un nuevo y valiente compromiso

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un nuevo y valiente compromiso Escuela Valores Divinos / Divine Values School Sede Principal: Cuenca, Ecuador | [email protected] TODA LA INFORMACIÓN O CONTENIDO DE ESTE LIBRO TIENE DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL EXCLUSIVOS DE LA ESCUELA VALORES DIVINOS Y ESTÁN PROTEGIDOS BAJO LAS LEYES DE PROPIEDAD INTELECTUAL. ESTÁ PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN, TRANSMISIÓN O USO TOTAL O PARCIAL DE ESTA INFORMACIÓN SIN EL DEBIDO PERMISO ESCRITO DEL AUTOR Y MARCA REGISTRADA DEL PROPIETARIO.

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un nuevo y valiente compromiso

Escuela Valores Divinos / Divine Values SchoolSede Principal: Cuenca, Ecuador | [email protected]

TODA LA INFORMACIÓN O CONTENIDO DE ESTE LIBRO TIENE DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL EXCLUSIVOS DE LA ESCUELA VALORES DIVINOS Y ESTÁN PROTEGIDOS

BAJO LAS LEYES DE PROPIEDAD INTELECTUAL. ESTÁ PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN, TRANSMISIÓN O USO TOTAL O PARCIAL DE ESTA

INFORMACIÓN SIN EL DEBIDO PERMISO ESCRITO DEL AUTOR Y MARCA REGISTRADA DEL PROPIETARIO.

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Aim Hrim Klim

“Este Navaratri debe ser un nuevo y valiente compromiso propiopara desconfeccionar el trajerío inútil que mal nos cubre.

Para develar los tejidos, por más sutiles o densos que sean”.- Mataji Shaktiananda -

“Atraer la fuerza femenina en este momentopara reabrir y cerrar ciclos es lo oportuno.Agigantar la voluntad, despejar el sentir,

enriquecer intenciones, así como definir acciones,queda como el ejercicio cabal

para impregnar la naturaleza Madre”.- Mataji Shaktiananda -

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La única victoria es el amorEMANACIÓN MATAJI SHAKTIANANDA

Aún quedan células, óvulos, semillas, absolutamente vivas, en formas y configuraciones que ni siquiera imaginas

y que esperan ser engendradas.Y lo serán.

Todavía existe un enorme período, en el que la concepción se regirá por la primera Ley.Aquella que se entregó para ser establecida, vivida

y que llevará en sí un signo.

Eres tan parte de ese signo.Es el que te ha identificado y con el que has podido avanzar.

Dirás, ¿avanzar hacia dónde? ¿Hacia qué?Y es que hubo Quien te configuró, queriéndose ver a sí mismo.

Pero existe hoy otra fuerza, que quiere llevarnos hacia otras formas.El hombre ha elegido ser menos humano y más tecnología.

Puedes constatarlo en ti sin mayor aspaviento, ni siquiera frustración.Tendrías que aceptar casi sin reclamo.

Y se trata de una reprogramación, otro culto.Solamente explora cómo piensas hoy,

cómo te descifras, si existe alguna alteración. Y la hay.

Y no se trata de que te aferres a lo que existió, ni que batalles renegando.Más bien, haz un sano y valiente intento, dentro de tu configuración,

de enaltecerte, sobre tu principio creado.Es decir, el amor.

Lo que sea que tengas que hacer, ya en esta realidad, imprégnalo de tu cálida voluntad:

expresar amor.Es ahí, donde todavía puedes resistir.

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Regenera tu código, aunque sepas que, irremediablemente, tendrá otra reproducción.

No renuncies a tu sistema humano, aunque pretendan sobrecargarlo de anómalos circuitos de producción.

Como elección, escoge salir, sin sentirte en derrota, no existe tal.Que no te aquejen tales vicios.

Retómate una y otra vez.Retoma a los tuyos. Arrópalos con amor.

Que nadie salga vencido.La única victoria es el amor.

Pasarán los siglos y ya nada recordarás.Abandona este sistema. Transfiérete a uno mejor.

Existen y son aún más poderosos.

Gloria al hombre.Gloria al humano.

Gloria al amor.

Solo existe un Dios

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La Fuerza de una MadrePOR MATAJI SHAKTIANANDA

“Antes del comienzo del Universo, Existía solo Yo, sin nada más que mi Ser”.

Devi Gita

No es preciso preguntarse cuánta fuerza tiene una madre, sería desconocer la naturaleza perfecta de una criatura creada para la gestación innata de un impulso de vida y luz. Es la representación absoluta de un proceso que se ve por doquier, cada día, en cualquier lugar. En todo momento existe una

madre reproduciendo vida, sea cual sea el origen y la fecundidad a la que se prestó su ser.Tampoco demanda esfuerzo comprender su abierta condición y los atributos

dispuestos para que toda concepción sea posible. Es el dotamiento preciso de un sistema que es capaz de gestar, concebir, germinar, engendrar, procrear, originar, principiar, reproducir, multiplicar, traer, recibir, acoger, amparar. Y faltarían palabras para describir lo que se deriva de esa fuerza, por lo que jamás resultaría arbitrario ni exagerado resaltar todas las propiedades dadas a la Fuerza Madre.

Asimismo, referenciar esta naturaleza con su contrapartida, su polo opuesto o su complemento, es tan solo realizar una visión equilibrada y justa de lo que el Principio creó. Y, por supuesto, la Fuerza Padre es toda respuesta o toda pregunta que ronda el umbral existencial. No ha sido más que la precisa analogía la que permitió al hombre discernir la correspondencia exacta, la equivalencia manifestada en todo.

LA FUNCIÓN DE TODO ESTO¿La función de todo esto? Lo que igualmente hemos llamado “evolución”,

que no es precisamente garantía de perfeccionamiento o avance, más bien apela al desarrollo, al progreso de lo inevitable: la transcendencia de las especies, las formas y condiciones en que se desarrollan las razas, el ir y el devenir de los seres por las eras y la caución de que siempre existirá el mecanismo humano para existir. Eso se propuso. Lejos está hoy la otra propuesta que, con tanta equidad, se le acercó para inmortalizarse a través de su conciencia. Hoy no lo acompaña más que del rastro negador de su gestión de vida, cercano a la mortandad y la aniquilación de todo trazo de materia iluminada.

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No habrá reliquia que pueda dar fe de los más nobles y notables designios que el ser humano consciente quiso legar para el siempre despertar de las conciencias, aquellas sujetas a desarrollar el bien sobre los sistemas que habitan mundos prolijos y sensibles. Concebidas para dar los más firmes avances y la existencia en vida, así como la preservación de todos los seres que se encuadran en el registro evolutivo que estos sistemas generan. No se trata de una inocua idea de eternidad, ni la glorificación de las sustancias sin logros por encima de sus materias.

Es poco lo que hoy el hombre comprende de lo que ha sido su propia depredación, su desvirtualización, su desgano evolutivo, su miseria represada, tanto en ideales como en reservas incontroladas de sus despojos y desperdicios, producto de sus inconsistentes formas de reciclar, renovar, reconstruir y reformular lo que vive.

UNA FORMULACIÓN DISTINTA¿Ante este panorama tan visible y tangible, qué queda? Estamos, sin duda, haciendo

registro, ya no con certeza consciente de lo que habitar estos planos de conciencia requiere. Una vez transgredidos los canales de concepción y dadores de vida, se impuso una formulación distinta de vivir y, por ende, se alteraron los circuitos ya creados para darle continuidad al progresivo y fiel avance del ser humano en los predios elegidos para aventurar su tarea evolutiva.

Madre y Padre son hoy mecanismos obsoletos de concepción, cómo podemos entonces pretender que se siga ajustando el ideal conferido como sagrado de una fuerza que opera desde las esferas creativas más elevadas, en medio de una humanidad que desacató y desajustó el continuum que hasta hace poco existió.

Sin juicios fatalistas ni recalcadas reflexiones, basándonos en un mea culpa, el giro sustancial que la humanidad quiso darle a la polaridad existente en los universos conscientes, solo responde a las necesidades surgidas en medio de desórdenes de existencia que nadie tiene que enumerar, y mucho menos adivinar, sabiendo que son vox populi las decisiones existenciales que han advenido en los seres humanos. Así como los conferimientos graduales de defensa y derechos a las más recientes determinantes, las que una vez aceptadas deben gozar de todos los mecanismos que refuercen y amparen su existir.

Eso es acción Madre. La Madre no abandona.

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NAVARATRILas nueve noches de la Madre Divina

Navaratri (en sánscrito: “nueve noches”) es una celebración milenaria dedicada a la Victoria de la Luz sobre la oscuridad. En las épicas puránicas se describe cómo la Madre Divina, llamada por los Dioses al combate, el resguardo y la protección de los mundos, triunfa sobre los demonios que intentan desviar

el propósito y el Plan Divino. Navaratri es un auspicioso período para la invocación y descenso de la Fuerza Shakti,

que comienza en la primera luna (Pratipada Tithi) de la quincena brillante (Shukla Paksha) del mes de Ashwin (entre septiembre y octubre) y se extiende por nueve días y noches, hasta Navami Tithi.

Dentro de la Tradición se distinguen cuatro Navaratris en un ciclo solar, cada uno correspondiente a una estación del año: Sharada (otoño), Chaitra (primavera), Magha (invierno), Ashadha (verano). Según el Mahakala Samhita, el significado de cada Navaratri varía de Yuga a Yuga. Siendo Sharada Navaratri el más importante en este tiempo.

Los nueve días y diez noches se consagran a la Madre Divina en su forma de Durga-Parvati, siendo Parvati la Shakti, la consorte, de Shiva, y Durga la Madre de su Creación. A los aspectos de estas Diosas que se invocan durante Navaratri se les denomina Navadurga.

Durante Navaratri, se recuerda la terrible batalla librada por Durga sobre el demonio Mahishasura. Su victoria permitió restaurar el Dharma en los tres mundos. Esta historia es narrada en la épica Durga Sapta Sati, conocida también como Devi Mahatmyan.

Siendo siempre el evento arquetípico de la victoria de las fuerzas de Luz sobre la oscuridad, Navaratri se asocia, en algunos lugares, con el triunfo de Rama sobre el demonio Ravana en la épica del Ramayana. Las narraciones cuentan que el Señor Rama, siguiendo la guía de Brahma, invocó a Durga durante Sharada Navaratri, buscando sus bendiciones antes comenzar la guerra contra el rey demonio y, con la fuerza y la bendición de la Diosa, pudo triunfar en tan notable combate.

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NAVARATRINueve noches potenciadas

POR MATAJI SHAKTIANANDA

¿Cuántas noches necesitaremos para nuestro consuelo? Y tal vez serían muchas, pese a saber que madre hay solo una.

¿Nueve noches? El cuido y la asistencia materna no cesa, solo que son nueve noches que rememoran aquellos nueve meses en los que nos mantuvimos inmersos dentro de una fuente creadora. Nueve noches en las que se potencia la afinidad y la proximidad a lo que la Madre como figura es. Ese portento de amor incondicional que amamanta de día y de noche con sus fluidos incesantes de amor.

Nueve noches en fracciones de tres, para condensar en memoria los canales y conductos que ya vivimos de aquel vínculo existencial con la fuerza procreadora. Noches son, porque no podríamos referenciar nuestras oscuridades si no aparecen a la sombra de las espesuras nocturnas, esos sombríos extremos en los que nos movemos sin control, dentro de la lobreguez que cada noche contempla, cuando la Luz pareciera demorarse en largas y atormentadoras noches esperando, casi sin esperanza, cada nuevo amanecer.

Y amanece y se nace otra vez. Cada día se nace de nuevo. Cada sombra que rasgó el velo protector se trasluce en nueva luz. Toda sombra guarda su luz. Por eso, a la luz de cada día, nos preparamos para detectar cada aspecto insospechado, pero por igual acechante y negador. Si nos hemos sabido habitantes por nueve meses de ese artificio humano, pleno de conductos vitales que interactúan en simbiótico proceso de conexión, estableciendo vínculos causales que se traen y se llevan en las células, ¿cómo no vamos a poder percibir nuevamente los nutrientes dados de memoria y amor que se conjugan en un vientre-madre que nos ampara de nuestra esencia-vida? Contenemos nuestras propias células madres, receptoras inmaculadas de toda memoria instalada, reponedoras naturales de células en desgaste.

Y siempre será la idea recuperar-activar lo transmitido en esa relación. Reaprender a con(vivir) con toda información útil, mientras persistamos en la vida humana como forma de restituir campos de luz para la ascensión y la trascendencia definitiva.

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Nueves noches tan locales como universales, cósmicas y más allá. Lejos e inalcanzables quedaron credos y rituales de aquellos espacios remotos, cultores del Ser en sabidurías ancestrales y exactas. Ahora, solo hemos retomado vectores energéticos asociados a Fuerzas de Luz activas. Nos acercamos y nos reproyectamos dentro de un espacio-tiempo inexistente hoy, cuando sabemos de la “atemporalidad” de la existencia. Estamos “despersonalizando”, “desfronterizando”, “desprogramando” fundamentos religioso-espirituales de toda índole. Estamos rescatándonos de la indolencia colectiva hacia esa parte del ser humano que ha quedado atrapada en las redes de la sociedad actual en la que, cada día, resulta más asfixiante y demoledor subsistir sin el menor acogimiento a manifiestos que nos devuelvan el aliento de Ser.

Se trata de una manera de nacer cada día frente a la paradoja humana, que termina pareciendo un sempiterno suicidio o una condena imperecedera. Eso venimos cometiendo y arrastrando vida tras vida.

¿Cómo no responder a lo que sabemos es la energía dadora y sostenedora de vida? ¿Cómo negarnos el cobijo de los diferentes aspectos de la Energía Madre? ¿Cómo desconocer lo que abarca y constituye un amor íntegro e incondicional? Primigenia fuerza de roce y contacto humano, receptáculo y canal de un contenido

desconocido por sí mismo, pero que gesta y abraza sin condiciones hasta que lo alumbra, lo entrega y lo desprende de su seno para consentir la vida.

El propósito de la celebración de Navaratri es permitir liberarse de las más espesas oscuridades. Apelando al sentimiento Madre-Devi tras la comprensión exacta de la dispensación de la Madre Divina, emisaria directa de la creación para romper nuestros cordones mal formados de temor y desamor. Durga, Lakshmi y Saraswati, las tres juntas representan a la Maha Shakti, la energía poderosa que subyace a todos los fenómenos de la Prakriti (Naturaleza). Ella es la gran generadora de toda la energía y esplendor natural de la Madre Tierra y sus reinos visibles e invisibles, en su entrega a quien controla esa energía: el Señor de los Universos Conscientes, el Señor Shiva.