unidad 1 quien soy yo

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1 UNIDAD 1. ¿QUIÉN SOY YO? “NOSCE TE IPSUM”, dice la leyenda que era la inscripción que aparecía a la entrada del templo de Apolo en Delfos. Por raro que parezca, no es fácil conocerse. Unas veces por desidia, otras por miedo y otras porque no nos interesa complicarnos la vida. Así nos dejamos llevar, dejamos que pase el tiempo y procuramos que sea lo mejor posible. Suele decirse que no se ama lo que no se conoce, pues aquí tenemos una tarea apasionante. Cada ser humano es una persona única, con cualidades propias y está configurado por tres dimensiones: - individualidad : somos únicos e irrepetibles, parece sencillo y muy claro pero no siempre lo tenemos en cuenta. - apertura : relaciones sociales (“ser hombre significa ser con los demás”; Joseph. Gevaert). - autonomía : somos libres y tenemos que asumir y ser responsables de nuestros actos, que siempre tienen consecuencias (“a lo hecho pecho”, dice el dicho castellano). La autonomía conlleva responsabilidad. Estas tres dimensiones forman una unidad, un todo armónico. 1. LA PSICOLOGÍA. Etimológicamente, la palabra psicología viene de psico, del griego ψυχή –psijé- (alma o actividad mental) y logía, del griego λογία (tratado, estudio). Se puede definir como la ciencia que estudia la conducta de los individuos y sus procesos mentales, incluyendo todos los procesos internos (la atención, la percepción, la memoria, el pensamiento, la inteligencia, el lenguaje y el aprendizaje) y las influencias que se ejercen desde su entorno físico y social. También se ocupa de la afectividad, de las etapas evolutivas por las que pasa el desarrollo humano, de la conducta, la personalidad, la vocación, el trabajo y los fenómenos sociales. * LA PERSONALIDAD es uno de los campos de estudio de la psicología. A veces se habla de la personalidad como si se tratara de un producto de quita y pon, otras veces como si consistiera en rasgos atractivos y admirables: efecto, encanto, honestidad. Pero es algo mucho más complejo que hace difícil elaborar una definición amplia de lo que es personalidad. Es más fácil hablar de aspectos o rasgos de la personalidad que definir el término en si. Una definición bastante certera es la siguiente: Patrón de sentimientos y pensamientos ligados al comportamiento que persiste a lo largo del tiempo y de las situaciones. Lo que traducido al lenguaje habitual quiere decir: forma de ser de una persona compuesta por sentimientos, pensamientos y conducta, que con ligeras variaciones dura toda la vida. En la definición anterior destacan dos aspectos: Por un lado se refiere a las características que distinguen a un individuo y lo hacen único; por otro se dice que persiste a través del tiempo. ¿Cómo se forma ? - Genéticamente : lo que se conoce como personalidad recibida o heredada. Nacemos con unas capacidades físicas, mentales, con un temperamento definido en el que están lo que llamamos nuestras cualidades.

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UNIDAD 1. ¿QUIÉN SOY YO?

“NOSCE TE IPSUM”, dice la leyenda que era

la inscripción que aparecía a la entrada del templo de

Apolo en Delfos.

Por raro que parezca, no es fácil conocerse. Unas

veces por desidia, otras por miedo y otras porque no

nos interesa complicarnos la vida. Así nos dejamos

llevar, dejamos que pase el tiempo y procuramos que

sea lo mejor posible.

Suele decirse que no se ama lo que no se conoce,

pues aquí tenemos una tarea apasionante.

Cada ser humano es una persona única, con cualidades propias y está configurado por

tres dimensiones:

- individualidad: somos únicos e irrepetibles, parece sencillo y muy claro pero no

siempre lo tenemos en cuenta.

- apertura: relaciones sociales (“ser hombre significa ser con los demás”; Joseph.

Gevaert).

- autonomía: somos libres y tenemos que asumir y ser responsables de nuestros actos,

que siempre tienen consecuencias (“a lo hecho pecho”, dice el dicho castellano). La

autonomía conlleva responsabilidad.

Estas tres dimensiones forman una unidad, un todo armónico.

1. LA PSICOLOGÍA.

Etimológicamente, la palabra psicología viene de psico, del griego ψυχή –psijé- (alma o

actividad mental) y logía, del griego λογία (tratado, estudio). Se puede definir como la ciencia

que estudia la conducta de los individuos y sus procesos mentales, incluyendo todos los

procesos internos (la atención, la percepción, la memoria, el pensamiento, la inteligencia, el

lenguaje y el aprendizaje) y las influencias que se ejercen desde su entorno físico y social.

También se ocupa de la afectividad, de las etapas evolutivas por las que pasa el desarrollo

humano, de la conducta, la personalidad, la vocación, el trabajo y los fenómenos sociales.

* LA PERSONALIDAD es uno de los campos de estudio de la psicología. A veces se

habla de la personalidad como si se tratara de un producto de quita y pon, otras veces como si

consistiera en rasgos atractivos y admirables: efecto, encanto, honestidad. Pero es algo mucho

más complejo que hace difícil elaborar una definición amplia de lo que es personalidad. Es más

fácil hablar de aspectos o rasgos de la personalidad que definir el término en si. Una definición

bastante certera es la siguiente: Patrón de sentimientos y pensamientos ligados al

comportamiento que persiste a lo largo del tiempo y de las situaciones. Lo que traducido al

lenguaje habitual quiere decir: forma de ser de una persona compuesta por sentimientos,

pensamientos y conducta, que con ligeras variaciones dura toda la vida.

En la definición anterior destacan dos aspectos: Por un lado se refiere a las características

que distinguen a un individuo y lo hacen único; por otro se dice que persiste a través del

tiempo.

● ¿Cómo se forma?

- Genéticamente: lo que se conoce como personalidad recibida o heredada. Nacemos con

unas capacidades físicas, mentales, con un temperamento definido en el que están lo que

llamamos nuestras cualidades.

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- Por la educación: la llamada personalidad aprendida. Desde niños nuestros padres nos

educan, nos guían, en el colegio aprendemos, también en las relaciones con los demás. Todo

ello ayuda a conformar nuestro carácter creando hábitos y desarrollando nuestras cualidades.

- Por propia elección: llamado también personalidad elegida. Vamos eligiendo modelos

de actuación y nos quedamos con los que más nos gustan o creemos que se ajustan mejor a

nuestra forma de ser. No obstante, nunca podremos borrar las dos anteriores.

● Dos ejemplos.

Desde el s. XIX, se desarrolló el estudio de la psicología de una forma más sistemática,

con la pretensión de que fuera una ciencia exacta que permitiera explicar todas las actuaciones

humanas. No obstante, como decía el filósofo español Javier Zubiri podemos cambiar, el

hombre se va conociendo y haciendo a lo largo de toda su vida. Él utilizaba un término para

definirlo: mientras. Podemos comparar al hombre con los llamados personajes redondos en la

literatura; esos personajes que no actúan de la misma manera, sino que van cambiando a lo

largo de la obra.

No obstante, es cierto que el estudio de la psicología nos ayuda a conocernos mejor y a

encarar nuestros problemas para intentar solucionarlos. Veamos esos dos ejemplos:

1- Sigmund Freud: fue un destacado estudioso de la psicología y enunció la teoría del

Psicoanálisis. Para estudiar el comportamiento humano hablaba de impulsos conscientes e

impulsos inconscientes. Dividía la personalidad en tres componentes:

Ego: es el yo consciente, todo lo que uno conoce de sí mismo, su forma

de ser, de comportarse.

Id: es el ello, el subconsciente, lo que uno no conoce de sí mismo o no

quiere conocer, lo que quiere olvidar. Aquí se encuentra todo lo que es

contrario a las normas recibidas desde pequeños, a la educación.

Superego: el superyo, la barrera entre el yo y el ello, entre lo consciente y

lo subconsciente, se encarga de detener el ello. Depende de la educación

recibida y se compone de las leyes y las normas morales.

2- Ventana de Johari: JoHari es una palabra inventada por los autores de esta teoría

que corresponde a las primeras letras de sus nombres. Estos investigadores son Joseph Luft y

Harry Ingham.

La ventana de JoHari permite plasmar y

revisar gráficamente el proceso de interacción

humana estudiando cómo es la comunicación

entre los protagonistas para mejorar la

comunicación interpersonal.

De este modo se define lo que los autores

denominan “espacio interpersonal”, dividiendo

el conocimiento personal en cuatro áreas que

representan diferentes situaciones en el proceso

de comunicación interpersonal y, por supuesto,

en el propio conocimiento de una persona.

En este modelo, la ventana representa a la

persona y las líneas que dividen la ventana no

son fijas, sino como las cortinas que pueden

moverse a medida que aumente o disminuya el

conocimiento de cada una de ellas.

PREGUNTA: ¿Cómo tendrán que

desarrollarse las distintas áreas para que haya

una buena comunicación interpersonal?

EGO

SUPEREGO

ID

ÁREA DE

ACTIVIDAD

LIBRE

Zona conocida

por mí y por los

demás.

ÁREA CIEGA

Lo que los demás

piensan y perciben

de mí pero yo lo

desconozco.

ÁREA OCULTA

Sentimientos

vivencias que yo

tengo pero los

demás desconocen.

ÁREA OSCURA

Lo oscuro para

los demás y

también para mí; lo

subconsciente,

desconocido.

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Realiza los ejercicios 1, 2 y 3 de la página 103 del libro de texto.

2. LA PROPIA IDENTIDAD.

Parece que la conciencia de identidad comienza después del año de vida. Hasta entonces

el niño ha pasado por el vientre materno, sin tener conciencia de ser distinto. En los primeros

meses de vida sigue considerándose parte de la madre porque su calor y sus constantes

cuidados hacen que estén muy unidos. Si esto no fuera así surgiría el sentimiento de soledad y

abandono, no en vano el bebé lo necesita todo.

Al vivir dentro de una familia y de una sociedad nos identificamos con ellas. Sin

embargo, eso no impide que seamos libres porque nadie es dueño de nadie, ni los padres de sus

hijos, aunque sí tienen toda la responsabilidad mientras están a su cargo.

A medida que crecemos vamos siendo conscientes de ser distintos, pero también de que

tenemos coincidencias con otras personas. Esto nos lleva a identificarnos y sentirnos parte de

un grupo, aunque esto no quiere decir que le pertenezcamos.

Podemos decir que tenemos distintas identidades:

● Identidad sexual: Nacemos machos o hembras y desde el principio tenemos unos

modelos con quienes identificarnos; un modelo femenino y un modelo masculino. A lo largo

de la historia estos modelos han cambiado. Hoy día es muy habitual que no sea sólo el padre el

que aporta los medios económicos y la madre la que cuida la casa y a los hijos como ocurría en

otras épocas. Hoy los papeles han cambiado en muchos casos y en otros los roles son

compartidos. Por otra parte las leyes reconocen los mismos derechos.

En la actualidad, dentro de la identidad sexual, cobra importancia la orientación sexual,

amparada por las leyes, aunque sigue habiendo muchos países donde la homosexualidad está

penada incluso con la muerte.

● Identidad religiosa: Un derecho fundamental en las sociedades democráticas es la

libertad de conciencia, que permite a cada persona tener la religión que quiera.

La Constitución española refleja el derecho a practicar cualquier religión que no sea

contraria a los derechos humanos y que no esté en contra de

nuestras leyes.

Si en el pasado muchas de las guerras y conflictos

fueron originados por enfrentamientos religiosos, también

en la actualidad sigue ocurriendo. Por principio, las

religiones deben respetarse entre sí y su relación tiene que

basarse en el concepto de reciprocidad. La reciprocidad es

una exigencia de la libertad religiosa. Entendemos este

concepto como la posibilidad de toda religión de difundirse

y practicarse en cualquier lugar aunque predominen otras

religiones. Al igual que hoy día en los países cristianos de occidente existe libertad de culto

para otras religiones, así debería ser para las religiones cristianas en países de otros credos.

● Identidad nacional: Nacer en un país determinado nos hace identificarnos con su

historia, sus tradiciones, su cultura, etc. Esto hace que tengamos también responsabilidad para

preservar la propia cultura, los bienes comunes y buscar unas relaciones con los demás en las

que predomine el respeto mutuo.

● Identidad humana: Viene dada por la pertenencia a una misma especie. El

denominador común es la capacidad racional.

Realiza los ejercicios 4, 5 y 6 de la página 105 del libro de texto.

3. LA AFIRMACIÓN DE UNO MISMO.

Tiene que partir del propio conocimiento, porque cuando la distancia entre el propio

conocimiento y la realidad es muy grande se produce una patología (πάθος –pathos-:

sufrimiento o daño y λογία –logía-: estudio, ciencia). Si esto ocurre (se llama disonancia) se

intenta solucionar rápidamente de dos maneras:

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- Cambiando el autoconcepto (el concepto de uno mismo) y ajustándolo a la realidad.

- Distorsionando la realidad para adaptarla al autoconcepto. Este segundo caso puede

llevar al trastorno psicológico.

La primera reacción puede ser en algún caso dolorosa (descubrimos que no somos tan

buenos, guapos y altos como creíamos o nos habían hecho creer). No obstante será más válida

para nuestra propia afirmación como personas, porque partirá de la realidad y nos permitirá

superarnos. En el segundo caso nos seguiremos creyendo los mejores por lo que nunca

intentaremos mejorar ni superarnos. Además esto nos creará problemas porque chocaremos

con la realidad y con los demás.

Aspectos que nos permiten afirmarnos como personas y llegar a ser nosotros mismos:

● Inteligencia

Somos seres racionales por lo que la inteligencia será uno de los elementos importantes

para nuestra afirmación ante los demás. El desarrollo de las propias capacidades es

imprescindible para crecer como personas completas. Para ello aprendemos desde pequeños,

conocemos, podemos descubrir cosas nuevas, inventar, etc. Como en todos los aspectos de la

persona, hay elementos que ayudan al desarrollo de la inteligencia y de las propias cualidades y

otros que perjudican.

En ambos casos hay que destacar la importancia de las personas que nos rodean porque

influyen en cómo nos vemos a nosotros mismos. Si se acentúa una visión negativa la iremos

asumiendo y nos puede llevar a infravalorarnos. Por el contrario, cuando predomina una

supravaloración desmesurada en la que sólo destacan lo que hacemos bien podemos llegar a

creer que somos perfectos y no necesitamos mejorar. Ambos extremos son malos. Como

siempre lo correcto y lo mejor para las personas es partir de la realidad, destacando lo positivo,

animando, valorando, etc.; pero también haciéndonos ver los errores, los defectos, las

carencias. De esta forma podremos potenciar lo positivo y tratar de mejorar aquello que nos

cuesta más.

● La autoestima

Es el aprecio o consideración que tiene una persona por sí misma. La autoestima

comienza cuando nos sentimos queridos, incluso antes de nacer. Somos una de las especies que

nace más indefensa, que necesita más cuidados y durante más tiempo. Todo esto influye

porque la autoestima se construye a partir de nuestras experiencias y de las relaciones con los

otros. Para aceptarnos es muy importante llegar a una autoestima ajustada a la realidad, sin

supravalorarnos ni infravalorarnos para no caer en la patología como comentábamos antes.

● Asertividad

Es la forma más apropiada de relacionarnos con los demás, de afirmarnos ante los demás

(del término “aserción” del latín assertionem, acción de afirmar).

Podemos manifestar nuestra asertividad de dos formas:

▪ Negativa:

- Agresividad: defender nuestra nuestras ideas, formas de actuar, de relacionarnos, etc.

de forma violenta ya sea verbal, física o de cualquier otro tipo.

- Inhibición: callarnos y no defender nuestras actuaciones, nuestra manera de pensar,

nuestros proyectos, etc. Dejarnos llevar por los demás.

▪ Positiva:

- Expresar lo que sentimos y pensamos: expresar nuestros puntos de vista siempre

aunque sin ofender a los demás.

- Saber decir no: “sin molestar, pero sin temer molestar”, como dice el libro de texto. Es

una condición indispensable para ser autónomos y conseguir la libertad. Ante lo que nos puede

hacer daño, ante lo que está contra nuestras convicciones, ante lo que se opone a nuestra

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actuación con responsabilidad… es necesario saber decir “no”. (Pensemos por ejemplo cuando

nos ofrecen un cigarrillo, alcohol, etc. y aceptamos para que nos acepten en el grupo o para que

no nos señalen con el dedo). No siempre es fácil decir que no, pero…

- Defender nuestros derechos y los de los demás: no debemos olvidar nunca la dignidad

humana. Esto hace que no nos callemos ante las injusticias.

*A propósito de la libertad: Erich Fromm plantea en

su obra El miedo a la libertad que muchos consideran la libertad

como una carga, prefieren obedecer para no tener que tomar

decisiones, de esta forma nunca son responsables, lo son los que

mandan. Además, así nunca se equivocan ni tienen que

preocuparse buscando soluciones para los problemas. Este tipo

de personas siguen lo que se llama moral heterónoma, frente a

la moral autónoma del que sabe tomar decisiones y asumir los

riesgos necesarios. Por tanto tomar decisiones con autonomía

conlleva una gran responsabilidad.

Para Fromm el primer tipo de personas pueden ser las que

sirven de coartada a los “iluminados” que creen tener siempre la

verdad y quieren dominar a todos para imponerla. Como dice el

propio Fromm cuando convencen a las personas de que no

tienen voluntad propia consiguen que no se valoren,

autodesprecio lo llama él, y consiguen dominarlos con más facilidad.

Realiza los ejercicios 9, 10 y 11 de la página 107 del libro de texto.

4. EL MEJOR PROYECTO.

La mayoría de las personas tienen como meta en la vida la felicidad. Es más, aunque no

se lo planteen como tal y se fijen otras metas, es casi seguro que todas las personas quieren ser

felices.

● Definición.

El diccionario define la felicidad como la “situación del ser para quien las circunstancias

de su vida son como él las desea; satisfacción, contento”.

● Condiciones.

Para conseguir la felicidad es imprescindible:

▪ Autonomía personal (recuerda que es una de las dimensiones del ser humano) que

conlleva:

- Libertad y responsabilidad: Tomar decisiones racionales y libres pero sin perder de

vista que siempre somos responsables de lo que decimos y de lo que hacemos.

- Formación del juicio moral: lo recibimos en la educación en el marco del respeto a los

derechos de los demás. Además nosotros podemos y debemos pensar y madurar buscando

principios éticos.

- Proyecto personal: Plantearnos un futuro, unos ideales, una profesión que nos llene, una

forma de vida y luchar y esforzarse por conseguirlo.

▪ Bienestar: Es necesario tener cubiertas las primeras necesidades para poder ser felices.

Solo tenemos que ver las imágenes que vemos en la televisión o la prensa, donde el hambre, la

miseria, el dolor de tanta gente hacen imposible siquiera el planteamiento de la felicidad.

Hacen falta, por tanto, unas condiciones mínimas de bienestar y dignidad humanos.

▪ Experimentar que progresamos: Si tenemos la posibilidad de potenciar nuestras

cualidades y la aprovechamos experimentaremos la satisfacción de superarnos, de mejorar, de

aprender más cada vez, de ser mejores. La satisfacción de hacer lo que tenemos que hacer.

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● Dimensiones.

La felicidad no se puede entender sin estas dos dimensiones:

- Dimensión individual o personal: Estar de acuerdo con nuestro proyecto personal, tener

libertad para elegir y poder conseguir lo que nos llena como personas.

- Dimensión social: Tiene que ver con la felicidad de los demás. Es muy difícil ser felices

si la gente más cercana no lo es. También es muy difícil, desde el punto de vista de la identidad

humana, no tener en cuenta que en nuestra sociedad hay mucha que gente que no tiene lo

necesario para vivir y no digamos en otros países donde la mera supervivencia es un milagro.

Nuestra felicidad tiene que encajar y ser compatible con la de los demás, nunca se puede

cimentar contra otros. Además tenemos que intentar ayudar para que los demás consigan

también su felicidad ayudando a conseguir un mundo más justo.

Lee el texto “Helen Keller y Ana Sullivan”

Realiza los ejercicios 13, 14, 15 y 16 de la página 109 del libro de texto.

Es recomendable la película “El milagro de Ana Sullivan”

Anexo:

“Saber escuchar” «La naturaleza nos ha dado dos oídos, dos ojos y una lengua», decía

Zenón, filósofo de la antigua Grecia, «para que podamos oír y ver, más

que hablar». Y un filósofo chino hace la siguiente observación: «El buen

oyente cosecha, mientras que el que habla siembra».

Oír es algo mucho más complicado que el mero proceso físico de la

audición o de la escucha. La audición se da a través del oído, mientras

que el oír implica un proceso intelectual y emocional que íntegra una

serie de datos físicos, emocionales e intelectuales en busca de significados

y de comprensión. El verdadero oír se produce cuando el oyente es capaz de discernir y comprender

el significado del mensaje del emisor. Sólo así se alcanza el objetivo de la comunicación.

Recientes encuestas indican que, por término medio, la persona emplea un 9 % de su tiempo

escribiendo, un 16 % leyendo; un 30 % hablando; y un 45 % escuchando. Se oye cuatro o

cinco veces más deprisa de lo que se habla. Las personas pueden hablar entre 90 y 120 palabras por

minuto, mientras que en ese mismo tiempo pueden oír entre 450 y 600 palabras. Es decir: existe un

tiempo diferencial entre la velocidad del pensamiento para poder pensar, para reflexionar sobre el

contenido y para buscar su significado.

Algunos autores ofrecen una serie de principios en orden a perfeccionar las habilidades que son

esenciales para saber oír:

1. Procure tener un objetivo al oír.

2. Suspenda todo juicio inicial.

3. Procure centrarse en el interlocutor, resistiéndose a todo tipo de distracciones.

4. Procure repetir lo que el interlocutor está diciendo.

5. Espere antes de responder.

6. Procure reformular con sus propias palabras el contenido de lo que dice su

interlocutor y la pasión con que lo dice.

7. Procure percibir el núcleo de lo que oye a través de las palabras.

8. Haga uso del tiempo diferencial para pensar y responder.

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