tlaloque nº15

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Año 4 N° 15 Julio-Septiembre 2014 TLÁLOC ¿QUÉ? Boletín del Seminario de

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Tláloc ¿qué? #14Contenidos:-La máscara teotihuacana.Margarita Muñoz Fuentes-Tláloc en el Templo Mayor. Ollas, jarras y almenas.María Isabel Mercado Archila-Las representaciones de concha en la Matrícula de TributosAmérica Malbrán Porto

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  • Ao 4 N 15 Julio-Septiembre 2014

    TLLOC QU? Boletn del Seminario de

  • 2

  • 3

    UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

    Jos Narro Robles

    Rector

    Estela Morales Campos

    Coordinadora de Humanidades

    Renato Gonzlez Mello

    Director del Instituto de Investigaciones Estticas

    Mara Elena Ruiz Gallut

    Titular del proyecto

    Mara Elena Ruiz Gallut

    Amrica Malbrn Porto

    Enrique Mndez Torres

    Editores

    Amrica Malbrn Porto

    Diseo editorial Certificado de reserva de derecho al uso exclusivo

    del ttulo, Direccin General de Derechos de Autor,

    Secretara de Educacin Pblica, nmero ( en

    trmite ) . Certificados de licitud de ttulo y de con-

    tenido, Comisin Certificadora de Publicaciones y

    Revistas Ilustradas, Secretara de Gobernacin,

    nmeros, ( en trmite ) , ISSN ( en trmite ) .

    Las opiniones expresadas en Tlloc Qu? Boletn del

    Seminario El Emblema de Tlloc en Mesoamrica son

    responsabilidad exclusiva de sus autores.

    Tlloc Qu? Boletn del Seminario El Emblema de Tla-

    loc en Mesoamrica es una publicacin trimestral del

    Proyecto PAPIIT: IN401614, Entidades Acuticas en

    Amrica: Las Primeras sociedades, del Instituto de In-

    vestigaciones Estticas de La Universidad Nacional

    Autnoma de Mxico, Circuito Mario de la Cueva s/n,

    Ciudad Universitaria, C.P. 04510, Mxico D.F. Tel. 5622

    -7547 Fax. 5665-4740.

    [email protected]

    Portada y vieta: Lmina 2 Cdice Nutall. Zelia Nutall, Cdice Nutall, Reproduccin del Facsimile Editado por el Museo Pebody de la Universidad de Harvard. La Estampa Mexicana, Mxico.1974.

    Consejo Editorial:

    Jorge Angulo Villaseor

    Marie-Areti Hers

    Alejandro Villalobos

    Patrick Johansson K.

  • 4

    CONTENIDO

    Presentacin La mscara teotihuacana Margarita Muoz Fuentes

    Tlloc en el Templo Mayor. Ollas, jarras y almenas Mara Isabel Mercado Archila

    Las representaciones de concha en la Matrcula de Tributos Amrica Malbrn Porto

    Sesiones del Seminario

    p. 6

    p. 8 p.19 p. 29 p. 52

  • 5

  • 6

    PRESENTACIN

    E n este nmero Margarita Muoz Fuentes analiza el aspecto plstico de la in-

    tencin de las mascaras fabricadas por los teotihuacanos entre los aos 200 y

    600 d.C. asumiendo que tambin es el reflejo del rostro del hombre teotihua-

    cano.

    En el segundo artculo Mara Isabel Mercado Archila estudia y clasifica ollas y jarras lo-

    calizadas en las excavaciones del recinto ceremonial, conocido como Templo Mayor de

    Tenochtitlan, a travs de la variabilidad de los atributos conocidos que distinguen a la

    deidad mexica de la lluvia, anteojeras, bigotera y colmillos.

    En el tercer articulo Amrica Malbrn Porto elabora un profundo anlisis de los materia-

    les malacolgicos que estn pintados en el cdice conocido como Matricula de Tributos.

    Estos elementos aparecen pintados en tres formas, ya sea como objeto tributado a los

    grupos de la Triple Alianza; como elemento toponmico de los poblados tributarios y co-

    mo glifos de nombres propios. Con este artculo podemos acercarnos al uso y manejo

    que tenia la sociedad mexica de estos objetos.

    Como en cada nmero terminamos este nmero con imgenes de sesiones de nuestro

    seminario.

    Los Editores

  • 7

  • 8

    Margarita Muoz Fuentes1

    Consideraciones generales

    P art iendo del concepto de

    integracin plstica descrito

    por la Dra. Beatriz de la Fuente

    (2003) la pintura mural prehispnica no

    existira sin la arquitectura que junto con la

    escultura forman frecuentemente un todo

    indisoluble.

    Cuando las civilizaciones comenzaron a

    establecerse, exista una voluntad colecti-

    va por expresar credos y costumbres de

    modo integral, por lo que los artistas y artesa-

    nos de entonces quiz sumaban esfuerzos en

    sus trabajos sin separar sus acciones, como ocurre

    actualmente(). El uso de trminos para designar las

    disciplinas que hacen de las artes visuales una contun-

    dente integracin plstica se inici en los tiempos romanos

    quiz como intento por distinguir las cualidades propias entre maestros y artesanos. As lo afir-

    man Benedetto Croce en su Esttica y Lionello Ventura en su Historia de la crtica de arte. Cier-

    tamente, cada disciplina tiene lmites y alcances. La arquitectura, la escultura y la pintura ex-

    hiben, cada una, su lenguaje particular. Su integracin es un fenmeno cultural convergente y

    universal (De la Fuente, 2007:11-14).

    LA MSCARA TEOTIHUACANA

    1. Maestra en Historia del Arte por la Facultad de Filosofa y Letras, y Licenciada en Sociologa, por la Facultad de Cien-cias Polticas y Sociales, de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico.

  • 9

    da, con relacin a la escala natural, en general

    de perfil, en la que sobresale la cabeza por en-

    cima del tronco, y extremidades superiores e

    inferiores, con una proporcin de tres a uno

    (Fig. 1). Aunado a esta caracterstica, destacan

    los rostros y el contexto en el que se les repre-

    senta: por un lado, son rostros sin una expre-

    sin personalizada, que en muchos de los ca-

    sos constituyen una transfiguracin zoomorfa

    (Figs. 2 y 3) o fitomorfa que dan ms cuenta de

    su funcin social, ceremonial o mtica.

    La mscara teotihuacana, por el contrario,

    constituye el prototipo del rostro teotihuacano;

    su escala cercana a la natural, tiene dimensio-

    nes que van entre 20 y 28 cm. de alto, las pie-

    En este sentido, un primer planteamiento es

    considerar que la escultura de pequeas pro-

    porciones, o escultura menor, la lapidaria, en

    general, y la mscara en particular, forma parte

    de este complejo plstico.

    En el caso de la cultura teotihuacana, la

    mscara tiene una funcin especfica al desve-

    lar el rostro del hombre teotihuacano, imagen

    que se complementa con la figura humana re-

    presentada en la pintura mural y la escultura

    monumental, tanto por su forma e intencionali-

    dad, como por la tcnica, los materiales usa-

    dos, y el contexto y uso que se les atribuye.

    En el caso de la pintura mural, la figura huma-

    na se caracteriza por ser una figura achaparra-

    Fig. 1 Teopancaxco, Sacerdote frente a dis-co solar, segn Peafiel, en Gamio 1922.

  • 10

    Fig. 2. Zacuala, caballero tigre.

    Fig. 3. Zacuala, figura frontal Quetzalcatl rojo. Segn Sjourn, 1959.

  • 11

    tihuacano, de su expresin, de su forma de ser

    y de pensar, de sus valores; la fuerza de esta

    identidad plstica es una caracterstica que so-

    bresale si se considera que la sociedad teo-

    tihuacana estuvo integrada por distintos grupos

    humanos provenientes de las diversas regio-

    nes de Mesoamrica, Maya, Mixteca (Fig. 5),

    Costa del Golfo y Occidente.

    Un primer planteamiento es el carcter natura-

    lista del arte y filosofa del hombre teotihuaca-

    no, reflejado en sus diversas expresiones

    plsticas. Los diferentes rasgos humanos ex-

    presados en sus rostros a travs de las msca-

    ras, as como por la integracin de elementos

    representados en la pintura mural, una suerte

    zas grandes, y entre 13 y 19 cm., las ms pe-

    queas, por 27 de ancho (Fig. 4).

    El momento de produccin de las mscaras

    teotihuacanas corresponde a las fases Miccao-

    tli, Tlamimilolpa y Xolalpan, entre los aos 200

    y 600 d.C., el perodo de mayor esplendor de

    la ciudad, caracterizado por el desarrollo urba-

    no, social, econmico e ideolgico, cuando su

    presencia se extendi sobre todo en el Centro,

    Sur y Sureste, en las regiones Mixteca y Maya,

    incluyendo Guatemala.

    Frente a la falta de informacin escrita sobre el

    grupo humano que dio origen a la sociedad

    teotihuacana, la mscara nos revela un rostro,

    una imagen del prototipo fsico del hombre teo-

    Fig. 4. Mscara teotihuacana 1, Mu-seo Nacional de Antropologa. Foto:

    Margarita Muoz Fuentes, 2011.

  • 12

    bre, cuando despierta, vuelve a su rostro,

    recobra su rostro, adquiere rostro. Aca-

    so, si nos aplicamos a este concepto, en-

    contraremos la orientacin que buscamos.

    Dos son, fundamentalmente, las acciones

    que definen al despertar: abandonando el

    olvido y la soledad del sueo, el hombre,

    primero, recuerda y recobra la consciencia

    de s mismo y del mundo; luego, recupera

    el poder de relacionarse con ste; de rela-

    cionarse con el mundo que est a su alre-

    dedor y por encima de l. De esta suerte,

    si el que despierta para el hombre de Me-

    soamrica prehispnica, es quien regresa

    a su rostro, quien lo recobra, quien lo ad-

    quiere, es posible afirmar que para aquel

    hombre el rostro representa la manifesta-

    de mimetizacin en donde la figura humana se

    fusiona con los componentes y fenmenos de

    la naturaleza terrestre (flora y fauna/tierra y

    agua) y astronmica (el sol, la luna, las estre-

    llas), aspectos que reflejan una visin y una

    filosofa integrada y compleja del mundo y del

    universo, producto de una mirada profunda de

    su entorno, resultado de la observacin de mi-

    les de aos de peregrinacin, y de construc-

    cin colectiva de la vida social.

    Lo anterior, me permite plantear el carcter di-

    ferenciado de las expresiones plsticas del

    mundo teotihuacano, reservando a la mscara

    el carcter ntimo de su ser, y naturaleza

    humana.

    De acuerdo con la etimologa del vocablo

    nhuatl que significa despertar, el hom-

    Fig. 5. Mscara mixteca, Museo Nacional de Antro-pologa. Foto: Margarita Muoz Fuentes, 2011.

  • 13

    Estas mscaras pudieran representar a perso-

    najes importantes de la sociedad teotihuacana,

    o a entidades ancestrales, pero sus contextos

    de utilizacin y su significado quedan an por

    explorar.

    Caractersticas generales

    Se ha dicho que las mscaras presentan el

    mismo tipo de rostro humano, sin ningn inten-

    to de individualizacin desde el punto de vista

    formal. En trminos generales tienen una for-

    ma geomtrica y abstracta con bordes redon-

    deados y sus rasgos son muy parecidos: ojos

    de forma ovalada y alineados horizontalmente,

    cejas alargadas, nariz recta ligeramente ancha,

    boca entreabierta que deja ver los dientes, ore-

    jas rectangulares y la representacin de la fon-

    tanela vigmtica en la frente.

    La decoracin parece variar con ms frecuen-

    cia, aunque son pocos los ejemplares en los

    cuales se ha conservado. En algunos casos

    llevan incrustaciones de pirita, obsidiana o con-

    cha, particularmente en la zona de los ojos o

    dientes (Matos Moctezuma, 2012:181-182) y

    en raras ocasiones estn pintadas o incisas

    sobre las mejillas. Tambin pueden mostrar

    una decoracin de mosaico con turquesa.

    La mayor parte presenta perforaciones al re-

    verso y sobre los costados, probablemente pa-

    ra permitir que fueran sujetadas a algn ele-

    mento y lleva los lbulos de las orejas perfora-

    cin de la consciencia y la facultad de en-

    trar en relacin con el mundo (De la Fuen-

    te, 2003:191).

    Teotihuacan es la cultura que ha revelado el

    mayor nmero de mscaras en toda la regin

    mesoamericana; manufacturadas con materia-

    les diversos que destacan sus caractersticas y

    propiedades, como son la serpentina, la obsi-

    diana, la jadeita, el alabastro, el travertino, la

    pizarra, as como la turquesa, la concha ncar

    y componentes como el cinabrio, estos ltimos

    utilizados como elementos decorativos para

    dar significados simblicos y estticos a las

    imgenes. Sin embargo, de acuerdo con Jane

    M. Walsh (2003), slo doce mscaras han sido

    encontradas en contexto arqueolgico, a lo lar-

    go del siglo XX. En 1906, Leopoldo Batres

    hall fragmentos de tres mscaras al sur de la

    Pirmide del Sol; Sigvald Linn, en 1932, loca-

    liz fragmentos de una mscara; Rubn Ca-

    brear Castro encontr tres mscaras ms cer-

    ca de la Ciudadela, en la dcada de 1980

    (dem.).

    Adems de stas, en la dcada de los 30, Jos

    Garca Payn localiz una mscara inacabada

    en Malinalco; mientras que en excavaciones

    del Templo Mayor, se encontraron dos msca-

    ras completas y dos fragmentos (Ibd.:63-64);

    el resto, muchas de ellas, como resultado del

    saqueo, se encuentran actualmente en colec-

    ciones privadas.

  • 14

    XIX.

    Esta mscara presenta varias anomalas:

    no tiene orejas y la boca y las fosas nasa-

    les estn taladradas de lado a lado. La par-

    te trasera de la mscara es realmente ex-

    traordinaria: se aserraron varios surcos ver-

    ticales en cada lado y uno a lo largo de la

    parte superior. En el centro tiene taladrada

    una gran cavidad redonda, de 3 cm aproxi-

    madamente, y dos ms pequeas a los la-

    dos, de 8 cm de dimetro cada una, para

    formar las fosas nasales, y otra gran cavi-

    dad oval alrededor de la boca acierta. A di-

    ferencia de otras mscaras conocidas de

    Teotihuacan, las aberturas de la nariz y la

    boca aparentemente permiten respirar y

    hablar. [] Al buscar mscaras similares

    descubr que en la Ofrenda 82 del Templo

    Mayor hay otra que tambin tiene la boca

    taladrada. [] A partir de estos hallazgos

    se puede concluir que los aztecas, entre los

    primeros excavadores no oficiales de Teo-

    tihuacan, modificaron ciertas mscaras, por

    razones desconocidas y rituales, para que

    aparentemente pudieran ser portadas en el

    rostro y se hablara a travs de

    ellas (Walsh, Op.cit.:64).

    Metodologa

    Con base en el anlisis que realiza la Dra.

    Beatriz de la Fuente en su estudio Rostros en

    das. No parecen haber sido destinadas a su

    uso como mscaras debido al peso de las pie-

    zas y al hecho de que los ojos no tienen aber-

    turas.

    Una interpretacin ms, plantea la necesidad

    que tuvo el hombre teotihuacano de preservar

    su rostro -como el elemento ms caracterstico

    de su ser-, de trascendencia social frente a la

    inevitable prdida de los rasgos fsicos des-

    pus de la muerte, prctica no exclusiva de es-

    te grupo si consideramos las mscaras que se

    obtenan de los rostros de ciertos personajes al

    momento de morir en la cultura occidental, con

    lo que perpetuaban su imagen; la diferencia

    radica en que en Teotihuacan esta prctica fue

    ms generalizada.

    Un testimonio de su posible traslado y reutiliza-

    cin lo constituye una mscara de la Coleccin

    Poinsett2, que junto con seis mscaras ms se

    han exhibido en el Museo de la Universidad de

    Pennsylvania, en Filadelfia, desde 1830.

    Dos de esta mscaras estn labradas en

    travertino y otras dos ms en serpentina

    azul verdosa. Los detalles extraos de una

    mscara de serpentina llamaron mi aten-

    cin la primera vez que la examin; cre

    que se trataba de una pieza falsa del siglo

    2. Entre 1928 y 1930, Joel Roberts Poinsett, primer em-bajador de los Estados Unidos en Mxico, reuni una de las primeras colecciones no autorizadas sobre Teotihua-

  • 15

    En los rostros se advierten no slo las

    ms variadas y sutiles expresiones de la

    conciencia, sino tambin se revela el

    lenguaje plstico de la cultura en cuyo

    seno fueron realizados (Ibd.:192).

    Comentario: En el proceso de asentamiento y

    de desarrollo de la sociedad teotihuacana en

    particular, y de Mesoamrica en general, la

    produccin plstica jug un papel fundamental

    en la construccin de su propia imagen y, por

    lo tanto, de su ideologa, proceso que llev a la

    creacin de una identidad propia reflejada

    en sus diferentes manifestaciones

    (arquitectura, pintura, escultura, cermica) y,

    dentro de ellas, la elaboracin de la mscara,

    como una forma de idealizacin del ser huma-

    no. Proceso que requiere, para su anlisis e

    interpretacin, de una deconstuccin de nues-

    tros propios conceptos de individualidad e

    identidad.

    Mi primera impresin al mirar las imgenes fue

    la de estar frente a la expresin de los ms

    profundos sentimientos y posturas humanos

    como son la serenidad, la tristeza, la incerti-

    dumbre, la indefensin, el temor, el miedo, la

    alegra, la fortaleza, la belleza, la perfeccin.

    2. Aunque el rostro humano es perfecta-

    mente reconocible como tal en la imagine-

    ra precolombina hay, sin embargo, dife-

    rentes modos de representarlo. En un ex-

    la plstica prehispnica, Peldaos de la Con-

    ciencia, sobre la mscara teotihuacana (De la

    Fuente 2003:191, 207-210), me propongo esta-

    blecer una especie de dilogo a la distancia y

    en el tiempo, destacando aspectos, caracters-

    ticas y/o reflexiones que tienen como base, la

    mirada directa a una serie de mscaras.

    Para esto, he realizado una breve revisin do-

    cumental de las imgenes localizadas en libros

    especializados, particularmente de las msca-

    ras antropomorfas disponibles que se pueden

    apreciar directamente en el Museo Nacional de

    Antropologa y el Museo de Sitio, en Teotihua-

    can -de las que guardo las mejores impresio-

    nes para realizar este ejercicio de anlisis y de

    reflexin -, con el propsito, finalmente, de des-

    tacar lo que considero son los aspectos ms

    significativos de la mscara teotihuacana, co-

    mo expresin plstica, y obtener algunas con-

    clusiones.

    Desarrollo

    1. El primer planteamiento que se expone

    es el relativo a la recuperacin y/o construc-

    cin de la memoria, del despertar y final-

    mente a la creacin de la consciencia, a

    travs de la imagen del rostro, del enfrenta-

    miento con uno mismo -como manifestacin

    de esa consciencia-, que se est en condi-

    ciones de entrar en relacin con el mundo:

  • 16

    cepto occidental y contemporneo de

    anonimato, imprimindole un carcter de

    identidad.

    3. Es el estilo mesoamericano ms vigoro-

    so, ms definido, ms totalmente inconfun-

    dible []. Se ha dicho que lo determina una

    voluntad artstica en la cual predominan las

    formas geomtricas y abstractas []. La

    tendencia por acentuar la horizontalidad de

    los rasgos se convierte en un atributo for-

    mal distintivo, y contribuye a darles su as-

    pecto caracterstico, apacible y sereno [].

    El sintetismo de los rasgos en favor de las

    formas geomtricas generaliza los rostros;

    las facciones se reconocen, pero el indivi-

    duo est ausente. Las frentes planas se

    extienden como bandas: los arcos superci-

    liares describen lneas rectas, los ojos se

    representan esquematizados por lneas

    perfiladoras de oquedades en espacios

    que siguen la lnea del horizonte, y en ese

    mismo sentido se desplaza tambin la boca

    de labios finos y delgados. El contorno que

    enmarca los rasgos es, por lo general, un

    trapecio cuya base mayor corresponde al

    lmite superior de la frente []. El prototipo

    empez a establecerse, posiblemente, en

    la fase II de Teotihuacan - hacia el siglo III

    de nuestra era - con las figurillas tipo retra-

    to y de danzantes que acusan en sus ros-

    tros algunas de esas caractersti-

    tremo estn los rostros retratos, aquellos en

    los cuales no cabe duda que intentan re-

    producir con la mayor fidelidad posible los

    rasgos fsicos, los gestos y la expresin de

    un individuo (dem.).

    Comentario: En el caso de las mscaras teo-

    tihuacanas, como en toda obra de arte, los ma-

    teriales como las tcnicas utilizadas estuvieron

    al servicio de la expresin plstica. En ellas

    hay una gran variedad de materiales, texturas

    y colores que, junto al dominio de la tcnica,

    encontramos piezas de una gran manufactura

    con una gran expresin plstica y esttica.

    Las tcnicas utilizadas son la devastacin, el

    lascado, la percusin, el acanalado - hundi-

    miento con el que se provoca efectos de claro

    oscuro -, el esgrafiado y pulido, as como la in-

    crustacin de materiales como la turquesa, ma-

    dreperla, concha ncar y obsidiana en ojos y

    boca. Tcnicas que crean una tendencia al bul-

    to redondo y, con ello, una idea de profundidad

    oblicua o inclinacin, lo que deja ver su conoci-

    miento de la anatoma y de la naturaleza

    humana.

    Como en el caso del retrato convencional en

    pintura y fotografa, la mscara logra expresar

    el espritu del ser humano; en el caso de los

    teotihuacanos, un espritu singular y colectivo

    al mismo tiempo, despersonalizado pero uni-

    versal, un arte expresivo y conceptual vincula-

    do a la vida y la muerte que trasciende el con-

  • 17

    tihuacanos aniquil los afanes individualis-

    tas, pero integr la comunidad ms podero-

    sa de Mesoamrica y determin un estilo

    artstico que impuso sus cnones durante

    aproximadamente cinco siglos, entre el ao

    300 y el 900 de nuestra era (Ibd.:210).

    Comentario: Contraponiendo los conceptos de

    individualidad y expresin personal por el de

    identidad colectiva, las mscaras teotihuaca-

    nas permiten visualizar los rasgos de un proto-

    tipo fsico y psicolgico predominante y, en

    ocasiones, diferencias y/o particularidades que

    pueden atribuirse a mestizajes posibles que si

    bien no expresan un carcter individual, como

    se conciben en el mundo occidental, permite

    distinguir los rasgos fsicos y emocionales del

    hombre teotihuacano.

    En este sentido, la investigacin cada vez ms

    integrada de las diferentes expresiones plsti-

    cas y estticas del lugar invitan a renovar la

    mirada y los mtodos para tratar de entender

    el por qu nos sigue fascinando y conmovien-

    do su presencia , tal vez por la necesidad

    de encontrar un rostro propio, la conciencia, en

    la bsqueda de identidad humana, una forma

    de vincularse con el mundo, de otra manera.

    Bibliografa

    De la Fuente, Beatriz

    2003 Peldaos de la Conciencia. Rostros en

    la plstica prehispnica en Obras, To-

    cas (Ibid.:206).

    Comentario: Con relacin al carcter geometri-

    zante y abstracto descrito, considero que exis-

    te una tensin constante entre l y la tendencia

    a la redondez en pmulos, nariz, labios abier-

    tos y mentn que le dan movimiento y dinmi-

    ca a su expresin.

    4. Siguiendo estos patrones hay, en la ima-

    ginera teotihuacana, rostros y mscaras

    que se ornamentan con fajas de colores o

    con grandes narigueras colgantes en forma

    de mariposa y enormes orejeras circulares.

    En ocasiones llevan tambin vistosos toca-

    dos. La decoracin enriquece la apariencia,

    pero no altera su orden y equilibrio simtri-

    co.

    5. Hay tambin rostros que representan a

    hombres viejos; se reconocen por las arru-

    gas que los surcan alrededor de los ojos,

    cruzando las mejillas y conformando los

    pliegues a los lados de la boca y en la bar-

    billa. Por lo general van ornamentados con

    llamativos tocados que simulan plumas y

    bandas y arillos y placas de formas diver-

    sas. [] no muestran atributos que preci-

    sen su identidad como deidades. Se incor-

    poran dentro de los conjuntos plsticos de-

    terminados por convenciones estilsticas,

    pero no se advierte en ellos rasgo alguno

    de individualidad o de expresin personal

    []. La profunda religiosidad de los teo-

  • 18

    mo I. El arte, la historia y el hombre. Ar

    te Prehispnico de Mxico: estudios y

    ensayos. El Colegio Nacional, Mxico.

    Pp.207-210.

    2007 En torno a la integracin plstica en

    Museo de Murales Teotihuacanos. Bea-

    triz de la Fuente. Instituto de Investiga-

    ciones Estticas, Universidad Nacional

    Autnoma de Mxico, Mxico. Pp.11-23.

    Matos Moctezuma, Eduardo

    2012 Teotihuacan, La metrpoli de los dioses,

    Mxico. Fondo de Cultura Econmica.

    Walsh, Jane M.

    2003 Mscaras teotihuacanas. De Teotihua-

    can a Filadelfia en 1830 en Arqueologa

    Mexicana. Vol. II, Nm. 64, noviembre-

    diciembre, Editorial Races, Mxico. Pp.

    62-64.

  • 19

    Mara Isabel Mercado Archila1

    L os atributos de la deidad mexica Tlloc han estado relacionados principalmente con tres

    elementos: Anteojeras, bigotera y colmillos. A tal grado es la referencia que a objetos por-

    tadores de estos elementos se les ha denominado Ollas Tlloc, Jarras Tlloc o

    Almenas Tlloc.

    El Museo del Templo Mayor, como resultado de las diversas temporadas de trabajo en el sitio, ha

    logrado tener bajo su custodia un corpus de ms de 40 piezas de este tipo (ubicadas en salas de

    exhibicin y en bodega), sin embargo y despus de un exhaustivo registro fotogrfico, se determin

    que entre las piezas estudiadas las anteojeras no eran idnticas, las bigoteras tenan diferentes for-

    mas y los colmillos variaban en cuanto a tamao, nmero y acompaamiento de dientes. De la mis-

    ma forma, se observ que los objetos de estudio compartan materiales, pigmentos as como tcni-

    cas de manufactura.

    Por lo anterior, la intencin de este trabajo es reportar y clasificar las diferencias sealadas con an-

    terioridad, as como especificar otros elementos presentes, compartidos y no compartidos, entre los

    objetos que conforman el corpus, con la intencin de proponer o definir qu otros atributos podran

    estar ligados a la deidad mexica de la lluvia.

    Ollas Tlloc

    Sahagn seala en su crnica de las fiestas del sexto mes llamadas Etzalcualiztli, dedicadas a los

    dioses de la lluvia:

    Acabando de matar a stos, luego tomaban todas las ofrendas de papel y plumajes y piedras

    preciosas y chalchihuites, y los llevaban a un lugar de la laguna de Pantitln, que es frontera

    de las ataranzas. Tambin llevaban los corazones de todos los que haban muerto, metidos

    en una olla pintada de azul y teida con ulli en cuatro partes (Sahagn, 2002:206).

    TLLOC EN EL TEMPLO MAYOR.

    OLLAS, JARRAS Y ALMENAS

    1.UACM Academia Arte y Patrimonio Cultural /Integrante del Seminario de Tlloc de la Dra. Ma. Elena Ruz Gallut, en el Instituto de Investigaciones Estticas de la UNAM desde 2008.

  • 20

    Sahagn tambin las relaciona con los montes

    de donde se crea salan las nubes de lluvia: Y

    tambin decan que los montes (Tlalocan)

    estn llenos de agua y por fuera son de tierra,

    como si fuesen ollas grandes de agua o como

    casas llenas de agua (Ibd.:1134).

    Lpez Lujan (2009) seala que fueron encon-

    tradas en el Templo Mayor 6 ofrendas en la

    parte correspondiente al santuario de Tlloc

    las cuales contenan: una olla globular y un ca-

    jete de cermica as como varias cuentas de

    piedra verde. Con antelacin a su enterramien-

    to las ollas y cajetes fueron salpicados con pig-

    mento azul. Dicho autor no duda en relacionar

    las ollas con el culto al dios de la lluvia sea-

    lando adems que los habitantes de Tenoch-

    titln tambin emplearon vasos y jarras de

    cermica o de piedra, decorados con la faz de

    Tlloc o simplemente pintados de azul.

    (Ibd.:56). Y son estas ollas, jarras, as como

    tambin las llamadas almenas con atributos de

    Tlloc, pertenecientes a las ofrendas encontra-

    das en los trabajos realizados en Templo Ma-

    yor las que se analizan en este trabajo.

    Descripciones:

    Se describirn primeramente los diferentes ti-

    pos de olla Tlloc.

    Un primer grupo en arcilla, olla globular con

    borde recto divergente, con dos asas, una de

    cada lado, presenta al parecer slo pigmento

    Durante las excavaciones del Templo Mayor se

    han encontrado olla pintadas de azul con ante-

    ojeras, nariguera y colmillos aunque es impor-

    tante sealar que la nariz se conforma de una

    especie de cuerdas enroscadas y en algunas

    de ellas se puede apreciar como ese enrosca-

    do contina hasta las cejas llegando a rematar

    en cabezas de serpiente (Fig. 1).

    Fig.1. Olla Tlloc. Pintada de azul, anteojeras, nari-guera azul, colmillos en rojo-naranja, nariz enrosca-da que continua hasta la ceja. Tocado en forma de corona.

    Foto: Isabel Mercado. 2011, Museo del Templo Mayor.

  • 21

    Un segundo grupo de cermica tiene un collar

    de chalchihuites, ste s distingue una bigotera

    mixtilnea donde la parte que cubre la boca es

    angulosa y despus sobresalen dos largos

    ganchos casi en forma de U que rematan en

    forma de cabeza de serpiente. Este grupo pre-

    senta en la boca 4 largos colmillos. Cabe sea-

    lar que el tocado de papel y el tocado de plu-

    mas estn en relieve. No existe lengua visible.

    En el centro de la frente presenta un orificio en

    forma de rombo (Fig. 3).

    azul en toda la olla, se puede apreciar una

    mscara colocada sobre la olla la cual tiene

    anteojeras, orejeras cuadradas, tocado de pa-

    pel, una boca remarcada como si fuera un gran

    crculo sin que sea necesariamente una bigote-

    ra, sin embargo, cubre todo el espacio entre la

    nariz y la boca. Tiene en lugar de la nariz un

    enroscado del cual salen dos cejas sobre las

    anteojeras, stas se extienden hasta la sien y

    suben a la altura de los ojos rematando con

    una forma que asemeja una cabeza de ser-

    piente. De la boca slo sobresalen dos colmi-

    llos y dos lenguas. El tocado de papel es liso.

    Tiene un tocado de cuadretes y un lazo en el

    cual estaban delineadas una especie de plu-

    mas. Cabe sealar que en el centro de la fren-

    te se presenta un orificio en forma de rombo

    (Fig. 2).

    Existe un ejemplar donde la mscara est hue-

    ca, es decir no est del todo pegada a la olla

    (Fig. 1). Sobre el espacio que circula la boca,

    se distinguen una serie de figuras conformadas

    por dos lneas y una elipse (II o II o II o) que

    aparecen tambin en el enroscado de la nariz

    incluido el remate sobre las anteojeras. Cabe

    sealar que la ceja es tan larga que baja hasta

    las sienes de la mscara y vuelve a cubrir la

    ceja. El tocado tiene forma de corona y es tridi-

    mensional. En el centro de la frente presenta

    un orificio en forma de V invertida.

    Fig. 2. Olla azul con mscara de Tlloc.

    Foto Proyecto Tlloc. Diana Muoz.

  • 22

    Otro grupo en arcilla tiene como peculiaridad

    que toda la figura est esgrafiada incluida la

    nariz. Contiene todos los atributos que el grupo

    mencionado anteriormente sin embargo, el to-

    cado de plumas y el tocado de papel estn pin-

    tados en color blanco y las orejetas cuadradas

    tienen dos lneas en rojo y amarillo. No presen-

    ta orificio en la frente (Fig. 5).

    Otro grupo en arcilla nos presenta a los atribu-

    tos en relieve, no es una mscara dado que

    aparentan estar presentes como atributos pro-

    pios de la olla (Fig. 6).

    Un siguiente grupo de arcilla, tambin en color

    azul, se distingue por tener la figura del perso-

    naje esgrafiada en la propia olla, tiene anteoje-

    ras, orejeras cuadradas, la boca marcada sin

    bigotera y slo la nariz enroscada est presen-

    te de forma tridimensional, sin embargo, las

    cejas sobre las orejeras que salen del propio

    enroscado estn esgrafiadas solamente. El to-

    cado de plumas est esgrafiado tambin y no

    tiene orificio en el centro de la frente. Es del

    tipo que slo tiene dos colmillos y doble lengua

    (Fig. 4).

    Fig. 3. Olla con mscara y Chalchihuites. Foto pro-

    yecto Tlloc. Diana Muoz.

    Fig. 4 Olla esgrafiada con nariz tridimensional. Foto

    Proyecto Tlloc. Diana Muoz.

  • 23

    Ahora bien, en piedra se puede sugerir un gru-

    po de olla globular que presenta tapa, todos

    los atributos se aprecian en un relieve muy

    marcado: tocado de plumas, anteojeras, ceja y

    bigoteras largas en forma de serpiente, cabe

    sealar que las formas de las ceja y bigotera

    son casi idnticas en tamao y forma; se ob-

    servan dientes y cuatro largos colmillos, se

    aprecia un agujero en forma de rombo al cen-

    tro de la frente. No existe lengua visible. Cabe

    sealar que la larga ceja no recorre nuevamen-

    te el ojo al regresar sino que comienza un ca-

    mino ondulante hacia las orejas. Las orejeras

    son cuadradas y al parecer tambin son atri-

    butos propios de la olla y no de una mscara

    (Fig. 7).

    En piedra tambin se identifica un grupo de

    ollas, aunque sin ningn tipo de asa, con ante-

    ojeras, nariz enroscada que remata en cejas,

    bigotera larga ondulante, dientes y cuatro col-

    millos. Tocado con remate de plumas y no hay

    lenguas visibles. Se seala en particular que

    los atributos estn en relieve como propios del

    elemento. Se encuentran en muy mal estado

    de conservacin (Fig. 8).

    Jarras

    Para continuar se har una descripcin de

    otros objetos que cuentan con los atributos de

    Tlloc pero que, por su forma se les ha deno-

    minado jarras (Fig. 9).

    Fig. 5. Olla Esgrafiada. Foto Proyecto Tlloc. Diana Muoz.

    Fig. 6. Elementos en relieve sin mscara. Foto Proyecto Tlloc Isabel Mercado Archila.

  • 24

    Fig. 7. Olla de piedra. Foto Proyecto Tlloc. Diana Muoz.

    Fig. 8 . Olla sin asas. Foto Proyecto Tlloc. Diana Muoz.

    Fig. 9. Jarra Tlloc. Foto Proyecto Tlloc. Diana Muoz.

  • 25

    muy largo, casi el doble del tamao de la parte

    globular (Fig. 10). El rostro est pintado tam-

    bin de negro y el tocado de papel pintado en

    azul con manchas negras. Cabe sealar que

    tambin el tocado de papel es muy ancho en

    comparacin con todas las anteriores repre-

    sentaciones.

    Existe un grupo de piedra basltica, con forma

    globular, bicnica en la parte superior y la ba-

    se. Los atributos presentes son: anteojeras,

    bigotera larga, nariz enroscada que remata en

    forma de ceja sobre las anteojeras, dos crcu-

    los en las mejillas que podran referirse al em-

    paste de cha que reporta Sahagn y orejeras

    cuadradas. Las hay de 4 y hasta 6 colmillos.

    En la mayora evidencia de color negro en todo

    el rostro, rojo en ojos, colmillos y orejeras, bi-

    gotera, anteojeras y nariz con ceja en azul; la

    base del tocado en amarillo y el remate en for-

    ma de plumas en blanco. Lo significativo de

    este grupo es que por la parte trasera sale una

    especie de asa que va de la seccin globular

    a la cnica superior. Una horadacin de entre 2

    y 4 cm est presente en la porcin superior de

    la pieza, simulando quiz la abertura de todo

    recipiente. Otra particularidad de este grupo es

    que a pesar de que comparten atributos y colo-

    res, todos los ejemplares son diferentes entre

    s pues son las formas las que las hacen ni-

    cas, por ejemplo, unas tienen las bigoteras

    ms anchas que otras o hay mayor simetra y

    cuidado en su elaboracin.

    Se menciona ahora otro grupo de jarras, stas

    fueron elaboradas con madera y de menor ta-

    mao dado que miden alrededor de 8 cm. Los

    atributos estn delineados en negro sobre una

    base en color azul, al parecer la nariz no est

    enroscada, no hay ceja, y el cono superior es

    Fig. 10. Jarra Tlloc de madera. Foto Proyecto Tlloc. Isabel Mercado Archila.

  • 26

    atributos tambin tienen diferentes formas. Lo

    que particulariza a este grupo de las jarras es

    la parte posterior que no presenta asa sino una

    especie de enrosque ocupando el espacio de

    la misma.

    De este grupo cabe describir un objeto en par-

    ticular dado que contiene un 80% de lo que fue

    el estuco y la pintura original permitiendo as

    ver en gran medida la tcnica de elaboracin

    (Fig. 11). Al parecer se elaboraban los objetos

    con los atributos en relieve, estos eran pinta-

    dos y posteriormente se colocaba una gran

    cantidad de estuco al grado que quedaba com-

    pletamente cubierto el relieve. El estuco tam-

    bin marcaba en relieve las anteojeras, la bigo-

    tera, los colmillos, el tocado de papel, la nariz y

    la base del tocado, todo salvo el remate de plu-

    mas que slo estaba delineado en negro sobre

    un estuco blanco. Se prosegua con la coloca-

    cin de pigmento dejando ver rostro en negro,

    anteojeras, bigotera y nariz enroscada con re-

    mate en ceja en azul, ojos, colmillos y dientes

    as como las orejeras en rojo, empaste en las

    mejillas en blanco con puntos negros, y en la

    frente bajo la base del tocado una forma de

    asteriscos delineados en negro. El tocado de

    papel deja ver restos de pigmento rojo y la ba-

    se del tocado tiene blanco y azul.

    Almenas

    Finalmente se describe el grupo que corres-

    ponde a las mal llamadas almenas (tomando

    en cuenta que el nombre describe un elemento

    arquitectnico europeo) Alejandro Villalobos

    propone que son Remates de pretil (posibles

    almenas o componentes del friso) labrados en

    piedra con relieve envolvente y representacin

    de vasijas o jarra tipo Tlloc, enfatizadas por

    el relieve frontal con motivos asociados al ros-

    tro de esta deidad, en la mayora de los casos,

    por su posible posicin en el contexto construc-

    tivo, omiten la representacin del asa u otro

    atributo ubicado en su segmento posterior

    (Comunicacin personal, 19-Sep-2014).

    Este grupo es en verdad muy parecido al de

    las jarras de piedra: atributos en relieve muy

    profundo como son anteojeras bigotera larga

    que se recorre hacia las orejas (dos ganchos

    despus de recorrer la boca). Nariz enroscada

    que remata en ceja muy larga que tambin se

    dirige hacia las orejas, las hay de 4 y 6 colmi-

    llos, en algunas se observa una lnea de dien-

    tes, aunque es probable que todas la hayan

    tenido pero el estado de conservacin no nos

    permite asegurarlo. El tocado tiene una base y

    termina en lo que parecen plumas. De la mis-

    ma manera que las jarras, la diferencia entre

    que una y otra son las formas inclusive de los

    propios elementos, unos son ms largos, otros

    ms anchos, otros ms redondos. Los propios

  • 27

    copal, elementos tanto acuticos como relacio-

    nados con vegetacin y una lengua bfida.

    Ahora bien y despus de las observaciones

    realizadas a las ollas, jarras y almenas y consi-

    derando que los cronistas sealan que las

    ollas y las jarras se asemejaban a la deidad de

    la lluvia, considero pertinente agregar como

    atributos de Tlloc, al menos para el perodo

    Postclsico, los siguientes:

    El agujero en forma de rombo en la frente.

    El crculo en las mejillas.

    El tamao y forma tanto de las bigoteras y

    de las cejas.

    Las orejeras cuadradas pintadas de rojo.

    El color rojo en ojos, dientes y colmillos.

    El crculo sobre la boca.

    La NO presencia de bigotera.

    La lengua doble que no es una lengua bfi-

    da.

    Sin lugar a dudas, las diferencias sealadas

    anteriormente no deben servir nicamente pa-

    ra una especificacin de atributos de la deidad,

    por el contrario, se deben tomar en cuenta y

    enriquecerlos con los reportes propios de las

    excavaciones para buscar datos ms precisos

    sobre estilos, manufactura, relaciones cultura-

    les y significados tanto de la deidad que nos

    ocupa, como de la propia cultura Mexica. Ta-

    rea pendiente, invitacin abierta.

    Consideraciones a manera de conclusiones

    Ya en un trabajo anterior (Mercado y Daz,

    2012) se haba propuesto una serie de atribu-

    tos tales como: El rostro pintado de negro, plu-

    mas en el tocado, nariguera o banda labial, col-

    millos, anteojeras, cuerpo pintado, moo en el

    tocado, elemento en forma de rayo, bolsa de

    Fig. 11 Almena Tlloc. Foto Proyecto Tlaloc. Diana Muoz

  • 28

    Bibliografa

    Lpez Lujan, Leonardo

    2009 Aguas Petrificadas. Las ofrendas de

    Tlloc enterradas en el Templo Mayor

    de Tenochtitln en Arqueologa Mexica-

    na. Vol., XVI, No. 96. Marzo-Abril. Edito-

    rial Races. Mxico.

    Mercado Archila, Mara Isabel y Daniel Daz

    2012 "Atributos del Dios de la lluvia: De los

    mexicas a Teotihuacn" en Revista Digi-

    tal de Gestin Cultural. N3. Marzo

    2012. Colegio de Humanidades y Cien-

    cias Sociales, Universidad Autnoma de

    la Ciudad de Mxico. Mxico. Pp.83-

    102. Disponible en www.gestioncultural.-

    org.mx/revista/03/A1N3-Mercado_y_

    Diaz.pdf

    Sahagn, Bernardino Fray

    2002 Historia General de las cosas de Nueva

    Espaa. 3. Edicin. Cien de Mxico,

    Mxico.

  • 29

    Amrica Malbrn Porto1

    P or sus caractersticas, cualidades naturales, belleza, tamao, dureza y variedad de color,

    as como por los distintos hbitats en que se encuentra, acuticos y terrestres, la impor-

    tancia que han tenido las conchas, en el Mxico prehispnico, ha sido trascendental. Es

    evidente que uno de sus usos y tal vez el ms difundido ha sido el ornamental, existiendo una com-

    pleja industria vinculada con este material. Sin embargo, su importancia debi ser mucho mayor ya

    que se encuentran numerosas representaciones pictricas de estos moluscos; ejemplo claro de ello

    lo hallamos en diversos muros de edificios teotihuacanos, principalmente los de aquellos denomina-

    dos palacios; entre los que podemos mencionar el Templo de los Jaguares, Atetelco, Tetitla, Za-

    cuala, Tepantitla, La Ventilla o Totometla, en los cuales se plasmaron elementos provenientes de

    regiones distantes como el Golfo o el Pacfico, o bien en la mayora de los cdices que han llegado

    hasta nosotros.

    Las conchas constituan un elemento de lujo, que en muchos casos sirvi para establecer diferen-

    cias sociales; se las utiliz en la fabricacin de instrumentos musicales; o como unidad de trueque e

    intercambio haciendo las veces de moneda. Por otra parte, la asociacin directa de la concha con el

    agua la llev a adquirir una especial importancia ritual y simblica dentro de la cosmovisin mesoa-

    mericana, relacionndola con los linajes y el poder. En cuanto a su origen acutico y misterioso,

    ste le confiere caractersticas propias, que la vinculan con el inframundo, y por ende con ciertas

    deidades.

    Al ser analizados los contextos en los que la encontramos logramos obtener valiosa informacin so-

    bre, las especies, los lugares de procedencia, intercambios a larga distancia, rutas de comercio, as

    como relaciones entre grupos y reas.

    Es fcil deducir que el uso de las conchas ha asumido significados muy variados a lo largo de la

    historia mesoamericana, mismos que evidentemente estn implcitos en cada sitio arqueolgico

    LAS REPRESENTACIONES DE CONCHA EN LA MATRCULA DE TRIBUTOS

    Facultad de Filosofa y Letras, Universidad Nacional Autnoma de Mxico. Integrante del Seminario de Tlloc de la Dra. Ma. Elena Ruz Gallut, en el Instituto de Investigaciones Estticas de la UNAM desde 2007.

  • 30

    donde la encontramos presente; es parte del

    quehacer del investigador dilucidar dichos sig-

    nificados y para lograrlo es necesario profundi-

    zar en el estudio de este tipo de material, sus

    contextos y registros histricos; en el presente

    trabajo pretendemos analizar la informacin

    que en relacin a este tema nos pueda brindar

    uno de los cdices provenientes del Altiplano

    Central: La Matricula de Tributos.

    ste cdice fue elaborado en Mxico Tenochti-

    tlan y serva para llevar la cuenta del pago del

    tributo dado por los pueblos conquistados por

    la Triple Alianza. Se trata de un documento pic-

    togrfico con glosas en nhuatl y en espaol,

    compuesto por 16 lminas a color (Castillo Fa-

    rreras, 2003:8).

    A diferencia de otros cdices, como el Borbni-

    co o los que pertenecen al grupo Borgia, en la

    Matrcula de Tributos no es posible encontrar

    gran cantidad de representaciones de conchas.

    Hemos observado que stas aparecen en tres

    posibles formas:

    Como objetos tributados a la Triple Alian-

    za.

    Como Topnimos de los pueblos tributa-

    rios a la Triple Alianza (46).

    Como glifos de nombres propios (1).

    Al revisar el cdice no hemos podido hallar al-

    guna representacin de conchas dibujadas so-

    bre otro producto tributario o como adorno de

    algunos de los trajes u objetos, a diferencia de

    lo sealado por Lourdes Surez (1997:10).

    La presencia de este tipo de materiales, ya sea

    trabajada o no, en ofrendas o bien sus repre-

    sentaciones de cermica y pintura mural, nos

    habla de la existencia, dentro de la cultura

    mexica, de una industria especializada de la

    concha, que requera de esta materia prima,

    misma que provena de regiones distantes

    emplazadas en las distintas costas del actual

    territorio nacional. Con ellas se produca gran

    cantidad de artculos especficos, ornamenta-

    les y rituales; todo esto no slo nos proporcio-

    na valiosa informacin sobre la economa de la

    poca, sino que tambin podemos establecer

    posibles rutas de intercambio y comercio utili-

    zadas durante este periodo (Surez, 1989: 25).

    En la Matrcula de Tributos salta a la vista el

    hecho de que sea slo en la lmina 18 donde

    aparece la tributacin de conchas, mismas que

    provenan de la provincia de Cihuatlan y sus

    pueblos sujetos, los cuales se encuentran en el

    territorio que ocupa parte de la Costa Grande

    del estado de Guerrero (Fig. 1).

    Es interesante que en las Relaciones Geogrfi-

    cas del siglo XVI, no se haga mencin del tri-

    buto de conchas que solan entregar estos

    pueblos, limitndose solamente a las mantas,

    armamento y oro.

    En tiempo de su gentilidad, sujetaba el

    mexicano MONTEZUMA, en esta provincia,

    los pueblos que hay, desde Cayaco, hasta

  • 31

    Fig. 1. Tributo de conchas en la Lmina 18 de la Matrcula de Tributos, 2003.

  • 32

    Suluchuca, donde tena su frontera. Tributa-

    ban stos bastimentos y armas para la

    frontera y algn oro, y esto poco. Los de-

    ms pu(ebl)os, cada pu(ebl)o tena su se-

    or, porque no haba entre ellos seor ge-

    neral. Tra(an) guerras unos con otros;

    adoraban dolos, como los mexicanos; no

    daban otro tributo a sus capitanes, que

    ans los llamaban, sino comida y ropa para

    vestir, porque eran muy pobres (Acua,

    1987:456).

    Para el periodo que fue dibujado el cdice, la

    cabecera de la provincia tributaria, Cihuatlan,

    tena 11 pueblos sujetos, mismos que hemos

    desglosado en la tabla 1:

    Hacia 1580 estos pueblos quedaron sujetos a

    la provincia de Zacatula, misma que se encon-

    traba bajo la jurisdiccin de la dicesis de Mi-

    choacn (Fig.2).

    Llmase esta provincia la provi(nci)a de

    Zacatulan. Quiere decir, Zacatulan, gran

    poblazn, porque la significacin del voca-

    blo es lugar de mucha yerba de juncos. Y,

    usado entre la gente mexicana por metfo-

    ra, cuando quieren decir gran poblazn,

    dicen Tulan; y, ans, la provincia tom el

    nombre de un pu(ebl)o grande que estaba

    (a) una lengua de donde est esta villa,

    hacia la mar (y a) media legua della, el ro

    abajo, que se llamaba Zacatulan por ser tan

    poblado de gente, segn dicen los natura-

    les, como el campo de yerbas (Acua, Op.

    cit.:450).

    Sin embargo, para esta fecha, de los 11 pue-

    blos sujetos, originalmente a la provincia de

    Cihuatlan, vemos que en las Relaciones ge-

    ogrficas slo se hace referencia a Petatln e

    Iztapa,

    El pu(ebl)o de Cihuatan esta en llano, al

    pie de unas sierras, ribera del ro que dicen

    de Cihuatan () el pu(ebl)o de Petlatan es-

    ta en un cerro, (a) dos leguas de la mar,

    riberas del ro que dicen de Petatan. Es Pe-

    tatan corregimi(ent)o () El pu(ebl)o de Iz-

    tapa est en llano (y) es sujeto al corregimi

    (ent)o de Petatan, que es (a) siete leguas;

    est en llano, riberas de un (ro) que dicen

    de Iztapa: est (a) una legua de la mar

    (Ibd.: 453-454).

    Tributo de conchas de la Provincia de

    Cihuatlan

    En el caso de la lmina 18 se puede ver, entre

    otros tributos, como matas de algodn, cargas

    de algodn y cargas de xochicacahuatl2, el di-

    bujo de dos grandes conchas, la glosa en es-

    paol aclara que se trataba de 800 conchas

    de ncar.

    2. Especie de cacao.

  • 33

    Localidad Glifo

    Cihuatan (Este de Zihuatanejo) Cerca de la mujer; cerca de Cihuacatl.

    Collimanyan () Lugar conquistado por los acolhuas; lugar donde se construyen casas.

    Panotlan (Sur de Pantla) Donde se pasa el ro.

    Nochco (Nuxco, Gro.) Lugar de la tuna; lugar de tunas; tunal.

    Iztapan (Ixtapa, Gro.) Sobre la sal; salina.

    Xolochiuhyan (Juluchuca, Gro.) Lugar donde se hacen esclavos.

    Petatlan (Petatlan, Gro.) Entre los petates.

    Xihuacan (Este de Petatlan) Lugar donde tienen turquesa.

    Apancalecan (Noroeste de Ixtapa) Lugar de casas con azotea.

    Cozohuipilecan () Lugar de huipiles amarillos.

    Cuayhcac (Coyuquilla, Gro.) En la espesura del bosque.

    Zacatollan (Zacatula, Gro.) Lugar del tule-zacate.

    Tabla 1

  • 34

    Fig.2. Dicesis de Michoacn en 1580, en rojo se han sealado las poblaciones que aparecen en la Matrcula de Tributos.

    Tomado de Ren Acua, 1987.

  • 35

    A pesar de que hoy en da son pocos los pue-

    blos que mantienen su nombre original en esta

    regin tributaria, hemos podido comprobar que

    todos aquellos que conservan su denomina-

    cin se ubican a pocos kilmetros de la costa

    del pacfico, lo cual facilitara la obtencin de

    estos bivalvos (Fig.3).

    Por otro lado debemos suponer la existencia

    de individuos capacitados para su pesca ya

    que en algunos casos estos moluscos se en-

    cuentran a varios metros bajo el nivel del mar,

    lo cual puede dificultar su obtencin. Es lgico

    suponer que, al tratarse de pueblos pesqueros,

    conocan perfectamente su hbitat y los luga-

    res en los cuales era posible hallar este tipo de

    conchas, incluso podemos llegar a sospechar

    que tenan conocimiento sobre su ciclo repro-

    ductivo, para saber en qu poca del ao po-

    da haber mayor cantidad de estos animales.

    En la Matrcula de Tributos (Op.cit.) podemos

    observar que el dibujo de estas conchas se ha

    realizado con gran detalle por lo que se logra

    apreciar claramente que se trata de un bivalvo

    rojo, que posee espinas en la parte exterior

    (Fig. 4), lo anterior nos conduce a pensar que

    se trata de conchas de la familia Spondylidae,

    estos son bivalvos que se localizan en las

    aguas clidas de mares tropicales, habitando a

    profundidades que varan entre los 5 y

    60 metros. Se alimentan principalmente por

    Fig.3. Costa Grande de Guerrero.

    Se han marcado en verde los pueblos suje-

    tos a Cihuatlan, que todava conservan su denominacin original.

  • 36

    filtracin de detritus y fitoplancton. Se les pue-

    de conseguir en la costa del Pacfico, en la lla-

    mada provincia Panmica, que abarca la re-

    gin comprendida entre Panam y la Pennsula

    de Baja California (Fig.5).

    Este tipo de animales se caracterizan por tener

    una concha gruesa, inequivalva y asimtrica, la

    valva derecha es convexa mientras que la otra

    es plana o poco convexa, ya que con esta se

    adhiere fuertemente al sustrato rocoso en que

    habita (Sabelli, Op.cit.:211; Cendrero, 1971:

    996; Borhegyi, 1966:356).

    Su coloracin vara en cada especie y puede ir

    de un amarillo brillante a un rojo intenso, estas

    caractersticas hicieron de este animal un obje-

    to preciado. Hemos detectado cuatro especies

    de esta familia, cuyas caractersticas principa-

    les describimos a continuacin:

    Spondylus calcifer Carpenter 1857.

    Es la especie de mayores dimensiones de esta

    familia, llegando a medir 15.0 cm Los animales

    adultos con un peso de hasta 1.5 Kg (Kolb,

    1987:20). Su coloracin vara de un rojo prpu-

    ra al amarillo, habita en aguas menos profun-

    das que el Spondylus princeps en un rea que

    se extiende desde los mares del Golfo de Cali-

    fornia en el norte hasta las costas ecuatorianas

    en el sur del continente.

    Se identifica por la presencia de numerosas

    espinas en la superficie de la valva derecha. El

    color rojo-prpura que define la banda interna

    de las valvas llev a que esta especie sea utili-

    zada ante todo en la elaboracin de cuentas

    para collares, pectorales y otros accesorios

    Fig.4. Detalle de las conchas tributadas por Cihuatln y sus pueblos sujetos.

    Matrcula de tributos Lmina 18.

  • 37

    (Fig.6). El nombre Calcifer se refiere al uso

    extensivo que de sta especie se hicieron du-

    rante La Colonia los colonos espaoles de

    Centroamrica, quienes usaron la cal de estas

    conchas como un tipo de cementante (Keen,

    citada por Kolb, Op.cit.).

    Spondylus princeps- Broderip, 1833.

    Se caracteriza por su fuerte color rojo coral y

    su superficie cubierta por largas espinas

    (Fig.7). Vive en profundidades de 5 a

    60 metros, por lo general en la regin sur de la

    provincia Panmica, especialmente en el Ecua-

    dor. Normalmente se fija con un rea de su

    concha derecha a rocas, piedras o a otras con-

    chas muertas. Se observan tambin indicios de

    que existen ejemplares de vida libre. Las di-

    mensiones del ejemplar adulto varan entre

    10.0 y 15.0 cm. Y puede llegar a pesar hasta 1

    Kg (Ibd.).

    El Spondylus princeps adems de ser utilizado

    por los grupos indgenas del continente para la

    elaboracin de joyas y accesorios ceremonia-

    les, tuvo un uso importante en rituales en su

    forma natural, debido a sus caractersticas fsi-

    cas, calidad esttica y simbolismo.

    Spondylus ictericus Reeve 1856.

    Se los encuentra en profundidades que varan

    entre los 10 a 15 metros; guarda caractersti-

    Fig.5. Provincias marinas que afectan los litorales mexicanos. Dibujo de la autora.

  • 38

    Fig.6. Spondylus calcifer , obsrvese la variacin de color y las espinas en la superficie.

    Tomado de Demertzis, 2014.

    Fig.7. Spondylus princeps con las espinas que la caracterizan. Tomado de Velasco, 2014.

  • 39

    cas similares a las otras especies de esta fami-

    lia (Fig.8). La ltima especie es Spondylus pic-

    torum- Chemnitz 1856, que guarda similitudes

    con los anteriores.

    La posible identificacin de estos bivalvos nos

    auxilia en el reconocimiento de las rutas de dis-

    tribucin por las cuales llegaban a Mxico Te-

    nochtitlan esta importante materia prima. Es

    interesante que en la Matrcula de Tributos

    est representada slo esta especie de con-

    chas, ya que los datos arqueolgicos muestran

    que en la gran urbe, se utilizaban muchos tipos

    distintos de conchas y caracoles, procedentes

    tanto del Pacfico como del Golfo de Mxico y

    el Caribe, ello nos conduce a suponer que el

    resto de este intercambio era realizado por los

    pochtecas o mercaderes.

    Otros tipos de tributo en los cuales apare-

    cen representaciones de conchas

    Si bien es slo en la Lmina 18 donde se ob-

    servan elementos de concha como objeto tri-

    butado, hemos podido encontrar que en las

    lminas 14, 25, 30 y 31 se aprecian elementos

    en los cuales se han representado conchas.

    Lminas 14, 30 y 31

    En estas lminas se ha descrito el tributo de

    mantas en las cuales se ha realizado un dise-

    o de caracol cortado de manera transversal,

    relacionado con el pectoral de Ehcatl. Por lo

    general los colores representados son rojos,

    Fig.8. Spondylus icte-ricus.

    Tomado de Demert-zis, 2014.

  • 40

    blancos y negros para la lnea del dibujo.

    En la Lmina 14 se menciona que se trata de

    400 mantas con diseo de Ocuilan (centzontli

    ocuiltecayo), es evidente que se trata de man-

    tas labradas con un complicado diseo de ca-

    racoles cortados que se unen entre s, stos se

    encuentran en la parte central del dibujo (Fig.

    9).

    Fig. 9. Mantas labradas con diseo de Ocuilan. Lmina 14, Matricula de Tributos, 2003.

    En la lmina 30 aparecen tres tipos distintos de

    mantas con diseos de caracoles cortados,

    que eran tributados por pueblos sujetos a la

    provincia de Tuchpan (Tuxpan) que se encon-

    traban en Veracruz; la primera de ellas, de las

    cuales deban tributarse 400 piezas, est dibu-

    jada con fondo rojo en el que se ha representa-

    do el pectoral de Ehecatl cuatro veces (Fig.

    10), si bien estas mantas se parecen a aque-

    llas descritas en la lmina 31, en este caso se

    nota la presencia de flecos en los bordes.

    Fig. 10. Mantas con diseo del pectoral de Ehecatl. Ntese la presencia de los flecos en sus bordes

    izquierdo e inferior. Lmina 30, Matricula de Tribu-tos, 2003.

    En la misma lmina 30 aparece la imagen de

    dos tipos ms de mantas, muy distintos entre

    s, que parecen haber sido mucho ms delica-

    das que las anteriores, ya que la glosa en es-

    paol aclara que se trata de mantas labradas

    finas. En este caso podemos ver que en una

    de ellas tenemos nuevamente la representa-

    cin del pectoral de Ehecatl, rodeado de otros

    motivos ms complicados (Fig. 11). De estas

    mantas slo se tributaban 80 piezas cada

    ochenta das.

    A la derecha del dibujo anterior encontramos

    la imagen de otra manta de fondo rojo. Pero en

    este caso se trata de la representacin de un

    caracol cortado de manera longitudinal y en el

    cual se han dispuesto, a ambos costados, las

    alas del molusco, por lo que se puede tratar de

  • 41

    la figura estilizada de un Strombus o una Fas-

    ciolaria (Fig.12). Como en el caso anterior, slo

    se tributaban 80 piezas cada ochenta das.

    En la lmina 31, podemos apreciar los tributos

    que pagaba la provincia de Atlan, en el actual

    estado de Puebla, y entre las mantas sobresa-

    len, como ya se mencion, aquellas que tienen

    diseos de caracoles cortados a la manera del

    Yecacoxcayotl o pectoral de Ehcatl, de las

    cuales se tributaban 400 piezas cada ochenta

    das (Fig. 13).

    En esta lmina encontramos la imagen de

    otras mantas con el mismo diseo de caracol

    cortado, pero la referencia de la glosa aclara

    que se trata de mantas de color morado oscu-

    ro, denominadas Camopallotilmatli, las cuales

    debieron ser usadas como tilma y de las que

    tambin se tributaban 400 piezas cada ochenta

    das (Fig. 14).

    Fig.13. Mantas con diseo de Yecacoxcayotl . Lmina 31, Matricula de Tributos, 2003.

    Fig. 11. Mantas de diseos ms complicados. Al centro se observa la representacin del pectoral de Ehecatl. Lmina 30, Matricula de Tributos, 2003.

    Fig. 12. Mantas con diseos de caracoles. Lmina 30, Matricula de Tributos, 2003.

    Fig.14. Mantas de color morado oscuro, Camopa-llotilmatli . Lmina 31, Matricula de Tributos, 2003.

  • 42

    Lmina 25

    Si bien en esta lmina, no aparece el tributo de

    conchas o de elementos en los que se las haya

    representado la imagen de las mismas como

    motivo ornamental, podemos ver el dibujo de

    dos piezas de mbar (opozonalli) el cual est

    pintado en color amarillo y en la parte superior

    se advierte una corriente de agua con dos

    chalchihuites y una oliva, tal vez indicando la

    transparencia del material y su aspecto lquido

    (Fig. 15).

    chas, para este caso se ha tomado el nombre

    en nhuatl tal y como aparece en la Matrcula y

    en espaol el significado o el nombre actual,

    as como la descripcin de los elementos de

    concha que se observan en cada glifo.

    Representaciones de conchas en nombres

    de personas

    Este aspecto slo lo hemos podido detectar en

    un caso, en la lmina 3, donde aparece el

    nombre de Axayacatl, el cual muestra una co-

    rriente de agua con dos chalchihuites y lo que

    podra ser la representacin de una concha

    cortada de manera transversal, probablemente

    un gasterpodo (Fig. 17).

    Fig. 15. Representacin de una pieza de mbar. Lmina 25, Matricula de Tributos, 2003.

    Representaciones de conchas en los top-

    nimos

    En las distintas lminas del cdice hemos iden-

    tificado los topnimos de los pueblos tributarios

    en los que aparecen representaciones de con-

    chas. Por lo general stas estn relacionadas

    con la imagen de una fuente o cauce de agua

    a las cuales se le aadan chalchihuites y cara-

    coles del gnero oliva, para hacer ms explci-

    to el glifo (Fig. 16).

    En la Tabla (N 2) hemos enlistado los topni-

    mos en los que aparecen imgenes de con-

    Fig. 16. Representacin de una corriente de agua.

    Fig. 17. Representacin del nombre de Axayacatl. Lmina 25, Matricula de Tributos, 2003.

  • 43

    Tabla 2

  • 44

  • 45

  • 46

  • 47

  • 48

  • 49

  • 50

    Castillo F, Vctor M.

    1996 Estructura econmica de la sociedad

    mexica, Segn las fuentes documenta-

    les. Instituto de Investigaciones Histri-

    cas. Universidad Nacional Autnoma de

    Mxico, Mxico.

    Castillo Farreras, Vctor M.

    2003 Historia de la Matrcula en La Matrcula

    de Tributos. Edicin Especial Arqueolog-

    a Mexicana. Serie Cdices N 14. Edito-

    rial Races-INAH. Mxico. Pp. 8-11.

    Cendrero, Luis

    1971 Z o o l o g a H i s p a n o a m e r i c a n a

    (Invertebrados); Biblioteca de Ciencias

    Biolgicas y Geolgicas. Porra, Mxi-

    co.

    Demertzis, Mara

    2014 Aegeanshells, Grecia. Disponible en

    http://aegeanshells.gr/, consultado el 10

    de julio de 2014.

    Kolb, Charles C.

    1987 Marine Shell trade and Classic Teo tihua-

    can, Mexico. BAR Internacional Se ries

    345. Oxford, England.

    Como hemos podido observar, la presencia de

    la concha es constante a lo largo de todo el

    cdice sin embargo, como objeto tributario es

    sumamente rara, a pesar de su importancia

    simblica y ritual, por lo mismo podramos su-

    poner que el abastecimiento de este material,

    estaba controlado por la nobleza a travs de

    los comerciantes y mercaderes mexica

    (pochteca), quienes abastecan de objetos, ex-

    clusivos y de lujo, manufacturados, semielabo-

    rados o en su estado natural, la mayora de los

    cuales quedaban atesorados por la aristocracia

    (Castillo F., 1996:97-98), de esta manera se

    entendera su escasez en la Matrcula de Tri-

    butos.

    Bibliografa

    Acua, Ren (Ed.)

    1987 Relacin de la Villa de Zacatula en Re-

    laciones Geogrficas del siglo XVI: Mi-

    choacn. Instituto de Investigaciones An-

    tropolgicas. Universidad Nacional Aut-

    noma de Mxico, Mxico. Pp. 439-462.

    Borhegyi, Stephan F.

    1966 Shell Offerings and the use of shell mo-

    tifs at Lake Amatitlan, Guatemala and

    Teotihuacan, Mxico en XXXVI Con-

    greso Internacional de americanistas,

    Actas y Memorias; Espaa. Pp. 355-

    383.

  • 51

    Matrcula de Tributos

    2003 Edicin Especial Arqueologa Mexicana.

    Serie Cdices N 14. Editorial Races-

    INAH. Mxico.

    Sabelli, Bruno

    1980 Gua de Moluscos. Grijalbo; Barcelona,

    Espaa.

    Surez Diez, Lourdes

    1989 El material de concha en los cdices de

    tradicin nhuatl en Primer Coloquio de

    documentos pictogrficos; Presentacin

    de Carlos Martnez Marn; Monograf-

    as/23 Serie de Cultura nhuatl; Instituto

    de Investigaciones Histricas. Universi-

    dad Nacional Autnoma de Mxico,

    Mxico. Pp. 1-11.

    1997 El comercio de la concha en el mundo

    prehispnico en Trace. Travaux et re-

    cherches dans les Amriques du Centre.

    Juin. N 31. Mxico. Pp. 7-21.

    Velasco, Alex

    2013 Nazca Instituto de Investigaciones Mari-

    nas, Ecuador, http://institutonazca.org/

    es/, consultado el 10 de julio de 2014.

  • 52

    Sesiones del Seminario

    Trabajos al aire libre.

    De izquierda a derecha: Dra. Mara Elena Ruiz Gallut, Dr. Alfonso Garduo, Mtro. Jess Torres.

    Dr. Francisco Villaseor y Lic. Francisco Len.

    Mtra. Amrica Malbrn Porto.

  • 53

    TLLOC QU? Boletn del Proyecto Tlaloc

    Invitacin a publicar

    Se invita a todos los investigadores interesados en temas relacionados con Tlloc y dems deida-

    des de la lluvia y la fertilidad a enviar sus artculos.

    Los artculos y ensayos deben presentarse en el procesador de textos Microsoft Word, con letra

    Arial de 12 puntos e interlineado de 1.5. La extensin mxima debe ser de 30 cuartillas tamao car-

    ta, incluyendo grficas, imgenes, cuadros y bibliografa. Las pginas deben ir numeradas en la

    parte inferior.

    El ttulo debe ir en maysculas y negritas.

    Se recomienda que el ttulo del trabajo no tenga una extensin mayor de diez palabras.

    Todas las notas aclaratorias a pie de pgina tendrn su llamada en numeracin corrida en arbigos

    volados. Estas notas no se utilizarn para referencias bibliogrficas; su uso ser exclusivamente

    para confrontar o aadir otra informacin que no pueda incluirse en el cuerpo del artculo.

    Los dibujos, mapas y fotografas se denominarn figuras (Fig. 1, Fig. 2, etc.) y las grficas se lla-

    marn grficas, as como los cuadros se llamarn cuadros.

    Las grficas y figuras estarn preparadas para su reproduccin, con una resolucin de 300 dpi y se

    entregarn por separado del texto, debido a que si se incluyen no es posible trabajar con ellas para

    incorporarlas al formato final.

    Las figuras se acompaarn de un pie de figura, esto es, de un breve texto descriptivo que no exce-

    da de tres lneas que se ha de anexar despus de las referencias en el texto.

    Las imgenes deben tener autora o referencia, misma que debe incluirse en la bibliografa. En el

    caso de derechos de autor, stos deben ser solicitados directamente por cada autor y presentar la

    carta de autorizacin correspondiente. No se aceptarn imgenes de internet.

    Modo de citar: Los comentarios y notas al pie de pgina slo sern utilizados para realizar alguna

    explicacin adicional e irn numerados consecutivamente y a un (1) espacio.

    Las referencias correspondientes a fuentes publicadas tanto en medios impresos como electrnicos

    (internet) se incluirn en el cuerpo del trabajo mediante el sistema Harvard, escribiendo entre

  • 54

    parntesis el apellido del autor o autores, seguido de coma y el ao, ej.: (Mesa-Lago, 2003).

    Cuando se trate de una cita textual, debe colocarse el nmero de la pgina de la cual se tom inme-

    diatamente despus de la fecha, separado por dos puntos y sin dejar espacio, ej.: (Mesa-Lago,

    2003:45-46).

    Si hay varias obras del mismo autor publicadas en el mismo ao, se mantiene el orden cronolgico,

    diferencindose las referencias utilizando letras, ej. (Mesa-Lago, 2003a) y (Mesa-Lago, 2003b).

    Las citas textuales de ms de cinco (5) lneas sern incluidas en prrafo aparte a un solo espacio y

    con doble sangra. En estas citas no ser necesario usar comillas. Las citas y/o referencias a comu-

    nicaciones personales escritas (cartas, oficios, correos electrnicos), las exposiciones orales

    (conferencias, declaraciones pblicas, etc.) y las comunicaciones personales orales

    (conversaciones y entrevistas) sern presentadas conforme a las mismas normas.

    Las citas textuales que ocupen menos de cinco renglones no se separarn del texto y se encomi-

    llarn; las de ms de cinco renglones se separarn del texto dejando una lnea en blanco antes y

    despus, sangrando cinco espacios a la izquierda y a la derecha, se escribirn a rengln seguido,

    incluyendo al final de la cita la referencia correspondiente, siguiendo las indicaciones del inciso an-

    terior.

    Referencias bibliogrficas: Se colocarn al final del texto ordenadas alfabtica y cronolgicamen-

    te, incluyndose solamente las efectivamente citadas. En el caso de sealar varios textos de un

    mismo autor individual o colectivo, las referencias se ordenarn entre s por el ao de su publica-

    cin, colocando el ms antiguo en primer lugar. Si dos (2) o ms trabajos de un mismo autor

    (individual o colectivo) tienen el mismo ao de publicacin, se aadir a ste un cdigo alfabtico

    (a, b, c,) y se ordenarn entre s siguiendo dicho cdigo, por ej.: 1995a, 1995b, 1995c, etc. La bi-

    bliografa se desglosar de la siguiente manera:

    Ejemplo: Pia Chan, Romn 1980 Chichn Itz, la ciudad de los brujos del agua. Fondo de Cultura Econmica, Mxico. En caso de tratarse de una obra realizada por una institucin oficial, se anotar segn el siguiente ejemplo: Instituto Nacional de Geografa, Estadstica e Informtica (INEGI) 1992 XI Censo General de Poblacin y Vivienda, 1990. Distrito Federal. Resultados Definitivos.

    Datos por AGEB urbana. Instituto Nacional de Estadstica, Geografa e Informtica, Mxico.

  • 55

    b) Las referencias de captulos o de trabajos en obras colectivas, debern contener los siguientes

    datos: nombre del o los autores, ao, ttulo del captulo, ficha del libro, esto es: nombre del autor o

    autores, en caso de que sea(n) editor(es) o compilador(es) anotarlo a continuacin; ttulo del libro

    (en cursivas), editorial, ciudad. Pginas dnde se encuentra el captulo.

    Ejemplo:

    Smith Stark, Thomas C. y Ausencia Lpez Cruz

    1995 Apuntes sobre el desarrollo histrico del zapoteco de San Pablo Gil. R. Arzpalo Marn y

    Y. Lastra (comps.) Vitalidad e influencia de las lenguas indgenas en Latinoamrica, II Colo-

    quio Mauricio Swadesh, Instituto de Investigaciones Antropolgicas, Universidad Nacional

    Autnoma de Mxico, Mxico, :294-343.

    c) Las referencias hemerogrficas debern contener los siguientes datos: nombre del autor o auto-

    res, ao de edicin, ttulo del artculo, ttulo de la revista en cursivas, volumen y nmero de la publi-

    cacin, pginas en las que se encuentra el artculo.

    Ejemplo:

    Sen, Amartya K.

    1992 Sobre el concepto de pobreza. Comercio Exterior, 42(4):310-326.

    d) Las referencias digitales debern contener los siguientes datos: nombre del autor o autores, ao,

    [en lnea], ttulo del artculo, nombre de la revista en cursivas, nmero de la publicacin, pginas en

    las que se encuentra el artculo, liga y la fecha de consulta.

    Ejemplo:

    Ortiz Daz, Edith

    2002 [en lnea] Los zapotecos de la Sierra de Jurez: antiguos orfebres? Anales del Instituto de

    Investigaciones Estticas 81:141-149. http://www.analesiie.unam.mx/pdf/81_141149.pdf# se-

    arch=%22edith%20ortiz%22 [Consulta: 10 de octubre de 2006]

    Los subttulos debern ir en negritas en minsculas.

    Todas las figuras deben tener su respectivo pie de foto y autora.

  • 56

    No se aceptar ningn artculo que no cumpla

    con estos requisitos.

    Toda correspondencia deber dirigirse a la Dra.

    Mara Elena Ruiz Gallut al Instituto de Investiga-

    ciones Estticas, Circuito Mario de la Cueva, s/

    n. Ciudad Universitaria, C.P. 04510, Mxico

    D.F. Tel. 5622-7547 Fax. 5665-4740.

    De igual manera los artculos podrn mandarse

    a las siguientes direcciones electrnicas:

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