todo hombre en su justo lugar-la solución biotipologica

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317 SALUD COLECTIVA, Buenos Aires, 7(3):317-332, Septiembre - Diciembre, 2011 ARTÍCULO / ARTICLE RESUMEN Una de las ideas en nombre de las cuales se aspira a gobernar, en el pre- sente, la tensión entre el trabajo asalariado y la salud/enfermedad, afirma que existe una relación "virtuosa" entre la productividad organizacional y la salud de los traba- jadores. Contra toda apariencia de originalidad, tal articulación no es totalmente novedosa. Ya entre 1930 y 1955 en la Argentina, una serie de médicos sostenían que, de aplicarse en los lugares de trabajo el programa de la biotipología, se conseguiría aumentar el rendimiento y disminuir los costos ligados a los accidentes y enfermeda- des laborales y, simultáneamente, cuidar y mejorar la vida de los trabajadores. En este artículo se analizan los temas y estrategias que configuraban el programa de la bioti- pología del trabajo en el país (como la selección y orientación profesional y la vigi- lancia del motor humano), así como las objeciones que en su momento se plantearon contra él, como forma de contribuir a la crítica de las racionalidades que, en la actua- lidad, apuestan a suturar el conflicto entre la productividad empresarial y la salud de los trabajadores. PALABRAS CLAVE Historia; Biotipología; Salud Laboral; Productividad Organizacional, Argentina. ABSTRACT One of the ideas in the name of which the connection between wage labor and health/illness is rationalized in the present asserts that there is a beneficial relationship between organizational efficiency and worker health. In contrast to its apparent originality, this articulation is not new at all. Between 1930 and 1955 in Argentina, a group of physicians upheld that if biotypology programs were implemented in the workplace, it would be possible to improve performance and reduce costs associated with labor accidents and occupational illness, while at the same time looking after and improving the lives of workers. This article analyzes the topics and strategies that formed the occupational biotypology program (such as vocational guidance, personnel selection and human motor surveillance), as well as the objections to the program formulated at the time, as a way to contribute to more contemporary critiques of the rationalities that in the present seek to placate the conflict between company productivity and worker health. KEY WORDS History; Biotypology; Occupational Health; Efficiency, Organizational; Argentina. "Todo hombre en su justo lugar": la "solución" biotipológica al conflicto entre productividad y salud (Argentina, 1930-1955) "Every man in his due place": the biotypological solution to the conflict between productivity and health (Argentina, 1930-1955) Haidar, Victoria 1 1 Abogada. Doctora en Ciencias Sociales. Becaria Post-Doctoral, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Docente, Facultad de Humanidades y Ciencias, Universidad Nacional del Litoral, Argentina. [email protected]

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Todo Hombre en Su Justo Lugar-la Solución Biotipologica

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    ARTCULO / ARTICLE

    RESUMEN Una de las ideas en nombre de las cuales se aspira a gobernar, en el pre-sente, la tensin entre el trabajo asalariado y la salud/enfermedad, afirma que existeuna relacin "virtuosa" entre la productividad organizacional y la salud de los traba-jadores. Contra toda apariencia de originalidad, tal articulacin no es totalmentenovedosa. Ya entre 1930 y 1955 en la Argentina, una serie de mdicos sostenan que,de aplicarse en los lugares de trabajo el programa de la biotipologa, se conseguiraaumentar el rendimiento y disminuir los costos ligados a los accidentes y enfermeda-des laborales y, simultneamente, cuidar y mejorar la vida de los trabajadores. En esteartculo se analizan los temas y estrategias que configuraban el programa de la bioti-pologa del trabajo en el pas (como la seleccin y orientacin profesional y la vigi-lancia del motor humano), as como las objeciones que en su momento se plantearoncontra l, como forma de contribuir a la crtica de las racionalidades que, en la actua-lidad, apuestan a suturar el conflicto entre la productividad empresarial y la salud delos trabajadores.PALABRAS CLAVE Historia; Biotipologa; Salud Laboral; Productividad Organizacional,Argentina.

    ABSTRACT One of the ideas in the name of which the connection between wagelabor and health/illness is rationalized in the present asserts that there is a beneficialrelationship between organizational efficiency and worker health. In contrast to itsapparent originality, this articulation is not new at all. Between 1930 and 1955 inArgentina, a group of physicians upheld that if biotypology programs were implemented inthe workplace, it would be possible to improve performance and reduce costs associatedwith labor accidents and occupational illness, while at the same time looking after andimproving the lives of workers. This article analyzes the topics and strategies that formedthe occupational biotypology program (such as vocational guidance, personnel selectionand human motor surveillance), as well as the objections to the program formulated atthe time, as a way to contribute to more contemporary critiques of the rationalitiesthat in the present seek to placate the conflict between company productivity andworker health. KEY WORDS History; Biotypology; Occupational Health; Efficiency, Organizational;Argentina.

    "Todo hombre en su justo lugar": la "solucin"biotipolgica al conflicto entre productividad ysalud (Argentina, 1930-1955)

    "Every man in his due place": the biotypological solutionto the conflict between productivity and health(Argentina, 1930-1955)

    Haidar, Victoria1

    1Abogada. Doctora en

    Ciencias Sociales. Becaria

    Post-Doctoral, Consejo

    Nacional de Investigaciones

    Cientficas y Tcnicas

    (CONICET). Docente,

    Facultad de Humanidades y

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    HAIDAR V.

    INTRODUCCIN: RESPUESTASHISTRICAS A PREGUNTAS QUE PERSISTEN

    La historiografa argentina se ha venido

    ocupando, en los ltimos aos, de estudiar los

    desarrollos de saberes e instituciones eugensicas

    (a) en el pas. Un conjunto de investigaciones se

    concentraron en analizar los mecanismos de cir-

    culacin de ideas, los contactos de las elites inte-

    lectuales y polticas vernculas con las europeas,

    la traduccin de esas teoras en las polticas

    pblicas y los aparatos del Estado, etctera (b).

    Entre los temas que se han privilegiado se

    encuentra la biotipologa (7-12). Elaborada en la

    Italia de la primera posguerra por Nicola Pende,

    un mdico endocrinlogo formado en la escuela

    lombrosiana pero fuertemente influenciado por

    el pensamiento tomista, la biotipologa se conci-

    bi como la disciplina encargada de efectivizar

    en el mundo latino Italia, Espaa y tambin la

    Argentina la instrumentacin prctica de la

    eugenesia de Francis Galton (7).

    Dicha disciplina apuntaba a conocer

    taxonmicamente a cada individuo, a determinar

    la "constitucin" o "biotipo" entendido como la

    sntesis del tipo morfolgico o forma externa, el

    temperamento humoral y funcional, el carcter

    afectivo y volitivo, la inteligencia y la herencia

    individual (13), en la creencia de que ese conoci-

    miento permitira descubrir no solo las aptitudes

    particulares sino las "ditesis", las predisposicio-

    nes morbosas ocultas que, inexorablemente,

    cada cuerpo portaba.

    En la Argentina, ya hacia 1923, la cor-

    poracin mdica exiga la aplicacin del progra-

    ma de Nicola Pende (9), pero el intercambio

    entre las elites vernculas y las europeas se inten-

    sific con el golpe de Estado de 1930. Esto se

    explica, en parte, por la simpata que desperta-

    ban en su lder castrense, Jos Flix Uriburu, las

    ideas del fascismo italiano, cuyo proyecto polti-

    co contemplaba la posibilidad de instalar un

    esquema de representacin corporativa (14). El

    mismo ao del golpe, Nicola Pende llegaba al

    pas invitado por la ctedra de Clnica Mdica de

    la Universidad de Buenos Aires y los mdicos

    argentinos Octavio Lpez y Arturo Rossi (c) par-

    tan hacia Italia comisionados por Uriburu para

    tomar conocimiento del funcionamiento del

    Instituto de Bonificacin y Ortognesis de la Raza

    Humana instalado en Gnova (d). Ese "viaje de ini-

    ciacin" desembocara en la creacin, en 1932, de

    la Asociacin Argentina de Biotipologa,

    Eugenesia y Medicina Social, una entidad privada

    pero sostenida financieramente por el Estado en la

    que confluyeron grupos liberales y catlicos; arti-

    culacin que fue posible por la relativizacin de

    los fundamentos darwinianos de la eugenesia que

    caracteriz a la escuela de Pende (10).

    El fracaso del proyecto corporativista de

    Uriburu no signific la liquidacin del programa de

    los biotiplogos. Por el contrario, tanto el neocon-

    servadurismo de la dcada infame como el peronis-

    mo apoyaron si bien con importantes matices

    algunos de sus emprendimientos e ideas. La

    Asociacin recibi la ayuda oficial del gobernador

    conservador (y a la sazn mdico higienista)

    Manuel Fresco y del presidente de la Nacin,

    Roberto M. Ortiz. En el ao 1933, Arturo Rossi

    estableci la primera Escuela Politcnica

    Biotipolgica, en donde se ense, entre otras dis-

    ciplinas, medicina del trabajo. Asimismo, el Primer

    Congreso de Sociologa y Medicina del Trabajo,

    organizado por la misma entidad en 1939, cont

    con el aval del Poder Ejecutivo. En 1943 la carrera

    de biotipologa se oficializ, convirtindose al ao

    siguiente en el Instituto Nacional de Biotipologa y

    Materias Afines, dependiente de la Direccin de

    Poltica y Cultura Sanitaria de la Secretara de Salud

    Pblica de la Nacin.

    El discurso eugensico no fue ajeno a la

    poltica sanitaria del peronismo. Su mayor refe-

    rente intelectual, el neurocirujano Ramn

    Carrillo (secretario de Salud Pblica entre 1946 y

    1949 y luego ministro hasta su renuncia en

    1954), inclua entre sus referentes intelectuales a

    Nicola Pende y Alexis Carrel (9,17). En esos

    aos, las funciones del Instituto se jerarquizaron

    institucionalmente. La aspiracin de Carrillo era

    transformar el Instituto de Biotipologa en una

    suerte de "Instituto Argentino del Hombre" que

    replicara la experiencia del que funcion duran-

    te la Francia de Vichy (e).

    En este artculo se analizan las produc-

    ciones discursivas de los mdicos que, como

    Arturo Rossi y Donato Boccia (f), cultivaron la bio-

    tipologa del trabajo en el pas, as como alguna

    de las reacciones que sus propuestas generaron

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    en la corporacin mdica. Se nutre del archivo y

    entra en dilogo con la historiografa, pero su

    horizonte de referencia es un conjunto de proble-

    mas del presente. Si bien cercano a las preocupa-

    ciones relativas al "futuro de la naturaleza huma-

    na" (19), sus interrogantes se refieren a las formas

    en que se gobierna el conflicto entre las deman-

    das capitalistas de productividad y la proteccin

    de la salud de los trabajadores.

    Sabemos que, frente al peligro de la

    otredad se tratara del inmigrante o del descami-

    sado que migraba desde el campo a la ciudad,

    la biotipologa se articul como una estrategia de

    defensa social (10,17). Ese funcionamiento reac-

    tivo, sumado a la eficaz respuesta que la biotipo-

    loga pareca proporcionar a la "crisis" de la

    poblacin, la seduccin que la modernidad tec-

    nocrtica del fascismo ejerca sobre las elites

    locales (20 p.274-275), as como la afinidad entre

    el paradigma precautorio que encarnaba y el

    ethos preventivo propio de la medicina social,

    permiten comprender por qu, aun frustrado el

    proyecto corporativista, la biotipologa se mantu-

    vo vigente durante, al menos, los dos primeros

    gobiernos peronistas.

    Sin desconocer su significacin frente a

    los problemas de la otredad y de la cantidad y cali-

    dad de la poblacin, en este artculo la biopoltica

    se problematiza como un esfuerzo ms por articu-

    lar la exigencia de la mayor productividad del tra-

    bajo con el imperativo de conservar y mejorar la

    salud de la poblacin; un imperativo que, a

    comienzos del siglo XX, era sostenido desde ml-

    tiples mbitos (la doctrina social de la Iglesia, el

    reformismo liberal-social, el socialismo, las cien-

    cias del trabajo, la medicina social, etctera).

    El artculo est organizado de la

    siguiente manera: en el apartado I se presenta, en

    trminos generales, la misin que la propia bioti-

    pologa se encomend respecto del trabajo para,

    en los apartados subsiguientes (II y III) analizar en

    detalle las funciones relativas a la orientacin y

    seleccin profesional y la prevencin de los acci-

    dentes y enfermedades del trabajo. En el punto IV

    se discute la concepcin del trabajador que

    emerge del programa biotipolgico, indicndose

    de qu manera este convive con la metfora del

    "motor humano" (21) para esbozar, finalmente,

    una breve conclusin.

    I. LA MISIN DE LA BIOTIPOLOGA RESPECTO DEL TRABAJO

    El inters de los cultores de la biotipolo-

    ga en la Argentina por la poblacin obrera y, en

    trminos ms generales, por la organizacin del

    trabajo industrial, es consustancial con la misma

    creacin de la Asociacin, una de cuyas seccio-

    nes estaba constituida por la medicina del trabajo.

    Histricamente, los obreros constituyeron junto

    a los escolares, las mujeres, los delincuentes, los

    militares y los jvenes una de las poblaciones

    preferidas para la accin de la higiene social, la

    intervencin eugensica y la experimentacin de

    diferentes tecnologas de identificacin.

    Donato Boccia haba comenzado a

    ensear esa disciplina en 1934 en la Escuela

    Politcnica Biotipolgica. All se impartan cursos

    terico-prcticos orientados a formar "biotiplo-

    gos" (bsicamente, maestras normales, asistentes

    sociales, visitadoras de higiene) para desempe-

    arse en diversos mbitos: las fbricas, las escue-

    las, los hospitales, etctera. Si bien se articulaba

    como una ciencia "polivalente", en la que se

    entrecruzaban la biologa, la higiene, la profilaxis

    biosocial, la sociologa poltica o la biologa

    social (22 p.2), el fundamento de la biotipologa

    era la medicina constitucionalista (23). La preten-

    sin de colonizar el pensamiento mdico explica

    el reclamo que, en 1949, Boccia dirigiera a la

    comunidad mdica por la ausencia de mdicos

    de fbrica con conocimientos biotipolgicos y

    psicotcnicos, capaces de comandar el "ejrcito

    de solidaridad humana" formado en la Escuela de

    Biotipologa, en las tareas de seleccin, vigilancia

    y tutela del trabajador (24 p.676). Su expectativa

    de que, intervencin de Carrillo de por medio,

    esa laguna en la preparacin tcnica de los mdi-

    cos fuera llenada por el Instituto Nacional de

    Biotipologa y Materias Afines, no fue satisfecha.

    Durante la gestin de Carrillo se implement una

    transformacin en los contenidos de los cursos

    con la finalidad de imprimir a la labor de los bio-

    tiplogos, un mayor sentido prctico (25). Y,

    cuando hacia 1950 se constat que sus pretensio-

    nes de desempeo profesional colisionaban con

    las incumbencias mdicas, dicho conflicto fue

    resuelto por medio del Poder Ejecutivo Nacional,

    que reglament la actividad, estableciendo que

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    los biotiplogos podan trabajar sin control de los

    mdicos solo cuando se dedicasen a examinar a

    los sanos (10,17).

    Si la higiene social de comienzos del

    siglo XX aspiraba a la limitacin de las libertades

    en nombre de la salud pblica, la medicina del

    trabajo tal como la conceban los biotiplogos

    estaba plagada de consignas y metforas holistas

    (g). Ya desde su propia constitucin, la

    Asociacin Argentina de Biotipologa aspiraba a

    convertirse en una suerte de "cerebro orienta-

    dor" de la armona fsica y psquica del hombre

    y exhortaba a los ciudadanos a supeditar sus

    intereses egostas al bien comn (28). En esta

    direccin, Boccia (29) se refera al capital y al

    trabajo como fuerzas que producan la riqueza

    para el servicio de la colectividad nacional y la

    felicidad social, predicaba la armona entre

    ambos factores (rechazando explcitamente la

    doctrina del materialismo histrico) e insista

    sobre el principio de solidaridad que vinculaba a

    los diversos componentes del organismo social.

    Inspirado en las ideas del sacerdote jesuita

    Agustn Gemelli (h), entenda que la proteccin

    del trabajador no deba soslayar su necesaria

    pertenencia en una serie de colectivos ms gene-

    rales que lo comprendan: la familia, la nacin,

    la religin, la oficina, etctera.

    A travs de la mediacin necesaria del

    Estado, que estaba llamado a "empoderar" a los

    biotiplogos, la biotipologa se presentaba como

    una tcnica adecuada para defender a la socie-

    dad frente a los numerosos peligros que amena-

    zaban con disolverla (la inmigracin malsana, el

    comunismo, la insatisfaccin del obrero) y preve-

    nir contrarrestando y moderando su inevitable

    tendencia hacia el declive biolgico y la deca-

    dencia cultural y nacional (i).

    Esa vocacin por organizar y defender

    "desde arriba" a la sociedad a travs de una estra-

    tegia pretendidamente cientfica sera especial-

    mente criticada por un mdico "heterodoxo" (27)

    como Bartolom Bosio, quien destac la ausen-

    cia de los trabajadores en el Primer Congreso

    Argentino de Sociologa y Medicina del Trabajo

    (31 p.1337). En ese foro, Rossi present la ambi-

    ciosa propuesta de instalar en Buenos Aires un

    Instituto Nacional de Biotipologa y Medicina del

    Trabajo, similar al italiano. Si bien ese proyecto

    nunca se materializ, en ese mismo mbito se

    plantearon una multiplicidad de propuestas diri-

    gidas al gobierno de la poblacin asalariada que

    seran recuperadas durante el peronismo, tales

    como la ficha biotipolgica del obrero, la selec-

    cin y orientacin profesional, los comedores

    de fbrica, la instalacin de un policlnico del

    trabajo, etctera.

    Con relacin a las discusiones que

    tuvieron lugar en dicho congreso, Bosio (31,32)

    observ que el proyecto de modelar "biolgica-

    mente" la produccin vena a estamparse sobre

    una sociedad que ya estaba organizada de mane-

    ra capitalista y no pretenda, tampoco, ultrapasar

    las determinaciones de clase. No se trataba de

    afectar las libertades burguesas, sino ms bien de

    alinear las fuerzas sociales en una empresa ms

    general que las superaba: esa empresa era, por

    supuesto, la "Nacin" pero, asimismo, la "econo-

    ma nacional", a la que la biotipologa ofreca su

    propia utopa productivista.

    Desde esta perspectiva, el inters en

    los trabajadores se explica porque conformaban

    (junto a otras poblaciones) el "capital humano"

    de la Nacin, el activo bio-econmico-social

    que constitua el insumo y resorte fundamental

    de la economa nacional, el potencial militar del

    Estado, el equilibrio y el progreso de la sociedad

    y la cultura. Las acciones de prevencin y valo-

    rizacin estaban justificadas por razones de

    "aritmtica poltica" (33), es decir, porque de

    ello dependa la posicin que ocupara el Estado

    argentino en su competencia con las otras

    naciones del globo.

    Esa nocin "holista" del capital humano

    en contraposicin con la valencia "individualista"

    que el trmino adquirira con el neoliberalismo

    (j) conglomeraba varios de los proyectos que,

    durante las dcadas del 30, el 40 y el 50, se preo-

    cuparon por la cantidad y la calidad de los trabaja-

    dores y por su productividad. La demostracin del

    valor social del capital humano permita que la

    proteccin del trabajo se organizara con total pres-

    cindencia de razones sentimentales. De la mano

    de esa clase de razonamientos, y bajo la influencia

    de la medicina del seguro y la medicina social,

    comenzaran a instalarse en el pas los argumentos

    relativos al clculo de los costos de los accidentes,

    las enfermedades laborales y el ausentismo.

    Mientras en 1933, el entonces director de la

    Sanidad Militar apuntaba que cada individuo sano

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    tena un valor de "costo" (su pasado) y un "valor

    de produccin" (su porvenir) dado por la capaci-

    dad de producir y de reproducir (34), algunos

    aos despus, Boccia (29 p.970-974) resaltaba la

    conveniencia de proteger al trabajo por razones

    econmicas (en virtud de su productividad),

    morales (porque de esta manera se elevaba el

    nivel cultural y moral de las masas), sociales (ya

    que, como entidades vitales del engranaje social

    los trabajadores eran indispensables para su con-

    servacin y progreso) y tambin polticas: por esa

    va se luchaba contra la inquietud social, el des-

    contento y la miseria que movilizaban la "propa-

    ganda disolvente de la disciplina" y se aseguraba

    la armona del capital y el trabajo que tantos

    beneficios prestaba a la colectividad y al Estado.

    Una idea semejante inspiraba el pensamiento del

    ministro de Salud del peronismo:

    Queremos que la salud del ciudadano se cuide

    para que el ser logre su mayor capacidad, en

    beneficio propio, de los suyos y de la Nacin []

    para mantener y acrecentar el poder de produc-

    cin de nuestra patria, que es, en ltima instan-

    cia, consolidar y hacer inexpugnable su libertad

    y su soberana. (35 p.99)

    La agenda de la biotipologa respecto

    del trabajo era ambiciosa. Inscripta en un paradig-

    ma productivista que comprenda al taylorismo, el

    fascismo y el comunismo sovitico (21), se propo-

    na vencer, con las armas de la ciencia, los lmi-

    tes, las resistencias, los desajustes que los cuerpos

    histricamente han opuesto a la utopa del rendi-

    miento infinito. Para ello, contaba con un progra-

    ma de racionalizacin del trabajo alternativo al

    taylorismo, con el que coincida, no obstante, en

    cuatro fundamentos: se autopresentaba como una

    doctrina cientfica y no una mera coleccin de

    casos, presupona la armona en lugar de la dis-

    cordia, as como la cooperacin en lugar del indi-

    vidualismo y contra todo tradicionalismo aposta-

    ba a la maximizacin del rendimiento. Sin embar-

    go, se distanciaba del mtodo ideado por Taylor

    por su excesivo mecanicismo, que llevaba a des-

    cuidar el estudio del trabajador desde un punto de

    vista biolgico. La organizacin del trabajo basa-

    da solo en el cronometraje olvidaba el ritmo nor-

    mal de la actividad humana y los lmites psicobio-

    lgicos que el cuerpo humano opona a todo

    esfuerzo de normalizacin. La inconveniencia de

    ese mtodo era particularmente notoria con rela-

    cin a la mentalidad del trabajador "latino", que

    al estar dotado de una "marcada individualidad

    productiva y de marcadas tendencias creadoras"

    (15 p.470), no poda ser guiado como si fuera

    una mquina. Como alternativa, la biotipologa

    propuso el principio de la "mejor utilizacin de

    las energas productivas en los lmites fisiolgicos

    de la actividad humana y en armona con las

    capacidades y debilidades constitucionales de

    cada individuo" (29 p.148).

    Tenemos as esbozado el programa de

    la biotipologa del trabajo que desglosaremos

    en los apartados II y III. Ella se encargara de

    "seleccionar" los cuerpos aptos para desempe-

    ar diferentes funciones, finalidad a la que con-

    tribuiran exmenes clnicos, pruebas antropo-

    mtricas y test psicolgicos. La seleccin reque-

    ra una tarea previa de carcter netamente peda-

    ggico: la "orientacin" profesional de nios y

    adolescentes, a la que estaba consagrada bsica-

    mente la psicotcnica. Y, a su vez, la determina-

    cin del biotipo permita vigilar el "motor

    humano" y prevenir los accidentes y enfermeda-

    des profesionales.

    II. LA SELECCIN Y ORIENTACIN PROFESIONAL

    En el esquema del corporativismo fas-

    cista, la biotipologa propona identificar con las

    armas de la biologa las aptitudes que separaban

    a los hombres y los determinismos que regan sus

    comportamientos, con la finalidad de asignarles

    el lugar o la funcin que biolgicamente les

    corresponda dentro de la estructura orgnica de

    la sociedad y as obtener de ellos su mximo ren-

    dimiento y mantener el orden social (10 p.255).

    El encastre entre los puestos de trabajo

    y los cuerpos no poda confiarse al espontanes-

    mo del deseo y/o a las leyes sociales de la imita-

    cin, sino que deba comandarse cientficamen-

    te, si quera evitarse una acumulacin en la

    colectividad de una "masa amorfa" de ineptos,

    desilusionados y descontentos, que produce

    poco y representa una carga para el presupuesto

    econmico y energtico de la Nacin (29 p.149).

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    Para realizar dicho propsito, la bioti-

    pologa contaba con todo un programa, que

    comenzaba con la "orientacin" profesional, una

    prctica previa a la seleccin dirigida a una

    poblacin de nios y jvenes que tena por obje-

    to aconsejarlos en la eleccin de una carrera. La

    orientacin abordaba un problema bsicamente

    "aptitudinal", que deba resolverse mediante la

    deteccin de las "aptitudes naturales" para su

    potencial entrenamiento. A diferencia de las

    "adquiridas", las aptitudes "naturales" se caracte-

    rizaban por la precocidad y espontaneidad en

    manifestarse, la persistencia y resistencia frente a

    las condiciones desfavorables, la ms fcil educa-

    cin y su mayor rendimiento. Podan "brotar",

    "precisarse" y "estabilizarse" en tanto fueran

    reconocidas, respetadas y cultivadas oportuna-

    mente. Pero si se les oponan obstculos impor-

    tantes o simplemente se las descuidaba durante

    el perodo de su manifestacin, corran el riesgo

    de languidecer: de all la relevancia de enraizar

    la investigacin aptitudinal y la consecuente

    "orientacin" en el perodo escolar (36 p.246).

    Por esta va, la biotipologa reforzaba

    las jerarquas: "existen individuos nada o poco

    aptitudinales, que solamente sern aptos para

    peones; otros [en cambio] son poliaptitudinales"

    (15 p.482). Pero, a cambio de ello, prometa

    vencer las "aparentes" dificultades que todo tra-

    bajo ofreca, encontrando y entrenando al indi-

    viduo que estaba biolgicamente determinado

    para hacerlo.

    Por su parte, la "seleccin" controlaba

    si realmente un candidato a un puesto contaba

    con las cualidades fsico-psquicas requeridas

    para l. Ese control dependa de la determinacin

    del "VARF" de cada trabajador, sigla que repre-

    sentaba las cuatro cualidades que deban estu-

    diarse para cada trabajo: velocidad, habilidad,

    resistencia y fuerza. Si bien este anlisis haba

    sido desarrollado en el campo de la ciencia euro-

    pea del trabajo (21), se integr en los razona-

    mientos de la biotipologa a partir de la suposi-

    cin de que las cuatro cualidades necesarias para

    el trabajo estaban ntimamente ligadas a los cua-

    tro biotipos de Pende.

    La determinacin del "VARF" se haca

    por medio de la ficha biotipolgica, para cuya

    confeccin resultaban indispensables el estudio

    clnico del candidato, las pruebas experimentales

    orientadas a medir el esfuerzo fsico y los test psi-

    colgicos. Donato Boccia elabor una "ficha bio-

    tipolgica del obrero" que era la que vena uti-

    lizndose en el Instituto de Biotipologa para cla-

    sificar a los trabajadores, cuyo protocolo de

    indagacin inclua (entre otros aspectos) todo lo

    relativo a la "herencia"; a los antecedentes mor-

    bosos y predisposicin a las enfermedades del

    trabajador; al "biotipo morfolgico"; a sus activi-

    dades "instintivas" relativas a la nutricin (cuyas

    dimensiones eran comida normal, frugal o abun-

    dante, entre otras) y a la propiedad (ser prdigo,

    ahorrativo, dadivoso, etc.); a sus "tendencias" (a

    conocer, a la actividad, al juego); a su conducta

    tica y social; a su grado de humor y de voluntad;

    a su inteligencia; as como una encuesta sobre su

    profesin actual.

    La mencionada ficha, incluida en el

    libro de Boccia (36) que en 1947-1948 recibi el

    premio "Juan D. Pern", resultaba afn con el pro-

    yecto del peronismo de someter a los trabajado-

    res a controles mdicos peridicos e instaurar

    una ficha o carnet sanitario. En esa direccin, en

    1950 se adicion al Instituto de Biotipologa la

    funcin de realizar los exmenes psicotcnicos y

    biotipolgicos del personal que ingresara al

    Ministerio de Salud Pblica (17 p. 327) y en 1951

    se cre la Direccin de Biotipologa de la Mujer

    que Trabaja, bajo la direccin del Dr. Miguel

    Goldstein (17 p.334).

    Con anterioridad al peronismo, pero

    tambin en el mbito del Estado, ya en el ao

    1940 la Asistencia Pblica de Buenos Aires cons-

    tituy su propia Direccin de Profilaxis y

    Orientacin del Trabajo con la finalidad de otor-

    gar certificados de salud para los empleados y

    obreros de la ciudad y, asimismo, llevar un fiche-

    ro central de patronos y empleados (37). En

    1944, el decreto N 14.538 del Poder Ejecutivo

    Nacional (con fecha 3 de junio) estableca que

    los obreros deban ser examinados "desde el

    punto de vista biotipolgico" antes de su ingreso

    al taller en carcter de aprendices, y condiciona-

    ba la obtencin del permiso para trabajar a los

    menores, a la realizacin de un examen psicofsi-

    co y psicotcnico (36).

    En el proyecto de identificar, registrar y

    clasificar a los trabajadores confluan varias ins-

    tituciones, saberes y tcnicas que preexistan

    con creces a las "fichas" que comenzaron a

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    implementarse desde la Asociacin de

    Biotipologa con la finalidad de categorizar a indi-

    viduos de varias poblaciones. La ficha "ortogenti-

    ca escolar" fue implementada en diversos grupos

    de escolares que, de manera voluntaria, algunas

    escuelas enviaban a la Asociacin para ser "ficha-

    dos". Incluso, en 1935, Arturo Rossi consigui que

    la Direccin General de Escuelas de la Provincia

    de Buenos Aires adoptara dicha ficha y que el

    Consejo Nacional de Educacin tambin incorpo-

    rara oficialmente la propuesta (10 p.172).

    As, la ficha del obrero no es un emer-

    gente singular del saber biotipolgico, sino que

    guarda continuidad con toda una serie previa de

    tecnologas de identificacin, registro y clasifica-

    cin, entre las que se incluyen: la "dactiloscopa"

    ideada a fines del siglo XIX por Juan Vucetich,

    para identificar delincuentes y posteriormente

    utilizada en la creacin de registros de inmigran-

    tes, mendigos, vagabundos y prostitutas; los

    mtodos de deteccin y clasificacin de diversos

    grupos de escolares que implement Vctor

    Mercante en la primera dcada del siglo XX

    desde la Universidad de La Plata (10); los exme-

    nes antropomtricos que realizara Alfredo

    Palacios (38) entre los trabajadores de los talleres

    del Riachuelo de la Ciudad de Buenos Aires,

    difundidos en su tesis del ao 1922 y que diera

    lugar al reclamo de la jornada de ocho horas (8);

    las propuestas para implementar fichas sanitarias

    destinadas a identificar y vigilar la salud de los

    escolares, los lactantes, los tuberculosos, el per-

    sonal del ejrcito, la polica y los bomberos, que

    venan formulndose de manera ininterrumpida

    desde 1910 (k); o la imposicin de la ms ambi-

    ciosa "ficha sanitaria universal" que, iniciada en

    una etapa prenatal se extendiera hasta la vida

    adulta (39), entre otras. En relacin a los trabaja-

    dores, se haba sugerido la implementacin de

    certificados de salud para los empleados del ser-

    vicio domstico (40), un "carnet del obrero" (41)

    o una "ficha de aptitud fsica" (42) con la finali-

    dad de evitar la comisin de fraudes que perjudi-

    caran a los empleadores. En el plano de las prc-

    ticas, tambin haban comenzado a organizarse

    "ficheros" en algunos establecimientos fabriles.

    As, por ejemplo, el mdico de los talleres de la

    Municipalidad de Buenos Aires se congratulaba

    de la "gran utilidad para la clasificacin moral del

    ndice laborativo" que prestaba el "fichero" que

    haba organizado en 1939 para asentar los datos

    sanitarios (exmenes mdicos, incapacidades) y

    peripecias de la vida laboral de los 1.200 opera-

    rios ocupados, puesto que, con el "solo vistazo

    de la ficha", era posible determinar el rendimien-

    to de cada uno (43 p. 470).

    Como ya sealamos, la orientacin y

    seleccin profesional dependan no solo de ex-

    menes clnicos sino de test psicolgicos. El desarro-

    llo de los test corresponda a la "psicotcnica",

    una disciplina que haba comenzado a desarro-

    llarse a comienzos del siglo XX en Europa, a par-

    tir de la "psicologa experimental" y la "psicolo-

    ga aplicada", con la finalidad de estudiar la fati-

    ga fsica e intelectual y luego directamente la per-

    formance en el trabajo. Los test destinados a

    medir la inteligencia, la atencin y otras dimen-

    siones cognitivas de los seres humanos comenza-

    ron a probarse en el mundo del trabajo, tanto en

    Europa (Francia, Blgica, Alemania) como en los

    EE.UU. Durante la Primera Guerra, la psicotcni-

    ca se aplic en el mbito militar y con su finali-

    zacin, regres a la industria y se extendi tam-

    bin a otras poblaciones como escolares, con-

    ductores de automviles, jvenes, etctera (l).

    Para aquellos profesionales formados en

    la escuela de Pende no era posible hacer psicotc-

    nica sin la base de la biotipologa (29 p.156) ya

    que, mientras aquella estudiaba la totalidad del

    individuo, esta era una parte especializada (la ps-

    quica) de esa totalidad. El programa "psicotcni-

    co" del que se nutra la biotipologa era el del

    sacerdote Agostino Gemelli. Como puede leerse

    en una de las obras de Boccia (36), el mismo

    exceda con creces la evaluacin psquica de los

    individuos para comprender una serie de tpicos

    que por un lado, hacan a la organizacin de la

    sociedad industrial, tales como la divisin del tra-

    bajo y el aumento de la produccin y, por otro, a

    la "ergonoma" o normas del trabajo: la prescrip-

    cin de los movimientos ms apropiados del tra-

    bajador, la armonizacin del ritmo de trabajo con

    las exigencias biolgicas, entre otros aspectos.

    En la Argentina, las pruebas destinadas a

    evaluar lo psquico, as como las prcticas (e ins-

    tituciones) de orientacin y seleccin profesiona-

    les, preexistieron a las propuestas de la biotipolo-

    ga de la dcada del 30, y estuvieron influencia-

    das, principalmente, por la psicologa experimen-

    tal europea y estadounidense (m). No obstante, ya

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    a partir de esa dcada, los cruces entre esos

    desarrollos y los aportes de la medicina del tra-

    bajo de inspiracin biotipolgica fueron perma-

    nentes. El propio responsable de la seccin de

    Orientacin y Seleccin Profesional del Instituto

    de Biotipologa, ngel Olives (44), entenda a la

    psicotcnica como un problema de "psicologa

    experimental" e inclua a Hugo Munsterberg (un

    psiclogo germano-estadounidense pionero en la

    aplicacin de los test a la industria) entre sus refe-

    rentes intelectuales. En sus trabajos de los aos

    1947 (36) y 1953 (45), Boccia inclua algunos

    avances de la psicologa industrial y aplicada.

    Particularmente, se refera a los trabajos de Juan

    Kaplan (n), un mdico que, desde la dcada del

    40 e incluso con posterioridad a los gobiernos

    peronistas, se dedic a desarrollar y divulgar la

    psicotcnica en el pas. Asesor del Instituto de

    Psicotcnica y Orientacin Profesional del

    Museo Social y creador de un mtodo de selec-

    cin y orientacin profesional propio (que aplic

    en establecimientos pblicos y privados), sus

    investigaciones estaban inspiradas en los desarro-

    llos de la psicologa diferencial y aplicada, y en

    una rama especial de esta ltima: la psicologa

    industrial. Pero, al mismo tiempo, Kaplan (46)

    sostena, junto a los biotiplogos, la existencia de

    diferencias individuales en el plano de la consti-

    tucin, el carcter y el temperamento, y entre sus

    referentes intelectuales inclua, asimismo, a

    Agostino Gemelli.

    En el mbito gubernamental, en el ao

    1944, se cre la Direccin Nacional de

    Aprendizaje y Orientacin Profesional, en donde

    a partir de 1947 comenzaron a aplicarse los

    mtodos psicotcnicos utilizados por el Instituto

    del Museo Social, con la finalidad de orientar a

    los menores aprendices en los oficios industria-

    les. Finalmente, el plan de la Secretara de Salud

    Pblica contemplaba la creacin de gabinetes

    psicotcnicos en la Sanidad Escolar y la

    Direccin de Higiene del Trabajo (37).

    Desde el punto de vista de la biotipolo-

    ga, los procedimientos de seleccin producan

    un beneficio indiscutible para el empleador, ya

    que un trabajador bien elegido daba mayor y

    mejor rendimiento (36 p.268). Claro que, como

    sealara Bosio (31,32), esa clase de estrategias

    solo estaban dirigidas a la clase obrera y no fue-

    ron concebidas para conmover los fundamentos

    del orden social capitalista. Los biotiplogos en

    ningn caso pensaron en sealar el "justo lugar"

    al "hijo de un rico ganadero" ni al de un "gran

    accionista industrial". Para asignar compulsiva-

    mente a los trabajadores a un puesto apelaban al

    bienestar de la colectividad, pero sus propuestas

    revelaban rpidamente su carcter autoritario

    cuando de lo que se trataba era de afectar las

    libertades burguesas. Hasta el mismo Boccia (36

    p.270) reconoca la dificultad de aplicar ese

    mtodo por razones vinculadas con el costo de

    las investigaciones, el tiempo que demandaban y

    la imposibilidad de transformar una oficina en

    una sucursal de un laboratorio.

    Independientemente de esos obstcu-

    los, como veremos en el apartado siguiente, las

    prcticas de seleccin y orientacin profesional

    eran apreciadas por los biotiplogos porque, ade-

    ms de asegurar a los empleadores el rendimien-

    to efectivo de los trabajadores, contribuan a la

    prevencin de los accidentes y enfermedades.

    III. LA REVISIN PERMANENTE DEL"MOTOR HUMANO" Y LA PREVENCINDE ACCIDENTES Y ENFERMEDADES

    El gran atractivo que, durante una

    buena parte del siglo XX, ejercieron las fichas

    sanitarias sobre una plyade de mdicos, pedago-

    gos, psiclogos, etc., estaba ligado al proyecto de

    instalar circuitos de vigilancia que permitieran

    controlar de manera permanente el "potencial

    biolgico" de la Nacin. Heredera de la preocu-

    pacin de la escuela criminolgica italiana por la

    bsqueda del "criminal nato" e inspirada en la

    idea catlica de la culpabilidad generalizada, la

    biotipologa se autodefina como una "clnica

    para sanos", cuyo fin consista en poner a prueba

    la normalidad (10 p.243).

    Como parte de ese proyecto, la contri-

    bucin de la biotipologa era doble. Por una

    parte, prometa vigilar a los trabajadores con la

    finalidad de ayudarlos a utilizar racionalmente sus

    aptitudes y capacidades, robustecer aquellos rga-

    nos dbiles, restaurar las alteraciones latentes que

    la fatiga y el medio ambiente de trabajo podan

    haber creado; en fin, aplicarse a una labor de

    "revisin del motor humano" que cada trabajador

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    representaba (15 p.472). Por otra parte, ese moni-

    toreo permanente emplazaba a los sanos en una

    suerte de zona de sospecha de la cual resultaba

    imposible escapar. Nutrida por la psicotcnica, la

    medicina psicosomtica y otros saberes, la bioti-

    pologa se propona distinguir "el estado de salud

    perfecta de la imperfecta, las verdaderas de las

    falsas robusteces", identificar todos los desequili-

    brios latentes que, si bien resultaban compatibles

    con un grado ms o menos relativo de salud,

    colocaban a los individuos en los "confines de las

    enfermedades" (22 p.2).

    En ese sentido, la vocacin biotipolgi-

    ca por controlar a los "sanos", as como su dispo-

    sicin a detectar las morbosidades ocultas y

    latentes, eran particularmente afines con la tarea

    de "restauracin" biolgica que Carrillo (47

    p.489) consideraba que deba desempear la

    poltica sanitaria para paliar las consecuencias de

    largos aos de "incuria y de falta de previsin

    biolgica" en el curso de los cuales se haba dila-

    pidado el capital humano legado por "nuestros

    fuertes y sanos antecesores". En este sentido, la

    salud laboral se problematizaba en la encrucijada

    entre la productividad y el declive. Al igual que

    los biotiplogos, para Carrillo (48 p.22) la polti-

    ca sanitaria deba "mejorar la eficiencia biolgica

    del trabajador". Pero, al mismo tiempo, el com-

    bate contra el "mal" del ausentismo que el pero-

    nismo encar, se entenda como un captulo de

    una lucha ms general contra la decadencia bio-

    lgica, la desvitalizacin y desvalorizacin de la

    poblacin. Para esa mentalidad, el ausentismo

    adquira la significacin de una suerte de "caldo

    de cultivo" de patologas que se incubaban lenta-

    mente y daba cuenta, en tanto prueba objetiva,

    del proceso progresivamente degenerativo que

    afectaba a la especie humana. As, a travs del

    mtodo de la "radiografa integral" (practicado

    por el mdico Edmundo Ingber, uno de los cola-

    boradores de Carrillo), se descubra que el ausen-

    tismo por enfermedad, si bien responda a causas

    psicolgicas y sociales, tena un fondo ms grave

    de lo que "prima facie" pareca (47 p.489).

    Para la medicina del trabajo de inspira-

    cin biotipolgica el conocimiento integral del

    sujeto resultaba fundamental, no tanto para

    encontrar pruebas objetivas de la decadencia bio-

    lgica, sino para anticiparse a la produccin de

    accidentes y enfermedades.

    La prevencin eficaz de los accidentes

    dependa de la deteccin oportuna, mediante

    una batera de exmenes y tests, de las "ditesis"

    o "predisposiciones" que hacan a ciertos trabaja-

    dores ms propensos a sufrir accidentes, trastor-

    nos o enfermedades, que a otros. Si bien las di-

    tesis eran expresin de factores hereditarios tras-

    mitidos por los padres, cierto "intervencionismo"

    biotipolgico resultaba justificado porque, segn

    Pende, los factores ambientales tambin ejercan

    una influencia (aun accesoria) sobre el plano

    hereditario.

    De esta manera, se ofreca una explica-

    cin de los accidentes y enfermedades harto con-

    veniente para los empleadores, ya que la biotipo-

    loga atribua al medio fabril el rol de un factor

    "revelador o precipitante" de estados anormales

    ms o menos latentes.

    El organismo no recibe ciegamente la enferme-

    dad como un husped pasivo, sino que l mismo

    hace la enfermedad elaborndola con sus insufi-

    ciencias intrnsecas. (29 p.141)

    Cada trabajador, por sus condiciones fsico-psqui-

    cas tiene una manera propia para reaccionar a las

    distintas sensaciones, pues la constitucin indivi-

    dual o biotipo [] predispone en una manera dis-

    tinta a los accidentes del trabajo. (29 p.354)

    Boccia, siguiendo a Gemelli, estaba

    convencido de que, ms all de la influencia de

    los factores exgenos o medioambientales, los

    accidentes se deban fundamentalmente a causas

    internas o subjetivas. Desde esa perspectiva, los

    factores subjetivos que intervenan en la causa-

    cin del accidente no se articulaban en trminos

    de acciones, comportamientos o conductas, sino

    que se pensaban en trminos identitarios. La

    "accidentabilidad" se consideraba como un rasgo

    de identificacin que permita la clasificacin de

    los individuos. Si de la indagacin del biotipo del

    trabajador surga que estaba "normalmente cons-

    tituido", tanto en la esfera somtica como psqui-

    ca, el accidente deba atribuirse al medio. Pero

    tambin exista un segundo grupo de individuos,

    en los cuales ciertas desviaciones de la normali-

    dad fisiolgica o psquica los predisponan a

    sufrir accidentes.

    La idea de que exista una "predisposi-

    cin a los accidentes de trabajo" no era privativa

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    de la biotipologa. Por el contrario, se haba

    desarrollado tambin en el campo de la psicolo-

    ga aplicada que inspiraba las investigaciones de

    Juan Kaplan. De hecho, la definicin de la propia

    nocin de "predisposicin a los accidentes de tra-

    bajo" que aparece en los trabajos de Boccia, es

    idntica a la que Kaplan (46) incluye en sus

    numerosos artculos: el conjunto de circunstan-

    cias que entre un grupo de individuos en condi-

    ciones iguales de trabajo, hace que algunos de

    los mismos sufran mayor nmero de accidentes,

    debido a las deficiencias orgnicas o funcionales

    de carcter fsico o psquico.

    En fin, por esta va la biotipologa mos-

    traba una faceta ms de su funcionamiento como

    una autntica tcnica de prediccin de la perfor-

    mance: no solo serva para anticiparse al rendi-

    miento, seleccionando a los trabajadores que se

    mostraran ms fuertes y resistentes frente a distin-

    tas causalidades dainas, sino que tambin per-

    mita predecir la produccin de comportamien-

    tos que acarrearan accidentes, en la medida en

    que la "accidentabilidad" estaba inscripta en la

    personalidad. Desde qu modelo pensaban

    entonces los biotiplogos al trabajador?

    IV. LA CONCEPCIN DEL TRABAJADOR:ENTRE LA "PERSONALIDAD" Y EL"MOTOR HUMANO"

    Contra el dualismo cartesiano, que no

    haba acertado en descifrar las leyes que vincula-

    ban soma y psique, la biotipologa defenda la

    unidad fundamental del hombre. Una batera de

    exmenes y tests aseguraban la objetivacin de lo

    humano en trminos de "constitucin", "indivi-

    dualidad" y "personalidad" (23 p.12). Justamente,

    la innovacin del mtodo pendeano haba con-

    sistido en reinstalar en el campo mdico la pers-

    pectiva "sinttica" que caracterizaba a la escuela

    constitucionalista, en contra de la mirada "loca-

    lista" y reduccionista del "clasicismo mdico" (23

    p.12). Al hablar de "personalidad", los biotiplo-

    gos deseaban incluir en el campo de la medicina

    todas aquellas dimensiones emotivas, psquicas,

    sociales y espirituales que el modelo mdico

    dominante dejaba de lado. En contra del reduc-

    cionismo biologicista, no solo atribuan al ser

    humano una interioridad y hasta un fondo espiri-

    tual incognoscible, sino que defendan el carcter

    "indesglosable" de la personalidad psquica y fsi-

    ca. Sobre la conviccin de la unidad integral del

    hombre se levantaba su vocacin correlacionals-

    tica, su nimo por encontrar las repercusiones, las

    resonancias, del mal de vivre en el cuerpo y, a la

    inversa, la clave de un comportamiento irregular

    y defectuoso, en los arcanos de las ditesis. Ello

    haca que toda medicina fuera, en alguna medida,

    "psicosomtica", que estuviera atenta a la recpro-

    ca influencia de lo psquico y lo fsico.

    La inclusin de esa dimensin "psi"

    inauguraba una nueva agenda para la medicina

    del trabajo que deba encargarse de detectar en el

    ambiente fabril los factores "emotivgenos" capa-

    ces de producir sndromes psicosomticos. Ello

    no dejaba de generar toda una serie de tensiones

    con el biologicismo imperante; de all que, para

    justificar la presencia de tales preocupaciones en

    sus cursos, Boccia (45) debi aclarar que, aun

    siendo un clnico general, su formacin estaba

    ligada a la escuela biotipolgica. Asimismo, esa

    inclusin de la dimensin psquica deba tradu-

    cirse, para el mdico italiano, en el plano de las

    polticas de asistencia al trabajo; en sntesis, en la

    organizacin de nuevos dispositivos para el con-

    trol de la fuerza de trabajo, como los "comedores

    industriales, los recreos, las colonias marinas o

    de montaa", las instituciones deportivas, los

    "post-trabajo": un conjunto de organismos que

    cubrieran las pausas de la labor diaria y los das

    de reposo, dedicados a la recreacin del espritu

    y al reforzamiento de las energas (45 p.14).

    De esta manera, la biotipologa (junto

    con la medicina psicosomtica, las restantes

    escuelas constitucionalistas, el humanismo mdi-

    co, etc.) se presentaba como una expresin ms

    del holismo mdico de entreguerras (26), caracte-

    rizado, en este caso, por pensar al cuerpo huma-

    no en una forma sistmica, enfatizando las inter-

    conexiones entre las diversas "facetas" del bioti-

    po; por instituir a la "personalidad", al ser huma-

    no integralmente considerado como el objeto de

    la mirada mdica; por articular el conocimiento y

    la prctica mdica como un acto de "sntesis" y

    sostener una perspectiva interdisciplinaria de la

    enfermedad y la salud.

    A pesar de su holismo, los escritos de los

    biotiplogos no pudieron escapar a la metfora

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    del "motor humano" y al lenguaje dinmico de la

    "energa" que inspirara el pensamiento de la

    ciencia europea del trabajo, as como las utopas

    sociales e ideologas polticas de comienzos de

    siglo XX. Bajo diferentes formas, el comunismo,

    el taylorismo y el fascismo conceban al cuerpo

    como una fuerza productiva y un instrumento

    poltico, cuyas energas podan ser sometidas a

    alguna organizacin cientficamente diseada.

    As, en los escritos de Donato Boccia, la

    concepcin holista coexista con otra de corte fisi-

    calista-materialista (pero igualmente idealista, en

    su promesa de optimizar la productividad) que

    inscriba al trabajo humano en las leyes generales

    de la termodinmica. Y es que, como seala

    Rabinbach (21 p.3), el "productivismo moderno"

    es decir, la creencia de que la sociedad humana

    y la naturaleza estn ligadas por la primaca y la

    identidad de toda la actividad productiva, sea la

    de trabajadores, mquinas o fuerzas naturales se

    fund conceptualmente en la revolucin cientfi-

    ca que signific, en el siglo XIX, el descubrimien-

    to de las leyes de la termodinmica (o).

    En sus cursos, Boccia defina al organis-

    mo humano como un "motor" que, al igual que

    el mecnico, transformaba energa, es decir, pro-

    duca trabajo. La propia medicina del trabajo se

    presentaba como una suerte de dispositivo coad-

    yuvante de la primera ley de la termodinmica,

    en tanto prometa establecer las previsiones para

    conservar las "energas productivas" del ser

    humano (29 p.29). Sin embargo, tambin esta

    medicina biotipolgica (como las ciencias del tra-

    bajo europeas con las que entr en dilogo y se

    nutri) estara capturada por la metfora opuesta

    de la inevitable declinacin, disolucin y exte-

    nuacin de la energa que, en relacin al trabajo

    humano, se articul bajo la forma de "fatiga".

    Boccia no solo conoca, sino que recuperaba en

    sus tratados y cursos de medicina del trabajo las

    "hermosas experiencias" de Palacios (38). La

    posibilidad de registrar mediante el erggrafo

    creado por Mosso (p) "una de las cosas ms nti-

    mas y ms caractersticas del individuo, vale

    decir, la manera como nos cansamos" (29 p.45),

    no podan sino seducir a un proyecto obsesiona-

    do con la personalizacin.

    Pero tampoco la biotipologa fue total-

    mente consecuente con el holismo mdico que

    impregnaba sus discursos, por razones diversas a

    la internalizacin de la metfora del motor huma-

    no. El "reduccionismo" que atacaba, irrumpa por

    varios frentes, en la medida en que, para perso-

    nalizar las enfermedades, los accidentes y tam-

    bin la salud, recurran, al mismo tiempo, a la

    nocin de herencia y a una multiplicidad de tec-

    nologas (antropometra, anlisis de sangre,

    radiologa integral, mediciones de las funciones

    endcrinas, etctera). No menos reduccionista

    era la pretensin de estudiar la "individualidad",

    descuartizando al ser humano en varias facetas

    (las famosas "caras" de la pirmide biotipolgica

    de Pende), para luego reconstituirlo, integrando y

    correlacionando los datos acumulados en la

    investigacin de cada de ellas.

    Idntico reduccionismo transpiraba la

    obsesin por la elaboracin de "biotipos" que,

    por su carcter ideal, generaban tensiones con la

    idea de individualidad (49 p.220); una obsesin

    de la que no escap, tampoco, el peronismo: el

    propio Carrillo haba atribuido el estudio del

    "hombre argentino" a una comisin especial y

    consideraba que el trabajo de establecer "un bio-

    tipo argentino ideal, somtico, visceral y psqui-

    co" deba ser continuado por el Instituto de

    Biotipologa o Instituto del Hombre Argentino

    (50 p.1199).

    El trabajo de tipologizacin no era pri-

    vativo de los cultores de la antropometra o la

    biotipologa, sino que encontraba expresin, asi-

    mismo, en el campo de la psicologa y la psiquia-

    tra, saberes comprometidos en la configuracin

    de "perfiles" que haban dejado su huella, tam-

    bin, en la medicina del trabajo. As, Boccia pro-

    pona utilizar la constitucin de "perfiles" para la

    orientacin y seleccin profesionales, entendin-

    dolos como una "representacin esquemtica

    sinttica de la personalidad del sujeto". El perfil

    sera "psicotcnico cuando representa las calida-

    des psicolgicas del sujeto: ser biotipolgico

    cuando, adems de las calidades psicolgicas,

    representa tambin las calidades morfofunciona-

    les del sujeto" (36 p.297).

    A MODO DE CONCLUSIN

    En la actualidad, una de las ideas a las

    que se apela para domear el conflicto entre

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    productividad y salud, es la afirmacin de que la

    productividad empresarial y la salud y seguridad

    laboral se vinculan de manera "virtuosa", "positi-

    va" y "sinrgica". Ese punto de vista constituye una

    suerte de "sentido comn tecnocrtico", en torno

    al que confluyen varios discursos, cuyos agentes

    de enunciacin (la Organizacin Internacional del

    Trabajo, el Banco Interamericano de Desarrollo, la

    Superintendencia de Riesgos del Trabajo, etc.)

    desempean roles estratgicos en la organizacin,

    regulacin y control de los procesos de trabajo y

    los mecanismos de proteccin de la salud (51-54).

    Ms all de la relativa rareza que tal

    articulacin exhibe en el presente, que debe bus-

    carse menos en la evidencia cientfica que la sus-

    tenta y ms en las tecnologas, vocabularios y

    racionalidades a los que se apela para construir-

    la, la misma no es totalmente novedosa.

    Ya en la dcada del 30, los cultores de

    la biotipologa en la Argentina presuponan,

    como explicamos a lo largo del artculo, que

    "productividad" y "salud" se ajustan de manera

    armoniosa; y, al igual que los tecncratas actua-

    les, esgriman una serie de argumentos cientficos

    para defender tal idea. Claro que a diferencia del

    presente, el carcter virtuoso de ese vnculo no

    vena dado por lo que la salud y la seguridad

    representaban en trminos de "calidad" (del pro-

    ducto, de los procesos y sistemas), ni tampoco se

    probaba mediante clculos financieros.

    Por el contrario, los biotiplogos crean

    que el lugar en el que la productividad capitalista

    se encontraba con la salud de los trabajadores era

    esencialmente biolgico. Al mismo tiempo, lo

    que aseguraba el mayor rendimiento y la mayor

    eficiencia biolgica del capital humano desde la

    perspectiva de los empleadores, pero tambin del

    Estado-Nacin, era la organizacin del trabajo

    segn los criterios biotipolgicos y psicotcnicos.

    Acercando la medicina y la psicologa a las fbri-

    cas, conectndolas con dispositivos pedaggicos

    (escuelas, institutos de orientacin y seleccin

    profesional), la biotipologa se propuso aportar

    una solucin al "formidable problema" (16 p.670)

    de la preparacin y la distribucin de los trabaja-

    dores en las sociedades burguesas.

    Desde el punto de vista del poder, la

    operacin no poda ser ms econmica: en tanto

    resultado de un mecanismo guiado por un cono-

    cimiento singularizado que ponderaba aptitudes,

    destrezas y debilidades personales, el lugar

    asignado a cada individuo se presentaba como

    "natural", ocultndose la dimensin poltico-

    autoritaria del proceso y desalentndose, a

    priori, las resistencias.

    A travs de la seleccin y orientacin

    profesional, la biotipologa no solo se considera-

    ba capaz de colocar a cada cuerpo all donde

    resultara ms productivo, ms "operoso" desde el

    punto de vista del capital y del Estado sino que,

    adems, prometa volver significativa la actividad

    laboral, revalorizar los oficios manuales y propor-

    cionar, por va de la experiencia de la capacidad,

    alegra y satisfaccin a los trabajadores.

    Mientras los biotiplogos defendan la

    posibilidad de arribar, mediante las armas de la

    ciencia, a un encastre virtuoso entre productivi-

    dad y salud, la crtica que Bartolom Bosio diri-

    gi a ese tipo de propuestas pasaba por exhibir la

    realidad de un conflicto entre la bsqueda capi-

    talista de ganancias y la salud de los trabajadores,

    que ninguna medicina o psicologa poda salvar.

    Su denuncia consista en afirmar que, al capitalis-

    ta, lo nico que le importaba era el rendimiento

    al menor costo, "sin importar el deterioro, sin

    importar que el motor humano se gaste pronto

    porque siempre tienen a mano a otros motores

    humanos, y tal vez a ms bajo precio" (32 p.915).

    Contra la utopa de la "humanizacin" del traba-

    jo, Bosio introdujo en el debate con los biotip-

    logos, la realidad de la sociedad capitalista:

    Quienes organizan el trabajo son los dueos de

    la economa no los biotiplogos. Y la organiza-

    cin que le dan [] responde a lo que persiguen

    sus organizadores: la mayor productividad en

    todo sentido, sin preocuparse, de inmediato, por

    la suerte de los que trabajan. (32 p.913-914)

    Ciertamente, los esfuerzos que desde

    diversos lugares de enunciacin y prctica se rea-

    lizan en la contemporaneidad para demostrar

    que la productividad y la salud se vinculan de

    manera virtuosa estn muy lejos de constituir una

    reverberacin de la utopa autoritaria que ence-

    rraba el "cada uno en su justo lugar" de los bioti-

    plogos. Sin embargo, tambin en estos esfuer-

    zos del presente se aloja una aspiracin funciona-

    lista que, como la biotipolgica del siglo XX,

    apunta a suturar el conflicto.

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    NOTAS FINALES

    a. En trminos generales, la eugenesia modernatiene por objeto la implementacin de medidaspara el mejoramiento de la descendencia huma-na, a travs de la reproduccin diferencial deciertos individuos o grupos considerados valiososo mejores y, en algunas versiones (eugenesianegativa) por medio de la interferencia sobre lareproduccin de seres que supuestamente ten-drn hijos con enfermedades hereditarias graves(1 p.115-116).

    b. Por razones de espacio no podemos citar todala bibliografa historiogrfica que en los ltimosaos se ha ocupado del desarrollo de la eugene-sia en la Argentina. Vase, sobre el punto, losartculos compilados por Marisa Miranda yGustavo Vallejo (2). Asimismo, la eugenesia hasido abordada como un captulo de problemati-zaciones ms generales dedicadas a los debatesdemogrficos (3), la historia de la tuberculosis enla ciudad de Buenos Aires (4), el reformismo libe-ral (5), la higiene mental (6), entre otros temas.

    c. Aclaramos que, a lo largo del artculo (sea enel cuerpo principal del texto o en las notas), soloincluiremos las referencias biogrficas que consi-deramos fundamentales para la comprensin delos argumentos centrales del mismo. As, ArturoRossi, director de los Anales de la Asociacin deBiotipologa, Eugenesia y Medicina Social y unode los creadores de la Escuela de Biotipologa,fue durante la "dcada infame" (1930-1943) ellder de la biotipologa argentina. En 1947 tradu-jo, junto a Donato Boccia, el Tratado de biotipo-loga que Pende escribi en 1936 (15) y escribiun Tratado prctico de biotipologa y ortognesis(tres tomos), publicado en 1944 (16).

    d. Dicho instituto se inaugur en Gnova en1926 bajo la direccin de Nicola Pende. Entresus objetivos se encontraban: el control peridi-co del desarrollo fsico, moral e intelectual denios y adolescentes y de la constitucin fsica ypsquica de los trabajadores, la psicotcnica, laorientacin profesional, etctera. Para un mayordesarrollo, ver los trabajos de Vallejo (7,8).

    e. Sobre el Instituto del Hombre, la labor deAlexis Carrel y la influencia de sus ideas en elpas, ver Reggiani (18).

    f. Este mdico talo-argentino, formado en Italiacon la escuela constitucionalista, jefe del serviciode clnica del Hospital Italiano de Buenos Aires,se convirti, con el tiempo, en una suerte de refe-rencia local de la medicina del trabajo.

    g. El trmino holismo est asociado con una plu-ralidad de significaciones. A lo largo de este art-culo lo utilizaremos en dos sentidos divergentesque, si bien no se relacionan necesariamente, enel caso de los biotiplogos argentinos aparecenentremezclados. Nos referiremos a la biotipolo-ga como una expresin del "holismo mdico"(26), un conjunto de movimientos (que incluye atodas las escuelas constitucionalistas: la medicinapsicosomtica, el humanismo catlico, la medici-na neohipocrtica, etc.) desarrollados fundamen-talmente en la Europa de entreguerras, en oposi-cin al "reduccionismo" y a la excesiva confian-za en la tecnologa que esas perspectivas encon-traban en el modelo mdico dominante, crecien-temente "biomdico". Pero tambin sostenemosque el pensamiento biotipolgico est impregna-do de holismo, en un segundo sentido "ideolgi-co" del trmino. Como "ideologa", el holismodesigna al conjunto de ideas y valores comunesen una sociedad, que se caracteriza por valorizarla totalidad social y descuidar o subordinar alindividuo humano (27 p.303). En cualquiera delos dos usos, la nocin de holismo es intrnseca-mente relacional, oponindose en el primer casoal "reduccionismo" mdico y en el segundo al"individualismo".

    h. Agostino Gemelli era un sacerdote jesuita anti-semita, rector de la Universidad Catlica deMiln, Presidente de la Academia Pontificia y elprincipal enlace entre el rgimen fascista y elVaticano. Dedicado al desarrollo de la psicotc-nica, fue un estrecho colaborador de los biotipo-lgos argentinos (8).

    i. La creencia en la posibilidad de aumentar atravs de las herramientas de la ciencia la pro-ductividad del trabajo y, su reverso, la constata-cin de una tendencia inescapable hacia la deca-dencia biolgica y civilizatoria, constituyen unade las paradojas de la Modernidad, que impreg-nara y fuera abonada tanto por la biotipologacomo por el pensamiento eugensico de AlexisCarrel (18), las investigaciones psicofisiolgicassobre la fatiga y la ciencia europea del trabajo,entre una multiplicidad de expresiones (21).

    j. A partir de la dcada del 60, se fue imponien-do la nocin "neoliberal" de capital humanoentendido como el conjunto de aptitudes innatasy adquiridas consustanciales a la persona del tra-bajador que, debidamente aprovechadas, produ-cen un flujo de beneficios. Mientras el capitalhumano, en sentido neoliberal, es inseparabledel trabajador, el capital humano en sentido"holista" o tambin "poblacional" es un "activo"del Estado-Nacin y cada trabajador, individual-mente considerado, es solo una expresin par-cial, molecular, del capital humano.

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    k. Un detalle de cada una de estas propuestas seencuentra sintetizado en el artculo que publica-ron en 1940 Giraldes y Ugarte proponiendo lalibreta sanitaria del nio (34).

    l. En la problematizacin de la "productividad"del trabajo y de su relacin con los procesos desalud y enfermedad, la psicotcnica constituyetodo un captulo autnomo de indagacin queexcede los objetivos de este artculo. Si bien setrata de uno de los tpicos centrales de la bioti-pologa del trabajo, la psicotcnica tal como laentendan los biotiplogos es solo una perspecti-va entre una multiplicidad de enfoques y elabo-raciones que se desarrollaron principalmente enel mbito de la psicologa experimental y aplica-da desde la primera dcada y hasta mediados delsiglo XX, tanto en Europa como en EE.UU. Paraun desarrollo ms extenso ver Rabinbach (21).

    m. En 1923, el Ministerio de Justicia e InstruccinPblica de la Nacin cre el Instituto dePsicotcnica y Orientacin Profesional, designn-dose como director al Dr. Carlos Jesinghaus. ElInstituto atenda consultas de orientacin profe-sional individuales (en forma presencial o porcarta) y realizaba exmenes mdicos y psicotc-nicos completos para determinar las aptitudesprofesionales. Asimismo, desde 1928 impartacursos regulares para formar "consejeros deorientacin profesional" y publicaba la Gua deestudios superiores y la Cartilla de orientacinprofesional que se repartan entre las escuelas. En1931, la partida del presupuesto nacional con laque se financiaba fue suprimida, lo que ocasionel cese de las actividades. Ese mismo ao, elMuseo Social Argentino solicit al Ministerio deJusticia la donacin del material del laboratorio yestableci un Instituto de Orientacin Profesional

    como uno de sus organismos, con el mismo per-sonal tcnico. En la dcadas del 30 y del 40 secrearon gabinetes psicotcnicos siguiendo elmodelo del Instituto en diferentes ciudades delpas (37,44).

    n. Agradecemos a Karina Ramacciotti la referenciaa Juan Kaplan, un mdico especializado en higie-ne y medicina social, que se dedic a cultivar lamedicina del trabajo en la Argentina, y que inclu-a a la psicotcnica como un captulo de esta.Kaplan conoca la biotipologa e, incluso, acepta-ba varios de sus presupuestos, pero su psicotcni-ca se inspir en los desarrollos de la psicologaaplicada, fundamentalmente, a la industria.

    o. La ley universal de la conservacin de la ener-ga fue formulada en 1847 por Hermann vonHelmholtz, un mdico y fisilogo alemn, pione-ro de la termodinmica, que sostena que todaslas fuerzas de la naturaleza (fueran estas de ordenmecnico, elctrico, qumico o lo que fuesen)eran expresiones de una energa universal singu-lar o Kraft, que no poda ser destruida. Casi simul-tneamente Rudolf Clausius descubri la segun-da ley de la termodinmica, que sostiene la irre-versibilidad y el declive de la energa bajo laforma de entropa (21 p.3).

    p. Este fisilogo italiano se convirti en uno delos padres de los estudios experimentales sobrela fatiga. Su clsico La fatiga, publicado en 1891,estuvo muy influenciado por los descubrimientosde la termodinmica. Agradecemos a GustavoVallejo la sugerencia relativa al vnculo entre lagrafologa de Mosso, las investigaciones dePalacios y la biotipologa en la Argentina.

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    Recibido el 9 de mayo de 2011

    Versin final presentada el 14 de julio de 2011

    Aprobado el 25 de julio de 2011

    FORMA DE CITAR

    Haidar V. "Todo hombre en su justo lugar": la "solucin" biotipolgica al conflicto entre productividad y salud (Argentina,

    1930-1955). Salud Colectiva. 2011;7(3):317-332.