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Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia. Facultad de Arquitectura y Diseño Departamento de Diseño Estudio 8: Proyecto de Grado Reporte final: 16 de diciembre de 2019 Proyecto: Muntu americano Director: Andrés Burbano Valdés Estudiante: David Esteban Angulo Toro Código: 201618916

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Universidad de los Andes,

Bogotá, Colombia.

Facultad de Arquitectura y Diseño

Departamento de Diseño

Estudio 8: Proyecto de Grado

Reporte final: 16 de diciembre de 2019

Proyecto: Muntu americano

Director: Andrés Burbano Valdés

Estudiante: David Esteban Angulo Toro

Código: 201618916

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Muntu americano

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ÍNDICE

Introducción.

Relevancia de la Cosmogonía africana el Latinoamérica.

- El papel de los mitos.

- Imaginarios presentes.

- Justificaciones de la esclavitud.

Efectos de la esclavitud y la resistencia.

- Estar al margen. Ser invisible.

- Aportes a la construcción de memoria.

- Africanía

- Cuerpo como medio narrativo.

Aproximaciones estéticas

- Símbolos y signos de la religión yoruba y sus derivaciones en el Caribe.

o Orishas.

o Altares.

o Un lugar entre grutas y árboles.

o Rojo.

Propuesta de diseño

- Adaptación libre

- Referentes visuales

Changó, el gran putas

- Manuel Zapata Olivella

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- La novela

- Personajes y arquetipos

- Muntu americano

o Sinopsis

o Voces

o Motivación de protagonista

o Líneas narrativas

o Escaleta

o Desarrollo y construcción de personajes

o Primeros acercamientos

o Secuencialidad

o Proceso de prototipo final

o Planeación página a página

o Estilo gráfico

Conclusiones

Bibliografía

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Introducción

Es pertinente investigar la representación de la cosmogonía africana en Latinoamérica, desde su

llegada al continente hasta la actualidad, en la búsqueda por desarrollar una exploración visual de

la misma. Ya que los diferentes pueblos africanos que llegaron, fueron desarraigados a sus

elementos culturales, territoriales y sociales, y por lo tanto la transmisión de saberes y

conocimientos, prácticas y costumbres, pudo darse inicialmente por la palabra y la acción. La

presentación pictórica no les fue posible, para ellas y ellos, los esclavos africanos. Entonces se

plantea la siguiente pregunta de investigación: ¿Cómo puede darse una reinterpretación visual de

las visiones míticas sobre el más allá, de las mujeres y hombres africanos que llegan a

Latinoamérica, tras estar sometidos a la esclavitud, la colonización y en un nuevo territorio?

Primero, es necesario tener en cuenta el concepto Muntu, que se desprende de la filosofía de la

etnia africana bantú. A través de éste es posible aproximarnos a un sistema de creencias, y al

mismo tiempo a diversas formas de representación que se dieron en el nuevo continente. Este

concepto, de acuerdo a Jaime Arocha es “la filosofía que teje a los humanos con sus antepasados

y con la naturaleza”. Para Manuel Zapata Olivella, autor clave en el desarrollo de este proyecto,

“más que entes o personas, materiales o físicos, alude a la fuerza que une en un solo nudo al hombre

con su ascendencia y descendencia inmersas en el universo presente, pasado y futuro”.

A quienes llegaron en la diáspora africana, se les alejó de la sacralidad propia que tiene la

naturaleza que rodea a los hombres y mujeres de los pueblos nativos, entendiendo que “el cosmos

es a la vez un organismo real, vivo, sagrado” (Eliade, 1959, p.87). En la reinterpretación de los

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relatos tradicionales e históricos, predomina una amplia cantidad de arquetipos, símbolos, y signos.

Es en la narrativa y en la reinterpretación dónde reside el valor de diseño del presente proyecto.

De este modo y con fines prácticos, se decidió explorar narrativas y relatos específicamente

afrocolombianos. Así, una obra en la que se exploran las dimensiones de la vida y la muerte, para

los hombres y mujeres afrodescendientes y esclavos, es la gran epopeya de Manuel Zapata

Olivella, Changó, el gran putas. Este relato se escoge con la intención de realizar una adaptación

al cómic o novela gráfica. Muntu americano es el fragmento escogido para realizar la

reinterpretación visual. Pues establece un recorrido que nos lleva a Cartagena de Indias y de allí a

San Basilio de Palenque, ilustrando escenarios existentes en Cartagena. Zapata crea una obra de

complejidad literaria, que entrecruza diversas voces tanto de personajes históricos como de ficción,

así aparecen mercaderes, tratantes, sacerdotes, inquisidores, esclavos, cimarrones, palanqueros, la

Ronda española, en el periodo de 1580 a 1640. El autor encarna a quien no tuvo voz en un acto

continuo de resistencia, por la búsqueda de la libertad plena.

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Relevancia de la Cosmogonía africana en Latinoamérica

El papel de los mitos

Las visiones que existen más allá de la vida, en la tierra, se encuentran en los mitos de origen, que

buscan explicar cómo se fundó el mundo, cómo se creó el universo, como llegó el hombre a la

tierra, o en escatologías, que plantean un posible destino, al que el hombre espera llegar después

de la muerte. Es una cuestión existencial. Por ello el mito tiene vida, “en el sentido de proporcionar

modelos a la conducta humana y conferir valor a la existencia humana” (Eliade, 1963). Para

quienes creen, los mitos son historias reales, de dimensiones sobrenaturales y profundamente

sagradas, pues establecen un orden del mundo, y una forma de aproximarse a él. El hombre se

comunica con el mundo porque utiliza el mismo lenguaje, “Si el mundo le habla a través de sus

astros, sus plantas, sus animales, sus estaciones, sus noches, el hombre le responde con sus sueños,

su vida imaginaria, sus antepasados, sus tótems, su participación en ceremonias” (Eliade, 1963,

p.151). Las prácticas que el hombre lleva en vida contribuyen en gran medida a su plenitud

existencial. Sin embargo, “la experiencia mística fundamental, es la superación de la condición

humana” (Eliade, 1959, p.128). La muerte permite cuestionarnos ¿Cuál será el siguiente destino?

¿Qué transformaciones puede sufrir el cuerpo humano? ¿Qué fin tiene morir? Representa también

un nuevo inicio, un viaje, un cambio.

Imaginarios presentes

Mircea Eliade en su libro Lo sagrado y lo profano (1959), establece que lo mítico es sagrado, en

cuanto permite que a través de símbolos y signos se organice el Caos que rodea al hombre arcaico,

en un llamado Cosmos. Dentro del Cosmos se ha fundado un mundo, un pueblo ha tenido origen,

se establecen normas y formas (Eliade, p.29). Como sucedió con el proceso de colonización en

América Latina, los colonizadores al llegar a un territorio colocaban una cruz, y alrededor de este

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símbolo se fundaba un pueblo, “la instalación de un territorio equivale a la fundación de un mundo”

(Eliade, p. 40). Y fuera del Cosmos, lo que persiste es el Caos, es decir un mundo no dominado,

lleno de tinieblas, lugar en el que comúnmente está presente la oscuridad. Ante esta dualidad Caos-

Cosmos, es posible preguntarse ¿Qué imaginarios existen y cómo conviven en Latinoamérica

durante la Colonia?

En el imaginario medieval de los exploradores cristianos “está presente un valor religioso del

mapamundi”, que posee una pobreza científica, pero tiene una riqueza imaginativa (Acosta, 1992).

Como menciona el historiador Vladimir Acosta en su obra El Continente Prodigioso (1992), los

exploradores trataban de comprobar en cada territorio “descubierto” o visitado, si encontraban

aquellos escenarios míticos mencionados en la tradición clásica griega como los Campos Elíseos

o en La Biblia. Sucedió en la exploración de las Islas del Océano Atlántico desde Europa y el Norte

de África hasta Latinoamérica, donde islas como Cabo Verde fueron confundidas con las

Hespérides (Acosta, p.38), o buscaban encontrar un Paraíso Terrenal (San Balandrán y su

búsqueda de Terra Repromissionis Sanctorum en las Antillas del Caribe).

Es así como los exploradores con un interés de buscar aquello que es propio de sus mitos y leyendas

populares, hacen que un imaginario se imponga sobre otro. Los colonizadores, de forma

generalizada, desprecian otras creencias, pues en su búsqueda de forma exótica, creían encontrar

especies de pueblos salvajes, hombres gigantes, seres que no eran humanos por su apariencia o

color, (Acosta, p.44), tierras habitadas por monstruos, antropófagos y animales fantásticos. ¿Cuál

era la percepción entonces de las creencias de los indígenas latinoamericanos y nativos africanos?

Teniendo en cuenta procesos como la colonización y la esclavitud, donde se considera inferior y

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se deshumaniza al otro, pero comprendiendo la existencia de un imaginario europeo persistente,

religioso y mítico también.

Justificaciones de la esclavitud

La esclavitud se estableció durante cerca de cinco siglos como un negocio comercial legal, más no

necesariamente moral. Los reinos de Europa, las colonias que se iban estableciendo en África y

América, así como reinos africanos, se vieron “beneficiados” económicamente por la trata. La

iglesia, institución cercana a las casas reales como el Reino de España y Portugal, también se vería

beneficiada, pues la expansión territorial, la navegación y exploración convertirían paulatinamente

al Reino de España en potencia mundial, hacia el siglo XVII. Cabe recordar, que anteriormente,

se vivían luchas territoriales e imperiales que tenían a la religión como principal arma e

instrumento, para establecer un imaginario sobre otro, como se dio en las Cruzadas. Asimismo, la

religión se usó, como uno de los principales objetivos “justificables” de la trata: llegar a lugares

habitados por comunidades con prácticas paganas para evangelizarlas y convertirlas al

cristianismo. La historiadora Luz Adriana Maya relata lo siguiente:

“Tardieu señala que […] Enrique el Navegante, intentó disfrazar sus intereses político-

económicos mediante el pretexto de una motivación religiosa de evangelización a las poblaciones

paganas. […] Pero además de la justificación religiosa de la trata, era necesario elaborar una

sólida justificación legal. De este modo en 1436, el Infante Don Enrique obtuvo de Roma

aprobación oficial para su intervención contra los enemigos de la fe”. (Maya Restrepo p.399)

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Los esclavos africanos eran bautizados y “convertidos” al cristianismo para poder legalizar la

práctica de colonizar. El segundo objetivo que se encontró también desde la cosmovisión cristiana,

fue la esclavitud. Pero para esto, se relacionó la figura de los hombres y mujeres africanos con los

“monstruos”, por sus peinados, el color de su piel o de sus dientes, la región en incluso la región

que habitaban. La imagen de monstruo justificaba convertir al otro en enemigo. La construcción

la imagen de un africano monstruo, se da ante la necesidad de nombrar lo desconocido. Señala

también Maya Restrepo que “el hombre del medioevo vivía en un mundo precario en donde lo

desconocido debía ser nombrado y encarnado para que así el miedo quedase en los límites de lo

soportable; la religión proponía entonces el monstruo por excelencia: Satanás”. (p.231-232). Para

Bruno Roy, entablar una relación contra el hombre africano, “representó el esfuerzo del hombre

occidental al comparar su propia normalidad confrontándola con la deformidad de las razas

imaginarias” (Maya Restrepo, p.233).

Grabado, Theodore De Bry, Aproximadamente hacia el año de 1590.

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Efectos de la esclavitud y resistencia

Estar al margen. Ser invisible.

La esclavitud actualmente es un tema que busca ser tratado de forma imparcial y completa. Apenas

se han hecho esfuerzos por parte de organizaciones e instituciones más que por los mismos estados

de los países latinoamericanos, por reconstruir la historia, y mostrar las diversas facetas y etapas

que tuvo este proceso, cómo es el caso reciente de la exposición sobre el barco negrero La Marie

Seraphique (2018-2019, Bogotá) en el Museo del Oro, en convenio a las Colecciones del Museo

de Historia de Nantes. Lo que sucede a nivel estatal, y como menciona la politóloga francesa

Françoise Verges, en relación a la abolición de la esclavitud y el discurso de memoria por parte de

Francia y sus antiguas colonias en las Antillas del Caribe, es que no se ha hecho un ejercicio de

reparación (Verges, p.113, 2010), que implica reconocer las violencias cometidas en otros

momentos ante las poblaciones que aún existen, hecho que tiene eco en un país como Colombia,

donde para el año de 1991 con la nueva Constitución, apenas se reconocían a las poblaciones

negras e indígenas por sus diferencias étnicas, (Ferreira de Almeida, p.15, 2018).

Por eso, es desde los propios artistas e intelectuales de las comunidades negras y

afrodescendientes, que, ante una necesidad de denuncia, de reconocimiento y de valoración propia,

han generado obras en diferentes disciplinas que buscan explorar esas memorias, memorias

fragmentadas, multi-territoriales, y sobre todo escasas, que como menciona Verges, “es en la

imaginación, a través del recurso a expresiones artísticas en particular, que se les puede cobrar

vida” (2010, p.105), a los relatos que persistieron con la oralidad: religiones, tradiciones, cuentos,

mapas e ideas de libertad.

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La relevancia de la cosmogonía africana en Latinoamérica, se presenta en el reconocimiento de las

creencias e imaginarios, de aquellos pueblos que llegaron de forma dispersa y continúa, sin estar

organizados aún como pueblos pero que, tras siglos de resistencia terminaron habitando un nuevo

territorio, incluso al margen de cualquier estado o poder. Eran sujetos “invisibles […] figuras

abstractas. Eran estereotipos: sufridores o rebeldes, víctimas o héroes. En cuanto a lo que

pensaban, soñaban, creaban, aquello quedó al margen.” (Verges, p.117, 2010). En la Exposición

de Velorios y Santos Vivos: Comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras,

llevado a cabo por el Ministerio de Cultura, el Museo Nacional de Colombia y la Universidad

Nacional en el año 2008, que recogió la investigación y el proceso etnográfico llevado en la

curaduría, se buscó hacer visibles las tradiciones, en un acto de inclusión de las comunidades

afrocolombianas en procesos de memoria nacional. Así, mencionan: “La sala de exhibiciones

conjuga la convivencia entre lo profano y lo sagrado […]. Vídeos y fotografías le enseñan al

público cómo la modernización del país, la guerra, la industrialización de la minería y la

agricultura, la urbanización acelerada, la propagación de celulares, televisores y funerarias,

parecían obstinados en diluir la identidad de las comunidades negras en Colombia, de ahí que

continúen luchando por ser ellas mismas, conforme lo han hecho desde la Colonia. (Museo

Nacional de Colombia, 2008)”.

Altar de Novena en San Basilio de Palenque. Sincretismo religioso.

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La permanencia de rituales como los alabaos o el lumbalú en zonas como el Medio Baudó,

municipio del Chocó, enseñan la persistencia de las tradiciones, aun cuando se enfrentan a

cambios, por influencias externas o de las poblaciones cercanas, en el territorio, como la influencia

del cristianismo o las creencias de indígenas nativos.

Manuel Zapata Olivella mencionaba en su artículo Negritud, Indianidad, Mestizaje en

Latinoamérica (1988), que la importancia y significado de la estética y participación política de la

población afrodescendiente y africana en el continente, radica fundamentalmente en la

transmisión, disposición e “impacto de lo religioso y emocional de África en la cultura

contemporánea” (p.59, 1988). Y aun así la presencia negra es menos visible. Zapata Olivella

expone uno de los temas debatidos en el coloquio Negritud y Latinoamérica de 1974 en Dakar,

organizado por el filósofo senegalés Leopold Sédar Senghor:

“¿Hasta dónde el indigenismo sirvió para ocultar la indianidad en la propia sangre del

mestizo, en la propia cultura?” (Zapata Olivella, p.66).

Ocultar o no mostrar, pero al mismo tiempo legitimar la descendencia para tomar como propias

las luchas de reivindicación social, oportunista e “intelectual”, por tener pequeños rasgos físicos y

culturales, o el pasado de un pueblo indígena en la historia personal, por ejemplo, y cobijarlo bajo

políticas públicas de tipo paternalista, en la que se reconoce al indígena, el negro, al mestizo como

diferente, y a su vez como menor. Para Zapata Olivella, discutir los conceptos Negritud e

Indianidad, exigió reconocer la igualdad cultural, étnica y social de todos los americanos. Este

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autor escribiría hacia 1997 en su libro la Rebelión de los genes la necesidad de ahondar más en la

influencia continua y vigente de África en América:

“La presencia africana no puede reducirse a un fenómeno marginal de nuestra historia. Su

fecundidad inunda todas las arterias y nervios del nuevo hombre americano”.

Aportes a la construcción de memoria.

La igualdad cultural, étnica y social que esperó ver Zapata Olivella, no es del todo reconocible.

Este mismo autor en el desarrollo de su novela épica Changó, el gran putas (1983), hace especial

énfasis en reconocer y dar nombre a lo vivido por quienes migraron forzosamente al Nuevo

Continente, y que aún quinientos años después deben seguir luchando por una verdadera igualdad,

contra el racismo, la discriminación, el rechazo. Darío Henao Restrepo cuenta en la introducción

de la gran epopeya de Zapata Olivella, como este último advirtió que pese a que la Constitución

de 1991 reconoce que Colombia es un país multiétnico y pluricultural, no se especifica cuáles son

las etnias y culturas presentes, como si el conjunto de etnias y culturas pudiera ser nombrado de

forma única.

Manuel Zapata Olivella a lo largo de su novela, nombra a los diferentes grupos étnicos establecidos

en América, y hace reconocimiento de esto a través de los apellidos, como sucedía en el siglo XVI.

Así personajes como Benkos Biohó, permite identificar su descendencia de la etnia bohio, biojo,

de las islas Bijagos de Guinea-Bissau. En los bordes de la historia y a propósito de los 200 años

de independencia de Colombia, existe bajo el sello de desconocido, la fundación del primer pueblo

libre de América: San Basilio de Palenque, hacia el siglo XVII. Un espacio donde se pudo

establecer un orden social, político y religioso propio. Manuel Zapata Olivella se aproxima a la

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fundación de este lugar, no solo contando la vida del ya mencionado Benkos Biohó, sino también

exponiendo las tensiones entre un predominio cristiano occidental del hombre blanco sobre las

creencias del esclavo africano.

Explorar y reconocer desde disciplinas artísticas las voces de los actores que no han estado

incluidos, comúnmente en los relatos oficiales, permite generar mayores dudas y cuestionamientos

con respecto a la Historia. Así, es posible encontrar relatos de reinterpretación, de los eventos que

se dieron, y también frente a los sistemas de ideas persistentes en el momento. Lo menciona la

artista puertorriqueña Imna Arroyo, “Mi trabajo explora diferentes manifestaciones de la

naturaleza y del espíritu de los ancestros africanos; les da voz a algunas de sus historias actuando

espacios tanto físicos como espirituales.” (Citado por Ferreira de Almeida, Torres, 2009). De

modo tal, que sus obras en conjunto van sumando a la construcción visual de su misma cultura y

tradición.

El periplo vital, como señalaba Darío Henao Restrepo, en la introducción de Changó, el gran putas,

es en gran medida una historia personal que aporta y construye a la misma obra del autor. Para

Ferreira de Almeida, la experiencia de Manuel Zapata Olivella, es una “historia anónima de sujetos

transformados en masa de fuerza y sumisión. […] Por otro lado, el texto planeado, metahistórico

o construido en la experiencia, dio paso al texto experimental” (p.). El escritor Alejo Carpentier,

desde la literatura cubana, realiza una de las primeras obras en construir una narrativa desde el

punto de vista del esclavo africano, de los hombres y mujeres negros con El reino de este mundo.

El desarrollo de esta narrativa aportó también a la imagen del continente y de la región. Lo mítico,

lo fantástico también se une a la historia. Como menciona la historiadora María Clara Bernal:

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“Lo real maravilloso se centra en la relación de hombre, naturaleza e historia, y en la forma en

que tales elementos interactúan para crear una cultura única. Dada la historia de Conquista y

Colonia en Latinoamérica, lo real maravilloso es un término que brotó de la sensación de

desarraigo y tuvo como consecuencia una imagen de Latinoamérica como tierra utópica.” (2006,

p.42)

Africanía.

El interés en indagar sobre una imagen en común, tuvo repercusión en la mitad del siglo XX,

cuando el movimiento de los derechos civiles de la década de los años 60 y 70 dio una creciente

conciencia negra y panafricana. ¿Quién soy yo? Es una pregunta que, desde el movimiento de

Criollización, en autores franceses y de las Antillas, entabla una relación entre el país, que fue o

es colonia, con una África creada, inventada e imaginada que se remite al componente mítico y

simbólico de las culturas africanas. Para Ferreira de Almeida esta visión atemporal y anacrónica

de África y del continente americano es “una producción cultural de las comunidades negras en la

diáspora que eligen el patrimonio estético, religioso y científico africano como substrato para su

configuración en el presente diaspórico.” (p.84, 2018).

El Afrocentrismo, al que se refiere Arturo Lindsay generó un interés en crecimiento de las creencias

y prácticas religiosas de África, con la religión yoruba y la Santería entre las religiones africanas

más investigadas en Norte América. Lo cual permitió a muchos latinos adoptar y contribuir en

estas creencias, honrando su herencia y definiendo su identidad cultural. (Lindsay, 1996, p.203).

Definen la imagen del pasado y la historia de sus comunidades, y la de las regiones actuales que

habitan, y a los continentes americano y africano. Eneida Leal Cunha en su obra Estampas do

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Imaginario- Literatura, Historia e Identidade Cultural (2008) señala “constituidos a lo largo del

último siglo por la fascinación que el continente ejerce sobre una intimidad de fotógrafos, mundos

por demandas varias, que van del trabajo etnográfico a la seducción turística, el inventario de

visiones de África, se caracteriza por registro de su radical diferencia, con la entidad geográfica y

la colectividad racial marcados por la sujeción” (Ferreira de Almeida, p.108).

Africanía, es un concepto que aporta a la discusión de identidad. El filósofo William Mina

menciona que la reinvención y reinterpretación de los relatos míticos e históricos en los que

aparecen héroes y dioses, se da como una estrategia de resistencia, en la cual “la finalidad esencial

de las religiones africanas no es tan solo de afirmar la vida de ultratumba, sino la animación de los

muertos a los vivos para conservar la vida, la inteligencia, la palabra y afirmar siempre la libertad”.

(Mina, 2016) Mientras que para el antropólogo Jaime Arocha, Africanía también “se refiere a

aquella identidad que los afrodescendientes fueron moldeando para resistirse a la esclavización,

[…] en respuesta a la apropiación de los vínculos, objetos, plantas y animales que les ofrecían los

nuevos sistemas sociales y ambientales de América” (Citado por Eduardo Restrepo, 2003, p.83)

Imna Arroyo, Ancestors of the Passage. Instalación multimedia

Un ejemplo de esto es la obra de Imna arroyo, en la cual se representa el papel de los orishas, como

“los orishas y ancestros protegen al hombre y a la mujer negros, y trae la memoria del viaje (la

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esclavitud) de generación en generación”. Al mismo tiempo Arroyo “representa a la comunidad

que murió en la travesía con imágenes de los muertos en su gloria configurados en múltiples ojos-

almas que acompañan a los descendientes, los miran, los protegen” (Ferreira de Almeida, 2009,

p.52.)

El cuerpo como medio narrativo.

Las oraciones compuestas de canto y poesía, que invitan a un orisha a descender a la tierra, y

acompañar a los hombres y mujeres se llaman Orikí. La palabra y la representación de la misma a

través de la acción, tienen una implicación tradicional con respecto a la diáspora africana y de la

población yoruba. Babatunde Lawal nos cuenta como la inseparabilidad del arte y la vida en el

pensamiento yoruba es ilustrada por uno de sus mitos de origen de la humanidad. De acuerdo a

ese mito, cuando Olodumare decidió crear el primer ser humano, él encargó al artista-deidad

Obatalá para moldear el cuerpo físico (ara) de arcilla divina. Olodumare después agregó un alma

(èmí), a la escultura para hacerlo humano. (p.8 Ifá verso, Odú Éjiogbe). La comunicación de este

mito de origen de generación en generación, hasta el día de hoy, ha sido posible a través de la

música y del cuerpo.

La palabra en las sociedades africanas, era transmitida a través del performance “fuera ésta dicha,

cantada o recitada, se desplegaba al lado de otros modos de expresión que tomaban forma directa

o indirecta en el cuerpo humano, convirtiéndose éste en soporte material de la memoria” (Maya

Restrepo, p.342). Los símbolos y signos como las máscaras, las estatuillas, los instrumentos

musicales han sido soporte de otras formas de transmisión de información

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y memoria, de “otras escrituras sonoras, cinéticas, corporales y artísticas” (Maya Restrepo, p. 342).

La misma autora expresa que “cada uno de esos objetos, palabras y gestos eran portadores de

sentido para cada uno de los grupos en la medida en que se insertaban en sus respectivos campos

de significación política, social y cultural.” (p.360)

En los festivales anuales en Nigeria, Benín y Guinea, en los que se rinde tributo a cada orisha, los

babalawos quienes lideran la celebración junto a la población cantan, bailan y portan vestuario,

máscaras e instrumentos especiales para la ocasión. Por ejemplo, “Los sacerdotes de Changó, el

dios del trueno, llevan usualmente los más elaborados vestidos en la región yoruba. Ellos se

identifican por su elaborado peinado, collar de cuentas rojas y blancas (kelé), prendas rojas y un

bastón de hacha doble”. (Lawal, p.14). Mientras bailan báta, música sagrada de Changó, un

hombre o mujer sacerdote es poseído por la deidad. Los oficios de memoria, término acuñado por

Maya Restrepo señala en el actuar de los sacerdotes del Reino del Kongo y Yoruba una narración

implícita, que es válida tras superar diversos ritos de iniciación. “Estos ritos otorgaban legitimidad

a las palabras” (p. 347). Las prácticas y ceremonias permiten a una sociedad revelar y descubrir

etapas de la misma experiencia humana y a los individuos reconocerse dentro de una sociedad.

Sango possesion priest. Foto: Babatunde Lawal.

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Aproximaciones estéticas

Símbolos y signos de la religión yoruba y sus derivaciones en el Caribe

Manuel Zapata Olivella en Changó, el gran putas, va desvelando prácticas religiosas que se

encuentran entre el sincretismo, el cristianismo y la considerada brujería (un conjunto de prácticas

africanas mayormente yoruba). A continuación, se profundizará sobre los conceptos que derivan

de la religión yoruba con posterior representación en la adaptación a cómic de la novela de Zapata

Olivella. La influencia yoruba es prominente en la religión, “constituye la fuerza conductora detrás

de nuevas religiones conocidas como Candomblé en Brasil, Changó en Trinidad y Tobago,

Granada y Barbados, Umbanda en Brasil, Colombia, Perú, Ecuador, Kele en Santa Lucía y Santería

en Cuba, Venezuela, Estados Unidos y otros países. La influencia yoruba también se da en

africanismos del Nuevo Mundo como el Vudú de Haití” (Lawal, p.3).

LOS ORISHAS

Los orishas, dioses con dones específicos, son representados por los yorubas en esculturas y en

varios medios como un elemento sustitutivo que permita localizar a sus espíritus, sometiéndolo a

las razones y emociones humanas. A cada uno estos dioses se les construye un altar específico que

se debe decorar con el color respectivo. Para establecer relación el altar, las personas deben portar

elementos de color relacionados, alimentos y objetos. Sobre la práctica de comunicación con estas

figuras, Maya Restrepo señala que “la estatuaria de madera o de arcilla cocida, los objetos tallados

o moldeados con tierra, están siempre asociados con los ancestros, con los dioses y con la muerte”

(p.350). Estos artefactos son, de acuerdo a Maya Restrepo, soportes materiales de memoria.

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Babatunde Lawal, historiador yoruba, expresa al respecto que “los festivales a orishas generosos

como Changó, Oshun, Yemayá son usualmente muy coloridos” (Lawal, p.12). Las personas llevan

máscaras, atuendos para bailar, y los sacerdotes o babalawos portan un peinado, vestuario, color y

objetos específicos. “Se podría decir que los cancilleres (babalawos) son hijos de ciertos orishas.

Por ejemplo, aquellos que aparecen vestidos de blanco poseen la fuerza o aché de Obatalá, los que

lucen trajes amarillos tienen la fuerza de Oxun, y los que están trajeados de azul tienen el sello de

Yemayá…” (p. 354).

Casa de las Américas.

Fernando Ruiz colección.

Foto Arturo Lindsay

Obafemi Awolowo University.

Representación femenina de Changó

y Objeto ritual de Changó.

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ALTARES

Los altares se componen de objetos, alimentos, colores y estatuillas específicos, como se

mencionó anteriormente. El tamaño de cada altar varía con respecto a la relación social que

tenga el individuo con otros, y la relación espiritual con un orisha. Así “Si un individuo

atribuye su éxito a un orisha, no solo es recíproco al ofrecer grandes sacrificios, sino también

en construir el altar más bello posible”. (p.11) (Lawal 1974, p.242) En el centro del altar

aparece una figura antropomórfica. “La práctica común es ubicar la pieza central en un

pedestal, para así comandar la atención” (Lawal, p.13). Robert Farris Thompson comenta en

su libro Face of the gods, al respecto:

“El altar por sí mismo, ascendientemente diseñado, indica grandeza y trascendencia por la

entronización. En la antigüedad yoruba no había sillas en el sentido occidental, un

cuadrado o una tarima semicircular, cuidadosamente suavizada y enchapada, servía a esta

función. Las tarimas representaban la ascensión simbólica. Los oficiantes intensificaban

esa sensación ubicando elementos cilíndricos en el centro”. (p.146)

Altar de Santería en honor a Changó.

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UN LUGAR ENTRE ÁRBOLES Y GRUTAS

“Los yorubas, como muchos pueblos africanos, también rendían culto en “altares

encontrados- en dramáticos afloramientos rocosos, piscinas profundas, forzosamente sobre

ríos, el océano o fuertes y salientes árboles. Los árboles llegan a ser emblemas de los dioses,

altares de su espíritu”. (Thompson, p.147)

“La aproximación de corporalidad africana del siglo XVII se quedaría incompleta si no se

tienen en cuenta los lugares en los cuales ella se enraíza para perdurar; dicho de otro

modo, si nos detenemos en los lugares de la memoria. Además de los templos y de las

casas, la naturaleza es un soporte material de primer orden de la memoria colectiva de las

culturas. Dentro del reino vegetal, el árbol juega un papel excepcional como lugar de la

memoria de los africanos de la costa occidental”. (Maya Restrepo, p.342)

Afro-brazilian yoruba tree. Mujeres alrededor del árbol

Frente al árbol, los oradores y creyentes vierten sobre las raíces, agua, arroz, seda si el árbol

es de seda, realizando un ritual de purificación. “Con el tiempo comienzan las oraciones y la

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danza en honor a los espíritus, los seguidores visten al árbol, colocando una túnica de algodón

alrededor del tronco, de esta forma los devotos rinden honor a Iroko (orisha de los deseos)

entre la población Ketu Yoruba de Benín y Bahía (Brasil)” (Thompson, p.123)

ROJO

Este color en la tradición yoruba representa fuerza y poder. Los orishas portadores de este

color son Eshu (dios del fuego), Changó (dios del trueno) y Elegba (guía de los caminos). En

el vestuario tradicional también es de común uso, en combinación con el blanco y con el

negro. También es la representación del fuego y de la sangre. Hago especial énfasis en el uso

de este color, pues en la adaptación a cómic de Changó, el gran putas, se verá usado junto a

una paleta de grises, negro y blanco.

Trono del tambor para Changó, 1983

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El artista Ramón Esquivel diseñó hacia el año de 1983, su pieza Trono del tambor para

Changó, un trono ritual para la presentación de un iniciado en los tambores bata como señala

Robert Farris Thompson. El color rojo y blanco predominan. Los tambores están en el suelo,

también cubiertos por algodón rojo. Los tres tambores, itotele, iypa y okonkolo son

consagrados a Changó, Obatalá y Elegba respectivamente. Un altar Umbanda (religión de

carácter sincrético), refleja el alcance de la tecnología, cuando el sacerdote enciende la luz

roja, trayendo los colores y matices de Changó mientras canta las alabanzas al dios del trueno.

Altar de Umbanda con Santos Católicos.

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PROPUESTA DE DISEÑO

Adaptación libre

En respuesta a la pregunta de investigación: ¿Cómo puede darse una reinterpretación visual

de las visiones míticas sobre el más allá, de las mujeres y hombres africanos que llegan a

Latinoamérica, tras estar sometidos a la esclavitud, la colonización y en un nuevo territorio?

Considero relevante el desarrollo de una narrativa que pueda mostrar a través de la imagen

prácticas, rituales o ceremonias por momentos, para lo cual es de suma importancia la

secuencialidad. Un segundo elemento que puede ser profundizado, es la aparición de lo

fantástico y mítico en relación a los hombres y mujeres yoruba, considerando la filosofía del

muntu. Así mismo establecer una narrativa que tenga la voz de los esclavistas y de los

esclavizados en un contexto histórico real y aproximado, en el que se pueda construir a su

vez sobre referencias gráficas o textuales de los espacios y eventos.

Por ello la propuesta de diseño de este proyecto es la elaboración de un cómic o novela

gráfica, que a su vez sea una adaptación de un relato ya existente y propiamente colombiano,

específicamente de la región Caribe, así el desarrollo gráfico podría presentarse como soporte

o contenido introductorio o complementario. En la exploración se revisaron obras como

Antología de mujeres poetas afrocolombianas, Tambores de la noche de Jorge Artiel y La

bruja de las minas de Gregorio Sánchez Gómez. Pero como se mencionó previamente, solo

la obra de Zapata Olivella permite indagar sobre un sistema de creencias, en este caso de la

población que se estima, fue la de mayor llegada al Nuevo continente.

Adaptar es transformar.

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Referentes visuales

Fabrice Monteiro

El fotógrafo proveniente de Benín ha desarrollado a lo largo de su prominente carrera

exploraciones sobre el sincretismo religioso, la religión yoruba y la esclavitud, trayendo al

mundo contemporáneo recreaciones de los orishas, por ejemplo, desde el cuerpo femenino

(Syncretism I) o siendo portadoras de vestuario a partir del uso de material reciclable (The

Prophecy, 2015). En su serie Marrons (2015) rescata las máscaras de hierro y soportes que

ponían sobre el cuello a los esclavos como castigo.

Marrons, 2015

Ricardo Teles

Desde Brasil, Ricardo Teles desarrolla una exploración del imaginario africano en su país.

La principal aproximación a las tradiciones afrobrasileñas la desarrolla en la extensa serie

fotográfica Encantados, donde sigue de cerca las ceremonias y festivales, como el caso del

culto a la orisha Yemayá. También desde su participación en la película histórica Vazantes

como fotógrafo de rodaje, bajo la dirección de Daniela Thomas, que retrata la esclavitud

hacia comienzos del siglo XIX.

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Encantados. Ceremonia a Yemayá.

Vazantes film (Daniela Thomas, 2017)

Ana Mendieta

La artista cubana desarrollo en su corta trayectoria proyectos disruptivos, en los que el

cuerpo, la sangre, la tierra estaban presentes. Inquieta, intriga e incluso genera un sentimiento

de horror. Es así como a través de su proyecto Silueta, realizando performance, fotografía,

escultura e instalación, destaca la relación del cuerpo cubierto por la naturaleza o expuesto a

la violencia del mismo medio. El cuerpo que emerge o que sucumbe a la maleza, al barro, al

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río, al fuego. También indaga en sus propias raíces y creencias de su nación de origen,

explorando también en este proyecto la Santería.

Siluetas (1973-1980)

Umeh Bede

Artista nigeriano que a través de sus pinturas representa la agilidad, la resistencia y la

capacidad de los bailarines y músicos en danzas tradicionales como el bata en honor a

Changó. También representa la cotidianidad en músicos rodeados del calor y la energía de la

celebración.

Bata dance, 2016

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Rey de la Matuna

El artista e ilustrador barranquillero Alberto Sierra Quintero desarrolló hacia la década de los

años setenta, una novela gráfica llamada Benkos Biohó, Rey de la Matuna, siguiendo la vida

del héroe palenquero, su lucha e historia contra los soldados de la Corona. De carácter

pedagógico principalmente muestra las condiciones inhumanas a las que estaban sometidos

los esclavos, y también hace un ejercicio cuidadoso de representar la historia y algunos

diálogos en criollo palenquero.

Viñetas de la obra de Alberto Sierra Quintero

Tanta sangre vista

Tanta sangre vista, novela de Rafael Baena sobre la violencia y el conflicto colombiano, es

adaptada al cómic por Oscar Pantoja, e ilustrada por Juan Gaviria. La versión en novela

gráfica divide la historia en dos partes independientes, bajo un formato de cara y cruz. Pues

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por un lado se narra desde la perspectiva de quien vive la guerra, y por el otro, de quien

rememora un evento. De este modo, y hacia el final de cada narración, se permite el encuentro

del conflicto entre ambas generaciones, hecho transversal a la novela de Baena.

Fragmento publicado por Juan Gaviria en Behance.

CHANGÓ, EL GRAN PUTAS

Manuel Zapata Olivella

El autor de ésta novela fue el médico, folclorista y antropólogo afrocolombiano Manuel

Zapata Olivella, quien nació en Lorica, Córdoba. A través de sus obras realiza denuncia social

como es el caso de La calle 10, novela corta en la que cuenta la vida de los habitantes del

sector más deprimido en la Bogotá de los años 40, o Tierra Mojada, en la que denuncia la

ocupación y desplazamiento forzado de campesinos por parte de terratenientes. Sin embargo,

también explora profundamente el universo mítico de los hombres y mujeres

afrocolombianos, exaltando las prácticas, costumbres e identidades.

Page 35: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

Así, se cuestionó continuamente sobre la relación de poder entre las comunidades negras y

el Estado o la Iglesia en nuestro país, donde aún los esfuerzos por traer relatos

afrocolombianos, no han sido suficientes, para que como colombianos estemos informados

de los procesos que han afrontado comunidades negras e indígenas a lo largo de la historia

nacional. Por ello, el autor se relacionó con los pensadores africanos, afroamericanos,

afroeuropeos más influyentes del siglo XX, como Leopold Sedar Senghor, Wole Soyinka,

Aimé Cesaire o Langston Hughes. Asimismo, participó activamente en simposios, debates y

conversatorios internacionales en los que se debatían conceptos como Negritud, Indianidad,

Mestizaje, ante lo cual considero, que se permitía explorar las necesidades de estas

poblaciones y observar cómo se construían los relatos de nación a lo largo del continente

frente a las mismas poblaciones.

Es de reconocer el rol activo cómo escritor de Zapata Olivella, en el reconocimiento de

problemáticas locales y el abordaje a la realidad de los afrodescendientes, en novelas como

Chambacú, corral de negros, En Chimá nace un santo y por supuesto Changó, el gran putas,

y un rol también político recorriendo Colombia, Centroamérica, México y Estados Unidos,

así como Senegal y Francia, estudiando las poblaciones y realizando contactos con otros

pensadores, organizando cumbres internacionales como las dos ediciones del Congreso de la

cultura negra de las Américas, en 1977 y 1980. Su aporte a la construcción y reinterpretación

de los discursos de memoria histórica es fundamental en la lucha por la igualdad y la libertad.

Page 36: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

Novela

Esta obra de ficción histórica es una gran epopeya, que narra el periplo de la trata

transatlántica, desde el siglo XV hasta mediados del siglo XX. La esclavitud, la colonización,

la Inquisición, las luchas libertadoras en Latinoamérica, la lucha por la igualdad de derechos

humanos, son eventos que han afectado en gran medida a la población afrocolombiana en ese

mismo periodo, y que son relatados en la obra. Los orishas aparecen en primer lugar, son los

primeros africanos, que se van sumando posteriormente a los ancestros humanos en su

travesía. A Manuel Zapata Olivella le tomó cerca de veinte años de investigación. Muchos

de los cuales fueron parte de la investigación primaria y práctica del escritor, quien viajó a la

mayoría de lugares que aparecen en el relato, con la intención de asumir y entender las

situaciones y contextos posibles, a los que se vieron expuestos los hombres y mujeres

africanos.

Tomar el segundo capítulo, Muntu americano, es una decisión de aprendizaje, para explorar

la historia de un periodo como 1580 a 1640 en el Reino de la Nueva Granada. Periodo en el

cual se instauró el Santo Oficio de la Inquisición en el año de 1610 en Cartagena de Indias,

ciudad que para la época era el puerto negrero más importante del continente. En este mismo

tiempo se logra la liberación y fundación del Palenque de San Basilio. Estos dos eventos

reflejan también la tensión entre hombres y mujeres africanos, afrodescendientes, mestizos,

mulatos, indígenas, criollos y europeos, en un plano religioso, espiritual y de creencias.

En el espacio construido en Cartagena de Indias a mediados del siglo XVI, revelado por

Manuel Zapata Olivella, se dan las tensiones entre el cristianismo y la “brujería”. Los lugares

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que hoy en día se preservan permiten evidenciar el paso del hombre occidental. Las iglesias

siguen en pie, los castillos, los fuertes, los palacios. ¿Los lugares que están destinados a la

clase marginada dónde quedaron? En el relato se mencionan las casamatas, aquellas grandes

casonas de hacinamiento para los esclavos, los galerones en el puerto, cuyos capitanes

esperan la venta de los esclavos, y la compra y comercio de productos del Nuevo Reino de

Granada hacia otras regiones. Los conceptos de Caos-Cosmos vuelven a aparecer y se

evidencian en el relato. Lo ordenado pertenece a lo establecido, al imaginario predominante.

El caos, las tinieblas, es el espacio donde se llevan a cabo los rituales yorubas. Y allí

predominan el mar, los ríos, los montes. Lo que era próximo en la cosmogonía africana

original debe ser reemplazado, árboles cómo el baobab sagrado por la bonga.

Bahía de las Ánimas, Cartagena de Indias, 1998. Foto: Casa Editorial El Tiempo

La narrativa del segundo fragmento de Changó, el gran putas, transcurre en Cartagena de

Indias y también en el Palenque de San Basilio. Zapata Olivella trae a su universo lugares

que actualmente han sido transformados o inexistentes, como el barrio de Chambacú. Al

mismo tiempo va sumando espacios como la Plaza del Pozo, el Barrio Getsemaní,

anteriormente llamado Xemaní, el Cerro de la Popa, y lugares históricos como la Catedral de

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Santa Catalina de Alejandría, el Palacio Inquisitorial, el Convento de San Francisco. De este

modo, las imágenes usadas de referencia, son tomadas de archivos históricos de la ciudad, en

los que aparecen algunos lugares antes de modificaciones de renovación urbana o

restauración.

Lazareto de Caño del Loro, 1939. Foto: Tomás Morales Muñoz

PERSONAJES Y ARQUETIPOS

Se describen los personajes que aparecen en el relato de Zapata Olivella. Al mismo tiempo

se plantea el análisis de cada uno en relación con el arquetipo que cumple en la historia. Los

personajes históricos que aparecen, posiblemente no tuvieron nunca relación real. La obra de

Zapata es realismo mítico, a su vez, ficción histórica, en la cual los eventos y personajes

alcanzan dimensiones mitológicas y fantásticas. La identificación entre vivos y muertos a

veces no es posible, por la consideración misma de la vida para la religión yoruba. En la que

la muerte solo supone la falta de materialidad, pero en la que el espíritu se conserva de forma

trascendental y eternamente. El arquetipo del protagonista Benkos Biohó es el de Redentor,

aquí el héroe africano muere, atraviesa las dimensiones de la muerte y al salir, el héroe puede

volver a la vida, y así traer libertad o paz a sus hermanos.

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Principales

Benkos Biohó: Héroe

Su padre fue cimarrón y fundó San Basilio de Palenque, (se mezcla con el relato histórico en

el que solo hay un Benkos Biohó) y fue fusilado por ello. Su madre murió al dar a luz. Benkos

es un héroe mesiánico. Elegba y Changó han señalado a Benkos como el elegido para dar la

libertad a los esclavos negros en América. Es crédulo, romántico e inocente, espera que la

libertad llegue de forma pacífica. Es acogido por el padre Pedro Clavel y por Domingo

Falupo, quienes lo orientan y forman. Se hace sacristán, al mismo tiempo que es iniciado

como rey yoruba. La responsabilidad y el deseo de que se obtenga la libertad, lo vuelven

combativo y entusiasta.

Padre Pedro Clavel en oración

Padre Pedro Clavel: Sombra

Es bondadoso, amable y entregado a los esclavos africanos, por quienes vela en su salud,

enfermedad, alimentación y de forma espiritual, sin embargo, es impositivo, y al igual que

Domingo Falupo, trata de mostrar su punto de vista siempre. Al ser sacerdote católico busca

eliminar todo tipo de práctica de brujería y convertir a la mayor cantidad de personas al

Page 40: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

cristianismo. Cree en el amor de dios, y en todos los beneficios de su fe, espera de forma

ingenua que más almas sean “salvadas, por lo cual rompe reglas de la misma Iglesia o de la

Trata”. Es inquisidor, críditico constante y fiel creyente.

Secundarios

Domingo Falupo: Guía

Recorrió gran parte de África y Europa como esclavo, cocinero, mercader, etc. Aprendió

alquimia, quiromancia, islam, medicina, entre otras prácticas. Tiene la capacidad de

transfigurarse en hormiga, salamandra, ave. Ha muerto en varias ocasiones, transita

fácilmente entre la vida y la muerte. Es provocador y paciente, infundiendo ideas y

orientando a Benkos. Es discípulo de Ngafúa. Practica rituales de iniciación y de velación.

Su cuerpo cambia, es místico, pacificador (trata de imponer su punto de vista de forma

adecuada), asceta. Hacia el final de su “vida”, pasa a ser más parsimonioso y calmado ante

las situaciones.

Inquisidores: Destructores

Los verdaderos antagonistas. Someten a esclavos a torturas, como parte de juegos, orgías o

fiestas clandestinas. Llegaron buscando imponer la religión católica por encima de otras

creencias. Realizan extenuantes juicios para saber quién hace brujería. Son de carácter frío,

destructivos, corruptos, racistas. No están de acuerdo con lo que hace el Padre Clavel.

Tienen diálogo directo con los amos, negreros, el Rey Español y el mismo Papa.

Orishas: Sabios

Dioses transversales a la historia. Su participación es pasiva, dan y proveen dones a sus

creyentes y sucesores en vida. Su aparición también es reveladora, da claridad a los

Page 41: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

personajes, ofrecen respuestas. En su relación con los hombres y mujeres aparecen prácticas,

oraciones, cantos, altares, vestuario y colores relacionados a ellos.

Andrés Sacabuche: Tramposo

Es un hombre africano que se encuentra al servicio del padre Pedro Clavel como sacristán y

uno de sus lenguaraces (persona capaz de hablar varios dialectos e idiomas). De cuerpo

robusto, orejas largas, con papada grande. Todo lo que escucha con relación a los rituales

africanos o los intentos de rebelión se lo cuenta directamente a Clavel. Traiciona a las

personas de su propia raza y los considera inferiores por creer lo que creen. Moralista, fiel y

traidor al mismo tiempo. No tiene problema en vender a otros para salvarse a él.

Nagó: Mensajero

Hijo de Julanga (Cabo Verde). Es un espíritu navegante, que va en búsqueda de las almas y

cuerpos de los esclavos africanos muertos en cautiverio. Es él quien tiene constante diálogo

con los orischas Elegba, Olodumare, Ogún, Ozaín, Yemayá. Murió joven, es alto, delgado,

no tiene ya marcas en su cuerpo. Trae el mensaje de que Benkos será el rey, y porta consigo

la espada que traerá la libertad. Tiene esperanza. Es prudente al hablar, y mayormente

silencioso.

Ngafúa: Sabio/Mediador

Es un sabio conocedor del Muntu, que comparte sus conocimientos con otros personajes.

Envejeció siendo cautivo. Barba y cabello blanco. Nació en Cabinga. Es babalawo de Ifá, es

decir conoce el futuro, la adivinación y la clarividencia. Sigue instruyendo a los más jóvenes,

ya que él también fue instruido por tradición. Cuando se revela a alguien aparecen rayos y

truenos (fuego de San Telmo).

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MUNTU AMERICANO

Sinopsis

1599, Cartagena de Indias, Reino de Nueva Granada. El recién nacido Benkos Biohó es el

elegido de los orishas para liberar a los esclavos africanos de la represión y discriminación

de la Corona Española y la Iglesia Católica. Al haber nacido en cautiverio y con sus padres

muertos, este joven esclavo afrodescendiente, se convierte en el sacristán del Padre Clavel

en el Convento San Francisco. Para 1620, como los demás esclavos su esperanza por la

libertad de forma pacífica, cambió al ver todos los atropellos a los que estaban sometidos los

africanos, mulatos y zambos en la ciudad. La organización de una revolución es próxima, sin

embargo, se ha instaurado previamente la Inquisición, se condena toda práctica pagana, y se

persigue a la brujería (religión yoruba) y a los hombre y mujeres negros.

Benkos Bioho tras ritual de iniciación.

Voces

Manuel Zapata Olivella en el segundo capítulo nos presenta eventos desde las voces de Pupo

Moncholo, cantaor, Domingo Falupo (guía), Ngafúa, Andrés Sacabuche y el protagonista

Benkos Biohó, que narra en pocas ocasiones, y los esclavos africanos que rinden testimonio

Page 43: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

y juicio ante el jurado inquisitorial. Una dificultad se dio al replantear, disminuir o cambiar

las voces que narran los eventos. Pues al desglosar o estudiar los eventos de acción y relación,

entre los personajes, ahondaban situaciones que, en el cambio de medio, no eran tan

relevantes y que confundían. Ante esta situación fue necesario reducir a un punto de vista la

narración, en este caso desde Benkos Biohó, siguiendo su crecimiento, sus orígenes, sus ideas

y los enfrentamientos. Las voces que relatan algo pertinente con relación a la época, la

esclavitud o la inquisición son de personajes secundarios, a través de flashbacks o recuerdos

del mismo protagonista.

Andrés Sacabuche en juicio del Santo Oficio de la Inquisición

Motivación de Protagonista:

1. Lograr la libertad.

2. Permitir los rituales sagrados.

3. Benkos espera hacerlo de forma pacífica.

4. Mejorar las condiciones de los hombres y mujeres afrodescendientes.

5. Que no los discriminen.

Líneas narrativas:

La historia cuenta la vida de Benkos, a la cual se van sumando otros plots narrativos que se

encuentran son los continuos juicios de la Inquisición, y asimismo el poder de la Iglesia sobre

los esclavos y la trata. El imaginario occidental busca persistir sobre la brujería, y es revelado

Page 44: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

desde los conversos, los amos esclavistas y los inquisidores. Asimismo, la relación entre

hombres y mujeres afrodescendientes con los dioses y sus prácticas religiosas (cantos

fúnebres, el baile, la danza) son mostrados como espíritu de resistencia. Benkos es un héroe

mesiánico. Para ello está acompañado de un guía espiritual, que es Domingo Falupo, un

hombre que ha reencarnado y lo orienta con respecto a la sabiduría y costumbres. Otro guía

que se convertirá posteriormente en la sombra, es Pedro Clavel, quien también lo orienta en

la fe cristiana. La historia de Cartagena y Bolívar se ve reflejada en los espacios a los que se

remite

Escaleta

1. Normalidad: Benkos Biohó (8 años) es sacristán del Padre Clavel.

2. Detonante: El padre de Benkos Biohó es fusilado por realizar un levantamiento

cimarrón.

3. Plan: Benkos participa del ritual en el que Changó y Eshu le brindan sus dones.

4. Complicación 1: La Inquisición se instaura en Cartagena de Indias, se persigue la

brujería.

5. Plan: Benkos (20 años) organiza un grupo para alzarse en armas.

6. Obstáculo: Andrés Sacabuche africano converso es llevado a juicio Inquisitorial.

7. Complicación 2: El padre Clavel persigue a los herejes y brujos.

8. Complicación 3: Sacabuche revela que Benkos es rey yoruba.

9. Punto de giro 1: Benkos Biohó es capturado y llevado a trabajar a las escolleras.

10. Sorpresa: Ancestros y orishas rememoran el nacimiento de Benkos

11. Clímax: Benkos se libera y corre hacia Cartagena.

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Desarrollo y construcción de personajes

Inicialmente se desarrolló la exploración y construcción de cada uno de los personajes, a

través de bocetos rápidos, y teniendo en cuenta sus relaciones, diálogos, carácter y aspecto.

De ese mismo modo, se pudo indagar en vestuario tradicional, funciones y oficios cercanos

a los que cumplen los personajes en la novela.

Page 46: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

Primeros acercamientos

El capítulo Muntu americano comienza así:

¨Siempre que la luz y la sombra se unen, Nagó se echaba mar adentro con su barco en

busca de náufragos. Recorrerá las rutas de los vientos, las mismas por donde andan las

naos con sus cargamentos de esclavos¨ (Changó, el gran putas, p.151)

Ngafúa y Nagó en busca de las almas y cuerpos de quienes fallecieron en travesía.

Exploración 1. El texto debe hacer parte de la imagen, debe ser pensado como imagen.

Page 47: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

Los mares en el relato evidencian el comercio transatlántico de esclavos. Carabelas y

pataches españoles, urcas y filibotes holandeses. Por periodos se sucedieron en el comercio

de esclavos, y del mismo modo, los grupos étnicos que fueron traídos y dispersados por

América correspondieron a diferentes etnias, que se fueron sucediendo. Ante esto busqué las

principales poblaciones que llegaron, para así ver sus actividades actuales y diferencias

étnicas que pudieran identificarlos y distinguirlos. Pues entre el año 1533-1580, los tratantes

fueron españoles, portugueses y genoveses, y las principales etnias fueron los Balanta,

Biáfara, Bijago, Bran, Zape, Serere, Yolofo, Mandinga. Sin embargo, entre 1704-1713, los

tratantes franceses, trataron cerca de cien mil personas, de las etnias Lucumí, yoruba,

Carabalí, igbo, Ewe, Fon, que tuvieron como destino el Caribe Insular y continental, Valle

del Cauca y el litoral Pacífico.

Carabela Boa Esperanca / Personas de la etnía de pescadores Bozo, Mandinga (Entre Niger y Malí )

Tanto en el primer como en el segundo acercamiento se trató de seguir la temporalidad y

orden establecido por Manuel Zapata Olivella, por lo tanto, las ilustraciones que desarrollaba,

Page 48: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

eran llanamente un acompañamiento a la historia, en la cual no se complementaba la idea

planteada por el autor, sino que en muchas ocasiones funcionaba como representación y

replica de otras imágenes en actividades similares. No había una clara intención de

secuencialidad y al mismo tiempo los personajes no establecían diálogos. La tipografía era

problemática, y no se mantenía un orden o ritmo entre las cajas de texto, el color de la fuente,

el tamaño y justificación de los textos.

Exploración 2

Page 49: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

Secuencialidad

El interés por desarrollar un proyecto que implicará secuencialidad gráfica, llevo

necesariamente a desarrollar un guion con el cual se pudiera establecer el orden de imágenes,

los diálogos, el espacio y los personajes que estarían en cada viñeta. En un segundo

acercamiento, el texto no fue considerado, así las representaciones seguían sin establecer un

diálogo entre los personajes. Desde el guion se tenía un desglose cinematográfico de los arcos

narrativos. En diálogo con el profesor Ricardo Sarmiento, se delimitaron y se tomaron los

puntos realmente pertinentes de la escaleta y de la historia, para trasladarlos a un nuevo

medio. Así también se intervendría la narrativa. Centrando el relato a un solo de punto de

vista, el del protagonista, Benkos Biohó. De tal forma que, el desarrollo de una adaptación

implica representar visualmente, y también intervenir en la secuencia, en los personajes, en

los diálogos. Gracias al acompañamiento y orientación del ilustrador Henry Díaz, se

estableció el siguiente proceso con respecto a la imagen:

1. Seleccionar fragmento de la historia.

2. Dividir la historia por acciones.

3. Establecer cuales permiten comunicar mejor la idea central del fragmento.

4. Ilustrar en pequeños borradores, un posible orden de las viñetas en la página.

A esto último se agrega la selección de un plano y un ángulo que permita generar

movimiento, interés y atención del lector. Al tener las viñetas estructuradas por página se

planean cierres de escena en la página de número impar. Algunos elementos que mantienen

la atención son los llamados cliffhanger, con los cuales se da suspense hacia una posible

Page 50: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

resolución de la historia, que, si bien puede continuar en la siguiente página, también puede

hacerlo en otro tomo o edición del relato en cómic o novela gráfica.

A continuación, una de las primeras secuencias desarrolladas en la fase de exploración.

Osaín, Orisha de la naturaleza y los mares rescata el cuerpo y alma de un náufrago de la trata.

Page 51: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

Proceso de prototipo final

Pequeños borradores, separación de acciones por viñetas y espacios de bocadillos.

A medida que se iba desarrollando el guion se dibujaban pequeños bosquejos, para poder

observar completamente el funcionamiento de las imágenes, la relacion entre una y otra, y

así mismo el manejo de los posibles beats que despiertan interés. A través de esta versión

preliminar se puede situar a los personajes, establcer elementos que deben continuar

apareciendo en las proximas viñetas. También se puede empezar a valorar el ritmo y la

necesidad de ciertas viñetas. Se sugieren planos, ángulos, así como modificaciones

constantes al orden. Una consideración con respecto a los pequeños borradores y la historia

total del comic, es señalar el número de páginas y tratar de que correspondan con las escenas

Page 52: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

anteriores y posteriores, considerando las pausas, el texto de los personajes, la acción o

situación próxima. Un bosquejo general también debe ser planteado, marcando las posibles

pausas, que pueden darse con páginas completas de una sola viñeta, o en que páginas se

requiere un ritmo acelerado.

El número de páginas y el conjunto de secuencias los plantee por cada uno de loslos

elementos de la escaleta. En la imagen, aparece el orden de iquierda a derecha, de arriba

abajo. Las notas de color naranja son aquellas en las que se hace seguimiento solo a Benkos,

y en las cuales tiene una participación más activa. Las notas amarillas señalan los encuentros

entre Domingo Falupo y Benkos, en una relación, en la que Falupo es el sabio y maestro

junto a su aprendiz, pero en la cual cumple el rol de un narrador omnisciente. Las notas rosa

señalan la aparición y acción de los personajes antagónicos en contra del protagonista, con

lo cual se espera generar una intriga mayor ante la situación que esta viviendo Benkos Bioho.

Page 53: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

Planeación página a página.

Finalmente, se plantea un storyboard, página a página, en el que se hace un planteamiento de

los personajes, el escenario, los espacios para los bocadillos y cajas de texto, así como

información que debe ser relevante, como las expresiones y carácter de los personajes que

resultan reveladoras. Tras el desarrollo de este boceto de página, se pasa a escanear, para

luego trabajar sobre el boceto, y realizar modificaciones en digital. Es pertinente realizarlo

con anterioridad, para poder solucionar o reemplazar imágenes de forma temprana en el

proceso.

Page 54: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

Estilo gráfico:

Ilustración

A partir de los resultados de las primeras exploraciones de la narrativa, se encontró un punto

de interés en el desarrollo de una estética unificada. Inicialmente las primeras viñetas que se

desarrollaron tienen gran cantidad de color, sin embargo, es en el blanco y negro donde se

encuentra una expresión particular, en las que las imágenes brindan una mayor cantidad de

detalle, y la información que aparece entonces entre cuadro y cuadro adquiere un mayor

valor. También desde esta aproximación se encuentra similitud a técnicas como el grabado o

el grabado en linóleo, ante el uso de tramas o tipo de líneas.

Page 55: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

Extracto de secuencia del orisha Osaín y el náufrago, solo a blanco y negro. Prototipo 3.

Viñeta de la página 24. Prototipo 4.

A medida que ha avanzado el desarrollo de una unidad cómo cómic, se han explorado aún

más las texturas, el uso y contraste entre los colores, a través de patrones. Asimismo, se ha

dado un uso más consciente del grosor de las líneas, y de las posibilidades de generar zonas

de convergencia entre elementos externos y los personajes.

Page 56: Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

Orishas Eshu y Changó. Página 8 Prototipo 4

Paulatinamente la consideración del uso de un color, para momentos de mayor intensidad o

en los cuales se requería hacer énfasis a elementos simbólicos, fue encontrando respuesta en

el rojo. Este color es significativo en los altares, rituales y objetos sagrados de los orishas. El

rojo, además, permitía acercarnos a viñetas de violencia, en las que el color connotaba la

situación más no aparecía explícitamente. El rojo como se menciona previamente es

representación de poder y fuerza, dones que adquiere el protagonista Benkos Biohó.

Viñeta 1, página 1, Prototipo 4. Benkos Bioho y Pedro Clavel

La escala de grises aparece de forma necesaria, para generar un balance. También para

brindar mayor dinamismo ante escenas y viñetas en los que los personajes recorren Cartagena

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en la noche, por ejemplo. El balance y aprovechamiento de ciertos grises y el aspecto de la

oscuridad y la luz, también brindan volumen y centran la atención a elementos clave.

Paleta de colores:

A continuación, se dan los valores de los colores específicos usados en el desarrollo de este

proyecto.

Tipografía

La exploración de fuentes que permitieran adecuarse al estilo gráfico de las ilustraciones, ha

sido uno de los elementos en los que he encontrado mayor dificultad. Inicialmente, las

exploraciones visuales se hicieron sin tener del todo presente el espacio y la implicación del

texto en la imagen. En muchos casos la ubicación descompensa la ilustración. También era

de considerar el manejo de una unidad, de color y de forma, para establecer parámetros con

respecto a los diálogos, la narración omnisciente, los cantos e inclusive los pensamientos de

los personajes. A continuación, algunas imágenes en relación a la tipografía y modificaciones

realizadas:

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La fuente usada es Concert One.

Las primeras exploraciones mantenían el tamaño de la letra en 12 puntos y la fuente Concert

One, sin embargo, la alineación del texto era bastante diversa, o mantenía unida y distraía

continuamente al lector. Los bocadillos o cajas de texto también eran irregulares, y diferentes

entre sí. El color cambiaba continuamente entre blanco y negro y lo mismo para el texto.

En un avance posterior, se decidió colocar cajas de texto negras con borde blanco, y con una

tipografía serifada, en este caso la escogida fue la fuente Grenze en su variación Bold Italic.

Así, por ejemplo, el nombre de la ciudad CARTAGENA mantiene los 12 puntos. El nombre

del espacio específico de la ciudad se establece en 10 puntos.

Así, en relación a otras cajas de texto o bocadillos de dialogo, se permite establecer una

diferencia, y un recorrido por la ciudad de Cartagena, que el lector puede reconocer al pasar

entre páginas. La forma de los bocadillos en el caso del dialogo que se establece en la imagen

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superior es cambiante, por ejemplo, el primero de los bocadillos posee una forma rectangular,

que daría la confusión de conocer al narrador, o es el personaje en viñeta o es el narrador

omnisciente. Para este tipo de narrador se optó por la tipografía serifada Courier, tipografía

usada en la escritura de guiones, y estéticamente cercana a la usada en las máquinas de

escribir.

Una variación que aporta dinamismo es el texto escrito a mano, de forma digital sobre las

ilustraciones, para presentar las onomatopeyas en relación a los personajes. El tamaño, la

orientación y la distancia entre onomatopeya, ayudan a generar un ritmo.

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CONCLUSIONES

El interés por generar una reinterpretación y construcción visual de un imaginario, conlleva

necesariamente a indagar y profundizar en materia histórica, en la búsqueda por generar

representaciones próximas a la realidad, pese a establecer una narrativa sobre lo mítico y lo

fantástico. El comic como medio de creación y espacio de narración, vincula diferentes

saberes. Por un lado, está el papel del guionista en la creación de una historia que puede

prolongarse, cuyo límite se establece en el número de viñetas, y que, en conjunto al ilustrador,

encargado de la unidad estética de la publicación, deben poder construir personajes y

situaciones capaces de mantener el interés del lector. Ha sido interesante descubrir como este

medio está tomando nuevamente fuerza, con autores jóvenes y publicaciones recientes en

Colombia. Asimismo, es pertinente entender que el comic ha tenido un carácter pedagógico

y de fácil acceso cultural. Al ser próximo a las tiras cómicas, la caricatura y en ocasiones,

ante la barrera del analfabetismo o el desconocimiento de conceptos, la ilustración puede

servir de medio para complementar y evidenciar situaciones.

Ahora bien, establecer un acercamiento a las religiones y a las mitologías africanas en los

siglos XVI y XVII, en América, permite identificar los signos para poder aproximarnos a la

memoria, costumbres y tradiciones que son conservadas a través de los elementos presentes

en ellas. Es un puente que nos lleva en primer lugar a las creencias, en segundo lugar, a la

memoria de sociedades, para las cuales el cuerpo en relación a los objetos, es el medio

predilecto de comunicación. Luz Adriana Maya menciona que “en calidad de profesional de

la memoria, el iniciado tiene derecho de decir, cantar o recitar la mitología, los textos

sagrados, las leyendas, los cantos rituales y los grandes misterios de los ancestros”. (p. 343).

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Así, la persistencia de los relatos hasta la actualidad, como el caso de los patakíes (parábolas

e historias de la filosofía yoruba), o los cantos fúnebres como los alabaos, los lumbalú o los

gualíes en la Costa Atlántica y Pacifica, fue posible por la transmisión oral, la diversificación

de la “brujería”, y el papel central de un narrador, en estos casos mujeres sacerdotes u

hombres babalawos que comunicaban sus saberes solo con su comunidad. Un narrador,

aunque no babalawo, como lo fue Manuel Zapata Olivella nos ofrece en Changó, el gran

putas, una historia abierta, en la que se comunican los saberes a través de la experiencia de

los personajes.

En esta medida desarrollar una adaptación a cómic de un fragmento de la novela Changó, el

gran putas, permite no solo reconocer el relato y la obra, sino también destacar los esfuerzos

de Manuel Zapata Olivella. Pues este autor desarrolló una investigación exhaustiva, para traer

una narrativa que incluye un trabajo de reconstrucción y reinterpretación de memoria, un

estudio histórico, y la creación misma de personajes de ficción que profundizan en otros

aspectos de interés, frente a la diáspora africana. Sin embargo, pese a que la obra ya pronto

cumplirá 40 años de su primera publicación, y han existido esfuerzos de difusión por parte

de instituciones como el Ministerio de Cultura en la promoción de relatos afrocolombianos,

la obra de Manuel Zapata Olivella ha sido desconocida entre las grandes producciones

literarias del país. Entonces, considero que un acercamiento desde otros medios, como el

cómic o la novela gráfica, pueden permitir la difusión de parte del contenido de Zapata

Olivella, y presentarse como un material introductorio o al menos complementario a la obra.

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