udaberria 2014 atalayas balleneras en deba · trasmitía a los arrantzales del puerto mediante...

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Torreón de la atalaya de Itziar en Punta Mendata. A partir de la Edad Media, en las proximidades de la costa Cantábrica uno de los principa- les medios de vida de los arrantzales consistió en la caza de las ballenas, que aún sien- do un gran riesgo para su vida, les procuraba excelentes ingresos. Pero este sistema de caza de cetáceos comienza desde las atalayas o puestos de observación y transmisión de noti- cias, procedentes del mar. Eran construcciones muy sencillas dispuestas en puntos altos y estratégicos de la costa, desde donde el atalayero avistaba la llegada de las ballenas y se lo trasmitía a los arrantzales del puerto mediante señales, para que éstos, pusieran en práctica la captura de las ballenas. En cuanto a las atalayas balleneras ubicadas en Deba, tenemos información de: La atalaya de Itziar en Punta Mendata, Punta del cabo de Aitzundi y Punta de Lapari. 37 Udaberria 2014 Atalayas balleneras en Deba Rosa MURIEL Fotografías: Jose Mari URBIETA

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Torreón de la atalaya de Itziar en Punta Mendata.

Apartir de la Edad Media, en las proximidades de la costa Cantábrica uno de los principa-

les medios de vida de los arrantzales consistió en la caza de las ballenas, que aún sien-

do un gran riesgo para su vida, les procuraba excelentes ingresos. Pero este sistema de

caza de cetáceos comienza desde las atalayas o puestos de observación y transmisión de noti-

cias, procedentes del mar. Eran construcciones muy sencillas dispuestas en puntos altos y

estratégicos de la costa, desde donde el atalayero avistaba la llegada de las ballenas y se lo

trasmitía a los arrantzales del puerto mediante señales, para que éstos, pusieran en práctica la

captura de las ballenas.

En cuanto a las atalayas balleneras ubicadas en Deba, tenemos información de: La atalaya

de Itziar en Punta Mendata, Punta del cabo de Aitzundi y Punta de Lapari.

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Udaberria 2014

Atalayas balleneras en Deba Rosa MURIEL

Fotografías: Jose Mari URBIETA

LA CAZA DE LA BALLENA

En la Edad Media, los balleneros vascos inician lapesca de la ballena en las proximidades de la costaCantábrica.

Este sistema de caza ballenera comenzaba en laatalaya, donde el atalayero avistaba la llegada de lasballenas, cuya especie es denominada Eubalaena gla-cialis, también conocida como ballena euskara o balle-na de los vascos, que emigraba anualmente desde lasfrías aguas del Atlántico Norte hasta nuestras costas,durante los meses invernales, lo que permitió a losarrantzales poner en práctica la captura de estos cetá-ceos.

Las ballenas solían ir acompañadas de sus crías,capturadas primero, con el fin de evitar que las madreshuyeran esperanzadas en recuperarlas. Los ballene-ros llegaban hasta ellas en embarcaciones tipo pina-zas tripuladas por 12 o 15 hombres. El arponero, ins-talado en la proa, lanzaba un arpón de hierro (atado auna larga cuerda de cáñamo, llamada arponera, queiba atada a la barcaza) y lo clavaba en la grasa y susmúsculos de los costados. Después, remataban a lapieza hasta que moría para ser remolcada a puerto,donde se realizaban las labores de despiece, se corta-ba la carne y se hacía derretir el aceite para su enva-sado y transporte.

En Deba, el inicio de la caza de la ballena repre-sentó uno de los acontecimientos más importantes delpueblo. Antes de comenzar la temporada (1 de no-viembre) el 23 de octubre, durante la festividad deSanta Engracia, se celebraba una fiesta taurina enItziar, “en el cementerio de la parroquia”, hasta que lasJuntas Generales de la Provincia celebradas enAzpeitia, el año 1743, las prohibieron alegando “losmuchos escándalos que ocurrían”.

LAS ATALAYAS BALLENERAS

Según el Diccionario “Tesoro de la Lengua Caste-llana o Española” de Sebastián de Covarruvias, lapalabra atalaya (en euskera talaia) aparece con dossignificados:

1. Torre de vigilancia, construida generalmente enun lugar alto y desde la cual se domina un ampliopanorama.

2. Lugar o situación elevados desde los que sedomina un amplio panorama de tierra o mar.

Las atalayas se situaban en puntos des-tacados de la costa y gozaban de unaamplia visibilidad, al mismo tiempo, sedebía evitar que las señales emitidaspor el atalayero fueran visibles desdelas atalayas o puertos de las poblacio-nes inmediatas. Haciéndose fundamen-tal el juego “del ver y no ser vistos”.

• Tipos de atalayas

• Prominencias naturales del paisaje.

Podían ser puntas o cabos, donde se construía unachabola de madera para refugio del atalayero.

• Aprovechamiento de otras edificaciones.

Como ermitas, fortificaciones o caseríos para que,además de sus funciones específicas, ejercieran laspropias de las atalayas.

• Construcción de instalaciones.

Se pueden clasificar en tres clases:1. Torres circulares: Estas construcciones en oca-

siones, se coronaban con una balconada, desdedonde se dominaba el horizonte.

2. Balconadas: Eran por lo general instalacionessecundarias, destinadas a servir de puntos interme-dios para la retrasmisión de señales emitidas por lasatalayas principales.

3. Casetas: Durante los siglos XIX y XX, se crearoninstalaciones que aunaban espacios destinados aobservatorio con otros que servían para habitación delatalayero.

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Vista Noroeste. Atalaya Punta del cabo de Aitzundi. Vista Noreste. Atalaya Punta del cabo de Aitzundi.

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• Atalayas balleneras en Deba

En muchas localidades costeras, se diseñó y aplicótoda una estrategia para obtener información sobre elavistamiento de ballenas. En algunos pueblos se hicie-ron varios emplazamientos atalayeros destinados atransmitir de unos a otros las noticias, pero siempreevitando que cayeran en manos de los habitantes delas localidades vecinas.

En Deba, es probable que hubiera más atalayas,pero solo tenemos información de: La atalaya de Itziaren Punta Mendata, Punta del cabo de Aitzundi y Puntade Lapari. Se cree que pertenecen a la época Post-medieval, aunque ignoramos si estos emplazamientoscoexistieron al mismo tiempo trasmitiéndose señales.

• Atalaya de Itziar en Punta Mendata: Con res-pecto a esta atalaya no se han encontrado mencionesdocumentales. Pero, existen restos de la torre circularconstruida en piedra y asentada sobre una base maci-za.

Su campo visual se centra en torno a las calas deMendata y de Sakoneta. Si miramos hacia el Este, elcabo de Sakoneta impide la observación del litoral. Encambio hacia el Oeste se amplía el campo visual haciala costa de Bizkaia: Ondarroa...

• Punta del cabo de Aitzundi (junto a la ermita de

Santa Catalina): Estaría situada a la izquierda de laermita, donde se han encontrado restos que podríanhaber pertenecido a un torreón de vigilancia.

• Punta de Lapari: Era una prominencia natural delpaisaje, junto a la cual se construyó una chabola demadera para refugio del atalayero. Desde esta atalayase divisa un gran campo visual que abarca las embo-caduras de todos los puertos de Gipuzkoa así comolas más orientales de Bizkaia, hasta Lekeitio.

EL OFICIO DE ATALAYERO

El Concejo o la Cofradía de pescadores se encar-gaban de designar a un atalayero asalariado, en eus-

kera llamado “talaixerua”. Residía en la atalaya duran-te la temporada de la caza de la ballena, trabajo quealternaba con otra persona o familiar. Se le ofrecía unacasa-refugio donde vivir y se autoabastecía de alimen-tos que cultivaba en la huerta y de algunos animalesque él mismo cuidaba.

Su función más importe era la pronti-tud de avisar a los pescadores de lalocalidad de la presencia de los cetá-ceos, con el fin de que las pinazas salie-ran dispuestas a ser las primeras enarponear a la ballena para conseguir lapropiedad de la pieza, debido a losexcelentes ingresos que suponía traer apuerto a estos mamíferos. Hecho queprovocó diversas disputas entre lasembarcaciones de diferentes localida-des pesqueras.

El atalayero avisaba a los pescadores de la pre-sencia de cetáceos por medio de la transmisión deseñales:

• Visuales: a través de humo desprendido trasencender una hoguera o por medio de movimientos debanderas o telas.

• Acústicas: Con un toque de campanas. Mientras, en los pueblos costeros el pregonero, a

golpe de tamboril, recorría las calles llamando a lospescadores para que se congregaran en el puerto y deinmediato salir a la mar. A la vez que los propios habi-tantes de la localidad propagaban, de boca en boca, lanoticia.

Pero, además de avisar a los pescadores de la pre-sencia de ballenas o de bancos de peces para su cap-tura, el atalayero cumplía con otras funciones de apo-yo a la navegación: informaba a los vecinos de su lo-calidad de las embarcaciones que precisaban ser re-molcadas hasta los puertos de destino y comunicabade la existencia de inclemencias climatológicas o de lapresencia de corsarios o barcos de guerra enemigos.

Vista Noroeste. Atalaya de Punta Lapari. Vista Noreste. Atalaya de Punta Lapari.

Arpón ballenero. (Dibujo: J.I. Treku)

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• El atalayero en Deba y sus beneficios tras la caza

de la ballena

Según la Disposición de las Nuevas Ordenanzas

de Deba, aprobadas el 15 de diciembre de 1685:

• Los atalayeros en Deba eran elegidos todos losaños por los mayordomos pertenecientes a la Cofra-día de mareantes, para trabajar desde el 1 de noviem-bre hasta el 15 de marzo en la actividad de la caza dela ballena.

• En el reparto y tras la caza ballenera, únicamen-te participaban las tres primeras txalupas. La primeratxalupa que había herido a la madre y a la cría, se leabonaba ocho ducados de vellón, a la segunda seis ya la tercera cuatro.

Cuando únicamente era la madre, a la primera sele abonaba seis ducados de vellón, a la segunda cua-tro y a la tercera dos. Y si eran cabrotes (ballenaspequeñas) cuatro, dos y uno respectivamente.

El atalayero, además de su salario recibía por cadaballena matada en aguas del municipio de Deba, si erala madre y la cría soldada y media, con cargo a la pri-mera txalupa que la hubiere herido. Si sólo era lamadre seis ducados y si era cabrote cuatro ducados.

Cuando se cazaba fuera de las aguas de Deba,recibía soldada y media a repartir entre todas las txa-lupas.

Con el tiempo, el trabajo en el mar fuedecayendo en la vida de los arrantzalesvascos, motivado principalmente por losavances de los medios de transportesterrestres y aéreos. Hecho que acarreóla progresiva disminución de las funcio-nes de las atalayas, hasta que, poco apoco, quedaron en desuso a raíz delenorme desarrollo de las telecomunica-ciones desplegadas desde mediadosdel siglo XX.

Bibliografía:

- AGUIRRE SORONDO, Antxon: “Atalayas balleneras en la

costa de Gipuzkoa. Una Aproximación”. Itsas memoria.Revista de estudios marítimos del País Vasco. Nº 7. UntziMuseoa = Museo Naval, Donostia-San Sebastián. 2012. p.406.- ALBERDI LONBIDE, Xabier; PÉREZ CENTENO, JesúsManuel: “Los ojos del mar: Atalayas y Señeros del País Vas-

co” = ”Itsasoari so: Euskal Herriko Talaiak eta Seinero-pos-

tuak”. Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco= Eusko Jaurlaritzaren Argitalpen Zerbitzu Nagusia, Vitoria-Gasteiz. 2009. p. 47-50.- ALDABALDETRECU, Roque: “Municipio de Deba: Aspec-

tos históricos en base a sus documentos (1294-1894)” =

“Debako Udalerria: Alderdi historikoak bertako dokumentue-

tan oinarriturik (1294-1894)”. Ayuntamiento de la Villa deDeba, Fundación Social y Cultural Kutxa, San Sebastián.1996. p. 205-207.- CIRIQUIAIN GAIZTARRO, Mariano: “Los vascos en la pes-

ca de la ballena: Historia real de una epopeya que a menu-

do se confunde con la leyenda”. Editorial Txertoa, SanSebastián. 2010. p. 62-66.

Vista Noreste. Atalaya de Itziar en Punta Mendata.

Atalaya Punta de Lapari. (Dibujo: Yulen Zabaleta)

Vista Noroeste. Atalaya de Itziar en Punta Mendata.