Últimos días de un rey

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“NO QUIERO QUE MI HIJO SE MARCHITE ESPERANDO COMO CARLOS DE INGLATERRAEL REY ESTA MUY SOLO. SON MUCHISIMOS LOS DIAS EN QUE COME SOLO EN LA ZARZUELACON LA REINA NO TIENE NINGUNA RELACIÓN, RESULTADO DE SUS TANTAS INFIDELIDADES. CON EL PRÍNCIPE TIENE UNA RELACIÓN NO MALA, PERO MÁS BIEN FRÍA. VE MUY POCO A SUS NIETAS EL REY NUNCA HA SIDO MUY CORDIAL CON LA PRINCESA LETIZIA . NO LE GUSTA. CON CRISTINA , QUE TENÍA UNA RELACIÓN MAGNÍFICA, AHORA NO TIENE NINGUNA. AL FINAL, TIENE UNA BUENA RELACIÓN CON ELENA . Y PUNTO. Quiero que me estudies qué hay que hacer y cómo se hace en el supuesto en que decida irme». Con este encargo del rey al jefe de su Casa, Rafael Spottorno, empezó el último capítulo de una historia que había comenzado mucho tiempo antes y que se había ido haciendo sitio durante meses en el ánimo de Juan Carlos I. «El rey ha manejado muchas veces antes de ahora la posibilidad de abdicar», dice una persona que conoce bien al monarca y que mantiene con él una relación que va más allá de la obligada por su cargo institucional. «Esto ha sido como los ojos del Guadiana, pero él ha estado considerando la posibilidad de abdicar la Corona desde antes de cumplir los 75 años. En todo este tiempo, ha tenido momentos de decirme debo ir, pero luego se le subía un poco el ánimo y dejaba de pensarlo».« Ya el año pasado tonteó un tiempo con el asunto», confirma uno de sus más cercanos colaboradores. Ese tiempo coincide con los últimos episodios de operación de caderas y todas sus complicaciones sobrevenidas, que le han causado un gran sufrimiento físico. «Antes de la última operación de cadera verdaderamente sufrió mucho». Y por eso la idea de abdicar toma cuerpo definitivamente en el otoño, cuando convalece de las operaciones y tiene que hacer unas rehabilitaciones durísimas. SITUACIÓN CRÍTICA Sucede que en esos momentos la situación por la que atraviesa España es muy difícil, llega a ser crítica y no aconseja de ninguna manera abrir en la cúpula del Estado una

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EL REY ESTA MUY SOLO. SON MUCHISIMOS LOS DIAS EN QUE COME SOLO EN LA ZARZUELA… CON LA REINA NO TIENE NINGUNA RELACIÓN, RESULTADO DE SUS TANTAS INFIDELIDADES. CON EL PRÍNCIPE TIENE UNA RELACIÓN NO MALA, PERO MÁS BIEN FRÍA. VE MUY POCO A SUS NIETAS … EL REY NUNCA HA SIDO MUY CORDIAL CON LA PRINCESA LETIZIA . NO LE GUSTA. CON CRISTINA , QUE TENÍA UNA RELACIÓN MAGNÍFICA, AHORA NO TIENE NINGUNA. AL FINAL, TIENE UNA BUENA RELACIÓN CON ELENA . Y PUNTO.

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Page 1: Últimos días de un rey

“NO QUIERO QUE

MI HIJO SE

MARCHITE

ESPERANDO

COMO CARLOS

DE

INGLATERRA”

EL REY ESTA MUY SOLO. SON

MUCHISIMOS LOS DIAS EN QUE COME

SOLO EN LA ZARZUELA… CON LA

REINA NO TIENE NINGUNA RELACIÓN,

RESULTADO DE SUS TANTAS

INFIDELIDADES. CON EL

PRÍNCIPE TIENE UNA RELACIÓN NO

MALA, PERO MÁS BIEN FRÍA. VE MUY

POCO A SUS NIETAS … EL REY NUNCA

HA SIDO MUY CORDIAL CON LA

PRINCESA LETIZIA . NO LE GUSTA. CON

CRISTINA , QUE TENÍA UNA RELACIÓN

MAGNÍFICA, AHORA NO TIENE

NINGUNA. AL FINAL, TIENE UNA

BUENA RELACIÓN CON ELENA . Y

PUNTO.

Quiero que me estudies qué hay que

hacer y cómo se hace en el supuesto en

que decida irme».

Con este encargo del rey al jefe de su Casa,

Rafael Spottorno, empezó el último capítulo

de una historia que había comenzado

mucho tiempo antes y que se había ido

haciendo sitio durante meses en el ánimo

de Juan Carlos I.

«El rey ha manejado muchas veces antes

de ahora la posibilidad de abdicar», dice

una persona que conoce bien al monarca y

que mantiene con él una relación que va

más allá de la obligada por su cargo

institucional.

«Esto ha sido como los ojos del Guadiana,

pero él ha estado considerando la

posibilidad de abdicar la Corona desde

antes de cumplir los 75 años. En todo este

tiempo, ha tenido momentos de decir“ me

debo ir”, pero luego se le subía un poco el

ánimo y dejaba de pensarlo».« Ya el año

pasado tonteó un tiempo con el asunto»,

confirma uno de sus más cercanos

colaboradores.

Ese tiempo coincide con los últimos

episodios de operación de caderas y todas

sus complicaciones sobrevenidas, que le

han causado un gran sufrimiento físico.

«Antes de la última operación de cadera

verdaderamente sufrió mucho». Y por eso la

idea de abdicar toma cuerpo definitivamente

en el otoño, cuando convalece de las

operaciones y tiene que hacer unas

rehabilitaciones durísimas.

SITUACIÓN CRÍTICA

Sucede que en esos momentos la situación

por la que atraviesa España es muy difícil,

llega a ser crítica y no aconseja de ninguna

manera abrir en la cúpula del Estado una

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etapa de incertidumbre que se añadiera a

las incertidumbres que ya se cernían sobre

el país.« Entonces está ya en auge el

problema catalán y la crisis económica no

ha mostrado todavía signos de

recuperación». El rey se ve forzado,

además, a considerar su retirada cuando ve

como otros monarcas europeos le pasan el

testigo a sus herederos.« Lo que pasa es

que él siempre dijo:“ Cuando me vaya tiene

que ser estando bien, estando arriba»”.

Por eso, desde primeros de enero se

empieza a hablar en serio del asunto. Pero,

aunque sorprenda a casi todos, el desastre

en que se convirtió su discurso durante la

Pascua Militar[ 6 de enero ]no influyó en su

ánimo para tomar una de las decisiones

más trascendentales de su vida. La razón

es que su titubeante lectura del discurso no

se debió a su pésimo estado de salud física

y mental, como pensaron todos los

españoles, sino a otras razones que sus

próximos se niegan a desvelar pero que

probablemente tuvo que ver con un exceso

de medicación, o con la ingesta de un

fármaco inadecuado que produjo en él los

efectos que se vieron.

«Tampoco el caso Nóos ha influido en su

decisión, no le ha empujado. Él ha

aguantado el tirón hasta ahora y hubiera

aguantado después lo que hubiera de venir,

aunque es muy consciente del daño que

ese asunto ha hecho al prestigio de la

monarquía», dice alguien que le conoce

bien.

«Desde primeros de enero se viene

hablando en serio del asunto, pero ésta no

ha sido una decisión rumiada en solitario y

comunicada después »a Rafael Spottorno.

En absoluto. En ese difícil y dramático

proceso de decisión el rey ha consultado

con un puñado de personas cercanas a las

que ha preguntado y con las que ha

abordado el asunto con la seguridad de que

ninguno de ellos traicionaría su confianza,

como así ha sido.

«Él ve, sobre todo, que su hijo está en el

mejor momento y no quiere verlo como

Carlos de Inglaterra, que en noviembre

cumple nada menos que 66 años».

Esta apreciación es confirmada por otra

persona cercana a don Juan Carlos:« El rey

no se chupa el dedo, no se lo ha chupado

nunca, y él sabe que la credibilidad de esta

Casa está muy dañada». Por eso el rey dice

a su interlocutor:« La Corona está

baqueteada, la política está en sus horas

más bajas, y, sin embargo, el príncipe está

aquí— y levantaba las manos hacia arriba —

Esto hay que hacerlo ya. Créeme, dijo, ha

llegado el momento de dar un impulso,

porque lo que hagamos nosotros va a

contribuir a la renovación de España en

muchos aspectos. Si se renueva la cúpula,

se renovarán otras cosas después. Si

nosotros damos un escopetazo...

ayudaremos al país. Lo difícil es encontrar

el momento porque, si se te pasa el arroz,

no habrá servido para nada».

Efectivamente, que la Corona está

«baqueteada», como dice el rey, y que el

príncipe se salva totalmente de la quema, lo

confirman los sondeos de opinión que se

publican por entonces. El 5 de enero de

este año 2014, justamente la víspera de la

para el rey desdichada jornada de la

Pascua Militar, EL MUNDO recoge los datos

de una encuesta que dice que, por primera

vez en democracia, no llega al 50% el

porcentaje que respalda la monarquía como

forma de Estado para España. Es más, el

56% de los encuestados tiene una opinión

regular, mala o muy mala del reinado de

don Juan Carlos. Dos años antes, el

porcentaje de quienes opinaban lo mismo

era del 17% y antes de 2012 era aún menor.

Por si eso fuera poco, el 65% declara tener

mala opinión de la infanta Cristina, y nada

Page 3: Últimos días de un rey

menos que el 90% cree que la Justicia no la

trata igual que a cualquier español. Sin

embargo, el 66,4% declara tener una

opinión buena o muy buena del príncipe

Felipe y el 57% cree que él podrá recuperar

el prestigio dañado de la Corona.

RIESGO DEFILTRACIONES

Las reflexiones del monarca son de

mediados de enero, cuando Rafael

Spottorno ya se ha puesto a trabajar en

solitario para averiguar cómo se gestiona la

abdicación de un rey. Pero sólo puede

consultar textos, no puede hablar con

ningún constitucionalista, con ningún

historiador, porque el asunto es de tal

trascendencia que no puede correr el riesgo

de que se produzca la menor filtración de la

noticia.

No ha habido en España tantas

abdicaciones de un rey en el ejercicio de su

cargo, lo cual le complicaba las cosas a

Spottorno. Isabel II abdicó en su hijo

Alfonso XII desde su exilio de París, cuando

ya no reinaba. Alfonso XIII tampoco reinaba

cuando transmitió los derechos dinásticos a

don Juan de Borbón. Amadeo de Saboya,

más que abdicar, realmente salió huyendo

de aquella España feroz que le fue tan

hostil. En definitiva, que la última abdicación

fue la de Felipe V, que abdicó en 1724 en

su hijo Luis I, pero éste murió de viruela a

los seis meses de ocupar el trono y su

padre volvió a ser el rey.

Había, pues, que partir de cero. Spottorno

elaboró un documento que analizaba los

aspectos legales pero también los aspectos

prácticos como el estatuto que podría tener

don Juan Carlos una vez consumada su

abdicación, dónde viviría y el sustento que

podría recibir. Porque, por ejemplo, el rey no

tiene derecho a la sanidad pública porque

nunca ha cotizado a la Seguridad Social.

Así que, ateniéndose en lo fundamental a lo

regulado para los presidentes del Gobierno,

y habiendo consultado los textos de

distintos constitucionalistas— con criterios

muy dispares sobre la materia—, el jefe de

la Casa entrega al rey el resultado de su

trabajo. Estamos ya en el mes de febrero.

Don Juan Carlos lo habla con el príncipe y

después encarga a Spottorno que consulte

a los anteriores jefes de la Casa del Rey:

Alberto Aza y Fernando Almansa. Lo vieron,

lo« refinaron »entre todos, le fue enseñado

de nuevo al monarca y ahí fue cuando él

dijo:

—Bien, lo voy a hacer.

¿—Este año— ?preguntó Spottorno.

—Sí, no quiero que mi hijo se marchite

esperando como Carlos de Inglaterra. Hay

que dejar paso. Yo he cumplido mi misión.

Intenté que éste fuera una país libre y

democrático y eso se ha conseguido. Ahora

el testigo lo tiene que recoger quien está en

su mejor momento.

Por delante estaban las elecciones

europeas, el problema de Cataluña, las

primarias del PSOE que podían poner en

entredicho el liderazgo de Rubalcaba, y eso

ya constituía una incertidumbre que no

convenía a la operación que estaba en

marcha.

«Era necesario que los dos grandes

partidos estuvieran de acuerdo en esto. No

se entendería ni habría sido de recibo que

la abdicación se hiciera con los únicos votos

del PP. Era imprescindible estar seguros de

que la mayoría del Parlamento está de

acuerdo».

«HAGÁMOSLO EN JUNIO»

Page 4: Últimos días de un rey

Por entonces, recordémoslo, las europeas

no se habían celebrado y Rubalcaba por lo

tanto no había anunciado su retirada, pero

ya las primarias como horizonte inquietaban

al rey y a sus colaboradores. Pero es que

después del verano venía el 9 de noviembre

en Cataluña, con todo lo que eso va a

suponer. Y después las elecciones

municipales y autonómicas. Y después las

generales.

—Hagámoslo en junio— dijo el rey.

Cuando don Juan Carlos habla con el

príncipe de que estaba decidido a abdicar

ya, el príncipe dijo« a la orden». Pero don

Felipe nunca le ha dicho al rey que debería

abdicar.

¿—Vuestra Majestad lo tiene claro— ?le

pregunta Spottorno.

—Sí.

¿—Tiene claro que lo quiere anunciar en

junio?

—Sí.

—Pues entonces dígaselo ya al presidente

del Gobierno.

¿—Y qué va a decir el presidente— ?dijo

sorprendentemente el rey.

—El presidente no puede decirle que no lo

haga. Lo que sí puede hacer es poner

pegas a la fecha.

El día del funeral en memoria de Adolfo

Suárez, el rey tenía despacho con Mariano

Rajoy. Ese día se lo dijo. El presidente no

puso ninguna pega pero sí pidió:

«Explíqueme por qué quiere hacerlo en

junio».

Don Juan Carlos se lo explicó y Rajoy

designó a la vicepresidenta Soraya Sáenz

de Santamaría para que trabajara con la

Casa en la reparación de la abdicación, y

eso fue todo.

Dos o tres días después, el 2 o el 3 de abril,

el rey habló con Rubalcaba« que se

comportó como el patriota que es».

Rubalcaba preguntó:¿« Cómo se va a

hacer»?. Se le explicó que esto no se podía

hacer contando sólo con el apoyo del

partido en el Gobierno por mucha mayoría

absoluta que tuviera, y que era

imprescindible el voto favorable del principal

partido de la oposición. Y Rubalcaba dijo

entonces lo que ha repetido estos días en

público con motivo de las peticiones de

algunos socialistas de celebrar un

referéndum sobre monarquía o república:

«El PSOE firmó en su día el pacto

constitucional que establece que España es

una monarquía parlamentaria y nosotros

mantendremos ahora el pacto en los

mismos términos».

«Con Rubalcaba el rey mantiene unas

excelentes relaciones que van más allá de

las puramente institucionales. Son

relaciones de afecto verdadero», dice uno

de los próximos a don Juan Carlos.

Llegaron las europeas con los resultados

que se conocen y en La Zarzuela se

evalúan los datos. Y, desde luego, se

evalúa el anuncio de Rubalcaba de

renunciar a la secretaría general del PSOE

y convocar un congreso extraordinario.

«Claro que la decisión de Rubalcaba influyó,

pero únicamente para decidir la fecha del

anuncio».

La ventana de opciones se estrechaba

notablemente. Se habían barajado tres

alternativas para hacer el anuncio: la

semana del 26 de mayo, la del 2 de junio o

la del 9.« La primera era un poco

precipitada. Y la última era arriesgada

Page 5: Últimos días de un rey

porque no se quería forzar el calendario del

Congreso y del Senado. Además, el día 2

era el único día en que coincidían en Madrid

la reina y el Príncipe de Asturias, además

de la princesa. El príncipe llegaba ese lunes

a las siete de la mañana. Pero la reina, que

llegaba el domingo de Copenhague, se

marchaba el martes a Nueva York.

Realmente disponíamos de siete horas».

Y así se hizo.

Ahora quedan las decisivas cuestiones

derivadas del hecho principal: la aprobación

por las Cortes Generales de la abdicación

del rey, la jura y solemne proclamación de

Felipe VI como nuevo rey de España y,

además, todo lo derivado de la nueva

situación de don Juan Carlos.

DON FELIPE DECIDIRÁ

Y esa no es una cuestión menor. El

tratamiento que va a recibir«— espero que

no hagamos como en Holanda, donde a la

reina Beatriz la llaman ahora princesa ;—»el

aforamiento del rey cuando deje de serlo,

algo que está pendiente de resolverse, o

por una ley especial o por su inclusión en la

Ley Orgánica del Poder Judicial, que está

en fase de tramitación en el Congreso y

cuya aprobación tardará aún unos meses ;el

sustento que va a tener, que es algo que

decidirá Felipe VI.

Pero hay algo que al rey le importará mucho

más cuanto más tiempo pase sin la Corona:

¿Qué va a hacer con su vida ?Don Juan

Carlos lleva casi 39 años siendo el jefe del

Estado y muchos años más preparándose

para serlo. Ahora se queda sin cometido

preciso y, lo que agrava aún más el vacío

que le amenaza, en la más absoluta

soledad.

«El rey está muy solo, él se ha quejado de

hecho de su soledad. Es un hombre que en

estos momentos despide a la audiencia de

los viernes y tiene todo el fin de semana en

que está en la soledad más absoluta. Los

puentes se le hacen larguísimos. Son

muchísimos los días en que come solo en

La Zarzuela».

Esta realidad de don Juan Carlos es el

resultado de su trayectoria personal durante

años, en los que ha tenido numerosas

relaciones sentimentales fuera del

matrimonio. La última con Corinna Larsson,

«esa mujer diabólica »con la que viajó a

Botsuana, no a cazar elefantes sino a pasar

unos días con ella. Corinna Larsson

«desapareció de aquí en abril de 2013 y no

ha vuelto a aparecer».

El resultado final de tantas infidelidades es

que« con la reina no tiene ninguna relación,

salvo la que se ve en los actos

institucionales. De todos modos, ella pone

más que él en lo poco que se relacionan. Yo

creo que ella lo quiere todavía», dice

alguien muy cercano a los aspectos más

personales del rey.

VE POCO A SUS NIETAS

«Con el príncipe tiene una relación no mala,

pero más bien fría. El príncipe se relaciona

con su padre muy correctamente, pero

desde una cierta distancia». No es de

extrañar porque don Felipe tiene una

extraordinaria relación con su madre, y es

natural que acuse los malos momentos por

los que ha pasado la reina a causa de los

amores del rey.« Aunque ahora las cosas

están mejor y están más unidos», precisa

esta fuente.« Pero viviendo tan cerca, los

Príncipes de Asturias podrían ser más

próximos. Pero no lo son, ve muy poco a

sus nietas. También es cierto que el rey

nunca ha sido muy cordial con la princesa

Letizia. No le gusta». Y eso también tiene

necesariamente sus consecuencias.

Page 6: Últimos días de un rey

«Con Cristina, que tenía una relación

magnífica, ahora no tiene ninguna. Porque,

además, Cristina no acaba de entender cuál

es su verdadera situación y sigue pensando

que lo que le está pasando es injusto.¡“ Me

habéis condenado de antemano”!, les dice.

Al final, tiene una buena relación con Elena.

Y punto».

Y para mayor soledad en este momento

decisivo de su vida, hay que decir que el rey

no tiene ahora ninguna novia. La última

relación conocida fue con Corinna, pero eso

terminó hace más de un año. Por eso

decimos que está solo.« Pero está bien. No

está triste, está convencido de que ha

hecho lo correcto. Ahora bien, tiene la

incertidumbre sobre su vida futura. Cree que

esa vida va a cambiar mucho, y yo creo que

no va a cambiar tanto si Felipe VI

comprende que su padre es un activo

extraordinario para los intereses de

España».

Al final, asomado al cantil de su futuro,

aparece un hombre solo cuya vida depende,

por su propia decisión, de lo que sobre él

decida su hijo, el rey de España.

VICTORIA PREGO