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TÍTULO: Hacia un modelo de gestión turística sostenible de los espacios naturales protegidos. Su aplicación al caso andaluz AUTOR: Juan Ignacio Pulido Fernández DIRECCIÓN: Universidad de Jaén Departamento de Economía Aplicada. Despacho: 7264 Campus de Las Lagunillas, s/n 23071 Jaén E-mail: [email protected]

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TÍTULO:

Hacia un modelo de gestión turística sostenible de los espacios naturalesprotegidos. Su aplicación al caso andaluz

AUTOR:

Juan Ignacio Pulido Fernández

DIRECCIÓN:

Universidad de JaénDepartamento de Economía Aplicada. Despacho: 7264Campus de Las Lagunillas, s/n23071 JaénE-mail: [email protected]

ABSTRACT:

Partiendo del convencimiento de las potencialidades de los espacios naturales

protegidos como agentes dinámicos de desarrollo en un entorno de sostenibilidad, la

reflexión que aquí se presenta analiza, de manera obviamente muy sucinta, algunos de

los factores que entendemos clave para la definición de un modelo de gestión turística

sostenible de estos espacios. Un modelo que, en última instancia, permita el aumento de

la productividad y la competitividad de su sistema productivo, garantizando que el

equilibrio ambiental a largo plazo en ningún caso se convierta en una limitación para su

desarrollo turístico, sino en una fuente de riqueza y empleo.

Se trata, en definitiva, de definir un esquema de actuación sobre el que pueda

pivotar una política de gestión turística de estos espacios que favorezca, no sólo un

equilibrio dinámico entre la necesidad de mantener la biodiversidad y potenciar el

desarrollo económico y social de estos territorios, sino, sobre todo, la existencia de

planteamientos prácticos sobre el importante papel que el turismo puede jugar en la

percepción y comprensión de los mismos y, en consecuencia, en la implicación de los

turistas que los visitan en su conservación y desarrollo.

La propuesta se circunscribe a los parques naturales, por ser la figura de

protección más representativa en nuestro país (suponen el 80,49 por 100 del total de la

superficie protegida) y los que reciben un mayor volumen de turistas, y se focaliza en

Andalucía, región que aporta el 40 por 100 de la superficie total protegida a nivel

nacional, y que cuenta con 23 parques naturales. No obstante, se trata de una propuesta

que incorpora postulados, planteamientos y fórmulas globales de gestión, que pueden

ser trasladados a otros territorios.

CURRICULUM VITAE:

Profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Jaén. Autor, sólo o en

colaboración, de 7 libros y casi una veintena de artículos, así como más de 60 cursos,

seminarios y congresos en diversas universidades y escuelas de negocios españolas,

sobre turismo, sistema financiero, economía regional y economía jiennense. Profesor de

los masters de gestión turística de EOI, ICADE y Universidad Internacional de

3

Andalucía. Ha participado en la dirección y/o redacción de varios planes estratégicos de

turismo en espacios naturales, así como en diversos proyectos de investigación sobre

distintos aspectos de la actividad turística.

Sus líneas de investigación y de trabajo profesional en turismo se centran en la

planificación y gestión del turismo rural, especialmente el turismo en espacios naturales

protegidos, en el desarrollo rural y local (desarrollo sostenible), en el turismo temático y

en la planificación estratégica.

En la actualidad, realiza su Tesis Doctoral, bajo la dirección del profesor Dr. Enrique

Torres Bernier, con el título “Criterios para una política turística en los parques

naturales de Andalucía”, para lo que cuenta con una beca concedida por la Consejería

de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía.

Es Secretario General de la Asociación Española de Expertos Científicos en Turismo

(AECIT) y Premio Andalucía de Economía y Hacienda Autonómica, concedido (1999)

por la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta de Andalucía.

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HACIA UN MODELO DE GESTIÓN TURÍSTICA SOSTENIBLE DELOS ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS. SU APLICACIÓN

AL CASO ANDALUZ

Juan Ignacio Pulido FernándezDepartamento de Economía Aplicada

Universidad de Jaén

1. Introducción

La actividad turística en los parques naturales andaluces se encuentra en

evidente expansión, con una tendencia a la consolidación desde el punto de vista de la

estructura empresarial, apuntada tanto por los niveles de repetición (genera fidelidad)

como por el continuado incremento en el número de visitantes, a la vez que aumenta la

conciencia social por el respeto de la naturaleza y el medio ambiente. Sin embargo, la

respuesta a este espectacular crecimiento de la demanda por parte de la administración

competente no garantiza, en la mayoría de los casos, la satisfacción de las expectativas

generadas en torno a estos destinos, en gran medida debido a su incapacidad para

responder a las expectativas creadas.

La administración ambiental aún no ha aceptado una realidad palpable y de

difícil retorno: el enorme atractivo turístico de estos espacios, a pesar de su capacidad

restringida para acoger visitantes, consecuencia de la fragilidad de los recursos que

alberga.

En este contexto, la gestión –incluso la protección- de un espacio natural

protegido no se puede basar exclusivamente en criterios conservacionistas y en el

establecimiento de medidas coercitivas, olvidando la ordenación de su uso turístico y

recreativo. Los “clientes” más habituales de estos espacios son, y cada vez en mayor

medida, turistas. Turistas que están ávidos por conocer –por “experimentar”- la

naturaleza, y esa necesidad de descubrimiento de la realidad natural y cultural de estos

espacios debe aprovecharse por el gestor, asociando diversión y educación, de forma

que la visita a estos lugares contribuya a favorecer la sostenibilidad de su desarrollo y a

concienciar a los turistas sobre la importancia de la preservación del medio ambiente,

consiguiendo que el propio espacio natural se convierta en un instrumento muy útil de

5

educación y sensibilización ambiental, que permita, a su vez, mejorar la gestión y

conservación del mismo.

Hasta ahora eso no se ha producido. La administración ambiental andaluza (y en

esto no hay diferencia con el resto de administraciones ambientales), de quien depende

la gestión de los parques naturales, se resiste a reconocer la gran capacidad de desarrollo

y atracción turística que tienen estos espacios. Y, en el fondo, siempre queda la duda:

¿no esconde esa tendencia hacia la preservación a ultranza de estos espacios por parte

de sus gestores un tremendo desconcierto sobre qué hacer con los flujos de visitantes y,

en la mayoría de los casos, la inexistencia de planes de uso y gestión en lo referente a la

actividad turística?.

2. La Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA). Especialreferencia a los parques naturales

La historia de los espacios naturales protegidos se inicia en Andalucía en 1969,

con la declaración del Parque Nacional de Doñana. Desde entonces, en la Comunidad

Autónoma Andaluza se han declarado, hasta noviembre de 2002, un total de 127

espacios naturales protegidos, lo que supone una superficie total protegida de

1.591.705,5 hectáreas, el 18,24 por 100 del territorio andaluz.

La Ley andaluza 2/1989 configura definitivamente el inventario de espacios

naturales protegidos de Andalucía, origen de la actual Red de Espacios Naturales

Protegidos de Andalucía (RENPA), formada por 125 espacios1. Se trata de la red de

estas características más importante de España (Andalucía aporta el 40 por 100 de la

superficie total protegida a nivel nacional) y superior en valor absoluto y en términos

relativos a la de muchos países de la Unión Europea.

Son siete las figuras de protección que actualmente conforman la RENPA:

Parque Natural (con 23 en total), Reserva Natural (con 28), Monumento Natural (23)

(estas tres trasladadas por la obligatoriedad de la Ley estatal 4/1989, junto con la

posibilidad de declarar en el futuro Paisajes Protegidos, figura no utilizada actualmente,

aunque sí está contemplada en la Ley andaluza), y las nuevas figuras previstas en

6

Andalucía, que son Paraje Natural (con 31 en la actualidad), Parque Periurbano (con 17)

y Reserva Natural Concertada (3).

La figura de Paraje Natural recupera el concepto de la antigua Ley de 1975. Los

Parques Periurbanos constituyen una figura que pretende amortiguar las tensiones que

genera el uso público masivo en estos espacios en el entorno de los grandes núcleos de

población. Y las Reservas Naturales Concertadas son el resultado de convenios de

colaboración entre la administración ambiental andaluza y el titular de un espacio o

enclave de titularidad privada de alto valor ecológico, con el fin de garantizar una

gestión compartida de sus recursos naturales.

En este amplio territorio protegido destacan por su extensión, por su enorme

riqueza ambiental y paisajística y por su capacidad para generar oportunidades de

desarrollo económico y de empleo, los parques naturales, que ocupan un total de

1.373.474 hectáreas, el 86,29 por 100 de la superficie total protegida en Andalucía.

Cuadro 1: Parques naturales de Andalucía

Nombre del Parque Natural Provincia/s Superficie(Has.)

Otras figuras de protección

Bahía de Cádiz Cádiz 10.000 LICCabo de Gata-Níjar Almería 45.663 LIC, ZEPA, RamsarDespeñaperros Jaén 6.000 LIC, ZEPADoñana Cádiz-Huelva-

Sevilla55.237 LIC, ZEPA, Reserva de la Biosfera

La Breña y Marismas del Barbate Cádiz 3.797 LIC, ZEPALos Alcornocales Cádiz-Málaga 170.025 ZEPA, Reserva Nacional de CazaMontes de Málaga Málaga 4.762 -Sierra de Andújar Jaén 60.800 LIC, ZEPA, Coto Nacional de CazaSierra de Aracena y Picos de Aroche Huelva 184.000 ZEPA, Reserva de la BiosferaSierra de Baza Granada 52.337 LICSierra de Cardeña y Montoro Córdoba 41.212 LIC, ZEPASierra de Castril Granada 12.265 LIC, ZEPASierra de Grazalema Cádiz-Málaga 51.695 ZEPA, Reserva de la Biosfera,

Reserva Nacional de CazaSierra de Hornachuelos Córdoba 67.202 ZEPA, Reserva de la BiosferaSierra de Huétor Granada 12.428 LICSierra de las Nieves Málaga 20.005 LIC, ZEPA, Reserva de la

Biosfera, Reserva Nacional deCaza

Sierra de María-Los Vélez Almería 18.962 LIC, ZEPA

1 Se excluyen de esta red los Parques Nacionales de Doñana y de Sierra Nevada, que entran en la esferade competencias del Ministerio de Medio Ambiente.

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Sierra Mágina Jaén 19.900 LIC, ZEPASierra Nevada Almería-Granada 85.777 LIC, ZEPA, Reserva de la

Biosfera, Reserva Nacional deCaza

Sierra Norte de Sevilla Sevilla 164.840 ZEPA, Reserva de la BiosferaSierras de Cazorla, Segura y Las Villas Jaén 214.336 ZEPA, Reserva de la Biosfera,

Coto Nacional de CazaSierras de Tejeda, Almijara y Alhama Granada-Málaga 40.663 LIC, ZEPASierras Subbéticas Córdoba 31.568 LIC, ZEPA

SUPERFICIE TOTAL PARQUES NATURALES 1.373.474 hectáreas

Fuente: Consejería de Medio Ambiente, Junta de Andalucía (2002).

Se trata de un conjunto muy heterogéneo, formado por 23 parques naturales, que

constituyen un soporte territorial esencial para el desarrollo presente y futuro del

turismo en Andalucía, especialmente del turismo de naturaleza, entendido éste en un

sentido amplio. Esa heterogeneidad se traslada también al papel que juega el turismo en

estos espacios. En este sentido, en algunos parques naturales (cada vez más) se

promocionan las actividades turísticas, otros simplemente se limitan a regularlas y en

otros, el turismo se ha convertido en un fenómeno cuyo desarrollo tiene que ser

reordenado al haber experimentado un crecimiento desmedido que está afectando a la

conservación de algunas áreas del propio espacio.

En general, en los últimos años se ha desarrollado una creciente actividad

turística en torno a los parques naturales andaluces, algunos de los cuales tienen ya una

dilatada experiencia como destino turístico. Sin embargo, a pesar de esta creciente

demanda, una de las grandes carencias a las que se enfrenta la gestión de estos espacios

es precisamente la escasez de información cualitativa y cuantitativa sobre su demanda

turística. Sus propias características físicas, que dificultan enormemente la existencia de

registros de entrada, la enorme variedad de tipologías de alojamiento, algunas de ellas,

incluso, no reguladas, la propia indefinición del concepto de turismo de naturaleza y el

escaso interés demostrado hasta el momento por este tipo de cuestiones por la

administración ambiental andaluza, a quien compete la gestión de estos espacios,

justifican la ausencia de estudios rigurosos sobre la demanda de turismo en los parques

naturales andaluces.

Sí se dispone, no obstante, de información sobre el número de visitantes que

reciben las instalaciones de acogida e información de la red de equipamientos de uso

público de Andalucía, que ascendió a 656.204 personas en 2001, un 89 por 100 más que

8

el año anterior. Aceptando, como señalan Gómez-Limón et al (2000), que sólo el 8 por

100 de los visitantes de estos espacios utilizan las instalaciones de acogida e

información, resultaría un número de visitantes superior a 8 millones, los que recibieron

estos espacios naturales protegidos durante el año 2001.

Por otro lado, se dispone de datos facilitados por 14 parques naturales andaluces

sobre los visitantes recibidos en 19962: un total de 3.445.400 visitantes. Si se tiene en

cuenta que la afluencia a los parques nacionales españoles ha crecido un 26,20 por 100

desde entonces hasta el año 2000, la actualización de aquella información al año 2000

implicaría un número de visitantes de casi 4,5 millones.

En cualquier caso, esta tremenda brecha entre unas y otras estimaciones, viene a

confirmar dos realidades palpables en la actual gestión de los parques naturales

andaluces. Primero, que existe una enorme dificultad para conocer con un cierto grado

de fiabilidad, incluso por parte de la propia administración ambiental, el volumen de

demanda que reciben estos espacios. Y, segundo, que, al margen del grado de exactitud

de las estimaciones que pudieran realizarse, se trata de una afluencia considerable de

visitantes, que está creciendo en los últimos muy por encima de la capacidad de

respuesta que está demostrando la oferta para garantizar una gestión turística adecuada a

las características de la demanda y de los propios espacios en los que se desarrolla.

3. La gestión actual del desarrollo turístico en los parques naturales andaluces

La Ley andaluza 2/1989 pretende desterrar la negativa visión inicial de los

parques naturales como factores limitantes de la capacidad de desarrollo de las áreas

protegidas, expresando su intención de avanzar mucho más allá de la simple

conservación de determinados ecosistemas o especies. Los parques naturales andaluces

son el fruto de la intervención humana desde antiguo en la dinámica de los diversos

sistemas naturales, de lo que se deduce que el hecho en sí de la mera actividad antrópica

no es lo que pone en peligro la conservación del medio, sino el tipo de actividades que

se desarrollan y cómo se ponen éstas en práctica.

2 Gómez-Limón et al (2000).

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De manera que la Ley andaluza de protección de los espacios naturales define un

marco legal de actuación en el que se plantea al mismo nivel la conservación de los

ecosistemas y la definición de estrategias y medidas que garanticen el desarrollo

económico, no sólo del territorio protegido bajo la figura del parque natural, sino,

incluso, de toda su “área de influencia socioeconómica”.

En consecuencia, la intervención pública y privada en estos espacios queda

ordenada actualmente a través de un conjunto de instrumentos de planificación

perfectamente jerarquizados:

- El Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), que establece las

directrices generales, reguladoras de la ordenación de todos y cada uno de los

recursos del parque natural.

- El Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), que es la verdadera guía para la

gestión del parque natural, encargado de desarrollar a nivel operativo la

estrategia de ordenación y gestión definida por el PORN, estableciendo las

relaciones entre las normas de utilización y la gestión y administración del

parque natural.

- El Plan de Desarrollo Sostenible(PDS), concebido como una herramienta para

definir las estrategias de desarrollo de dicho espacio, combinando las variables

ambientales, económicas y territoriales, a fin de compatibilizar los objetivos de

conservación con los de desarrollo socioeconómico.

El Plan de Desarrollo Sostenible sustituye a las figuras del Plan de Desarrollo

Integral y los Programas de Fomento, recogidas inicialmente por la Ley 2/1989, y viene

a situar el desarrollo socioeconómico de estos espacios como un objetivo básico de la

nueva gestión ambiental de la administración andaluza, cerrada ya una primera fase del

ciclo de planificación con la redacción, aprobación y ejecución de las dos figuras de

rango superior (PORN y PRUG). La administración ambiental pretende demostrar cómo

la vinculación de normas medioambientales a las estrategias de desarrollo local hace

posible un impulso a la innovación en el medio rural, poniendo de relieve que el medio

ambiente es un activo fundamental para el desarrollo de estas áreas.

10

Se perfila, por tanto, un nuevo contexto en el que los Planes de Desarrollo

Sostenible tienen como objetivo prioritario la mejora de los aprovechamientos

productivos y las actividades empresariales vinculadas con el uso sostenible de los

recursos de los parques naturales, tratando así de ofrecer nuevas oportunidades de

generación de riqueza y empleo a la población local, en un marco caracterizado, a la

vez, por las exigencias de competitividad de una economía global y por los

compromisos de conservación ambiental de las políticas europea, nacional y regional.

En este nuevo contexto, el papel del turismo como uno de los principales

factores de desarrollo en estos espacios es innegable. Sin embargo, la administración

ambiental parece no aceptar aún esta evidente realidad, temerosa, quizás, de poner en

evidencia sus dificultades para hacer frente a esta situación, a la que no se puede

responder exclusivamente desde una posición de control y limitación de determinadas

prácticas en el interior del parque natural, o de dotación y conservación de determinados

equipamientos que garanticen el uso público del mismo.

En la actualidad, todos los aspectos relacionados con la gestión del uso

recreativo y turístico de los parques naturales andaluces se encuadran en el área de

gestión conocida como “uso público”3, reduciendo, por tanto, el alcance de la

intervención administrativa a cuestiones relacionadas con la dotación y conservación de

los equipamientos e instalaciones de uso público y, a lo sumo, cuando existe, a la

ejecución del Plan o Programa de Uso Público. Al margen del uso público, las

referencias a la actividad turística en las actuaciones de la administración ambiental

andaluza suelen ser muy difusas y, cuando las hay, aluden a una tipología, a un

concepto muy concreto del turismo de naturaleza4, el ecoturismo, cuya práctica en

Andalucía es casi testimonial5.

3 Lo mismo ocurre con el Plan Director de la Red de Parques Nacionales (que recibe más de 10 millonesde visitantes al año), que destina uno de sus apartados a la propuesta de actuaciones sobre uso público,pero que no se refiere específicamente al turismo.4 Un análisis de los diferentes perfiles de la demanda de turismo de naturaleza puede encontrarse enPulido (2002).5 Esta circunstancia puede significar dos cosas, bien que la administración ambiental desconoce el perfildel turista mayoritario que visita los parques naturales andaluces, cuya gestión tiene encomendada, queobviamente no es el perfil de un ecoturista, o bien –lo que parece más evidente- que su reticencia areconocer abiertamente el atractivo para la atracción de flujos turísticos de estos espacios le lleva adisfrazar este atractivo bajo las características del ideal del turista que quisiera tener cualquier gestor deun espacio natural protegido, un turista sensibilizado, participativo e implicado con el entorno que visita,que, insistimos, no es el turista mayoritario de los parques naturales andaluces.

11

Da la impresión de que la administración ambiental tiene todavía una cierta

aversión a reconocer el cada vez mayor atractivo turístico de los parques naturales

andaluces y limita su gestión en este campo a garantizar el conocimiento, uso y disfrute

de los mismos mediante la dotación de un conjunto de instalaciones y equipamientos.

Se trata, en definitiva, de una gestión pasiva que, en cualquier caso, retrasa el papel que

puede jugar el turismo en estos espacios, favoreciendo la sostenibilidad de su propio

desarrollo y concienciando a los turistas sobre la importancia de la preservación del

medio ambiente, consiguiendo de esta manera que el propio espacio natural se convierta

en un instrumento muy útil de educación y sensibilización ambiental, que permita, a su

vez, mejorar la gestión y conservación del mismo.

Por otro lado, los equipos de gestión son escasos y, además, no poseen una

formación especializada en turismo. A todo esto se añade que, aunque no se puede

asimilar uso turístico y recreativo a uso público, ni siquiera existen programas de uso

público en la mayoría de los parques naturales, y, cuando los hay, no suelen definir de

forma clara sus aspectos clave (tipos de servicios a cumplir, participación en la

prestación de servicios de uso público, repercusión de beneficios, criterios a cumplir en

los servicios). A esto hay que añadir los escasos cauces de comunicación entre la

administración con competencias en turismo, la que tiene las competencias en medio

ambiente, los propios ayuntamientos y los agentes económicos y sociales del territorio.

Hasta ahora, la actividad turística que se desarrolla en los parques naturales

andaluces contribuye escasamente a su conservación y, en muchas ocasiones, ni siquiera

consigue limitar los impactos que genera. Esta situación responde a varias causas:

1. Los promotores turísticos desconocen cómo funcionan estos espacios

protegidos, por lo que normalmente no comparten objetivos con los gestores de

los espacios.

2. Los empresarios no están organizados en los destinos locales y carecen de una

unidad de acción para ofrecer productos integrados y que se correspondan con

los objetivos de conservación de los espacios protegidos donde operan.

12

3. La financiación del turismo en estos espacios protegidos se ha surtido de

múltiples fuentes, con la dificultad añadida para su planificación integrada en el

destino. Esto se ha puesto en evidencia en varios aspectos, como la información,

la señalización, los servicios para visitar los lugares más atractivos, el

desequilibrio de la oferta. A esto se añade una tradicional ausencia de

seguimiento de las inversiones turísticas para comprobar su idoneidad y

repercusiones en los entornos de los espacios protegidos.

Es necesario, en este contexto, definir un modelo de gestión turística sostenible

que garantice el desarrollo turístico de los parques naturales andaluces, aprovechando

todo su potencial como instrumento de sensibilización y educación del visitante y de

conservación del entorno medioambiental.

4. Una propuesta de modelo de gestión turística sostenible de los parquesnaturales andaluces

El objetivo principal del gestor turístico de cualquier espacio natural protegido

no es otro que el de favorecer un desarrollo turístico que cumpla los principios del

desarrollo sostenible. Para ello, el espacio debe ofrecer a los visitantes una serie de

servicios que deben, a su vez, estar adaptados a los objetivos de conservación y

garantizar la calidad de la visita, tanto en términos de satisfacción del cliente como de

mantenimiento de los recursos que se ponen en valor. De manera que los gestores deben

desarrollar herramientas que permitan compatibilizar la conservación con el uso del

espacio.

Esta propuesta de modelo de gestión turística sostenible para los parques

naturales andaluces parte del convencimiento de que en la consecución de ese objetivo

existen cuestiones muy importantes que no se solucionan actuando exclusivamente

desde el lado de la oferta (o interviniendo en el territorio). Es necesario implementar

una política de gestión turística integral que contemple todos los elementos. Es

necesario, por tanto, tener en cuenta la relación entre turismo y medio ambiente no sólo

desde el punto de vista del territorio, ni desde el punto de vista de las valoraciones de la

demanda turística, sino que hay que considerar el “ciclo de producción del turismo“

13

(Torres, 2001), es decir, las relaciones que se producen dentro de las funciones de

producción y consumo turístico.

De ahí la necesidad de diseñar estrategias que faciliten una gestión turística del

espacio natural en la que se garantice la consecución de lo podríamos denominar el

trinomio diversión-educación-conservación. Urge, en este contexto, plantear un cambio

en algunas de las políticas aplicadas tradicionalmente en los parques naturales

andaluces, incorporar nuevas perspectivas en su gestión y, desde el punto de vista

turístico, iniciar el camino hacia una gestión eficaz (y coherente con las líneas básicas

del desarrollo sostenible) de los flujos turísticos, que garantice el conocimiento, uso y

disfrute de los valores de estos espacios, a la vez que contribuya a la mejora en su

preservación.

Es necesario, en definitiva, definir un modelo coherente de gestión turística

sostenible de los parques naturales andaluces, que podría girar en torno a los siguientes

criterios:

1. La definición de una política de racionalización urbanística

El turismo es una actividad enormemente depredadora de suelo. Incluso en los

espacios naturales protegidos, y a pesar de su protección, el grado de saturación

urbanística a que están llegando determinadas zonas de algunos parques naturales en

Andalucía ha transformado radicalmente el paisaje original y empieza a generar efectos

perversos (contaminación acústica, excesiva densidad de vehículos, aumento del riesgo

de incendios, acumulación de residuos de todo tipo, etc.) que no sólo están poniendo en

peligro el equilibrio ecológico (lo que puede traer consigo alteraciones irreversibles

sobre paisajes y ecosistemas muy vulnerables, daños irreparables a especies animales y

vegetales emblemáticas de estos espacios, etc.) sino que amenazan con destrozar en

pocos años la imagen natural (o ecológica) de estos espacios como un destino ideal de

turismo de naturaleza.

Es necesario plantear, a pesar de la polémica que una visión a corto plazo de

estos planteamientos pueda generar entre los empresarios y políticos de estas áreas, un

debate serio y responsable sobre la necesidad de implantar de inmediato una política de

14

racionalización urbanística que debe basarse, entre otros elementos, en el estricto

control de la construcción de viviendas de segunda residencia, en la reubicación de las

instalaciones de titularidad pública, en primar la rehabilitación a la nueva construcción,

en obligar al mantenimiento de tipologías constructivas propias o, incluso, en una

política de “esponjamiento” de suelo densificado (que llevaría, en última instancia, al

derribo de algunas de estas instalaciones y su reubicación en otras zonas del parque

natural).

Hay que apoyar los esfuerzos de puesta en valor de la arquitectura local, dando

preferencia a alojamientos tradicionales que respeten los volúmenes, el estilo

arquitectónico local, los materiales y la integración en el paisaje. Para las nuevas

edificaciones, se preferirá la rehabilitación del patrimonio a la construcción de nuevos

edificios. En todos los casos, la rehabilitación y/o la construcción de nuevos

establecimientos e instalaciones turísticas deberá ser fruto del consenso entre los

inversores y los propios gestores del parque natural y responderá a una necesidad

efectiva en la mejora de la oferta turística de la zona.

2. La importancia de las instalaciones y equipamientos de uso público

El uso público es el conjunto de equipamientos, actividades y servicios, que

independientemente de quien los gestione, debe acometer la administración del parque

natural, con la finalidad de acercar a los visitantes a sus valores naturales y culturales,

de una forma ordenada y segura, que garantice la conservación y difusión de éstos a

través de la información, la educación y la interpretación ambiental.

El uso público cumple una serie de funciones básicas relacionadas con la visita

de los ciudadanos a los espacios naturales protegidos: divulgación, información-

orientación, recreación, interpretación del patrimonio, educación ambiental,

comunicación, seguridad, turismo (oferta complementaria, de alojamiento, etc.),

señalización.

La promoción ordenada del uso público en los espacios naturales protegidos

supone una oportunidad irrenunciable para el aprovechamiento sostenible de los

recursos existentes, evitando el riesgo de impactos negativos sobre el medio natural

15

derivado de la no ordenación de este uso, que redundarán, en última instancia, en una

pérdida de la calidad de las experiencias desarrolladas y la consiguiente insatisfacción

del visitante.

Desde este punto de vista, se hace imprescindible la dotación de una red de

equipamientos de uso público que facilite el conocimiento y disfrute de los valores del

espacio natural protegido a la vez que permita a sus gestores ordenar la demanda de uso

hacia las zonas menos sensibles. De manera que un uso público bien planificado y

ordenado puede ser clave para la consecución del trinomio diversión-educación-

conservación.

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha desarrollado en

los últimos años un modelo de uso público para los parques naturales de Andalucía.

Durante los primeros años se aplicó la formula de “todo público”, desde la construcción

de instalaciones hasta actividades de formación y promoción. El importante crecimiento

del volumen de recursos económicos y humanos hizo replantearse el sistema con una

paulatina apertura a la iniciativa privada. El diseño del modelo fue consecuencia de la

necesidad de unificar la oferta de equipamientos y de hacerla económicamente viable.

Fruto de este proceso ha sido la elaboración de un manual de equipamientos de uso

público. Los planes de uso público de los parques naturales más emblemáticos de

Andalucía son los más completos de contenido, si bien en ellos no se plantea una

gestión activa de los flujos de visitantes de ese espacio, ni mucho menos la utilización

de las instalaciones y equipamientos de uso público en esa gestión activa.

En la misma línea, es necesario favorecer la gestión de estos equipamientos,

instalaciones y servicios por parte de empresas locales, de manera que sirvan de

referente, de modelo de gestión empresarial a escala local, a la vez que se facilitan

nuevas oportunidades de empleo a los jóvenes emprendedores locales.

3. La mejora de la información para la toma de decisiones

Una gestión turística eficaz exige disponer de información adecuada y suficiente

sobre los diferentes aspectos que afectan a la actividad turística: características y hábitos

de consumo de la demanda turística, características de la oferta, grado de ocupación de

16

las diferentes tipologías de alojamiento, equipamientos de uso público más utilizados,

lugares o zonas más visitadas, indicadores de desarrollo, de sostenibilidad, etc.

Para ello es necesario la existencia de instrumentos que pongan a disposición de

la administración pública la información suficiente con el fin de elaborar una

planificación eficaz y rigurosa en materia turística, no basada solamente en la intuición

o en el análisis de datos de carácter tan general que pudieran inducir a una

interpretación errónea de la realidad. Por otra parte, la toma de decisiones por parte de

los empresarios y sus expectativas de futuro deben respaldarse, igualmente, en un

conocimiento exhaustivo del sector, del que sólo dispondrán a través de un instrumento

como el que aquí se plantea. Se trata con ello de facilitar la adaptación permanente de la

oferta a las nuevas necesidades e inquietudes de la demanda y el aprovechamiento de las

nuevas oportunidades que se plantean en los mercados, a la vez que se garantiza el

cumplimiento de los criterios de conservación establecidos.

El conocimiento científico es una herramienta eficaz para la gestión del uso

turístico. En este sentido, conocer las características ambientales del territorio, su

fragilidad ecológica, la oferta de recursos naturales y culturales, así como poseer

información sobre afluencia, distribución, expectativas y perfil de los visitantes son

parámetros imprescindibles para la gestión turística sostenible de cualquier parque

natural.

4. La asunción de la sostenibilidad como valor fundamental del desarrollo

El actual modelo de desarrollo turístico de la mayoría de los parques naturales

andaluces presenta síntomas evidentes de insostenibilidad, por lo que hay que plantear

un nuevo modelo que, aún manteniendo como principio rector la conservación, y

recuperación, en su caso, del capital natural, asuma el papel determinante que el medio

ambiente tiene, entre otros aspectos, en la configuración de un destino turístico de

calidad.

Un enfoque sostenible del turismo debe considerar el carácter multisectorial de

esta actividad, ya que cualquier ineficiencia productiva o déficit de calidad en

cualquiera de las actividades involucradas en la actividad turística repercute

17

negativamente en el conjunto de la oferta turística. En definitiva, considerar la

sostenibilidad del turismo requiere incorporar nuevos óptimos de eficiencia productiva

y de gestión (gráfico 1). El turismo sostenible debe analizarse, por consiguiente, desde

una visión integrada del desarrollo que incorpore las variables económica, sociocultural,

institucional y medioambiental.

Gráfico 1: Nuevos óptimos de eficiencia productiva y de gestión

Fuente: Pulido (2000).

5. La definición de una política eficiente de gestión de flujos turísticos

Una política que no se puede quedar sólo en dar una primera respuesta a los

visitantes que acuden al espacio natural, sino que debería ir mucho más allá,

planteándose como objetivo el logro de cuatro aspectos básicos:

• Innovaciones tecnológicas tanto gerenciales como sociales.• Innovaciones tecnológicas tanto en la producción como en la

comercialización de productos.

• Según los requerimientos planteados en el proceso de cambioestructural.

• Aprovechamiento de nuevas oportunidades de empleo.

• Incorporación de recursos culturales en la oferta turística.• Implicación de la población local en la oferta cultural.• Valorización del patrimonio histórico y cultural.

• Búsqueda de un espacio de concertación pública-privada.• Creación de un entorno innovador favorable al desarrollo

productivo y empresarial.

• Considerar las características potenciales y limitantes delmedio ambiente.

• Asegurar la sostenibilidad de las actividades emprendidas.• Puesta en valor del medio ambiente local como atractivo

esencial de la oferta turística.

INTRODUCCIÓN DENUEVAS TECNOLOGÍAS

CUALIFICACIÓN DE LOSRECURSOS HUMANOS

CONSIDERACIÓN DE

VALORES

SOCIOCULTURALES

IMPORTANCIA DE LAGESTIÓN PÚBLICA

CARACTERÍSTICASESPECÍFICAS DEL MEDIO

AMBIENTE

NUEVOS ÓPTIMOS DE EFICIENCIAPRODUCTIVA Y DE GESTIÓN

EMPRESARIAL

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- Determinación de las condiciones de acceso de los flujos al espacio natural.

- Selección y captación de los segmentos de demanda que se consideren óptimos

para la gestión del espacio.

- Distribución de los flujos en el tiempo. Establecimiento de mecanismos de

desestacionalización de la demanda.

- Distribución de los flujos en el espacio. Establecimiento de mecanismos de

descongestión de las zonas más visitadas y de preservación de aquellas más

frágiles.

En definitiva, se trata de adecuar las posibilidades de disfrute de los parques

naturales a su capacidad de acogida de visitantes. Para ello es preciso establecer

criterios para delimitar las condiciones de acceso de los flujos turísticos al espacio

natural, determinando su capacidad de acogida y definiendo mecanismos que

favorezcan una distribución más homogénea de flujos turísticos.

En este sentido, hay que dirigir igualmente los esfuerzos en la orientación de los

visitantes hacia los parajes menos sensibles del territorio, recomendando los itinerarios

y los senderos turísticos que favorezcan una mejor distribución de los visitantes en el

espacio y animándolos a visitarlo fuera de los períodos de alta frecuentación, de acuerdo

con los esfuerzos de promoción realizados al efecto.

Es necesario promover el uso de transportes públicos, la bicicleta o el paso a pie,

tanto para el acceso al parque natural como para los desplazamientos dentro de sus

límites, reduciendo, en la medida de lo posible tanto la utilización del vehículo

particular como de los vehículos para uso exclusivo de ocio (vehículos 4x4, etc.).

Por otro lado, una gestión sostenible del desarrollo turístico de cualquier espacio

natural no se debería conformar simplemente con el análisis del perfil del turista que lo

visita y, en consecuencia, la satisfacción de sus necesidades y expectativas, sino que

debería orientar el trabajo hacia la selección y captación de los segmentos de demanda

que se consideren óptimos para la gestión del espacio. Es decir, en intentar influir –y se

dispone de un amplio abanico de instrumentos y herramientas para ello- en un cambio

motivacional de estos visitantes, haciéndolos cada vez más responsables y

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sensibilizándolos sobre el entorno, en particular, y sobre los valores medioambientales,

en general.

6. La coordinación administrativa y el fomento de la participación local

La gestión turística de los parques naturales no tiene un responsable único en

Andalucía. La administración ambiental, encargada legal de su gestión, vela por su

conservación y facilita servicios e infraestructuras públicas (centros de visitantes,

señalética, albergues, centros de interpretación, programas educativos, material

divulgativo y didáctico, etc.). La administración turística incentiva el aprovechamiento

económico de estos recursos, consciente de su enorme potencial. Los grupos de

desarrollo rural ven en el turismo una herramienta de vertebración del territorio, de

diversificación de la estructura productiva del medio rural y de generación de riqueza y

empleo. Los ayuntamientos han encontrado en estos espacios los recursos endógenos

necesarios para la revitalización económica de sus pueblos. Todos realizan acciones

propias y no consensuadas de promoción y/o comercialización de la actividad turística,

existiendo una total ausencia de coordinación entre ellos.

Alcanzar el grado de coordinación necesario para un buen funcionamiento del

sistema es complicado pues, probablemente todos, hablan diferentes lenguajes y tienen

intereses respecto al espacio también distintos. De manera que, la opción más razonable

es comenzar alcanzando el mayor grado de consenso posible en torno a objetivos

compartidos de aceptación generalizada, sin olvidar, por supuesto, que el principal

objetivo de un espacio protegido es la conservación de los valores naturales que han

motivado su declaración.

Por otro lado, las políticas públicas deben reforzar la proximidad, fomentar la

capacidad local y la participación en los procesos de desarrollo turístico de aquellos que

son capaces de interpretar su territorio, de valorar sus recursos e involucrarse en su

planificación y desarrollo, abriendo nuevas oportunidades de generación de riqueza y

empleo.

7. El establecimiento de un sistema de incentivos fiscales y de mercado para apoyar

estrategias medioambientales

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La administración debe promover mecanismos de incentivo de la conducta

ecológica, o ambientalmente responsable, de los empresarios –turísticos y no turísticos-

de la zona. Es necesario fijar criterios –y, sobre todo, favorecer su cumplimiento- para

potenciar la operativa de la oferta turística con criterios ecológicos (agua, energía,

residuos, transporte público, ...). Para ello, entre otras medidas, pueden aplicarse

determinado tipo de ventajas fiscales o favorecerse de alguna forma (promoción, marcas

de calidad, etiquetado ecológico, premios, etc.) el posicionamiento en los mercados de

las empresas que asuman estos comportamientos. No es suficiente con el cumplimiento

de la legislación ambiental, hay que compartir la filosofía del desarrollo sostenible.

8. La calidad y la mejora en la formación como base de la mejora de la competitividad

La formación es un factor clave para la mejora de la competitividad de cualquier

destino turístico, tanto más de este tipo de zonas en las que habitualmente existe una

escasez de mano de obra cualificada y de empresarios/gerentes con formación

específica. Pero también es fundamental la formación de los emprendedores locales y de

la población, en general, al respecto de los principios del desarrollo sostenible y de la

necesidad de preservar los recursos naturales de la zona, ya no sólo por su valor

ambiental, también porque garantizan un flujo continuo de rentas y de empleo ligado a

actividades como el turismo.

Durante la visita a un espacio natural protegido son muchos los factores que

influyen en la satisfacción del turista. Buena parte tienen que ver con la oferta de uso

público en estos espacios, que entra dentro del ámbito de competencias de la

administración pública, otros dependen de la iniciativa privada y de su capacidad para

adecuar la oferta turística a las nuevas necesidades de la demanda. La calidad en la

satisfacción de las expectativas del turista debe plantearse, por tanto, de forma integral,

garantizando una experiencia completa basada en la autenticidad del destino y la calidad

del servicio prestado.

La Secretaría General de Turismo ha desarrollado una etiqueta específica de

nuestro país cuyo objetivo es garantizar la calidad de la oferta de servicios turísticos de

los establecimientos o entidades que la obtengan. El Sistema de Calidad Turística,

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incluido en el PICTE (Plan Integral de Calidad del Turismo Español), cuyo distintivo es

una Q, ha sido adaptado a los espacios protegidos con el objetivo de crear una

herramienta que permita mejorar los aspectos relacionados con la calidad de la oferta de

servicios a los visitantes y apoye el desarrollo de instrumentos que ayuden a mejorar la

gestión del área de uso público. En una primera fase, el sistema se ha comenzado a

implantar de forma piloto en 7 parques naturales, entre ellos dos andaluces ( Parque

Natural del Cabo de Gata-Níjar y Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las

Villas). Como resultado del proceso, se ha obtenido una norma de calidad específica

para los espacios protegidos, compatible con el resto de sistemas de calidad

desarrollados en otros subsectores (hoteles, restaurantes, campings, agencias de viaje,

estaciones de esquí y casas rurales).

También, la propia Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha

creado la marca “Parque Natural de Andalucía”, que tiene como objetivo que la

población y las empresas implantadas estos espacios se beneficien de la valoración del

territorio, ofreciendo productos y servicios diferenciados, asociados a los valores

medioambientales de los parques naturales, que potencien la imagen de un producto

natural, artesanal y auténtico. La marca, puesta en marcha a finales de 2001, se pretende

implantar en tres sectores: producto natural, producto artesanal y turismo de naturaleza.

9. El papel de las técnicas de interpretación y educación ambiental

El turismo ofrece un instrumento privilegiado para sensibilizar al gran público

sobre el respeto al medio ambiente. Asimismo, presenta un fuerte potencial de apoyo a

las actividades económicas tradicionales y a la mejora de la calidad de vida. Para

responder tanto a las exigencias específicas de los espacios protegidos como a las

expectativas de los turistas europeos, es primordial que el turismo preserve el

patrimonio sobre el que fundamenta su actividad.

La oferta de servicios a los visitantes debe tener componentes de tipo educativo

e interpretativo, facilitando una mayor comprensión de los recursos que se están

conservando y de los objetivos que se persiguen.

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La educación medioambiental y la interpretación del patrimonio deben constituir

una prioridad en la política de gestión turística del territorio. En este contexto, se

propondrán actividades o equipamientos relacionados con el patrimonio y el medio

ambiente a los visitantes, a la población local y, en concreto, a los visitantes jóvenes y a

los escolares. Asimismo, los gestores del parque natural deben asistir a los operadores

turísticos en la elaboración del contenido pedagógico de sus actividades al objeto de

garantizar que se comprenda y se aprecie el patrimonio local natural y cultural, de

explicar el comportamiento que hay que adoptar en la visita al espacio, y de animar a

los clientes a modificar sus hábitos para respetar el medio ambiente.

El fin último es mejorar el respeto hacia la naturaleza y que se comprendan

mejor los lugares visitados. Y para ello, la interpretación personalizada se convierte en

un elemento fundamental del sistema interpretativo, aunque debe completarse o

sustituirse por medios no personales, en la medida y en las circunstancias apropiadas.

De manera que resulta imprescindible la elaboración y ejecución de programas

interpretativos para cada uno de los parques y para el conjunto de la RENPA.

10. Una promoción y comercialización responsable

Es importante que exista un cierto autocontrol sobre la imagen corporativa de

estos espacios que garantice una estrecha correlación entre las imágenes transmitidas y

la percepción real que tendrá el turista cuando llegue al destino, evitando sorpresas y

decepciones a una demanda ya de por sí confusa por la profusión de ideas sobre las

excelencias de cualquier lugar por el mero hecho de disponer de un “espacio verde”. En

muchos casos, se desvirtúa el producto (se vende, por ejemplo, la posibilidad de

observar grandes mamíferos protegidos que jamás se pueden ver), generando, en

consecuencia, insatisfacción en la demanda e impactos en el medio por la

sobresaturación de la capacidad de acogida del espacio natural. Otras veces, se

promociona y vende la práctica de actividades en el espacio natural que están

prohibidas, o que presentan una enorme dificultan, por la gestión turística. Es necesario,

por tanto, rediseñar la política de promoción y comercialización de estos espacios,

buscando un “cliente” mucho más selectivo con la calidad, autenticidad y seguridad del

destino, medidas éstas en términos de su vinculación personal con la práctica turística

sostenible. Buscando, en definitiva, un turistas más responsable.

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En este sentido, las acciones de promoción y venta deben sensibilizar a los

visitantes sobre el valor real del espacio protegido. La totalidad de los documentos de

promoción y de comunicación deberán destacar en particular el carácter frágil del

territorio y deben incluir una comunicación responsable sobre la flora y la fauna que se

va a observar, no garantizando la observación de ninguna especie en particular, sino

más bien se propondrá el descubrimiento de su hábitat, e incluyendo recomendaciones

sobre el comportamiento del turista durante la visita.

Por otro lado, habría que evitar la promoción des estos espacios en épocas de

elevada frecuentación y centrar un campaña de promoción responsable de las visitas a

los parques naturales en épocas de escasa frecuentación, buscando una mejor

distribución de los flujos turísticos que reciben estos espacios.

Igualmente, hay que favorecer la cooperación, tanto horizontal como vertical, a

través de redes entre las empresas turísticas que operan en estos espacios –en su

mayoría, pequeñas, incluso, muy pequeñas- a fin de reforzar su capacidad de competir

en un entorno cambiante, aprovechando economías de escala y estructurando una oferta

dispersa, incipiente, desorganizada y con dificultades para acceder a los mercados de

forma individual.

5. Conclusión

Los parques naturales no tienen aún suficientemente definidos, asumidos e

incorporados los aspectos relacionados con el uso turístico de su territorio. Las

principales dificultades están relacionadas con la falta de recursos (humanos y

materiales), la insuficiente planificación y la existencia de una normativa inadecuada

para hacer frente a los problemas actuales de gestión de determinadas actividades, entre

ellas la turística.

Aún asumiendo las características especiales y la fragilidad de cualquier parque

natural –aún asumiendo que en determinadas zonas la acción humana debe ser mínima

e, incluso, inexistente- la imaginación y la creatividad de un auténtico gestor turístico

–si los hubiera-, junto con el conjunto de instrumentos y herramientas de los que hoy se

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dispone, permitiría garantizar la visita de estos espacios y, lo que es más importante, la

plena satisfacción de sus visitantes, manteniendo –mejorando, incluso- las condiciones

ambientales del espacio y transformando paulatinamente el perfil del visitante hacia un

turista más responsable y respetuoso con el entorno, lo que vendría a garantizar la

ecuación sinérgica de la sostenibilidad: que el desarrollo económico coadyuve al

desarrollo ambiental.

Es necesario, en definitiva, incorporar la “visión turística” en la gestión de los

parques naturales andaluces. Los “clientes” más habituales de estos espacios son, y cada

vez en mayor medida, turistas, y buena parte de las actividades económicas que se

desarrollan en los mismos, al menos de las actividades alternativas a la agricultura

tradicional, existen porque ese espacio natural tiene atractivo turístico. Por tanto, hace

falta la incorporación a estos espacios de auténticos gestores turísticos que garanticen

una visión integral de las relaciones entre turismo y medio ambiente de acuerdo con los

criterios del modelo expuesto con anterioridad.

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