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VENTANA V CIENCIA Y TECNOLOGÍA Cirujanos que extirpan problemas mentales. Sus comentarios son bienvenidos en [email protected]. PLANETA EN CAMBIO Los glaciares de Bolivia se derriten, y la empobrecida ciudad de El Alto podría convertirse en la primera víctima del cambio climático. PáG. IV Por LAURA M. HOLSON H ay una PreGunta que en los últimos tiempos se plantea todo el que haya mandado un mensaje de texto por el celular mientras engañaba a su cónyuge: ¿Qué estaba pensando? Los mensajes de texto son el nuevo rastro de lápiz de labios en el cuello, la cuenta de tarjeta de crédito traspape- lada. Instantáneos y aparentemente inocentes, los mensajes pueden ser la confirmación de una aventura clandes- tina, un registro de quienes no son muy discretos y, en ocasiones, se olvidan de que todo lo digital deja huella. eso se hizo dolorosamente evidente este mes cuando una mujer, que sostie- ne que tuvo un affaire con tiger Woods, declaró a una publicación de chismes sobre personajes famosos que éste le había mandado mensajes de texto in- sinuantes, algunos de los cuales se pu- blicaron. tiger se suma así a políticos que dieron muestras de no entender la cuestión de los mensajes de texto, entre ellos Kwame Kilpatrick, un ex alcalde de Detroit que terminó en la cárcel una vez que se revelaron los tórridos men- sajes de texto que le mandaba a una colaboradora, y el senador republicano de nevada, John ensign, cuyo romance con una ex empleada se confirmó por medio de un delator mensaje de texto. a diferencia de los tiempos en que una aventura era algo que podía sospecharse pero no confirmarse, en la actualidad los mensajes de texto proporcionan pruebas. Los abogados de divorcio dicen que en el transcurso del último año se produjo un aumento de los casos en que un cónyuge engañado ofreció mensajes de texto para demostrar que su pareja había tomado por el mal camino. La asociación de abogados de los ee.uu. empezó a ofrecer este otoño se- minarios para abogados que se dedican a divorcios. en los mismos se enseña a usar las pruebas electrónicas –mensajes HANS DERYK/REUTERS; TOP, TONY CENICOLA/THE NEW YORK TIMES Como otros antes que él, Tiger Woods descubrió que la huella digital de los mensajes de texto puede ser delatora. Traicionados por el texto VI ARTE EN NUEVA YORK Tiendas abandonadas transformadas por arte. Sigue en la página III Se oye hablar mucho de ahorrar, de guar- dar y de recortar, de los que están pendien- tes de cada centavo. Pero hay otros que es- tán pendientes de la bota arriba de la rodilla o de la cartera, porque en medio de todo esto, hay quienes todavía siguen comprando. Sólo que lo están haciendo de una manera diferente: a escondidas. “La gente dice: ‘es esta época del año: quiero comprar al- go, pero la sensación es un poco extraña’”, dijo a the times eve Gold- berg, propietaria de una joyería que vende bri- llantes en Manhattan. “Vienen y me dicen ‘no quiero salir haciendo un anuncio con un bolso grande que diga Harry Winston’”. La empresa de Goldberg abrió un salón que atiende a clientes que quieren comprar discretamente. y es una de muchas. Hay vela- das exclusivas en departamentos, eventos de compra sólo por invitación en suites de hoteles y salones de exposición privados. Si bien los muy ricos tal vez estén redu- ciendo la exhibición pública de riqueza, no tienen problema en gastar más en sus espa- cios privados. Las cocinas de lujo del diseña- dor británico Clive Christian son populares. Jacqueline Weeman, gerente de negocios del showroom de nueva york que abrió después del verano, informó a the times que en los primeros meses generó uS$ 5 millones en ventas. “en la casa, cada uno puede ser todo lo ostentoso que quiera”, dijo Weeman a the times. y la casa es el mejor lugar para el com- prador a escondidas, porque muchos recurren a la Web. tatiana Sorokko, que se compró un con- junto de ralph rucci en ricky’s exceptional treasures, una tienda de venta de artículos de lujo en eBay, dijo a the times: “en esta economía, la gente que conozco está haciendo ajustes. Sus transacciones tienden a ser entre ellos y el vendedor”. Los vendedores de artículos de alta gama no quieren publicitar grandes rebajas de precios. Lo que hacen en cambio son ventas privadas, rebajas susurradas y negociacio- nes discretas. Pero, ¿qué mejor táctica que combinar la urgencia con una compraven- ta aparentemente fugaz? La tienda de alta gama neiman Marcus organiza las ventas “corrida del mediodía” para suscriptores de correo electrónico. estas ventas de dos ho- ras exclusivamente online prometen un 50% de descuento en productos suntuarios, y los clientes se enteran de la venta apenas unas horas antes de que comience. La exclusividad combinada con el secreto es, quizá, lo último en estrategia de venta; es todo otro género que va más allá del vendedor snob. La marca alemana Sonrosen les pide a los clientes que presenten su solicitud para ser socios describiendo por qué les va a gus- tar comprar allí. David Von rosen, fundador de la etiqueta, le contó a the times que desde que inició el sitio, hace un año, lleva recibidas 10.000 peticiones y que sólo permitió acceder a 1.500 personas. algunos sitios anuncian horarios específi- cos en los que se inician las ventas y pueden agotarse en cuestión de horas. es una fiebre, online y en la cabeza, y cual- quier culpa por la compra es eclipsada cuan- do se encuentra una ganga increíble. y allí donde hay una ganga para descubrir, siempre hay alguna compra para hacer. “es como una droga”, le dijo a the times Paco underill, au- tor de “Por qué compramos, la ciencia de las compras”. “Cuanto más lo hacemos y de más formas, más difícil es parar”. ANITA PATIL El imperativo de gastar Una selección semanal ofrecida por Copyright © 2009 the new york times LUNES, 21 DE DICIEMBRE DE 2009

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Page 1: Traicionados por el texto · denses. El libro está erizado de juicios mordaces, por momentos cargados de snobismo. Pero el mensaje del libro también podría ser interpretado de

VENTANA

VCIENCIA Y TECNOLOGÍA

Cirujanos que extirpan problemas mentales.

Sus comentarios son bienvenidos en [email protected].

PLANETA EN CAMBIOLos glaciares de Bolivia se derriten, y la empobrecida ciudad de El Alto podría convertirse en la primera víctima del cambio climático. � PáG. IV

Por LAURA M. HOLSON

Hay una PreGunta que en los últimos tiempos se plantea todo el que haya mandado un

mensaje de texto por el celular mientras engañaba a su cónyuge: ¿Qué estaba pensando?

Los mensajes de texto son el nuevo rastro de lápiz de labios en el cuello, la cuenta de tarjeta de crédito traspape-lada. Instantáneos y aparentemente inocentes, los mensajes pueden ser la confirmación de una aventura clandes-tina, un registro de quienes no son muy discretos y, en ocasiones, se olvidan de que todo lo digital deja huella.

eso se hizo dolorosamente evidente

este mes cuando una mujer, que sostie-ne que tuvo un affaire con tiger Woods, declaró a una publicación de chismes sobre personajes famosos que éste le había mandado mensajes de texto in-sinuantes, algunos de los cuales se pu-blicaron. tiger se suma así a políticos que dieron muestras de no entender la cuestión de los mensajes de texto, entre ellos Kwame Kilpatrick, un ex alcalde de Detroit que terminó en la cárcel una vez que se revelaron los tórridos men-sajes de texto que le mandaba a una colaboradora, y el senador republicano de nevada, John ensign, cuyo romance con una ex empleada se confirmó por medio de un delator mensaje de texto.

a diferencia de los tiempos en que una aventura era algo que podía sospecharse pero no confirmarse, en la actualidad los mensajes de texto proporcionan pruebas. Los abogados de divorcio dicen que en el transcurso del último año se produjo un aumento de los casos en que un cónyuge engañado ofreció mensajes de texto para demostrar que su pareja había tomado por el mal camino.

La asociación de abogados de los ee.uu. empezó a ofrecer este otoño se-minarios para abogados que se dedican a divorcios. en los mismos se enseña a usar las pruebas electrónicas –mensajes

hans deryk/reuters; top, tony cenicola/the new york times

como otros antes que él, tiger woods descubrió que la huella digital de los mensajes de texto puede ser delatora.

Traicionados por el texto

VIARTE EN NUEVA YORK

Tiendas abandonadas transformadas por arte.

Sigue en la página III

Se oye hablar mucho de ahorrar, de guar-dar y de recortar, de los que están pendien-tes de cada centavo. Pero hay otros que es-tán pendientes de la bota arriba de la rodilla o de la cartera, porque en medio de todo esto, hay quienes todavía siguen comprando. Sólo

que lo están haciendo de una manera diferente: a escondidas. “La gente dice: ‘es esta época del año: quiero comprar al-go, pero la sensación es un poco extraña’”, dijo a the times eve Gold-berg, propietaria de una joyería que vende bri-

llantes en Manhattan. “Vienen y me dicen ‘no quiero salir haciendo un anuncio con un bolso grande que diga Harry Winston’”.

La empresa de Goldberg abrió un salón que atiende a clientes que quieren comprar

discretamente. y es una de muchas. Hay vela-das exclusivas en departamentos, eventos de compra sólo por invitación en suites de hoteles y salones de exposición privados.

Si bien los muy ricos tal vez estén redu-ciendo la exhibición pública de riqueza, no tienen problema en gastar más en sus espa-cios privados. Las cocinas de lujo del diseña-dor británico Clive Christian son populares. Jacqueline Weeman, gerente de negocios del showroom de nueva york que abrió después del verano, informó a the times que en los primeros meses generó uS$ 5 millones en ventas.

“en la casa, cada uno puede ser todo lo ostentoso que quiera”, dijo Weeman a the times. y la casa es el mejor lugar para el com-prador a escondidas, porque muchos recurren a la Web.

tatiana Sorokko, que se compró un con-

junto de ralph rucci en ricky’s exceptional treasures, una tienda de venta de artículos de lujo en eBay, dijo a the times: “en esta economía, la gente que conozco está haciendo ajustes. Sus transacciones tienden a ser entre ellos y el vendedor”.

Los vendedores de artículos de alta gama no quieren publicitar grandes rebajas de precios. Lo que hacen en cambio son ventas privadas, rebajas susurradas y negociacio-nes discretas. Pero, ¿qué mejor táctica que combinar la urgencia con una compraven-ta aparentemente fugaz? La tienda de alta gama neiman Marcus organiza las ventas “corrida del mediodía” para suscriptores de correo electrónico. estas ventas de dos ho-ras exclusivamente online prometen un 50% de descuento en productos suntuarios, y los clientes se enteran de la venta apenas unas horas antes de que comience.

La exclusividad combinada con el secreto es, quizá, lo último en estrategia de venta; es todo otro género que va más allá del vendedor snob. La marca alemana Sonrosen les pide a los clientes que presenten su solicitud para ser socios describiendo por qué les va a gus-tar comprar allí. David Von rosen, fundador de la etiqueta, le contó a the times que desde que inició el sitio, hace un año, lleva recibidas 10.000 peticiones y que sólo permitió acceder a 1.500 personas.

algunos sitios anuncian horarios específi-cos en los que se inician las ventas y pueden agotarse en cuestión de horas.

es una fiebre, online y en la cabeza, y cual-quier culpa por la compra es eclipsada cuan-do se encuentra una ganga increíble. y allí donde hay una ganga para descubrir, siempre hay alguna compra para hacer. “es como una droga”, le dijo a the times Paco underill, au-tor de “Por qué compramos, la ciencia de las compras”. “Cuanto más lo hacemos y de más formas, más difícil es parar”.

ANITA PATIL

El imperativo de gastar

Una selección semanal ofrecida porCopyright © 2009 the new york timesLunEs, 21 DE DiciEmbrE DE 2009

Page 2: Traicionados por el texto · denses. El libro está erizado de juicios mordaces, por momentos cargados de snobismo. Pero el mensaje del libro también podría ser interpretado de

Llegó la hora, quizá, de retirar-se –o por lo menos de repensar– el adagio según el cual “la mala pu-blicidad no existe”. Ciertamente, siempre habrá quienes busquen

atención de cual-quier tipo, como Richard y Mayumi Heene, los padres del “chico del glo-bo” que ocuparon los titulares de

las noticias en octubre, o Tareq y Michaele Salahi, que se colaron en la primera cena de Estado del presidente Obama, en noviembre. Para aquellos cuya prominencia está arraigada en la tradición más antigua de un renombre ganado con justicia –los verdaderamente talentosos, los realizados auténti-camente– la publicidad tiene, sin embargo, iguales posibilidades de rebajar que de exaltar. La Prueba No. 1 es, obviamente, Tiger Wo-ods, cuyas proezas en la cancha de golf se vieron ensombrecidas, primero, por una seguidilla de informaciones sensacionalistas sobre infidelidades y luego por su anuncio de que se tomará “un descanso indefinido del golf pro-fesional”.

Es una coincidencia que Woods deba pagar los costos ocultos de la fama casi exactamente a 50 años de la publicación de un libro, “Celebrity Register”, que presen-tó un nuevo panorama del status en el EE. UU. moderno, donde el talento y el logro habían quedado subordinados a la publicidad. Pa-ra registrar esta transformación, el editor a cargo del proyecto, Cleveland Amory, puso a trabajar a un equipo de 20 investigadores y escritores, y cuatro años más tarde, dieron forma a un volumen colosal; sus 864 páginas de gran tamaño fueron divididas en dos columnas de nombres, cada una con una foto y una dirección de correo (en general del domicilio)

– en total 2.240 fa-mosos, empezando por el jugador de beisbol Hank Aaron y terminando con la bailarina de ballet Vera Zorina. “La palabra ‘famoso’ en nuestra actual ‘So-ciedad de famosos’ cubre una multitud de pecados”, escri-bió Amory en una nota preliminar. “No significa, por ejemplo, logro en el sentido de valor au-téntico o duradero, más bien suele sig-nificar simplemen-te logro en el senti-do de éxito popular, o muy publicitado, temporario”.

Aparece Neils Bohr pero también las hermanas Ga-bor (y su madre). Para algunos, incluido el propio Amory, el “Cele-brity Register” constataba una marcada deca-dencia en los valores estadouni-denses. El libro está erizado de juicios mordaces, por momentos cargados de snobismo. Pero el mensaje del libro también podría ser interpretado de otra manera – como prueba de la naturaleza cada vez más democrática de la vida estadounidense. El mundo que reemplazó la celebridad no fue el del logro individual, sino el de la posición social heredada. De hecho, hojear el libro hoy implica sorprenderse de cuántos de los nombres que aparecen mantienen lo que Amory llamó “el nivel de decibeles” de la fama.

Sea como fuere, “Celebrity Re-gister” había revelado una cruda verdad sobre la idea estadouni-

dense de éxito, que dejó incluso a los que estaban en el pináculo de la sociedad a merced de los ape-titos cambiantes del público. Es “uno de los documentos más sim-bólicos de nuestra época”, escri-bió el historiador Daniel Boorstin respecto del libro de Amory. “Es un índice de las nuevas categorías en la sociedad estadounidense”

– refiriéndose a las categorías for-madas por los medios, que habían degradado al héroe a la mera ce-lebridad. “El héroe se distinguía por su hazaña; la celebridad por su imagen o marca registrada”, observó Boorstin. “El héroe se creaba a sí mismo; la celebridad era creada por los medios. El héroe era un gran hombre; la cele-bridad es un gran nombre”.

Si actualizamos algunas pala-bras, la fórmula continúa aplicán-dose en 2009, aunque los términos son más fuertes. La “imagen o marca registrada” de 1961 es “la marca” de hoy, con muchos millones de dólares en juego en sponsors y auspiciantes. Más que nunca, la fama, sobre todo la fama de los deportistas, está atrapada

en una relación transaccional con sus fans, que lo consideran menos como persona que como producto – un competidor hábil en la can-cha, pero afuera es simplemente uno más que sale a vender en tele-visión y en carteles luminosos en las terminales de los aeropuertos.

Es en parte esta desconexión entre Woods y su público lo que hace que parezca tan aislado ahora que permanece recluido. Prodigio genuino, revolucionó el más conservador de los deportes con su energía titánica y sus téc-nicas afinadas. Al mismo tiempo, amplió el número de seguidores. Woods, que se ha descrito a sí mis-mo como “Calibasiano” – a la vez exótico y totalmente estadouni-dense y amigable.

PAUL SAHRE

SAM TANENHAUS

ENSAYO

El precio de la publicidad

Los medios de comunicación fabrican famosos y los destruyen.

‘Ciencia misteriosa’La respuesta a “la Singularidad” (Ventana, 17 de di-

ciembre), el punto en el que los ordenadores adquieren conciencia de sí mismos, se vuelven superinteligentes y pueden actuar por su cuenta, ¿no sería sencillamente des-enchufarlos? Niall O’CONNOr

Maidenhead, Inglaterra

‘El gen de Dios’En La falsa ilusión de Dios, Richard Dawkins presenta

una hipótesis más probable que un “gen de Dios”, el artícu-lo de portada del suplemento incluido en el Asahi Shimbum del 22 de noviembre.

Dawkins insinúa que tenemos un gen de “fe”; es decir, que estamos “predeterminados” desde que nacemos a creer cosas, sobre todo de pequeños.

Sostiene que los niños que creen a pies juntillas las declaraciones paternas como “si te comes esa grose-lla, te vas a morir” o “ese animal es peligroso”, tenían más probabilidades de sobrevivir para luego repro-ducirse que los niños escépticos que tienen que com-probar por sí mismos que la grosella es venenosa.

A diferencia de un gen que hace que la gente crea en

los dioses, lo cual puede ser o no una ventaja para la su-pervivencia, un gen que hace que los niños crean en lo que sus padres les dicen sí debería darles esa ventaja.

Además, asegura que cuando apareció por pri-mera vez la idea de los dioses, la “maquinaria” ne-cesaria para creer en ellos ya estaba en marcha.

Por consiguiente, no se necesita un “gen divi-no” para creer en los dioses, sino simplemente un gen que predisponga a la gente a creer sin dudar.

SteveN SabOtta

Japón

‘La nación improvisada’

Marcelo Tas, ¿o ahora sería Marcelo Times? Felicida-des por su columna Inteligencia publicada en Folha de São Paulo el 6 de diciembre.

En la empresa en la que trabajo, a las “gambiarras” se les llama cariñosamente “gambis” y están completamen-te integradas en el vocabulario actual. “Haz una gambi allí, tío”; “He hecho una gambi”.

En español existe la expresión “rodeo temporal”, que es elegante y puede parecer seria. Sabemos que cualquier solución temporal puede durar mucho más de lo planeado o deseado.

Luego hay otra expresión, “chapuza”, que significa un

trabajo mal hecho, pero eso no es lo mismo que nuestras “gambis”. GeOrGe laCOmbe

Campinas, Brasil

Felicidades por haber reconocido el talento de Marcelo Tas, un periodista que es muy admirado en Brasil. Su co-lumna en el suplemento semanal nos llena de orgullo a sus compatriotas brasileños.

ANa Paula

Río de Janeiro, Brasil

‘Combatir la inercia con inercia’La columna Inteligencia de Roger Cohen de la semana

pasada que hablaba sobre Irán era interesante, pero se quedaba corta. Dejar al pueblo iraní solo, indefenso ante la dictadura, la amenaza de la represión o la cárcel; no es así como se construye el futuro. Hay otras vías, aparte del enfrentamiento, que acelerarían la caída de este régimen que Occidente ha dejado crecer entre nosotros.

Está claro que la ayuda directa al pueblo iraní por todos los medios adecuados podría propiciar un régimen más justo y menos represivo. Occidente sabe cómo hacer eso de forma muy discreta cuando decide hacerlo. Pero se-guimos necesitando la voluntad política y financiera para llevarlo a cabo.

rimey-maurivard

Francia

CARTAS dE lOS lECTORES

Enviar comentarios a [email protected].

ThE NEw YORk TimES SE publiCA SEmANAlmENTE EN lOS SiguiENTES diARiOS: SÜddEuTSChE zEiTuNg, AlEmANiA ● ClARíN, ARgENTiNA ● dER STANdARd, AuSTRiA ● lA RAzóN, bOliviA ● fOlhA, bRASil lA SEguNdA, ChilE ● El ESpECTAdOR, COlOmbiA ● dElO, ESlOvENiA ● El pAíS, ESpAñA ● ThE kOREA TimES, ESTAdOS uNidOS ● NOvOYE RuSSkOYE SlOvO, ESTAdOS uNidOS ● mANilA bullETiN, filipiNAS ● lE figARO, fRANCiA 24 SAATi, gEORgiA ● ElEfThEROTYpiA, gRECiA ● pRENSA libRE, guATEmAlA ● ThE ASiAN AgE, iNdiA ● lA REpubbliCA, iTAliA ● ASAhi ShimbuN, jApóN ● El NORTE, muRAl Y REfORmA, méxiCO ● lA pRENSA, pANAmá ThE ObSERvER, REiNO uNidO ● liSTiN diARiO, REpúbliCA dOmiNiCANA ● RumANiA libERA, RumANiA ● NOvAYA gAzETA, RuSiA ● uNiTEd dAilY NEwS, TAiwáN ● SAbAh,TuRquíA ● El ObSERvAdOR, uRuguAY

E l m u N d O

ii LunEs, 21 DE DiciEmbrE DE 2009

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Por BRIAN STELTER

Hay mejores formas de ser selec-cionado para un reality-show que colarse en una cena de Estado en la Casa Blanca o montar una broma para los informativos de la televi-sión.

Una cantidad cada vez mayor de sitios Web cumplen ahora la fun-ción de intermediarios, y conectan a los aspirantes con los directores de casting. Y así como el género del “reality” prosperó, también lo hizo un pequeño sector de buscadores de talentos online que lo abaste-cen –sitios como RealityWanted, Talent6 y GotCast, donde la gente puede encontrar convocatorias pa-ra castings de programas de TV y presentar su CV, a menudo por una cuota mensual.

“Es absolutamente ridículo has-ta dónde puede llegar la gente pa-ra estar en estos programas”, dijo Roz Taylor-Jordan de Cast Iron Productions, que está haciendo un casting para la quinta temporada de “America’s Got Talent”.

Para ella, los sitios de casting son buenos. “No podemos estar en todas partes todo el tiempo, o sea que cuanta más gente tenga bus-cando para mí, mejor”, dijo.

Desde la perspectiva del que aspira a participar, gracias a los sitios, la fama parece estar ape-nas a un clic de distancia. “Jerry Seinfeld está seleccionando perso-nalmente parejas para su flaman-te comedia en NBC sobre la vida de casado”, se lee en un anuncio puesto en un lugar muy destacado de RealityWanted. “Necesitamos parejas que se peleen sobre ¡NA-DA!” El sitio permite que la gente “presente ya mismo su solicitud” para ese programa y otros, como

“The Bachelorette”.Richard Heene, que admitió ha-

berle mentido a la policía cuando dijo que su hijo había sido llevado en un globo aerostático, fue in-tegrante de RealityWanted, una más entre la innumerable canti-dad de personas que buscan fama –o quizá simplemente trabajo– con el boom de la TV realidad. En una economía en recesión, algunos cazadores de publicidad en estos sitios Web en realidad son busca-dores de empleo. “En definitiva, esta gente busca dos cosas: quie-re fama y quiere dinero”, dijo Lisa Berger, vicepresidenta ejecutiva de E!, un canal de cable.

Los directores de casting dicen

que confían en Craigslist, Face-book, sitios como RealityWanted e InfoList y sus bases de datos de participantes. Talent6 cobra a sus abonados US$ 35 por mes. Reali-tyWanted tiene un sistema de nive-les de precios: el acceso es gratis, pero por US$ 4 y US$ 8 mensuales, la gente puede conseguir extras como alertas instantáneos sobre convocatorias a castings.

Algunos grandes programas –co-mo “America’s Got Talent”– no ne-cesitan reclutar en forma tan agre-siva, pero para otros programas, estos sitios son de suma utilidad. “Proveen de lo que nosotros esta-mos buscando”, dijo Jodi Thomas, directora de casting para “The Big-

gest Loser” y otros programas. En líneas generales, significa indivi-duos con personalidades extrover-tidas con los cuales los espectado-res puedan identificarse.

Thomas estuvo hace poco en De-troit y Chicago reclutando familias para “Losing It With Jillian”, un programa para bajar de peso con la entrenadora Jillian Michaels de “The Biggest Loser”. Previamen-te, puso un aviso en RealityWan-ted pidiendo –todo con mayúscula– “¿Estás listo para cambiar tu vida y la de tus seres queridos? ¡Jillian Michaels, de NBC, va a tu casa!” Docenas de personas se presen-taron online. Los potenciales par-ticipantes “piensan que vamos a prestarles más atención si están en estos sitios, y es verdad”, dijo Thomas.

De hecho, a comienzos de octu-bre, unos días antes de la manio-bra de la familia Heene televisada a nivel nacional, Thomas había vis-to a los Heene en una grabación de una audición para un programa de juegos por cable (por razones con-tractuales, no puede decir cuál). Pero dijo que los rechazó porque “algo no cerraba”. Recordó haber pensado: “Una historia fantástica, una familia fantástica, pero algo no anda bien”.

Eliminar a personas que están desesperadas o que son mental-mente inestables es una de las par-tes más difíciles de la tarea, dijo Thomas.

Con centenares de reality shows en televisión o en producción, siem-pre hay castings. Canales como Bravo, E! y VH1 piden a los direc-tores de casting gente que respon-da a ciertos criterios, y los directo-res vuelven, idealmente, con listas

de candidatos. “Para mí, es bueno porque mi trabajo consiste en que se entere la mayor cantidad de gen-te posible”, dijo Taylor-Jordan.

Los ejecutivos de la TV realidad suelen ser criticados por escoger integrantes provocativos para sus elencos. Pero el proceso de selec-ción no se limita a encontrar gente que “salte a la pantalla”, dijo Dave Noll, presidente para el área de televisión de Notional, la empresa que produce “Chopped” para la Food Network y “Don’t Sweat It”, de HGTV. Al hacer el casting “real-mente uno toma una decisión em-

presarial”, dijo Noll, y agregó que las relaciones con las personas de talento a veces duran años.

Quizá por tratarse de decisiones tan importantes, los sitios Web que buscan gente no cuentan con una aceptación universal en Ho-llywood. Para algunos ejecutivos, hacen que resulte demasiado fácil presentarse. “En teoría, uno es-pera que a través de esos sitios se encuentre gente fantástica”, dijo Randy Bernstein, copropietario de la agencia Casting Duo. “Pero yo sigo siendo anticuado y creo en el reclutamiento y la selección per-sonal de talentos”.

Trae PaTTon/nBC

La entrenadora Jillian Michaels, de “The Biggest Loser”, estará en un nuevo reality-show que busca participantes.

Haga clic y consiga un papel para un reality-show en TV

En la era digital, la traición puede dejar fatídicas huellas

La Web abre las chances de alcanzar la fama en la TV-realidad.

de texto, búsquedas de antece-dentes y redes sociales– para ganar un caso. Por su parte, el 15 de diciembre, la Suprema Corte de los Estados Unidos aceptó de-cidir si un departamento de poli-cía de Ontario, California, había violado el derecho constitucional a la privacidad de un empleado cuando examinó los mensajes de texto personales que éste había enviado y recibido en un pager gu-bernamental.

Si bien la mayor parte de los usuarios de e-mail por fin enten-dió que los mensajes permanecen en sus computadoras aunque se los borre, suele considerarse que los mensajes de texto son más efíme-ros: se escribe, se aprieta “enviar” y sale al éter. Pero los mensajes pueden quedarse en los teléfonos del que los envía y de quien los reci-be. Aunque se los borre, las compa-ñías de comunicación los guardan durante períodos de entre días y semanas.

Los abogados estiman que la cantidad de casos aumentará a medida que se casen los usuarios de telefonía celular más jóvenes, que tienden a mensajear más que a hablar. El fondo del asunto es la privacidad, o más bien su creciente ausencia en nuestra cultura digital de mostrar y decir. Los mensajes de texto se consideran privados, tanto como pueden serlo los llamados te-

lefónicos, señalan los especialistas legales. Pero si el celular de un cón-yuge infiel forma parte de un plan de telefonía familiar o queda habi-tualmente al alcance de otros, es posible que una pareja desconfiada pueda decidir examinar el buzón de entrada.

“Las personas que tienen algo muy privado que decir no lo harían por medio de un mensaje de texto en su celular”, dice Marc Roten-berg, director ejecutivo del Centro de Información de Privacidad Elec-trónica, un grupo de investigación que tiene sede en Washington.

En el caso de Woods, Jaimee Grubbs, que trabajaba como cama-rera en Las Vegas, presentó men-sajes de texto y de voz que asegura corresponden a Tiger. Los textos se revelaron cuando éste chocó con su auto el 26 de noviembre, accidente al que siguió un profuso flujo de ar-tículos sobre infidelidades matri-moniales. A partir de entonces, más de otras diez mujeres afirmaron que habían dormido con Woods.

El golfista anunció el 11 de diciem-bre que haría una “pausa por tiem-po indeterminado” en el Tour de la

PGA para trabajar en su matrimo-nio. La consultora global Accenture canceló su contrato de auspicio con Woods el 13 de diciembre, un día después del anuncio de Gillette de que reducirá la presencia de Tiger en su publicidad.

Otros, como Kwame Kilpatrick, el ex alcalde de Detroit, fueron des-cubiertos porque usaron pagers y teléfonos celulares gubernamenta-les. Kilpatrick cometió perjurio en lo relativo a una aventura con una colaboradora, pero sus mensajes de texto revelaron la verdad. La esposa del gobernador de Nevada Jim Gibbons lo acusó la primavera pasada, en el marco de su juicio de divorcio, de haber mandado más de ochocientos mensajes de texto a una amante en 2007. Gibbons sostu-vo que la mujer era una amiga, pero le pagó al estado 130 dólares por los mensajes de su teléfono.

Lo más habitual, sin embargo, es

que a la sospecha siga una confron-tación. Doug Hampton, un viejo amigo y empleado del senador En-sign, declaró hace poco al noticiero televisivo “Nightline” que se había sentido sosprendido luego de pedir-le prestado el celular a Ensign para llamar a su esposa, Cynthia Hamp-ton, a fines de 2007 y descubrir que la misma estaba agendada como “tía Judy”. Hampton dijo que había encontrado un mensaje de texto revelador y que había hablado con ambos sobre la aventura durante una comida de Navidad realizada poco después.

En una reciente encuesta sobre redes sociales que se llevó a cabo entre 2.300 adultos, el Pew Internet and American Life Project determi-nó que el 12% había compartido in-formación online que luego se había arrepentido de subir. Lee Rainie, di-rector del Pew Project, sostiene que ello demuestra que hay un cambio

cultural por el que la gente es cada vez más descuidada respecto de re-velar información personal. “Una cosa es escribir una nota personal a alguien que la comparte con sus dos mejores amigas”, señala Rainie, “y otra es poner por escrito el afecto y convertirse en un hazmerreír. Lo que en el momento parece algo ínti-mo y anónimo, en realidad no lo es. Se lo puede compartir.”

Ropbert Stephan Cohen, el abo-gado que representó a la ex super-modelo Christie Brinkely en su jui-cio de divorcio de Peter Cook, dice que hasta los divorcios de rutina se tornarían más desagradables si hu-biera más mensajes de texto como prueba.

“Difiere mucho de los rumores sobre un marido que durante una cena se aparta con una chica”, agre-ga. “Esto está a la vista de la espo-sa. Es algo que se lee una y otra vez. Es cruel e hiriente.”

Kwame Kilpatrick, el ex alcalde de Detroit, reaccionó en la

Corte en 2008. en su juicio por perjurio se presentaron

mensajes de texto explícitamente sexuales como prueba.

Viene de la página 1

BiLL PugLiano/geTTy iMages

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Lunes, 21 De Diciembre De 2009 III

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U N P L A N E TA E N P R O C E S O D E C A M B I O

IV Lunes, 21 De Diciembre De 2009

Área en detalle

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La Paz

El Alto

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POR ELISABETH ROSENTHAL

EL ALTO, Bolivia — Cuando dejó de salir agua de la llave de su casa de paredes de adobe, en septiem-bre, Celia Cruz dejó de preparar caldos y redujo el lavado de ropa de su familia, de cinco integrantes. Empezó a hacer peregrinajes dia-rios a barrios más prósperos, con la esperanza de encontrar agua allí.

Aunque tiene una década de vivir en El Alto y su esposo, obrero de la construcción, gana un salario decen-te, el dinero no puede comprar agua.

“Estoy pensando mudarme de nuevo al campo; ¿qué más puedo hacer?”, dijo Cruz, de 33 años, quien usa las tradicionales trenzas y una falda larga con olanes, al tiempo que contemplaba un patio lleno de cer-ditos, bolsas de papas y un antiguo Datsun rojo. “Hace dos años, esto nunca fue un problema, pero si no hay agua, no se puede vivir”.

Los glaciares que durante mucho tiempo han proporcionado agua y electricidad a esta parte de Bolivia están en proceso de derretirse y desaparecer, víctimas del calenta-miento global, dice la mayoría de los científicos.

Si los problemas del agua no se solucionan, El Alto, la pobre ciudad hermana de La Paz, podría quizá ser la primera baja urbana importante del cambio climático. Un informe del Banco Mundial concluyó, el año pa-sado, que dicho cambio eliminaría a muchos glaciares en Los Andes en el curso de 20 años, lo que amenazaría la existencia de casi 100 millones de personas.

Para las aproximadamente 200 naciones que intentan negociar un acuerdo climático en Copenhague, la interrogante de cómo abordar las necesidades de docenas de países como Bolivia es un enfoque central de las conversaciones y un impor-tante obstáculo para un tratado.

Los líderes mundiales durante mucho tiempo han reconocido que los países ricos deben proporcionar dinero y tecnología para ayudar a las naciones en desarrollo a adaptarse a los problemas que, en gran medida, han sido creados por chimeneas y es-capes muy distantes. Sin embargo, los detalles de esa transferencia (qué pagarán los países, cuánto y por qué clases de proyectos) siguen siendo objeto de debate.

El 11 de diciembre, la Unión Eu-ropea hizo una promesa inicial de pagar US$3.5 mil millones anuales, durante tres años, para ayudar a que los países pobres hagan frente a los problemas, aunque los economistas pronostican que el costo total será de US$100 mil millones o más.

“Tenemos un gran problema e incluso el dinero no lo resolvería completamente”, dijo Pablo Solón, embajador de Bolivia en las Nacio-nes Unidas. “¿Qué haces cuando tu glaciar desaparece o tu isla está ba-jo el agua?”.

Varios científicos dicen que el dinero y la ingeniería podrían re-solver los problemas de agua de La Paz y El Alto, con proyectos entre

los que figura una represa bien di-señada. Los glaciares que rodean las ciudades han proporcionado, en esencia, un almacenaje natural de bajo mantenimiento, al recolec-tar el agua en la corta temporada de lluvia y liberarla como agua y electricidad en la larga sequía. Con las temperaturas más cálidas y la cambiante precipitación, eso ya no sucede.

“Los efectos aparecen mucho más rápido de lo que podemos responder a ellos, y toma de 5 a 7 años construir una represa. No estoy seguro de que dispongamos de tanto tiempo”, dijo Edson Ra-mírez, glaciólogo boliviano que ha documentado y pronosticado el retroceso de los glaciares durante dos décadas.

Dicho retroceso ha superado sus sueños más disparatados. Ramí-rez había predicho que un glaciar, el Chacaltaya, duraría hasta el 2020 y desapareció este año.

Sin embargo, no se puede culpar solo al calentamiento global de las eternas aflicciones de este exótico

aunque desesperadamente pobre país sin acceso al mar, donde el in-greso per cápita es de aproximada-mente US$1 mil anuales.

Los suministros de agua urba-nos también se ven muy afectados por el crecimiento poblacional, así como por un manejo disparejo,

en parte porque hay poco dinero para administrar algo y también porque el Gobierno nacionalizó la compañía de agua hace unos años, tras haber declarado al agua un derecho humano. El Alto aún no emplea a un técnico de agua de tiempo completo.

Cuando el agua de la llave se agotó en el barrio de Cruz, el Dis-

trito de Solidaridad de El Alto, los residentes ricos de La Paz aún te-nían agua. En una nación que ha apoyado la retórica socialista y los derechos de los indígenas, hubo quejas. “El sentido de injusticia es palpable”, dijo Edwin Chuquimia Vélez, funcionario antes a cargo del agua, en El Salto.

En Khapi, aldea a dos horas por carretera de La Paz, la gente considera al glaciar del Illimani como “nuestro Dios, nuestro gran protector”, dijo Mario Ariquipa Laso, de 55 años, campesino de rostro curtido que cultiva papas y maíz en las laderas escarpadas a la sombra del glaciar.

Hace una década, dicho glaciar proporcionaba una corriente de agua continua y moderada duran-te los meses de sequía para mante-ner regados los cultivos. Hoy, con el Illimani en retroceso, el agua “apenas sale” del glaciar, en una mezcla amarillenta.

Los países desarrollados coin-ciden en que tienen una obligación de ayudar a aliviar tales presiones, pero muchos se resisten a soltar fondos, en parte porque los países pobres tienen pocos planes con-cretos para abordar los problemas climáticos. Pero con poco dinero en efectivo o experiencia, es difícil planear una gigantesca represa nueva o un sistema para transferir agua a todo el país.

La gente pobre de Bolivia, dijo Edwin Torrez Soria, ingeniero de Agua Sustentable, que trabaja con las aldeas cercanas al glaciar del Illimani, “no es responsable de lo que le pasa al glaciar, pero es la que más sufre y, desafortunada-mente, el Gobierno no parece tener un plan”.

Deshielo de glaciares sería golpe fatal para ciudad boliviana

Jean Friedman-Rudovsky con-tribuyó con información para este artículo desde El Alto, Bolivia.

Glaciares andinos podrían derretirse en 20 años.

FOTOGRAFÍAS POR ÁnGel FRAncO/The new YORk TimeS

campesinos como mario Ariquipa laso y su esposa, margarita limachi Álvarez, temen por el futuro, ya que se derriten los glaciares.

The new YORk TimeS

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c i e n c i a y t e c n o l o g í a

Lunes, 21 De Diciembre De 2009 V

Estimulación cerebral

Giro cingulado

SONDA SONDA IMPLANTE

Capsulotomía Cirugía de bisturí gamaCingulotomía

Unos cuantos centros médicos han realizado varias neurocirugías experimentales como último recurso para trastornos obsesivos-compulsivos (TOC) cuya gravedad rebasa el nivel de tratamiento estándar.

Se insertan sondas en el cerebro para destruir un punto del cíngulo anterior e interrumpir un circuito que conecta los centros cerebrales emocionales y de planeación consciente.

Método alterno a la capsulotomía en el que un electrodo es implantado permanentemente en un hemisferio cerebral o en ambos. Un aparato tipo marcapasos da los pulsos.

Sondas de cauterización son insertadas en el cerebro para destruir parte de la cápsula anterior e interrumpir un circuito considerado hiperactivo en víctimas de TOC severo.

Un aparato parecido a la resonancia magnética concentra cientos de rayos en un punto del cerebro en el que destruye pequeñas áreas de tejido.

Rayos

THE NEW YORK TIMES

Neurocirugía Psiquiátrica

POR BENEDICT CAREY

Uno era un hombre de mediana edad que se negaba a entrar a la du-cha. El otro era un adolescente que temía salir.

El hombre, Leonard, un escri-tor de las afueras de Chicago, era completamente incapaz de lavarse o cepillarse los dientes. El adoles-cente, Ross, vecino de un suburbio de Nueva York, se había vuelto tan temeroso de los gérmenes que solía ducharse durante siete horas. Cada uno fue diagnosticado con un seve-ro trastorno obsesivo-compulsivo, o TOC.

Con el tiempo, acudieron des-esperados a un hospital de Rhode Island para someterse a una opera-ción experimental del cerebro en la que les hicieron cuatro orificios del tamaño de una pasa en lo profundo del cerebro.

Hoy en día, dos años después de la cirugía, Ross tiene 21 años y estu-dia en la universidad.

“Me salvó la vida”, expresó. “En verdad lo creo”.

No puede decirse lo mismo res-pecto de Leonard, de 67 años, quien fue operado en 1995.

“No hubo cambio en lo absoluto”, aseguró. “Aún no salgo de casa”.

A finales del siglo pasado, la gran promesa de la neurociencia era que

revolucionaría el tratamiento de los problemas psiquiátricos. Sin em-bargo, la primera aplicación real de la ciencia cerebral avanzada no es novedosa. Es una versión precisa y sofisticada de un enfoque antiguo y controversial: la psicocirugía, en la que los médicos operan directa-mente en el cerebro.

Este año, por primera vez desde que la lobotomía frontal cayó en descrédito en los años 50, la Direc-ción de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó una de las técnicas quirúrgicas para algu-nos casos de TOC.

Aunque no más de unos cuantos miles de personas están lo suficien-

temente discapacitadas para cum-plir con el estricto criterio para la cirugía en este momento, millones más que padecen una variedad de condiciones graves, desde depre-sión hasta obesidad, podrían bus-

car tales operaciones a medida que las técnicas se vuelvan menos ex-perimentales.

Sin embargo, con esa esperanza viene el riesgo. En vista del histo-rial de técnicas fallidas, como la lo-

botomía, “si este esfuerzo sale mal, se suspenderá este enfoque duran-te otros cien años”, apuntó Darin D. Dougherty, director de la división de neuroterapia del Hospital Gene-ral de Masachusets y catedrático

adjunto de psiquiatría en la Univer-sidad de Harvard.

Durante años, los médicos han efectuado una variedad de proce-dimientos experimentales, la ma-yoría para el TOC o la depresión, cada uno guiado por la tecnología de imágenes de alta resolución.

En un procedimiento, llamado cingulotomía, los médicos perforan el cráneo e introducen cables en un área llamada cíngulo anterior. Ahí, localizan y destruyen porciones mí-nimas del tejido subyacente a lo lar-go de un circuito, en cada hemisfe-rio, que conecta centros emociona-les más profundos del cerebro con áreas de la corteza frontal, donde se centra la planificación consciente.

Este circuito parece hiperactivo en las personas con TOC severo, y los estudios de imágenes sugieren que la cirugía calma esa actividad. En otra operación, llamada capsu-lotomía, los cirujanos penetran más profundamente, hacia un área lla-mada cápsula interna, y cauterizan puntos en un circuito que también se cree que está demasiado activo.

Un enfoque diferente es la esti-mulación cerebral profunda, en la que los cirujanos introducen cables en el cerebro, pero los dejan ahí. Un dispositivo parecido a un marcapa-sos envía una corriente a los elec-trodos.

En otra técnica, los médicos co-locan al paciente en una máquina semejante a la de resonancia mag-nética que envía haces de radiación hacia el cráneo. Los rayos pasan a través del cerebro sin causar daño, salvo en el punto donde convergen. Ahí, cauterizan partes del tejido de los circuitos relacionados con el TOC. Esta opción, llamada cirugía de bisturí gama, fue por la que se decidieron Leonard y Ross.

Ben Greenberg, psiquiatra a car-go del programa en el Hospital But-ler en Providence, Rhode Island, declaró que aproximadamente el 60 por ciento de los pacientes que se sometieron, ya sea a la cirugía de bisturí gama o a la estimulación ce-rebral profunda mostraron una me-joría significativa, y el resto mostró poca o ninguna.

POR ANNE RAVER

CHICAGO — El cardo, cuyas hojas cubiertas de pelusa y flores rosas abundaron en las dunas de varios de los Grandes Lagos, fue forzado a su virtual extinción de las orillas del lago Michigan, hace décadas, producto de la urbaniza-ción, las sequías y los gorgojos.

Sin embargo, en los años 90, di-ferentes semillas recolectadas de distintas partes del hábitat del car-do fueron cultivadas en el Jardín Botánico de Chicago y sembradas con la ayuda del museo Morton Ar-boretum, en toda la orilla del lago, en el Illinois State Beach Park, al norte de Chicago, cerca de los lími-tes con Wisconsin.

Las plantas provenientes de las dunas de Indiana hacia el sur evolucionan bien; las plantas que provenían del norte no están cre-ciendo.

Con esos resultados mixtos en mente, los científicos del jardín bo-

tánico envían equipos a todo el me-dio oeste y oeste de Estados Unidos, hacia las Montañas Rocosas y la Gran Cuenca, para reunir semillas de distintas poblaciones de 1,500 es-pecies de pradera para el 2010, y de 3 mil especies para el 2020.

El objetivo es preservar las espe-cies y, dependiendo de los cambios en el clima, quizás incluso ayudar a especies que por lo general cre-cen una cerca de la otra a migrar hacia un nuevo hábitat.

“Dentro de 50 a 100 años, debido a que los hábitats o climas están tan alterados, podríamos terminar tratando de mudar las especies en un contexto de restauración, en ensamblajes de especies”, dijo Pa-ti Vitt, científica de conservación y curadora del Banco Nacional Dixon de Semillas de Pradera, del jardín botánico.

El jardín busca permisos para poner a prueba el concepto con el cardo, empujándolo hacia un nue-

vo territorio más frío, a lo largo de las orillas del lago Ontario.

No obstante, la migración asisti-da, como se le llama, es una cues-tión polémica. Por un lado, hay quienes argumentan, igual que los científicos del jardín botánico, que

correr el riesgo es mejor que que-darse de brazos cruzados.

“Reconocemos que el cambio climático probablemente sea muy rápido y que las plantas solo se dispersan unos cuantos cientos de metros, a lo mucho 800, de forma

natural”, apuntó Kayri Havens, di-rectora de Ciencia y Conservación Botánica del jardín botánico.

Otros científicos afirman que jugar con la complejidad de los há-bitats es llamar al desastre, y un gasto enorme.

“Aún usando la mejor ciencia, no somos buenos para predecir qué especies serán invasivas”, comen-tó Jason S. McLachlan, biólogo en la Universidad de Notre Dame, en Indiana, quien ha estudiado la propagación de la población post-glacial.

El haya americana, por ejemplo, era tan poco común durante el pe-riodo glacial, que en raras ocasio-nes se encuentra en fósiles. En la actualidad, es tan abundante en bosques del este, dijo McLachlan, que eclipsa a “casi todas las demás especies”.

Al tiempo que prosigue el debate, los científicos en el jardín botánico forman la colección de semillas y

evalúan la adaptabilidad de dife-rentes poblaciones de especies. Recientemente, Vitt y Havens pre-sumieron el nuevo Centro Científi-co Rice, que cuenta con laborato-rios y una bóveda para semillas, de 39 metros cuadrados, tapizada de estantes de acero inoxidable.

“Sé lo que esto nos permitirá hacer en el futuro”, expresó Vitt. “Es la labor de conservación más importante que puede realizar el jardín botánico”.

Cirugías con fines psiquiátricos ofrecen nuevas esperanzas

CHRISTOPHER CAPOZZIELLO PARA THE NEw YORk TImES

SALLY RYAN PARA THE NEw YORk TImES

Plantas como las rudbequias crecen en lo que antes había sido un lote baldío.

El cerebro aún es un órgano complejo y misterioso.

Tienen buena nariz, pero su identificación puede ser errónea.

La migración asistida de plantas genera polémica.

La migración asistida ayuda a rescatar especies vegetales

Un aparato inmoviliza la cabeza de un paciente antes de una cirugía para tratar problemas psiquiátricos.

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POR DIANE CARDWELL

Al final de un oscuro callejón en la Terminal de Micros de la Au-toridad Portuaria, en Midtown Manhattan, de golpe estacionaron aproximadamente unas 50 obras de arte en una galería luminosa y vacía. Sobre una franja lúgubre de la Flatbush Avenue Extension, en Brooklyn, retratos pintados en pastel y esculturas interactivas es-tán apretujadas entre McDonald’s y el restaurante de Applebee. En la vidriera de un antiguo consultorio de dentista en Queens, un puñado de maniquíes sin rostro mece dis-

tintas formas de animales arrolla-dos en la ruta.

El arte puede variar de estilo y valor de impacto, pero los entornos esencialmente son los mismos –es-pacios cedidos o alquilados a bajo precio por propietarios de edificios que no pueden alquilarlos ni desa-rrollarlos–.

Como la recesión continúa y mu-chas vidrieras de Nueva York si-guen estando vacías, los propieta-rios comerciales están recurriendo a una nueva clase impensable de inquilinos: los artistas, que en tiempos de mayor euforia tienden a ser más bien ahuyentados que

atraídos.A precios reducidos y general-

mente en forma temporal –unas pocas semanas o meses– el artista consigue una galería o un estudio, y el dueño cuenta de ese modo con una atracción vibrante susceptible de disuadir a los delincuentes y de atraer a la siguiente ola de inqui-linos pagos. “Cualquier actividad es mejor que ninguna”, dijo Jed Walentas, un desarrollador inmo-biliario de Brooklyn cuya empresa, Two Trees Management, habitual-mente alquila espacios en Brooklyn para proyectos artísticos. “Mien-tras sea lo suficientemente corto y flexible, no hay un costo real. O sea que la cuestión es a quién se puede encontrar que haga una inversión en un espacio con semejante nivel de incertidumbre, y suelen ser los artistas”.

Estas “pop-up galleries”, como se las conoce en Gran Bretaña, donde el fenómeno ya está totalmente establecido, están propagándose cada vez más en Nueva York aho-ra que los defensores de los desa-rrollos y los propietarios hacen esfuerzos denodados por guardar las apariencias en un área donde el comercio y la construcción están frenados.

La demanda para los propietarios es tan alta que Chashama, un grupo que trabaja desde hace casi 15 años buscando propiedades vacías para artistas visuales y del espectáculo, ya no tiene que salir a buscar. Su fundadora, Anita Durst, dijo que todos los días recibe llamadas de propietarios de inmuebles pidién-dole que les encuentre proyectos artísticos. Algunos hasta se ofrecen

a pagar los gastos básicos, como la electricidad, por ejemplo.

A Chashama le fue asignada la tarea de encontrar artistas para el antiguo consultorio de dentista y otro espacio vacío por la Greater Jamaica Development Corpora-tion, uno de los varios grupos em-presarios que trabajan poniendo en contacto a los artistas y los pro-pietarios.

Los ejecutivos confiaron en el Fashion Center Business Impro-vement District y la Times Square Alliance para traer a una serie de

inquilinos emergentes, como di-señadores de moda y artistas que trabajan en una amplia gama de técnicas.

Para los vecinos, los escaparates decorados con plantillas o tejidos en vez de papel y con carteles “en al-quiler” constituyen un avance sig-nificativo. “Las luces siempre están encendidas, los artistas llegan y se van tarde a la noche, y han activado la calle mucho más de lo que supo-níamos”, dijo Andrew Manshel, de la Greater Jamaica Development Corporation.

La gente del lugar disfruta mucho las muestras. Los transeúntes ca-suales y los trabajadores dicen que les gusta tener algo diferente para ver y poder hablar con los artistas. En la 161st Street en Queens una tarde, dos peluqueros de la cuadra dijeron que apreciaban lo accesi-bles que habían sido los artistas.

“Cuando llegaron, recibían a to-do el mundo, era gratis y al salir te daban un poco de vino, tenían comi-da”, dijo un peluquero de Haircut-ter, que se identificó como Junior. “Es fantástico”.

POR RANDY KENNEDY

NORTH BERGEN, Nueva Jer-sey — En pleno centro urbano de Nueva Jersey hay un lugar im-pensable que podría imaginarse como un paraíso de la ópera. O un purgatorio de la ópera, quizá; un edificio cavernoso al que van a parar centenares de muebles con incrustaciones en oro falso, copo-nes de bronce, plantas de caucho y trajes –una elegante estantería tras otra– cuando no son utiliza-dos en producciones por la ópera de Nueva York, a la espera de su próxima noche en el escenario.

Para muchos de esos trajes, los que están hechos en talles fuera de lo común o que pasaron su mo-mento de esplendor, la esperanza, no obstante, es vana, ya sonó su hora. Y es ahí donde entra E. V. Day. En los últimos meses, mien-tras la ópera se preparaba para iniciar su nueva temporada des-pués de grandes renovaciones en su sede del Lincoln Center, el Da-vid H. Koch Theater, Day recibió carta blanca para hurgar en sus copiosos armarios. Day, 42, es una artista que se ha hecho famosa por transformar la vestimenta en material de escultura –vestidos desarmados detenidos en el acto de explotar, impermeables disec-cionados en forma aterradora, tangas dispuestas en formaciones de aviones de combate. Ella des-cribe su trabajo como “pinturas futuristas abstractas en tres di-mensiones”, y como una manera de analizar las construcciones

sociales, sobre todo los roles que la vestimenta puede imponer a las mujeres.

De todos modos, cuando Geor-ge Steel, el nuevo gerente general y director artístico de la ópera, le dijo a Day que tenía interés en encargarle la creación de una ins-talación temporal para el espacio de la gran promenade del teatro, Day se sumergió rápidamente en un mundo de ficción grandiosa y de elevada tradición en el que las prendas de vestir no solo imponen

roles sino que prácticamente los definen.

“Iba viendo todos estos bellísi-mos trajes que, al principio, pare-cían muy similares, y le decía a la gente de vestuario: ‘¿Quién habrá usado éste?’” recordó hace poco Day. “Y sin pasar por alto ningún detalle, me decían: ‘Ah, es Violetta de ‘La Traviata’”.

La ropa que Day transformó en su trabajo para la ópera –en total 13 prendas, que fueron puestas en exhibición al público el 6 de no-viembre y seguirán allí durante todo el otoño y la primavera, sus-

pendidas entre las pasare-las de la promenade– cons-tituye un verdadero elenco tradicionalista de persona-jes de ópera. Uno de ellos es Don Giovanni, representa-do por sus guantes negros, uno volando sobre una nu-be de una falda de crinolina como un halcón atacando una bandada de palomas. También está Mimi de La Bohème, representada por un vestido de color rojo in-tenso que está, como toda la obra de Day, colgado usan-do tanza unida a la tela con conectores de aparejos de pesca llamados mosqueto-nes giratorios; en este ca-so, el vestido queda como si una forma elegante de rigor mortis se hubiera instalado luego de que la tuberculosis se llevara a su dueña. Puede verse también el caparazón etéreo de encaje del vestido de Manon, una copia del que usó Beverly Sills du-rante una función en la que representó al personaje de la ópera de Massenet. Y el quimono de Cio-Cio-San de Madama Butterfly se mues-tra ascendiendo de su trági-co destino en una suerte de vuelo triunfal.

Siendo como es una escultora cuya materia prima es la ropa, Day contó que algunos días, en el edificio de los vestuarios, aunque oscuro y helado a veces, se sintió

en el cielo. “Esto es ‘couture’”, dijo, señalando el intrincado bordado de cuentas diminutas de un ves-tido, detalles que probablemente se perderían aun los asistentes a la ópera de la primera fila. “Todas

están cosidas a ma-no. Esto es arte”. En parte debido a esto, muchos de los trajes se han man-tenido más o menos intactos.

En un artículo que escribió para acompañar la ex-posición, dice que “lo que me ayudó a imaginar nue-vas formas para estos trajes fueron todas las pruebas de vida que en-contré en ellos: múltiples modifi-caciones, manchas de transpiración, polvo acumulado por arrastrar ena-guas superpuestas tantos kilómetros por el escenario, maquillaje corrido alrededor de los cuellos y capas de

etiquetas cosidas mostrando su procedencia: los personajes, las producciones, los escenarios don-de actuaron”. Y agregó: “Quise reanimar estas vidas y darles una forma futura en la promenade”.

Nicole BeNgiveNo/The New York Times

kenny scharf crea obras que forman parte de una muestra en estantes vacíos de Brooklyn.

Otra vida para la ropa de Don Giovanni y de Mimi.

Los propietarios logran guardar las apariencias.

Nueva York saca partido de las estanterías vacías

Vestuario de ópera en obras de arte

sara krulwich/The New York Times

las esculturas de e.v. Day están realizadas con trajes de la Ópera municipal.

a r t e e n n u e va yo r k

vI Lunes, 21 De Diciembre De 2009