una sociedad de mujeres - 23 marzo 2012
DESCRIPTION
Editorial, Radio Progreso y Eric-SJTRANSCRIPT
Una sociedad de mujeres
Uno de los grandes sociólogos de nuestros días afirma sin dudar que “no estamos ya
en una sociedad de hombres, estamos entrando, ya hemos entrado, en una sociedad
de mujeres. Los hombres, es cierto, todavía son los dueños del dinero, del poder, y
de las armas. Pero las mujeres ya han tomado la palabra, y son ellas las que han
descubierto qué sentido tienen los cambios que están teniendo lugar. Son las
mujeres las que hacen pasar a nuestra sociedad de una visión conquistadora a una
visión creadora de nuevas orientaciones libres”.
Estas palabras tal vez suenan duras en un contexto de “machismo cultural” como es
el nuestro, y, mucho más todavía, cuando se hace extensivo al mundo de la política,
de lo jurídico y de la ideología. Nos estamos refiriendo ni más ni menos al papel
protagónico, de liderazgo, único y en solitario que desde el mes de octubre está
realizando la rectora de la universidad nacional Julieta Castellanos. En medio de la
“bubuzela político electoral” es la única persona que está tomando el pulso a la
policía, ministerio público, al gobierno, la institucionalidad del país, medios de
comunicación y la sociedad civil del mundo de las ONGs.
Mientras el gobierno y las diferentes autoridades judiciales lo único que hacen es
practicar un “tortuguismo” institucional a base de una burocracia judicial espesa,
casuística, retórica y llena de sofismas, impresiona ver la manera como la rectora
confronta y tiene entre las cuerdas a todas las autoridades. Exige información,
datos, pide y aporta pruebas; y, sobre todo, desenmascara una gran red de
impunidad, violencia, colusión, encubrimiento y corrupción en todos los niveles de
la “escala jerárquica”, como acostumbran a decir.
Resultado de esta confrontación es que los implicados directos comienzan un fuego
cruzado y en el intento de salvar responsabilidades señalan nombres: “la
responsabilidad directa tanto en el sabotaje de la investigaciones como en la fuga de
los policías acusados recae en el señor Marco Tulio Palma”. La ex fiscal Sandra
Ponce afirma que “notaron un alto grado de involucramiento con el crimen
organizado dentro de las postas policiales, pero con especial atención la de La
Granja en donde la hipótesis fue que existía una red de alto nivel implicado en varios
crímenes y delitos en contra de la ciudadanía en general”. Este caso puso al
descubierto que varios policías operaban a través de una red; por esa razón el móvil
para sabotear las investigaciones era proteger a quienes participaban en otro tipo
de actividades ilícitas.
La rectora es más contundente cuando afirma que las investigaciones no avanzan
porque todos se están protegiendo: lo que se ha manifestado es una gran colusión,
grandes miedos, grandes compromisos, una manta que envuelve a todos los
operadores de justicia y hace que el país esté en condición de impunidad. Es más,
dijo que en el país no se puede combatir la impunidad con fiscales ni jueces que son
cómplices del crimen y, además son incapaces. Y, aunque la ex fiscal Sandra Ponce
reveló informaciones muy valiosas, perdió su credibilidad debido a que mantuvo un
expediente por cuatro meses sin acusar a nadie.
Nuestra Palabra | 23 Marzo 2012