una aproximación a la doctrina política (1)

13
Una aproximación a la doctrina política 1. Justificación: Porque ha significado un proceso de crecimiento cultural, colectivo e individual. La política está en el centro del quehacer, tratándose de acciones concernientes a las diferentes expresiones de dominación y/ representación. Es la necesidad de reconocer a los otros y a las otras. Pero también la necesidad de reconocerse cada quien como sujeto, hombre o mujer. Es el discernimiento que conduce a indagar lo que quieren los otros y las otras. También, la tendencia a la interpretación de los contextos sociales inmediatos y tendenciales. Como cuando se deriva en el imperativo físico de la intermediación y de la especialización en los roles. La política es cautivante. Por lo que tiene de abstracción y aplicación. Ese proceso por medio del cual se efectúa un tránsito desde la inmediatez protocolaria, hacia un entendido de esa inmediatez y de quienes están ahí para ser orientados y representados. Pero también para ser dominados y reprimidos. La política, en una opción etimológica de interpretación, no es otra cosa que percibir lo que quieren los sujetos individuales y colectivos y la aplicación de esa percepción transitando hacia controles. Algo así como que, la política, es una variante del concepto de Piaget en relación a la vigilancia y el castigo. Entonces, en un escenario como el actual. Se hace necesario y fundamental indagar por formas concretas de manifestación política. Intentando un análisis que conlleve a precisar no solo el sentido; sino fundamentalmente la noción prevaleciente acerca del poder. Porque, de no ser así, caminaremos en la obscurana que deviene por la vía de gestores de opciones de dominación, anclados en la manipulación teórica y práctica. Todo lo anterior explica la importancia del trabajo propuesto. Claro está, que no puede tipificarse como pócima absoluta. Pero, por lo menos, si como una invitación a la reflexión constante y a la

Upload: luis-parmenio-cano-gomez

Post on 18-Feb-2017

89 views

Category:

Education


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Una aproximación a la doctrina política (1)

Una aproximación a la doctrina política

1. Justificación:

Porque ha significado un proceso de crecimiento cultural, colectivo e individual. La política está en el centro del quehacer, tratándose de acciones concernientes a las diferentes expresiones de dominación y/ representación.

Es la necesidad de reconocer a los otros y a las otras. Pero también la necesidad de reconocerse cada quien como sujeto, hombre o mujer. Es el discernimiento que conduce a indagar lo que quieren los otros y las otras. También, la tendencia a la interpretación de los contextos sociales inmediatos y tendenciales. Como cuando se deriva en el imperativo físico de la intermediación y de la especialización en los roles.

La política es cautivante. Por lo que tiene de abstracción y aplicación. Ese proceso por medio del cual se efectúa un tránsito desde la inmediatez protocolaria, hacia un entendido de esa inmediatez y de quienes están ahí para ser orientados y representados. Pero también para ser dominados y reprimidos. La política, en una opción etimológica de interpretación, no es otra cosa que percibir lo que quieren los sujetos individuales y colectivos y la aplicación de esa percepción transitando hacia controles. Algo así como que, la política, es una variante del concepto de Piaget en relación a la vigilancia y el castigo.

Entonces, en un escenario como el actual. Se hace necesario y fundamental indagar por formas concretas de manifestación política. Intentando un análisis que conlleve a precisar no solo el sentido; sino fundamentalmente la noción prevaleciente acerca del poder. Porque, de no ser así, caminaremos en la obscurana que deviene por la vía de gestores de opciones de dominación, anclados en la manipulación teórica y práctica.

Todo lo anterior explica la importancia del trabajo propuesto. Claro está, que no puede tipificarse como pócima absoluta. Pero, por lo menos, si como una invitación a la reflexión constante y a la participación efectiva en el proceso colectivo hacia el logro de referentes que permitan acceder a desentrañar caminos.

2. Introducción.

Según Aristóteles, la acción política debe estar concentrada y actuada en manos de quienes trascienden los interese y las actuaciones de las multitudes. Por esta vía, asume la noción de política y la de poder, como una figura cercana a la unción con el bálsamo que proteje a las élites. Los y las demás no son otra cosa que receptores que deben ser conducidos e ilustrados; partir del mapa conceptual vinculado con esa bitácora inherente a esa dominación.

Este tipo de postulación todavía tiene, o mejor sería decir, siempre ha tenido apologistas y exégetas. Podría decirse, incluso, que fue predominante hasta el siglo

Page 2: Una aproximación a la doctrina política (1)

XVI. Es decir, ese nudo gordiano que considera degradación la participación colectiva popular en el ejercicio político; imprimió a quienes siempre han estado y/o están del lado cercano a la aplicación de las diferentes formas de poder. Fundamentalmente aquellos que reivindican la separación ineludible entre actores válidos por si mismos, por sus riquezas, por su condición de intelectuales. Y actores secundarios. Receptores pasivos, por mismo que no pueden asumir el conocimiento de la noción de poder y su aplicación.

Ese tipo de interpretación teórica de la política fue la que, a manera de ejemplo, propuso Joseph de Maistre (Chambéry, 1 de abril de 1753; Turín 1821), quien s propuso a confrontar el desarrollo de la Ilustración y de la Revolución Francesa. Una figura partícipe de los agentes y medios de dominación económica y social. En sus obras (las de Maistre): “Plan para el nuevo equilibrio de Europa” (1798) y “Consideraciones sobre Francia (1819); asume que la democracia es una perversión (más o menos lo mismo de la opción aristotélica). Por lo tanto el poder debe estar en manos de los reyes, reinas, etc. Al mismo tiempo que reivindica una opción cercana a la posición teocrática.

3. Del desarrollo y aplicación de una opción política.

Ya había dicho que la política hace parte del acumulado cultural de la Humanidad. Es la postulación constante de perspectivas. En el corto, mediano y largo plazo. No es (la política) una simple exégesis del poder y la dominación. Es un instrumento teórico y práctico que permite proyectar. Que permite la construcción de sociedades. Es como madre natura del concepto de Estado y su aplicación. Como estructura que permite la cohesión colectiva. Su rol como insumo que va delineando el camino. Los controles y la libertad están asociados al desarrollo de las diferentes opciones vinculadas con el ejercicio del poder. Hasta cierto punto, la política, corrobora que los y las sujetos individuales deben ser sometidos y sometidos, condicionados, por el rol trascendente de las estructuras que derivan de la política.

De cierta manera, Johann Gottlieb Fichte (Rammenau-Alemania-, 19 de mayo de 1762; 27 de enero de 1814), propone una interpretación derivada de su opción filosófica crítica de Kant; concretamente de su teoría acerca de la relación entre la conciencia, el ser y la exterioridad y que deriva en la definición de la Razón Pura. Esa interpretación está ya presente en su obra “Fundamentos del derecho natural”. Es algo así como la reivindicación de la conexión entre los seres adscritos a una determinada estructura societaria; pero que no son simples réplicas (en su conciencia) de la exterioridad. Una especie, según Fichte, de maduración interna pura que elabora sus propias ideas acerca de las cosas externas. Pero que, al mismo tiempo, precisa de otros y de otras para consolidar esa opción.

En su obra””Discurso a la Nación Alemana” (1806), prefigura lo que será la opción nacionalista en Alemania. Inclusive con la aseveración de que el idioma alemán es superior a cualquier otro. Esto deriva en una tendencia que vincula esa superioridad idiomática a otros aspectos de la sociedad alemana. Máxime que coincide, su propuesta de interpretación, con la lucha en contra de la invasión Napoleónica a Alemania.

Lo cierto, además, es que estamos en un presente en el cual la política ha asumido extravíos. No por lo que ella significa en sí; sino por la interpretación y aplicación que han efectuado algunos y algunas conductores y conductoras de sociedades concretas.

4. De la democracia. De la asociación y la identidad en la confrontación.

La confrontación es un agregado del conflicto. Es su manifestación; como quiera que supone la expresión, mediante acciones precisas y concretas, bien sea de una

Page 3: Una aproximación a la doctrina política (1)

parte del conflicto o de la totalidad de este. Si es lo uno o lo otro, se define a partir de los contenidos que adquieren las acciones; pero también de, a partir de su significado con respecto al poder y sus manifestaciones.

Lo anterior se entiende mejor, ubicado en el contexto que ejerce como escenario en el cual se aplica y desarrolla el poder. De las instancias, procedimientos a través de los cuales se ejerce el control. De las franjas o sectores sociales que aparecen como dominados. Inclusive, en un análisis más preciso, de la diferenciación que adquiere la dominación; según la identidad que pueden alcanzar algunas de esas franjas o sectores, con respecto a los beneficiarios directos del poder. Algo así como entender una dinámica en la cual aparecen beneficiarios (as) transitorios y parciales; sin que esto implique la asunción del poder en sí.

En nuestra línea de interpretación, se trata de proponer una opción, en la cual se hace visible la presencia de la dominación en diferentes niveles. Ya no tanto en lo que hace referencia a las instancias y/o los aparatos ideológicos del Estado, como expresiones a partir de las cuales se pueda explicar y generalizar la cobertura y afectación de la dominación. Lo nuestro es más la pretensión de alcanzar una caracterización de la dinámica que adquiere la aplicación del poder y la dominación; en cuanto que ejerce una cobertura que permea sectores específicos, vinculándolos al proceso inherente al control político y económico; como beneficiarios transitorios. O, simplemente, como soportes pasivos a partir de lograr su apoyo en términos de captar su identificación con los propósitos últimos del poder. Cuando, en este marco conceptual propuesto, se producen fricciones o rupturas; se configuran expresiones de la confrontación que vinculan a esos sectores con acciones que expresan contenidos concretos de un determinado conflicto; sin que esto implique la disolución de nexo con las instancias del poder. En esta perspectiva, inclusive, cabe validar el concepto que propone un entendido del Estado, como una sumatoria de micropoderes; a la manera de de bloque de sectores o de clases en el poder. Esta opción supone la presencia de una figura asociada al equilibrio, en el cual confluyen intereses, en veces divergentes, unidos alrededor de una (...o unas) determinadas formas de poder que les permite imponer decisiones en nexo con sus intereses estratégicos. Es más, por esta vía, podría entenderse la “delegación del poder formal”, a individuos y sectores que ejercen como expresiones “neutrales”.

Vale la pena, como ejemplo, transcribir el aparte del texto “Los Límites de la Modernización”, escrito por la profesora Consuelo Corredor Martínez. Lo consideramos importante, en razón a que se insinúa una interpretación del poder y la dominación; a partir del análisis de un período concreto de la historia del desarrollo político y económico en nuestro País.

“..Los alcances de esta modernización han sido bastante limitados y sus implicaciones extremadamente conflictivas, debido a que ella se ha adelantado en un contexto marcadamente liberal en el cual han prevalecido los intereses de las élites dominantes. El modelo liberal de desarrollo ha significado la subordinación del Estado, minimizando su función de interpretar, gestionar y regular los intereses colectivos, y obstaculizando la configuración de un espacio público en el que se puedan expresar, confrontar y resolver los conflictos sociales. El Estado colombiano es un Estado privatizado, atrapado entre el liberalismo económico y el conservadurismo político.

En esta perspectiva liberalismo y conservadurismo no se oponen sino que, por el contrario, se articulan y se prestan mutuos servicios. El logro de intereses particulares sin importar los costos sociales encuentra un terreno propicio en el orden jerárquico y tradicional por el cual se vela el conservadurismo. El costo de esa coexistencia ha sido el rezago de la organización política de las transformaciones socioeconómicas que han trastocado el orden en que estaba cimentada.

Page 4: Una aproximación a la doctrina política (1)

Las restricciones derivadas de los sistemas económico y político colombianos han entretejido una gama de relaciones tanto modernas como posmodernas, lo que hace la sociedad más compleja y fragmentada que en el pasado. Ha sido una acumulación histórica de tensiones que han significado en forma continua períodos de crisis y de relativa estabilidad. Y en esta dinámica, los momentos de crisis son cada vez más severos por la fragmentación de los escenarios y de los actores, la mayor polarización y desigualdad sentidas y una amplia percepción del carácter excluyente de los sistemas social y político…”1

A partir de esta opción nuestra de interpretación, en consecuencia, se hace necesario presentar un análisis que permita introducir la diferenciación acerca de los contenidos, alcances y significación, en cuanto a niveles de expresión del conflicto, de la confrontación y las acciones por medio de las cuales este se concreta.

4.1 El concepto de lo popular. La confrontación del poder.

La connotación que adquiere la diferenciación, en el contexto de las relaciones sociales, supone una determinada caracterización de roles; a partir de análisis soportados en categorías conceptuales y metodológicas. Por lo tanto, ya no se trata de una simple réplica de lo observado, como representación objetiva. Por el contrario, significa profundizar acerca de esas expresiones de superficie; indagando por las condiciones que la subyacen, como soporte. Ya, en ese procedimiento, pueden y deben aparecer algunos niveles de abstracción, referidos a la interpretación alusiva a los acumulados históricos en nexo con la participación, en esas mismas relaciones sociales, de los (as) sujetos individuales y colectivos (as). De las condiciones en que esta se ha producido y del grado de inserción con respecto al conocimiento, a las instancias que lo promueven y controlan. Pero también, y con mayor énfasis habida cuenta del horizonte propuesto en nuestro escrito, acerca del significado de esa participación con respecto al poder y a las instancias que lo soportan, a sus manifestaciones como instrumentos de control, de dominación y de imposición.

Ha habido, en el curso del tiempo, interpretaciones que asocian la caracterización antes aludida, a posiciones antropológicas y culturales. Por esta vía, ha desembocado en expresiones que delimitan (a manera de diferenciación) la intervención de los (as) sujetos individuales y colectivos en el desarrollo de las relaciones sociales; a partir de asignarle a determinados sectores una posición periférica, respecto a los beneficios del conocimiento, entendido como proceso, como aprendizaje que va decantando, segregando. Aquí, en esta opción, se valida, en veces, un instrumento de diferenciación asociado la pertenencia a una determinada raza y/o etnia. Visto así, entonces, cabe una propuesta de interpretación generalizante; pero también de especialización; por cuanto se establece unos condicionantes vinculados con normas y pautas, a la manera de posición que reivindica una versión predominantemente aceptada y acatada, de cultura, como sinónimo de civilización; como paradigma, a partir del cual es posible establecer una segregación.

Ya no se trata, en el anterior escenario conceptual, de admitir una posición periférica respecto al poder y a las instancias que lo soportan. Aquí, la noción de lo periférico, está referido a un espectro mucho más amplio; en razón a que los márgenes constitutivos de la delimitación social, están contraídos en términos del grado de apropiación y/o de acceso a los beneficios del conocimiento, y de la cultura asumidos como referentes de civilización. Esto no es otra cosa que entenderlo, como adecuación, como asimilación de los roles y los paradigmas allí consignados.

1 Corredor, Consuelo. Los Límites de la Modernización, segunda edición. Editada por Cinep, página 23

Page 5: Una aproximación a la doctrina política (1)

En un documento de trabajo (La Educación Superior en América Latina), presentado en el debate al interior de la Universidad Nacional de Colombia, previo a la realización del Primer Congreso Nacional de Educación Superior, realizado en la ciudad de Barranquilla los días 1,2 y 3 de diciembre de 1999; se expresa un concepto que consideramos válido. Veamos:

“…En estas condiciones, la Escuela, no es otra cosa que una expresión que, en principio, transfiere el dominio estatal. No tanto en la aplicación elemental marxista de aparato ideológico; sino como complejidad que articula instancias del conocimiento, aplicadas y estructuradas en programas y acciones, a partir del ese centro-poder, sin ser el. No es, entonces, una aplicación a partir de la lógica lineal. Es una interacción heterogénea orientada por unos perfiles definidos a partir de las necesidades inherentes a los intereses que impone ese centro-poder. Es decir, lo suyo no es otra cosa que contextualizar la sociedad en términos de su propio rol, de su significación. Con esto tratamos de establecer lo siguiente: la globalización siempre ha existido, si asumimos que esta no es otra cosa que la imposición de referentes a partir del dominio ejercido.

Sin pretender un traslado conceptual mecánico, las condiciones impuestas desde el centro-poder económico y político internacional, permiten trazos que imprimen todo el quehacer económico, político y cultural de los dependientes. Ya, de por sí, el solo hecho de reivindicar los autóctono (como acervo cultural) es constitutivo de herejía con respecto a los modelos considerados prevalecientes. Esto es mucho más evidente, en lo que respecta al desarrollo del conocimiento por la vía de implementaciones programáticas escolarizadas. La escolarización, en sí, origina rupturas si se compara con las aprehensiones y las tradiciones propias de las culturas nativas. Porque no habría de serlo, entonces, a partir de la concreción del dominio desde el centro hacia la periferia. En esto, por decirlo de alguna manera, se mantiene incólume el postulado de Samir Amin, cuando en su texto en torno al capitalismo, su desarrollo e implicaciones, habla de las culturas periféricas, atadas a las condiciones que impone el centro-poder..2

Arribamos, así, a una opción conceptual que nos permite proponer un entendido en torno a los sectores sociales periféricos. Es decir, aquellos sectores no solo desvinculados de los beneficios del poder, subyugados y dominados por este; sino también segregados por la dinámica propia del desarrollo cultural predominante. Algo así como insertos en la civilización, pero ajenos a ella, en lo que esta tiene de otorgadora de roles asociados a los paradigmas originados en ese mismo desarrollo cultural, por parte de sus usufructuarios. Ahora bien, no puede inferirse de nuestra expresión, el hecho de que proponemos una asimilación de intereses entre los beneficiarios del poder y sus instancias de dominación y aquellos sectores que acceden y se identifican con los avances del conocimiento y de la cultura que ejercen como predominantes; como expresión avanzada de la civilización.

Surge entonces, en nuestra opinión, un insumo que soporta una segregación: lo periférico, en cuanto sector y/o sectores considerados por fuera de la versión oficial de la cultura; entendida esta como originaria de paradigmas, pautas y comportamientos. Para nosotros, esto no es otra cosa que la denominación de popular, referido a esos sectores que, de por sí, adquieren una dinámica propia y unas expresiones propias, diferenciadas. Es obvia, sin embargo, la necesidad de apuntalar este concepto, con arreglo al significado que adquiere el contexto social y económico; en el cual se desenvuelven estos (as) sujetos (as). Tanto en sus expresiones individuales como colectivas. Para este caso, el problema surge al momento de establecer las pautas y/o el horizonte teórico. Porque no puede delimitarse solo a partir de la figura elemental asociada al lugar en el cual se sitúa con respecto a las características del beneficio plusválico, derivado del modo de

2 Pira Claudia y Cano Parmenio. La Educación Superior en América Latina, edición en cuadernillo, noviembre 1999, Bogotá D.C.

Page 6: Una aproximación a la doctrina política (1)

producción vigente, o prevaleciente. De ser así no habría lugar a postular la diferenciación que se advierte en la definición anterior.

Por lo tanto, el análisis remite a un territorio de mayor complejidad: uno de los elementos clave para dilucidar ese significado, tiene que ver con el entendido de de contexto social y económico. Ya decíamos antes: es un escenario no determinado por la voluntad o por la noción primaria acerca de lo ético. Por el contrario, constituye una instancia, como período histórico. Esto, a su vez, remite a la evolución de las relaciones sociales; como proceso soportado en sucesión de rupturas y equilibrios. Estos últimos, impuestos por quienes adquieren posiciones de dominio. Así, entonces, cada momento (sin importar su duración) en el cual se exhibe o manifiesta ese equilibrio; no es otra cosa que la expresión de unas determinadas condiciones de dominación económica y política.

Ahora bien, como lo hemos postulado antes, en la franja constituida por quienes (bien sea que se tipifiquen como sectores o como secciones del espectro social) no ejercen como beneficiarios directos del poder, se erige la heterogeneidad. Ya ahí, se introduce otro insumo como soporte para la segregación. A manera de ejemplo: la posición y comportamiento de aquellos sectores sociales sobre los cuales se ejerce dominación política y económica; pero que han accededlo a determinados beneficios del acumulado plusválico y cultural (como poseedores y usufructuarios del conocimiento); no puede ser el mismo, comprado con la posición y el comportamiento de aquellos sectores absolutamente vulnerables y desvinculados de cualquier beneficio plusválico y cultural.

Lo anterior conlleva, en consecuencia, a establecer categorías diferenciadas en el análisis de lo popular, como expresión de determinados sectores sociales; en el contexto de unas determinadas relaciones de dominación político y económico. Puede colegirse de nuestra línea de interpretación, una conclusión fundamental: no todo sector social dominado es, necesariamente, un sector popular. Por lo tanto, aún a riesgo de silogismo, al momento de tipificar acciones (inmediatas, mediatas o tendenciales) específicas de confrontación a determinadas manifestaciones de la dominación política y económica; es preciso trabajar con estas categorías.

Luego, el espectro de cobertura, está dado por la definición de objetivos vinculados a conceptos y escenarios heterogéneos; en términos del nexo con los sectores sociales. No es, por esto mismo, una opción en la cual se configure una posición de clase; al menos en la versión ortodoxa marxista. No supone, asimismo, una posición necesariamente revolucionaria y/o de confrontación al origen y vertebración del poder y de las relaciones de producción vigentes. Adquiere connotaciones diversas, en la mayoría de los casos asociadas a reclamaciones puntuales, relacionadas con determinadas condiciones de vida. Sin embargo puede, derivar en expresiones híbridas; en cuanto pueden coincidir diferentes aspectos en los cuales ejerza importancia un cuestionamiento a posiciones y/o programas gubernamentales o políticas de estado. Tal es el caso, a manera de ejemplo, de algunos movimientos populares desarrollados en relación con decisiones que vulneran determinados intereses y derechos de franjas amplias de la población. Siendo así, cabe resaltar tonos grises en la diferenciación teórica y práctica entre movimientos populares, movimientos sociales y movimientos políticos. En veces, puede hablarse de diferenciación en términos del espectro de cobertura. Otras veces, puede plantearse en relación con los contenidos de sus opciones o programas. Con respecto a este asunto del método para construir tipologías; es pertinente presentar una expresión como la siguiente:

“… ¿Se politizan las luchas urbanas por el hecho de enfrentarse en la mayoría de los casos al Estado, como lo afirma Castells? No podemos en este momento desarrollar la discusión sobre el papel fundamental ocupado por el Estado en la urbanización capitalista, caracterización que parte de una generalización, arbitraria a nuestro juicio, de la relación entre Estado y Sociedad Civil – en el sentido dado por Marx y no en el Gramsciano-, pero si podemos afirmar que no basta que el blanco al

Page 7: Una aproximación a la doctrina política (1)

cual se dirigen las flechas de un movimiento social sea el Estado, para determinar su carácter político; es el carácter de sus reivindicaciones, el contenido de clase de sus luchas, su método y sus formas las que lo definen, y no basta encontrar un contenido político, hay que identificar si se trata de una lucha democrático-burguesa (en lo formal o lo real), o socialista.

Vayamos por partes:

A similitud de una huelga obrera en una empresa capitalista de Estado o de los asalariados de un ministerio burgués que levanta reivindicaciones puramente económicas, sin plantearse modificaciones en las relaciones de poder entre las clases, ni en el carácter del Estado o de sus formas de ejercicio de la dominación burguesa, un movimiento de colonos o inquilinos que solicita, por ejemplo, la regularización de la propiedad de sus tierras, o un servicio cualquiera y que utiliza para ello el método de la negociación apoyado por llamados a la opinión pública a través de los medios de comunicación, paradas en los organismos oficiales, etc., pero sin plantearse en ningún momento consignas políticas, no es político. No es el agente social al cual se enfrenta un movimiento el que define el carácter de la lucha, sino el contenido concreto de clase de él, manifestado en su programa reivindicativo y su método para alcanzarlo. ..”3

Puede colegirse, entonces, lo insensato de las generalizaciones; a partir de categorías preestablecidas. De lo que se trata no es de posicionar modelos de caracterización, como paradigmas inamovibles. En nuestro caso, hemos efectuado un recorrido amplio; a través del cual hemos postulado opciones de interpretación relacionadas con las condiciones que actúan sobre los (as) sujetos (as). Esto nos ha permitido proponer la asunción de conceptos asociados a la conciencia y al nexo entre esta y las acciones inmediatas o tendenciales; por medio de las cuales estos (as) intervienen en procesos particulares, de confrontación.

4.2 El parlamento: origen y evolución

4.2.1 Antecedentes del concepto de intermediación.

Ya se ha señalado arriba algunos elementos vinculados a la noción del poder, entendió con instrumento que concreta la dominación. En términos de identificación y/o del establecimiento de tipologías, es conveniente realizar algunas precisiones. Se trata de enfatizar acerca del contenido conceptual y práctico del rol del Estado y su desarrollo. Asimismo del entendido de democracia y del ejercicio de la representación.

Uno de los elementos centrales tiene que ver con auscultar en torno a la transformación del poder o, mejor sería definirlo así: el surgimiento e instauración de expresiones del poder que, de alguna manera, ejercen como distanciamiento con respecto a los dominados, por parte de los dominadores, por la vía de instancias que se sitúan como posibilidad de equilibrio. Algo así como desprender esas instancias de toda connotación vinculada con los intereses inmediatos.

Lo anterior se entiende mejor, a partir de algunas definiciones (...que no son otra cosa diferente a la tipificación). Veamos: En su escrito Ética a Nicómaco, Aristóteles expresa conceptos asociados a la figura del poder, por la vía de señalar algunos aspectos relacionados con las condiciones inherentes a quienes asumen el poder. Ya ahí, un tanto como se expresó antes, aparece una noción de poder distanciado; comoquiera que se requiere de una diferenciación, al momento de validar una determinada opción. No es, entonces para Aristóteles, la figura de la oclocracia (gobierno de la multitud o plebe). Por el contrario, es la asunción de una posición en 3 Pradilla Cobos, Emilio. “Mitos y realidades de los llamados movimientos sociales urbanos”. Artículo escrito en junio de 1981, en Méjico, D.F. Ponencia presentada al 4º Seminario Internacional cehap-peval Los pobladores: protagonistas urbanos en América Latina; realizado en la ciudad de Medellín, entre los días 7 y 11 de abril de 1986.

Page 8: Una aproximación a la doctrina política (1)

la cual los roles se distribuyen, como condición necesaria al momento de definir la gobernabilidad. Así las cosas, en consecuencia, los conceptos de monarquía, aristocracia y democracia; adquieren presencia. Inclusive, en la referencia a las Ciudades-Estados (Atenas, Corinto, Esparta), se prefigura la representación como instrumento válido e indispensable.

Esto traduce condicionantes para los sujetos. El significado de la libertad, aparece como intermediación con respecto al poder. Antes hemos referenciado este aspecto. Basta con recordar el recorrido efectuado, a manera de ejemplo, en las expresiones de Rousseau, Marx, Morgan, Marcuse; así como la referencia a Hobbes, en su versión del poder en Leviatán. Inclusive, es pertinente (...en la perspectiva propia del desarrollo teórico, acerca de la organización política) hacer alusión a Alexis de Tocqueville (La Democracia en América, El Antiguo Régimen y la Revolución Francesa); Raymond Aron (Introducción a la Filosofía de la Historia, Democracia y Totalitarismo) y Max Weber (La Ética Protestante y el Desarrollo del Capitalismo).

Sin embargo, consecuente con nuestra línea de interpretación del poder y del significado de la libertad; conviene resaltar un texto no muy divulgado y, aún menos conocido. Se trata de La Teoría Metafísica del Estado, escrito por L.T. Hobouse. Aclarando, otra vez, la posición crítica que nos ha acompañado al momento de transcribir algunas citas; vale la pena presentar, en extenso, una parte del texto señalado. Particularmente la referida al concepto de Estado y de libertad. Es lo siguiente:

“…Por otra parte, la familia, tal y como se mantiene en un momento determinado, es simplemente la totalidad coordinada o asociada de sus miembros, tal y como se mantienen en el mismo momento. Es una expresión de la vida de esos miembros, en tanto que vidas en común o en estrecha relación entre sí. La familia, especialmente, no tiene bienestar, ni felicidad, ni buena o mala fortuna que no sea el bienestar, felicidad y buena o mala fortuna de alguno de sus miembros o de varios de ellos. En una organización profesional o sindical, en un negocio o una fábrica, p. Ej., hay también un conjunto en el que se pueden totalizar tantos cientos o miles de individuos como miembros que la compongan. En todos los casos, esos miembros cambian, en mayor o menor grado, debido a la asociación a la que pertenecen. Del sindicato, profesión o negocio podrán decirse cosas que no serían ciertas si se dijesen de sus miembros cuando estos no pertenecieran a ellos. Pero, repetimos, en la totalidad no hay otra cosa que la actividad asociada o coordinada de los individuos que la constituyen. Esto sigue siendo verdad aunque la organización pueda ser permanente, pero cambien los individuos. Una universidad puede tener durante siglos un carácter y un sello peculiares y exclusivos. El número de individuos que pasan por ella y reciben su influencia es innumerable. Semejante totalidad no la constituyen solamente el número de miembros que lo ocupan en un determinado momento; ni podemos enumerar a los que han estado bajo su influencia durante toda su existencia. Sin embargo, su tradición, su espíritu, que no parece albergar ningún individuo aislado, lo mantienen los individuos, se propaga de generación a generación, se rompe, quizá, a veces por el influjo de un nuevo tipo de carácter que no es capaz de asimilar la tradición que encuentra.

De este modo, al pensar sobre la sociedad, estamos expuestos a dos errores. Por una parte, podemos caer en negar la realidad del grupo social, rehusando concebirlo como una entidad distinta, insistiendo en disolverlo entre sus componentes individuales, como si esos individuos no fueran afectados por el hecho de la asociación. Por otra parte, como reacción ante este exagerado individualismo, podemos pensar que la sociedad es una entidad distinta de los individuos, no simplemente en el sentido de que sea un agregado de individuos considerados en una relación especial, sino en el sentido de que se trata de un todo que, de alguna manera, existe fuera de ellos o en la que ellos se han fusionado en perjuicio de su identidad individual. Además, habiendo alcanzado la concepción de una entidad suprapersonal en la que los individuos están inmersos, tendemos a buscar esta

Page 9: Una aproximación a la doctrina política (1)

entidad, no en todas las diversas formas de vida social que se entrecruzan y se cortan entre sí, sino en alguna forma especial de asociación que parece incluir al resto para presentarse como un conjunto al que el individuo debe pertenecer como elemento. Los escritores idealistas han encontrado esta entidad en el Estado. Hay, pues, dos puntos que hemos de considerar: primero, la noción general de una entidad suprapersonal y, después, la identificación de esa entidad con el Estado...” 4

De nuestra parte, se trata de establecer algunos elementos de reflexión; en torno al significado de la representación. De lo presentado, hasta ahora, se infiere la importancia de los condicionates; al momento de definir y posicionar los contenidos teóricos y prácticos del poder. Es decir, la evolución de las instancias de control y su justificación teórica, han pasado por identificar y aceptar como válida la pérdida absoluta o parcial de la libertad absoluta, del sujeto individual y del sujeto colectivo no beneficiarios del poder. Cuando más, en una aplicación amplia de la figura asociada a la intermediación, se ha construido una variante de esa libertad absoluta, por la vía de desarrollar una opción en la cual esos sujetos individuales y colectivos acceden a una expresión en esas instancias; a través de delegar. O lo que es lo mismo: a través de la cesión de parte de esa libertad; tal vez la fundamental.

Glosario de términos

Oclocracia: Gobierno de las multitudes. Puede decirse también: de las masas no organizadas. Se asocia, comúnmente, con el populismo.

Teocracia. Una forma de gobierno en la que los líderes gubernamentales, coinciden con los lideres de la religión predominante.

Democracia. Una forma de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es la reivindicación de un ejercicio de representación política. Esta es una opción de gobierno en el cual, al menos teóricamente, tienen participación las mayorías y las minorías; en un contexto social específico.

República. Un sistema político y de gobierno, fundamentado en el imperio de la ley y la igualdad ante la ley.

Cuando se habla de una república partidista, se está haciendo alusión al hecho siguiente: la conducción del gobierno está relacionada con la intervención de partidos políticos, como representantes e intermediarios de la población. Ejemplos: España (con el parlamentarismo como contexto); Colombia (con el presidencialismo como contexto).

Presidencialismo. Una forma de gobierno en la cual el centro del gobierno es el ejecutivo (presidente).

4 Hobouse, L.T., Teoría Metafísica del Estado, Ed. Aguilar, 1981, páginas 26-27. Traducción de Dalmacio Negro Pavón.

Page 10: Una aproximación a la doctrina política (1)

Parlamentarismo. Un tipo de forma de gobierno o régimen; en el cual se vota por intermediarios-representantes al parlamento. Este es quien elige al jefe de gobierno; con arreglo a los resultados de las elección. El primer ministro (o jefe de gobierno) debe permanecer al partidos o unión de partidos que hayan ganado las elecciones.