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UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA LA ALDEA DE OLLA Ángel López García y Santiago López García LA LINDE, 3-2014, pp. 51-62 51 El paraje denominado “Olla” es un lugar ubicado en el interior de los montes de Porta-Coeli (Valencia-España). Concretamente a orillas del barranco, también denominado de Olla, y próximo a las laderas del monte Gorgo (907 m), el más alto de la zona. Pertenece al municipio de Marines, cuyo emplazamiento original se halla junto al barranco que lleva el nombre de los términos por donde pasa: de Gátova o de Olocau, y que aguas abajo se denomina del Carraixet. La Aldea de Olla, un poblado imbricado en los montes de de Portaceli, al pie de las estribaciones del Gorgo.

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UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA LA ALDEA DE OLLA Ángel López García y Santiago López García LA LINDE, 3-2014, pp. 51-62

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El paraje denominado “Olla” es un lugar ubicado en el

interior de los montes de Porta-Coeli (Valencia-España).

Concretamente a orillas del barranco, también denominado de

Olla, y próximo a las laderas del monte Gorgo (907 m), el más

alto de la zona.

Pertenece al municipio

de Marines, cuyo

emplazamiento original

se halla junto al

barranco que lleva el

nombre de los términos

por donde pasa: de

Gátova o de Olocau, y

que aguas abajo se

denomina del Carraixet.

La Aldea de Olla, un poblado

imbricado en los montes de

de Portaceli, al pie de las

estribaciones del Gorgo.

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El topónimo aparece citado en el siglo XIII en el Llibre

del Repartiment (registro de las donaciones prometidas por el

rey Jaume I ante la conquista del Reino de Valencia y

expropiadas a la población musulmana) y continúa citándose

así en la documentación posterior, cuando pertenecía a la

baronía y posterior condado de Olocau. Según la opinión más

generalizada éste proviene del árabe y designaba a “la

alquería de arriba”.

Se da la circunstancia que dicho lugar es

zona de contacto entre los ámbitos de lengua

aragonesa (Gátova y Marines) y valenciana

(Olocau, Serra, etc.), y por lo tanto la toponimia y

el lenguaje autóctonos recogen esa realidad.

El botánico Cavanilles, en su famoso libro

Observaciones sobre la historia natural, geografia,

agricultura, del Reyno de Valencia, publicado en

1797, se refiere al lugar con estas palabras:

Parcelas de cultivo, montaña, poblamiento, caminos, acequias… formaban una unidad indivisible en un paisaje hasta bien poco sostenible y que desea volver a serlo

“... por el mismo barranco, hacia el norte se halla el

lugarcillo de Marines de 38 vecinos, y casi á igual distancia

mas arriba la corta aldea de seis casas llamada la Olla,

cercados de montes que permiten poco cultivo.”

Así mismo, este lugar es citado en otras publicaciones,

como en el periódico “El Fénix” (semanario valenciano de

literatura, artes, historia y teatro), en su número del año 1845,

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cuyo texto, trascrito por el actual cronista de Olocau,

Ferran Zurriaga, dice: “Se forma de ocho casas, colocadas en

una pequeña llanura en el promedio del monte. La parte baja

esta reducida a una huerta, formando bancalitos que se

riegan con el agua de la celebre fuente del Zaragatillo, y las

laderas y altos se halla plantados de parrales, sostenidos por

rodrigones y cuidados con el mayor esmero; de almendros,

olivos, alcornoques, higuera y algún viñedo. Aquel rincón del

mundo, sin otro camino que sendas por entre cumbres y

precipicios, visitado sólo por cazadores y algún curioso,

ofrece puntos de vista sumamente pintorescos....”.

Esta aldea y su huerta, así como los campos de

secano adyacentes, tienen su origen en una torre de

construcción andalusí, del siglo XI, a la que posteriormente se

le añadió un edificio de dos alturas, construido en época

medieval; y más tarde un poblado cuyos edificios están

construidos con piedra del terreno (rodeno) y barro. La torre

tendría un uso para vigilancia y almacén y está a unos pocos

kilómetros del castillo denominado “del Real, del Águila, o de

Alí Maimó”, de cuyo sistema defensivo formaría parte. Está

construida en tapial, su base está ataluzada, y su parte alta

está desmochada desde hace mucho tiempo.

Detalle del plano de localización del Plano Geométrico de la ciudad de

Valencia llamada del Cid, 1831, donde se ubica la aldea de Olla junto a los

pueblos vecinos de Marines y Olocau y la Cartuja de Porta-Coeli.

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Torre de Olla y Castillo del Real. La torre medieval de la Alquería de Olla

fue el centro de este hábitat islámico integrado en el hisn representado por

el Castillo del Real.

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La aldea siguió ocupada por moriscos hasta su

expulsión, a principios del siglo XVII, siendo un lugar aislado y

de pobre economía, sólo frecuentado por pastores

procedentes de Teruel, con sus rebaños trashumantes y por

los transeúntes del cercano paso entre las cartujas de Porta-

Coeli y de Vall de Crist.

Tras quedar abandonado, el conde y señor del Valle de

Olocau volvió a intentar su repoblación, muy dificultosa por lo

abrupto y pobre del lugar.

A partir del siglo XVII estuvo habitada normalmente y a

finales del siglo XVIII se rehabilitó parte de la “casa grande” (o

casa de los moros). Esta situación se mantuvo

aproximadamente hasta 1915, momento en el que los últimos

habitantes estables (una pareja de ancianos) tuvieron que

marchar a Marines (viejo), tal como relata el erudito local,

Rafael Deltoro Escrig. A partir de entonces, sólo fue habitada

de forma temporal con motivo de la realización de trabajos

agrícolas.

Aún así, según Rafael Deltoro “en el padrón de

edificios y solares del año 1936 se cita que habitaban unas 25

personas en las casas de Olla”.

Se tiene constancia de que en la década de 1940 y 50

residían algunas personas en Olla, entre ellas la Sra. Amparo,

conocida como “Juanita” o “la Tía Pelá”, donde criaba sus

gallinas y vendía los huevos en Serra, atravesando para ello

los montes por estrechas sendas, tal como relatan sus

descendientes.

Posteriormente, en 1957, con motivo de las torrenciales

lluvias de octubre que desembocaron en la “riada”, se produjo

un alud sobre una parte del pueblo de Marines que arrasó

varias casas, falleciendo cinco personas, y como

consecuencia el gobierno decidió el traslado del pueblo a un

nuevo emplazamiento, en tierras de los términos municipales

de Llíria y Olocau, mientras una parte importante del término

municipal fue dedicado a usos militares.

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La Casa Grande con la torre islámica al fondo

Tras el traslado de los habitantes de Marines al nuevo

emplazamiento, los del vecino pueblo de Gátova fueron

adquiriendo propiedades en Olla y partidas próximas. Entre

los nuevos pobladores, destacó el Sr. Pascual S. R., que

aunque tenía casa y familia en Gátova, pasaba la mayor parte

del tiempo en Olla, desplazándose con su carro, tirado por

una mula. Allí adquirió poco a poco parcelas, así como

algunas casas y corrales, y era un gran conocedor de la sierra

y de sus habitantes. En aquellos años seguía frecuentando la

zona un rebaño procedente de la sierra de Albarracín

(Teruel), como lo venían haciendo tradicionalmente desde

siglos atrás.

Las personas que mantenían la actividad agropecuaria

de Olla eran personas mayores de Gátova, Marines y alguna

de Olocau, pero la falta de rentabilidad del sector y el paso del

tiempo provocaron el progresivo abandono de los cultivos,

dadas las reducidas dimensiones de las parcelas y su difícil

mantenimiento, a causa de su orografía montana.

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Ejemplo de rebaño de ovejas de raza aragonesa habitual en los montes

de Porta-Celi hasta hace unas décadas. Foto publicada en

http://naturaxilocae.blogspot.com.es.

A partir de 1976 entablamos contacto con el Sr.

Pascual, quien nos animó a compartir el cuidado de Olla. Nos

integramos en los usos y costumbres del lugar y fuimos uno

más entre los pequeños copropietarios que cultivaban y

mantenían la aldea y su huerta, el secano y la red de caminos

y acequias.

No obstante, la precariedad de las construcciones, el

envejecimiento de los anteriores propietarios, el incremento

de los robos y el expolio de todo tipo, afectaron

negativamente al mantenimiento de la aldea y su entorno. En

ese momento solo se podía acceder a Olla a través de una

senda que la conectaba con Olocau y de una pista forestal,

abierta sobre una antigua senda, procedente de Marines.

Esta época duró hasta los años 90, momento en el que

el Sr. Pascual, dada su avanzada edad, abandonó su

residencia en Olla, por lo que ésta dejó de estar habitada, si

bien su familia siguió manteniendo, en la medida de sus

posibilidades, la actividad agraria.

Un hecho que ha tenido un gran impacto ha sido la

declaración, en enero de 2002, del Parque Natural de la

Sierra Calderona, topónimo éste que sólo corresponde a un

paso natural existente en la otra vertiente de la sierra, por la

zona de Gilet, pero cuyo uso se ha generalizado para

designar a toda la sierra, cuya denominación tradicional es la

de montes de Porta-Celi.

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Como consecuencia de su calificación como parque

natural se destinaron por la Administración Pública diversos

fondos para la apertura de pistas, así como para la

construcción de una balsa contra incendios, junto al barranco

de Olla y frente al poblado, desviando a tal fin la totalidad de

las aguas que regaban la huerta de Olla y su entorno, con la

sorpresa de los usuarios. Dicha balsa fue construida en enero

de 2007 y desde ese momento se cortó el riego a la huerta. El

paso de los años ha evidenciado que esta actuación ha

provocado una degradación de la variedad botánica y

zoológica que hasta entonces tenía el lugar.

La apertura, hacia el año 2000, del nuevo tramo de la

pista que conecta la que llega a Olla desde Marines, abierta

en las décadas de 1940 y 1950, con la pista que desde

Olocau llegaba al collado, ha facilitado la circulación de

vehículos de toda clase y ha propiciado que sea una ruta muy

frecuentada también por ciclistas de montaña y

excursionistas.

Balsa contra incendios que recoge las aguas del barranco de Olla y antes

regaban las huertas de Olla

El acentuado deterioro de Olla y su entorno ha

provocado que la situación actual haya llegado a ser tan

crítica que algunos de los actuales propietarios -y

conservadores de las características etnográficas, culturales e

históricas del lugar- se han decidido a poner en marcha una

iniciativa novedosa para intentar salvaguardar, y poner en

valor, este peculiar conjunto, aunando las iniciativas de

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diversos colectivos (arqueólogos, bio-constructores,

agricultores, etc.) en un proyecto común. Para ello han

aprovechado el impulso que ha supuesto para la zona la

redacción Plan Estratégico Territorial*, elaborado por la

Universidad Politécnica de Valencia, e impulsado por los

Ayuntamientos de la zona central-sur de la Sierra Calderona,

con el fin de emprender la rehabilitación y puesta en valor del

paraje de Olla y de su área de influencia.

La tarea no va a ser fácil, ya que se trata de una

iniciativa pionera, novedosa y compleja, con un horizonte a

largo plazo, que intenta aunar y hacer compatibles una serie

de intereses complejos -públicos y privados- que pretenden,

por una parte, el respeto y la preservación del legado histórico

y etnográfico y, por otra, la adecuación de este peculiar

conjunto a los tiempos y necesidades actuales, poniendo al

día las técnicas pero también los objetivos, incardinados en

una realidad social muy diferente a la que existía hace unas

pocas décadas.

Trabajos de piedra en seco para la recuperación de los corrales de Olla

_____________________________

* Plan Territorial Estratégico Área Centro-Sur de la Sierra Calderona,

2014. Dirección Juan José Galán Vivas. Universidad Politécnica de

Valencia.

Proyecto Piloto de rehabilitación y reactivación de la Aldea de Olla. 2014.

Alfonso Fernández Morote. Universidad Politécnica de Valencia.

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Sin embargo, el hecho de haber conseguido aglutinar

en torno a este proyecto a un equipo multidisciplinar,

experimentado y entusiasta, hace que alberguemos

esperanzas en que esta iniciativa saldrá adelante y que

podamos en un futuro mantenerles al corriente de nuestros

avances.

Equipo del Proyecto para la rehabilitación y reactivación de la Aldea de Olla

- Ángel López García

- Santiago López García

- Colectivo Proyecto Aliaga: Alberto Araico, Carlos Martín, Luis Contreras, ...

- Alfonso Fernández Morote, arquitecto

- Paloma Berrocal Ruiz, arqueóloga

- Víctor M. Algarra Pardo, arqueólogo

- Silvia Bronchales Alegre, arquitecta

La aldea y el territorio en el que se ubica, por sus valores históricos, etnográficos, paisajísticos y naturales, es un legado patrimonial que no podemos perder

Bibliografía

DELTORO ESCRIG, R., 2002: Marines. Historias de un pueblo. Diputació de Valencia. 2002.

SOLER, A. y YAGO, R., 2004: Marines. Geografia, historia, patrimonio. Ajuntament Marines.

ZURRIAGA I AGUSTÍ, F., 2002: Rondalles i llegendes de la muntanyes de Portaceli.

ZURRIAGA I AGUSTÍ, F., 2013: “Itinerari a l’Alqueria d’Olla”. Revista Mirades al Camp del Túria. Institut d'Estudis Comarcals. nº 4/5. Pàgs. 163-169.

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La entrada a Olla nos hace retroceder muchos siglos atrás, cuando eran frecuentes aquellos poblados de montaña habitados por moriscos

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Los últimos años no han sido buenos para la aldea. El abandono, los continuos robos, el pillaje y la expoliación de materiales de construcción han causado un rápido deterioro de las estructuras de hábitat, así como de todo el entorno paisajístico, provocando la aparición de montañas de escombros donde, hasta hace muy poco, habían casas y corrales en perfecto estado.