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Universidad de Chile Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Antropología Carrera de Arqueología UN ACERCAMIENTO A LAS CADENAS OPERATIVAS LÍTICAS DEL COMPLEJO HUENTELAUQUÉN DESDE DOS CAMPAMENTOS DE TAREA: LV 531 y LV 547, PICHIDANGUI, CHILE. Informe Final de Práctica Profesional Alumno: Benjamín Ballester Profesor guía: Donald Jackson Agosto, 2009.

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Práctica profesional de Arqueología, análisis de material lítico en el Norte Chico chileno.Por Benjamín Ballester.

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Page 1: Un acercamiento a las cadenas operativas líticas del Complejo Huentelauquén desde dos campamentos de tarea: LV 531 Y LV 547, Pichidangui, Chile. Por B. Ballester 2009

Universidad de Chile Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Antropología Carrera de Arqueología

UN ACERCAMIENTO A LAS CADENAS OPERATIVAS LÍTICAS DE L COMPLEJO HUENTELAUQUÉN DESDE DOS CAMPAMENTOS DE TAR EA:

LV 531 y LV 547, PICHIDANGUI, CHILE.

Informe Final de Práctica Profesional

Alumno: Benjamín Ballester Profesor guía: Donald Jackson

Agosto, 2009.

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1. Antecedentes Antecedentes generales La problemática de poblaciones tempranas en el Centro-Norte de nuestro país es un tema que ha variado y se ha desarrollado a lo largo de la historiografía de la construcción de la (pre)historia temprana. Las primeras poblaciones costeras arcaicas fueron reconocidas inicialmente por Iribarren (1961) en la IV Región, definidas culturalmente –desde la arqueología- a través de ciertos fósiles tipo presentes en la cultura material, como la presencia de puntas pedunculadas, litos geométricos y asentamientos en antiguas terrazas marinas. Sitios de similares características fueron reconocidos tanto en la costa como en el interior (Iribarren 1961), material que se fue acrecentando cuantitativamente a finales de los sesenta y principio de los setenta, con estudios más dirigidos al tema en particular (Bahamondes 1969; Silva y Weisner 1972-1973), sumado a algunos hallazgos aislados (Ampuero 1969; Weisner 1986). Dentro de estas investigaciones tempranas cabe destacar el trabajo de Silva y Weisner (1972-1973) por intentar superar la descripción empírica del material recuperado y generar un modelo de subsistencia y dinámica cultural a partir de un marco teórico al menos inicialmente explicitado, además de cuestionarse sobre la dinámica de cambio a nivel tecnológico entre los grupos denominados Paleoindio y Huentelauquén. A finales de esta década el problema fue retomado pero ya no desde la IV región, sino desde el Norte Grande (Llagostera 1977; 1979). No fue si no durante los noventas que el tema retomó especial interés, formándose dos grupos de investigación que abordaron problemáticas distintas respecto a los grupos Huentelauquén y desde una perspectiva metodológica bastante diferente. El grupo de investigación dirigido por Agustín Llagostera (FONDECYT 1950036) prefirió abordar la problemática del complejo Huentelauquén desde una perspectiva macroregional que integrara la II, III y IV Región, integrando investigadores de distintas regiones y disciplinas, con el fin de retomar la conexión que existe entre los sitios de la II Región y los sitios tipo descubiertos y definidos para la IV región (Llagostera et al. 2000). En el otro caso, se han desarrollado una serie de proyectos FONDECYT referentes al problema, tres de ellos al tema particular del poblamiento temprano de la provincia del Choapa. Estas investigaciones, a diferencia de la anterior, tomaron una perspectiva micro dirigida a los asentamientos tempranos de la acotada región con el fin de lograr identificar la dinámica regional de estos grupos tempranos (Jackson et al. 1999; Jackson y Méndez 2003). Estas últimas investigaciones se han mantenido a lo largo de más de 10 años intentando reconstruir la secuencia cultural del área meridional de la IV Región, tomando el problema de Huentelauquén desde una perspectiva inserta en la secuencia cronológica, problematizando en conjunto con lo Paleoindio y lo papudo, relacionando los cambios culturales a los procesos medioambientales finipleistocénicos y holocénicos. Los grupos de cazadores recolectores del Complejo Huentelauquén pasaron según Llagostera y colaboradores (2000) por dos fases consecutivas. Una primera fase (10500 – 9500 a.p.) que para ellos solo estaría representada en los sitios de la II y III regiones, caracterizada por una orientación marítima y la ausencia de litos geométricos. La segunda fase (9500 – 8000 a.p.) se presenta espacialmente en la II, III y IV regiones con presencia de litos geométricos. Los autores también diferenciaron 2 zonas, la zona 1 que abarca el territorio árido, con una tradición altamente marítima, y una zona 2 en el territorio semiárido con una tradición que enfatiza en la explotación del guanaco.

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Cabe cuestionar dicho modelo cronológico-espacial por el tipo y cantidad de datos que usaron para este modelo. Además existen en la IV Región sitios más tempranos que 9500 a.p. y por tanto anterior a la fase 1, como en Punta Ñagué con fechas de 10120+-80 a.p. (Jackson 1993) y 9300 a.p. (Galarce 2000). Respecto al problema de la presencia o ausencia de los litos geométricos, creemos que ya no se puede seguir pensando a las sociedades pasadas mediante definiciones a partir de fósiles tipo, ya que es una concepción idealista, empirista y estática, que entiende a las comunidades como cerradas y aisladas, generando una visión ilusoria de la cultura (Briz 2006-2007; Sáenz 2004-2005). Por su parte, Jackson at al. (1999) han identificado en el sector meridional de la IV Región ocupaciones entre los 13 y 11 ka cal a.p., con una adaptación costera y un fuerte énfasis en los recursos marítimos mediante un patrón de asentamiento “nucleado-disperso”. Jackson y Méndez (2003) discriminan dos modalidades distintas de asentamiento en la región; una primera más temprana (13 y 11 ka cal a.p.), caracterizada por el modelo “nucleado-disperso” anteriormente señalado, con asentamientos de orientación litoral, con un sistema de asentamiento residenciales y de tareas de diversa índole, todos ubicados en la segunda terraza marina y algunos en sistemas de paleodunas; y la segunda (11 al 9 ka cal a.p.), con asentamientos ocasionales emplazados sobre los bordes de las quebradas vinculando los sectores cordilleranos y costeros, con una alta cantidad de actividades laborales dirigidas a la producción de bifaces, relacionado con el uso de estas herramientas para la caza de mamíferos terrestres. Antecedentes particulares La localidad de Pichidangui ha estado inserta en los modelos culturales de representación de estas sociedades desde la década de los setentas, donde ya tempranamente Bahamondes (1969) y Silva y Weisner (1972-1973) trabajaron en este lugar algunos contextos arqueológicos atribuibles al Complejo Huentelauquén. Bahamondes (1969) identifica en el sector un taller lítico asociado a un pequeño conchal, describiendo una industria lítica sobre basaltos con instrumentos formalizados como puntas de proyectil, raspadores y artefactos toscos, mediante labores de presión y percusión, asociándolo al Complejo Huentelauquén.

Figura 1: Fragmentos de puntas de proyectil atribuibles al Complejo Huentelauquén recuperados

por Bahamondes (1969).

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Por su parte, Silva y Weisner (1972-1973) toman una perspectiva menos descriptiva e infieren las formas de movilidad de estos grupos incorporando información de distintos sitios, entre ellos Pichidangui A-B y C. Para los sitios costeros del complejo aseguran que estos presentan conchales muy pequeños, siendo asentamientos de uso estacional, sin una especialización en la explotación de recursos costeros. Posteriormente Galarce (2004) realiza un muestreo lítico superficial en los dos sitios que hemos considerado en nuestro análisis, en LV 5471 y en LV 531 - este último trabajado anteriormente por Bahamondes (1969)-, comparándolos con otro par de sitios ubicados más al Norte. Su estudio resulta de gran relevancia a nuestro trabajo ya que realizó una caracterización petrográfica de las fuentes locales de materias primas, lo que nos permitirá fácilmente caracterizar nuestras muestras arqueológicas. Junto con esto, presenta una detallada descripción del material arqueológico muestreado y recolectado selectivamente en ambos sitios. El autor caracteriza a LV 531 como un sitio que presenta 6 concentraciones de material lítico en superficie sobre una duna deflacionada por la erosión eólica, con ocupaciones del arcaico temprano y del arcaico medio o tardío. En dicho trabajo de campo no logró identificarse depósito estratigráfico del sector temprano. Al parecer la ocupación del sector Norte del sitio sería la más tardía, mientras que la del Sur presentaría una cronología más temprana, caracterizado por la gran cantidad de desechos de desbaste bifacial. En el conjunto predomina el trabajo sobre tobas silíceas y riolita manantiales, ambas disponibles en un radio de 5 kms desde el sitio en una fuente secundaria en el lecho de un estero. El segundo sitio en estudiado, LV 547, estaría formado por tres grandes concentraciones de material lítico, predominando los desechos de desbaste bifacial y las preformas bifaciales, donde fue recuperado un fragmento distal de una punta de proyectil producida en toba riolítica morada, además de la presencia de algunos núcleos y trabajo relacionado al desbaste de estos. Asegura que las materias primas utilizadas en la producción lítica corresponden a los recursos por él muestreados en la quebrada de Palo Colorado como fuente secundaria, como es el caso de tobas riolíticas y tobas silíceas. Destaca el hecho de la nula representatividad de la riolita manantiales en este último sitio, siendo que no se encuentra a más de 7 kms de distancia. En definitiva, caracteriza a ambos sitios “como locaciones de actividades reductivas específica orientadas a la obtención y procesamiento de recursos líticos de alta calidad” (Galarce 2004:111), relacionando estos sitios con algunos de la zona de Los Vilos, en un sistema de movilidad donde se complementarían distintos asentamientos. 2. Problema Con estos elementos en consideración, el propósito de nuestra investigación es ahondar en el estudio de las tecnologías líticas implementadas por los individuos que formaron parte de lo que hoy se conoce como Huentelauquén. Aún así, consideramos que todo análisis referente a tecnologías líticas –o cualquier otra tecnología- solo es útil si a esta se la comprende en su sentido de praxis, envuelta en relaciones sociales entre individuos y colectividades a través del trabajo, las que se encuentran en constante movimiento y dinamismo, transformación y autoconstrucción (Briz 2006-2007; Jover Maestre 1998-1999; Saenz 2004-2005). Comprendemos así que este acercamiento técnico al material lítico muestreado proviene de una estrategia metodológica que está en función de ciertos

1 En el trabajo de Galarce (2004) el sitio LV 547 fue simbolizado como LV 601. Hemos preferido utilizar la simbología actual de referencia de sitios proporcionada por Donald Jackson donde el sitio se ha simbolizado como LV 547.

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problemas y cuestionamientos respecto a la realidad social de los grupos que vivieron en la región durante el holoceno temprano, siendo esta instancia un medio y no un fin para nuestros propósitos actuales y futuros. Aún siendo un tema de amplio alcance, creemos que el análisis de los materiales de estos sitios particulares, tan similares al menos respecto al tipo y fase de la actividad laboral sobre soportes líticos que se está llevando a cabo, resulta un primer paso hacia la comprensión de las estrategias tecnológicas implementadas por estos grupos en el marco de determinadas relaciones sociales. Desde este marco nuestro objetivo es intentar dar solución a la siguiente pregunta: ¿Cuales son las etapas del proceso de producción de herramientas líticas que se están llevando a cabo en estos campamentos de tareas de uso estacional? Y, ¿cuáles son las etapas de las cadenas operativas en la producción de las distintas herramientas líticas que están representadas materialmente en ambos sitios? 3. Descripción y ubicación de los sitios La muestra utilizada en esta práctica profesional proviene justamente de estos dos sitios de la localidad de Pichidangui, Comuna de Los Vilos, Provincial del Choapa, IV Región. Ambos, LV 531 y LV 547, fueron trabajados anteriormente. El primero de ellos por Bahamandes (1969), y los dos por Galarce (2004). Ambos se encuentran sobre una paleoduna en el sector Norte de la Bahía de Pichidangui, en la zona de mayor exposición eólica de los vientos que vienen del Suroeste hacia el Noreste. Es esta alta exposición la que determinó la geomorfología dunar de la bahía, mostrando una especie de lengua que sobresale hacia el interior mostrando el movimiento de la paleoduna producto de la exposición eólica. Por esta misma razón, este sector de la bahía es la que presenta mayor oleaje y por tanto, también mayor arrastre de fauna marina, como peces y moluscos, en especial bivalvos característicos de estas playas arenosas.

Foto 1: Fotografía aérea de la bahía de Pichidangui. En el sector superior-izquierdo se puede divisar la formación de paleodunas activas; en la sección media, y de derecha a izquierda, el curso

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inferior del Río Quilimarí; sobre el sistema de paleodunas se aprecia la sección final del Estero Palo Colorado, principal fuente secundaria de buenos recursos líticos para la talla de la localidad. La bahía debe en parte sus sedimentos arenosos a la presencia del Río Quilimarí que baja desde algunos kilómetros al interior de Tilama, cuyas nacientes se encuentran en la Montaña Media. Justo al Norte de la bahía se encuentra la desembocadura del estero Palo Colorado, un afluente de escurrimiento estacional que ha formado en sus terrazas fluviales una fuente secundaria de recursos líticos de buena calidad para la talla (Galarce 2004) producto de acarreo de nódulos desde fuentes primarias en el interior.

El sitio LV 547 se encuentra a una distancia de 350 mts del estero de Palo Colorado y a 700 mts de su desembocadura. El sitio se emplaza en un sector donde la duna fue deflacionada por completo, quedando en superficie la base de la duna, un sedimento compacto de arcilla rojiza. Este hecho da la posibilidad de que los materiales en superficie sufrieran de un palimpsesto, mezclándose materiales de distintas ocupaciones.

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Foto 2: Fotografía aérea sitio LV 547. El polígono marcado corresponde a la extensión superficial aproximada del sitio; el punto indicado al interior del polígono representa el punto NW de las transectas de nuestro muestreo; y el punto fuera del polígono marca el lugar de muestreo por parte de Patricio Galarce para su Memoria de Título (2004).

El sitio LV 531 encuentra también en un sector de deflación de la paleoduna, aun que no por completo, sin aparecer en superficie la base arcillosa.

Foto 3: ubicación del sitio LV 531. A ambos costados se pueden apreciar los testigos de la

paleoduna. 4. Metodología de trabajo El plan metodológico fue diseñado con el fin de poder abordar el objetivo general de nuestra investigación: Reconocer, identificar y describir las distintas etapas de la(s) cadena(s) operativa(s) de cada una de las categorías de herramientas líticas que se están produciendo en los dos sitios Huentelauquén.

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Galarce (Op cit. :111) caracteriza ambos sitios “como locaciones de actividades reductivas específica orientadas a la obtención y procesamiento de recursos líticos de alta calidad”. Desde la particularidad de ambos se buscó llevar a cabo nuestro objetivo general: el describir las etapas de las cadenas operativas de las distintas categorías de herramientas líticas que se están manufacturando en ambos sitios, y desde ahí intentar identificar el papel que ambos están cumpliendo dentro de la producción total de estos grupos. Como vimos anteriormente, ambos sitios se encuentran emplazados en un sistema de paleodunas aun vigente, en un sector de actual deflación de esta, por lo que el material cultural se presenta superficialmente. Por estas características se planteó una estrategia de muestreo sistemático en los sectores de mayor concentración, llevando a cabo una recolección superficial sistemática y selectiva en ambos sitios, y una excavación en uno de ellos que presenta material cultural en estratigrafía. Muestreo y recolección superficial En cada uno de los dos sitios se decidió muestrear mediante una recolección superficial en los sectores de mayor densidad de concentración de un total de 48 mts2, divididos en 12 unidades de 2x2 orientadas en dos filas paralelas (A y B) y contiguas de 6 unidades cada una (1, 2, 3, 4, 5 y 6). En ambos sitios se muestreó la misma cantidad de metros cuadrados con el fin de poder llevar a cabo una comparación en etapas posteriores del análisis. Junto a esto se realizó una recolección selectiva de artefactos líticos diagnósticos con el fin de lograr una mejor caracterización cultural y funcional de ambos sitios.

Foto 4: Área de recolección superficial, sitio LV 531, Pichidangui.

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Foto 5: Área de recolección superficial, sitio LV 547, Pichidangui.

Excavación El sitio LV531, asociado a la zona de recolección superficial, presentaba aflorando en el costado de un testigo de la paleoduna restos de una pequeña concentración malacológica en estratigrafía. Se decidió primeramente realizar un pozo de sondeo de 1x1 en esta zona para reconocer el potencial estratigráfico del sitio. La unidad se llevó a cabo en el costado del testigo de la paleoduna, en un sector con una pendiente de al menos 30º en actual proceso de deflación. En la Unidad 1 se reconocieron tres concentraciones malacológicas de aproximadamente 50 cms de diámetro, por lo que se decidió trazar dos nuevas unidades. La Unidad 2, trazada al Este de la Unidad 1, no mostró material cultural en estratigrafía. La Unidad 3 se trazó entre la Unidad 1 y la Unidad 2 intentando excavar hacia el interior del testigo de la paleoduna, con medidas de 0,8x2 mts. El registro de las Unidades 1 y 3 constó de registros de planta, perfiles y fotografías, los que se adjuntan en este trabajo.

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Foto 6: Unidad 1, LV 531, Pichidangui.

Foto 7: Unidad 3, LV 531, Pichidangui.

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Análisis de Laboratorio Análisis malacológico El material malacológico recuperado tanto de las recolecciones superficiales como de la excavación estratigráfica fue analizado a nivel cualitativo y cuantitativo. El material recuperado desde la excavación estratigráfica fue separado en terreno en función de las distintas concentraciones malacológicas. El análisis cualitativo constó de una caracterización taxonómica de los moluscos presentes en el conjunto, mientras que el análisis cuantitativo se basó en la identificación del MNI. Análisis lítico El primer paso en el análisis lítico fue su rotulación de acuerdo a su proveniencia en cada una de las 12 unidades de muestreo de cada sitio. Esto permitirá una evaluación de la dispersión y distribución espacial de las distintas piezas, con el fin de intentar segregar concentraciones. El material lítico de cada sitio, aisladamente, fue separado a partir de dos dimensiones de distinción de las materias primas. La primera y más general, en función de sus características petrográficas principales. La segunda y más particular, hace distinción dentro de los grupos más generales en función de variables como textura, matriz, color e inclusiones de las materias primas. La primera dimensión categorial permitirá reconocer si se trata de materias primas proveniente de fuentes locales o de otras regiones gracias al reconocimiento de fuentes líticas realizada por Galarce (2004). La segunda dimensión categorial permite un análisis micro, relacionado directamente a las cadenas operativas llevadas a cabo en cada sitio.

Foto 8: Etapa de separación de materias primas de acuerdo a su textura, color, matriz e

inclusiones. Habiendo generado las categorías de materias primas líticas, se procedió a la separación funcional de los restos. El conjunto lítico presentaba herramientas descartadas de corte, de caza, para la molienda y para trabajo lítico, núcleos de distintos grados de agotamiento, desechos de desbaste de núcleos, y en mayor cantidad desechos de

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desbaste de grandes preformas bifaciales en las distintas etapas de su proceso de reducción. Por esto el análisis lítico se dividió en tres grandes grupos: herramientas, núcleos y desechos. Debemos considerar que en ciertos casos algunas piezas forman parte de más de una de estas categorías. Así por ejemplo, el conjunto presenta lascas con retoque marginal en los filos que seguramente fueron utilizadas como herramientas de corte, o por ejemplo un núcleo utilizado como cepillo y cuyo borde fue usado para cortar. En el primer caso, las lascas fueron analizadas de acuerdo a los criterios de análisis de desechos, además de una descripción adicional de acuerdo a sus rasgos morfofuncionales. Lo mismo para el caso del núcleo. Las herramientas del sitio fueron analizadas en función de sus aspectos morfofuncionales, describiendo sus aspectos morfológicos generales: forma, dimensiones, materia prima, soporte, entre otros. Los rasgos funcionales se analizaron a partir de las huellas de uso, como el desgaste, pulido, trituramiento y/o microastillamiento. Los núcleos fueron descritos someramente, dando cuenta de su materia prima, presencia/ausencia de plataforma, tipo de plataforma, tecnología y dirección de las extracciones. Se intentó inferir el soporte sobre el cual se está produciendo el núcleo, ya sea sobre un guijarro, una lasca u otro. Los desechos se analizaron en laboratorio mediante una tabla de atributos dirigida a reconocer la correspondencia de cada una de las piezas a un ciclo de producción de un tipo de particular de herramienta, ya sea la producción de puntas de proyectil, cepillos, raspadores, preparación de núcleos, y herramientas cortantes sobre lascas. El tipo, morfología y ángulo del talón, además de ciertos atributos tecnológicos como la preparación del borde adyacente y la desportilladura bulbar, son centrales a la hora de reconocer a cuál de estas categorías corresponden, en especial respecto a la distinción entre trabajo sobre piezas bifaciales y el trabajo sobre núcleos. En particular, dentro de la categoría de los desechos de desbaste bifacial, se buscó identificar a qué etapa del proceso de reducción de los bifaces correspondía cada pieza. Los atributos que mayormente pueden dar cuenta de estas diferencias son las dimensiones –largo, ancho y espesor- de las piezas completas y la presencia de corteza. En el Apéndice 1 se adjuntan las tablas de atributos utilizadas en el análisis. 4. Resultados finales LV 547 Resultados recolección superficial De la recolección superficial de 12 unidades de muestreo en un total de 48 mts2 se recuperaron restos malacológicos y líticos. Análisis malacológico Los restos malacológicos recolectados en superficie muestran un solo taxón, Concholepas concholepas.

Unidad de

muestreo A B

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1 1 frag. Concholepa concholepa. -

2 - 3 Concholepas concholepas

3 - 3 Concholepas concholepas

4 - -

5 - -

6 - - Tabla 1: restos malacológicos recolectados en cada unidad del sitio LV 547. Los datos se presentan

de la misma forma en que se trazaron las unidades de recolección. Análisis lítico El conjunto lítico del sitio se compone principalmente de desechos de producción (208, un 97,65% del total), y en menor medida de instrumentos (5, un 2,35% del total).

Desechos de producción

Herramientas líticas

Gráfico 1: Frecuencia de comparación entre instrumentos y desechos de producción líticos.

1. Instrumentos de trabajo Instrumento multipropósito 1.-Recolección superficial selectiva. 2.- Materia prima: Andesita 3.- Soporte: Guijarro ovoidal. 4.- Dimensiones: 4.1- Largo: 90,55 mm. 4.2- Ancho: 64 mm. 4.3- Espesor: 35,2 mm. 5.- Forma: Ovoidal. 6.- Descripción general: Sección medial de un guijarro ovoidal de forma cilíndrica con sus caras superior e inferior paralelas. Presenta extracciones en su sección perimetral. En su sección perimetral presenta al menos un 70% de corteza, muy lisa y homogénea. 7.- Huellas de uso: En una de las aristas perimetrales de la sección cilíndrica, en la más aguda, presenta huellas de microtrituración y microastillamiento, seguramente debido a la utilización de ese filo de la arista en una acción cortante por golpeteo como tajador. En un sector de la sección perimetral de la pieza presenta trituración por su uso como posible percutor, posiblemente sobre un soporte lítico debido a la dureza de la materia prima. En la sección perimetral opuesta presenta 3 extracciones de lascas que parecen ser intencionales, hablado quizás de una posible intensión de reactivación del filo.

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8.- Funcionalidad: se trata de una herramienta multipropósito, con señas de una acción cortante por golpeteo como tajador en la sección más aguda y de mayor filo del perímetro; y de su utilización en actividades de percusión en su sección opuesta, con alta trituración y desprendimiento de material, seguramente para la talla lítica.

Vista superior y perfil

Foto 9: Vista extracción perimetral

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Foto 10: Vista sector perimetral usado como percutor

Instrumento de molienda 1 1.- Recolección superficial selectiva. 2.- Materia Prima: Granito. 3.- Dimensiones: 3.1- Largo: 92,8 mm. 3.2- Ancho: 76,55 mm. 3.3- Espesor: 39,8 mm. 4.- Formalización: Guijarro natural desgastado en sus caras horizontales y trabajado perimetralmente. 5.- Forma: Ovoidal. 6.- Sectores utilizados: Ambas caras horizontales y en su sector perimetral. 7.- Huellas de uso: Ambas caras horizontales presentan desgaste por fricción. Ambas caras se encuentran altamente piqueteadas, con golpes superficiales, seguramente para la reactivación del potencial erosivo de ellas. La cara no rotulada presenta estos golpes al menos en el 70% de la cara, mientras que la cara marcada solo un 30% de esta. La cara no rotulada se encuentra tan golpeada superficialmente que su sección pasó a ser casi recta. Perimetralmente la pieza está completamente piqueteada, triturada y golpeada de forma regular, rebajando la sección curva lateral de la pieza y dándole una sección plana perimetralmente. En algunos partes de esta sección presenta algunos desprendimientos de lascas hacia el interior de la cara. Esta parece ser más intencional que por su uso. 8.- Forma de la cara utilizada: 8.1- Cara marcada: 8.1.1- Eje mayor: Convexo. 8.1.2- Eje menor: Convexo. 8.2- Cara no marcada: 8.2.1- Eje mayor: Convexo-plano. Plano en la sección golpeada. 8.2.2- Eje menor: Convexo-plano. Plano en la sección golpeada. 9.- Restos en superficie: No hay restos en superficie.

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Vista caras ambas horizontales. Trituramiento superficial.

Vista de ambos perfiles del eje mayor. Trituramiento perimetral.

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Vista de perfil eje menor. Trituramiento perimetral.

Herramienta de moler 2 1.- Recolección superficial selectiva. 2.- Materia Prima: Granito. 3.- Dimensiones: 3.1- Largo: 96,7 mm. 3.2- Ancho: 74,8 mm. 3.3- Espesor: 50,6 mm. 4.- Formalización: Guijarro natural desgastad en sus caras horizontales. 5.- Forma: Ovoidal. 6.- Sectores utilizados: Ambas caras horizontales. 7.- Huellas de uso: Ambas caras horizontales se encuentras desgastadas por fricción, una de ellas presenta mucha mayor intensidad evidenciado en el nivel del pulido de su superficie. Dicha cara presenta evidentes estrías paralelas al eje menor de la pieza. Se trata de un gran número de estrías rectas paralelas entre si que abarcan de un lado al otro de la pieza a lo ancho de esta. Estas huellas hablan de una cinemática del trabajo que utiliza la herramienta desplazándola longitudinalmente en un ir y venir sobre otra superficie. 8.- Forma de la cara utilizada: 8.1- Cara marcada: 8.1.1- Eje mayor: Convexo. 8.1.2- Eje menor: Convexo. 8.2- Cara no marcada: 8.2.1- Eje mayor: Convexo. 8.2.2- Eje menor: Convexo.

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Vista caras ambas horizontales.

Punta de proyectil 1 1.- Unidad: Recolección superficial A4. 2.- Materia Prima: Sílice Rojizo 3.- Tipo de punta: Pedunculada. 4.- Estado: Fragmentada. 5.- Tipo de fragmentación: Fragmentada en su sección medial, por sobre sus aletas. 6.- Dimensiones:

6.1- Largo del Fragmento: 30,2 mm. 6.2- Ancho máximo del fragmento: 19,3 mm. 6.3- Sección medial máxima: 7,65 mm. 6.4- Sección pedúnculo: 5,4 mm.

7.- Tipo de fractura: Oblicua / diagonal. 8.- Tipo de borde: Liso.

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Foto 11: Vista ambas caras.

Punta de proyectil 2 1.- Unidad: Recolección superficial selectiva. 2.- Responsable: Benjamín Ballester. 3.- Materia Prima: Cuarzo. 4.- Tipo de punta: Pedunculada. 5.- Estado: Fragmentada. 6.- Tipo de fragmentación: Fragmentada en su sección medial, exactamente en sus aletas. 7.- Dimensiones:

7.1- Largo del Fragmento: 19,7 mm. 7.2- Ancho máximo del fragmento: 17,7 mm. 7.3- Sección medial máxima: 6,65 mm. 7.4- Sección pedúnculo: 6,5 mm.

8.- Tipo de fractura: Horizontal / Transversal. 9.- Tipo de borde: Liso.

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Foto 12: Vista ambas caras.

2. Desechos líticos La muestra constó de un total de 208 desechos líticos los que se distribuyeron de forma diferencial entre las distintas unidades de muestreo, en un promedio de densidad de 4,33 u2/m2.

A1 A2 A3 A4 A5 A6 B1 B2 B3 B4 B5 B6

Total por MP

% del total

MP1 2 4 10 7 5 3 12 10 12 6 6 77 37,01923

MP2 0 0

MP3 0 0

MP4 1 1 2 1 1 6 2,884615

MP5 0 0

2 El símbolo “u” hace referencia al número de unidades a las que se hace referencia.

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MP6 1 1 1 1 4 1,923077

MP7 1 3 1 3 8 3,846154

MP8 3 6 7 8 5 5 17 12 11 11 7 92 44,23077

MP9 0 0

MP10 1 1 0,480769

MP11 0 0

MP12 0 0

MP13 0 0

MP14 0 0

MP15 1 1 1 3 1,442308

MP16 0 0

MP17 0 0

MP18 0 0

MP19 1 2 3 1,442308

MP20 0 0

MP21 0 0

MP22 1 1 2 0,961538

MP23 0 0

MP24 0 0

MP25 3 2 5 2,403846

MP26 1 1 2 1 1 6 2,884615

Indet. 1 1 0,480769 Total

Unidad 3 3 12 21 18 13 11 33 30 27 21 16 208 100

% del total 1,44 1,44 5,77 10,1 8,65 6,25 5,29 15,9 14,4 13 10,1 7,69 100 Tabla 2: Cantidad de desechos de cada materia prima por unidad de muestreo.

Cabe destacar la notable predominancia de las materias primas 8 (44,23%) y 1 (37,02%), ambas de carácter local en las inmediaciones del sitio (Galarce 2004). Del resto de las materias primas solo la MP 19 (cuarzo) es de carácter foráneo. Este hecho da cuenta de un trabajo in-situ casi exclusivo sobre soportes líticos locales, de los cuales se abastecieron en un radio de al menos 350 mts (si consideramos la distancia mínima del sitio al lecho del estero Palo Colorado).

205; 99%

3; 1%

MP Locales

MP Foráneas

Gráfico 2: Materias Primas Locales versus Foráneas.

El posible apreciar además una clara diferencia en cuanto a la distribución espacial de los desechos líticos. La columna B presenta casi el doble de desechos que la A (138 y 70 respectivamente), siendo que su área es exactamente la misma, dando cuenta de una clara diferencia de la densidad de material entre ambas (5,75 u/m2 y 2,92 u/m2

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respectivamente). Estas diferencias pueden estar mostrando los locus de actividad de talla, con las áreas de desecho y los lugares de ubicación de los talladores.

1 2 3 4 5 6 A 0,75 0,75 3 5,25 4,5 3,25 B 2,75 8,25 7,5 6,75 5,25 4

Tabla 3: Densidad de desechos por m2 en cada unidad de muestreo. No se logró remontar ninguna de las piezas, aun que si reensamblar dos de ellas que se encontraban fracturadas. Se trata de dos fragmentos distales provenientes de las unidades de recolección A4 y B3 respectivamente, ambas claramente, de la misma materia prima. Del conjunto de desechos líticos el 7,21% (15u) presenta corteza en su anverso producto de la talla sobre soportes poco trabajados y que aún poseen en su superficie restos de su corteza original. Este hecho recalca la juventud de los nódulos que están siendo utilizados como soporte en el sitio, aun con poco trabajo de talla invertido sobre ellos. Esto si consideramos que para la manufactura de cualquier herramienta lítica –sea esta sobre una base positiva o una negativa (Carbonell y Rodríguez 2002; Castañeda 1999; Rodríguez 2004)- se requiere de la reducción de su masa, ya sea para la configuración de su forma –en el caso de las bases negativas- o para extraer del soporte soportes secundarios para la configuración de herramientas líticas –bases positivas (lascas utilizadas como herramientas)-.

1 2 3 4

MP1 72 4 1

MP4 5 1

MP6 4

MP7 7 1

MP8 84 4 2 2

MP10 1

MP15 3

MP19 3

MP22 2

MP25 5

MP26 6

Indet. 1 Total

Unidad 193 10 3 2

% del total 92,8 4,81 1,44 0,96 Tabla 4: Cantidad y porcentaje de desechos con corteza en su anverso por materia prima (1.

ausencia de corteza; 2. -50%; 3. +50%; 4. 100%). Aún así varías de las materias primas –MP 10, 15, 19, 22, 25, 26, 1- no presentan in-situ desechos con corteza, lo que habla de una instancia laboral previa sobre los soportes que no se llevó a cabo en el sitio, sino en otro espacio social. Este hecho no es menor si recordamos que el sitio solo se encuentra a 350 mts en línea recta de la fuente lítica, ya que nos está hablando de una estrategia de uso de distintos asentamientos cercanos a la fuente de materia prima en los cuales se llevan a cabo parte de las etapas de producción lítica. Pareciera ser que poseen una estrategia de parcelación de la producción en distintos espacios cercanos unos de otros, sin un desplazamiento de largas distancias al menos entre estas etapas de la cadena de producción. Al mismo tema refuerza el hecho de que de las materias primas que tienen corteza solo MP8 presenta desechos con un

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100% de corteza en su anverso, reforzando el hecho de que las primeras etapas de trabajo lítico se llevaron a cabo en un espacio social diferente. Para poder evaluar el tipo de artefacto que se estaba produciendo in-situ utilizaremos la morfología de los talones de percusión y presión, por lo que solo consideraremos los desechos completos y los fragmentos proximales. El contexto presenta un total de 93 (44,71%) desechos con talón, de los cuales 31 (14,9% del total) son piezas completas y 62 (29,8% del total) son fragmentos proximales. El conjunto presenta distintas categorías de desechos, predominando los desechos de desbaste bifacial (24,5% del total del conjunto, 54,8% de la piezas con talón y 51 unidades), lascas (16,8% del total del conjunto, 37,6% de la piezas con talón y 35 unidades) y finalmente desechos de retoque (3,37% del total del conjunto, 7,53% de la piezas con talón y 7 unidades).

Lascas Láminas Desechos

de retoque

Desechos bifaciales

MP1 12 2 20

MP4 2

MP6 1

MP7 1 2 1

MP8 13 2 25

MP10 1

MP15 1

MP19 1 1

MP22 1

MP25 2

MP26 2 2

Indet. 1

Total 35 0 7 51 % del total de piezas con talón

37,6344 0 7,53 54,8

% del conjunto 16,8269 0 3,37 24,5

Tabla 5: Correlación entre categorías de materias primas y tipo de desecho.

Natural Plano Quebrado Facetado Pseudos facetado Puntiforme

MP1 1 10 4 10 7 2

MP4 2

MP6 1

MP7 2 2

MP8 1 9 5 15 7 3

MP10 1

MP15 1

MP19 2

MP22 1

MP25 2

MP26 2 1 1

Indet. 1

Total 2 31 11 28 14 7 Tabla 6: correlación entre categorías de materias primas y de talón.

A partir de los datos se puede ver que se trata de un conjunto lítico caracterizado por desechos de desbaste bifacial de talones planos, facetados, pseudofacetados y

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quebrados. De todas formas debemos advertir ciertas diferencias respecto al uso de particulares materias primas en la confección de distintos tipos herramientas líticas. Las categorías de materias primas 4, 6, 10, 15 e indet presentan lascas con talones planos, desechos seguramente provenientes de un proceso de producción ajeno al bifacial de puntas de proyectil. Los soportes explotados en estas materias primas se estaban trabajando no para la confección de bifaces, sino para la producción de bases positivas (lascas) para su uso como herramientas cortantes o para configurar una base negativa como herramienta (núcleo). Aún así, en la muestra destaca el trabajo bifacial en al menos 6 tipos de materias primas, permitiéndonos inferir el trabajo de configuración in-situ de un número mínimo de 6 preformas bifaciales. Si a esto agregamos que esas 6 materias primas son locales y accesibles en la fuente cercana al sitio, podemos inferir una de las esferas funcionales del sitio: la ejecución de una de las etapas del ciclo de manufactura de puntas de proyectil. Aún así, a diferencia de otros autores (Galarce 2004), pensamos que si el sitio presenta desechos de producción de otras herramientas (como vimos arriba) además del descarte de algunas (manos de moler), más que una unifuncionalidad del sitio, estamos frente a la expresión material de un asentamiento donde se llevaron a cabo actividades laborales relacionadas a distintas esferas productivas, como la producción de puntas de proyectil para la caza, manufactura y uso de herramientas cotidianas sobre lascas, núcleos y guijarros, junto a la preparación y consumo de moluscos (restos malacológicos) y algunos vegetales (manos de moler), esto al menos desde la lítica.

Sin corteza 88%

-50%8%

50%4% 100%

0%

Sin corteza

-50%

50%

100%

Los únicos desechos de desbaste bifacial que presentan corteza en su anverso son las de la materia prima 8, y solo son 3 piezas (3,88% del total de desechos de desbaste bifacial), lo que demuestra que existen partes previas de la cadena productiva de bifaces que se están llevando a cabo en otros espacios sociales. En el sitio LV 547 se trabajaron un mínimo de 6 bifaces, los cuales ya habían comenzado su proceso de producción en otros asentamientos. En el sitio, por tanto, se lleva a cabo parte del proceso de reducción del bifaz, sin ser la instancia inicial del proceso. Esta idea se refuerza aún más si consideramos que los desechos bifaciales en las restantes materias primas –MP1, 7, 22, 25 y 26- no presentan corteza en su anverso.

1 2 3 4

MP1 20

MP7 1

MP8 22 2 1

MP22 1

MP25 2

MP26 2

Total 48 2 1 0

Tabla 7: (A la Izquierda) Desechos de desbaste bifacial por materia prima en relación a la presencia/ausencia y cantidad de materia prima en su anverso: 1.- 0%; 2.- -50%; 3. +50%; 4.- 100%. (a la derecha) Gráfico relacionando los las presencia/ausencia y cantidad de corteza en los desechos de desbaste bifacial de MP8 (las únicas que presentan corteza en su anverso).

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0

5

10

15

20

25

30

0 5 10 15 20 25 30 35 40

Largo de los desechos (mm)

Anc

ho d

e lo

s de

sech

os (

mm

)

Gráfico 3: relación largo/ancho de los desechos de desbaste bifacial (solo se consideraron las piezas

completas). Un análisis de las medidas de las piezas bifaciales completas muestra desechos relativamente pequeños y no grandes lascas de desbaste bifacial, moviéndose entre los 5 mm de largo y 5 mm de ancho hasta los 25 mm de largo y 30 de ancho aproximadamente. El rango de dimensiones es menor, respondiendo seguramente al trabajo sobre preformas ya formalizadas. Finalmente hay un elemento que debemos considerar. Como vimos en la sección de análisis de las herramientas líticas del sitio, el conjunto presenta principalmente desechos de puntas de proyectil y herramientas sobre guijarros ovoidales manera de manos de moler, percutores o tajadores. Las materias primas de los guijarros ovoidales son propias de lechos fluviales (estero Palo Colorado o Río Quilimarí) y no del sitio inmediato (sistema de paleodunas), por lo que fueron transportados al sitio desde las inmediaciones de este. Pero miremos las materias primas de los fragmentos de puntas de proyectil. Una es de cuarzo y la otra de un sílice rojizo, ambas materias primas foráneas y probablemente no costeras. De hecho las fuentes conocidas más importantes de cuarzo se encuentran al interior en un eje paralelo a la costa, entre Caimanes y Tilama, a unos 35 a 40 kms al interior de la bahía de Pichidangui. La fuente del sílice rojizo no es conocido hasta el momento, pero las prospecciones petrográficas costeras no han logrado reconocerlo en fuentes primarias ni secundarias. En el sitio se están descartando, agotando su consumo, herramientas que fueron producidas y trabajadas inicialmente en zonas alejadas. El ciclo económico –producción, distribución y consumo- de estas herramientas de caza se llevó a cabo en sitios alejados del LV 547. De hecho de los desechos de desbaste bifacial del sitio ninguno es sobre una materia prima similar a la de las puntas de proyectil a excepción de un desecho de retoque sobre cuarzo. Las materias primas sobre las que se hicieron las puntas de proyectil están prácticamente ausentes en los desechos del sitio, solo 3 fragmentos de cuarzo y ninguna sobre sílice rojizo. Esto no es menor si comparamos las materias primas de las puntas de proyectil que se están descartando (cuarzo y sílice rojizo) con las de las que se están inicialmente produciendo en el sitio (MP1, 7, 8, 22, 25 y 26) las que son todas de carácter local (tobas y riolitas) y accesibles en un radio mínimo de 350 mts. Esta contradicción de las cadenas operativas de los bifaces por materia prima no es menor, ya que demuestra como la ejecución por parte de los fabricantes de bifaces se lleva a cabo en distintos espacios sociales, y cómo las cadenas operativas de estos procesos de producción se llevan a cabo en distintos asentamientos, unos más cercanos que otros: las etapas iniciales de los bifaces que se están reduciendo en el sitio LV547 debieron llevarse a

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cabo en las cercanías del sitio, ya que la fuente se encuentra a una distancia mínima de 350 mts, mientras que en este sitio se presentan la etapa final de descarte de las piezas completas, sus etapas iniciales debieron ejecutarse en zonas alejadas, para el cuarzo muy probablemente entre el eje de Caimanes-Tilama a más de 30 kms de distancia. Esta contradicción en cuanto a las herramientas consumidas versus herramientas en producción puede darnos luces acerca del sistema de movilidad de los grupos y del cómo abordaron el problema del uso del espacio y el asentamiento en el cometido de llevar a cabo la producción material necesaria para la reproducción del grupo. Aun así, a diferencia de este comportamiento “curativo” de las herramientas para la caza, el resto de las herramientas de uso cotidiano, como percutores, tajadores y lascas de filos vivos son de materias primas locales, mostrando cierta “expeditividad” en su conservación. Se trata en este caso de herramientas producidas para su desecho casi inmediato, herramientas producidas para una o pocas actividades singulares, que luego de su uso, desgaste y mantención son descartadas. Tenemos diferentes y, como dijimos, contradictorias estrategias de conservación/uso para distintos tipos de herramientas. Pero ambas estrategias son complementarias dentro de su sistema económico –y están presentes en toda formación social-, en un caso de trata de medios rotativos, los que se gastan en un solo y único período o ciclo de producción, versus los medio de capital fijo, los que pueden utilizarse en ciclos mucho más largos y durante mayor cantidad de tiempo (Lange 1970), a los cuales suele invertirse constante trabajo de mantención para la reproducción de la vida útil de la herramienta. Desde esta perspectiva los medios rotativos es probable que se produzcan y desechen en los mismos asentamientos, mientras que los medios de capital fijo se mantengan por mayor tiempo junto al individuo, llevándose a cabo su cadena productiva en distintos asentamientos a lo largo de su circuito de movilidad. De todas formas, los medios rotativos también requieren de su reproducción constantemente, ya que satisfacen necesidades cotidianas de dichas personas, por lo que es probable que se produzcan en todos los asentamientos donde estas actividades se lleven a cabo. LV 531 Resultados recolección superficial De las 12 unidades en un total de 48 mts2 fueron recuperados restos líticos y malacológicos. Análisis malacológico En análisis de los restos malacológicos muestran una mayor variabilidad taxonómica respecto al sitio LV 547, destacando un consumo de moluscos tanto de ambiente rocoso como de playa arenosa.

Unidad de muestreo A B

1 Mesodesma donacium 1 Mesodesma donacium 1 1 Fissurella sp. 1 frag. Concholepa concholepa. 2 - 2 Concholepas concholepas

1 frag. Tegula atra 1 frag. Concholepa

concholepa

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3 1 frag. Fissurella nigra 1 Mesodesma donacium 1 Fissurella máxima (¿?) 4 - - 5 1 frag. Concholepa concholepa 1 Mesodesma donacium 1 frag. Mesodesma donacium - 6 - 1 Mesodesma donacium

Tabla 8: restos malacológicos recolectados en cada unidad del sitio LV 531. Los datos se presentan de la misma forma en que se trazaron las unidades de recolección.

Análisis lítico El conjunto lítico del sitio se compone principalmente de desechos (2543 unidades, 99,37%), y en menor medida de instrumentos (6 unidades, 0,23%), núcleos y fragmentos de núcleo (10 unidades, 0,39%).

1. Instrumentos de trabajo Instrumentos de corte 1 1.- Recolección superficial, Unidad B3. 2.- Materia Prima: MP4, toba riolítica morada. 3.- Soporte: Se trata de un núcleo sobre lasca retomado como herramienta. 4.- Dimensiones:

4.1- Largo: 80,6 mm. 4.2- Ancho: 69,8 mm. 4.3- Espesor: 47,35 mm. 5.- Forma: semicircular. 6.- Descripción general: Núcleo unidireccional de forma cónica de plataforma plana no preparada, sobre un soporte de lasca (BP1G). El núcleo fue reutilizado como herramienta, formando bordes con filos agudos y abruptos para diferentes funciones de corte. El núcleo presentaba extracciones de grandes lascas, pero para su utilización funcional posterior se extrajeron marginalmente lascas para reavivar y denticular los filos a modo de un cepillo. 7.- Huellas de uso: la forma cónica del núcleo genera un ángulo agudo en el perímetro el que fue utilizado por su filo. El sector más agudo de este filo muestra alto trituramiento y astillamiento en cerca de 46 mm de longitud en el perímetro, seguramente causa de un trabajo cortante por percusión (sector A en los dibujos). Opuesto a este, hay un sector de 31 mm con trituración menos marcada que en la anterior (sector B en los dibujos). 8.- Funcionalidad: corresponde a un núcleo retomado como herramienta cortante, a manera de cepillo y de corte por percusión.

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Figura 2: Vista inferior y superior

Figura 3: Vistas de perfil.

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Foto 13: Visión núcleo utilizado.

Instrumento de corte 2 1.- Recolección superficial, Unidad B3. 2.- Materia Prima: MP1, Toba Clorítica 1. 3.- Soporte: Herramienta sobre lasca. 4.- Dimensiones:

4.1- Largo: 43,7 mm. 4.2- Ancho: 35,15 mm. 4.3- Espesor: 17,65 mm. 5.- Forma: Difícil definirlo ya que se encuentra fragmentada. Aún así presenta una forma semicircular. 6.- Descripción general: Se trata de un fragmento de herramienta sobre lasca, con un filo de ángulo abrupto. 7.- Huellas de uso: No es posible identificar huellas de uso debido al alto grado de patinación superficial de la pieza. Esta patinación es a tal nivel que la pieza ha perdido el color original de su materia prima y se encuentra altamente pulido superficialmente. La patinación abarca el 100% de la pieza, lo que nos da cuenta de que su quiebre fue anterior a su desecho. Es probable que el mismo hecho de su quiebre motivara su descarte. 8.- Funcionalidad: fragmento de una herramienta cortante, posible cepillo.

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Figura 4: Distintas vistas.

Instrumento de corte 3 1.- Recolección superficial, Unidad B4. 2.- Materia Prima: MP1, Toba Clorítica 1. 3.- Soporte: Lasca/Lámina. 4.- Descripción general: Fragmento de herramienta cortante sobre lasca. Retoque unifacial marginal sobre el filo vivo. 5.- Funcionalidad: herramienta para cortar.

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Instrumento de corte 5 1.- Materia Prima: MP1, Toca Clorítica 1. 2.- Soporte: Lasca de desbaste bifacial, talón facetado. 3.- Dimensiones: 4.- Descripción general: Fragmento de lasca de desbaste bifacial con retoque unifacial marginal. 5.- Funcionalidad: Herramienta para cortar.

Instrumento de molienda 1 1.- Procedencia: LV 531, recolección superficial selectiva. 2.- Materia Prima: Granito 3.- Dimensiones: 3.1- Largo: 89,6 mm. 3.2- Ancho: 75,8 mm. 3.3- Espesor: 45 mm. 4.- Formalización: Guijarro natural desgastado en sus caras horizontales. 5.- Forma: ovoidal. 6.- Sectores utilizados: ambas caras y su sección perimetral. 7.- Huellas de uso: Ambas caras horizontales presentan desgaste. Se encuentran altamente pulidas. No se logran identificar estrías que muestren la cinemática del trabajo. Una de las caras (la que se encuentra marcada) presenta golpes superficiales, seguramente para la reactivación del potencial erosivo de dicha cara. 8.- Forma de la cara utilizada: 8.1- Cara marcada: 8.1.1- Eje mayor: Recto. 8.1.2- Eje menor: Convexo. 8.2- Cara no marcada: 8.2.1- Eje mayor: Cóncavo. 8.2.2- Eje menor: Convexo. 9.- Restos en superficie: Ausencia de restos visibles.

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Vista de ambas caras horizontales

Instrumento de molienda 2 1.- Recolección superficial selectiva. 2.- Materia Prima: Granito 3.- Dimensiones: 3.1- Largo: 83,7 mm. 3.2- Ancho: 64,7 mm. 3.3- Espesor: 40 mm. 4.- Formalización: Guijarro natural desgastad en sus caras horizontales. 5.- Forma: Ovoidal. 6.- Sectores utilizados: Ambas caras horizontales. 7.- Huellas de uso: Ambas caras presentan desgaste superficial por fricción, de igual intensidad. Una de ellas (la cara marcada) presenta una mayor extensión de superficie de desgastada abarcando hasta uno de los costados de la pieza. Presenta algunos golpes en ambas caras, seguramente para la reactivación del potencial erosivo de ellas. Además en su sector perimetral tiene algunos posibles golpes sectorizados, lo que puede dar cuenta de su utilización incidental como percutor. No hay evidencias de estrías superficiales. 8.- Forma de la cara utilizada: 8.1- Cara marcada: 8.1.1- Eje mayor: Recto. 8.1.2- Eje menor: Convexo. 8.2- Cara no marcada: 8.2.1- Eje mayor: Cóncavo. 8.2.2- Eje menor: Convexo. 9.- Restos en superficie: La pieza presenta una coloración rojiza que parece corresponder a la oxidación del granito.

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Vista de ambas caras horizontales

Punta de proyectil 1 1.- Unidad: Recolección superficial selectiva. 2.- Responsable: Patricio Galarce. 3.- Materia Prima: Toba verde. 4.- Tipo de punta: indeterminado. 5.- Estado: Fragmentada. 6.- Tipo de fragmentación: doble fractura, se trata de una sección medial. 7.- Dimensiones:

7.1- Largo del Fragmento: 33,2 mm. 7.2- Ancho máximo del fragmento: 36 mm. 7.3- Ancho mínimo del fragmento: 23 mm. 7.4- Sección medial máxima: 10,2 mm.

8.- Tipo de fractura: Horizontal / Transversal. 9.- Tipo de borde: Liso.

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2. Desechos líticos La muestra arrojó un total de 2543 desechos líticos, de los cuales 2538 provienen de área de muestreo y solo 5 de una recolección superficial selectiva. Los desechos se encuentran distribuidos de forma diferencial sobre el área de muestreo en un promedio de 52,88 u/m2.

A1 A2 A3 A4 A5 A6 B1 B2 B3 B4 B5 B6 Total

por MP % del total

MP1 52 149 121 40 33 6 70 139 298 62 13 1 984 38,77

MP2 3 2 16 19 1 4 7 6 8 66 2,60

MP3 17 13 8 3 3 27 18 13 1 1 2 106 4,18

MP4 19 8 11 13 6 2 24 9 15 12 1 1 121 4,77

MP5 1 2 1 1 3 2 1 11 0,43

MP6 2 2 5 3 1 13 0,51

MP7 2 6 7 4 1 1 3 10 4 38 1,50

MP8 21 86 69 30 10 5 18 101 232 106 12 6 696 27,42

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MP9 1 1 1 3 2 1 2 1 2 14 0,55

MP10 2 3 1 2 3 1 8 2 22 0,87

MP11 5 16 2 1 3 15 24 2 68 2,68

MP12 1 4 2 1 8 0,32

MP13 9 25 21 26 1 5 9 111 107 3 2 319 12,57

MP14 2 3 2 1 2 4 8 1 23 0,91

MP15 1 3 2 2 1 2 3 14 0,55

MP16 1 1 2 1 1 1 7 0,28

MP17 1 1 2 0,08

MP18 1 2 3 0,12

MP19 1 2 1 4 0,16

MP20 1 1 0,04

MP21 1 1 6 8 0,32

MP22 1 2 3 1 1 8 0,32

MP23 1 1 0,04

MP24 0 0,00

MP25 0 0,00

MP26 1 1 0,04

Indet. 0 0,00

Total Unidad 135 325 248 145 77 23 161 318 734 305 47 20 2538 100,00

% del total 5,32 12,81 9,77 5,71 3,03 0,91 6,34 12,53 28,92 12,02 1,85 0,79 100,00 Tabla 9: Cantidad de desechos según materia prima por unidad de muestreo.

Debemos destacar la mayor proporción de desechos sobre las materias primas 1, 8 y 13, con 38,77%, 27, 42% y 12, 57% respectivamente, sumando entre los tres el 78,76% de la muestra total, mientras que las restantes 21 materias primas presentes en el sitio componen el 21,24%, de los cuales las materias primas 4, 3, 2 y 11 son las de mayor representación. Volvemos a notar la clara predominancia de trabajo sobre materias primas locales como son los distintos tipos de tobas y riolitas (99,65%), habiendo un casi nulo trabajo sobre materias primas foráneas, como el cuarzo (0,16%) o la grauvaca arcosica (0,2%). Ya vimos las posibles fuentes de cuarzo (eje Caimanes-Tilama) y en el caso de la grauvaca arcosica, esta fue reconocida en el estudio petrográfico de muestras de rocas en el Estero Cunlagua, en el Valle del Río Chalinga (López, 2000).

MP139%

MP827%

MP151%

MP141%

MP160%

MP170%

MP180%

MP190%

MP1313%

MP91%

MP120%

MP113%

MP101%

MP200%

MP210%

MP220%

MP230% MP26

0%

MP23%

MP34%

MP50%

MP45%

MP61%

MP71%

MP1 MP2

MP3 MP4

MP5 MP6

MP7 MP8

MP9 MP10

MP11 MP12

MP13 MP14

MP15 MP16

MP17 MP18

MP19 MP20

MP21 MP22

MP23 MP26

Gráfico 4: proporción de desechos en las distintas materias primas presentes en el sitio.

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La distribución espacial de los desechos es bastante desigual notándose claras concentraciones y espacios de menor proporción. Es evidente la mayor proporción de desechos en la columna B (casi el doble en algunas unidades adjuntas), dato que puede ser importante si consideramos que esta es la más cercana a la zona de las concentraciones malacológicas, justo al Oeste de las unidades. Es posible que el material incremente a medida que se acerca a esta parte del sitio.

1 2 3 4 5 6 A 33,75 81,25 62 36,25 19,25 5,75 B 40,25 79,5 183,5 76,25 11,75 5

Tabla 10: Densidad de desechos por m2 en cada unidad de muestreo. De las piezas analizadas no se logró remontar ninguna de las piezas, aunque si se pudo reensamblar algunas piezas fracturadas: 2 fragmentos distales de MP13, ambos de la Unidad B4; un fragmento proximal de B2 y una distal de A1 de MP13; dos piezas de B3 de MP14.

El 94,89% de los desechos no presentan corteza en su anverso, mientras que un 5,11% tienen al menos algún porcentaje de corteza, de los cuales un 3,03% tiene menos de un 50%, un 1,14% tiene más de un 50% y solo el 0,67 con el 100% de corteza en el anverso.

1 2 3 4 Total

MP1 965 16 3 2 986

MP2 52 9 2 3 66

MP3 105 1 106

MP4 116 2 2 2 122

MP5 11 11

MP6 13 13

MP7 36 1 1 38

MP8 653 30 10 4 697

MP9 2 9 2 1 14

MP10 16 4 2 22

MP11 67 1 68

MP12 7 1 8

MP13 309 6 4 1 320

MP14 22 1 23

MP15 7 2 1 3 13

MP16 4 1 1 1 7

MP17 2 2

MP18 3 3

MP19 4 1 5

MP20 1 1

MP21 8 8

MP22 8 8

MP23 1 1

MP26 1 1

Total Unidad 2413 84 29 17 2543

% del total 94,89 3,3 1,1 0,7

Tabla 11: (A la izquierda) Cantidad de desechos con corteza por materia prima; (a la derecha) porcentaje de desechos con corteza por materia prima (porcentaje del total de dicha materia prima). (1. Sin corteza; 2. -50% de corteza; 3. +50% de corteza; 4. 100% de corteza).

1 2 3 4

MP1 97,87 1,62 0,30 0,20

MP2 78,79 13,64 3,03 4,55

MP3 99,06 0,94 0,00 0,00

MP4 95,08 1,64 1,64 1,64

MP5 100,00 0,00 0,00 0,00

MP6 100,00 0,00 0,00 0,00

MP7 94,74 2,63 2,63 0,00

MP8 93,69 4,30 1,43 0,57

MP9 14,29 64,29 14,29 7,14

MP10 72,73 18,18 9,09 0,00

MP11 98,53 1,47 0,00 0,00

MP12 87,50 12,50 0,00 0,00

MP13 96,56 1,88 1,25 0,31

MP14 95,65 4,35 0,00 0,00

MP15 53,85 15,38 7,69 23,08

MP16 57,14 14,29 14,29 14,29

MP17 100,00 0,00 0,00 0,00

MP18 100,00 0,00 0,00 0,00

MP19 80,00 0,00 20,00 0,00

MP20 100,00 0,00 0,00 0,00

MP21 100,00 0,00 0,00 0,00

MP22 100,00 0,00 0,00 0,00

MP23 100,00 0,00 0,00 0,00

MP26 100,00 0,00 0,00 0,00

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Una comparación entre las materias primas respecto a la correlación entre estas variables entrega datos interesantes respecto a las etapas de las cadenas operativas de los instrumentos que se estaban produciendo con las distintas materias primas. Como podemos ver en la tabla superior (filas marcadas en verde) las materias primas 2, 9, 10, 15 y 16 presentan altos porcentajes de corteza en los anversos de sus desechos (21,21%, 85,71%, 27,27%, 46,15% y 42,86% respectivamente). De ellos destaca MP9 por el alto porcentaje de desechos con corteza, aún siendo que solo se trate de 12 unidades. Podemos definir que el trabajo sobre esta materia prima, y muy probablemente también sobre las otras 4 mencionadas anteriormente, es propio de las etapas iniciales del proceso de producción lítico, con soportes jóvenes con sus superficies originales, constituyendo la primera etapa de trabajo en la cadena operativa sobre el soporte. Si bien es claro el comportamiento de los desechos de estas materias primas, el caso no es generalizado en todas. Las materias primas MP 1, 4, 8 y 13 (marcadas de color lila en la tabla superior) son las más numerosas del conjunto (38,77%, 4,77%, 27,42% y 12,57% respectivamente), y las cuatro presentan al menos un porcentaje de corteza en sus desechos. Está claro que existe una instancia previa de trabajo sobre estos soportes en otros asentamientos cercanos a la fuente, ya que si no fuera así, el porcentaje y la cantidad de desechos con corteza debiera ser mucho mayor. Para poder evaluar el tipo de artefacto que se estaba produciendo in-situ volveremos a utilizar la morfología de los talones de percusión y presión, por lo que solo consideraremos los desechos completos y los fragmentos proximales. Del total de desechos (2543 u) solo el 53,28% de la muestra presenta talón, donde el 20,76% (528 u) son piezas completas y el 32,52% (827 u) corresponden a fragmentos proximales.

Plano21%

Quebrado8%

Facetado44%

Natural2%

Rebajado0%

Puntiforme5%

Pseudofacetado20%

Natural

Plano

Quebrado

facetado

pseudofacetado

Puntiforme

rebajado

Gráfico 5: Porcentaje tipos de talón del conjunto lítico.

Natural Plano Quebrado Facetado Pseudos facetado Puntiforme Rebajado Total

MP1 6 69 45 253 121 26 3 523

MP2 4 11 2 21 7 2 1 48

MP3 1 9 6 36 13 1 66

MP4 2 15 5 39 11 4 76

MP5 3 4 7

MP6 2 2 3 2 9

MP7 4 4 12 20

MP8 8 87 22 131 55 25 328

MP9 1 6 1 8

MP10 1 3 2 6 2 14

MP11 1 5 1 16 14 1 38

MP12 1 1 2

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MP13 1 46 16 55 41 11 170

MP14 1 6 2 9

MP15 1 3 1 5

MP16 2 2 4

MP18 2 2

MP20 1 1

MP21 2 1 3

MP22 8 8

MP23 1 1

Total 29 275 109 582 273 70 4 1342 Tabla 11: Tipos de talones según materias primas.

El conjunto se caracteriza por talones facetados, planos y pseudofacetados, definiendo una marcada tendencia hacia la talla de bifaces, en especial en lo referente a las materias primas 1, 2, 4, 8, 11 y 13 que presentan la mayor cantidad de dichas piezas (marcado con verde en la tabla superior). El 1,14% (29 u) de los desechos del conjunto presentan talones naturales, con corteza, reafirmando la idea del trabajo sobre soportes jóvenes en etapas híncales del proceso de producción, seguramente correspondiendo estos talones a plataformas naturales para la explotación o configuración de núcleos (58,62% talones rectos y 41,38% de talones con ángulo abrupto). Otro elemento a considerar es que las MP 12, 16 y 18 (marcadas con lila en tabla superior) presentan únicamente desechos con talones planos y naturales, no utilizándose esta materia prima para la confección de bifaces, sino más probablemente para otras herramientas o para la preparación de núcleos.

MP 1

Plano13%

Quebrado9%

facetado48%

pseudofacetado23%

rebajado1%

Natural1%Puntiforme

5%

Natural

Plano

Quebrado

facetado

pseudofacetado

Puntiforme

rebajado

MP8

Natural2%

Plano27%

Quebrado7%

pseudofacetado17%

facetado39%

Rebajado0%

Puntiforme8%

Natural

Plano

Quebrado

facetado

pseudofacetado

Puntiforme

rebajado

Gráfico 6: (A la izquierda) porcentaje de tipo de talones MP 1; (a la derecha) porcentaje de tipo de talones MP 8. Notar predominio de talones de talla bifacial.

El conjunto de piezas con talón presenta distintos tipos de desechos, de los cuales el 13,69% son lascas, el 1,64% láminas, el 2,9% desechos de retoque y el 81,8% desechos de desbaste bifacial. Muchos de los talones planos de la tabla superior pertenecen a desechos de desbaste bifacial, lo que identificable a partir del ángulo del talón y la relación entre las medidas de largo, ancho y en especial espesor.

Lascas láminas Desechos retoque

Desechos bifaciales Total

MP1 41 7 12 463 523

MP2 13 3 33 49

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Lascas14%

Desechos bifaciales

81%

Láminas2%

Desechos de retoque

3%

Lascas

láminas

dsechos de retoque

desechos bifaciales

0%; 1064; 97%

bajo 50%; 26; 2%

sobre 50%; 6; 1%

100%; 3; 0%

0%

bajo 50%

sobre 50%

100%

Gráfico 7: (A la izquierda) porcentaje de tipos de desechos en el conjunto de piezas con talón; (a la

derecha) porcentaje de piezas bifaciales con corteza en su anverso. Considerando estos elementos el porcentaje de desechos bifaciales aumenta sustancialmente, siendo el tipo de desecho de mayor frecuencia del conjunto, en especial en MP 1, 4 y 8. El contexto de desechos da cuenta de que el trabajo lítico en el sitio estuvo orientado casi en su totalidad hacia la ejecución de ciertas etapas de la cadena operativa del proceso de producción de bifaces. Dentro de los desechos de desbaste bifacial el 3% (35 u) presentan algo de corteza en su anverso, lo que da cuenta de que al menos alguna vez se tallaron soportes iniciales o jóvenes.

MP3 7 2 1 57 67

MP4 7 1 4 65 77

MP5 7 7

MP6 1 8 9

MP7 3 17 20

MP8 39 3 17 267 326

MP9 8 8

MP10 4 10 14

MP11 3 1 2 32 38

MP12 2 2

MP13 36 3 3 129 171

MP14 9 9

MP15 5 5

MP16 4 4

MP18 2 2

MP20 1 1

MP21 1 1 1 3

MP22 8 8

MP23 1 1

Total 184 22 39 1099 1344 % del total de piezas con talón

13,69 1,64 2,9 81,8 100

% del conjunto 7,236 0,87 1,5 43,2 52,9

Tabla 12: Correlación entre materias materia prima y tipo de desecho.

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Es interesante notar la amplia diversidad de soportes líticos utilizados para la producción de herramientas bifaciales, donde al menos se talló un número mínimo de 14 bifaces debido a que el contexto presenta desechos de desbaste bifacial de 14 materias primas distintas (MP1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 11, 13, 14, 21 y 23). De estas, la totalidad corresponden a variedades de tobas y riolitas, todas de carácter local y accesibles en el Estero de Palo Colorado. No hay desechos de desbaste bifacial sobre materias primas foráneas como cuarzo o crauvaca arcosica. En el sitio se están llevando a cabo actividades únicamente relacionadas a etapas del proceso de reducción bifacial de materias primas locales, y en ninguna media –al menos desde el sector muestreado- talla (producción) o reactivación (mantención) de bifaces traídos de otra zona. Un elemento interesante al respecto, es que en las recolecciones superficiales llevadas a cabo por Galarce (2004) en el sitio, él recuperó un fragmento medial de un bifaz en su etapa final de reducción. La materia prima de dicho bifaz es una toba verde de grano muy fino, similar la categoría definida por nosotros como MP8 o MP7 (un poco más fino de textura que la anterior), del que en nuestro contexto encontramos varios desechos de desbaste bifacial (267 u y 17 u respectivamente) y para el primero de ellos hasta algunos desechos de retoque (17 u).

0

10

20

30

40

50

60

70

0 10 20 30 40 50 60

Largo de los desechos (mm)

Anc

ho d

e lo

s de

sech

os (

mm

)

Gráfico 8: relación largo/ancho de los desechos de desbaste bifacial (solo piezas completas).

Podemos notar en el gráfico superior que existe una mayor concentración y homogeneidad en el tamaño de las piezas de menores dimensiones, mientras que los fragmentos de mayor tamaño se encuentran menos agrupados y en menor cantidad. Esto habla de una predominancia de desechos extraídos de soportes ya formatizados donde se llega a una cierta estandarización del tipo de extracciones. De todas formas el conjunto presenta no menor cantidad de grandes lascas, de variadas dimensiones y proporciones, producto seguramente de las etapas más iniciales del proceso de reducción de los bifaces, en su proceso de formatización. La producción de herramientas de corte desde lascas tiene una particularidad dentro de este contexto. En el conjunto hay dos lascas con retoque utilizadas como herramienta de corte (ver más arriba). Las diferencias entre ambas nos dan una buena información sobre las cadenas operativas de dichos instrumentos de corte. En un caso se trata de un fragmento de lasca o lámina, muy espesa, extraída como base positiva (BP1G) de un núcleo (BNG1 de explotación) sobre la cual se llevó a cabo un retoque (configuración) y por tanto pasando a transformarse ella misma en un soporte para producir una herramienta (BN2G de configuración). En el otro caso tenemos una lasca de desbaste

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bifacial de talón facetado con retoque en uno de sus filos marginales. Esta lasca (BP1G), como tal, es una lasca extraída de un bifaz en proceso de producción (BN1G de configuración), la que al recibir trabajo en uno de sus filos se convierte en un soporte para la producción de un instrumento (BN2G de configuración). Ahora bien, en este punto hay un tema que habría que aclarar con el tiempo, si para la producción de bifaces se utilizan nódulos (BN) convertidos en núcleos (BN1G) desde los cuales se produce el bifaz (BN1G de configuración), o si los bifaces se están produciendo inicialmente desde grandes lascas (BP2G) las que al ser trabajadas bifacialmente (BN3G de configuración) mediante la extracción de lascas (BP4G) permiten la producción del bifaz. La discusión no es menor si se quiere reconocer la real variedad que adquieren las cadenas operativas de bifaces en esta formación social, dando cuenta por ejemplo de la flexibilidad/normatividad de estrategias productivas. Al igual que en el sitio anterior, aparte de las labores de talla lítica, en el sitio se desarrollaron actividades relacionadas a la molienda de alimentos (manos de moler), tareas de corte, raspado y cepillado (tajador, cepillo, lascas retocadas y utilizadas), además de ser un lugar de de consumo de una no menor variedad de moluscos, tanto de playas arenosas como de sectores de roqueríos. Resultados de excavación Como vimos en la metodología, se excavaron 3 unidades en el sitio LV 531, dos de ellos mostrando restos de actividad humana. Los resultados de la excavación se detallan a continuación. Unidad 1: Corresponde a un pozo de 1x1 mt en el costado de una paleoduna llevado a cabo por que en este sector afloraban restos malacológicos en estratigrafía. Se excavaron cerca de 15 cms de un solo y homogéneo estrato de sedimento arenoso, característico de la geomorfología de dunas. En planta se reconocieron 4 concentraciones malacológicas de forma ovoidal (A, B, C y D), de pequeño tamaño y de menos de 10 cms de espesor, lo que habla de un conjunto de eventos bastante efímeros de desecho (Ver figura 3). En la unidad se recuperó únicamente material malacológico y lítico. Del total del conjunto de desechos líticos (2543) el

Figura 5: Dibujo de perfil Este, Unidad 1, Sitio LV 531. La zona achurada corresponde a

concentraciones malacológicas con su respectiva nominación.

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Foto 14: Concentraciones malacológicas D y C, respectivamente. Perfil Este Unidad 1, sitio LV 531. Análisis malacológico Los restos malacológicos incluyen principalmente bivalvos, destacando la presencia de Mesodesma donacium, y en menor medida univalvos como Concholepas y Fissurella sp.

NMI (A, B, C y D) % del total Mesodesma donacium 675 99,7

Concholepas 1 0,18 Fissurella sp. 1 0,18

Total 677 100 Tabla 13: NMI restos malacológicos Unidad 1, sitio LV 531.

Análisis lítico El conjunto está compuesto exclusivamente por desechos líticos, a excepción de una lasca de desbaste bifacial que fue utilizada como herramienta de corte.

1. Instrumentos de trabajo Instrumento de corte 1

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1.- Unidad de excavación 1. 2.- Materia prima: MP1, Toba Clorítica 1. 3.- Soporte: Lasca de desbaste bifacial, etapas iniciales. 4.- Descripción general: Lasca de desbaste bifacial de etapas iniciales del proceso de reducción utilizado como herramienta cortante. Su filo natural fue retocado marginalmente de forma bifacial para la preparación de su filo. 5.- Funcionalidad: Herramienta para cortar.

Figura 6: vistas del instrumento.

2. Desechos líticos El conjunto de desechos provenientes esta unidad consta de un universo de 19 piezas provenientes de 1m2, las que fueron agrupadas solo en 3 categorías de materias primas, MP1, 4 y 8. La densidad de piezas es de 19 u/m2, bastante menor que el promedio de piezas por m2 reconocido para la zona de muestreo (52,88 u/m2), aunque mayor que algunas de las unidades (B5, A6 y B6)3.

3 Aun siendo que se trata de una excavación, y que los datos debieran expresarse en metros cúbicos como medida de volumen, nos parece adecuado presentarlo en metros cuadrados si pensamos que el material presente en la zona de muestreo se encuentra a nivel superficial por el proceso de deflación de la duna, y por tanto por la acumulación del material que se encontraba distribuido en una unidad cúbica (3 dimensiones) en una de unidad cuadrada (dos dimensiones) debido al retiro paulatino del sedimento que daba forma a la tercera dimensión (altura). En el fondo, si la duna se hubiera deflacionado en el sector de la excavación los restos líticos hubieran quedado en la superficie resultando en una distribución en dos dimensiones.

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Fragmentos distales; 11 u

58%

Piezas completas; 5 u; 26%

Fragmentos Proximales; 3 u

16%

Piezas completas

Fragmentos Proximales

Fragmentos distales

MP8 5 u

26%

MP4 2 u 11%

MP112 u63%

MP1

MP4

MP8

Gráfico 9: (a la izquierda) proporción piezas completas, fragmentos proximales y distales; (a la

derecha) proporción de materias primas. Solo una de los desechos presenta corteza en su anverso (5,26% del total). Se trata de una lasca retomada como instrumento de corte, descrita más arriba, la cual presenta menos del 50% de su anverso con corteza. Es interesante la pieza ya que además se trata de una lasca de desbaste bifacial de talón facetado en ángulo abrupto y de gran tamaño (aun siendo que se encuentra fracturada) en MP1, reforzando las ideas planteadas anteriormente de la producción in-situ de soportes líticos jóvenes, con corteza, de materias primas locales, y de la ejecución de las etapas iniciales del proceso de reducción de bifaces, esto último por el gran tamaño y por la presencia de corteza en la pieza.

Lasca 1 u

13%

Desecho de retoque 1 u

13%

Desecho de desbaste bifacial

6 u74%

Lasca

Desecho de retoque

Desecho de desbaste bifacial

Plano2 u

25%

Facetado 2 u25%

Pseudo facetado1 u

13%

Puntiforme3 u

37%

Gráfico 10: (A la izquierda) frecuencia de tipos de desechos; (a la derecha) frecuencia de tipos de

talones. El alto porcentaje de desechos de talla bifacial en la Unidad 1 de excavación (87%) se correlaciona con el que habíamos observado para las unidades de muestro superficial (84%), otorgando argumentos a favor de la integridad de ambos conjuntos y ciertas luces acerca del proceso de formación del sitio. Lo que si es claro, es que en esta unidad se ve que en el mismo espacio donde se están consumiendo moluscos se están llevando a cabo actividades de talla de bifaces, aunque el tamaño de la piezas es notoriamente menor al del sector de recolección superficial -de hecho están todas bajo el umbral inferior de largo de piezas de la zona de recolección superficial (8,6 mm)-, por lo que es muy probable que en este sector simplemente se llevaran a cabo las etapas finales del proceso de reducción o la mantención de algunas de ellas.

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0

1

2

3

4

5

6

7

8

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Largo del fragmento (mm)

Anc

ho d

el fr

agm

ento

(m

m)

Gráfico 11: relación largo/ancho del desecho de desbaste bifacial (solo piezas completas).

Unidad 2: Estéril culturalmente. Unidad 3: Corresponde a una excavación de 0,8x2 mts, adjunto a la Unidad 1 y hacia el interior del testigo de la paleoduna. La excavación arrojó un único estrato sedimentario, compuesto por arenas sueltas característica de la formación dunar. En la excavación se lograron reconocer un total de 9 concentraciones malacológicas de similares características a las identificadas en la Unidad 1 (Ver figura 3), de pequeño tamaño y de no más de 10 cms de espesor. Las concentraciones fueron dejadas en planta durante la excavación, lo que permitió el análisis por separado de los materiales provenientes de cada uno de ellos.

Figura 7: Dibujo de perfil Norte, Unidad 3, sitio LV 531. La zona achurada corresponde a

concentraciones malacológicas con su respectiva nominación.

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Foto 15: (a la izquierda) concentraciones malacológicas en planta, Unidad 3, sitio LV531; (a la

derecha) concentración malacológica M, Unidad 3, sitio LV531. Análisis malacológico En los restos malacológicos destacan los mismos taxones que en las concentraciones de la Unidad 1, predominando el consumo de Mesodesma donacium y en mucho menor medida Concholepas y Fissurella sp.

E F G H I J K l M Total % del Total Mesodesma donacium 62 11 44 13 100 0 8 10 45 293 97,67

Concholepas 0 0 3 1 1 1 0 0 0 6 2 Fissurella sp. 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1 0,34

Total 62 11 47 15 101 1 8 10 45 300 100 % del Total 20,67 3,67 15,67 5 33,67 0,34 2,67 3,37 15 100

Tabla 14: NMI restos malacológicos en cada uno de las concentraciones, Unidad 3, sitio LV 531. Análisis lítico El material lítico está compuesto en su mayor parte por desechos, a excepción de un fragmento de puta de proyectil, una sección medial.

1. Instrumentos de trabajo Punta de proyectil 1 1.- Unidad: Unidad de excavación 3.

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2.- Materia Prima: No identificada 3.- Tipo de punta: Indeterminado. 4.- Estado: Fragmentada. 5.- Tipo de fragmentación: sección medial, sin ápice ni base. 6.- Dimensiones:

6.1- Largo del Fragmento: 21,5 mm. 6.2- Ancho máximo del fragmento: 20,05 mm. 6.3- Ancho mínimo del fragmento: 14,1 mm. 6.4- Sección medial máxima: 7,2 mm.

6.- Tipo de fractura: Horizontal / Transversal.. 7.- Tipo de borde: Denticulado.

Figura 8: ambas caras, perfil y sección de la punta de proyectil.

Foto 16: Vista ambas caras de la punta de proyectil.

2. Análisis de desechos

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El conjunto lítico recuperado de esta unidad comprende 16 piezas en un área de 1,6 m2, en una densidad promedio de 10 u/m2, casi la mitad de la presente en la Unidad 1.

Fragmentos proximales

5 u31%

Completas5 u

31%

Fragmentos distales

6 u38%

Completas

Proximales

distales

MP15 u

31%

MP8; 9 u; 57%

MP24; 1 u; 6%

MP26; 1 u; 6%

MP1

MP8

MP24

MP26

Gráfico 12: (A la izquierda) frecuencia de categorías de desechos; (a la derecha) frecuencias de

desechos por materia prima. Respecto a las materias primas, la unidad presenta las categorías ya reconocidas para la unidad de muestreo con un predominio en las MP 8 y 1, aunque se presenta un desecho en MP 26, ausente en todo el muestreo y en la Unidad 1, pero presente en la recolección del sitio LV 547. Aun que se trata de un dato menor, debemos considerarlo por su poca representación en el sitio.

Lascas; 4 u; 45%

Desecho de retoque; 2 u; 22%

Desecho desbaste bifacial; 3 u; 33%

Lascas

Retoque

desecho desbaste bifacial

Plano; 4 u; 45%

Facetado; 1 u; 11%

Pseudo facetado2 u; 22%

Puntiforme; 2 u; 22%

Plano

Facetado

Pseudo facetado

Puntiforme

Gráfico 13: (A la izquierda) frecuencia de tipos de desechos; (a la derecha) frecuencia de tipos de

talones. Aunque la muestra es pequeña, y puede ser poco representativa, hay una tendencia a una menor proporción de desechos de desbaste bifacial (55%) y de talones facetados (11%) y pseudofacetados (22), aumentando el porcentaje de lascas y talones planos. Más allá del problema de la representatividad de la muestra para el sitio completo, al menos para la consideración de estas concentraciones líticas, hay una cara diferencia con la zona de recolección superficial (84%) y con la Unidad 1 (87%). En el conjunto solo dos piezas presentan corteza en su anverso (12,5%), en ambos casos en menos del 50% de él.

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0

5

10

15

20

25

30

35

0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50

Largo de los desechos (mm)

Anc

ho d

e lo

s de

sech

os (

mm

)

Gráfico 14: relación largo/ancho del desecho de desbaste bifacial (solo piezas completas).

El tamaño de las piezas completas muestra en un caso un patrón de piezas pequeñas similar al de la Unidad 1 (dos de ellas lascas y solo una un desecho de retoque), pero en el otro dos grandes lascas (una de desbaste bifacial con talón pseudos facetado). La muestra es muy pequeña para inferir tendencias generales, pero aun así el tamaño de los desechos completos son mayores que los recuperados de la Unidad 1. Proceso de formación de sitio Debemos hacer una consideración importante. En superficie existe un testigo de la paleoduna bajo el cual se proyecta el sitio arqueológico y las concentraciones malacológicas. Pero por mucho que la actual superficie presente una pendiente muy marcada, la medición de la profundidad de cada concentración malacológica muestra cierta horizontalidad en la depositación de los desechos, mostrando que durante la formación del contexto momento la duna presentaba una muy leve inclinación en el plano.

Unidad Concentración Medida (cms)

3 E 112 3 F 111 3 G 105/106/111 3 H 117 3 I 107 3 J 110 3 K 106 3 L 102 3 M 104

Diferencia 10 Tabla 15: Profundidades de las concentraciones malacológicas desde un mismo punto arbitrario.

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Figura 9: Dibujo de plata de las Unidades 1 y 3, sitio LV 531. La zona achurada representa las

concentraciones malacológicas con su respectiva nominación. Esta diferencia de no más de 10 cms de profundidad entre las concentraciones muestra la horizontalidad en que se depositaron los restos culturales. Este elemento, más la clara integridad de las concentraciones malacológicas, da ciertas luces acerca del proceso de formación geomorfológico y de la formación del contexto arqueológico. Las evidencias muestran que durante la formación del contexto momento esta sección de la duna era prácticamente plana, a diferencia de cómo se encuentra actualmente, y el testigo de la paleoduna aún hoy presente, que posterior al descarte del material cultural hubo un proceso de depositación de arenas por agentes eólicos sobre el sitio, producto de un avance de la paleoduna, cubriéndolo por al menos 4,3 mts de depósitos de arena. Posteriormente hubo un proceso de erosión eólica que movilizó nuevamente la paleoduna, erosionándose en forma de canal y dejando a ambos costados testigos de la paleoduna. Este proceso determinó la actual formación del contexto arqueológico del sitio LV531, dejando una sección del sitio en superficie, en donde se hizo la recolección superficial, y una sección aún en estratigrafía, bajo el testigo de la paleoduna.

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Figura 10: corte de perfil de la paleoduna transversal al canal dejado por la erosión eólica.

Comparación entre recolección superficial y excavación Como hemos visto separadamente en el análisis, existen diferencias y similitudes entre el contexto de recolección superficial y el de excavación. En primer término existen diferencias cualitativas y cuantitativas respecto de los moluscos de ambos contextos. Cualitativamente el contexto de recolección superficial muestra una mayor variabilidad taxonómica, presentando 6 taxones (Mesodesma Donacium, Fissurella Sp., Concholepa Concholepa, Tregula Atria, Fissurela Nigra y Fisurilla Maxima), mientras que las unidades de excavación presentaron solamente tres de ellos (Mesodesma Donacium, Fissurella Sp., Concholepa Concholepa). Cuantitativamente la diferencia es notoria, mientras el contexto de recolección superficial solo muestra un NMI de 15, la Unidad 1 presenta un NMI de 677 y la Unidad 3 un MNI de 300. Esta doble diferencia puede implicar diferenciación en el uso de espacios o distintos eventos de descarte. En segundo lugar, la cantidad de categorías de materias primas presentes en los contextos de excavación y en la recolección superficial son diferentes. En los contextos de excavación la gama se reduce notoriamente, con un total de 3 en la Unidad 1 y 4 en la Unidad 3, versus los 23 tipos de materias primas presentes en la unidad de recolección superficial. Aún así para ambos contextos existe un predominio casi exclusivo de la talla sobre materias primas locales (tobas y riolitas). En tercer lugar, ambos contextos presentan herramientas de corte sobre lascas, las que si bien son de uso común y regular, al menos nos orienta a reconocer actividades similares entre ambos contextos. Como cuarto punto cabe destacar la diferencia en las dimensiones (largo y ancho) de las piezas completas de desbaste bifacial entre ambos contextos. Los desechos provenientes del área de recolección superficial muestran una tendencia de piezas por sobre los 8 mm de largo y ancho, mientras que en la Unidad 1 las piezas se encuentran todas bajo el umbral de los 10 mm de ambas variables métricas. Es evidente que la muestra de los contextos excavados no es la ideal para indicar tendencias más generales, pero al menos representa un punto de comparación. Quinto, los desechos de desbaste bifacial y de retoque marginal son en ambos contextos porcentualmente importantes, aún siendo que dicha proporción no sea tan evidente en la Unidad 3 por el problema de la representatividad de la muestra. En general se ve un

Testigos paleoduna

Plano horizontal de depositación contexto momento. Plano de

concentraciones malacológicas.

Actual ubicación del depósito del contexto arqueológico.

Sector donde se llevó a cabo la recolección superficial.

4,3 mts

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conjunto lítico caracterizado pro la talla bifacial con un total de 1149 piezas, con el 44,57% de la muestra total del sitio (muestreo superficial, Unidad 1 y 3). El argumento se refuerza aún más si consideramos solamente las piezas completas y los fragmentos con talón, donde el porcentaje alcanza el 83,69% del conjunto. Y en ultimo lugar, un punto que también tocamos en el análisis del sitio LV 547. En la Unidad 3 y asociado a las concentraciones malacológicas, se recuperó un fragmento medial de una punta de proyectil Huentelauquén muy similar a las dibujadas por Bahamondes (1969), en una materia prima ausente por completo en la totalidad de los desechos y núcleos del sitio. Este hecho, no menor, refuerza aún más la idea planteada para el caso del sitio LV 547, donde existe una contradicción entre las herramientas consumidas versus las herramientas en producción. Esta punta de proyectil fue descartada en el sitio producto de un consumo hasta su completo agotamiento, sin posibilidades de reproducir su papel como medio de producción dentro de las actividades de caza de la que era parte. De hecho, dentro del sitio (desde nuestra muestra) no se llevó a cabo ninguna actividad de mantención (retoque, reavivamiento o reactivación de filos y reutilización en otra función) de dicha punta. Por el contrario, la actividad lítica del sitio se centra en la producción de bifaces a partir de materias primas locales, de fácil y cercano acceso, los que son traídos en su mayoría ya trabajados, con cierto grado de formatización como preformas, seguramente desde sitios cercanos a la fuente y a los sitios LV 547 y LV 531. Comparación entre los sitios LV 547 y LV 531 Como hemos visto a lo largo del análisis, ambos sitios son el resultado del asentamiento de grupos cazadores recolectores que desempeñaron in-situ principalmente actividades laborales relacionadas a la talla de bifaces, los cuales eran anteriormente formatizados en otros asentamientos cercanos, muy probablemente en el lecho mismo del estero donde se encuentra la fuente secundaria, para luego continuar la secuencia de reducción de los bifaces en sitios como los analizados. El rango de dimensiones (largo/ancho) de los desechos bifaciales del sitio LV531 muestra etapas previas y paralelas del proceso de reducción de los bifaces respecto a LV547, con una cadena operativa más completa al menos en respecto a la etapa de reducción bifacial. Es muy probable que en LV531 también se terminaran de formalizar algunas preformas, a diferencia de LV547 donde solo se trabajaron en etapas posteriores. Esto no es menor si vemos que LV547 se encuentra más cercano (solo de forma relativa, ya que hablamos en línea recta) a la fuente secundaria, pero presentan en su contexto desechos de etapas posteriores del proceso de desbaste de bifaces. Este punto puede estar dando cuenta de diferencias temporales en el uso de ambos sitios, o simplemente en una lógica menos formalista de aprovechamiento de los recursos líticos donde la distancia a la fuente no tiene por que estar relacionada directamente a la etapa de la cadena operativa de las herramientas “curativas”, al menos dentro de estas escalas locales o reducidas de movilidad. Otro elemento que debemos destacar es la idea de estos campamentos de tarea o logísticos, pensados muchas veces de forma demasiado definida por el concepto y no tanto por la variabilidad concreta que adopta en las formas de asentamiento y en la producción de los grupos de distintas formaciones sociales. Sin duda ambos sitios -LV547 y LV531- son campamentos de uso no prolongado en el tiempo inmediato o cotidiano (la duración del asentamiento singular) ni tampoco sitios utilizados por todas las generaciones de cazadores recolectores de la historia. Se trata de sitios de paso, donde se aprovechaba de continuar trabajando los bifaces iniciales ya someramente comenzados, en proceso de formatización (LV531) en etapas más avanzadas de

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producción (LV547 y LV531), donde se reunían a consumir los moluscos recolectados en las playas de la Bahía y a veces de los roqueríos cercanos, a procesar alimentos vegetales, y seguramente a la manufactura de herramientas sobre madera y fibras vegetales para los que se utilizaron las herramientas líticas para tajar, cepillar y cortar del sitio. El espectro de actividades es bastante más amplio que la simple idea de asentarse únicamente para la producción de instrumentos bifaciales, ya que la vida cotidiana de los individuos del grupo que en estos sitios se asentó requería de llevar a cabo actividades necesarias para la reproducción del grupo en conjunto más allá de la manufactura de puntas de proyectil. De hecho de aquí se desprende un problema no menor. Notamos que en ambos sitios hay descarte de puntas de proyectil -4 analizadas por nosotros y otras cuantas más identificadas por Bahamondes (1969)- y que la base de la producción lítica está dirigida también hacia la producción de puntas, pero en ninguno de los dos sitios tenemos evidencia de restos óseos de ningún tipo. Por el contrario los contextos orgánicos muestran una subsistencia basada más en la recolección que en la caza. ¿Se trata de una contradicción definida por la naturaleza funcional de los sitios que estamos observando o de un problema de naturaleza netamente social que quizás no se ha logrado inferir? ¿Es esta centralidad en la producción bifacial directamente proporcional a una caza masiva y a una dieta basada exclusivamente en mamíferos? Son preguntas que van a necesitar respuestas metodológicas desde la antropología física, la química y la física, para evaluar la real importancia de la dieta de mamíferos en estos grupos humanos, o quizás más fácil, simplemente a partir de una visión que integre mayor número de sitios, de otras características funcionales. Bibliografía Ampuero, G. 1969 Cárcamo, un taller lítico precerámico de la Provincia de Coquimbo. Boletín del Museo Arqueológico de La Serena 13. Pág. 53 – 57. Bahamondes, R. 1969 Contextos y secuencias culturales de la costa central de Chile. Actas del V Congreso Nacional de Arqueología, Octubre. La serena. Pág. 257 – 275. Briz, I. 2006-2007 Piedras, dinámicas, producciones y consumos: propuesta desde la dialéctica para el análisis de conjuntos líticos. Kreis 9. Pág. 27- 46. Carbonell, E. y Rodríguez, X. P. 2002 El sistema lògic analític: origen, desenvolupment i perspectivas de futur. Cota Zero 17. Pág. 106 – 116. Castañeda, N. 1999 Propuesta de clasificación técnica de los sistemas de explotación de las BN1G de producción (núcleos). Espacio, Tiempo y Forma, Serie I, Prehistoria y Arqueología 12. Pág. 149 – 160. Galarce, P. 2004 Cazadores recolectores tempranos en la costa Sur del semiárido: aprovisionamiento y procesamiento de recursos líticos. Memoria de título profesional, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Antropología, Universidad de Chile. Iribarren, J. 1961 La Cultura Huentelauquén y sus correlaciones. Contribuciones Arqueológicas 1. Museo Arqueológico de La Serena. Pág. 1 – 18.

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Jackson, D. 1993 Datación radiocarbónica para una adaptación costera del arcaico temprano en el Norte Chico, comuna de Los Vilos. Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología 16. Pág. 28 – 31. Jackson y Méndez 2003 Primeras ocupaciones humanas en la costa del semiárido de Chile: patrones de asentamiento y subsistencia. Actas del XVI Congreso Nacional de Arqueología Chilena, Octubre. Tomé. Pág. 493 – 502. Jackson, Seguel, Báez y Prieto 1999 Asentamientos y evidencias culturales del complejo Huentelauquén en la comuna de Los Vilos, Provincia del Choapa. Anales del Museo de Historia Natural de Valparaíso 24. Pág. 5 – 28. Lange, O. 1970 Teoría de la reproducción y de la acumulación. Biblioteca de la Ciencia Económica, Colección DEMOS, Ediciones Ariel. Barcelona, España. Llagostera, A. 1977 Ocupación humana en la costa Norte de Chile asociada a peces locales-extintos y a litos geométricos: 9680+-160 a.p. Actas del VII Congreso de Arqueología Chilena. Altos de Vilches. Pág. 93 – 113. Llagostera, A. 1979 9700 years of maritime subsistence on the pacific: an analysis by means of bioindicators in the North of Chile. American Antiquity 44 (2). Pág. 309 – 324. Llagostera, Weisner, Castillo, Cervellino y Costa-Junqueira 2000 El Complejo Huentelauquén bajo una perspectiva macroespacial y multidisciplinaria. Actas del XIV Congreso Nacional de Arqueología Chilena, Contribución Arqueológica 5, Museo Regional de Atacama, Copiapó. Pág. 461 – 480. López, M. C. 2000 Estudio petrográfico de muestras de rocas curso inferior del Estero Cunlagua, Valle del Río Chalinga. Informe de Avance Año 1 Proyecto FONDECYT 1990699. Jover Maestre, F. J. Sobre la producción lítica en arqueología. LVCENTVM XVII-XVIII. Pág. 7 – 27. Rodríguez, X. P. 2004 Technical system of lithic production in the lower and middle pleistocene of the iberian peninsula. BAR International Series 1323. Sáenz, A. 2004-2005 ¿Tipología hoy? Algunas reflexiones sobre la sistemática analítica laplaciana: una reafirmación de la “dialéctica de causalidad” en los sujetos industriales. Kreis 8. Pág. 79 – 94. Semenov, S. A. 1981 [1957] Tecnología prehistórica. Estudio de las herramientas y objetos antiguos a través de sus huellas de uso. Akal, Madrid. Silva y Weisner 1972-1973 La forma de subsistencia de un grupo cazador recolector del postglacial en los valles transversales del área meridional andina. Actas del VI Congreso de Arqueología Chilena, Octubre. Santiago de Chile. Pág. 353 – 370. Weisner, R 1986 El poblamiento temprano en el semiárido de Chile, el paleoindio y el arcaico (un proyecto de síntesis cronológico-cultural). Tesis para optar al grado de

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Licenciado en Filosofía con mención en Arqueología y Prehistoria, Facultad de Filosofía, Humanidades y Educación, Departamento de Antropología, Universidad de Chile.

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ANEXOS 1 1.- Tabla de atributo análisis lítico:

Herramientas para moler: 1.- Procedencia: 2.- Materia Prima: 3.- Dimensiones: 3.1- Largo: 3.2- Ancho: 3.3- Espesor: 4.- Formalización: 5.- Forma: 6.- Sectores utilizados: 7.- Huellas de uso: 8.- Forma de la cara utilizada: 8.1- Cara marcada: 8.1.1- Eje mayor: 8.1.2- Eje menor: 8.2- Cara no marcada: 8.2.1- Eje mayor: 8.2.2- Eje menor: 9.- Restos en superficie:

Herramientas de caza: 1.- Sitio: 2.- Unidad: 3.- Responsable: 4.- Materia Prima: 5.- Tipo de punta 6.- Estado: 7.- Tipo de fragmentación punta pedunculada: 8.- Dimensiones:

9.1- Largo del Fragmento: 9.2- Ancho máximo del fragmento: 9.3- Sección medial máxima: 9.4- Sección pedúnculo:

9.- Tipo de fractura: 10.- Tipo de borde:

Herramientas varias: 1.- Procedencia: 2.- Materia Prima: 3.- Soporte: 4.- Dimensiones: 5.- Descripción general: 6.- Funcionalidad:

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1. Presente.

Atributos análisis de desechos líticos: 1.- Sitio: 2.- Procedencia.: 3.- Estado:

1. Completas. 2. Fragmentos proximales. 3. Fragmentos distales. 4. Casos especiales.

4.- Tipo de desechos: 1. lasca. 2. Lámina. 3. Fragmentos. 4. Desecho de Retoque. 5. Desechos Bifaciales. 6. Lascas de rejuvenecimiento de núcleo 7. Trozos angulares (¿?) 8. Rejuvenecimiento de bifaz.

5.- Tipo de Talón: 1. Natural (Con corteza). 2. Plano. 3. Rebajado. 4. Facetado. 5. Seudo-facetado. 6. Quebrado. 7. Otros. 8. Puntiforme (retoque).

6.- Ángulo Talón: 1. Abrupto o recto. 2. Oblicuo. 3. No determinado.

7.- Corteza anverso: 1. 0 %. 2. – 50%. 3. +50%. 4. 100%.

8.- Aristas Anverso: 1. Paralelas al eje tecnológico. 2. Transversales al eje tecnológico. 3. Mixtas. 4. No definibles.

9.- Negativos bisagra Anverso: 1. Ausente. 2. Presente.

10.- Preparación del borde adyacente: 1. Ausente. 2. Presente.

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11.- Desportilladura bulbar: 1. Ausente. 2. Presente.

12.- Conservación: 1. Completas. 2. Incompletas. 3. No determinado.

13.- Patinas Diferenciales: 1. Anverso. 2. Reverso. 3. Ambas caras. 4. Otros.

14.- Materias Prima: Según muestrario. 15.- Unidad color/textura materia Prima:

1. Unidad… 2. Unidad…

16.- Dimensiones: 1. Longitud: 2. Ancho: 3. Espesor:

17.- Observaciones:

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ANEXO 2 Árbol petrográfico