un peso en el mundo - · pdf fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso;...

18
Yo tendría que haber muerto hace ya unos años. No ha sido así y vivo con pesar. Además, las cosas no me importan. No irás a decirme que te has recluido aquí por eso. ¿Recluirme? Sí y no. El mundo me ha echado. Triste mundo. ¿Qué culpa tiene el mun- do de que te hayas venido a vivir a este lugar? ¿De dónde vienes? ¿No miras a tu alre- dedor? ¿No lo has visto? Es sencillamente ina- guantable. No respira, no piensa, no es más que un runrún de gente horrible, masas que se des- plazan, lo pisotean, un auténtico barrizal; es tan desagradable transitar por él... Al menos aquí no tengo que soportarlo. Por supuesto que el mundo no tiene culpa ¿qué culpa va a tener? Es, sencillamente, inaguantable. A mí me basta con eso. Además, las cosas no me importan, es la ver- dad. La vida se ha convertido en esperar. No te lamentes. ¿Esperar? ¿Qué espe- ras tú? La muerte, la certeza. www.jmguelbenzu.com Empieza a leer... Un peso en el mundo

Upload: vunguyet

Post on 14-Mar-2018

221 views

Category:

Documents


7 download

TRANSCRIPT

Page 1: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

Yo tendría que haber muerto hace yaunos años. No ha sido así y vivo con pesar.Además, las cosas no me importan.

No irás a decirme que te has recluido aquípor eso.

¿Recluirme? Sí y no. El mundo me haechado.

Triste mundo. ¿Qué culpa tiene el mun-do de que te hayas venido a vivir a este lugar?

¿De dónde vienes? ¿No miras a tu alre-dedor? ¿No lo has visto? Es sencillamente ina-guantable. No respira, no piensa, no es más queun runrún de gente horrible, masas que se des-plazan, lo pisotean, un auténtico barrizal; estan desagradable transitar por él... Al menos aquíno tengo que soportarlo. Por supuesto que elmundo no tiene culpa ¿qué culpa va a tener? Es,sencillamente, inaguantable. A mí me basta coneso. Además, las cosas no me importan, es la ver-dad. La vida se ha convertido en esperar.

No te lamentes. ¿Esperar? ¿Qué espe-ras tú?

La muerte, la certeza.

www.jmguelbenzu.comEmpieza a leer... Un peso en el mundo

Page 2: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

Oh, Dios mío.Hablo en serio. No tengo ningún mie-

do. No importa nada.No lo esperaba, venir aquí y encontrar-

te en esta situación. No tenías este aire cuan-do te llamé, estabas muy atractivo, muy estrella,el hombre que al fin dirige en paz su mirada almundo, todo eso ¿no? ¿Qué pasa ahora? ¿Te es-tás haciendo el interesante? Bueno, el viejomaestro de seducción sigue haciendo su laborde zapa, te conozco, te recuerdo bien. Dime¿te escondes también de las mujeres, además delas masas?

La mujer es el misterio, la masa es labestia.

Ya veo. Bueno, confío en que podamoshablar a pesar de todo, no ahora, claro, hasta queno bajes a tierra. Mis cosas, por ejemplo, supongoque estarán entre las que no te interesan, peroa mí sí. No es nada misterioso, ya lo siento porti, sólo confusión, como te dije. Te enteraste ¿no?te enteraste cuando hablamos.

Me interesas, me interesas, como siem-pre. Te equivocas si piensas otra cosa. En reali-dad estoy contento de que hayas venido, mesatisface.

Que tipo tan egoísta.Sí, eso me halaga, no te lo niego. Esa

imagen del hombre sabio y viejo que lanza su

14

Page 3: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

mirada sobre el mundo es cómica comparadacon la realidad de este lugar. Aquí sólo puedesponer la mirada en la rutina, en la repetición.Todo el mundo hace lo mismo todos los días. Nose descansa, no es un retiro, sino que has de es-tar luchando para no convertirte definitivamen-te en un idiota. Y cuando al cabo de un tiempointerminable llega el verano y viene gente nuevaque lo llena todo, sólo vienen a contemplarseveraneando como animales que deambulan deun lado a otro buscando comida y repitiendolo mismo día a día, mismos gestos, mismas con-versaciones, mismo comportamiento salpicadode pequeñeces que hay que convertir en asun-tos de importancia para no desfallecer de abu-rrimiento... Nativos y turistas son la cara y cruzde la misma moneda. Esto es el mismo mun-do, no hay quien lo evite, pero sin tanto ruidoy sin tanto barro. Ay, no me quedan más quelos libros para poder conversar. Estoy de pres-tado, debería estar muerto.

¿He venido a hablar de ti o de mí?De ti, por supuesto, soy un egoísta, no

hago más que lamentarme, lo que quieras, pe-ro deja que te hable, ten piedad; ¿sabes que aveces me he sorprendido hablando con los ár-boles? ¿O qué crees tú que son la soledad y lacaducidad unidas? Sí, sí, la caducidad, no ha-gas muecas.

15

Page 4: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

Sin embargo, sigues reflexionando. Merecuerdas al Don Juan:

In youth I thought because my mind was full And now because I feel it growing dull. *

¿Eso decía?Sí, con un cambio de verbo, eso decía.¿Don Juan Tenorio?Don Juan de Byron.No lo he leído. En fin, si uno se pone a

hablar con los árboles es que, en cierto mo-do, se le está secando el pensamiento, por esoimploro piedad. Byron ¿no era un románticofantasioso? Pero, mira, ni siquiera has deshe-cho la maleta y aún tenemos que cenar. Dé-jame protestar. ¿Es que no vas tener compa-sión de un pobre solitario? Hablaremos de ti,hablaremos todo lo que quieras, un día, dosdías, tres... Por cierto, ¿cuánto tiempo vas a que-darte?

No lo sé... No mucho... No puedo...Tampoco tengo tanto que contar. Sólo he ve-nido a buscar... lo que te dije, un poco de or-den. No es cuestión de tiempo, no sé lo quees. Eso: hablar, ver qué pasa, a lo mejor cambiaalgo o se ven las cosas de otra manera ¿no? Co-

16

* «De joven, yo pensaba porque mi espíritu se desbordaba / Y ahoraporque siento cómo se me va entorpeciendo.» (El original inglés no dicethought sino wrote.)

Page 5: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

mo el escritor cuando escribe ¿no?, que se co-loca ante sí, en el papel, las cosas que le ator-mentan.

Eso yo no lo sé, tú lo sabrás mejor. ¿Asíque voy a hacer de papel?

Anda, no seas rancio. ¡Hacer de papel!Además, tú nunca has escrito ni yo tampoco,literatura, quiero decir, no sabemos lo que eseso; sólo hemos llegado a ser lectores.

Sí, sin duda, lectores que sacan un granpartido a sus lecturas, por cierto. Yo te di cla-ses a ti, tú se las das a tus alumnos, alguno deellos se las dará a tus hijos... Ah, pero la litera-tura es más agradecida que la filosofía y yo teperdí muy pronto...

Qué horror, qué horror, cállate; te estásponiendo cursi, y pesado, y puede que acabesde patético, que sería lo peor. O a lo mejor esque siempre has sido así y ahora, con la distan-cia, se te nota todo, yo te lo noto.

Me tenías en un pedestal...Mira, no, cambiemos de asunto, no me

divierten tus gracias en este momento, lo sien-to, no me apetece.

Mis excusas. Sólo trataba de evitar quenos pusiéramos serios; porque es tarde, en pri-mer lugar, o, dicho de otro modo, es una ho-ra tardía para ponerse a hacer nada. Pronto seráhora de cenar y yo soy un hombre solitario

17

Page 6: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

y caduco, pero no pobre, así que te invitaréa que salgamos a tomar algo en seguida, por-que aquí no hay vida nocturna y, a la horaen que en Madrid empezáis a cenar, sólo en-contraremos calles desiertas y locales cerra-dos. Y, por último, las conversaciones fuertes,contra lo que la gente cree, son propias de laprimera hora de la mañana, que es exactamentecuando aceptaré que me hables de ti, quizása lo largo de un hermoso paseo sobre lechosde hojas secas, después de desayunar. Mañanaveremos.

Eso me parece un plan estupendo.¿Tu marido, bien? ¿Tus hijos, bien?Muy bien. Bueno, ya sabes que nunca

está todo bien, pero muy bien, sí. Todos esta-mos bien. Aunque te parezca increíble, de esotambién tengo que hablarte. Que todos losproblemas fueran ésos ¿no?, ir bien. A lo me-jor, si no fuera todo bien, no tendría el proble-ma que tengo, qué historia. Pero bueno, en loque tiene que ir bien una casa, una familia,todo va bien, sí. Y no son hijos, son hijas.

¿Siguen siendo dos?Dos.Dos hijas ¿eh? Bendito padre, qué vida

regalada le espera; dos mujeres que le atende-rán toda la vida. Las hijas nunca abandonan alpadre.

18

Page 7: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

No digas tonterías. Las hijas abandonanal padre cuando el padre es un pelmazo. A ti tehabrían abandonado, sin la menor duda, y es-tarían tan contentas junto a su madre, que tam-bién te habría abandonado, pensando de la quese han librado y... Oh, Dios mío, perdona; creoque he metido la pata hasta adentro.

No. Ninguna pata. Temo que me esta-ba haciendo otra vez el interesante, como túdices. Olvídalo. Sara está muerta y no tuvimoshijos, así que no hay daño.

Ya, pero recordarte a Sara así... Lo sien-to, lo siento de veras.

No lo sientas. Si lo sientes atraerás la tris-teza. Tu venida es una alegría para mí, me re-conforta, me excita, incluso. Eso es lo que estábien. Además, como sabes, el tiempo se ocupade barrer todos los rincones. Ahora sólo piensoen mí mismo; no te diré que me entusiasme elresultado, pero pienso en mí, es decir, en lo queestá, no en lo que no está. Esto he hecho, estohe dejado de hacer, esto pude... La crisis de con-tingencia revisited. Te diré que es otra forma derecordar, no es aún la de la ancianidad, pero síque es la última ocasión antes de entrar en la an-cianidad. El anciano recuerda de otro modo: nose cuestiona, sino que sólo trata de aferrarse a lamayor cantidad de cosas que su memoria puedaretener. Debe ser espantoso ¿no te parece?

19

Page 8: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

No. No me lo parece. Es lo que quierentener ¿no? Entonces, creo que está bien.

Temo que no me haya explicado. Quie-ro decir que es espantoso para mí, que no meapetece nada verme en ésas ¿comprendes?

Sí, pero ¿qué puedes hacer? Cuando teveas en ello te parecerá bien.

¡Pues eso es exactamente lo que odio!¡Que ya no seré el que te está hablando sinootra cosa! ¡Un viejo, un viejo decrépito! En fin,lo que detesto de este asunto es, justamente, sa-berlo, anticiparlo, eso es lo que me deprime.

Espera a que te suceda y ya hablaremosde ello.

¿Hablar? Pero si no podré; habré perdi-do lo que soy ahora, seré solamente un viejo quecree que recordar es el único modo de retenerla vida que se le escurre entre los dedos...

Lo de la arena y todo eso ¿no?La arena, el polvo ¿cómo era aquello del

puñado de polvo...I will show you fear in a handful of dust.*

... que se escurre entre los dedos? No, ésees uno de tus ingleses...

Eliot.Exacto. Eliot. Pues bien, yo no hablo de

miedo, hablo de una patética forma de perder

20

* «Te mostraré el miedo en un puñado de polvo.»

Page 9: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

nada, porque los recuerdos ya no son nada nisirven para nada, que se convierte en la únicamanera de seguir vivo. Ahí está el horror.

Yo pienso, sinceramente, que eso es mie-do y que la imagen de Eliot es maravillosamenteútil en este caso.

Creo recordar que no hablaba de lomismo.

No exactamente, pero tampoco tú eresel Rey Pescador.

Por favor, olvidemos los juegos de inge-nio universitario. Yo ya no tengo nada que vercon ellos, los detesto y, además, me parecen unaexcrecencia oxoniense. ¡Fuera con ellos! Yo es-taba hablando de otra cosa. Maldita anglicista.

Me encanta que digas eso: ¡maldita an-glicista! Eso es muy tuyo. Ya me siento mejor.

¿Verdad que sí? Yo también me sientomejor; no hay nada como recuperar sensacio-nes. Pero es lo que te digo: en soledad la recupe-ración tiene algo de enciclopedia horrible; encambio, en compañía, se comparte. ¡Qué di-ferencia! Las palabras, las sensaciones, las emo-ciones, los argumentos... renacen, se enredan, sealimentan entre sí, bien lejos de la dramáticavaciedad del eco. Creo que tu venida es magní-fica, magnífica.

Qué bien, qué bien, me encanta. Perono olvides que he venido a contarte algo.

21

Page 10: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

Sí, lo sé, a buscar un orden. Tu juventudte lo permite. ¿Cómo no iba a aceptarlo?

Ay, Dios mío, no sé si estás para escu-charme.

Claro que no, acabas de llegar, esto no esun confesionario, donde uno va al grano nadamás arrodillarse. «Ave María purísima», dicestú; «Sin pecado concebida», contesto yo; «Pa-dre, me acuso de ser desordenada y no com-prenderme». No te rías, ¿sería ésta una formade empezar a hablar después de tanto tiempo?

Ha pasado mucho tiempo, es verdad,desde la última vez que nos vimos en Madrid.¿Cuántos años? Buf, no lo recuerdo. Pero no loparece, estoy hablando como si fuera lo normal,como si hubiera sido hace meses. No es lo mis-mo hablar que escribir cartas y, sin embargo,ahora que estoy aquí pienso que el lenguaje delas cartas era mucho más tieso, ¿no?, que hablarcontigo ahora. Pero también le debo a nuestracorrespondencia el hecho de estar hoy aquí, dehablar contigo.

Tus cartas han sido un hermoso hilo devida durante todos estos años.

Para mí han sido un hilo de sabiduría yserenidad, mi querido maestro.

Es muy grato oír eso.Me alegro. No me resignaba a perder lo

que había de bueno entre nosotros.

22

Page 11: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

Sí, eso era lo que más me asustaba. Nosé si te das cuenta, pero la Facultad me dabamiedo. Bueno, no era exactamente la Facultadsino el aula. La Facultad impresionaba, es ver-dad, sin embargo, el aula era mi sitio dentrode la Facultad y se convertía en algo muy per-sonal ¿no? Me asustaba y me excitaba a la vez.En el edificio una podía perderse o escaparse,pero en el aula tenías que estar tú, tú misma,se acabó, ahí es donde empezaba el curso y yotenía miedo, había muchas cosas detrás de esemomento y, claro, estaban por delante cincoaños de tu vida, era de susto. A mí, por prime-ra vez, me parecía la hora de la verdad, nuncame había enfrentado a una cosa así porque elcolegio era otra cosa, estabas como encarrilada¿no? Eso era lo que sentí también entonces, quepodía ir a mi aire, sin nadie encima, era la li-bertad, lo que también me asustaba, porque yome daba cuenta de que en ese edificio ajeno,pero abierto, yo sólo dependía de mí y no co-nocía a nadie. Y entonces pensé en mis padres,fíjate. Me acordé de la vida pequeña de casa,

Page 12: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

que era entrañable a pesar de todo lo que unachica a esa edad piensa de su casa. Todo lo gran-de que era lo que se me abría por delante, al fin,venía de lo pequeño de casa. Porque mi padrese instaló en Oviedo como empleado cualifi-cado de Renfe, pero mi abuelo era analfabeto.Y todavía en casa no había más que lo justo paracomer y vestirse, pero a mi padre se le puso enla cabeza que a mí me tocaba llegar lejos. Noes que fuera feminista, es que yo era la únicahija y no había otra opción: eso es lo que mellevó a la Universidad. En este país ha habidomucha gente así, empleadillos o gente de ofi-cios diversos que han conseguido que sus hijosobtuvieran título universitario a costa de priva-ciones de todo tipo y sin esperar otra cosa queel triunfo del hijo; como una redención inter-puesta, digamos. Luego, sucedía a menudo queel hijo se desclasaba y se avergonzaba de lospadres, pero eso es la vida implacable. En fin,el arco que va de un abuelo analfabeto a unanieta que buscaba licenciarse en Filosofía es co-mo la historia del siglo en este país. Ahora mishijas pertenecen a una burguesía culta, haránsus estudios universitarios sin mayor problemay no sé si pasarán a engrosar las listas del paroo conseguirán un trabajo en seguida, pero si su-cede lo primero, es probable que, mientras lle-ga lo segundo, puedan dedicarse a viajar por el

24

Page 13: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

mundo y a conocer la vida. Qué abismos ¿no?Mi madre, en cambio, me apoyaba por convic-ción; no necesitaba saber si lograría licenciarme;lo deseaba con todo su corazón, simplementepor mí y por nada más. Es lo que sucede conlas almas sencillas: sólo quieren que te vaya bieny les da igual cómo, así que te apoyarán tantosi quieres ser conductora de taxi como cosmo-nauta, esposa y madre o agente de cambio y bol-sa. Mi padre no, mi padre tenía ambiciones, nole bastaba cualquier cosa. De haber sido hom-bre, no me hubiera librado de hacer una carreratécnica, quiero decir: Ingeniería Industrial, Ca-minos... ya sabes, tener un hijo ingeniero. Parauna mujer, en cambio, una licenciatura en Fi-losofía era un buen expediente; yo creo que leparecía más apropiado que una licenciatura enDerecho. Podía ser profesora, y ¡Catedrática! Ahíestaban la posición social y nada de la luchacompetitiva del día a día en la empresa priva-da, o en un despacho de abogados, que para unamujer le parecería demasiado violento. Supon-go que a la vista de cómo ha evolucionado lasociedad, quiero decir, aquí y también en todoel mundo, convertir a su hija en ingeniera decaminos o abogada combativa le habría pare-cido más tentador hoy por hoy. Pero si te fijasde dónde viene mi padre, para él el peso de lapúrpura profesoral se asentaba en el poder, el

25

Page 14: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

respeto y la estabilidad, así que, de hecho, col-mé todas sus aspiraciones. Si llega a saber lo quees la lucha sorda y sucia por un hueco en laUniversidad, se muere del susto. Estas ideas delos padres, siempre queriendo guiar al destinocon sus manos pequeñas, con sus esfuerzos ín-timos, con su amorosa impericia... no me con-suelan, pero me producen ternura, sí, ya ves, alcabo del tiempo, y convertida en madre. Peroes al cabo del tiempo cuando te percatas de esaternura, no tiene mucho que ver con el hechode ser madre, ahora que lo pienso: el tiempo tedevuelve una comprensión que no esperabas,mientras que la maternidad tiende a recluirteen un recinto acotado por el amor exclusivo,eso es lo que pienso ahora. No he defraudadoa mi padre ni a mi madre, cada uno se felicitapor mi estado y ahí descansa toda su vida. Lamía, en cambio, como me pertenece con todassus consecuencias, es un modelo de inestabili-dad. ¿Se lo podría contar a ellos? Imagino suincomprensión y también eso me resulta tier-no, por eso cuando voy a verlos les cuento loestupenda que es mi vida, por lo mismo quecerraré sus ojos cuando hayan muerto. ¿Qué tal?No me mires así, te estoy hablando en serio. Noes nada sencillo explicar que todo va mal cuan-do todo va bien. Porque va bien, todo va bien,mi padre tenía razón y, en el fondo, ha sucedi-

26

Page 15: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

do lo que tenía que suceder, sus previsiones eranciertas, su orgullo era legítimo. ¿Qué importacómo he llegado hasta aquí, qué importan lasvueltas absurdas que he dado para llegar al si-tio donde, en su ingenuidad, mi padre me re-servaba plaza con una fe que para sí la quisierael cura de su pueblo? ¿Cómo le explicas que undía puede suceder algo tan importante como pa-ra abrirte el suelo bajo los pies y tragarse esa vidatan bien resuelta? Dios mío, la vida es muycomplicada. Yo tendía a pensar que éramos no-sotros, pero es la vida, o el destino, o el azar,no sé bien cómo llamarlo. De repente, una sa-cudida sísmica se lleva por delante tu casa, tusitio. ¿Qué se hace entonces? ¿Qué culpa tienenadie? Es la vida. Creíamos que era segura, mipadre creía que era segura, que era una cues-tión de sumandos que da un resultado, un pococon la ayuda de Dios, como decía mi madre,qué graciosa, un poco, pobrecita. Pues no; y merío de tu odiado mundo y de tus masas y delbarrizal, mira por dónde. Puede que a ti ya note afecte nada, pero a mí, sí. Y dudo que a tino te afecte nada. El demonio del mundo mo-derno es la inseguridad ¿no? El demonio. Meadmira su astucia, qué tipo tan listo. Ya que nopuede tentarnos al estilo clásico, nos siega lahierba bajo los pies. ¿Quién es capaz de fundarnada en esas condiciones, ni una familia, ni una

27

Page 16: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

tranquilidad? A mi padre ya no le afecta nada,porque la inseguridad lo más que puede hacercon él es matarlo. Él tiene un antídoto: morir-se. Pero ¿y yo? ¿Qué hacemos nosotros cuandoempieza el movimiento sísmico? Echar a co-rrer, con la cabeza en su sitio o perdiendo lacabeza, pero echar a correr. Y tú harías lo mis-mo, no te engañes, no estás tan muerto comopretendes; estás tan poco muerto que todo lode hacerte el noble viejo debe ser un exorcis-mo para esconder lo mismo que quiero escon-der yo: el miedo. Eso es lo que ocurre cuandoechas a correr despavorida por el terremoto: quete empuja el miedo y correr se convierte en unesfuerzo sobrehumano. ¡Pues yo no quiero! Noquiero echar a correr como una loca sino bus-car dónde poner los pies, aunque no sea másque para dar otro salto a otro punto de apoyo.Lo malo es que no sé dónde estoy y a la vezvivo en una situación en la que todo va bien,ciertamente bien, todo es como se pretendía quefuera y la familia es tan ideal como un álbumde fotos en colores.

¿Y cuál fue el trabajo que presentaste?¿El qué? Ah, una traducción comentada

de las Odas de Keats. Vaya. El romanticismo... Te diré que este

invierno es más bien tempranero, como lo hasido el otoño, porque aquí las hojas de los cas-

28

Page 17: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

taños de Indias comienzan a caer ya a finales deseptiembre; este año se ha echado encima tanpronto que, a estas alturas, el frío no ha dejadoni rastro del romanticismo otoñal, pero el díano va del todo mal con Keats ¿no te parece?

Si es como hoy, me gusta, me tranquili-za. Es más, creo que voy a tomar otra tostada.

Anoche estabas tan cansada que nuncaimaginé que fueras a madrugar tanto. Te ase-guro que me quedé boquiabierto al verte apa-recer esta mañana por la cocina vestida de pa-seo. Yo esperaba sorprenderte con uno de esosmíticos desayunos campestres que tanto osemocionan a los urbanitas. ¿Mermelada de mo-ras? Es deliciosa.

Gracias. Esta mañana salí a dar una vuel-ta. No me preguntes. Últimamente me bastacon dormir cinco o seis horas.

Pues ten cuidado porque es muy fácildesaparecer en la niebla, sobre todo si tarda enlevantar. No es el caso hoy, pero puede serlo ma-ñana.

Sólo he dado vueltas alrededor de la casa.Te aseguro que vi la niebla cuando salí.

Excelente.¿Sabes?: me he quedado prendada de

las telarañas. No estaban a la vista y, de pron-to, no sé cómo, quizá la niebla retrocedió dospasos, el caso es que aparecieron en la cerca,

29

Page 18: un peso en el mundo - · PDF fileliteratura, quiero decir, no sabemos lo que es eso; sólo hemos llegado a ser lectores. Sí, sin duda, lectores que sacan un gran partido a sus lecturas,

entre los alambres, cuajadas de gotitas de aguadiminutas, qué aparición tan maravillosa. En-tonces es cuando me he dado cuenta de queestaba en el campo, que me había ido de Ma-drid y que estaba aquí. Ha sido un golpe desentimiento.

30

Trabajo
Cuadro de texto
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. Código Penal).
Trabajo
Línea