trabajo respeto eso

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La palabra respeto proviene del latín respectus y significa “atención” o “consideración”. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE) , el respeto está relacionado con la veneración o el acatamiento que se hace a alguien. El respeto incluye miramiento, consideración y deferencia. Por otra parte, mirar a algo o alguien con respeto también puede hacer referencia al temor o al recelo. Por ejemplo: “Al mar hay que tenerle respeto, ya que puede ser peligroso” . El respeto es un valor que permite que el hombre pueda reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos . Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad . El respeto no sólo se manifiesta hacia la actuación de las personas o hacia las leyes. También se expresa hacia la autoridad, como sucede con los alumnos y sus maestros o los hijos y sus padres. El respeto permite que la sociedad viva en paz, en una sana convivencia en base a normas e instituciones. Implica reconocer en sí y en los demás los derechos y las obligaciones, por eso suele sintetizarse en la frase “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”. Por el contrario, la falta de respeto genera violencia y enfrentamientos. Cuando dicha falta corresponde a la violación de una norma o de una ley, incluso es castigada a nivel formal. Este castigo puede ser una multa económica o hasta el encarcelamiento. deferencia. (Del lat. defĕrens, -entis, deferente). 1. f. Adhesión al dictamen o proceder ajeno, por respeto o por excesiva moderación. 2. f. Muestra de respeto o de cortesía. 1

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REFLEXIONA Y OPINA SOBRE LOS TEXTOS

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La palabra respeto proviene del latín respectus y significa “atención” o “consideración”. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), el respeto está relacionado con la veneración o el acatamiento que se hace a alguien. El respeto incluye miramiento, consideración y deferencia.

Por otra parte, mirar a algo o alguien con respeto también puede hacer referencia al temor o al recelo. Por ejemplo: “Al mar hay que tenerle respeto, ya que puede ser peligroso”.

El respeto es un valor que permite que el hombre pueda reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos. Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad.

El respeto no sólo se manifiesta hacia la actuación de las personas o hacia las leyes. También se expresa hacia la autoridad, como sucede con los alumnos y sus maestros o los hijos y sus padres.

El respeto permite que la sociedad viva en paz, en una sana convivencia en base a normas e instituciones. Implica reconocer en sí y en los demás los derechos y las obligaciones, por eso suele sintetizarse en la frase “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.

Por el contrario, la falta de respeto genera violencia y enfrentamientos. Cuando dicha falta corresponde a la violación de una norma o de una ley, incluso es castigada a nivel formal. Este castigo puede ser una multa económica o hasta el encarcelamiento.

deferencia.

(Del lat. defĕrens, -entis, deferente).

1. f. Adhesión al dictamen o proceder ajeno, por respeto o por excesiva moderación.

2. f. Muestra de respeto o de cortesía.

3. f. Conducta condescendiente.

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¿La juventud ha perdido el respeto a los profesores y adultos?Cada vez se escuchan más casos de alumnos que han insultado, humillado o incluso pegado a sus profesores. Antes esto era impensable puesto que aunque no aguantaras al profesor tenías un respeto hacia él!

¿Es cierto esto?

¿De quien es la culpa?

¿Cada vez hay menos educación?

Un saludo a todos!!

Mejor respuesta - Elegida por el usuario que preguntaLa juventud ha perdido tantas cosas, tienes razón, ahora es una preocupación tener hijos, porque no sabes en el mundo que los meterás, yo creo que es culpa de la educación que les viene dada, de la permisividad que se les da, del hacerle creer que se merecen todo, del darle todo y no pedirle nada en cambio, la culpa es siempre de los padres. Recuerdo que cuando era pequeñita bastaba que mi madre me mirara para saber lo que tenía que hacer y las maestras tenían siempre razón, me avergonzaba si venía la llamaban a dirección por algún error cometido. Ahora los padres compran a los hijos móviles y computadoras que ellos no pueden tener.Yo espero ser una buena madre para mis hijos, tomaré como ejemplo mi madre a la cual respeto y debo muchísimo y luego le enseñaré a respetar hasta la planta más insignificante, porque cada ser viviente necesita ser respetado.Bye.it's only my point of view

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¿Merece hoy dia la pena ser profesor de Secundaria si te gusta explicar?Hoy día el profesor además de explicar, también hace labores administrativas, educativas (un profesor debe educar además de enseñar matemáticas), y lo que es peor: siempre es el malo de la película (es como ser árbitro de fútbol). ¿Si sólo te gusta explicar, merece la pena?

Soy maestra y te digo siempre vale la pena, a veces te encuentras ex-alumnos y te dan las gracias por haberlos ayudado y por haberles exigido. Te dicen si usted no me hubiera exigido no habría llegado a donde estoy, otros me dicen que no tuvieron problemas porque los enseñé a ser responsables. Cuando se de los apodos que me ponen los alumnos, no importa y ni les reclamo, digo es la paga por los que yo les puse a mis maestros. Siempre de estudiante tuve maestros estrictos y fue de quienes más aprendí.Así que vale la pena ser maestro.Saludos

Yo y mis experiencias

La verdad a mi me gustaría ser maestro de Secundaria, entiendo todo lo que esto implica, pero yo tengo recuerdos de maestros que me cayeron muy bien y que hicieron tomar amor a sus materias. Si logro ser un maestro así, realmente vale la pena serlo, aunque la mayoría de alumnos te odien y digan cosas malas de ti en los recesos.

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El respeto es un valor en cualquier relación social, y en la escuela las relaciones interpersonales, y por lo tanto las situaciones donde se respeta o no a la otra persona, ocurren entre alumnos, entre docentes, entre directivos y docentes, directivos y alumnos, preceptores y docentes, preceptores y alumnos, padres y docentes, etcétera. También el respeto se manifiesta ante la institución escolar en general y hacia el edificio en particular.

El respeto, en su etimología, derivado del latín “respectus” significa ver de nuevo; tratar al otro en consideración a su dignidad humana, y en su caso, respetando jerarquías, por ejemplo cuando el alumno se dirige a un maestro o personal directivo. Con respeto a la institución escolar se deben aceptar las reglas impuestas; y en cuanto al edificio, respetarlo significa cuidar las instalaciones, usándolas de acuerdo a sus fines (no escribir los escritorios ni las paredes, no tirar basura o papeles al piso y no dañar las instalaciones en general).

Se pierde el respeto cuando se insulta, se grita sin motivo (por supuesto si dos alumnos se están golpeando, lógicamente es aceptable que se les grite para que depongan su actitud), se menosprecia, se humilla, no se escucha, se engaña, o se miente.

Si falta el respeto es esperable que la escuela se convierta en un lugar ajeno a su fin primordial que es la enseñanza de valores, entre los cuales el respeto es fundamental para lograr formar ciudadanos dignos de vivir en una sociedad democrática. Una escuela donde no prima el respeto será un lugar donde la convivencia resultará caótica, y enseñar, prácticamente imposible.

Aunque esto parezca natural, es frecuente que las faltas de respeto se presenten en los establecimientos escolares y que se violen las normas de convivencia. Será responsabilidad de maestros y directivos hacer cumplir las reglas, negociar democráticamente, escuchar, pero siempre estableciendo límites claros, pero siempre respetando, ya que el respeto se enseña siempre desde el ejemplo.

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EL DIARIO MONTAÑÉS

LA MAREA

El respeto a los profesores 06.02.2009

A hora que con tanta insistencia se habla de la necesidad de cambiar determinadas conductas que desde el pasado nos han podido llevar a la situación actual, podríamos empezar por la educación. Más concretamente por el respeto, casi sagrado, que los alumnos deben de tener hacia sus profesores, en la gran importancia que tiene la preparación de hoy para el día de mañana, y los buenos o malos comportamientos en que podamos incurrir. Se lo relato como me lo cuentan: 'una profesora llamaba la atención a una joven estudiante ante su mal comportamiento y ella, con rostro y voz amenazantes, le espetó en presencia del resto de alumnos, ¡joder, no te pases que no ha sido para tanto!'. Mira que tengo anécdotas que contar de mi época estudiantil, pero ni consultados los universitarios más cachorros atienden a explicarte la falta de respeto que hoy impera por parte de muchos alumnos hacia sus profesores. Tengo claro que la raíz del problema está en los padres, en la propia familia. Porque lo que no enseñas en casa, las reglas que aquí no impones, difícilmente brotan por sí solas en el colegio que está intentando formar a una bruta como la citada. La consistencia de un país está en la educación. Incluso cuando vienen mal dadas, se apela lo primero a la educación, a fortalecerla y a cambiarla en lo que sea necesario. El que se forma no es amigo del profesor, es su discípulo, a quien el primero trata de enseñar de la mejor manera posible, dentro de un sistema educativo tan cambiante, y eso es malo, en el deseo de que ese joven tenga las mejores oportunidades personales y profesionales cuando llegue al final de su formación. Cada cual puede elegir. Siempre he pensado que el respeto con el que tratas a todos está en la esencia exigible para la tolerancia que debe imperar en tantos asuntos. Nuestros colegios asisten con preocupación a la explosión de la mala educación, la falta de respeto y el acoso a quienes se considera injustamente los más débiles de la clase. Antes de que el problema vaya a más, debemos pensarlo, empezando por los padres y nuestra falta de vigilancia ante lo que debe ser una conducta social de nuestros hijos en el respeto hacia todos los demás. A los profesores, los primeros.

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Finlandia: el respeto a la EducaciónPor Lola García-Ajofrín

Más artículos de este autor

Última actualización 22/12/2008@06:22:41 GMT+1

El valor que concede la sociedad finlandesa a su enseñanza es tan elevado que la profesión de maestro es una de las más demandadas. La flexibilidad, gratuidad del sistema e igualdad de oportunidades también contribuyen al éxito en PISA.

La profesora Onerva Mäki es uno de los millones de granitos de arena que constituyen el exitoso “granero” educativo de Finlandia. Su compromiso con la enseñanza y una carrera dedicada a la Educación de los niños discapacitados le ha llevado a ser galardonada por la Unesco con uno de los premios Comenius, –la distinción más prestigiosa a la carrera docente–. Para ella el “respeto a la Educación que coexiste en la sociedad finesa” es la clave del sobresaliente de Finlandia en PISA. De él brotan el resto de características, –como la calidad del profesorado, la gratuidad de la Educación o la flexibilidad del currículo– que hacen posible el sueño educativo finlandés.

La explicación reside en que respeto y Educación son dos palabras que desde hace siglos caminan de la mano en este diminuto país nórdico, con cerca de un millón menos de habitantes que la Comunidad de Madrid –5.300.000–. Hasta tal punto de que “en el siglo XIX un ciudadano no podía casarse en Finlandia si no sabía leer”, explica la galardonada Onerva Mäki. Esa obligación estaba influenciada por unos fuertes principios luteranos que establecían que todos los cristianos debían ser capaces de leer la palabra de Dios y que fue el punto de partida de un sistema educativo que no ha hecho otra cosa que cosechar éxitos.

Pero no sólo el respeto a la docencia honra al sistema educativo de Finlandia. El resto de elementos los acaba de desvelar el Ministerio de Educación finés en un documento que bajo el título PISA: algunos de los factores que explican el éxito finlandés en Educación descubre la fórmula mágica que durante los últimos años persiguen el resto de países. Y parece ser que no es uno sino varios los secretos que hacen posible su exitoso sistema educativo. Éstos abarcan desde los valores de la sociedad, su excelente red de bibliotecas, el compromiso de los profesores, la flexibilidad del currículo, a la gratuidad de un sistema educativo –en el que no hay que pagar ni por el dentista–. “Intentar imitar alguna de estas características por separado no tendría mucho sentido”, explica la secretaria de Estado del Ministerio de Educación de Finlandia, Heljä Misukk, que defiende que su éxito “sólo puede ser explicado por la sinergia de diferentes factores”.

El primero de ellos, según el documento del Ministerio finés es el que ya argumentaba la profesora Onerva Mäki: el valor que la sociedad finlandesa le concede a la Educación, donde “cerca de tres cuartos de los adultos entre 25 y 64 años han completado el Bachillerato y un tercio tiene una licenciatura”. Y del que sólo se excluye un 1% de este grupo de edad sin la enseñanza obligatoria.

A una Educación muy valorada le sigue una profesión de Magisterio altamente cualificada, el segundo de sus secretos. “En Finlandia a todos los profesores se les exige licenciatura y su formación incluye varios periodos de enseñanza práctica”, defiende el Ministerio. Lo que convierte la profesión de maestro en una ocupación “altamente reconocida y de elección popular” que permite a las universidades “la posibilidad de elegir sólo a los estudiantes más cualificados”.

Con buenos maestros e interés por la enseñanza, disponer hasta del cuaderno o el dentista gratis no

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deja a los finlandeses excusa para no ir al colegio. En Finlandia que los niños estudien no le cuesta ni un euro a sus padres y ese es el tercero de sus secretos. La enseñanza obligatoria es gratuita durante sus nueve años de duración, pero además incluye los materiales escolares, la comida, el transporte y hasta la asistencia sanitaria.

A eso hay que añadirle un sistema educativo muy flexible que permite “organizar la enseñanza de la forma más adecuada en cada zona”, concede a los docentes “amplias responsabilidades pedagógicas” derivadas de su gran papel participativo y les autoriza a elegir junto al colegio el material y métodos de enseñanza preferible para sus alumnos.

Pero no sólo los docentes colaboran en el sistema educativo, otra de las peculiaridades de su enseñanza es la amplia interacción entre profesores y estudiantes y la igualdad de oportunidades que se ofrece a todos los niños. “Nosotros no hacemos diferencias por zona de residencia, género, situación económica, lenguaje u origen cultural”, explica el informe. Y no existen escuelas diferenciadas para niños y niñas.

Fuera de las escuelas, la guinda del pastel la pone una exitosa red de bibliotecas que permite obtener los libros de manera completamente gratuita. Todo un conjunto de factores que contribuyen al respeto de la sociedad por su Educación o viceversa.

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