un villancico de la conquistadora de iro b hunter

12
“Un villancico de la Conquistadora” de Iro B. Hunter Scribd y XWPColección (Facebook) Un villancico de la Conquistadora A Conqueror’s Carol de Iro B. Hunter Traducido por: Julieta “Meltryth” (2015) Descargo: Estos personajes no me pertenecen. Ojalá lo hicieran. Pero no lo hacen. Mi terapeuta dice que lo superaré finalmente. No mucha violencia o sexo explícito en esta historia. Un enorme gracias a mi compañera Crystal, ¡eres la mejor, Grrrl! La retroalimentación sería apreciada: [email protected] Descargo de Traducción: Yo sé que desconocen algunos autores, este es uno de esos casos. La historia es de Hunter y la encontré en The Atheneum , pero es mi traducción (lo olvidan muy seguido en otras páginas), así que pueden llevarse mis fanfictions PERO recuerden dejar todos los descargos. Disfruten que es gratis. Julieta “Meltryth”. Ella abrió los ojos lentamente. No había mucha diferencia. Dónde estaba ella estaba completamente negro; los únicos sonidos que se oían eran gemidos, gritos de dolor y agonía. Ella estaba adolorida también. Nada demasiado extremo, pero estaba muy incómoda. Sabía que iba a empeorar pronto. Cerró los ojos de nuevo. "¿Gabrielle?" Alguien cercano a ella susurró. "¿Ephiny? ¿Cómo estás?" Ella susurro. "Ugh. ¿Tú?" "Relájate. Va a mejorar pronto", respondió ella. Sabía Ephiny fue más golpeada que ella. Ella se resistió más. Pero podría ser mejor. En los Campos Elíseos no habría dolor. Así, ella volvió a dormirse. Xena estaba aburrida. Esta no era la forma en que ella había planeado las cosas. Bueno, era la forma en que ella había planeado las cosas, sólo que no tenía idea de que iba tener este aburrimiento. Era dueña de todo el mundo conocido, todos los tesoros del mundo conocido y 1

Upload: julieta-meltryth

Post on 21-Dec-2015

131 views

Category:

Documents


6 download

DESCRIPTION

La típica historia de los fantasmas de las Navidades pasada, presente y futura ahora hechos Solsticios, mientras que las Amazonas y su reina están con peligro de ser crucificadas.Título original: A Conqueror's CarolTraducido por: Julieta "Meltryth"

TRANSCRIPT

Page 1: Un villancico de la Conquistadora de Iro B Hunter

“Un villancico de la Conquistadora” de Iro B. Hunter Scribd y XWPColección (Facebook)

Un villancico de la Conquistadora A Conqueror’s Carol de Iro B. Hunter

Traducido por: Julieta “Meltryth” (2015)

Descargo: Estos personajes no me pertenecen. Ojalá lo hicieran. Pero no lo hacen. Mi terapeuta dice que lo superaré finalmente. No mucha violencia o sexo explícito en esta historia. Un enorme gracias a mi compañera Crystal, ¡eres la mejor, Grrrl! La retroalimentación sería apreciada: [email protected]

Descargo de Traducción: Yo sé que desconocen algunos autores, este es uno de esos casos. La historia es de Hunter y la encontré en The Atheneum, pero es mi traducción (lo olvidan muy seguido en otras páginas), así que pueden llevarse mis fanfictions PERO recuerden dejar todos los descargos. Disfruten que es gratis. Julieta “Meltryth”.

Ella abrió los ojos lentamente. No había mucha diferencia. Dónde estaba ella estaba completamente negro; los únicos sonidos que se oían eran gemidos, gritos de dolor y agonía. Ella estaba adolorida también. Nada demasiado extremo, pero estaba muy incómoda. Sabía que iba a empeorar pronto. Cerró los ojos de nuevo. "¿Gabrielle?" Alguien cercano a ella susurró. "¿Ephiny? ¿Cómo estás?" Ella susurro. "Ugh. ¿Tú?" "Relájate. Va a mejorar pronto", respondió ella. Sabía Ephiny fue más golpeada que ella. Ella se resistió más. Pero podría ser mejor. En los Campos Elíseos no habría dolor. Así, ella volvió a dormirse.

Xena estaba aburrida. Esta no era la forma en que ella había planeado las cosas. Bueno, era la forma en que ella había planeado las cosas, sólo que no tenía idea de que iba tener este aburrimiento. Era dueña de todo el mundo conocido, todos los tesoros del mundo conocido y

1

Page 2: Un villancico de la Conquistadora de Iro B Hunter

“Un villancico de la Conquistadora” de Iro B. Hunter Scribd y XWPColección (Facebook)

más de dos tercios de todas las monedas de oro del mundo conocido. Incluso de lo que no era dueña, ella sólo podía reclamarlo y sería suyo. Siguiente parada, la Vía Láctea, pensó para sí misma y sonrió. Pero sabía que, incluso si ella hacía un reclamo en las estrellas arriba, nadie se atrevería a desafiar a ella. Así que ella no se molestó. Vestida con un par de pantalones de cuero negro, camisa negra y su pesado manto negro de invierno se dirigió a la sala de audiencias. Algunos Amazonas habían sido capturados el día anterior y su presencia fue requerida durante su sentencia. Bueno, tal vez no era necesaria, era su regente después de todo. Pero ella quería ver las Amazonas. Solo por curiosidad. Debido a que había rumores de que se resistieron. La cámara de audiencia era una de las más lujosas salas del palacio. Ella la había ordenado esa manera porque quería que todos los traidores, ladrones y enemigos vieran lo que tenía ella tenía y a lo que nunca llegarían. Y después morir. Además, ninguno de los guardias o cualquier otra persona, salvo ella se le dejaba portar un arma allí. Si alguien tenía que morir, ella los mataba. Se sentó en su trono y puso su espada al lado de ella. Una mirada a la guardia y las Amazonas fueron enviadas. A pesar que ella podía decir que habían sido severamente maltratadas, tenían un aire de orgullo y no pidieron ninguna ayuda de los guardias cuando fueron guiadas dentro de la habitación. El orgullo las metió en problemas, Amazonas, pensó. Una patada de los guardias y las cinco Amazonas quedaron arrodilladas frente a ella. "¿Quién de ustedes se hace llamar su reina?" Xena les preguntó en voz baja y dominante. "Yo lo hago, Conquistadora", la Amazonas con el cabello rizado rubio respondió. Xena no se perdió la mirada con dagas que recibió de otra igualmente rubia y la más pequeña de las Amazonas en el grupo. Así que supongo que eso responde a mi pregunta, pensó. Pero ella lo dejó pasar, sólo porque podía. Y lo tendría más divertido de esa manera. "¿Y cuál es tu nombre, Amazonas?" Xena volvió a preguntar. "Ephiny, Conquistadora". "¿Cuáles son los cargos?" Xena preguntó al jefe de los guardias "A nuestro recolector tributos no se le permitió reunir los suministros mensuales acordados, Conquistadora", el guardia respondió. "¿Qué tienes que decir a eso, Ephiny?" Xena preguntó a la Amazonas.

2

Page 3: Un villancico de la Conquistadora de Iro B Hunter

“Un villancico de la Conquistadora” de Iro B. Hunter Scribd y XWPColección (Facebook)

"Es cierto, Conquistadora. En este año el invierno es duro y que nosotras no podíamos pagar el tributo. Nuestras jóvenes morirán de hambre", Ephiny respondió asegurando la verdad. Xena había permitido a la Nación Amazona sobrevivir, dejando que ellas mantuvieran una pequeña porción de tierra y a cambio las Amazonas le pagaban un tributo mensual a ella que consistía en alimentos y armas. Ella había hecho eso, no tanto porque le gustaban las Amazonas en particular, sino porque ella quería enfadar a su mentora anterior, Alti. Alti ahora llevaba mucho tiempo muerta, pero Xena no había pensado en cambiar el trato con las Amazonas. Había funcionado bien, hasta ahora. Decisiones, decisiones, pensó. Es cierto, este invierno es muy frío, la mayoría de los cultivos se hielan, pero esto no debe utilizarse como excusa para ignorar mi trato. Si las dejo pasar, otros empezarán a desafiarme así. Y quiero mantener los niveles de resistencia como están: cero. Y entonces una idea cruzó por su mente y ella sonrió a las Amazonas arrodilladas. Una malvada y salvaje sonrisa. "Ephiny", ella habló, "tú y ella", señaló una morena Amazona, "se les darán tres días para volver aquí con el tributo. Si ustedes no logran eso voy a crucificar al resto de este grupo y a considerar nuestro tratado de paz como roto. Como ves, estoy siendo amable al dejarte ir, viendo que eres su líder. ¿Alguna pregunta?" Ephiny reunió todo su valor restante y habló. "¿Conquistadora?" ella dijo. "¿Sí?" Xena respondió, un poco sorprendida que la Amazonas se atrevía a hablar. "¿Podría mantenerme aquí y dejarla ir a ella en mi lugar?" Ephiny señaló la pequeña rubia. "¿Y por qué iba yo a querer hacer eso?" preguntó Xena, sabiendo muy bien por qué se hizo la solicitud. "Porque... porque... Ella es la reina real", dijo Ephiny, sin esperar la sonrisa que se estaba formando en la cara de Xena ante su confesión. Sólo esperaba que ella pudiera conseguir sacar a Gabrielle fuera de esto. "Pero yo ya sabía eso", respondió Xena. "Así que la respuesta es no. Ahora ve. Te veré el día del pago, de una forma u otra". Luego, se volvió hacia los guardias y con una voz llena de indiferencia, dijo, "Devuelvan el resto a la mazmorra. Y empiecen a construir tres cruces". Y con eso, se fue.

Xena se despertó. Antes de abrir los ojos, escuchó los sonidos de la habitación, no podía oír ninguno. A continuación, se dio cuenta que la habitación estaba fría y se sentía algo así

3

Page 4: Un villancico de la Conquistadora de Iro B Hunter

“Un villancico de la Conquistadora” de Iro B. Hunter Scribd y XWPColección (Facebook)

como cubitos de hielo arrastrándose hacia arriba y abajo de su columna vertebral; pero sabía que no había dormido lo suficiente para que el fuego en la chimenea se hubiera extinguido. Abrió los ojos, poco a poco, y se sorprendió al ver que había una luz blanca tenue en la habitación. Sus dedos comenzaron a moverse hacia su espada, que siempre estaba a su lado; un hábito que mantenía desde los viejos tiempos. "No necesitas eso", oyó una voz suave masculina diciendo. Sorprendida, ella agarró su espada, sin embargo, saltó de la cama y vio una figura débil, de pie cerca de la pared de su habitación. La forma le fue sorprendentemente familiar. "¿Ly… Ly… Ceus?" ella preguntó.Bien Xena, es sólo un sueño, pensó. La comida durante la cena estaba probablemente un poco demasiado llena de hierbas y cayó pesada en tu estómago. Es sólo un sueño. "Sí, Xena", la figura contestó, "y realmente no necesito tu espada. No me puedes hacer daño y desde luego no vas a tratar de hacerme daño". "Eres un sueño", dijo Xena, sonando un poco demasiado segura pero sintiendo exactamente lo contrario. Ella sabía que ella nunca se había sentido así en un sueño. "Hermana, yo no soy un sueño", la figura de Lyceus respondió. "Yo soy el espíritu de tu hermano. He visto sobre tu pasado, y ahora he llegado a advertirte". "¿Advertirme? ¿Sobre qué?" preguntó Xena. "Tengo que explicarme primero. Verás, a todos aquellos que su vida fue injustamente corta se les puede conceder un deseo. Yo no había usado mi deseo aun, hermana, pero esta noche les pedí algo a los Destinos". "Realmente muy lindo", dijo Xena. "¿Ahora puedes por favor irte así puedo despertar?" le preguntó la figura, con un toque de sarcasmo en su voz. El fantasma de Lyceus sonrió. "No soy un sueño Xena, y esta noche he querido conducirte a la felicidad. Espera a tres más como yo, esta noche y dos más en las próximas dos noches. Ellos serán tus guías, pero la elección final es tuya. Eso es todo lo que las Parcas permitieron. Así que adiós por ahora, querida hermana, y recuerda que siempre estoy de tu lado". Con eso, la figura desapareció y Xena se quedó sola en la habitación oscura. Se sentó en su cama y pasó los próximos momentos tratando de entender lo que acababa de ocurrir. ¿Era ése el espíritu de su hermano o un extraño sueño que se sentía un poco demasiado real? Y si era un sueño ¿por qué no podía todavía despertar? ¿O es que ella acaba de despertar en

4

Page 5: Un villancico de la Conquistadora de Iro B Hunter

“Un villancico de la Conquistadora” de Iro B. Hunter Scribd y XWPColección (Facebook)

medio de la habitación? Había oído hablar de la gente que hace que eso, estar de pie y caminar durante su sueño. Tal vez eso es lo que pasó. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un resplandor llenando la habitación de nuevo. ¡Oh, en el nombre de Zeus, tengo que despertar! Ella se reprendió a sí misma. Miró hacia la parte de la pared que había visto Lyceus pie anteriormente y había otra figura allí. Una pequeña y se parecía tanto a Lyceus cuando era un niño, por lo que Xena recordaba, y al mismo tiempo, como un hombre viejo y arrugado. Antes de que tuviera la oportunidad de hablar, la figura habló primero. "Hola Xena. Yo soy el fantasma del Solsticio pasado". "¿Solsticio?" preguntó Xena. No tenía idea de lo que la figura estaba hablando. "Sí, Xena. Es Solsticio en tres días, ¿no te acuerdas?" la figura preguntó de nuevo. "Claro. Pero nosotros no hacemos eso", respondió Xena. Y era cierto. Ella no había estado celebrando ese día desde que entró a reinar. Ella nunca del tipo festivo. Y con ella, todo el reino se había olvidado poco a poco sobre la celebración. No importaba ya. Y se adaptaba bien a Xena. "Lo sé", dijo la figura, "pero yo te lo mostraré sin embargo. Toma mi mano". "No", Xena respondió, un poco sorprendida que la figura estaba de pie a su lado en cuestión de segundos. "Xena, toma mi mano ahora, y más tarde lo entenderás todo", dijo el espíritu y extendió su mano hacia Xena. Bueno, ya que es sólo un sueño, bien podría tomar su mano, Xena pensó. Sólo espero que me despierte pronto, porque esto se está poniendo aburrido. Con cautela extendió su mano y tocó al espíritu. Lo siguiente que supo, es que ella estaba de pie en un camino pedregoso que conducía a un edificio muy familiar. Miró a su alrededor, sin poder creer lo que estaba viendo, pero todo era como lo recordaba. Ella estaba fuera de la posada de su madre, en Anfípolis. Miró el espíritu, y habló: "Nadie puede verte, u oírte. Pero tú puedes mirar a tu alrededor todo lo que quieras". Xena se volvió hacia la ventana y se asomó dentro de la posada. Todo estaba decorado para el Solsticio y la sala se llenó de una luz cálida. Ella vio a sí misma como una niña, vestido con su traje, corriendo con un joven Lyceus. Su hermano Toris estaba sentado junto a la

5

Page 6: Un villancico de la Conquistadora de Iro B Hunter

“Un villancico de la Conquistadora” de Iro B. Hunter Scribd y XWPColección (Facebook)

chimenea, mirando felizmente todos los regalos que estaban dispersos alrededor. Xena sonrió al recordar la escena y sabía exactamente lo que iba a continuación. Cyrene salió de la cocina agitando una cuchara. "Muy bien, ustedes tres", dijo fallando para ocultar su sonrisa, "¡El que pintó manchas blancas en la vaca negra está en un gran problema!" Risitas se escucharon de los tres niños. "Pero mamá", el joven Lyceus respondió en serio, "¡No fuimos nosotros! ¡Fue toda la nieve!" dijo, pensando que podía convencer a su madre. "Correcto", dijo Cyrene. "Ahora, vayan a lavarse las manos y a sentarse a la mesa. Ustedes deberán limpiar la vaca mañana". Xena se volvió hacia el espíritu. "¿Qué estás tratando de probar? Sí, este es un bonito recuerdo. Pero eso es lo que es. Un recuerdo. Todo cambió". El espíritu asintió y respondió: "Sí, las cosas cambian, y luego, pueden cambiar de nuevo". "No es así para mí", respondió Xena. Dentro vio a todos sentados en la mesa grande, listos para devorar lo mejor de la cocina de Cyrene. Abrazos y besos se intercambiaron y la familia era feliz, inconsciente del futuro oscuro, pasaron una de las últimas celebraciones del Solsticio con alegría.

Entonces Xena se encontró de nuevo en su habitación, en su cama. El fuego en la chimenea estaba completamente extinguido y los primeros rayos de luz tristemente empezaban a llenar la habitación. Así que fue un sueño, pensó. Como ella continuó con su día, se encontró pensando en esa noche de Solsticio y los regalos que recibió de su familia: un nuevo polo pesquero de Lyceus, un caballo de juguete de madera de Toris y un nuevo par de botas de cuero de su madre. El polo y el caballo fueron sus amuletos de la buena suerte durante muchos años, pero cuando llegó Cortese, cuando ella dejó su casa, dejó a ambos atrás.

"Xena", oyó que alguien la llamaba, "Abre los ojos". Mientras lo hacía, vio a otra figura fantasmal de pie junto a su cama. Esta era una mujer delgada, vestida con ropa muy pobre y los pies descalzos. Uf, pensó, no otra vez. "Déjame adivinar", le dijo a la mujer, pensando que esto sería bueno para romper el hielo como cualquier otra cosa. "¿Otro viaje al pasado?"

6

Page 7: Un villancico de la Conquistadora de Iro B Hunter

“Un villancico de la Conquistadora” de Iro B. Hunter Scribd y XWPColección (Facebook)

"Esta noche no, Xena", el fantasma le respondió. "Yo soy el fantasma del Solsticio presente. Y tenemos que darnos prisa, porque hay muchos lugares a los que debemos ir". "¿Tengo alguna opción?" preguntó Xena. "En realidad no. Esto es algo que debe hacerse. Toma mi mano". Al momento siguiente, Xena se encontró nada más que en las mazmorras de su palacio. Ella estaba de pie en el pasillo frío y oscuro a las afueras de la celda principal. La mazmorra restante estaba vacía, como prisioneros casi nunca eran mantenidos. Eran o bien declarados inocentes, o de lo contrario culpables… y asesinados. "Mira en el interior", dijo el fantasma, "¿qué ves?" "Las Amazonas", respondió ella, un poco molesta por tener que decir lo obvio. "Sí", el fantasma explicó pacientemente, "pero ¿qué * ves*?" Xena miró hacia atrás en la celda y vio a las tres Amazonas sentadas lado a lado, temblando y probablemente tratando de entrar en calor a través del contacto corporal. La luz de la luna le permitió a Xena distinguir que las otras dos Amazonas habían depositado a su llamada Reina entre ellas. La sangre seca pintando sus caras. La Amazonas de la izquierda se quedó atrapada en un ataque de tos. "¿Eponin?" Xena oyó la Reina llamar a la Amazona tosiendo. "No te preocupes por eso, Gabrielle", Eponin respondió. "Tan sólo dos días más". "Dos días más", confirmó Gabrielle. Y luego, con una voz mucho más amable, como si hablara para sí misma, añadió, "y luego va a terminar". "Sólo deseo que nos alimentaran algo", dijo la Amazonas a la derecha. "No hay punto para que nos den comida, Solari", Eponin respondió. "No tiene sentido desperdiciar recursos en alguien que va a morir pronto". "Me pregunto si la Conquistadora se da cuenta de que ella va a tener que crucificarnos el día del Solsticio", Gabrielle continuó su meditación en voz alta. Xena se volvió bruscamente al fantasma. "¿Y qué?" ella dijo. "Ellas rompieron el tratado por su elección. Deben considerarse afortunadas que yo les esté dando una segunda oportunidad".

7

Page 8: Un villancico de la Conquistadora de Iro B Hunter

“Un villancico de la Conquistadora” de Iro B. Hunter Scribd y XWPColección (Facebook)

El fantasma sonrió débilmente, pero no respondió inmediatamente. Después de un momento, ella extendió su mano hacia Xena de nuevo y dijo: "Ven, tienes que ver algo más también".

Xena ahora se encontró en un territorio desconocido. Territorio desconocido Amazona. En medio de la noche. Alarmada, ella miró al fantasma, pero la figura con calma le recordó, "Relájate. Nadie puede verte ni oírte, ¿recuerdas? Sígueme". La figura la guió por el pueblo nevado y entró en una pequeña choza. Allí, vio a la Amazona Ephiny, obviamente agotada después de un viaje vigoroso, hablando con un grupo de Amazonas de edad avanzada. "Miren", Ephiny dijo, "no podemos dejar a Gabrielle y a las demás allí. Y en serio, no podemos darnos el lujo de romper el tratado". "¿No crees que sabemos eso, Ephiny?" Una de las mayores Amazonas respondió. "¿Cómo podemos acumulan la comida, sin embargo? No hay nadie alrededor. ¡Los niños están compartiendo las rodajas de naranja para el almuerzo, por amor de Dios!" Continuó otra Amazona. "Tiene que ser así", dijo Ephiny. "¿Qué pasa con el grano de emergencia?" La mención de esto despertó un murmullo entre las ancianas, hasta que uno finalmente habló una en voz alta. "Ephiny", dijo, "Si regalamos el grano de emergencia, ¿cómo vamos a sobrevivir el invierno? Es sólo Solsticio ahora y la nieve va a durar un buen par de meses más, ya lo sabes". "Y ¿qué pasa con Gabrielle? ¡Ella es la reina, por el amor Artemisa!" Ephiny exclamó. "¿Qué pasa con Eponin y Solari?" "¿Qué pasa con los niños?" La Amazonas anciana continuó suavemente. "La Reina Gabrielle querría salvar a los niños primero. Ese es el bien supremo del que estaba hablando". Ephiny parecía derrotada. "Dentro de tres meses, cuando la nieve se derrita y las tropas de la Conquistadora se puedan mover, no importará que los niños sobreviviesen el invierno", murmuró. El fantasma se volvió y le sonrió a Xena.

8

Page 9: Un villancico de la Conquistadora de Iro B Hunter

“Un villancico de la Conquistadora” de Iro B. Hunter Scribd y XWPColección (Facebook)

Lo siguiente que supo la Conquistadora fue que estaba de vuelta en su cama. A pesar de la incómoda sensación que se acumulaba en su estómago, todavía estaba decidida sobre que tenía que gobernar con puño de hierro. Sin excepción. Ella se asomó por la ventana y vio las tres cruces que se estaban construyendo en las afueras de los muros del palacio. Estaban casi listas. Las Amazonas tenían un día más para honrar el tributo. El día del Solsticio. Ella entonces tomó una rápida decisión. Darles las amazonas del beneficio de la duda, ordenó a los guardias ofrecerles algo de comida y mantas para las prisioneras.

Xena abrió los ojos de nuevo. Esta vez, ella sabía exactamente lo que iba a ocurrir a continuación y decidió seguir la corriente. "Sólo puedo suponer que vas a mostrarme el futuro, ¿no?" le preguntó al fantasma fornido que estaba de pie frente a ella. Esta figura femenina estaba vestida con lo que parecía ser ropa muy cara, se había elaborado cuidadosamente el cabello, y sin embargo, tenía una expresión muy lejana y triste en su rostro. "Tienes parte de razón, Conquistadora", dijo el fantasma. "Yo soy el fantasma del futuro Solsticio que no vendrá". Esto realmente dejó perpleja a Xena. ¿Por qué los Destinos me quieren mostrar lo que dicen que no es en mi futuro? Ella reflexionó. Sin embargo, ella tomó la mano del fantasma y parpadeó. Ella todavía estaba en su dormitorio. Sólo que esta vez, había dos allí. Su propio yo estaba acostado en su cama, sonriente en su sueño. Era por la mañana. "¿Qué es esto?" Xena preguntó el fantasma. "Se trata de ti, Conquistadora", contestó el fantasma. "Síguete a ti mismo". Tras las palabras del fantasma, Xena vio a su alter ego salir lentamente de la cama y ponerse perezosamente una túnica. Ella hizo lo que le pidió al fantasma y siguió a sí misma fuera de las recámaras de dormitorio, pero se detuvo bruscamente y miró a su alrededor en estado de shock. Todo el palacio estaba decorado. Ella no tenía mucho tiempo para pensar en la decoración como la bata que vestía bajaba por sí misma a toda prisa la escalera doble del palacio, y estaba haciendo su camino a la sala de entretenimiento. Varios funcionarios estaban sonriendo amablemente a su alter ego, y sin embargo, Xena podían decir que eran sonrisas genuinas y no las formales que estaba acostumbrada a recibir.

9

Page 10: Un villancico de la Conquistadora de Iro B Hunter

“Un villancico de la Conquistadora” de Iro B. Hunter Scribd y XWPColección (Facebook)

Intrigada, la Conquistadora entró en la sala de entretenimiento y vio a una de las escenas más desconcertantes de su vida. La chimenea estaba casi escondida detrás de montones de regalos. Las mesas de la sala estaban llenas de todo tipo de dulces de Solsticio tradicional, y además casi toda su comida favorita estaba esperando a que su alter ego la devorase. Incluso las albóndigas con el relleno en caliente rojo dentro. Sólo una persona en el mundo sabía lo mucho que le gusta que la comida. En vez de dirigirse a la vajilla, la Conquistadora vio que su alter ego eligió pararse en el medio de la habitación con los ojos cerrados. Después de un segundo, ella saltó en el aire y aterrizó detrás de un sofá en el otro extremo de la habitación. "Sabía que te encontraría aquí", dijo Xena a la persona detrás del sofá. Una risita se escuchó. Entonces, la Conquistadora vio a sí misma pasando de detrás del sofá, junto con otra persona. Intercambiaron uno de los besos más apasionados la Conquistadora había visto en su vida. Tan apasionado, que podía jurar que sintió el ambiente de la habitación electrificarse. Su mandíbula cayó cuando vio a quien su alter ego estaba besando. "¿Esa es ella? ¿Gabrielle la Amazona?" susurró y se volvió hacia el fantasma, "Pero ¿cómo?" "¿Acaso importa?" la triste fantasma respondió y continuó mirando la escena. La Conquistadora apartó la vista del fantasma y se asomó de nuevo en la vida de su alter ego, sintiéndose un poco celosa que esta Xena sabía besar, reír, jugar y compartir regalos. "Xena, no comas sólo los dulces, ¿de acuerdo?" Gabrielle la regañó ahora haciendo pucheros a su alter ego, "Cyrene ha estado cocinando toda la comida desde la mañana". "¿Mi madre?" Le preguntó al fantasma, "¿Mi madre está aquí?" "Sí", fue la única respuesta del fantasma. Sintió que se le hacía agua los ojos ante la idea que su madre jamás volvería a ser parte de su vida. Estaba segura de que estaba completamente amortizada con la mujer que le dio a luz y, sin embargo, en esta realidad, Cyrene estaba en el palacio, viviendo con ella. "¿Cómo?" La Conquistadora le preguntó el fantasma, "¿Cómo puedo hacer este futuro cierto? ¡Por favor, dime!" El fantasma sonrió por primera vez.

10

Page 11: Un villancico de la Conquistadora de Iro B Hunter

“Un villancico de la Conquistadora” de Iro B. Hunter Scribd y XWPColección (Facebook)

"Deja de ser la Conquistadora", respondió ella. "¡Pero si yo no soy la Conquistadora, perderé todo!" Xena protestó. "Mira a tu alrededor para mi respuesta a eso, Xena", el fantasma dijo. "Nuestro tiempo se terminó aquí". Y con eso, Xena se encontró de nuevo en su propia habitación. En el día del Solsticio.

Ella no se levantó de la cama hasta media mañana. En cambio, se sentó allí, pensando en los acontecimientos que experimentó las últimas tres noches. Estaba segura de que no eran sueños, después de todo. Pensó en la familia que tuvo cuando era niña, las presentes condiciones en el reino y las posibilidades de lo que podía deparar el futuro. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un guardia que anunció el regreso del grupo Amazona. Ella se levantó y se dirigió a la sala de audiencias. Pidió a los guardias que enviarán también a las prisioneras y esperó. Pronto, una vez más tuvo cinco Amazonas arrodilladas delante de ella. "Ephiny", dijo Xena, "¿Volviste a honrar el tributo?" "Sí, Conquistadora", Ephiny dijo casi en un susurro. Así que, tal vez las visiones estaban mal, pensó Xena. Tal vez tienen suministros. Se volvió hacia el guardia para su confirmación. "Informe", le ordenó. "Conquistadora", dijo el guardia, "Las Amazonas regresaron y trajeron diez sacos de grano. Esa es la tercera parte del tributo". "Es todo lo que teníamos", Ephiny respondió, con la esperanza de que ella no iba a perder la cabeza por hablar sin permiso. Pero eso no importaba. Y entonces ustedes pasarán el invierno entero rezando a Artemisa hasta que una cereza caiga desde el cielo, Xena pensó piadosamente. Y entonces ella decidió que quería vivir el futuro de su visión.

11

Page 12: Un villancico de la Conquistadora de Iro B Hunter

“Un villancico de la Conquistadora” de Iro B. Hunter Scribd y XWPColección (Facebook)

"Guardias", dijo ella. "Suelten a las Amazonas y proporcionénles todos los suministros que necesitarán para durar todo el invierno". Nadie se movió un músculo, como todos pensaban que esto era sólo una broma irónica de la Conquistadora antes de que ella ordenara a las Amazonas su muerte. "¿Ustedes no me oyeron?" preguntó Xena. "Sí, Conquistadora", el jefe de los guardias respondió y recogió rápidamente a las Amazonas para levantarlas. Justo antes que salieran de la habitación, Xena saltó del trono y se paró frente a la reina Amazona. "Lo siento mucho", dijo. "Por favor, acepta mis suministros y tal vez cuando el invierno termine pueda visitanos aquí y renegociar los términos del tratado de paz". Y vio la primera sonrisa de verdad que había recibido en años. "Con mucho gusto", respondió Gabrielle. Luego se fueron, quitando de Xena una minúscula cantidad de suministros en comparación con su riqueza, y dejando algo muy importante y nuevo que no tiene precio: esperanza.

FIN

12