tubino - práxis de la interculturalidad

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55200506 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Fidel Tubino La praxis de la interculturalidad en los Estados Nacionales Latinoamericanos Cuadernos Interculturales, vol. 3, núm. 5, julio-diciembre, 2005 Universidad de Valparaíso Chile ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Cuadernos Interculturales, ISSN (Versión impresa): 0718-0586 [email protected] Universidad de Valparaíso Chile www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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La interculturalidad es un fenómeno complejo y totalmente heterogéneo. Una buena lectura para agregar al tema de discusión.

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  • Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55200506

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin Cientfica

    Fidel TubinoLa praxis de la interculturalidad en los Estados Nacionales Latinoamericanos

    Cuadernos Interculturales, vol. 3, nm. 5, julio-diciembre, 2005Universidad de Valparaso

    Chile

    Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Cuadernos Interculturales,ISSN (Versin impresa): [email protected] de ValparasoChile

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

  • AO3 N 5 JULIO-DICIEMBRE 2005 ISSN 0718-0586CUADERNOS INTERCULTURALES 83

    LA PRAXIS DE LA INTERCULTURALIDAD EN LOSESTADOS NACIONALES LATINOAMERICANOS*

    Fidel Tubino* *

    RESUMENNuestros pases se caracterizan por ser profundamente pluriculturales ymultilinges. Necesitan Estados que respondan a esta realidad, estadosinclusivos de la diversidad, estados enraizados en los thos de la gente, esdecir, estados plurinacionales. En Amrica Latina, la interculturalidad es percibidacomo un problema estructural que apunta a un nuevo modelo societal, radi-calmente democrtico, que por lo mismo reclama un nuevo tipo de Estadonacional. El presente trabajo lo he dividido en tres partes. En la primera parteanalizo los orgenes del discurso latinoamericano de la interculturalidad. En lasegunda parte evalo el discurso y la praxis de la interculturalidad instituidacomo discurso y praxis funcional de nuestros estado monoculturales. En untercer momento tratar de esbozar algunas pistas acerca de por dnde po-dra reorientarse el discurso y la praxis de la interculturalidad para que nopierda su potencial poltico liberador de crtica social y su capacidad creativade nuevas formas de convivencia ciudadana.

    Palabras claves: interculturalidad, multiculturalismo, Estados plurales, Esta-dos monoculturales

    ABSTRACTOur countries are pluralistic, multilingual, multicultural societies. They needgovernment that acknowledge their pluralistic which it embedded in the ethosof its people. In Latin America, the interculturality is often perceived as astructural problem that aims at developing a new societal model, radicallydemocratic, that requires a new type of national State.The present work I have divided it in three parts. In the first part I analyze theorigins of the Latin American discourse on interculturality. In the second part Ievaluate the speech and praxis of interculturality like functional speech andpraxis of our monocultural states. In the third part I will suggest some approacheson to how the interculturality discourse and praxis can be revisited so it doesnot lose its liberating political potential of social critic and its creative capacity ofnew forms of citizen coexistence.

    Key words: interculturality, multiculturalism, multicultural states, monoculturalstates

    * Recibido: agosto 2005. Aceptado: noviembre 2005.Este texto originalmente fue presentado como conferencia magistral en el Foro Latinoamericano sobreInterculturalidad, Ciudadana y Educacin, organizado por FLAPE en noviembre de 2004 en la ciudadde Cuetzaln, Mxico.

    * * Decano Facultad de Estudios Generales y Letras, Pontificia Universidad Catlica del Per. E-mail:[email protected]

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    1. INTRODUCCIN

    En la actualidad la prdica de la interculturalidad forma parte del discurso oficial demuchos Estados nacionales latinoamericanos. Se trata de una extraa componenda, pues losEstados nacionales siempre han tenido como tarea esencial la creacin de una identidadnacional homognea a travs de las llamadas poltica[s] de construccin nacional; entre lasque sobresalen las polticas educativas homogeneizadoras que se tramitan a travs de laeducacin pblica. El Estado-nacin ha sido desde sus orgenes una institucin que se haencargado de uniformizar a las culturas subalternas sobre la base del modelo cultural y lings-tico de la nacionalidad hegemnica. Por ello, resulta paradjico que en la actualidad se preten-da tramitar la interculturalidad desde los Estados nacionales. Creo que este acontecimiento tieneaspectos positivos y aspectos negativos. En el Per por ejemplo, el Estado ha incorporado eldiscurso de la interculturalidad en la misma Constitucin. Esto es, sin duda, altamente positivo.Sin embargo, los problemas que ataen a la interculturalidad y el multilingismo son considera-dos como problemas que conciernen exclusivamente al sector Educacin.

    La interculturalidad no es percibida como un problema de Estado por dos motivos.Primero, porque justamente coloca en tela de juicio el modelo de Estado-nacin que tenemos.Es por ello que es un tema importante en el plano discursivo, pero insignificante en el plano dela accin estatal. Segundo, porque la Interculturalidad como propuesta tico-poltica es unasunto que compete a todos los sectores del Estado y no slo al sector Educacin.

    La interculturalidad como propuesta involucra un nuevo modelo de Estado nacional. Elproblema de fondo no es pues cmo descentralizar al Estado-nacin homogeneizador quetenemos, cmo ampliar su cobertura social, y cmo hacerlo ms eficiente. Antes de plantearseestas interrogantes, habra que preguntarse si el tipo de Estado que tenemos es el tipo deEstado que necesitamos y el tipo de Estado que queremos tener. Nuestros pases se caracte-rizan por ser profundamente pluriculturales y multilinges. Necesitan Estados que respondan aesta realidad, Estados que den cuenta de la diversidad, Estados enraizados, -en una palabra-Estados multiculturales. Slo desde Estados nacionales multiculturales la interculturalidad podrser realmente una poltica de Estado.

    En el Per, la interculturalidad ha sido elevada desde el ao 2003 en el plano jurdicoa principio rector y eje transversal del sistema educativo en general. Pero hasta el momentoesta disposicin legal ms parece una concesin discursiva que una prescripcin jurdica, puesno se refleja en nuevas polticas sectoriales ni en incrementos presupuestarios para la Educa-cin Bilinge Intercultural (EBI).

    Creemos que ha llegado el momento de preguntarnos con especial preocupacin:Qu es lo que est ganando y qu es lo que est perdiendo el interculturalismo latinoamerica-no al tornarse en discurso oficial del Estado? Los discursos de crtica social suelen tornarsefuncionales y tcnicos cuando se incorporan a los aparatos del Estado? Est pasando eso conel discurso y la praxis de la interculturalidad? Qu debemos hacer para que el discurso y lapraxis del interculturalismo latinoamericano ganen terreno en el discurso oficial y al mismotiempo no pierdan su potencial crtico y liberador? Pueden los discursos oficiales ser funcio-nales y crticos al mismo tiempo? Por qu los discursos y las praxis instituyentes pierden su

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    capacidad creativa y crtica cuando se vuelven discursos y praxis instituidas? En qu se haconvertido el discurso y la praxis de la interculturalidad al dejar de ser un discurso y una praxisinstituyente y convertirse en un discurso y una praxis instituida?1

    Para que los discursos y las praxis instituidas no pierdan el potencial liberador y crticoque les dio origen deben ser permanentemente reinstituidas. Es decir, deben rehacerse yrecrearse desde los discursos y las praxis instituyentes. En el interculturalismo latinoamericano,el interculturalismo instituido desde el Estado se maneja con una lgica instrumental tcnico-funcional desprovista de vocacin liberadora. En los discursos interculturales instituidos desdelos Estados, los problemas de la interculturalidad y el bilingismo no son vistos como problemaspblicos, es decir polticos. La interculturalidad es as descargada de su intencionalidad poltico-liberadora y reducida a su dimensin tcnico-pedaggica, dimensin que es importante desa-rrollar por cierto pero que no es ni la nica ni, menos an, la ms relevante.

    El presente trabajo lo he dividido en tres partes. En la primera parte me concentro enanalizar el discurso latinoamericano de la interculturalidad en sus orgenes, cuando se plantecomo ruptura frente a la educacin asimiladora del Estado-nacin y alternativa frente a laeducacin bilinge bicultural de los pueblos indgenas. En la segunda parte analizo lo que hasucedido con el discurso y la praxis de la interculturalidad toda vez que se ha instituido endiscurso y praxis del Estado. Todo indica que cuando un discurso y una praxis alternativa seoficializan tienden a perder su potencial creativo y crtico y se transforman en un discursotcnico-funcional. Nos centraremos en esta parte en el anlisis del caso peruano. En un tercermomento trato de esbozar algunas pistas acerca de por dnde podran reorientarse el discursoy la praxis de la interculturalidad para que no pierdan su potencial poltico liberador de crticasocial y su capacidad creativa de nuevas formas de convivencia ciudadana.

    2. EL DOBLE DISCURSO DEL INTERCULTURALISMO INSTITUIDO

    En trminos de tratamiento de la interculturalidad y el multilingismo, en el Per se hanproducido ltimamente importantes avances en el plano jurdico-formal. As, en el artculo 2,inciso 19 de la Constitucin Poltica de 1993 se afirma que El Estado reconoce y protege lapluralidad tnica y cultural de la Nacin. En el artculo 17 se reconoce que el Estado fomentala educacin bilinge intercultural segn las caractersticas de cada zona, y en el artculo 20 dela Ley General de Educacin 28044 de julio de 2003 se afirma que La Educacin BilingeIntercultural se ofrece en todo el sistema educativo.

    Sin embargo, las prescripciones legales -significativas por cierto- no se reflejan ni encambios sustantivos ni en resultados observables en el nivel de la praxis educativa concreta.Esto me ha llevado a sospechar que tal vez lo que est sucediendo no sea slo una incoheren-cia ms entre la teora y la prctica. Tal vez cuando la interculturalidad se hace discurso oficialy deja de ser discurso crtico, se genera en el discurso oficial una disociacin entre el discursomanifiesto y la lgica de la praxis.

    1 La diferencia entre la lgica de lo instituido y la imaginacin social instituyente la he sacado de:Castoriadis, C. (1999).

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    El discurso manifiesto es el discurso de las normas y de los principios. Es el discursoaxiolgico jurdico-formal: es el discurso prescriptivo. El discurso prescriptivo es un discursonormativo que debe actuar en la realidad. Es un discurso que se legitima slo si es capaz degenerar cambios prcticos en una direccin pre-determinada axiolgicamente. Pero un discur-so prescriptivo que no acta en la realidad es un discurso infecundo, vaco, es un discursomuerto. O tal vez una ideologa, no lo s. Pero es definitivamente un discurso ideal queinvisibiliza lo real; o ms exactamente, es un discurso que presenta lo real al revs: como enuna cmara oscura.

    La lgica de la praxis no es la lgica de la norma. Evidencia las intenciones y lasmotivaciones reales de los agentes. Es el lenguaje de lo concreto. Las polticas se evidencianen el discurso oculto, es decir, en la lgica de la praxis, no en la lgica de las normas.

    La praxis de la educacin bilinge intercultural en el Per es una praxis excluyenteque se limita a atender a las comunidades nativas y campesinas de las zonas rurales msalejadas del pas. Es una praxis que excluye lo urbano sin razn de ser. De esta manera, losgraves conflictos interculturales que se han generado en los espacios urbanos de las grandesciudades fruto de las migraciones del campo a la ciudad, son sistemticamente desatendidos.

    Adems, es una praxis que se limita, dentro de la educacin bsica, a la educacinprimaria. A pesar de las prescripciones jurdicas y las concesiones retricas la EBI se encuentralimitada a ser una modalidad especfica de la educacin bsica rural primaria; no incluye ni ensus planes a la educacin bsica secundaria y menos la educacin superior. Desde estaconsideracin lo que se est sucediendo es que los aprendizajes obtenidos en la EBI primariase descontinan y por lo mismo se pierden en la secundaria comn, monolinge y etnocntrica.

    Esto quiere decir que mientras que a nivel manifiesto, es decir, a nivel discursivo, la EBIha optado contra el modelo de transicin y por el modelo de mantenimiento, a nivel de la praxisse ha optado por el modelo de transicin, contra el modelo de mantenimiento.

    3. DE LA BICULTURALIDAD A LA INTERCULTURALIDAD EN AMRICA LATINA

    La interculturalidad apareci en Amrica Latina como discurso crtico a la educacinoficial y como alternativa a la educacin bilinge bicultural a fines de los aos sesenta.

    Es por los aos setenta que se empieza por primera vez a plantear la necesidad de unaeducacin intercultural y bilinge para los pueblos indgenas del continente. El concepto debiculturalidad fue abandonado por los especialistas por razones no estratgicas, sino de con-cepcin.

    En trminos generales es posible decir que por biculturalismo se entiende como lacapacidad de funcionar en dos mbitos culturales distintos de igual manera y de forma simult-nea. Esto sin embargo resulta inapropiado para la educacin indgena. Los motivos son defondo.

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    En primer lugar porque trasladar este planteamiento a la educacin indgena implicaignorar la existencia de relaciones de poder y prestigio social entre las lenguas indgenas y laslenguas nacionales. El trmino bicultural hace referencia a una relacin entre culturas de altoy bajo prestigio social en un contexto determinado, en la cual slo una forma de expresincultural y lingstica es aceptable2 .

    Adems, en el concepto de biculturalidad se pone el nfasis en la inclusin de la culturay la lengua originaria al lado de la lengua y la cultura oficial a lo largo del proceso educativo.Se trata pues de dos procesos simultneos y paralelos. En el concepto de interculturalidad sepone por el contrario el nfasis en la comunicacin, el contacto, la interrelacin de las doslenguas y sobre todo las culturas.

    El concepto de biculturalidad fue perdiendo piso rpidamente pues resultaba terica-mente insostenible y prcticamente irrealizable. Y es que el aprendizaje cultural es ms comple-jo que el aprendizaje de lenguas. En los contactos culturales se ponen en marcha procesos dehibridacin que hacen que las identidades de las personas concernidas se tornen identidadescomplejas. Postular que hay que educar a las personas para que adquieran la capacidad detransitar de una cultura a otra como si fueran dos entidades sincrnicas en paralelo es un errorterico que conduce a desaciertos prcticos y pedaggicos de relevancia.

    Es en 1983, en la reunin sobre el Mayor Proyecto de Educacin en Amrica Latina yel Caribe organizada por la UNESCO, donde en Amrica Latina se decidi de maneraconsensuada dejar el concepto de educacin bicultural por el de educacin intercultural.

    Es Esteban Emilio Monsonyi quien por primera vez formul con lucidez y acierto estaruptura:

    No hablamos de educacin bicultural -deca- porque la cultura del educando indgenaseguir siendo una sola, la misma cultura indgena ampliada segn las nuevas necesi-dades y circunstancias de orden econmico, social y poltico. El ser humano es capazde manejar conjuntamente diversas lenguas y muchas manifestaciones culturales; peroes preferible que todo este acervo multiforme se inserte armnicamente -es decir, sincontradicciones antagnicas- en el marco definidor de su propia autenticidad cultural,de la misma cultura que le legaron sus antepasados y que sigue siendo perfectamentecapaz de afrontar el peso histrico de la encrucijada humana que nos ha tocadovivir3

    En este planteamiento hay dos ideas importantes que deseo resaltar.

    Primero, las culturas empiezan a ser entendidas como procesos diacrnicos quedevienen en el tiempo, antes que como estructuras sincrnicas que permanecen ms all deldevenir. Las culturas no son lo que son, son lo que devienen; no poseen una esencia atemporal

    2 Aikam, S. (2003:52).3 Monsonyi, E. y Rengifo, F. (1983:209-230).

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    que hay que salvar de las influencias externas. Son realidades procesuales, cambiantes,temporales: el cambio es su esencia. Desde este punto de vista, no tiene pues sentido plantearcomo ideal de la educacin bilinge intercultural la conservacin de las lenguas y las culturas.Las culturas se conservan cambiando. El conservacionismo cultural presupone esenciasatemporales inexistentes. La educacin intercultural en cambio, en lugar de proponer un retor-no forzado a un pasado idealizado o a una esencia cultural abstracta, se propondr mejorar lacalidad de los intercambios y la simetra de los contactos.

    Sin embargo, en la EBI los profesores frecuentemente asocian las actividades y loscontenidos del componente de interculturalidad del currculum a la promocin y la reinvindicacinde la cultura originaria de los usuarios. Esta postura (la de pensar que el objetivo de la EBIes solamente la reinvindicacin cultural y la revalorizacin de lo propio) alberga el riesgo degenerar una cerrazn y un repliegue cultural que conlleva a aferrarse a recuperar lo perdidode la cultura ancestral y a negar los cambios culturales que ocurren normalmente a raz delcontacto entre grupos diversos4 . Esta concepcin esencialista de la cultura que subyace alindigenismo de la EBI clsica, ignora que lo propio no se agota en lo exclusivo. (Que) lopropio, la identidad de un pueblo, est formado por una diversidad de formas y concepcionesque vienen de dentro y fuera del grupo. (Que) la identidad de un pueblo tiene una conforma-cin heterognea. (Y que) los elementos y aspectos ms ntimos de una cultura pueden tenerdiversos orgenes5 .

    Segundo, desde este punto de vista, la educacin intercultural no se debe proponercomo meta la conservacin de la esencia de las culturas originarias. Las identidades culturalesson y sern heterogneas. Las influencias externas son y deben ser bienvenidas. Lo importan-te es preparar a los sujetos de las culturas subalternas para que se ubiquen frente a las culturashegemnicas de manera activa y no se limiten a dejarse asimilar pasivamente a ellas. Lo quehay que hacer desde la educacin intercultural, nos dice Monsonyi, es preparar a las personasde las culturas amerindias para que se ubiquen activamente frente a s mismas y frente a lasculturas externas y decidan lo que desean ser pero desde sus propios marcos culturales dereferencia. De esta manera, y slo as, las personas de las culturas subalternas podrn cons-truirse identidades armnicas con autenticidad y autonoma crtica. Es as como se defini -frentea las tesis del biculturalismo- la esencia de la educacin intercultural para los pueblos indgenasdel continente hasta nuestros das:

    Todas las culturas deben conservar su personalidad propia y estar en contacto rec-proco abierto y permanente realizando un dilogo fecundo en igualdad de condicio-nes. La cultura nacional mayoritaria -ella misma an inconclusa, dependiente y divididapor regiones- no puede ni debe dar la pauta para reducir a una vaga uniformidad y aun estereotipo homogeneizado todas las riqusimas variedades diferenciadas segnsus pautas originales de creatividad.6

    4 Ibd., p.19.5 Heise, M.; Tubino, F. y Ardito, W. (1992:13).6 Monsoyi, E. y Rengifo, F. (1983:212).

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    Aqu aparecen dos ideas claves de la nocin de interculturalidad que es precisorecalcar y analizar:

    1. Que el fortalecimiento de las identidades tnico-culturales de los pueblos indgenastiene que lograrse no como paso previo al dilogo intercultural sino de manera simul-tnea a dicho dilogo. Y es que las identidades culturales no son entidades pre-existentes a las relaciones interculturales; son por lo contrario, realidades relacionales.La identidad es una auto-imagen que se construye siempre en relacin a un Otro, noes una elaboracin ensimismada e independiente de las alteridades y los procesos desocializacin. La socializacin no es una simple suma de elementos externos a unncleo psquico que permanecera inalterado; sus efectos estn inextricablemente teji-dos a la psique tal como ella existe en la realidad efectiva7 . La interculturalidad esdesde este punto de vista una manera de entender y de reconstruir los procesos desocializacin que se producen en contextos multiculturales asimtricos.

    En las sociedades post-coloniales como las nuestras, los procesos de socializacin delas personas que pertenecen a las culturas subalternas suelen convertirse en proce-sos forzados de asimilacin cultural. En estos contextos las escuelas se transformanfcilmente en escenarios estructurados de enajenacin pasiva de lo propio y de asimi-lacin acrtica de lo ajeno. Desde la educacin intercultural lo que se propone es quelas escuelas dejen de ser eso y se transformen en espacios de deliberacin social y deelaboracin autnoma de las identidades culturales. La disidencia cultural es inclusouna opcin vlida siempre que se produzca sin coaccin subliminal o explcita.

    2. La segunda idea clave se refiere a la manera como -desde la educacin intercultural-se deben replantear los trminos de la relacin entre la cultura nacional mayoritaria ylas culturas subalternas de los pueblos indgenas.

    Las lenguas y las culturas nacionales mayoritarias suelen ser la pauta desde la quese ejerce el control y la uniformizacin cultural. Lo que hay que hacer desde unaeducacin que se autodenomina intercultural es neutralizar el proyecto homogeneizadordando cabida en la escuela a las riqusimas variedades diferenciadas con sus res-pectivas pautas originales de creatividad. Esto se ha interpretado muchas vecescomo un dar cabida en la escuela a los relatos orales tradicionales y a las manifestacio-nes folklricas locales. Sin embargo, hay que decir que la educacin interculturalbilinge es ms que la revalorizacin y la difusin del folklore. Lo que se busca desdeel planteamiento latinoamericano de la educacin intercultural es fortalecer la identidadcultural de los pueblos indgenas, no para que se encapsulen en sus propias tradicio-nes y vendan mejor su folklore, sino para que se abran -desde s mismos- de maneraselectiva y crtica al mundo externo y generen condiciones simtricas de interaccin yde intercambio recproco.

    La EBI oficial no es una educacin anti-discriminatoria, toda vez que no se trabaja lainterculturalidad con los discriminadores sino con los discriminados, no con los que la

    7 Castoridadis, C. (1998:314).

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    actan sino con los que la padecen. Esta exclusin es una lamentable consecuenciadel sesgo indigenista que hasta el da de hoy se mantiene. El da que se entienda quela discriminacin es una relacin de a dos, y que si hay discriminados es porque haydiscriminadores, entonces se ver la importancia de trabajar la interculturalidad tam-bin con los discriminadores; y en estos casos, la educacin intercultural tendr queplantearse necesariamente como una educacin bsicamente anti-discriminatoria.

    4. LA INTERCULTURALIDAD COMO DISCURSO OFICIAL: EL CASO PERUANO

    4.1. El discurso y la praxis oficial de la EBI en el Per es un discurso y una praxisdescontextualizada que no responde a las demandas y necesidades de los usuarios

    En el campo de la educacin el discurso oficial sobre la interculturalidad tiene un sesgomarcadamente axiolgico y lingstico. Para los maestros la interculturalidad se refiere, no a unasituacin de hecho o a una utopa posible, sino a un deber ser ideal, a una utopa irrealizable.

    El problema no es que se plantee una axiologa sino que se postule una axiologauniversalista y abstracta, vlida para cualquier grupo social en cualquier parte del planeta. Aspor ejemplo, Juan Carlos Godenzi, ex Director de la Unidad de Educacin Bilinge Interculturaldel Ministerio de Educacin, afirma que en el Per los educadores entendemos por educacinintercultural aquella propuesta pedaggica que, a partir de un estado-de-cosas x, pretendeorientar un proceso conducente a una situacin-meta y, en la que la situacin-meta y serefiere a un mbito de relaciones pedaggicas y equitativas en el que se da la articulacin -crtica y creativa- entre los diversos sistemas de conocimiento y de valores8 .

    Esta visin axiolgica de la interculturalidad es de un universalismo abstracto tal, queno es capaz de constituirse en soporte de prcticas educativas debidamente contextualizadasque respondan a las demandas y necesidades de los usuarios. No olvidemos que los benefi-ciarios de la EBI que se imparte desde el Estado son los indgenas de las zonas rurales alejadasque se encuentran sumidos en condiciones de extrema pobreza. La EBI no puede ni debecontinuar minimizando la importancia que tienen las condiciones reales de vida de sus usuariosy las expectativas y demandas que stas generan. Sin embargo, el discurso intercultural de laeducacin bilinge es un discurso culturalista abstrado de las condiciones polticas y socio-econmicas de sus usuarios.

    En una encuesta aplicada en el 2004 por la Direccin Nacional de Educacin BilingeIntercultural a 270 maestros EBI del Per sobre su percepcin de la sociedad peruana y sobrela manera en la que, dentro de sta, se maneja la diversidad cultural, se les pregunt:

    Desde tu comprensin de las relaciones entre las culturas, el Per se ve como:

    a. Un pas donde se promueven las diferencias culturales pero no las relaciones entrelas culturas.

    8 Godenzi, J.C. (1996:15).

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    b. Un pas donde las diferencias culturales se promueven en un clima de dilogo eintercambio cultural homogneo.

    c. Un pas donde prima la cultura occidental y las otras culturas se ignoran totalmente.d. Un pas que no tiene cultura propia sino que la crea a partir de culturas forneas.

    Pues bien, la alternativa b, que es la ms alejada de la realidad, fue la que tuvo mayorpuntaje (103), seguida por la alternativa a (68). Por qu los profesores EBI se inclinaron poresta alternativa? No creo que sea porque los maestros EBI crean que la sociedad peruana seauna sociedad en la se practique el dilogo intercultural en condiciones de equidad. Incluso, sipensaran as, eso hara innecesaria la EBI; lo cual es absurdo. Lo ms probable es que hayanmarcado dicha alternativa porque consideraban que era la respuesta esperable. Pero enton-ces, por qu los profesores EBI consideran que el Estado espera de ellos esta respuesta?Nuestra hiptesis es que los maestros saben que el discurso sobre la interculturalidad y laeducacin bilinge que se imparte desde el Estado es un discurso culturalista acrtico sincontenido poltico y socioeconmico. Esto se confirma con la respuesta a la siguiente pregunta:

    Una propuesta curricular con un enfoque intercultural debera considerar los siguien-tes lineamientos:

    a. La recuperacin de lenguas.b. La promocin de las culturas y el fortalecimiento de las identidades.c. La superacin del racismo y la exclusin.d. La promocin de una educacin equitativa y de calidad para zonas rurales.

    Las opciones ms marcadas por los maestros fueron las opciones a y b. Nueva-mente los aspectos lingsticos y culturales se colocan muy por encima de los aspectos polticosy sociales de la EBI. Sin embargo, el dilogo intercultural presupone ciertas condiciones polti-cas y sociales, sin las cuales se convierte en una parodia de dilogo y un paliativo social.

    Hoy sabemos que el dilogo intercultural presupone crear las condiciones que lohagan posible, es decir relaciones de simetra y equidad que hoy por hoy no existen entre laslenguas y las culturas:

    No hay que empezar (por ello) por el dilogo, sino con la pregunta por las condicionesdel dilogo. O dicho todava con mayor exactitud, hay que exigir que el dilogo de lasculturas sea de entrada dilogo sobre los factores econmicos, polticos, militares, etc.que condicionan actualmente el intercambio franco entre las culturas. Esta exigencia eshoy imprescindible para no caer en la ideologa de un dilogo descontextualizado quefavorecera slo los intereses creados de la civilizacin dominante, al no tener encuenta la asimetra de poder que reina hoy en el mundo.9

    Por lo tanto, en lugar de partir de una axiologa universalista y abstracta para -medianteestrategias y prcticas pedaggicas deducibles- intentar aterrizarla en la realidad, lo que tieneque hacer es partir de la realidad, para, desde ella, y en dilogo intercultural con los usuarios

    9 Fornet, R. (2000:12).

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    de la EBI, recrearla y enraizarla cultural y socialmente. Es absurdo pensar que el discurso y lapraxis intercultural se pueden imponer desde el Estado. La interculturalidad se hace dialogan-do, y dialogando interculturalmente. No puede ni debe ser una propuesta inconsulta.

    4.2. El discurso y la praxis oficial de la EBI no es un discurso y una praxis inclusivade la diversidad, posee an un fuerte sesgo indigenista

    En el discurso de la educacin bilinge intercultural se ha asumido que -desde laeducacin- podemos contribuir a generar equidad empezando por el fortalecimiento de lalengua y la identidad cultural de los grupos tnicos excluidos socialmente y discriminadosculturalmente de nuestra sociedad. La apertura crtica al mundo externo debe ser -en lamentalidad de los educadores- un momento posterior al fortalecimiento de las identidadestnicas. Primero hay que fortalecer la identidad de los indgenas para que, desde all, procedana escoger crticamente lo que sea conveniente para ellos evitando ser asimilados pasivamentepor la cultura envolvente. Esta estrategia est en evidente contradiccin con la estrategia propiade la educacin intercultural que Esteban Monsonyi planteara con acierto y lucidez desde susorgenes.

    En la prctica, los programas EBI se suelen quedar en el primer momento, es decir, enla revalorizacin y el fortalecimiento de las lenguas indgenas y las identidades tnicas. Perocon un exagerado sesgo lingstico. Se piensa que las identidades tnicas se fortalecen me-diante el aprendizaje de las lenguas indgenas. Esto trae como consecuencia que en la prcticaLa Educacin Bilinge Intercultural es sustantivamente bilinge y adjetivamente intercultural.

    Pero entonces -se preguntan Zavala y Crdova- qu pasa con el trmino educacinbilinge intercultural?:

    Cuando colocamos lo bilinge antes de lo intercultural, la relacin entre lo bilinge y lointercultural pierde coherencia. Es como si lo bilinge dejara de tener un fundamentocultural que lo avalara y lo intercultural representara solamente una opcin perifricaque puede o no tomarse en cuenta. La consecuencia de esto es el desarrollo de unaeducacin que es bilinge pero no necesariamente intercultural. Es decir, una educa-cin en dos lenguas donde lo intercultural parece un apndice que suele caer en elolvido.10

    El tema de la apertura selectiva y crtica al mundo externo y del intercambio simtricoy creativo, que es lo propiamente intercultural, se convierte as en un asunto poco relevante conel que los maestros no saben exactamente qu hacer en el aula. No se sabe bien incluso ques eso de las competencias interculturales y por ello los maestros, a la hora de realizar activida-des para desarrollar el componente intercultural de las diversas reas -con excepcin de la decomunicacin integral- se limitan a reproducir el folklore del lugar.

    10 Zavala, V. y Crdova, G. (2003:16).

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    4.3. La despolitizacin de la EBI oficial

    Con frecuencia el componente intercultural en el aula se limita a recopilar y valorar lasexpresiones de las culturas autctonas -cantos, danzas, cuentos, adivinanzas- sin promover elreconocimiento y la valorizacin del ncleo duro del cual son expresin nica, es decir, lascosmovisiones poticas y las filosofas implcitas que expresan. A esta deformacin del conoci-miento de las culturas lo llamamos, en tono peyorativo, folklorizacin de la EBI.

    A qu se debe esta banalizacin de nuestras culturas en el escenario donde deberanser justamente reconocidas en toda su hondura, sabidura y justo valor?

    La experiencia demuestra que una opcin exclusivamente centrada en el aspectolingstico impide superar la visin folklrica con la cual se ha venido abordando lainterculturalidad11 . Esto no quiere decir que trabajar las lenguas originarias en los procesoseducativos de la EBI sea algo accesorio en los contextos socio-culturales donde sea pertinente.Lo que aqu se quiere relevar es el peligro asociado a una concepcin bastante extendidasegn la cual se asume que cuando se usa la lengua originaria, an cuando sea para traducirfragmentos de contenidos escolares, ya se est haciendo educacin intercultural12 . Esta esuna razn importante pero no la ms trascendente de la folfklorizacin de la EBI clsica.Creemos que el esencialismo acrtico que subyace a la concepcin indigenista de las culturasoriginarias de la EBI clsica favorece a la larga la banalizacin de nuestras culturas y sureduccin a los aspectos triviales de la misma.

    Est sucediendo en la EBI algo semejante a lo que sucedi con la educacin multiculturalen el mundo angloamericano a finales de las dcadas de 1970 y 1980:

    en el que el enfoque tenda a dirigirse a la enseanza de los aspectos exticos ycoloridos de otras culturas, particularmente sus festividades tradicionales, costumbres,danzas y comidas No es necesario decir que esto fue rpidamente criticado portrivializar y despolitizar las culturas e identidades de los migrantes Evitaba la necesi-dad de confrontar la realidad de que los miembros de diferentes grupos no slo comeny se visten diferente, sino que tambin pueden tener visiones fundamentalmentediferentes y rivales sobre Dios, la familia, el Estado, la tierra, la sociedad y nuestrasobligaciones morales y polticas bsicas.13

    Folklorizar es banalizar, trivializar, reducir una cultura a sus manifestaciones externas.A diferencia del multiculturalismo anglosajn que trivializa las culturas de lo que vienen de fuera,en la EBI clsica -al folklorizar las culturas- se estaran trivializando las culturas de los quevienen de dentro.

    11 Trapnell, L. y Neira, E. (2004:29).12 Ibd.13 Kymlicka, H. (2003:64).

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    5. PERSPECTIVAS A FUTURO

    En Amrica Latina existen un conjunto de temas recurrentes que conforman una espe-cie de agenda comn compartida. Mencionar los ms importantes, a saber:

    5.1. Interculturalidad para todos

    Si bien en un comienzo la educacin intercultural se formul exclusivamente para lospueblos indgenas, hoy sabemos que no debe ser slo para ellos. Si lo que queremos combatires la discriminacin tenemos que hacer educacin intercultural no slo con los sectores discri-minados sino tambin con los sectores discriminadores, porque la discriminacin es una rela-cin de a dos.

    Por otro lado, no hay razn para circunscribir la EBI a las reas rurales. La EBI enreas urbanas y urbano-marginales es el nuevo reto de la interculturalidad en el continente. Alrespecto, en algunos pases -como es por ejemplo el caso de Mxico- ya se han iniciadoimportantes experiencias.

    Finalmente, es un fenmeno generalizado en todo el continente el acceso de lasnuevas generaciones indgenas a la educacin superior. En tal sentido, se han empezado acrear en el continente Universidades indgenas y Universidades interculturales que buscanresponder a las demandas sociales de las regiones donde hay mayoritaria poblacin indgena.En otras palabras, la EBI no se est planteando solamente para todos sino tambin y sobretodo para todas las etapas de la vida, con especial nfasis en todo lo que concierne a laeducacin superior.

    5.2. Interculturalidad no es Multiculturalismo

    En Amrica latina se hace una distincin clara entre la interculturalidad y elmulticulturalismo, a partir de la cual, la opcin por la interculturalidad es plenamente compartida.Mientras que la palabra clave en el multiculturalismo es tolerancia, la palabra clave en lainterculturalidad es dilogo y valoracin del diferente. El multiculturalismo busca evitar la con-frontacin, pero no genera la integracin. En su lugar genera sociedades paralelas. Lainterculturalidad busca generar relaciones de equidad a partir del reconocimiento y valoracinde las diferencias. En educacin intercultural lo que se busca es mejorar la calidad de laconvivencia, que es bastante ms que la simple tolerancia.

    5.3. Las polticas interculturales son polticas de accin transformativa, las polticasmulticulturales son polticas de accin afirmativa

    Mientras que el multiculturalismo busca producir y produce sociedades paralelas, lainterculturalidad busca producir sociedades integradas y relaciones simtricas entre las diver-sas culturas. Las polticas multiculturales evitan los desencuentros. Las polticas interculturales

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    promueven los encuentros. El multiculturalismo promueve la tolerancia, el interculturalismo eldilogo. El multiculturalismo no erradica los prejuicios y los estereotipos negativos que contami-nan las relaciones entre los diferentes. La interculturalidad busca erradicar los prejuicios queestn en la base de la estigmatizacin social y la discriminacin cultural. Las polticas multiculturalesson acciones afirmativas, las polticas interculturales son acciones transformativas. Buscan trans-formar las relaciones de interculturalidad negativa en relaciones de interculturalidad positiva .

    Las polticas interculturales son polticas a largo plazo pues buscan transformar lasestructuras simblicas sobre las que se construyen las relaciones sociales entre los diferentes.Pueden ser complementadas por polticas multiculturales de accin afirmativa y de educacincompensatoria, pero nunca ser sustituidas por ellas.

    Finalmente, habra que decir que la Interculturalidad como proyecto tico-poltico involucrauna nueva manera de entender y practicar la ciudadana. No hay una, hay muchas manerasde ser ciudadanos en una democracia autnticamente multicultural. La educacin pblica debeser fundamentalmente por ello una educacin intercultural para todos, una educacin para elejercicio de la ciudadana.

    5.4. La Interculturalidad slo es posible como poltica de Estado

    La Interculturalidad debe plurisectorializarse para que pueda tener xito en el sectorEducacin. No es un asunto slo del sector Educacin, involucra a todos los sectores delEstado. No slo la educacin pblica debe asumir las lenguas y las culturas de los usuarioscomo parte integrante del proceso educativo. La interculturalidad es un asunto de Estado quecompromete a todos sus sectores porque es opcin por un proyecto societal.

    No se es un proyecto anti-moderno. No hay que confundir la interculturalidad ni con elllamado nostlgico a un pasado idealizado que nunca existi (la utopa arcaica) ni con elrechazo maniqueo y en bloque a la Modernidad Occidental. Lo que se rechaza en la moderni-zacin es su sesgo homogeneizante y occidentalizador. Optar por la interculturalidad es por ellooptar por crear formas nuevas de modernidad. Lo que est en juego entonces, es la posibilidadde recrear la modernidad desde mltiples tradiciones.

    Frente a una modernidad uniformizante (y bsicamente occidental), es posible imagi-nar una modernidad diversa y plural, ms rica, que explore muchas alternativas a la vez y quelas confronte permanentemente en los nuevos y veloces espacios de intercomunicaciones 14.Optar por la interculturalidad como proyecto tico-poltico, es optar por la construccin deautnticos Estados multiculturales y ciudadanas verdaderamente interculturales.

    En los esquemas actuales del Estado-nacin homogneo no es posible hacerinterculturalidad. La opcin por la interculturalidad es opcin por un modelo alternativo deEstado que sirva como marco de referencia que estimule la construccin de formas de convi-vencia entre los diferentes que sean ms justas y dignas.

    14 Ziga, M. y Ansin, J. (1997:19).

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