una ciudad flotante - guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. apenas...

105

Upload: others

Post on 25-Mar-2020

10 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían
Page 2: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

ElTransatlánticoGreatEasternesunlujosoygigantescobarcodevapor,deconstrucción inglesa pero fletado por franceses, que viaja de Liverpool aNuevaYork;unaobramaestradelaarquitecturanaval,unacuidadflotante,unpedazodecondadodesprendidodelsuelo inglés,perotambiénunlugardondesepodráencontrartodoslosinstintosypasionesdeloshombres.

www.lectulandia.com-Página2

Page 3: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

JulioVerne

UnaciudadflotanteePUBv1.0

Deucalión08.06.12

www.lectulandia.com-Página3

Page 4: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

Títulooriginal:UnevilleflotanteJulioVerne,1871.

Editororiginal:Deucalión(v1.0)ePubbasev2.0

www.lectulandia.com-Página4

Page 5: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOI

LleguéaLiverpoolel18marzode1867.ElGreat-EasterndebíazarparalospocosdíasparaNuevaYork,yacababadetomarpasajeasubordo.Viajedeaficionado,nimás ni menos. Me entusiasmaba la idea de atravesar el Atlántico sobre aquelgigantesco barco. Contaba con visitar el norte de América, pero esto era sóloaccesorio. ElGreat-Eastern ante todo; el país celebrado por Cooper, después. Enefecto,elbuquedevaporaquemerefieroesunaobramaestradearquitecturanaval.Esmásqueunbarco,esunaciudadflotante,unpedazodecondadodesprendidodelsueloinglésyque,después,dehaberatravesadoelmar,debíasoldarsealcontinenteamericano.Mefigurabaaquellamasaenormearrastradasobrelasolas,suluchaconlosvientosaquienesdesafía,suaudaciaanteelimportantemar,suindiferenciaalasexpresadas olas, su estabilidad enmedio del elemento que sacude, como si fueranbotes, losWario y los Sollerino. Peromi imaginación se quedó corta. Durantemitravesía, vi todas estas cosas y otras muchas que no son del dominio marítimo.Siendo elGreat-Eastern no sólo una máquina náutica, sino un microscopio, puesllevaunmundoconsigo,nadatienedeextrañoqueenélseencuentren,comoenotroteatro más vasto, todos los instintos, todas las pasiones, todo el ridículo de loshombres.

AldejarlaestaciónmedirigíalafondadeAdephi.LapartidadelGreat-Easternestaba anunciada para el 30 de marzo, pero, deseando presenciar los últimospreparativos, pedí permiso al capitán Anderson, comandante del buque; parainstalarmedesdeluegoabordo.Elcapitánaccedióconmuchafinura.

Bajéaldíasiguiente,hacialosfondeaderosqueformanunadoblefiladedocksenlas orillas del Mersey. Los puentes giratorios me permitieron llegar al muelle deNew-Prince, especie de balsamóvil que sigue losmovimientos de lamarea y quesirve de embarcadero a los numerosos botes que hacen el servicio deBirkenhead,anejodeLiverpool,situadoenlaorillaizquierdadelMersey.

EsteMersey, como el Támesis, es un insignificante curso de agua, indigno delnombrederío,aunquedesembocaenelmar.Esunavastadepresióndelsuelo,llenade agua, un verdadero agujero, propio por su profundidad, para recibir buques delmayorcalado,talescomoelGreat-Eastern,aquienestánrigurosamentevedadoscasitodoslospuertosdelmundo.Graciasasudisposiciónnatural,esosdosriachuelos,elTámesis y el Mersey, han visto fundarse en sus desembocaduras dos inmensasciudadesmercantiles,LondresyLiverpool;poridénticascausasexisteGlasgowsobreelriachueloClyde.

EnlacaladeNew-Princeseestabacalentandounténder,pequeñobarcodevapordedicado al servicio delGreat-Eastern. Me instalé sobre su cubierta, ya llena detrabajadoresquesedirigíanabordodelgigantescobuque.Cuandoestabandandolas

www.lectulandia.com-Página5

Page 6: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

sietede lamañanaen la torreVictoria, largóel ténder sus amarrasy siguió agranvelocidadlaolaascendentedelMersey.

Apenashabíadesatracado,reparéenunjovenquequedabaenlacala,suestaturaera elevada y su fisonomía aristocrática era la que distingue al oficial inglés. Meparecióreconocerenélaunodemisamigos,capitándelejércitodelaIndia,aquienno había visto hacía muchos años. Pero sin duda me engañaba, pues el capitánMacelwin no podía haber regresado de Bombay sin que yo lo supiera. Además,Macelwineraunmuchachoalegre,uncompañerodivertido,yelpersonajequeestabaantemisojosparecíatristeycomoabrumadoporundolorsecretoLarapidezconquesealejabaelténderhizoquemuyprontosedesvanecieralaimpresiónproducidaenmimenteporaquellasemejanza.

ElGreat-Easternsehallabaancladoaunastresmillasmásarriba,a laalturadelasprimerascasasdeLiverpool.DesdeelmuelledeNew-Princeeraimposibleverlo.No lo distinguí hasta que llegamos al primer recodo del río. Su imponente moleparecíaunislotemediodibujadoentrelabruma.Senospresentabadeproa,peroelténderlorodeóyprontopudevertodasulongitud.Meparecióloqueera:¡enorme!Tres o cuatro «carboneros» arrimados a él, vertían en su interior, por las aberturaspracticadassobre la líneadeflotación,sucargamentodecarbóndepiedra.JuntoalGreat-Eastern aquellas fragatas parecían lanchas. Sus chimeneas no llegaban a laprimeralíneadeportasdeluzpracticadasensucasco;susmastelerosdejuanetenopasabandesusbordas.Elgigantehubierapodidocolgarlasdesuspescantes,comobotesdevapor.

Entretanto, el ténder se acercaba y pasó bajo el estrave derecho del Great-Eastern,cuyascadenasseestirabanviolentamenteporelempujedelasolas,yatracóasubandadebabor,alpiedelaanchaescaleraqueserpenteabaporsuscostados.Lacubiertadelténderapenasalcanzabalalíneadeflotacióndelcoloso,líneaquedebíallegaralaguacuandolacargafueracompleta,peroqueaúnsehallabadosmetrosporencimadelasolas.

Mientraslostrabajadoresdesembarcabanpresurososytrepabanporlostramosdela escalera del buque, yo, con el cuerpo echado hacia atrás y la cabeza aún másechadaatrásqueelcuerpo,comounviajeroveraniegoquemiraunedificioelevado,contemplabalasruedasdelGreat-Eastern.

Vistasdelado,parecíanflacas,escuálidas,aunquelalongituddesuspalasfuerade cuatro metros; pero de frente presentaba un aspecto monumental. Su elegantearmadura, ladisposicióndesusólidocubo,puntodeapoyode todoel sistema,suspuntales cruzados, destinados a mantener la separación de la triple llanta, aquellaaureola de rayos encarnados, aquelmecanismomedio perdido en la sombra de losanchos tambores que coronaban el aparato, todo aquel conjunto impresionaba elánimoyevocabalaideadealgunapotenciahurañaymisteriosa.

www.lectulandia.com-Página6

Page 7: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

¡Conquéenergía,aquellaspalasdemadera,tanvigorosamenteencajadas,debíanazotarlasaguasque,enaquellosmomentos,elflujorompíacontraellas!¡Quéhervorel de las líquidas ondas, cuando aquel poderoso artificio las sacudiera, golpe trasgolpe!¡Quédetruenosenlacavernadeaquellostambores,cuandoelGreat-Easternmarchabaatodovapor,alimpulsodeaquellasruedasde53piesdediámetroy160decircunferencia,de90toneladasdepesoymoviéndoseconlavelocidadde11vueltasporminuto!

Los pasajeros del ténder habían desembarcado; puse el pie en los caladosescalones de hierro, y algunos instantes después, me hallaba a bordo del Great-Eastern.

www.lectulandia.com-Página7

Page 8: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOII

La cubierta aún no era mas que un inmenso astillero entregado a un ejército detrabajadores.Nopodíaconvencermedequeaquellofueraunbuque.Muchosmilesdehombres, jornaleros,marinerosde la tripulación,maquinistas,oficiales,curiosos,secruzaban,secodeabansinincomodarse,unosporelpuente,otrosporlasmáquinas,unosagrupados,otrosdispersos,porlajarcia,entrelaarboladura,todosformandounrevoltijoimposiblededescribirAquí,garruchasvolanteselevabanenormespiezasdefundición; allá, cabrias de vapor izaban pesadas vigas: sobre la cámara de lasmáquinas se balanceaba un cilindro de hierro verdadero tronco demetal; hacia laproa, lasvergas trepaban;gimiendo, a lo largode losmasteleros;hacia lapopa, sealzaba una andamiada que ocultaba, sin duda, un edificio en construcción. Seedificaba,seencajaba,secepillaba,sepintaba,seclavaba,enincomparabledesorden.

Mi equipaje estaba ya trasbordado. El capitán Anderson no se hallaba aún abordo,perounodesussubordinadosmeinstaló,conmisfardos,enuncamarotedepopa.

—Amigo—le dije—, aunque la salida delGreat-Eastern está anunciada paramañana,esimposiblequeenveinticuatrohorasesténconcluidosestospreparativos.¿CuándoosparecequepodremossalirdeLiverpool?

Acercadeestepunto,elpersonajeaquienmedirigíanoestabamásenteradoqueyo. Me dejó solo. Entonces resolví visitar todos los rincones de aquel inmensohormiguero,yempecémipaseo,comounviajerocuriosoenunaciudaddesconocida.

Un fango negro, ese lodo británico que se pega al empedrado de las ciudadesinglesas, cubría la cubierta. Asquerosos arroyuelos serpenteaban por todos lados.Parecía que me hallaba en uno de los peores puntos del Uper-Thames-Street deLondres.Adelanté, rozando los camarotesque seprolongabanhacia la popa.Entreéstosy lasbordas,aambosladosdelbuque,sedelineabandosanchascalleso,pormejordecir,dosarrabales,ocupadosporunamultitudcompacta.Asílleguéalcentromismodelbuque,entrelosdostambores,reunidosporundoblesistemadepasarelas.

Allíseabríaelantrodestinadoacontenerlosórganosdelamáquinaderuedas,ypude ver aquel admirable artificio de locomoción. Unos cincuenta trabajadoresestabanrepartidosenloshuecosdelmetálicoedificio,unosenganchadosaloslargosémbolos inclinados según diversos ángulos, otros colgados de las bielas; éstosajustandoelexcéntrico,aquélloasegurandoconenormesllavesloscojinetesparalosmuñones.Eltroncodemetal,quedescendíalentamenteporlaescotilla,eraunnuevoárbolmotordestinadoatransmitiralasruedaselmovimientodelasbielas.Deaquelabismosalíaunruidocontinuo,mezcladesonidosagriosydiscordantes.

Despuésdedirigirunaojeadaaaquellostrabajosdeajuste,proseguímipaseoylleguéa lapopa,dondealgunostapicerosacababandeadornarunacámarabastante

www.lectulandia.com-Página8

Page 9: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

espaciosa,designadaconelnombredesmoking-room,queeraelsalóndefumaryalavezelcafédeaquellaciudadflotante,alumbradoPorcatorceventanas,concielorasoblancoyoroyconlasparedesadornadasconmoldurasycuarteronesdemaderadelimoncillo.Despuésdeatravesarunaespeciedeplazoletatriangular,queformabalaproadelpuente,lleguéalestrave,quecaíaaplomosobrelasuperficiedelasaguas.

Desde aquel punto extremo pude ver, por un jirón de las bramas, la popa delGreat-Eastern,amásdedoshectómetrosdedistancia;semejantecolosobienmerecequeseempleentalesunidadesparavaluarsusgigantescasdimensiones.

Regresé por la calle de estribor, evitando el choque de las poleas que secolumpiabanenlosairesyloslatigazosdelajarciaqueelvientosacudía,librándomeyadelbesodeunavolante,yade lasescorias inflamadasqueuna fraguavomitabacomo un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de losmástiles,de200piesdealtura,queseperdíanentrelanieblaalaquemezclabansunegro humo los tenders de servicio y los «carboneros». Más allá de la grandeescotilla de lamáquina de ruedas, observé una pequeña «fonda» ami izquierda, ydespués la larga fachada de un palacio coronado por una azotea cuya barandillaestabanadornando.Porfin, lleguéalapopa,el lugardondesealzabalaandamiadaconsabida.Allí,entreelúltimocamaroteyelvastoenrejadosobreelcualseelevabanlascuatroruedasdelgobernalle,unosmaquinistasacababandeinstalarunamáquinade vapor, compuesta de dos cilindros horizontales y de un complicado sistema depiñones,palancasy ruedasdeescape.Nocomprendí alpronto sudestino,peromeparecióqueenaquellaparte,comoenlasdemás,lospreparativosestabanmuylejosdetocarasutérmino.

¿Por qué tanto retraso? ¿Por qué tanta compostura en un buque relativamentenuevo?Diremos,sobreesto,algunaspalabras.

DespuésdeunasveintetravesíasentreInglaterrayAmerica,unadelascualesfueseñalada por accidentes muy graves, la explotación del Great-Eastern quedómomentáneamenteabandonada.Aquelinmensobarco,dispuestoparaeltransportedeviajeros,noparecíaservirparanada:ladesconfiadacastadelospasajerosdeultramarlodespreciaba.Despuésdelfracasodelasprimerastentativasparaestablecerelcablesobresumesetatelegráfica(maléxito,debidoengranpartealainsuficienciadelosbuquesquelotransportaban),losingenierosseacordarondelGreat-Eastern.Sóloélpodíaalmacenarasubordoaquellos3400kilómetrosdealambre,quepesaban4500toneladas.Sóloélpodía,graciasasuindiferenciaalosembatesdelmar,desarrollarysumergir aquél inmenso calabrote. Pero la estiba del cable en el buque exigiócuidadosespeciales.Sequitarondoscalderasdecada seisyunachimeneadecadatres, pertenecientes a lamáquina de la hélice, y en su lugar se dispusieron vastosrecipientes, para alojar el cable preservándolo una capa de agua de las capasatmosféricas. De estemodo, el hilo pasaba de aquellos lagos flotantes al mar, sin

www.lectulandia.com-Página9

Page 10: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

sufrirelcontactodelaatmósfera.Laoperacióndetenderelcableseefectuóconplenoéxito,ydespués,elGreat-

Eastern fue relegado de nuevo a su costoso abandono. Tuvo entonces lugar laExposiciónUniversalde1867.Unacompañíafrancesa,llamadadelosFletadoresdelGreat-Eastern,sefundó,conelcapitaldedosmillonesdefrancos,conlaintencióndeemplearelinmensobuqueeneltransportedevisitadorestransoceánicos.Deaquíla necesidad de volver a apropiar el Great-Eastern a este destino, de cegar losrecipientes,restablecerlascalderas,agrandarlossalonesquedebíanhabitarmuchosmilesdepasajeros;deconstruiraquelloscamarotesconcomedoressuplementarios,yporúltimo,dedisponertresmilcamasenloscostadosdelinmensocasco.

ElGreat-Easternfuefletadoalpreciode25.000francosmensuales.Seajustarondoscontratascon«G.ForresteryCompañía»,deLiverpool:laprimera,de538750francosparaelestablecimientodelasnuevascalderasdehélice;lasegunda,de662500francos,parareparacionesgeneralesymobiliariodelbuque.

Antes de emprender estos últimos trabajos, el «Board of Trade» exigió que elbuquefuerasacadodelagua,parapoderreconocerescrupulosamentesucasco.Hechaesta costosa operación, se reparó cuidadosamente y con grandes gastos una ligeragrietadelaquilla.Procedióseluegoalainstalacióndelasnuevascalderas.Tambiénfue preciso reemplazar el árbol motor de las ruedas, que se había resentido en elúltimo viaje; aquel árbol, acodado en su parte central para recibir la biela de lasbombas,fuesubstituidoporunárbolprovistodedosexcéntricos,locualasegurabalasolidez de tan importante pieza, que sufre todo el esfuerzo. Por primera vez, elgobernalleibaasermovidoporelvapor.

Aestadelicadamaniobraestabadestinadalamáquinaenquehemosvistotrabajaralosoperariosmecánicos,enlapopa.Elpiloto,colocadosobrelapasareladelcentro,entre los aparatos de señales de las ruedas y de la hélice, tenía bajo los ojos uncuadranteprovistodeunaagujamóvil,queleindicabaacadainstantelaposicióndesubarra.Paramodificarlalebastabaimprimirunlevemovimientoaunaruedecilladeunpiedediámetro,colocadaverticalmente,alalcancedesumano.Lasválvulasseabrían acto continuo; el vapor de las calderas se precipitaba por largos tubos oconductos a los dos cilindros de la pequeñamáquina; los émbolos semovían conrapidez,lastransmisionesfuncionaban,yelgobernalleobedecíainstantáneamenteaesta irresistible combinación de fuerzas. Esto debía suceder, según la teoría, si laprácticanodemostrabaotracosa,unsolohombrepodríagobernar,conundedo, lamasacolosaldelGreat-Eastern.

Por espacio de cinco días prosiguieron los trabajos con febril actividad. Losretrasos perjudicaban notablemente a la empresa de los fletadores, pero loscontratistasnopodíanhacermás.Lapartidasefijóirrevocablementeparaeldía26demarzo.El25,lacubiertadelGreat-Easternestabaaúnobstruidaportodoelmaterial

www.lectulandia.com-Página10

Page 11: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

suplementario.Pero durante este último día, la cubierta, las pasarelas, los camarotes se

desocuparonpocoapoco;sedeshicieronlosandamios,desaparecieronlasgarruchas;sedioporterminadoelajustedelasmáquinas;segolpearonlosúltimospasadoresyse apretaron los tornillos en las últimas tuercas; las piezas bruñidas recibieron unbarnizblancoquedebíapreservarlasdelaoxidaciónduranteelviaje;sellenaronlosdepósitos de aceite; la última placa descansó, por fin, sobre su mortaja metálica.Aqueldíahizoelingenierolapruebadelasmáquinas.Unaenormecantidaddevaporseprecipitóalacámaradeéstas.Asomadoalaescotilla,envueltoenaquellascálidasemanaciones,nomeeraposiblevernada,perooíacómoloslargosémbolosgemíanal recorrer sus cajas de estopas y cómo oscilaban con ruido los gruesos cilindrossobresus sólidosapoyos.Un fuertehervor seproducíabajo los tambores,mientraslaspalasgolpeabanlentamentelasaguasturbiasdelMersey.Hacialapopa,lahéliceazotaba lasolasconsucuádruple rama.Lasdosmáquinas, independientesentresí,estabanprontasafuncionar.

A eso de las cinco, atracó una lancha de vapor, destinada alGreat-Eastern. Sulocomóvilfuedesprendidaeizadaluegoalpuente,pormediodecabrestantes.Perono fue posible embarcar la lancha, pues su casco de acero pesaba tanto que losapoyosdelaspalancascedieronbajolacarga,efectoquenosehubieraproducido,sinduda, si se hubieran empleado balancines. Fue, pues, preciso abandonar aquellalancha,peroaúnlequedabaalGreat-Easternunrosariodedieciséisembarcacionescolgadasdesuspescantes.

Por la tarde todo estaba ya concluido, o poco menos. Las calles, limpias, noofrecíanyaseñaldebarro;elejércitodelosbarrenderoshabíapasadoporellas.Laestibahabíaterminado.Víveres,mercancías,combustibleocupabanlasdespensas,losalmacenesylascarboneras.Sinembargo,elbuquenosehundíaaúnhastalalíneadeflotación, no sacaba los nuevemetros reglamentarios, lo cual era un inconvenientepara las ruedas, cuyas paletas, insuficientemente sumergidas, debían dar menosimpulso.Pero,noobstante,podíamospartir.Meacosté,conlaesperanzadesaliralmaraldíasiguiente.Nomeengañaba.El26demarzo,alrayareldía,viflotarenelpalo de mesana el pabellón americano, en el mayor el pabellón francés y en eltrinqueteelpabellóndeInglaterra.

www.lectulandia.com-Página11

Page 12: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOIII

En efecto, el Great-Eastern se disponía a zarpar. De sus cinco chimeneas seescapaban ya algunas volutas de humo negro. Una espuma caliente transpiraba atravésdelospozosprofundosquedabanaccesoalasmáquinas.Algunosmarinerosbruñían los cuatrograndes cañonesquedebían saludar aLiverpool a nuestropaso.Algunos gavieros corrían por las vergas, recorriendo la jarcia para facilitar lamaniobra. Se estiraban los obenques, encapillándolos debidamente y haciéndolosbajaralasmesasdeguarnición.Aesodelasonce,lostapicerosclavabanlosúltimosclavosylospintoresdabanlaúltimamanodebarniz.Después,todosseembarcaronenelténderquelosaguardaba.Asíquelapresiónfuesuficiente,seenvióelvaporaloscilindrosdelamáquinamotrizdelgobernalleylosmaquinistasreconocieronqueelingeniosoaparatofuncionabaregularmente.

El tiempo era bastante bueno; el sol se dejaba ver con claridad y sólomomentáneamentelocubríaalgunanube.Enaltamardebíasoplarbienelviento,locualimportababastantepocoalGreat-Eastern.

Todos los oficiales se hallaban a bordo, repartidos por todo el buque, parapreparar el aparejo. El EstadoMayor se componía de un capitán, un segundo, dossegundosoficiales,cincotenientes,unodeellosfrancés,misterH…,yunvoluntario,francéstambién.

ElcapitánAndersongozadegranreputaciónenlaMarinamercanteinglesa.Aélse debe la colocación del cable transatlántico. Verdad es que si triunfó dondefracasaronsusantecesoresfueporquetrabajóencondicionesmuchomásfavorables,teniendo elGreat-Eastern a su disposición. Lo cierto es que su triunfo le valió eltítulodesir,otorgadoporlareina.Encontréenéluncomandantemuyamable.Eraunhombredeunoscuarentaaños;suscabellosteníanesecolorrubioqueseconservaapesar de la edad, su estatura era elevada, su cara ancha y risueña y de tranquilaexpresión; su aspecto era verdaderamente inglés; su paso lento y uniforme, su vozdulce; sus ojos pestañeaban con frecuencia, sus manos nunca iban metidas en losbolsillosysiempreostentabanestiradosguantes;vestíaconelegancia,peroconestaseñaparticular:lapuntadesupañueloblancosalíasiempredelbolsillodesulevitaazulcontriplegalóndeoro.

ElsegundodelbuqueofrecíauncontrastesingularconelcapitánAnderson.Esfácilderetratar:esunhombrecillovivaracho,muymoreno,conojosalgoinyectados,con barba negra que le llega a los ojos; piernas arqueadas que desafían todas lassorpresas del balance. Marino activo, vigilante, muy instruido en los pormenores,daba sus órdenes con voz breve órdenes que repetía el contramaestre con eseronquidodeleónconstipadopeculiaralaMarinainglesa.ElsegundosellamabaW…y era, según tengo entendido, un oficial de la Armada, empleado, con permiso

www.lectulandia.com-Página12

Page 13: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

especial,abordodelGreat-Eastern.Sumododeandarerade«lobodemar»ydebíade ser de la escuela de aquel almirante francés, valiente a toda prueba, que en elmomentodelcombategritabasiempreasugente:«¡Animo,muchachos,notropecéis!¡Yasabéisquetengolacostumbredehacermeascender!»

Lasmáquinas corrían a cargo de un ingeniero jefe, auxiliado por diez oficialesmecánicos.Asusórdenesmaniobrabaunbatallónde250maquinistas, fogonerosoengrasadores,quenosalíandelasprofundidadesdelbarco.

Diezcalderas,condiezfogonescadauna,esdecir,cienfuegosquevigilar,teníanalbatallónocupadonocheydía.

Latripulaciónpropiamentedicha,contramaestre,gavieros,timonelesygrumetes,era de unos 100 hombres.Además, había 200mozos destinados al servicio de lospasajeros.

Cadacualestabaensupuesto.Elprácticoquedebía«sacar»elGreat-Easterndela barra de Mersey, estaba a bordo desde el día anterior. Vi también a un pilotofrancés, de la isla deMoléne, cerca deOuessant, que debía hacer con nosotros latravesíadeLiverpoolaNuevaYork,yalregresohacerentrarelGreat-EasternenlaradadeBrest.

Empiezoacreerquesaldremoshoy—dijealtenienteH…-Noesperamosmásquealosviajeros—respondiómicompatriota.—¿Sonmuchos?—Cercademiltrescientos.Eralapoblacióndeunpueblogrande.Alasonceymediafueseñaladoelténder,colmadodepasajeros,querebosaban

delascámaras,queseapiñabanenlaspasarelas,queseapretabansobrelasmontañasdefardosquehabíasobrelacubierta;algunosibantendidossobrelostambores.Eran,comosupemuypronto,califomianos,canadienses,yanquis,peruanos,americanosdelSur,ingleses,alemanesydosotresmilfranceses.EntreellossedistinguíanelcélebreCyrus Field, de Nueva York; el honorable John Rose, del Canadá; el honorableMacalpine,deNuevaYork;misterAlfredo-Cohen,deSanFrancisco;misterWhitney,de Montreal; el capitán Macph… y su esposa. Entre los franceses se hallaban elfundador de la «Sociedad de los Fletadores delGreat-Eastern», mister Jules D…representantedela«TelegraphConstructionandMaintenanceCompany»,quehabíacontribuidoaponerenprácticaelproyecto,conveintemillibras.

Elténderatracóalpiedelaescaleradeestribor,ydioprincipioalainterminableascensiónde equipajesypasajeros, pero sinprisa, singritos, como si todos fueranpersonasqueentrarantranquilamenteensucasa.Sihubieransidofranceses,hubierancreídosudebersubircomoalasalto,aguisadeverdaderoszuavos.

Elprimercuidadodecadapasajero,alponerelpieenelGreat-Eastern,erabajara los comedores, para marcar el puesto de su cubierto. Una tarjeta o su nombre,

www.lectulandia.com-Página13

Page 14: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

escritoconlápizenunpedazodepapelbastabaparaasegurarlesutomadeposesión.Enaquelmomentoseestabasirviendounalmuerzo,ynotardaronlasmesasenverserodeadas de convidados, que cuando son anglosajones, saben combatirperfectamente,esgrimiendoeltenedor,elfastidiodeunatravesía.

Con objeto de seguir todos los pormenores del embarque, me había quedadosobre cubierta.A las doce ymedia todos los equipajes estaban transbordados.Allípude ver, revueltos, mil fardos de todas formas y tamaños; cajones grandes comocoches,capacesdecontenerunmobiliariocompleto;estuchesdeviajedeeleganciaperfecta; sacos de formas caprichosas, y muchas de esas maletas americanas oinglesas,tanfácilesdereconocerporellujodesuscorreas,suhebillajemúltiple,elbrillodesuschapasysusgruesasfundasde lonaodehule,condoso tresgrandesiniciales caladas en sendas chapas de hojalata. Pronto desapareció toda aquellabalumba en los almacenes (iba a decir en las estaciones del entrepuente), y losúltimos trabajadores, mozos de cuerda o guías, volvieron al ténder, que se alejó,despuésdehaberensuciadoelGreat-Easternconlasescoriasdesuhumo.

Volvíahacialaproa,cuandodepronto,mehalléenpresenciadel jovenaquienhabíavistoenelmuelledeNew-Prince.Sedetuvoalvermeymetendióunamanoqueestrechécariñosamente.

—¿Vosaquí,Fabián?exclamé.—Yomismo,amigoquerido.—Nomeengañécuando,hacealgunosdías,creíverosenelembarcadero.¿Vaisa

América?—Sí. ¿En qué puede emplearse mejor una licencia de algunos meses, que en

correrelmundo?—¡Dichosa la casualidad que os ha hecho elegir elGreat-Eastern para vuestro

paseo!—Noha sido, casualidad, querido compañero. Leí en un periódico que habíais

tomadopasajeabordodeestebuqueyhequeridohacerelviajeconvos.—¿AcabáisdellegardelaIndia?—ElDodaverymedejóanteayerenLiverpool.—¿Yviajáis,Fabián?…—lepreguntéobservandosurostropálidoytriste.—Paradistraerme,sipuedo—respondió,estrechandomimanoconemoción,el

capitánFabiánMacelwin.

www.lectulandia.com-Página14

Page 15: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOIV

Fabiánseseparódemí,parairareconocersualojamiento,enelcamarote73delaseriedelgransalón,cuyonúmeroestabamarcadoensubillete.Enaquelmomento,gruesos borbotones de humo revoloteaban en torno de las anchas bocas de laschimeneas del buque. Oíase estremecer el casco de las calderas hasta en lasprofundidadesdelanave.Huíaelestridentevaporporlostubosdeescape,volviendoacaersobrecubierta,en formademenuda lluvia.Estrepitosos remolinos revelabanqueseestabanensayandolasmáquinas.Lapresióndecíaalingenieroquepodíamospartir.

Fue preciso ante todo levar el ancla. La marea subía aún y elGreat-Eastern,movidoporsuempuje,lepresentabalaproa.Todoestabadispuestoparabajarelrío.ElcapitánAndersonhabíatenidoqueaprovecharaquelmomentoparaaparejar,puesla esloradelGreat-Eastern no le permitía evolucionar en elMersey.Noarrastradopor la bajamar, sino al contrario, resistiendo la rápidamarea, eramás dueñode subarcoyestabamás segurodepodermaniobrarhábilmentepor entre lasnumerosasembarcacionesquesurcabanel río.Elmás levecontactoconaquelgigantehubierasidodesastroso.

Levarelanclaentalescondicionesexigíaesfuerzosconsiderables.Enefecto,elbuque,aimpulsodelacorriente,estirabalascadenasqueloamarraban.Además,unfuertevientodelSudoeste,hallandoensumasaunobstáculo,uníasuacciónaladelflujo.Paraarrancar laspesadasanclasdel fondodecienosenecesitabanpoderososaparatos.Unanchor-boat,buqueespecial,destinadoaestaoperación,seenganchóasus cadenas; pero no bastando sus cabrestantes, hubo que recurrir a los aparatosmecánicosqueteníaasudisposiciónelGreat-Eastern.

En la proa, para izar las anclas, estaba dispuesta unamáquina de la fuerza desetenta caballos. Se obtenía una fuerza considerable, que podía actuarinmediatamentesobreelcabrestanteaqueseenganchabanlascadenas,sinmásquehacer pasar a los cilindros el vapor de las calderas. Pero la inmensa fuerza de lamáquina fue insuficiente y hubo que acudir en su socorro. Cincuenta marinos,obedeciendounaordendelcapitánAnderson,colocaronlaspalancasyempezaronavirarelcabrestante.

El buque empezó a avanzar sobre sus anclas, pero con mucha lentitud. Loseslabonesrechinabanpenosamenteenlosescobones;meparecequealgunasvueltasderueda,quehubieranpermitidoembragarmásfácilmente,hubieranaliviadomucholascadenas.

Hallábame entonces en la toldilla de proa con algunos pasajeros, quecontemplaban, como yo, los progresos de la operación. A mi lado, un viajero,impaciente,sinduda,por la lentitudde lamaniobra,seencogíadehombrosacada

www.lectulandia.com-Página15

Page 16: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

instante,burlándosedelaimponentemáquina.Eraunhombrecilloflaco,nervioso,devivezaratonil,cuyosojosapenassedistinguíanbajolosplieguesdesuspárpados.Unfisonomistahubieracomprendido,a laprimeraojeada,quelavidasepresentabadecolorderosaaaquelfilósofo,discípulodeDemócrito,quenodabapuntodereposoasusmúsculoscigomáticos,necesariospara laacciónde larisa.Por lodemás,comoluegotuveocasióndever,eraunbuencompañerodeviaje.«Hastaahora—medijo—,habíayocreídoque lasmáquinasservíanparaayudara loshombres,ynoparaqueéstoslasayudaran».

Ibaaresponderaobservacióntansensata,cuandoseoyerongritos.Mivecinoyyo corrimos a la proa, donde pudimos ver que habían sido derribados todos lostrabajadores de las palancas: unos se levantaban, otros no podían levantarse. Unpiñóndelamáquinahabíasaltado,ylapoderosaaccióndelascadenashabíahechogirar con espantosa fuerza el cabrestante. Los marineros habían sido heridos, conterribleviolencia,enelpechooenlafrente.Elirresistiblemolinetedescritoporlassueltasbarrashabíaheridoadocemarinerosymuertoacuatro.Entrelosheridossehallabaelcontramaestre,queeraunescocésllamadoDundée.

Todos acudimos. Los heridos fueron llevados a la enfermería y se mandódesembarcar los cadáveres.La vida de las gentes pobres es tan poca cosa para losanglosajones, que apenas causó impresión a bordo tan triste suceso. Aquellosdesgraciados,muertos o heridos, no eranmás que dientes de una rueda, fáciles dereponer.Elténder,dócilaunaseñaqueselehizo,volvióaatracaranuestrocostado.

Medirigíalaescaleraquenosehabíaquitadoaún.Loscadáveres,envueltosenmantas, fueron colocados sobre cubierta, en el ténder. Uno de los médicos de ladotacióndelGreat-Eastern, fueaacompañarlosaLiverpool, conordende regresarcuanto antes a bordo. Alejóse el ténder, y los marineros lavaron las manchas desangrequeensuciabanelpuente.

Detalle curioso. Un viajero levemente herido por una astilla, se marchó en elténder,aprovechandolaocasión.YaestabasaturadodeGreat-Eastern.

Yo miraba el ténder, que a todo vapor se alejaba, cuando oí a mi irónicocompañero,quemurmurabadetrásdemí:

—¡Buenprincipiodeviaje!—Nopuedeserpeor—repliqué—.¿Tengoelhonordehablara…?—AldoctorDeanPitferge.

www.lectulandia.com-Página16

Page 17: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOV

Laoperaciónhabíaempezadodenuevo.Elanchor-boatpermitióaliviarlascadenas,y las anclas dejaron al fin el tercer lecho.La una y cuarto daban en los relojes deBirkenhead; para aprovechar la marea, era indispensable que elGreat-Eastern noretardaramás su salida. Subieron a la pasadera el capitán y el piloto.Colocóse untenientejuntoalaparatodeseñalesdelasruedasyotrojuntoaldelahélice;entrelosdos,juntoalaruedecilladestinadaamovereltimón,estabaeltimonel.Otroscuatrotimoneles,paraelcasodeque llegaraa faltar lamáquinadevapor,vigilabanen lapartedepopa,dispuestosamaniobrarlasgrandesruedasdeltimón.Parabajarelrío,elGreat-Easternnoteníamásquehendirlamarea.

Diose la señal de partir. Resonó la hélice en la popa, azotaron las ruedaslentamentelasprimerascapasdeagua,yempezóamoverseelbuque.

Casi todos losviajeroscontemplaban,desde la toldilladeproa,eldoblepaisajeque ofrecían Liverpool a la derecha y Birkenhead a la izquierda. El Mersey nodejaba,paraelpasodenuestroenormebuque,másqueestrechoscallejones,entrelosbuquesancladosy losque semovíansubiendoobajando.Pero, sensiblea losmáslevesmovimientosdelamanodelpiloto,elGreat-Easternsedeslizabaporaquellasangosturas,ágilcomounapiragua.Hubounmomentoenquemeparecióimposiblequedejáramosdepasarporojoaunafragataquecruzabalacorrienteyquerozó,consuspenoles,elcascodenuestragigantescanave;peroseevitóelchoque,ycuando,desdelascofas,pudeveraquelbarcode700a800toneladas,meparecióunodeesosbarquitosconquelosniñosjueganenlosestanquesdeGreen-ParkodeSerpentine-River.

No tardóelGreat-Eastern enatravesar losmuellesdel embarquedeLiverpool.Los cuatro cañones, respetando la memoria de los muertos que el ténderdesembarcaba, permanecieron mudos, pero formidables aclamaciones y vivasreemplazaron aquellos estampidos, que son lasmás ruidosasmanifestaciones de lacortesía nacional. Resonaron palmoteos, se levantaron los brazos, se agitaron lospañuelosconeseentusiasmodequesontanpródigoslosinglesesalasalidadetodobarco,aunqueseaunalanchaquevaadarunpaseoporlabahía.Mas¡quémaneraderesponder a aquellos saludos! Millares de curiosos coronaban las murallas deLiverpoolydeBirkenhead.Losboats,cargadosdeespectadores,hormigueabanenelrío.LatripulacióndelLordClyde,buquedeguerrafondeadoenladársena,saludóalGreat-Easternconsusaclamaciones,desdeloaltodelasvergas.Desdelastoldillasdelosbuquesancladosenelrío,estrepitosasmúsicasnosenviabanterriblesarmoníasquedominabanelgriterío.Lasbanderas,enhonoralgigante,nocesabandesubirybajar. Pero pronto empezaron a amortiguarse los gritos, a causa de la distancia.PasamosrozandoelTrípoli,paquebotedelalínea«Cunard»,destinadoaltransporte

www.lectulandia.com-Página17

Page 18: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

deemigrantesyqueparecíaunalancha,apesardesus2000toneladas.Después,elhumocesódeoscurecerelhorizonte,aumentaronlosespaciosentrelascasasypudoverse el campo por entre las paredes de ladrillo. Aún se distinguían las casas decampoderecreoy,enlaorilladerechadelrío,nossaludaronlosúltimosvivas,desdelamesetadelfaroylascarasyflancosdelbaluarte.

Alastresdelatarde,despuésdehaberfranqueadolospasosdelMersey,elGreat-EasternsalíaalcanaldeSanJorge.SoplabaelSuroeste.Nuestrasbanderas,estiradas,no formaban ni un pliegue.Algunas olas, que pasaban inadvertidas para elGreat-Eastern,empezabanahincharlasuperficielíquida.

Alascuatro,elcapitánAndersonmandóhaceralto.Asíqueelbarquillosatéliteatracó, se le echó una escala de cuerda, por la cual se encaramó pesadamente elmédico segundo del buque. El práctico bajó, con más agilidad, a su bote que leesperaba,ycuyosremerosllevabancinturonessalvavidas.Alpairolosesperabaunaelegantegoleta,alacualabordaronmuypronto.

Rompiósedenuevo lamarcha, acelerándose ladelGreat-Eastern a impulsodesus ruedasysuhélice.Elbuquenoarfaba,apesardelvientoquesoplabadeproa.Prontocubrieronlassombraselmar,perdiéndoseenlanochelacostadelcondadodeGales,señaladaporlapuntadeHolg-Head.

www.lectulandia.com-Página18

Page 19: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOVI

Alotrodía,27demarzo,elGreat-Easternseguía,porestribor,laaccidentadacostairlandesa.Mihabitaciónerauncamarotedeprimeradeproa,muybonito,iluminadopor dos anchas partes de luz; estaba separado del salón de proa por otra fila decamarotes, de manera que no podían llegar a él las estrepitosas melodías de lospianos, que no escaseaban, ni de las conversaciones. Era una choza aislada, a loúltimodeunarrabal.Susmuebleseranunalitera,untocadoryunescaño.

Alassietedelamañana,despuésdeatravesarlasdosprimerassalas,lleguéalacubierta,porlacualvagabanyalosviajeros.Unbalanceoapenasperceptible,movíaelbuque.Elvientoerabastantefresco,perolamar,desenfiladaporlacosta,nopodíasergruesa.MetranquilizabaporcompletolaindiferenciadelGreat-Eastern,quemeparecíadebuenagüero.

Desdelatoldilladelcafévilaextensacosta,elegantementeperfilada,quedebeelnombre de «Costa de Esmeraldas» a su verdura perpetua. Algunas casitasdesparramadas,unpuestodeaduaneros,unblancopenachodehumoprocedentedealguna locomotoraqueatravesabaunvalleentredoscolinas,algúntelégrafoópticoaislado,haciendomuecasalosbuquesqueveíamaradentro,laanimaban.

Elmarquenosseparabadelacostateníauncolorverdesucio,comosifueseunatabla manchada irregularmente de sulfato de cobre. El viento seguía refrescando,algunas nieblas revoloteaban, como masas de polvo, bricks y goletas numerosastrataban de alejarse de la costa; los steamers pasaban escupiendo humo negruzco,pero el Great-Eastern, aunque no iba animado de gran velocidad, los dejabarezagados,sintrabajo.

Pronto, tuvimos a la vista a Lucen’s Town, puertecillo de arribada, delante delcualmaniobrabaunaescuadrilladepescadores.Todobuque,vengadeAméricaodelosmaresdelSur,seadevaporodevela,deguerraomercante,sueltaallí,alpasardelargo, su valija de correspondencia. Un tren correo, siempre dispuesto, la lleva enpocashorasaDublin.Allí,unpaquebote,siemprehumeante,steamerdepurasangre,máquinaporsuscuatrocostados,verdaderomontónderuedasquesurcalasolas:nomenosútilqueelGladiadoroLaHijadelAire, tomaestascartas,yatravesandoelestrecho con velocidad de 18 millas por hora, las deposita en Liverpool. Lacorrespondenciaadelantaasíenundíaaloscorreostransatlánticosmásligeros.

ElGreat-Eastern,aesodelasnueve,subióalEste-Noreste.Acababayodellegara lacubiertacuandoseacercóamíelcapitánMacelwin,acompañadodeunamigosuyo,deseispiesdeestaturaydebarbarubiay largosmostachosque,perdidosenpobladas patillas, según lamoda, dejaban la barba al descubierto.El tipo de aquelbuen mozo era el del oficial inglés; llevaba la cabeza alta pero sin violencia; sumiradaeraserena,ysupasosueltoydistinguido;presentaba todos lossíntomasde

www.lectulandia.com-Página19

Page 20: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

esevalortanraroquepuedellamarse«valorsinfuria».Respectoasuprofesión,nomehabíaengañado.

—Ospresento ami amigoArquibaldoCorsican, capitán, comoyo, en el 22delíneadelejércitodelaIndia.

Corsicanyyonossaludamos.—Apenasnosvimosayer,queridoFabián—dijeaMacelwin,cuyamanoestreché

—, en la confusión de la salida.Todo lo que sé es que no debo a la casualidad ladicha de hallarnos juntos a bordo. Confieso que si en algo he influido en vuestradeterminación…

—Sin duda, querido compañero—me contestó—.El capitánCorsican y yo, alllegar a Liverpool, íbamos a tomar pasaje en elChina, de la línea de Cunard. LanoticiadelviajequeibaaemprenderelGreat-Easternnoshizoreflexionaracercadesi sería conveniente modificar nuestro plan primitivo, aprovechando ocasión tanfavorable;perolanoticiadequeestabaisabordoacabódedecidirme,puesparamíesunplacervuestracompañía.Nonoshabíamosvueltoaverdesdeaqueldeliciosoviajeque hicimos hace tres años al territorio escandinavo, y por eso el ténder nos trajoayer.

—Querido Fabián —le respondí—, creo que ni vos ni vuestro amigo osarrepentiréis. La travesía del Atlántico en este enorme barco ha de ser interesantepara vosotros, por poco marinos que seáis. La última carta que hace seis mesesfechasteisenBombay,mehacíacreerqueestabaisenelregimiento.

—Estábamos con él hace tresmeses, pasando aquella vida de los oficiales delejército de la India, medio labriega, medio militar, en la cual se organizan máscacerías que columnas de operaciones. Os presento, en el capitán Arquibaldo, elterror de los juncales, el gran matador de tigres. Pero aunque muchachos y sinfamilia,hemosqueridodarunpocodereposoaaquellasfierasdelapenínsulayvenirarespiraralgunosátomosdeaireeuropeo.Hemosobtenidounañodelicencia,yporel mar Rojo, Suez y Francia, hemos llegado a nuestra antigua Inglaterra con lavelocidaddeuntrenexpreso.

—¡Nuestra vieja Inglaterra!—repuso sonriendo Corsican—.Ya no estamos enella,pueselbuquequenoslleva,aunqueseainglés,estáfletadoporfrancesesynosconduceaAmérica.Sobrenuestrascabezasondeantrespabellonesqueindicanquepisamosunsuelofranco-anglo-americano.

—¿Qué importa?—respondióFabián,cuya frentesearrugómomentáneamente,cual bajo una dolorosa impresión—. Lo esencial es que corra nuestra licencia. Elmovimiento es la vida.Olvidemos lo pasadoymatemos lo presente renovando losobjetos que nos rodean. Dentro de algunos días abrazaré, en Nueva York, a mihermanayamissobrinos,aquienesnohevistodesdehacemuchosaños.DespuésvisitaremoslosGrandesLagos,bajaremoselMississipihastallegaraNuevaOrleans.

www.lectulandia.com-Página20

Page 21: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

Daremos una batida en el Marañón, y después, de un salto, pasaremos a África,donde los leones y los tigres se han dado cita en El Cabo para festejar al capitánArquibaldo; hecho esto, volveremos a imponer la voluntad de la metrópoli a loscipayos.

Fabián hablaba con volubilidad nerviosa, mientras su pecho se henchía desuspiros. Indudablemente, alguna desgracia que nome habían dejado adivinar suscartas amargaba su vida. Arquibaldo Corsican debía conocer aquel secreto, puesdemostrabahaciaFabián,algomás jovenqueél, sucariñodehermanomayor,unaamistaddeesasquepuedenllevaralheroísmo,enocasionesdeterminadas.

Un grueso camarero interrumpió nuestra conversación, tocando la bocina paraavisar,conuncuartodehoradeanticipación,ellunchdelasdoceymedia.Elroncoinstrumento,congransatisfaccióndelospasajeros,resonabacuatrovecesaldía:alasocho ymedia, para el almuerzo; a las doce ymedia, para el lunch; a las cuatro ymedia, para comer, y a las siete ymedia, para el té.Los pasajeros, despejando lasanchascalles,sehallaronprontosentadosalamesa;yomecoloquéentreFabiányelcapitánArquibaldo.

Enloscomedoreshabíacuatrofilasdemesas.Losvasosybotellas,colocadosenplatillos de doble suspensión, conservaban su posición vertical, a pesar de losvaivenes. El buque no sentía las olas. Hombres, mujeres y niños podían comer ybeber sin peligro.Gran número de atentos camareros hacía correr, en torno de lasmesas, exquisitos platos, y suministraba a cada pasajero, con arreglo a la lista queformaba,vinosydulcesquesepagabanaparte.Distinguíanseloscalifornianosporsuaficiónalchampaña.

Una lavandera, enriquecida en los lavaderos de San Francisco, bebía, encompañíadesumarido,aduaneroretirado,«Cliquot»atresdólaresbotella.Algunasmissesescuálidasydescoloridasengullíantajadasdevacachorreandosangre.Largasladyes,condefensasdemarfil,vaciabanenlashueverasloshuevospasadosporagua.Otrassaboreabanapiodeldesierto,conmarcadasatisfacción.Todos trabajabanconfervor.AquelloeraunafondaenplenoParís,noenplenoOcéano.

Tomadoellunch,sepoblaronotravezlastoldillas.Losconocidossesaludabanalpaso,comolospaseantesdeHydePark.Losniñossaltaban,corrían,jugabanconsusaros y balones, como si estuvieran sobre la arena en las Tullerías. Casi todos loshombresfumabanpaseando.Lasseñorascharlaban,sentadasensillasde tijera.Lasayasyniñerascuidabandelosniños.Algunosamericanospanzudossecolumpiabanen sillones de balancín.Los oficiales del buque ibany venían, unos observando laaguja,otrosrespondiendoalaspreguntas,algunashartoinocentesoridículas,delosviajeros.Entrelosresoplidosdelabrisaseoíanlosecosdeunórganocolocadoenelsalóndepopay losdedoso trespianosde«Pleyel»queen lossalones—bajossehacíanunacompetencialamentable.

www.lectulandia.com-Página21

Page 22: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

Aesodelastres,resonaronestrepitosasvocesdetriunfo,ylosviajeroscubrieronlas toldillas. ElGreat-Eastern pasaba a dos cables de un paquebote al que habíaadelantado.EraelDropontis,conrumboaNuevaYork,quesaludóalgigantedelosmares,aquienéstecontestaba.

A lascuatroymediaaúnsedivisaba tierra,a tresmillasaestribor.Apenasnospermitíaverlalaoscuridaddeunchubascorepentino.Prontoaparecióunaluz.EraelfarodeFastenet,colocadoenunpicachoaislado.Notardóencerrarlanoche,durantelacualdebíamosdoblarelcaboClear,últimapuntaadelantadadelacostadeIrlanda.

www.lectulandia.com-Página22

Page 23: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOVII

HedichoyaquelaesloradelGreat-Easternpasabadedoshectómetros.Paradejarsatisfechosa losávidosdecomparaciones,diréqueesun terciomás

largoqueelpuentedelasArtes.NohubierapodidorevolverseenelSena,ysucaladoleimpediríaflotardeotramaneraquecomoflotaelmismopuente.Elbuquemide,enrealidad,270metrosymedioentresusperpendiculares,enlalíneadeflotación.Enlacubierta,depopaaproa, tiene210metrosymedio, longituddobledelaquetienenlosmayores buques trasatlánticos.Sumanga es de 25metros 30 centímetros en lacuadernamaestra,yde36metros65centímetroshastafueradelostambores.

El casco del Great-Eastern está hecho a prueba de los golpes de mar másformidables.Esdobleyloformaunconjuntodeceldillasde86centímetrosdealtura.Además,13compartimientos,separadosporfuertestabiques,aumentansuseguridadbajoelpuntodevistadelasvíasdeaguayelincendio.Diezmiltoneladasdehierroentraron en la construcción de este casco, y tres millones de clavos, remachadosestandoenrojecidosalfuego,aseguranlaperfectaunióndelasláminasdesuforro.

Cuandocala30piesdeagua,elGreat-Easterndesaloja2500toneladas.Enlastresolo cala 6,10 metros. Puede transportar 10.000 pasajeros. De las 373 cabezas dedistrito de Francia, 274 están menos pobladas que lo estaría esta subprefecturaflotanteconsumáximumdepasajeros.

LaslíneasdelGreat-Easternsonmuylargas.Lascadenasdelasanclascorrenporescobenes que horadan su estrave. Su proa,muy aguda, sin huecos ni salientes, esperfecta.Supopa,redondeada,caeunpocoydesdicedelconjunto.

Seismástilesycincochimeneasseelevansobresucubierta.Lostrespalosquesehallanhacialaproason:el«fore-gigger»yel«fore-mast»ambospalostrinquetesyel«main-mast»opalomayor.Los tresposterioressonel«aftermain-mar»,el«mizen-mast»yel«after-gigger».El«foremast»yel«main-mast»llevangaviasyjuanetes,ylos otros cuatro solo velas triangulares. El velamen total está formado por 5400metroscuadradosdelonamuybuena,de lafábricadeEdimburgo.Enlas inmensascofas del segundo y tercer palo puedemaniobrar perfectamente a cualquier orden,unacompañía.

Deestosseispalos,sostenidosporobenquesybrandalesmetálicos,elsegundo,tercero y cuarto; están formados por chapas de hierro claveteadas, verdadera obramaestradel arte calderero.Miden, en la fogonadura,1,10metros, y elmayor tiene207piesdeelevación:nosontanaltaslastorresdeNuestraSeñora.

Dosdelaschimeneaspertenecenalamáquinadelasruedasyestándelantedelostambores;lastresdelapopasondelamáquinadehélice.Soncilindrosdegranradio,sostenidosporfuertescadenasyde30metrosymediodealtura.

Enelinteriordelbuque,ladistribuciónestámuybienentendida.

www.lectulandia.com-Página23

Page 24: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

Enlaproaestánloslavaderosalvaporylosalojamientosdelatripulación.Sigueunsalónparaseñoras,yotromayor,alumbradosporlámparasdedoblesuspensiónyadornados con espejos y pintura. Claraboyas laterales, sostenidas por elegantescolumnatas doradas, dejan pasar la luz a estasmagníficas cámaras que comunicancon el puente superior pormedio de escaleras de caracol de peldañosmetálicos ybarandillasdecaoba.

Delanteestándispuestascuatrofilasdecamarotesseparadosporunpasillo;unosse comunican por medio de una meseta y a los otros se llega por una escaleraparticular.

Lostresvastosdinning-roomsdelapopapresentananálogadisposiciónparaloscamarotes.Uncorredorembaldosadoquedavueltaalamáquinadelasruedas,entresusparedesdemetalylascolinas,dapasodelashabitacionesdeproaalasdepopa.

LasmáquinasdelGreat-Eastern están reputadas, con razón,porobrasmaestrasde… iba a decir de relojería. Nada hay tan asombroso como aquellos enormessistemas de ruedas, funcionando suave y precisamente, como un reloj. La fuerzanominalde lamáquinade ruedas esdemil caballos.Se compone estamáquinadecuatrocilindrososcilantes,de2,26metrosdediámetro,apareadosycuyosémbolosdirectamentearticuladosa lasbielas,desarrollan4,27metrosdecarrera.Lapresiónmediaesde20librasporpulgada,cercade1,76kilogramosporcentímetrocuadrado,oseaunaatmósferaydostercios.

Lasuperficiedecalordelascuatrocalderasreunidasesde780metroscuadrados.Este«Encine-padole»marchaconmajestuosacalma;suexcéntrico,arrastradoporelárbol,pareceelevarsecomoungloboaerostático.Puededar12vueltasderuedaporminutoyformacontrasteconlamáquinadelahélice,másvelozyfuriosa,impulsadapor1600caballosdevapor.

Éstasecomponedecuatrocilindrosfijosyhorizontalesunidosdedosendosporsuscabezas.

Susémbolos,querecorren1,24metros,actúandirectamentesobreelárboldelahélice.Bajolapresiónproducidaporsusseiscalderas,cuyasuperficiedecaloresde1,165metroscuadrados,lahélice,apesardesupesode60toneladas,puededar48vueltas por minuto, pero entonces la máquina, jadeante, oprimida, se desboca enrapidez vertiginosa, y sus largos cilindros parecen atacarse, tocándose con susémboloscomodosenormescarneros.

ElGreat-Eastern posee, además, seismáquinas auxiliares para la alimentación,las bombas y los cabrestantes. Como se ve, el vapor desempeña, a bordo unimportantepapelentodaslasmaniobras.

Talesestebuquedevapor,sinpar,noparecidoaotroalguno.Apesardeesto,uncapitánfrancésescribióensudiariolainocentadasiguiente:«Encontradobuque,seispalos,cincochimeneas.SupuestoGreat-Eastern».

www.lectulandia.com-Página24

Page 25: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOVIII

Lanochedelmiércolesaljuevesfuemala.Milechoseagitóextraordinariamentey tuve que apoyar mis rodillas y codos en su tabla de doble suspensión. Sacos ymaletasdanzabanporelcamarote.Oíaseunestrépitoinusitadoenelsalóninmediato,donde habían sido depositados, provisionalmente, dos o trescientos fardos quechocabanconlasmesasybancos.Golpeabanlaspuertas,gemíanlostabiques,vasosy botellas daban chasquidos en sus móviles suspensiones y caían al suelo, en lascocinas,cataratasdevajilla.Resonabantambiénlosmugidosdelahéliceylosgolpesde las ruedas que, saliendo del agua, alternativamente, azotaban el aire con suspaletas.

Comprendí que, habiendo refrescado el viento, no permanecía ya insensible elbuquealasolasquelecogíanasulargo.

Despuésdeunanochedeinsomnio,melevantéalasseisdelamañana.Agarradocon unamano almarco de la litera,me vestí con la otra, a fuerza de trabajos.Nohubierapodido,sinpuntodeapoyo,mantenermeenpie,ytuvequesostenerconmilevitaunareñidalucha.Dejéluegomicamarote,atravesé,comopude,elsalónllenode revoltosos fardos y subí, a gatas, la escalera, como un campesino romano quetreparapor losescalonesde laScalaSantadePoncioPilato,y lleguéa lacubierta,dondemeaferrévigorosamenteaunguardiamarina.

Nada de tierra a la vista. Habíamos doblado por la noche el cabo Clear, y sedistinguíapor todos lados esa circunferenciaque trazan las aguas sobre el azuldelcielo.Grandes olas de color de pizarra, que no se deshacían, hinchaban elmar.ElGreat-Eastern, cogido al sesgo y no apoyado por vela alguna, se balanceabaespantosamente.Suspalosdescribíanarcosdecírculo,cualsifueranenormespiezasde compás. El oficial de cuarto, aferrado a la pasadera, se mecía como en uncolumpio,pueseraimposiblepermanecerenpie.

Conseguí, de guardiamarina en guardiamarina, ganar el tambor de estribor. Labrumahabíadejadomuyresbaladizalacubierta.Aliracogermealaparalelaporunode sus puntales, un cuerpo llegó rodando amis pies. Era el doctorDean Pitferge.Aqueltiposepusoalpuntoagatasymirándome,exclamó:

—Justo.LasparedesdelGreat-Easterndescribenunarcode40grados;veintedeelevaciónyotrostantosdedepresión.

—¿Deveras?—respondíriendo,noporlaobservaciónsinoporlaocasiónenquesehacía.

—¡Tal como suena! —repuso—. La velocidad de las paredes es, durante laoscilación, de unmetro setecientos cuarenta y cuatromilímetros por segundo. Untrasatlántico,quetienelamitaddelargo,sóloempleaesetiempoencaerdeunaaotraborda.

www.lectulandia.com-Página25

Page 26: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

—Entonces—ledije—,puestoqueelbuque recobra tanpronto lavertical,haysobradeestabilidad.

—Sí,¡paraél,peronoparanosotros!—respondióalegrementeeldoctor—pues,comoveis,recobramoslahorizontalmejorquequeremos.

Encantadodesu réplica, levantóseeldoctory,apoyadosunoenotro, logramosllegar a un banco de la toldilla. Felicité allí a Pitferge, porque sólo tenía algunasdesolladuras,cuandopodíahaberserotolacabeza.

—AúnnohemosRegadoalfin—medijo—.Prontoocurriráalgunadesgracia.—¿Anosotros?—Albuque,queeslomismo.—Sihabláisenserio,¿porquéosembarcasteis?—¡Porque tengoganasdever aqué sabeunnaufragio!—dijo eldoctor con la

mayorformalidad.—¿Eslaprimeravezquenavegáisenestebarco?—No.Hehechoenél,comocurioso,variastravesías.—Entoncesnoosquejéis.—No me quejo. Hago constar los hechos y espero paciente la hora de la

catástrofe.¿Seburlabaaquelhombredemí?Susojuelosmeparecíanmuy irónicos.Quise

tantearlemás.—Doctor —le dije—, aunque no sé en qué hecho pueden fundarse vuestros

pronósticos, deboadvertirosque elGreat-Eastern ha atravesado ya veinte veces elAtlántico,yqueelconjuntodesusviajeshasidosatisfactorio.

—¿Quéimportaeso?—contestó—.Estebuqueestáembrujado,paraemplearlaexpresióndelvulgo.Sudestinoestáescrito.Todoelmundolosabeynadiesefíadeél.

»¡Cuántasdificultadeshahabidoquevencerparabotarloalagua!Seresistíatantoamojarse comoel hospital deGreenwich.Creoque su constructorBrunnelmurió,comodecimoslosmédicos,deresultasdelaoperación.

—¿Sois,acaso,materialista?—¿Aquévieneesapregunta?—LahagoporqueheobservadoquemuchosquenocreenenDios,creenentodo

lodemás,hastaenelmaldeojo.—Bromead, pero dejadme proseguir argumentando —replicó el doctor—. El

Great-Eastern ha arruinado ya varias compañías. Construido para el transporte deemigrantesyeldemercancíasaAustralia,nohavistoAustralia.Combinadoparadarunavelocidadsuperioraladelospaquebotestransoceánicos,lahadadomejor.

—Porconsiguiente…—Esperad—respondióDeanPitferge—.Sehaahogadoyaunodeloscapitanes

www.lectulandia.com-Página26

Page 27: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

delGreat-Eastern,yerade losmáshábiles,porquesabíacortar lasolasdemaneraqueevitabaesteinfernalbalance.

—Deploremossumuerte,peronadamás.—Ademas—prosiguióeldoctorsinhacercasodemiincredulidad—,sediceque

un pasajero que se perdió en sus profundidades, como un leñador en los bosquesamericanosnohasidohalladoaún.

—¡Hombre!—dijeirónicamente—.Esoyaesunhecho.—Tambiéndicenquealhacer las calderas,unmaquinistaquedó,pordescuido,

soldadodentrodeunadeellas.—¡Bravo!¡Unmaquinistasoldado!¡Ebentrovato!¿Creéiseso,doctor?—Locreo,comocreoquenuestroviaje,quehaempezadomal,acabarápeor.—ElGreat-Easternes tan fuertequepuededesafiar losmaresmás furiosos.Es

sólidocomosifueramacizo.—Aunqueessólido,dejadlecaerenelhuecodedosolasyveréissiselevanta.Es

ungigantecuyafuerzanocorrespondeasutalla.Susmaquinassondébiles.¿Habéisoídohablardesu19viaje,deLiverpoolaNuevaYork?

—No.—Puesyoestabaabordo.HabíamossalidodeLiverpoolel10dediciembre,en

martes.Lospasajeroseranmuchosyestabanllenosdeconfianza.Mientraslamarnonoscogióal largo,graciasa lascostasde Irlanda, todo fueapedirdeboca.Aldíasiguiente,lamismaindiferenciaalmar.Peroel12porlamañana,refrescóelviento.LasolasempezaronacogernosalsesgoyelGreat-Easternabailar.Lospasajerosdeambossexosseencerraronensuscamarotes.Alascuatro,elvientoeradetempestad.Empezaronadanzarlosmuebles.Unacabezadadevuestroservidorrompióunespejodelgransalón.Lavajillasehizotrizas.¡Quéestrépito!Ungolpedemararrancadesuspescantesochoembarcaciones.Lasituaciónseagrava.Separólamáquinadelasruedas, pues un enorme pedazo de plomo, que el balance había arrancado, iba aintroducirseentre susórganos.Lahélice seguía llevándonos.Volvierona funcionarlas ruedas, amitaddevelocidad,perounade ellas, habiéndose falseadodurante eldescanso, arañaba con sus paletas el casco del buque, por cuya razón hubimos decontentarnosconlahéliceparapermaneceralacapa.¡Quénoche!Caídoenelhuecode las olas, el buque no podía levantarse. Algunas velas que se largaron paramaniobrarytratardelevantarlo,echaronavolarcomocometas.

»Todos losherrajesde lasruedashabíandesaparecidoalamanecer.Sehundeelpisodelacuadraycaeunavacaenelsalóndeseñores.Serompelamechadeltimónyyanoesposiblegobernar.Seoyenchoquesespantosos.Losproduceun inmensodepósitodeaceite,de3000kilosdepeso,queha roto susasasybarre la cubierta,chocando con las bordas que tal vez va a derribar. El sábado pasó enmedio de lamayor consternación, pues continuamos en el hueco de las olas. Un ingeniero

www.lectulandia.com-Página27

Page 28: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

americanologróengancharunascadenasenelazafrándeltimón,dándonosmediodegobernar.ElGreat-Easternlogra,porfin,levantarsey,ochodíasdespuésdenuestrasalida de Liverpool, entrábamos en Queenstown. ¿Quién sabe dónde estaremosdentrodeochodías?

www.lectulandia.com-Página28

Page 29: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOIX

Preciso es confesar que no era tranquilizadora la promesa del doctor. Laspasajeras hubieran chillado demiedo al oírle. ¿Se burlaba o no? ¿Era verdad queseguía todas las travesías delGreat-Eastern para asistir a una catástrofe? Todo esposibleenunexcéntrico,sobretodosiesinglés.

Peroelbuquecontinuabacaminando,meciéndosecomounapiragua,guardandoimperturbablelalínealoxodrómicadelosbuquesdevapor.Enunplano,lalíneamáscortaentredospuntosdadoseslarecta,pero,enunaesfera,loeselarcodelcírculomáximoquelosune.Losbuquesparaabreviarsutravesía,procuranseguirestalínea;perolosdevela,cuandotienenvientodeproa,nopuedenconservarseenella.Sólolosbuquesdevaporpuedenseguirrigurosamenteloscírculosmáximos.EstofueloquehizoelGreat-Eastern,elevandoalgosurutaalNoroeste.

Continuaban los balances. El mareo, esa enfermedad horrible, contagiosa yepidémica, hacía rápidos progresos. Algunos pasajeros, pálidos, ojerosos,permanecían sobre cubierta para aspirar el aire libre. La mayor parte de ellosvociferaba insultos contra el buque, que se portaba como una boya, y contra la«Sociedaddefletadores»,cuyosprospectosanunciabanqueenelGreat-Easterneraimposibleelmareo.

Alasnuevedelamañana,seseñalóunobjetoacuatromillas,ababor.¿Erauncadáver,unesqueletodeballenaounesqueletodebuque?Aúnnopodíaverse.Ungrupo de pasajeros, reunidos sobre la toldilla de proa, observaba aquel resto queflotabaa400millasdelacostamáscercana.

ElGreat-Eastern avanzaba hacia aquel objeto. Los anteojos maniobraban sindescanso. Los comentarios subían de punto; entre, los ingleses y americanosempezaron las apuestas, aprovechando aquel pretexto, tan bueno como otrocualquiera.Entreelloshabíaunodeelevadaestatura,cuyacaramellamólaatenciónpor la doblez que revelaba.En sus facciones estaba estereotipado un sello de odiogeneral,acercadelcuallosfisonomistasylosfisiólogosnosehubieranequivocado;una arruga vertical partía de su frente: su mirada era, a un tiempo, penetrante ydescarada;susojosenjutos,suscejasjuntas,sushombroslevantados,sucabezaaltaindicabanimprudenciaytruhanería.¿Quiénera?Nolosabía,peromedisgustabaenalto grado. Hablaba en voz alta con un acento que parecía un insulto. Algunosacólitos,dignosdeél,celebrabansuschistesdemalgénero.Sosteníaqueloqueseestaba viendo era una ballena, y había importantes apuestas, que en el acto eranaceptadas.

Sus apuestas ascendían a algunos centenares de dólares; las perdió todas. Enefectoelrestoeraelesqueletodeunbuque.ElGreat-Easternseacercabaaél,yyaseveíaelverdosocobrede su forro.Erauna fragatadesarbolada, tendidadecostado.

www.lectulandia.com-Página29

Page 30: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

Debíamedir50o60metros.Cadenasrotaspendíandesusobenques.Aquel buque, ¿había sido abandonado por la tribulación? Tal era la cuestión

palpitanteo,comodiríanlosingleses,la«greatatraction»delmomento.Noseveíaanadie sobre aquel casco. ¿Se habrían refugiado los náufragos a su interior? Mianteojo me permitió ver que, en la proa, se movía algo, pero pronto pudeconvencermedequeeraunpedazodefoquequeelvientoagitaba.

Cuando llegamos a una milla de distancia, pudimos ver todos los detalles delcasco.Eranuevoy estababien conservado.Su cargamento, que sehabía corrido aimpulsosdelviento,leobligabaapermanecersobrelabandadeestribor.Debíaaquelbarcohabersevistoobligadoasacrificarsuarboladura.

ElGreat-Easternseacercóydioasualrededorunavueltacompleta,avisandosupresencia con silbidos que desgarraban el aire. Pero el cascarón siguió mudo einanimado.Nadasedistinguíaenelhorizonte.Nohabíaningúnbotealoscostadosdelbuquenáufrago.

Sin duda la tripulación había logrado escaparse. Pero a 300millas de distancia¿habríapodidollegara tierra?Débiles lanchas¿podríanhaberresistidooleadasqueconmovían al Great-Eastern? ¿Sería muy antigua la fecha de la catástrofe? ¿Nopudierahaberocurridoelnaufragio,muchomásalOeste,enatencióna losvientosreinantes?¿Nohacíamuchotiempoqueaquelcascoderivaba,aimpulsosdelvientoydelascorrientes?Preguntasquedebíanquedarsinrespuesta.

AlllegarelGreat-Easternalapopadelbuquenáufrago,pudeleerelnombredeLérida,peronoestabaindicadasumatrícula.Sugraciosocorteylahechuraparticulardesuestravehizodeciralosmarinerosqueeradeconstrucciónamericana.

Un buque mercante ordinario o un buque de guerra, no hubiera vacilado enremolcaraquelcasco,queencerraba,sinduda,uncargamentodevalor,puessabidoes que, en tales casos, la tercera parte de éste pertenece a los salvadores. Pero elGreat-Eastern, encargado de un servicio regular, no podía llevar consigo aquelcascarón durante millares de millas, siéndole también imposible retroceder paradejarlo en el puerto menos distante. Fue, pues, preciso, abandonarlo, a pesar delsentimiento de los marineros, y pronto se perdió en el horizonte. El grupo depasajeros sedispersó,ganandounos sus camarotes,otros los salones; labocinadellunchnopudodespertaratodoslosdormidosoabatidosporelmareo.

A las doce del día, el capitánmandó desplegar algunas velas, y el buque,másapoyado, balanceómenos.Tratóse tambiénde desplegar la cangreja, arrollada a suvergaporunnuevosistemademasiadonuevosindudaalguna,pueslavelanopudoaprovecharseentodoelviaje.

www.lectulandia.com-Página30

Page 31: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOX

La vida a bordo se iba organizando, a pesar de los balances desordenados delbuque. Para un anglosajón, un buque correo es su barrio, su calle, su casa que semuevey está en su casa.El francés, al contrario, parece siemprequeviaja cuandoviaja.

Lamultitud,cuandolopermitíaeltiempo,afluíaalasanchascallesdelacubierta.Todosaquellospaseantes,queconservabansuverticalidadapesardelosbalanceos,parecían borrachos, a quienes su enfermedad comunicaba los mismos aires demarcha.Laspasajerascuandonosubíanacubiertapermanecíanensusalónparticularoenelsalóngrande.Oíanseentonceslasatronadorasarmoníasdelospianos;precisoes confesar que aquellos instrumentos, «borrascosos» como el mar, no hubieranpermitido a unListz ejercitar su talento.Los bajos faltaban cuando se inclinaba elbuque a babor, y los tiples cuando a estribor, produciendo, en la melodía y laarmonía,solucionesdecontinuidaddequenoseapercibíanaquellasorejassajonas.Entreaquellosaficionadosmellamólaatenciónunamujeraltayflaca,quedebíasermuy inteligente en música. Para poder tocar una pieza, había numeradoconvenientementecadanotaycada tecla.Al leer lanotaacotadacon27, tocaba latecla 27, sin ocuparse del ecode los otros pianos, ni de los otros ruidos, ni de loschiquillostraviesosquegolpeabanconelpuñocerradosusoctavasdesocupadas.

Duranteelconcierto,losasistentesleíanloslibrosdesparramadosporlasmesas.Elquehallabaunpasajeinteresante,loleíaagritos,yloscircunstanteslesaludabanagradecidos con un lisonjeromurmullo. Algunos diarios yacían sobre los escaños,diariosdeesosinglesesoamericanos,queparecenviejosaunquesushojasnoestáncortadas. Es incómoda operación la de desplegar aquellas sábanas de papel dealgunosmetroscuadrados.Perosiendolamodanocortar,nosecorta.Tuveundíalapaciencia de leer de cabo a rabo y de esta manera elNew-York-Herald, pero mipacienciaquedóalfinrecompensadaconlalecturadeesteanuncio:«M.Z.ruegaalalindaM.X.aquienayerencontróenelómnibusdelacalle25,quepasemañanaavisitarle,cuartonúmero17delafondadeSanNicolás,paraarreglarsumatrimonio».¿QuéharíalalindayoungX?Noquierosaberlo.

Mirandoycharlando,paséaquellatardeenelsalón.HabiendovenidoPitfergeasentarseamilado,laconversaciónnopodíadejardeserinteresante.

—¿Estáismejor,despuésdevuestracaída?—lepregunté.—Perfectamente.Peroestonoandabien.—¿Quiénandamal?¿Vos?—No,elbuque.Funcionanpésimamentelascalderasdelahélice.Nohaypresión

bastante.—¿Deseáis,pues,llegaraNuevaYork?

www.lectulandia.com-Página31

Page 32: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

—¡De ningunamanera!Hablo comomecánico, nimás nimenos. Estoy enmicentro y sentiría mucho que se disolviera este grupo de tipos reunidos por lacasualidadparadivertirtne.

—¡Tipos!—exclamémirandoalospasajerosqueafluíanalsalón—.Todasestasgentessoniguales.

—¡Bah!—dijo el doctor—. No los conocéis. Convengo en que hay sólo unaespecie,pero ¡cuántasvariedades tiene!Miradaquelgrupodedespreocupados,conlaspiernastendidassobrelosdivanesyelsombreroladeado.Sonyanquis,legítimosyanquisdelospequeñosestadosdeMaine,deVermontodelConnecticut,productosdeNuevaInglaterra,hombresdecabezaydeacción,algodemasiadocrédulosconlosreverendos, pero que estornudan sin volver la cara. ¡Ah! Son verdaderos sajones,naturalezashechasparaellucroyportantomuyhábiles.¡Encerradadosyanquisenuncuarto,yalcabodeunahora,cadaunohabráganadodiezdólaresalotro!

—Noospreguntocómo—dijesoltandolacarcajada—.Perodecidme,¿quiénesaquelhombrecillovestidocongabánlargoypantalóncorto,quesemuevecomounaverdaderaveleta?

—Unministroprotestante,unhombreconsiderabledeMassachussets,quevaaincorporarseasumujer,institutrizmuyconocidaporciertacausacélebre.

—¿Yaquelaltoyfúnebre,quepareceembebidoensuscálculos?—Calculaenefecto—dijoeldoctor—.Calculasiempreysiempre.—¿Problemas?—No, su fortuna. Es un hombre considerable. Sabe en cada instante, cuánto

posee,conerrordemenosdeuncéntimo.TodounbarriodeNuevaYorkletieneporcaseroHaceuncuartodehora tenía1625367dólares,peroahorayanotienemásque1625366dólaresycuarto.

—¿Porqué?—Porqueacabadefumaruncigarro,quenoselodierongratis.Lassalidasdeldoctormehacíangracia.Le indiquéotrogrupo, reunidoenotro

puntodelsalón.—Aquéllos—medijo—sondelFartWest.ElmásaltoeseldirectordelBanco

deChicago,hombreconsiderable.Llevadebajodelbrazounálbumconvistasdesuqueridaciudad.¡Estáorgullosoyhacebienenestarlo:esunagranciudad,edificadaenundesiertoen1836,quehoycontiene400000almascontandolasuya!Asuladoseveunaparejacaliforniana.Lamujeresguapaydelicada;elmarido,fuerteyflaco,esunantiguomozodelabranza,queciertodíasupolabrarpepitasdeoro.Es…

—¿Considerable?—¡Vaya!¡Yalocreo!Suactivoesdemillones.—¿Yaquelquemuevelacabezadearribaabajo,comounnegrodereloj?—Es el célebreCokburu deRochester, el estadístico universal, que todo lo ha

www.lectulandia.com-Página32

Page 33: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

pesado, medido, contado y valuado en guarismos. Interrogad a ese maniáticoinofensivoyosdirácuántopanhaengullidounhombrealoscincuentaaños,cuántosmetros cúbicos de aire ha respirado. Os dirá también cuántos pliegos en foliollenaríanlaspalabrasdeunabogadodeTemple-Bar;cuántosmillasandadiariamenteuncartero,soloparallevarcartasamorosas;cuántasviudaspasanaldíaporelpuentede Londres; cuántos metros de altura tendría una pirámide levantada por losbocadillosconsumidosanualmenteporunciudadanodelaUnión;cuántos…

Eldoctor, lanzadoatodavela,hubieraseguidoporelmismocaminohastasabeDioscuándo,sinolehubierandistraídootrospasajerosquedesfilaronpordelantedenosotros.¡Quétipostandiversos!Peroniundesocupado;nosevaríadecontinentesinmotivoserio.LamayorparteibaaAméricaahacerfortuna,sintenerencuentaqueunyanquialosveinteañosyahaadquiridosuposición,yquealosveinticincoesdemasiadoviejoparaentrarenlucha.

Entreaquellosaventureros,inventoresybuscavidas,meenseñóeldoctoralgunosmuy interesantes. Uno era un sabio químico, rival de Liebig, que sabía condensartodosloselementosnutritivosdeunbueyenunapastilladecarnedeltamañodeunpeso duro y que iba a acuñarmoneda con rumiantes de las Pampas.Otro corría aNuevaInglaterra,aexplotaruncaballodevaporquellevabaencerradoenunacajaderelojdebolsillo.UnfrancésdelacalledeChaponcreíatenerhechasufortuna,puesllevaba30.000muñecasdecartónquedecíanpapáconacentoamericano.

Ademásdeestosoriginales,¡cuántosotroscuyossecretospodíansuponerse!Talvezalgúncajerollevabasucajaatomaraires,yalgúndetective,amigosuyoduranteelviaje,esperabasolo la llegadaaNuevaYorkparaecharlemanoalpescuezo.Talvezhubierapodidohallarseentreotrosalgúndirectordealgunadeesasempresasquehallansiempreaccionistasbobos,aunquelasociedadsetitule:CompañiaoceánicadealumbradodegasdelaPolinesia,oSociedadgeneraldecarbonesincombustibles.

Me distrajo en aquel momento una pareja joven, que parecía profundamenteaburrida.

—Sonperuanos—medijoeldoctor—,casadoshaceunaño,ycuyalunademielhan paseado por todos los horizontes del globo. Salieron de Lima en la noche denovios.Se adoraronen el Japón, se adoraronenAustralia, se toleraronenFrancia,riñeronenInglaterraysedivorciaránenAmérica.

—¿Yaquelhombrealto,de fisonomíaaltanera,queacabadeentrar?Pareceunoficial,consubigotazonegro.

—Esunmormón—respondióPitferge—.EsmisterFlateh,granpredicadordelaCiudad de los Santos. ¡Hermoso tipo de hombre! ¡Qué mirada tan arrogante, quéfisonomía tan digna, qué modo de vestir tan diferente del modo de vestir de unyanqui! Regresa de Alemania e Inglaterra, donde ha predicado, haciendo muchosprosélitos,pueselmormonismocuentaenEuropamuchísimosadeptos,aloscuales

www.lectulandia.com-Página33

Page 34: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

permiteconformarsealasleyesdesuspaísesrespectivos.—YocreíaqueenEuropaestabaprohibidalapoligamia.—Sinduda,perosepuedesermormónsinserpolígamo.Brigham-Youngtieneun

haremporqueasí leconviene,como lo tienemásdeuncatólico,perono todossuscorreligionariosleimitanaorillasdellagoSalado.

—¿YmisterHateh?—Tieneunamujer,ylebasta.Además,seproponeexplicarnossudoctrinaunade

estasnoches.—Tendráunllenocompleto—dije.—Sí—respondióeldoctor—,sieljuegonolequitalosparroquianos.Andapor

ahíuninglésdemalacara,quemepareceeljefedeestaturbadetahúresquejueganenlacámaradeproa.Esuncanalladelapeorfama.¿Habéisreparadoenél?

Algunospormenoresqueañadióeldoctormehicieronrecordaralindividuoqueaquellamañana se había distinguidopor sus apuestas.Midiagnósticonomehabíaengañado. Dean Pitferge me dijo que se llamaba Harry Drake. Era hijo de uncomerciante de Calcuta, un jugador, un camorrista, un perdido, un tronado, yprobablementeibaaAméricaaprobarvidadeaventuras.

—Esos hombres encuentran en cualquier parte aduladores que les estimulan, yése tiene ya aquí su círculo de pillos cuyo centro forma. Entre ellos está unhombrecillochato,carirredondo,de labiosgruesosycongafasdeoro,quese tituladoctorydicequevaaQuebec,peroqueestoysegurodequeesjudíoalemán,mestizodeburdeles;uncharlatándebajaestofayadmiradordeDrake.

Pitferge,quesaltabadetemaentema,metocóenelcodo,parahacermerepararenunjovende22añosquedabaelbrazoaunaniñade17.

—¿Dosreciéncasados?—preguntéeldoctor.—No,sondosnoviosantiguosquesóloesperanllegaraNuevaYorkparacasarse.

HandadolavueltaaEuropa,conpermisodesusfamilias,yyaestánconvencidosdequehannacidoelunoparaelotro.¡Guaposmuchachos!Dagozoverlosasomadosalaescotilladelamáquina,contandolasvueltasdelasruedas,quenoandanbastantede prisa para su gusto. ¡Ah! ¡Si nuestras calderas hubieran llegado al rojo blanco,comoesosdoscorazones,nonosfaltaríapresión!

www.lectulandia.com-Página34

Page 35: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXI

Alasdoceymediadeaquellamañana,untimonelpusoel letrerosiguientealapuertadelgransalón:

Lat.51°15'N.Long.18°13'O.

Dist.:Fastenet323millas.

Loqueindicabaquealmediodíaestábamosa323millasdelfarodeFastenet,elúltimoquevimosenlacostadeIrlanda,y51°15'delatitudNorteya18°13'OestedelmeridianodeGreenwich.Elcapitánhacíaasíconocer todos losdías laalturaaquenoshallábamos.Copiandoestanotayseñalandolospuntosmarcadosporestascoordenadas en una carta, podía seguirse el derrotero delGreat-Eastern. El buquegigantesólohabíacorrido323millasen36horas;pocacosa,puesunpaquebotequeseestimaenalgonodebecorrermenosde300millasen24horas.

MeseparédeldoctorypaséconFabiánelrestodeldía.Noshabíamosrefugiadoen la popa: habíamos ido, según decía Pitferge, a «pasear al campo». Aislados yapoyados en la borda, contemplábamos el mar inmenso. Las olas exhalabanpenetrantesperfumesquellegabananosotros.Losrayosdeluzrefractadosproducíanpequeñosarcoirisquebailabanentrelaespuma.Lahélicehervíaacuarentapiesbajonuestros ojos; cuando se sumergía, sus ramas agitaban con más furia las ondas,haciendochispearsucobre.Elmarparecíaunaaglomeracióndeesmeraldaslíquidas.Laestela,queparecíadealgodónenrama,seperdíadevista,confundiendoenunamisma vía láctea los remolinos de las ruedas y los de la hélice.Aquella blancura,sobre lacual sedistinguíanperfilesmásacentuados,parecíaunencajedepuntodeInglaterrasobrefondoazul.Cuandovolabansobreellaslasblancasgaviotas,consusalasdebordenegro,suplumajerelucía,seabrillantabaconfugacesreflejos.

Fabián,silencioso,contemplabalamagiadelasolas.¿Quéveíaenaquellíquidoespejo,tanfácildeplegarseatodosloscaprichosdenuestraimaginación?¿Pasaba,ante sus ojos, alguna fugitiva imagen que le daba un adiós supremo? ¿Distinguía,entre aquellos torbellinos, alguna sombra querida? Me pareció más triste que decostumbre,ynomeatrevíapreguntarlelacausadesutristeza.

Despuésdenuestralargaausencia,aFabiáncorrespondíaconfiarseamí,yamíguardarsusconfidencias.Mehabíacontadodesuvidapasadaloquequeríaqueyoconociera, suexistenciadeguarniciónde la India, suscacerías, susaventuras,perorespecto a los sentimientos que oprimían su corazón acerca de la causa de lossuspirosqueelevabasupecho,guardabasilencio.Sinduda,nosiendoFabiáncomolosquedesahogansucorazónrefiriendosuspenas,debíasufrirmásqueellos.

www.lectulandia.com-Página35

Page 36: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

Permanecíamos, pues, asomados al mar, y cuando me volví observé las dosruedasquesesumergíanalternativamenteporefectodelbalanceo.

DeprontoFabiánmedijo:—¡Esaestelaesverdaderamentemagnífica!¡Parecequesecomplacenenescribir

letras! ¡Mirad cuánta l y cuánta e! ¿Me engaño acaso? ¡No! ¡No! ¡Son letras! ¡Ysiemprelasmismas!

La imaginación sobreexcitada demi pobre amigo veía lo que quería ver. Pero,¿quésignificabanaquellasletras?¿Quérecuerdoevocabanensucorazón?

Fabián,quehabíavueltoaensimismarse,medijobruscamente:—¡Vámonos!¡Eseabismomeatrae!—¿Quétenéis,Fabián?—lepregunté,estrechandosusdosmanos—.¿Quétenéis,

queridoamigo?—Tengo—dijoapretándoseelpecho—,tengounmalqueserámimuerte.—¿Unmal?¿Unmalincurable?—Sinesperanza.Ysindecirmás,Fabiánbajóalsalónyentróensucamarote.

www.lectulandia.com-Página36

Page 37: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXII

Al otro día, sábado 30 demarzo el tiempo era hermosísimo. Brisa suave,martranquila.Losfogones,activamentealimentados,habíanhechoaumentar lapresión.La hélice daba treinta y seis vueltas por minuto. La velocidad delGreat-Easternpasabadedocenudos.

El viento había caído hacia el Sur. El segundo mandó largas las gavias y lacangreja, que apoyando al buque hicieron cesar los balances. Como el sol era tanbrillante, las señoras subieron a sus toldillas, unas a pasear, otras a hacer labor,sentadas —iba a decir sobre el césped—, bajo los árboles. Los vestidos eran deprimavera.Losniños,quenosalíanhacíadosdías,volvieronasus juegos;algunoscoches demuñecas corrían a escape. Solo faltaban unos cuantos soldados con lasmanosenlosbolsillosylacabezaengalladaparaqueaquellofueraunpaseofrancés.

A las doce menos cuarto, el capitán y dos oficiales subieron a la paralela; eltiempoestabaapropósitoparaobservarlaalturadelsoleibanahacerlo.Cadaunodeellosteníaensusmanosunsextante,ymirabadetiempoentiempoelhorizontedelSur,haciaelcuallosespejosdelosinstrumentosdebíanpresentarelastrodeldía.

—Mediodía—dijodeprontoelcapitánAnderson.Acto continuo, un timonel tocó la hora en la campana, y todos los relojes del

buquesearreglaronporelsolqueacababadepasarporelmeridiano.

Lat.15°10'N.Long.24°13'N.

Carrera:237millas-Distancia:550.

Desde el día anterior, a las doce, habíamos recorrido 237 millas. En aquelmomentoeralaunaycuarentaynueveminutosenGreenwich,yelGreat-Easternseencontrabaa155millasdeFastenet.

No vi a Fabián en todo el día.Varias vecesme acerqué a su camarote y pudecerciorarmedequenohabíasalido.

El gentío de la cubierta debía disgustarle. Buscaba la soledad. Pero encontré aCorsicanypaseamosjuntosporespaciodeunahora.SehablódeFabiánynopudemenosdereferiralcapitánloocurridoeldíaanteriorentreélyyo.

—Sí—dijoCorsican,conunaagitaciónqueno tratabadeocultar—;¡hacediezaños nuestro amigo podía llamarse el más feliz de los hombres, y hoy es el másdesventurado!

Arquibaldo me hizo saber, en pocas palabras, que Fabián había conocido enBombayaunajovenencantadora,missHodges.Laamabayeracorrespondido.Nadaparecía oponerse a que el matrimonio los uniera, cuando la joven, con el

www.lectulandia.com-Página37

Page 38: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

consentimientodesupadre,fuesolicitadaporelhijodeuncomerciantedeCalcuta.Era un «negocio», sí, un negocio ajustado muy de antemano. Hodges, positivista,duro, poco sentimental, se hallaba en una situación delicada respecto a sucorresponsaldeCalcuta;aquellabodapodíacomponerlotodo,ysacrificóladichadesu hija a su dicha. La pobre niña no pudo resistir. Pusieron sumano en la de unhombreaquiennoamabayque,probablemente,nolaamabatampoco.

Puronegocio,malnegocioypeoracción.Elmarido,alotrodíadelcasamiento,se llevó a sumujer, yFabián, desde entonces, locode dolor, heridodemuerte, nohabíavueltoaverasuadorada,porqueseguíaadorándola.

Despuésdeesterelatocomprendíque,enefecto,elmaldeFabiáneragrave.—¿Cómosellamabaella?—preguntéaCorsican.—ElenaHodges—merespondió.¡Elena!YanoeranparamíunenigmalasletrasqueFabiánveíaenlaesteladel

barco.—Ysumarido¿quiénés?—volvíapreguntar.—UntalHarryDrake.—¡Drake!—exclamé—.Esehombreestáabordo.—¿Aquí? ¿Aquí? —repitió el capitán Arquibaldo, cogiendo mi mano y

mirándomealacara.—Sí—repetí—,aquí,abordo.—¡Quiera el cielo —dijo con gravedad Corsican—, que él y Fabián no se

encuentren!Afortunadamentenoseconocen,oalmenosFabiánnoconoceaHarryDrake.¡Peroestenombre,pronunciadoensupresencia,provocaráunaexplosión!

EntoncesreferíaCorsicanloquesabíarespectoaHarryDrake,segúnlarelacióndel doctor Pitferge. Pinté tal cual era a aquel aventurero, insolente y malvado,arruinadoyaporsusviciosydesórdenes,prontoarehacersufortunasinrepararenlosmedios.Enaquelmomento,pasóDrakejuntoanosotros,yseloseñaléalcapitán,cuyosojosseanimaronrepentinamente:hizoungestodecóleraqueyocontuve.

—Sí—medijo—.Tienecaradebribón.Pero¿adóndeva?AAmérica,apediralacasualidadloquenoquierepediraltrabajo.—¡PobreElena!—murmuróelcapitán—.¿Dóndeestá?—Puedequeesemiserablelahayaabandonado.—Y¿porquérazónnohadeestarabordo?—preguntóCorsicanmirándome.Estaideacruzóporprimeravezmiimaginación,peroladeseché.No:noestaba,

nopodíaestarallí.EldoctorPitfergenohubieradejadodesaberloydecírmelo.¡NoacompañabaaDrakeenlatravesía!

—Quieraelcieloquenoosengañéis,caballeroporquelapresenciadeesapobrevíctimaseríaungolpeterribleparaFabián.Noséloquesucedería,FabiánescapazdemataraDrakecomoaunperro.Puestoquesois, comoyo,amigoverdaderode

www.lectulandia.com-Página38

Page 39: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

Fabián,voyapedirosunapruebadeesaamistad.Noleperdamosuninstantedevista;estemos siempre dispuestos a arrojarnos entre él y su rival. Bien comprendéis queesosdoshombresnopuedenmedirsusarmas,puesniaquí,nifueradeaquí,puede¡ay!,casarseunamujerconelmatadordesuesposo,porindignoqueéstesea.

Las razones deCorsican eran justas. Fabiánnopodía ser juez en causa propia.¡Eravermuyde lejos!Peroel«puedeser»de lascosashumanas,debía tenerseencuenta.Meagi-tabaunpresentimiento.¿Seríaposibleque,enlaexistenciaabordo,lapersonalidadmarcadísimadeDrakepasara inadvertidaaFabián?Un incidente,unacasualidad, un nombre pronunciado, podía ponerlos fatalmente cara a cara. ¡Ah,cuántohubierayodadoporacelerar lamarchadelbuquequeaambos los llevaba!PrometíalcapitánvelarpornuestroamigoynoperderdevistaaDrake;elcapitánsecomprometióalomismo,yestrechándonoslamano,nosseparamos.

Alanochecer,elvientodelSudoestecondensóalgunasbrumassobreelOcéano.La oscuridad era grande. Los salones, brillantemente iluminados, contrastan conaquellasprofundastinieblas.Resonabansucesivamente,valsesyromanzas.Aplausosfrenéticos los acogían siempre, no escaseando los vivas cuando el chusco T…sentándosealpiano,«silbó»unacuantascancionesconelaplomodeunpayaso.

www.lectulandia.com-Página39

Page 40: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXIII

El día siguiente, 31, era domingo. ¿Cómo se pasaría el día a bordo? ¿Sería eldomingo inglésoamericano,quecierra los«taps»y los«bars»durante losoficios;que detiene la cuchilla del carnicero sobre la cabeza de su víctima y la pala delpanaderoalabocadelhorno;quesuspendelosnegocios,queapagalosfogonesdelasmáquinasdevaporycondensaelhumodelasfábricas,quecierralastiendas,abrelasiglesiasyhacecesarelmovimientodelostrenes,alcontrariodeloquesucedeenFrancia?Sí,asídebíaser,opocomenos.

Enprimerlugar,parasantificarlafiestadominical,elcapitánnomandódesplegarlasvelas,aunqueeramagníficoeltiempoyfavorableelviento.Hubiéramospodidoganar algunos nudos, pero hubiera sido «improper». Me juzgaba muy afortunadoporque se permitiera a las ruedas y a la hélice dar sus vueltas ordinarias. Cuandopregunté, a un puritano de a bordo, la razón de aquella tolerancia, respondió congravedad:«Caballero,debemosrespetarloquevienedeDiosdirectamente.Elvientoestáensumano.Elvaporestáenladeloshombres».

Mediporsatisfechoyresolvíobservarloquepasabaabordo.La tripulación estaba de gala ymuy limpia. Nome hubiera extrañado que los

fogoneros trabajaran con levita negra.Los oficiales e ingenieros llevaban sumejoruniformeconbotonesdeoro.Loszapatosrelucíanconbrillobritánicoyrivalizabancon la intensa irritación de los sombreros encerados. Todos aquellos hombresparecíancoronadosycalzadosdeestrellas.Elcapitányel segundodabanejemplo:con guantes nuevos, abrochados militarmente, relucientes y perfumados, paseabanporlaspasaderas,esperandolahoradeloficio.

Elmarestabahermosoyresplandecíabajolosprimerosrayosdelsol.Niunavelase divisaba. El Great-Eastern ocupaba solo el centro geométrico de aquel vastohorizonte.Lasdiezsonaron,conintervalosregulares,en lacampana.Elcampanerotimonel,entrajedegala,sacabadelbronceunsonidomístico,muydiferentedelasnotas metálicas con que acompañaba el silbido de las calderas en medio de lasbrumas. Se buscaba instintivamente el campanario del pueblo, que nos llamaba amisa.

Numerosos grupos aparecieron a la entrada de los salones de popa y proa.Hombres, mujeres y niños estaban vestidos como correspondía al caso. Pronto sellenaron las calles. Los paseantes cambiaban saludos circunspectos. Cada cualempuñaba su libro de oraciones, esperando que la campana, cesando de tocar,indicara que habían empezado los oficios. La bandeja en que solían servirse losbocadillos,pasópordelantedemí,colmadadeBiblias,quefueronrepartidassobrelasmesasdeltemplo.

Este era el comedor principal, formado por el salón de popa, y que, por su

www.lectulandia.com-Página40

Page 41: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

longitudyregularidad,recordabaexteriormenteelministeriodeHacienda,delacalledeRívoli.Entré.Losfieles«sentados»eranmuchos.Reinabaprofundosilencio.Losoficiales ocupaban el testero del templo. Entre ellos, el capitán Anderson, estabasentadocomoenuntrono.

El doctor Dean Pitferge, estaba a mi lado, paseando sus ojuelos por todo elauditorio.Mepermitocreerqueestabaallímáscomocuriosoquecomofiel.

A las diez ymedia levantóse el capitán y empezó el oficio. Leyó en inglés uncapítulodelantiguoTestamento,eldécimodelÉxodo.Despuésdecadaversículo,losasistentes murmuraban el que seguía. El soprano agudo de los niños y el mezzo-soprano de las mujeres se destacaban del barítono de los hombres. Aquel diálogobíblicodurómediahora.La ceremonia, sencilla y digna, se ejecutaba conpuritanagravedad,yelcapitánAnderson,amodespuésdeDios,hacíalasvecesdeministroabordo, enmedio del vastoOcéano, hablando a aquellamultitud suspensa sobre elabismo,conderechoalrespetohastadelosmásindiferentes.Sieloficiosehubieralimitadoaunalectura,todohubieraidobien;peroalcapitánsucedióunoradorquellevólapasiónylainsolenciaaltemplodelatoleranciaydelrecogimiento.

El orador era el reverendo que ya conocemos, el hombrecillo vivaracho, elintrigante yanqui, uno de esos ministros tan influyentes en los Estados de NuevaInglaterra. Teniendo ya el sermón arreglado, no quiso dejar de aprovechar la laocasión,aunquefueraasiéndoladeuncabello.NohubierahecholomismoelamableJorick. Miré a Pitferge, que no pestañeaba, dispuesto a resistir el fuego delpredicador.

Esteabotonógravementesulevitanegra,sacóelpañuelo,tosió,yenvolviendoalospresentesenunamiradacircular:

—Alprincipio—dijo—,DioscreóAméricaenseisdíasyelséptimodescansó.Oídoesto,tomélasdeVilladiego.

www.lectulandia.com-Página41

Page 42: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXIV

Duranteellunch,eldoctorPitfergemedijoqueelreverendohabíadesarrolladoadmirablemente su tema. Los monitores, los espolones de guerra, los fuertesacorazados, los torpedos, todos estos artificios habían figurado en su discurso. Élmismo se había engrandecido con toda la grandeza de América. Si a América lahalagaverseensalzadadeestemodo,nooslopuedodecir.

Alentrarenelgransalón,leí:

Lat.50°8'N.Long.30°44'O.Car.255millas.

Elmismoresultado.Nohabíamosrecorridoaunmásque1100millas,contandolas310quehaydeFastenetaLiverpool.Latercerapartedelviaje,aproximadamente.Duranteel restodeldía,marinerosoficiales,pasajeros,continuaron«descansando»,comoDiosdespuésdecrearAmérica».Noresonabaningúnpianoenlossalones.Losjuegos de damasno salieronde sus cajas ni las barajas de sus estuches.Aquel díatuve ocasión de presentar el doctor Pitferge al capitánCorsican.Mi original logróentreteneraCorsican,refiriéndolelahistoriasecretadelGreat-Eastern,conelobjetodeconvencerledequeeraunbuquemaldito,embrujado,quenecesariamentehabíadetener mal fin. La leyenda delmaquinista soldado, hizo mucha gracia a Corsican,aficionado como un buen escocés, a lo maravilloso; pero no pudo, sin embargo,contenerunasonrisadeincredulidad.

—Me parece —dijo el doctor—, que el capitán no da entero crédito a misleyendas.

—¡Mucho!…¡Esmuchodecir!—repusoCorsican.—¿No creeréismás, capitán, si os demuestro que en este buque, por la noche,

aparecenfantasmas?—¿Fantasmas?¡Cómo!¿Tambiénhayaparecidos?¿Locreéis?—Creo —respondió el doctor—, todo lo que me refieren personas dignas de

crédito. Sé, por los oficiales de cuarto y por los marineros, unánimes sobre estepunto, que en las noches oscuras, una sombra, una forma indecisa, pasea por elbuque.¿Cómoviene?Nosesabe.¿Cómodesaparece?Tampocosesabe.

—¡PorSanDustaní!¡Laacecharemosjuntos!—exclamóCorsican.—¿Estanoche?—preguntóeldoctor.—Sí.Yvos—añadióCorsican,volviéndosehaciamí—,¿nosacompañaréis?—No—dije—.Noquieroturbarelincógnitodelfantasma.Prefierocreerqueel

doctorsechancea.

www.lectulandia.com-Página42

Page 43: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

—Nomechanceo—repusoeltercoPitferge.—¡Vamos,doctor!—ledije—.¿Creéisformalmenteenlosmuertosquerecorren

lascubiertasdelosbuques?—Creo en losmuertos que resucitan—contestó el doctor—.Esto es tantomás

extrañocuantoquesoymédico.—Médico—dijoCorsican,comosileasustaselapalabra.—Noosalarméis,capitán—respondióeldoctorsonriendoamistosamente—.En

viaje,noejerzo.

www.lectulandia.com-Página43

Page 44: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXV

Al día siguiente, primero de abril, el mar presentaba un aspecto primaveral.Reverdecía,a losprimerosrayosdelsol,comounapradera.Aquellamadrugadadeabril en el Océano era soberbia. Las olas se desenvolvían voluptuosas, y algunasmarsoplassaltabancomoclowns,enlalácteaesteladelbuque.

EncontréaCorsican,quemehizosaberqueelaparecidoanunciadoporeldoctorno había juzgado oportuno dejarse ver. Sin duda, la noche le habría parecidodemasiado clara. Ocurrióseme la idea que aquello podíamuy bien haber sido unachanzadePitferge,autorizadaporelprimerdíadeabril,puessemejantecostumbreestá muy admitida en Inglaterra y en América, así como en Francia. No faltaronbromistasyburlados;unosseenfadaban,otrossereían.Hastasecambiaronalgunaspuñadas,peroéstasentresajones,nosetransformannuncaenestocadas.Sabidoes,en efecto, que el desafío tiene, en Inglaterra, penas muy severas. Ni los militarespuedenbatirse,cualquieraquesealarazónquealeguen.Elmatadorescondenadoalaspenasmásaflictivaseinfamantes.Eldoctormecitóelnombredeunoficialquesehallabaenpresidio,hacemuchotiempo,porhaberheridodemuerteasuenemigo,enundesafío leal.Estohacecomprenderporquéhadesaparecidoeldesafíode lascostumbresbritánicas.

Conunhermososol,laobservacióndelmediodíafuemuybuena.Dio48°47'delatitud,36°48'delongitudysólo250millascomocarrera.Eltransatlánticodepeorfama tenía derecho a ofrecernos remolque. El capitán Anderson estaba muydisgustado;elingenieroatribuíalapocapresiónalapocaventilacióndelosnuevosfogones,peroyocreoquelafaltaconsistíaenhaberdisminuidoimprudentementeeldiámetrodelasruedas.

Pero,alasdos,mejorólamarcha.Laactituddelosdosprometidosmerevelólanovedad.Apoyadosenlabordadeestribor,palmoteabanygritaban,muycontentos.Miraban,sonriendo,lostubosdeescapequeseelevabanalolargodelaschimeneasdelGreat-Eastern,cuyosorificiossecoronabandeun ligerovaporblanquecino.Lapresiónhabía subido en las calderasde lahélice, y el poderoso agente forzaba susválvulas, a pesar de su carga de 21 libras. No era aquello aunmás que una débilrespiración,untenuealiento,perolosjóveneslobebíanconsusojos.No,¡nofuemásfelizDionisioPapincuandoviomediolevantadalatapaderadesucélebremarmita!

—¡Humean!¡Humean!—exclamólajovenmiss,entantoqueunligerovaporseescapabatambiéndesuslabiosentreabiertos.

—Vamos a ver lamáquina—respondió él, estrechando bajo su brazo el de sufutura.

Pitfergeyyoseguimosalaenamoradapareja.—¡Quéhermosaeslajuventud!—repetíaeldoctor.

www.lectulandia.com-Página44

Page 45: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

—¡Sí—decíayo—,lajuventudentredos!Prontoestuvimos tambiénnosotrosasomadosa laescotillade lamáquinade la

hélice.Enelfondodeaquelvastopozo,a60piesdeprofundidad,distinguimosloscuatro grandes émbolos horizontales que se embestían, humedeciéndose a cadamovimientoconunagotadeaceitelubrificador.

El joven tenía su reloj en la mano, y ella apoyada en su hombro, seguía lamanecilladelossegundos.Él,entanto,contabalasvueltasdelahélice.

—¡Unminuto!—dijoella.—¡Treintaysietevueltas!—respondióél.—¡Treintaysieteymedia!—dijoeldoctor,quefiscalizabalaoperación.—¡Ymedia!—gritólajoven—.Yalooís,Edward.Gracias,caballero—añadió,

dirigiendoaldoctorlamásamabledelassonrisas.

www.lectulandia.com-Página45

Page 46: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXVI

Enlapuertadelgransalón,seveíaelsiguienteprograma:

ESTANOCHE

PRIMERAPARTE

OceanTime.Song:Beautifulisleofthesea.

Reading.Pianosolo:Chantduberger.

Scotchsong.Mr.MacAlpine.Mr.Ewig.Mr.Afflect.Mrs.Alloway.Dr.T…

Descansodediezminutos

SEGUNDAPARTE

Pianosolo.Burlesco:LadyofLyon.

Entertainment.Song:Happymoment.Song:Yourremember.

Mr.PaulV…Dr.T…

SirJamesAnderson.Mr.Norville.Mr.Ewig.

FINAL

GodsavetheQueen

Como se ve, era un concierto completo lo que se anunciaba, con dos partes,

www.lectulandia.com-Página46

Page 47: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

entreactosyfinal.Peroalgodebíafaltarenelprograma,puesoídecir,detrásdemí:«¡Vaya!¡NadadeMendelsohn!».Mevolví;eraunsimplecamareroquienasíprotestabadelaomisióndesumúsica

favorita.Volvíasubiracubierta,enbuscadeMacelwin.Corsicanmeacababadedecirque

Fabián había salido de su camarote, y quería, sin importunarle, sacarle de suaislamiento.Leencontréen lapartedeproa.Hablamosdurante largo rato,peronohizoalusiónalgunaasupasado.

Enciertosmomentospermanecíaabsorto,pensativo,sinvernioír,apretandosucorazón, como para contener un espasmo doloroso. Entretanto que hablábamos,Harry Drake pasó varias veces por delante de nosotros. Siempre era el mismoalborotadorymolestoconsusmovimientos,comoloseríaunmolinodeaspasenunSalón de baile. ¿Me engañaba? Puede ser, porqueme hallaba prevenido, peromepareció que Harry Drake observaba a Fabian con cierta insistencia. Fabián debiónotarlo,porquemedijo:

—¿Quiénesése?—Nosé—lerespondí.—¡Esantipático!—añadióFabián.Dejadenaltamardosbuques, sincorrientenivientos,yconcluiránporatracar

uno a otro. Poned en el espacio dos planetas inmóviles, y acabarán por chocar.Colocaddosenemigosenmediodeungentíoyseencontrarán,másomenospronto:todoescuestióndetiempo.Estoesfatal.

Llegadalanoche,elconciertoseefectuóconarregloalprograma.Elsalón,llenodegente,estabaprofusamentealumbrado.Porlasescotillasentreabiertasseveíanlasanchas caras tostadas por el sol y las curtidas manos de los marineros. Parecíanmascaronesesculpidosenlasvolutasdeltecho.

Enlosumbralesdelaspuertashormigueabanloscamareros.Losespectadoresdeambos sexos estaban sentados en los escaños de los lados y en butacas y sillascolocadasalrededordelpiano,fuertementeatornilladoentrelasdospuertasdelsalónde señoras y al cual todos daban frente. A veces un estremecimiento agitaba laconcurrencia: todas las cabezas, amodo de oleada, tomaban unamisma dirección;unosaotrosseapretaban,sinhablarnibromear.Nohabíapeligrodecaer,graciasaloprensadosqueestaban.EmpezólafunciónconelOcean-Time.EraelOcean-Timeundiariopolítico,comercialy literario,quealgunospasajeroshabíanfundadopara lasnecesidadesdeabordo. Inglesesyamericanos sonmuydadosa talespasatiempos.Redactansuhojaduranteeldía.Silosredactoresnosongrancosa,tampocolosonloslectores.Pocolesbasta.

El número del 1.º de abril contenía un artículo bastante pesado sobre políticageneral, gacetillas que no hubieran hecho reír a ningún francés, noticias de Bolsa

www.lectulandia.com-Página47

Page 48: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

bastantesosas,telegramasmuytontosyalgunasdescoloridasnoticiasdeactualidad.Semejantesbromas sólodivierten, si acaso, a sus autores.ElhonorableMacalpine,americano dogmático, leyó con convicción aquellas elucubraciones, entre losaplausosdelaconcurrencia,yterminóconestasnoticias:

«SeanunciaqueelpresidenteJohnsonhaabdicadoenelgeneralGrant.»Se da como cosa cierta que el papa Pío IX ha designado para sucederle al

príncipeimperial.»Dícese que Hernán Cortés ha acusado de plagiario a Napoleón III por su

conquistadeMéjico».AsíqueelOcean-Timehuborecibidosuficientecosechadeaplausos,elhonorable

misterLiving,untenorbastantebuenmozo,suspirólahermosaisladelmar,contodalaasperezadeunagargantainglesa.

Lalectura«reading»mepareciódeinterésmuydudoso.UndignohijodeTejasleyó,envozalta,algunospárrafosdeunlibroquehabíaempezadoaleerenvozbaja.Fuemuyaplaudido.

ElCantodel pastor, para piano solo, pormistressAlloway, inglesa que tocabacon la fuerza de un rubiopicapedrero, como hubiera dicho TeófiloGautier, y unapantomimaescocesadeldoctorT…dieronfinalaprimerapartedelprograma.

Después de un entreacto de diez minutos, durante el cual nadie abandonó supuesto, el francés PaulV. nos propinó unos valses inéditos, que fueron aplaudidosestrepitosamente.Elmédicodelbuque, jovenrubioypresuntuoso, leyóunaescenabufa,parodiadelaDamadeLyon,dramamuyconocidoenInglaterra.

Al burlesco sucedió el entertainment. ¿Qué nos preparaba, bajo este nombre,misterAnderson?¿Unsermónounaconferencia?Niunoniotro.SirJamesAndersonselevantósonriendosiempre,sacódesubolsillounabaraja,ydespuésderemangarlosblancospuñosdesucamisa,hizojuegosdemanostansencilloscomograciosos.Bravosyaplausos.

Después del Happy moment de mister Norville y del Your remember de Mr.Ewing, el programa anunciaba elGod save the Queen. Pero algunos americanosrogaron al francés Paul V. que cantara el himno nacional de Francia, y mi dócilcompatriota entonó el principio del inevitable Partant pour le Siry. EnérgicasreclamacionesdeungrupodenordistasquedeseabanoírLaMarsellesa.Elobedientepianista, sin hacerse rogar, con una condescendencia que revelaba tanta facilidadmusicalcomoprofundidaddeconvicciones,atacóvigorosamenteelcantodeRougetde L’Isle. Aquel fue el triunfo del concierto. Después la reunión, en pie, entonólentamenteelcánticonacionalque«ruegaaDiosqueguardealaReina».

Enresumen,elconciertovalióloquevalenlosconciertoscaseros;losautoresysusamigosestabandeenhorabuena.Fabiannoasistióaél.

www.lectulandia.com-Página48

Page 49: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXVII

Elmar, en la noche del lunes almartes, estuvo bastante agitado. Los tabiquesgimieron y bailaron los fardos. Cuando subí a cubierta, a las siete de la mañana,llovía.Refrescóelviento,yeloficialdecuartomandócargarlasvelas.Elbuque,sinapoyo, empezó a columpiarse de firme. La cubierta estaba despejada y hasta lossalonessehallabanpococoncurridos.Lasdosterceraspartesdelospasajerosfaltaronallunchyalacomida.Nofueposiblejugaralwhist,porquelasmesasseescapabanbajolasmanosdelosjugadores.Losdadoseranimposibles.Algunosvalientesleíanodormían,tendidosenlosescaños.Noerapeoraguantarlalluviasobrecubierta.Losmarineros,vestidosdeS.0.yconsacos,impermeables,paseabanfilosóficamente.Elsegundo, bien envuelto en su abrigo de caoutchouc, hacía su cuarto. Sus ojuelosbrillabandecontentoentrelasráfagasyelchubasco.¡Legustabaaquello!¡Yesoqueelbuquebailabacomoquería!

Las aguas del cielo y del mar se confundían en la bruma a pocos cables dedistancia.Laatmósferaeragris.Algunasavespasabanchillando,porentrelahúmedaniebla.Alasdiez,porlabandadeestribor,seseñalóunafragataquecorríavientoenpopa,peronosepudoreconocersunacionalidad.

Aesodelasonce,elvientoamainó,volviendodoscuartos.LabrisaseechóalN.O.ylalluviacesódepronto.Algunosclarosentrelasnubesdejaronverelazuldelcielo. El sol apareció un momento y pudo hacerse una observación He aquí suresultado.

Lat.46°29'N.Long.42°25'O.Dist.:256millas.

Porlovisto,apesardelamayorpresióndelascalderaslavelocidaddelbuquenohabíaaumentado.PerolaculpaeradelvientoOeste,que,atacandodeproaalbuque,retardabasumarcha.

Alasdosvolvióaesperarselaniebla,mientraslabrisarefrescaba.Labrumaeratandensaque losoficiales,colocadosensuspuestos,noveíana losmarinerosqueestaban a proa. Semejantes vapores acumulados, son el mayor peligro de lanavegación,puesdanlugaraencuentrosimposiblesdeevitar;unchoqueenelmarespeorqueunincendio.

Así,enmediodelasbrumas,oficialesymarinerosvigilabanconuncuidadoquenolesfuesuperfluo,puesaesodelastresaparecióunafragataadoscientosmetrosdelGreat-Eastern, sus velas, destrozadas por el viento, no gobernaban ElGreat-Eastern,graciasalaprontitudconquelagentedecuartodiolaseñalaltimonel,pudo

www.lectulandia.com-Página49

Page 50: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

evitarpasarlaporojoLasseñales,muybienentendidas,sehacíanpormediodeunacampana colocada en la toldilla de proa. Un golpe significaba buque a proa; dos,buqueaestribor,tres,buqueababor.Elhombrequesehallabaalabarragobernabaconvenientemente,evitandoelabordaje.

Siguió el viento refrescando hasta la noche. Pero los balanceos disminuyeron,porque lamar, cubierta ya por los bancos deTerranova, no podíamoverse.MisterAndersonanunció,paraaquellanoche,unnuevo«entretenimiento».Los salones sellenarondegentealahoramarcada.Peroaquellaveznosetratabadehacerjuegosdemanos.JamesAndersoncontólahistoriadelcabletransatlánticoqueélmismohabíacolocado. Enseñó pruebas fotográficas que representaban los aparatos para lainmersión, e hizo circular elmodelo del empalme de los trozos del cable. En unapalabra,mereciólos tresaplausosqueacogieronsuconferencia,partedeloscualescorrespondían de derecho al promovedor de la empresa, al honorableCyrus Field,presenteenlareunión.

www.lectulandia.com-Página50

Page 51: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXVIII

Al amanecer del 3 de abril, presentaba el horizonte elmatiz particular que losingleses llamanblink. Era una reverberación blanquecina, que anunciaba próximoshielos.Efectivamente,navegábamosenlasaguasdondeflotanlasprimerasmolesdehieloquesalendelgolfodeDavis,destacándosedelosinmensosbancos.Paraevitarencuentrosconellosseorganizóunavigilanciaespecial.

Soplaba una fuerte brisa del Oeste. Jirones de nubes, verdaderos andrajos devaporesbarríanlasuperficiedelmar.Porsusagujerosseveíaelazuldelcielo.Oíaseel sordo hervor de las olas, despeinadas por el viento, y las gotas de agua,pulverizadas,seresolvíanenespuma.

NiFabián,niCorsican,niPitfergehabíansubidoaúnacubierta.Medirigíhacialaproa.Allílasparedes,alacercarse,formanunánguloresguardado,unretiroenelcual un ermitaño hubiera podido vivir alejado del mundo. Me coloqué en aquelrincón,sentadoenunrollodecableyconlospiessobreunaenormepoleo.Elvientode proa rozaba la cresta demimasa cubridora sin llegar ami cabeza. El sitio erabuenoparahacercastillosenelaire.Misojosabrazabantodalaextensióndelbuque.Podía seguir sus largas líneas, algo encorvadas, que se dirigían hacia la popa. Enprimer término, un gaviero, agarrado a los obenques de trinquete con una mano,trabajaba con la otra con admirable destreza. Más abajo el oficial de cuarto, deespaldaalvientoyenvueltoensucapotedecapucha,resistíalosenvitesdelviento.Del mar sólo distinguía una línea estrecha de horizonte, trazada por detrás de lostambores.Arrastradoporsuspoderosasmáquinas,elbuque,cortandolasondasconsu afilado estrave, se estremecía, como los costados de una caldera cuyo fuego seactivapoderosamente.Algunostorbellinosdevapor,arrancadosporlabrisaqueloscondensabaconrapidezextraña,seretorcíanalsalirdelostubosdeescape.Peroelcolosalbarco,caraalvientoysobretresolas,apenassentíalasagitacionesdeaquelmar, sobre el cual un transatlántico,menos indiferente a las ondulaciones, hubierasidotraídoyllevadocomounapelota.

Alasdoceymedia,elcartelmarcó44°53'delatitudNortey47°6'delongitudOeste. ¡Sólo 227 millas en veinticuatro horas! ¡Los dos novios debían maldeciraquellas ruedas que no rodaban, aquella hélice que languidecía, aquel insuficientevaporquenoobrabaconformeasusdeseos!

A cosa de las tres, el cielo, limpio por el viento, resplandecía. Las líneas delhorizonte se purificaron, ensanchándose en torno del punto central ocupado por elGreat-Eastern.Cediólabrisa,peroelmarcontinuóelevandoanchasolasdeunverdeextrañoyconbordesdeespuma.Tantooleajenocorrespondíaatanpocoviento;elAtlánticogruñíaaún.

A las tres ymedia se señaló un buque a babor. Era una fragata americana que

www.lectulandia.com-Página51

Page 52: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

mandabasunúmero;sellamabaelIllinoisyllevabarumboaInglaterra.Enelmismoinstante,eltenienteH…mehizosaberquepasábamossobrelacola

del banco de New-Found-Land, nombre que dan los ingleses al de Terranova.Estábamos en las ricas aguas donde se pescan esos bacalaos, de los cuales tresbastaríanparaalimentaraInglaterrayAmérica,sisedesarrollarantodossushuevos.

Pasó el día sin novedad. Los paseantes habituales visitaron la cubierta.ArquibaldoyyonoperdíamosdevistaaFabiányaHarryDrake;hastaentonceslacasualidad nos favorecía. La noche reunió en el salón a sus dóciles tertulianos.Siempre los mismos ejercicios, lecturas y cantos; siempre los mismos aplausos,prodigadosporlasmismasmanosolosmismosartistas,queacabaronporparecermemás aceptables. Hubo un incidente extraordinario, pues estalló una acaloradadiscusiónentreunnordistayuntejano.Estepedíaun«emperador»paralosEstadosdelSur.Afortunadamentaquelladisputapolítica,queamenazabaconcluiracachetesfueinterrumpidaporuntelegramaimaginariodirigidoalOcean-Timeyconcebidoenestostérminos:«ElcapitánSenmaes,ministrodelaGuerra,hahechopagarporelSurlaaveríasdelAlabama».

www.lectulandia.com-Página52

Page 53: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXIX

Aldejarelsalón,vivamentealumbrado,subíacubiertaconCorsican.Lanocheera oscura.No se veía una estrella. Las ventanas de los camarotes brillaban comobocas de hornos encendidos. Apenas se veía a la gente de cuarto, que paseabalentamentepor las toldillas.Pero se respirabael aire libre, cuyas frescasmoléculasabsorbíaelcapitánArquibaldocontodossuspulmones.

—Me ahogaba en el salón —me dijo—. ¡Aquí, al menos, nadamos en plenaatmósfera!¡Estaabsorciónmedalavida!Paranovivirmedioasfixiadonecesitocienmetroscúbicosdeairepurocadaveinticuatrohoras.

—Respirad, capitán, respirad a vuestras anchas—le respondí—.Aquí hay aireparatodosylabrisanoosregateavuestrocontingente.ConfiesoqueloshabitantesdeParísyLondresnoconoceneloxígenomásquedenombre.

—Sí,prefierenelácidocarbónico.Degustosnohaynadaescrito.¡Pormiparte,medesagradahastaenelchampaña!

Mientrashablábamos,íbamoscosteandolabordadeestribor,abrigadosdelvientopor la alta pared de los camarotes.Las negras chimeneas vomitaban torbellinos dehumonegro,consteladosdechispas.Alronquidodelasmáquinasacompañabanlossilbidos de los obenques metálicos que, azotados por la brisa, resonaban comocuerdas de arpa. A este rumor se unía, periódicamente, el grito de los centinelas:«¡Babor,alerta!¡Estribor,alerta!».

Nosehabíaomitidoprecauciónalgunaparalaseguridaddelbuqueenmediodeaquellasaguasfrecuentadasporloshielosflotantes.Elcapitán,decuartoencuartodehora, hacía sacar un cubo de agua; si su temperatura hubiera sido inferior a ciertolímite, inmediatamente hubiera hecho variar el rumbo. Sabía el capitán, en efecto,quequincedíasanteselPereiresehabíavistocercadoporlostémpanos,alamismalatitud,yeraprecisoevitartamañopeligro.Suordendenocheprescribiósiempreunavigilanciarigurosa.Dosoficialespermanecieronasulado,unodedicadoalasseñalesde lahélice,otroa lasde lamáquinade las ruedas.Otrooficialcondosmarinerosvelabaalapartedeproa,mientrasqueuncontramaestreyunmarinerosemanteníanenelestravePodíamoslosviajerosdormirtranquilos.

Despuésdeobservarestasdisposiciones,Corsicanyyoregresamosapopa.Antesde retirarnos, quisimos permanecer aún algún tiempo sobre cubierta, como doslugareñospacíficosenlaplazadesupueblo.

Alparecerestábamossolos.Peronuestrosojos,asíquesehubieronhabituadoalaoscuridad,distinguieronunhombre,completamenteinmóvil,asomadoalpasamanos.Corsican,despuésdeexaminarleatentamente,medijo:

—¡EsFabián!Efectivamente,élera.Perononosvio,puessehallabacompletamenteestático,en

www.lectulandia.com-Página53

Page 54: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

muda contemplación, con la mirada fija en un ángulo de las cámaras; sus ojosbrillaban en la sombra. ¿Qué miraba? ¿Cómo podía atravesar aquella profundaoscuridad?Aunque segúnmimodo de ver, lomejor era dejarle en paz, Corsican,acercándoseaél,ledijo:

—¿Fabián?Fabián no respondió. No le había oído. Corsican le llamó otra vez. Fabián se

estremeció,volvióunmomentolacabezaydijo:—¡Silencio!Después,señalóconlamanounasombraquesemovíalentamente,alextremode

lalíneadelascámaras.Después,sonriendocontristeza,murmuró:—¡Ladamanegra!Meagitóunestremecimiento;sentíqueCorsican,cuyobrazoestabaunidoalmío,

seestremecíatambién.AquellaeralaapariciónanunciadaporPitferge.Fabiánhabíavuelto a sumirse en su contemplación soñadora.Yo, con el pecho

oprimido, con la mirada vaga, veia aquella forma humana, medio delineada en lasombra,queprontomarcósuscontornosconmásclaridad.Adelantaba,vacilaba,sedetenía,volvíaacaminar,másbiendeslizándosequeandando.¡Unalmaerrante!Adiez pasos de nosotros se detuvo. Entonces pude distinguir la forma de unamujeresbelta, envuelta con una especie de albornoz pardo y con la cara oculta por unespesovelo.

—¡Unaloca!Unaloca,¿verdad?—murmuróFabián.Y era una loca, en efecto. Pero Fabián no hablaba con nosotros, sino consigo

mismo.Peroaquellapobrecriaturaseacercómásaún.Meparecióverbrillarsusojosal

través de su velo cuando se fijaron en Fabián. Se acercó a él. Fabián se levantóelectrizado. La tapada le puso la mano sobre el corazón como para contar suslatidos…Después,huyendo,desapareció.

Fabiáncayóderodillas,conlasmanosextendidas.—¡Ella!—murmuró.Yluego,sacudiendolacabeza:—¡Quéalucinación!—dijo.ElcapitánCorsicanlecogiólamano,diciendo:—¡Ven,Fabián;ven!Yarrastrótrassíasudesdichadoamigo.

www.lectulandia.com-Página54

Page 55: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXX

CorsicanyyonoabrigábamoslamenordudadequeaquellasombraeraElena,laprometidadeFabián,laesposadeDrake.Lafatalidadloshabíareunidoenelmismobuque.Fabiánnolehabíareconocido,aunquehabíagritado:«¡Ella!».¿Cómohabíade reconocerla? Pero no se había engañado al decir: «¡Una loca!». Lo estaba sinduda. ¡El dolor, la desesperación, su amor muerto en su corazón, el contacto delhombre indigno que la había robado a Fabián, la ruina, la miseria, la vergüenza,habían destrozado su alma! De esto hablábamos al otro día con Corsican. Nodudábamos de la identidad de aquella joven. Era Elena, a quien Drake arrastrabaconsigoalcontinenteamericano,asociándolaaúnasuvidadeaventuras.Losojosdelcapitán chispeaban, al acordarse de aquel miserable. Mi corazón estallaba. ¿Quépodíamos contra él, marido y amo?Nada. Pero lomás importante era impedir unnuevo encuentro de Fabián y Elena, porque el joven acabaría por reconocer a suprometida, lo cual daría lugar a la catástrofe que queríamos evitar. Aún podíamosconseguirqueaquellosdosseresdesventuradosnovolvieranaverse.LapobreElenano se presentaba nunca de día en los salones ni sobre cubierta. Sólo de noche,esquivandoasucarcelero,sinduda,sebañabaenaquelairehúmedo,pidiendoa labrisa un pasajero alivio. Dentro de cuatro días lo más, el Great-Eastern habríallegado a Nueva York. Podíamos, pues, confiar en que la casualidad no burlaríanuestravigilancia,yenqueFabiánignoraríasiemprequeElenahabíahechoconéllatravesíadelAtlántico.PeroelhombreproponeyDiosdispone.

Ladireccióndelbuquehabíavariadoalgodurantelanoche.Tresveces,habiendoacusadoel aguadel cubo27°Farenheit, esdecir, de3 a4grados centígradosbajocero, había bajado hacia el Sur. Era indudable que teníamos muy cerca grandeshielos.Aquellamañanapresentabaelcielounbrillosingular,laatmósferaerablanca;todoelNorteestabaaclaradoporunareverberaciónintensa,producidaevidentementepor el poder reflector de los ventisqueros y bancos de hielo. Una brisa penetranteatravesaba el espacio, y a las diez, una nevada de finísimos copos, espolvoreó deblanco la cubierta del buque.Después se elevóun bancode brumas, enmedio delcual señalamos nuestra presencia con silbidos atronadores y continuos, queespantaronalasbandadasdeavesacuáticasquesehabíanposadoenlasvergasdelGreat-Eastern.

A las diez y media, después de haber remontado la niebla, apareció en elhorizonteunbuquedehélice,aestribor.Elextremoblancodesuchimeneaindicabaque pertenecía a laCompañía deYuman, dedicada al transporte de emigrantes, deLiverpoolaNuevaYork.EnviósunúmeroypudimosverqueeraelCityofLimerik,de1600toneladasy256caballos.Veníaconretraso,pueshabíasalidodeNuevaYorkelsábado.

www.lectulandia.com-Página55

Page 56: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

Antes del lunch, algunos pasajeros organizaron una especie de lotería que nopodía desagradar a aquellos aficionados a todo lo que es juego o lo parece. Elresultadonodebíaserconocidohastapasadoscuatrodías.Eraloquesellamala«rifadelpráctico».Sabidoesque,cuandollegaunbuquealaentradadelpuerto,unpiloto,llamado«práctico»,subeasubordo.Divídenselasveinticuatrohorasdeldíaydelanocheencuarentayochomediashorasoennoventayseiscuartosdehora,segúnelnúmerodejugadores;cadaunodeéstos,aquiencorrespondeunahoradeterminada,poneundólar;sellevaelpremioeljugadordurantecuyocuartodehoraomediahoraponeelprácticoelpieenelbuque.Eljuegoes,comoveis,pococomplicado;noesunacarreradecaballos,sinodecuartosdehora.

El honorable canadiense MacAlpine tomó la dirección de la empresa. Reuniófácilmente noventa jugadores, algunos del bello sexo, que no eran los menosaficionadosaljuego.Seguílacorrienteydiundólar,tocándomeensuerteelcuartode hora número 64. Era un mal número, del cual no podía esperar provecho. Enefecto, aquellas subdivisiones de tiempo se contaban de unmediodía al siguiente;hay, pues, cuartos de hora de día y de noche. Estos últimos valen poco, pues losbuquesno suelenaventurarsepor lanocheanavegarcercade losvaraderosde lospuertos,porcuyomotivoesmuydifícilqueduranteellosserecibaprácticoabordo.Peromeconsoléfácilmente.

Albajaralsalón,vianunciadaparaaquellanocheunalectura.ElmisionerodelUtahibaahablarsobreelmormonismo.BuenaocasiónparainiciarseenlosmisteriodelaCiudaddelosSantos.Además,aquelElder,misterHatch,debíaserbuenoradory de convicciones. La ejecución debía estar a la altura de la obra. El anuncio desemejanteconferenciafuefavorablementeacogido.

Aqueldíaleímos:

Lat.42°32'N.Long.51°59'O.Car.254millas.

Alas tresde la tardeanunciaron los timonelesunvapordecuatropalos.AquelbuquemodificóligeramentesurumboparaacercarsealGreat-Eastern,queasuvez,dejóorzaralgo,porordendesucapitán,yprontoelvapornosdijosunombre.EraelAtlante,unodeesosgrandesbarcosquehacenelserviciodeLondresaNuevaYork,tocandoenBrest.Nossaludóylesaludamos,perdiéndoleprontodevista,porcorreracontrabordo.

En aquelmomentome anuncióDean Pitferge, con disgusto, que no tendría yaefecto laconferenciademisterHatch.Laspuritanasdeabordohabíanprohibidoasusmaridosiniciarseenelmormonismo.

www.lectulandia.com-Página56

Page 57: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXI

Elcielo,queestabaencapotado,sedespejóalascuatro.Elmarestabaencalmayelbuquenosufríabalanceo.Parecíaqueestábamosen tierra firme.La inmovilidaddelGreat-Easternsugirióaalgunospasajeroslaideadeorganizarcarreras.ElsueloeramásllanoqueeldelapistadelhipódromodeEpsom,yafaltadelGladiatorydela Touque, hacían su papel escoceses de pura sangre. Cundió pronto la noticia,acudiendo los deportistas y apresurándose los espectadores a dejar los salones ycamarotes. Un inglés, el honorable Macarthy, fue nombrado presidente, y loscorredores sepresentaronactocontinuo.Eran seismarineros, especiedecentauros,caballosyjockeysenunapieza,prontosadisputarelpremiodelGreat-Eastern.

Lasdosanchascallesformabanelcampodelascarreras.Loscorredoresdebíandar tres veces la vuelta al buque, recorriendo así un espacio de unos 1300metros.Pronto las tribunas, es decir, las toldillas, se cuajaron de curiosos, armados deanteojosyalgunosdevelosverdes,sindudaparapreservarsedelpolvodelAtlántico.Faltabanloscarruajes,esverdad,peronoelespacioparahacerlosentrarenfila.

Lasseñoras,desplegandounlujoasiático,ocupabanlatoldilladepopa.Elgolpedevistaerahermosísimo.

Fabián,Corsican,Pitfergeyyoestábamoscolocadosenlatoldilladeproa,enelsitio que podía llamarse el recinto del peso.Allí se habían reunido los verdaderosgentleman.Antenosotrosestabaelpostedesalidayllegada.Empezaronlasapuestas,conentusiasmobritánico,arriesgándoseenormessumas,sinmásgarantíaquelacarade los corredores cuyas hazañas aún no estaban inscritas en el studbook. No sininquietud vi a Harry Drake intervenir en los preparativos con su acostumbradoaplomo, discutiendo, disputando, resolviendo con un tono que no admitía réplica.Afortunadamente, Fabián, aunque había apostado algunas libras, permanecíaindiferenteaaquelestrépito.Semanteníaaparte,conlafrentearrugadaylamenteenotraparte.

Entreloscorredores,doshabíanllamadomásparticularmentelaatención.Unodeellos, escocés de Dundée llamado Wilmore, era un hombrecillo flaco, avispado,anchodepecho.Elotro,mocetónbienplantado,largocomouncaballodecarreras,eraun irlandés llamadoO’Keilly,quea losojosde los inteligentes,podíacompetirventajosamente conWilmore.Apostaban por él, tres contra uno, y yo, cediendo alentusiasmogeneral, ibaaarriesgarasufavoralgunosdólares,cuandoeldoctormedijo:

—Optadporelpequeño,creedme.Elgrandevaadarchasco.—¿Porqué?—Porquenoesdepurasangre—dijoconseriedadeldoctor—.Puedetenergran

velocidad inicial, pero carecede resistencia.El otro es escocés, es de raza.Ved su

www.lectulandia.com-Página57

Page 58: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

cuerpo bien equilibrado sobre sus aplomos, fuertes sin rigidez. Debe haberseadiestrado en correr «a la pata coja», es decir, saltando sucesivamente sobreunoyotro pie, sin ganar terreno, produciendo al menos doscientos movimientos porminuto.Apostadporél,repito;noospesará.

SeguíelconsejodemisabiodoctoryapostéafavordeWilmore.Losotroscuatronomereciansiquieraquemeacordaradeellos.

Sesortearonlospuestos,saliendofavorecidoelirlandés,aquientocólacuerda.Los seis corredores se alinearon a la altura del poste. No había que temer falsassalidas,locualfacilitabaeltrabajodelpresidente.

Diose la señal, que fue acogida con grandes aclamaciones. Los inteligentesreconocieronenelactocomoWilmoreyO’Keillyeranandarinesdeprofesión.Sinhacer caso de sus rivales, que les adelantaban resoplando, llevaban el cuerpo algoinclinado, la cabeza alta, los codos unidos al cuerpo, los puños ligeramenteadelantados, acompañando cada movimiento del pie opuesto con un movimientoalternativo. Iban descalzos. Su talón, que nunca tocaba el suelo, les dejaba laelasticidad suficiente para conservar la fuerza adquirida.En una palabra, todos susmovimientosserelacionabanyapoyaban.

Alasegundavuelta,O’KeillyyWilmore,siemprealineados,habíandistanciadoasusadversarios,queyahabíanechadoelpulmón,comosueledecirse.Demostrabanpalpablementelaverdaddeesteaxiomaquerepetíaeldoctor:

«No se corre con las piernas, sino con el pecho. Bueno es tener fuerza en lascorvas,peroesmejortenerlaenlospulmones».

En lapenúltimavuelta, losgritosde losespectadores saludarondenuevoa susfavoritos.Losvivasypalmadasresonaronportodoslados.

—Elchiquitíngana—medijoPitferge—.Nobufaysurivaljadea.Enefecto,Wilmoreteníaelsemblantetranquiloydescolorido.O’Keillyhumeaba

comounahogueradepajamojada.Andaba «a fuerza de látigo», usando la expresión adoptada en la jerga de los

deportistas. Pero se mantenían en la misma línea. Pasaron por fin más allá de laescotilladelamáquina,pasarondelpostedellegada.

—¡Bravo!¡BienporWilmore!—gritaronlosunos.—¡BienporO’Keilly!—exclamaronlosotros.—¡HaganadoWilmore!—¡No,hayempate!LaverdaderaquehabíaganadoWilmore,peropormenosdemediacabeza.Así

lo dijo el honorable Macarthy. Pero la discusión se acaloró, llegando a palabrasmayores. Los partidarios de O’Keilly, particularmente Harry Drake, sostenían quehabíadeadheadydebíaempezardenuevoladudosacarrera.

Fabián, arrastradopor unmovimiento involuntario, se acercó aDrakey le dijo

www.lectulandia.com-Página58

Page 59: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

confrialdad:—Osequivocáis,caballero.Elescocéshavencido.DrakeseadelantóconprontitudhaciaFabián.—¿Quédecís?—preguntóentonodeamenaza.—Queosequivocáis—respondiótranquilamenteelcapitán.—Sinduda—repusoDrake—,porquehabéisapostadoporWilmore.—Heapostadoporelotro,comovos.Pagoycallo.—Señormío—gritóDrake—,¿queréis,acaso,enseñarme?…Corsican no le dejó acabar, pues se colocó entre él y Fabián, con el firme

propósitodetomarlacuestiónporcuentapropia.TratóaDrakeconunadurezayundespreciomuysignificativo,peroDrake,porlovistonoqueríahabérselasconel.Asíque hubo concluido Corsican, cruzándose de brazos y dirigiéndose a Fabián, dijoDrake:

—Estecaballero,segúnveo,necesitaquesusamigosledefiendan.FabiánquisoarrojarsesobreDrake,perolecontuve.Porotraparte,losamigosdel

tunanteselollevaron,nosinquehubiesedirigidoaFabiánunamiradadeodio.CorsicanyyobajamosconFabián,queselimitóadecirconvozserena:—Enlaprimeraocasión,ledarédebofetadas.

www.lectulandia.com-Página59

Page 60: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXII

Enlanochedelviernesalsábado,atravesóelGreat-EasternlacorrientedelGulf-Stream,cuyasaguas,másazulesycalientes,sedistinguíanperfectamentedelasquelaslimitabanaunoyotrolado.Lasuperficiedeestacorriente,apretadaentrelasolasdel Atlántico, es hasta ligeramente convexa. Aquella corriente, es pues, un río demárgenesmoviblesyunodelosmásconsiderablesdelglobo,puesreduceasimplearroyoselríodelasAmazonasyelMississippi.Latemperautradelaguaquesesacódurante la noche, había subido, de 27° Farenheit a 51°, lo cual equivale a 12centígrados.

El 5de abril empezó conunamagnífica salidade solLas largasolas de fondoresplandecían. Una brisa tibia del Sudoeste lamía las jarcias. Estábamos en losprimerosdíasagradables.Elsol,queenelcontinentehubierahechoqueloscamposse cubrieran de verdura, hizo brotar en el buque frescos tocados.La vegetación seretrasaaveces,perolamodanunca.Prontosellenaronlascallesdegrupospaseantes.ParecíaquenoshallábamosenlosCamposElíseos,undomingodehermososoldemayo.

NovientodalamañanaaCorsican.DeseandonoticiasdeFabián,medirigíasucamarote,juntoalgransalón.Llaméasupuerta,peronomerespondió.Abrí.Fabiánhabíasalido.

Subí a cubierta. Entre los paseantes, no se hallabami amigo el doctor. SemeocurrióentonceslaideadebuscarellugardelbuquedondeestabaconfinadalapobreElena. ¿Qué camarote ocupaba? ¿Dónde la tenía encerrada Harry Drake? ¿A quémanosestabaentregadaaquella infeliz, aquiensumaridoabandonabadurantedíasenteros?Sindudaa lasdealguna interesadacriadadeabordo,oalgunaenfermeraindiferente. Quise enterarme, no por mera curiosidad, sino en interés de Elena yFabián,aunquenofueramásqueparaevitarunencuentro,siempretemible.

Empecéporinspeccionarloscamarotesdelgransalóndeseñoras,recorriendolospasillosdelosdospisosenqueelbuquesedividíaporaquellaparte.Mispesquisaseran fáciles,porqueen lapuertadecadacamarote, estabaescritoelnombrede lospasajeros,afindesimplificarelserviciodeloscamareros.NoencontréelnombredeHarryDrake,locualnomesorprendió,puesaquelhombredebíahaberpreferidouncamarote de los dispuestos en la parte de popa, junto a los salones menosfrecuentados.Porlodemás,nohabiendoadmiradolosfletadoresmásqueunaclasedepasajeros,loscamarotesdepopaylosdeproaeranigualesbajoelpuntodevistadelascomodidades.

Me dirigí hacia los comedores y recorrí atentamente los pasillos laterales queseparaban las dos filas de camarotes. Todos estaban ocupados; todos tenían en lapuertaelnombredealgúnpasajero;peroeldeHarryDrakefaltabaaun.Entoncesme

www.lectulandia.com-Página60

Page 61: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

asombré, pues creía haber visitado toda nuestra ciudad flotante, y no sabía quehubieraenellaotrobarriomáslejano.Perouncamarero,aquieninterrogué,medijoqueexistíanotrosciencamarotes,detrásdelosdining-rooms.

—¿Pordóndesebajaaellos?—pregunté.—Porunaescaleraquedesembocaenlacubierta,juntoalsalón.—¿YsabéiscuálocupamisterHarryDrake?—Loignoro—merespondió.Subíacubierta,costeélacámaraindicadaylleguéalaescalera,queconducía,no

agrandessalones,sinoaunahabitaciónoscura,alrededordelacualhabíaunadoble-fila de camarotes. Para aislar a Elena, no podía Drake haber elegido lugar más apropósito.Lamayorpartedeaquelloscamarotescarecíadehabitantes.Losreconocí,puerta por puerta. Había en las tarjetas algunos nombres; pero no el de Drake.Desanimado, iba a retirarme, cuando llegó a mis oídos un murmullo, apenasperceptible,quepartíadelfondodelcorredordela izquierda.Medirigíhaciaaquellado.

Lossonidosfueronacentuándose,yreconocíunaespeciedecantoquejumbroso,cuyaspalabrasnollegabanamí.

Escuché.Cantabaunamujer,revelandosuvozprofundapena.Aquellavozdebíaserladelapobreloca.Mispresentimientosnomeengañaban.Meacerquésinruidoal camarote número 775, que era el último de aquel oscuro pasillo y debía estaralumbrado por tragaluces inferiores, practicados en la quilla del buque. No habíaningún nombre escrito en la puerta. Harry Drake no tenía interés en que fueraconocidoeldestinodeElena.

Lavozdeladesdichadallegabaclaraamisoídos.Sucantoeraunaseriedefrasesinterrumpidas,unamezclaextrañadedulzuraytristeza.

Parecía que una persona, bajo la impresión de un sueño magnético, recitabaestrofasirregulares.

¡No! ¡No había duda paramí!Quien cantaba de aquelmodo eraElena; estabasegurodeello,aunqueteníamiedodereconocersuidentidad.

Despuésdeescucharporespaciodealgunosminutos,cuandoibaaretirarme,oípasos en el corredor. ¿Era Drake? En interés de Elena y Fabián, no quería sersorprendidoenaquelsitio.

Por fortuna, el pasillo, dando vuelta a la doble fila de camarotes,me permitíasubir a cubierta sin ser visto. Pero quería saber quién venía. La oscuridad meprotegía,ycolocándomeenunrincón,podíaversinquemevieran.

El ruido había cesado. ¡Coincidencia extraña!Con él había cesado el canto deElena.Prontovolvióaempezarelcanto,yelpisovolvióacrujirbajolapresióndeunpaso lento. Alargué la cabeza, y en el fondo del corredor, en vaga claridad de laimportadeloscamarotes,reconocíaFabián.

www.lectulandia.com-Página61

Page 62: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

¡Era mí desventurado amigo! ¿Qué instinto le conducía allí? ¿Había, pues,descubierto,antesqueyo,laviviendadelajoven?Nosabíaaquéatenerme.Fabiánadelantabacon lentitud,a lo largode lasparedes,escuchando,siguiendo,comoporun hilo, aquella voz que le atraía, tal vez a pesar suyo, sin saberse élmismo. Sinembargo,meparecíaqueelcantosedebilitabaamedidaqueFabiánseibaacercando,yqueaquelhiloibaaromperse…Fabiánllegóalapuertadelcamaroteysedetuvo.

¡Cómodebíapalpitarsucorazón,alecodeaquellostristesacentos!¡Cómodebíaestremecersetodosuser!Eraimposiblequeaquellavoznodespertaraenélrecuerdosdel pasado. Pero almismo tiempo, ignorando la presencia deHarryDrake, ¿cómohabíadesospechar lapresenciadeElena?Noeraposible;sólo leatraían,sinduda,aquellosdolientesayes,quecorrespondíanalinmensodolorquellevabaconsigo.

Fabián escuchaba. ¿Qué haría? ¿Llamaría a la loca? ¿Y si Elena aparecía depronto?Todoeraposible.¡Quésituacióntanpeligrosa!Fabiánseaproximoaúnmásalapuerta.Elcantoquelanguidecíapocoapoco,murióenelacto;despuésseoyóungritodesgarrador.

Elena, por medio de una comunicación magnética, ¿sentía cerca de sí al queamaba? La actitud de Fabián era espantosa. Estaba abismado en símismo. ¿Iba aderribarlapuerta?Meparecióasí,ymeprecipitésobreél.Mereconoció.Learrastré.Sedejóarrastrar.Yluegoconvozsorda:

—¿Sabéisquiénesesadesgraciada?—mepreguntó.—No,Fabián,nolosé.—¡Eslaloca!—dijo—.Perosumalnoesincurable.Unpocodeamorcuraríaa

esapobremujer.Asílocreo.—¡Venid,Fabián—dije—venid!Llegadossobrecubierta,Fabiánseseparódemí,sindecirunapalabra,peronole

perdídevistahastaquehuboentradoensucamarote.

www.lectulandia.com-Página62

Page 63: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXIII

PocodespuésencontréaCorsicany lereferí laescenaaqueacababadeasistir.Comprendió,comoyo,quelasituaciónseagravaba.¿Podríamosevitarsuspeligros?¡Ah!¡Quénohubiéramosdadoporacelerar lamarchadelGreat-Eastern,poniendounOcéanoentreDrakeyFabián!

Alsepararnos,Corsicanyyoconvinimosenvigilarmásseveramentequenuncaalosactoresdeldrama,cuyodesenlacepodíaacadamomentoestallarapesarnuestro.

Aquel día esperábamos al Australasian, paquebote de la compañía Cunard de2760toneladasyquerecorrelalíneadeLiverpoolaNuevaYork.DebíahabersalidodeAméricaelmiércolesporlamañana,ynopodíatardarenaparecer.

A las once algunos pasajeros ingleses abrieron una suscripción a favor de losheridosdeabordo,algunosdeloscualesnohabíansalidoaundelaenfermería;entreellossehallabaelcontramaestre,amenazadodeunaclaudicaciónincurable.Lalistasecubrióde firmas,aunquealgunasdificultadesaccesoriasoriginaronpalabrasmalsonantes.

Alasdoce,elsolpermitióhacerunaobservaciónexacta:

Lat.41°41'11”N.Long.58°37'O.Carrera257millas.

Lalatitudestabaaproximadahastalossegundos.Losdosnovios,queacudieronaconsultar el cartel hicieron un gesto de desagrado. Decididamente, el vapor seconducíamalconellos.

Antesdelunch,elcapitánAndersonquisotraeralospasajerosdelfastidiodetanlarga travesía, y organizó ejercicios ginmásticos, dirigidos por él en persona.Cincuentaaficionadosarmadoscomoélconpalos,imitarontodossusmovimientos,con exactitud de monos sabios. Aquellos gimnastas improvisados trabajabanmetódicamente,sindesplegarloslabios,comomilicianosenparada.

Para la noche, se anunció otro entertainment, al cual no asistí, porque aquellasinocentadas repetidas me empalagaban. Otro periódico, rival de Ocean-Time, serefundióenésteaquellanoche.

Pasélasprimerashorasdeellasobrecubierta.Elmarseagitabayanunciabamaltiempo,apesardequeelcieloestabaaúnhermoso.Tambiénempezabanaacentuarselos balances. Acostado en uno de los bancos de la toldilla, admiraba lasconstelacionesdel firmamento.Hormigueaban las estrellas en el cenit, y aunque lasimple vista no pudiera distinguirmás que cincomil en toda la esfera celeste,meparecíaque,enaquellanoche,eraposiblecontarlaspormillones.Veíaarrastrándose

www.lectulandia.com-Página63

Page 64: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

porelhorizonteentodasumagnificenciazodiacal,lacoladePegaso,comoelmantoestrelladodeunareina,delareinadeuncuentodehadas.LasPléyadessemostrabanenlasalturasdelcielo,almismotiempoquelosGemelosque,peseasunombre,noselevantanjuntoscomoloshéroesdelafábula.ElToromemirabaconsusgrandesychispeantesojos.EnlacumbredelabóvedabrillabaVega,lafuturapolar,ynolejosdeellasemarcabaelríodediamantesqueconstituyelaCoronaBoreal.Todasestasconstelaciones inmóviles parecíanmoverse, obedeciendo los balances del barco, ydurante su oscilación, el palo mayor describía un arco de círculo, dibujando conlimpieza,desdelaCdelaOsaMayorhastaAltairdelAguila,entantoquelaLuna,yabaja,bañabaenelhorizonteelextremodesudisco.

www.lectulandia.com-Página64

Page 65: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXIV

Quémalalanoche.Elbuque,espantosamenteazotadoalsesgo,ibayveníaconviolencia.Losmueblesbailaronconestrépito,losfrascosdetocadorempezaronadarmúsica.Mucho había refrescado el viento. ElGreat-Eastern navegaba en aquellasaguasfecundasensiniestros,dondelamaressiempremala.

Alasseisdelamañanamearrastréhastalaescaleradelgransalón.Agarrándomealospeldaños,yaprovechandounadecadadososcilaciones,logréllegaracubierta,por la cualme arrastré, no sin trabajo, hasta llegar a la toldilla deproaque estabadesierta,sidetalpuedecalificarseunlugarenquesólosehallabaeldoctorPitferge.Aquel buen hombre, sólidamente aferrado, encorvaba su espalda, presentándola alviento,rodeandoconsupiernaderechaunodelosmontantesdelpasamanos.Mehizoseñadequemeacercara—porsupuesto,lahizoconlacabeza,puesteníaocupadaslasmanos en agarrarse al pasamanos para resistir los esfuerzos de la tempestad—.Despuésdealgunosmovimientosderotación,enroscándomecomounanélido,lleguéjuntoaldoctor,ymeasegurécomoél.

—¡Vamos!—me dijo—. ¿Esto continúa lomismo, eh? ¡PícaroGreat-Eastern!¡Precisamenteenelmomentodellegar,unatromba,unaverdaderatromba,hechadeencargoparaél!

Eldoctor sólopronunciaba frasesentrecortadas.Elvientosecomía lamitaddesus palabras. Pero yo le había entendido. La palabra tromba lleva consigo sudefinición.

Todossabemosloquesonesastempestadesgiratorias,llamadashuracanesenelOcéano Indico y en el Atlántico, formados en la costa de África y tifones en losmares de China, tempestades que con su fuerza irresistible ponen en peligro losbuquesmásgrandes.

ElGreat-Easternestabacogidoenunadeestastrombas.¿Cómoleharíafrente?—¡Lovaapasarmal!—repetíaPitferge—.¡Mirad,metelasnaricesenlapluma!Aquella metáfora marítima convenía perfectamente a la situación del buque.

Desaparecía su estrave bajo las montañas de agua que por babor y de proa leatacaban.Nosevelaalolejos.¡Todoslossíntomasdeunatempestad!Estasedeclaróa lassiete.Lamarsehizomonstruosa.Laspequeñasondulaciones intermediasquemarcaneldesnivelde lasgrandesolas,desaparecieron,aplastadasporelviento.ElOcéanosehinchaba;lacimadesusanchasolasseestrellabaconindescriptiblefuria.Lasnubescrecíanenaltura,acadamomento,yelGreat-Eastern,quelasrecibíaalsesgo,bailabaespantosamente.

—Unadedos—dijoeldoctor,conaplomodemarino—,ocapearamediovapor,recibiendodefrentelasolas,ohuirdeestamarendemoniada.Nohayotroremedio.PeroelcapitánAndersonnoharániunaniotradeestasdosmaniobras.

www.lectulandia.com-Página65

Page 66: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

—¿Porqué?—pregunté.—¡Porqué!…¡Porquehadesucederalgo!Al volverme, vi al capitán, al segundo y al primer ingeniero, envueltos en sus

capuchonesyagarradosalosguardalados.Labrumadelasolaslosenvolvíadepiesacabeza.El capitán, como siempre, sonreía.El segundo reía, enseñando susblancosdientes cuando el buque oscilaba de tal modo que, al parecer, los palos y laschimeneasibanaderrumbarse.

Laterquedaddelcapitán,suobstinaciónenlucharconelmar,measombraba.Alas siete y media, era horrible el aspecto del Atlántico. Contemplaba el sublimeespectáculo de un combate entre las olas y el gigante. Comprendía, hasta ciertopunto, la tenacidaddel«amodespuésdeDios»,quenoqueríaceder.Peroolvidabaque el poder delmar es infinito, y que no puede resistirle nada de lo que hace elhombre.Enefecto,porpoderosoquefuera,elgigantedebíahuirantelatempestad.

Depronto,aesodelasocho,seprodujounchoque.Unaformidablemontañadeaguaacababadeatacaralbuqueporproaybabor.«Estonoesunarañazo—dijoeldoctor—,sinounapuñaladaenlacara».

Efectivamente, el golpe nos había magullado. Algunas astillas aparecían en lacrestadelasolas.¿Eranpedazosdenuestrapropiacarne,odealgúncuerpoextraño?Elcapitánhizolaseñalparaviraruncuarto,afindequeaquellosrestosnosecolaranentre las paletas de las ruedas.Miré—conmás atención y vi que la ola se habíallevado el pavés de babor, a 50 pies sobre el nivel del agua.Muchas planchas delforro habían saltado; otras temblaban, retenidas aún por algunos clavos. ElGreat-Eastern se había estremecido al choque, pero seguía su camino con imperturbableaudacia.Eraprecisoquitarcuantoanteslosrestosqueobstruíanlaproa,paralocualera indispensable huir ante elmar. Pero el buque, animado por todo el brío de sucapitán, se empeñaba en hacer frente. No quería darse por vencido. Un oficial yalgunoshombresfueronalimpiarlacubiertaporlaproa.

—¡Atención!—medijoeldoctor—.¡Noestálejoslacatástrofe!Avanzaron losmarineroshacia laproa,coneloficial.Cogidosalpalosegundo,

mirábamos por entre las brumas. Cada ola escupía sobre cubierta un torrente. Derepente,ungolpedemarmásviolentoqueelprimero,pasóporlabrechadelaobramuerta, arrancóuna enormeplanchaque cubría la bita deproa, demolió lamacizacubiertabajo lacualsehallabaelalojamientode lamarinería,yatacandodefrentelasparedesdeestribor,lashizopedazos,llevándoselascomopedazosdetelaechadosalviento.

Loshombresyacíanportierra.Unodeellos,unoficial,medioahogado,sacudiósusrojaspatillasysepusoenpie.Viendotendidoysinconocimientoaunodesusmarineros, sobre un ancla, cargó con él y se lo llevó. Losmarineros huían en losdestrozos.¡Enelentrepuentehabíatrespiesdeagua!Nuevosrestoscubríanelmar,

www.lectulandia.com-Página66

Page 67: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

contándoseentreellosalgunoscentenaresde lasmuñecasquemicompatriotade lacalleChaponpensabaaclimatarenAmérica.Todasaquellasfiguritas,arrancadasdesucajaporungolpedemar,bailabansobrelasolas,yenotraocasiónmenoscríticanos hubieran hecho desternillar de risa. La inundación ganaba terreno. Por lasaberturas se precipitabanmasas líquidas, siendo tal el asalto delmar que, según larelacióndelmaquinista,elGreat-Eastern,embarcómásde2000toneladasdeagua;estohubierahechozozobrarunadelasmayoresfragatas.

—¡Bueno!—dijoeldoctor,mientrasunaráfagasellevabasusombrero.La situación era insostenible. Locura hubiera sido intentar más prolongada

resistencia. Era preciso huir más que de prisa. El buque, empeñado en resistir defrentelasolas,conelestraveroto,eracomounhombrequenadaentredosaguas,conlabocaabierta.

¡Por fin, el capitán Anderson lo comprendió! Le vi correr a la ruedecilla quemandaba las evoluciones del gobernalle. En el acto, precipitóse el vapor a loscilindrosdepopa,yelcoloso,revolviéndosecomounacanoa,diolacaraalNorteyechóacorrerantelatempestad.

Enaquelinstante,elcapitán,ordinariamentetanserenoydueñodesí,gritóconrabia:

—¡Mibuqueestádeshonrado!

www.lectulandia.com-Página67

Page 68: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXV

Apenas elGreat-Eastern hubo virado de bordo, apenas presentó su popa a lasolas, cesaron los balances. A la agitación sucedió la inmovilidad absoluta. Elalmuerzo estaba servido. La mayor parte de los pasajeros, tranquilizada por lainmovilidaddelbuquedescendióalosdining-rooms,donde,duranteelalmuerzo,noseexperimentóunsacudimientoniunchoque.Niunplatocayóalsuelo;niunacopaderramósobreelmantelsucontenido,apesardenohabersedispuestolasmesasdesuspensión.Pero,trescuartosdehoramástarde,empezóladanzadelosmuebles;lassuspensionessemecieronenelaire,lasporcelanaschocaronentresí,encimadelosaparadores. El Great-Eastern acababa de emprender nuevamente su interrumpidamarchaalOeste.

Subíacubierta,acompañadodePitferge,queencontróallíaldelasmuñecas.—Caballero—le dijo—, toda vuestra gentecilla se ha fastidiado. He ahí unas

muñecasquenotartamudearánenlosEstadosdelaUnión.—¡Bah¡—respondió el industrial parisiense—.Lapacotilla estaba aseguraday

nosehaahogadoconellamisecreto.Volveremosahacermuñecascomoesas.Por lo visto, mi compatriota no se ahogaba en poca agua. Nos saludó

amablemente y nos dirigimos hacia la popa, donde un timonel nos dijo que lascadenas del gobernalle se habían enredado, durante el tiempo transcurrido entre elprimergolpedemaryelsegundo.

—Sisemejanteaccidentehubierasobrevenidoenelmomentodelaevolución—medijoPitferge—,nosé loquehubierapasado,porqueelmarseprecipitabaenelbuque a torrentes. Las bombas de vapor han empezado ya a sacar agua, pero aunquedamucha.

—¿Yelpobremarinero?—lepregunté.—Está gravemente herido en la cabeza. ¡Pobre muchacho! Es un pescador,

casado,padrededosniñosyhacesuprimerviajeaultramar.Elmédicodelbuquenorespondedesuvida,locualmehacetemerporella.Enfin,prontoloveremos.Sehadichoqueelgolpedemarsehallevadoalgunaspersonas,pero,afortunadamente,noescierto.

—¿Hemosemprendidootraveznuestrocamino?—Sí, el camino al Oeste, contra viento y marea —añadió, cogiéndose a un

guarda-manceboparanorodarporelsuelo—.¿SabéisloqueharíayoconelGreat-Eastern,sifueramío?Puesharíadeélunbarcodelujoadiezmilfrancoselpasaje.Nohabríaabordomásquemillonarios,gentequenotuvieraprisa.Tardaríamosmásdeunmesen la travesíade InglaterraaAmérica. Jamáscortaríamosolasal sesgo.Siemprevientoenpopaodeproa,ynuncabalancesniarfadas.Mispasajerosestaríanlibresdemareoylespagaríacienlibrasporcadanáusea.

www.lectulandia.com-Página68

Page 69: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

—Esaesunaidearealizable—ledije.—¡Sí!—replicó—.¡Sepodríaganardinero,operderlo!El buque continuaba avanzando a pequeña velocidad, dando a lo sumo, seis

vueltas de rueda, con objeto de mantenerse. El oleaje era terrible, pero el estravecortabanormalmentelasolasynoembarcabaagua.Noerayaunamontañademetalqueavanzabacontraotradeagua,sinounarocasedentariaquerecibíaindiferentelosbesosdelasolas.Unalluviacopiosísimanosobligóabuscarrefugioenelgransalón.Elefectodelchaparrónfuecalmarelvientoylamar.ElcieloaclaróporelOesteylas últimas gruesas nubes se deshicieron en el horizonte opuesto. A las diez, latempestaddabasuúltimoresoplido.

Alasdoce,lasobservacionespudieronhacerseconciertaexactitud,ydieron:

Lat.41°50'N.Long.51°67'O.Car.193millas.

Estaconsiderabledisminuciónenelcaminorecorridonopodíaatribuirsemásquealatempestad,quehabíacombatidoalbuqueporlanocheyalamanecer,tempestadtan terrible que uno de los viajeros—verdadero habitante de aquel Atlántico quehabía atravesado43veces—,nohabía visto otra igual.Elmaquinista confesóque,duranteaquellostresdíasquepasóelGreat-Easternenelhuecodelasolas,nohabíasufridotanfuertesataques.Peroseamosjustos:sinomarchamásquemedianamente,este admirable steamship, ofrece en cambio seguridad completa contra los furoresdelmar. Resiste como unamolemaciza, debiendo esta rigidez a la homogeneidadperfectadesuconstrucción,asudoblequillayalomaravillosamenteajustadasqueestánsuspiezas.Suresistenciaesabsoluta.

Pero repetimos, igualmente, que, por grande que sea su fuerza, no es prudenteoponerla a una mar desencadenada. Por grande que sea, por resistente que se lesuponga, un buque no queda deshonrado por huir de la tempestad. Un capitán nodebeolvidarjamásquelavidadeunhombrevalemásqueunasatisfaccióndelamorpropio.Obstinarseespeligroso,empeñarseescensurable,yunejemploreciente,unacatástrofe sobrevenida a un vapor-correo oceánico, prueba que un capitán no debelucharexageradamentecontraelmar,auncuandoseveaalcanzadoporunvapordeunacompañíarival.

www.lectulandia.com-Página69

Page 70: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXVI

LasbombasproseguíansacandoellagointeriordeGreat-Eastern,parecidoaunestanque en medio de una isla. Poderosas y rápidamente movidas por el vapor,devolvieronalmar loqueera suyo.Habíacesado la lluvia; elviento refrescabadenuevo; el cielo, barrido por la tempestad, estaba puro. Entrada la noche, seguíapaseandosobrecubierta.Lossalonesdespedíanlargasfajasdeluzporsusventanasabiertas.Hacialapopa,hastaloslímitesdelamirada,seproyectabaunfosforescenteremolino,rayadoirregularmentepor lacresta luminosade lasolas.Reflejándoseenaquellascapasblanquecinas,lasestrellasdesaparecíanyaparecíancomoenmediodenubes impelidas por una fuerte brisa. Alrededor y a lo lejos se extendía la nocheoscura. Hacia la popa gruñía el trueno de las ruedas, y bajo mis pies, sentía loschasquidosdelascadenasdelgobernalle.

Llegado al gran salón, me sorprendió hallar en él una compacta multitud deespectadores.¡Cuántoaplauso!Apesardelosdesastresdeldía,elentertainmentdecostumbre desarrollaba las sorpresas de su programa. Del marinero herido,moribundo,nadieseacordaba.Reinabagrandeanimación.Lospasajerosacogíanconsatisfacciónmarcadalaprimerarepresentacióndeunacompañíadeministrels,enlastablas del Great-Eastern. Estos ministrels son cancioneros ambulantes, negros oennegrecidos según su origen, que recorren las ciudades inglesas dando conciertosgrotescos.Enaquellaocasión, loscantoreseranmarinerosocamarerospintadosdenegro. Llevaban trajes de desecho, galletas en lugar de botones, tenían anteojosformados por botellas apareadas y rabeles hechos con cuerdas y vejigas.Aquellosgaznápiros, muy granujas por cierto, cantaban coplas burlonas e improvisabandiscursos razonados con equívocos y retruécanos.Al verse aplaudidos, exagerabansuscontorsionesygestos.Paraterminar,unbailarín,ágilcomounmono,ejecutóunpasoqueentusiasmóalaconcurrencia.

Peroporinteresantequefueraelprogramadelosministrels,nodivertíaatodoslospasajeros.Muchossedivertíandeotromodo,apretándoseentornodelasmesasdelsalóndeproa.Allísejugabaengrande.Losgananciososdefendíanlasgananciashechas durante la travesía; los desgraciados trataban de reponerse, pues el tiempoapremiaba,pormediodegolpesdeaudacia.Salíadeaquellasalaunviolentoruido.Oíaselavozdelbanquerocantandolosgolpes,lasimprecacionesdelosqueperdían,el retintín del oro, el crujir de los billetes deBanco.A lomejor reinaba profundosilencio,pasadoelcual,aumentabanenintensidadynúmerolosgritos.

Tengohorroraljuego,porcuyomotivoapenasmeeranconocidoslosabonadosdel smoking-room. El juego es un placer siempre grosero, a veces malsano. Elhombreatacadode esta enfermedadnopuedemenosdepadecerotras.Esunvicioque nunca va solo. La sociedad de los jugadores, mezclada siempre a todas las

www.lectulandia.com-Página70

Page 71: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

sociedades, nome agrada.Allí dominabaHarryDrake, enmedio de sus secuaces.Allí preludiaban su vida de aventuras algunos vagos que iban a América a hacerfortuna.Comoyoevitabasiempreelcontactodeaquellagentuza,pasépordelantedelapuerta,sinintencióndeentrar,cuandomedetuvountumultodegritoseinjurias.Escuché, y con grande asombromío, creí reconocer la voz de Fabián. ¿Qué hacíaallá?¿Ibaabuscarasuenemigo?¿Estabaapuntodeestallarlatantemidacatástrofe?

Empujéconfuerzalapuerta.Elalborotoestabaensuapogeo.Entreelmontóndejugadores,viaFabiánqueestabaenpie, frenteaHarryDrake,enpie también.SindudaDrake acababa de insultar groseramente a Fabián, porque lamano de éste selevantó y, si no cruzó la cara de su adversario, fue porque Corsican se interpuso,deteniéndoleconrápidoademán.

PeroFabián,dirigiéndoseaDrake,ledijoconacentofríamenteburlón:—¿Daiselbofetónporrecibido?—Sí—respondióDrake—.¡Aquíestámitarjeta!La inevitable fatalidad había puesto frente a frente a aquellos dos mortales

enemigos.Yaera tardepara separarlos.Lascosasdebían seguir sucurso.Corsicanmemiró:susojosenabstractaexpresión,revelabanmenosemociónquetristeza.

Fabián había cogido la tarjeta queDrake había dejado sobre lamesa. La teníaentre las puntas de los dedos, como un objeto que no se sabe por dónde cogerlo.Corsican estaba pálido. Mi corazón latía con violencia. Fabián miro, por fin, latarjeta,yleyóelnombrequecontenía.Unrugidobrotódesupecho.

—¡HarryDrake!—exclamó—.¡Vos!¡Vos!¡Vos!—Yomismo,capitánMacelwin—respondiótranquilamenteelrivaldeFabián.¡No nos había engañado! Si Fabián había ignorado hasta aquel momento el

nombredeDrake,éstesehallabasobradamenteinformadodelapresenciadeFabiánenelGreatEastern.

www.lectulandia.com-Página71

Page 72: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXVII

Al día siguiente, corrí en busca deCorsican y le hallé en el gran salón.HabíapasadolanochejuntoaFabián,queaúnnosehabíarepuestodelaterribleemociónquelehabíacausadoelnombredelmaridodeElena.¿AcasounasecretaintenciónlehacíacomprenderqueDrakenoestabasóloabordo?¿Lapresenciadeaquelhombrele revelaba la deElena? ¿Adivinaba que la pobre loca era la niña a quien adorabahacíatantosaños?Corsicannopudodecírmelo,porqueFabiánnohabíapronunciadounapalabraentodalanoche.

Corsicansentía,haciaFabián,unaespeciedepasiónfraternal.Desdelainfancia,suintrépidanaturalezalehabíaseducido.Estabadesesperado.

—Heintervenidodemasiado tarde—medijo—.¡AntesqueFabián levantarasumanosobreDrake,hedebidoabofetearaesemiserable!

—Inútil violencia —le dije—. Drake no os hubiera seguido al terreno a quepretendíaisllevarle.BuscabaaFabián,yerainevitablelacatástrofe.

—Tenéisrazón—medijo—.Esecanallahaconseguidosuobjeto.Conocíatodolopasado,todoelamordeFabián.TalvezElena,privadadesurazón,lehareveladosusmássecretospensamientos.Talvez,antesdesumatrimonio,lalealElenalecontólo que ignorabade su vida de niña y de joven. Impulsadopor susmalos instintos,hallándoseencontactoconFabián,habuscadoeste lance, reservándoseelpapeldeofendido.Esetunodebedeserunespadachínconsumado,unmatón.

—Sí—respondí—.Cuentavarioslancesdeestegénero.—No es el desafío lo que yo temo—respondió Casican—. El capitán Fabián

Macelwinesunodeesoshombresaquienesno turbaningúnpeligro.Loque temosonlasconsecuencias.SiFabiánmataaesehombre,porvilquesea,abreunabismoentreElenayél.SabeDiosque,enelestadoenqueesainfelizmujerseencuentra,necesitaunapoyocomoFabián.

—Pero,sucedaloquesuceda,loquedebemosdesear,porElenayFabián,esqueDrakesucumba.Lajusticiaestádenuestraparte.

—Cierto,perodebemostemerlotodo,yestoytraspasadodedolor,pues,acostademivida,hubieraqueridoevitaraFabiánesteencuentro.

—Capitán—respondí cogiendo lamano de tan adicto amigo—, aún no hemosrecibidolavisitadelospadrinosdeDrake.Aunquetodaslascircunstanciasosdanlarazón,aúnnopuedodesesperar.

—¿Conocéisalgúnmediodeevitareldesafío?—No,hastaahora,almenos.Sinembargo,esedesafío,sihadeefectuarse,hade

serenAmérica,yantesdellegar,lacasualidad,quehacreadoestasituación,puedelibramosdeella.

Corsican movió la cabeza, como hombre que no admite la eficacia de la

www.lectulandia.com-Página72

Page 73: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

casualidadenlosnegocioshumanos.EnaquelmomentosubióFabiánlaescaleraqueconducíaalacubierta.Meimpresionósupalidez.Laheridasangrientadesucorazónhabía vuelto a abrirse. Entristecía su aspecto. La seguimos. Erraba, sin objeto,evocando aquella pobre alma medio libre de su cubierta mortal, y trataba deevitarnos.

—¡Eraella!¡Laloca!—dijo—.EraElena,¿noesverdad?¡PobreElenamía!Dudabaaún,ysealejódenosotros,sinesperarunarespuestaquenohubiéramos

tenidovalorparadarle.

www.lectulandia.com-Página73

Page 74: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXVIII

Almediodía,Drakenohabíaenviadoaúnsuspadrinos,apesardequeyadebíahaberse cumplido este preliminar, si Drake trataba de obtener satisfacción con lasarmas en la mano. ¿Podía darnos alguna esperanza aquel retraso? Yo sabíaperfectamente que las razas sajonas entienden las cuestiones de pundonor demuydistintamaneraquenosotros,yqueeldesafíohadesaparecidocasiporcompletodelascostumbresinglesas.Comoyahedicho,nosólolaleyesseveraconlosduelistas,ynoes fácileludirla,comoenFrancia, sinoque laopiniónsedeclaracontraellos.Pero el caso de Drake y Fabián era excepcional. El lance había sido buscado,deseado. El ofendido había, por decirlo así, provocado al ofensor, y todos misrazonamientos,conducíanaestadeducción:elencuentrodeaquellosdoshombreserainevitable.

En aquel momento, los paseantes invadieron la cubierta. Eran los fielesdomingueros,quesalíandeltemplo.Oficiales,marinerosypasajerosregresabanasuspuestosoasuscamarotes.

Alasdoceymediaelcartelanunciaba:

Lat.40°33yN.Long.66°21'O.Car.:214millas.

ElGreat-Eastern no distaba más que 348 millas de la punta de Landy-Hook,lengua pantanosa que forma la entrada de los pasos de Nueva York. Pronto iba asurcarlasaguasamericanas.

Duranteellunch,Drakeocupabasupuestodecostumbre;peroFabiánnosehallaenelsuyo.Aunquecharlatán,meparecióqueaqueltunanteestabaintranquilo.¿Pedíaal vino el olvido de sus remordimientos? No lo sé; pero se entregaba a continuasovaciones,encompañíadesusamigosdesiempre.Variasvecesmemiródereojo,noatreviéndoseaencararseconmigo,apesardesuinsolencia.¿BuscabanaFabiánentrelosconvidados?Nosé.Mellamólaatenciónqueabandonaralamesabruscamente,antes de terminar la comida. Me levanté acto continuo, para observarle, pero sedirigióasucamarote,dondeseencerró.

Subíacubierta.Elmarestabatranquiloyserenoelcielo.Niunanubeniunpocodeespuma.EldoctorPitfergemediomalasnoticiasdelmarineroherido.Apesardelasseguridadesquedabaelmédico,elestadodelpacienteempeoraba.

Alascuatro,pocosminutosantesdelacomida,fueseñaladounbuqueababor.ElsegundomedijoquedebíaserelCityofParís,de2750toneladas,unodelosmejoressteamersde lacompañíade Inman;peroseengañaba,pueshabiéndoseacercadoel

www.lectulandia.com-Página74

Page 75: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

buque nos dio su nombreSaxonia, de laSteam-NationalCompany. Por espacio dealgunosinstantes,losdosbuquescorrieronacontrabordo,amenosdetrescablesdedistancia. La cubierta del Saxonia estaba ocupada por sus pasajeros, que nossaludaronconunatripleaclamación.

A las cinco otro buque en el horizonte, pero demasiado distante para quepudiéramos reconocer su nacionalidad. Debe ser el City of París. ¡Qué atractivotienenesosencuentrosdebuques,deesoshuéspedesdelAtlántico,quesesaludanalpaso!Noesposibleladiferenciaentrebuqueybuque.Elcomúnpeligroesunlazodeuniónhastaentredesconocidos.

Alasseis,tercerbuque,elFiladelfia,delalíneadeInman,dedicadoaltransportedeemigrantesdeLiverpoolaNuevaYork.Decididamente, la tierranopodíadistarmuchopuesrecorríamosmaresfrecuentados.Yoestabaansiosodetocarenella.

Se esperaba también al Europa, barco de ruedas de 3200 toneladas y 1300caballos,pertenecientealaCompañíatransatlántica,dedicadoalserviciodepasajerosentre EHavre y NuevaYork; pero no fue señalado. Sin duda había remontado alNorte.

A cosa de las siete y media anocheció. El disco de la Luna se separó del solponienteypermanecióalgúntiemposuspensoenelhorizonte.UnalecturareligiosahechaporAndersonenelgransalón,entrecortadaporcánticos,seprolongóhastalasnuevedelanoche.

Terminó el día sin queCorsican y yo recibiéramos la visita de los padrinos deDrake.

www.lectulandia.com-Página75

Page 76: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXIX

Eldía8deabrilamanecióhermosísimo.Elsolselevantóradiante.Sobrecubiertaencontréaldoctor,bañándoseenlosefluviosluminosos.Sedirigióamí.

—¡Cómo ha de ser!—me dijo—. ¡Nuestro pobre herido ha muerto! ¡Oh, losmédicos!¡Notemennada!¡EselcuartocompañeroquenosabandonadesdenuestrasalidadeLiverpool, el cuartoquehadeapuntarelGreat-Eastern en supasivo! ¡Yaúnnohemosllegado!

—¡Pobre hombre! —dije—. Al llegar al puerto, ¡casi enfrente de las costasamericanas!¿Quéserádesumujerydesushijos?

—¡Qué le hemos de hacer! —respondió el doctor—. Es la ley, la gran ley.¡Hemosdemorir!¡Hayquecederelpuestoalosquevienen!Nomorimos,almenosasílocreo,sinoporqueocupamosunsitioaqueotrotienederecho.¿Sabéiscuántaspersonashabránfallecidodurantemivida,sidurasesentaaños?

—Nosé,doctor.—Biensencilloeselcálculo.Sivivosesentaañoshabrévivido21.900díaso525

600 horas o 31 536 000 minutos, o en número redondo, dos mil millones desegundos. Durante este tiempo habrán muerto dos mil millones de personas queestorbabanasussucesores,yyopartirédelmismomodo,cuandoseaunestorbo.Lacuestiónestáenestorbarlomástardeposible.

El doctor prosiguió desenvolviendo esta tesis, tratando de probarme que todossomos mortales. No creí oportuno contradecirle. Mientras paseábamos, vi a loscarpinteros,ocupadosenrepararlasaveríasdelaproa.Sielcapitánqueríaentrarsinaverías en Nueva York, debían darse prisa, porque elGreat-Eastern navegaba enaquellastranquilasaguasconvelocidadmayorquelaobservadahastaentonces.Paracomprenderestobastabaveralosdosjóvenesprometidosque,apoyadosenlaborda,nocontabanyalasvueltasdelasruedas.Loslargosémbolossemovíanconrapidez,y los enormes cilindros, oscilando en sus muñones, se asemejaban a un grupo decampanas lanzadas avuelo.Las ruedasdabanoncevueltasporminuto, y el buquemarchabaarazóndetrecemillasporhora.

Alasdoce,losoficialesnoseocuparondeobservarelsol.Conocíansuposiciónporrutina.Prontoseibaaseñalarlatierra.

Despuésdellunch,mientraspaseaba,vinoabuscarmeelcapitánCorsican.Teníaalgoquedecirme.Locomprendí,alverlaexpresióndesusemblante.

—Fabián—me dijo—, ha recibido a los testigos de Drake. Me ha nombradopadrinosuyoyosruegomeacompañéis.¿Puedecontarconvos?

—Sí,capitán.¿Porlovisto,yanohayesperanzadearreglo?—Ninguna.—Pero,decidme:¿cómoempezólacuestión?

www.lectulandia.com-Página76

Page 77: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

—Unadisputa de juego, unpretexto, nimásnimenos.SiFabiánno conocía aDrake, éste conocía a Fabián. El nombre de Fabián es un remordimiento para esehombre,yquieredarlemuerteconelhombrequelolleva.

—¿QuiénessonlostestigosdeDrake?—Unodeellosesesefarsante…—¿EldoctorT…?—Precisamente.Elotroesunyanquiaquiennoconozco.—¿Cuándolosveremos?—Losesperoaquí.Enefecto,prontodiviséalosdostestigosdeDrake,queseacercabananosotros.El doctorT…estabamuy satisfecho: le parecía haber crecido cinco codos, sin

duda porque apadrinaba a un pillastre. Su compañero, otro de los comensales deDrake,eraunodeesosmercadereseclécticosqueestánsiempredispuestosavendercualquiercosaqueselesquieracomprar.

EldoctorT…tomólapalabra,despuésdehaberhechoconénfasisunsaludoaqueCorsicanapenassedignócontestar.

—Señores—dijo el doctor T… con tono solemne—; nuestro amigoDrake, ungentlemancuyoméritoycomposturasondetodosconocidos,noshaenviadoatratarconvosotrosunasuntodelicado.Enotros términos, el capitánFabiánMacelwin, aquiennoshemosdirigido,oshanombradosus representantesparaeste lance.Creoque, nos arreglaremos, como cumple a personas bien educadas tocante a nuestradelicadamisión.

Norespondimos,dejandoaaquelhombrerecalcarsu«delicadeza».—Señores—prosiguio—, no es discutible quemisterDrake es el ofendido. El

capitán Macelwin, sin razón y hasta pretexto, ha desconfiado de la honradez denuestrorepresentado,enunacuestióndejuego,ydespués,sinprovocaciónalguna,lehainferidoelinsultomásgravequepuederecibiruncaballero…

EstafraseologíamelosaimpacientóaCorsican,quesemordíaelbigote.Nopodíacontenersepormástiempo.

—Basta demúsica, señormío—dijo asperamente al doctor T… cortándole lapalabra—.Lacuestiónesmuysencilla.El capitánMacelwinha levantado lamanocontraesemisterDrake.Vuestroamigodaporrecibidoelbofetón.Eselofendidoyexigeunasatisfacción.Laeleccióndearmasessuya.¿Quémás?

—¿ElcapitánMacelwinacepta?—preguntóeldoctor,desconcertadoporeltonodeCorsican.

—Seavieneatodo.—NuestroamigoDrakeeligeelflorete.—¿Enquésitio,enNuevaYork?—No;aquíabordo.

www.lectulandia.com-Página77

Page 78: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

—¿Cuándo?—Estatarde,alasseis,aloúltimodelatoldillaqueaesahoraestádesierta.—Bueno.DichoestoCorsicantomómibrazoyvolviólaespaldaaldoctorT…

www.lectulandia.com-Página78

Page 79: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXX

Noerayaposiblealejareldesenlacedeldrama.Sóloalgunashorasnosseparabandelmomentoenquelosdosadversarioshabíandeencontrarse.¿PorquéHarryDrakenoesperabaquesuenemigoyélhubierandesembarcado?¿Aquelbuque,fletadoporunacompañíafrancesa,leparecíaunterrenomásapropósitoparaaqueldesafío,quedebíaseramuerte?¿OqueríadeshacersedeFabiánantesqueéstehubierapisadoelterritorio americanoy sospechara la existencia a bordo, deElena, queDrakedebíasuponerignoradadetodoelmundo?Estoúltimodebíadeser.

—Pocoimporta—dijoCorsican—.Cuantoantesmejor.—¿OsparecequesupliqueaPitfergequeasistaaldesafíocomomédico?—Sí,meparecebien.Corsican fue a ver a Fabián. La campana sonaba en aquel momento. ¿Qué

significaba aquel toque inusitado? El timonel me dijo que tocaba a muerto por elmarinero. En efecto, iba a llevarse a cabo una triste ceremonia. El tiempo, hastaentoncestanhermoso,tendíaamodificarse.GruesasnubessubíanpesadamentehaciaelSur.

Al oír la campana, los pasajeros acudieron en tumulto hacia estribor. Lostambores,losobenques,laspasarelas,lasbordasyhastalaslanchas,colgadasdesuspescantes, se llenarondeespectadores.Oficiales,marinerosy fogoneros francosdeservicio,sealinearonsobrecubierta.

A las dos apareció un grupo de marineros al extremo de la calle. Salía de laenfermeríaypasópordelantedelamáquinadelgobernalle.Elcuerpodelmarinero,envueltoenunpedazodelonacosidoyfijoaunatabla,conunabalaalospies,ibaenhombrosdecuatrodesuscompañeros.Elpabellóningléscubríaelcadáver.Elgrupoavanzólentamenteporentrelaconcurrencia.Todoslosasistentessedescubrieron.

Llegadosmásalládelaruedadeestribor,losquellevabanelcadáverdepositaronlatablaeneldescansilloenqueterminabalaescaleraalllegaralacubierta.

Delantedelafiladeespectadoresqueocupabaneltambor,hallábanseelcapitánAnderson y sus oficiales vestidos de gala.El capitán tenía en lamano un libro deoraciones.Sedescubrió,yporespaciodealgunosminutos,enmediodeunsilencioprofundo,quenilabrisaturbaba,leyóconvozgravelaoracióndelosdifuntos.Enaquellaatmósferapesada,tempestuosa,sinelmásleveruido,sinunsoplodeaire,seoíandistintamentetodassuspalabras.Algunospasajerosrespondíanenvozbaja.

Aunaseñaldelcapitán,elcadáver, levantadopor losque lohabían llevado, sedeslizóhaciaelmar.Sobrenadóuninstante,desapareciendodespuésenmediodeuncírculodeespuma.

Enaquelmomentolavozdelvigíagritó:—¡Tierra!

www.lectulandia.com-Página79

Page 80: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXXI

Aquellatierra,anunciadaenelmomentoenqueelmarsecerrabasobreelcuerpodel pobremarinero, era amarilla y baja.Aquella línea de dunas poco elevadas eraLong-Island,laislalarga,granbancodearena,vivificadoporlavegetaciónquecubrela costa americana, desde la punta de Montkank hasta Brooklyn, dependencia deNueva York. Numerosas goletas de cabotaje costeaban aquella isla, sembrada decasasderecreo.EslacampiñapredilectadeloshabitantesdeNuevaYork.

Lospasajerossaludabanconlamanoaaquellatierratandeseada,despuésdeunatravesía demasiado larga, y no exenta de accidentes penosos. Todos los anteojosestaban apuntados a aquella primera muestra del continente americano, mirándolacadaunopordistintoprisma,segúnsussentimientosodeseos.Losyanquissaludabanenellaasumadrepatria.LossudistasmirabanconciertodesdénaquellastierrasdelNorte: el desdén del vencido hacia el vencedor. Los canadienses lamiraban comogentesaquienesfaltapocoparallamarseciudadanosdelaUnión.Loscalifornianos,alrebasartodaslasllanurasdelFar-WestyfranquearlasMontañasRocosas,poníanya el pie en sus inagotables placeres.Losmormones, con la frente levantaday loslabios fruncidos por el desprecio, apenas miraban aquellas playas, dirigiendo susvisualesmáslejos,asudesiertoinaccesible,asuCiudaddelosSantos,yasuLagoSalado.Paralosdosprometidos,aquelcontinenteeralaTierradePromisión.

Peroelcieloseoscurecíamásymás.Todoelhorizontesurestabaocupado.Lasnubes se acercaban al cenit. La pesadez del aire aumentaba. Un calor sofocantepenetraba la atmósfera, como si el sol de julio cayera a plomo sobre ella. Noterminabanaúnlosincidentesdeaquellatravesía.

—¿Queréisqueosasombre?—medijoPitferge,quesehallabaamilado.—Asombradme,doctor.—Puesbien:antesdeacabareldíatendremostempestad.—¡Tempestadenabril!—ElGreat-Eastern seburlade lasestaciones—repusoeldoctor, encogiéndose

dehombros—.Esunatempestadhechaparaél.Miradesasnubesdemalafachaqueinvaden el cielo. Parecen animales de los tiempos geológicos.Antes demucho, sedevorarán.

—Confieso—dije—,queelhorizonteestáfeo.Suaspectoestempestuoso,ytresmesesmásallá,seríayodevuestraopinión,queridodoctor;peroahorano.

—Repito—dijoPitferge, animándose—,que dentro de pocas horas estallará latempestad.Lasiento,comounstormglas.Miradesosvaporesquesecondensanenloaltodelcielo.Observadesoscisnes,esas«colasdegato»queseamasanenunasolanube y esos gruesos anillos que aprietan el horizonte. Pronto habrá condensaciónrápida de vapores, y por consiguiente, producción de electricidad. Además, el

www.lectulandia.com-Página80

Page 81: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

barómetro ha caído de pronto a 721 milímetros, y los vientos reinantes son delSudoeste,losúnicosqueprovocantempestadeseninvierno.

—Vuestras observaciones podrán ser exactas, doctor—respondí, como hombreque no quiere dar su brazo a torcer—. Pero, ¿quién ha sufrido alguna vez,tempestadesenestalatitudyenestaépoca?

—Secitanejemplosenlosanuarios.Losinviernostempladossuelenmarcarseportempestades.Sioshubieraispermitidovivir en1172,o siquiera en1824,hubieraisoídogruñireltrueno,enfebrero,enelprimercaso,yendiciembreenelsegundo.Enenerode1837,elrayohizoestragosenDraumen,Noruega,yelañopasadoloshizoenlaMancha,enelmesdefebrero,echandoapiqueunasbarcasdeTreport.Simedejaraisconsultarlaestadísticaosconfundiría.

—Enfin,doctor,yaqueosempeñáis…—averemos.¿Tenéismiedoaltrueno?—¡Yo!—respondióeldoctor—.Eltruenoesmiamigo,esmimédico.—¿Vuestromédico?—Sí.Talcomomeveis, fuiatacadoporunrayo,enmicama,el31de juliode

1867,enKiew,cercadeLondres,yelrayomecuróunaparálisisdelbrazoderecho,rebeldeatodoslosesfuerzosdelamedicina.

—¿Oschanceáis?—Nada de eso. Es un tratamiento muy barato, tratamiento por la electricidad.

Amiguito,muchosejemplos,muyauténticos,demuestranqueel rayosabemásquelosdoctoresmássabios;suintervenciónesmuyútil,encasosdesesperados.

—Noimporta—dije—,vuestromédicomeinspirapocaconfianza,¡nolellamaréjamás!

—Porque no le habéis visto ejercer. Recuerdo un ejemplo. En 1817, en elConnecticut,uncampesinoquesufríaunasma, tenidopor incurable, fueheridodelrayo,ensustierras,yradicalmentecurado.Unrayopectoral.¡Ahítenéis!

Eldoctoreracapazdereducirelrayoapíldoras.—¡Reíd,ignorante,reíd!¡Noentendéisunapatotadadetiemponidemedicina!

www.lectulandia.com-Página81

Page 82: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXXII

Jean Pitferge se marchó y yo me quedé sobre cubierta viendo cómo subía latempestad.Fabiánseguíaaúnensucamarote.Corsicanestabaconél.Fabiántomaba,sindudaalgunadisposicionesparaelcasodeunadesgracia.Meacordéentoncesdeque tenía una hermana en Nueva York y me horroricé al pensar que tal veztendríamos que llevarle muerto al hermano que esperaba. Hubiera querido ver aFabián,peromeparecíaprudentenointerrumpirlos.

AlascuatrovimosotratierradelantedelacostadeLong-Island.EraelislotedeTire-Island, que tiene en st centro un faro que lo alumbra. En aquelmomento lospasajeroshabíaninvadidolastoldillas.Todaslasmiradassefijabanenlacosta,queestabaamásdeseismillasalNorteEsperábamoselmomentoenquelallegadadelprácticodecidieralaimportantecuestióndelarifa.Losposeedoresdecuartosdehoranocturnoshabíamosabandonadotodapretensión,yaqueloscuartosdehoradedía,aexcepcióndeloscomprendidosentrelascuatroylasseis,teníanpocasprobabilidadesdeganar.Antesdelanocheelprácticoestaríaabordo,yasuntoconcluido.Todoelinteréssehallabapues,concentradoentrelassieteuochopersonasaquieneslasuertehabíaatribuidolospróximoscuartosdehora,lascualesseaprovechabanparavender,compraryvolveravendersusnúmerosconverdaderafuria.ParecíaqueestábamosenRoyal-ExchanguedeLondres.

Alascuatroycuartosedivisóaestriborunagoletillaconrumboanosotros.Nocabía duda: era el práctico.Debía llegar a bordo antes demedia hora.La lucha seempeñó,porconsiguienteentreelsegundoytercerocuartosdehora,contadosentrelascuatroy lascincode la tarde.Laspeticionesyofertasmenudeaban.Despuéssehicieronapuestasinsensatassobrelapersonadelpráctico;lastrasladofielmente:

—¡Apuestodiezdólaresaqueelprácticoescasado!—¡Veinteaqueesviudo!—¡Treintadólaresaqueusabigote!—¡Cincuentaaquesuspatillassonrubias!—¡Sesentaaquetieneunaverrugaenlanariz!—¡Cientoaquepondrásobrecubiertaelpiederechoantesqueelizquierdo!—¡Aquefuma!—¡Aqueno!—¿Cigarropuro?—¡No!¡Sí!¡No!Y otras mil apuestas más absurdas, pero que encontraban mantenedores más

absurdosaún.Entretanto, la goleta se acercaba sensiblemente. Distinguíanse sus formas

graciosas, algo elevadas por la proa, y con curvas prolongadas que le daban el

www.lectulandia.com-Página82

Page 83: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

aspectodeunyatede recreo. ¡Quéembarcaciones tanhermosasy sólidas sonesosbarcos-pilotosde50a60toneladas,bienconstruidosparanavegar,entérminos,quepudiesendarlavueltaalmundo,sinenvidiaralascarabelasdeMagallanes!Laqueteníamos a la vista, ligeramente inclinada, ostentaba todas sus velas, a pesar de labrisa, que empezaba a refrescar. El mar se deshacía en espuma, bajo su estrave.LlegadaadoscablesdelGreat-Eastern, sepusoalpairoyechóalaguasubote.AunaseñaldelcapitánAnderson,lasruedasylahélicesedetuvieronporprimeravezdespuésdecatorcedíasdemovimiento.Unhombredescendióde lagoletaalbote;cuatroremerosbogaronhaciaelGreat-Eastern.Seechóunaescaladecuerdaporelflancodelcoloso,alcualatracólacáscaradenuezdelpráctico.Estetrepóagilmenteysaltóacubierta.Losgritosdealegríadelosgananciosos,lasexclamacionesdelosque perdían le acogieron, y las apuestas y la rifa se resolvieron por estascircunstancias:

Elprácticoeracasado,Noteníaverruga,Teníabigoterubio,Habíasaltadoconlospiesjuntos.Y, por último, eran las cuatro y treinta y seisminutos, en elmomento en que

pisabaelGreat-Eastern.Elposeedordelvigésimotercerocuartodehora,ganabapues,96dólares.Erael

capitánCorsican,queno seocupabade semejanteganancia.No tardóenaparecersobre cubierta, cuando se enteró de lo ocurrido, rogó al capitán Anderson queentregasesusgananciasalaviudadelpobremarinerotandesgraciadamentemuertopor el golpe demar. El comandante le apretó la mano, sin decir una palabra. Uninstantedespués,unmarineroseacercóaCorsican.

—Caballero—ledijo—,loscompañerosmeenvíanadecirosquesoisunhombredebien.Osdan lasgraciasennombredelpobreWilson,quenopuededároslasenpersona.

Corsican,conmovido,estrechólamanodelmarinero.Elpráctico,deaspectopocomarino,consombrerodehule,pantalónnegro,levita

pardaconforroencarnadoyungranparaguas,eraalasazónelamodelbuque.Al saltar sobre cubierta, soltó un paquete de periódicos, a los cuales se

precipitaron con avidez los viajeros. Aquellos papeles, que contenían noticias deEuropaydeAmérica,eranel lazopolíticoycivilqueseestrechabaentreelGreat-Easternyamboscontinentes.

www.lectulandia.com-Página83

Page 84: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXXIII

La tempestad estabapreparada. Iba a comenzar la luchade los elementos.Unaespecie de bóveda de nubes, dematiz uniforme, se redondeaba sobre nosotros. Laatmósfera, oscurecida, eraalgodonosa por su aspecto. LaNaturaleza quería dar larazón al doctor Pitferge. Lamarcha del buque iba siendo cada vezmás lenta. Lasruedas solodaban tresocuatrovueltasporminuto.Torbellinosdeblancovapor seescapaban por las entreabiertas válvulas. Las cadenas de las anclas estabandispuestas.Elpabellóninglésondeabaenelpico-cangrejo.ElcapitánAndersonhabíatomadotodaslasmedidasprecisasparafondear.Desdeloaltodeltambordeestribor,elpráctico,haciendoseñalesconlamano,ordenabalasevolucionesprecisasparaqueel buque penetrara en los estrechos pasos. Pero el reflujo empezaba y el Great-Easternnopodíanfranquear labarrade ladesembocaduradelHudson.Eraprecisoesperarlamareacreciente.¡Aunfaltabaundía!

Alascincomenoscuarto,porordendelpráctico,sesoltaronlasanclas.Corrieronlascadenasalolargodelosescobenes,conunestrépitocomparablealdeltrueno.Porunmomento,lleguéacreerquelatempestadempezaba.Asíquelasuñasdelanclasehubieron agarrado a la arena, el buque permaneció inmóvil. Ni una ondulacióndesnivelabalasuperficiedelmar.ElGreat-Easterneraunislote.

Enaquel instante labocina resonóporúltimavez.Llamabaa lospasajerosa lacomida en que habían de despedirse. La Sociedad de Fletadores iba a prodigar elchampaña.Niunosolohubieraqueridofaltaralacita.Uncuartodehoradespués,lossalonesestabanllenosdeconvidados,ylacubiertaestabaenteramentesola.

Sin embargo, siete personas iban a dejar su puesto desocupado: los dosadversariosqueibanajugarsuvida,yloscuatrotestigosyeldoctorquelesasistían.La hora estaba bien elegida para el combate, así como el sitio.No había un almasobrecubierta.Lospasajeroshabíanbajadoalosdining-rooms,losmarinerosestabanensuspuestosylosoficialesensucomedorparticular.Nohabíatimonelenlapopa,pueselbuqueyacíainmóvilsobresusanclas.

Alascincoydiezminutos,FabiányCorsicanseunieronaldoctoryamí.Fabián,aquienyonohabíavueltoaverdesde laescenadel juego,mepareció triste,peroextraordinariamente tranquilo. Su pensamiento estaba en otra parte, y sus miradasbuscabanaElena.Selimitóaextenderlamanosinpronunciarunapalabra.

—¿NohavenidoaúnHarryDrake?—mepreguntóCorsican.—No,contesté.—Vamosalapopa.Allíeslacita.Fabián, Corsican y yo seguimos la gran calle. El cielo se oscurecía. Sordos

gruñidosseoíanenellímitedelhorizonte.Eraunaespeciedebajocontinuo,sobreelcualsedestacabanconfuerzalosvivasylos«his»quesalíandelossalones.Algunos

www.lectulandia.com-Página84

Page 85: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

relámpagosdistantesmarcaban la espesabóvedade lasnubes.Laatmósfera estabaimpregnadadeelectricidad.

HarryDrakeysuspadrinos llegaronpocoantesde lascincoymedia.Aquellosseñoresnossaludaronylesdevolvimosestrictamentesusaludo.Drakenohablóunapalabra. Su rostro, sin embargo, revelaba una animación mal contenida. Lanzó aFabián una mirada de odio. Fabián ni siquiera le vio, pues se hallaba sumido enprofundameditación,sinacordarsesiquieradelpapelquedebíarepresentarenaqueldrama.

Corsicanseacercóalyanqui,testigodeDrake,ylepidiólasarmas.Eranfloretesde desafío, cuya concha llena protegía por completo la mano que los empuñaba.Corsican los probó, los dobló, losmidió y dejó elegir uno al yanqui.Mientras sehacíanestospreparativos,HarryDrakehabíatiradosusombrero,sehabíaquitadolalevita, se había desabrochado la camisa y remangado sus puños.Después cogió elflorete.Vientoncesqueerazurdo,ventajaincontestableparaél,acostumbradoatirarconlosquemanejabanlaespadaconlamanoderecha.

Fabiánnosehabíamovidodesupuesto,cualsiaquellospreparativosnotuvierannadaqueverconél.Corsicanlecogiólamanoylepresentóelflorete.Fabiánmiróelarmareluciente,yparecióquerecobrabalamemoriaenaquelmomento.

Tomóelfloreteporsuempuñaduraconserenidadymanosegura.—Esjusto—dijo—;¡meacuerdo!DespuéssecolocóanteDrake,quecayóalpuntoenguardia.Enaquelreducido

espacio,eraimposiblequebrarladistancia.Elcombatientequehubieseretrocédido,sehubieravistoacorraladocontralapared.Eraprecisobatirse,pordecirloasí,apiefirme.

—Vamos,señores—dijoCorsican.Los floretes se cruzaron. Desde los primeros pases algunos rápidos uno-dos

tiradosporunayotraparte,ciertosataquesyparadasnosdemostraronque losdosadversarios eran igualmente diestros. El aspecto de Fabián me pareció de buenaugurio.Estabasereno,eradueñodesí,casiindiferente,menosconmovido,defijo,quesuspadrinos.Drake,alcontrario,lemirabaconira,conlosojosinyectados;susdientesseveíanbajounlabiocrispado;sucabezaestabasumidaentresushombros,ysufisonomíapresentabatodoslossíntomasdeunodioviolento,queleprivabadesusangrefría.Queríamataratodacosta.

Despuésdealgunosminutosdelucha,losfloretessebajaron.Ningunodelosdosenemigosestabatocado.UnsimplearañazosemarcabaenlamangadeFabián.Drakesecabaelsudorqueinundabasurostro.

La tempestad se desencadenaba en todo su furor. El rumor de trueno eraincesante, y estampidos tremendos se oían a cada momento. La electricidad sedesarrollaba con tal intensidad, que de los dos aceros se desprendían penachos

www.lectulandia.com-Página85

Page 86: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

luminosos,comosedesprendendelospararrayosenmediodenubestempestuosas.Después de un corto descanso,Corsican volvió a dar la señal. Fabián yDrake

volvieronaponerseenguardia.ElsegundocombatefuemuchomásanimadoqueelprimeroFabiánsedefendía

con admirable calma,Drake atacaba con rabia. Varias veces, después de un golpefurioso,admirablementeparado,esperéunacontestacióndeFabián,quenisiquieralaintentó.

Depronto,después,deunquiteentercera,Drakesetiróafondo.CreíqueFabiánhabíasidotocadoenmediodelpecho,peroéstehabíaparadoenquinta,pueselgolpeiba bajo. Drake se retiró, cubriéndose con un rápido semicírculo, mientras losrelámpagosrasgabanlasnubessobrenuestrascabezas.

Fabiánteníaexcelenteocasiónderesponder.Peronolohizo.Esperó,dejandoasuenemigotiempodereponerse.

Confiesoqueaquellamagnanimidad,queDrakenomerecía,medesagradó.HarryDrakeeraunodeesoshombresconquienesnoconvienetenermiramientos.

Derepente,sinquenadapudieraexplicarmetanextrañoabandonodesímismo,Fabián dejó caer su espada. Había sido tocado mortalmente, sin que losospecháramos.Todamisangreseagolpóenelcorazón.

PerolamiradadeFabiánhabíatomadounaanimaciónsingular.—Defendeos—gritaba Drake, rugiendo, recogido sobre sus piernas, como un

tigreprontoacaersobresupresa.CreíqueFabián,desarmado,estabaperdido.Corsicanibaaarrojarseentreélysu

enemigo,paraimpedirunasesinato…PeroHarryDrake,entretanto,estabatambiéninmóvil.

Mevolví.Pálidacomouncadáver,con lasmanosextendidas,Elenaadelantabahacia los combatientes. Fabián, con los brazos abiertos, fascinado por aquellaaparición,nosemovía.

—¡Vos!¡Vos!—gritóDrake,dirigiéndoseaElena—.¡Vosaquí!Suespada levantadaseestremecíaconsupuntadefuego.Parecía laespadadel

arcángelenmanosdeldemonio.De repente, un relámpago deslumbrador, una iluminación violenta envolvió la

popadelbuque.Mesentíderribado,medioahogado.Elrelámpagoyeltruenohabíansidosimultáneos.Sepercibíaunfuerteoloraazufre.Melevantéymiré.ElenaestabaapoyadaenFabián.HarryDrake,petrificado,permanecíaenpie,enlamismapostura,perosurostroestabanegro.

Eldesgraciado,llamandoalrayoconlapuntadesuflorete,habíarecibidotodosuchoque.

Elena se separó de Fabián, se acercó a Harry Drake, con la mirada llena deangelical compasión. Le puso la mano sobre un hombro… Aquel ligero contacto

www.lectulandia.com-Página86

Page 87: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

bastópararomperelequilibrio.ElcuerpodeDrakecayócomounamasainerte.Elena se inclinó sobre aquel cadáver, mientras nosotros retrocedíamos

espantados.ElmiserableHarryestabamuerto.—¡Muertoporel rayo!—dijoeldoctorcogiéndomeelbrazo—.¡Muertoporel

rayo!¡Ah!¡Ynoqueríaiscreerenlaintervencióndelrayo!Enefecto,¿Drakehabíasidovíctimadelrayo,comoafirmabaeldoctorPitferge,

o,comoaseguródespuéselmédicodelbuque,sehabíarotounvasoenelpechodeaqueldesdichado?Nolosé.Lociertoesquenoteníamosantelosojosmásqueuncadáver.

www.lectulandia.com-Página87

Page 88: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXXIV

Alotrodía,martes9deabril,a lasoncedelamañana,elGreat-Easternlevabaanclas y aparejaba para entrar en el Hudson. El práctico maniobraba conincomparablegolpedevista.La tempestad sehabíadisipadodurante lanoche.Lasúltimasnubesdesaparecíanenelextremohorizonte.Elmarestabaanimadoporunaescuadrilladegoletas,quesedirigíanalacosta.

AlasonceymediallególaSanidad.Eraunbarcopequeñodevapor,quellevabaasubordolacomisiónsanitariadeNuevaYork.Provistodeunbalancínquesubíaybajaba, su velocidad era grande; aquel buque me dio la muestra de los pequeñosténdersamericanos,todosdelmismomodelo.Unosveintedeellosnosrodearonmuypronto.

NotardamosenpasarmásalládelLight-Boat,faroflotantequemarcalospasosdelHudson.PasamosrozandolapuntadeSandyHook,lenguaarenosaterminadaporunpaso;algunosgruposdeespectadoresnosaclamarondesdedichapunta.

AsíqueelGreat-EasternhubocosteadolabahíainteriorformadaporlapuntadeSandyHook,enmediodeunaescuadrilladepescadores,distinguílasflorecientesyverdesalturasdeNuevaJersey,losenormesfuertesdelabahía,yluegolalíneabajadelagranciudad,queseprolongaentreelHudsonyelríodelEste,comoLyonentreelSaonayelRódano.

A la una, despuésdepasar a lo largode losmuelles deNuevaYork, elGreat-Eastern fondeaba en el Hudson, agarrando las uñas de sus anclas los cablestelegráficosdelrío,queestuvoapuntoderomper,másadelante,allevarlas.

Empezóentonceseldesembarcodetodosaquelloscompañerosdeviaje,detodosaquellos compatriotas de una travesía, que ya no debía volver a encontrar: loscalifornianos,losmormones,lossudistas,losdosnovios…EsperéaFabián.EsperéaCorsican.

ElcapitánAndersonsupo,pormi,lospormenoresdeldesafíoefectuadoabordo.Losmédicos extendieron su certificado.No teniendo la justicia nadaquever en lamuertedeHarryDrake, sehabíandado lasórdenesoportunasparaque losúltimosdeberesparaconélsellevaranacaboentierra.

EnaquelinstanteelestadistaCokburu,quenomehabíahabladoentodoelviaje,seacercóamíymedijo:

—¿Sabéiscuántasvueltashandadolasruedasdurantelatravesía?—No—lerespondí.—¡Cienmilsetecientasveintitrés!—¿Quémecontáis?¿Ylahélice?—¡Seiscientasochomilcientotreinta!—Muchasgracias.

www.lectulandia.com-Página88

Page 89: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

Yelestadistasealejósindecirmeadiós.Fabián yCorsican se reunieron conmigo. El primerome estrechó lamano con

efusión.—¡Elena —me dijo—, Elena recobrará la razón! ¡Ha tenido un momento de

lucidez!¡Ah!¡Diosesjusto!¡Ledevolveráeljuicioporcompleto!Al hablar así, Fabián sonreía al porvenir. En cuanto aCorsican,me abrazó sin

ceremonias,peroconrudeza.—Hastalavista—megritóaltomarpuestoenelténderenquesehallabanFabián

y Elena, bajo la custodia de la hermana del capitánMacelwin, que había salido arecibirle.

Elténdersealejó,llevandoaquelprimergrupodepasajerosaldesembarcaderodelaAduana.

Lemiréalejarse.AlveraElenaentreFabiánysuhermana,nomequedódudadeque el amor, los cariñosos cuidados, llegarían a conseguir que aquella pobre almaextraviadaporeldolorrecobrarasumodonaturaldeser.

Deprontorecibíunabrazo.MelodabaeldoctorPitferge.—¿Quévaisahacer?—medijo.—Puesto que elGreat-Eastern no parte hasta dentro de ciento noventa y dos

horas,ydebovolveraembarcarmeenél,tengoochodíasquepasarenAmérica.Esosochodías,bienaprovechados,bastanparaverNuevaYork, elHudson, elvalledelMohawk,ellagoErie,elNiágaraytodoesepaíscantadoporCooper.

—¡Ah! ¡Vais alNiágara!—gritóPitferge—.A femíanomedesagradaráverlootravez,ysimiproposiciónnoosparecieraindiscreta…

Lasocurrenciasdeldoctormehacíanmuchagracia.Meinteresaba.Eraunguíayaencontradoydemuchainstrucción.

—Tocadestoscinco—ledije.A las tres, después de haber remontado el Broadway, a bordo del ténder, nos

alojamosendoshabitacionesdel«FifthAvenueHotel».

www.lectulandia.com-Página89

Page 90: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXXV

¡Ibamosapasarochodías enAmérica!ElGreat-Eastern debía zarpar el 16deabril,yeldía9,alastresdelatarde,habíapuestomiplantaenelsuelodelaUnión.¡Ocho días! Hay turistas frenéticos, «viajeros exprés», a quienes hubieran bastadopara visitar a toda América. Yo no abrigaba tamaña pretensión, ni siquiera la devisitarNuevaYorkdetenidamenteparaescribir,despuésdetanextrarrápidoexamen,unlibrosobrelascostumbresyelcarácterdelosamericanos.PerolaconstituciónyelaspectofísicodeNuevaYorkestánprontovistos.Noofrecemayorvariedadqueuntablerodedamas.Callesque se cortanperpendicularmente, llamadas«avenidas» sison longitudinales y «streets» si son transversales; estas diversas vías decomunicación están numeradas correlativamente, sistema muy práctico, pero muymonótono;ómnibusamericanosrecorriendotodas lasavenidas.Vistounbarrioestávistatodalaciudad,aexcepcióndellaberintodecallejuelasqueconstituyenlapartesurdelaciudad,dondeseapiñalapoblaciónmercantil.NuevaYorkesunalenguadetierra,ytodasuactividadestáconcentradaenlapuntadeesta«lengua»Aunladosedesarrolla el Hudson y al otro el río del Este; ambos ríos son dos brazos demar,surcadosporbuques,ycuyosferry-boatsunenlaciudad,aladerechaconBrooklyn,alaizquierdaconlasmárgenesdeNuevaJersey.UnasolaarteriacortaoblicuamentelasimétricaaglomeracióndelosbarriosdeNuevaYork,llevandoaelloslavida.Esel antiguo Broadway, el Strand de Londres, el bulevar Montmartre de París; casiimpracticableensupartebaja,dondeafluye lamultitud,ycasidesiertoensuparteelevada, una calle en que se codean los casuchos y los palacios de mármol; unverdadero río de coches de alquiler, de ómnibus, de caballos, demozosde cuerda,conaceraspororillas,ysobreelcualhasidoprecisoecharpuentesparadejarpasoalospeatones.BroadwayesNuevaYork,yporallípaseamoseldoctorPitfergeyyo,hastaquesehizodenoche.

Despuésdehabercomidoen«FifthAvenueHotel»,dondenossirvieronmanjaresliliputiensesenplatosdemuñecas,fuiaciartérminoaldíaenelteatrodeBarnum.Serepresentabaundramaqueatraíaa lamultitud:NewYorkStreets.Enelcuartoactofigurabaun incendioyunabombadevaporservidaporverdaderosbomberos.Estoproducía«Great-atraction».

Aldíasiguiente,porlamañana,dejéaldoctordedicarseasusasuntos.Debíamosencontrarnos en la fonda a las dos. Fui al correo, Liberty Street, 51, a recoger lascartasquemeesperaban,ydespuésaRowlingen-Green,2,aloúltimodelBroadway,averalcónsuldeFrancia,MisterGauldréeBoikein,quemeacogiómuybien;luegoalacasadeHoffmann,dondecobréunaletra,yporúltimo,acasadelahermanadeFabián, mistress R…, cuyas señas me habían dejado, Calle 36, número 25. Allíadquirí noticias de Elena y mis amigos. Siguiendo el consejo de los médicos,

www.lectulandia.com-Página90

Page 91: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

Corsican,FabiánylahermanadeéstehabíansalidodeNuevaYork,llevandoconsigoalapobreElena,aquienlosairesylatranquilidaddelcamponopodíandejardeserfavorables. Una carta de Corsican me anunciaba la repentina marcha. El valientecapitánhabíaidoabuscarmeal«FifthAvenueHotel»,peronomehabíaencontrado.¿AdóndeiríanalsalirdeNuevaYork?Nolosabían.Alprimersitioqueimpresionaraa Elena, y pensaban permanecer en él mientras durara el encanto. Corsican secomprometíaatenermealcorriente,yesperabaqueyonopartierasinhabervueltoaabrazarlos a todos por última vez. Indudablemente, aunque sólo fuera por algunashoras,seríaparamíunagrandichahallarmejuntoaFabián,ElenayCorsican.Peroausentesellosyalejadoyo,nodebíapensarenveros.

Alasdosmeencontrabaderegresoenlafonda,dondeencontréaPitfergeenelroom, lugar lleno de gente como una Bolsa o unmercado, verdadera sala públicadondesemezclanlospaseantesylosviajeros,ydondetodoelquellegaencuentra,gratis,aguadenieve,galletaychester.

—¿Cuándopartimos,doctor?—ledije.—Estatarde,alasseis.—¿TomamoselrailroaddelHudson?—No,elSaint-John,unbarcomaravilloso,unmundonuevo,unGreat-Easternde

río, uno de esos admirables aparatos de locomoción que revientan con la mayorfacilidad. Hubiera preferido enseñaros el Hudson de día, pero el Saint-John sólonavegadenoche.Mañana,alamanecer,estaremosenAlbany;alasseistomaremosel«NewYorkCentral»,railroad,yporlanochecenaremosenNiágaraFalls.

Aceptéaojoscerradoselprograma.Elaparatoascensordelafonda,moviéndosepor su rosca vertical, nos subió a nuestras habitaciones, y nos bajó, algunosmomentos después, con nuestras maletas-mochilas. Un coche de alquiler, de a 20francos la carrera, nos condujo en un cuarto de hora al embarcadero del Hudson,delante del cual el Saint-John ostentaba ya, por penacho, gruesos torbellinos dehumo.

www.lectulandia.com-Página91

Page 92: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXXVI

ElSaint-JohnyelDear-Richmond,susemejante,eranlosmejoresbuquesdelrío.Eran edificios más que barcos, con dos o tres pisos con terrazas, corredores ygalerías.Unbarcode esta especieparece lahabitación flotantedeunplantador.Elconjuntoestádominadoporunaveintenadebotesempavesadosyligadosentresíporarmadurasdehierro,queconsolidanelconjuntodelaconstrucción.Losdosenormestamboresestánpintadosalfresco,comolostímpanosdelaiglesiadesanMarcosdeVenecia.Detrásdecadaruedasealzalachimeneadelasdoscalderas,quesehallancolocadasexteriormenteynoenlosflancosdelvapor,precauciónútilenelcasodeuna explosión. Entre los dos tambores se mueve el mecanismo, de extremadasencillez:uncilindroconsuémbolo,quemueveunlargobalancín,quesubeybajacomounenormemartillodefraguayunasolabielaquecomunicaelmovimientoalárboldelasmacizasruedas.

LacubiertadelSaint-Johnestabayaatestadadeviajeros.Eldoctoryyotomamosposesióndeuncamarotequecomunicabaconunsalóninmediato,especiedegaleríadeDiana,cuyaredondeadabóvedadescansabaenunacolumnatacorintia.Portodaspartes comodidad y lujo: tapices, alfombras, divanes, objetos de arte, pinturas,espejosylucesdegas,fabricadoabordo,enunpequeñogasómetro.

Enaquelmomento,lacolosalmáquinaseestremeció.Emprendíamoslamarcha.Subíalasterrazassuperiores.Enlaproahabíaunacasabrillantementepintada:eralacámaradelostimoneles.Cuatrohombresvigorososestabanjuntoalosradiosdeladobleruedadelgobernalle.Despuésdeunpaseodealgunosminutos,bajéacubiertaentrelascalderasyarojas,dedondeseescapabanpequeñasllamasazules,alimpulsodelairequedespedíanlosventiladores.DelHudson,nomeeraposiblevernada.Laniebla que avanzaba con la noche, «podía cortarse con cuchillo». ElSaint-John sehinchaba en la sombra como un formidablemastodonte.Apenas se distinguían laslucecillasdelospueblossituadosaorillasdeldoylosfarolesdelosbarcosdevaporqueremontabanlasoscurasaguas,dandoterriblessilbidos.

Alasocho,entréenelsalón.Eldoctormellevóacenaraunamagníficafondainstaladaenelentrepuenteyservidaporunejércitodecriadosnegros.DeanPitfergemehizosaberqueelnúmerodeviajerospasabade4000,entreloscualessecontaban1500 emigrantes, alojados en la parte baja del barco. Terminada la cena, fuimos aacostarnosanuestrocómodocamarote.

Alasonce,medespertóunespeciedechoque.Elbarcosehabíaparado,pueselcapitánno,seatrevíaanavegaraltravésdetandensastinieblas.Ancladoenelcanal,elenormebuquesedurmiótranquilamentesobresusanclas.

ElSaint-Johnprosiguiósumarchaalascuatrodelamañana.Melevantéyfuialagaleríadeproa.Lalluviahabíacesado;lasnubesseelevaban;aparecieronlasaguas

www.lectulandia.com-Página92

Page 93: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

delríoydespuéslasorillas;laderechaaccidentada,cubiertadeárbolesverdesydearbustos que le daban el aspecto de un largo cementerio; en último término, altascolinas limitaban el horizonte con una graciosa línea. Al contrario, en la: orillaizquierdasólohabía terrenosllanosyfangosos.Enelcaucemismodelrío,muchasgoletas aparejaban para aprovechar la primera brisa, y los vapores remontaban larápidacorrientedelHudson.

Pitfergehabíaidoabuscarmealagalería.—Buenosdías,compañero—medijodespuésdeaspirarconfuerzaelairefresco

—;sabedqueestamalditanieblahamodificadomiprograma,puesnollegaremosaAlbanyatiempodetomarelprimertren.

—Eslástima,doctor,porquenotenemostiempodesobra.—¡BahiTodosereduceallegarporlanocheaNiágaraFalls,envezdellegarpor

latarde.Lamodificaciónmedesagradaba,peroforzosoeraresignarse.Efectivamente,elSaint-JohnnoquedóamarradoalmuelledeAlbanyantesdelas

ocho.Eltrendelamañanayahabíasalido;teníamosqueaguardareltrendelaunaycuarenta. Podíamos, pues, visitar sosegadamente la curiosa ciudad que forma elcentro legislativodelEstadodeNuevaYork, la ciudadbaja, comercialypopulosa,establecidaenlaorilladerechadelHudson,ylaciudadalta,consuscasasdeladrillo,sus establecimientos útiles y su famoso museo de fósiles. Parece que uno de losgrandesbarriosdeNuevaYorksehatrasladadoalaladeradeaquellacolina,sobrelacualsedesarrollaenanfiteatro.

Alauna,despuésdealmorzar,estábamosenlaestación,estaciónlibre,sinvallasniguardas.Eltrenparabaenmediodelacalle,comounómnibus.Sesubecuandosequiere a aquellos vagones sostenidos en la parte delantera y en la trasera, por unsistemagiratoriodecuatroruedas.Loscarruajescomunicanentresíporpasillosquepermitenalviajeropaseardeextremoaextremodeltren.Alahoramarcada,sinquehubiéramosvistoaningúnempleado,sinuntoquedecampana,sinavisodeningúngénero,lajadeantelocomotoranosarrastróconvelocidadde12leguasporhora.NoestábamosalmacenadoscomoenloscochesdelosferrocarrilesdeEuropa,sinoquepodíamospasear,comprarlibrosyperiódicos.

Las bibliotecas y los vendedores ambulantes marchan con el viajero. El trenvolaba por entre campos sin barreras, bosques en que se habían hecho cortasrecientes, a riesgo de tropezar con troncos de árboles; ciudades nuevas con anchascallessurcadasporrails,peroqueaúncarecíandecasas,ciudadescuyosnombressonlosmáspoéticosde la historia antigua:Roma,Palmira,Siracusa.Todo el valle delMohawk, desfiló ante nuestros ojos; asi entablé conocimiento con el país queperteneceaFenimorecomoelSob-RoyaWalterScott.Brillóporunmomento,enelhorizonte,ellagoOntario,teatrodelasescenasdelaobramaestradeCooper.

www.lectulandia.com-Página93

Page 94: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

Alasoncede lanochepasamosal trendeRochester,yatravesamos lasrápidascorrientesdeTennesse,quehuíanenformadecascadas,bajolosvagones.Alasdosde la madrugada llegamos a Niágara Falls; el doctor me condujo a una fondasoberbia,llamada«CataractHouse».

www.lectulandia.com-Página94

Page 95: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXXVII

El Niágara no es un río, ni siquiera un riachuelo. Es una sangría natural dedesagüe,uncanalde36millasdelargo,quevierteenellagoOntariolasaguasdeloslagosSuperior,deMichigan,delHurónydelErie.LadiferenciadenivelentreesteúltimoyelOntario, repartidaconuniformidaddependienteen todoel trayecto,nohubierapodidoformarniunrápido,perosólolascaídasabsorbensumitad;deestoprocedesufuerza.

EstecursodeaguaseparalosEstadosUnidosdelCanadá.Laorillaizquierdaesamericana,peroladerechaesinglesa.Aunlado,policemen;alotro,nisusombra.

Eldía12deabril,alamanecer,PitfergeyyobajábamosporlasanchascallesdeNiágara Falls, pueblo formado al lado de las cascadas, a 300 millas de Albany,especie de pequeña ciudad «de aguas» edificada en lugar pintoresco, con buenasfondas y agradables casas de campo que los yanquis y canadienses habitan en labuenaestación.Eltiempoerahermoso;brillabaelsolenuncieloquerespirabafrío.Oíanse lejanosmugidos. En el horizonte se distinguían vapores que no debían sernubes.

—¿Eslacatarata?—preguntéaPitferge.—¡Paciencia!—contestó.Pronto llegamos a orillas del Niágara. Las aguas del río, transparentes y poco

profundas, corrían tranquilas; por algunos puntos asomaban puntas de rocasnegruzcas. Los mugidos se hacían más y más fuertes, pero aún no veíamos lacatarata.Un puente demaderos que descansaban en arcos de hierro, unía la orillaizquierdaconunaislasituadaenelcentrodelrío.Eldoctormecondujoaél.Aguaarriba se extendía el río hasta perderse de vista, agua abajo, es decir, a nuestraderecha, se conocía el primer desnivel de un rápido; más allá, a media milla delpuente,desaparecíaelterrenoporcompleto,hallándoseelairellenodenubesdeaguaenpolvo.Aquelloeraelsaltoamericano.Máslejossepintabaunpaisajetranquilo,algunascolinas,casasdecampo,árbolessecos,esdecir,laorillacanadiense.

—¡Nomiréis!¡Nomiréis!—megritabaeldoctor—.¡Reservaos!¡Cerradlosojosynolosabráishastaqueyoosavise!

Peroyonohacíacasodeaqueltipooriginal,ymiraba.Pasadoelpuente,pisamosla isla. Era Goat-Island, la isla de la Cabra, un trozo de 70 fanegas, cubierto deárboles,surcadoporsoberbiascallesdeárboles,pordondepuedencircularcarruajes,arrojados comoun ramillete, entre losdos saltosde agua, americanoy canadiense,separadosporunadistanciade300yardas.Corríamospordebajodeaquellosgrandesárboles,trepandolaspendientesydejándonosresbalarparadescender.Redoblabaelestruendo de las aguas; nubes gigantescas de húmedos vapores rodaban por elespacio.

www.lectulandia.com-Página95

Page 96: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

—¡Mirad!—exclamóeldoctor.Alsalirdeunbosquecillo,elNiágaraacababadeaparecerantenuestrosojosen

todosuesplendor.Enaquelpuntoformabaunrecodobrusco,yredondeándoseparaformarelsaltocanadiense,elhorse-shoe-fall,herradura,caíadesdeunaalturade158pies,conunaanchuradedosmillas.

La Naturaleza, en aquel lugar, uno de los más hermosos del mundo, lo hacombatidotodoparaencantarlavista.ElrecododelNiágarafavorecesingularmentelosefectosde luzysombra.Elsol,hiriendoaquellasaguasbajo todos losángulos,diversificacaprichosamentesuscolores;defijo,quiennohayavistoaquelefecto,nolo admitirá sin dificultad.En efecto, cerca deGoat-Island, la espuma es blanca, esnieveinmaculada,esunacorrientedeplatalíquidaqueseprecipitaenelvacío.Enelcentro de la catarata, las aguas tienen un admirable color verde, que revela cuángruesaesallílacapadeagua;asíelbuqueDetroit,quecalabaveintepies,pudobajarla catarata sin tocar. Al contrario, hacia la orilla canadiense, los torbellinos, comometalizadosbajolosrayosluminosos,resplandecían,comosifuerandeoroderretidoqueseprecipitaraal abismo.Debajo, el ríoes invisible.Losvapores revoloteanenespesotorbellino.Vi,sinembargo,enormescarámbanosacumuladosporlosfríosdelinvierno,queafectanformasdemonstruosque,consusbocasabiertas,absorbenencadahoraloscienmillonesdetoneladasquederramaenellaselinagotableNiágara.Media milla agua arriba de la catarata, el río corre pacífico, presentando unasuperficiesólidaquelasprimerasbrisasdeabrilaúnnologranderretir.

—¡Ahoraalcentrodeltorrente!—medijoeldoctor.¿Quéqueríadecir?Yonoleentendía,peromeseñalóunatorreedificadasobreun

peñasco, a algunos centenares de pies de la orilla, al bordemismo del precipicio.Aquel «audaz» monumento, levantado en 1833 por un tal Judge Porter, se llama«Terrapintower».

Descendimos por las rampas laterales delGoat-Island.Al llegar a la altura delcursosuperiordelNiágara,viunpuente, formadoporalgunas tablasechadassobrepuntas de peñas, queunían la torre a la orilla.Aquel puente costeaba el abismo, aalgunospasossólodedistancia.Eltorrentemugíapordebajo.Nosaventuramossobreaquellosmaderos,yalcabodealgunosinstantes,llegamosalaprincipalrocadelasquesoportanel«Terrapintower».Aquella torre redonda,de45piesdealtura,esdepiedra.En lomás alto de ella se desarrolla un balcón circular, rodeando un tejadocubiertodeestucorojizo.Laescaleradecaracolesdemadera.Ensusescalonesestánescritos millares de nombres. El que llega a lo alto de la torre, se agarra a labarandilladelbalcón,ymira.

La torre está en plena catarata. Desde su cumbre, las miradas penetran en elabismo,hundiéndosehastalagargantadeaquellosmonstruosquebebeneltorrente.Sesientecómo tiembla la rocaquesostiene la torre.En tornodeella sedescubren

www.lectulandia.com-Página96

Page 97: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

desmoronamientosespantosos,comosiellechodelríocediera.Noseoyehablar.Deaquellosremolinosdeagua,salentruenos.Laslíneaslíquidashumeanysilban,comosaetas.Laespumallegaaloaltodelmonumento.Elaguapulverizadaseelevaporlosaires,formandounespléndidoarcoiris.

Por un simple efecto de óptica, parece que la torre se mueve con terriblevelocidad, pero retrocediendo, afortunadamente, porque, si la ilusión fuese alcontrario,elvértigoseríairresistible,nadiepodríamiraraquelabismo.

Jadeantes,fatigados,entramosunmomentoalpisoaltodelatorre.Allí,eldoctorcreyóoportunodecirme:

—EsteTerrapintower,amigomío,caeráalgúndíaalabismo;talvezmuchoantesdeloquesecree.

—¿Deveras?—Es indudable. El gran salto canadiense retrocede, insensiblemente, pero

retrocede.En1833,cuandoseconstruyó la torre,distabade lacataratamuchomásque hoy. Los geólogos sostienen que hace 35.000 años, la catarata estaba enQueenstown, sietemillas aguas arriba de la posición que hoy ocupa. SegúnmisterBakewell, retrocede un metro por año; según sir Charles Lyell, un pie nada más.Llegará, pues, un momento en que la peña que sostiene la torre, corroída por lasaguas, sedeslizarápor laspendientesde lacatarata.Puesbien,acordaos.Eldíaenque el Terrapintower vaya a parar al abismo, habrá dentro de la torre algunosexcéntricosquesebañaránenelNiágaraconella.

Miréaldoctor,comopreguntándolesiseríaalgunodeaquellosexcéntricos;peromeindicóquelesiguiera,yvolvimosacontemplarelhorse-shoe-fallyelpaisajequelerodea.Distínguesedesdeallí,unpocoencorvado,elsaltoamericano,separadoporlapuntadelaisla,enqueseformatambiénunapequeñacataratacentral,de100piesde anchura. El salto americano, igualmente admirable, es recto y no sinuoso, y sualtura es de 164 pies. Pero, para poderlo ver en todo su desarrollo, es precisocolocarseenfrentedeella,enlaorillacanadiense.

Durante todo el día, vagamos por las márgenes del Niágara, irresistiblementeatraídosporaquellatorreendondelosmugidosdelasaguas,laniebladelosvapores,eljuegodelosrayossolares,laembriaguezylosperfumesdelacatarata,mantienenalespectadorenperpetuoéxtasis.DespuésregresamosaGoat-Islandparaexaminarla gran cascada desde todos los puntos de vista, sin cansarnos nunca de verla. Eldoctor hubiera querido llevarme a la Gruta de los Vientos, ahuecada detrás de lacataratacentralyalacualsellegaporunaescalerapracticadaenlapuntadelaisla,pero en aquella temporada, estaba prohibido acercarse a ella, a causa de losfrecuentes hundimientos que se producían, desde hacía algún tiempo, en aquellaspeñasquebradizas.

A las cinco estábamos de vuelta en Cataract House. Después de comer

www.lectulandia.com-Página97

Page 98: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

rápidamente, fuimos otra vez a Goat-Island. El doctor quiso volver a ver las TresHermanas, deliciosos islotes situados a lo último de la isla. Llegada la noche,mellevódenuevoaltemblorosopeñascodeTerrapintower.

Elsolsehabíapuestotraslassombríascolinas.Losúltimosresplandoresdeldíahabíandesaparecido.Lalunabrillabaentodosuesplendor.Lasombradelatorreseproyectaba, alargándose sobre el abismo. Aguas arriba, las aguas tranquilas sedeslizaban bajo la ligera bruma. La orilla canadiense, y sumida en tinieblas,contrastaba con las masas más iluminadas del Coast Island y del pueblo NiágaraFalls.Bajo nuestros pies, el antro, aumentado por la penumbra, parecía un abismoinfinito,enelcualmugíalaformidablecatarata.¡Quéimpresión!¡Quéartistapodráreproducirla,conlaplumaoelpincel!Unaluzmovedizaaparecióenelhorizonte…EraelfaroldeuntrenquepasabaporelpuentedelNiágara,colgadoadosmillasdenosotros. Permanecimos así hasta la medianoche, mudos, inmóviles, en lo alto deaquella torre, irresistiblemente inclinados sobre el torrente que nos fascinaba.Finalmente, así que los rayos de la luna hirieron, según cierto ángulo, el polvolíquido,distinguíunafajaláctea,unacintadiáfanaquetemblabaenlasombra.Eraunarcoirislunar,unapálidairradiacióndelastrodelanoche,cuyotibioresplandorsedescomponíaalatravesarlasbrumasdelacatarata.

www.lectulandia.com-Página98

Page 99: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXXVIII

Elprogramadeldoctormarcaba,paraeldíasiguiente,13deabril,unavisitaalaorilla canadiense. Un paseo. Bastaba seguir las alturas que forman la derecha delNiagaraporespaciodedosmillas,parallegaralpuentecolgante.Salimosalassietede lamañana.Desdeelsenderosinuosoquecostea laorilladerecha,sedistinguíanlasaguastranquilasdelrío,queyasehabíarepuestodelosremolinosdesucaída.

A las siete y media llegamos a Suspension Bridge. Es el único puente queconducealGreat-WesternyalNewYorkCentralRailroad,elúnicoquedaentradaalCanadáenlosconfinesdelEstadodeNuevaYork.Estáformadopordostableros;porel superior pasan los trenes y por el inferior, situado a 23 metros por debajo delprimero, pasan los carruajes ordinarios y los peatones. La imaginación se niega aseguir en su atrevido trabajo al ingeniero John A. Roebling, de Trendon (NuevaJersey), que se determinó a construir un viaducto en tales condiciones: un puentecolgante que da paso a trenes de ferrocarril, situado a 250 pies sobre el Niágara,transformadodenuevoenrápido.ElSuspensionBridgetiene800piesdelargoy24de ancho. Tirantes de hierro, sujetos en las orillas, le preservan del balanceo. Loscablesquelosostienen,formadocadaunopor4000alambres, tienendiezpulgadasde diámetro y pueden soportar un peso de 12.400 toneladas. Inaugurado en 1855,costó500000dólares.Cuandollegábamosalamitaddelpuente,pasóuntrensobrenuestrascabezas,sentimoscómoeltablerosehundíamásdeunmetrobajonuestrospies.

Un poco aguas abajo de este puente está el sitio por donde Blondin pasó elNiágara,porunacuerdatirante,deorillaaorilla;noloatravesó,pues,porencimadelascataratas.Peronoporesoeralaempresamenosarriesgada.PerosimisterBlondinnosasombraporsuaudacia,¿nodebeadmirarnosmáselamigoque,montadoensuespaldaleacompañabaenaquelpaseoaéreo?

—Debía ser un glotón —dijo el doctor—, porque Blondin hacía las tortillasadmirablemente,sobresucuerdatirante.

Estábamosyaenlaorillacanadiense;subimosporlaorillaizquierdadelNiágara,paraverlascascadasbajootroaspecto.

Mediahoradespués,entrábamosenunafondainglesa,dondeeldoctorhizoservirundesayunoconveniente.Recorríellibrodelosviajeros,enelcualfiguranmultituddenombres.Entreellosestabanlossiguientes:RobertoPeel,ladyFranklin,condedeParis,principede Joinville,LuisNapole6n (1846),Barnum,MauricioSand (1865),Agassis (1854), Almonte, principe Hohenlohe, Rothschild, lady Engin, Burkardt(1862),etc…

Terminadoelalmuerzo,eldoctordijo:—¡Ahoravamosaverlascatarataspordebajo!

www.lectulandia.com-Página99

Page 100: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

Leseguí.Unnegronoscondujoaunvestuariodondenosdiounpantalónyunaesclavinaimpermeablesyunsombrerodehule.Asívestidos,elnegronosguióporun sendero resbaladizo, surcado por desagües ferruginosos, obstruidos en muchospuntosporpiedrasnegrasconafiladasaristas,hastaquellegamosalnivelinferiordelNiágara. Pasamos después, por entre vapores de agua pulverizada, a colocarnosdebajodelagrancatarata,quecaíapordelantedenosotroscomoeltelóndeunteatropordelantedelosactores.¡Peroquéteatro!¡Quécorrientestanimpetuosasformabanlas capas de aire, violentamente desalojadas! Mojados, ciegos, ensordecidos, nopodíamos vernos ni oírnos, en aquella caverna tan herméticamente cerrada por lasláminaslíquidasdelacatarata,comosilaNaturalezalahubieracubiertoconunmurodegranito.

A las nueve, habíamos regresado ya a la fonda, donde abandonamos nuestrosmojadosropajes.Vueltoalaorilla,lancéungritodesorpresaydealegría.

—¡Corsican!Elcapitánmeoyóyseacercóamí.—¡Vosaquí!—exclamó—.¡Quéalegría!—¿YFabián?¿YElena?—pregunté,mientrasnosestrechábamoslasmanos.—Ahí están, todo lo bien que es posible. Fabián lleno de esperanza, y Elena

recobrandopocoapocolarazón.—Pero¿cómoosencuentroenelNiágara?ElNiágara—respondióCorsican—eselpuntodecitaveraniegadelosinglesesy

losamericanos.Aquíserespira;aquí,anteelsublimeespectáculodelascataratas,serecobra la salud. Este hermoso paisaje impresionó aElena, y por eso hicimos altoaquí,enlamargendelNiágara.Miradesacasadecampo,Clifton-House,enmediodelosárboles,amedialadera.Enellavivimos,enfamilia,conlahermanadeFabián,quesehaconsagradoanuestrapobreamiga.

—¿HareconocidoElenaaFabián?—No,aúnno—respondióelcapitán—.Sabéis,sinembargo,que,enelmomento

decaerHarryDrakeheridomortalmente,Elenatuvouninstantedelucidez.Surazónse abrió paso al través de las tinieblas que la envolvían. Pero aquella lucidezdesapareciópronto.Noobstante,desdequesehallaenmediodeesteairepuro,enestemediotranquilo,eldoctorhanotadounamejoríasensibleenelestadodeElena.Está serena, su sueño no es inquieto, en sus ojos se ve como un esfuerzo pararecobraralgo,delopasadoodelporvenir.

—¡Ah,queridoamigo!—ledije—.Lacuraréis.Pero¿dóndeestánFabiány suprometida?

—¡Mirad!—dijoCorsican,extendiendoelbrazohaciaelNiágara.Enladirecciónindicada,distinguíaFabián,queaúnnonoshabíavisto.Estabaen

pie sobre una roca, sin separar su mirada de Elena, que estaba sentada a algunos

www.lectulandia.com-Página100

Page 101: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

pasosdeél.Aquelsitiodelaorilladerechasellama«Table-Rock».Esunaespeciedepromontoriopeñascoso,voladosobreelríoquemugeadoscientospiespordebajo.Enotrotiempo, lasuperficievoladaeramayor.Peroderrumbamientossucesivosdeenormestrozosdepiedrahanreducidosusuperficieaalgunosmetroscuadrados.

ÉlenacontemplabalaNaturaleza,sumidaenmudoéxtasis.Desdeaquelsitio,elaspectodelossaltosdeaguaesmotsulime,dicenlosguías,y tienenrazón.Esunavistadeconjuntodeambascataratas:a laderechaseve lacanadiense,cuyacresta,coronada de vapores, cierra por este lado el paisaje como un horizonte de mar;enfrente se ve el salto americano, y encima el elegante pueblo de Niágara Falls,medioperdidoentre losárboles,y toda laperspectivadel río,queseescondeentresuselevadasorillas;debajo,eltorrentequeluchaconlostémpanosdesprendidos.

No quise distraer a Fabián. Corsican, el doctor y yo nos habíamos acercado aTable-Rock.Elenaconservabalainmovilidaddeunaestatua.¿Quéimpresióndejabaaquellaescenaensuespíritu?¿Renacía,pocoapoco,surazón,bajolainfluenciadeaquelgrandiosoespectáculo?Vique,depronto,Fabiándiounpasohaciaella.Elena,levantándose bruscamente, había avanzado hacia el abismo, tendiendo al antro susbrazos,pero,de repente, sehabíadetenido,pasando lamanoporsu frentecomosiquisieraborrardeellaalgunaimagen.Fabián,pálidocomouncadáver,perosereno,se había colocadode un salto entreElena y el precipicio.Elena había sacudido surubiacabellera;sucuerpoencantadorseestremecía.¿VeíaaFabián?No.Parecíaunamuertaquevolvíaalavidayquetratabadereconocerlaexistenciaentomosuyo.

Corsicanyyononosatrevíamosadarunpaso;sinembargo,tancercadeFabiány Elena estaba el antro, que temíamos un desastre. Pero el doctor Pitferge noscontuvo:

—DejadaFabián—dijo—;dejadlehacer.Oíanse los sollozosquebrotabandelpechode la joven.De sus labiosbrotaron

palabrasinarticuladas.Parecíaquetratabadehablarynopodía.Porfin,oímosestaspalabras:

—¡Diosmío!¡Diostodopoderoso!¿Dóndeestoy?Entonces tuvo conciencia de que había alguien junto a ella, y volviéndose a

medias, apareció a nosotros transformada; una expresión nueva vivía en sus ojos.Fabián,tembloroso,permanecíadelantedeella,mudo,conlosbrazosabiertos.

—¡Fabián!¡Fabián!—exclamóporfinElena.Fabiánlarecibióensusbrazos,enloscualescayóinanimada.Eljovenlanzóun

gritodesgarrador,puescreíamuertaasuprometida.Peroeldoctorintervino.—Tranquilizaos—dijoaFabián—;estacrisislasalvará.ElenafuetransportadaaClifton-House,ydepositadaensulecho,donde,pasado

eldesmayo,quedósumidaenplácidosueño.Fabián,animadoporeldoctoryllenodeesperanza(¡Elenalehabíareconocido!)

www.lectulandia.com-Página101

Page 102: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

seacercóanosotros.—¡La salvaremos! —me dijo—. ¡La salvaremos! Todo los días espero la

resurrección de su alma. Hoy,, mañana tal vez, ¡mi Elename será devuelta! ¡Ah!¡Cieloclemente!¡Benditoseas!Permaneceremosaquícuantotiemposeaprecisoporella.¿Noesverdad,Arquibaldo?

ElcapitánapretóconefusiónaFabiáncontrasupecho.Fabiánsevolvióhaciamíyaldoctor.Nosprodigósusmuestrasdecariño.Nosenvolvíaen suesperanza. ¡Yjamásestuvomejorfundada!LacuracióndeElenaestabapróxima…

Peroforzosoeraparanosotrospartir.ApenasnosquedabaunahoraparallegaraNiágara Falls. En el momento que nos separamos de tan queridos amigos, Elenadormíaaún.Fabiánnosabrazó.Corsicannosofreciódarnos,portelegrama,noticiasdeElena,yalasdocehabíamossalidodeClifton-House.

www.lectulandia.com-Página102

Page 103: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

CAPÍTULOXXXIX

Algunos instantes después, bajábamos por una cuesta muy larga de la orillacanadiense, que nos condujo a la orilla del río, casi enteramente obstruido por loshielos.Unabarcanosesperabaparallevarnos«aAmérica».Unviajero,ingenierodeKentucky, que reveló al doctor su nombre y profesión, estaba ya embarcado. Nossentamos junto a él sin perder momento; ya separando los témpanos, yarompiéndolos, la barca llegó al medio del río, donde tenía el paso más expedito.Desde allí dirigimos la últimamirada a la admirable catarata delNiágara.Nuestrocompañerolaexaminabaatentamente.

—¡Quéhermosaes!—ledije—.¡Esadmirable!—Sí—merespondió—;pero¡cuántafuerzamotrizdesperdiciada!¿Quémolino

podríaponerenmovimiento,consemejantesaltodeagua?Jamásheexperimentadomásferozdeseodeecharuningenieroalagua.En la otra orilla un pequeño ferrocarril, casi vertical, movido por un canal

desviadodelacatarataamericana,nosllevóalaaltura,enpocossegundos.Alaunaymediatomábamoselexpresoque,alasdosycuarto,nosdejabaenBuffalo.Despuésdevisitarestarecienteyhermosaciudad,despuésdehaberprobadoelaguadellagoErie, tomamos el ferrocarril central, a las seis de la tarde.Al otro día, llegamos aAlbany,yelferrocarrildelHudsonquecorreaflordeaguaalolargodelaorilla,nosdejabaenNuevaYork,alaspocashoras.

Empleéeldíasiguienteenrecorrer,acompañadodelinfatigabledoctor,laciudad,el río del Este y Brooklyn Llegada la noche, me despedí del buen doctor converdaderapena,puescomprendíaquedejabaenélunverdaderoamigo.

Elmartes,16deabril,eraeldíamarcadoparalasalidadelGreat-Eastern;alasonce me personé en el embarcadero número 37, donde el ténder, ya con muchospasajerosasubordo,meesperaba.¡Meembarqué!Enelmomentoenqueelténderibaadesatracarsentíquemecogíanporelbrazo.MesorprendióagradablementeverqueeraeldoctorPitferge.

—¡Vos!—exclamé—.¿RegresáisaEuropa?—Sí,miqueridoamigo.—EnelGreat-Eastern.—Sí—medijosonriendo—.Hereflexionadoyparto.Pensadlobien:esteserátal

vezelúltimoviajedelGreat-Eastern,elviajedelcualnosevuelve.La campana iba a tocar para la salida, cuandounode los camareros del «Fifth

AvenueHotel»,corriendoa todocorrer,meentregóun telegramadeNiágaraFalls.«Elena ha resucitado. Ha recobrado la razón por completo. El doctor responde deella».AsímedecíaelcapitánCorsican.

ComuniquétangratanuevaaldoctorPitferge.

www.lectulandia.com-Página103

Page 104: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

—¡Responde de ella! ¡Responde de ella!—replicó gruñendomi compañero deviaje—.Yotambiénrespondo.Pero¿quépruebaeso?¡Quienrespondierademí,devos,detodosnosotros,amigosmíos,talvezseequivocara!

Doce días después, llegamos aBrest, y al día siguiente a París. La travesía deregresosehabíahechosinaccidente,congransentimientodePitferge,queesperabasiempresunaufragio.

Al hallarine sentado delante de mi mesa, si no hubiera tenido a la vista estosapuntes de cada día, elGreat-Eastern, la ciudad flotante que había habitado porespaciodeunmes,elencuentrodeElenayFabián,elincomparableNiágara,todomehubiera parecido un sueño. ¡Ah, cuán hermosos son los viajes «hasta cuando sevuelvedeellos»,digaeldoctorloquequiera!

Porespaciodeochomeses,permanecísinoírhablardeaqueltipooriginal.Peroundía,elcorreometrajounacartadetimbresmulticolores,queempezabaconestaspalabras:

«AbordodelCornogny,arrecifesdeAukland.Porfinhemosnaufragado…»Yterminabaconéstas:«¡Québienmeencuentro!Vuestrodetodocorazón».«DeanPitferge».

www.lectulandia.com-Página104

Page 105: Una ciudad flotante - Guao ciudad flotante.pdf · como un ramillete de fuegos artificiales. Apenas divisaba la parte superior de los mástiles, de 200 pies de altura, que se perdían

JULIO VERNE, (Jules Verne; Nantes, 1828 - Amiens, 1905). Escritor francés,consideradoelfundadordelamodernaliteraturadecienciaficción.Predijocongranprecisión en sus relatos fantásticos la aparición de algunos de los productosgenerados por el avance tecnológico del siglo XX, como la televisión, loshelicópteros,lossubmarinosolasnavesespaciales.

En1863publica suprimeranovela,Cinco semanasenglobo.Luego les siguenmuchasmás,superandoelmediocentenardetítulos.Así,podemosdestacarViajealcentrodelaTierra(1864),DelaTierraalaLuna(1865),Veintemilleguasdeviajesubmarino (1869), La isla misteriosa (1874), Miguel Strogoff, el correo del zar(1876)yElfarodelfindelmundo(1881).SuúltimanovelapublicadaenvidafueLainvasióndelmar(1905).

www.lectulandia.com-Página105