trastornos alimenticios u.n.a.h. 2013
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Estudio de trastornos alimenticios, aplicado en la ciudad de Tegucigalpa, Honduras, en jóvenes adolescentes.TRANSCRIPT
Universidad Nacional Autónoma de Honduras
Facultad de Ciencias Sociales
Carrera de Psicología
Métodos de Investigación II
Catedrático:
Lic. Rolando Ardon Ledezma.
Integrantes:
Brenda Isabel Montoya 9315610
Silvia Iris Prieri 20070007505
Julissa Mariel Padilla 20081003174
Martha Aceituno 20111001513
Mirna Irbela Palma 20101900432
Ana Elizabeth Álvarez 20111003314
María Teresa Irías 20121003866
Ciudad Universitaria Fecha: 15 de mayo del 2013
Resumen
En el presente trabajo hemos estudiado los Trastornos del Comportamiento
Alimentario (TCA) entre los cuales se encuentran La bulimia, La anorexia y los
atracones, siendo enfermedades de origen psicosomático y de problema
sociocultural, que se desarrollan por lo general en los adolescentes, pero
también se dan dentro de las personas adultas.
Este estudio fue aplicado en los alumnos del instituto Liceo San Juan de
Tegucigalpa para así poder comprobar el índice de trastornos que se pueden
presentar en cada uno de ellos, al realizar la evaluación, Se analizó una
muestra de Adolescentes sin diagnóstico médico de trastornos alimentarios (n=
105). Se aplico el cuestionario EDI.
La muestra quedó conformada por 4 grupos: 13, 14 15 y 16 años. El análisis
de los resultados mostró una mayor relevancia en adolecentes femeninas.
Introducción
Los trastornos alimenticios tienen una gran relevancia socio sanitario por su
peculiaridad, su gravedad, su interés social, su complejidad y sus dificultades
de diagnóstico y tratamiento. En los últimos diez años, puede decirse que estos
trastornos están constituyendo un auténtico fenómeno social en todos los
sentidos con un incremento de la prevalencia. La media de las tasas de
incidencia anual entre 10 y 30 años es de17-19/100.000 en Anorexias
Nerviosas (AN); la incidencia de Bulimia Nerviosa(BN) en el mismo rango de
edad se ha multiplicado por tres en los últimos 10años, alcanzando una tasa
del 50/100.000, considerándose en la actualidad que la prevalencia para la
anorexia nerviosa (AN) es del 1% y para la bulimia nerviosa(BN) del 1-3%,
siendo similares estas cifras en casi todos los países desarrollados. Teniendo
en cuenta los síndromes parciales, los TCA alcanzarían al 4,7% de las mujeres
y al 0,9% de los varones.
En este aumento de la prevalencia pueden haber influido muchos factores.
Entre ellos estaría la tendencia social actual a realizar dietas, los problemas
existenciales de los adolescentes, la mayor divulgación de estas patologías a
través de los medios de comunicación y el hecho de que hoy los profesionales,
no sólo de psiquiatría y psicología clínica sino también de los equipos de
atención primaria, detectan antes estos trastornos.
Son enfermos que por regla general no piden inicialmente ayuda de forma
voluntaria, sino que llegan a la consulta del profesional cuando el proceso ya
está instaurado y a veces pueden morir por las complicaciones que presentan.
Son entidades íntimamente relacionadas con el cuerpo y el significado social
del mismo, con los hábitos y costumbres alimentarias, y con las consecuencias
de la desnutrición.
Problema
¿Qué efectos tienen los Trastornos Alimenticios en los adolescentes de Ciclo
Común del Instituto Liceo San Juan de Tegucigalpa?
MARCO TEORICO
HISTORIA
Los trastornos alimenticios tienen su origen entre el siglo XIV y el siglo XIX, son
descritos como conceptos modernos, por los psiquiatras de la época.
El primer caso más cercano a un trastorno alimenticio se conoce desde el siglo
XIV, en el cual una princesa llamada Wilgenfortis, se niega a ingerir cualquier
tipo de alimento, con el propósito de ser tan delgada que ningún hombre la
desee.
Hacia el siglo XVIII se origina una orden de monjas llamadas "Las Santas
Ayunadoras", estas rendían culto a la virgen María mediante el ayuno, no se
tiene mayor información sobre estas monjas, pero se sabe que pasaban
grandes cantidades de tiempo sin comer; semanas o días, se sabe que algunas
podían morir de inanición o deficiencias cardiacas.
En el siglo XIX se establece la delgadez como modelo corporal con éxito social,
lo que origino el aumento de la enfermedad, incluso ya desde entonces
podemos ver que la mujeres que no eran lo suficientemente delgadas usaban
corsé para adaptarse a los vestidos de la época que exigían una cuerpo muy
rígido y una pequeña cintura, lo que nos lleva a la conclusión que desde hace
siglos se requiere ser delgado para estar dentro de los estándares de la moda.
El término anorexia nervosa proviene del latín y quiere decir sin apetito, y el
adjetivo nervioso expresa su origen psicológico. Al contrario de lo que se
piensa no es cierto que los anoréxicos NO padecen de hambre, la reprimen por
el pavor que tienen a la obesidad. Los pacientes con anorexia nerviosa se
rehúsan a mantener un peso corporal por encima de los valores mínimos
aceptables para una determinada edad y talla. El miedo llega ser tal que los
puede llevar a la inanición, naturalmente los sujetos no tienen conciencia de su
enfermedad.
En 1940 este trastorno se consideró un síndrome y en 1980 la Sociedad
Americana de Psiquiatría incluyó a la bulimia en el manual de psiquiatría como
una enfermedad diferente a la anorexia.
Ambos trastornos se originan en la Antigüedad, pero es ahora cuando se les ha
estudiado, tipificado y definido. Se sabe que son producto de múltiples factores,
que pueden incluir trastornos emocionales y de la personalidad, así como
presiones por parte de la familia, es posible la predisposición genética o
biológica y el vivir en una sociedad en la cual hay una oferta excesiva de
comida y obsesión por la delgadez. Esta idea de estética transmite a los
jóvenes sistemas de valores que se basan en el "buen look", y el problema es
que puedan derivar en una adicción u obsesión por ser delgado. Es verdad que
esta estética esta de moda, pero es sólo un disparador que afecta
negativamente a algunos jóvenes con problemas familiares y con desajustes de
personalidad.
Existen informes que dejan ver que ya desde el siglo XIX había personas que
se provocaban el vómito, después de comer en forma excesiva.
El primer caso de bulimia se presento en los años 60 en Estados Unidos y el
primer paciente que recibió atención fue en 1970.
La palabra bulimia proviene del griego y significa "hambre de buey", este
trastorno se caracteriza por la ingestión rápida de gran cantidad de alimentos;
la culpabilidad que origina el abuso de los alimentos provocada la
autoinducción al vómito; la utilización en forma indiscriminada de laxantes y
diuréticos y el ejercicio excesivo, igual que en la anorexia existe un miedo
intenso a subir de peso y es natural que durante mucho tiempo quien la padece
se niegue ha aceptar esta conducta. En algunos países, la frecuencia de la
bulimia es mayor que la de la anorexia.
¿Qué son los trastornos de la alimentación?
Un trastorno de la alimentación es una enfermedad que causa graves
perturbaciones en su dieta diaria, tales como comer cantidades muy pequeñas
o comer en exceso. Una persona que tiene un trastorno de la alimentación
puede haber comenzado por comer pequeñas o grandes cantidades de
comida, pero en algún momento el impulso de comer más o menos se disparó
fuera de control. Angustia severa o preocupación por la forma o el peso del
cuerpo también se pueden caracterizar como un trastorno de la alimentación.
Los trastornos de la alimentación generalmente aparecen durante la
adolescencia o adultez temprana, pero también se pueden dar durante la niñez
o la adultez avanzada.Los trastornos de la alimentación más comunes son la
anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.
Los trastornos de la alimentación afectan tanto a los hombres como a las
mujeres. Para información sobre las últimas estadísticas en los trastornos de la
alimentación.
Se desconoce cuántos adultos y niños padecen otros trastornos de la
alimentación serios y significativos, como los trastornos de la alimentación no
especificados (TANE). TANE incluye los trastornos de la alimentación que no
cumplen los criterios para la anorexia o la bulimia nerviosa. El trastorno por
atracón es un tipo de trastorno de la alimentación llamado TANE. Pero se sabe
que TANE es el diagnóstico más común para aquellos que buscan un
tratamiento para el trastorno de la alimentación.
Los trastornos de la alimentación son enfermedades reales y tratables. Con
frecuencia coexisten con otras enfermedades como la depresión, el abuso de
sustancias o los trastornos de ansiedad. Otros síntomas, que se describen en
la siguiente sección pueden ser potencialmente mortales si la persona no
recibe tratamiento. Las personas con anorexia nerviosa son 18 veces más
probables de morir a una edad más temprana en comparación con las
personas de edad similar en la población general.
¿Cómo se tratan los trastornos de la alimentación?
Una nutrición adecuada, reduciendo el exceso de ejercicio y la interrupción de
los comportamientos de purga constituyen la base del tratamiento. Ciertas
formas de psicoterapia o terapia de diálogo, y algunos medicamentos también
son efectivos para muchos trastornos de la alimentación. No obstante, para los
casos más crónicos, no se han identificado aún tratamientos específicos. Con
frecuencia, los planes de tratamiento se adaptan a las necesidades individuales
y pueden incluir uno o más de los siguientes:
· Psicoterapia individual, grupal y/o familiar
· Atención médica y monitoreo
· Asesoramiento nutricional
· Medicamentos.
Algunos pacientes quizás necesiten ser hospitalizados para tratar
complicaciones a causa de una malnutrición o para garantizar una alimentación
adecuada en los casos de extrema delgadez.
¿Cuáles son los diferentes tipos de trastornos de la alimentación?
Anorexia nerviosa
La anorexia nerviosa se caracteriza por:
· Adelgazamiento extremo (emaciación)
· Incesante búsqueda de delgadez y negación a mantener un peso normal
o saludable
· Miedo intenso a subir de peso
· Imagen corporal distorsionada, autoestima significativamente
influenciada por las percepciones de la forma y el peso del cuerpo o
negación de la gravedad del bajo peso corporal
· Falta de menstruación en niñas y mujeres
· Alimentación extremadamente restringida.
Muchas personas con anorexia nerviosa se ven a sí mismas como excedidas
en peso, incluso cuando están delgadas. El comer, la comida y el control del
peso se vuelven una obsesión. Personas con anorexia nerviosa generalmente
se pesan varias veces, racionan la comida cuidadosamente y sólo comen
pequeñísimas cantidades de ciertas comidas. No obstante, algunas personas
con anorexia nerviosa atraviesan episodios de atracones seguidos de una dieta
extrema y/o exceso de ejercicios, vómitos auto inducidos y abuso de laxantes,
diuréticos o enemas. Algunas personas con anorexia nerviosa se recuperan
con tratamiento después del primer episodio. Otras mejoran, pero tienen
recaídas. Incluso otras padecen una forma más crónica o de una anorexia
nerviosa más prolongada, en la que su salud empeora mientras luchan contra
la enfermedad.
Otros síntomas que se pueden desarrollar con el paso del tiempo incluyen:
· Pérdida de masa ósea (osteopenia u osteoporosis)
· Cabello y uñas quebradizas
· Piel seca y amarillenta
· Crecimiento de vello en todo el cuerpo (por ejemplo, lanugo)
· Anemia leve, agotamiento y debilidad muscular
· Presión sanguínea baja, respiración y pulso lento
· Daño en la estructura y el funcionamiento del corazón
· Daño cerebral
· Insuficiencia multiorgánica
· Disminución de la temperatura corporal interna, lo que provoca que la
persona sienta frío en todo momento
· Letargo, pereza o cansancio todo el tiempo
· Infertilidad.
Bulimia nerviosa
La bulimia nerviosa se caracteriza por episodios frecuentes y recurrentes de
ingesta de cantidades extremadamente grandes de comida y una sensación de
falta de control sobre estos episodios. A este atracón le sigue un tipo de
comportamiento que lo compensa por el exceso de comida, como vómitos
forzados o abuso de laxantes o diuréticos, ayunos y/o exceso de ejercicios o
una combinación de estos comportamientos.
A diferencia de la anorexia nerviosa, las personas con bulimia nerviosa
generalmente mantienen lo que se considera un peso saludable o mientras que
algunas tienen un poco de sobrepeso. Al igual que las que tienen anorexia
nerviosa, estas personas tienen miedo de engordar, quieren
desesperadamente perder peso y se sienten muy insatisfechas con la forma y
el tamaño de su cuerpo. Por lo general, el comportamiento bulímico es secreto,
dado que va acompañado de un sentimiento de indignación o vergüenza. El
ciclo de atracón y purga puede darse varias veces a la semana e incluso varias
veces al día.
Otros síntomas incluyen:
· Garganta inflamada e irritada en forma crónica
· Glándulas salivales inflamadas en el área del cuello y la mandíbula
· Esmalte de los dientes gastados, dientes cada vez más sensibles y
cariados como resultado de la alta exposición al jugo gástrico
· Trastorno de reflujo gastroesofágico (ácido) y otros problemas
gastrointestinales
· Dolor e irritación intestinal a causa del abuso de laxantes
· Gran deshidratación a causa de la pérdida de líquidos al vomitar o
defecar por la acción de laxantes
· Desequilibrio electrolítico que puede conducir a un ataque cardíaco
(niveles muy bajos o muy altos de sodio, calcio, potasio y otros
minerales).
Tratando la anorexia nerviosa
El tratamiento de la anorexia nerviosa incluye tres componentes:
· Recuperar un peso saludable
· Tratar problemas psicológicos relacionados con el trastorno de la
alimentación
· Disminuir o eliminar los comportamientos o los pensamientos que
llevaron a una alimentación escasa y evitar una recaída.
·
Algunos investigadores sugieren que el uso de medicamentos, como
antidepresivos, antipsicóticos o estabilizadores del estado de ánimo, puede ser
modestamente efectivo para tratar pacientes con anorexia nerviosa. Estos
medicamentos pueden ayudar a resolver síntomas relacionados con el estado
de ánimo y la ansiedad que con frecuencia coexisten con la anorexia nerviosa.
No hay certeza de que los antidepresivos puedan evitar una recaída en algunos
pacientes con anorexia nerviosa que han logrado restaurar su peso. Sin
embargo, aunque las investigaciones aun continúan, ningún medicamento ha
demostrado ser eficaz en ayudar a alguien a ganar peso para llegar a un nivel
normal.
Diferentes formas de psicoterapia, incluyendo individuales, grupales y
familiares, pueden ayudar a tratar las razones psicológicas de la enfermedad.
En la terapia familiar del modelo del Maudsley, los padres de adolescentes con
anorexia nerviosa asumen la responsabilidad de alimentar a sus hijos. Este
enfoque parece ser muy efectivo cuando se trata de ayudar a una persona con
anorexia nerviosa a subir de peso y mejorar sus hábitos alimenticios y sus
estados de ánimo. Al quedar su efectividad demostrada en estudios de casos y
ensayos clínicos, este enfoque del Maudsley de la terapia familiar se discute en
algunos estudios y directrices destinados al tratamiento de los trastornos de la
alimentación en pacientes jóvenes no crónicos. Otra investigación demostró
que el tratamiento combinado de atención médica y psicoterapia de apoyo
diseñado especialmente para pacientes con anorexia nerviosa es más efectivo
que la psicoterapia sola. Aunque en todos los casos, la efectividad del
tratamiento depende de la persona involucrada y de su situación.
Desafortunadamente, no existe una psicoterapia específica que sea
invariablemente efectiva para tratar a adultos que padecen anorexia nerviosa.
No obstante, las investigaciones sobre nuevos enfoques de tratamiento y
prevención parecen prometedoras. Un estudio indica que un programa de
intervención por Internet puede evitar que algunas mujeres en riesgo
desarrollen un trastorno de la alimentación. Además, un tratamiento
especializado para la anorexia nerviosa puede reducir los riesgos de muerte.
Tratando la bulimia nerviosa
Al igual que con la anorexia nerviosa, el tratamiento de la bulimia nerviosa
implica una combinación de opciones y depende de las necesidades del
individuo. Para disminuir o eliminar el comportamiento de atracones y purgas,
es probable que el paciente reciba asesoramiento nutricional y psicoterapia, en
especial la terapia cognitiva-conductual (TCC), o que se le recete algún
medicamento. TCC ayuda a una persona a concentrarse en sus problemas
actuales y cómo resolverlos. El terapeuta ayuda al paciente a aprender a
identificar los patrones de pensamientos distorsionados o inútiles, reconocer y
cambiar las creencias erróneas, relacionarse con los demás de forma más
positiva, y, en consecuencia, cambia los comportamientos. LA TCC que fue
adaptada para tratar la bulimia nerviosa también demostró ser efectiva para
cambiar el comportamiento de atracones y purgas así como los hábitos
alimenticios. La terapia puede ser individual o grupal.
Algunos antidepresivos, como la fluoxetina (Prozac), que es el único
medicamento aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos
(FDA) de los Estados Unidos para tratar la bulimia nerviosa, pueden ayudar a
pacientes que también sufren depresión y/o ansiedad. Asimismo, la fluoxetina
parece ayudar a disminuir el comportamiento de atracones y purgas, reducir la
posibilidad de una recaída y mejorar los hábitos alimenticios
Las complicaciones de la Anorexia y Bulimia Nerviosa más importantes son:
Consecuencias fisiológicas
Desnutrición y deshidratación.
Alteraciones renales
Estreñimiento
Erosión del esmalte dental y caries
Perforación del esófago.
Alteraciones cardiovasculares
Anemias
Descalcificación ósea y fracturas
Calambres musculares
Piel seca y quebradiza,
Lanugo (vello corporal)
Neumonía.
Ausencia de la menstruación.
Detención del desarrollo hormonal
Disminución del tamaño del corazón
Atrofia cortical
Hernia de hiato
Fatiga
Consecuencias psicológicas
Depresión
Ansiedad
Irritabilidad
Dificultad para conciliar el sueño
Problemas de concentración
Autoestima muy baja
La valoración personal depende totalmente del peso y la silueta.
Pensamientos negativos hacia el cuerpo
Creencias erróneas sobre el cuerpo, el peso y los alimentos
Cambios bruscos de personalidad
Tendencia al aislamiento
Problemas de relaciones interpersonales
Trastorno por atracón
Con el trastorno por atracón una persona pierde el control sobre su
alimentación. A diferencia de la bulimia nerviosa, a los episodios de atracones
no les siguen comportamientos como purgas, exceso de ejercicios o ayunos.
Por esta razón, las personas con trastorno por atracón a menudo tienen
sobrepeso o son obesas. Las personas con trastorno por atracones que son
obesas tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares o
presión arterial elevada.9 También experimentan un sentimiento de culpa,
vergüenza y/o angustia por tal comportamiento, lo que puede llevar a más
atracones.
La importancia de la Imagen Corporal:
Una de las características más importantes de la Anorexia y la Bulimia
Nerviosa, es la ALTERACIÓN DE LA IMAGEN CORPORAL. La imagen
corporal es la representación mental de nuestro cuerpo, es la forma en que nos
vemos o pensamos sobre nuestro cuerpo y la forma en que creemos que los
demás nos ven. Es un factor determinante en el inicio, mantenimiento y las
posteriores recaídas que se producen en estos trastornos.
En la anorexia y la bulimia, la alteración de la Imagen corporal se puede
apreciar en los siguientes síntomas:
-Gran insatisfacción con el cuerpo, que se manifiesta en un rechazo del mismo.
-Negación de la delgadez, aunque la persona esté en un peso extremadamente
bajo.
-Continuos comentarios y quejas de que uno está “gordo”, aunque tenga un
peso por debajo de su peso saludable.
-Emociones y reacciones negativas sobre su cuerpo.
-Quejas por defectos en el cuerpo, aunque sean inapreciables para el resto de
personas que conviven con el paciente.
-“Ver” el tamaño de zonas de su cuerpo más grandes de lo que son.
-Evitación de situaciones en las que se tenga que mostrar alguna parte del
cuerpo (ponerse el bañador o un pantalón corto, un traje con tirantes, mostrar
alguna parte de su cuerpo, etc.).
-Esconder o disimular partes del cuerpo.
-Baja autoestima, la cual depende totalmente del peso que tengan ese día, por
lo que se va perdiendo el interés por cosas o actividades con las que antes
disfrutaba.
Tratando el trastorno por atracón
Las opciones para tratar el trastorno por atracón son similares a aquellas
utilizadas para tratar la bulimia nerviosa. La psicoterapia, en especial la TCC
adaptada al individuo, ha demostrado ser efectiva. Nuevamente, este tipo de
terapia puede ofrecerse de manera individual o grupal.
Finalmente, la fluoxetina (Prozac), y otros antidepresivos pueden reducir los
episodios de atracones y ayudar a aliviar la depresión en algunos pacientes.
PROGRAMA DE TRATAMIENTO PARA LOS TRASTORNOS
ALIMENTARIOS
El programa de tratamiento que llevamos a cabo para los Trastornos
Alimentarios tiene los siguientes componentes:
1. -Establecer un patrón de alimentación regular.
2. -Eliminación de atracones, vómitos y el abuso de laxantes y diuréticos.
3. -Normalización de los hábitos alimentarios, introducción de unos patrones de
alimentación equilibrados.
4. -Tratamiento psicológico de las creencias y pensamientos irracionales, hacia
el cuerpo y el peso, así como de las conductas que mantienen el problema.
5. -Tratamiento de la Insatisfacción con el cuerpo y mejora de la Imagen
Corporal.
6. -Tratamiento de las distorsiones de la Imagen Corporal mediante una
aplicación de Realidad Virtual.
¿Cómo afectan a los hombres?
Al igual que las mujeres que sufren de trastornos de la alimentación, los
hombres tienen una imagen corporal distorsionada. Para algunos, los síntomas
son similares a los observados en las mujeres. En otros, el inicio puede estar
marcado por una dismorfia muscular, un tipo de trastorno que se caracteriza
por una preocupación extrema por aumentar la masa muscular. A diferencia de
las mujeres con trastornos de la alimentación, que en la mayoría de los casos
lo único que quieren es perder peso, algunos de los hombres con dismorfia
muscular se ven más pequeños de lo que en realidad son y quieren engordar o
desarrollar más músculos. Los niños y los hombres corren un riesgo mayor de
usar esteroides u otros fármacos peligrosos con el objetivo de aumentar la
masa muscular.26
Aunque los hombres con trastornos de la alimentación presentan los mismos
síntomas que las mujeres, es menos probable que se les diagnostique con lo
que generalmente se considera un trastorno “femenino”. Se debe investigar
más para comprender mejor las características individuales de estos trastornos
en los hombres.
¿Qué se está haciendo para comprender y tratar mejor los trastornos de la
alimentación?
Los investigadores están encontrando que los trastornos de la alimentación son
el resultado de una compleja combinación de factores genéticos, biológicos,
psicológicos y sociales, pero todavía hay muchas preguntas sin respuestas.
Los investigadores están utilizando lo último en tecnología y ciencia para
comprender mejor los trastornos de la alimentación.
Una de las propuestas implica el estudio de la genética humana. Los
investigadores estudian diferentes combinaciones genéticas para determinar si
alguna variación en el ADN se asocia con el riesgo de desarrollar un trastorno
de la alimentación.
Los estudios de neuroimágenes también permiten comprender mejor los
trastornos de la alimentación y descubrir posibles tratamientos. Además, un
estudio demostró que existen diferentes patrones en la actividad cerebral de
mujeres con bulimia nerviosa en comparación con mujeres sanas. Asimismo,
con la resonancia magnética funcional (RMf), los investigadores pueden ver las
diferencias en la actividad cerebral mientras las mujeres realizan una tarea que
implica autorregulación. (Una tarea que requiere la superación a una respuesta
automática o impulsiva).
También se están estudiando las intervenciones de psicoterapia. Un estudio en
adolescentes detectó que más adolescentes con bulimia nerviosa se
recuperaron después de recibir el tratamiento familiar del modelo del Maudsley
que aquellos que recibieron psicoterapia de apoyo, que no trataba el trastorno
de la alimentación en particular.
Los investigadores están estudiando las preguntas sobre el comportamiento, la
genética y la función del cerebro para comprender mejor los factores de riesgo,
identificar los marcadores biológicos, y desarrollar las psicoterapias específicas
y medicamentos que pueden apuntar a áreas del cerebro que controlan la
conducta alimentaria. Además, los estudios de neuroimágenes y genéticos
pueden brindar pistas sobre cómo cada persona puede responder a
tratamientos específicos para estas enfermedades médicas.
PREVENCIÓN DE LOS TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
ALIMENTARIO
Los trastornos del comportamiento alimentario han llegado a ser una
preocupación
De Salud Pública en todos los países occidentalizados, por lo que se han
sugerido programas de educación para prevenir el desarrollo de estas
conductas y promover prácticas saludables de alimentación en niños y
adolescentes.
La prevención de los TCA es necesaria y dificultosa por tratarse de
adolescentes en los que es fácil crear necesidades e inducir al consumo. Es
difícil diferenciar entre información preventiva y propagación de conductas. Las
intervenciones preventivas que tienen como base el sistema escolar podrían
incrementar los riesgos y producir más daños que beneficios. Dichas
intervenciones deben ser cuidadosamente diseñadas, realizados por
profesionales adecuados y coordinados por las instituciones con el fin de
unificar criterios.
Cuatro son los factores que hacen necesario pensar en términos de programas
de Prevención en los TCA en adolescentes:
· Los datos de prevalencia e incidencia. Señalan hacia un posible incremento
sostenido en las últimas dos décadas de prevalencia, hasta afectar una parte
significativa de la población femenina en un continuo que va desde la
normalidad a la población de riesgo y de ella a quienes padecen síndromes
parciales que en porcentaje importante termina encuadros completos.
· La gravedad de las patologías y su impacto sobre las familias. Los TCAcursan
con severa comorbilidad médica y psiquiátrica. En la AN la mortalidad es
cercana al 5% y una tendencia a la cronicidad que en algunas series supera el
20-30%. El impacto sobre todos los miembros del grupo familiar es intenso y
prolongado, favoreciendo el desarrollo de nueva patología alimentaria en las
hermanas.
· El mejor conocimiento de la población de riesgo. La mujer joven, la
adolescente, aquella que hace dieta para adelgazar, (la principal conducta de
riesgo), más aun, si realiza otras actividades de riesgo y se le suman
elementos desencadenantes que condicionan un estado emocional negativo.
· Patologías contagiosas. La enfermedad parece trasmitirse entre las niñas,
actuando algunas de ellas como vectores y pone a prueba la capacidad dela
familia para cortar el circuito de propagación adolescente. La enorme presión
social para adelgazar y huir de la obesidad actúa como factor patogénico
permanente.
Prevención Primaria
Los esfuerzos realizados en prevención primaria en diferentes grupos de edad
Y población de riesgo, han producido resultados limitados. Como base de
Actuación:
· Tener en cuenta los factores del desarrollo a lo largo de las diferentes etapas
de la vida.
· Utilizar estrategias que impliquen algo más que mera información,
promoviendo prácticas de alimentación saludables y hábitos físicos adecuados.
El pediatra es el primer profesional que entra en contacto con el niño y su
Familia, y puede marcar las pautas de alimentación y sueño que indirectamente
Protegerá de los TCA, aconsejando:
a) Cuidado y estímulo de la alimentación natural o lactancia materna.
b) Cuidado y manejo de las alteraciones de la interacción madre-hijo que
surgen de la dificultad para alimentarlo o se expresan como problemas
alimentarios.
c) Trabajo conjunto con el psidopsiquiatra o psicólogo infantil en las anorexias
de la infancia.
d) Atención a la modulación del apetito, ingestión de alimentos y búsqueda de
saciedad en niños voraces y comedores emocionales.
e) Seguimiento de la interacción vincular y conducta alimentaria en niños hijos
de pacientes con TCA.
f) Seguimiento de las niñas con desarrollo precoz y aparente súper autonomía,
modulando el refuerzo indiscriminado de los padres y su tentación de
inscribirlas en mil actividades en lugar de estar con ellas.
g) Enseñar un uso saludable de la televisión.
h) Atender a la adolescente en su desarrollo y maduración sexual. Es
conveniente hacer un seguimiento del proceso puberal con visitas semestrales
que incluyan exploración física, antropometría y explicación de los cambios
físicos y mentales. Si es posible, algunas indicaciones en lo referente a: sueño,
alimentación, ejercicio físico, y formas saludables de vestir.
i) Cuidado especial de las niñas que tienen la menarquía estando un poco
gorditas, realizando visitas trimestrales y con indicaciones claras en
alimentación, ejercicio y entrenamiento en autoestima y habilidades sociales.
Algunas intervenciones en el desarrollo psicosocial mejoran el funcionamiento
vincular y las conductas de apego, y secundariamente, protegen de los TCA
enlosa programas de desarrollo y crecimiento del niño sano.
Se deben trasmitir los mensajes de:
· La alimentación infantil es algo más que el mero balance
calóricoproteicocorrecto.
· Introducir el aspecto relacional, interactivo y cultural en las consultas por
alimentación, desde la etapa de bebés.
· Evitar las normas rígidas en torno a la alimentación infantil, (horarios, dieta
estricta, etc.), con el fin de favorecer la interacción.
· Huir de los alarmismos y exageraciones (anemias, raquitismos, etc.)Ante
cualquier rechazo alimenticio.
· No amenazar ni a la madre/padre ni al niño/a. Tolerar las desviaciones
culturales y corregirlas con suavidad, con el fin de conseguir la colaboración.
· Escuchar y contener las ansiedades de las familias en torno a la alimentación.
El desarrollo de la función materna está muy ligado a la alimentación, ya que la
madre es la que compra los alimentos, los prepara, cocina o distribuye,
empleando buena parte de su tiempo y sus energías en este menester.
· Evitar tópicos y fórmulas hechas en torno a la alimentación, individualizar lo
más posible, con el fin de que se contextualicen nuestras orientaciones.
· Regular racionalmente la composición y duración de cada comida y la
distribución de ella (p. ej. evitar las comidas interminables, cancelar la tentación
de dejar para otra hora lo que no quiera, etc.).
· Señalar que los caprichos alimenticios son efecto de la comodidad de las
familias y fuente de obtención de beneficios secundarios para los niños/as; es
decir, el gusto alimenticio es educable.
· Los domicilios familiares no deben ser ni restaurantes (no se come a lacarta),
ni las madres son cocineras (aunque hagan la comida, pero sólo una y para
todos, al menos a partir de determinada edad).
· Evitar las fijaciones alimentarias (p. ej. señalar que cada etapa en la infancia
tiene unas características y los componentes regresivos como biberón, papillas,
dar de comer, etc. son sólo de las primeras etapas del desarrollo humano).
· El acto de la comida no debe ser un martirio (evitar el martilleo y la vivencia
de suplicio tanto en las madres como en los niños/as, huir delos chantajes
afectivos, la comida no es recorrer pasillos tras el niño, evitar la televisión).
· Dar tiempo al niño/a y darse tiempo para los cambios y acomodaciones (p. ej.
el apetito no tiene por qué ser constante y puede que exista alguna época con
más o menos apetito, valorar las épocas de mayor tensión como son los
exámenes u otro tipo de variaciones por pequeñas que nos parezcan a los
adultos como cambio de casa, colegio o compañeros.
· No iniciar el tratamiento farmacológico de entrada ante cualquier trastorno de
alimentación (p. ej. evitar los estimulantes del apetito, o los polivitamínicos de
complacencia).
A los niños se les debe:
· Enseñar a aceptar un amplio rango de siluetas corporales.
· Guiar el desarrollo de intereses y habilidades tendentes al éxito sin basarse
en su imagen corporal.
· Enseñar alimentación saludable y hábitos de ejercicio, enfatizándolos efectos
negativos de las dietas.
· Enseñar modos de resistir bromas sobre su peso o las presiones para
ponerse a dieta.
· Informar sobre los distintos aspectos del desarrollo, para aliviar ansiedades
sobre la pubertad y enfatizando que la ganancia de peso es normal y necesaria
en el desarrollo.
En la adolescencia temprana, entre los 11 y 13 años, la mayoría de las chicas
están insatisfechas con sus cuerpos y quieren adelgazar. Surgen actitudes y
conductas alimentarias no saludables qué van a ir aumentando, por lo que este
periodo es crítico para la prevención.
Se debe trabajar sobre el desarrollo puberal. La maduración temprana es un
factor de riesgo provocando mayor insatisfacción con el peso y el incremento
de la independencia, y se puede actuar sobre los siguientes puntos:
· Los padres y sus hijos necesitan comprender y aceptar el aumento de la
necesidad de independencia.
· Informar sobre los cambios de la pubertad, incremento de la grasa corporal
como algo normal y sobre los componentes psicosociales (relaciones con
chicos, problemas con los padres).
· Aprender a afrontar las burlas de los otros con entrenamiento asertivo.
· Relajación para regular emociones.
· Educar sobre conductas inadecuadas para afrontar las emociones, incluyendo
el uso de comida, drogas y alcohol.
· Entrenar en habilidades de manejo del tiempo, para resistir presiones
académicas.
· Proporcionar información comprensible sobre alimentación saludable y
ejercicio físico, efectos de las restricciones y dietas crónicas, y peligros físicos y
psicológicos de las pérdidas drásticas de peso.
En la adolescencia media, entre 13 y 16 años, existe más evidencia sobre
dietas, vómitos provocados, uso de laxantes y diuréticos, atracones,
sentimientos de sobrepeso e insatisfacción dela imagen corporal, que precisan
intervenciones preventivas seleccionando a la población de mayor riesgo. Son
importantes los déficit de autoestima, los problemas de autocontrol y la
regulación emocional. También la elección de estudios o carrera y el
surgimiento del ideal de “súper mujer”.
Las estrategias preventivas deben atender a la alimentación, la autorregulación
y las relaciones con los iguales utilizando:
· Estrategias cognitivo-conductuales para el manejo de emociones, ayudando a
establecer conexiones entre emociones y uso de alimentos o sustancias para
evaluar alternativas saludables en el manejo del afecto negativo.
· Cuestionar y discutir los valores personales, con ejercicios que faciliten una
autovaloración diferente al éxito académico o profesional.
· Las imágenes de mujeres en medios de comunicación puede usarse como
punto de partida para discutir el papel femenino. Se pueden usar ejercicios,
fotos, dibujos o simular pasarelas, para mejorar la imagen corporal.
· Discusión y confrontación con habilidades de resolución de problemas para
conseguir soluciones constructivas frente a las dificultades de relación entre
padres e hijos.
En la adolescencia tardía, de 17 a 20 años, las áreas a trabajar son:
· Aumento de la independencia y de las relaciones de grupo. Son importantes
las bromas y burlas sobre el peso y más para las que están algo obesas.
También aumentan las citas y la importancia del atractivo para el otro sexo.
· Logro de un sentimiento integrado del “yo”.
En los jóvenes de 21 a 25 años con trastornos alimentarios solemos encontrar
excelentes habilidades para desarrollar relación es que parecen sinceras, pero
que realmente están vacías. Las que valoran el éxito intelectual y profesional
pero no el ser esposa o ama de casa tienen doble probabilidad de atiborrarse
incontroladamente de comida o bien intentar controlar su peso con laxantes,
diuréticos o provocándose vómitos.
Pueden ser factores de riesgo:
· Cambios frecuentes de relaciones, trabajo o domicilio.
· Vivir en un colegio mayor por la competitividad en los logros o las citas.
· Participar en deportes de competición.
Como estrategias preventivas pueden servir:
· Educar en grupos centrándose en el crecimiento de la relación espera evitar
el aislamiento.
· Manejar el estrés generado por los cambios y los diferentes roles.
· Presentaciones educativas en colegios mayores o similar, sobre factores de
riesgo y el efecto contagioso de las dietas y los atracones, así como enseñar a
manejar situaciones cuando se observan estas conductas.
· Prevenir entre atletas con discusiones sobre factores de alto riesgo, manejo
del estrés, así como cuidar los comentarios personales sobre tallas por
entrenadores, padres o compañeros.
En los mayores de 25 años, entre los factores de riesgo, aparte los ya
comentados como burlas y bromas sobre silueta o peso, estrés por los estudios
o trabajo y los problemas familiares, se pueden añadir problemas maritales,
muerte del esposo o padres, nacimiento de un hijo, rupturas matrimoniales o
temor a envejecer.
Las estrategias preventivas se dirigen a:
· Informar sobre los mecanismos de “pesimismo”, como una forma de prejuicio
similar al racismo y al sexismo.
· Crear grupos de mujeres que exploren los efectos de los conflictos del rol
femenino sobre la salud.
Prevención secundaria
Hasta el presente, parece ser éste el nivel preferente al que se han dirigido los
esfuerzos, siendo posible reducir el tiempo que media entre la aparición del
trastorno y la puesta en marcha de un tratamiento eficaz con de las siguientes
estrategias:
· Formación adecuada de diferentes colectivos de profesionales que pueden
estar en contacto con la población de riesgo y actuar como elementos de
detección de los TCA (maestros, profesores, psicólogos escolares,
farmacéuticos, etc.).
· Formación adecuada de los médicos de atención primaria, para quesean
capaces de diagnosticar lo más precozmente posible, y, en consecuencia,
tratar o derivar los casos que llegan a sus consultas.
· Desarrollo de los dispositivos asistenciales necesarios en el segundo y tercer
nivel para proporcionar un tratamiento adecuado a los casos que han sido
identificados.
Prevención terciaria
Como se ha señalado anteriormente, un tratamiento rápido y adecuado es el
elemento principal capaz de reducir la aparición de secuelas asociadas a los
TCA y evitar la cronificación de los pacientes.
El curso natural de los TCA es variable pero como media se demora 4-5 años,
llegando a la recuperación en aproximadamente el 65% de los casos. El trabajo
interdisciplinario entre médicos de cabecera, pediatras, psiquiatras y unidades
de hospitalización:
· Favorece la continuidad del tratamiento.
· Disminuye las hospitalizaciones.
· Reduce la estancia media.
· Actúa sobre los factores que provocan o mantienen el cuadro.
· Evalúan las necesidades asistenciales.
Por otra parte, el desarrollo de dispositivos capaces de seguir la evolución
delos mismos, de proporcionar tratamientos a largo plazo y de brindar el apoyo
social necesario es imprescindible de cara a reducir la discapacidad futura.
ESTUDIO INTERNACIONAL
Prevalencia de riesgo de trastornos alimentarios en adolescentes mujeres
escolares de la Región Metropolitana
1. Pediatra. Departamento de Pediatría, Pontificia Universidad Católica de
Chile.
2. Psicóloga. Pontificia Universidad Católica de Chile.
3. Pediatra. Departamento de Salud Pública, Pontificia Universidad Católica de
Chile. Santiago, Chile
Resumen
Introducción: Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) en adolescentes
son un serio problema de salud pública que ha ido en aumento con sustancial
morbilidad y mortalidad. Es importante una detección precoz, ya que el inicio de
tratamiento temprano mejora la respuesta y el pronóstico. Objetivo: Cuantificar
la prevalencia de riesgo de TCA en adolescentes mujeres de la Región
Metropolitana (RM) y evidenciar si existen diferencias de prevalencia por
grupos de edad y nivel socioeconómico (NSE), identificando el impacto de los
rasgos psicológicos reforzadores en ellas. Pacientes y Método: Se aplicó el
instrumento EDI-2 a un total de 1 610 escolares, entre 11 y 19 años. La
muestra fue no probabilística, y se extrajo de 9 establecimientos educacionales
de la RM, pertenecientes a comunas de distintos NSE elegidos por
conveniencia. El punto de corte para considerar riesgo de TCA utilizado fue
mayor o igual a 110. Resultados: Se analizaron 1 050 encuestas. El 8,3% de la
población adolescente escolar presentó riesgo para TCA. Hubo una mayor
prevalencia de riesgo de TCA en aquellos colegios pertenecientes a comunas
de menores ingresos: bajo (11,3%), medio (8,3%) y alto (5,1%). Esta diferencia
fue estadísticamente significativa (p < 0,02). Hubo una tendencia de mayor
proporción de adolescentes con riesgo de TCA en el grupo 12 años o menos
(10,3%), entre los 13 y 15 años (8,6%), y 7,4% para las de más de 16 años. (p
< 0,575) las tres primeras escalas, (DT) Obsesión por la Delgadez (14,6 vs
6,3), (B) Bulimia (6,1 vs 1,8) y (BD) Insatisfacción Imagen Corporal (17,2 vs
7,7) discriminan el grupo de riesgo de desarrollar TCA. En las 8 escalas
restantes se evidencian los rasgos reforzadores del TCA. Conclusiones: 1) El
riesgo de prevalencia de TCA en población adolescente femenina escolar entre
11 y 19 años en la RM fue del 8,3%; 2) Hubo una mayor prevalencia de riesgo
de TCA en colegios de NSE bajo (11,3%), (p < 0,02); 3) Existe una tendencia
preocupante de que el grupo etario de mayor riesgo sea el de menor edad, a
pesar de no ser estadísticamente significativo; 4) Las tres primeras escalas del
EDI-2, DT, B y BD discriminan el grupo de riesgo de desarrollar trastornos de
conducta alimentaria; 5) Creemos que la utilización de este test de screening
(trastornos conducta alimentaria, adolescentes, anorexia, bulimia, factores de
riesgo).es de gran utilidad en la detección de grupos de riesgo y deben ser
aplicados por profesionales experimentados y a poblaciones específicas en
estudio.
Background: Adolescent eating disorders (ED) are a serious public health
problem rising with morbidity and mortality. It is important a quick detection,
since an early beginning of treatment improves the prognosis and results.
Objective: To quantify the risk prevalence of ED in female adolescents of the
Metropolitan Region (MR), and evidence differences by groups of age and socio
economical level (SEL). To identify the impact of the psychological
characteristics that reinforce them. Patients and Methods: The EDI-2 test was
applied to a total of 1610 female students between 11 and 19 years old. The
sample was not random and was extracted from 9 schools chosen by
convenience, located in areas of different SEL in the MR. The threshold used to
consider risk of ED was > 110. Results: 1 050 surveys were analyzed. 8,3% of
the adolescent school population presented risk factors for ED. A higher risk of
ED was found in schools located in low-income areas (11,3%), middle-income
(8,3%) and high-income (5,1%). These differences were statistically significant
(p < 0,02). A tendency to a greater proportion of adolescents at risk of ED was
shown in the group of girls 12 years old or younger (10,3%), while those
between 13 and 15 years old presented 8,6%, and 7,4% for those older than 16
(p < 0,575). The three first scores, (DT) Drive for Thinness (14,6 vs 6,3), (B)
Bulimia (6,1 vs 1,8) and (BD) Body Dissatisfaction (17,2 vs 7,7) discriminate the
high-risk group to develop ED. The eight remaining scores show traces of
personality that reinforce eating disorders. Conclusions: 1) The study concludes
that prevalence of risk for ED in the screened population was 8,3%; 2) The
prevalence of risk for ED was greater in the low-income socioeconomic level
(11,3%) (p < 0,02); 3) Despite not being statistically significant, the observed
tendency is that the group at greater risk is the one of younger age,
recommending a future evaluation; 4) The results confirm that the three first
scores of the test EDI-2 distinguish the group at highest risk of developing an
ED; 5) We believe that the use of this screening test routinely in adolescent
population will be fundamental for an early detection of ED when applicated by
experienced professionals on specific populations under study.
INTRODUCCIÓN
En la práctica clínica, tanto pública como privada, los profesionales de la salud
hemos podido constatar que los trastornos de alimentación han llegado a
constituir un problema de creciente importancia en poblaciones jóvenes. El
número de casos que se diagnostica y trata es cada vez mayor, y si sumamos
a esto el hecho que el diagnóstico se realiza en etapas avanzadas de la
enfermedad, cuando el trastorno alimentario está instalado con sus
consecuentes complicaciones médicas, el panorama es menos alentador. Los
trastornos de conducta alimentaria tienen repercusiones graves: requieren de
un tratamiento largo y complejo, se cronifican en buena parte de los casos,
conllevan un gran sufrimiento personal y familiar y pueden dar lugar a la
muerte1,7,12.
Los adolescentes son el segmento de la población con mayor vulnerabilidad
debido a que están en proceso de construcción de su identidad y no poseen
aún criterios y valores propios que les permitan escapar a la presión de los
modelos estéticos vigentes, uno de los factores asociados a la búsqueda de un
cuerpo cada vez más delgado3,5,24.
Para realizar el diagnóstico de un trastorno de conducta alimentaria se requiere
un alto índice de sospecha por parte del clínico, lo que en conjunto con una
anamnesis acuciosa, ayuda a evitar el retraso del diagnóstico. Es sabido que el
comienzo de este tipo de patología suele ser insidioso y con frecuencia pasa
desapercibido a la familia o al sistema escolar. De aquí la importancia de una
detección temprana, antes que el trastorno se instale con sus consecuentes
complicaciones médicas, ya que el inicio de tratamiento temprano mejora la
respuesta y el pronóstico.
Para la identificación de los grupos de riesgo se han utilizado distintos
cuestionarios de screening, como el EDI (Eating Disorder Inventory). Este
último, es el instrumento estandarizado de auto aplicación más utilizado tanto
en USA como en otros países13,14. El test EDI- 2 ha sido adaptado para su
utilización en población femenina chilena, de 12 a 21 años, por Cárcamo,
Sciaraffia y Rider durante el año 2003 como parte de su proyecto de título6.
Nuestra investigación pretende conocer la prevalencia de los trastornos
alimentarios en escolares adolescentes chilenas de la región metropolitana y
evidenciar si existen diferencias de prevalencia por grupos de edad y/o nivel
socioeconómico, identificando el impacto de los rasgos psicológicos
reforzadores en ellas.
Los resultados permitirán alertar a los profesionales de la salud de los factores
de riesgo y signos y síntomas de estos trastornos, a fin de realizar un
diagnóstico precoz y un manejo adecuado y desde la perspectiva de la salud
pública esta investigación sentará las bases para el diseño e implementación
de intervenciones preventivas acordes a nuestra realidad.
PACIENTES Y MÉTODO
Definición conceptual y operacional de las variables
- Riesgo de trastorno alimentario: Probabilidad de padecer una patología
alimentaria (anorexia, bulimia o trastorno de conducta alimentaria no
especificado). éste se evalúa por la presencia de un excesivo miedo a
engordar, la insatisfacción con el cuerpo, la tendencia a tener pensamientos o
darse atracones incontrolables de comida, acompañado de rasgos psicológicos
reforzadores tanto personales (perfeccionismo, conciencia introceptiva, miedo a
la madurez, ascetismo e impulsividad) como interpersonales (ineficacia,
desconfianza interpersonal e inseguridad social). En términos operacionales, se
definió como riesgo de trastorno alimentario la obtención de un puntaje mayor o
igual a 110 puntos, equivalente al percentil 85 en el test EDI-2, según los
estándares (baremos) para la población española de la escala EDI-2 del autor
de este instrumento. Se obtuvo, así, dos niveles: 1) Ausencia de trastorno
alimentario: Puntajes menores al percentil 85 y 2) Riesgo de padecer trastorno
alimentario: puntajes mayores o iguales al percentil 85.
- Adolescencia operacionalmente se dividió en tres niveles: Temprana para
aquellas adolescentes cuyas edades fluctuaron entre los 10 a 12 años, media
entre los 13 a 15 años y tardía entre los 16 a 19 años.
- Nivel socioeconómico: No se utilizó el instrumento clásico (Escala de Graffar,
para no modificar la estructura del cuestionario EDI-2). Se aproximó NSE con el
costo de la mensualidad de matrícula y la comuna del establecimiento
educacional:
Nivel socioeconómico Alto: Colegios con mensualidad superior a $ 200.000 por
alumno, ubicados en el sector oriente de Santiago y consensualmente
reconocidos en este segmento.
Nivel socioeconómico Medio: Colegios con mensualidad entre $ 0 y $ 200.000
por alumno ubicados en distintas comunas de la Región Metropolitana, y
consensualmente reconocidos en este segmento.
Nivel socioeconómico Bajo: Colegios gratuitos ubicados en la periferia de la
ciudad de Santiago.
Tipo de estudio y selección de la muestra
Nuestro estudio fue de tipo exploratorio descriptivo, con una medición única, el
que contó con una muestra intencional de 1.610 adolescentes escolares
mujeres, entre 11 y 19 años, de 3 colegios de la RM pertenecientes a cada uno
de los NSE definidos previamente. A toda la muestra se aplicó el instrumento
EDI-2 para medir la prevalencia de trastornos de la conducta alimentaria.
El cálculo del tamaño muestral se realizó considerando la prevalencia de
trastorno alimentario inferior a 20% y que se quiso estimar con un margen de
error inferior a 2,5 puntos porcentuales (es decir, si la prevalencia real bordea
el 20%, entonces se quiere una estimación entre 17,5 y 22,5%), con una
confianza estadística de 95%, el tamaño muestral mínimo necesario es de 982
casos. Previendo que por las características del test y la muestra un número
importante de encuestas pudieran ser invalidadas, se aumentó el n de la
muestra a 1.610 adolescentes escolares de séptimo a cuarto medio, cuyas
edades fluctuaron entre 11 y 19 años. De éstas, 454 correspondieron al NSE
alto, 613 al nivel medio y 543 al NSE bajo.
Nuestra muestra fue no probabilística, y se extrajo de nueve establecimientos
educacionales con los cuales se tuvo contacto previo, lo que facilitó el tener los
permisos correspondientes para la aplicación de nuestro instrumento.
Descripción del instrumento
Se utilizó el test EDI-2, el que es un instrumento de auto informe utilizado para
evaluar los síntomas que normalmente acompañan a la anorexia nerviosa (AN)
y la bulimia nerviosa (BN). El EDI-2 incluye tres escalas que evalúan actitudes
y conductas relacionadas con la comida, el peso y el tipo (obsesión por la
delgadez (DT), bulimia (B) e insatisfacción corporal (BD)) y otras ocho más
generales referidas a constructos organizativos o rasgos psicológicos que son
clínicamente relevantes en el caso de los trastornos de conducta alimentaria
(ineficacia, perfeccionismo, desconfianza interpersonal, conciencia introceptiva
y miedo a la madurez)14.
El EDI-2 ha sido estandarizado en USA y España14,14. Fuera del ámbito clínico,
el EDI-2 representa una forma rápida y económica de detectar sujetos que
presentan trastornos de la conducta alimentaria "subclínicos" o que tienen
riesgo de desarrollar en el futuro este tipo de conductas. Cada escala presenta
una puntuación continua y cuanto mayor sea la puntuación obtenida, mayor
será la manifestación del rasgo evaluado. Está compuesto de 91 preguntas, a
las que se contesta en una escala de 6 puntos y en la que los sujetos deben
indicar si cada situación les ocurre "nunca", "pocas veces", "a veces", "a
menudo", "casi siempre" o "siempre".
Procedimientos
A pesar de que el EDI-2 aplicado fue adaptado por Cárcamo y otros6, previo a
su aplicación, este test fue sometido al juicio de expertos para la validez de las
preguntas y para evaluar sus fortalezas y debilidades en la utilización con
población adolescente escolar chilena, especialmente en lo referido a lenguaje.
Las alumnas seleccionadas recibieron las instrucciones para contestar la
prueba en sus respectivas aulas. Se solicitó el consentimiento informado de las
adolescentes para la participación en el estudio. El cuestionario EDI-2 fue auto-
aplicado y supervisado por los responsables de la investigación. No se
consideró los datos de una escala cuando se dejó sin contestar más de un
elemento de ella.
En las adolescentes que se detectó la posibilidad de padecer un trastorno
alimentario, se informó a sus apoderados y fueron referidos a un centro de
salud para su manejo.
Para el análisis se utilizó el test chi-cuadrado para determinar la asociación
entre variables categóricas (comparación de porcentajes) y el test t-Student
para muestras independientes para la comparación de promedios. Todos los
análisis se hicieron usando el programa estadístico SPSS versión 13. Se
consideró significativo todo valor p inferior o igual a 0,05.
RESULTADOS
Se aplicó un total de 1.610 test EDI-2 a alumnas de séptimo a cuarto medio,
cuyas edades fluctuaron entre 11 y 19 años. De las 1.610 encuestas aplicadas
se invalidaron 560 por no haber sido respondidas en su totalidad, ya que para
ser válido el test EDI-2 exige 100% de respuestas contestadas. El porcentaje
de invalidación por tipo de colegio fue similar. La distribución de la muestra por
edad se puede ver en el figura 1.
Figura 1. Distribución de la
muestra por edad.
El análisis se efectuó sobre 1.050 encuestas, 297 del NSE alto, 434 del medio
y 319 del bajo. El promedio de edad fue de 15 años (14,98). En la tabla 1 se
observa que el 8,3% de la población adolescente escolar de la muestra (es
decir, 87 adolescentes de un total de 1.050), presentó un puntaje en el test
EDI-2 que la pone en riesgo de padecer un trastorno de la conducta alimentaria
(TCA).
Tabla 1: Riesgo de TCA en la muestra total
Respecto de la distribución por nivel socioeconómico (NSE), se evidencia que
el grupo que presenta una mayor población en riesgo es el NSE bajo con un
11,3%, le sigue el NSE medio con un 8,3%, y por último, el NSE alto muestra el
menor nivel de riesgo relativo de TCA con un 5,1%, lo que es estadísticamente
significativo (p < 0,02) (tabla 2).
El análisis de los resultados por grupos de edad muestra una tendencia de
mayor proporción de adolescentes con riesgo de TCA en el grupo de menor
edad (12 años o menos), quienes muestran una población en riesgo
equivalente al 10,3% de este segmento. El porcentaje de población en riesgo
disminuye gradualmente a medida que se avanza de edad, bajando a 8,6%
entre las adolescentes entre 13 y 15 años, y a 7,4% para las de más de 16
años. Sin embargo, estas diferencias no son estadísticamente significativas (p
< 0,575) (tabla 3).
Tabla 3: Distribución de riesgo de TCA según grupo etario
Tabla 2:
Frecuenci
Al analizar el comportamiento de las 11 escalas del Test EDI-2 se evidencia
claramente que las tres primeras escalas, DT, B Y BD discriminan el grupo de
riesgo de desarrollar trastornos de conducta alimentaria. Así para DT
(Obsesión por la delgadez) se observa un promedio de 14,67 en el grupo con
TCA y 6,3 en el grupo sin trastorno. En el caso de B (Bulimia) los promedios
son 6,16 y 1,88 respectivamente. Para BD (Insatisfacción corporal) son 17,25 y
7,73.
En el resto de las ocho escalas se evidencian los rasgos reforzadores del
trastorno de conducta alimentaria. En el caso de I (Ineficacia) el promedio para
TCA es de 12,72 versus 3,0 en el grupo sin TCA. Para P (Perfeccionismo) se
evidencia 9,55 versus 5,50 respectivamente. Para ID (Desconfianza
Interpersonal) el promedio para el grupo con TCA es 7,97 versus 3,5. En el
caso de IA (Conciencia Introceptiva) el promedio fue de 15,31 versus 5,28.
Para MF (Miedo a la Madurez) el promedio fue de 12,4 versus 7,57. Para A
(Ascetismo) los promedios fueron 10,93 versus 4,84. En el caso de IR
(Impulsividad) el promedio fue de 13,39 versus 3,88 y para SI (Inseguridad
Social) el promedio fue de 11,43 versus 3,76 (figura 2).
Figura 2.
Distribución
puntajes grupo
riesgo TCA
versus sin riesgo
en escalas test
EDI-2.
DISCUSIÓN
Los adolescentes son la población más susceptible a desarrollar trastornos de
la conducta alimentaria, cuyas manifestaciones dan cuenta de la presencia de
un continuum de desórdenes de la conducta alimentaria que va desde la
normalidad a situaciones patológicas. Los especialistas han intentado encontrar
puntos de corte que identifiquen individuos en riesgo, ya sea que tengan un
desorden sub clínico, un TCA no específico o TCA específicos clasificados de
acuerdo a su grado de severidad. El concepto actual de un espectro o
continuum de TCA fue introducido por primera vez por Andersen en 1983 y
luego por Polivy y Herman en 1987.
El objetivo de nuestro estudio fue contar con una cifra de prevalencia de riesgo
de trastorno de la conducta alimentaria representativo de nuestra realidad e
idiosincrasia; con este fin, tomamos la opción de adscribirnos a la tendencia
actual de considerar a todos los trastornos de la conducta alimentaria como
formando parte de una sola unidad nosológica.
Nuestra mayor dificultad al utilizar el test de tamizaje elegido, fue determinar los
puntos de corte para definir presencia de riesgo o no riesgo dentro de nuestra
población. Se revisaron diversas tesis realizadas en Chile, todas con un n
insuficiente o puntos de corte poco claros. Se comparó los puntos de corte
validados utilizados por baremos españoles aplicados a poblaciones con
características similares a las nuestras y se obtuvieron puntos de corte
similares. Se eligió un punto de corte que fuese lo más sensible y específico
posible (percentil 85).
Cuando se analizan las distintas cifras de prevalencia de TCA reportadas por
otras publicaciones se aprecia que muchas difieren, lo que es comprensible por
cuanto tanto la metodología como los test de screening utilizados y los puntos
de corte definidos varían notoriamente. Siguiendo las instrucciones del autor
del test logramos identificar los puntos de corte adecuados que corresponden a
un puntaje mayor o igual a 110 equivalentes al percentil 85 de los baremos
españoles con similares características a nuestra población estudiada.
Los resultados de nuestra investigación arrojan una cifra de prevalencia de
trastornos de la conducta alimentaria en adolescentes mujeres, similar a la
reportada por la literatura. El riesgo de trastorno de conducta alimentaria se
presentó en todos los niveles socioeconómicos. Sin embargo, la distribución de
este riesgo observada en nuestro estudio difiere de las cifras clásicamente
referidas, ya que evidenciamos que la probabilidad de una presencia de TCA
fue mayor en los colegios pertenecientes a comunas de NSE bajo (p < 0,02)
A partir de este hallazgo, consideramos que no es posible afirmar que los TCA
sean privativos de las clases más acomodadas, sino que más bien atraviesan
todos los niveles socioeconómicos, y que lo que muestra es la presencia de un
fenómeno ampliamente distribuido, que también afecta a países en vía de
desarrollo como el nuestro.
Esto confirma la necesidad de utilizar en forma más frecuente test de screening
que permitan detectar en forma precoz los TCA en sus primeras fases. Los
criterios del DSM- IV para los diagnósticos de la anorexia y la bulimia son tan
estrictos que si se siguen, éstos pueden realizarse cuando el cuadro ya está
instalado, lo cual agrava el pronóstico y el manejo terapéutico de los casos.
A pesar de que todos los puntajes en las distintas escalas del test EDI-2 fueron
más altas para la población en riesgo, destaca el hecho que estos puntajes
fuesen aún mayores para aquellos relativos a la insatisfacción con el propio
cuerpo, a la dificultad en el reconocimiento de las sensaciones viscerales
relacionadas con el hambre y la saciedad, y para la incapacidad de regular
apropiadamente los propios impulsos. Todos, síntomas de un pronóstico
preocupante en los trastornos de conducta alimentaria.
Si proyectamos el 8,3% de prevalencia encontrado a la población total
adolescente femenina chilena estimada en 1.346.819 (INE, 2001), se puede
concluir que el número de niñas con riesgo claro de contraer este problema
está en torno a los 112 mil casos.
Consideramos que una de las limitaciones de este estudio es que el segmento
de la población adolescente a explorar excluyó a aquellos que no están
insertos en el sistema escolar y a la población masculina. Los datos en las
últimas investigaciones internacionales indican que este último grupo es en el
que proporcionalmente ha habido un mayor incremento de estas patologías15.
Sin embargo, criterios de factibilidad y de accesibilidad pesaron para no
incluirlos, por cuanto habría implicado contar con una muestra que, para su
validez estadística, excedía las posibilidades reales de este estudio. Queda, sin
embargo, como una sugerencia de línea de investigación futura.
Otra limitación significativa de este trabajo fue no cotejar el EDI-2 con el gold
estándar para diagnosticar trastornos de conducta alimentaria, es decir, la
entrevista clínica y el examen físico. Esto se proyecta llevar a cabo en una
segunda etapa con la muestra clínica que resultó con riesgo de presentar TCA.
CONCLUSIONES
1. El riesgo de prevalencia de trastorno de conducta alimentaria en la
población estudiada es de 8,3%.
2. El riesgo de prevalencia de trastorno de conducta alimentaria es mayor en
los colegios pertenecientes a el nivel socioeconómico bajo con un 11,3%
(p < 0,02).
3. Al analizar el comportamiento de las 11 escalas del Test EDI-2 se
evidencia claramente que las tres primeras escalas, DT (14,6 vs 6,3) B
(6,1 vs 1,8) y BD (17,2 vs 7,7) discriminan el grupo de riesgo de desarrollar
trastornos de conducta alimentaria.
4. El test EDI-2 ha probado ser un buen instrumento para discriminar la
población en riesgo, útil y de bajo costo, debiendo ser aplicada por
personal entrenado.
METODOLOGIA
Participantes:
La probación total que fue utilizada en nuestra investigación fue de una
muestra total de 105 estudiantes del Instituto Liceo San Juan los cuales
pertenecían a primero & tercero de ciclo y primero de salud (carrera) que
oscilan entre las edades de 13, 14,15 & 16 años.
Instrumento:
Inventario de Trastornos de la Alimentación (Eating Disorder Inventory,EDI)
Autores: D.M. Garner, M.P. Olmsted, J. Polivy.
Evalúa: Rasgos psicológicos y comportamentales comunes a la anorexia y la
bulimia nerviosa.
No. De ítems: 64
Administración autoaplicada.
Descripción
El EDI es un cuestionario diseñadoparaevaluar rasgos psicológicos y
comportamentales comunes a la anorexia y lala bulimia nerviosa.
Consta de64 ítems queseagrupan en 8 subescala diferentes
Impulso a la delgadez (7items)
Sintomatología bulímica (7items)
Insatisfacción corporal(9items)
Inefectividad y baja autoestima(10 ítems)
Perfeccionismo(6items)
Desconfianza interpersonal(7 ítems)
Conciencia interoceptiva (10 ítems)
Miedo a madurar (8 ítems)
Cada ítems representa 6 posibles respuestas que van de “siempre” a “nunca” y
delas cuales solo tres se puntúan (de 1 a 3). Por ello, la puntuación total de
este cuestionario puede oscilar entre 0 y 192.
Desde el punto de vista clínico posee mayor relevancia el valor cuantitativo de
cada una de las 8 sub escalas que la puntuación total.
Es un instrumento auto aplicado.
Corrección e interpretación
Proporciona un perfil de las 8 áreas anteriormente señaladas.
La puntuación es cada área se obtiene sumando las puntuaciones parciales
delos ítems que la componen.
No existen puntos de corte propuestos; a mayor puntuación, mayor presencia
del rasgo.
Definición Operacional de las Variables
VARIABLE DESCRIPTIVA: Trastornos Alimenticios
DEFINICIÓN OPERACIONAL: Aplicación de un inventario de los trastornos de
alimentación.
VARIABLES DE CONTRASTE
Variables de Contraste 1: Edad
Definición Operacional: se aplicó la prueba a un grupo de 105 estudiantes de
acuerdo a la edad de 13, 14, 15 y 16 años
Variable de Contraste 2: Sexo
Definición Operacional: se aplicó la prueba aun grupo de 105 estudiantes de
los cuales 56 eran del sexo femenino y 49 eran del sexo masculino
HIPÓTESIS
Hipótesis 1: El nivel de Sintomatología Bulímica en adolecentes del ciclo
común del instituto Liceo San Juan será (bajo) menor del 70%.
Hipótesis 2: Existirá diferencia significativa en los tipos de trastornos
alimenticios en función de la edad.
Hipótesis 3: Los hombres sufren más trastornos alimenticios que las mujeres.
Diseño grupo Único solamente después:
Grupo Asignación Observación
Antes
TX Observación
después
Único Azar ---------- ---------- O1
Procedimiento
Se visitó el Instituto San Juan de la Ciudad de Tegucigalpa con el propósito de
aplicar la prueba de trastornos alimenticios a los adolescentes de 13,14, 15, 16
años del primero, tercero de ciclo común y primero de salud, para investigar en
qué edad se produce frecuentemente los trastornos alimenticos y que factores
influyen en estos, se les explico en que consiste el trabajo y como deberán
llenar el test.
Luego se procedió a sumar cada uno delos ítems para recolectar la puntuación
e interpretar dichos resultados.
ANALISIS E INTERPRETACION DE RESULTADOS
Análisis Estadístico:
Análisis H1
TRASTORNOS ALIMENTICIOS
Sintomatologí
a Bulímica
Insatisfacción
Corporal
Inefectividad
& Baja
Autoestima
Impulso a la
Delgadez
Miedo a
MadurarPerfeccionismo
Desconfianza
Interpersonal
Conciencia
Interoceptiva
190 507 449 796 842 750 1293 717
105X70 = 73
100
Conclusión: De 105 adolescentes, solo 6 presentan Sintomatología Bulímica,
por tanto la H1 se acepta.
Propuesta: Fomentar las clases sobre educación nutricional y alimentación
saludable por iguales en ambos sexos.
Análisis Estadístico:
Análisis H2
TRASTORNOS ALIMENTICIOS
Eda
d
Sintomatologí
a Bulímica
Insatisfacció
n Corporal
Inefectividad
& Baja
Autoestima
Impulso a la
Delgadez
Miedo a
Madurar
Perfeccionism
o
Desconfianz
a
Interpersonal
Conciencia
Interoceptiv
a
13 17 89 65 108 156 129 115 95
14 54 150 140 343 198 219 870 169
15 70 167 125 173 343 232 206 271
16 49 101 119 172 145 170 102 182
190 507 449 796 842 750 1293 717
S.C G.L. M.C F
ENTRE 185,944 7 26,563.43 1.30
DENTRO 491,668 24 20486.17 1.30
1.30 < 2.43
No es significativa; se rechaza H2
Conclusión: no solo los adolescentes de 15 años sufren de trastornos
alimenticios, también pueden presentarse en otras edades.
Análisis Estadístico:
Análisis H3
TRASTORNOS ALIMENTICIOS
Sex
o
Sintomatologí
a Bulímica.
Insatisfacció
n Corporal
Inefectivida
d & Baja
Autoestima
Impulso
a la
Delgade
z
Miedo a
Madura
r
Perfeccionism
o
Desconfianz
a
Interpersona
l
Conciencia
Interoceptiva
.
M 75 179 134 189 387 238 220 184
F 115 328 315 607 455 512 1073 533
1.43 < RC.= 1.96-2.58
No es significativa; Se rechaza H3
Conclusión: Según los datos obtenidos las mujeres sufren más trastornos
alimenticios que los hombres.
Ϭ dif. Z
30.38 1.43
Organización de Datos Intervalares
RANGOS F. X F.a. F.X. F.X.X.
140 -146 1 143 105 143 20449
133-139 0 136 104 0 0
126 -132 0 129 104 0 0
119-125 0 122 104 0 0
112-118 2 115 104 230 26450
105-111 1 108 102 108 11664
98-104 0 101 101 0 0
91 -97 2 94 101 188 17672
84-90 1 87 99 87 7569
77-83 6 80 98 480 38400
70-76 5 73 92 365 26645
63-69 4 66 87 264 17424
56-62 8 59 83 472 27848
49-55 11 52 75 572 29744
42-48 14 45 64 630 28350
35-41 18 38 50 684 25992
28-34 12 31 32 372 11532
21-27 12 24 20 288 6912
14-20 5 17 8 85 1445
´7-13 3 10 3 30 300
Resultados:
Mo=38
Md= Ubicación=52.5
Valor=42.48
( )=47.6
DS= 24.00
Q³=Ubicación=78.75
Valor=58.78
Q¹=Ubicación=26.25
Valor=31.14
Q=13.82
Gráfica:
10 17 24 31 38 45 52 59 66 73 80 87 94101
108115
122129
136143
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
Gráfico de Poligono de Trastorno Alimen-ticio
Frecuencia
Interpretación:
A partir de esta grafica podemos determinar que hay diferentes tipos de rasgos
psicológicos y comporta mentales dentro de la muestra tomada.
Conclusiones:
De 105 adolescentes, solo 6 presentan Sintomatología Bulímica, por
tanto la H1 se acepta.
No solo los adolescentes de 15 años sufren de trastornos alimenticios,
también pueden presentarse en otras edades.
Según los datos obtenidos las mujeres sufren más trastornos
alimenticios que los hombres.
Recomendaciones
Para prevenir los trastornos de alimentación es la educación, certera y
desmitificada torno a tan terribles enfermedades.
Se recomienda asistir a un especialista en el tema donde pueda recibir
terapia: individual, de grupo y nutricional.
Es necesario que los pacientes no se encuentres solos frente a la
enfermedad, y se consiga que la familia, el paciente y el terapeuta
trabajen en equipo.
Prestar atención a la aparición de los primeros síntomas de estos
trastornos, puede ayudar a detectarlos antes de que la enfermedad se
instaure del todo.
Es importante enseñarles a los adolescentes tener una mente critica
frente a los mensajes publicitarios que aparecen a la televisión, revistas
o en nuestras propias calles. Ya que perciben la venta de un producto
por encima de todo.
Bibliografía
http://www.monografias.com/trabajos16/trastornos-alimenticios/
trastornos-alimenticios.shtml
http://www.eita.uji.es/espanol/investigacion/alimentarios/alimentarios.htm
http://www.nimh.nih.gov/statistics/index.shtml.
ANEXOS
GRAFICAS:
SEXO MasculinoSEXO Femenino
EDAD Cantidad
13 18
14 33
5 32
16 22
SEXO
Masculino Femenino
1606 3938
EDAD
13141516
ANALISIS ESTADISTICO
Femenino -13 años Masculino -13 años
Diagnostico Puntaje 7 Diagnostico Puntaje
Sintomatología Bulímica (S.B.) 0 Sintomatología Bulímica (S.B.) 17
Insatisfacción Corporal (I.C.) 18 Insatisfacción Corporal (I.C.) 71
Inefectividad & Baja Autoestima
(I.B.A.) 14
Inefectividad & Baja Autoestima
(I.B.A.) 51
Impulso a la Delgadez (I.D) 29 Impulso a la Delgadez (I.D) 79
Miedo a Madurar (M.A.M.) 40 Miedo a Madurar (M.A.M.) 116
Perfeccionismo (P.) 57 Perfeccionismo (P.) 72
Desconfianza Interpersonal (D.I.) 37 Desconfianza Interpersonal (D.I.) 78
Conciencia Interoceptiva (C.I.) 34 Conciencia Interoceptiva (C.I.) 61
229 545
Femenino14 años Masculino14 años
Diagnostico Puntaje 11 Diagnostico Puntaje
Sintomatología Bulímica (S.B.) 42 Sintomatología Bulímica (S.B.) 12
Insatisfacción Corporal (I.C.) 129 Insatisfacción Corporal (I.C.) 21
Inefectividad & Baja Autoestima
(I.B.A.) 123
Inefectividad & Baja Autoestima
(I.B.A.) 17
Impulso a la Delgadez (I.D) 321 Impulso a la Delgadez (I.D) 22
Miedo a Madurar (M.A.M.) 147 Miedo a Madurar (M.A.M.) 51
Perfeccionismo (P.) 193 Perfeccionismo (P.) 26
Desconfianza Interpersonal (D.I.) 848 Desconfianza Interpersonal (D.I.) 22
Conciencia Interoceptiva (C.I.) 165 Conciencia Interoceptiva (C.I.) 4
1968 175
Femenino15 años Masculino15 años
Diagnostico Puntaje 17 Diagnostico Puntaje
Sintomatología Bulímica (S.B.) 40 Sintomatología Bulímica (S.B.) 30
Insatisfacción Corporal (I.C.) 103 Insatisfacción Corporal (I.C.) 64
Inefectividad & Baja Autoestima
(I.B.A.) 84
Inefectividad & Baja Autoestima
(I.B.A.) 41
Impulso a la Delgadez (I.D) 110 Impulso a la Delgadez (I.D) 63
Miedo a Madurar (M.A.M.) 174 Miedo a Madurar (M.A.M.) 169
Perfeccionismo (P.) 123 Perfeccionismo (P.) 109
Desconfianza Interpersonal (D.I.) 99 Desconfianza Interpersonal (D.I.) 107
Conciencia Interoceptiva (C.I.) 191 Conciencia Interoceptiva (C.I.) 80
924
Femenino16 años Masculiuno16 años
Diagnostico Puntaje 17 Diagnostico Puntaje
Sintomatología Bulímica (S.B.) 33 Sintomatología Bulímica (S.B.) 16
Insatisfacción Corporal (I.C.) 78 Insatisfacción Corporal (I.C.) 23
Inefectividad & Baja Autoestima
(I.B.A.) 94
Inefectividad & Baja Autoestima
(I.B.A.) 25
Impulso a la Delgadez (I.D) 147 Impulso a la Delgadez (I.D) 25
Miedo a Madurar (M.A.M.) 94 Miedo a Madurar (M.A.M.) 51
Perfeccionismo (P.) 139 Perfeccionismo (P.) 31
Desconfianza Interpersonal (D.I.) 89 Desconfianza Interpersonal (D.I.) 13
Conciencia Interoceptiva (C.I.) 143 Conciencia Interoceptiva (C.I.) 39
817 223