Texto para la exposicin Diez historias y un paisaje. Museo de Arte Contemporneo Gas Natural Fenosa, La Corua abril-octubre del 2015

Tres Miradas para desmontar a Jaime Serra Jos Luis de Vicente Comisario de exposiciones e investigador en culturas y nuevas tecnologas

01 Operar en el espacio del arte a travs del procedimiento de expandir los lmites de otra disciplina es una de las estrategias ms interesantes que podemos encontrar hoy en la creacin contempornea. El ejercicio de identificar a aquellos que han creado su cdigo propio tomando los elementos que constituyen un campo diferente, y trasladndolos al territorio de la produccin artstica es revelador. En 2015 encontramos a artistas que trabajan con el formato de la stand up comedy o el monlogo de humor (Miguel Noguera); con las estrategias del fotoperiodismo de investigacin (Trevor Paglen); desde un laboratorio de biotecnologa (Oron Catts) o formulando una arquitectura alternativa para la ingeniera de telecomunicaciones (Julian Oliver y Danja Vasiliev). El truco que estos y otros muchos nombres emplean consiste en tomar el vocabulario, la sintaxis o el espacio institucional de una disciplina y liberarlo de sus limitaciones y compromisos bsicos, inyectndole la libertad que ofrece el arte para cambiar el punto de partida inicial. Desde el espacio del arte o del diseo experimental, nombres como Jaime Serra estn construyendo una historia alternativa de lo que podra haber sido su disciplina si su devenir histrico hubiese sido distinto. Para Serra, la disciplina en cuestin es la infografia periodstica. La forma en que un artista trabaja desde una disciplina distinta al arte admite variaciones y modulaciones. En algunos casos son transformistas que se calzan el disfraz de otra profesin - intrusos que se cuelan en fiestas a las que nadie les ha invitado. En otros, aves inclasificables que tienen serios problemas para trazar los lmites entre su prctica creativa y su otro espacio de produccin de conocimiento. Ninguno de estos es el caso de Jaime Serra - el suyo es el de un profesional de prestigio al que su profesin se le ha quedado estrecha para acomodar todo lo que necesita decir. No le ha quedado ms alternativa que desbordarla. Uno de los nombres ms reconocidos a nivel internacional dentro del periodismo visual, Jaime Serra cuenta con una larga trayectoria trabajando en medios como el diario argentino Clarn, desde el que desarroll una renovacin del lenguaje infogrfico, o La Vanguardia, donde ocupa desde 2007 el puesto de jefe del departamento de Infografa e ilustracin. De su peso dentro de este territorio da f el hecho de que en 2012 sus colegas de profesin, a travs de la prestigiosa Society of News Design (SND) le eligiesen como la figura ms relevante dentro de su disciplina

en los 20 aos anteriores. Este trabajo, tremendamente influyente para sus coetneos, no hace de l un ortodoxo o un esencialista; ms bien todo lo contrario. Su columna dominical en La Vanguardia, republicada en el Courrier International francs, es su espacio de experimentacin, en el que entre texto y grficos juega con la nocin de aplicar la infografa al gnero de la opinin y traza sugerentes relatos, a veces en primera persona, a veces como observador de la realidad.

02 Desde los inicios de la prensa escrita tal y como la conocemos, la infografa ha contado con un espacio propio y una tradicin, un espacio que en los ltimos aos se ha visto reivindicado desde mltiples frentes. Frente a los que la consideran un gnero menor que aporta solamente un tono de color a un artculo, o an peor, la ven como una simple ilustracin de un texto escrito, la infografa ofrece en muchos casos el lenguaje ms adecuado para contar una historia. La ltima dcada ha supuesto una verdadera edad de oro y una explosin de innovacin en el lenguaje de la infografa. Las razones son varias; la emergencia de la prensa digital ha ofrecido un nuevo soporte, la web, en la que es posible explorar nuevas direcciones e incorporar elementos como la animacin y la interaccin al cajn de recursos de los infgrafos. Adems, la cada vez mayor relevancia de las bases de datos informticas como material de inters periodstico ha facilitado la emergencia de nuevas formas para narrar, como el llamado Periodismo de Datos. Aunque cuenta con dcadas de antecedentes el Periodismo de Datos podra ser el primer gnero de prensa que nace en el Siglo XXI. Diarios como el New York Times y el Guardian cuentan ya con departamentos especficos en que periodistas trabajan junto a programadores, estadsticos y diseadores para encontrar historias interesantes dentro de las grandes estructuras de informacin que producen la administracin, la actividad econmica, los secretos bancarios o las agencias de inteligencia. El Periodismo de Datos es una de las formas narrativas predilectas de la era del Big Data, y algunas de las historias ms importantes de los ltimos aos, desde las filtraciones de Wikileaks a las revelaciones del caso Snowden slo han podido contarse con fidelidad a travs de l. Es aqu donde la infografa y su evolucin contempornea dentro de la cultura digital, la visualizacin de datos, se convierten en una herramienta esencial y una estrategia narrativa ineludible. En muchos casos, el grfico -esttico o interactivo- se sita en mejor condicin que el texto para explicar la relacin entre mltiples elementos dentro de un estado de cosas; para facilitar recorridos no secuenciales, explicaciones que no pueden engarzarse en una narrativa nica y lineal. En la prensa tradicional y en la digital, los recursos de la infografa se ponen al servicio de las grandes historias colectivas que construyen el relato de la actualidad. Los datos que se traducen

en un conjunto de elementos grficos son la encarnacin de los hechos objetivables, con los que se produce una realidad consensuada. Qu sucede entonces cuando se utilizan para explorar el mundo de lo extremadamente subjetivo y lo ntimo?

03 En el mundo del arte, la ciencia y el pensamiento existe una larga tradicin de exploradores de la experiencia que se han dedicado a generar un registro meticuloso de sus acciones cotidianas. El visionario Richard Buckminster Fuller, en su Dymaxion Chronofile, registr su vida en intervalos de 15 minutos desde 1920 a 1983. Esta gran lbum de recortes incluye toda su correspondencia, sus facturas, notas manuscritas, dibujos, y artculos de prensa, y ocupa ms de 80 metros de largo en la biblioteca de la Universidad de Stanford. Se estima que es la vida ms documentada de la historia. El artista alemn Dieter Roth utiliz a lo largo de dcadas los diarios como registro documental del paso de los das, y termin su vida con una obra magna, Solo Scenes, en la que 128 pantallas muestran el registro en video de los das dentro de su estudio en su ltimo ao antes de fallecer. Tehching Hsieh, conocido por sus performances extremas de un ao de duracin, tom una foto de s mismo una vez a la hora entre Abril de 1980 y Abril de 1981, como parte de la pieza Time Clock Piece. Uno de los ejemplos ms fascinantes es el del alemn Horst Ademeit, que a lo largo de su vida tom miles de polaroids en las que aada datos, mediciones y observaciones de su entorno, desde lecturas de consumo elctrico y temperatura a olores y sonidos. Algunos de los proyectos de Serra se encuadran en esta tradicin; el consumo de caf, de tabaco o las relaciones sexuales se convierten en materia que es meticulosamente registrada, como observacin continuada de nuestra huella en el mundo. En estos rituales de la cotidianidad, una accin diaria repetida en el tiempo genera un patrn que es capturado por el lenguaje de la representacin de la informacin. En estas piezas hay una obsesiva bsqueda de significado, de perseguir verdades sobre uno mismo que emanan desde los resquicios que dejan los gestos mnimos de lo cotidiano. Pero tambin es una forma de querer capturar el tiempo, de generar una memoria de los actos del da a da que queden almacenadas en nuestra base de datos personal. Una base de datos que es al fin y al cabo una lucha contra la marea del tiempo, que lo borra todo. Otras piezas de la exposicin, adems, capturan algo del zeitgeist de la segunda dcada del Siglo XXI, en que la produccin de datos personales es un hecho inevitable. Diariamente interactuamos con docenas de tecnologas que producen huellas y sombras digitales de nuestra actividad constantemente. Los ltimos aos hemos visto una explosin de nuevas industrias de la cuantificacin que nos invitan a registrar nuestros actos (las aplicaciones de fitness, los podmetros digitales, los contadores de caloras) o que directamente convierten los convierten

en un recurso explotable, con el que se comercia (las redes sociales). Dorme bem, perdiaoutiliza una clase de datos desechables pero tremendamente ntimos, los SMSs en los que queda registrado el curso entero de una relacin entre dos personas. Mas all del registro de lo sucedido, de la captura de lo fugaz antes de que sea desdibujado por el tiempo, la exposicin incluye piezas en una voz diferente: la invocacin. En vez de capturar el pasado, quizs generar un registro puede ser la forma de tomar el control del futuro, ya sea del da que tenemos por delante (un da perfecto) o incluso del resto de nuestras vidas (Salud, dinero o amor). En estos ceremoniales hay un gesto de resistencia; una llamada a no resignarnos a ser simples espectadores del paso de los das, y de aspirar a controlar nuestros rituales cotidianos, el tiempo que nos queda, y los datos que darn constancia de ello.