una más de la cdmx

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Ciudad de México, febrero de 2017 Gobierno de la Ciudad de México Instituto Nacional de la Vivienda. Gobierno del Distrito Federal A quien corresponda: Fiebre inmobiliaria, toda una patología que día a día se reafirma como una pandemia. Una más de las muchas construcciones que se realizan en la Ciudad de México, sin ninguna norma de control, sin ningún respeto a los lineamientos básicos del reglamento de construcción, sin ningún estudio de integración al contexto Urbano existente en el entorno donde se desarrolla la obra, y, sobre todo sin ningún respeto a los derechos peatonales. Aún me queda la duda de saber cómo le hacen para adueñarse predios que, o estaban abandonados, o eran propiedades en litigios familiares interminables y ahora de la noche a la mañana se convierten en construcciones multifamiliares o en centros comerciales, en donde lo que menos consideran es el impacto urbano. Pero esto sería otro tema que debería ser tratado con el conocimiento de expertos. Desde el pasado mes de diciembre de 2016, y en menos de dos semanas la construcción original desapareció, yo suponía que en principio era la remodelación de una casa que tenía una fachada muy maltratada, pero no fue así, la construcción desapareció y en su lugar ahora existe un muro de láminas acanaladas. Pero voy a tratar de explicar desde el principio. Frente al número 25 de la calle Mar Caribe en la Delegación Miguel Hidalgo, hay ahora un gran boquete en lo que corresponde a la casa que existía en ese lugar. La calle de Mar Caribe está pasando la zona federal que corresponde a las vías del ferrocarril y, es solo de una cuadra. Sin embargo, es una calle muy concurrida, vehicularmente hablando, que da salida a cientos de vehículos de las colonias San Álvaro y Clavería hacia la calzada México-Tacuba. Es tan angosta que solo puede circular un vehículo a la vez, y lo que correspondería a un segundo carril, al poniente de la avenida, siempre está ocupado por vehículos estacionados. El par de banquetas existentes son tan angostas que sólo permiten el paso de dos personas, si éstas, ceden parte de su camino de forma mutua al cruzarse, si en el momento de caminar por la banqueta oriente se topa uno con la circulación de un autobús de la línea RTP, es necesario hacerse un lado para que su espejo retrovisor no lo golpee. Pues ahora, a esta calle hay que añadir la nueva problemática de la construcción de un conjunto de viviendas, como se dijo anteriormente, sin ningún respeto a la comunidad. Fue el tiempo para cargar los materiales de la construcción derruida, el tiempo para la bajada y subida de la máquina excavadora, el tiempo para desalojar la tierra excavada y ahora, es el tiempo de los camiones que transportan los diferentes materiales de construcción. Casi todos los días hay una veintena de trabajadores que, apresuradamente tratan de hacer su labor.

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Page 1: Una más de la CDMX

Ciudad de México, febrero de 2017

Gobierno de la Ciudad de México

Instituto Nacional de la Vivienda. Gobierno del Distrito Federal

A quien corresponda:

Fiebre inmobiliaria, toda una patología que día a día se reafirma

como una pandemia.

Una más de las muchas construcciones que se realizan en la Ciudad de México, sin ninguna norma de control, sin ningún respeto a los lineamientos básicos del reglamento de construcción, sin ningún estudio de integración al contexto Urbano existente en el entorno donde se desarrolla la obra, y, sobre todo sin ningún respeto a los derechos peatonales.

Aún me queda la duda de saber cómo le hacen para adueñarse predios que, o estaban abandonados, o eran propiedades en litigios familiares interminables y ahora de la noche a la mañana se convierten en construcciones multifamiliares o en centros comerciales, en donde lo que menos consideran es el impacto urbano. Pero esto sería otro tema que debería ser tratado con el conocimiento de expertos.

Desde el pasado mes de diciembre de 2016, y en menos de dos semanas la construcción original desapareció, yo suponía que en principio era la remodelación de una casa que tenía una fachada muy maltratada, pero no fue así, la construcción desapareció y en su lugar ahora existe un muro de láminas acanaladas. Pero voy a tratar de explicar desde el principio.

Frente al número 25 de la calle Mar Caribe en la Delegación Miguel Hidalgo, hay ahora un gran boquete en lo que corresponde a la casa que existía en ese lugar. La calle de Mar Caribe está pasando la zona federal que corresponde a las vías del ferrocarril y, es solo de una cuadra. Sin embargo, es una calle muy concurrida, vehicularmente hablando, que da salida a cientos de vehículos de las colonias San Álvaro y Clavería hacia la calzada México-Tacuba. Es tan angosta que solo puede circular un vehículo a la vez, y lo que correspondería a un segundo carril, al poniente de la avenida, siempre está ocupado por vehículos estacionados. El par de banquetas existentes son tan angostas que sólo permiten el paso de dos personas, si éstas, ceden parte de su camino de forma mutua al cruzarse, si en el momento de caminar por la banqueta oriente se topa uno con la circulación de un autobús de la línea RTP, es necesario hacerse un lado para que su espejo retrovisor no lo golpee. Pues ahora, a esta calle hay que añadir la nueva problemática de la construcción de un conjunto de viviendas, como se dijo anteriormente, sin ningún respeto a la comunidad.

Fue el tiempo para cargar los materiales de la construcción derruida, el tiempo para la bajada y subida de la máquina excavadora, el tiempo para desalojar la tierra excavada y ahora, es el tiempo de los camiones que transportan los diferentes materiales de construcción. Casi todos los días hay una veintena de trabajadores que, apresuradamente tratan de hacer su labor.

Page 2: Una más de la CDMX

La calle de Mar Caribe es una sola cuadra y es la continuación de la calle Venecia que pertenece a la Delegación Azcapotzalco, digamos que es la frontera delegacional, por lo que resulta difícil la verificación de algunos datos y la consecuente tramitología para verificar lo que sea. Y el desarrollo que se construye en este predio, no es ajeno a esta problemática, que por supuesto les resulta muy benéfico. El reglamento para este tipo de obra dentro de la Ciudad de México, en general es muy “elástico” y a menos que la comunidad arme un alboroto, las autoridades se mantienen ciegas a esta realidad.

Pues resulta que esta obra es un agravio más a la comunidad cercana de Miguel Hidalgo y Azcapotzalco, y una obra más dentro de esta fiebre inmobiliaria que está sin control en la Ciudad de México.

Me pregunto:

¿Esta obra no debería tener

exhibida una autorización de

construcción?

¿Y no debería tener otra

autorización de impacto

ambiental?

Pues resulta que ninguna de las dos existe, hay una manta que avisa la construcción como un proyecto más del “Instituto de vivienda del

Distrito Federal” en donde los espacios para hacer públicos los números de autorización están en blanco. Y cómo puede apreciarse en esta fotografía el ancho de la banqueta no fue descrito con exageración, solo le faltó hacer énfasis en el mobiliario urbano que hace aún más difícil su uso.

Busqué en el portal de Internet que se despliega para el INVI, y resulta que es un portal de exhibición de los logros de esta institución y sus funcionarios y muchas fotografías de eventos de entrega, pero nada sobre predios utilizados para futuros conjuntos habitacionales y su normatividad. Pero por la forma en como esta construcción está anunciada, parecería que las autoridades están “enteradas”, tiene todos los logotipos del gobierno de la CDMX. Supongo que habrá una constructora “responsable de la obra” pero no está anunciada por ningún lado.

Page 3: Una más de la CDMX

Quiero imaginar, sin conocer el proyecto, que la obra tendrá estacionamiento y más de dos o tres pisos, no sé cuántos departamentos se pondrán a la venta ni de qué tamaño, pero aprecio que el boquete que se está cimentando con varilla y cemento, puede ser para los contenedores que permitan el tratamiento de aguas

residuales y la acumulación de agua para una cisterna y quizá para las instalaciones que contengan los embates necesariamente para los registros de gas, agua y luz. Si lo que se está proyectando es tener un estacionamiento subterráneo, las cosas se complican, primero para la salida a la calle que tendría que ser en un ángulo muy pronunciado y con muy poca visibilidad del arroyo vehicular, por supuesto que para cualquier cosa que se proyecte, el peatón es lo de menos.

Page 4: Una más de la CDMX

Además de lo dicho, vuelvo a reafirmar, existe un agravante aun mayor y es la displicencia de constructores y autoridades, para dejar totalmente desprotegido a los peatones que circulamos por esta acera, sin señalamientos ni controles viales que eviten un posible accidente como el denunciado en:

http://www.slideshare.net/carlosortegalapaz/y-el-peatn