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DOSSIER MENTE iA DONDE VAMOS DESPUES DE MORIR? El corazOn se para, pero la conciencia continua. El viaje que cuentan las personas que han tenido una «experiencia cercana a la muerte» sugiere que seguimos existiendo más alla del piano material. JORDI PIGEM ESCRITOR

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DOSSIER MENTE

iA DONDE VAMOSDESPUES DE MORIR?

El corazOn se para, pero la concienciacontinua. El viaje que cuentan las personasque han tenido una «experiencia cercana a

la muerte» sugiere que seguimos existiendomás alla del piano material.

JORDI PIGEMESCRITOR

Cuerpo MenteFecha: martes, 26 de enero de 2016Página: 76, 77, 78, 79, 80, 81, 82, 83Nº documentos: 8

Recorte en color % de ocupación: 740,18 Valor: 41005,97€ Periodicidad: Mensual Tirada: 76.153 Difusión: 41.290

Danielseencuentraingresado

enunaunidadde cuidados intensivos. Su enfermedad daun giro inesperado y su coraz6n se detienede repente.Acudeenseguidaunaenferme-

ra e instantes despues un medico, para intentar unaresucitacioncardiaca.Elcorazonhadejadodelatir, suspulmones han dejado de respirar y el electroencefa-lograma no registra ninguna actividad cerebral. Esticlinicamentemuerto,peroalcabodeuntiempoelme-dicoy la enfermera consiguen reanimarlo: sucorazonvuelve a latir, respira, despierta. Daniel esti vivo.

Los avances de la ciencia medics hacen quehaya entre nosotros un creciente mimero de perso-nas que, como Daniel, se han acercado al umbral dela muerte, que han permanecido un largo periodo detiempojunto a eseumbral (enestadodecoma), o queincluso se han adentrado brevemente en 8. Algunasdeestaspersonas,parasupropiasorpresaypara lasor-presa no menorde medicos, enfermeras, familiaresycuantos los hanconocido o tratado, despiertanrecor-dandoexperienciasinsolitasqueunnumerocrecien-te de medicos e investigadores denomina near-deathexperiences (NDE)o«experienciascercanas alamuer-te> (ECM). Estas experiencias no se producen tinica-menteante lamuerte,sinoquetambienpuedendarseante una situation de peligro inminente.

El 4 por ciento de la poblacion de Alemania yEstados Unidos dice haber vivido una experienciacercana a la muerte, segtin una encuesta realizadahacepocos afios. iSe trata de simples alucinaciones?

,1:1) hay en las experiencias de estas personas algtintipo de realidad quenos invita a todos a transformarla perception que tenemos de la muerte y de la vida?En cualquiercaso, ihayalgoquepueda interesarnosmás que saber que puede haber, o no haber, al otrolado de ese momento al que llamamos muerte?

Nuestra manera de entender la vida es inse-parable de nuestra manera de entender la muerte. Atraves de los siglos, las diferentes religiones han ex-presado sus visiones de lo que nos espera al otro lado.Un rasgo comtin a todas ellas —que tambien es habi-tual en todas las culturas indigenas— es la idea de quelaconcienciacontintiaactivadealgunaformadespuesdelamuerte,amenudoparavolveraencarnarseenunnuevo ser, una nueva vida. Pero se trata de una cues-

tion demasiado importante para contentarnos sim-

plementeconseguir laopinionolascreenciasdeotros,por más reconocidas que estas sean. Volviendo, pues,a las experiencias hospitalarias de enfermos que en-caran la muerte, iquenos dice hoy la ciencia de ellas?

La medicina nos ayuda a posponer la muer-te, sin duda alguna, pero no puede decirnos directa-mente si el ultimo viaje lleva a alguna parte o no. La

cienciamodern,porsupropiametodologia,nopue-de asomarse al otro lado de la muerte para decirnosquehayahiobiencertificarqueno haynada. Cuandooptamos por creer que el mundo esti hecho exclusi-vamente de combinaciones de particulas materialesque obedecen a determinadas leyes mecanicas, re-sulta inconcebible que pueda haber algo más alla dela muerte. Semejante conclusion, sin embargo, estibasada en la intuition de como creemos que debe-rian ser las cosas, no en ninguna evidencia cientifica.

No es Len definir la muerte en terminos medi-cos. Hoy sabemos que suele serun proceso complejoygradual. Sihaceunas decadas seconsiderabaqueelcese de la actividad cardiacay de la respiration visi-bleera suficientepara diagnosticar la muerte dinicade una persona, ahora sabemos que hay que esperara que cese toda actividad vital, incluido el cese de to-

da actividad en el cerebro. En algunos casos, la acti-vidad cerebralpuedecontinuar tenuementeporde-bajo de lo quenos muestraunelectroencefalograma.El umbral solo se atraviesa cuando la actividad vitalcesa de modo completamente irreversible.

Ciertos elementos se repiten en las personasque viven una ECM. Aunque jamas hayan oido ha-blar de ella, y tanto si previamente creian que hay al-

go tras el umbral como no, suelen destacar en su re-lato una serie de circunstancias comunes, con ciertainfluencia del contexto cultural de cada uno. Entredichos elementos se encuentran un sentimiento degranpaz, alegriay tranquilidad (sin rastro alguno deldolor que la persona pueda habersentido durante suagonia); la perception del propio cuerpo desde afue-ra (generalmentevistodesdearriba);lapercepciOn deque laspersonas quehayen la salaconstatanylamen-tanel fallecimiento;visionesmuy rapidasdemuchisi-mos momentos de lavida que queda atras, como unaespecie de examen vital en que sentimos como mu-chas de nuestras acciones han ayudado o afectado aotras personas; la perception de un tanel al final del

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DOSSIER MENTE

cual se ve una luz inmensamente brillante pero nocegadora (como la escena que hace más de cinco si-glospintoElBosco ensucomposicionVision del más

alla); la presencia de un ser luminoso y bondadoso,que puede ser un familiar anteriormente fallecido(que se muestra en la flor de la vida) o bien una figu-ra espiritual; la sensaciOn de estar profundamenteunido a toda la realidad y todas las personas; la vi-sion de un umbral o barrera cuyo traspaso (segansiente la persona que vive esta experiencia) signifi-caria adentrarse en otra dimension y no regresar aesta vida, y el oir o saber que no es momento toda-via deatravesardicho umbral, antes de regresara lavida en nuestro mundo. No todas las personas quehanvividounaECM relatan todasycada una de es-tasexperiencias,perosidicenhaberexperimentadoun gran ntimero de ellas.

En un estudio comparativo de personas quehan experimentado una ECM en Estados Unidos yenlaIndia, seconstatOqueenEstadosUnidosesmasfrecuente que la persona moribunda explique ha-berse encontrado con una persona o personas queconociayapreciaba,mientras que en la IndiaesmascomUn experimentarun encuentro con figural re-ligiosas. Cabe afiadir que buena parte de esta expe-riencia esdificilmenteexpresableenpalabrasyquemuchos de quienes la experimentan prefieren nocontarla porque sienten que no les creeran.

Una serie de efectos muy beneficiososson habituales en las personas que han vivido unaECM. Incluyen un mayor sentimiento de bondad,una mayor conciencia ecologica, la conviccion deque la propia vida tiene un sentido y, sobre todo,la desaparicion completa del miedo a la muerte.La excepcion son algunas experiencias teilidas demiedo (un 296 de los casos, segtin el eminente car-diOlogo holandes Pim van Lommel, que ha reali-

zado importantes investigaciones ciendficassobrelas ECM y la conciencia), acaso provocadas por elterror ante la muerte. Pero incluso en estos casos,muchas de tales experiencias pierden buena partede sucarganegativa cuando lapersona las reevahladesde una actitud relajada.

Cada vez tenemos más informaciOn sobreeste fenomeno, recopiladapormedicosde lamayorcredibilidad que nunca hubieran imaginado quealgo asi fuera posible, hasta que se toparon con elfenomeno a traves de personas que habian contri-buidoa reanimar. Tal fueelcaso deldoctorPimvanLommel y de la hoy doctora Penny Sartori, que loconstato durante afios cuando era enfermera en launidad de cuidados intensivos de un hospital bri-tanico. La mayoria de las personas que viven unaECM se hallan en un estado de muerte cerebral,conun electroencefalogramapiano,por lo que tee-

ricamente no deberian tener ningtintipo de expe-riencia ode conciencia. Sin embargo, estas perso-nas qrecuerdan» hechos que sucedieron en la saladespues de su muerte clinica.

Más sorprendente incluso esque laspersonasciegas puedan describir lo que sucedia a su alrede-dor tras su muerte clinica, incluyendo el aspectofisico de los medicos y las enfermeras y los colorery detalles de su ropa. Del mismo modo, las perso-nas sordas recuerdan que se decia a su alrededor.Otras personas dicen haberse encontrado con fa-miliares cuyo fallecimiento no conocian. Estos yotrosaspectos del fenomenonosonexplicables connuestros conocimientos cientificos actuales. Perocontintian sucediendo.

En el viejo muro de la vision materialistade la existencia hay cada vez más brechas, y lasECM talvez constituyen lamas dramaticayespec-

Las personas que han atravesado una ECMpierden el miedo a la muerte y adquieren

la conviccicin de que la vida tiene sentido.

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tacular. Aferrarse dogmaticamenteapresupuestosindemostrables que hoy prevalecen en la neuro-ciencia (como la opinion, cada vez mas dificil desostener, de que la concienciaes unmero productodela actividadcerebral) seriamucho menoscienti-fico queobservar la evidenciayreconocerque estefen6meno es real. Si somos coherentes, no pode-mos seguirconsiderando el mundo como unasim-plesurradeobjetosmateriales,odeelementosquese pueden representar objetivamente. Un mime-ro creciente de indicios sugiere que la concienciaes una realidad más fundamental que la materia.

Dado el desafio que suponen a muchas denuestras creencias, no es sorprendente que mu-chas personas se resistan a creer en la realidad delasECM. Dicha resistencianoesunacuestioncien-tifica, sino de habitos psicologicos adquiridos. Esun signo de madurez reconocer que la realidad vamasalla de loquepodemospredeciro controlar. Encualquiercaso, los escepticos recalcitrantesharianbien en adaptaraqui la apuesta del filosofo francesPascal: si dedicamos unas pocas horas de nuestraatencionaconsiderareste fenOmeno,nadaes loquepodemos perdery mucho lo que podemos ganar.

Todo viaje requiereunapreparackin. Si con-sultamosguiasdeviajeantes deemprenderunvue-loaun lugarqueapenasconocemos,cuantomásnohabriamos de prepararnos para afrontar con clari-dadyserenidad el inquietantepasoporesteumbral.Como senala el Dalai Lama, «seria poco practico noestudiar estos temas con sumo cuidado y no desa-rrollarmetodos para tratar con la muerteyel morirde una manera habil, compasiva y humana».

La viveza de las ECM, Inas intensas que las ex-periencias de la vida cotidiana, es tambien una ca-racteristica de los suefios hicidos y de algunos esta-dosmeditativos. Ello sugiere que loqueunopercibeen las ECM es de algtin modo un fruto de nuestroestado de conciencia. Por ello, todo lo que contri-buya a la paz interior, a la plena atencion relajadaal momento presente, sera una buena preparacienpara unviaje que acaso no sea el ultimo. e)

twk eicrolatinea

1--/• Tres obras accesibles que recogen yanalizan con rigor cientifico un enormeabanico de experiencias cercanas alamuerte son las escritas por el cardiologoholandes Pim van Lommel (Conscien-cia mds allci de la vida, Atalanta, 2012),por la doctora britanica Penny Sartori(ECM: Experiencias cercanas a la muer-te, Kair6s, 2015) y por el psiquiatraPeter Fenwicky su esposa Elizabeth

(El arte de morir, Atalanta, 2015).

• Entre las tradiciones meditativas, elbudismo tibetano ha desarrollado unaserie de tratados que analizan el procesode agonia y el “estado intermedio» entrela muerte y un nuevo nacimiento. El masconocido entre tales tratados es El librode los muertos tibetano, del que existeuna traduccion directa (Siruela, 2007).Una interpretacion popular de estasensefianzas esEl libro tibetano de laviday de la muerte, de Sogyal Rimpoche

(Urano, 2006). Eminentes academicosoccidentales dialogan sobre ello conel Dalai Lama en Dormir, sonarymorir(Gaia, 2009). La introduccion mas am-plia, amena y precisa a esta perspectivesobre la vide, la muerte y la concienciaes La mente mos allci de muerte, de Dzo-gchen Ponlop (Kair6s, 2015).

• Dos psiquiatras nortemericanos,Ian Stevenson y Brian Weiss, autoresde numerosas obras, a traves de sutrabajo quedaron convencidos de larealidad de la reencarnaci6n. Dos auto-

res, en este caso mas cercanos, que hanexplorado tambien el tema son VicenteMerlo (La reencarnacion, Sirio, 2009)y Mariano Bueno (La muerte: Naci-miento a una nueva vida, Edaf, 2002).

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DOSSIER MENTE

Fitvcato,Los familiares y acompariantes deben respetarla voluntad del moribundo y mostrarle carino yagradecimiento para que el transit° sea sereno.

POR DANIEL BONET

Aunque

sabemos que na-eerymorirformanpartede lavida, la llegadade lamuertesiempre nos sor-

prende. Acompafiar al moribundoen esa etapa final, que tambien cabever como preludio de una nuevaexistencia, es importante tanto enun sentido fisico como espiritual.

APARTAR EL MIEDOLa muerte es un misterio dificil deentender y aceptar por quien se en-frentaaellayporquienes seencuen-trana sualrededor. Lainquietudyelmiedo suelen hacer acto de presen-cia. Nos alegramos por la llegada deun reciennacidoylloramosdescon-solados ante la perdida de un serquerido. Pero habria que contem-plarconecuanimidadambosextre-mosdelciclovital.Moriresunhechonatural que nos iguala a todos. Unaley superior asi lo disponey segura-mente encierra un sentido.

Las personas que tienen una fe re-ligiosa ounsentido trascendente delavidano deberiansentirtemoran-te el hecho de abandonar el cuerpofisico que les ha servido devehiculoen este mundo, ya que la muertebien puede significarun nacimien-to a otro piano de existencia.

Quienes sustentanunavisionma-terial o biologica de la existenciatampocodeberiansentirmiedo. Co-mo afirmo el filosofo Epicteto, lamuerte nunca es realmente un pro-blema: mientras permanecemosvi-vos ella esti ausentey, cuando llega,no estamos nosotros.

HACER LAS PACESLa persona que se prepara para eseultimo viaje precisa alforjas bien li-geras. Por eso es bueno arreglar lostemas materiales y afectivos. El re-parto de bienes mediante el testa-

mento es un ejemplo de lo primero,olvidar viejas rencillas entre fami-

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Hares o amigos es tambien impor-tante. Hacer las paces es fundamen-tal, tanto para el moribundo comopara losallegados.Dar lasgraciasporlos buenos momentos o todo lo va-lioso que hemos recibido a traves delapersonaqueridaes igualmente re-confortante para ambas partes.

UN AMBIENTE TRANQUILOLa habitation de la persona agoni-zantedeberiaserunlugartranquilo.Conviene hacer los cuidados nece-sarios con gestos pausados que noperturben al enfermo.

La audiciOn es el primer sentidoqueapareceen elserhumanoytam-bien el ultimo que se pierde. Portalmotivo las palabras dirigidas al mo-ribundo siempre deben ser cariiio-sas y expresadas con suavidad. In-dus() si la persona estaya agonizan-do, no conviene hablar como si noestuviera,suconcienciaestipresen-te y seguramente puede oirnos.

DESPEDIDA SERENAConviene decirleal enfermoquesu

finestiproximo?Dependedelaper-sona. Hay quienes quieren saberlo afin de prepararse, mientras queotrosprefieren ignorarlo.Asimismocabe preguntarse si los a veces im-prescindibles cuidados paliativosdel dolordeben Ilegarhastaobnubi-lar la conciencia. En condiciones fa-vorables yen ausencia de panic° esrecomendable morir consciente-

Ovvinvt tyifft

• Dormir es un aprendizajedel hecho de morir. El cuerpoqueda inerte y la concienciaparece ocultarse.• Por eso, it a dormir en paz connosotros y con el mundo es lamejor manera de afrontar el es-tado onfrico al Heger la noche oel final de la vida.• Una sencilla meditation pue-de facilitar la actitud satvica oascendente que conviene teneren el moment() de la muerte.• Visualizamos a nuestra con-ciencia en el corazOn como unaesfera luminosa y ligera. Comosi estuvieramos en su interior,calido y protector, notamos queva ascendiendo ingravida ha-cia paisajes hellos y luminosos.

mente. Para la mayoria de religiones,especialmente hinduismoybudismo,la actitud en el momento de morir esimportantedecaraa la futura existen-cia. Mantener la serenidad es funda-mental en este sentido, tanto para elquepartecomopara losque sequedan.De manera que conviene que el inevi-table dolor no se acompafie de mues-tras excesivas de desesperaciOn quepuedan perturbar la paz animica dequien se esti yendo. Amor y gratitudseran los sentimientos preferibles entales circunstancias. 0

Antes de is muerte conviene arregiarlos asuntos afectivos y materiales

para que el viaje sea iigero.

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DOSSIER MENTE

EL VALOR DE

La muerte es un hecho natural que debemosaprender a aceptar, porque solo asi podemos asumirla perdida y dar paso a la nueva vida que nos espera.

POR FRANCESC MIRALLES

EnOccidente, la muerte se ha

convertidoenun tabilylos ri-tos funerarios se hacen cadavez de manera más aseptica,

de modo que los familiares no tenganapenas contacto con el muerto.Tradi-cionalmente, el ritual tenia lugar encasa y los nitros asistian al velatorio,que duraba dias, con toda naturali-dad. Esto les daba una cercania con la

muerte, integrada ala vida cotidianaComoun elemento más del devenir.

El actual rechazo a todo lo que tie-ne que ver con el deceso ha provoca-do un incremento del miedo a lamuerte,pues se ha convertido casi enunadesconocida. Estohaceque tam-hiennos resultemás dificil despedir-nos de nuestros seres queridos.

LA LECCION DE LA MOSTAZAUn relato queempez6apopularizar-se hacia el siglo V ilustra corn° Sidd-hartha Gautama abordaba este te-ma. Una mujer llamada Kisa Gotamifue una vez a ver al Buda, muy tras-tomadapor lamuerte de suhijo. Con

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elnewentresusbrazos, lamadre im-ploro que le devolviera la vida.-De acuerdo -respondio el ilumina-do-,peroprimero debes traermeunasemilla de mostaza.-pna semilla de mostaza! iQuefacil!-Pero, debes tomarla de una casadonde no haya muerto nadie.

KisaGotami saliocorriendoa pedirunasemillademostazayllama a unacasa tras otra. Pero al preguntar si al-

guienhabia fallecidoen lacasa, la res-puesta era siempre:-Desgraciadamente si. Los muertosson muchos, y los vivos, pocos.

La mujer estaba totalmente deses-peraday sepreguntabadondepodriaencontrar la semilla que necesitaba.Finalmente comprendio el mensaje:la muerte llega a todo el mundo. Asi

pues, fuea reunirseconelBudaydejoa su hijo en el suelo, diciendo:-Ahora se queno estoy solaeneste in-menso duelo. La muerte llega a todos.

Estafabulanohacemenguarlatris-teza, pero nos permite compartir

de ELISABETHKUBLER-ROSS

/. Vive de tal forma que,

cuando mires hacia cards,

no lamentes haberdesperdiciado to existencia.

2, Vive de tal forma que no

lamentes las cosas que has

hecho ni desees haber

actuado de otra manera.

3 Vive con sinceridad

y de manera plena.

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La doctora en MetafisicaAnji Carmelo sefiala que,tras completer el duelo,llega el momento de hon-rar al difunto a tray& delrecuerdo y la renovationpersonal, de modo que po-damos integrar lo mejor dequien acabamos de perder.

• Es importante buscar mo-

mentos de armonla y paz,que se pueden fomentar pormedio de encuentros conla naturaleza, la musica, lalecture y la relajacion.

• El paso siguiente es laconversion del bienestarinterno en una manifes-ted& real externa y lamejora de la vida cotidiana,haciendo algo bueno parauno mismo.

• Vale la pena entoncesvolver a conectar con laspersonas queridas, redesbrir peque 'nos placeresy permitirse disfrutarde ellos.

• Y finalmente, analizar yvalorar las vivencias y vercuan enriquecido y forta-lecido se esta, sabiendoque ya nadie ni nada podrasepararnos del familiar oamigo tan querido, ya quese lleva dentro del corazOnen paz y armonia.

No se puede pretender que la per-sona que ha sufrido una perdida se li-bere enseguida de la tristeza y el do-lor, ya que asimilar la muerte de unser querido requiere tiempo.

EL DUELO NECESARIOLa psiquiatra Elisabeth Kibler-Rossfijo en su libro de 1969 On death anddying («Sobre la muerte y el morir»),las cinco etapas del duelo, tanto si setrata de la muerte de un familiar co -

mo del diagnostico en la propia per-sona de una enfermedad terminal:1. Negacion. La primera reactiondel individuo es defensivey de incre-dulidad. Se dice interiormente: «Estono puede estar pasandome a mi.»2. Ira. Lasegunda fasees de rebelione indignation:«iForquetienequepa-sarme esto a mi? iNo es justo!»3. Negotiation. Se da sobre todocuando la muerte no ha llegadoen enfermos terminates. La personatiene la esperanza de retrasar el fin ypiensacosas como: «Dios, solonecesi-to un poco más de tiempo para...»4. Depresion. Una vez aceptado elhecho inevitable, lapersona seentre-ga a la tristezay sehacepreguntas so -

breelsentidoultimode lavida: «iParaquevivir si luego hay que morir?». Se-

gun nohayqueintentaralegrar a la persona que esta en estafase, que debe ser respetada.5. Aceptacion. El individuo reco-noce que «dado que no hay remedio,debo asumirlo». Es una fase de pazen la que se deja de luchar contra lamuerte y el dolor va remitiendo.

El pensador romano MarcoAurelioescribier «Nohayquetemeralamuer-

te, sino a no haber empezado nuncaa vivir». El temor a la muerte enmas-caramuchasvecesun temora la vida:se sabe que en realidad no se esta sa-cando jugo a la existencia.

La mayoria de personas pasan, dehecho, por diferentes «muertes» a lolargo de su vida. Quien sufre un des-pido, un divorcio o una ruina econo-mica se encuentra de pronto en unlugar totalmente distinto en el quedebe integrar la perdida y aprendera vivir de nuevo.

El problema es cuando intentamosentrar en la siguiente etapa sin haber«dejado ir» laanterior,yaqueentoncescontinuaremos anclados al pasado.

DEJA IR Y DEJA LLEGARLa Ilamada Teoria U, de Otto Schar-mer (Ed. Eleftheria) trata esta cues -

flea. Muchas personas no logran quesuceda nada realmente nuevo en suvida -encontrar la pareja, descubrirotravocation-porqueanalizansuvi-

da en clave de pasado. Filtran todo loque les sucede a traves de lo que yahanvivido, manteniendo las mismasideas preconcebidas. Segtin Schar-mer, hasta que no dejemos it el pasa-

do, no llegaran los regalos del futuro.En la (Feoria U» esto se sintetiza condosfrasesen ingles:sinelLetitgo («de-jalo ir») no puede haber Let it come(«deja que Ilegue»).

Cualquiera que sea nuestro duelo,una vez hayamos comprendido yhonrado el pasado, debemos dejarloalli para abrir puertas a lo nuevo. Si lohacemos asi, permitiremos que Ile-guen otras experiencias que daranvalor a cada dia de nuestra vida. 0

El temor a la muerte enmascara muchasveces un temor a la vida, porque no

estamos sacando jugo a la existencia.

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