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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUADALAJARA

Modelo Educativo

Septiembre de 2007

Copyright © 2007. Esta obra y las características de la misma, son propiedad de la Universidad Autónoma de Guadalajara A.C.

Guadalajara, Jalisco, México. 1



Lic. Antonio Leaño Álvarez del Castillo

Rector Vitalicio

Lic. Antonio Leaño Reyes

Rector

Dr. Néstor Velasco Pérez

Vicerrector Académico

Dra. Gabriela Garibay Bagnis

Coordinadora General Académica

Dra. Herminia Ruvalcaba Flores

Directora de Innovación y Desarrollo Curricular



COORDINACIÓN GENERAL ACADÉMICA

DIRECCIÓN DE INNOVACIÓN Y DESARROLLO CURRICULAR

Coordinación General

Dra. Gabriela Garibay Bagnis

Coordinación del Proyecto

Dra. Herminia Ruvalcaba Flores

Colaboradores Lic. David Alejandro Ornelas Gutiérrez

Lic. Guadalupe Yazmín Ontiveros Murguía Lic. Margarita Ramos Rodríguez Lic. Claudia Rocío Velasco Meza

Diseño Gráfico

MSC. Luis Ham Aburto



MODELO EDUCATIVO UAG

Introducción 5

PRIMERA PARTE 8

Ideario educativo I. Concepciones Filosóficas y Pedagógicas 9

II. Misión, Visión y Fines de la Universidad Autónoma De Guadalajara 17

SEGUNDA PARTE 25

Modelo académico III. Dimensión curricular: Modelo curricular institucional 25

IV. Dimensión pedagógica: Modelo pedagógico centrado en el aprendizaje 51



INTRODUCCIÓN

El contenido del presente documento está organizado en dos grandes apartados: el

primero tiene que ver con el ideario educativo y el segundo, con el modelo académico.

El Ideario contiene las convicciones que la Universidad posee en relación con lo que es

la educación y los fines que se persiguen con ella. El Ideario representa las principales

líneas del pensamiento de la institución, y es el punto de partida para el diseño,

aplicación y desarrollo del modelo educativo institucional, pues en el futuro será el

sustento de las actividades de los funcionarios, docentes y estudiantes que participan

en el proceso educativo.

El Ideario está dividido, a su vez, en dos partes; la primera considera las concepciones

filosóficas y pedagógicas que sustentan el Modelo Educativo. En este apartado se

presentan las siguientes concepciones: concepto de hombre, concepción de la

educación, los fines educativos , concepto de educador y de educando, definición de

universidad, así como los conceptos de enseñanza y de aprendizaje. La observación y

el ordenamiento de estos conceptos marcarán la esencia y el espíritu del proceso de

formación que se desarrolla en la Universidad Autónoma de Guadalajara. En la

segunda parte del Ideario se presenta la misión, visión y fines de la Universidad

Autónoma de Guadalajara; en este apartado se manifiesta la razón de ser de la

institución, los fines , creencias y postulados en los que basa su quehacer.

El Ideario educativo está basado en las ideas de los autores que han plasmado el

pensamiento de la UAG, en diferentes documentos que representan el sustento de este

trabajo.

El segundo apartado, está conformado por el Modelo Académico de la Universidad

Autónoma de Guadalajara, el cual contempla dos dimensiones: la curricular y la

pedagógica. En la dimensión curricular se parte de la idea de que el currículo es



entendido como un plan diseñado para orientar la actividad académica. En esta parte

del documento se describen los principios generales sobre el diseño curricular en la

UAG; la estructura curricular: las etapas, las áreas y los ejes de formación, el sistema

de créditos y las estrategias curriculares. Dentro de la dimensión pedagógica del

Modelo Académico, se describe propiamente lo que es el Modelo Pedagógico centrado

en el aprendizaje. El modelo está fundamentado en el Ideario institucional: sus

principios y valores, así como su misión y visión, en la teoría pedagógica y en el

currículo. En este apartado se describe lo que es la formación integral, lo que es el

proceso enseñanza aprendizaje, de acuerdo con el paradigma centrado en el

aprendizaje y, desde esta perspectiva, se definen el rol del profesor y del alumno;

también se describen los lineamientos didácticos generales que servirán de base para

el desarrollo del modelo pedagógico de cada programa académico.

Es importante mencionar que el Modelo Académico se trata de una propuesta; como

tal, es un documento en proceso, resultado del trabajo de un equipo, pero falta su

perfeccionamiento mediante el análisis y la discusión del Modelo por las autoridades

educativas institucionales.

Es necesario precisar que el documento no contiene las estrategias detalladas para su

implementación, sin embargo, de manera colateral, se están desarrollando algunas

acciones necesarias para ello, señalándose que esta implementación deberá ser

gradual y en conjunto con las Unidades Académicas, además para la puesta en marcha

es necesario integrar la opinión de las autoridades en una versión acabada del Modelo.

Otro aspecto que es importante señalar es el relativo a la diversidad de estrategias

posibles. El modelo educativo presenta un plan general de acción, pero en cada una

de las Unidades Académicas este plan asumirá tiempos y formas diferentes, debido a

que cuentan con una gran oferta de programas de estudio con temáticas variadas. Esta

consideración permitirá recuperar la riqueza de la experiencia y la diversidad de

condiciones y características de cada unidad académica y de cada programa en

particular.

Figura 1. Elementos del Modelo educativo UAG





PRIMERA PARTE

IDEARIO EDUCATIVO DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUADALAJARA

La educación no es tan solo una idea sino un hecho. Se trata de un proceso, de un

desarrollo cuidadoso, guiado, conducido del ser humano, del ser humano trascendente,

encaminado a realizar el ideal de la plenitud de la mejor manera posible, alcanzando el

logro factible de la perfección que le es propia al hombre. Se requiere, por tanto,

encaminar al educando a través de una acción intencional hacia la plenitud de la

formación armónica mediante el acto educativo.

Cada institución educativa realiza su labor de acuerdo con un proyecto educativo

particular, el cual se fundamenta en lo que la institución concibe y define como

educación, los fines educativos, los papeles que deben desempeñar los maestros y los

alumnos en el proceso educativo, así como el que corresponde a la misma institución,

entre otros aspectos que se integran en su Modelo Educativo.

El Modelo Educativo UAG está conformado por su ideario educativo y el modelo

académico institucional. El Ideario expresa las convicciones que la Universidad posee

en relación con lo que es la educación, define las principales líneas del pensamiento

educativo y se considera el punto de partida para la elaboración, establecimiento y

desarrollo del Modelo Académico, con el fin de que sea el sustento de la acción de los

funcionarios, docentes y estudiantes que participan en las actividades académicas. De

esta manera, el conocimiento del Ideario por todos estos grupos recobra un aspecto de

primera magnitud.



El apartado que expresa el Ideario de la Universidad Autónoma de Guadalajara

constituye la primera parte de su Modelo Educativo y está organizado en dos

secciones. En la primera sección, el Ideario presenta las concepciones filosóficas y

pedagógicas del Modelo Educativo institucional, con el apoyo de citas y referencias a

textos que consideramos como clásicos. En la segunda sección se concentran las

definiciones de la Misión y la Visión de la Universidad, así como el perfil que

pretendemos lograr construir en nuestros egresados.

I. CONCEPCIONES FILOSÓFICAS Y PEDAGÓGICAS

El Modelo Educativo de la Universidad Autónoma de Guadalajara tiene su fundamento

teórico en la Filosofía Perenne y en la Pedagogía Católica. Estos fundamentos se

manifiestan en los escritos de quienes han definido los conceptos esenciales para

identificar el pensamiento educativo de la UAG y que en estos momentos representan

la base fundamental para definir el Modelo Educativo.

Concepciones sobre el Hombre

El Dr. Luis Garibay, (1998) educador distinguido, durante su gestión como

rector de la UAG (1957-1999) produjo importantes documentos que

expresan el pensamiento educativo con el que la institución se encuentra

comprometida. El Doctor afirmaba que: “La educación nació con el hombre

y su vida social. El modo de conceptuar, organizar y operar cualquier

esfuerzo educativo debe estar condicionado por su concepto de la

naturaleza humana y de la realidad circundante. Cualquier teoría educativa,

cualquier método o técnica educativos serán tan correctos y buenos, como

correcta sea su definición del hombre y pertinentes a tal naturaleza sus

resultados prácticos y morales. En consecuencia, la única base firme para



edificar una definición de propósitos educativos debe de ser el concepto que

el proponente tenga del hombre y de su relación con el universo”.

El Dr. Alberto Caturelli, 1982, por su parte menciona que el punto de partida

para comenzar a hablar sobre educación integral, es explicar lo que

esencialmente es el hombre, considerando su estructura entitativa: “ El

hombre no es ni cuerpo, ni espíritu puros, sino la unidad plena de ambos. En

cuanto tal, el espíritu vivifica y espiritualiza el cuerpo y el cuerpo es, él

mismo, manifestación y signo de la actividad del espíritu. En terminología

clásica, es la unión sustancial alma- cuerpo, y, por eso, el hombre es aquella

unidad y no sus constitutivos aisladamente considerados. El cuerpo, en

cuanto materia del hombre, es causa porque no es mera materia inerte sino

dispositivamente ordenada el espíritu y el alma confiere el ser al hombre, el

ser lo que es”.

Toda Institución Educativa al elegir un concepto de Educación debe

considerar como antecedente la conceptualización de hombre, pues esto

determina los fines educativos que deberá alcanzar y las orientaciones que

se seguirán en el proceso de formación. Este ordenamiento marcará la

esencia institucional y el espíritu educativo. Una conceptualización

equivocada de la naturaleza humana puede convertir el proceso educativo

en un conjunto de errores, de fatales consecuencias en la formación del

individuo.

Concepciones sobre la educación

Otro concepto sumamente importante, que debe ser congruente con el

anterior, y que señalan el rumbo de la acción educativa es la educación.



Alberto Caturelli (1982 :22) habla de la educación en el sentido de

“formación integral” para el hombre considerado, así mismo, como un ser

integral. El pedagogo refiere esta idea señalando que “Cuando se habla de

formación integral del hombre integral, se quiere expresar la progresiva

educción de nuevas formas perfectivas; como tales formas suponen la

unidad sustancial alma-cuerpo, no se trata solamente de un

perfeccionamiento del espíritu en cuanto tal, sino de aquellas cualidades

accidentales pero constitutivas de todo el hombre, tanto en el orden

sensible cuanto espiritual. Es decir el perfeccionamiento de las potencias

del hombre mediante los hábitos motores, intelectuales y morales. (...)

trátase siempre de hábitos operativos buenos que son las virtudes”.

Kneller (1964), señala que la educación es, en su más amplio sentido:

“Cualquier acto o experiencia que tenga un efecto formativo sobre la

mente, el carácter o la apariencia física de un individuo”.

Explica también que la educación es una actividad práctica, una disciplina,

un cuerpo de conocimientos, una profesión y un producto. Técnicamente,

“es el proceso de transmitir deliberadamente, de una generación a otra, la

herencia cultural, la acumulación de conocimientos, valores y habilidades,

por medio de escuelas, colegios, universidades, educación para adultos y

otros medios organizados”.

Los estudiosos de la educación Redden y Ryan (1961), definen a la

educación como la “influencia deliberada y sistemática ejercida por la

persona madura sobre la inmadura, por medio de la instrucción, la

disciplina y el desarrollo armonioso de todas las facultades: físicas,

sociales, intelectuales, morales, estéticas y espirituales del ser humano, de



acuerdo a la jerarquía esencial de las mismas, por y para la utilidad

individual y social y dirigida hacia la unión del educando con su Creador

como último fin”.

El Dr. Luis Garibay (1998) en su obra Temas esenciales de la educación,

explica el concepto educar como: “actualizar las energías espirituales

latentes y las aptitudes e inclinaciones del educando, facilitando el libre

desarrollo de su integridad material y espiritual.

A fin de reafirmar que la educación debe concebirse como una actividad

pensada y realizada por y para el hombre, el Doctor Garibay añade que “El

hombre debe ser y es, en nuestra Universidad, el fin del acto educador.

Aunque al avanzar en el proceso educador el individuo incrementa su

potencialidad como factor del bienestar y utilidad social y debe usar

constantemente esta potencialidad, no es sin embargo, sólo un ser

adaptado para rendir al máximo en la economía de la sociedad. La

persona humana sigue siendo el fin altísimo de una educación que

trasciende los meros aspectos técnicos, pragmáticos y económicos,

porque el hombre es, esencialmente, un espíritu que crece desde dentro,

buscando el desarrollo consciente y libre de todas sus facultades”.

Fines de la educación

El Dr. Alberto Caturelli, eminente pedagogo argentino expresa sobre el fin

último natural de la educación que éste “no es otro que el hombre mismo,

pero no sólo en cuanto a lo que él ya es, sino en orden a su mayor

perfección posible. Pero es menester sostener la existencia de un fin

absoluto, Bien infinito y perfectísimo que no puede ser otro que Dios, fin

último natural del hombre. En tal caso, el fin último natural de la educación



no es otro que Dios porque solamente en Él puede el hombre alcanzar su

plena perfección que la educación persigue para él. (Caturelli, 1982, 28).

De acuerdo con las concepciones anteriores, la educación no es un fin en

sí misma, sino el medio de perfeccionamiento del hombre para llevarlo a su

fin último. En este proceso es importante considerar la voluntad y disciplina

del alumno y la autoridad y modelaje del docente.

Concepciones sobre la universidad

Para Caturelli (1982) la Universidad es “la corporación de estudiantes y

profesores que por la investigación y la docencia se ordena a la

contemplación de la verdad”.

Por otra parte, Basave Fernández del Valle (1983) señala que “en nuestros

días se entiende por universidad la corporación de profesores y

estudiantes que a través de la investigación y la comunicación se ordenan

a la contemplación de la verdad que orienta la práctica”.

De acuerdo con estas definiciones, la UAG se reconoce a sí misma como

institución esencialmente constituida por los agentes de la educación,

estudiantes y profesores, que toman parte en la educación formal de tipo

superior, con el objetivo común de encontrar la verdad a través de

actividades de docencia e investigación. Este concepto reafirma el

compromiso de nuestra institución universitaria de cumplir con las

funciones sustantivas de las IES: docencia, investigación y extensión.



Concepciones sobre el educador

El maestro, en palabras de Redden & Ryan (1961) “significa, en un

sentido católico, aquel que tiene cierta autoridad sobre los otros para

instruirles en el conocimiento, en las habilidades, en las actitudes y en los

ideales que se hallan de acuerdo con su verdadera naturaleza y fin último”.

Para Caturelli (1982)... educar no es un trabajo, por lo menos en el sentido

corriente y constituye una actividad la más comprometedora y de más

graves consecuencias.

... el maestro es la causa eficiente de la educación porque, en cierto modo,

educe las formas perfectivas, ayuda a desarrollar las potencias del

educando. Pero eso no basta porque la acción del maestro es ejercida no

sobre una materia inerte, sino sobre otra causa libre. De ahí que, por un

lado, la actividad docente parece trabajo; por otro lado no lo es

propiamente hablando. Ante todo, es contemplación pues nadie puede

enseñar lo que no sabe, lo que no ha contemplado; además, es trabajo en

la medida en que ejerce una acción transeúnte dirigida a una obra viva que

es el hombre formado.

Concepciones sobre la enseñanza

El concepto de enseñanza lo explica ampliamente el Dr. Garibay (1998)

señalando que “La enseñanza no sólo comprende una familia de

actividades, sino que algunas de éstas tienen una importancia más alta

que las otras y un significado más central. La principal la instrucción, que

de ningún modo hemos de confundir con el entrenamiento. Entrenar es,

principalmente formar hábitos. Asi mismo enfatiza que la instrucción, en

cambio, requiere el uso pleno de la inteligencia, que además incluye una



conversación a través de la cual se ofrecen razones, evidencias,

explicaciones, conclusiones y se ejecutan otras acciones de naturaleza

parecida. En lugar de propiciar la promoción de actos y modos de

conducata, favorece la adquisición de conocimientos, actitudes y

creencias. Está más estrechamente relacionada a la comprensión, a la

investigación y sobre todo a distinguir entre la verdad y la falsedad.

Esencialmente se orienta a la búsqueda de la verdad”.

La instrucción requiere comunicación que permita abordar la verdad con

plena conciencia de que es la verdad y que ésta fue alcanzada de un modo

inteligente.

La enseñanza se ha de fundamentar en una relación adecuada entre el

pensamiento y la acción, se necesita combinar instrucción y

entrenamiento, dejando a la primera el lugar central y el predominio.

Concepciones sobre el aprendizaje

De acuerdo con Kelly (1984) se entiende por aprendizaje “ la actividad

mental por medio de la cual el conocimiento y la habilidad, los hábitos,

actitudes e ideales son adquiridos, retenidos y utilizados, originando una

progresiva adaptación y modificación de la conducta.”

El Dr. Garibay (1998) señala que se debe comprender el aprendizaje

considerándolo en su relación con la enseñanza. Es cierto que “cada punto

en el contínum de la enseñanza, es igualmente un punto de aprendizaje” y

representa un modo de aprender. Pero ocurre también que en los

componentes del aprendizaje no hay nada que permita darles relación

lógica igual a la que tienen en la enseñanza.



El aprendiz aprende y adopta patrones de conducta o creencias con

cualquiera de las actividades de enseñanza, sin distinguir si éstas son

legítimas como la instrucción. O incorrectas, como el engaño. Dichas

actividades se encuentran relacionadas a la enseñanza como las especies

a su género, pero manteniendo a su vez un “orden discernible” entre sí.

Este orden lógico falta en esas actividades cuando son elementos del

aprendizaje. Además, el aprendizaje comprende muchas otras actividades

humanas, tales como la disciplina, la memorización, la práctica y el

estudio. Todas éstas sí están agrupadas dentro del aprendizaje, como

miembros de una clase, como especies iguales dentro de un género.

El aprendizaje va encaminado a la adquisición del conocimiento. El

conocimiento como la había definido Platón, y reafirma Strike (1974) “es lo

que creemos, con tal que sea verdadero, porque solo conocemos

realmente algo cuando sabemos que no es falso. Aprender, entonces, en

su sentido más cumplido, es un “llegar a saber”.

La enseñanza deberá tener un interés principal en el aprendizaje fuerte y

una conciencia clara de su fracazo cuando no lo obtiene. El aprendizaje

débil empieza igual que el fuerte y a menudo no se distingue de éste por

haber tomado un camino equivocado, sino por haberse quedado a medio

camino.



II. MISIÓN, VISIÓN Y FINES DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUADALAJARA

En este apartado se consignan la razón de ser de la UAG, los fines, creencias y

postulados en que se basa su quehacer.

La Universidad Autónoma de Guadalajara, de acuerdo con su misión, se identifica

como una institución superior de cultura, ciencia, educación, arte y tecnología, al

servicio del Bien Común, en particular de la comunidad mexicana, que busca educar al

más alto nivel y formar íntegramente a la persona, en lo intelectual, moral, social y

profesional, así como en lo físico. La Universidad se reconoce como ente educador,

productor de ciencia y cultura, al servicio de la comunidad; por lo que se reafirma que la

UAG, dentro del conjunto de instituciones de educación superior mexicanas,

desarrollará su acción en el marco de las tres funciones sustantivas universitarias:

docencia, investigación y extensión, considerando que las tres son igualmente

relevantes y se desarrollan con el apoyo de la función “adjetiva” de gestión académica.

Con base en su misión, la UAG define la formación integral de las personas,

independientemente del tipo o nivel educativo al que pertenezcan sus programas

académicos, como una tarea esencial de la institución.

Los fines institucionales que precisan la razón de ser de la UAG son :

I. Preservar, desarrollar y transmitir cultura.

II. Realizar investigación científica en sus diversos grados: filosófico-teórica,

empírica y aplicada, para generar nuevos conocimientos al servicio del

mejoramiento espiritual y material de la sociedad.

III. Establecer vínculos estrechos con la comunidad, para apoyarse en ella, influirla

positivamente y servirla mejor.



IV. Realizar estudios rigurosos sobre problemas concretos y específicos que afecten

a la comunidad mexicana e internacional y proporcionar soluciones pertinentes.

V. Y los demás fines compatibles con los estatutos de la Universidad Autónoma de

Guadalajara y su naturaleza, la cual, de acuerdo a su esencia actúa

directamente sobre la persona, contribuyendo a su formación integral.

La Universidad Autónoma de Guadalajara se concibe como una institución de cultura y

educación superior, que es:

I. Apreciada por su calidad por las demás universidades contemporáneas.

II. Baluarte en inculcar a sus alumnos los más altos valores, así como difundirlos

en todos los ámbitos de la sociedad.

III. Considerada y requerida por educadores, empresas, investigadores y

estudiantes del más alto nivel para trabajar, colaborar y estudiar en ella por su

prestigio, liderazgo, servicio, facilidades y posibilidades únicas de desarrollo

académico y profesional.

IV. Una institución con autosuficiencia académica y económica que actúa como

modeladora del provenir de la sociedad y de las futuras exigencias, creando nuevas

oportunidades de estudio.

V. Una institución líder en educación superior, formadora de hombres y mujeres capaces

de contribuir al bienestar y prosperidad de la comunidad.

VI. Fuente de egresados universitarios preferentemente solicitados, líderes en sus

respectivas profesiones y que predominan en organismos nacionales e

internacionales.

VII. Una institución que destaca en la investigación y el servicio, operando centros con

personal calificado que labora y ejecuta proyectos que derivan en beneficio de la

comunidad.

VIII. Una institución que cuenta con áreas de postgrado e investigación de primera clase.

IX. Una institución que está presente en las publicaciones científicas y culturales.



X. Una institución vinculada estrechamente a través de convenios y acuerdos con el

sector productivo de su comunidad, que presta asesoría y opera programas exitosos

de prácticas profesionales.

XI. Una institución que cuenta con las instalaciones y equipo suficientes y adecuados.

La UAG considera que el papel de la universidad está definido por los siguientes

principios:

I. En la UAG se sustentan los principios de la autonomía y libertad de cátedra.

II. La Universidad es la corporación de profesores y estudiantes que, por medio de la

investigación y la comunicación docente se ordena a la contemplación de la

verdad.

III. Educar no es sólo transmitir conocimientos y desarrollar habilidades, sino que

implica despertar las capacidades espirituales (intelectuales, morales, estéticas,

sociales, etc.) y físicas (biológicas y sensibles) en el educando, fomentando la

investigación.

IV. La Universidad, a través de sus miembros, fomenta la mejora de la calidad de vida

y la protección al medio ambiente, en conformidad al Orden Natural.

V. La Universidad fomenta la concordia integrativa, coordinativa y jerárquica de sus

estudiantes y empleados.

VI. Los planes y programas de estudio están orientados a elevar la calidad educativa

y formar hombres y mujeres de carácter que además de saber tomar las

decisiones correspondientes en el momento adecuado y entre otras capacidades

sobresalgan por ser emprendedores y promotores del desarrollo social en vistas

del Bien Común.

VII. La UAG busca formar, entre los profesionales y estudiantes, una plena conciencia

social basada en el reconocimiento a los deberes y responsabilidades, al respeto

a los derechos de las personas y a la realización de la justicia, base de la

convivencia pacífica.



VIII. La Universidad es en su esencia un ser cultural y la educación un dar a luz, que

implica sacar a relucir todo lo que existe en potencia en la naturaleza del hombre,

actualizándose en virtudes.

La UAG mantiene los siguientes valores y convicciones sobre el ser humano:

I. El hombre es un ser substancial, con un alma espiritual y un cuerpo material,

dotado de una diferencia específica, la racionalidad, y de las siguientes

propiedades humanas: teórico, dialogante, cultivador, productor y creativo, moral,

religioso, social, político y educador.

II. El hombre busca un desarrollo verdadero de sus dimensiones espiritual y material:

biológica, sensitiva, volitiva e intelectual.

III. La perfección del hombre abarca la integridad de su naturaleza; por ello unidad,

verdad, bondad y belleza deben resplandecer en todo el ámbito de lo humano.

IV. El hombre cumple con su vocación social en el servicio a los demás.

V. La educación es el proceso por el cual el hombre consigue ir haciendo un recto

uso de sus facultades; por tal motivo, el hombre es sujeto de educación

permanente.

VI. El hombre se distingue del resto del mundo natural por ser un todo armónico de

materia y espíritu, con una existencia individual e indivisa, es decir, como persona.

La UAG valora a las personas que participan en el proceso educativo -el cuerpo

docente, funcionarios y demás empleados- como su recurso más valioso. Al respecto,

la UAG declara que:

I. Los maestros, funcionarios y demás empleados son lo más valioso de la

UAG. Ellos son la fuente de su creatividad, constituyen la reputación de la

institución, son su fuerza, proveen la vitalidad de la universidad, por lo que la

institución busca cuidar su bienestar, progreso y seguridad.

II. El cuerpo docente existe, se forma y se justifica en la medida que contribuye

eficazmente al cabal cumplimiento de los fines educativos de la institución.

III. Es importante la colaboración y el trabajo en equipo de toda la comunidad

universitaria; por ello es necesario el trato mutuo con honestidad, respeto y

amabilidad.

IV. Debe buscarse la calidad en todos y cada uno de los procesos: Académico,

administrativo- académico y administrativo, buscando satisfacer ampliamente

las legítimas expectativas de sus beneficiarios.

V. Todo el personal debe contribuir a lograr la misión y visión de la institución.

Perfil del egresado UAG

La UAG define en diez rasgos esenciales las características que busca formar en todos

sus egresados de los programas de nivel superior. Este perfil manifiesta que el

egresado UAG deberá:

Comprender el orden y finalidad de la realidad a través de sus causas

próximas y remotas, fundamentadas en los principios de la razón natural y

sobrenatural.

1.

2. Fundamentar, desde una perspectiva metafísica, el valor del ser y sus

propiedades: la Unidad, la Verdad, la Bondad y la Belleza.

3. Distinguir entre ciencia, cientismo y pseudociencia, con base en los

principios gnoseo- epistemológicos de la Filosofía Perenne.

4. Realizar investigación.

5. Actuar con apoyo en la jerarquía onto- axiológica: Dios, hombre, mundo.

6. Difundir los valores patrios sustentados en la realidad histórica de nuestro

mestizaje, que excluye tanto indigenismo como hispano a ultranza.

7. Acatar y ejercer la legítima autoridad en los ámbitos en que ésta se

desempeñe, de acuerdo con la jerarquía del deber. Copyright © 2007.

Esta obra y las características de la misma, son propiedad de la Universidad Autónoma de Guadalajara A.C. Guadalajara, Jalisco, México.

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8. Conservar, producir y difundir el patrimonio cultural, conforme a la

auténtica escala del valor y los principios de la razón poiética.

9. Ejercer su profesión competitivamente, buscando siempre el Bien Común.

10. Proponer y dar soluciones fundamentadas a los problemas nacionales e

internacionales en toda dedicación humana. (U.A.G., 1999, 12).

La UAG considera que la formación de egresados exitosos en todos los ámbitos en que

finalmente se desempeñarán, no es posible sin la labor invaluable de los profesores.

La misión que la institución confiere a los docentes implica la transmisión de

conocimientos, pero va mucho más allá; de ser así, el maestro quedaría reducido a un

instructor. El maestro de la UAG es un educador, porque tiene en sus manos la

formación integral de sus alumnos.

La misión del profesor de la UAG se encuentra definida a partir los principios

pedagógicos de la filosofía católica. Esta misión queda expresada como sigue:

El maestro, como autoridad y promotor de valores, comprometido con la excelencia

educativa, tiene como misión coadyuvar en la educación integral del alumno, mediante

la transmisión pertinente y oportuna de conocimientos y el desarrollo de hábitos,

habilidades y actitudes orientados a la búsqueda de la verdad, impulsando

permanentemente el espíritu de investigación en el educando; todo ello congruente con

los principios y normas de la filosofía Católica que la UAG asume como suya, a fin de

impulsar positivamente el perfeccionamiento individual y el bien común.

Para cumplir con su misión, el maestro de la UAG deberá:

• Tener vocación docente de forma que disfrute su trabajo con alegría y optimismo.

• Conocer la trascendencia e implicaciones de la labor docente.



• Ser honesto, conducirse con valores morales y religiosos, y ser congruente con lo

que dice y hace.

• Entregarse al trabajo con responsabilidad y espíritu de servicio.

• Actuar de forma congruente con la Filosofía de la UAG.

• Comprometerse con la verdad y actuar con justicia y caridad.

• Tener habilidad para integrar los conocimientos filosóficos en la práctica.

• Conocer y actuar congruentemente con el modelo educativo de la institución.

• Ser una autoridad en su disciplina, con un dominio amplio, profundo y actualizado

de su campo de conocimiento.

• Ser estudioso, disciplinado y con espíritu de superación constante.

• Ser una persona con amplia cultura general.

• Poseer el dominio pedagógico y las habilidades didácticas para hacer eficiente la

tarea educativa.

• Conocer a sus alumnos; su naturaleza, necesidades e inquietudes.

• Ser un líder intelectual y moral, capaz de orientar la formación del alumno.

• Conocer el proceso mediante el cual aprende el alumno.

• Conocer el currículum e involucrarse en su desarrollo y aplicación.

• Tener conocimientos y habilidades sobre orientación y asesoría académicas.

• Tener habilidad para integrar la teoría y la práctica.

• Hacer de la investigación una fuente de conocimientos y una actividad para

mejorar su práctica docente.

• Tener habilidades para las adecuadas relaciones interpersonales.

• Poseer la competencia comunicativa: habilidades para hablar, escuchar, leer y

escribir.

• Conocer las tecnologías de información y comunicación necesarias para hacer más

eficiente el proceso educativo.

• Tener experiencia práctica en su profesión.

• Conocer y aplicar las políticas y procedimientos institucionales relacionados con el

trabajo docente.



En conclusión, en este primera parte, y de acuerdo con las concepciones y principios

fundamentales sobre la educación con los que la UAG se encuentra identificada y

comprometida, se puede decir que:

• El hombre, unión sustancial de cuerpo y alma, es un sujeto que educa y se educa.

• La educación es un proceso permanente de perfeccionamiento humano.

• El fin último de la educación va más allá de los propósitos terrenales y objetivos

inmediatos de los sistemas y las instituciones educativas.

• Maestro y alumno en el contexto de la educación formal son quienes llevan a cabo el

proceso educativo.

• El maestro es esencialmente un educador; esto implica que además de enseñante

debe ser tutor, orientador, guía y modelo.

• El maestro es uno de los agentes educativos más importantes, involucrado en la

formación integral del alumno.

• El alumno como individuo en formación, debe estar consciente de la necesidad que

tiene de ser dirigido por personas maduras, con autoridad moral y pedagógica; y así

mismo ser responsable de su propio proceso de aprendizaje y desarrollo.

• La universidad es una institución cultural y de educación superior, colaboradora en la

formación integral de las personas y responsable directa de la formación de

profesionistas, científicos e investigadores, a través del desarrollo de sus funciones

sustantivas.

• La enseñanza es una actividad esencial de la función docente, cuya finalidad es la

promoción de aprendizajes significativos y relevantes.

• Los principios de autonomía y libertad de cátedra son rectores de la docencia

universitaria.

• La excelencia académica y la calidad educativa son, para la Universidad Autónoma

de Guadalajara, las metas de una búsqueda permanente.



SEGUNDA PARTE

MODELO ACADÉMICO DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUADALAJARA

Un enfoque pedagógico centrado en el aprendizaje, basado en innovaciones

curriculares

III. DIMENSIÓN CURRICULAR. MODELO CURRICULAR INSTITUCIONAL

El currículo tiene un papel muy importante en el desarrollo de los procesos educativos.

De acuerdo con las concepciones sobre la educación planteadas en el ideario

institucional, en la UAG el currículum es interpretado como un plan diseñado para

orientar la actividad académica, especialmente los programas de docencia que la

institución ofrece. Este enfoque de interpretación del currículum se sustenta en las

ideas de expertos nacionales e internacionales.

En palabras de J. Arnaz (1990), teórico y académico mexicano experto en diseño

curricular, el currículo es “un plan que norma y conduce, explícitamente, un proceso

concreto y determinado de enseñanza- aprendizaje que se desarrolla en una institución

educativa”1.

D. Barriga (1993) define el currículo como “una planificación racional de la intervención

en el aula, siendo un proyecto genérico que establece, a nivel macro, una serie de

intenciones. Por su parte, la instrucción hace referencia a los procesos reales de

1 Arnaz, José. (1990). La planeación curricular. México: Trillas. p. 9



intercambio educativo que se producen en nivel micro, en un espacio y tiempo

particular”.2

Por su parte, Casarini (1997) afirma que el currículo “es la planeación necesaria que

de manera anticipada se hace (tanto) de los fines -resultados de aprendizaje- como de

los medios educativos para obtenerlos”.3

A partir de la consideración de estas definiciones se logra una caracterización del

currículo como: 1) un plan de naturaleza académica, fundamentado en los fines

educativos; 2) un plan normativo para el desarrollo del proceso educativo; 3) un plan

que considera los aspectos macroestructurales de la educación, pero define los

resultados educativos deseables y los medios necesarios para lograrlo, a nivel de aula.

El currículo es, por tanto, un sistema, en cuanto que es un todo organizado cuyas

partes son interdependientes, y deberá comunicar y guiar a todos los que participan en

un proceso educativo, no solamente sobre el conjunto de cursos que se habrán de

desarrollar, sino también sobre las finalidades de una carrera.

De acuerdo con esta particular concepción del currículo, el modelo académico de la

UAG, en su dimensión curricular establece una serie de principios para el diseño y el

desarrollo curricular, así como lineamientos para la configuración de las estructuras y

estrategias curriculares de los programas educativos que oferta en todos los tipos y

niveles.

2 Díaz Barriga, F. (1993), citada por: Mota, F. (2000). Metodología para el diagnóstico de necesidades en el Modelo Curricular de la Universidad Autónoma de Guadalajara. México: Folia Universitaria. p. 25 3 Cassarini, M. (1997). Teoría y Diseño Curricular. México: Trillas. p. 6



III. A. Principios generales sobre el diseño curricular en la UAG.

Los elementos rectores del diseño curricular son: el ideario institucional (en particular

los fines educativos) y los perfiles de egreso, definidos a partir del diagnóstico de las

necesidades sociales y educativas.

El diseño curricular se concibe como un proceso de selección de contenidos

pertinentes para el logro de los objetivos educativos y de organización de experiencias

de aprendizaje adecuadas a los objetivos y contenidos curriculares. Se trata de un

proceso participativo, analítico, creativo y decisivo dentro de la planeación académica

institucional.

En la Universidad Autónoma de Guadalajara, los comités curriculares son los cuerpos

académicos especialmente constituidos para dar seguimiento a la aplicación de los

planes curriculares. También son responsables de la actualización de los planes de

estudios, a través de una evaluación continua y sistemática, así como del diseño de

nuevas propuestas educativas. Los comités curriculares deben promover la

participación de agentes externos a la institución, entre los que destacan grupos de

expertos e interesados en el proceso educativo, como los padres de familia, líderes del

sector público, empleadores y egresados exitosos de la UAG.

El diseño de los currículos debe regirse por el modelo curricular institucional, del cual

se desprende una metodología pedagógica rigurosa, que permita la definición clara y

precisa de todos los elementos que deben definirse en un programa académico: la

fundamentación del programa, los perfiles de ingreso y egreso, el plan de estudios,

considerando su sistema de evaluación y actualización, al igual que su programa de

instrumentación.

El principio pedagógico que orienta el diseño de las experiencias educativas

organizadas en el currículo es la búsqueda del aprendizaje del alumno como meta



principal de la acción docente. Los enfoques pedagógicos que se elijan para diseñar el

currículo y para conducir la práctica educativa a partir de éste, deberán ser aquellos en

los cuales se manifieste el papel protagónico del alumno como aprendiz estratégico y

responsable de su propia formación. Este principio tiene una amplia explicación en el

modelo pedagógico centrado en el aprendizaje de la UAG (dimensión pedagógica del

modelo académico).

En relación con la naturaleza y las características de los currículos que la UAG

promueve, el modelo académico precisa los siguientes lineamientos:

• Se alienta la flexibilidad académica, la cual en el ámbito curricular impacta

directamente en el diseño de los planes de estudios. La UAG busca ampliar las

opciones educativas para la sociedad y ofrecer a sus alumnos una educación de

calidad, de manera que ellos puedan elegir y tomar decisiones sobre diferentes

aspectos de su formación, tales como: la selección de las unidades de aprendizaje

(módulos, asignaturas, materias) que cursarán en un ciclo escolar determinado;

decidir, dentro de un mínimo y un máximo de créditos permitido, el número de

créditos que cursarán en un ciclo; determinar la duración total de sus estudios, en el

marco de las reglas establecidas para ello; seleccionar algunas unidades de

aprendizaje, de manera que determinen, en cierto medida, parte del contenido de su

formación (respondiendo a sus intereses vocacionales).

• En la institución se fomenta la articulación de los programas de todos los niveles

educativos de la oferta académica de la institución. En la educación superior se

encuentra en consolidación la perfecta articulación entre los niveles de profesional

asociado y licenciatura, así como de éste con los niveles de postgrado

(especialidad, maestría y doctorado).



• La UAG estimula la formación basada en competencias. Se impulsa el desarrollo

de competencias laborales en los niveles de educación media superior (bachillerato)

y superior (profesional asociado y licenciatura).

• Se estimula el diseño de programas educativos en modalidades educativas

alternativas: educación semiescolarizada, programas a distancia y en las diferentes

modalidades de la educación virtual (e-learning).

III. B. Estructura curricular

La definición de la estructura curricular forma parte del Modelo académico UAG, puesto

que en ella se organizan los contenidos de los planes de estudios de los diferentes

programas académicos que ofrece la institución.

La estructura curricular es el núcleo en torno al cual se organizan las actividades

académicas y se planean los procesos de enseñanza aprendizaje. La estructura

curricular de un programa académico debe ser congruente con sus propósitos y acorde

con la naturaleza de la formación que ofrece el nivel educativo.

La estructura curricular, en cualquier programa o grupo de programas académicos,

debe definir diferentes aspectos de la organización de los planes de estudios, así como

las estrategias curriculares que apoyan el desarrollo del proceso formativo del

estudiante. En todos los programas de educación superior la estructura curricular está

integrada por varios niveles de construcción y agrupamiento de contenidos, los cuales

se organizan en: etapas, áreas, ejes y líneas de formación.



Etapas de formación

Cada etapa de formación del alumno comprende varios ciclos del trayecto formativo.

Su definición se da a partir de dos criterios: la temporalidad y la naturaleza de la

formación que incluye. De acuerdo con el criterio de temporalidad, los currícula de

licenciaturas que ofrece la UAG tendrán, al menos, las siguientes etapas de formación:

Etapa inicial. Constituye el primer tramo de la formación del estudiante, desde su

ingreso al programa y durante los ciclos en que se da la formación básica general

(dos o tres ciclos). Durante esta etapa el estudiante debe adquirir los conocimientos

básicos de la(s) disciplina(s) que sustentan académicamente la profesión de su

elección. También es una etapa de desarrollo o fortalecimiento de las habilidades

académicas, necesarias para garantizar el éxito en las tareas de aprendizaje que el

plan de estudios impone al alumno.

Etapa intermedia. Transcurre en los ciclos posteriores a la formación básica general

(de cuatro a seis ciclos). Comprende, en su mayoría, unidades de aprendizaje del

área de formación disciplinaria, puesto que es una etapa dedicada al conocimiento

extenso de la(s) disciplina(s) que soportan la opción profesional elegida por el

estudiante. Con base en la flexibilidad curricular, también puede incluir algunos

cursos del área de formación profesional.

Etapa terminal. Es el último tramo de la formación (dos o tres ciclos finales del plan

de estudios), dedicado a la consolidación de las habilidades profesionales, con un

mayor acercamiento al mundo laboral; a la vinculación con el medio social y a la

preparación para el egreso. Es una etapa en la que se puede articular la formación

recibida con el nivel posterior (postgrado).



Áreas de formación

Los contenidos de los planes de estudios se agrupan en diferentes áreas de acuerdo

con sus propósitos formativos. En las licenciaturas que la UAG ofrece y desee ofrecer

en el futuro, los planes de estudios manifestarán la organización de sus contenidos en

las siguientes cuatro áreas:

Formación Universitaria UAG. Comprende la formación general para cualquier

estudiante universitario. Está integrada, en primera instancia, por las asignaturas

que permiten imprimir en los estudiantes el “Sello UAG”, para que al egresar

manifiesten los valores propios de la institución. Incluye los cursos diseñados para

formar al estudiante de acuerdo con los valores de la filosofía perenne: Antropología

Filosófica, Lógica y Filosofía de la Ciencia y Ética Profesional.

El área de formación universitaria UAG también incluye unidades de aprendizaje

(asignaturas, cursos) para que los estudiantes desarrollen las competencias básicas

requeridas para el logro de competencias profesionales más específicas. Ejemplos

de estas unidades de aprendizaje son los cursos de idiomas, desarrollo de

habilidades comunicativas e informativas, computación, entre otros.

Formación Básica. Comprende la formación elemental de carácter multidisciplinario

y proporciona al estudiante las bases contextuales, metodológicas y técnicas de un

área de dominio científico.

Esta área diferencia la formación que ofrecen distintas unidades académicas de la

Universidad; por ejemplo: el área de formación básica en Negocios establece

asignaturas comunes para todos sus planes de licenciatura, las cuales serán

diferentes en otras unidades académicas como Humanidades y Ciencias Sociales o

Ciencias de la Salud.



Formación Disciplinaria. Proporciona una formación para la aplicación del

conocimiento específico de carácter unidisciplinario, que brinda al estudiante los

elementos teóricos, metodológicos y técnicos propios de una profesión. Las

unidades de aprendizaje de esta área son obligatorias y se ubican, por lo general,

en la etapa intermedia del trayecto formativo.

El área de formación disciplinaria permite el logro de los perfiles profesionales

específicos, por ejemplo: Arquitecto, Contador Público, Ingeniero Civil o Médico

Cirujano.

Formación Profesional. Permite al estudiante el desarrollo de una visión integradora

y aplicativa que complementa su formación y lo orienta hacia su inserción en el

campo profesional. Esta área se ubica en la etapa terminal y se caracteriza por

brindar una formación interdisciplinaria y favorecer el desarrollo de perfiles

profesionales alternativos, ofreciendo al estudiante diferentes opciones para su

ejercicio profesional.

El área de formación profesional incluye una gama de cursos optativos de pre-

especialización y, en algunos casos, cursos optativos abiertos.

Ejes de formación

Los ejes de formación son elementos de organización curricular que manifiestan la

transversalidad de los contenidos que deben manejarse a lo largo de todo el plan de

estudios, es decir, de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores que el

estudiante debe adquirir o fortalecer en el curso de su carrera y cuya pertenencia no

puede adjudicarse a una sola asignatura en particular.



Los ejes de formación que atraviesan los currículos de los programas de educación

superior de la UAG, son:

El eje teórico - conceptual. En este eje se consideran los conocimientos científicos,

culturales y profesionales, básicos y avanzados, que el estudiante requiere de

acuerdo con las exigencias manifiestas en el perfil de egreso.

El eje estratégico - procedimental. Es un eje que incluye todo tipo de

procedimientos (métodos, técnicas, estrategias, etcétera) que, junto con los

conocimientos esenciales, son la base para el desarrollo de las habilidades y

destrezas que el estudiante debe poseer al egresar de un programa.

En los currículos de todos los programas y niveles educativos, se hace énfasis en

la adquisición de estrategias de aprendizaje para lograr que los estudiantes sean

aprendices autónomos y eficaces durante su período de formación escolar así

como en su futuro desempeño personal y profesional.

El eje axiológico - actitudinal. Este eje está orientado a la formación en valores, los

cuales el estudiante manifestará en actitudes que, a su vez, orientarán su

comportamiento.

La formación humana que se pretende como parte de una educación integral

conlleva la formación ética de los estudiantes, fundada en valores cívicos, morales

y del desempeño profesional. Es por ello que en los currículos se enfatizan estos

valores que el eje axiológico define.

Líneas de formación

El plan de estudios de cada programa educativo debe explicitar, así mismo, las líneas

de formación específicas relacionadas con las disciplinas que sustentan la formación



del estudiante. Por ejemplo: En la educación médica, existen dos grandes líneas: la

formación en ciencias básicas de la medicina y la formación en ciencias clínicas. En el

campo de las ciencias de la educación, la formación del alumno requiere del estudio de

asignaturas de las líneas pedagógica, psicológica, filosófica y las ciencias aplicadas de

la educación, entre otras.

La organización de los contenidos curriculares en líneas de formación favorece el orden

en el trabajo académico y facilita la orientación escolar y el seguimiento del desempeño

académico de los alumnos por parte de los funcionarios del programa, especialmente

los tutores. Esto es, la posibilidad de seleccionar determinadas unidades de

aprendizaje (asignaturas optativas) que interesen al estudiante será operada

efectivamente si los contenidos curriculares están organizados en las líneas de

formación propias de la profesión.

El proceso de formación profesional organizado a partir de la estructura curricular base.

Como se ha dicho, la definición de la estructura curricular debe fungir como un

elemento orientador del proceso de formación del estudiante, y su representación

gráfica debe contribuir a clarificar las intenciones formativas deseadas en cada etapa

del trayecto formativo.

En el caso de los programas de licenciatura, el Modelo Académico UAG define una

estructura curricular base como parte de los lineamientos curriculares que se ofrecen

a los diferentes programas académicos, independientemente de la Unidad Académica

que los administre. La estructura curricular base para programas de licenciatura está

representada, en un primer acercamiento, en la Figura 2.

Figura 2. Estructura curricular base para programas académicos de licenciatura.

De acuerdo con los conceptos de etapas y áreas de formación, en la estructura

curricular base (ECB) se define que un plan de estudios de licenciatura debe

componerse de tres etapas, identificadas en la Figura 2 con los numerales I, II y III.

Según los propósitos que le corresponden, en la etapa inicial (I) los contenidos

requeridos de manera obligatoria son los del área básica y los del área de formación

universitaria UAG. Es posible que en la etapa I se presenten contenidos de las áreas

disciplinaria y profesional, si bien éstos son propios de las etapas II y III.





En la etapa intermedia (II) existirá un predominio de contenidos del área de formación

disciplinaria, considerando que en esta etapa está dedicada al conocimiento extenso de

la disciplina elegida por el estudiante. También es posible que se incorporen algunas

unidades de aprendizaje del área de formación profesional, siempre y cuando se

justifique pedagógicamente su inclusión en esta etapa.

Una alternativa de la flexibilidad académica es que, una vez superada la etapa intermedia, sea posible ofrecer salidas laterales en el plan de estudios, de manera

que los estudiantes que no concluyan todos los créditos de la licenciatura, puedan

optar por una titulación de nivel inferior que les permita integrarse al campo

ocupacional, de acuerdo con la competencia profesional lograda.

Como se aprecia en la Figura 2, la etapa terminal (III) está dedicada al estudio de los

contenidos más avanzados del área disciplinaria, así como a las unidades de

aprendizaje que promuevan la integración de saberes y a las unidades de carácter

profesional. Durante la etapa III se procura evaluar los conocimientos adquiridos y las

habilidades desarrolladas por el estudiante, de tal manera que se verifique el logro de

los objetivos curriculares y se obtengan evidencias de las competencias profesionales

que aquél domina. También se ofrece al alumno la posibilidad de elegir, en el marco de

la normatividad aplicable, unidades de aprendizaje de corte profesional que pueden

considerarse como una “preespecialización”. Esto permite que el estudiante se

encamine a la elección del área de especialidad que le interese estudiar en un

postgrado y desempeñar posteriormente en su ejercicio profesional.

Previo al inicio de la etapa I, se ha ubicado en la ECB una “etapa cero”, denominada

como “etapa de integración”, en la cual se trabajará en distintas líneas de acción con

el aspirante a alumno universitario UAG. En primer lugar, es necesario prever los

mecanismos para la selección de estudiantes, los cuales más que discriminar cuáles

aspirantes serán admitidos al programa de licenciatura, servirán para hacer un



diagnóstico de las condiciones académicas en las que ingresarán los alumnos. Debe

cuidarse que los mecanismos de selección sean congruentes con los perfiles de egreso

del bachillerato y con el perfil de ingreso de la licenciatura en cuestión. El diagnóstico

realizado en la etapa de integración servirá para la toma de decisiones acerca de las

estrategias de apoyo académico que el programa requiera desarrollar con los

estudiantes de nuevo ingreso.

Derivado de los resultados del diagnóstico, las autoridades de cada programa (o de

toda la Unidad Académica) pueden ofrecer cursos de nivelación para favorecer la

mejor integración de los nuevos alumnos al programa académico. Se considera muy

conveniente aplicar esta estrategia con los alumnos que presenten deficiencias en las

habilidades académicas y conocimientos previos del bachillerato, o bien, en el caso de

los egresados de una carrera de Profesional Asociado que se incorporen a la

licenciatura, así como en el caso de alumnos provenientes de otras instituciones

universitarias o sistemas educativos extranjeros.

También como parte de la etapa de integración, una vez que el aspirante ha sido

admitido como alumno de la UAG, es altamente recomendable hacer que participe en

un curso de Inducción a la universidad y a la carrera, en el cual se le den a conocer

diferentes aspectos esenciales de la institución (ideario, organización académico

administrativa, reglamentos, servicios, entre otros) y del programa que eligió (perfil de

la carrera, plan de estudios, servicios académicos y administrativos con que cuenta en

su Escuela o Facultad, etcétera) para brindarle la bienvenida y facilitarle el desarrollo

de sus actividades en la Universidad.

Revisando otro eje definido en la ECB (figura 2), es necesario destacar la gran

importancia que tienen las actividades sociales, culturales, artísticas y deportivas en la

formación integral; por ello deben estar presentes a lo largo de toda la experiencia

formativa del estudiante universitario. En atención a este aspecto, en la ECB se ha



colocado un eje de actividades cocurriculares que se extiende desde la primera

hasta la última etapa de formación.

Las actividades cocurriculares no deben ser vistas como “añadidos” o complementos

superfluos en el plan de estudios. De hecho, es posible y deseable que algunas de

estas actividades sean integradas, paulatinamente, como actividades básicas en los

espacios curriculares pertenecientes a las distintas áreas de formación. Dependiendo

de su tipo y finalidad, ciertas actividades pueden tener cabida en asignaturas de la

formación universitaria UAG o de la formación básica. Los comités curriculares

valorarán la pertinencia y la factibilidad de la integración curricular de dichas

actividades.

En la figura 2 de la ECB, bajo el eje de las actividades cocurriculares se destaca el eje de apoyo académico al estudiante, el cual comprende tres estrategias distintas, de

acuerdo con la etapa en que son aplicables. En la etapa de integración, como fue

descrito antes, la estrategia de diagnóstico de los estudiantes. A lo largo de la

formación, durante las etapas I, II y III deben implementarse la tutoría y la orientación

escolar. La tutoría y la orientación son necesarias para garantizar el rendimiento

académico de los alumnos y para brindarles la asistencia necesaria en la elección de

los cursos más adecuados para realizar su proyecto formativo personal.

En el eje de apoyo académico también se prevé el seguimiento de los estudiantes

posterior a su egreso. Debe mantenerse el contacto con los egresados a fin de conocer

su situación laboral, su opinión acerca de la formación recibida, sus necesidades y

expectativas de formación continua, su disposición para colaborar en actividades

institucionales, entre otros aspectos. El seguimiento académico debe ser considerado

en el programa institucional de seguimiento de egresados de la UAG.



En la EBC se manifiesta la presencia de las actividades de vinculación del estudiante

con los entornos social y laboral a través de los programas de prácticas profesionales y

del servicio social obligatorio. Las “prácticas profesionales” que realizarán los

estudiantes deberán ser, en todo momento, acordes con los conocimientos y las

habilidades que ha adquirido en su carrera; de esta manera, las actividades prácticas

del estudiante variarán en cada etapa de formación. Durante la etapa inicial (I) son, en

realidad, actividades de acercamiento a la práctica, mediante la observación del

desempeño profesional de un experto, o bien, del estudio del contexto en el que se

desarrolla la actividad profesional. En una etapa posterior (II) el alumno ya puede

intervenir en las actividades que se desarrollan en el lugar de la práctica, como auxiliar

o como responsable de tareas muy específicas. Hacia el final de la formación (etapa

terminal) el estudiante puede desempeñar actividades de mayor complejidad y con un

grado de responsabilidad igualmente mayor.

La ECB considera la planeación de las actividades académicas orientadas a la

investigación y al desarrollo de habilidades de los estudiantes en este rubro, dentro del

eje de investigación. Durante las etapas I y II deberán promoverse experiencias

educativas que fomenten la adquisición de conocimientos fundamentales sobre la

metodología de la investigación científica y el desarrollo de habilidades que el quehacer

investigativo requiere. A través de trabajos de investigación (de complejidad moderada)

en diferentes unidades de aprendizaje, en proyectos interdisciplinarios o estancias con

profesores-investigadores, los estudiantes lograrán hacerse competentes en esta área.

En tanto que, durante la etapa terminal (III) debe buscarse involucrar al estudiante en

proyectos de investigación de mayor complejidad y con un nivel de exigencia más alto.

Esta etapa es ideal para desarrollar trabajos de investigación como la elaboración de la

tesis para obtener el grado.

Al final de las tres etapas de formación, en la estructura curricular base se representa la

etapa de titulación, durante la cual el estudiante llevará a cabo alguna experiencia que

contribuya a la obtención del grado académico de licenciatura. Las “experiencias de

titulación” se corresponden con los diferentes mecanismos (opciones) de titulación que

la UAG ofrece. Es precisamente la etapa de titulación el momento en el que el

estudiante, si sus intereses y condiciones lo favorecen, podrá integrarse a un programa

de postgrado. Tal como se aprecia en la figura 2, la UAG ha buscado articular sus

programas de licenciatura con especialidades y maestrías que amplíen y enriquezcan

la formación de los egresados. Esta estrategia de articulación de programas sitúa a

la UAG a la vanguardia en el campo de la educación superior.

Figura 3. Naturaleza de la formación definida en cada etapa de la estructura curricular base.

La configuración de la estructura curricular base también permite organizar los

contenidos curriculares y las experiencias educativas que los alumnos estudiarán y

vivirán a partir de las exigencias del plan de estudios elegido. En la figura 3 se presenta

una representa gráficamente la organización de contenidos y experiencias de acuerdo

con la naturaleza de la formación que debe promoverse en cada etapa.

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En primera instancia, durante la etapa de integración (etapa cero), el alumno de

nuevo ingreso es evaluado en relación con los conocimientos y las habilidades que ha

adquirido previamente. La importancia que reviste la realización de este diagnóstico ha

sido manifestada anteriormente, a partir de la explicación de la figura 2. Se reitera la

conveniencia de que se efectúen acciones de diagnóstico académico para tomar

decisiones que favorecerán el proceso formativo de los estudiantes.

En materia de conocimientos y habilidades, la estructura curricular base determina que

durante la etapa inicial (I) sean incluidas las unidades de aprendizaje cuyos

contenidos y experiencias educativas ofrezcan a los alumnos los conocimientos

básicos de la disciplina. Además, es la etapa en que se desarrollarán o consolidarán

las habilidades para el trabajo académico que todo estudiante universitario requiere

para alcanzar un alto rendimiento. En la etapa intermedia (II) las unidades de

aprendizaje pertinentes serán aquellas que conduzcan al alumno al logro del

conocimiento extenso de la disciplina elegida, así como aquellas que le permitan

desarrollar habilidades de carácter profesional. En la etapa terminal (III) se integrarán

los cursos y actividades curriculares que contribuyan a la consolidación de esas

habilidades profesionales; así mismo, en la etapa III los estudiantes llevarán cursos de

su elección orientados a la pre-especialización en un determinado campo de la

profesión.

La formación en valores y actitudes que caracterizan a una “persona educada” se

encuentra señalada en la figura 3 en el eje de fortalecimiento ético, con lo cual se

quiere significar la necesidad de que esta dimensión axiológica de la formación esté

presente a lo largo de todo el trayecto escolar.

En la ECB también se indica la presencia de las actividades de vinculación para

mantener al estudiante en contacto con los entornos extraescolares durante toda su

formación universitaria (en las tres etapas). Siendo una etapa de formación general, las



actividades de vinculación durante la primera etapa deberán consistir en el

acercamiento a la práctica profesional, como se aprecia también en la figura 2. En esta

etapa es igualmente importante promover la participación de los alumnos en

actividades de servicio a la comunidad. Más adelante, en la etapa II la “vinculación

extrauniversitaria” de los estudiantes se dará a través de las prácticas profesionales, en

actividades de complejidad creciente que le permitan iniciar su desarrollo de

habilidades para el ejercicio profesional. Finalmente, la etapa III pondrá al alumno en

contacto con la realidad de su entorno a través del servicio social obligatorio. En las

actividades que realice el alumno prestador de servicio social debe buscarse una

auténtica experiencia educativa, más allá del cumplimiento de un trámite legal. Los

proyectos de servicio social deben, por lo tanto, ser cuidadosamente seleccionados o

diseñados, pensando en su aportación a la formación integral del estudiante, así como

para el desarrollo comunitario.

Posterior a la conclusión de las tres etapas de formación ligadas a las actividades

curriculares manifiestas en el plan de estudios, se considera una etapa de certificación en la cual el egresado, mediante un proceso de evaluación, podrá

obtener su título de grado y el certificado que avale la competencia profesional que

posee.

En la figura 3 también están representadas las dos alternativas básicas que el

egresado puede seguir para continuar con su formación posterior a la licenciatura: la

primera opción es su incorporación inmediata a los estudios de postgrado, o bien, la

formación continua durante su ejercicio profesional, una vez que se encuentra inserto

en el campo laboral.

Figura 4. Naturaleza de las unidades de aprendizaje de cada etapa de formación, en la

estructura curricular base.

La figura 4 ofrece una visualización más acerca de las características que definen cada

etapa formativa en la estructura curricular básica para los programas de licenciatura.

Como se aprecia en la figura, la etapa inicial (I) -dedicada a la formación general

básica- integrará de manera predominante cursos teóricos en los cuales los alumnos

adquieran el dominio de los conocimientos y las habilidades propias del inicio de su

formación. Más adelante, cuando el estudiante avance a la etapa intermedia (II), sus

actividades de aprendizaje quedarán organizadas en cursos de naturaleza teórica al

igual que en talleres y laboratorios diseñados para fomentar el desarrollo de las

habilidades profesionales. Este tipo de unidades de aprendizaje estarán presentes

también en la etapa terminal (III), en la cual se añadirán los seminarios (u otros

espacios curriculares pertinentes) para favorecer el desarrollo de actividades de

investigación conducentes, entre otros fines, a la titulación del alumno.

De acuerdo con lo manifestado en la explicación de las representaciones de las figuras

2 y 3, en el eje de prácticas profesionales se indica el propósito de los espacios

curriculares así denominados, según la etapa de formación (inicial, intermedia o Copyright © 2007.


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terminal) en la que se ubiquen. Finalmente, la figura 4 incluye los mecanismos de

titulación que la institución actualmente ofrece, los cuales son elegibles al término de

las tres etapas de formación fundamentales.

III. C. Sistema de créditos.

El instrumento más importante y aceptado a nivel nacional e internacional para el

reconocimiento del aprendizaje es el crédito académico. El crédito es una unidad de

medida del trabajo de estudiante para la obtención de niveles, grados y títulos, así

como para la transferencia de sus logros académicos a otras instituciones educativas.

El crédito es el valor que se le otorga a una asignatura o actividad de aprendizaje en la

que el estudiante participa, con la finalidad de obtener los conocimientos, habilidades,

actitudes y valores requeridos para su formación, establecidos en el plan de estudios.

En la Declaración de Villahermosa (1971), como resultado de la XIII Asamblea de la

Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior

(ANUIES), surge la propuesta encaminada a lograr una reforma educativa integral, para

crear un sistema nacional de enseñanza basada en créditos académicos comunes y de

equivalencias que hicieran más fácil la colaboración y la movilidad de profesores y

estudiantes.

Con los acuerdos de Tepic, en 1972 se avanza en el establecimiento de criterios para

asignar créditos. Es en esta década de los setenta en la que se expresa, por primera

vez, una propuesta de flexibilidad curricular para los estudios universitarios. Sin

embargo, los esfuerzos de la época por flexibilizar los programas de estudio y

establecer un sistema de créditos no llevaron a fortalecer una política educativa y

curricular que flexibilizara los planes de estudio.



A partir de la década de los noventa se renuevan las posibilidades de flexibilización del

sistema educativo y con ello el establecimiento de un sistema de créditos, que permita

dicha flexibilidad. En el año de 1998, la Secretaría de Educación Pública emite el

Acuerdo 243, en el que se establecen las bases generales de autorización o

reconocimiento de validez oficial de estudios, en la modalidad escolarizada, que

impartan los particulares en cualquiera de sus tipos y niveles educativos.

En el año 2000, se promulga el Acuerdo 279, en el que se establecen los trámites y

procedimientos relacionados con el reconocimiento de validez oficial de estudios del

tipo superior en todos sus niveles y modalidades. En este mismo acuerdo se señalan

en número mínimo de créditos para los estudios del nivel superior y el valor de los

mismos. Posterior a este surge el Acuerdo 286, en el que se establecen las normas,

procedimientos y criterios generales, que se seguirán para la revalidación de estudios

realizados en el extranjero y la equivalencia de estudios, así como los mecanismos por

medio de los cuales se acreditarán conocimientos correspondientes a niveles

educativos o grados escolares adquiridos en forma autodidacta, a través de la

experiencia laboral o con base en el régimen de certificación referido a la formación

para el trabajo.

La Universidad Autónoma de Guadalajara, como institución privada, para la asignación

de créditos se basa en lo que establece la Secretaría de Educación Pública en su

Acuerdo 279, el cual en su Artículo 14 señala que: por cada hora efectiva de actividad

de aprendizaje se asignarán 0.0625 créditos. Por actividad de aprendizaje se entiende

toda la acción en la que el estudiante participe con el fin de adquirir los conocimientos,

habilidades actitudes y valores requeridos para su formación. Las actividades se

desarrollan: bajo la conducción de un académico, en espacios internos de la

institución, como aulas, talleres, laboratorios, centros de investigación, o en espacios

externos; y de manera independiente: se consideran todas las actividades de

aprendizaje en espacios internos o externos, fuera del horario de clase establecido,



sin la conducción de un docente, pero como parte de los procesos de aprendizaje

relacionados con alguna asignatura o unidad de aprendizaje del plan de estudios.

De esta manera en la Universidad Autónoma de Guadalajara se establecen los

siguientes parámetros sobre el mínimo y máximo de créditos para los estudios del

nivel superior en modalidad escolarizada:

• Profesional asociado, 180 créditos, con un mínimo de 50% de horas bajo la

conducción de un docente.

• Para las licenciaturas se establece un mínimo de 300 créditos y un máximo de 360,

también con un porcentaje mínimo del 50% de horas con docente.

• Dentro de los estudios de postgrado se señala: para la Especialidad entre 45 y 60

créditos; para la Maestría, entre 75 y 90 créditos (después de la licenciatura) y para

el Doctorado de 75 a 90 créditos, teniendo como antecedente la Maestría.

• En cualquier programa de postgrado se establece que como mínimo el 25% de

actividades de aprendizaje se realicen bajo la conducción de un docente, tratándose

de programas en modalidad escolarizada.

La UAG, establece el porcentaje de créditos que se deben cubrir por áreas de

formación:

• Área de Formación Universitaria UAG. A esta área se le asigna un porcentaje de

entre el 5% y 10% del total de los créditos de la carrera.

• Área de Formación Básica. Aquí se establece un porcentaje de entre el 30 y 45 por

ciento de los créditos del plan de estudios.

• Área de Formación Disciplinaria. Esta área cubre entre el 30 y el 40 por ciento de los

créditos de una carrera.

• Área de Formación Profesional. Cubre entre el 20 y el 25 por ciento del total de los

créditos.



La asignación de los créditos es una decisión del comité curricular y se hace de

acuerdo con la naturaleza de la carrera y con la orientación profesional que se le dé,

pero respetando los rangos establecidos institucionalmente.

En la Universidad Autónoma de Guadalajara se trabaja en la movilidad académica a

través del sistema de créditos, pues se le asigna valor en crédito a clases, cursos,

talleres, actividades realizadas en lugares alternos a la institución, así como al

desempeño que se manifiesta en: prácticas profesionales, estancias, internados,

etcétera.

Por último es importante señalar que los créditos no evalúan la calidad educativa, ni la

pertinencia de una decisión curricular o la eficacia de un curso o programa. Estos

aspectos son sumamente importantes dentro del proceso educativo, y son evaluados

por otros medios, no mediante la cuantificación de créditos.

III. D. Estrategias curriculares.

El modelo académico UAG establece que, a la par de la definición de la estructura

curricular, cada programa académico debe diseñar las estrategias que completan la

planeación de los procesos formativos: el programa de investigación, las prácticas

profesionales, el servicio social, los mecanismos de titulación, así como los programas

relacionados con la evaluación curricular y el seguimiento de egresados. Las

actividades cocurriculares ocupan un lugar importante dentro de las estrategias

curriculares, por lo que también deberá planearse su desarrollo sistemático en cada

programa académico.



En atención a la necesidad de llevar a cabo todas las estrategias señaladas, la UAG

establecerá un conjunto de programas institucionales que marcarán la pauta para el

diseño de programas particulares que cubran los siguientes rubros:

• Programa de investigación. La UAG, de acuerdo con su misión y sus fines, fomenta

la generación del conocimiento y el desarrollo de innovaciones científicas y

tecnológicas. Es a través de los cuerpos académicos en los que se organiza el trabajo

de los expertos y estudiosos de los diferentes campos disciplinarios, así como de los

estudiantes, como la institución produce nuevos conocimientos que aporta a la

sociedad.

En el programa de investigación se requiere definir explícitamente las normas,

políticas y los mecanismos para el desarrollo de la investigación en vinculación con

los programas de docencia que mantiene la UAG. En el programa de investigación

debe detallarse de qué manera se involucrarán los estudiantes y los maestros en

actividades de investigación a partir de los contenidos curriculares presentes en el

plan de estudios.

• Programa de prácticas profesionales. La vinculación con el mundo laboral es uno

de los objetivos de los programas de formación profesional de la UAG, motivo por el

cual se determinó la realización de “prácticas profesionales” por parte de los

estudiantes, desde el inicio hasta el término de su carrera. Los beneficios de las

prácticas profesionales son múltiples, tanto para el estudiante, como para la

institución y la sociedad, al permitir la formación de profesionistas sólidamente

preparados.

El desarrollo de las prácticas profesionales no debe ser cuestión improvisada y debe

seguir un plan sistemáticamente diseñado desde el currículo. El programa de

prácticas profesionales debe definir, como elementos mínimos: la misión y los

objetivos de las prácticas profesionales, los mecanismos y procedimientos para su



realización y la forma de evaluar las actividades realizadas por los estudiantes; todo

ello en forma congruente con lo manifestado en la estructura curricular base y en el

modelo pedagógico del programa académico correspondiente.

• Programa de servicio social. El servicio social (SS) es el conjunto de actividades

prácticas de carácter temporal obligatorio que realizan los estudiantes como requisito

previo para obtener el título o grado (bachiller, profesional asociado o licenciado) y

que contribuye a su formación académica en interés de la sociedad.

El cumplimiento del servicio social responde a un ordenamiento jurídico expresado en

la Constitución Política de nuestro país4, lo cual no exime a las instituciones de

educación superior de planear la mejor manera en que los estudiantes lo lleven a

cabo. Es necesario establecer un programa institucional de servicio social que

considere: la justificación social y pedagógica del servicio social (incluyendo sus

antecedentes y el marco legal aplicable), los objetivos del SS, los tipos y modalidades

de SS, las reglas y políticas académico administrativas para su ejecución, y

mecanismos para la evaluación de las actividades desempeñadas por el prestador de

servicio social.

Debe buscarse la integración del servicio social al currículum, lo cual quiere decir que

es muy conveniente concebir esta actividad obligatoria, como una oportunidad para el

desarrollo personal y profesional del estudiante, a la vez que una aportación de las

IES al desarrollo comunitario, por los beneficios brindados a los sectores social y

empresarial de las diferentes regiones del país.

• Mecanismos de titulación. Para la obtención del título que acredite a los egresados

de los programas educativos de nivel superior como nuevos profesionistas, la UAG

ofrece una variedad de opciones de titulación, como son: el examen general de

4 Cfr. los artículos 3º, 5º, 25, 26, 73 fracc. XXV, 89 fracc. I, 90, 120, 121 fracc. V, 122 apartado C, BASE PRIMERA, fracc. V, inciso l), 123 apartado A fracc. XXIX, 124 y 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.



conocimientos, el seminario o curso de titulación, la elaboración y defensa de una

tesis, la titulación automática en reconocimiento a la excelencia académica del

estudiante y la titulación por créditos obtenidos en estudios de postgrado (para

egresados de licenciatura).

Debe buscarse la ampliación de los mecanismos de titulación existentes,

incorporando nuevas estrategias, de manera que se atiendan las necesidades e

intereses de los egresados, se faciliten las condiciones para la obtención de los títulos

y se fomente la eficiencia de titulación en los programas académicos.

• Sistema de evaluación y actualización curricular. Los currículos de los programas

académicos deben ser continuamente evaluados y actualizados en determinado

momento, para mantener su vigencia y pertinencia con relación a las necesidades

sociales y laborales. Debe existir, al interior de cada plan curricular, un sistema de

evaluación y actualización de los planes de estudio, en el cual se definan los

mecanismos, criterios y procedimientos de evaluación del currículum, los momentos

para la evaluación, los responsables de la evaluación y los instrumentos para evaluar.

Los sistemas de evaluación y actualización curricular que se definan en los distintos

programas académicos deberán ser congruentes con la normatividad institucional, los

lineamientos curriculares dispuestos en el modelo académico UAG y las necesidades

de la profesión; además, deberán ser factibles en función de las condiciones de

operación del programa académico respectivo.

• Actividades cocurriculares. El programa de actividades cocurriculares debe

considerar dos líneas de acción fundamentales: La primera, relacionada con el

desarrollo de actividades de apoyo a la formación integral: sociales, culturales,

deportivas y recreativas. La segunda línea debe definir los criterios, procedimientos y

mecanismos para promover la Movilidad académica, a través de un Programa de



intercambio para estudiantes y profesores, en el cual se manifieste el interés de la

UAG de favorecer las experiencias formativas en el ámbito internacional.

MODELO ACADÉMICO DE LA

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUADALAJARA

IV. DIMENSIÓN PEDAGÓGICA. MODELO PEDAGÓGICO CENTRADO EN EL APRENDIZAJE.

Un modelo pedagógico se concibe como una representación organizada y sistemática

de los procesos de enseñanza y aprendizaje que se desarrollan en el marco de los

programas académicos de todos los niveles educativos.

El modelo pedagógico de la Universidad Autónoma de Guadalajara se sustenta en la

teoría educativa, el ideario de la institución y en el marco legal del sistema educativo

mexicano; contiene definiciones, principios y normas para la acción educadora y orienta

el diseño de las estrategias didácticas que resulten más eficaces para el logro de los

fines educativos.

El modelo pedagógico juega un papel trascendente en la práctica educativa que

realizan cotidianamente los profesores y los estudiantes de la Universidad Autónoma

de Guadalajara. Junto con el currículo, el modelo pedagógico es el fundamento de los

procesos formativos que se desarrollan en las escuelas de la UAG. Este modelo es

una visión de la educación que se desea lograr; una educación entendida como la

formación integral de cada alumno.



Para cumplir el propósito institucional de hacer un cambio sustancial en el proceso de

enseñanza y de aprendizaje basado en la propuesta pedagógica orientada al desarrollo

de competencias, se presenta el siguiente modelo pedagógico centrado en el

aprendizaje.

UN ENFOQUE PEDAGÓGICO CENTRADO EN EL APRENDIZAJE

Fundamentos del MPCA

El Modelo pedagógico centrado en el aprendizaje está fundamentado principalmente en

tres pilares: el ideario institucional, la teoría pedagógica y el currículo.

El modelo pedagógico tiene una base importante en el ideario educativo de la

Universidad Autónoma de Guadalajara; es congruente con los fines, la misión, la visión

y los valores de la institución; busca la concreción en la práctica educativa de los

objetivos y las metas plasmadas en sus planes estratégicos.

El modelo pedagógico centrado en el aprendizaje (MPCA) se sustenta en los

principales aportes de la pedagogía moderna, la cual ha puesto de manifiesto el papel

central del estudiante en el proceso educativo. Esto no quiere decir que la UAG olvide

su arraigado compromiso con los postulados de la pedagogía católica, que durante

siglos ha guiado las prácticas educativas hacia la formación integral de las personas,

dentro y fuera de las escuelas. Por lo tanto, el MPCA en la UAG funge como un

sistema normativo, fundado en las mejores ideas sobre la educación integral,

actualizado a partir de los resultados que la investigación pedagógica ha brindado en

los años recientes para innovar en los procesos educativos y mantener la calidad, la

pertinencia y la relevancia en los aprendizajes de los estudiantes de hoy.



Por medio del modelo pedagógico centrado en el aprendizaje la Universidad mantiene

su compromiso con el logro de los fines de la auténtica educación, que busca formar la

inteligencia y la voluntad humanas, desarrollar todas las potencialidades del individuo y

perfeccionarlas, para la realización personal, el beneficio social y el logro de su

trascendencia.

El modelo pedagógico está estrechamente relacionado con el currículo. Para la

educación básica, el MPCA considera esenciales los elementos del currículo nacional

en todos sus niveles: preescolar, primaria y secundaria; así mismo en la educación

media superior y superior, en cualquiera de sus modalidades, busca el alineamiento

con los propósitos y contenidos de los planes de estudios oficiales. La relación que

existe entre el modelo pedagógico y el currículo se da en dos sentidos: primero, porque

tanto los lineamientos que presenta el modelo como los contenidos curriculares están

orientados al logro de la formación integral como finalidad última. En otro sentido,

porque la práctica educativa requiere que estudiantes y profesores hagan realidad los

planteamientos definidos en el currículo, en el marco de los principios y orientaciones

que brinda el modelo pedagógico.

Conceptos centrales

En el Modelo pedagógico centrado en el aprendizaje para los programas de educación

básica, media superior y superior de la Universidad Autónoma de Guadalajara, son

esenciales los siguientes conceptos:

Formación integral.

Una educación completa requiere de la instrucción, la formación y la disciplina, para el

desenvolvimiento pleno de todas las capacidades físicas, intelectuales, morales,

sociales y estéticas del ser humano. De ahí que la educación también sea referida

como formación integral.



Formar integralmente quiere decir brindar toda la ayuda necesaria para que el

educando adquiera conocimientos verdaderos sobre sí mismo, su entorno, el mundo

natural y cultural, el orbe y su Creador; desarrolle habilidades que fortalezcan sus

capacidades físicas y mentales; forme actitudes positivas que favorezcan su

convivencia en diversos grupos y en la sociedad; conozca y aplique valores en las

acciones y decisiones emanadas de su voluntad; en fin, consolide hábitos que

perfeccionen su desempeño en todos los ámbitos de su vida.

La formación integral comprende todos los esfuerzos realizados por los agentes

educadores para el desarrollo completo del individuo. Por lo tanto, el quehacer de la

escuela y de sus maestros, cada una de las acciones llevadas a cabo como parte de la

educación de los estudiantes, debe promover su formación intelectual, moral, social,

física, artística y tecnológica.

Condiciones de la Educación.

La condición memoria es una de las más elementales pero es esencial porque permite

retener información. Sin embargo, lo importante es llegar más allá de ella, dejando de

identificar lo que una persona ha aprendido, por lo que puede recordar.

La condición de entendimiento implica que el estudiante comprende lo que puede

recordar. Sin esa comprensión no puede haber aprendizaje valedero. Entender es

capturar el significado de las cosas.

Aprender también es conocer, además del significado, el uso correcto de las palabras;

el porqué las cosas se llaman de un modo y no de otro, y el lugar correcto que las

palabras deben ocupar en la oración.

La condición creencia contiene una paradoja. El estudiante tiene que ser persuadido a

creer. Persuasión es cualquier medio por el cual se produce una creencia.



La condición verdad no depende de cuestiones técnicas, metodológicas, volitivas o

éticas. No depende de lo que se ha aprendido, ni de cómo se ha aprendido. No

depende de nada relacionado con el estudiante o el maestro. Depende de “cómo es” el

universo existente. Y es aquí dónde nos apoyamos en la cuestión más importante de la

filosofía de la educación.

La condición evidencia ayudará a contestar la anterior. Aquí estudiantes y maestros

deberán entender lo que cuenta como evidencia y como razón para descubrir la verdad

y reconocer el error. Aquí el docente debe cultivar la habilidad del estudiante para

encontrar evidencias por sí mismo y desarrollar su capacidad de pensamiento

independiente.

Por el ordenamiento de las condiciones del aprendizaje podemos deducir que las

primeras tres son necesarias para el logro de las últimas. Estas, a su vez, representan

la satisfacción del proceso de aprendizaje. Las primeras son instrumentales, mientras

que las últimas son intrínsecamente valiosas y, aunque todas son necesarias, son las

finales las que verdaderamente permiten juzgar la madurez y el éxito de un sistema

educativo.

Aprendizaje.

El aprendizaje es un proceso fundamental en la vida del ser humano. Todo lo que no es

innato en el hombre, lo que adquiere a través de la experiencia y la reflexión, es

aprendido. Aprender es adquirir nuevas capacidades físicas y mentales que permitan

actuar y pensar de forma diferente.

La tarea principal del estudiante es aprender. El aprendizaje constituye un fin prioritario

en la educación escolar porque a través suyo se logra la formación integral. El



aprendizaje se da en un proceso complejo que compromete la actividad cognitiva del

alumno, es una actividad que implica muchas operaciones que son el soporte del

pensamiento, implica un fenómeno de comprensión y un proceso de creación de

sentido dando como resultado la generación del propio conocimiento.

Para que el aprendizaje se dé en el alumno se debe cumplir con tres condiciones (Jean

Berbaum (1991):

1. Perseguir un objetivo

2. Adoptar estrategias que permitan desarrollar capacidades y potenciales

3. Constatar un cambio positivo de resultados

El aprendizaje escolar no puede ignorar estas tres condiciones.

El proceso de aprendizaje se da de acuerdo con los siguientes principios (Saint- Onge,

2000):

• Aprender es perseguir un objetivo.

• Aprender es buscar un desarrollo.

• Aprender es proceder por etapas, pero de forma recurrente.

• Aprender es memorizar con sentido.

• Aprender es integrar nuevos contenidos en su conocimiento anterior.

• Aprender es organizar el propio conocimiento.

• Aprender es descubrir nuevas significaciones.

• Aprender es desarrollar las propias estrategias cognitivas.

Enseñanza.

La enseñanza es la actividad que realiza el docente para promover el aprendizaje de

los alumnos. No es solamente transmitir el conocimiento, “decir” lo que el profesor sabe



acerca de un determinado tema. Enseñar implica pensar cómo hacer que los alumnos

accedan al “saber” y al “saber hacer” que ya domina el docente.

Enseñar es facilitar la adquisición de los conocimientos, el desarrollo de las habilidades

y la formación de las actitudes (contenidos curriculares), a través del diseño de

situaciones y experiencias que pongan a los alumnos en contacto con el objeto de

aprendizaje.

La enseñanza parte de una planificación que facilita la armonización de todo el sistema

de conocimientos del alumno. Es la organización de estrategias de apoyo que permiten

a los alumnos construir su propio saber partiendo del modelo de conocimientos de las

diferentes disciplinas escolares.

Competencias.

La educación en México está en una época de renovación curricular y pedagógica, que

la acercan al modelo de educación basado en competencias (EBC). Por tal motivo, los

profesores ahora deben estar familiarizados con lo que son las competencias y cómo

los alumnos logran desarrollarlas.

Para ilustrar este aspecto, basta revisar el nuevo currículo de la educación secundaria,

en el cual se establece el perfil de egreso de los jóvenes a través de un conjunto de

competencias. En dicho documento se define que:

Una competencia implica un saber hacer (habilidades) con saber (conocimiento), así

como la valoración de las consecuencias del impacto de ese hacer (valores y

actitudes). En otras palabras, la manifestación de una competencia revela la puesta en

juego de conocimientos, habilidades, actitudes y valores para el logro de propósitos en

un contexto dado. Las competencias movilizan y dirigen todos estos componentes



hacia la consecución de objetivos concretos; son más que el saber, el saber hacer o el

saber ser. Las competencias se manifiestan en la acción integrada; poseer

conocimiento o habilidades no significa ser competente: se pueden conocer las reglas

gramaticales, pero ser incapaz de redactar una carta; se pueden enumerar los

derechos humanos y, sin embargo, discriminar a las personas con necesidades

especiales. (SEP, 2006: 11)

En suma, las competencias son saberes integrados, producto de la combinación de

conocimientos, habilidades y actitudes, que son demostrables en la acción.

En el ámbito de la educación profesional, ya sea a nivel técnico o superior, tampoco

puede soslayarse la fuerte influencia que tiene el enfoque basado en competencias. De

tal manera, la Universidad Autónoma de Guadalajara, como institución innovadora y de

vanguardia, incorpora en su modelo académico la orientación curricular y pedagógica

de las competencias que los estudiantes necesitan para desempeñarse como

personas, ciudadanos y profesionales exitosos.

El proceso de formación basado en el MPCA

El modelo pedagógico centrado en el aprendizaje (MPCA) promueve una formación

integral, fundada en los paradigmas de aprender a aprender con una orientación al

desarrollo de competencias; esto es, formar estudiantes críticos, participativos,

creativos, independientes en su aprendizaje, dispuestos al trabajo en equipo e

interdisciplinario, etcétera. Esto no se puede lograr con una visión unidisciplinaria y con

prácticas pedagógicas con énfasis en la enseñanza, centradas en los profesores, con

predominio de las clases expositivas, que conducen a los alumnos a adoptar una

actitud pasiva en el aula que los transforma en simples receptores de los conocimientos

expuestos en el aula por el profesor, generalmente aprendidos de memoria, que los

prepara únicamente para las evaluaciones, sin posibilidad de comprobación de lo



aprendido en una saber hacer. El modelo que se presenta implica una serie de

relaciones deseables para que el proceso de formación logre los resultados esperados.

El MPCA promueve la participación activa del estudiante y lo sitúa como el centro del

proceso de formación. El alumno es responsable de su aprendizaje, de sus procesos y

sus resultados.

En el MPCA el papel del docente sigue siendo prioritario, pues es él quien dirige,

promueve, facilita, orienta, supervisa y evalúa el aprendizaje de los estudiantes, pero

sin ser él quien realice todas las actividades. En este modelo el profesor es un agente

educador fundamental, sin llegar a ser el único protagonista.

Los procesos formativos que orienta el MPCA están basados en una comunicación

amplia y fluida entre los involucrados en el proceso educativo, principalmente entre

estudiantes, profesores y padres de familia. En suma, el MPCA identifica como agentes

educadores, al propio alumno, al maestro que le ofrece su ayuda pedagógica y a las

comunidades de aprendizaje en las que ellos participen, sean éstas formadas por

grupos escolares o grupos sociales fuera de la escuela.

La formación integral que se promueve con el MPCA se lleva a cabo en diversos

espacios educativos y diferentes ambientes de aprendizaje. Las aulas escolares son

espacios armónicos, especialmente preparados para las actividades educativas; sin

embargo, no son el único lugar donde el aprendizaje ocurre. El MPCA reconoce que el

aprendizaje del alumno se da en diferentes entornos, uno de los cuales es la institución

escolar. La sociedad, los medios de comunicación, otras instituciones educativas y

productivas, serán también entornos de aprendizaje, siempre que se sitúe al estudiante

en dichos lugares para trabajar en actividades de aprendizaje diseñadas por la escuela,

con objetivos bien definidos. Así mismo, el MPCA valora las amplias oportunidades

educativas que pueden sucederse mediante la participación del estudiante en entornos

de aprendizaje virtuales.



En el marco del MPCA, los docentes diseñan, proponen y conducen situaciones que

plantean a los estudiantes la toma de decisiones razonadas y críticas, sobre la solución

de problemas académicos e inclusive personales.

La propuesta pedagógica del MPCA incluye diversas estrategias de aprendizaje e

incorpora particularmente los métodos basados en la solución de problemas, el estudio

de casos, la simulación, el trabajo en equipo y el desarrollo de proyectos. Promueve la

práctica constante del análisis de información, de tal manera que el estudiante pase de

la simple identificación de los datos a su comprensión, interpretación y aplicación. El

MPCA, además, fomenta la aplicación de lo aprendido en situaciones reales

(aprendizaje in situ) e incluye actividades que propicien el desarrollo de actitudes y

valores, aspecto sumamente importante dentro del proceso de formación en cualquier

nivel educativo, especialmente en la educación básica.

Esta propuesta pedagógica contempla distintas estrategias de motivación para el

aprendizaje, de acuerdo con las necesidades e intereses de los estudiantes. A nivel

curricular, la oportunidad que tiene el estudiante de participar en la toma de decisiones

con relación al diseño de su plan de estudios, es considerada como una fuente de

motivación que favorece su desempeño académico. En un nivel de concreción más

específico, en el desarrollo del proceso de aprendizaje, el alumno, asistido por el

profesor, estará intrínsecamente motivado cuando se comprometa en la realización de

tareas y actividades que lo lleven a obtener aprendizajes significativos y relevantes. De

ahí la importancia de la labor pedagógica que el MPCA atribuye a los docentes.

Considerando la situación actual en la que se desenvuelven los procesos educativos, el

MPCA reconoce el papel que juegan las tecnologías de información y comunicación

(TIC’s), las aprovecha y se apoya en el uso de diversos materiales y recursos

tecnológicos con fines didácticos.

El MPCA incorpora un sistema de evaluación completo que incluye la evaluación

externa, la autoevaluación, que permita mejorar el proceso y orientar la función de los

participantes en el proceso educativo.

Figura 5. El proceso de aprendizaje: entornos, participantes y factores.

Por qué un modelo “centrado en el aprendizaje”

Desde finales del siglo XX se ha superado en el diseño curricular el modelo centrado

en el profesor y en los contenidos. La tendencia actual conduce a la adopción del

paradigma educativo de aprender a aprender, por lo que el MPCA es un modelo que

posibilita al alumno a construir conocimiento, a la par que desarrolla estrategias

cognitivas para aprender en forma independiente a lo largo de toda su vida.





El propósito central del MPCA no es la enseñanza como tal, sino el aprendizaje. El

concepto de aprendizaje, como centro del modelo de educativo, no parte del hecho de

que el aprendizaje se pueda dar dentro o fuera de la escuela, antes de entrar a ella o

después de salir de la misma, si el estudiante no se encuentra en las condiciones que

le permitan efectivamente aprender; estas condiciones, se ha señalado, incluyen el

querer aprender, saber aprender y poder aprender. El querer aprender hace referencia

a la motivación: se trata de que el estudiante aprenda porque lo desea, porque le

resulta atractivo aprender. El saber aprender, tanto como el poder aprender, se

relacionan con las capacidades desarrolladas por el alumno para abordar una tarea de

aprendizaje; es decir, se trata de las habilidades para aprender que el estudiante

posee, en donde las estrategias de aprendizaje juegan un papel fundamental.

El proceso de aprender más eficazmente y de aprender a aprender, basado en el

desarrollo del potencial del estudiante, es uno de los propósitos fundamentales del

MPCA, en su búsqueda de una mayor calidad educativa

El MPCA trata de lograr que los estudiantes, además de aprender determinados

contenidos curriculares, desarrollen habilidades y actitudes favorables hacia el estudio

y el trabajo académico, las cuales se harán evidentes en el interés y la capacidad para

aprender.

El MPCA propone recursos y actividades que incrementan o amplían el conocimiento;

estimulan el razonamiento, a partir de experiencias personales y prácticas y no en

descripciones abstractas de los fenómenos; facilitan apoyos, pero no imponen ni

restringen el contenido o las interpretaciones de las secuencias de aprendizaje

Sus ventajas son indiscutibles ya que, además de contribuir al aprendizaje de

contenidos genéricos y específicos de las disciplinas académicas y del desarrollo de

competencias profesionales, permiten la adquisición de un conjunto de estrategias

didácticas que redundan en el desarrollo del potencial del aprendizaje de los

estudiantes.



EL ALUMNO EN EL MPCA

Trabajar en el paradigma centrado en el aprendizaje requiere considerar al alumno

como sujeto clave del proceso educativo. Toda acción pedagógica cobra sentido en

función de su aportación para la formación del estudiante. Por lo tanto, los docentes

deben conocer en profundidad quiénes son sus alumnos: cómo son, qué los caracteriza

de acuerdo con su etapa de desarrollo, cuáles son sus intereses, cómo aprenden, qué

piensan acerca de la escuela y de los propios maestros, etcétera.

Para conocer mejor a sus alumnos, además de procurar un acercamiento con ellos en

la experiencia escolar cotidiana, el docente se valdrá del acervo de conocimientos que

la humanidad ha desarrollado sobre la niñez y la juventud, desde la perspectiva de

distintas disciplinas científicas. Entre éstas son de especial importancia la psicología

educativa y la del desarrollo (psicología evolutiva). Se trata de conocer a cada alumno

en su individualidad, a la vez que poseer un marco de referencia sobre las

características más representativas del grupo generacional que ha llegado a las

escuelas.

También los planes de estudios de la educación pública, en sus fundamentos, proveen

a los profesores con información valiosa sobre las características de los estudiantes

de las nuevas generaciones. Un claro ejemplo de esto se identifica en el nuevo

currículo para la educación secundaria (SEP, 2006), en el cual se presenta una visión

actual que describe a los alumnos que asistirán a las aulas, de los adolescentes

mexicanos del siglo XXI. A este respecto, el nuevo currículo expresa que:

En las últimas décadas, las formas de existencia de los adolescentes y

jóvenes del país han experimentado profundas transformaciones

sociológicas, económicas y culturales.En general, cuentan con niveles de

escolaridad superiores a los de sus padres, están más familiarizados con



las nuevas tecnologías, disponen de mayor información sobre diferentes

aspectos de la vida, así como sobre la realidad en que viven.

Al mismo tiempo, los jóvenes del siglo XXI enfrentan nuevos problemas,

algunos

asociados con la complejidad de los procesos de modernización y otros

derivados de la acentuada desigualdad socioeconómica que caracteriza al

país, y que han dado lugar a que muchos de ellos permanezcan en

situación de marginación.

Así, aunque los jóvenes que asisten a la escuela secundaria comparten la

pertenencia a un mismo grupo de edad –la mayoría de estudiantes

matriculados se ubican entre los 12 y 15 años de edad–, constituyen un

segmento poblacional profundamente heterogéneo en tanto enfrentan

distintas condiciones y oportunidades de desarrollo personal y comunitario.

(p.13)

Para lograr buenos resultados, cualquier estrategia de intervención pedagógica que se

planee llevar a cabo debe partir del reconocimiento de las características, capacidades

y potencialidades de los alumnos; es decir, no se trata solamente de considerar la

eficacia de la acción a partir de los objetivos, sino de la atención a las necesidades y

posibilidades de aquellos para quienes se planea una acción educativa.

El rol del alumno en el modelo pedagógico basado en el aprendizaje

El papel central de los estudiantes en el proceso educativo, tiene su razón de ser en la

idea de que son ellos quienes aprenden, y en ellos se logra el fin último de la

educación, además su participación puede modificar la dinámica del mismo proceso.

En este sentido se requiere que el alumno esté comprometido con su aprendizaje y su

formación. El aprovechamiento de los apoyos que ofrece la escuela, el cumplimiento

de sus obligaciones como estudiante, el involucramiento con los demás para el logro de



los objetivos, etcétera, son parte del compromiso de participar en su propio proceso de

formación.

Como sujeto que aprende con conciencia y responsabilidad, el alumno participa

activamente en el proceso educativo en formas muy diversas, haciendo que su papel

cambie sustancialmente. El alumno comprometido con su aprendizaje:

• Analiza situaciones reales, complejas y retadoras presentadas por el profesor.

• Busca, estudia y aplica información de diversas fuentes (Internet, biblioteca digital,

biblioteca del campus, textos, artículos, consultas a expertos de organizaciones y

empresas) para ofrecer soluciones fundamentadas.

• Comparta las soluciones con los miembros del grupo, buscando entre todos, de forma

cooperativa, la solución más viable.

• Utiliza las tecnologías de la información para aprender, investigar, exponer e

interactuar con el profesor y sus compañeros.

• Consulta al profesor y a otros expertos para pedir orientación cuando lo necesita.

• Participa en la organización y administración del proceso compartiendo

responsabilidades con sus compañeros.

• Participa en sesiones de grupo para reflexionar sobre el proceso, los resultados

logrados y proponer juntos soluciones de mejora bajo la guía del profesor.

Las características que se presentan a continuación describen el comportamiento de

los alumnos de acuerdo con los principios del MPCA.

Los estudiantes de la UAG:

1.- Reconocen que son el elemento fundamental en el proceso de aprendizaje y de

acuerdo con esta concepción, demandan y cumplen con las condiciones educativas

que son indispensables para su formación.



2.- Tienen interés por su propio aprendizaje, reconocen el valor de la independencia

cognitiva, desarrollan la curiosidad, la creatividad, tienen iniciativa y son capaces de

tomar decisiones.

3.- Tienen información oportuna y constante sobre su avance académico: acerca de los

conocimientos que han adquirido y las competencias que van desarrollando para

utilizarlo en la toma de decisiones.

4.- Saben aprender. Identifican lo que necesitan aprender y las mejores estrategias

para lograrlo. Desarrollan sus propias habilidades y hábitos para el estudio.

5.- Apoyan sus actividades de formación en el uso eficiente y sistemático de las

tecnologías de información y comunicación.

6.- Participan en actividades de evaluación, autoevaluación, heteroevaluación y

coevaluación.

EL DOCENTE EN EL MPCA

Un modelo centrado en el aprendizaje impacta no solo en la forma como se organiza el

proceso, sino también en las funciones y forma de relacionarse de las personas

implicadas en el mismo, esto es profesores y alumnos.

En el MPCA el papel del docente sigue siendo prioritario, sin embargo, el rol que

desempeña no es el de protagonista exclusivo. En este modelo el profesor es un

agente educador fundamental, pues es él quien dirige, guía, conduce, promueve,

facilita, orienta, supervisa y evalúa el aprendizaje de los estudiantes.

El MPCA promueve la responsabilidad de los estudiantes y su involucramiento total en

el aprendizaje guiado por el docente. El profesor es un “pedagogo” en el sentido clásico

de la expresión; conduce, orienta, acompaña, ayuda, motiva, instruye. No se trata de

un transmisor del conocimiento; es un educador comprometido con la misión de hacer

fácil y productiva la tarea de sus alumnos de aprender.



La actuación del docente de la UAG de acuerdo con lo que establece el modelo

pedagógico centrado en el aprendizaje también parte del reconocimiento de las

diferentes funciones que la institución encomienda al profesorado. Las funciones

genéricas del docente en la Universidad Autónoma de Guadalajara son:

1.- Función Técnica

De acuerdo con esta función, el profesor debe tener suficientes conocimientos relativos

a la docencia. La preparación se refiere específicamente a su disciplina o

especialización y como complemento, a todas las áreas de conocimientos afines a su

especialidad. Además atañe a la cultura general que debe coronar la suma de

conocimientos indispensables a todo profesor. Resulta importante que dichos

requerimientos sean atendidos para orientar al estudio y la investigación, a fin de que

el diálogo entre el docente y el discente no se diluya.

De lo antes dicho, se desprende la necesidad de que el profesor se actualice

constantemente, no sólo en su asignatura, sino en todo lo concerniente a hechos y

acontecimientos que constituyen la cultura general dinámica de nuestra época.

2.- Función Didáctica

El profesor debe estar preparado para orientar correctamente el aprendizaje de sus

alumnos, utilizando para ello métodos y técnicas que exijan la participación activa de

los mismos en la adquisición de los conocimientos, habilidades, actitudes e ideales.

Así pues, ésta función consiste en orientar la enseñanza de modo tal que favorezca en

el alumno a la reflexión, la creatividad y la disposición para la investigación.

3.- Función Orientadora

Esta es una función cuya importancia en la vida profesional del docente (que es

esencialmente un orientador de sus alumnos) se acrecienta cada vez más. En la acción

del educador está implícita la preocupación por comprender a los alumnos y a su

problemática existencial, a fin de ayudarlos a encontrar respuesta a sus dificultades,



a incorporarse a la sociedad de una manera activa y responsable y a realizarse los más

plenamente posible para poder alcanzar el fin para el cual fue creado.

4.- Función Directiva

El docente no impone directivas de manera autocrática, sino que estimula a los

educandos a buscar por sí mismos el logro de formas de estudio y comportamiento

adecuados.

Así pues, la función directiva consiste en ayudar a los educandos a estructurar sus

conocimientos y formas de conducta con una plena participación personal responsable.

Este procedimiento ayuda al alumno a madurar y tomar conciencia respecto de los

rumbos a seguir en la vida, con objetividad y responsabilidad.

5.- Función Facilitadora

En la función facilitadora, el profesor no debe solo transmitir conocimientos, sino

además, crear y facilitar condiciones para que el educando los obtenga, mediante su

propio esfuerzo y voluntad. Los conocimientos pueden transmitirse en situaciones

especiales y cuando sean solicitados. El docente debe sugerir acciones y conducir por

los caminos que mejor lleven a la consecución de los objetivos deseados.

El rol del docente en el modelo pedagógico basado en el aprendizaje

En la educación el papel del docente es determinante, es el personaje que da voz a la

institución; es quien representa y hace realidad la propuesta educativa. Su función

como educador es clave en la formación de niños y jóvenes íntegros. Asignarle al

profesor el rol de mediador, coordinador o director del aprendizaje implica un papel

mucho más complejo del que lo concibe como transmisor de conocimientos. Este

cambio exige mayor apertura para entender a los estudiantes y también para ofrecer

diferentes opciones didácticas, así como una constante actualización, pero sobre todo,

un compromiso decidido con la institución.

De acuerdo con los principios del MPCA, los docentes de la UAG:

1. Poseen una formación disciplinaria, docente, tecnológica y cultural, acorde con la

función educativa que desempeñan.

2. Tienen disposición y buscan oportunidades para el trabajo cooperativo e

interdisciplinario.

3. Aprecian su trabajo como docentes y generan actitudes positivas en sus alumnos.

4. Poseen autoridad moral y son modelos en la transmisión y desarrollo de actitudes y

valores.

5. Dominan los procesos cognitivos que favorezcan la generación, apropiación y

aplicación del conocimiento.

6. Satisfacen las necesidades de aprendizaje de los estudiantes, con atención y

respeto a sus particularidades.

7. Despiertan en los estudiantes el interés, la motivación y el gusto por aprender,

estimulan la curiosidad, la creatividad y el pensamiento crítico.

8. Hacen un uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación y las

aplican en forma eficiente dentro y fuera de aula.

Figura 6. Roles docente y discente en el MPCA. Copyright © 2007.


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ORIENTACIONES PARA EL DESARROLLO DEL PROCESO FORMATIVO

La actividad docente en el marco del modelo pedagógico centrado en el aprendizaje se

desarrolla de acuerdo con los elementos fundamentales de la didáctica, referidos a las

tareas de planeación de la enseñanza, el diseño de experiencias de aprendizaje y la

evaluación, entre otras. Los lineamientos rectores del proceso enseñanza aprendizaje,

conocidos como principios didácticos, son esenciales para el desempeño del profesor.

Por este motivo, el MPCA los considera como una parte importante de sus postulados.

Principios didácticos

El trabajo docente debe conducirse bajo principios que garantizan la adecuación en el

desarrollo del proceso enseñanza aprendizaje. Estos principios son:

1. El principio de carácter científico

Este principio consiste en que toda enseñanza de hechos, principios, leyes, etc. deben

tener un carácter científico, apoyado en la realidad. Se da en tres sentidos:

a) Se deben enseñar conocimientos verdaderos, correctos.

b) El profesor debe enseñar científicamente, es decir, para transmitir los contenidos

propios de la asignatura debe cuidar que siempre exista una relación entre los

conocimientos científicos y las normas didácticas empleadas.

c) El maestro debe aprovechar cada situación de enseñanza para educar, cada vez

que se da en el alumno el aprendizaje de un conocimiento científico, se da un hecho

educativo.



2. El principio de sistematización

El principio didáctico de la sistematización se deriva de las leyes de la ciencia que nos

señalan que la realidad es una y forma un sistema y sólo se divide en parcelas de

acuerdo con el objeto de estudio, pero sin perder su carácter sistémico. En el proceso

educativo la sistematización de la enseñanza quiere decir formación sistemática en el

alumno a partir de los contenidos curriculares. Cada una de las disciplinas de cualquier

etapa educativa debe aportar conocimientos, previamente estructurados y planeados

de manera que el estudiante los integre como parte de un todo. Cuando los alumnos no

entienden el sentido, enfoque o la orientación de la materia o de algún contenido

específico y los ven como "añadidos" o "parches", sin sentido o relación con los demás,

es porque no se está manejando adecuadamente el principio de sistematización.

Para lograr este principio el profesor debe:

• Relacionar cada materia nueva con la precedente o en su defecto, con los

conocimientos previos del alumno, de igual forma se establecerá la relación con las

disciplinas que forman el ciclo escolar.

• Dividir la materia en núcleos de contenido relacionados entre sí, pero cada núcleo, a

su vez, deberá relacionarse con los demás que forman el programa de asignatura.

• Estar consciente de que la finalidad en la asimilación de conocimientos es crear las

bases para otros nuevos.

• Diseñar metodologías adecuadas que ayuden al alumno a que le dé sentido de

sistema al contenido, por ejemplo, resúmenes, síntesis, cuadros sinópticos, mapas

conceptuales, etcétera.

• Hacer énfasis en los aspectos esenciales de cada tema. Estos puntos centrales

deben ser cuidadosamente entrelazados entre sí, para que el alumno adquiera la

habilidad de sintetizar la esencia de cada contenido, ya sea en forma oral o escrita.



• Emplear medios pedagógicamente válidos específicos para cada materia y nivel del

estudiante.

• Fomentar el desarrollo de la expresión oral y escrita, que son fundamentales en la

sistematización, pues a través de estas formas de comunicación se manifiesta este

principio.

3. El principio de la relación entre la teoría y la práctica

La teoría en la enseñanza es el sistema de contenidos curriculares que se debe

transmitir a los estudiantes, pero para que estos logren un mayor grado de asimilación,

el docente estructura actividades prácticas en las que los alumnos se involucran más

con la información recibida. La práctica no se refiere solo a la actividad física o a la

parte técnica, sino también a la actividad intelectual que implica la resolución de

problemas, solución de casos, demostraciones, experimentos etc. Para el desarrollo de

este principio el docente debe:

• Estructurar las actividades prácticas sobre la base de la teoría correspondiente y de

manera inmediata a esta.

• Enseñar la importancia de la práctica como uno de los criterios inmediatos para

comprobar la teoría.

• Resaltar la importancia de los conocimientos teóricos en la solución de problemas.

• Diseñar actividades dirigidas a desarrollar en los alumnos habilidades y actitudes

necesarias para la aplicación práctica de los conocimientos teóricos.

• Diseñar trabajos en los que el alumno interrelacione los contenidos teóricos de las

diferentes asignaturas.



4. El principio de la relación entre lo concreto y lo abstracto

Este principio didáctico afirma la necesidad de vincular los datos reales y concretos con

sus generalizaciones teóricas a través de un proceso planeado para su apropiación por

los alumnos. Las clases deben ser en lo posible concretas, aún cuando se traten ideas

abstractas. La enseñanza deberá ser apoyada con elementos próximos, ejemplos

variados y relacionados con las experiencias de los estudiantes.

De acuerdo con algunos principios biológicos y psicológicos los alumnos pueden llegar

a hacer abstracciones:

a) Mediante la observación directa o indirecta de la realidad; en el segundo caso juegan

un papel muy importante los medios de enseñanza.

b) A partir de la explicación oral del maestro, por medio de la cual el estudiante

adquiere ideas nuevas, recuerda y relaciona conocimientos nuevos con los adquiridos

anteriormente.

c) Por medio de procedimientos que incluyan las explicaciones del profesor y las

observaciones y preguntas de los alumnos.

En la educación primaria la observación directa o indirecta es el procedimiento más

adecuado para lograr este principio, a medida que el niño crece se va desarrollando su

capacidad imaginativa y se hace más apto para la comprensión, mediante la

explicación oral del profesor.

5. El principio de independencia cognitiva

El maestro debe fomentar, con su tarea diaria, cualidades como la inquietud intelectual,

la curiosidad científica, la disciplina hacia el estudio, la constancia, la tenacidad, el

autocontrol en su aprendizaje, la honestidad, etc.



El desarrollo cognitivo del alumno requiere una actitud consciente y constante por parte

de este, ante los objetivos establecidos.

Para lograr la independencia cognoscitiva del alumno se recomienda que el profesor

observe las siguientes medidas:

• Presentar, claramente al estudiante, la materia objeto de estudio, sus objetivos y lo

que se espera de él.

• Realizar introducciones interesantes y atractivas al inicio de cada tema nuevo, para

despertar el interés del alumno hacia el mismo.

• Brindar las oportunidades necesarias para que los estudiantes realicen trabajos

independientes en los que apliquen conscientemente los conocimientos y habilidades

adquiridas.

• Propiciar actividades en clase en las que los alumnos expongan y defiendan sus

puntos de vista apoyados en los conocimientos teóricos recibidos, para fomentar, así,

la reflexión y la crítica.

• Realizar en clase debates, analizar problemas, solucionar casos bajo la orientación

oportuna y adecuada del profesor.

• Formular preguntas y ejercicios que estimulen el desarrollo del pensamiento.

• Fomentar en el alumno la idea de que no basta con memorizar los apuntes o el

contenido de los textos, sino que lo esencial es aplicar los conocimientos a situaciones

nuevas, que sean capaces de plantear problemas, formular preguntas inferidas e

interesantes, hacer reflexiones, sintetizar, etc. Es decir, educar el esfuerzo intelectual,

sin desconocer las posibilidades del estudiante.

• Supervisar, prestar atención y brindar apoyo durante el proceso del trabajo

independiente del alumno.



• Aprovechar todas las oportunidades para estimular el éxito en el estudio, reconocer la

independencia cognitiva adquirida y la responsabilidad en su aprendizaje.

6. El principio de asequibilidad o comprensión

Este principio constituye la exigencia de que la enseñanza sea comprensible y posible

de acuerdo con las características individuales del alumno. Consiste en conocer el nivel

intelectual y académico de cada uno de los grupos, como punto de partida para la

planeación didáctica.

Todo docente deberá hacerse el siguiente cuestionamiento: ¿mis alumnos tienen la

preparación suficiente para asimilar este contenido? Si no presentan las condiciones

apropiadas estará inhabilitado para la abstracción científica y se limitará a la repetición

de conceptos y definiciones, y por lo tanto no podrá llegar a la aplicación.

Este principio no significa simplificar la enseñanza, sino adecuarla a las dificultades del

grupo e ir superándolas gradualmente. Consiste, pues, en facilitarle la tarea, no en

hacerla difícil y complicada.

Para lograr este principio, el docente debe considerar:

• El límite máximo de capacidad del alumno, con la finalidad de aumentarla

constantemente, sobrepasar esta capacidad dificulta el proceso enseñanza -

aprendizaje, pero no considerarla impide el desarrollo de habilidades en la

adquisición de conocimientos.

• Que las actividades estén de acuerdo con el nivel de conocimientos y el desarrollo de

habilidades del alumno, pero que a su vez, lo impulsen a un nivel más elevado.

• Que el volumen y la información se adecue a los conocimientos previos del estudiante

y a su nivel intelectual.

7. El principio de lo individual y lo grupal



El proceso educativo debe conjuntar los intereses del grupo y los de cada uno de sus

miembros, con la finalidad de lograr los objetivos propuestos y las tareas de

enseñanza.

Para el logro de los objetivos educativos es necesario que este principio se desarrolle

desde el primer grado para favorecer tanto la integración y el trabajo en equipo como el

trabajo independiente.

Para lograr este principio el profesor deberá tener presente:

• Emplear procedimientos adecuados de ayuda individual. Para esto se puede apoyar

en los estudiantes más capacitados para ayudar a los menos avanzados.

• Conocer las habilidades, actitudes, intereses de los estudiantes para determinar su

función en el grupo. Esto como punto de partida para el desarrollo de otras

competencias.

• Propiciar actividades en las que el grupo participe en la valoración de los resultados

obtenidos como tal, así como de sus individualidades.

La tarea principal del docente en relación con este principio es desarrollar en el alumno

actitudes como: ayuda mutua, interés por la colaboración, espíritu de servicio, respeto y

compañerismo, y sobre todo, una gran responsabilidad y conciencia de que sus

esfuerzos individuales son importantes para el logro de los objetivos grupales.

8. El principio de solidez de los conocimientos

Este principio consiste en el trabajo sistemático y consciente durante el proceso de

enseñanza aprendizaje, en contra del olvido. Una de las funciones principales de la

docencia es lograr la asimilación de los conocimientos por parte del alumno, esto es,

que los interiorice, los haga suyos, los guarde en la memoria a largo plazo y los utilice.



Para lograr este principio el profesor deberá:

• Prestar atención especial a todas las estrategias orientadas a la consolidación de la

materia: conclusiones que resalten lo fundamental de la disciplina, profundizar en

aspectos esenciales a través del estudio diario.

• Organizar actividades de estudio diario independiente con relación al desempeño

gradual de las capacidades cognoscitivas en los estudiantes.

• Tomar muy en cuenta las sugerencias propuestas para los principios de

sistematización, de lo concreto a lo abstracto y el de independencia cognitiva.

• Diseñar actividades para valorar constantemente la consolidación del conocimiento

en los estudiantes.

La planeación del trabajo docente

El docente comprometido con su labor organiza anticipadamente su trabajo, a partir de

los fines que persigue, seleccionando y dosificando los contenidos, diseñando

actividades, eligiendo medios de enseñanza y definiendo criterios y mecanismos para

la evaluación del aprendizaje. Todas estas tareas forman parte de la planeación

didáctica.

La planeación del proceso enseñanza aprendizaje se realiza a partir de lo establecido

en el currículo, particularmente en el plan de estudios y en los programas de

asignaturas.

Los instrumentos de planeación que elabora el docente son:

• La guía del estudiante. En la guía el docente organiza todos los elementos del

proceso enseñanza aprendizaje –objetivos, contenidos, metodología y

evaluación- para informar a los alumnos cómo se llevará a cabo el curso. La



guía del estudiante se desarrolla a partir del programa de asignatura y en ella se

brinda información acerca de los objetivos del curso, los contenidos organizados

en temas y actividades por sesión, las experiencias de aprendizaje o tareas que

el alumno debe realizar, los criterios de evaluación y los recursos bibliográficos

básicos y de consulta, entre otros aspectos.

• Las unidades didácticas. La unidad didáctica es un plan de unidad que el

docente elabora a partir de un núcleo de contenidos, considerando éstos y los

objetivos de aprendizaje como punto de partida para la elección de la

metodología más adecuada. La unidad didáctica incluye los siguientes

elementos: introducción, temporalización, objetivos, contenidos clasificados de

acuerdo con su naturaleza, actividades y estrategias de enseñanza aprendizaje,

criterios y actividades de evaluación.

• Los planes de clases. Si bien el plan de una clase es una forma inmediata de

organizar la enseñanza, resulta conveniente elaborarlo para precisar el alcance

de los contenidos y las actividades que pueden desarrollarse en el tiempo

disponible para una sesión. Es recomendable contar con una unidad didáctica a

partir de la cual se diseñen planes específicos para cada clase. El plan de clase

contiene los mismos elementos que aparecen en la unidad didáctica y debe ser

congruente con lo señalado en ella.

Las estrategias de enseñanza

En el MPCA el profesor enseña con estrategia. Enseñar estratégicamente es una

habilidad y una actitud del docente que reflexiona sobre lo que hace, pensando en que

cada acción llevada a cabo durante el proceso resulte efectiva para generar en los

alumnos aprendizajes significativos y relevantes. Enseñar con estrategia es tomar

decisiones; es elegir la palabra, la técnica, el procedimiento, el recurso adecuado para



facilitarle al alumno la comprensión del contenido o de una tarea de aprendizaje

específica.

En este sentido, son estrategias de enseñanza todos los procedimientos que el docente

utiliza de manera consciente y flexible para promover el aprendizaje de los alumnos. El

docente utiliza las estrategias de enseñanza para:

• Generar en los alumnos expectativas adecuadas acerca de lo que aprenderán.

• Recuperar (activar) sus conocimientos previos.

• Mantener la atención de los alumnos durante la sesión.

• Facilitar la comprensión del contenido.

• Centrar la atención en lo más relevante.

• Relacionar el nuevo contenido con el conocimiento previo.

• Sintetizar los aspectos más importantes del tema revisado.

La importancia de las estrategias que utiliza el profesor radica en que activan los

procesos cognitivos del alumno, indispensables para que se dé el aprendizaje.

Las estrategias de enseñanza apoyan el desempeño acertado del profesor en la clase,

cuando él:

• Expone un tema al grupo.

• Explica una técnica o procedimiento que los alumnos deben ejecutar.

• Da indicaciones para el desempeño de una tarea, práctica, proyecto o

investigación que los alumnos llevarán a cabo, durante o después de la sesión.

Existe una gran cantidad de procedimientos y recursos que los profesores pueden

emplear estratégicamente para lograr las funciones descritas. Una selección de los que

han comprobado su eficacia incluye:



• Los objetivos de aprendizaje compartidos con los alumnos.

• Los organizadores avanzados.

• Las actividades que recuperan conocimientos previos (lluvia de ideas,

discusiones, etcétera).

• Las preguntas.

• Las señalizaciones del discurso (palabras clave, avisos, frases enfáticas).

• Los ejemplos.

• Las analogías.

• Las ilustraciones y gráficas.

• Los cuadros sinópticos, esquemas, diagramas y cualquier tipo de organizador

gráfico de la información.

• Los resúmenes.

• Los organizadores textuales para la enseñanza de la composición escrita.

Todos estos procedimientos, usados eficientemente por el profesor, ayudan a que los

alumnos aprendan con más facilidad y lo hagan con significado. Además, son

procedimientos que los mismos alumnos podrán convertir en sus estrategias de

aprendizaje.

En el MPCA el docente considera las funciones de las estrategias para elegir

procedimientos adecuados, planea su incorporación en la práctica magisterial, los

aplica y evalúa los resultados de su aplicación.

El diseño de actividades y experiencias de aprendizaje

Las actividades de aprendizaje son situaciones que el docente diseña para involucrar a

los alumnos en el proceso de adquisición de conocimientos, desarrollo de habilidades y

formación de actitudes requeridas para lograr un objetivo o integrar una competencia.



En el MPCA las actividades de aprendizaje resultan esenciales para organizar la

actuación del alumno en su proceso de aprender y lograr el desarrollo paulatino de

habilidades hasta el dominio de las competencias básicas y específicas.

En la organización de actividades de aprendizaje el profesor debe considerar que

éstas:

• Se realizan durante o después de la sesión.

• Permiten la consolidación del conocimiento teórico y su aplicación en la práctica.

• Generan un producto del trabajo realizado.

• Requieren el tiempo y los recursos suficientes para su ejecución exitosa.

• Deben asignarse con las instrucciones precisas para su cumplimiento.

• Implican el trabajo individual, grupal o plenario de los alumnos.

• Favorecen el desarrollo de habilidades sociales y de comunicación.

• Son un mecanismo para la evaluación de lo que los alumnos van aprendiendo.

El docente tiene una amplia gama de posibilidades para diseñar actividades de

aprendizaje encaminadas a lograr los objetivos y facilitar la integración de

competencias por parte de los alumnos. Algunos tipos de actividades recomendables

son:

• Lectura de diversos tipos de textos y la elaboración de un reporte (resumen,

síntesis, cuestionario, etc.)

• Tareas de fijación para la memorización de datos, hechos o procedimientos.

• Elaboración de cuadros sinópticos y mapas conceptuales.

• Análisis de conceptos, teorías, objetos o modelos.

• Estudio de casos reales o ficticios.



• Solución de problemas.

• Representación de escenas, juego de roles y dramatizaciones.

• Prácticas de campo, en diferentes espacios (laboratorio, taller, comunidad).

• Diseño y construcción de modelos tangibles e intangibles.

• Investigación documental.

• Investigación de campo.

• Elaboración de reportes de investigación y exposición oral de resultados.

La evaluación del aprendizaje

La evaluación forma parte de prácticamente cualquier actividad humana organizada. La

evaluación, por lo tanto, es parte fundamental del proceso enseñanza aprendizaje,

orientada a la toma de decisiones y a la formulación de juicios sobre la satisfacción

lograda en relación con los objetivos o propósitos perseguidos.

La evaluación consiste en la recopilación de información sobre cualquier aspecto del

proceso enseñanza aprendizaje que interesa conocer, para obtener elementos que

permitan una toma de decisiones oportuna y acertada.

La evaluación se caracteriza por ser continua, integral, científica, sistemática,

cooperativa y acumulativa.

Es integral porque:

• Se ocupa de todas las manifestaciones de la personalidad del alumno.

• Atiende y da significación a todos los factores, tanto internos como externos, que

condicionan la personalidad del educando y determinan el rendimiento educativo.

• Relaciona todos los aspectos de la formación de rasgos de conducta, lo cual

obliga a utilizar los más diversos medios, procedimientos y técnicas para

garantizar el éxito del proceso de valoración.



Es sistemática porque:

• El proceso no se cumple improvisadamente, sino que responde a un plan

previamente elaborado.

• Forma parte inseparable e importante de la educación y, por lo tanto, participa de

todas sus actividades.

• Responde a normas y criterios enlazados entre si.

Es continua porque:

• Su acción no se detiene, ni sus resultados se logran en forma intermitente.

• Su acción se integra permanentemente al quehacer educativo.

• Se extiende sin interrupción a lo largo de todo proceso de enseñanza-aprendizaje.

Es acumulativa porque:

• Requiere el registro de todas las observaciones que se realicen.

• Implica que las observaciones más significativas de la actuación del alumno sean

valoradas en el momento de otorgar una calificación.

• Las acciones más significativas de la conducta del alumno deben relacionarse

entre si para determinar sus causas y efectos.

Es científica porque:

• Atiende a la apreciación de los más diversos aprendizajes y a todas las

manifestaciones de la personalidad y de la conducta del individuo.

• Requiere el uso de técnicas, métodos y procedimientos debidamente garantizados

como confiables y válidos, por lo que se supone que se ha experimentado

debidamente con ellos.

• Se vale de métodos estadísticos.



Es cooperativa porque:

• El alumno y la comunidad que lo rodea no pueden ser ajenos a su propósito

esencial.

• Las calificaciones y observaciones deben ser revisadas y analizadas por todos los

que intervengan en el proceso educativo.

• Hace participar de ella a todos los que, de una forma u otra, se interesan por el fin

de la educación.

La evaluación en el MPCA se desarrolla de acuerdo con los siguientes principios:

• La evaluación está presente en todo momento del proceso enseñanza

aprendizaje: al inicio, durante y al final del proceso.

• La evaluación cumple diferentes funciones, de acuerdo con los propósitos que la

impulsan. Los docentes deben dominar la evaluación en sus funciones

diagnóstica, formativa y sumativa.

• La evaluación diagnóstica permite conocer la situación inicial de los alumnos al

emprender el estudio de un curso, unidad o tema. Por medio de ella se

identifican los conocimientos, ideas y experiencias previas de los alumnos, en

los cuales se basa el aprendizaje significativo.

• La evaluación formativa representa la actitud permanente de monitoreo sobre el

aprendizaje de los alumnos, que ejerce el docente a través de la observación,

las preguntas y otras técnicas, a fin de contar siempre con la información que

permita tomar las decisiones necesarias. Es una evaluación orientada a los

procesos.

• La evaluación sumativa se realiza para tomar decisiones relativas a la

calificación y la acreditación de los aprendizajes del alumno. Es una evaluación

orientada a los resultados.



• No debe confundirse la evaluación con la calificación. Ésta última representa la

expresión de los juicios formulados con relación al nivel de los aprendizajes

alcanzados por el alumno en un período determinado. La evaluación implica

mucho más que otorgar calificaciones.

• La evaluación considera todos los esfuerzos que realiza el alumno para

aprender.

• El docente debe utilizar la evaluación como un proceso de ayuda para ofrecer a

los alumnos las mejores oportunidades de aprender y alcanzar los objetivos

planteados.

• De la función formativa se deriva que la evaluación no necesariamente tiene que

ser realizada como un apartado distinto de las actividades de enseñanza y

aprendizaje. La evaluación “implícita” debe favorecerse en todo momento; es

decir, evaluar a partir de las mismas actividades que se diseñan para involucrar

a los alumnos en el aprendizaje.

• El docente se vale de diferentes mecanismos, actividades y recursos para

evaluar el aprendizaje de sus alumnos. El examen escrito solamente es una

forma de obtener información y no constituye el único elemento para decidir las

calificaciones.

• En la educación basada en competencias (EBC) la evaluación es una actividad

relevante, orientada a obtener información sobre el desempeño de los alumnos

en las tareas clave que reflejen su nivel de competencia. Es decir, la evaluación

en la EBC es una evaluación del desempeño.

• La evaluación en la EBC está basada en la obtención de evidencias de

diferentes tipos: evidencias de conocimientos, evidencias de desempeño y

evidencias de productos generados por el alumno.



MODELO DIDÁCTICO

En el modelo didáctico del programa académico deben definirse los siguientes

aspectos, de acuerdo con lo establecido en el Ideario institucional y en el Modelo

pedagógico centrado en el aprendizaje.

I. MODALIDAD EDUCATIVA DEL PROGRAMA

En primer lugar, deberá definirse la modalidad educativa en la que operará el

programa, justificando la elección de dicha modalidad como la más adecuada para

el logro de los propósitos del programa académico.

Entre las opciones para elegir la modalidad educativa se encuentran:

A) enseñanza presencial (modalidad escolar).

B) enseñanza virtual (modalidad no escolar).

C) enseñanza mediada con tecnologías de la información (modalidad escolar o

mixta, dependiendo del número total de horas de actividades de aprendizaje

bajo la conducción del docente).

II. ORIENTACIONES METODOLOGICAS PARA LA ENSEÑANZA Y EL

APRENDIZAJE

En este apartado deberán precisarse líneas de acción específicas para la práctica

docente en el marco del programa académico correspondiente.

Una forma de organizar el contenido de esta parte del modelo es la siguiente:

A) Definir las actividades de aprendizaje preferentes

B) Señalar un conjunto de experiencias de aprendizaje extraclase que se

recomienda a los docentes del programa



C) Especificar un conjunto de estrategias de trabajo multi e interdisciplinarias, que

serán desarrolladas por los estudiantes con el apoyo del cuerpo docente (más

allá de lo que hace por su cuenta cada profesor con el grupo de alumnos).

III. SISTEMA DE EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE

Es necesario definir las políticas generales para la evaluación, así como los criterios

de acreditación generales, los procedimientos y las actividades recomendadas para

evaluar el aprendizaje de los estudiantes.

IV. ESTRATEGIAS DE APOYO ESTUDIANTIL

En concordancia con lo establecido en el Modelo académico UAG, el modelo

didáctico del programa académico debe incluir los programas de apoyo al alumno que

se ofrecerán a lo largo de su formación. Algunos de estos programas pueden ser:

a) Programa de inducción para alumnos de nuevo ingreso.

b) Programa de nivelación o recuperación de alumnos.

c) Programa de tutoría y asesoría académica.



REFERENCIAS

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