DE

FUNCIONAMIENTO SANO (FS) Y FUNCIONAMIENTO ALTERADO (FA) SEGÚN LOS PUNTAJES DE CORTE (PC) DE LASESCALAS MACI PARA HOMBRES Y MUJERES

Nota: Se muestran las medias aproximadas en números enteros y sólo en las escalas del MMPI-A en que se encontrarondiferencias significativas entre los grupos (p < .001).Las medias con diferencias mayores a η2 = .20 aparecen en negrita.

Escalas MMPI-A

Hipocondría (Hs)

Depresión (D)

Histeria (Hi)Desv. Psicop. (Dp)

Paranoia (Pa)

Psicastenia (Pt)Esquizofrenia (Es)

Manía (Ma)

Introv. Social (Is)

Hipocondría (Hs)

Depresión (D)

Histeria (Hi)Desv. Psicop. (Dp)

Paranoia (Pa)

Psicastenia (Pt)Esquizofrenia (Es)

Manía (Ma)

Introv. Social (Is)

50 56

50 55

49 54

55 51

50 57

49 57

48 53

50 56

49 55

45 55

53 61

50 62

53 58

51 59

49 57

50 62

50 60

47 58

50 50

48 57

51 55

48 53

50 56

49 55

46 54

53 62

50 62

53 58

51 59

48 58

50 62

49 60

48 58

49 58

50 56

49 56

46 58

46 55

49 57

46 57

49 56

49 52

52 61

52 60

52 58

47 61

47 58

49 62

47 61

46 56

50 55

SumisoPC: 48

FS FA

Dramatizador PC: 42

FS FA

Egoísta PC: 37

FS FA

ConformistaPC: 48

FS FA

ESCALAS MACI

HOMBRES

SumisoPC: 54

FS FA

Dramatizador PC: 36

FS FA

Egoísta PC: 31

FS FA

ConformistaPC: 50

FS FA

MUJERES

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Modelo de Millon en adolescentes de América Latina

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ANEXOPROPUESTA DE CRITERIOS DE INTERPRETACIÓN PARA LOS PATRONES CONTRA-TEÓRICOS DEL MACI EN

ADOLESCENTES LATINOAMERICANOS

En estas escalas se ha invertido la orientación natural de los puntajes directos al convertirlos enPuntajes Transformados con Puntos de Corte, para mantener la congruencia con las otras escalas delMACI que incrementan sus puntajes a medida que aumenta la alteración o trastorno; sin embargo, dadoel funcionamiento bidimensional que se observa en estas escalas, se proponen tres criterios de inter-pretación para cada una de ellas:

1.- Funcionamiento Sano: para puntajes normativos menores que PT 50, es decir, puntajes directos ma-yores que el puntaje de corte.2.- Funcionamiento Alterado según la Cultura Latina: para puntajes normativos mayores que PT 50, esdecir, puntajes directos menores que el puntaje de corte.3.- Funcionamiento Alterado según el Modelo de Millon: para puntajes normativos extremadamente bajos,es decir, puntajes directos extremadamente altos.

INTERPRETACIÓN POR ESCALAS

Escala 3: Sumiso

Funcionamiento Sano: Adolescentes que se caracterizan por ser deferentes, amables y preocupados porlos otros; están dispuestos a sacrificar sus intereses personales en función del bienestar del grupo y dela mantención de la armonía y las normas.Funcionamiento Alterado según la Cultura Latina: Adolescentes despreocupados de los otros, que pri-vilegian los intereses personales, siendo irritables y agresivos, con posibilidades de mostrar conductasdesadaptativas o delictivas.Funcionamiento Alterado según el Modelo de Millon: Adolescentes con tendencia a anularse en el con-tacto interpersonal; muestran una fuerte necesidad de apoyo externo y de atención, sienten malestar,tristeza y ansiedad si experimentan carencia de atención y cuidados.

Escala 4: Dramatizador

Funcionamiento Sano: Adolescentes con rasgos de sociabilidad y apego natural hacia otros, quebuscan la compañía y el apoyo de otros, son conversadores, divertidos, seductores y con encanto so-cial.Funcionamiento Alterado según la Cultura Latina: Adolescentes poco expresivos e inhibidos emocional-mente, que tienden a aislarse experimentando soledad, falta de motivación y desesperanza, con una sen-sación general de falta de bienestar e incomodidad personal.Funcionamiento Alterado según el Modelo de Millon: Adolescentes que tienen una insaciable e indiscri-minada necesidad de estimulación y afecto; son propensos a maniobras de manipulación y seducción,tienen relaciones interpersonales breves pero intensas, se aburren con la rutina y la estabilidad.

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38 INTERDISCIPLINARIA, 2010, 27, 1, 23-40

Escala 5: Egoísta

Funcionamiento Sano: Adolescentes con gran seguridad personal, capaces de mostrarse asertivos, se-guros de sus habilidades a la vez que sociables y de buen ánimo, mostrando un buen nivel de bie nestargeneral.Funcionamiento Alterado según la Cultura Latina: Adolescentes aislados, con ánimo depresivo, insatis-fechos consigo mismos, con sentimientos de inseguridad personal; presentan una baja generalizada delbie nestar general.Funcionamiento Alterado según el Modelo de Millon: Adolescentes volcados exclusivamente hacia sí mis-mos; con una imagen sobrevalorada. Despliegan autoconfianza, arrogancia y alto egocentrismo en surelación con los otros, pudiendo ser despectivos y explotadores.

Escala 7: Conformista

Funcionamiento Sano: Adolescentes con un adecuado control de su impulsividad y con buenas relacio-nes interpersonales, son formales, eficientes, respetuosos, apegados a las reglas y confiables.Funcionamiento Alterado según la Cultura Latina: Adolescentes inmaduros, con pobre control de impul-sos y conflictos interpersonales crónicos; pueden ser irrespetuosos, discutidores y agresivos presen-tando, además, sentimientos de ansiedad, tensión y nerviosismo.Funcionamiento Alterado según el Modelo de Millon: Adolescentes muy constreñidos emocionalmente,hipercontrolados, prudentes y perfeccionistas; anulan sus sentimientos y deseos para adoptar los de losdemás, oscilan entre la agresión reprimida y el miedo y la vergüenza a la desaprobación social.

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Modelo de Millon en adolescentes de América Latina

INTERDISCIPLINARIA, 2010, 27, 1, 23-40 39

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Departamento de PsicologíaUniversidad de La Frontera

Temuco - Chile

Fecha de recepción: 29 de septiembre de 2008Fecha de aceptación: 22 de abril de 2009