tres parábolas
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Tres Parábolas
P e d r o G u i l l e r m o J a r a
Tr e s Pa r á b o l a s
© Pedro Guillermo JaraEn portada: Nebulosa El ojo de Dios.Imágenes interiores: parábolas matemáticas.
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Tres Parábolas
Parábola del creyente y del ateo
Aconteció que un creyente regresaba a su casa agobiado por el mucho trabajo y el poco pan, y exclamó levantando sus brazos al cielo:
—¡Oh, Dios mío, échame una ayudita, por favor, te lo pido!Y Dios, compasivo, le dejó caer una yunta de bueyes sobre su
humanidad, el hombre murió, su alma se fue al cielo y fue feliz.Otro hombre, ateo de tomo y lomo, regresaba a su hogar
agobiado por la explotación, la injusticia y el poco pan.De pronto se detuvo y exclamó:—¡Ya, puh, compañero Dios, si existes, échame una
manito!Y Dios, compasivo, le dejó caer un yunque sobre la cabeza.El hombre se fue al cielo pero no se dio cuenta y continuó
caminando como si nada, derechito hacia su casa.
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Tres Parábolas
Parábola de los ateos y los creyentes
Perjurio es un pueblo ubicado en el sur profundo. La mayoría de sus habitantes son ateos, pero una minoría es creyente. El fin de semana los creyentes se diseminan por
el pueblo de Perjurio propagando la voz de Dios distribuyendo revistas, vestidos con sus ternitos grises, muy bien peinados y la biblia entre sus manos. Tocan puertas pero los ateos, de mal talante, le dan con la puerta en las narices, los increpan y le echan los perros.
Cierto atardecer de abril los perjurienses descubrieron con asombro una frase de nubes escrita en el cielo: “¡Ateos!... ¿Por qué no creen en mi modelo?”
Los ateos, arrepentidos, corrieron tras los pastores para salvarse pero éstos, de mal talante le daban con las puertas en las narices, los increpaban y le echaban los perros.
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Tres Parábolas
Parábola del objeto artístico que cambiará al mundo*
En verdad en verdad te digo, Pedro: Vendrá un día en que un artista creará una bella escultura, pequeña y grácil, de bajo costo y que podrá ser
adquirida por cualquier hijo de vecino. Cuando el vecino coloque esta escultura en la mesa del living descubrirá que la pintura del lugar no se adecúa a esta belleza y decidirá pintar la pieza. Pero una vez que pinte la casa por dentro se dará cuenta que la pintura exterior también necesita una mano de pintura. Su vecino, para no ser menos, también pintará su casa. Y todos los vecinos del barrio harán lo mismo. Y de este modo todas las poblaciones procederán a pintar sus viviendas. Y cada una de las regiones de este Reino relucirá de todos colores. Y muy pronto los países vecinos pintarán a sus países. Y los continentes, para no ser menos, procederán a pintar a sus respectivos continentes. De este modo, a partir de una pequeña escultura, bella y grácil, ideada por un artista, se podrá provocar el cambio.
*Narrada por el artista Ramón Vergara Grez a Pedro Guillermo Jara, en un Concurso de Pintura Valdivia y su Río.
VALDIVIAJULIO
DE 2011