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UNIVERSIDAD DE CHILE FACULTAD DE CIENCIAS FORESTALES ESCUELA DE CIENCIAS FORESTALES DEPARTAMENTO DE SILVICULTURA EVALUACIÓN DE UN ENSAYO DE SILVICULTURA INTENSIVA EN PLANTACIÓN DE PINO INSIGNE (Pinus radiata D. Don) EN UN SUELO ARENOSO DE LA VIII REGIÓN Memoria para optar al Título Profesional de Ingeniero Forestal. AUTOR: YERKO ALBERTO SOTO PINKA Profesor Guía: Ingeniero Forestal, Sr. Antonio Vita Alonso SANTIAGO - CHILE 2006

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UNIVERSIDAD DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS FORESTALES

ESCUELA DE CIENCIAS FORESTALES

DEPARTAMENTO DE SILVICULTURA

EVALUACIÓN DE UN ENSAYO DE SILVICULTURA INTENSIVA

EN PLANTACIÓN DE PINO INSIGNE (Pinus radiata D. Don) EN UN SUELO ARENOSO DE LA VIII REGIÓN

Memoria para optar al Título

Profesional de Ingeniero Forestal.

AUTOR: YERKO ALBERTO SOTO PINKA

Profesor Guía: Ingeniero Forestal, Sr. Antonio Vita Alonso

SANTIAGO - CHILE

2006

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I N D I C E

Pág. A. INTRODUCCIÓN......................................................................................................... 1

B. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA..................................................................................... 2

B.1. Caracterización de la zona geográfica del área del ensayo................................... 2

B.2. Preparación del suelo............................................................................................. 7

B.3. Malezas y su control............................................................................................... 12

B.4. Fertilización forestal................................................................................................ 24

B.5. Tratamientos combinados...................................................................................... 33

B.5.1. Fertilización y control de malezas.................................................................... 33

B.5.2. Preparación del suelo y control de malezas...................................................... 36

B.5.3. Silvicultura integrada......................................................................................... 37

B.6. Análisis Económico............................... ................................................................. 39

C. OBJETIVOS............................................................................................................... 43

D. MATERIAL Y MÉTODO............................................................................................. 44

D.1. MATERIAL............................................................................................................. 44

D.2. METODO.............................................................................................................. 46

D.2.1. Metodología para determinar efectos de los tratamientos en la Sobrevivencia

y Crecimiento.................................................................................................

46

D.2.2. Metodología para comparar estimaciones de volumen en edad de cosecha... 47

D.2.3. Metodología para determinar efectos de cada tratamiento en la rentabilidad

económica.........................................................................................................

47

E. RESULTADOS............................................................................................................. 48

E.1. Evaluación de los efectos de los tratamientos en la sobrevivencia al cuarto año.. 48

E.1.1. Sobrevivencia.................................................................................................... 48

E.1.1.a. Análisis de la variable Sobrevivencia durante los primeros cuatro años..... 48

E.1.2. Diámetro Altura del Cuello................................................................................ 49

E.1.2.a. Análisis de la variable DAC durante los primeros cuatro años.................... 49

E.1.3. Altura................................................................................................................. 49

E.1.3.a. Análisis de la variable Altura durante los primeros cuatro años.................. 50

E.1.4. Factor de Productividad.................................................................................... 50

E.1.4.a. Análisis de la variable Factor de Productividad durante los primeros

cuatro años...................................................................................................

50

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E.1.5. Biomasa............................................................................................................ 51

E.1.5.a. Análisis de la variable Biomasa durante los primeros cuatro años............. 51

E.1.6. Area basal......................................................................................................... 52

E.1.6.a. Análisis de la variable Area basal durante los primeros cuatro años......... 52

E.2. Evaluación de los efectos de los tratamientos en el crecimiento al sexto año....... 53

E.2.1. Diámetro Altura del Pecho................................................................................ 53

E.2.1.a. Análisis de la variable DAP al sexto año..................................................... 53

E.2.2. Altura................................................................................................................ 54

E.2.2.a. Análisis de la variable Altura al sexto año................................................... 54

E.2.3. Area Basal......................................................................................................... 54

E.2.3.a. Análisis de la variable Area basal al sexto año............................................ 55

E.2.4. Volumen o Biomasa/ha.................................................................................... 55

E.2.4.a. Discusión de resultados del análisis de la variable Biomasa al sexto año.. 55

E.3. Comparación de estimaciones de volumen en edad de cosecha.......................... 57

E.3.1. Análisis de las proyecciones de volumen para el Tratamiento 1...................... 57

E.3.2. Análisis de las proyecciones de volumen para el Tratamiento 2...................... 59

E.3.3. Análisis de las proyecciones de volumen para el Tratamiento 3...................... 60

E.3.4. Análisis de las proyecciones de volumen para el Tratamiento 4...................... 62

E.3.5. Comparación de las proyecciones de volumen entre tratamientos................... 64

E.3.6. Proyección de volumen según índice de utilización......................................... 65

E.4. Determinación de efectos de cada tratamiento en la rentabilidad.......................... 69

E.5. Discusión de resultados para cada tratamiento...................................................... 71

F. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES............................................................... 75

G. BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................... 76

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RESUMEN

Este estudio consistió en realizar una evaluación de un ensayo de silvicultura

intensiva, en una plantación de pino insigne (Pinus radiata D. Don) en un suelo arenoso

de la VIII región. El tipo de suelo corresponde a la serie Coreo.

Se analizaron los siguientes tratamientos:

T0 (Tratamiento Testigo): plantación sin ninguna preparación de suelo, control de maleza

ni fertilización.

T1, tratamiento que combina fertilización y control de malezas, sin preparación de suelo.

T2, tratamiento con preparación de suelo y fertilización, pero sin control de maleza.

T3, tratamiento con preparación de suelo y control de maleza, pero sin fertilización.

T4, tratamiento con preparación de suelo, fertilización y control de maleza.

Para realizar la evaluación de los efectos de los tratamientos en la sobrevivencia y

el crecimiento, se analizaron los datos de los primeros cuatro años (en 1997) y al sexto

año (1999). Además, se compararon estimaciones del volumen a la edad de cosecha

según datos entregados por el simulador "Radiata 4.011 plus", y también se determinaron

los efectos de los tratamientos en la rentabilidad económica.

De los resultados se concluye que el tratamiento que combina subsolado, control

de malezas y fertilización (T4), es el que presenta los mejores resultados de

establecimiento y proyección de volumen en este ensayo. Además, se deduce que la

aplicación separada de estas actividades no asegura por sí sola la sobrevivencia inicial de

las plantaciones.

El tratamiento testigo (T0) presentó sobrevivencia nula.

La mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con

índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo, la proyección de volumen con

índice de utilización 20 a la edad de rotación no justifica la inversión financiera para

aplicar silvicultura intensiva.

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PALABRAS CLAVES

1.- PINO RADIATA 2.- SILVICULTURA 3.- FERTILIZACIÓN 4.- MALEZAS 5.- SUBSOLADO

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SUMMARY

This study consisted off carrying out an evaluation of a rehearsal of intensive

forestry, in a plantation of Radiate Pine (Pinus radiata D. Don) in a sandy soil of the VIII

region. The soil type belongs to the Coreo type.

The following treatments were analyzed:

T0 (Treatment Witness): plantation without any soil preparation, weed control neither

fertilization.

T1, treatment that combines fertilization and weed control without soil preparation.

T2, treatment with soil preparation and fertilization, but without weed control.

T3, treatment with soil preparation and weed control, but without fertilization.

T4, treatment with soil preparation, fertilization and weed control.

To carry out the evaluation of the effects of the treatments in the survival and

the growth, the data of the first four years were analyzed (in 1997) and the sixth year

(1999). Also, estimation were compared from the volume to the crop age according to

data surrendered by the shammer “Radiata 4.011 Plus", and the effects of the

treatments were also determined in the economic profitability.

From the results, it can be concluded that the treatment that combines

subpaved, weed control and fertilization (T4), it is the one that presents the best

establishment results and volume projection in this rehearsal. It is also deduced that

the separated application from these activities does not assure the initial survival of the

plantations by itself.

The treatment witness (T0) presented no survival.

The best profitability is generated by treatment T4 when projecting the volume

with use index 10 at the rotation age. However, the projection of volume with use index

20 at the rotation age does not justify the financial investment to apply intensive

forestry.

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KEY WORDS 1.- RADIATE PINE 2.- FORESTRY 3.- FERTILIZATION 4.- WEED 5.- SUBPAVED

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A. INTRODUCCION. Muchos de los terrenos que hoy se usan para las plantaciones, han estado

expuestos a una agricultura abusiva, caracterizados por cosechas repetidas y

excesivas en la producción de cereales. En algunos de ellos ha habido también

incendios sucesivos. Ello ha traído como consecuencia una disminución de la fertilidad

de los suelos y existen claros indicios de que las deficiencias en elementos nutritivos

pueden llegar a ser importantes en la primera rotación de pino, como también en las

siguientes. Una de las técnicas utilizadas en la actualidad para corregir tales deficiencias

nutricionales, es la fertilización mineral. La necesidad de fertilizar aumenta en sitios

marginales y en donde se usa el método de tala rasa para restablecer una plantación

con especies de rápido crecimiento.

Por otro lado, se han realizado numerosas investigaciones (Izquierdo, 1996;

Mora, 1996; Aguirre, 1997) acerca del control de malezas en cultivos de producción y

la mayoría de éstas arroja resultados notables sobre recuperación efectiva del

aumento de biomasa en plantaciones, al minimizar el efecto de la vegetación

competidora ya sea por métodos manuales o químicos.

Además, existe un efecto sinérgico entre el control de malezas y la fertilización

que se traduce en un mayor crecimiento inicial y en un mejor desarrollo futuro de las

plantaciones. Son técnicas que han permitido, a nivel global, incrementar los niveles

de producción de las plantaciones forestales de rápido crecimiento, haciéndolas cada

vez más interesantes desde el punto de vista económico. Esto incentiva a realizar

fuertes inversiones financieras al momento de instalar la plantación. Si bien, el costo

de establecimiento unitario se incrementa, los retornos económicos que se obtienen

por los productos que genera el bosque (cortas intermedias y cosecha final), absorben

ampliamente la inversión realizada al inicio de la rotación (Mora, 1996).

Respecto de la preparación del suelo, el establecimiento y crecimiento exitoso

de plantaciones de pino en terrenos de alta compactación y baja productividad,

utilizando técnicas de subsolado, permite aumentar la productividad de terrenos

marginales y mejorar el sitio (Cirano y Goffard, 1987).

Con estos antecedentes se presenta el siguiente ensayo comparado de

silvicultura intensiva y silvicultura tradicional, en el que se aplican la fertilización, el

control de malezas y la preparación de suelo, combinados en cuatro tratamientos, para

el establecimiento de una plantación de Pinus radiata D. Don en suelos de arenales.

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B. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA B.1. Caracterización de la zona geográfica del área del ensayo.

El área del ensayo se encuentra en la unidad geomorfológica del Gran Cono

Aluvial del río Laja, tiene 500.000 hectáreas de llanura aluvial de sedimentos de

granulometría variable, de predominio de origen andesítico y basáltico. Este material

sepultó formaciones más antiguas y evolucionadas, originando pedregales y extensos

arenales planos, con pendientes suaves (1 a 3%) de este a oeste (Valenzuela, 1985).

En general los sitios con suelos de arenas de la VIII Región presentan una baja

productividad debido a que son suelos relativamente nuevos, poco meteorizados,

derivados de arenas volcánicas, generados a partir de un aluvión, producto de la

erupción y formación del Volcán Antuco. Sin embargo, en los extremos occidentales

del aluvión y depósitos aluviales en los márgenes de los ríos, existen arenas

mezcladas con limo que dan origen a suelos más productivos. Los factores climáticos

en dichos sitios son relativamente similares, no constituyendo una fuente importante

de variación de la productividad (Pavez, 1999).

En el área geográfica del cono aluvial del río Laja las características climáticas

son favorables y esto permite una productividad aceptable en sitios con suelos de

arenas (Pavez, 1999).

Dentro de los sitios pertenecientes al cono aluvial del río Laja, existe una

gradiente donde aquellos sitios más cercanos a la cordillera de los Andes (Volcán

Antuco) presentan texturas más gruesas (piedras y arena gruesa) y una menor

productividad (Cholguán y La Reforma). En cambio, hacia los límites occidentales del

cono, la arena es más fina y los suelos son más productivos (Pavez, 1999).

La clasificación de los suelos es (Valenzuela, 1985):

• Con drenaje interno excesivo: Serie Pedregales, Serie Coreo, Serie Arenales.

• Con mal drenaje: Serie Sta. Teresa.

Las series Coreo y Arenales, están formadas de un material generador de

gravas y arenas andesíticas y basálticas de color oscuro, el drenaje exterior e interior

es muy rápido, su capacidad de retención de humedad aprovechable es baja,

fertilidad media a baja con escaso contenido de materia orgánica y pH 6,3 en la

superficie y 6,7 en la profundidad. El bajo porcentaje de materia orgánica va asociado

a una baja capacidad de intercambio catiónico y carencias extremas de nitrógeno

(Valenzuela, 1985).

Hay una relación inversa entre el porcentaje de arena y la calidad de sitio. A

mayor contenido de grava se da una menor calidad de sitio (Valenzuela, 1985).

Las propiedades de los suelos arenosos son (Valenzuela, 1985):

1) Bajo porcentaje de contenido de humedad

2) Alto grado de infiltración y baja retención de humedad

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/3 3) Alta densidad aparente, aumenta con la profundidad, con bajo contenido de

materia orgánica y alta compactación

4) Aumentan los macroporos a mayor profundidad, esto implica que no existan

problemas de arraigamiento excepto si existe arenisca compactada o niveles

freáticos

5) Se distinguen dos horizontes.

a) 20 cm, color oscuro por mayor cantidad de materia orgánica, arenoso fino.

b) Subsuelo, granulometría más gruesa, con pedregosidad, areniscas

compactadas o niveles freáticos altos, color más claro.

De los factores asociados a la información climática, se desprende que el

sector presenta un régimen con seis meses secos en verano, con precipitaciones

concentradas principalmente en invierno, y altas temperaturas superficiales estivales,

las que asociadas a las características de las arenas, como su color, hacen un

ambiente poco favorable para la sobrevivencia de las plantas (Sandoval, 1997).

Las arenas en general, presentan altos valores de densidad aparente, y una

densidad óptima para el desarrollo de raíces de pino es 1,2 g/cm3, aun cuando tienen

estructura de grano suelto y una gran cantidad de macroporos. Esta característica no

debería ofrecer gran resistencia al crecimiento radicular. Sin embargo, las raíces

deben acomodarse a la distribución espacial de los poros, lo que involucra un gasto

energético mayor (Sandoval, 1997).

En los suelos de la VIII Región, los factores limitantes de mayor importancia en

la productividad de estos suelos son: la textura (arena gruesa), la baja capacidad de

agua aprovechable y los bajos contenidos de materia orgánica, causan una

disminución en la capacidad de intercambio catiónico. Sin embargo, estas

característica mejoran hacia los límites occidentales del cono aluvial del río Laja

(Pavez, 1999). Los sitios del área de estudio presentan una relación inversa entre el

porcentaje de arena y la calidad de sitio. Los sitios de calidad regular y mala tienen

factores limitantes (con pedregosidad, areniscas compactadas o niveles freáticos

altos). Por lo tanto, antes de fertilizar deben solucionarse. En cuanto a la acidez, se

presenta un pH moderadamente ácido en el primer horizonte y ácido a neutro en el

segundo horizonte, por la baja cantidad de nitratos (Valenzuela, 1985).

Aunque los suelos no son pobres en reservas nutritivas la productividad se ve

afectada debido a la baja disponibilidad de los elementos nutritivos, típico para suelos

de texturas gruesas y de bajo contenido de materia orgánica. Esto produce una baja

capacidad de intercambio catiónico y menor retención de agua. En los suelos de

carácter arenoso la textura es la gran limitante para la productividad, y basta una

pequeña participación adicional de materiales más finos (limo) para manifestarse un

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/4 mejoramiento de la productividad, ya que se mejora su régimen hídrico y algunas

características químicas como la capacidad de intercambio catiónico (Pavez, 1999).

Los análisis nutricionales arrojaron una baja cantidad de fósforo aprovechable.

Sin embargo, se encuentra una alta cantidad de fósforo disponible en los sitios de

menor calidad (una baja cantidad de arcilla implica menor fijación). Bajo contenido de

potasio, cobre, magnesio asociado a baja cantidad de materia orgánica. En la zona se

practica la quema de litera luego de la explotación. Mayor déficit de nitrógeno y mayor

velocidad de agotamiento implican fertilización. Fósforo es la segunda carencia

importante. Luego azufre y potasio (Valenzuela, 1985).

En resumen, el análisis de los suelos arenosos del sector Cholguán - Canteras

presentan deficiencias graves de nitrógeno y fósforo, leve de zinc y calcio, magnesio,

manganeso y molibdeno. No existen deficiencias de cobre, boro, potasio y azufre. A

mayor intensidad de uso, potasio y azufre son carencias graves (Valenzuela, 1985).

El orden de mayor a menor de la velocidad de agotamiento de los minerales es

primero el nitrógeno, por las escasas reservas, luego azufre, potasio y fósforo.

Respecto de las deficiencias, en la división Cholguán, se ordenan de mayor a menor

de la siguiente manera: nitrógeno, azufre, fósforo, potasio, zinc que es la más leve.

Los sitios malos poseen niveles bajos de todos estos elementos. No existen

deficiencias de Cobre, Calcio, Magnesio, Molibdeno y Boro (Valenzuela, 1985).

La concentración de potasio intercambiable del suelo es uno de los factores

que favorecen la productividad de los sitios con los suelos de arenas. Por eso en los

suelos más finos, este elemento es un buen estimador de la productividad de los

suelos de carácter arenoso, porque responde a los cambios de textura y contenido de

materia orgánica (Pavez, 1999).

La degradación de los suelos arenosos es mayor por la destrucción de materia

orgánica y por quemas entre rotaciones (residuos de explotación más piso forestal

acumulado) eliminando la litera (Valenzuela, 1985).

Un estudio de Pavez (1999) sobre características y variabilidad de sitios con

plantaciones de Pino insigne en suelos de carácter arenoso de las regiones VII y VIII,

Cholguán y La Reforma resultaron ser los sitios de menor productividad del estudio,

típicos de las arenas de la VIII Región. En estos dos sitios, localizados más cerca a la

Cordillera de los Andes (Volcán Antuco), se encuentran suelos derivados de arenas

volcánicas, que ocupan una topografía plana a ligeramente ondulada dentro de la

formación geológica correspondiente al "abanico aluvial del Laja". En general son

profundos y de drenaje rápido a muy rápido, presentan texturas gruesas en todo el

perfil. Dentro de sus principales limitantes están: la baja capacidad de agua

aprovechable, un drenaje interno excesivo, una alta densidad aparente, un bajo

contenido de materia orgánica e insuficiencias de nitrógeno y boro. La textura es

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/5 principalmente arena, con escasa retención de humedad aprovechable y bajo potasio

intercambiable. Entre ellos se diferencian por la mayor pedregosidad que presenta

Cholguán, siendo éste el sitio menos productivo. Todos los sitios son altamente

inestables en la disponibilidad nutritiva, siendo el elemento más susceptible el potasio.

Este elemento también es inestable considerando las reservas del suelo. Algo menos

inestables son los sitios respecto a carbono y nitrógeno. Las medidas de manejo

deben estar orientadas al mantenimiento e incorporación de la materia orgánica en el

sistema, ya que así se mejora principalmente la capacidad de agua aprovechable,

factor determinante para la productividad en las arenas. Además, se eleva la

disponibilidad de los elementos nitrógeno, potasio y boro (Pavez, 1999).

Troncoso (1990), realizó un estudio de calidad del sitio para Pino insigne en

suelos arenosos del cono aluvial del río Laja, en el área comprendida desde el río Itata

por el Norte, hasta el río Rarinco por el sur, incluyó series de suelo más importantes

desde el punto de vista forestal: Arenales, Coreo, Dunas, Pedregales, Santa Teresa.

Determinó Indice de Sitio midiendo la altura dominante del rodal a una edad

predeterminada, que indica la productividad del sitio. El Indice de Sitio mayor a 30 m

se consideró como sitio de buena calidad. La calidad del sitio en estos suelos depende

básicamente de la disponibilidad del agua que tengan las plantas para crecer. El

aporte de agua por parte del suelo, está determinada básicamente por la variable

"contenido de esqueleto", ya que de ella depende el grado de infiltración del suelo.

Además tiene un efecto causal directo sobre la capacidad de retención de agua del

suelo. El efecto de otras variables edáficas sobre la calidad del sitio es insignificante

frente al severo efecto negativo del esqueleto. Obtuvo los siguientes resultados: Serie

Pedregales: IS menor a 11 m a los 20 años; Serie Coreo, de regular calidad con IS

entre 16 y 26 m; Serie Arenales, Dunas y Santa Teresa son de gran potencialidad, se

encontró los máximos IS: 33,5 m, 31,5 m y 34,5 m respectivamente. Concluyó que las

diferencias en la productividad de los sitios son originadas básicamente por las

propiedades del suelo y el efecto del agua proveniente de niveles freáticos y canales

de riego. El efecto del suelo sobre la productividad está dado por el tamaño y

propiedades de las partículas que lo componen que determina mayor o menor

disponibilidad de agua para las plantas. El contenido de esqueleto es determinante en

tal sentido. Los suelos arenosos mejoran su calidad para el crecimiento del pino en la

medida que baja el contenido de esqueleto. La presencia de niveles freáticos afecta

significativamente la calidad del sitio, como lo demuestran diferencias en el IS de hasta

8 m para suelos de similares características pero que difieren en este aspecto. El

efecto es negativo si el nivel freático es superficial, debido a que el nivel freático alto

genera problemas de estabilidad en las plantaciones, especialmente en series Coreo y

Santa Teresa (Troncoso, 1990).

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Los factores más relevantes del suelo en el crecimiento de los árboles son:

espacio para raíces, aireación del suelo y disponibilidad de agua. El Pino insigne para

su buen desarrollo necesita suelos de mediana a gran profundidad, óptimo en textura

franco arenosa a franco limosa, profundidad de 1 a 1,3 m o más, presenta menor

crecimiento en suelos de menos de 0,6 a 0,7 m de profundidad producido por

compactación o presencia de napa freática. La disponibilidad y aprovechamiento del

agua es lo más relevante para el desarrollo en altura del pino. La presencia de agua

en el subsuelo es una limitante para el crecimiento radicular de los árboles y genera

problemas de estabilidad por efecto del viento (Ponce, 1993).

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/7 B.2. Preparación del suelo.

La preparación del sitio es el conjunto de procedimientos que proveen

condiciones favorables para la sobrevivencia y crecimiento de las plantas. Con la

aplicación de técnicas de laboreo de suelos en la actividad forestal se persigue un

aumento de la fertilidad del suelo y una baja en la competencia de la vegetación

invasora a través de un rápido y homogéneo crecimiento de las superficies

regeneradas (Ponce, 1993).

Cuando se desea mejorar las condiciones de un suelo compactado que puede

producir una baja en los rendimientos volumétricos, la medida a tomar consiste en el

laboreo del suelo para remover estratos compactados, con rastras o palas mecánicas.

La productividad y el crecimiento son directamente proporcionales al grado de

remoción del suelo, y esta es mayor al utilizar subsolador (Ponce, 1993).

Los sistemas de plantación con preparación de suelo (Ponce, 1993):

a) Mejoran el régimen de agua del suelo al evitar el escurrimiento superficial

favoreciendo la infiltración.

b) Mejoran la aireación del suelo y disminuyen el impedimento físico para el

desarrollo de las raíces, dando una mayor profundidad arraigable.

c) Permiten un control parcial de malezas, baja competencia en el lugar inmediato

donde se ubica la planta.

d) Facilita la faena de plantación al encontrarse removido el suelo previamente,

evitando que las plantas quedan con raíces dobladas compactadas.

Es conveniente efectuar una soltura del suelo en el punto donde será instalada

la planta. A través de la remoción, mezcla y soltura del suelo se aumenta el volumen

de poros, mejorando la aireación, el transporte de agua, la disponibilidad de sustancias

nutritivas y su capacidad de absorción, proporcionando condiciones favorables para el

desarrollo radicular. Esto es especialmente importante en suelos pesados o de alta

densidad en sus horizontes superiores. Además, al mejorar el intercambio de gases

con la atmósfera, se aumenta la temperatura media del suelo y se alarga el período de

crecimiento (Ponce, 1993).

Por otro lado, con trabajos de laboreo se elimina la capa de vegetación

herbácea, la cual constituye un estrato que aísla el suelo mineral de la atmósfera,

dando lugar a que suelos recién labrados absorban más calor durante el día y lo

liberen proporcionalmente durante la noche. Esto lleva a que en áreas de heladas

frecuentes, las plantas forestales sufran un menor daño, considerando que son

especialmente sensibles a las bajas temperaturas en su estado de desarrollo inicial

(Ponce, 1993).

La elección del método a utilizar en la preparación del suelo depende

principalmente de la disponibilidad de equipos, características del suelo, superficie y

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/8 forma del terreno, sistema de plantación y cubierta vegetal al momento de efectuar el

trabajo. El tratamiento físico más efectivo será aquel que satisfaga el objetivo de

preparación del suelo con el mínimo de labores, economizando tiempo, reduciendo los

costos y dando mayor oportunidad a los trabajos. Se pueden distinguir:

• Técnicas de laboreo de suelo superficial: como la mezcla de suelo para su

remoción superficial y laboreo en surco del suelo superficial, las que pueden tener

gran importancia en la regeneración natural o artificial del bosque, sin que se

produzcan consecuencias ecológicas negativas (Ponce, 1993).

• Técnicas intensivas de laboreo del suelo: este tipo de técnicas produce una alta

remoción del suelo, alterando la disposición de los estratos. Puede traer

consecuencias ecológicas negativas, debe aplicarse sólo cuando existan

condiciones especiales que se deben mejorar, como por ejemplo eliminar

mecánicamente la compactación de determinados estratos del suelo (Ponce,

1993).

En aquellos suelos que han estado sometidos a un intenso uso agrícola por el

tráfico de maquinaria o animales generalmente se forma una capa de difícil

penetración radicular (pie de arado), lo que es posible mejorar a través de una

remoción total y profunda del suelo con trabajos de laboreo, antes del establecimiento

de la plantación o después de la tala rasa (Ponce, 1993).

Los trabajos de laboreo del suelo se realizan principalmente con el empleo de

arados, los cuales, según el objetivo para el que fueron diseñados se dividen en tres

grupos (Ponce, 1993):

• Arados que invierten el suelo: en este grupo se encuentran arados de discos y

vertederas, que son los de mayor uso cuando lo que quiere es incorporar los

residuos vegetales al suelo.

• Arados que no alteran el perfil del suelo: aquí se incluye el arado cincel y el

subsolador, los cuales penetran el suelo, agrietándolo y soltándolo sin invertirlo. Se

emplean con el fin de aumentar la absorción de agua, para romper el "pie de

arado", o en suelos en que el peligro de erosión obliga a conservar una cubierta

vegetal.

• Arados que mezclan el perfil del suelo: en este grupo se encuentra el arado

rotativo. Su uso permite preparar el suelo en forma más económica, ya que realiza

labores primarias y secundarias de una sola pasada. El principal problema que

genera su empleo es el gran consumo de potencia y el peligro de alterar la

estructura del suelo cuando se le utiliza con exceso de revoluciones.

Los arados de cincel y subsoladores producen grietas en el suelo, dejando la

cubierta vegetal en la superficie. La diferencia entre ambos equipos radica en la

profundidad de trabajo y en la cantidad de cinceles. Requiere suelos relativamente

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/9 secos para que se produzcan las grietas. Los suelos húmedos serían cortados por el

cincel como un cuchillo, sin producir el efecto resquebrajador deseado. El arado de

cincel es muy usado con fines de conservación de suelos para realizar preparaciones

de camas de semillas, que consiste en soltar el suelo y controlar las malezas,

dejándolas en la superficie como una cubierta protectora contra la erosión (Cirano y

Goffard, 1987).

Las ventajas del uso del arado subsolador son (Cirano y Goffard, 1987):

1. Rompe compactaciones del tipo de pie de arado, permitiendo que las raíces

penetren libremente el suelo.

2. Mejora la penetración del agua, conservando la humedad.

3. Activa la circulación de los gases en el perfil, permitiendo una óptima ventilación.

4. Protege el suelo contra la erosión.

5. Permite que la materia orgánica penetre a las aguas profundas del suelo.

6. Mejora el drenaje del terreno.

7. No requiere de gran pericia para su operación, puesto que no producen

desnivelación en el suelo.

Las labores de subsolado para mejorar el drenaje consisten en una bola en la

bota del subsolador para fabricar galerías subterráneas (arado topo). En este caso,

excepcionalmente, se trabaja sobre el suelo húmedo ya que no interesa mucho soltar

o agrietar el suelo, sino que fabricar los drenes. La profundidad correcta del

subsolador es importante, puesto que si la bota del subsolador trabaja muy profunda y

no en la zona compactada que se desea agrietar, la labor resultará inoficiosa (Cirano y

Goffard, 1987).

Los trabajos de subsolado difieren de las araduras corrientes sólo en la

robustez del implemento usado y la profundidad de trabajo. Los subsoladores

propiamente tales, constan de 3 a 5 brazos metálicos. El grosor de estos brazos es de

5 a 8 cm y pueden tener una posición en línea, en V o en W. El peso y la forma de los

brazos y rejas son muy variables. El peso del subsolador completo oscila entre los

2.500 kg y más. El diente del subsolador se introduce en el suelo endurecido, y rompe

y desgarra todos los horizontes que abarca la profundidad de trabajo, removiendo el

terreno compactado y ahuecándolo. El ángulo de ataque, depende de la dureza de los

horizontes del suelo, y está comprendida entre los 40° y 50°, considerando la posición

de la reja y la superficie del terreno (Cirano y Goffard, 1987).

El arado subsolador escarificador, consta de un solo brazo que corta

verticalmente el terreno removiendo la zona en profundidad, mulliendo el suelo, sin

darle vuelta. Así, se airean las capas profundas, se facilita la penetración de las raíces

y se aumenta el agua en el suelo. El rendimiento de un arado subsolador está muy

Page 17: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/10 influenciado por la topografía, la que a su vez, determina la velocidad de avance del

implemento (Cirano y Goffard, 1987).

En 1982 se realizó un ensayo de tres técnicas plantación en suelo rojo arcilloso

de serie Collipulli, para conocer el efecto en sobrevivencia y desarrollo de la

plantación. Estos fueron: plantación en surcos confeccionados con arado agrícola de

vertedera tirado por bueyes; plantación en surcos confeccionados con subsolador

accionado por tractor oruga; plantación sin preparación de suelo. El primero de estos

sistemas tiene una influencia en el suelo que alcanza a una profundidad media de 25

cm con 2 pasadas de arado, en tanto que el segundo proporciona una profundidad

media de 50 cm. En ambos casos la planta fue ubicada sobre el surco. Los resultados

obtenidos indican que el mejor sistema, en cuanto a sobrevivencia y desarrollo de las

plantas, es aquel que utiliza subsolador como técnica de preparación de suelo. En

segundo lugar está el sistema que utiliza el arado de vertedera y por último el sistema

tradicional de plantación con azadón, sin preparación de suelo. En general, para las

variables diámetro de tallo y altura total se observa que el grado de respuesta es

directamente proporcional al grado de remoción del suelo (Ponce, 1993).

Ponce (1993) realizó un análisis del efecto de diferentes sistemas de

preparación física del suelo sobre una plantación de Pino insigne, sobre un suelo rojo

arcilloso, subsolando a distintas profundidades y arando con varias intensidades,

contra un testigo sin trabajo de pre-plantación y con pala neozelandesa. Observó que

el pino creció con arraigamiento limitado, provocado por la resistencia física del suelo

compactado y el drenaje imperfecto. Es decir, las limitaciones de drenaje, y napa

freática fluctuante, no fueron solucionadas por tratamientos físicos. Por lo tanto,

propuso hacer canales profundos para evacuar el agua excesiva o simplemente hacer

un cambio de especies. El drenaje imperfecto es la principal limitante de crecimiento

para pino, causado por la napa fluctuante que alcanza el suelo en invierno, lo que

disminuye el espacio arraigable para las raíces, afectando el régimen de elementos

nutritivos y la respiración radicular. En los demás tratamientos las labores de

mejoramiento físico aplicado al suelo favorecieron diámetro y altura, la cual es

significativamente superior al testigo (Ponce, 1993).

Ponce además se refiere al desarrollo radicular encontrado en el estudio,

describiéndolo para el sector subsolado y el sector arado. En sector subsolado, las

raíces pivotantes se desarrollan sin dificultad, favorecida por la remoción en

profundidad. Las raíces pivotantes tienen como función principal otorgar un

arraigamiento necesario al árbol para darle estabilidad junto con captar agua para

realizar su actividad fisiológica. Las raíces periféricas al eje del fuste, que abastecen al

árbol de agua y sustancias nutritivas, siguen el eje del subsolado, y las que crecen

perpendiculares al paso del subsolador, tienen menor diámetro y vigor, lo cual deja al

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/11 árbol susceptible de ser derribado por el viento. Esta es una desventaja del subsolado.

En el sector arado, por la intensa remoción tanto en la hilera como al lado, hay un

desarrollo de raíces periféricas y raíces pivotantes más vigorosas, mejorando la

estabilidad individual. El testigo presenta un menor tamaño de raíces periféricas y

raíces pivotantes, y crece en un suelo profundo sin problemas en general, y un

mejoramiento en las condiciones de drenaje y aireación, favorecería a raíces

periféricas, más delgadas pero más homogéneas en torno al fuste. Por lo tanto, se

deben mejorar condiciones físicas del suelo junto con mejorar la disponibilidad de

nutrientes. El estudio financiero de la experiencia indicó que existe relación directa

entre grado de remoción y nivel de costos de máquinas o herramientas usadas. No

existe relación directa entre costos y beneficios por producción de madera. Por lo

tanto, existe un punto donde ya no es rentable seguir removiéndolo, por que no se

cubrirían los egresos sólo con la producción forestal. Entonces se debe evitar

máquinas de alto costo, pues el efecto no se refleja necesariamente en el rendimiento

volumétrico (Ponce, 1993).

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/12 B.3. Malezas y su control.

Según la bibliografía, se define el término maleza como aquella planta que

ocupa un lugar que no le corresponde, que crece fuera de lugar o que no es deseada

por el hombre. Es decir, se considera a una planta maleza o no dependiendo del lugar

donde se encuentre. Según esto, todas las plantas que en una temporada fueron

cultivos, pueden en la siguiente convertirse en malezas, cuando crecen en terrenos

destinados a otros cultivos. Por ello, una planta no sólo debe considerarse maleza en

función de sus hábitos y características morfológicas, sino también con respecto a su

posición relativa con las otras plantas y con el objetivo del hombre (Barriga, 1987).

Según esto, el término maleza no es un concepto rígido, depende del contexto en que

se encuentre la especie y los objetivos e intereses de las personas envueltas en la

decisión. En un sistema forestal las especies consideradas malezas tienen al menos

una de las siguientes características: (1) reducen la supervivencia y afectan el

crecimiento de las plantaciones, (2) aumentan el tiempo total de rotación, (3)

disminuyen la calidad de los productos obtenidos en las plantaciones (4) dificultan las

operaciones silvícolas y (5) impiden el acceso a los rodales. Por lo tanto, para

clasificar una planta como maleza se debe realizar una caracterización del impacto

potencial que pueda tener ésta en la producción de las plantaciones forestales, no

descartando el valor potencial que pueda tener para otros propósitos (Mora, 1996).

Las malezas pueden ser del tipo herbáceas o arbustivas. Las malezas

herbáceas son especies que tienen el aspecto de hierbas y que no están lignificadas

realmente. Según su ciclo de vida pueden ser anuales (completan su ciclo de vida en

menos de un año), bianuales (viven entre uno y dos años) o perennes (viven tres o

más años e incluyen a todas las especies herbáceas con órganos subterráneos

persistentes) (Barriga, 1987). Las malezas arbustivas en su mayoría son especies perennes que cubren una

amplia gama de especies leñosas como: matorrales, enredaderas, arbustos y también

árboles que en un momento dado pueden transformarse en malezas impidiendo de

este modo el desarrollo del cultivo forestal (Barriga, 1987).

A partir de un ensayo de establecimiento de Pino insigne realizado en la

Cordillera de la Costa de Valdivia, se determinó que la cobertura de maleza el primer

año, es la variable más importante como predictora de la respuesta en altura y

diámetro de tallo del pino el segundo año. Las especies arbustivas no fueron

controladas con dosis de 2 kg/ha de Velpar©, por lo tanto, se debería desbrozar y

aplicar herbicida en mayor dosis. A pesar de ello, se concluyó que la sobrevivencia no

fue influida por fertilizantes ni herbicidas, sí por una mala plantación y manipulación de

la planta. La calidad de copa fue mejor en presencia de malezas herbáceas

controladas efectivamente. Las especies de malezas leñosas y arbustivas no tuvieron

Page 20: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/13 un buen control químico y resultó en que las copas de pino no tuvieron buen desarrollo

por limitantes de espacio y luz (Campos, 1987).

Las malezas son dañinas para las plantaciones por las siguientes causas

(Barriga, 1987):

Reducen los rendimientos y calidad de los cultivos.

Actúan como plantas intermediarias o huéspedes en la propagación de insectos y

enfermedades.

Aumentan los costos de producción y de extracción

Reducen la eficiencia humana.

Desvalorizan el valor de la tierra.

Aumentan el peligro de incendios.

Producen elevadas pérdidas de agua por evapotranspiración.

De acá se deduce entonces que el manejo y control de la vegetación

competidora son necesarios para permitir que las especies forestales expresen su

material productivo cuando compiten con malezas, ya que no hay una clara separación

de nichos entre ambas. La competencia entre dos especies es una interferencia o

interacción negativa (puede originar supresión o antagonismo). La competencia entre

malezas y plantaciones varía según la disponibilidad de los recursos del sitio. En una

plantación forestal los requerimientos nutricionales de agua, luz y espacio varían en

forma dinámica de acuerdo al estado de desarrollo del rodal (Mora, 1996).

La competencia por luz difiere de la competencia por agua y nutrientes ya que

la fuente generadora de este recurso no puede ser consumida o agotada. La luz se

encuentra disponible en forma instantánea y debe ser aprovechada inmediatamente a

través de la intercepción foliar. El problema de la competencia por luz entre las plantas

forestales y las malezas radica en que un gran número de estas son consideradas

eficientes, o sea crecen rápidamente junto con un mayor desarrollo de superficie foliar,

que les permite capturar más radiación y producir una alta cantidad de material

fotosintético, liberándose así de plantas competidoras más cercanas a través del

sombreamiento. La habilidad competitiva dependerá de la capacidad neta de las

plantas para asimilar CO2 y utilizarlo en la fotosíntesis y, una planta sombreada

asimilará menos CO2 que las plantas que crecen libres de maleza. En el caso de Pino

insigne se estima que esta capacidad es en promedio de un 3% con un límite teórico

de 5% (Mora, 1996).

En cuanto a la competencia por agua, ésta se traduce en la eliminación de una

de las especies competidoras en favor de aquella con mayor tasa de absorción y

eficiencia en el uso del agua, siendo también importante la extensión física del sistema

radicular, como los pastos, malezas cuyos sistemas radiculares son muy densos y

ocupan los estratos superficiales del suelo en forma más rápida que las plantas

Page 21: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/14 forestales, consumiendo rápidamente las reservas de agua y retardando severamente

el crecimiento del rodal. Los efectos competitivos se pueden minimizar, sobretodo en

los períodos secos, con tratamientos destinado a remover las malezas especialmente

en los primeros 20 cm del suelo. El potencial hídrico en las acículas de pino disminuye

cuando la disponibilidad de agua es menor o cuando es mayor la competencia por

ésta, generalmente provocado por una gran cobertura de malezas (Mora, 1996).

Con la competencia por nutrientes, se han tenido experiencias de aplicación de

fertilizantes nitrogenados y fosfatados que sin un buen control de malezas estimulan el

crecimiento de éstas a expensas del desarrollo de la plantación de Pino insigne.

Teóricamente, la competencia por nutrientes puede ocurrir en forma aislada, pero en la

práctica se ha observado que existe una fuerte relación con otros factores

especialmente con el agua. Por este motivo, aislar un solo factor limitante para el

crecimiento es prácticamente imposible, debiendo ser analizados en forma integrada

considerando todas las interrelaciones existentes (Mora, 1996).

En la competencia por espacios, las interferencias se producen a nivel

subterráneo (radicular) y a nivel aéreo (copas), y se ha comprobado aumento de

volumen al eliminar la competencia radicular. Los árboles responden primero a la

proximidad y comportamiento de las plantas vecinas, más que a la densidad media o

grado de cobertura de las malezas. La densidad radicular de los pastos puede

dificultar el arraigamiento de las plantas en sitios de baja productividad plantados con

pino, produciendo daños físicos y originando efectos alelopáticos por superposición de

sistemas radiculares (Mora, 1996).

Muchos de los problemas provocados por las malezas pueden ser minimizados

o prevenidos en determinadas ocasiones a través de técnicas culturales destinadas a

incrementar las ventajas competitivas de las plantas forestales. Se ha demostrado que

una buena preparación de los terrenos, seguido por una plantación y control de

malezas dentro de los períodos biológicos adecuados, puede reducir o eliminar la

necesidad de realizar controles de malezas posteriores (Mora, 1996).

La necesidad de controlar las malezas ha llevado al hombre a desarrollar tres

formas para combatir las malezas: erradicación, prevención y control. Tanto la

erradicación como la prevención, son métodos poco prácticos de llevar a cabo y

resultan difíciles de lograr a costos razonables. El control de malezas, en cambio, es el

método más empleado en la defensa de los cultivos, debido a su relativa sencillez de

aplicación. Básicamente incluye prácticas destinadas a minimizar el efecto competitivo

de las malezas hacia el cultivo, reduciendo la infestación, pero sin lograr su

eliminación, sino que solamente limitar su desarrollo y crecimiento (Barriga, 1987).

Page 22: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/15

Para controlar las malezas existen diversos métodos, entre los cuales

destacan:

• Control mecánico: Consiste en emplear métodos físicos para la extracción o corta

de malezas. Incluye el control con herramientas manuales, empleo del fuego y de

maquinarias principalmente. Este es el método de control más tradicional y cuando

se ha hecho en forma manual, su costo es muchas veces, similar al trabajo de roce

previo a la plantación.

• Control biológico: Se basa en el empleo de enemigos naturales de las malezas,

tales como enfermedades, insectos, pastoreo selectivo del ganado o acción de

algunos roedores o plantas parásitas.

• Control químico: Este control aprovecha la potencialidad fitotóxica de los

herbicidas para la destrucción de las plantas indeseables. Un amplio estudio sobre

el control químico de malezas, fue realizado por Martino (1980). Este abarcó desde

la VI a la X Región y, para tal efecto, aplicó Velpar en diversas dosis sobre

plantaciones de Pino insigne recién establecidas. El autor concluyó que Velpar es

aplicable bajo diversas condiciones de suelo y clima y es capaz de controlar

variados tipos de malezas (Barriga, 1987).

• Control integrado: Debido a las ventajas y/o desventajas de cada uno de los

métodos de control señalados anteriormente o a la presencia de malezas muy

agresivas, la tendencia actual es al control integrado, utilizando para ello las

ventajosas posibilidades ofrecidas por cada uno de ellos (Barriga, 1987).

Este método puede realizarse antes, durante y/o posterior a la plantación.

Inicialmente se complementaron los métodos de control mecánico y químico de male-

zas, aprovechando sus respectivas ventajas, ya que los herbicidas permiten solamente

la disminución inicial de las malezas, pero no las que posteriormente regeneran,

acción que puede ser efectiva mediante el control manual o mecánico (Barriga, 1987).

El manejo de la vegetación competidora o control de malezas tiene por objetivo

reducir la influencia de las malezas en el desarrollo de un cultivo determinado, lo que

implica que no necesariamente éstas tienen que ser eliminadas en forma completa de

un sitio, así, este control de vegetación competidora debe realizarse hasta el punto

donde el crecimiento de los árboles deja de ser afectado en forma significativa y así

asegurar que el desarrollo y producción de las plantaciones se encuentren dentro de

los niveles esperados. Esto implica canalizar en forma eficiente los recursos limitantes

de un sitio determinado hacia la producción forestal más que a la producción de

especies no comerciales (Mora, 1996).

La importancia de realizar un manejo de la vegetación competidora en

plantaciones forestales ya no es cuestionada a ningún nivel, pero éste sólo se justifica

hasta el punto donde el crecimiento de los árboles deja de ser afectado en forma

Page 23: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/16 significativa. El trabajo que implica el control de la vegetación tiene un costo energético

importante, el cual se expresa generalmente como el costo monetario que esta

actividad supone. Sin embargo, la energía utilizada en el control es pequeña si se

compara con la energía ganada por la plantación, la que a través de una copa más

vigorosa y un incremento de la superficie foliar, intercepta una mayor cantidad de

radiación solar que posteriormente es transformada a materia seca, lo que se traduce

finalmente en mayores retornos económicos. La decisión de no intervenir la vegetación

competidora se ve reflejada en el costo de oportunidad que significa tener plantaciones

de baja producción (Mora, 1996).

Los tipos de decisiones que deben ser consideradas para el manejo de la

vegetación competidora dentro de un contexto económico razonable son dos: una

decisión de tipo estratégico y una de tipo táctico. La decisión de tipo estratégico evalúa

los efectos de regímenes silviculturales alternativos de manejo, contra la necesidad y

costos que implica el control de malezas. En este tipo de decisión se examina el

impacto de las poblaciones de malezas en todo el ciclo de producción forestal. Estas

evaluaciones permiten que la persona encargada de tomar las decisiones seleccione

el régimen de manejo que minimice el desarrollo de las malezas o que maximice el

valor presente neto obtenido por la aplicación de una determinada técnica. Por otro

lado, las decisiones tácticas están focalizadas en la selección de tratamientos y

métodos de aplicación que sean compatibles con los objetivos estratégicos (Mora,

1996).

La selección de los métodos de control depende de: (1) el objetivo del

tratamiento; (2) las especies, tamaño, posición relativa y densidad del rodal; (3) la

composición y estructura del sotobosque; (4) las características de ciertos factores

físicos como el terreno, exposición, tipo de suelo, erodabilidad, superficie a tratar y

accesibilidad; (5) las condiciones climáticas; (6) la disponibilidad de equipos y mano de

obra; (7) los recursos financieros; (8) aspectos externos, como regulaciones de tipo

gubernamental. Por este motivo, cualquier prescripción entregada para manejar la

competencia debe ser específica al sitio y no debe ser generalizada a grandes

extensiones; de lo contrario los costos pueden resultar excesivos, con una reducción

en la eficiencia de los tratamientos y con el riesgo de provocar un fuerte impacto

ambiental (Mora, 1996).

A pesar que existe una gran variedad de métodos disponibles para manejar los

niveles de competencia, el control con herbicidas sigue siendo el más utilizado e

indispensable para el establecimiento de las plantaciones. La aplicación de productos

químicos como método para controlar las malezas en plantaciones de rápido

crecimiento, es una práctica común en diferentes organizaciones forestales de

Australia, Nueva Zelandia y Sudáfrica. El control con herbicidas pre-plantación se

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/17 realiza en un 35% de los casos, el control post-plantación en un 36% de las

oportunidades y un 21% de las intervenciones corresponden a un control químico de

malezas antes del cierre de copas. El porcentaje restante corresponde a técnicas de

control como la quema y el desbroce manual. En Chile ocurre una situación similar.

Las empresas forestales han decidido en muchos casos reemplazar la quema como

medio para controlar las malezas por el uso de productos químicos, más efectivos y

que aplicados en las dosis y forma adecuado, entregan mejores resultados (Mora,

1996).

Los herbicidas se caracterizan por ofrecer un control de malezas más efectivo,

oportuno y normalmente más económico que los métodos mecánicos (Izquierdo,

1996).

Se pueden clasificar en diferentes grupos, dependiendo del objetivo planteado.

De tal modo se clasifican según la época de aplicación, forma de actuar de la planta;

selectividad, o según su estructura química. En términos generales, los herbicidas se

clasifican de acuerdo al modo de acción en las plantas, situándose los que actúan

principalmente en follaje, en follaje y suelo, o solamente al suelo (Izquierdo, 1996).

Los herbicidas aplicados al follaje se dividen según la forma que ellos actúan o

afectan a las malezas, como herbicidas sistémicos y de contacto. El hecho de que

estos herbicidas actúen y se apliquen en el follaje de las malezas, no excluye que

algunos de ellos al llegar al suelo presente cierto tipo de actividad, pudiendo ser

absorbidos por las raíces del cultivo y de las malezas. De aquí la importancia del uso

de éstos en determinados cultivos (Izquierdo, 1996).

En relación con los herbicidas que actúan principalmente en el suelo, existen

herbicidas que pueden ejercer un efecto al nivel de las raíces al entrar directamente en

contacto con los productos, como también herbicidas que se pueden mover desde las

raíces a otras partes de la planta, luego de ser absorbidos desde el suelo. Los

herbicidas aplicados al suelo ejercen su acción sobre las malezas en germinación o en

estado de plántulas por un período relativamente largo, dependiendo de su rapidez de

disipación. La absorción es incrementada cuando los suelos están húmedos y cálidos,

y se reduce cuando hay altas concentraciones de materia orgánica. Los herbicidas de

este tipo por consiguiente son más activos en suelos arenosos, de manera que la

dosis utilizada debería ajustarse a la cantidad de materia orgánica en el suelo. Entre

estos herbicidas se dividen según el grado de actividad en el follaje, en aquellos con y

sin actividad. En el sector forestal son de gran importancia el grupo de los inhibidores

fotosintéticos, como son el grupo químico de las triazinas y triazinonas, en el primer

grupo se encuentran los siguientes herbicidas de mayor importancia forestal, simazina,

atrazina y terbutilazina y en el segundo grupo se destaca la hexazinona, representada

comercialmente como Velpar. Esta tiene una baja fitotoxicidad al Pino insigne, su

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/18 modo de acción es sistémico y residual, es absorbida por medio de las raíces (con

algo de absorción foliar) y luego es translocada a las hojas donde inhibe la

fotosíntesis. Una vez absorbida la hexazinona se mueve dentro de la planta en forma

principalmente acropétala, es decir desde la raíz hacia las hojas y ramas, es así como

comienza a presentar la sintomatología característica. El Pino insigne es tolerante a la

hexazinona, aunque bajas dosis de aplicación son necesarias para evitar la

fitotoxicidad de las plantas bajo tensiones de humedad y/o en suelos de texturas muy

livianas (Izquierdo, 1996).

Aunque este herbicida es bastante tolerado por el pino, no ocurre lo mismo con

las especies del género Eucalyptus sp, y es recomendable para el caso del Pino

insigne aplicarlo post-emergencia de malezas mojando las plántulas. Su uso debe ser

restringido en suelos arenosos y/o con bajos contenidos de materia orgánica debido a

la gran movilidad del producto en el suelo, el cual presenta una solubilidad en agua de

33.000 ppm (Izquierdo, 1996).

Los herbicidas más utilizados en plantaciones de Pino insigne, pre y post-

plantación, son: Roundup (fosfonato), Garlón (derivado del ácido picolínico), Atrazina

(triazina), Simazina (triazina) y Velpar (triazinona). La selección del producto a utilizar

depende básicamente de la composición de las malezas (especie y densidad) y del

estado de desarrollo de la vegetación a ser tratada, así como del objetivo del

tratamiento, es decir si corresponde a un control parcial (disecación de corto plazo) o

total, que implica la muerte de las especies competidoras, todo dentro de un marco

económico razonable (Mora, 1996).

La eficacia en la aplicación de un herbicida varía de acuerdo al sitio, las

malezas, la forma de aplicación, la dosis aplicada y el tiempo de aplicación (Izquierdo,

1996).

Todas las malezas anuales, bianuales y perennes provenientes de semillas,

son más sensibles a los herbicidas en el estado de plántula. Por esta razón, los

herbicidas de cualquier tipo de absorción (foliar o radicular), deberían aplicarse cuando

las malezas presentan poco desarrollo y están creciendo activamente (Izquierdo,

1996).

Las malezas anuales son más sensibles en sus primeros estados de desarrollo,

es decir, cuando presentan dos a cuatro hojas verdaderas. En la medida que las

malezas se acercan a la etapa reproductiva son más resistentes y por ende se

requerirá de una mayor dosis. En el caso de las malezas perennes los herbicidas

sistémicos deberán aplicarse cuando ocurra el máximo movimiento de hidratos de

carbono hacia los órganos subterráneos y exista suficiente superficie foliar para

asegurar la entrada del herbicida. Mientras mayor sea la relación parte aérea/ parte

subterránea mayor será el efecto del herbicida (Izquierdo, 1996).

Page 26: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/19

El herbicida comercializado internacionalmente como "Velpar" 90% PS, es un

polvo soluble en agua, que contiene 900 g de Hexazinona por kilogramo de producto

comercial, cuya formulación química es [3-cyclohexyl-6-(dimetilamino)-1-metil-1-3-5-

triazina-2-4(1H,3H)-dione] ingrediente activo (i.a.) de la familia de las triazinonas

(Registro, EPA N° 352-378), y su fabricante es E.I. DU PONT DE NEMOURS & CO.

(INC.) (Izquierdo, 1996). Velpar es un herbicida inhibidor fotosintético, entra a la planta

a través del follaje y raíces, desde donde es movilizado a las partes clorofílicas,

interfiriendo en la fotosíntesis. En general Velpar es recomendado para aplicaciones

en plantaciones de coníferas, para controlar malezas anuales, perennes, herbáceas y

leñosas (Campos, 1987).

La hexazinona, requiere de humedad en el suelo para su aplicación o bien

necesita la presencia de precipitaciones entre 10 y 20 mm dentro de las dos siguientes

semanas después de la aplicación. Lo anterior resulta importante para activar el

herbicida, especialmente en el suelo, lo que facilita la absorción por las raíces; la

ausencia de lluvia impide la incorporación del producto al suelo, resultando una

recuperación de las malezas leñosas 30 días después de la aplicación. Sin embargo,

después de una lluvia, todas las especies aparecieron fuertemente afectadas

nuevamente y muertas un mes más tarde (Campos, 1987). Es más efectiva cuando las

malezas se encuentran en activo crecimiento y las temperaturas son cálidas

(Izquierdo, 1996).

En el control de malezas antes de la plantación debe tomarse en cuenta que el

establecimiento de especies forestales como Pino insigne y Eucalyptus sp. se debe

realizar en un sitio libre de malezas arbustivas leñosas, lo que se puede lograr

mediante una buena preparación química del sitio. Si no se controlan, una

competencia muy estrecha por luz, nutrientes (especialmente nitrógeno) y agua se

producirá tan pronto como se realice la plantación. Las malezas compiten por el agua

mucho antes que puedan sombrear a la especie forestal, éstas germinan y emergen a

través de toda la primera estación de crecimiento y aquí surge la necesidad de realizar

un control de malezas por medio de herbicidas (Izquierdo, 1996).

En ensayos establecidos en Valdivia con el propósito de controlar vegetación

competitiva compuesta fundamentalmente por retamillo, aliaga y especies nativas

como el maqui, quila, matico y rebrote de roble, en plantaciones de Pino insigne, se

realizaron aplicaciones con herbicidas a los cinco meses y dos años después de la

plantación. Se ensayaron diferentes tipos de herbicidas y diferentes dosis de ellos.

Uno de ellos fue Velpar, el cual se aplicó en dosis de 2,0 hasta 5,0 kg/ha y como

resultado se obtuvo un satisfactorio control de maleza, sin encontrarse efectos tóxicos

sobre las plantas de pino. Además se obtuvo incremento en altura y diámetro de hasta

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/20 57% y 146% respectivamente sobre las plantas que no tuvieron tratamiento (Barriga,

1987). Se han obtenido en Chile resultados similares con la aplicación de herbicida en

plantaciones de Pino insigne, encontrándose que para los mejores tratamientos el

incremento máximo en diámetro fluctuaba entre 7 y 320%. En cambio, para el

incremento en altura este valor fue bastante inferior, oscilando entre 2 y 81%. Campos

(1982) observó que las plantas de Pino insigne que crecen suprimidas por malezas

arbustivas concentran principalmente su crecimiento en altura debido a la fuerte

competencia por luz. Tales plantas se caracterizan por presentar una copa muy

reducida, menor diámetro en relación a la altura, escasa ramificación y aspecto

general de una vara delgada (Barriga, 1987).

Al producirse la muerte o disminución en la altura media de las malezas, por

efecto del herbicida, hay una mayor entrada de luz que favorece el crecimiento de los

pinos que están bajo o entre la maleza. Debido a esto, la planta puede aumentar su

crecimiento en diámetro. Esto explica por qué la respuesta en altura de la planta luego

de disminuir la competencia no es alta en el primer año, pero se presume que el

aumento en la penetración de luz y la menor competencia por suelo y agua, pueda

recuperar la planta el tamaño normal de su copa y aumente su masa foliar,

permitiendo esto incrementar su actividad fisiológica y su desarrollo (Barriga, 1987).

En Australia el control de malezas en plantas de Pino insigne, otorga claras

ventajas económicas. En ensayos con control de malezas por medio de hexazinona se

ha obtenido una ganancia en el crecimiento de los árboles la que persiste al menos

hasta la edad del primer raleo, aproximadamente entre los 14 y 16 años. Además, en

sitios con malezas leñosas el control de malezas puede proporcionar bastantes

beneficios económicos, en la forma de mejorar el acceso para las operaciones

silviculturales y reducir los riesgos de incendios. Sin un control de las malezas, los

costos por raleos y podas pueden ser un 67% más altos (Mora, 1996).

Los resultados del control de malezas después de la plantación en Nueva

Zelandia, muestran que las ganancias en volumen promedio aportadas por el control

de malezas después de la plantación es sitios secos (menos de 1000 mm anuales),

son del orden de 100 a 200%, mientras que en sectores húmedos la ventaja es de un

50% (Izquierdo, 1996).

Después del establecimiento y para el control de malezas dicotiledóneas

anuales y algunas arbustivas de semilla, además de gramíneas anuales y perennes la

aplicación de hexazinona en Pino insigne ha demostrado excelentes resultados,

puesto que este herbicida es bastante tolerado por esta especie; sin embargo, se

aconseja reforzar el control de malezas después del establecimiento, con aplicaciones

post-plantación lo más temprano posible, entre dos a tres semanas seguido del

Page 28: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/21 término de la plantación, debido a que el período en que la planta tendrá disponibilidad

de agua y nutrientes, es muy corto y coincide con el período de máxima germinación

de malezas. Por otra parte, hay que considerar que una vez que las malezas han

emergido, el control se hace mucho más difícil debido al tipo de malezas presentes, a

las características físicas del suelo y a las bajas precipitaciones o contenido de

humedad que afectan la eficacia de un herbicida residual (Izquierdo, 1996).

Respecto de la época de aplicación los tratamientos para el control de malezas

arbustivas leñosas con hexazinona, se deben aplicar sobre malezas o renovales en

crecimiento activo, especialmente luego de una corta o quema. Además, se debe

esperar hasta que la mayoría de las especies se encuentren en un adecuado estado

de crecimiento, lo que sucede aproximadamente en noviembre, cuando los suelos

están tibios y aún húmedos puesto que las realizadas en otoño e invierno son menos

efectivas que las realizadas de primavera (Izquierdo, 1996).

Antecedentes de ensayos en cuatro sitios en Nueva Zelandia mostraban

incrementos substanciales en el volumen de 71 m3/ha a edades de 8 a 11 años, en

rodales tratados con hexazinona. En este mismo país, se hicieron también

experiencias de preparación del suelo, fertilización y control de malezas con dosis de

cero, dos y cuatro kg/ha de hexazinona, aplicados tres meses después del

establecimiento de plantas de Pino insigne, donde las malezas alcanzaban una altura

entre los 10 a 30 cm y en algunos casos cubrían los pinos, durante la aplicación del

herbicida. Los resultados a la edad de 2 años indicaron que para las parcelas testigos

la sobrevivencia media fue de 35%, en cambio para las parcelas con control de

malezas fue mayor al 90%. Este mismo ensayo también reveló que las aplicaciones de

2 y 4 kg/ha del herbicida, efectivamente controlaron las malezas a diferencia del

tratamiento testigo que finalmente fue cubierto por estas. Es así que a la edad de un

año, la altura de las plantas tratadas con herbicidas a 2 kg/ha fue significativamente

mayor que en las tratadas con aplicaciones de 4 kg/ha y sin aplicación, más aún se

señaló que el menor crecimiento en altura provisto por la tasa más alta de aplicación

puede indicar alguna fitotoxicidad, sin embargo, a los dos años de la plantación, las

diferencias en altura de las plantas entre el tratamiento con 4 kg/ha, fueron mucho más

significativas que el tratamiento aplicado con 2 kg/ha y el testigo indicando una

prolongada respuesta al control de malezas. En términos de crecimiento en volumen a

la edad de 16 años las parcelas tratadas con hexazinona a tasas de 2 y 4 kg/ha,

presentaron un volumen de 465 y 534 m3/ha, respectivamente, a diferencia de las

parcelas con el tratamiento testigo cuyo volumen alcanzó a 236 m3/ha. Esta diferencia

en volumen se atribuyó a la escasa sobrevivencia de las parcelas testigo (Izquierdo,

1996).

Page 29: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/22

Con relación al tipo de malezas, en Nueva Zelandia las malezas leñosas son

difíciles de controlar, y aplicaciones de hexazinona en dosis de 2 kg/ha reducen

considerablemente la densidad de las malezas de un 55 a un 30%, un año después de

la aplicación. Sin embargo, este nivel de control no mejoró el crecimiento de las

plantas de Pino insigne y las aplicaciones con dosis de 4 kg redujeron la cobertura de

malezas a un 10% resultando un significativo aumento del crecimiento inicial de la

especie. Además, esta dosis brindó a al edad de 14 años un volumen adicional

cercano a 30% con respecto a las parcelas controles (Izquierdo, 1996).

La forma de aplicación del herbicida varía según la intensidad de control. La

prescripción en la aplicación del herbicida depende si el objetivo es liberar a los

pequeños árboles de la competencia directa de malezas, o eliminar las malezas en

todo el área plantada. Se han tenido experiencias aplicando en manchas, en bandas y

de forma completa. En 1995, Forestal Mininco, prescribió el control de malezas en

intensidades variables de superficie desde tazas de 1 m de diámetro para sectores con

gramíneas menores a 50 cm de altura; tazas de 2 a 3 m2 para gramíneas mayores a

50 cm de altura y bandas en aquellos terrenos con preparación de suelos o con

distanciamiento entre hileras de 4 metros (Izquierdo, 1996).

Ensayos en 1995 con Pino insigne en Australia, en zonas con regímenes de

lluvia de 700 a 800 mm anuales, señalaron que el crecimiento inicial de la especie es

maximizado con la aplicación completa de un control de malezas durante los dos

primeros años de crecimiento. Esta forma de aplicación arrojó una respuesta en

volumen 35 veces mayor que el testigo sin control de malezas, a los 4 años de edad

de la especie. El experimento fue establecido en tres sitios de segunda rotación, se

utilizaron 10 combinaciones de tratamientos aplicando herbicidas como hexazinona

(Velpar) y atrazina disueltos en 300 l de agua por hectárea a una tasa de 1,5 kg/ha y

5,0 kg/ha respectivamente, para los tratamientos en franjas y completos. Los

resultados obtenidos en términos de sobrevivencia a la edad de un año, señalan que

el tratamiento testigo en los dos sitios fue de 75 y 86% respectivamente. El tercer sitio,

que era más fértil, arrojó una sobrevivencia de 93% (Izquierdo, 1996).

El control de malezas durante los dos primeros años de crecimiento del Pino

insigne es de gran importancia, y un control de malezas en forma completa antes del

establecimiento arroja un volumen más significativo que en los tratamientos en franjas

o en manchas. Por ejemplo, se logra un incremento en volumen de 20 a 35% al aplicar

un segundo control completo sobre las malezas. Si se ha realizado control en franjas

antes de la plantación, el tratamiento completo posterior puede incrementar el volumen

que entre un 17 y 68% respecto a no hacerlo. En términos de costos, los costos extras

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/23 iniciales incurridos por el control completo de malezas, son más que compensados por

el incremento de los retornos a través de la rotación (Izquierdo, 1996).

Page 31: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/24 B.4. Fertilización forestal.

El suelo forestal es un componente muy importante del sitio, que puede ser

susceptible a modificaciones en forma natural por la silvicultura, ya sea con actividad

antropógena involuntaria o a través de planificadas intervenciones. Las formas de

producir alteraciones del suelo pueden tener efectos positivos o negativos para el

ecosistema y especialmente en la nutrición de la planta y en la fertilidad del suelo

forestal (Francke, 1988).

Las deficiencias en elementos nutritivos pueden llegar a ser importantes en la

primera rotación de pino, como también en las subsiguientes. La fertilización mineral

es una de las técnicas más utilizadas para corregir deficiencias nutricionales. La

disminución de fertilidad de los terrenos que se usan para las plantaciones se debe a

que han estado expuestos a una agricultura abusiva, caracterizados por cosechas

repetidas y excesivas en la producción de cereales. En algunos de ellos ha habido

también incendios sucesivos. La necesidad de fertilizar aumenta en sitios marginales

y donde se usa el método de tala rasa para restablecer una plantación con especies

de rápido crecimiento (Barriga, 1987).

El objetivo principal de todas las medidas de fertilización es el aumento de la

producción de madera debido a las mayores necesidades mundiales. Las medidas de

fertilización se deben adecuar a los sitios y especies forestales, para lograr

incrementos anuales de 1 a 4 m3/ha en un período de tiempo de 15 años, después de

su última aplicación, como en Europa (Francke, 1988).

El papel más importante de la fertilización, por el momento, está en asegurar la

sobrevivencia inicial y en acelerar el crecimiento de las primeras etapas de la

plantación de Pino insigne, con el fin de superar las condiciones desfavorables del sitio

y soportar bien la competencia de la vegetación espontánea (Cirano y Goffard, 1987).

El máximo beneficio de una fertilización se produce cuando ésta es aplicada al

establecimiento de una plantación y debe de ubicarse en forma localizada, para así

evitar que sea la vegetación competidora la que se beneficie por ella. Con

fertilizaciones oportunas, también se beneficia la uniformidad de la plantación, lo que

brinda ventajas en las futuras labores de manejo del rodal (Barriga, 1987).

La fertilización permite mantener la productividad de los sitios y acelerar el

crecimiento del rodal en sus diferentes etapas: al establecimiento, en plantaciones ya

establecidas y en bosques de segunda rotación. Si se pretende acortar la rotación, la

fertilización mineral los primeros años de vida de la plantación puede ser uno de los

métodos más efectivos para disminuir el costo de producir madera y la forma más

apropiada para acelerar el crecimiento. Cuando una plantación se fertiliza al

establecimiento, su objetivo es entregar un depósito de elementos nutritivos que

fortalezca las plantas y éstas sobrepasen en corto tiempo a las especies

Page 32: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/25 competidoras. Esta técnica puede sin embargo, no ser necesaria en suelos fértiles,

con un buen nivel de materia orgánica y de elementos nutritivos disponibles; muchas

veces es más adecuado en tales casos, eliminar las malezas (Barriga, 1987).

A través de la fertilización se mejoran además las funciones sanitarias, con un

aumento de la resistencia contra daños y enfermedades de especies forestales,

disminuyendo por tanto el gasto en tratamientos de control (Francke, 1988).

La aplicación de fertilizantes en la actividad forestal debe hacerse para que

sistemas enfermos o incompletos nutricionalmente, sean transformados en sanos,

para que puedan en todos los aspectos entregar rendimientos óptimos y así también

asegurar el principio fundamental forestal del rendimiento sostenido (Francke, 1988).

La determinación de las necesidades puede ser ya sea por métodos visuales,

cuando los árboles reaccionan con alteraciones características de sus órganos de

asimilación, por métodos analíticos, como análisis de suelos y análisis foliar o acicular.

Los análisis químicos y físicos de suelos de los métodos con que se cuenta deben ser

ejecutados por laboratorios de universidades o institutos especializados.

Especialmente relevante para el silvicultor resulta la determinación de Carbono total,

Nitrógeno total, Fósforo total, valores de pH y granulometría textural, así como

métodos que determinan los cationes básicos y ácidos de la fase de intercambio u

otros relativos a la fase soluble del suelo, antecedentes respecto de la fertilidad del

suelo como: descripción del perfil de suelo, formas húmicas, composición de la

vegetación edáfica y presencia de síntomas foliares. El pH del suelo es igualmente

utilizable; este parámetro describe el grado de acidez o basicidad del suelo y entrega

información respecto de las necesidades de cal de un sitio (Francke, 1988).

Otras evidencias que permiten estimar la necesidad de fertilizar en rodales

forestales son el crecimiento que presente y el grado de aprovechamiento y pérdidas

nutritivas, a través de ensayos de fertilización previamente establecidos (Francke,

1988).

Además del diagnóstico nutricional se debe considerar la factibilidad técnica de

fertilizar según el sitio y el rodal. Respecto del sitio se debe considerar el régimen de

agua, pues en sitios secos se logran significativos efectos cuando existen significativas

deficiencia nutritivas, y en sitios sobresaturados de agua, la deficiencia de oxígeno

impide la absorción nutritiva. En el sitio se debe considerar también el régimen de

temperaturas, excluyendo sitios con breves períodos de crecimiento, pues tiene

limitaciones calóricas (Francke, 1988).

Barriga (1987), cita un resumen de ensayos de fertilización en el

establecimiento en Pino insigne efectuados en Nueva Zelanda entre 1960 y 1975.

Durante esos 15 años se probaron diferentes dosis de superfosfato y sulfato de

amonio, destacando entre ellos los siguientes ensayos:

Page 33: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/26 • En 1966 se probaron varias dosis de superfosfato y además una mezcla de

superfosfato con sulfato de amonio, obteniéndose mejores respuestas a la

aplicación de 112 g por planta de superfosfato, con un incremento de 30 cm supe-

rior al testigo después de dos años.

• En 1968, se aplicó 85 g por planta en un plan piloto, en forma de una mezcla 3:1

de superfosfato y sulfato de amonio respectivamente, obteniéndose como

resultado 7,3 cm adicionales en altura al año.

• Una aplicación de 15 g nitrógeno elemento por planta más 15 g de fósforo

e1emento por p1anta como superfosfato con urea o bien, fosfato diamónico,

demostró incrementos adicionales de 3 a 4 mm anuales en el diámetro de cuello;

sin embargo también hubo un aumento de 6% en la mortalidad de los individuos

fertilizados.

Un estudio en donde se aplicaron varias dosis de nitrógeno y fósforo al

establecimiento de Pino insigne en diferentes sitios, demostró que estos fertilizantes

no se justifica aplicarlo sin un control de malezas. Por otro lado, la combinación de

fertilización y aradura, ha logrado respuestas considerablemente mayores al

establecimiento y crecimiento inicial del Pino insigne (Barriga 1987).

Al finalizar la década de los 80, los silvicultores ya disponen de una gran

variedad de compuestos químicos que pueden aportar elementos nutritivos como

nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, calcio, boro y cobre entre otros, ya sea para

corregir o prevenir deficiencias de alguno o varios elementos, como también para

mantener o aumentar la productividad de los sitios (Barriga 1987).

El Pino insigne, en términos relativos, es una conífera exigente en lo que se

refiere a sus necesidades de elementos nutritivos. En sitios con deficiencia de fósforo,

se necesitan 1.125 kg/ha de superfosfato para obtener una respuesta máxima

económica del Pino insigne, en tanto que Pinus elliottii y Pinus taeda requieren 680

kg/ha, respectivamente, para obtener el mismo objetivo. Esta situación se debería a la

mayor rapidez de crecimiento del Pino insigne, por ello demandaría mayor cantidad de

nutrientes (Cirano y Goffard, 1987).

Bajo esquemas de silvicultura intensiva tanto en bosque como en plantaciones

forestales se pueden distinguir medidas de fertilización generales de acuerdo a la fase

de desarrollo del bosque. Se puede realizar en la fase pre-regenerativa (fertilización

preparatoria), la fase de regeneración de crecimiento juvenil y fase de desarrollo fustal

(Francke, 1988).

En la fase pre-regenerativa las medidas de fertilización denominadas

"fertilización preparatoria", se pueden emplear para posibilitar la regeneración del

rodal. Es conveniente donde por medidas de aclaramiento y/o trabajos de laboreo del

suelo no se produzca una mineralización suficiente de la hojarasca, de tal forma, que

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/27 la regeneración bajo el dosel de los rodales maduros pueda tener éxito (Francke,

1988).

Con la formación de un nuevo bosque, a través de plantación, ocurre lo

siguiente: las plantas de viveros forestales presentan, en la generalidad, una buena

nutrición; las plántulas tienen a menudo pequeñas raíces (una gran parte de su masa

radicular se pierde con el transporte); las plántulas con la plantación pierden a veces,

algunas raíces. Por lo tanto, la fertilización en el primer año de establecimiento no

tendría sentido. Los árboles vienen con una buena nutrición de vivero y la absorción

del fertilizante sería muy baja, como consecuencia de sus pequeñas raíces. Al

contrario, en el segundo año no tienen reservas o son muy bajas, sufriendo de

deficiencias nutritivas cuando el suelo no puede suministrar a las raíces elementos

nutritivos. Por ende, fuertes deficiencias nutritivas se identifican prontamente en hojas

y acículas, pudiendo enmascararse la deficiencia del nitrógeno por la de otros

elementos. Dado que las raíces han crecido en el segundo año es posible una mayor

absorción nutritiva. En la dosificación y aplicación en la superficie debe ser

considerado que no ocurra una sobredosis en la distribución de fertilizante (Francke,

1988).

La realización de una fertilización dirigida en la etapa de regeneración de

crecimiento juvenil tiene los siguientes objetivos (Francke, 1988):

Asegurar el establecimiento de la plantación.

Disminuir los costos de mejoramiento, cuidados culturales y protección.

Posibilitar y favorecer la introducción de especies exigentes en cuanto a suelo.

Las ventajas de su realización se pueden resumir:

Una disminución de la caída de plantas y aumento de la resistencia contra agentes

dañinos.

Un aceleramiento del crecimiento en altura, especialmente favorables en áreas con

susceptibilidad a las heladas, vegetación invasora y fauna dañina (Francke, 1988).

En general se substituye este tipo de fertilización cuando se ha realizado la

fertilización preparatoria. En la fertilización en etapa de regeneración se consideran las

siguientes modalidades (Francke, 1988):

• Fertilizantes específicos: los cuales corrigen las deficiencias nutritivas presentes.

• Activación de cubiertas húmicas: esto se logra a través del suministro de una

fertilización básica (cal y fosfatos) simultáneamente con trabajos de laboreo del

suelo.

La presencia de procesos de acidificación de suelos requiere ser atenuada,

además, por encalados o fertilización calcárea (Francke, 1988).

Los fertilizantes se suministran fundamentalmente en esta fase a cada planta

(fertilización local) o por hileras (fertilización por banda). La fertilización en rodales en

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/28 fase de crecimiento juvenil, se aplica a partir de cuarto o quinto año, cuando las raíces

tienen una capacidad de absorción suficiente (Francke, 1988).

Cuando la fase de crecimiento juvenil (estado brinzal y latizal) ha culminado

con el cierre del dosel, se produce una pausa en la fertilización hasta fase fustal joven.

En el intertanto es posible, técnicamente suministrar en rodales densos los fertilizantes

vía aérea. Una fertilización en este período es escasamente rentable dado que

muchos árboles presentan mortalidad natural o son extraídos mediante raleos.

Además, podría verse alterada la poda natural de algunas especies por cambios en la

dotación nutricional. Recién en la fase fustal media se justifica, por ejemplo, empezar

con la fertilización con nitrógeno en todas las áreas donde se ha diagnosticado la

deficiencia (Francke, 1988).

Las medidas de fertilización tienen los siguientes objetivos (Francke, 1988):

Aumentar la producción de madera.

Mejorar el suelo para ampliar las posibilidades silviculturales.

Aumentar la fructificación para favorecer la regeneración natural.

A través de dosis equilibradas de fertilizantes minerales en ensayos de

fertilización, se pueden obtener los siguientes incrementos: Picea abies y Abies alba,

hasta 6 m3/ha/año; Pinus silvestris y Fagus silvatica hasta 2 m3/ha/año (Francke,

1988).

El incremento tendrá un efecto duradero en el tiempo dependiendo de la

situación nutricional original y otras condiciones de crecimiento. Esto conduce no sólo

a un aumento de la producción volumétrica, sino también a madera de mayor valor,

debido a que al entrar en otra clase diamétrica será mejor evaluado el m3 de madera.

La calidad de la madera en general no se ve dañada dado que el ancho de los anillos

no será mayor en comparación a los rodales que se desarrollan en sitios de buena

nutrición (Francke, 1988).

A través de la fertilización mineral se favorece de igual manera el desarrollo

radicular de los árboles como también la masa vegetacional sobre la superficie. En

una fertilización armónica no se provoca extendimiento radicular horizontal, sino que

las raíces de árboles fertilizados penetran rápidamente en profundidad buscando

nuevas fuentes nutritivas (Francke, 1988).

A continuación se detallan la influencia de algunos elementos en el desarrollo y

crecimiento de las plantas (Cirano y Goffard, 1987):

• Calcio: No se conoce bien la función exacta que desempeña el calcio en el

crecimiento de las plantas, pero se cree que contribuye a la translocación de

carbohidratos en la planta. Se considera esencial para la salud de las paredes de

las células y que contribuye la desarrollo de la estructura de las raíces. El calcio

por su parte influye en el crecimiento de los árboles forestales, directamente como

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/29

elemento nutritivo, e indirectamente afectando la reacción del suelo y otras

propiedades de él. Es particularmente importante en el desarrollo de las raíces y

de los pelos radicales. Interviene además, en la resistencia de los tejidos, al formar

un material cementante, entre las paredes celulares. Ayuda igualmente, en la

absorción del agua y de los nutrientes, al aumentar la permeabilidad de las

paredes de las células. El calcio es abundante en las rocas ferromagnésicas,

piedras calizas y en muchos minerales. Es elemento activo de los materiales

cálcicos utilizados para corregir la acidez del suelo y se presenta en el yeso

(sulfato cálcico) que se utiliza en el tratamiento de suelos salinos y/o alcalinos. A

su vez el calcio actúa sobre la solubilidad y disponibilidad del boro, junto con el

magnesio (Cirano y Goffard, 1987).

Los síntomas de una planta a la que le falta calcio son (Cirano y Goffard, 1987):

1. La punta de crecimiento de la planta (brote extremo) muere cuando la deficiencia

es muy grave.

2. Los bordes de las hojas afectadas (habitualmente las más recientes) tienen una

apariencia festonada; el follaje no afectado en esa forma tiene, ordinariamente,

una coloración verde oscura, anormal.

3. La planta tiene tendencia a desprenderse prematuramente de los brotes

4. La estructura del tallo se debilita.

En lo que se refiere a deficiencias de calcio, ha señalado que en algunos

bosques, el flujo de resina en los fustes y alrededor de las yemas, parece estar

asociado con la falta de calcio, cuando la deficiencia del fósforo es severa (Cirano

y Goffard, 1987).

• Magnesio: el magnesio es un ingrediente esencial de la clorofila y, probablemente,

participa en la translocación del almidón al interior de la planta. Asimismo, se

considera que es esencial para la formación de aceites y grasas y es posible que

contribuya a la absorción del fósforo de las plantas y su posterior transporte. Los

síntomas de una planta a la que le falta magnesio son (Cirano y Goffard, 1987):

1. Las hojas pierden su color en las puntas y entre las venas, comenzando por las

hojas situadas más abajo y continuando en un proceso ascendente, dependiendo

del grado de deficiencia.

2. Las hojas son anormalmente pequeñas.

3. Cuando la deficiencia es aguda, los tejidos afectados pueden secarse y morir.

4. Las hojas de la planta son quebradizas y tienen tendencia a rizarse hacia arriba.

5. En los árboles, las ramas son débiles y están sujetas a infecciones de hongos.

Ordinariamente, se les caen las hojas prematuramente y, con frecuencia, mueren a

la primavera siguiente.

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/30

La sintomatología de la deficiencia de magnesio, se caracteriza en el Pino

insigne por clorosis de la punta de las agujas primarias y secundarias. La clorosis

de los ápices de las agujas del año anterior es más marcada a fines de primavera,

y en tercio superior de la copa. La clorosis (color amarillo dorado) es muy regular

en todas las acículas de una misma edad, en una rama determinada (Cirano y

Goffard, 1987).

Se podría confundir esta deficiencia con las decoloraciones causadas por

hongos, pero la deficiencia del elemento nutritivo causa clorosis muy regulares en

todas las agujas, en tanto que el hongo deja bandas amarillas, entre zonas más

verdes, y se concentra en algunas partes de la planta (Cirano y Goffard, 1987).

• Boro: el boro está asociado a la utilización del calcio al interior de las plantas.

Siempre que la proporción del calcio con respecto al boro se hace desequilibrada,

debido a deficiencias de boro, el extremo final de las plantas no se desarrolla

convenientemente. La cantidad necesaria para las plantas es extremadamente

baja y un ligero aumento sobre la cantidad necesaria produce una toxicidad severa

que, frecuentemente, causa la muerte a la planta (Cirano y Goffard, 1987).

La deficiencia de boro producía daños característicos en las flechas de Pino

insigne de un año. Puede morir la flecha, con pérdida de agujas, y deformación de

la parte no lignificada. Bajo esta parte muerta hay una zona de transición que

presenta acículas decoloradas y cortas; y un crecimiento anormalmente

abundante de fascículos bajo esa zona. Cuando la deficiencia de boro produce

muerte de la yema terminal, sólo el ápice principal resulta afectado, pero sí reduce

el crecimiento y el largo de las acículas. Los meristemas forman nuevas yemas

espontáneamente y así el hábito de la planta resulta alterado. El boro, por sí solo,

rara vez aumenta el crecimiento de los árboles, sólo reduce las deformaciones. Es

necesario agregar P y N, juntamente con B, para obtener respuestas en el

crecimiento (Cirano y Goffard, 1987). Una forma de aplicar boro es con boronatrocalcita contiene generalmente

entre 5,5 y 6% de elemento boro en una extracción con HCl al 10% y 2,5% de boro

soluble en agua a 80°C (Laboratorio de Nutrición y Suelos forestales, Instituto de

Silvicultura, U.A.Ch. 3/10/86 citado por Campos, 1987).

Los síntomas de una planta con carencia de boro son (Cirano y Goffard,

1987):

1. Una escasez aguda de boro produce en primer lugar, cambios notables en la punta

del brote extremo de las plantas. Los brotes con deficiencias de boro son

pequeñas, deformadas y matizadas de zonas de color café rojizo.

2. El brote final adquiere una tonalidad verde pálida, más pálida en la base que en la

punta.

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/31

Se deben hacer aplicaciones preventivas de boro en aquellos sitios que

presenten un abastecimiento insuficiente del elemento. Esta aplicación deberá

efectuarse antes del segundo año de plantación para evitar las deformaciones

causadas por la deficiencia (Cirano y Goffard, 1987).

Ensayos con aplicaciones de bórax, en soluciones y en seco, en las siguientes

dosis: (i) Solución de 0,4 g de bórax por litro de agua y (ii) 25 g de bórax en el suelo,

alrededor de la planta, a diferentes distancias, tuvo una respuesta muy rápida,

recuperándose las plantas de los síntomas producidos por la deficiencia (Cirano y

Goffard, 1987).

Respecto al método de localización de los fertilizantes, aplicaciones en hoyo de

elementos como boro en suelos arcillosos, son más efectivas que las realizadas al

voleo, en tasa o en surco (Barriga, 1987).

En lo que se refiere a los compuestos boratados más usados se puede citar la

boronatrocalcita, con un 14% de boro; bórax, con 11% de boro; ácido bórico con 17%

de boro. Las dosis empleadas varían entre 0,8 y 6,0 g de boro por planta. Respuestas

adecuadas se han obtenido usando boronatrocalcita en dosis de 2,1 g de boro por

planta. Las aplicaciones por planta de 0,3 a 0,4 g de boro, pueden reducir

considerablemente la marchitez del ápice, hasta 4 años después de la plantación

(Cirano y Goffard, 1987).

Con respecto al magnesio, el nivel crítico estaría entre 0,06% y 0,08%, en el

follaje y aunque se han detectado niveles más bajos. El magnesio se puede aplicar,

mezclando con otros fertilizantes, en una cantidad de 30 a 50 kg por hectárea. Puede

aplicarse en forma de dolomita, finamente molida, la que contiene alrededor de 22%

de calcio y 10 a 13% de magnesio. Esta aplicación se hace durante la preparación del

suelo para la plantación. El material es de acción lenta y se aplica en dosis de 375 a

700 kg por hectárea, dependiendo del pH del suelo y de su contenido en calcio y

magnesio (Cirano y Goffard, 1987).

El calcio en suelos de textura pesada y con pH ácido (4,0) puede llegar a

aplicarse hasta 10 toneladas por hectárea. En suelos menos ácidos y de textura

arenosa, las dosis son menores, obviamente (Cirano y Goffard, 1987).

Del sinnúmero de fertilizantes minerales que son ofrecidos por la industria, sólo

algunos se emplean en la fertilización forestal. La razón estriba en la formulación

química y/o relación en la composición nutritiva en fertilizantes múltiples, siendo éstas,

a veces, inadecuadas para árboles forestales o suelos forestales (Francke, 1988).

La época ideal de aplicación es en primavera. Fertilizantes fácilmente lixiviables

como los nitrogenados o potásicos deben ser aplicados en primavera, cuando

Page 39: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/32 comienza el crecimiento radicular de la planta. De esa forma, se logra una absorción

integral del nutriente. El nitrógeno no debe ser aplicado en forma tardía en relación al

período de crecimiento para que las ramas, antes del otoño, puedan concluir su

período de crecimiento, así como también su lignificación. Cales y fosfatos pueden

suministrarse durante todo el año debido a que ellas son lixiviadas en el suelo en

forma lenta, o bien no se lixivian. En suelos pantanosos y arenosos debe aplicarse

potasio y magnesio y en caso de ser necesario también cal en los meses de agosto a

octubre. En general los fertilizantes potásicos y magnésicos deben aplicarse al

comienzo de primavera (Francke, 1988).

En todas las medidas de fertilización deben considerarse las posibilidades de

escorrentía superficial y lixiviación en profundidad. De realizarse una fertilización en

pendiente alta debe ser ejecutada un poco antes o durante el período de crecimiento.

Su aplicación se realiza en forma local (planta a planta) y en laderas arriba o en la

parte superior de la pendiente (Francke, 1988).

La fertilización de tipo local y en hilera debe ser ejecutada de tal forma, que no

se pueda originar una concentración excesiva de fertilizante. En plantaciones recién

establecidas, en suelos con maleza, se aplican los fertilizantes recién cuando el suelo

ha sido laboreado y no existe peligro de rebrote, especialmente cuando se fertiliza al

voleo (Francke, 1988).

La fertilización junto con solucionar el objetivo principal provoca efectos

secundarios en el ecosistema forestal, en el suelo por ejemplo, especialmente a través

de la aceleración de los procesos de mineralización. Como consecuencia se produce

una pérdida de elementos nutritivos. De esta forma, se pierde una parte de la

substancia orgánica y por otra los elementos nutritivos infiltran y contaminan hasta la

napa freática base y aguas superficiales. Dichas pérdidas son, en gran parte,

inevitables y representan a menudo el precio que se paga por el mejoramiento de la

productividad. Sin embargo, ellas pueden permanecer en el límite cuando las medidas

son aplicadas en forma cuidadosa. Estos efectos secundarios se pueden producir con

dosis altas, con trabajos mecánicos de superación de suelos y cuando la fertilización

se realiza a continuación con medidas silviculturales intensas (especialmente tala

rasa) (Francke, 1988).

Dichas pérdidas no son tan cuantiosas cuando las superficies afectadas son

pequeñas, pero, por el contrario, cuando son grandes cuencas o algunos sectores de

ellas son afectadas por estas, se ocasiona una sobrealimentación de las aguas

Page 40: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/33 superficiales de la napa freática con consecuencias ecológicas negativas, dañando la

calidad del agua considerablemente. Los bosques hoy en día son grandes reservorios

y productores de agua, por tanto el conocimiento de los efectos secundarios de la

fertilización en el bosque es de gran importancia (Francke, 1988).

La fertilización también puede tener consecuencias negativas para el rodal, a

través del aumento de tamaño y cantidad de hojas, variación del tamaño de la fibra

como reacción al mejoramiento de las condiciones de crecimiento. Especialmente en

especies de coníferas por la mayor oferta de nitrógeno se produce un aumento de la

masa acicular y superficie foliar, con el consiguiente debilitamiento en la estabilidad del

volumen, aumentando por lo tanto el peligro de caída por viento. Aquellas zonas en las

cuales existe dicho peligro se deben excluir de la aplicación de medidas de fertilización

(Francke, 1988).

B.5. Tratamientos combinados. B.5.1. Fertilización y control de malezas.

En general cuando se han aplicado los tratamientos combinados, los resultados

han sido alentadores, con respuestas significativamente superiores a los testigos. A

cierto nivel de costos de la tierra y otros costos agregados, es preferible dirigir el

capital hacia el cultivo de madera extra en la misma tierra, a través de la aplicación

combinada de fertilizantes y herbicidas, en vez de plantar más tierras (Barriga, 1987).

Numerosos estudios corroboran que existe un efecto sinérgico entre el control

de malezas y la fertilización en plantaciones de rápido crecimiento. Estas dos técnicas

silvícolas combinadas tienen efectos que se traducen en un mayor crecimiento inicial y

en un mejor desarrollo futuro de las plantaciones (Mora, 1996).

En un ensayo establecido en el sur de Australia en 1977, destinado a observar

el efecto de la preparación de suelos, el control de malezas y la fertilización en

plantaciones de Pino insigne al establecimiento, el control de malezas combinado con

una fertilización compuesta (N, P, K, Mg, S y B), produjo los mayores incrementos en

el área basal de las plantas, mientras que la fertilización por sí sola tuvo un bajo

impacto resultado en el crecimiento, independiente de la forma de preparación del

suelo (Mora, 1996).

También en Australia, en una plantación de Pino insigne en un área recién

explotada de Pinus pinaster, se emplearon diversos métodos de preparación de sitios,

además de una aplicación conjunta de fertilizante y herbicida. Al cabo de tres años los

Page 41: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/34 resultados indicaron que buenos crecimientos de Pino insigne se lograron con la

combinación fertilizante con herbicida, y dentro de éstos, los mejores resultados se

lograron en sitios con retención de restos de explotación. Además la respuesta de los

pinos al herbicida fue significativamente mayor que la obtenida por la acción del

fertilizante cuando se aplicaron por separados, ya sea en sitios con quema total o

parcial de residuos, pero no cuando se retuvo a los restos de explotación, donde los

resultados son similares. La aplicación de fósforo fue efectiva sólo cuando no se

empleó quema y la de nitrógeno, fósforo y zinc, cuando la quema fue localizada y en

sitios arados (Barriga, 1987).

Evaluaciones del efecto de esta combinación en plantaciones nuevas de Pino

insigne, concluyeron que su aplicación da mejores resultados sólo cuando se emplea

en conjunto, mientras que cuando sólo se fertiliza, los resultados son similares a los

obtenidos con el empleo de herbicidas. El tratamiento testigo, creció un tercio menos

que el tratamiento con herbicidas (Barriga, 1987).

La sobrevivencia y desarrollo iniciales de Pino insigne están fuertemente

influenciados por las malezas presentes en el sitio, especialmente las de tipo

herbáceas, y que además, a través de técnicas de preparación de suelo y sitio (como

el subsolado y el control de malezas) se logra incrementar en forma importante el

crecimiento de las plantas forestales, especialmente en altura y área basal, las que en

combinación con una fertilización llegan a ser significativamente superiores al

crecimiento de las plantas no tratadas (Mora, 1996).

El efecto de varios factores sobre el establecimiento de Pino insigne, tales

como la aplicación simultánea de fertilizante (60 g de urea por planta) y herbicida (1 a

3 kg de Velpar por hectárea), calidad de planta y método de pulverización del

herbicida, se evaluaron al cabo de 18 meses concluyéndose que en plantas de mejor

calidad se optimiza el efecto del herbicida, lográndose mejorías en volumen de hasta

215% con 2 kg de Velpar por hectárea sobre las plantas de inferior calidad (Barriga,

1987).

La aplicación combinada, fertilización más control de malezas, ha contribuido

significativamente al mayor desarrollo general de los árboles. Los beneficios de esta

aplicación combinada, quedan definidos en el primer año, debiéndose controlar las

malezas en esa etapa (Barriga, 1987).

Aplicaciones de superfosfato normal, boronatrocalcita y sulfato de magnesio,

Page 42: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/35 obtuvieron buenos resultados cuando se combinaron con Velpar, especialmente

cuando se aumentó la dosis del herbicida. Cuando las malezas arbustivas dominaron

el lugar, los árboles tratados con esta combinación superaron a los testigos entre 22 y

38% en altura y entre 10 y 36% en diámetro de copa. En cambio, cuando dominaron

las malezas herbáceas el beneficio varió entre 48 y 91% en altura y entre 83 y 105%

en diámetro de copa, respectivamente (Barriga, 1987).

En la provincia de Arauco, se estableció un ensayo en el sector de Los Pinos,

en un terreno de topografía ondulada, suelos de textura arcillosa y vegetación

competitiva conformada por un alto porcentaje de herbáceas. Los tratamientos

aplicados consistieron en herbicidas Velpar en dosis de 1,2 y 3 kg/ha; además, se

fertilizó con urea en una dosis única de 60 g ubicada a 7 cm de la planta. Los

resultados obtenidos en tal estudio fueron diferencias significativas entre las plantas

testigos y las tratadas, tanto en la aplicación exclusiva de herbicidas como también en

combinación con fertilizante. Las plantas fertilizadas, pero sin aplicación de herbicida,

en cambio, no tuvieron diferencias significativas con el testigo. La aplicación de urea

tuvo aparentemente un efecto de toxicidad sobre las plantas ya que no se observó

diferencias entre los tratamientos que solamente tienen herbicida y aquellos que

combinan herbicida más fertilizante. Además, se encontró que al aplicar Velpar en

dosis de 2 kg/ha se lograban incrementos en diámetro mayores de hasta 215,5% con

respecto a los testigos (Barriga, 1987).

El control de malezas y la fertilización no sólo afectan directamente el tamaño

de los árboles, sino que además, poseen una fuerte influencia en la forma y

ahusamiento del fuste. Se ha demostrado que la fertilización de Pino insigne al

momento del primer raleo, produce un cambio de forma en el fuste (que se traduce en

mayor volumen), debido a un incremento relativo de los diámetros centrales. Sin

embargo, estos autores también han demostrado que los tratamientos aplicados al

inicio de la plantación, como el control de malezas y la fertilización de apoyo, producen

cambios en el ahusamiento promedio de los árboles (tasa de cambio en diámetro por

unidad de incremento en altura) el que se ve reflejado en los años siguientes a la

aplicación de los tratamientos (Mora, 1996).

Como resultado de 25 años de una investigación en Pino insigne, se han

determinado que existen dos patrones básicos de respuesta de esta especie a las

técnicas silviculturales, denominados respuesta I y II. Tratamientos como el control de

malezas, aceleran la tasa de crecimiento, con lo cual se logra la máxima productividad

en un menor período de tiempo (respuesta Tipo I), mientras que otros tratamientos,

como la fertilización y el riego, tienen como resultado un cambio en la productividad de

la plantación, pero en el largo plazo (respuesta Tipo II). El concepto de respuesta Tipo

I es análogo al concepto de "disminución de la resistencia ambiental", mientras que la

Page 43: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/36 respuesta Tipo II es equivalente al "aumento de la capacidad de carga del sitio".

Aplicando un adecuado tratamiento de control de malezas y fertilización, se puede

reducir el tiempo requerido para alcanzar la productividad máxima (a una edad

determinada) entre 2 y 3 años (respuesta I), logrando duplicar el incremento anual

corriente de volumen (m3g/ha/año, respuesta II), con la sola fertilización (Mora, 1996).

El control de malezas y la fertilización son dos técnicas que han permitido, a

nivel global, incrementar los niveles de producción de las plantaciones forestales de

rápido crecimiento, haciéndolas cada vez más interesantes desde el punto de vista

económico. Esto incentiva a realizar fuertes inversiones financieras al momento de

instalar la plantación. Si bien, el costo de establecimiento unitario se incrementa, los

retornos económicos que se obtienen por los productos que genera el bosque (cortas

intermedias y cosecha final), absorben ampliamente la inversión realizada al inicio de

la rotación (Mora, 1996).

Finalmente, desde el punto de vista económico, existen algunas experiencias

realizadas en Chile, con respecto a las ganancias que genera el control de la

competencia. Evaluaciones de distintas técnicas de control químico de malezas en la

zona de Arauco, indican que con una inversión inicial en la aplicación de herbicidas,

cercana a los 253 dólares por hectárea (US$/ha), en plantaciones de Pino insigne en

establecimiento, se obtiene un valor presente neto al final de la rotación (VPN), con

una tasa de descuento del 19%, de 3,3 dólares por metro cúbico (US$/m3). Si se

considera que estos valores se basan en supuestos relativamente confiables

(incremento medio anual de las plantaciones, con proyecto, de 24 m3/ha/año;

ganancias generadas por el control de un 20% y control sostenido durante los tres

primeros años), se estaría ganando al final de la rotación, un volumen incremental de

100 m3/ha (lo que se traduce en 330 US$/ha adicionales) obtenidos sólo a través del

control de la competencia, el que sin duda puede ser mucho mayor si se considera

una aplicación de fertilizantes en forma conjunta. Otros autores nacionales, también

reportan ganancias significativas en el desarrollo de Pinus insigne como efecto del

control de malezas, estimando que la rotación de las plantaciones de esta especie,

pueden ser acortadas de dos a tres años, con el consiguiente beneficio económico que

esto implica (Mora, 1996).

B.5.2. Preparación del suelo y control de malezas.

La preparación del sitio comprende el control de la vegetación existente y la

formación de un micrositio para el establecimiento de las plantas. No sólo el uso de

herbicidas es importante para la preparación del sitio, sino una intensa preparación del

suelo y esta puede constituir también un buen control de la vegetación competidora

(Mora, 1996).

Page 44: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/37

Las estrategias para la preparación del sitio son distintas según sea el

problema de las malezas, de modo que cuando las malezas son del tipo arbustiva

perennes, se debe pensar en productos sistémicos que presenten actividad en el suelo

y que ésta sea tolerada por la especie forestal de interés (Mora, 1996).

Se ha experimentado que el surcado hecho con arado de discos en algunos

sitios produce un aceptable control de malezas durante el primer año; otros sistemas

de preparación de suelo como subsolado y hoyo son insuficientes. La preparación del

suelo presenta mayor importancia en el desarrollo y homogeneidad que en la

sobrevivencia de las plantas (Mora, 1996).

Page 45: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/38 B.5.3. Silvicultura integrada. El crecimiento vegetal es posible gracias a la ocurrencia y disponibilidad de elementos

básico, como son el agua, la luz, la temperatura, el intercambio gaseoso, etc. La

necesidad de cada uno de ellos dependerá de la especie en particular. Así, se tienen

dos maneras de favorecer el desarrollo de las plantas, ubicándolas en los sectores en

donde las condiciones fueran las deseadas o modificando el medio de modo de crear

un ambiente favorable para la planta. Un sistema biológico como este, es asimilable a

una cadena, en donde los eslabones corresponderían a las etapas de establecimiento,

los cuales no sólo tienen consecuencia con aquellos procesos consecutivos o

aislados, sino que existe un comportamiento grupal y es éste el responsable de la

respuesta final, es lo que se denomina sinergia. Así el establecimiento de una

plantación, es el producto de una serie de actividades que se encuentran enlazadas, y

de la fragilidad de algún eslabón dependerá el éxito o fracaso de ella (Daniel et al.,

1982).

Actualmente se habla de Silvicultura Intensiva como la aplicación de una

mayor tecnología en el desarrollo de una plantación, lo cual hace aumentar los costos

y esperar respuestas que justifiquen esta inversión. Un ejemplo concreto de lo anterior,

fue la incorporación de una preparación de suelo, específicamente subsolado, en

suelos arcillosos donde se obtuvo como resultado la formación de un bosque, donde

antes no se creía posible. La sola aplicación de alguna técnica en particular, no

asegura el éxito de una plantación mientras ésta no corrija las deficiencias del sitio, por

lo que su uso sin una adecuada planificación, en cuanto a su aplicación y a sus

objetivos, sólo aumentará los costos, sin llegar a obtener resultados favorables,

pudiendo incluso, ser innecesarias (Sandoval, 1999).

Si cada uno de estos factores relativos al establecimiento se comportara en

forma adecuada, debería obtenerse el máximo potencial de crecimiento de las plantas

(Sandoval, 1999):

• Genética

• Capacidad de la planta para adaptarse al medio

• Temperatura del suelo

• Contenido de humedad del suelo disponible para la planta

• Aireación (disponibilidad de oxígeno para las raíces)

• Movilidad de las raíces (capacidad de las raíces para ocupar el suelo)

• Competencia de agua y nutrientes inter e intraespecífica)

• Radiación (horas luz)

• Cantidad de dióxido de carbono (CO2) disponible para la fotosíntesis

• Nutrición disponible para la planta

• Calidad en la manipulación y técnica en la plantación

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/39

Por otra parte, el medio ambiente condiciona la dominancia de algún factor en

particular y es así como se puede visualizar que, para los suelos de arenas, el

crecimiento y desarrollo de las plantas se ve limitado por la poca presencia de agua

disponible, lo que a su vez ocasiona que los demás factores actúen en forma

restringida (Sandoval, 1999).

El concepto de silvicultura integrada se refiere al estudio sistemático de todos los

componentes del sistema y la interrelación que ocurre entre ellos, reconociendo la

sinergia que se produce, además de la individualidad y particularidad de cada ser vivo.

Este concepto relaciona los antecedentes propios de cada situación con las

actividades posibles y factibles de realizar buscando cumplir con los objetivos

propuestos (Sandoval, 1999).

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/40 B.6. Análisis Económico.

De los análisis económicos consultados, el que más se acerca al de esta

memoria, es en el que se determinan y comparan costos de establecimiento de una

plantación con y sin subsolado. Para esto se usan valores reales de habilitación (roce

y subsolado) y de plantación (costo plantas, fletes, plantación y fertilización), con

densidad inicial de 1250 pl/ha. También se determina el Valor Presente Neto (VPN) y

la Tasa Interna de Retorno (TIR) de una plantación sin subsolado a los 25 años de

edad. Luego, se determina el volumen que debiera tener la plantación a distintas

profundidades de subsolado, para igualar al VPN de la plantación sin subsolado. O

sea, se calcula cuánto debieran crecer las plantaciones para recuperar la inversión

inicial por concepto de subsolado (Cirano y Goffard, 1987).

El análisis se rige bajo las siguientes consideraciones: Volumen esperado a los

25 años de edad sin subsolado, destino de la madera es 100% pulpa, el bosque al

término de la rotación se vende en pie, todos los gastos e ingresos se producen al

término de cada año. De lo anterior se concluye que el establecimiento de

plantaciones de pino en terrenos de alta compactación y baja productividad, utilizando

técnicas de subsolado para mejorar el sitio, es rentable si se maneja la distribución

espacial de las plantas, por un lado, y que subsolar a 30 cm en líneas separadas cada

5 m, para establecer 1250 plantas por hectárea, requiere crecimientos en volumen

similares que subsolar a 70 cm en línea distanciado 8 m entre sí, permitiendo

mantener el nivel de rentabilidad (Cirano y Goffard, 1987).

Sandoval, (1999), presenta un estudio que entrega el análisis de un caso,

plantación de Pino insigne en un suelo de arena de la VIII región, desarrollado bajo la

metodología que se desprende de la Silvicultura Integrada, evaluando su eficiencia

como un método del proceso productivo, luego de dos años de su instalación. La

estructura principal consiste en cuatro métodos de plantación, realizados en tres

etapas distintas (otoño, invierno y primavera) (Sandoval, 1999):

Operacional: se refiere al sistema de plantación habitual utilizado.

Convencional: al método anterior se modifica la norma de prescripción,

considerando el comportamiento de los factores de crecimiento. Este método será

similar en todas las épocas de plantación, de modo que permita conocer cuál es el

efecto de plantar en distintas temporadas.

“Top”: este método tiene por finalidad obtener un resultado similar en las distintas

épocas de plantación, mediante la adaptación de la técnica de plantación a las

variaciones de los factores de establecimiento.

Mejor Carril: este método pretende obtener el máximo potencial de crecimiento de

las plantas y es donde se conjugan todas las teorías que se disponían para el

establecimiento de plantaciones en esa fecha.

Page 48: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/41

Los costos incurridos en la ejecución de las faenas fueron registrados y junto a

las expectativas de crecimiento, se desarrolló un análisis el cual consistió primero en

una comparación al comienzo del estudio evaluando la necesidad de volumen de

madera que se requería para solventar las diferencia ocurrida entre los gastos de los

tratamientos T0 (operacional) y aquel de mayor valor T1S (Mejor Carril Subsolado)

(Sandoval, 1999).

Luego de transcurridos dos años se realizó un segundo análisis en que se

compara el crecimiento alcanzado por ambos tratamientos en este tiempo, con

aquellos rodales plantados en el mismo período y clasificados según el índice de sitio

del rodal anterior asignándoles así un crecimiento esperado a cada tratamiento de

modo de poder proyectarlos a la edad de rotación (Sandoval, 1999).

Los análisis se realizaron con el apoyo del Modelo Nacional de Crecimiento de Pino Radiata (Fundación Chile, 1996) con el que se estimó el rendimiento

esperado para un rodal. Se usó, además, un programa de evaluación económica

desarrollado para Forestal Mininco con el cual se determinó el Valor Potencial del

Suelo (VPS) como el valor presente neto de los flujos de ingresos y costos generado

por los factores de producción no terrenos que optimizan el manejo del suelo

(Sandoval, 1999).

En la determinación del volumen necesario para equiparar la diferencia de

costos se consideró el mismo sitio y manejo para ambos tratamientos (índice de sitio

25). La evaluación consistió en modificar el volumen esperado del tratamiento T1S

hasta que el VPS obtenido se igualara al logrado con el rendimiento del tratamiento

Operacional; encontrándose así que se requería aumentar en un 22% el rendimiento

obtenido por el tratamiento Mejor Carril Subsolado (T1S) para pagar la diferencia de

los costos (Sandoval, 1999).

La diferencia en los costos de establecimiento está dado principalmente por la

preparación de suelo y la aplicación de aserrín como cobertura siendo esta última la

de mayor incidencia con una participación de más de 20% en los costos totales. Por

ser una faena relativamente nueva es posible pensar en optimizar el proceso lo que

implicaría una aumento del VPS (Sandoval, 1999)

Para evaluar el efecto de la aplicación de Silvicultura integrada en términos

económicos se requiere estimar un rendimiento en volumen de madera y productos al

final de la rotación, en ambos tratamientos.

El beneficio obtenido por la aplicación de silvicultura integrada es la

disminución del tiempo necesario en tres años para producir un volumen similar

también se puede expresar como un aumento de un 28,72% del volumen a la edad de

rotación (25 años) (Sandoval, 1999).

Page 49: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/42 El tratamiento que entregó los mejores resultados correspondió a denominado

Mejor Carril (T1S), el cual consistió en la realización de una serie de actividades cuyo

efecto conjunto pretendían obtener el máximo potencial de crecimiento. Como faenas

relevantes se consideró una preparación del suelo mediante subsolado, un control de

las malezas a toda la superficie y la aplicación de una cubierta protectora de aserrín en

la base de la planta, además de la incorporación de hidrogeles y fertilizantes

(Sandoval, 1999).

Del estudio se desprende que el uso de técnicas de preparación de suelo como

subsolado podría significar entre un 16% y un 40% de aumento en biomasa. Además

entregó diferencias en los resultados a favor del tratamiento Mejor Carril Subsolado

(T1S), por sobre el tratamiento Operacional (T0) en las variables incremento del DAC

de un 88,67%, en la altura de 79,44% y en el incremento en Factor de Productividad

de 232,61º%, medido al segundo año de establecido. Lo anterior representaría un

aumento en las expectativas de rentabilidad para esos suelos, medido como diferencia

en el Valor Potencial del Suelo en 125% (Sandoval, 1999).

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/43

C. OBJETIVOS.

Se estableció el siguiente objetivo general y los siguientes objetivos específicos:

C.1. Objetivo general: Evaluar los efectos de cuatro tratamientos silviculturales en el establecimiento y

desarrollo de una plantación de Pino insigne en un suelo arenoso de la VIII Región.

C.2. Objetivos específicos:

• Evaluar los efectos de los tratamientos en el establecimiento inicial, la

sobrevivencia y el crecimiento en los primeros años de la plantación.

• Comparar las estimaciones de volumen de cada tratamiento de la plantación a la

edad de cosecha.

• Determinar los efectos de cada tratamiento en la rentabilidad final de la plantación

a la edad de cosecha.

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/44

D. MATERIAL Y MÉTODO. D.1. MATERIAL.

La recopilación de datos proporcionada por Forestal Cholguán S.A. para llevar a

cabo la presente Memoria de Título, se realizó durante el mes de junio de 1999, y se

obtuvo a partir del ensayo de silvicultura intensiva realizado por el Departamento de

Silvicultura de la empresa en el año 1993.

Este ensayo se estableció en 1993 en el predio Cantarito de propiedad de Forestal

Cholguán S.A., ubicado a 10 km aproximadamente al noroeste de Campanario.

El terreno del ensayo se encuentra aproximadamente a 170 m.s.n.m. y presenta

una topografía plana, con un suelo arenoso de la serie Coreo. Según el análisis

nutricional este suelo presentaba niveles insuficientes de fósforo, potasio, azufre y

boro. El nivel de nitrógeno era moderado (Forestal Cholguán S.A., 1997).

El suelo de la serie Coreo es un suelo de origen aluvial, reciente y profundo, de

muy escaso desarrollo, derivados de arenas de color negro de origen andesíticos y

basálticos, de textura gruesa en todo el perfil aunque en superficie puede presentar

una textura moderadamente gruesa en el 20% de los casos. Ocupa una topografía

ligeramente inclinada o casi plana dentro de la formación geológica correspondiente al

“abanico aluvial del Laja”. El drenaje del suelo es excesivo siendo la permeabilidad

muy rápida y el escurrimiento superficial muy lento. El horizonte inferior de la serie

está constituida por gravillas hasta una profundidad de 2 m, ocasionalmente se

presenta un substrato de gravas y piedras con matriz de gravilla (Martínez, R., 2004).

El clima es mediterráneo con 1164,4 mm de precipitaciones concentradas

principalmente en invierno, con temperaturas de 6,8° C a 21,4 °C. (Valenzuela, 1985).

Al momento del establecimiento sólo existía una cubierta herbácea. El uso anterior

a la plantación correspondía a una ganadería extensiva (Forestal Cholguán S.A.,

1997).

La plantación se hizo en junio de 1993 en forma manual con gestión directa a una

densidad de 1666 plantas/ha, con un distanciamiento de 3x2 m. El diseño

experimental utilizado fue completamente al azar con tres repeticiones por tratamiento.

Las parcelas utilizadas fueron de 8 hileras con 13 plantas cada una, sumando 104

plantas/parcela (624 m2/parcela). Sólo se evaluaron las 36 plantas centrales,

quedando el resto como borde (Forestal Cholguán S.A., 1997).

En total se instalaron 15 parcelas con 1560 plantas, cubriendo una superficie de

aproximadamente 0,9 ha.

Se analizaron los siguientes tratamientos:

• T0: Testigo. Plantación tradicional de la época (año 93), sin ninguna preparación

de suelo, control de maleza y fertilización (0).

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/45 • T1: Tratamiento sin preparación de suelo, pero con fertilización y control de maleza

(F+C).

• T2: Tratamiento con preparación del suelo y fertilización, pero sin control de

maleza (S+F).

• T3: Tratamiento con preparación del suelo y control de maleza, pero sin

fertilización (S+C).

• T4: Tratamiento con preparación del suelo, fertilización y control de maleza

(S+F+C).

La preparación de suelo se hizo en Mayo de 1993, con un tractor con subsolado a

una profundidad de 50-60 cm, en la hilera de plantación, previo a ésta (Forestal

Cholguán S.A., 1997).

La fertilización se hizo a principio de septiembre de 1993, en base al análisis de

suelo y a recomendación del Dr. Juan Schlatter, de la Universidad Austral de Chile. Se

aplicaron los siguientes fertilizantes en dos medias lunas a 10-20 cm de cada planta:

Superfosfato normal: 120 g/planta (enterrado a 5 cm en el suelo)

Boronatrocalcita: 20 g/planta (enterrado a 5 cm en el suelo)

Salitre potásico: 80 g/planta (superficial)

El control de maleza se hizo post plantación a fines de agosto de 1993, con Velpar

90 (2 kg/ha), en forma de taza, con un radio de 50 cm alrededor de la planta (0,79

m2/planta).

Este ensayo fue medido durante los primeros cuatro años desde su instalación,

con el fin de observar cómo se expresaba la sobrevivencia de plantas de pino de cada

tratamiento. Luego de realizarse la cuarta medición, se elaboró un informe interno del

Departamento de Silvicultura de la empresa, con un análisis de los datos,

interpretando sus resultados y entregando conclusiones básicamente relacionadas con

los efectos de los tratamientos en la sobrevivencia y en el desarrollo de la plantación,

hasta ese momento. Posterior a este informe se continuó midiendo periódicamente el

ensayo hasta el año 1998.

Por lo tanto, el material con que se contaba para trabajar en esta memoria

consistió en la información acumulada proveniente de las mediciones que se

realizaron los años 1993, 1994, 1995, 1996, 1997 y 1998, el informe interno sobre

silvicultura intensiva del Departamento de Silvicultura del año 1997 (Forestal Cholguán

S.A., 1997), más los datos de la medición efectuada el año 1999 por el memorante, en

terreno.

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/46 D.2. MÉTODO.

La toma de datos correspondiente a la última medición de 1999, se realizó en

el período de un día, en la cual se midió la variable DAP y altura de cada individuo de

la muestra, con la ayuda de un funcionario del Departamento dependiente de la

Unidad de Inventario, utilizando forcípula para medir el DAP y vara telescópica para

medir la altura. Una vez obtenidos los datos en terreno, se ordenaron y procesaron

para poder utilizarlos en el programa computacional "Sistema Radiata 4.011 Plus",

que es un simulador, y para esto se contó con la asesoría del Departamento de

Silvicultura de la empresa. La simulación se llevó a efecto en dos modalidades, una sin

esquema de manejo y otra con manejo, con un raleo a los seis años y seis meses, y

ambas a una edad de cosecha de 20 años.

Para realizar la evaluación de los efectos de los tratamientos en la

sobrevivencia y el crecimiento, se analizaron los datos correspondientes al cuarto año

(1997) y el sexto año (1999).

D.2.1 Evaluación de los efectos de los tratamientos en la Sobrevivencia y Crecimiento:

Los datos de las primeras mediciones del ensayo con las que se contó, fueron

el número de plantas vivas, la altura de la planta en cm y el diámetro de cuello en mm.

Estas variables permitieron obtener un porcentaje de sobrevivencia por tratamiento,

que indicaron los efectos de cada método silvicultural aplicado.

Además, con las variables de diámetro de cuello y altura se elaboró un “Factor

de Productividad”. Esta variable (DAC2*Altura) es un buen indicador de la biomasa

alcanzada por los árboles en un período de crecimiento temprano, y se puede llevar a

la hectárea mediante la ponderación del factor de productividad por la sobrevivencia

(Biomasa/ha) y correspondería al valor relativo por árbol ponderado por la densidad de

plantación (Sandoval, 1997).

El efecto en la sobrevivencia queda determinado por los análisis de las

variables al cuarto año cuando ya se define un patrón de establecimiento inicial. Una

vez obtenidos los valores se evaluaron las tendencias de crecimiento de cada

tratamiento basados, en estos resultados y se explicaron según los antecedentes

bibliográficos y experimentales.

El área basal por hectárea se determina con la siguiente fórmula:

((Diámetro(m)2)/400) * π * Sobrevivencia * Factor de expansión

en la cual diámetro y sobrevivencia son valores promedio. Para el quinto y sexto año,

la estimación se realizó a través de la fórmula:

(Diámetro(cm)2/40000)* π* Sobrevivencia * Factor de expansión * (Altura(m))

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/47

La variable Biomasa por hectárea es la resultante de ponderar el Factor de

productividad (DAC2*Altura) por la Sobrevivencia y el Factor de expansión que lo lleve

a la hectárea (según la unidad muestral ocupada de 12 m por 18 m, este Factor de

Expansión corresponde al cuociente de 10000/216=46,3).

Las comparaciones de medias de tratamiento se realizaron con la Prueba de

Intervalos Múltiples de Duncan.

D.2.2. Estimación de volumen en edad de cosecha: En segunda instancia el análisis de datos se centró en hacer una comparación

productiva entre los tratamientos, con las proyecciones de crecimiento esperadas,

obtenidas del simulador “Radiata 4.011 Plus”. Los resultados finales de este

procesamiento de los datos entregaron cifras de volumen aserrable y pulpable por

tratamiento, con y sin esquema de manejo, a una edad de cosecha de 20 años. Se

analizaron las proyecciones de volumen por cada tratamiento, relacionándolas con los

resultados del análisis anterior, y explicándolos según las técnicas silviculturales

aplicadas (Aguirre, 1997).

D.2.3. Efectos de cada tratamiento en la rentabilidad económica:

Para evaluar el efecto de la aplicación de Silvicultura intensiva en términos

económicos se requirió estimar un rendimiento en volumen de madera y productos al

final de la rotación, en cada tratamiento. Con las proyecciones de crecimiento

obtenidas del simulador “Radiata 4.011 Plus”, se pudo comprobar la factibilidad

económica de realizar la combinación de métodos silviculturales que tuvo cada

tratamiento, respecto de los retornos finales a la edad de rotación de 20 años. Se

determinó el Valor Potencial del Suelo (VPS) como el valor presente neto de los flujos

de ingresos y costos generado por los factores de producción no terrenos que

optimizan el manejo del suelo (Sandoval, 1997). Luego se modificó el volumen

esperado del tratamiento a comparar hasta que el VPS obtenido se igualó al logrado

con el tratamiento Testigo. Así se encontró en cuanto se requiere aumentar el

rendimiento en volumen del tratamiento que se está comparando para pagar la

diferencia de los costos (Cirano y Goffard, 1987; Sandoval, 1997).

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/48

E. RESULTADOS. E.1. Evaluación de los efectos de los tratamientos en la Sobrevivencia durante los primeros cuatro años:

E.1.1. Sobrevivencia: Esta variable permite obtener un porcentaje de sobrevivencia por tratamiento,

que indicarían los efectos de cada método silvicultural aplicado.

Cuadro N° 1: Evolución de la Sobrevivencia (%) por tratamiento del primer al cuarto año de plantación de Pinus radiata en predio Cantarito.

Tratamiento 1994 1995 1996 1997

T0 0,93 0,00 0,00 0,00 T1 78,70 62,96 43,52 43,52 T2 37,04 25,00 25,00 25,00 T3 94,44 94,44 93,52 93,52 T4 97,22 95,37 90,74 90,74

Se visualiza que T0 presentó una sobrevivencia nula al cuarto año, y T3 y T4

tuvieron los mejores rendimientos y la menor mortalidad en el mismo período.

E.1.1.a. Análisis de la variable Sobrevivencia durante los primeros cuatro años. La similitud de medias de los tratamientos 3 y 4, coinciden también en ser las

mayores medias de sobrevivencia, atribuidas a la silvicultura más intensiva, en el caso

del T4, y a la aplicación de control de maleza y preparación de suelo, en el caso de T3,

quizás más efectivas en este tipo de suelo. A su vez, T1 y T2 presentan sobrevivencia

baja, sin diferencias significativas entre ellas, indicando carencias de tratamientos con

la misma intensidad al dejar de aplicar preparación de suelo y control de maleza

respectivamente. La nula sobrevivencia de las plantas en el tratamiento testigo T0,

indica que es primordial e imprescindible aplicar silvicultura en el establecimiento de

pino en este suelo arenoso para obtener prendimiento.

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/49 E.1.2. Diámetro Altura del Cuello:

Las mediciones de esta variable se encuentran en el Cuadro N° 2. Cuadro N° 2: Evolución del Diámetro Altura del Cuello (mm) por tratamiento desde el

primer al cuarto año de plantación de Pinus radiata en predio Cantarito.

Tratamiento 1994 1995 1996 1997T0 6,70 0,00 0,00 0,00 T1 6,72 15,86 30,68 48,53 T2 7,98 13,42 26,85 43,29 T3 7,25 21,15 35,50 49,73 T4 9,09 26,71 44,23 62,72

Se observa un mayor desarrollo de diámetro en T4, mientras que T1, T2 y T3

presentan una tendencia similar entre ellos, pero con menores valores.

E.1.2.a. Análisis de la variable DAC durante los primeros cuatro años.

Se observa que el mayor DAC se presenta en el tratamiento 4 (S+F+C). Las

medias de DAC de T2, T1 y T3 no presentan grandes diferencias entre ellas, y son

levemente inferiores al valor de T4, mostrando ya a esta edad que la falta de alguno

de los tratamientos influye en la baja del valor medido de esta variable. Sin embargo,

no son tan claras las diferencias al cuarto año en la variable.

E.1.3. Altura: Las mediciones de esta variable se encuentran en el Cuadro N° 3.

Cuadro N° 3: Evolución de la Altura (cm) por tratamiento al desde el primer al cuarto año de plantación de Pinus radiata en predio Cantarito.

Tratamiento 1994 1995 1996 1997

T0 31,20 0,00 0,00 0,00 T1 32,69 65,12 115,32 165,94 T2 42,21 60,90 106,15 155,99 T3 34,86 82,76 126,36 183,33 T4 44,41 98,75 156,95 225,49

Se observa un mayor desarrollo de altura en T4, mientras que T1, T2 y T3

presentan una tendencia similar entre ellos, pero con menores valores.

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/50 E.1.3.a. Análisis de la variable Altura durante los primeros cuatro años. Al igual que la variable DAC, se observa un mayor valor de la Altura en T4, y un

menor valor en T2, T1 y T3 sin grandes diferencias entre todos ellos. Como en esta

edad no se detectan diferencias importantes, se asume que la competencia entre

pinos no es tan grande, así como que el diámetro y la altura no son buenas variables

por sí solas para explicar las diferencias entre los distintos tratamientos en el

establecimiento inicial.

E.1.4. Factor de productividad: Al analizar el desarrollo de las plantas, medido a través del incremento del

factor de productividad se aprecia el efecto de la mayor tecnología aplicada a los

tratamientos, es decir, refleja mejor las diferencias de crecimiento por tratamiento en

los primeros años. Esto se aprecia en el Cuadro N° 4:

Cuadro N° 4: Evolución del Factor de productividad (DAC2*Altura) en cm3/árbol por tratamiento desde el primer al cuarto año de plantación de Pinus radiata en predio

Cantarito.

Tratamiento 1994 1995 1996 1997 T0 14,01 0,00 0,00 0,00 T1 14,75 171,07 1085,52 3907,54 T2 15,10 150,45 765,35 2923,12 T3 18,34 370,05 1545,62 4533,03 T4 36,67 684,29 3071,03 8603,21

E.1.4.a. Análisis de la variable Factor de Productividad durante los primeros cuatro años.

El Factor de productividad engloba al DAC y la Altura, mostrando que el T4 es

superior al resto en el período de establecimiento, que el T2 es el de menor

rendimiento y que la ausencia de alguno de los tratamientos silviculturales del ensayo

tiene un efecto negativo notable, sin existir grandes diferencias entre estos últimos. Es

decir, la aplicación conjunta de los tres tratamientos del ensayo tiene mejor efecto en

la etapa de establecimiento.

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/51 E.1.5. Biomasa:

Los valores estimados de biomasa al cuarto año se presentan en el Cuadro N°

5.

Cuadro N° 5: Evolución de Biomasa en dm3/ha por tratamiento desde el primer al

cuarto año de plantación de Pinus radiata en predio Cantarito.

Tratamiento 1994 1995 1996 1997 T0 0,65 0,00 0,00 0,00 T1 19,35 179,52 787,33 2834,18 T2 13,98 94,03 478,34 1826,95 T3 28,87 582,49 2409,07 7065,37 T4 59,41 1087,69 4644,46 13143,80

E.1.5.a. Análisis de la variable Biomasa durante los primeros cuatro años. Se observa que T4 presenta el mayor valor de Biomasa ratificando el efecto

sinérgico de los tratamientos aplicados. Entre T1, T2 y T3 no existen diferencias

significativas, con valores muy inferiores al de T4, y esto se explica porque cada uno

de ellos le afectó la ausencia de alguno de los tratamientos. Según el valor de

Biomasa se puede deducir la importancia que adquiere la no aplicación del

tratamiento, es decir, en T0, con sobrevivencia nula, se aprecia claramente que es

muy necesario aplicar tratamientos silviculturales en el establecimiento de pino en este

tipo de suelo. El siguiente tratamiento con menor valor fue T2, en el cual se dejó de

aplicar control de maleza, indicando la fuerte competencia por nutrientes en suelos

arenosos, y donde hubo gran mortalidad. A continuación T1, en el que no se hizo

preparación de suelo, también presentó baja sobrevivencia quizás por el poco

arraigamiento, ya que la mortalidad aumentó progresivamente hasta el cuarto año,

deduciéndose que, a pesar que aumentaba su masa radicular, ésta no fue suficiente

para romper la compactación de las arenas. En T3 no se aplicó fertilización, y aunque

la sobrevivencia fue mejor que los tratamientos anteriormente mencionados, no

lograron un suficiente crecimiento para alcanzar el óptimo que se obtuvo en T4.

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/52 E.1.6. Area Basal:

Los valores estimados de Área Basal de los primeros cuatro años se presentan

en el Cuadro N° 6.

Cuadro N° 6: Evolución del Área Basal en m2/ha por tratamiento desde el primer al cuarto año de plantación de Pinus radiata en predio Cantarito.

Tratamiento 1994 1995 1996 1997

T0 0,0016 0,0000 0,0000 0,0000 T1 0,0465 0,2134 0,5362 1,3414 T2 0,0315 0,1091 0,3539 0,9199 T3 0,0651 0,5528 1,5123 3,0269 T4 0,1051 0,8736 2,3242 4,6248

E.1.6.a. Análisis de la variable Área Basal durante los primeros cuatro años. El área basal al cuarto año es superior en T4, y T2 es la que presenta menor

valor y con las medias de T1, T2 y T3 presentan diferencias significativas entre ellas.

La ausencia de alguno de los tratamientos demuestra entonces un efecto negativo real

en el desarrollo del área basal a esta edad. La media estimada para T3 presenta un

valor mayor que T1 y T2, indicando que la ausencia de fertilización es menos

perjudicial que la ausencia de subsolado o control de malezas. Así mismo, la ausencia

de estos dos últimos tiene un efecto similar en cuanto al bajo desarrollo de esta

variable.

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/53 E.2. Evaluación de los efectos de los tratamientos en el crecimiento al sexto año.

Para la evaluación de los tratamientos al sexto año se realizó la Prueba de

Comparaciones Múltiples de Duncan. Estos resultados se refieren a la etapa posterior

al establecimiento, donde la mortalidad de plantas se detiene y continúa su

crecimiento las condiciones dadas para cada sitio y con densidades desiguales según

la sobrevivencia lograda. En esta etapa el tratamiento testigo T0 no presenta

sobrevivencia alguna.

Se presentan a continuación los resultados para cada variable con su análisis

respectivo.

E.2.1. Diámetro Altura del Pecho:

Los promedios finales de las mediciones de DAC y DAP al sexto año se

presentan en el Cuadro N° 7.

Cuadro N° 7: Diámetro Altura Cuello (mm) para los años 1994, 1995, 1996, 1997 y Diámetro Altura Pecho (mm) para los años 1998 y 1999, por tratamiento en plantación

de Pinus radiata en predio Cantarito.

DAC DAP Tratamiento 1994 1995 1996 1997 1998 1999

T0 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 T1 6,72 15,86 30,68 48,53 44,20 73,19 T2 7,98 13,42 26,85 43,29 41,56 78,07 T3 7,25 21,15 35,50 49,73 44,72 73,31 T4 9,09 26,71 44,23 62,72 60,27 92,07

E.2.1.a. Análisis de la variable DAP al sexto año.

El análisis de la variable DAP al sexto año muestra que T4 es

significativamente superior a los demás tratamientos. No hay diferencias significativas

entre T1, T2 y T3. De hecho los valores de T3 y T1 son prácticamente los mismos. La

variable DAP por lo tanto no permite explicar por sí sola las diferencias entre

tratamientos al sexto año.

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/54

E.2.2. Altura: Los promedios finales de las mediciones de Altura al sexto año se presentan el

Cuadro N° 8.

Cuadro N° 8: Evolución de la Altura (cm) para los años 1994 a 1999, por tratamiento en plantación de Pinus radiata en predio Cantarito.

Tratamiento 1994 1995 1996 1997 1998 1999

T0 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 T1 32,69 65,12 115,32 165,94 278,51 452,81 T2 42,21 60,90 106,15 155,99 265,74 478,67 T3 34,86 82,76 126,36 183,33 304,16 481,95 T4 44,41 98,75 156,95 225,49 361,71 569,61

E.2.2.a. Análisis de la variable Altura al sexto año. El análisis de la variable Altura al sexto año muestra que no hay grandes

diferencias entre las medias de los tratamientos T1, T2, T3 y T4, aunque este último

tiene un valor superior al resto. Es la misma situación que se dio en el análisis de esta

variable al cuarto año, concluyéndose que ésta no explica por sí sola las diferencias

entre los tratamientos. En esta etapa de crecimiento juvenil, el desarrollo en altura

tiende a ser vigoroso, por lo que, independientemente del tratamiento aplicado, todas

las plantas presentan buenas alturas.

E.2.3. Area Basal: Los valores finales de área basal/ha por tratamiento se muestran en el

siguiente cuadro:

Cuadro N° 9: Evolución del Área Basal (m2/ha) para los años 1994 a 1999, por tratamiento en plantación de Pinus radiata en predio Cantarito.

Tratamiento 1994 1995 1996 1997 1998 1999 T0 0,0016 0,000 0,000 0,0000 0,0000 0,000 T1 0,0465 0,213 0,536 1,341 1,160 3,116 T2 0,0315 0,109 0,353 0,919 0,879 3,324 T3 0,0651 0,552 1,512 3,026 2,471 6,513 T4 0,1051 0,873 2,324 4,624 4,359 10,171

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/55 E.2.3.a. Análisis de la variable Área Basal al sexto año.

Al igual que en el análisis del cuarto año, T4 se mantiene como un valor

significativamente superior a los demás tratamientos, en tanto T1, T2 y T3 presentan

diferencias significativas entre ellas. Al sexto año la media de área basal de T1 es la

menor, pero con un valor muy similar al de T2, situación distinta a la del cuarto año

cuando T2 era el menor valor de área basal. Esta situación puede deberse a la menor

densidad que presenta T2, que permite mayor desarrollo en diámetro que T1. De

hecho, T3, con buena sobrevivencia inicial (93,5%), presenta diámetros menores, pero

privilegiando el crecimiento en altura.

Se logran prácticamente los mismos efectos en menor crecimiento al dejar de

aplicarse preparación de suelo y control de malezas, para la variable área basal. Es

menos perjudicial dejar de aplicar fertilización.

E.2.4. Volumen o Biomasa/ha: La estimación de biomasa por hectárea de los primeros cuatro años quedó

establecida con el Factor de Productividad.

Cuadro N° 10: Evolución de la estimación promedio de Biomasa (m3/ha) para los años

1994 a 1999, por tratamiento en plantación de Pinus radiata en predio Cantarito.

Tratamiento 1994 1995 1996 1997 1998 1999 T0 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 T1 0,0194 0,1795 0,7873 2,8342 3,2320 14,1107T2 0,0140 0,0940 0,4783 1,8269 2.3360 15.9108T3 0,0289 0,5825 2,4091 7,0654 7,5185 31,3938T4 0,0594 1,0877 4,6445 13,1438 15,7670 57,9361

E.2.4.a. Análisis de la variable Biomasa al sexto año.

Existen diferencias significativas entre T1, T2 y T3, y se aprecia así en el

Cuadro N° 10 que grafica la evolución de la biomasa estimada, siendo nuevamente T4

el tratamiento que mejor desarrolla en volumen a la plantación. Este último muestra ya

una diferenciación superior en la variable Área Basal, donde se involucra la variable

DAP, siendo una buena variable indicadora para destacarlo. Con la variable Biomasa

se confirma esta superioridad en el crecimiento respecto los demás tratamientos. Al

igual que el análisis al cuarto año, se confirma que el mejor rendimiento en el

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/56 desarrollo de la plantación se logra combinando los tratamientos silviculturales de

preparación del suelo, control de maleza y fertilización en este suelo arenoso de la VIII

región. De hecho, al cuarto año T4 alcanzaba casi 14 m3/ha, que es lo que presenta

T3 aproximadamente recién al sexto año.

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/57 E.3. Comparación de estimaciones de volumen en edad de cosecha:

El esquema de manejo referido corresponde a una intervención de raleo a la

edad de 6 años y medio dejando una cantidad remanente de 550 árboles por hectárea.

A continuación se presentan los resultados de la simulación por tratamiento,

mostrando cuadros con la variación de la densidad en árboles por hectárea, el área

basal en m2 por hectárea, la altura en metros, IDR (índice de recubrimiento de copas)

en porcentaje y el volumen con índice de utilización 10 cm y 20 cm en m3 sin corteza.

E.3.1. Análisis de las proyecciones de volumen para el Tratamiento 1.

Cuadro N°11: Desarrollo del rodal con tratamiento 1 y raleo a los 6 años y medio.

Tratamiento 1 con manejo Año Edad Densidad Area Basal Altura Volumen 10 Volumen 20

(arb/ha) (m2/ha) (m) (m3sc/ha) (m3sc/ha) 1999 6 741 3,9 10,6 0,6 0 1999 6.06 740 5,1 12,3 2,1 0 1999 6.06 550 4,15 12,3 2,0 0 2000 7 550 6,30 14,7 7,3 0 2001 8 550 8,76 17,4 15,9 0 2002 9 550 11,43 19,8 26,8 0,6 2003 10 550 14,22 21,8 39,8 3,1 2004 11 550 17,08 23,9 54,5 8,0 2005 12 550 19,96 25,9 70,8 17,1 2006 13 550 22,82 27,5 89,2 29,4 2007 14 550 25,65 29,0 109,0 45,0 2008 15 550 28,42 30,5 130,1 62,9 2009 16 550 31,12 32,0 152,3 83,0 2010 17 550 33,73 33,4 175,4 104,5 2011 18 550 36,26 34,5 199,9 127,5 2012 19 550 38,69 35,6 225,2 151,6 2013 20 550 41,03 36,7 250,9 176,3

Raleo a una densidad de 190 arb/ha, extracción de 0,95 m2/ha de área basal, y un volumen total de 0,1 m3/ha.

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/58

Cuadro N°12: Desarrollo del rodal con tratamiento 1 sin manejo.

Tratamiento 1 sin manejo

Año Edad Densidad Area Basal

Altura Volumen 10

Volumen 20

(arb/ha) (m2/ha) (m) (m3sc/ha) (m3sc/ha) 1999 6 741 3,9 5,2 0,6 0 2000 7 740 6,2 6,3 4,5 0 2001 8 739 8,81 7,4 12,6 0 2002 9 739 11,59 8,3 23,8 0 2003 10 738 14,46 9,4 37,5 0,6 2004 11 737 17,37 10,4 53,1 2,1 2005 12 736 20,28 11,4 70,1 6,3 2006 13 736 23,16 12,3 88,8 12,9 2007 14 735 26,00 13,3 109,3 23,1 2008 15 734 28,78 14,3 131,0 36,1 2009 16 733 31,48 15,2 153,7 52,0 2010 17 732 34,10 16,1 177,4 70,2 2011 18 731 36,63 16,9 202,1 90,4 2012 19 730 39,07 17,8 227,8 112,3 2013 20 729 41,40 18,7 254,1 135,6

Cuadro N°13: Resultados del simulador Radiata para el Tratamiento 1.

TRATAMIENTO 1 Sin Manejo Con Manejo Edad (años) 6 20 6 6,06(R) 6,06 20 Nº de árboles/ha 741 729 741 741 550 550 Abasal (m2/ha) 3,90 41,40 3,90 5,10 4,15 41,03 Increm. (m2/ha) 0 37,50 0 1,20 0 37,13 Altura dom. (m) 6,19 20,2 6,19 6,83 6,83 20,20 Vol.total (m3sc/ha) 7,30 265,7 7,30 10,70 9,00 258,6 IDR 6,28 41,69 6,28 7,79 6,22 39,14

Cuadro N°14: Diferencias según tipo de manejo para el Tratamiento 1.

TRATAMIENTO 1 1999 Sin

Manejo Con

Manejo Diferencia %

Edad (años) 6 20 20 0 0 Abasal (m2/ha) 3,90 41,40 41,03 0 0 Increm. (m2/ha) 0 37,50 37,13 -0,37 -0,99 Vol.total (m3sc/ha) 7,30 265,70 258,60 -7,10 -2,67 Vol. 10 0,60 254,10 250,90 -3,20 -1,26 Vol. 20 0 135,60 176,30 40,70 30,01

En el tratamiento 1 el raleo a los seis años y medio es leve debido a la poca

densidad y, por la misma razón, no hay una fuerte diferencia a la edad de cosecha,

disminuyendo el volumen 3% por efecto del manejo, aunque favorece un aumento de

30% al volumen de madera con índice de utilización 20 cm.

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/59

E.3.2. Análisis de las proyecciones de volumen para el Tratamiento 2.

Cuadro N°15: Desarrollo del rodal con tratamiento 2 sin manejo. Tratamiento 2 sin manejo

Año Edad Densidad Area Basal

Altura Volumen 10

Volumen 20

(arb/ha) (m2/ha) (m) (m3sc/ha) (m3sc/ha) 1999 6 463 2,59 5,5 0,4 0 2000 7 463 4,58 6,7 4,5 0 2001 8 463 7,04 7,8 13,1 0 2002 9 463 9,76 8,9 24,1 0,2 2003 10 463 12,61 10,0 36,9 2,1 2004 11 463 15,51 11,0 51,4 8,6 2005 12 463 18,42 12,0 67,9 19,5 2006 13 463 21,31 13,0 86,1 34,2 2007 14 463 24,15 14,0 105,7 51,9 2008 15 463 26,93 15,0 126,6 71,8 2009 16 463 29,64 15,9 148,6 93,1 2010 17 463 32,27 16,9 172,0 115,8 2011 18 463 34,80 17,8 196,3 139,5 2012 19 463 37,24 18,7 221,5 163,9 2013 20 463 39,57 19,6 247,2 189,0

Cuadro N°16: Resultados del simulador Radiata para el Tratamiento 2.

TRATAMIENTO 2 Sin Manejo Con Manejo Edad (años) 6 20 0 0 0 0 Nº de árboles/ha 463 463 0 0 0 0 Abasal (m2/ha) 2,59 39,57 0 0 0 0 Increm. (m2/ha) 0 36,98 0 0 0 0 Altura dom. (m) 6,30 20,51 0 0 0 0 Vol.total (m3sc/ha) 5,10 253,4 0 0 0 0 IDR 4,12 36,75 0 0 0 0

Cuadro N°17: Diferencias según tipo de manejo para el Tratamiento 2.

TRATAMIENTO 2 1999 Sin Manejo

Con Manejo

Diferencia %

Edad (años) 6 20 0 0 0 Abasal (m2/ha) 2,59 39,57 0 0 0 Increm. (m2/ha) 0 36,98 0 -36,980 -100,00 Vol.total (m3sc/ha) 5,10 253,40 0 -253,40 -100,00 Vol. 10 0,40 247,20 0 -247,20 -100,00 Vol. 20 0 189,00 0 -189,00 -100,00

El tratamiento 2 no admite esquema de manejo pues su densidad a los 6 años

es menor a la cantidad de árboles remanentes del raleo (550 árb/ha). Por lo tanto, sólo

se consideran los resultados del crecimiento de volumen sin manejo.

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/60 E.3.3. Análisis de las proyecciones de volumen para el Tratamiento 3.

Cuadro N°18: Desarrollo del rodal con tratamiento 3 y raleo a los 6 años y medio.

Tratamiento 3 con manejo Año Edad Densidad Area

Basal Altura Volumen

10 Volumen

20 (arb/ha) (m2/ha) (m) (m3sc/ha) (m3sc/ha)

1999 6 1544 7,77 4,5 2,9 0 1999 6,06 1542 9,09 5,1 5,1 0 1999 6,06 550 4,87 6 4,2 0 2000 7 550 6,89 6,8 9,4 0 2001 8 550 9,22 7,9 18,1 0 2002 9 550 11,81 8,9 29,2 0,7 2003 10 550 14,54 10,0 42,7 3,3 2004 11 550 17,36 11,0 58,1 8,8 2005 12 550 20,21 12,0 75,1 18,2 2006 13 550 23,06 13,1 94,1 31,2 2007 14 550 25,89 14,1 114,8 47,5 2008 15 550 28,65 15,1 136,8 66,4 2009 16 550 31,35 16,0 159,9 87,4 2010 17 550 33,98 16,9 184,0 110,1 2011 18 550 36,51 17,8 209,2 134,1 2012 19 550 38,94 18,8 235,5 159,2 2013 20 550 41,28 19,7 262,3 185,0

Cuadro N°19: Desarrollo del rodal con tratamiento 3 sin manejo.

Tratamiento 3 sin manejo

Año Edad Densidad Area Basal

Altura Volumen 10

Volumen 20

(arb/ha) (m2/ha) (m) (m3sc/ha) (m3sc/ha) 1999 6 1544 7,77 4,5 2,9 0 2000 7 1540 10,31 5,6 7,3 0 2001 8 1536 13,02 6,5 13,8 0 2002 9 1531 15,85 7,5 24,6 0,2 2003 10 1527 18,74 8,4 37,4 0,7 2004 11 1522 21,66 9,4 52,3 1,6 2005 12 1516 24,58 10,3 70,2 3,6 2006 13 1511 27,47 11,3 90,0 6,7 2007 14 1505 30,32 12,1 111,4 10,9 2008 15 1499 33,1 13,1 134,7 16,7 2009 16 1493 35,82 14,0 159,5 23,9 2010 17 1487 38,45 14,8 185,3 32,8 2011 18 1481 40,98 15,6 211,9 43,3 2012 19 1474 43,42 16,5 239,9 55,1 2013 20 1468 45,76 17,3 268,5 68,4

Raleo a una densidad de 992 arb/ha, extracción de 4,23 m2/ha de área basal, y un volumen total de 0,9 m3/ha.

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/61

Cuadro N°20: Resultados del simulador Radiata para el Tratamiento 3.

TRATAMIENTO 3 Sin Manejo Con Manejo Edad (años) 6 20 6 6,06(R) 6,06 20 Nº de árboles/ha 1544 1468 1544 1542 550 550 Abasal (m2/ha) 7,77 45,76 7,77 9,09 4,87 41,28 Increm. (m2/ha) 0 37,99 0 1,32 0 33,51 Altura dom. (m) 6,43 20,86 6,43 7,10 7,1 20,86 Vol.total (m3sc/ha) 13,00 302,5 13,00 17,60 10,7 270,2 IDR 12,63 51,87 12,63 14,32 7,07 39,34

Cuadro N°21: Diferencias según tipo de manejo para el Tratamiento 3.

TRATAMIENTO 3 1999 Sin Manejo

Con Manejo

Diferencia %

Edad (años) 6 20 20 0 0 Abasal (m2/ha) 7,77 45,76 41,28 0 0 Increm. (m2/ha) 0 37,99 33,51 -4,48 -11,79 Vol.total (m3sc/ha) 13,0 302,50 270,20 -32,30 -10,68 Vol. 10 2,90 268,50 262,30 -6,20 -2,31 Vol. 20 0 68,40 185,00 116,60 170,47

En el tratamiento 3 se aplica un fuerte raleo a los seis años y medio, ya que

contaba con una alta densidad, esto influye en una fuerte baja del IDR (hasta 39%) a

los 20 años, liberando el crecimiento. A la edad de cosecha se observa un menor

volumen total y menor incremento del área basal con esquema de manejo, pero con

170% más de volumen de índice de utilización 20 cm, con mayor valor comercial. El

tratamiento 3 produce un 2 % menos de volumen con índice de utilización 10 cm, con

esquema de manejo respecto de sin esquema, es decir, sin esquema de manejo el

tratamiento 3 privilegia la producción de trozas con índice de utilización 10 cm, pero

con bajo valor comercial.

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/62 E.3.4. Análisis de las proyecciones de volumen para el Tratamiento 4.

Cuadro N°22: Desarrollo del rodal con tratamiento 4 y raleo a los 6 años y medio.

Tratamiento 4 con manejo Año Edad Densidad Area

Basal Altura Volumen

10 Volumen

20 (arb/ha) (m2/ha) (m) (m3sc/ha) (m3sc/ha)

1999 6 1573 12,18 5,4 10,1 0 1999 6,06 1570 13,53 6,0 14,4 0 1999 6,06 549 7,18 7,0 10,8 0 2000 7 549 9,32 7,7 18,1 0,2 2001 8 549 11,73 8,9 28,9 1,3 2002 9 549 14,37 10,1 42,6 4,1 2003 10 549 17,14 11,2 58,8 10,2 2004 11 549 19,99 12,4 77,1 19,6 2005 12 549 22,88 13,5 97,5 33,1 2006 13 549 25,76 14,6 120,1 50,1 2007 14 549 28,61 15,7 144,4 70,4 2008 15 549 31,4 16,8 170,1 93,1 2009 16 549 34,13 17,8 197,1 118 2010 17 549 36,77 18,9 225,3 144,5 2011 18 549 39,33 19,9 254,7 172,5 2012 19 549 41,78 20,8 284,8 201,5 2013 20 549 44,14 21,8 315,5 231,3

Cuadro N°23: Desarrollo del rodal con tratamiento 4 sin manejo.

Tratamiento 4 sin manejo Año Edad Densidad Area

Basal Altura Volumen

10 Volumen

20 (arb/ha) (m2/ha) (m) (m3sc/ha) (m3sc/ha)

1999 6 1573 12,18 5,4 10,1 0 2000 7 1568 14,77 6,5 18,2 0 2001 8 1564 17,53 7,5 29,5 0,4 2002 9 1559 20,39 8,6 43,8 1,3 2003 10 1553 23,31 9,6 60,6 3,1 2004 11 1548 26,27 10,6 79,9 5,9 2005 12 1542 29,22 11,7 102,1 9,9 2006 13 1536 32,14 12,6 126,1 15,9 2007 14 1529 35,02 13,6 152,3 23,4 2008 15 1523 37,83 14,6 180,2 33,1 2009 16 1516 40,57 15,6 209,5 44,2 2010 17 1509 43,22 16,5 239,8 57,1 2011 18 1502 45,78 17,4 271,2 72,0 2012 19 1494 48,24 18,3 304,1 88,3 2013 20 1487 50,60 19,2 337,4 106,1

Raleo a una densidad de 1021 arb/ha, extracción de 6,35 m2/ha de área basal, y un volumen total de 3,6 m3/ha.

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/63

Cuadro N°24: Resultados del simulador Radiata para el Tratamiento 4.

TRATAMIENTO 4 Sin Manejo Con Manejo Edad (años) 6 20 6 6,06(R) 6,06 20 Nº de árboles/ha 1573 1487 1573 1575 549 549 Abasal (m2/ha) 12,18 50,60 12,18 13,53 7,18 44,14 Increm. (m2/ha) 0 38,42 0 1,35 0 31,96 Altura dom. (m) 7,35 23,29 7,35 8,10 8,10 23,29 Vol.total (m3sc/ha) 25,10 374,1 21,1 31,60 10,80 323,9 IDR 18,18 56,37 18,18 19,78 9,66 41,51

Cuadro N°25: Diferencias según tipo de manejo para el Tratamiento 4.

TRATAMIENTO 4 1999 Sin Manejo

Con Manejo

Diferencia %

Edad (años) 6 20 20 0 0 Abasal (m2/ha) 12,18 50,60 44,14 0 0 Increm. (m2/ha) 0 38,42 31,96 -6,46 -16,81 Vol.total (m3sc/ha) 25,10 374,10 323,90 -50,20 -13,42 Vol. 10 10,10 337,40 315,50 -21,90 -6,49 Vol. 20 0 106,10 231,30 125,20 118,00

En el tratamiento 4 se aplica un fuerte raleo a los seis años y medio debido a la

fuerte densidad que poseía, de 1573 a 549 plantas por hectárea, disminuyendo el IDR

a un 41% a los 20 años. Se observa que a la edad de cosecha hay un 16% de

incremento del área basal y 14% más de volumen total sin aplicar esquema de

manejo, produciendo un 7% más de volumen con índice de utilización 10 cm. Sin

embargo, la aplicación de esquema de manejo favorece en 118% el aumento de

volumen con índice de utilización 20 cm, de mayor valor comercial.

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/64 E.3.5. Comparación de las proyecciones de volumen entre tratamientos. Cuadro N° 26: Volumen al final de la edad de rotación por tratamiento entregado por

simulador.

Sin Manejo Con Manejo TRATAMIENTO TRAT 1 TRAT 2 TRAT 3 TRAT 4 TRAT 1 TRAT 2 TRAT 3 TRAT 4Vol.total (m3sc/ha) 265,7 253,4 302,5 374,1 258,6 - 270,2 323,9 Vol. 10 254,1 247,2 268,5 337,4 250,9 - 262,3 315,5 Vol. 20 135,6 189 68,4 106,1 176,3 - 185 231,3

Los mayores aumentos de volumen total se producen en los tratamientos 3 y 4,

los cuales presentaron mayor sobrevivencia y por ende mayor densidad, a la vez, con

un raleo se privilegia la producción de árboles con mayor diámetro y esto se refleja en

el mayor volumen de índice de utilización 20 cm. Sin esquema de manejo se produce

mayor volumen de índice de utilización 10 cm, aunque con mínimas diferencias con el

volumen del mismo diámetro producido con esquema de manejo. Por lo tanto el gran

efecto de la aplicación del esquema de manejo radica en la mayor producción de

trozas con diámetro mínimo 20 cm. El tratamiento 2, a la cual la simulación no le aplica

esquema de manejo, presenta proyecciones de volumen similares a los tratamientos

con manejo, debido a que su densidad era similar a la remanente luego de efectuar un

raleo, por lo que su crecimiento sigue la misma tendencia de los tratamientos que

tuvieron manejo.

Figura N° 1: Proyecciones de volumen al final de la edad de rotación.

Proyecciones de volumen a los 20 años según tratamiento y manejo

0

100

200

300

400

Vol. Total Vol. 10 Vol. 20

Volúmenes

m3 sc

/ha

T 1 S/M T 2 S/M T 3 S/M T 4 S/M T 1 C/M T 2 C/M T 3 C/M T 4 C/M

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/65 E.3.6. Proyección de volumen según índice de utilización.

A continuación se presentan las proyecciones de volumen a la edad de

cosecha entregadas por el simulador, según esquema de manejo.

Cuadro N°27: Volumen con Indice de Utilización 10 en rodal con manejo, por

tratamiento.

Volumen 10 (m3sc/ha) Año T0 T1 T2 T3 T4 1999 0 0,6 0 2,9 10,1 1999 0 2,1 0 5,1 14,4 1999 0 2,0 0 4,2 10,8 2000 0 7,3 0 9,4 18,1 2001 0 15,9 0 18,1 28,9 2002 0 26,8 0 29,2 42,6 2003 0 39,8 0 42,7 58,8 2004 0 54,5 0 58,1 77,1 2005 0 70,8 0 75,1 97,5 2006 0 89,2 0 94,1 120,1 2007 0 109,0 0 114,8 144,4 2008 0 130,1 0 136,8 170,1 2009 0 152,3 0 159,9 197,1 2010 0 175,4 0 184.0 225,3 2011 0 199,9 0 209,2 254,7 2012 0 225,2 0 235,5 284,8 2013 0 250,9 0 262,3 315,5

Cuadro N°28: Volumen con Indice de Utilización 20 en rodal con manejo, por tratamiento.

Volumen 20 (m3sc/ha)

Año T0 T1 T2 T3 T4 1999 0 0 0 0 0 1999 0 0 0 0 0 1999 0 0 0 0 0 2000 0 0 0 0 0,2 2001 0 0 0 0 1,3 2002 0 0,6 0 0,7 4,1 2003 0 3,1 0 3,3 10,2 2004 0 8,0 0 8,8 19,6 2005 0 17,1 0 18,2 33,1 2006 0 29,4 0 31,2 50,1 2007 0 45,0 0 47,5 70,4 2008 0 62,9 0 66,4 93,1 2009 0 83,0 0 87,4 118,0 2010 0 104,5 0 110,1 144,5 2011 0 127,5 0 134,1 172,5 2012 0 151,6 0 159,2 201,5 2013 0 176,3 0 185,0 231,3

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/66

Los Cuadros 27 y 28 muestran las proyecciones de volumen de los rodales con

aplicación de esquema de manejo. Se aprecia que el tratamiento 4 presenta un

desarrollo notablemente superior de volumen con índice de utilización 10 y 20 cm a lo

largo del período de rotación. Así también las curvas de los tratamientos 1 y 3 tienden

a ser coincidentes para ambos índices.

Los Cuadros 29 y 30 muestran las proyecciones de volumen de los rodales sin

manejo.

Cuadro N°29: Volumen con Indice de Utilización 10 en rodal sin manejo, por tratamiento.

Volumen 10 (m3sc/ha)

Año T0 T1 T2 T3 T4 1999 0 0,6 0,4 2,9 10,1 2000 0 4,5 4,5 7,3 18,2 2001 0 12,6 13,1 13,8 29,5 2002 0 23,8 24,1 24,6 43,8 2003 0 37,5 36,9 37,4 60,6 2004 0 53,1 51,4 52,3 79,9 2005 0 70,1 67,9 70,2 102,1 2006 0 88,8 86,1 90,0 126,1 2007 0 109,3 105,7 111,4 152,3 2008 0 131,0 126,6 134,7 180,2 2009 0 153,7 148,6 159,5 209,5 2010 0 177,4 172,0 185,3 239,8 2011 0 202,1 196,3 211,9 271,2 2012 0 227,8 221,5 239,9 304,1 2013 0 254,1 247,2 268,5 337,4

Cuadro N°30: Volumen con Indice de Utilización 20 en rodal sin manejo, por

tratamiento.

Volumen 20 (m3sc/ha) Año T0 T1 T2 T3 T4 1999 0 0 0 0 0 2000 0 0 0 0 0 2001 0 0 0 0 0,4 2002 0 0 0,2 0,2 1,3 2003 0 0,6 2,1 0,7 3,1 2004 0 2,1 8,6 1,6 5,9 2005 0 6,3 19,5 3,6 9,9 2006 0 12,9 34,2 6,7 15,9 2007 0 23,1 51,9 10,9 23,4 2008 0 36,1 71,8 16,7 33,1 2009 0 52,0 93,1 23,9 44,2 2010 0 70,2 115,8 32,8 57,1 2011 0 90,4 139,5 43,3 72,0 2012 0 112,3 163,9 55,1 88,3 2013 0 135,6 189,0 68,4 106,1

Page 74: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/67

Las proyecciones de volumen con índice de utilización 10 cm de los

tratamientos 1, 2 y 3 presentan curvas de crecimiento similares con valores cercanos a

la edad de cosecha. Sin embargo, la curva de crecimiento del tratamiento 4 es

superior a las anteriores. El índice de utilización 20 cm del tratamiento 2 supera

ampliamente a los tratamientos 1, 4 y 3, que le siguen en orden decreciente.

Los Cuadros 31 y 32 muestran las proyecciones de volumen total sin y con

esquema de manejo.

Cuadro N°31: Volumen total en rodal sin manejo, por tratamiento.

Volumen total (m3sc/ha) Año T0 T1 T2 T3 T4 1999 0 7,3 5,1 13,0 25,12000 0 14,3 11,3 22,2 37,32001 0 23,7 19,6 33,0 51,42002 0 34,8 30,2 46,6 68,72003 0 48,6 42,9 62,0 87,82004 0 64,0 57,2 79,5 109,52005 0 81,1 73,7 99,2 133,42006 0 99,8 92,0 120,2 158,72007 0 120,4 111,6 142,5 185,92008 0 142,1 132,5 166,9 214,72009 0 165,0 154,6 192,3 244,82010 0 188,7 178,1 218,6 275,82011 0 213,5 202,5 245,4 307,42012 0 239,3 227,6 273,7 340,62013 0 265,7 253,4 302,5 374,1

Cuadro N°32: Volumen total en rodal con manejo, por tratamiento.

Volumen total (m3sc/ha) Año T0 T1 T2 T3 T4 1999 0 7,3 0 13,0 25,11999 0 10,7 0 17,6 31,61999 0 9,0 0 10,7 18,22000 0 14,6 0 16,6 25,22001 0 23,1 0 25,4 36,22002 0 33,9 0 36,5 50,12003 0 46,8 0 49,9 66,32004 0 61,5 0 65,3 84,72005 0 77,9 0 82,4 105,22006 0 96,3 0 101,4 127,92007 0 116,2 0 122,2 152,42008 0 137,4 0 144,3 178,12009 0 159,7 0 167,5 205,22010 0 182,9 0 191,7 233,42011 0 207,5 0 217 262,92012 0 232,8 0 243,3 293,12013 0 258,6 0 270,2 323,9

Page 75: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/68

Se observa que la proyección de volumen total sin aplicar esquema de manejo

es mayor en el tratamiento 4, siguiéndole los tratamientos 3, 1 y 2 en orden

decreciente.

El tratamiento 4 presenta una mayor proyección de volumen total cuando se

aplica el esquema de manejo. Los tratamientos 1 y 3 tienen curvas similares, pero muy

por debajo del tratamiento 4.

Page 76: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/69 E.4 Determinación de efectos de cada tratamiento en la rentabilidad económica:

A continuación se presentan los resultados del cálculo de Valor Presente Neto

y la Tasa Interna de Retorno para cada tratamiento según volumen de madera

producido por índice de utilización, de acuerdo a la proyección del simulador Radiata.

Como el tratamiento testigo T0 presentó una sobrevivencia nula, no hay un

valor de VPN con los cuales compararlo ni para obtener un volumen mínimo de

producción que pague los costos de aplicación de tratamientos.

Se proyectó el flujo de ingresos a la edad de rotación en un escenario probable

de acuerdo a los siguientes supuestos: (1) tasa de actualización de 10%, valor que

representó el costo de capital propio; (2) un precio de mercado de la madera en pie a

la edad de rotación de $12.000 el metro cúbico, valor ponderado entre las

proporciones de madera aserrable y pulpable; (3) costo por control de malezas en taza

de $15.000.- por hectárea, costo promedio de subsolado a 60 cm de profundidad de

$60.000.- por hectárea, y costo de fertilización de $25.000.- por hectárea; (4) gastos

de administración anual de $8.000.- por hectárea; (5) rotación a los 20 años.

Los resultados del cálculo de VPN y TIR para cada tratamiento se muestran en

el cuadro 53:

Cuadro N°53: Valores de VPN y TIR según tratamiento y tipo de manejo. Vol 10 con raleo Vol 10 sin raleo Vol 20 con raleo Vol 20 sin raleo

Trat VPN TIR VPN TIR VPN TIR VPN TIR

T1 $340.105,09 20,00% $345.135,64 20,05% $232.567,82 18,07% $53.920,48 16,25%

T2 ($153.108,51) - $287.827,95 16,92% ($153.108,51) - $212.108,88 15,69%

T3 $330.858,49 18,06% $335.821,26 17,99% $214.379,42 16,06% ($10.934,60) 9,47%

T4 $419.041,54 18,54% $433.719,81 18,22% $278.848,02 16,30% $36.915,65 11,28%

Para el tratamiento 1 se observa que el mayor valor de VPN es $345.135 y se

da en la producción de Volumen 10 sin aplicación de raleo, con una TIR de 20,05%.

Sin embargo hay una diferencia mínima de $5.030.- en el VPN respecto del Volumen

10 con aplicación de raleo, y de 0,05% en la TIR.

Para el tratamiento 2, al cual no se le aplicó raleo por su baja densidad, el

mejor VPN fue de $287.827 con una TIR de 16,92%, y corresponde al Volumen 10 sin

raleo.

Para el tratamiento 3, el mejor VPN fue para el Volumen 10 sin manejo,

correspondiente a $335.821, con una TIR de 17,99%, pero con una mínima diferencia

de $4.063.- en el VPN y 0,07% en la TIR, con el Volumen 10 aplicando raleo.

Para el tratamiento 4, se obtiene el mejor VPN de $433.719 con una TIR de

18,22%, para el volumen 10 sin aplicación de raleo. Este es la mejor rentabilidad que

Page 77: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/70 se obtiene de todos los tratamientos. También existe un delta pequeño en el VPN

respecto del volumen 10 con raleo, el cual es de $14.678.- y de 0,32% en la TIR.

El tratamiento 2, con uno de los más bajos índices de prendimiento, generó un

gran volumen con índice de utilización 20, debido a su baja densidad, aproximándose

a los valores de los tratamientos más exitosos, como el 3 y 4. Sin embargo, los valores

de VPN muestran que no es rentable, obviamente porque al tener mayor inversión y

menor sobrevivencia, no justifica realizarlo. El tratamiento 2 presenta las más baja TIR

entre todos, después de los valores de volumen 20 para T3 y T4.

También se observa que la producción de volumen 20 sin raleo con los

tratamientos 3 y 4, presentan un bajo VPN y una baja TIR, indicando con esto que

para una plantación de pino insigne en este sitio debe esperarse que los retornos sean

generados por volúmenes de madera con índice de utilización 10, pero no con índices

de utilización 20. Es decir, que no es conveniente realizar la inversión que requieren

los tratamientos 3 y 4 si se desea obtener madera con índice de utilización 20, pues no

se justifica financieramente en el escenario propuesto.

Estos antecedentes indican que, en general los retornos se aseguran con la

producción de trozas con diámetro 10, cualquiera sea el tratamiento. Sin embargo,

para lograr el mejor aprovechamiento de los recursos deben aplicarse las tres técnicas

mencionadas en este estudio.

En general, los valores obtenidos de VPN indican que siempre se deben aplicar

tratamientos silviculturales en la plantación de pino insigne en arenales, para tener una

rentabilidad positiva. A la vez, la plantación sin efectuar algún tipo de tratamiento no

prenderá provocando la pérdida de toda la inversión.

Page 78: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/71 E.5. Discusión de resultados para cada tratamiento.

Para realizar la evaluación de los efectos de los tratamientos en la

sobrevivencia y el crecimiento, se analizaron los datos correspondientes al cuarto año

(1997) y el sexto año (1999). Se consideró que para el primer análisis las conclusiones

apuntaron a los efectos en la sobrevivencia puesto que aun se observaron variaciones

en esta variable, manifestando cierta inestabilidad de las plantas, además, presentaron

dimensiones menores de altura y diámetro. Para el análisis al sexto año de

crecimiento, la sobrevivencia ya se ha estabilizado en porcentajes fijos, permitiendo

proyectar los resultados hasta el final de la rotación.

Al analizar el desarrollo de las plantas, medido a través del incremento del

factor de productividad se apreció el efecto de la mayor tecnología aplicada a los

tratamientos, es decir, reflejaba mejor las diferencias de crecimiento por tratamiento en

los primeros años. El factor de productividad (DAC2*Altura), se llevó a la hectárea

mediante la ponderación del factor de productividad por la sobrevivencia (Biomasa/ha)

y correspondió al valor relativo por árbol ponderado por la densidad de plantación

(Sandoval, 1997). El tratamiento testigo T0, presentó sobrevivencia nula al segundo año, a

diferencia de los demás tratamientos, por lo que cualquier análisis comparativo con el

testigo resulta positivo, confirmando que la preparación del sitio es fundamental en

este suelo arenoso.

El tratamiento 1 o T1, al cual se le aplicó fertilización y control de maleza sin

preparación de suelo, presentó buena sobrevivencia inicial, con un 78%, pero que

disminuyó en el cuarto año a un 43%. No se diferencia significativamente con los

tratamientos 2, 3 y 4 en las variables Diámetro de Cuello (DAC) y Altura al cuarto año.

A su vez, las variables Biomasa y Factor de Productividad no presentaron diferencias

significativas con los tratamientos 0, 2 y 3 al cuarto año. Del cuarto al sexto año de

crecimiento, el tratamiento 1 se mantiene sin diferencias significativas en la variable

Altura con los tratamientos 2, 3 y 4. Para la variable Diámetro Altura del Pecho (DAP),

no hay diferencias significativas con los tratamientos 2 y 4 en el sexto año. Las

variables Area Basal y Volumen no presentan diferencias significativas con los

tratamientos 0, 2 y 3. Ya al sexto año se evidencia menor crecimiento de biomasa o

volumen que el tratamiento 4, al cual se le aplicaron todos los tratamientos

silviculturales.

En cuanto a las proyecciones de volumen para la edad de cosecha y aplicando

raleo a los seis años y medio como parte del esquema de manejo, los resultados de la

simulación indican que el volumen total es mayor sólo un 3% si no se efectúa raleo

respecto de que sí se realizara. En tanto, si no se aplica el esquema de manejo, las

variables Area Basal y Volumen con índice de utilización 10 cm, ("Volumen 10") son

Page 79: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/72 superiores en 1% que si se realizara manejo. Por lo tanto, se visualiza una mínima

diferencia porcentual para las variables mencionadas al aplicar o no el manejo. Sin

embargo, un importante aumento de Volumen con índice de utilización 20 cm

("Volumen 20") se logra realizando el raleo, alcanzando a 30% más que cuando no se

efectúa. Entonces, la aplicación de un esquema de manejo se justifica para la

producción de trozas con diámetro mínimo 20 cm, de mayor valor comercial que trozas

de 10 cm de diámetro. En relación con los restantes tratamientos, el "Volumen 10" y

"Volumen 20", así como el Volumen Total obtenido con manejo en T1, es similar al

obtenido a T3, pero en cantidades muy inferiores al T4. Según esto, resulta el mismo

efecto en la producción volumétrica al dejar de aplicar uno de los tres tratamientos

silviculturales del ensayo, ya sea la preparación de suelo en el caso de T1, o la

fertilización, para T3. El "Volumen 10" y el Volumen Total del T1, obtenidos ambos sin

manejo, logran niveles similares a los del T2, pero muy por debajo de la producción de

T4. Sólo la producción de "Volumen 20" sin manejo logra ser la segunda más

importante, bajo la obtenida por T2. Esto puede explicarse por que en esta situación

los rodales con mayor mortalidad al cuarto año, crecerían con una menor densidad,

favoreciendo mayores diámetros, como sería el caso de T1 y T2.

El tratamiento T2, al cual se le aplicó preparación de suelo, fertilización, sin

control de malezas, presentó la menor sobrevivencia al cuarto año, llegando al 25%

de la densidad inicial, mostrando la trascendencia del control de maleza en el

establecimiento de la plantación. Al cuarto año, T2 no presentó diferencias

significativas con T1 y T3 en las variables DAC y Altura. Para Biomasa no hubo

diferencias significativas con T0 y T1 y para Factor de Productividad tampoco hubo

diferencias significativas con T0, T1 y T3, lo que se puede interpretar como que al

englobar dentro de sus cálculos DAC con Altura, y resultando con valores inferiores al

máximo del ensayo que es T4, indica que el desarrollo inicial no es óptimo, por la

carencia en este caso de algún tratamiento. Al sexto año de crecimiento no hubo

diferencia significativa para DAP entre T2 y T1, T3 y T4, para Altura entre T2 y T3 y

T1. Con T1 presenta en común la menor densidad, lo que permite mayor crecimiento

en diámetro, y T3 y T4, tienen gran crecimiento por su buena sobrevivencia, lo que

demuestra mejores condiciones de adaptación y con el consiguiente aumento

diametral. La variable Area Basal no presenta diferencias significativas con T1 y T0.

Esta tendencia de menor Area Basal se debe a que se pondera por la sobrevivencia,

que es baja, por eso no se acerca a los valores máximos que entrega T4. La variable

Volumen no presenta diferencias significativas con T0, T1 y T3, debido a que están

muy por debajo de la estimación de volumen para T4. Como el T2 presenta una baja

densidad al sexto año, incluso menor al remanente del raleo, su análisis se remite sólo

a la proyección de volumen a la edad de cosecha sin aplicar esquema de manejo. Así,

Page 80: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/73 se obtiene la menor cantidad de "Volumen 10" sin manejo similar al producido por T1,

y muy inferior al de T4, y la menor producción de Volumen Total sin manejo. Sin

embargo, resulta la mayor producción de "Volumen 20" sin manejo, explicado en parte

por crecer en las mismas condiciones que un rodal con manejo, los cuales producen

las máximas cantidades de "Volumen 20".

El tratamiento 3, con preparación del suelo, control de maleza y sin fertilización,

no presenta diferencia significativa con T4 en la variable Sobrevivencia (94%), siendo

ambos los tratamientos que mostraron el porcentaje más exitoso de establecimiento, al

cuarto año. Esto indica que subsolado y control de malezas influyen mayormente en la

etapa de establecimiento. Al cuarto año no existen diferencias significativas en las

variables DAC y Altura entre los tratamientos T3 y T1, T2 y T4, para la variable

Biomasa no hay diferencias con T1 y para Factor de productividad no existen

diferencias con T2 y T1. Esto último indica que ya se nota una productividad menor

que T4, al tener valores inferiores por el menor DAC. Al sexto año no existen

diferencias significativas para DAP entre T3 y T4, y tampoco entre T3 y T1, T2 y T4

para Altura. Sin embargo, T4 presenta valores superiores, provocando que al estimar

la variable Area Basal, T3 no se diferencie significativamente de T1 y, en Volumen, T3

no se diferencie de T0, T1 y T2, dando valores también alejados del máximo. Esto

indica que, a pesar de tener una alta sobrevivencia inicial, la ausencia de fertilización

influye en el menor crecimiento posterior de la plantación. El incremento de Area Basal

a los 20 años es 11% mayor en rodal sin manejo que en el que no se aplica manejo.

Asimismo, la proyección de Volumen total al final de la edad de rotación, es mayor en

10% en rodal donde no se efectúa raleo, y el "Volumen 10" es 2% mayor cuando no se

aplica manejo. Sin embargo, el efecto más notable de la aplicación de esquema de

manejo es en la producción de "Volumen 20", donde se supera por 170% al rodal no

manejado. A pesar de esto no se alcanza el nivel del máximo como en T4,

deduciéndose que es efecto de la ausencia de fertilización. Las proyecciones de

"Volumen 10" con manejo y "Volumen 20" con manejo de T3 son similares a T1, pero

muy inferiores a T4. La proyección de "Volumen 10" sin manejo es levemente superior

a T1 y T2, pero, coincidiendo en que se le aplican dos tratamientos solamente, y

quedando muy por debajo de T4. El menor valor se produce en "Volumen 20" sin

manejo, siendo una producción muy por debajo de T4, T3 y T2, debido a que sin

manejo la competencia es mayor, por la alta densidad, produciendo trozas con

diámetros pequeños.

El tratamiento 4 con preparación de suelo, control de maleza y fertilización,

presenta una alta sobrevivencia inicial, de un 91%, levemente menor que la de T3

(94%), al cuarto año. No hay diferencias significativas con T1 y T3 para DAC y Altura.

Al sexto año no hay diferencias significativas para DAP con T1, T2 y T3, y con T1 y T3

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/74 para Altura. Los valores de Biomasa y Factor de productividad para el cuarto año, así

como Volumen y Area Basal para el sexto, son muy superiores a los demás

tratamientos, con los que existen diferencias significativas. Esto se explica por la

sinergia entre los tres tratamientos de plantación que permiten un óptimo de

crecimiento en este tipo de sitio. La no existencia de diferencias significativas entre T1,

T2, T3 y T4 para la variable DAC al cuarto año, indica que esta no es un buena

variable predictora del crecimiento por sí sola. El incremento de Area Basal es de 16%

cuando no se aplica esquema de manejo en T4. La producción de Volumen total es

13% mayor sin manejo y la de "Volumen 10" es 6% mayor sin manejo que con manejo.

Sin embargo, se produce un 118% más de "Volumen 20" aplicando manejo que sin

realizarlo. Respecto de los demás tratamientos, se obtienen valores de "Volumen 10"

sin manejo, "Volumen 10" con manejo, "Volumen 20" con manejo, Volumen total con y

sin manejo, muy superiores al resto. Sólo es superado por el "Volumen 20" sin manejo

de T1 y T2, explicado por la mayor altura de estos rodales al sexto año y su mayor

DAP, por la menor densidad. También indica que cualquier tratamiento va a favorecer

el establecimiento inicial y la altura durante el crecimiento en mayor o menor medida.

El tratamiento 4 otorga mejor rentabilidad que el resto pues produce más

volumen de madera con índice de utilización 10, obteniendo el mejor VPN y a una TIR

que es 8 puntos mayor que la exigida por la Tasa Alternativa de Retorno (10%).

También, el tratamiento 3 tiene una productividad de volumen 10 que genera retornos

sólo un poco menores al T4, con prácticamente la misma TIR. Las técnicas

silviculturales aplicadas que tienen en común tanto T3 como T4 es el subsolado y el

control de malezas, las que demuestran tener un efecto sinérgico. La producción de

volumen 20, con mayor valor comercial, no justifica por sí sola la inversión para aplicar

subsolado, control de malezas y fertilización simultáneamente, debido al bajo valor del

VPN y la TIR (16%).

La aplicación de raleo a los seis años y medio no genera aumentos importantes

en el VPN del volumen 10 para el tratamiento 4, por lo que si se deja de realizar no

influye en dejarle la mayor rentabilidad por sobre los demás tratamientos. No ocurre lo

mismo con el raleo aplicado para la producción de volumen 20 en el tratamiento 4, el

cual influye fuertemente. Sin embargo, como la producción del volumen 20 no genera

la mayor rentabilidad, el raleo como esquema de manejo pierde importancia también.

Por lo tanto, la plantación de pino insigne en arenales en la que se aplican el

subsolado, el control de malezas y la fertilización, genera la mejor productividad de

volumen 10 y la mayor rentabilidad entre los tratamientos evaluados en este estudio.

Page 82: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/75

F. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.

• La aplicación de silvicultura intensiva en una plantación de pino insigne en suelo

arenoso, utilizando los métodos de subsolado, control de malezas y fertilización,

presenta los mejores resultados de establecimiento y proyección de volumen de

este ensayo.

• La combinación de al menos subsolado con control de malezas en la plantación de

pino insigne en suelo arenoso garantiza un buen establecimiento. La aplicación

separada de estas actividades no asegura por sí sola la sobrevivencia inicial de las

plantaciones.

• El control de maleza post plantación permite asegurar el desarrollo de las

plántulas, debido al tipo de vegetación que crece en el sector y que compite por los

nutrientes escasos en este tipo de suelo. El tratamiento en el cual no se aplicó

control de malezas presentó una sobrevivencia de solo un 25%.

• El prendimiento de la plantación en suelo arenoso se asegura realizando alguna

combinación de técnicas silviculturales. En el tratamiento testigo, en el cual no se

realizó subsolado, control de malezas ni fertilización la mortalidad fue de 100%.

• La mejor rentabilidad, de acuerdo a un determinado escenario, se genera en el

Tratamiento 4, puesto que proyectó el mayor volumen con índice de utilización 10

a la edad de rotación, lo que permite tener el mayor VPN y la mejor TIR entre los

restantes tratamientos. Sin embargo, para este mismo tratamiento, la proyección

de volumen con índice de utilización 20 a la edad de rotación no justifica la

inversión financiera para aplicar silvicultura intensiva.

• Según lo anterior, en este ensayo la aplicación de raleo en el tratamiento 4 no

influye en la obtención de una mayor rentabilidad, por lo que se puede prescindir

del manejo en este sitio.

• Pueden realizarse más ensayos combinando los mismos factores pero variando las

dosis y tipos de fertilizantes o herbicidas, para determinar efectos en la

sobrevivencia y en el desarrollo de plantaciones de pino en suelo arenoso.

Page 83: UNIVERSIDAD DE CHILE - tesis. · PDF fileLa mejor rentabilidad la genera el tratamiento T4 al proyectar el volumen con índice de utilización 10 a la edad de rotación. Sin embargo,

/76

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