transición y efectos socioeconómicos de la revolución
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Transición y efectos socioeconómicos de la revolución cubana a lo largo del tiempo (1925
– 2008)
Iván Mauricio Mateus Ortiz1
Noviembre 27 de 2015
Abstract
En este trabajo, se responde al interrogante ¿Cuál fue el impacto socioeconómico de la
revolución cubana y que políticas se implementaron en su transición? exponiendo las
principales políticas adoptadas desde la revolución para la ejecución efectiva del socialismo,
y reflejando los principales cambios en materia macroeconómica que dichas políticas
provocaron. De esta forma, es claro cómo en un principio la economía cubana se vio afectada
de cierta manera por la llegada al poder de la revolución, pero con el paso de los años se
estabilizó hasta erradicar los niveles de pobreza extrema y mantener un mínimo económico
promedio destacable en su población, propio de un sistema socialista. En ese sentido, se
muestra como la transición entre un sistema económico y otro no es tan fácil como tomar la
decisión, sino que de trasfondo requiere una evolución considerable, donde sus resultados no
se reflejan en el corto plazo y donde su implementación requiere de políticas severas respecto
a la propiedad privada y al comercio entre otros.
Palabras clave: revolución, socialismo, nacionalización, Cuba, exiliado
Clasificación JEL: I18, I28, I38, J23
1 Universidad de los Andes, Colombia, [email protected], asesor de la memoria de grado: Miguel Urrutia Montoya.
Introducción
La república de Cuba, durante el siglo XX fue una nación sometida a importantes cambios
estructurales, especialmente a partir de su revolución que se consumó solo hasta el 1 de Enero
de 1959 a pesar de que la lucha armada comenzó en 1953. Antes de 1959, el contexto de la
economía cubana era totalmente dependiente de los Estados Unidos de América, los intereses
de esta nación eran sobrepuestos sobre los intereses de la propia nación Cubana; pero con la
asunción al poder de la revolución, el panorama gubernamental y estructural del estado
cambio, en gran medida gracias al apoyo de países aliados estratégicos como Alemania
oriental y en mayor medida la Unión Soviética. La revolución marchaba bien durante los
70´s y parte de los 80´s, pero con la caída del muro de Berlín en 1989 y con la posterior
desaparición de la unión soviética en 1991 la economía cubana sufrió un duro revés, de la
que solo pudo salir replanteando su política económica, flexibilizando rubros intocables
durante la implementación de la revolución, como la repatriación de capitales por parte de
inversores extranjeros entre otros cambios importantes.
En este trabajo, se busca evidenciar las principales políticas que se implementaron en la
transición económica de Cuba de una sociedad eminentemente capitalista, a una sociedad
socialista. A su vez, se reflejan dichas políticas en índices macroeconómicos y sociales, que
como se vislumbrara, no conservaron una tendencia clara, sino que en algunos sectores como
la cobertura en salud, en el principio de la revolución sufrieron una fuerte crisis, pero durante
los 70´s este rubro fue significativamente mejorado con respecto a los índices de la primera
mitad del siglo XX; de allí el complemento del título de este trabajo “a lo largo del tiempo”
pues las tendencias pudieron cambiar con el transcurrir de los años, como se mostrará.
El estudio aquí desarrollado, muestra el proceso de implementación del socialismo y sus
consecuencias, y además le dará a conocer de primera mano al lector, como una sociedad
hace posible el cambio entre un sistema económico y otro, reflejando los posibles problemas
a los que se enfrentará, a partir del caso Cubano, que ha subsistido, a pesar de sus grandes
retractores. La investigación, podrá guiar a aquellas personas que como yo, siempre hemos
sabido la máxima socialista2, pero en realidad no sabemos sus muchas implicaciones que van
desde los medios de transporte de los habitantes, hasta el consumo de alimentos de los
mismos; intervención estatal en su máxima expresión.
Los resultados aquí encontrados, muestran que a partir de 1959 en términos sociales y
económicos se ha mejorado de manera significativa e importante en los rubros más necesarios
propios de un sistema socialista, pero dichos indicadores, se han desarrollado de diferentes
maneras a partir de las necesidades del estado, superponiendo inclusive otros rubros a la
inversión social, cuando así se ha requerido. Así mismo, se evidencia como las políticas que
planteaba el régimen inicialmente no se pudieron consumar por diversos factores, y se tuvo
que acomodar el socialismo a las necesidades tanto nacionales como internacionales, que
merecían un mayor apremio al interés revolucionario de estado.
A continuación de esta introducción, se presenta la situación económica y política que
precedió el periodo de implementación revolucionaria, sección llamada el periodo
presocialista, donde se hace un estudio del periodo comprendido entre 1925 y 1958. A seguir,
y respetando una línea de tiempo, se mencionan las principales políticas que se asumieron
durante el periodo socialista para la implementación de este nuevo sistema económico en la
isla, y a su vez, se relacionan estas políticas con los cambios subyacentes de los indicadores
sociales y económicos que tuvieron lugar entre 1959 y 1988. Después, se presenta el declive
sufrido por la revolución como consecuencia de la desaparición de los regímenes socialistas
europeos a partir de 1989, y se exponen las nuevas políticas adoptadas por el gobierno
cubano, ante el cambio en el panorama mundial. Finalmente se señalan las conclusiones del
trabajo.
2 Una sociedad en igualdad de condiciones.
El periodo presocialista (1925 – 1958)
Entre 1900 y 1925, el crecimiento económico de Cuba fue del 8% como promedio anual, y
este crecimiento se basó principalmente en la industria azucarera, que para 1925 llego a
producir 5,4 millones de toneladas de azúcar (García Molina, 2005), su mayor producción
hasta ese momento como se observa en la gráfica 1. Desde la década del 20 y hasta la década
del 50, la participación de las exportaciones de azúcar sobre el total de las mismas, fluctuó
entre el 70% y el 92% (Mesa-Lago, 1983), lo que evidencia la gran importancia del azúcar
durante la primera mitad del siglo XX, relación que se refleja con claridad en la gráfica 2.
La gran depresión de 1929 golpeo las finanzas cubanas, pues afectó desde luego como en la
mayoría de países del mundo su poder adquisitivo, y en consecuencia las importaciones
disminuyeron así como las exportaciones, donde la producción de azúcar disminuyó para
1933 a 2,1 millones de toneladas (García Molina, 2005), reduciendo la producción en un
61,2%3 como lo evidencia la gráfica 1, donde se aprecia una importante disminución en la
producción de azúcar desde 1929. El impacto de la gran depresión, se ve también reflejado
tanto en la gráfica 1 como en la gráfica 3 y 4, donde observamos la caída inicial tanto de la
producción de azúcar como del PIB y el PIB per cápita, como consecuencia de la recesión
económica mundial que no le fue esquiva a la república de Cuba, y que pudo volver a crecer
a partir de 1933.
El turismo en Cuba, antes de la revolución era llamado “la segunda zafra azucarera”, pues
cerca de 300.000 turistas visitaban por año el país y la mayoría era de Estados Unidos (Mesa-
Lago, 1983), pero la industria estaba basada principalmente en las carreras de caballos y de
perros, en la práctica de abortos que eran ilegales en Estados Unidos, en los casinos de juego
y en la prostitución. En adición, las costas y playas cubanas eran en su mayoría privadas, y
en consecuencia ni los mismos cubanos podían disfrutar de su mar, porque además, había
restricciones de tipo racial para el ingreso de público a estos lugares de veraneo (Boorstein,
1968).
3 Cifra tomada a partir de los 5,4 millones de toneladas que producía Cuba en 1925, y los 2,1 millones de toneladas que produjo en 1933, Según el texto de García Molina, 2005; referenciado en el periodo presocialista de este documento.
A finales de 1950, las empresas estadounidenses controlaban el 95% de la inversión
extranjera de la isla, en agricultura por ejemplo, dominaban el 38% de la producción nacional,
y es menester decir, que en este sector y como principal producto de exportación del país, la
producción azucarera repunto entre 1949 y 1952, donde se dio un crecimiento económico del
10% como media anual, lo que se explica con el aumento de la productividad de la industria
azucarera, que paso de producir 5,3 millones de toneladas en 1949, a 7,3 millones de
toneladas en 1952 (García Molina, 2005), alcanzando durante ese año de la guerra de las
Coreas, la mayor producción azucarera del país hasta ese momento (Huberman & Sweezy,
1969) como se ve en la gráfica 1.
La economía cubana para ese entonces, y como lo reflejan los datos, era en gran medida
dependiente de la economía de los Estados Unidos, pero los beneficios producidos no se
veían reflejados proporcionalmente en el territorio cubano. Entre 1948 y 1956, las utilidades
de las empresas norteamericanas en territorio cubano, se elevaron a unos 700 millones de
dólares, de los cuales, en Cuba solo se reinvertían 100 millones y los restantes 600 eran
repatriados a las casas matrices de las corporaciones (Le Riverend, 1974), factor que creo la
concepción imperialista que tenía gran parte del pueblo cubano.
Antes de la revolución, la subutilización de la tierra en la isla era enorme, grandes extensiones
de tierra eran destinadas a la ganadería y a la caña de azúcar, que se imponían principalmente
para su exportación, pues durante la primera mitad del siglo XX e inicios de la segunda mitad,
la mayor parte de la población rural de la isla subsistía con arroz, frijol y algunos tubérculos
como la malanga, pero no gozaban en su mayoría, de proteínas, frutas o legumbres, las cuales
inconcebiblemente eran importadas (Boorstein, 1968). Durante el periodo presocialista, el
80% de las importaciones tenían como destino la clase alta de Cuba y las grandes
corporaciones, mientras que solo el 20% eran importaciones que eran destinadas a satisfacer
las necesidades básicas (Boorstein, 1968).
Los cinco problemas socioeconómicos cruciales existentes en Cuba en 1958 eran: lenta tasa
de crecimiento económico, monocultivo del azúcar o excesiva importancia de este producto en la
generación del PNB y de las exportaciones, avasalladora dependencia de los EE. UU. en relación a
la inversión y al comercio, altas tasas de desempleo y subempleo, desigualdades notables en los
estándares de vida, particularmente entre las áreas urbanas y rurales. (Mesa-Lago, 1983, P. 15)
La ineludible dependencia cubana de la economía Norteamericana durante esta primera mitad
del siglo XX y parte de la segunda4, y especialmente entre 1901 y 1934 por la existencia de
la enmienda Platt en la constitución cubana5, creo la concepción en el pueblo cubano de que
la nación solo servía los propósitos de los Estados Unidos, y que incluso, el embajador de
este país en Cuba, tenía más poder que el propio presidente de la republica cubana (Boorstein,
1968). Análisis realizados por diversas fuentes, coinciden con que en la Cuba
prerrevolucionaria, prevalecía una extrema situación de pobreza y desigualdad social
(CEPAL, 1980), Ideas y concepciones que sumadas a los bajos índices de desarrollo social,
como el desempleo y subempleo6 que se encontraba en 16% y 14% respectivamente en
vísperas de la revolución (Mesa-Lago, 1983), fueron creando en parte de la población un
resentimiento social que se vio consumado con la creación e inicio de la revolución cubana
de 1953 que buscaba, la abolición del monopolio norteamericano sobre la economía nacional.
Políticas y efectos socioeconómicos de la revolución (1959 - 1988)
La revolución cubana, empezó a ejercer poder en el territorio a partir de 1959, a pesar de que
la lucha armada inicio en 1953, año en el cual la economía inicialmente sufrió un gran
impacto, como se refleja en la gráfica 3 y especialmente en la 4. La revolución liderada por
Fidel Castro entre otros combatientes, enaltecía las banderas del socialismo y no dejaba de
preocupar a los países extranjeros con inversiones en la República, especialmente a los
Estados Unidos, por las cifras ya referenciadas.
Tan pronto asumieron el poder los rebeldes, el mismo enero de 1959 el nuevo gobierno
empezó a adoptar las medidas necesarias para llegar a su ideal estatal. En enero, las tarifas
de energía eléctrica para las zonas rurales fueron reducidas a la mitad, en febrero los intereses
hipotecarios se redujeron, en marzo se redujeron las rentas de las casas, se aprobó una ley de
4 Entre 1949 y 1958, un promedio de dos tercios del comercio internacional de Cuba era con los Estados Unidos (Mesa-Lago, 1983). 5 La cual permitía la intervención del gobierno Estadounidense, ante un gobierno cubano que no respetara la protección de la propiedad, la vida y la libertad individual. 6 Un empleo que no es de tiempo completo y que no configura si quiera el salario mínimo estipulado para la sociedad.
terrenos baldíos con el fin de impedir el aumento en el precio de las tierras, y además se creó
el Instituto Nacional de Ahorro y Vivienda (INAV) y el Instituto Nacional de Industria
Turística ( En adelante INIT); a su vez el gobierno se esforzó por disminuir la corrupción,
imponiendo castigos enérgicos a quienes cometieran estas actividades que durante el
gobierno de Fulgencio Batista habían sido reiteradas (Boorstein, 1968).
Las primeras medidas económicas importantes de la revolución fueron la diversificación de
aliados en comercio exterior, la recuperación de bienes malversados por los funcionarios y
beneficiarios del gobierno de Batista (Le Riverend, 1974), la unificación de las empresas
estatales que producían el mismo bien (Mesa-Lago, 1983),
la expropiación de edificios de alquiler, la intervención estatal en empresas (fabricas,
comercios, transporte) abandonadas por sus dueños o en las que los conflictos laborales hubieran
descontinuado la producción; la confiscación de los activos de los morosos en las obligaciones
tributarias; la confiscación de toda propiedad perteneciente a convictos de delitos
contrarrevolucionarios o a los exiliados políticos (Mesa-Lago, 1983, P. 22),
y la reforma agraria, que marcaría el desarrollo inherente de toda sociedad marxista: la
redistribución equitativa de los bienes. Para dicho propósito, se creó el Instituto Nacional de
la Reforma Agraria (En adelante INRA), el cual empezó a hacer cumplir la reforma, con la
expropiación de las fincas ganaderas, y que también tenía entre sus diversas funciones,
administrar la producción agrícola, y las tiendas del pueblo que habían sido creadas para
proveer bienes necesarios a la población Cubana a bajo costo (Boorstein, 1968) y por la
ración que el gobierno ordenara. Finalizando 1960, una tercera parte de la agricultura se
encontraba en manos del estado (Mesa-Lago, 1983).
En agosto de 1959, ante la necesidad de dejar la dependencia estadounidense estatal, Cuba
empieza a buscar nuevos aliados comerciales en cabeza de Ernesto “el che” Guevara, con un
destacable éxito, pues para ese mes se le vende a la Unión Soviética 170.000 toneladas de
azúcar, y para octubre se le vendieron 330.000 toneladas más. Posteriormente en 1960, se
firmó un convenio con la URSS donde se acordaba comprar un millón de toneladas anuales
de azúcar, entre 1960 y 1965, sin embargo, ante la necesidad inminente de encontrar nuevos
socios comerciales que facilitaran los bienes requeridos por la nación, se estipuló pagar el
primer millón en mercancías de la URSS, mientras que los pagos restantes, se harían el 80%
en mercancías y el 20% en dinero. También se firmaron convenios con China, Alemania
oriental, Polonia y Checoslovaquia; China por ejemplo, firmo un acuerdo por 500.000
toneladas de azúcar anuales de 1960 a 1965 con el gobierno Cubano (Boorstein, 1968). El
comercio con la URSS para 1967 era del 56% sobre el total (Mesa-Lago, 1983).
El anterior éxito comercial, nos permite vislumbrar, porque en las gráficas 3 y 4 no se dan
cambios importantes respecto al PIB y el PIB per cápita, y esto se da básicamente porque se
pudo equilibrar la balanza comercial. El 7 de Julio de 1960, el presidente Eisenhower de los
Estados Unidos, en forma de presión al nuevo gobierno Cubano, eliminó la cuota azucarera
que Cuba tenía en este país, pero a pesar de la gran incertidumbre económica que esta
decisión género, el gobierno cubano logro sopesar ese desbalance con la Unión soviética,
pues esta nación le compro a los cubanos las 700.000 toneladas que había dejado de recibir
Estados Unidos y además se firmaron los convenios ya referenciados previamente,
minimizando el impacto en la industria del desaire de Estados Unidos, y por el contrario a lo
esperado del gobierno del presidente Eisenhower, conservando la producción de azúcar ese
año y aumentándola por los nuevos convenios, como se ve en la gráfica 1. Para 1961, el
comercio con los países socialistas representaban más del 70%, y para 1962 más del 80%,
entre otras cosas, porque las importaciones desde Estados Unidos pasaron de 577 millones
de dólares en 1957 a 23,7 en 1961 y a menos de un millón en 1962 (Boorstein, 1968).
El aumento en las condiciones de vida generales de la sociedad con la subida al poder de la
revolución tuvo efectos positivos y negativos en términos de población. El primer efecto
negativo del modelo socialista que se empezó a implementar, fue la emigración de cerca de
800.000 cubanos entre 1960 y 1962 (Mesa-Lago, 1983), presentándose un éxodo
especialmente de profesionales con el inicio de la revolución, pues se promovió la equidad
con la reducción de diferenciales salariales. El efecto positivo fue que con el ascenso al poder
del gobierno socialista, el promedio de la calidad de vida en el país aumento de manera que
se generó un “baby boom” entre 1959 y 1961 (Mesa-Lago, 1983) que sopesó el problema
emigratorio que había en el país en ese momento, causando un equilibrio en el total
poblacional, y manteniendo la tendencia precedente, como se refleja en la gráfica 5. El
anterior aumento en la tasa de natalidad no se vislumbra marcadamente en esta gráfica, por
tres factores: i) por la emigración ii) por el aumento en la mortalidad por el éxodo de médicos,
y iii) por la implementación del servicio militar obligatorio por tres años a la edad de 16
(Mesa-Lago, 1983), lo que dificultaba la procreación durante esas edades.
En 1966 se permite la emigración a Estados Unidos y emigran más de 260,000 cubanos, lo
que se traduce en una caída en el PIB y en la producción de azúcar, como se ve en las gráficas
3 y 1, pues los cubanos al ver la oportunidad de poder salir del país libremente, abandonaron
puestos laborales, viéndose perjudicado especialmente el sector azucarero. Durante la década
de los 70´s como se denota en la gráfica 3, se tuvo un importante aumento en el producto
interno bruto, se implementaron medidas con especial énfasis en la eficiencia y crecimiento
económico, y sumado a lo anterior, entre 1971 y 1975, el azúcar alcanzó precios record en el
mercado internacional (Mesa-Lago, 1983), lo cual hizo más próspero el crecimiento
económico experimentado como se evidencia en la gráfica 3 a partir de 1970 e incrementando
a su vez el PIB per cápita de la gráfica 4.
El otro éxodo importante fue el de 1980, pues en 1979 se le permitió a los exiliados volver a
su país de origen en calidad de turistas, con el fin de sopesar la caída en los precios
internacionales del azúcar que evidencia la gráfica 1 después de 1975, y esto generó una
emigración de población importante reflejada en la gráfica 5 de este trabajo, punto donde se
vislumbra la única reducción poblacional importante en el periodo transcurrido entre 1929 y
2008. Solamente los exiliados cubanos contribuyeron con 100 millones de dólares a la
economía de la isla en 1979, y en consecuencia de esta apertura política de la isla y posterior
emigración, indicadores como el desempleo disminuyeron a partir de 1980 (Mesa-Lago,
1983).
El turismo se vio afectado con el rompimiento de las relaciones con los Estados Unidos, toda
vez que se redujo el flujo de turistas a 3.000 para el año 1968, una reducción del 99%7 y
además la mayoría de los turistas eran europeos (Mesa-Lago, 1983). Con la eliminación de
la barreras turísticas a los estadounidenses a partir de 1977, se pudo incrementar la afluencia,
que para este año se calcula en 75.000, para 1978 en 100.000 y probablemente 130.000 para
1979 (Mesa-Lago, 1983).
7 Ya que anteriormente en este documento se señaló que el promedio anual de turistas antes de la revolución era de 300.000.
La redistribución de tierras, no se realizó inicialmente entre los trabajadores rurales, sino
entre aquellos trabajadores de tierras que no eran de su propiedad, repartiendo un “mínimo
vital” de dos caballerías, o lo que es igual en el sistema métrico a 26,7 hectáreas8 (Boorstein,
1968), o 267.000 metros cuadrados. Empero, los habitantes de esta tierra no gozaban de plena
autonomía, pues para mantener la balanza comercial, el estado era quien determinaba cuanto
se debía producir de determinados alimentos (Boorstein, 1968), y en 1963 se implementó el
acopio, que es la venta al estado de parte de la cosecha, pero a precios fijos por debajo del
precio de mercado (Mesa-Lago, 1983). La redistribución de tierras entre la población no fue
total, pues para velar por los intereses comerciales del Estado era necesario la administración
del mismo en una proporción suficiente de tierra. Para 1966, el estado Cubano tenía el 65%
de la tierra, y los particulares el 35% (Huberman & Sweezy, 1969).
Ahora bien, respecto al ganado, el Estado no asumió la política redistributiva que había
planeado inicialmente, puesto que con la distribución del ganado, la población terminaba por
comérselo dada la escases que sufría la isla de proteínas desde el periodo presocialista. En
respuesta a esta reacción social, el estado cubano opto por la creación de granjas de
administración directa (Boorstein, 1968), donde el estado, en cabeza del INRA, era quien
direccionaba el manejo del ganado. Al ganado, se le dio el segundo orden de importancia
después de la producción de azúcar, y según lo Resaltan Huberman y Sweezy en el libro
referenciado, Fidel señaló que el ganado había pasado de 5.776.000 en 1961, a 7.146.800 en
1964, incrementando el número de animales en un 24%. De igual manera, se mejoró la raza
del ganado en Cuba, se importaron más de 10.000 toros y se creó un programa nacional de
inseminación (Huberman & Sweezy, 1969). Para 1974, los alimentos eran el rubro más
importante de importación, pues a pesar de que la mayoría de alimentos se producen en Cuba,
la cantidad no es suficiente e incluso se importaban alimentos de una calidad menor a la
producida domésticamente que se exportaba por fines económicos (Mesa-Lago, 1983).
El sector turístico se vio regulado por la INIT. En abril de 1959 se promulgo una ley que
buscando ser incluyente con toda la población, eliminó los prejuicios raciales en algunos
sectores, y se decretaron todas las playas y costas de la isla como públicas (Boorstein, 1968).
8 1 caballería = 13.35 hectáreas.
En toda Cuba la gente del pueblo empezó a usar las playas de blanca arena. En vez de tener
que zambullirse en las zonas rocosas cercanas al Malecón, los jóvenes de La Habana podían usar
ahora las playas del Club de Yates Habana Biltmore o del Country Club, en el cual ni siquiera Batista
había sido bien recibido, por ser medio mulato. (Boorstein, 1968, P. 54).
El gobierno cubano revolucionario, con su ascenso al poder, prohibió en noviembre de 1960
todas las exportaciones, excepto las medicinas y los alimentos (Boorstein, 1968), y además
eliminó la importación de bienes innecesarios, como carros y televisores, donde los primeros
pasaron de una importación de 25 millones de dólares en 1958, a 3,4 millones en 1960, y
donde los segundos se redujeron de 3 millones de dólares a 150.000 durante el mismo periodo
(Boorstein, 1968). En contraposición, se aumentó la importación de bienes destinados a la
productividad del país, y al mejoramiento de las condiciones de vida. Entre 1958 y 1960 la
importación de camiones aumento 6 veces, de ganado para cría aumento 5 veces, y de
tractores aumento 3 veces (Boorstein, 1968).
Ante las anteriores restricciones, la gasolina tuvo que ser racionalizada para los automóviles
particulares, haciendo primar la gasolina necesaria para suplir los factores productivos del
Estado como los tractores o vehículos necesarios para el transporte de carga. Pese a la ruptura
de relaciones comerciales con Estados Unidos, la mayoría de la gasolina en Cuba provenía
de la Unión Soviética, quien le vendía petróleo a la isla por debajo de los precios de mercado
(Mesa-Lago & Perez-Lopez, 2005). Es importante resaltar que el consumo de gasolina
aumento en la isla, pues paso de 3.012.000 toneladas en 1958, a 4.867.00 toneladas en 1967,
aumentando el consumo de la misma en un 62% (Huberman & Sweezy, 1969).
Sin embargo, no todo fue determinación autónoma e independiente del gobierno Cubano
durante la revolución, pues la preocupación por una intervención Norteamericana no se hizo
esperar. El respaldo de la Unión Soviética se dio a conocer por medio de su primer ministro,
Nikita Jrushchov, quien anuncio su apoyo al gobierno Cubano en caso de una ofensiva
estadounidense, declaración, que lleno de valor al gobierno Cubano y pronto empezaron a
tomar las medidas más susceptibles a desagravios internacionales.
Los miedos foráneos se materializaron con mayor fuerza entre Agosto y Octubre de 1960,
cuando Fidel Castro anuncia la nacionalización de las refinerías y propiedades petroleras, de
las empresas de teléfonos, de energía, y desde luego de las centrales azucareras y bancos
(Boorstein, 1968). Entre 1959 y 1960 se nacionalizaron los principales medios de producción
del país, dando como resultado una activa participación del Estado en la economía, donde
para 1960, se contaba por parte del Estado con el 37% nacional de la producción agrícola, el
85% de la producción industrial, el 80% del sector constructor, el 92% del transporte, la
totalidad de los servicios bancarios y de comercio exterior y mayorista, y el 50% del comercio
minorista (García Molina, 2005), aumentando significativamente el tamaño del estado, el
intervencionismo estatal y desde luego el sistema económico sobrellevado por el país hasta
ese momento.
Por otra parte, se observó una leve disminución en la productividad de las nuevas empresas
cubanas a partir de 1961, lo anterior, como consecuencia primero, de que los productores
agrícolas privados entraron en razonamiento de alimentos, lo que provocó una
desestimulación en la producción (Lataste, 1968); y segundo, de que la mayoría de los
trabajadores en las empresas extranjeras eran Norteamericanos, y ellos se fueron de la isla,
dejando la producción en manos de poca gente calificada para la capacidad productiva de la
industria; y además, las reservas de materias primas con las que contaba la industria se fueron
agotando (Boorstein, 1968), razón por la cual mientras que el sector se reorganizaba, sufrió
la productividad industrial de un leve bajón, que se pudo sopesar con otras políticas como las
que ya hemos nombrado9, razón por la cual no se evidencia dicha disminución en los gráficos
3 y 4.
Las cifras nombradas anteriormente, reflejan para ese periodo una independencia económica
de Estados Unidos importante por no decir que total, lo que cumplía con uno de los
principales objetivos de la revolución antimperialista. “La revolución no tenía más alternativa
que desarrollarse o morir” (Boorstein, 1968, p. 45), por eso su ofensiva contra el país
norteamericano, que de no haber sido por el respaldo soviético, seguramente hubiera
intervenido la isla en protección de sus intereses, tal y como lo hizo en Guatemala en 1954
durante el gobierno de Jacobo Arbenz.
9 Como los acuerdos comerciales a los que se llegaron desde 1960 con la Unión Soviética y con la república popular China.
A pesar de la evolución de los índices económicos ya mencionados, es importante resaltar a
su vez, el desarrollo de algunos de los factores sociales en la república Cubana, tales como
educación, desempleo, salud, seguridad social, vivienda y participación en deportes.
Para aumentar la cobertura en salud y educación, los cuarteles y campamentos usados durante
la revolución, así como las mansiones de los batistianos10 y otros edificios propicios para la
actividad, se convirtieron en escuelas y hospitales (Boorstein, 1968); en 1961 todos los
hospitales privados fueron nacionalizados (Mesa-Lago, 1983) y la cobertura de la salud se
volvió gratuita y universal para todas las personas, lo que se traduce en un aumento sostenido
en la esperanza de vida tal y como se ve en la gráfica 6, pues se suplió la falta de cobertura
en salud y educación en varios lugares de la isla, donde las necesidades básicas como las
nombradas no eran satisfechas. A su vez, el gobierno opto por nacionalizar y unificar en 1962
a todas las industrias farmacéuticas que operaban en la isla, optimizando su producción y
aumentándola tanto que para 1957 la producción de la industria era de 7 millones de pesos
cubanos, mientras que para 1965 se había aumentado algo más de 8 veces, al producir 57
millones de pesos cubanos (CEPAL, 1980).
A pesar de esta medida, durante la década del 60 la salud se deterioró y solo se pudo recuperar
hasta la década del 70. Esta crisis transitoria, pero importante, se dio por el abandono
progresivo de médicos de la isla que se estima en más de 3.000 (CEPAL, 1980), una clara
referencia de la afectación, es que para 1958 existían 920 habitantes por médico, luego, para
el periodo comprendido entre 1962 y 1964, la proporción era de entre 1.200 y 1.500
habitantes por médico, y después de la recuperación de la década del 70, la proporción se
logró reducir a 675 habitantes por médico para 1978, la más baja de toda América Latina
(Mesa-Lago, 1983). Para suplir los puestos médicos vacantes a raíz del éxodo experimentado,
el estado incremento el cupo para matricularse en la carrera de medicina desde 1963, y para
1969 se empezaron a graduar un número considerable de médicos (CEPAL, 1980), que
recuperó los índices señalados anteriormente, y disminuyendo consigo la mortalidad (Mesa-
Lago, 1983). El presupuesto estatal en salud pública aumentó en 18 veces durante las dos
primeras décadas de la revolución, y la brecha de salud rural y urbana se mejoró al pasar de
10 Nombre dado a los seguidores del gobierno de Fulgencio Batista.
1 solo hospital rural en 1958, a tener 57 en 1978 (Mesa-Lago, 1983), lo que refuerza la
tendencia creciente de la esperanza de vida consagrada en la gráfica 6.
En educación, se focalizaron junto con la salud, los principales esfuerzos del gobierno
revolucionario. Ya para 1959 el aumento en educación fue del 39% (CEPAL, 1980) como se
ve en la gráfica 7. Entre las medidas adoptadas para aumentar la cobertura escolar,
encontramos la nacionalización de instituciones educativas en 1961 (Mesa-Lago, 1983), la
de que los maestros rurales decidieron ganar la mitad de su salario para doblar el número de
aulas, la implementación de maestros voluntarios de secundaria, la implementación de
programas para que 500.000 obreros finalizaran la primaria y 40.000 la secundaria (CEPAL,
1980), y en 1961 se lleva a cabo una inusual medida con los jóvenes entre 12 y 18 años, pues
tuvieron que abandonar sus estudios por un año, para ir a las zonas rurales a alfabetizar a
jóvenes y ancianos (Boorstein, 1968).
La tasa de mejora anual promedio en analfabetismo, paso de 0,51% entre 1943 y 1958, a
0,68% entre 1958 y 1970 (Mesa-Lago, 1983), lo que se traduce, en una tasa de analfabetismo
para mayores de 10 años, que paso del 24% en 1953 al 4% en 1981, lo que es una reducción
bastante significativa (García Molina, 2005) y de manera similar la “retención a graduados”11
paso de 16,4% entre 1960 y 1965 a 50,8% entre 1970 y 1975 (CEPAL, 1980). También, se
buscó dar iguales oportunidades a los hijos de los campesinos, mediante la creación de becas
para la educación superior que no solo incluían la educación gratuita, sino costo de vivienda,
vestido, alimentación, zapatos y transporte (Mesa-Lago, 1983); evidenciándose dicho
propósito en el hecho de que para 1959 solo el 2% de los estudiantes de educación superior
eran hijos de obreros y campesinos, mientras que para 1962 la tasa de estudiantes ya era del
35% (CEPAL, 1980).
Pese a los esfuerzos por aumentar la cobertura en educación, el gobierno socialista sufrió un
duro revés en 1964, pues con la implementación de la igualdad salarial de 1963 a partir del
sector en donde se trabajara y su cargo; a saber por sectores: industrial, servicios, agricultura;
y por cargo: (en orden ascendente) obreros, empleados en servicios que eran los encargados
de transportes y comunicaciones entre otras labores, administrativos en donde se ubicaban
las secretarias y asistentes, técnicos que eran los trabajadores profesionales, y finalmente
11 Índice que refleja la cantidad de alumnos que iniciaron su bachillerato y lo culminaron a satisfacción.
dirigentes (Mesa-Lago, 1983); se disminuyó el interés en la educación a partir de 1964 como
se ve en la gráfica 7, sin embargo este índice se vio beneficiado por el éxodo de 1966 cuando
pudo mantenerse estable, pero solo pudo recuperar su tendencia creciente hasta 1970, entre
otras cosas por los altos índices de desempleo que se empezaron a presentar desde ese año
como se evidencia en la gráfica 8, cuando muchos desempleados a raíz del ingreso de la
población nacida en el “baby boom” decidieron retomar o mejorar su nivel educativo.
El nuevo gobierno, al llegar al poder inicialmente aumenta los índices de desempleo, por el
despido de labores innecesarias, donde los nuevos desempleados fueron enviados a una
“reserva de trabajo”, pero solo 1/3 de los trabajadores fueron reubicados, el resto se mantuvo
a la espera o estudiando (Mesa-Lago, 1983) como ya se señaló anteriormente. Empero a partir
de 1960 se reducen los índices de desempleo como se refleja en la gráfica 8, sin embargo esta
cifra puede ser engañosa, pues con el éxodo que hubo a principios de los 60´s quedaron
puestos laborales libres y esto pudo disminuir los índices de desempleo naturalmente. Para
reducir la brecha existente entre empleo rural y empleo urbano, se restringió la migración del
campo a la ciudad, se puso tope de empleo eficiente, se despidieron los trabajadores
innecesarios y el excedente laboral urbano se mandó al campo (Mesa-Lago, 1983). Para hacer
cumplir dicho mandato se utilizaron 3 medidas:
La distribución de una tarjeta de identificación laboral indispensable para solicitar empleo,
seguida posteriormente de una libreta de trabajo que registra las actividades de los trabajadores; la
necesidad de tener autorización del ministerio de trabajo para las transferencias de empleo; y la
restricción de la tarjeta de racionamiento12 para una localidad específica, limitando de esta forma la
movilidad laboral. La efectividad de estas medidas se observó en la disminución de la tasa de
crecimiento de la ciudad de La Habana. Mientras que en 1960-61 la ciudad de La Habana creció a
una tasa promedio del 4,4%, esta declino al 2,1% en 1964, al 1,5% en 1965 y al 0,9% en 1966. (Mesa-
Lago, 1983, P. 190).
Para 1965, se inicia una campaña de desburocratización del estado, pues la productividad del
país apremiaba, y algunos cargos en ministerios y entidades administrativas fueron
suprimidos, para estimular las labores productivas. En respuesta a las políticas sociales
impartidas, y a los aceptables índices económicos que evidencia especialmente la gráfica 3,
12 Tarjeta que otorga el derecho de adquirir víveres en una cantidad determinada.
para 1965 la revolución contaba con una gran aceptación en términos generales,
especialmente de la clase obrera – campesina, de las mujeres y de la juventud (Lastaste,
1968).
El ingreso a la población laboral de los nacidos durante el “baby boom” explica el aumento
sostenido por 4 años de la tasa de desempleo como lo muestra la gráfica 8. Para contrarrestar
este índice, se abolió la igualdad salarial del 63 (Mesa-Lago, 1983), en el 74 se implementó
la jubilación de trabajadores para la liberación de puestos laborales y en el 76 se legalizo la
práctica de labores en tiempos libre y fines de semana como peluqueros, mecánicos,
jardineros, costureros, taxistas, electricistas; las cuales habían sido prohibidas en 1968
(Mesa-Lago, 1983), lo que permitió volver a menos del 2% de desempleo como se había
logrado alcanzar en 1970.
La seguridad social fue unificada en su totalidad en la república de Cuba, los 52 fondos de
seguro social se nacionalizaron, y entre 1959 y 1978 los gastos en seguridad social
aumentaron más de 5 veces, siendo la pensión el componente principal (Mesa-Lago, 1983),
de ahí, el aumento proporcional similar que se refleja en la gráfica 9 en el mismo periodo de
tiempo, donde entre 1959 y 1975 el número de beneficiarios de pensiones se elevó de 154.000
a 544.000, y los egresos se elevaron de 114 millones de pesos a alrededor de 600 (CEPAL,
1980). Tampoco se dejó de lado la máxima socialista de igualdad, y como resultado el monto
de la pensión anual promedio declinó gradualmente hasta alcanzar proporciones menos
amplias, como la reducción de la pensión más alta con respecto a la más baja, configurándose
antes de la revolución una relación de 13 a 1, mientras que para 1983 la relación ya era de 4
a 1 (Mesa-Lago, 1983). En cuba, actualmente el sistema de seguridad y asistencia social, “es
un sistema universal, al que, por el estilo de desarrollo cubano, tiene derecho y posibilidad
de acceso toda la población” (CEPAL, 1980, P. 153).
Con la creación del INAV se buscó impulsar la creación de viviendas en el territorio cubano
con la conformación de mini brigadas de construcción, donde el gobierno suministraba los
materiales, y la mano de obra era provista por el excedente laboral de las empresas (Mesa-
Lago, 1983). Este impulso se pudo mantener hasta 1963 a grandes rasgos, pues allí empezó
a reducirse el mismo como se ve en la gráfica 10. El rubro de la construcción de vivienda fue
el que menos avanzo en la revolución, puesto que fue el sector al que más se le recorto
presupuesto ante las necesidades de otros sectores, y esto en gran parte por la escases de
materiales de construcción (Mesa-Lago, 1983). Entre 1964 y 1970 como se ve en la gráfica
10, la construcción de viviendas se contrajo algo más de la tercera parte comparada con la
construcción hasta 1963, y esto se explica por el énfasis que le dio el gobierno cubano con
su presupuesto a los sectores productivos (CEPAL, 1980). No obstante con el aumento del
PIB por el alza en los precios internacionales del azúcar se fortaleció la vivienda
aprovechando el satisfactorio momento económico que permitió el aumento en la industria
de la construcción y de los insumos necesarios (CEPAL, 1980), tal y como aparece en la
gráfica 10 a partir de 1970.
El impulso al deporte se dio a través de diferentes canales, se construyeron parques, campos
de juego y centros deportivos (Boorstein, 1968), se aumentó en altísimo grado el presupuesto
del deporte, pues el presupuesto estatal paso de ser 1 millón de pesos en 1958, a 5,2 millones
en 1961 y a 43,6 millones en 1975, y el principal impulso se dio con la creación del Instituto
Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) en 1961 (CEPAL, 1980),
que propicio el desarrollo integral de los jóvenes cubanos. Uno de los retos del presupuesto
para el deporte, era el valor de los insumos deportivos, razón por la cual el gobierno decidió
crear su propia industria de elementos deportivos (CEPAL, 1980) de nombre “empresa de
producción y comercialización de artículos deportivos” (EPCAD), creada en 1965.
En términos de formación deportiva, entre 1959 y 1962 se ofrecieron cursos a 400
entrenadores y técnicos en educación física, y en 1964 se impartieron cursos rápidos de
educación física a 26.000 maestros, y se creó la escuela superior de educación física
comandante Manuel Fajardo, donde se graduaron a 1970, 1.289 instructores y 2.227
profesores de educación física (CEPAL, 1980), aumento que se refleja en la gráfica 11, donde
se denota el crecimiento importante del índice a partir de 1964 y solo se ve afectado en 1971
cuando los índices de desempleo se agudizan y como resultado sobreviene una menor
participación en los deportes. El progreso deportivo de la nación debía ir de la mano con sus
obligaciones ciudadanas, y en ese orden de ideas, a los juegos nacionales solo podían ir los
alumnos que aprobaran el último año escolar y que mostraran buena conducta (CEPAL,
1980).
También en la disponibilidad de museos se ha adelantado notablemente. En 1959 solo
existían seis que carecían casi de recursos y funcionaban en precarias condiciones. Como primera
tarea se reacondicionaron los locales existentes y seguidamente se construyeron otros nuevos. En
1966 su número ascendió a 13, llegando en 1973 a 25 y en 1974 a 31. (CEPAL, 1980, P. 109).
La reconfiguración del socialismo cubano (1989 – 2008)
La última etapa que se ha considerado para este trabajo, es a partir de 1989, en donde como
se nombró en la introducción, se tomaron medidas importantes a raíz de los cambios
económicos mundiales, especialmente con el declive socialista europeo de la República
Democrática Alemana o Alemania del este, y con la desaparición de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS).
El receso económico que estos acontecimientos mundiales provocaron sobre la economía
Cubana, fue el más significativo como lo evidencian las gráficas 3 y 4 de este trabajo. La
unión soviética era un aliado estratégico de la republica Cubana, dicho país entre 1960 y
1990 concedió una ayuda de 65.000 millones de dólares al estado cubano (Mesa-Lago, 2005),
así mismo la flota mercante soviética les ayudaba en el comercio hacia y desde la isla,
y además sus importaciones provenían principalmente de esta nación13 (García Molina,
2005), tanto que con la sola abolición de la URSS, el comercio internacional de Cuba cayó
en un 75% ya que aproximadamente el 70% del intercambio comercial era con dicho país
(Mesa-Lago & Pérez-López, 2005); y con su extinción, se generó un impacto en la
economía cubana que desencadeno una reestructuración estatal dadas las nuevas
circunstancias.
El gobierno cubano, respondió a estos acontecimientos, con la creación de un denominado
“periodo especial”, el cual pretendía distribuir equitativamente los efectos de la crisis sobre
toda la población, y crear condiciones para reincorporar a Cuba en la economía
internacional (García Molina, 2005).
13 La unión soviética concentraba aproximadamente el 70% del intercambio comercial de Cuba.
Durante la crisis, la cual se acentuó especialmente en 1993 y se empezó a recuperar en 1994
como lo demuestran los gráficos 3 y 4; el coeficiente de Gini14 subió de 0,22 en 1986 a 0,407
en 1999 (Mesa-Lago, 1995); la brecha fiscal paso de 1% en 1986 a 33,5% en 1993 (Cuba,
2004); los ingresos totales entre 1989 y 1993 en términos nominales declinaron en un 24%,
lo que equivale a una reducción promedio anual de 10% a precios constantes (CEPAL,
2000); y la educación secundaria cayó de 90,2% de la población escolar en 1989 a 74,5% en
1994, esto, como consecuencia de la crisis económica que provocó la disminución de
recursos por parte del estado, afectando la alimentación, la infraestructura, los materiales
disponibles y el transporte en las escuelas (Mesa-Lago, 2005).
En cuanto a la salud, la perdida de importaciones de medicina e insumos médicos proveniente
de la URSS, combinado con la escases de divisas y el deterioro de la alimentación,
desencadenó grandes problemas en el sistema de salud, a pesar de que con el esfuerzo del
gobierno se mantuvo la universalidad y gratuidad en la atención medica; el gasto medio por
habitante cayó de 66,9 pesos en 1989 a 16,4 pesos en 1993, lo que se traduce en una reducción
del 75,5%, que desde luego se vislumbró en indicadores como el de la mortalidad de personas
mayores de 65 años, donde se pasó de 48,4 por cada mil habitantes en 1989, a 55,7 en 1993,
y el del promedio de estadía hospitalaria que paso de 9,9 días en 1989 a 10,4 días en 1993
(Mesa-Lago, 2005). Si bien este cambio no se hace muy significativo en la gráfica 6, si se
vislumbra que no se mantuvo la misma tasa de crecimiento, a pesar de que si se mantuvo la
tendencia positiva, pues se denota un “estancamiento” en los 80`s e inicios de los 90´s, que
vuelve a crecer a partir de 1994. Para el 2008, la esperanza de vida al nacer aumentó en un
22,5% con respecto al mismo índice en 1960, pasando de 63,9 años a 78, 3, un índice de gran
importancia dada la naturaleza del mismo. Igualmente, es menester decir que la tasa de
mortalidad infantil descendió de más de 60 por cada 1.000 nacidos vivos en 1958 (García
Molina, 2005), a 5 por cada 1.000 en el 2011, igual taza que en Canadá y Nueva Zelanda, y
la mejor tasa en Latinoamérica15.
14 Coeficiente que mide la desigualdad en una sociedad, siendo 0 la sociedad con menos desigualdad económica, y 1 la sociedad con mayor desigualdad posible. 15 Datos tomados del banco mundial, para más información ver: http://datos.bancomundial.org/indicador/SP.DYN.IMRT.IN?order=wbapi_data_value_2011+wbapi_data_value+wbapi_data_value-first&sort=asc
En vivienda, el impacto tampoco fue menor, el promedio de viviendas construidas
anualmente entre 1981 y 1989, disminuyó entre 1990 y 1994 (Mesa-Lago, 2005) en un
53,21%; y esto, en gran parte debido a la baja en producción de materiales de construcción
entre el mismo periodo comprendido entre 1990 y 1994, donde la producción de cemento
bajo en 59%, de bloques en 64%, de arena y piedra en 71% y de ladrillo en 73% (Atienza,
2004).
Con las necesidades de recuperación económica de la isla se crearon las zonas francas y
parques industriales16; se redujeron puestos gubernamentales; se abrió el estado de nuevo a
la inversión extranjera autorizando a los extranjeros a adquirir residencias y oficinas; se
desincorporaron la mayoría de tierras estatales creando Unidades Básicas de Producción
Cooperativa (UBPC) y se asignaron pequeñas parcelas de tierra dentro de las cooperativas,
para que las familias cosecharan para su autoconsumo; se transformó el monopolio estatal de
comercio exterior; se desarrollaron los servicios turísticos permitiendo a los residentes rentar
habitaciones y apartamentos para los turistas; se autorizó el mercado agrícola libre donde los
precios eran determinados por la oferta y la demanda; se hicieron cambios en cuanto al
manejo de divisas; se permitió la libre repatriación del capital y las utilidades de las empresas;
entre otras medidas que lograron la recuperación paulatina de la economía cubana a partir de
1994 (Mesa-Lago & Pérez-López, 2005) tal y como se evidencia en las gráficas 3 y 4.
La reforma a la política monetaria tendió a la “desdolarización” del sistema cubano, se
implementaron algunas políticas para desincentivar la tenencia de esta moneda extranjera,
tales como el aumento de la tasa de interés en los ahorros de moneda nacional, la
reglamentación de que todas las empresas cubanas que operaran en divisas debían hacer sus
pagos y cobros mediante pesos cubanos, se crearon tiendas de recuperación de divisas17
(Cuba, 2004), y se hizo inminente la despenalización de la tenencia de divisas en Agosto
de 1993, puesto que la existencia de un mercado negro de remesas familiares era evidente, y
el estado no estaba recibiendo impuestos por concepto de dicha actividad, la cual para 1998
según la CEPAL, movía alrededor de 700 millones de dólares, que ya gravados significan
16 Mediante el decreto ley 165 de Junio de 1996. 17 Allí se realizaban transacciones de pesos por divisas, canje de cheques bancarios, operaciones con tarjeta de crédito y demás servicios con monedas extranjeras (Cuba, 2004).
mayores ingresos para el estado e indirectamente mayor consumo de bienes y servicios, y en
menor medida en ahorro e inversión (García Molina, 2005).
Con las medidas adoptadas, se pudo superar el déficit inflacionario que genero el “periodo
especial”, en el cual la inflación paso de 0,5% en 1989 a 26% en 1993, y que se pudo mitigar
creando inclusive para 1996 deflación; así mismo el déficit fiscal, que paso de 6% en 1989 a
34% en 1993, y para 1996 se había logrado reducir al 2,5%; indicadores que contribuyeron
a la revalorización del peso cubano, donde se pasó de dar 95 pesos por un dólar en 1989, a
19 pesos por un dólar en 1996 (Mesa-Lago & Pérez-López, 2005), reevaluándose la moneda
en un 81%, lo que refleja la efectividad de las medidas adoptadas para la recuperación
económica.
En turismo, entre 1991 y 2002 se invirtieron alrededor de 5.500 millones de dólares, de los
cuales se destinaron el 47% a infraestructura, y el 18% a la técnica (Cuba, 2004). Para el
inicio del siglo XXI y finales del XX, se abandona la “azúcar dependencia” como se
demuestra en la gráfica 12, donde el azúcar no se recupera como el PIB, sino que en
contraposición disminuye su producción. Lo anterior, ya que la principal fuente de ingreso
de la economía cubana después de 1994 era el turismo, y el segundo lugar lo tenía el
intercambio de divisas; otros rubros como la producción azucarera disminuyo su producción
de 8,1 millones de toneladas en 1989, a 2,2 millones de toneladas en el 2003, lo que se traduce
en una reducción del 72,84% que explica la súbita caída que se representa en la gráfica 1 de
la producción azucarera, superando incluso la caída sufrida a raíz de la gran depresión de
1929, donde la reducción porcentual fue del 61,2%; y en contraposición el turismo paso de
ostentar en 1990 12.866 habitaciones a tener en el 2003 42.000 (Cuba, 2004), un incremento
del 226,44% de la capacidad hotelera en tan solo 12 años.
En 1992 se modificó el artículo 18 de la constitución de Cuba para que el estado ya no tuviera
el monopolio del comercio exterior, sino que controlara y dirigiera las actividades de
exportación e importación, facultando a determinadas personas naturales y jurídicas para
ejercer dicha actividad; después, en septiembre de 1995, se promulgó la nueva ley de
inversión extranjera, que creaba el marco jurídico necesario para que inversores foráneos
tuvieran tranquilidad legal en sus inversiones dada la naturaleza macroeconómica del
gobierno cubano (Cuba, 2000).
Respecto al aspecto tributario, la nueva política fiscal cubana perseguía dos objetivos: i)
lograr la estabilización macroeconómica, rompiendo el espiral inflacionario que se generó
por la desaparición de los países socialistas, y ii) emprender una reforma estructural que
racionara las actividades productivas y funciones del sector público, y elevar la eficiencia en
la asignación de recursos (CEPAL, 2000). Para cumplir dichos objetivos, se redujeron la
cantidad de ministerios de 50 a 32 para 1994 (Cuba, 2004), y a su vez, para disminuir la
brecha fiscal que ya se nombró anteriormente, con la nueva apertura comercial a privados el
arancel aduanero constituyo una nueva fuente de ingresos, y en Agosto de 1994 se promulgo
la ley del sistema Tributario,
Esta ley estableció dos gravámenes directos – a las utilidades de las empresas y a
los ingresos de las personas naturales – y transformo los impuestos indirectos mediante la creación
del impuesto sobre las ventas y de un gravamen especial sobre ciertos productos suntuarios
como tabaco y bebidas alcohólicas. Otros tributos importantes son el impuesto por la utilización de
la fuerza de trabajo y la contribución a la seguridad social. (García Molina, 2005, p. 34).
El cambio legislativo tributario, no incluía en términos generales a los salarios y pensiones
devengadas en pesos (Cuba, 2004), empero, de cualquier forma para la efectividad de la
medida, fue necesario penalizar la evasión fiscal mediante el decreto Ley 150 de 1994, el
cual buscaba asegurar la recaudación del estado, e imponer sanciones a aquellas personas
naturales o jurídicas que no respetaran el nuevo marco normativo del estado que
pretendía recuperar el crecimiento sostenido en términos generales de la economía cubana
hasta 1989. Ante el nuevo delito, el registro de personas físicas y jurídicas con identificación
tributaria aumento entre 1996 y 1999 en un 28,87%, pues paso de tener 16.144 personas
registradas a 20.805 entre el periodo de tiempo citado (CEPAL, 2000).
Los resultados económicos de las diferentes reformas institucionales, que cambiaron
drásticamente las políticas revolucionarias iníciales, fueron positivos, pues entre 1994 y
1998, el crecimiento medio anual fue del 3% (García Molina, 2005), tal y como evidencia la
gráfica 3 y 4, donde la tendencia creciente económica de Cuba se ha mantenido, al menos
hasta el 2008.
Conclusiones
El estudio aquí realizado nos muestra como el ideal estructurado por la revolución cubana no
pudo ser desarrollado con éxito debido a las necesidades económicas; la flexibilización de
postulados se hizo inminente ante el cambio circunstancial de la coyuntura económica
mundial, so pena inclusive de la igualdad predicada, pues Cuba tuvo que priorizar en las
necesidades del estado dejando de lado inclusive la inversión social como se dio en el caso
de la construcción de vivienda. Así mismo, se pudo ver que la implementación del modelo
económico cubano fue posible gracias al apoyo económico de los otros países socialistas,
quienes de no brindar su apoyo, de seguro hubieran sido perjudicados no solo
económicamente, sino militarmente.
A partir de los resultados de este trabajo, se puede concluir que en términos generales la
igualdad contribuye al mejoramiento de los índices sociales. El índice de desarrollo humano
por ejemplo, realizado por el programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, catalogo
en el 2014 a Cuba en el grupo de países con desarrollo humano muy alto, ubicándose en el
puesto 44 (esperanza de vida 79,3 – promedio de años de educación 10,2 – ingreso promedio
anual per cápita 19.844), solo siendo superado en América Latina por Chile, en el puesto 41,
mientras que Colombia está en el puesto 98 (74 – 7,1 – 11.527), en el grupo de países con
desarrollo humano alto. El desarrollo social del nuevo sistema económico cubano fue tan
rápido, que para 1979 la distribución del ingreso se consolido como la más igualitaria de
América Latina, donde la proporción en países como Brasil y Perú entre los quintiles más
ricos y los más pobres era de 24 a 1, mientras que en Cuba ya era de 4,5 a 1.
Por último, no resta decir que si bien un gobierno socialista contribuye notablemente a un
aumento en las necesidades básicas satisfechas, disminuye a su vez las libertades individuales
propias de un sistema capitalista, donde el racionamiento implementado por la revolución se
extendió incluso a la ropa en los 70´s, donde anualmente se tenía derecho a un par de
pantalones, 1 falda, 1 camisa, 1 blusa, 1 vestido, 1 par de zapatos de cuero y 4 metros de tela.
Otros artículos se distribuían de manera limitada: pijamas, calcetines, ropa interior, zapatos
de caucho, ollas y sartenes; se podían escoger 1 o 2 artículos de esta lista. En adición, las
penas para aquellos que colaboraran con periodistas internacionales, o distribuyeran material
subversivo oscilaban entre 8 y 20 años.
Graficas
Grafica 1. Producción de azúcar en cuba, en miles de toneladas.
Fuente: García Molina, 2005.
Grafica 2. PIB a precios de 1981 y producción de azúcar en miles de toneladas, 1933 - 1950
Fuente: García Molina, 2005
Grafica 3. Evolución del producto interno bruto cubano
Fuente: Madisson, 2009
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Grafica 4. Evolución del PIB per cápita cubano.
Fuente: Maddison, 2009
Grafica 5. Evolución de la Población total en Cuba
Fuente: Madisson, 2009
Grafica 6. Esperanza de vida al nacer en la república de Cuba.
Fuente: World Development Indicators
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05
20
08
Grafica 7. Educación total en Cuba, en miles.
Fuente: CEPAL, 1980.
Grafica 8. Porcentaje de desempleo en Cuba.
Fuente: Mesa-Lago, 1983.
Grafica 9. Número de pensionados en miles, en Cuba.
Fuente: Mesa-Lago, 1983.
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Grafica 10. Promedio construcción de viviendas en Cuba.
Fuente: Mesa-Lago, 1983.
Grafica 11. Participación masiva en los deportes, en miles.
Fuente: CEPAL, 1980
Grafica 12. PIB a precios de 1981 y producción de azúcar en miles de toneladas, 1989 -
2004
Fuente: García Molina, 2005
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4000
5000
6000
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