Hoja de oración familiar. Nº 10. Año I. Diciembre 2016

¡Querida familia! En estos últimos momentos que vais a poder compartir al finalizar el día antes de acurrucaros para descansar, vamos a tener otro momento de oración después de un encuentro tan bonito como el que hemos tenido hoy.

Os proponemos que juntemos nuestras manos con las de nuestros hijos e hijas y recemos a nuestra Virgen María, que fue la primera en decir ¡Sí a Dios! Y que una noche, en un establo de Belén, nos trajo el mejor regalo que Dios nos podía dar, su hijo Jesús.

Recemos o enseñemos a nuestros pequeños la “Salve” y “Bendita sea tu Pureza” que seguro nos trae recuerdos de nuestra niñez, cuando hace ya algunos años nuestro papá, mamá, abuelo, abuela...nos las empezaron a rezar.

En el nombre del padre…- Damos gracias por alguna cosa que nos ha ocurrido hoy.- Pedimos perdón por algo que hayamos hecho regular y que vamos a

cambiar.- Y pedimos por personas que sabemos que lo pueden necesitar.

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. ¡Ea!, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.

Para finalizar estas buenas noches rezamos tres Avemarías… María Auxilio de los Cristianos…

Para esta Navidad un poquito de todo.Empezamos con un pequeño cuento para la reflexión:

“La tienda del cielo”

Estaba haciendo las compras de Navidad, cuando vi un letrero que decía:"La tienda del cielo"...Me causo curiosidad y me acerque, La puerta se abrió lentamente y cuando me di cuenta, ya estaba adentro. Vi muchos ángeles parados en todas partes, Uno de ellos me entrego una canasta y me dijo:"Ten, compra con cuidado todo lo que necesitas y lo que no puedas ahora, te lo llevaras después, eso sí, sólo puedes comprar cosas para ti".Comencé a caminar por esa enorme y bella tienda y lo primero que compre fue PACIENCIA. EL AMOR estaba en la misma fila y más abajo en el mismo pasillo encontré la COMPRENSION... Pues eso necesitamos contantemente. Luego encontré EL TRIUNFO al lado de PERSEVERANCIA y no dude en tomar 2 kilos de cada uno. LA HUMILDAD estaba en la parte de arriba del estante y eche una caja en mi cesta, pues la podría necesitar después de utilizar EL TRIUNFO. También compre 2 bolsas de FE, que venía junto con LA ORACION. Más adelante encontré el empaque del PERDON bellamente diseñado y eche en mi canasta 2 cajas, al doblar el pasillo me pare a comprar FUERZA y CORAJE, sin dudar para utilizarlo en la carrera de la vida. En el mismo pasillo vi LA SERENIDAD, EL VALOR y LA SABIDURIA, los 3 por el precio de uno y tenia estas instrucciones:-Utilizar la serenidad para aceptar las cosas que no se pueden cambiar,-VALOR para cambiar aquellas que se pueden,-LA SABIDURIA para distinguir la diferencia.-LA PAZ y LA FELICIDAD, las daban gratis con la compra de los demás artículos.Llegue a la caja y también me atendió un ángel y le pregunte: - "¿Cuanto debo?", el me sonrió y contesto: - "Lleva tu cesta a donde quieras que vayas", de nuevo le conteste. - "¿Pero cuánto debo?", el otra vez me sonrió y me respondió: - "No te preocupes, JESUS ya pago tu deuda...hace mucho tiempo".

Cada uno de nosotros somos la tienda, y podemos abrirla todos los días, el ángel es Dios, y cada uno de los regalos son los dones del Espíritu Santo.

Antes de que despiertes de tu sueño quiero compartirte el verdadero significado verdadero de la Navidad. Escucha con cuidado. Estos regalos son especiales para esta ocasión, pero si los abres durante todo el año, te producirán gran gozo a ti y a las personas con la que los compartas.

Más importante aún es darnos cuenta que nuestros hijos e hijas nos hacen más caso cuando enseñamos con el ejemplo y no con nuestras palabras, por tanto, empecemos a abrir estos regalos durante todo el año y nuestros hijos nos imitarán por años sin término.

En segundo lugar una oración para el día de Navidad:ORACIÓN ANTE EL PESEBRE

Querido Padre, Dios del cielo y de la tierra:

En esta noche santa te queremos dar gracias por tanto amor. Gracias por nuestra familia y por nuestro hogar. Gracias por las personas que trabajan con nosotros.Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el nacimiento de tu Hijo. Ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir al Niño Jesús con amor, con alegría y esperanza. Estamos aquí reunidos para adorarlo y darle gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras vidas.Hoy al contemplar el pesebre recordamos especialmente a las familias que no tienen techo, alimento y comodidad. Te pedimos por ellas para que la Virgen y San José les ayuden a encontrar un cálido hogar.

Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca también en nuestros corazones para que podamos regalarle a otros el amor que Tu nos muestras día a día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu abundante misericordia.Que junto con tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y glorificándote.(En este momento alguien de la familia pone al Niño Jesús en el pesebre o si ya está allí coloca un pequeño cirio o velita delante de Él).

Santísima Virgen María, gracias por aceptar ser la Madre de Jesús y Madre nuestra, gracias por tu amor y protección. Sabemos que día a día intercedes por nosotros y por nuestras intenciones, gracias Madre.Querido San José, gracias por ser padre y protector del Niño Jesús, te pedimos que ruegues a Dios por nosotros para que seamos una familia unida en el amor y podamos ser ejemplo de paz y reconciliación para los demás.Amén

Y para finalizar una oración por la familia que podréis encontrar en la última página.

Texto de formaciónde la Asociación de María Auxiliadora.

El amor en el matrimonioEl Papa Francisco ha escogido como canto de amor en la encíclica dedicada a la ‘alegría del amor’, el que Pablo ha incluido en su primera carta a los cristianos de Corinto. Era una ‘familia-comunidad’ con no pocos problemas –incluso con dificultades muy serias en las relaciones familiares-; y sin embargo Pablo los considera capaces de una amor/caridad inagotable. Queriéndonos decir que todos tenemos buenas

oportunidades para ser transformados en el amor, en Corinto o en

cualquier otra parte del mundo, y en cualquier época. Y quien hoy cree en ello más que ningún otro, es precisamente el Papa Francisco.Tres palabras: “permiso, gracias, perdón”. Dediquémoslas el tiempo más propicio, sin prisas, dejemos que poco a poco estas nos ensanchen el corazón, calentándolo con la alegría del amor. El Papa Francisco lo explica con cuatro palabras que lo resumen todo. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Todo lo excusaAmor y todo van siempre tan dados de la mano que allí donde se intenta usar una medida más pequeña que el ‘todo’, no existe ya el amor. San Pablo en estas 8 palabras describe el corazón de la caridad. Nos hace recordar el ‘bienaventurados” ocho veces repetido -Mateo 5,3-10- donde se resume y condensa todo el Evangelio.‘El amor convive con la imperfección, la disculpa, y sabe guardar silencio ante los límites del ser amado’. El Papa Francisco comienza con la manera de comunicarnos y de hablarnos el uno al otro.Los esposos que se aman y se pertenecen, hablan bien el uno del otro, intentan mostrar el lado bueno del cónyuge más allá de sus debilidades y errores. En todo caso, guardan silencio para no dañar su imagen. Pero no es sólo un gesto externo, sino que brota de una actitud interna.La actitud interior que está en la base y dentro de este primer ‘todo’ del amor es como un punto de partida sin el cual no se logra dar los tres pasos restantes. Cuando aceptamos nuestros límites (‘ante Dios todos somos pobres’, Madre Teresa) y reconocemos que somos ‘humus’, que estamos tan impregnados de humanidad y, precisamente por esto, tan amados, entonces el corazón se abre a la compasión incluso ante las limitaciones del otro. Saber llorar juntos abre el camino de la consolación, el campo en el que el especialista absoluto es el Espíritu Santo.Se necesita un corazón grande para dejar sitio a nuestra propia y ajena pobreza. Es el corazón que se hace ‘macro’, que se amplía, que sabe dejar espacio, tomarse tiempo: “la caridad es paciente”.

Esta paciencia se afianza cuando reconozco que el otro también tiene derecho a vivir en esta tierra junto a mí, así como es. No importa si es un estorbo para mí, si altera mis planes, si me molesta con su modo de ser o con sus ideas, si no es todo lo que yo esperaba. El amor tiene siempre un sentido de profunda compasión que lleva a aceptar al otro como parte de este mundo, también cuando actúa de un modo diferente a lo que yo desearía.Comenzamos por la cuna, donde nuestra pobreza es poco menos que absoluta y donde tenemos necesidad de todo y para todo de la compasión de los demás – la misma situación se repetirá al final de la vida. La cuna nos sitúa desde los primeros días de vida en esta primera bienaventuranza que abre el camino al reino de Dios. El hecho de que en Belén nos

encontremos con un pesebre, dentro de un establo, hace el mensaje mucho más claro y universal. El Reino de los cielos es accesible solo desde la puerta de ingreso de la pobreza.La familia es cuna de la vida y del amor, comenzando por la pobreza de espíritu, por la que aprendemos a declinar los unos con los otros el ‘todo lo excusa’ de la caridad.María y José son guías seguros si queremos caminar con paso firme para convertir la familia en cuna de la vida y del amor. En otras cosas somos hoy mucho más expertos, pero en cuanto a pobreza evangélica, que nos abre al corazón de la caridad que todo lo excusa, nadie va por delante de ellos.

Todo lo creeConfíate, confía y sonríe.

Este slogan, es como un programa de entrenamiento. Cuanto más lo practicamos más crece la confianza. Fiarse es el oxígeno del amor.Esa confianza básica reconoce la luz encendida por Dios, que se esconde detrás de la oscuridad, o de la brasa que todavía arde bajo las cenizas. Esta misma confianza hace posible una relación de libertad. No es necesario controlar al otro, seguir minuciosamente sus pasos, para evitar que escape de nuestros brazos. El amor confía, deja en libertad, renuncia a controlarlo todo, a poseer, a dominar.Confiar es el modo más eficaz de aprender a ser fieles. Si para el ‘todo lo excusa’ se necesita un corazón ‘macro’, el ejercicio de la confianza en Dios y en el prójimo dilata el corazón: lo capacita para abrazar su voluntad, como pedimos siempre en el Padrenuestro, y de cumplirla a la manera del primer misterio gozoso en Nazaret y del primer misterio doloroso en Getsemaní.Creer no es un sí o un no como cuando se activa un interruptor: es un entrenamiento que nos hace crecer día a día, hasta desear solamente lo que agrada a Dios, hasta tener hambre y sed, como dice la cuarta bienaventuranza.Cuando nos fiamos el horizonte se alarga. En el pequeño sueño de formar una familia con José, obrero del pueblo, se introduce el sueño de Dios, que no suprime ni Nazaret, ni el taller del carpintero, ni la humilde casa de aquel pueblo desconocido de Galilea. Todo forma parte de un amor más grande.Francisco nos asegura que la misma dinámica vale en el interior de los muros domésticos. Si nuestro amor ‘lo cree todo’ lo que comenzamos a descubrir y compartir es la grandeza que cada uno lleva por dentro:Una familia donde reina una básica y cariñosa confianza, y donde siempre se vuelve a confiar a pesar de todo, permite que brote la verdadera identidad de sus miembrosSemillas para sembrar… TODO LO EXCUSA

¿Cómo hablo de los miembros de mi familia? ¿Cómo hablo a cada uno de ellos? Las tres palabras, en las que Francisco insiste: ‘permiso, gracias, perdona’ ¿forman parte de mi vocabulario cotidiano?

TODO LO CREE Por lo que a mí respecta, ¿qué confianza tengo, en la relaciones con mis familiares? ¿Cuándo me confío y confío en el Señor y en María?

“El espíritu de Dios nace en nuestros corazones”

Feliz Navidad

os desea

A.D.M.A-Estrecho