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6 UNIVERSIDAD DEL NORTE: EDUCAR PARA TRANSFORMAR JESÚS FERRO BAYONA 1. Introducción En la década de 1950, Barranquilla se había convertido en la ciudad más importante del Caribe colombiano, debido al auge del proceso de industrialización por sustitución de importaciones adoptado en el país. Aunque el puerto de la ciudad había perdido su liderazgo frente al de Buenaventura, Barranquilla seguía viviendo su propia dinámica: una urbe pacífica, alejada de la violencia del interior del país, con un movimiento cultural y artístico de gran relevancia. En ese contexto, en materia de educación superior, la primera ini- ciativa para crear una universidad en Barranquilla surgió en 1940, ideada por el intelectual barranquillero Julio Enrique Blanco, gestor de la Universidad del Atlántico. Allí se formaron los primeros pro- fesionales en Barranquilla. Por su parte, la idea de una universidad privada surgió entre 1959 y 1966, materializándose con la firma del Acta de Fundación de la Universidad del Norte. El proceso de gestación de esta universidad está ligado al espíritu de empuje de un grupo de ciudadanos ilus- tres, que pensaron en cómo hacer posible la creación de una institu- ción de educación para la región, donde se formaran quienes serían los protagonistas del futuro promisorio de la ciudad. En esos años, el ingenio de ese grupo de notables líderes empren- dedores, entre ellos, Karl C. Parrish Jr., Gastón Abello y José Ro- mán Fernández, fue clave para formular un listado de necesidades

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6UNIVERSIDAD DEL NORTE: EDUCAR PARA TRANSFORMAR

J E S Ú S F E R R O B AY O N A

1. Introducción

En la década de 1950, Barranquilla se había convertido en la ciudad más importante del Caribe colombiano, debido al auge del proceso de industrialización por sustitución de importaciones adoptado en el país. Aunque el puerto de la ciudad había perdido su liderazgo frente al de Buenaventura, Barranquilla seguía viviendo su propia dinámica: una urbe pacífica, alejada de la violencia del interior del país, con un movimiento cultural y artístico de gran relevancia.

En ese contexto, en materia de educación superior, la primera ini-ciativa para crear una universidad en Barranquilla surgió en 1940, ideada por el intelectual barranquillero Julio Enrique Blanco, gestor de la Universidad del Atlántico. Allí se formaron los primeros pro-fesionales en Barranquilla.

Por su parte, la idea de una universidad privada surgió entre 1959 y 1966, materializándose con la firma del Acta de Fundación de la Universidad del Norte. El proceso de gestación de esta universidad está ligado al espíritu de empuje de un grupo de ciudadanos ilus-tres, que pensaron en cómo hacer posible la creación de una institu-ción de educación para la región, donde se formaran quienes serían los protagonistas del futuro promisorio de la ciudad.

En esos años, el ingenio de ese grupo de notables líderes empren-dedores, entre ellos, Karl C. Parrish Jr., Gastón Abello y José Ro-mán Fernández, fue clave para formular un listado de necesidades

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perentorias para el progreso de la ciudad, bajo el nombre de Plan Decenal de la Corporación Cívica de Barranquilla. En este Plan, li-derado de forma notoria por Karl C. Parrish Jr., entre otras obras, se proyectó la creación de una universidad.

La necesidad de crear dicho centro de estudios tuvo como objeti-vo atender la insuficiencia de programas educativos que ofrecieran una oportunidad de desarrollo profesional a los muchos bachilleres de la ciudad y de la región que emigraban al interior del país.

La idea de fundar una universidad privada venía, pues, gestándose en varias mentes de los empresarios de la ciudad; así, en marzo de 1965, durante la asamblea de afiliados de Incolda, se habló “del an-helo de Incolda de fundar una universidad privada, orientada hacia la tecnología, destinada a abrir nuevos campos al desarrollo econó-mico regional y a la investigación científica”.1

Uno de los hechos que contribuiría al establecimiento de la Univer-sidad del Norte fue la creación, en 1959, de la Fundación Barran-quilla, hoy Fundación Mario Santo Domingo. La nueva fundación nació de una alianza empresarial que permitió la creación del cen-tro de estudios bajo la iniciativa de los dirigentes de la mencionada Incolda, sigla del Instituto Colombiano de Administración, y de la Andi, en ese entonces Asociación Nacional de Industriales.

2. La fundación de la Universidad

El 24 de enero de 1966, a las 5:00 p.m., en las oficinas de Incolda, “se firmó el acta de constitución de la naciente universidad; los fun-dadores concretaron la idea de darle a la Costa una universidad privada, sin ánimo de lucro, con el objetivo de hacer un aporte al desarrollo de la educación y la cultura”.2

1 Ferro Bayona, Jesús. Visión de la universidad ante el siglo XXI, 2ª ed. aumentada, Barranquilla: Ediciones Uninorte, 2000, p. 239.

2 Cronología y notas para una historia de la Universidad del Norte, 1966-2006. Barran-quilla, Ediciones Uninorte, 2006, p. 5.

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Jesús Ferro Bayona

Fuente: El Heraldo, enero de 1966.

Imagen 6.1. Momento histórico, la firma del acta de constitución materializa el sueño de un grupo de líderes emprendedores.

En adelante, la estructuración de la Universidad del Norte, como casa de estudios, se puede resumir en una serie de actividades que anoto a continuación:

- El 11 de julio de 1966, bajo la dirección del primer rector de la Uni-versidad, el ingeniero Julio Muvdi Abufhele, se iniciaron clases con la apertura del ciclo básico de los programas de Ingeniería y de Administración de Empresas. Hasta este momento, la Univer-sidad contaba con diez profesores y 58 alumnos, y se encontraba ubicada en una casa de alquiler situada en la carrera 53 nº 82-135 del barrio El Prado.

- La refrendación de la creación oficial de la institución, cuyo Consejo Directivo presidía Karl C. Parrish Jr., se celebró el 29 de marzo de 1967 con la firma del Acta de Renovación de Compromiso por par-

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te de las instituciones fundadoras: la Fundación Andi de Barran-quilla, la Fundación Barranquilla e Incolda. El mismo año, el 23 de junio, se firmó el primer convenio académico entre la Universidad del Norte y la Escuela de Administración, Finanzas e Instituto Tec-nológico —hoy Universidad Eafit, de Medellín—, dirigido a estu-diantes que iniciaran estudios profesionales de administración de empresas en la Universidad del Norte, que pudieran concluirlos en Eafit, con el fin de obtener su título profesional. El 3 de julio de 1967, se firma otro importante convenio con la Universidad de los Andes que permitió transferir estudiantes de ingenierías, a partir de quinto semestre, para que completaran sus estudios profesio-nales en esta universidad de la capital del país. Ambos convenios fueron aprobados por el Ministerio de Educación Nacional, lo cual marcó sin duda lo que hoy se constituye en uno de los principales elementos diferenciadores de la Universidad del Norte: su transpa-rencia en la gestión y estricto cumplimiento de sus funciones ante las instituciones que dirigen la educación superior en el país; la tendencia colaborativa y de cooperación de la Universidad con ins-tituciones de educación superior, y la transferencia e intercambio de estudiantes a otras instituciones, que permite, más adelante, que sus egresados hagan presencia en diferentes latitudes.

- Pensando en el fortalecimiento de su estructura, los dos años si-guientes (1968 y 1969), la Universidad del Norte vive una etapa de organización, en la que se construyen las bases jurídicas, adminis-trativas, académicas y financieras, con miras a cumplir su Misión: “Desarrollar e incrementar la educación universitaria en la Costa Atlántica, procurando ofrecer un alto nivel académico, con profe-sionales idóneos y métodos adecuados”.3

- El 26 de enero de 1970 es nombrado rector el economista José Tche-rassi Guzmán. Bajo la dirección del nuevo rector, llegaron en abril del mismo año las licencias del Ministerio de Educación Nacional (MEN) para el funcionamiento de los cinco años de formación del programa de Administración de Empresas y las carreras de corta

3 Ferro Bayona, Jesús. Líderes en un mundo global: una mirada desde la academia. Barranquilla, Ediciones Uninorte, 2006, p. 69.

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duración o tecnológicas: Tecnología en Administración de Empre-sas y Tecnología Industrial. Al año siguiente, fueron aprobados los programas profesionales de Ingeniería Industrial e Ingeniería Mecánica, y el 9 de noviembre de ese mismo año se concede la licencia de funcionamiento para abrir el programa de Psicología.

3. Crecimiento institucional

Con cuatro carreras profesionales y dos técnicas, la Universidad enfrentaba un nuevo gran reto: poder responder a la creciente de-manda de servicios educativos de manera integral. Así se inicia una nueva etapa, comprendida desde finales de 1971 hasta 1974, con la puesta en marcha de un proyecto cuyo objetivo principal era lograr el apoyo de la comunidad para la construcción de una sede propia para la Universidad.

Imagen 6.2.Fachada de la

primera sede de la Universidad

del Norte, ubicada en la

cra 53 entre calle 82 y 84, 1971.

Fuente: Archivo Universidad del Norte.

Dadas las limitaciones, en términos de planta física, donde se encon-traba ubicada la Universidad, el rector José Tcherassi tomó la deter-minación de trasladarla a esa nueva sede, denominada ‘campestre’. Esta se constituyó, sin duda, en un logro que marcó el futuro, por los desarrollos que allí se han establecido después; para la década de los setenta, se determinó la capacidad de gestión, compromiso y liderazgo que ya ejercía la Universidad en la ciudad. Fue así como el 20 de noviembre de 1971, el Presidente de la República de la época,

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Misael Pastrana Borrero, en acto protocolario, coloca la primera pie-dra de la se llamó ‘ciudadela universitaria’, en el mismo lugar donde hoy se encuentra establecida la Universidad del Norte: el kilómetro 5 de la vía a Puerto Colombia. Las acciones, de cara al fortalecimiento de la nueva sede, fueron consignadas en el Plan Trienal 1972-1974, constituyendo otra de las principales fortalezas que hoy muestra la institución: el crecimiento planeado, sostenible y organizado, orien-tado al fortalecimiento de la formación académica.

La construcción de la primera etapa de la ciudadela universitaria fue posible gracias a la donación de cinco hectáreas de terreno por parte de la empresa Cementos del Caribe, y una inversión estimada de cincuenta millones de pesos de la época. Durante el último trimestre de 1972 culminaron las obras de la primera etapa, que incluía tres edificios —el Bloque Administrativo, dado en llamarse Casa Blanca, y los Bloques A y B— que entrarían en funcionamiento en enero del año siguiente. La inauguración oficial del nuevo campus tuvo lugar el 25 de enero de 1973. Las nuevas instalaciones ofrecían el edificio administrativo, aulas de clase, biblioteca, plazoleta y laboratorio de informática, entre otros elementos.

Imagen 6.3.José Tcherassi y Misael Pastrana Borrero en la ceremonia de colocación de la primera piedra del campus universitario, 1971.

Fuente: Archivo Universidad del Norte.

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Entre los años 1972 y 1973, se registraron hechos de gran impor-tancia que caracterizaron el crecimiento institucional en los ámbitos académico, administrativo y tecnológico:

- La creación del Departamento de Promoción y Desarrollo (1972), adscrito a la Rectoría, con el fin de gestionar recursos económicos que permitieran llevar a cabo los planes de desarrollo.

- La llegada del primer computador, un IBM-1620, donado por la empresa fabricante, con destino a la docencia, la investigación y el servicio general de la institución. Con la donación, nació el Centro de Recursos Educativos, del cual surgió a su vez la Uni-dad de Sistematización y Cómputos. Ello marcó lo que sería una de las principales ventajas competitivas de la Universidad del Norte: las tecnologías informáticas.

- La creación del Centro de Capacitación en Administración (Cen-ca) inició su funcionamiento el 9 de agosto de 1972. Su creación estuvo asesorada por Planeación Nacional y la Organización de Estados Americanos (OEA).

- En 1973, el Gobierno nacional expidió la resolución de reconoci-miento oficial de la Universidad del Norte como Centro de Edu-cación Superior.

- En 1973, el 23 de febrero, 29 estudiantes recibieron su diploma de grado. Era la primera promoción de profesionales y tecnólogos en Administración de Empresas de la Universidad. Un grupo de jóvenes de la región que, junto con sus familias, le habían dado el voto de confianza a la institución, y al tiempo fueron factor de impulso para continuar con la labor de formar nuevos profesio-nales.

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Imagen 6.4.Aula de clase - Sede antigua, 1971.

Fuente: Archivo Universidad del Norte.

Imagen 6.5. Sesión del

consejo directivo, 1971

Fuente: Archivo Universidad del Norte.

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Imagen 6.6.Primer

computador IBM-1620, 1972.

Fuente: Archivo Universidad del Norte.

Imagen 6.7.Primera promoción de profesionales y tecnólogos en Administración de Empresas de la Universidad, 1973.

Fuente: Archivo Universidad del Norte.

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Imagen 6.8.Borís Rosanía, Gabriel Betancourt y Ramón de Zubiría,1975.

Fuente: Archivo Universidad del Norte.

4. El regreso de Muvdi y la llegada de Rosanía

En marzo de 1973, el rector Tcherassi fue designado gobernador del Atlántico, y el cargo de rector lo vuelve a asumir Julio Muvdi. Con él, se llevó a cabo la apertura del Programa de Tecnología en Relaciones Industriales, la vinculación del Gobierno nacional para la ejecución del proyecto del Centro de Recursos Educativos, y la graduación de los primeros egresados del Programa de Tecnología Industrial. Hasta ese momento, la Universidad contaba con cuatro programas profesionales y tres programas tecnológicos, o de cor-ta duración, y Muvdi daba continuidad al proyecto educativo que había establecido el anterior rector mediante el Plan Trienal, el cual contaba con un enfoque hacia la alta calidad académica.

Antes de culminarse las labores académicas en 1973, el 12 de noviem-bre, el Consejo Directivo decidió por unanimidad nombrar al ingenie-ro Boris Rosanía Salive como nuevo rector. Bajo su dirección, en 1974 se emprendió una de las iniciativas más representativas del quehacer académico: el Centro de Investigaciones de la Universidad del Norte (CIUN), hoy Dirección de Investigaciones, Desarrollo e Innovación,

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cuya labor es promover y coordinar la actividad de investigación científica de profesores y estudiantes, generando aportes académicos, el enriquecimiento del currículo y la proyección hacia la comunidad.

En 1974, el MEN otorgó la licencia para la iniciación de labores de los programas de Medicina General y Enfermería General, que llegaron a constituir la nueva División de Ciencias de la Salud. Tres meses más tarde, el 4 de diciembre, se concedió licencia de iniciación de labores del Programa de Experto en Educación Preescolar, bajo la dirección del actual decano de la División de Humanidades y Cien-cias Sociales, el psicólogo José Amar Amar.

Este mismo año, con una inversión de seis millones de pesos de la época, se inició la construcción de un nuevo edificio (Bloque D) para laboratorios multidisciplinarios, el anfiteatro, aulas y oficinas para profesores.

El nuevo Plan de Desarrollo se estructuraría en 1975 y tendría una vigencia de cinco años. En él se establecieron las principales metas institucionales y se proyectó la estructura organizacional necesaria que hiciera viable el proyecto educativo. Se destaca en este quin-quenio la creación de la Dirección de Servicios Académicos, que agrupaba: Admisiones y Registro, Biblioteca, Centro de Cómputos y Centro de Educación Continuada (CEC), como área experta en la actualización y capacitación continua de profesionales en ejercicio.

Asimismo, se planeó en el documento la construcción del Bloque E, los laboratorios para las ciencias básicas médicas, los laboratorios para ingeniería y las instalaciones de la biblioteca.

Como resultado del Plan de Desarrollo 1975-1980, están, entre otros logros, el fortalecimiento del Consejo Académico; la creación de los Comités de División; la construcción del Bloque de Laboratorios No 2, para Biología, Química y Física, e Ingeniería Mecánica; la crea-ción del programa Cátedra Colombia, como un espacio de forma-ción en temas económicos y sociales de altísimo nivel; la gestión de donaciones que permitieron el incremento de las inversiones para la ampliación de la Biblioteca; la incorporación de nuevas tecnologías; la ampliación de la planta profesoral y la implementación del Pro-

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grama de Evaluación Docente, y la construcción de nuevos espacios al servicio académico.

El reconocimiento de la Universidad del Norte, por su excelencia académica, trascendía Barranquilla y empezaba a hacer eco en las ciudades de la región Caribe, pero también en el centro del país, donde se ubicaban las instituciones de educación superior que ya eran tradicionales en el sector.

Para 1976, se habían graduado 484 estudiantes de las diferentes ca-rreras. El 44 % correspondía a egresados de Tecnologías, el 26 % de Administración, el 12 % de Ingeniería Industrial, el 10 % de Psicolo-gía, y el 4 % restante a egresados de Educación Preescolar.

5. Modernización de la Universidad

La década de los ochenta se inicia para la Universidad del Norte con nuevo rector:4 el Consejo Directivo, presidido por Álvaro Jaramillo Vengoechea, me nombró Rector en julio de 1980, encomendándome la tarea de la maduración del proyecto institucional mediante el for-talecimiento de las funciones sustantivas de docencia, investigación y extensión, así como la internacionalización y la excelencia.

Ya en 1981, pude dar muestras de la orientación humanística y cul-tural que tendría mi rectorado: se puso en funcionamiento el sello editorial de la Universidad, se lanzó el primer número de la revista cultural Huellas, y se inició el proyecto de creación de la emisora Uninorte FM Estéreo, la que por muchos años hemos llamado “la alternativa culta de la radio en el Caribe colombiano”. Más adelante, en 1984, se creó el Centro Cultural Cayena, cuyo objetivo funda-mental era el desarrollo de actividades artísticas y culturales diri-gidas a la sociedad en general, como parte de las actividades de la extensión universitaria.

4 Ferro Bayona, Jesús. Fue nombrado rector el 2 de julio de 1980. (N. del E.)

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CREACIÓN DE LA MAESTRÍA ENADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS

Con el acuerdo 113 de 1983, se abren las maes-trías en Administración de Empresas y en Eva-luación de Proyectos. Con estos postgrados, la Universidad inicia los primeros programas de formación a nivel de maestría, apuntando al for-talecimiento de la empresa y la industria regio-nales.

Para ese entonces, la Universidad del Norte ya era reconocida en Colombia por su calidad, de lo cual daban fe el Informe Weisner de 1982 —el cual la posicionó como la quinta universidad privada del país—, y el Icfes, en un estudio realizado en 1985, que la ubicó en el cuarto lugar de preferencia, siendo la primera fuera de Bogotá. No era raro, por tanto, que la Universidad empezara a figurar en el mapa nacional de las mejores instituciones de educación supe-rior del país. En noviembre de 1987, fui elegido, por mis colegas rectores, presidente de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún), la máxima asociación de universidades del país, que para la época era pieza fundamental en la toma de decisiones del sector.

6. Planta física: Nuevos espacios

En la segunda mitad de la década de los años ochenta, el espacio físico del campus se fue quedando corto ante la necesidad de dar al-bergue a nuevos programas académicos, y a una mayor diversidad de actividades culturales y científicas, incorporadas por la nueva visión del rector y plasmadas en los planes de desarrollo correspon-dientes a la época.5

Por esa razón, en 1986, la construcción del llamado Bloque F dio ca-bida a un auditorio, una cafetería y laboratorios alternos para Cien-cias de la Salud. Un salto importante en materia de tecnología fue la

5 Ferro Bayona, Jesús. Líderes en un mundo global, op. cit., p. 183.

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remodelación del Centro de Cómputos, hoy Dirección de Tecnolo-gía Informática y de Comunicaciones, que se ubicó en el primer piso del Bloque B, e incorporó una nueva sala de informática dotada con alrededor de 40 microcomputadores al servicio de los estudiantes.

En julio de ese mismo año, se aprobó la creación de la División de Ciencias Jurídicas, que incorporó el programa de Derecho, con lo cual se completaron cinco divisiones académicas. Las otras unida-des eran: División de Ciencias de la Salud, División de Humanida-des, División de Ciencias Administrativas y División de Ingenierías.

En 1988, la Universidad recibió el Premio Nacional de Psicología por el Proyecto Costa Atlántica (de apoyo y atención a la infancia de la región Caribe), el cual ha contado con recursos del Instituto Colom-biano de Bienestar Familiar y la fundación Bernard Van Leer de Ho-landa. Este premio permitió dar gran visibilidad a los aportes que la institución venía haciendo desde la extensión y proyección social.

Fuente: Archivo Universidad del Norte.

Imagen 6.9. El rector Jesús Ferro Bayona entrega el doctorado Honoris causa a Karl C. Parrish. Lo acompañan el presidente del Consejo

Directivo, Álvaro Jaramillo, y el exrector Julio Muvdi, 1989.

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Entre 1990 y 1993, la Universidad celebró los aniversarios de varias iniciativas adelantadas con éxito: los 15 años del Programa de En-fermería (1990), los 10 años de la revista Huellas (1990), los 20 años del Programa de Psicología (1991), los 10 años del Programa de De-recho (1992), los 20 años de la ciudadela universitaria (1993) y los 10 años de la emisora Uninorte FM Estéreo (1993).

Para el año de 1995, estaba terminada la nueva Biblioteca General, situada en el portal de entrada al campus, símbolo de la realización concreta de la universalidad de los saberes y de la aventura de los conocimientos. Con esa admirable construcción, la Universidad le estrechó la mano al pasado milenario de los libros y documentos, y tendió un puente al futuro de los conocimientos, que en el mundo moderno han tenido un crecimiento exponencial6.

7. El proyecto de internacionalización

La Universidad se destaca en el país, e incluso en el ámbito inter-nacional, por su orientación a la cooperación con instituciones de Europa y Norteamérica, principalmente. A mediados de la década de los noventa, la Universidad emprendió estrategias que dieron paso a su internacionalización, mediante la firma de convenios para la realización de prácticas, pasantías, proyectos de investigación y actividades de extensión. En consecuencia, el egresado actual es reconocido por su entendimiento de las culturas, los idiomas, los mercados y las tecnologías que se adelantan desde diversas escuelas en el mundo.7

Entre los primeros y más importantes convenios que se lograron están los acuerdos de cooperación con Dallas Country Community College Distric y Clark University, ambas instituciones de Estados Unidos.

Sin embargo, la iniciativa que más valor agrega a la internaciona-lización de la Universidad del Norte se fijó en 1997: la Cátedra Eu-ropa. Bajo la dirección del rector, y con el liderazgo de la Secretaría

6 Ferro Bayona, Jesús. Líderes en un mundo global, op. cit., p. 183.7 Ibidem, p., 186.

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Académica, la Cátedra Europa se creó con el objetivo de acercar a la comunidad universitaria y a la ciudadanía en general a la cultura europea en todas sus manifestaciones. En la primera versión, los países participantes fueron Francia, España, Alemania, Italia y Gran Bretaña. A la fecha, Cátedra Europa es un hito en la ciudad y refe-rente de cooperación internacional para el país. En su versión 2013, la Cátedra congregó a más de 6.000 participantes, quienes asistieron a las conferencias de cerca de 200 personalidades europeas invita-das para debatir temas económicos, políticos, científicos, culturales, artísticos y de las distintas áreas del conocimiento.

Figura 6.1. Convenios internacionales8

Fuente: Elaboración propia.

8 A diciembre de 2014 la Universidad del Norte registró 192 convenios con diver-sas universidades en el mundo.

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Con los años, vinieron iniciativas similares que fortalecieron la estra-tegia internacional de la Universidad: Cátedra Fulbright, Cátedra de las Américas, Canadá Day y Cátedra Asia Pacífico. En el marco de estas cátedras, se establecieron convenios de cooperación que moti-van la movilidad internacional y facilitan la creación de redes para la cooperación y visibilidad de la Universidad en el mundo entero.

HECHOS RELEVANTES 1990-1999

1992: Nuevo programa de Licenciatura en Pedagogía Infantil.

1993: Premio Nacional de Ingeniería al grupo de investigación del Laboratorio de Ensayos Hidráulicos de Las Flores, administrado por la Universidad.

1994: Creación del nuevo programa de Comu-nicación Social y Periodismo.

1995: Inauguración de la nueva Biblioteca.

1997: Creación del programa Cátedra Barranquilla, para el fortalecimiento del liderazgo de los estudiantes.

1997: Fundación del Hospital Universidad del Norte y creación del Programa Pisotón.

1998: Realización de la primera versión de Cátedra Europa.

Hacia 1994, Colciencias, con el apoyo del BID, lanzó un programa de becas para la formación en postgrados de colombianos en el exterior. Como hice parte del Comité Nacional de Selección del Programa, fui testigo de que muy pocos profesionales de la Costa Caribe habían clasificado, y de la inequidad que, en materia de desarrollo humano, sufría la región. Eso me motivó para presentar ante el Consejo Direc-tivo de la Universidad la creación de un fondo especial para la forma-ción de másteres y doctores para la institución, que se convirtió más

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adelante en nuestro Plan de Desarrollo Profesoral, uno de los más exitosos del país. Con el paso de los años, pudimos comprobar que fue una de las decisiones más acertadas en lo que se refiere a forma-ción de capital humano avanzado para la docencia y la investigación.

Otro de los hechos que, sin duda, mostró el interés de la Universi-dad por generar un impacto contundente en su entorno fue la crea-ción, en 1997, del Hospital Universidad del Norte, gracias al apoyo de Elías Muvdi y su familia, la participación de la Gobernación del Atlántico y la Fundación Rotaria de Barranquilla y la Fundación Centro Médico del Norte. Desde sus inicios, el Hospital se proyectó a la comunidad con un enfoque diferente al de otros centros hospi-talarios de la región, y se dedicó a la prevención de la enfermedad, la promoción de la salud y la atención de pacientes en un marco familiar y comunitario.

Al cierre de la década de 1990, la Universidad había iniciado la construcción de su Coliseo Cultural y Deportivo, un escenario pro-picio para las actividades lúdicas de los estudiantes de pregrado; pero además se constituyó en escenario ideal para las graduaciones de estudiantes de los programas de pregrado y postgrado. El nuevo espacio, inaugurado en 2001 en el marco de la celebración de los 35 años de la Universidad, recibió el nombre “Los Fundadores”, en memoria de quienes tuvieron la iniciativa, en 1966, de crear la prós-pera Universidad del Norte. La acogida entusiasta de la comunidad universitaria al recinto recompensa la idea de universidad que tiene como misión excelsa la formación integral de hombres y mujeres tanto en el espíritu, como en el cuerpo.9

8. Consolidación con sello de excelencia

La nueva década traía consigo el impulso que había tomado la Uni-versidad para certificar y acreditar sus procesos de calidad y exce-lencia académica. En 1999 habían sido acreditados los programas de Ingeniería Industrial e Ingeniería de Sistemas, por el Consejo Nacio-

9 Ferro Bayona, Jesús. Líderes en un mundo global, op. cit., p. 184.

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nal de Acreditación (CNA), y también evaluados y certificados por la Accreditation Board for Engineering and Technology, ABET Inc., la más importante agencia de acreditación de programas en todo el mundo, con sede en Baltimore, Estados Unidos; en 2000, también por el CNA, los de Psicología, Ingeniería Mecánica y Medicina; en 2011, el de Administración de Empresas.

El 20 de noviembre de 2003, la Universidad celebró la Acreditación Institucional por parte del Ministerio de Educación Nacional. Con eso, la Universidad del Norte hacía parte de las tres primeras uni-versidades en Colombia en estrenar dicha acreditación. Tres años atrás, se había asumido el reto de trabajar por obtener este reconoci-miento, expresado en un acto formal del Estado colombiano, la Ley 30 de 1992, como exaltación a los esfuerzos por adoptar un modelo de gestión universitaria basado en la planeación estratégica, la re-visión periódica de las actividades con altos niveles de exigencia y estándares de calidad rigurosos.10

La orientación a la excelencia académica y al mejoramiento conti-nuo, mediante la planeación, autoevaluación y evaluación de pares externos, ha sido uno de los principales distintivos de mi rectoría. A la fecha, se cuenta con diversas distinciones y acreditaciones na-cionales e internacionales: nuestra casa de estudios recibió la reno-vación en 2010 de su acreditación institucional, por parte del Minis-terio de Educación Nacional, por un período de ocho años; el 88 % de nuestros programas de pregrado están acreditados por el CNA, y el 70 % acreditados internacionalmente. Se destaca, dentro de estas acreditaciones, la recibida en 2010 por ABET Inc., lo cual significó que la Institución fuera la primera en Colombia en recibir esta acre-ditación internacional para sus cinco programas en ingeniería. A su vez, en 2013 por la Association of MBAs del Reino Unido, para el MBA de nuestra Escuela de Negocios.

El fortalecimiento de la investigación, que para 2005 se expresaba en 35 grupos de investigación reconocidos por Colciencias, permitió consolidar las bases para la creación de programas del más avanza-

10 Ibidem, p. 68.

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do y alto nivel de conocimientos. Fue ese año cuando se ofreció el primer doctorado en la Universidad, en Psicología. Posteriormente, fueron creados los de Ciencias Sociales, Ingeniería Mecánica, Inge-niería Industrial, Ingeniería Civil, e Ingeniería de Sistemas y Com-putación; como también en Educación, en Comunicación, en Admi-nistración y en Ciencias del Mar.

A su vez, en 2008, el Instituto Colombiano de Normas Técnicas (Icontec) otorgó a la Universidad del Norte la certificación, bajo la Norma ISO 9001 2000, para los servicios administrativos y de pla-neación institucional que apoyan la academia, la investigación y la extensión. Más adelante, también en 2008, recibiría la certificación bajo la Norma 9001 2008, que conserva hasta la fecha.11

HECHOS REPRESENTATIVOS DELA DÉCADA DEL 2000

2002: Creación del nuevo programa de Relaciones Internacionales.

2003: Creación del Programa de Becas de la Universi-dad del Norte.

2006: Inauguración del edificio de postgrados “Álva-ro Jaramillo Vengoechea”, y celebración de los 40 años de fundación de la Universidad.

2008: Celebración de los 25 años de Uninorte FM Es-téreo.

2010: Reconocimiento, por parte de Icetex, de la Ofi-cina de Financiamiento Estudiantil como la se-gunda mejor a nivel nacional, por la gestión del convenio Uninorte-Icetex-Banco Mundial.

11 Cuarenta y cinco años de la Universidad del Norte. Trascender es posible. Barranqui-lla, Ediciones Uninorte, 2011, p. 40.

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9. Algunas consideraciones finales: lo que nos deja la historia de la Universidad del Norte

Han transcurrido 47 años desde cuando las ideas de unos visiona-rios, que le apostaron a la creación de una institución de educación superior con altos niveles de excelencia académica, empezaran a materializarse. Se espera mucho de la institución, pero esto no nos atemoriza, sino que nos compromete a seguir con el trabajo que he-mos llevado a cabo de manera constante y visionaria:

La Universidad del Norte ha sido fiel a sus objetivos institu-cionales y continúa apoyando al Estado en su tarea educati-va. Estimulados por el derecho constitucional que consagra la iniciativa privada, continuamos decididos a construir una Colombia nueva, una Costa Caribe más desarrollada, y pensamos que nuestros aportes al Estado y a la sociedad son definitivos para el desarrollo social, económico, polí-tico y cultural, pues la educación es un puntal de primer orden.12

Lo que sigue para la Universidad del Norte es, por tanto, ratificarse sostenidamente como referente positivo de crecimiento y solución de los problemas del entorno. Estamos viendo cómo se levanta en el horizonte una transformación radical de los conocimientos y de la construcción del mundo, a una intensidad y velocidad nunca antes experimentadas. La sociedad industrial moderna, con su asiento en la globalización, nos está mostrando unos planos de tendencias en las cuales nos estamos insertando, porque son los ejes que hemos pensado y preparado para ocupar un puesto de primera línea en la construcción de una Colombia progresista.

En ese sentido, nuestro aporte lo evidenciamos, entre otras acciones, con las intervenciones, diseños y proyectos que, desde el Instituto de Estudios Hidráulicos y Ambientales (IDEHA), realizamos en el río Magdalena y las costas de nuestro mar Caribe desde 1986; en el Programa Institucional de Becas que, desde su creación en 2003, ha

12 Ibidem, p. 150.

Universidad del Norte: Educar para transformar

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beneficiado a más de 4.000 jóvenes de escasos recursos pero con ex-celente desempeño académico; y en programas como Pisotón, que, como resultado de una investigación doctoral de uno de nuestros docentes, ha logrado constituirse en un referente para la formación y desarrollo psicoafectivo de la niñez en todo Colombia, e incluso en otros países, como México, Panamá y Perú.

La Universidad le está apostando a los nuevos retos de las ciencias y las tecnologías, que muestran un avance impresionante en el pro-cesamiento electrónico de datos, el desarrollo cuasi infinito de redes de información, la optimización de la producción automatizada, la ingeniería genética, la reproducción asistida, las enfermedades tro-picales e infecciosas, los negocios en entornos financieros multina-cionales, las energías renovables y los biocombustibles. Apostamos, de igual modo, a las ciencias sociales y humanas, centradas en la búsqueda de una sociedad nueva, donde la lucha contra el hambre, la pobreza, los atrasos en la educación, las inequidades y la injusti-cia son objetivos fundamentales.

En esa tarea, nuestra institución no tiene nada que envidiarles a otros centros de educación superior colombianos, porque se siente reconocida públicamente y goza de una imagen sólida y respetable, y porque recibe de sus graduandos el reconocimiento más preciado: su testimonio profesional.13

La Universidad se siente retribuida cuando los empresarios, los di-rigentes, los actores públicos, las familias, la sociedad entera, exal-tan los resultados alcanzados por sus egresados, sus capacidades profesionales, su sentido de la innovación y su probidad intelectual y moral.14

Esto se logra gracias a la confianza en su gente: en la Universidad se trabaja más con la responsabilidad del individuo que con la simple delegación de funciones y tareas. Cada miembro de la comunidad

13 Cuarenta y cinco años de la Universidad, ibid., p. 29.14 Idem.

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Jesús Ferro Bayona

tiene claras sus responsabilidades y solo puede delegarlas a otro mediante la aprobación de la autoridad del área: académica o ad-ministrativa. La delegación está implícita en las funciones de cada área por división del trabajo o por asignación especial. Esta última se da en caso de programas o proyectos especiales, por distribución más conveniente del trabajo (para la institución) o como una prueba antes de hacer una reestructuración.

La Universidad del Norte es una organización con un sistema de administración moderno, con gran disciplina en la gestión, y que se destaca por su innovación en los procesos, dentro de un marco que es el sistema de gestión de calidad. Reconoce asimismo la importan-cia de la planeación estratégica, los procesos de autoevaluación y la utilización de tecnologías informáticas y de comunicaciones para cumplir dos grandes objetivos: el apoyo a los procesos de enseñan-za-aprendizaje y la función administrativa, lo que permita cumplir con la misión institucional. También se ha implementado la estrate-gia de diversificación para estructurar la organización de acuerdo con un estilo empresarial, pero priorizando el carácter académico.

Esta casa de estudios tuvo 47 años para ser lo que es hoy: una gran universidad. Institución sólida que cada vez más trabaja por la exce-lencia en cada uno de sus programas procesos y servicios; y, en ese sentido, seguirá firme en su compromiso por promover el desarro-llo, la equidad y la justicia social en la región Caribe de Colombia.