tirar el dardo, por nancy estrada

44

Upload: ediciones-al-gravitar-rotando

Post on 18-Mar-2016

219 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

"Le ponen de cabeza las letras que se vuelven frases, lanza la primera con tino colectivo, sigue la pista, ecléctica de su drama, autora se reinventa en la palabra emocional..."

TRANSCRIPT

Page 1: Tirar el dardo, por Nancy Estrada
Page 2: Tirar el dardo, por Nancy Estrada
Page 3: Tirar el dardo, por Nancy Estrada
Page 4: Tirar el dardo, por Nancy Estrada
Page 5: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Tirar el dardo

Nancy Estrada

La ronda de los solosCOLECCIÓN

Page 6: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Colección La ronda de los solosTirar el dardo

D.R. © 2013, Óscar Tagle, editorAl gravitar rotandoBerilo 2582, Verde Valle. CP 44560. Guadalajara, Jalisco. Mé[email protected]

Primera edición 2013Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución 2.5 México

Dirección editorialÓscar Tagle

Cuidado editorialChristopher Estrada

Diseño, diagramación e imagen de portadaMarcela Gámez

Impreso y hecho en MéxicoPrinted in Mexico

Page 7: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Microensayo sobre la sordera

Se vuelven, te persiguen

Vasallo

Aviso de ocasión

Baile negro

El juego

Circoloquio en cinco pistas

Estuche de geometría

Micromanifiestos poemínimos

Hadas de puro cuento

Que dónde estuve hoy

Entrégame con la libreta café

Pasión mortal

5

6

7

8

10

11

12

14

15

16

18

20

21

Índice

Page 8: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Duelo

Cuántas vueltas

Cuando estoy en la cuerda

Mándame ahora

Frecuencia

Le dijeron que tenía

Al mirarse al espejo

Al final de la línea

Ese amor

Desde hoy

Si la prosa

Al hablar

El negligé

El dado

Yo sí pido

22

23

24

25

26

27

28

29

30

31

32

33

34

35

36

Page 9: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Microensayo sobre la sordera

Como pesa el espejo, los cristales rotos de virtualidad atada a las vísceras de ciudad con soportes de tirante en estrafalarios discursos políticos. Como pesa el carras-poso trote de la lágrima desde el fondo del mar. Como pesan las sílabas extraviadas en vocablos de balas perdi-das, la estampida de grafitis mentales, la bicicleta mon-tada en polvo, los parques verdes en viejas fotografías y los cuchillos cocinando filetes de océano en soledad.

Como pesan los egoísmos, botellas emocionales vacías, los bocetos de transformación, el collage masivo de tentaciones ocultas y perdones comprados. Como pesa zurcir conversaciones con hilos de humo y untar pega-mento a promesas de corcho.

5

Page 10: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Se vuelven, te persiguen imágenes voraces, como estar parado de cabeza en avenida 16 de Septiembre obser-vando los zapatos rojos de la dama gentil que corre tro-pezando con el botín café del licenciado a rayas, que hace un alto frente a la sandalia cansada de la mucama de turno con olor a cloro, que llega a cambiar los cho-clos del niño para no gastarlos, pequeño que calza pul-cros tenis blancos en martes cuando la maestra usa los zapatos rojos para encontrarse con el botín café del li-cenciado a rayas en el motel que asea la mucama de san-dalias cansadas con olor a cloro cuando la luz se ha ido.

Se vuelven, te persiguen

Lo sabes tarde: las precisas reconsideraciones de la luz

perdida en el inicio de la historia se vuelven por la rendija

más insospechada.

Hermenegildo Olguín

6

Page 11: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Vasallo

Conoces la travesía, el presagio de la metafórica peni-tencia; no hay colisión sin amalgama ni círculo sin soledad. Dominas la ciencia de infiltrarte en mi galería de sombras, la ofrenda de oscilaciones. No disimules tendido en la hora sin miedo bajo mi recinto habi- tuado a tu parafernalia. Te escurres a la súbita vibración centrífuga, eres compendio festivo que renace con la danza, equinoccio de hora cero, síntesis de homenaje al tacto donde la justa unión no te sorprende, basta un castañeo y que el señorío de tu delito embista cuando el día alcanza su perfección.

7

Page 12: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Aviso de ocasión

Se busca escribano con letra de molde que explore án-gulos gramaticales y añada adjetivos posesivos a las abre-viaturas; con dotes de buena ortografía que corrija los acentos de mi verbo irregular. Enfático en la cursiva, que aprenda del monosílabo fonema de la euforia en predicado.

Diestro en los diptongos y que estudie mi gerundio con inalterable sintaxis de caricias, que invite en participio deletreando comisuras en esdrújulas. Entre comillas que me lleve al punto y coma en infinitivo. Se busca escribano con pronombre y sustantivo; requisito: dis-ponibilidad inmediata.

Cortés preposición:

Ofrezco excelente caligrafía con núcleo grave y agudo; hábil en dactilografía y alfabéticamente simple, con renovado sentido de la metáfora y atractiva tipografía. Retórico en el infinitivo y libre de diéresis con tilde larga

8

Page 13: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

y ligeramente desplazada a la derecha, pero no menos enérgico, disculpe la presunción. Dos puntos: no le interesan los triptongos entre signos de interrogación. Usted diga cuándo.

Postdata: conjugación inmediata.

9

Page 14: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Baile negro

En boda huasteca mataron al pasito duranguense por imitar la fiesta del palmar al estilo Sinaloa, lo dejaron como momia de Guanajuato. Advertencia que el jarabe tapatío solo se baila en Jalisco donde hombres y mujeres no se rajan ni con la Quebrada de Acapulco y mien-tras las autoridades duermen en sus laureles, en calles de Ciudad Juárez acribillan a la Bamba que cantaba enmo-lado corrido poblano en medio de la contradanza de co-caína guardada bajo el pavimento de Mexicali, que hizo bailar a los comensales una polka de la Guelaguetza, un huapango fandanguero y jarocho; y si llega la justicia que nos agarre confesados porque el Ángel de la Inde-pendencia hizo bajar al Señor de los cielos.

10

Page 15: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

El juego

Como turista sobre un pie en la rayuela del abismo, parafraseando en el Scrabble la veracidad de la palabra inexistente, en tres pasos me perdí entre serpientes y escaleras de la mente para resolver acertijos que cons-truyeron calabozos y dragones de arena, colocando con brincos de bebeleche el pedazo de papel mojado, casillas de ventaja al adversario, al reírse de la sombra agoni-zante del orgullo dando vueltas como botella y cuando los dados marcan el ocho, adivina quién se escurre entre manos de damas chinas y el movimiento piadoso de la reina de ajedrez que elige la carta ganadora de lotería, para descubrir que la batalla sin trucos es la canica de la vida en la ruleta, cuando todos ponen o tomas uno, de-clarándote ganador del interminable rompecabezas, al saltar la cuerda que aumenta la velocidad con los latidos del canto al marinero que se fue a la mar, en el vértigo de montaña rusa que despierta las entrañas acompañadas de payasos de feria o tirar el dardo para llevarme con suerte el corazón en la mano.

11

Page 16: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Circoloquio en cinco pistas

I

Era capaz de hacer girar más de quince platos, pero el malabarista era un fracaso en la cocina. Romper la vajilla de porcelana le costó el divorcio.

II

Escuchando los latigazos recreaba en su mente las más soeces perversiones. Envidiaba la vida de su vecino misterioso. Pero su perfecto mundo sadomasoquista se derrumbó; conoció al domador de fieras ensayando su acto circense.

III

Su nombre figuraba en lo alto del espectacular. La mayor atracción. Nadie conoció al mago; todos los espectadores quedaron pasmados al salir del circo sin su cartera.

12

Page 17: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

IV

Se crió entre changos y lianas. Su madre una orangu-tán. Cuando decidió salir de su jaula, se convirtió en el trapecista.

V

Y si alguien pregunta por la contorsionista griega, favor de informarle que se fugó con el domador de fieras; el equilibrista solloza su amor platónico en lo alto de la carpa.

13

Page 18: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Estuche de geometría

n Polígono regular busca pulgada imperfecta.

n Esfera hace dieta para perder cuerpo geométrico.

n Longitud se pasea en el trapecio, superficie le pone un pie al rombo y pirámide juega con sus lados mien-tras hexágono intenta reconstruirse.

n Cubo exhibicionista despierta pasiones isósceles.

n Vértice de emociones se enreda en triángulo amato-rio de 360 grados.

n Trazo sin protección = curva prominente.

n Rectángulo voyeur espía a la línea por el equilátero.

n Prisma y esquina se declaran enamoradas, el trans-portador se fracciona.

n Circunferencia de beso que se ejecuta con regla no descuadra el compás.

n El grado de inclinación del círculo erótico es directa-mente proporcional al ángulo de tu párvula boca.

14

Page 19: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

¡Declarémonos poeminimalistas, explotemos letras!

El poemínimo era hormiguísimamente satisfactorio, una peca solitaria entre los senos.

El poemínimo vive eternidad, ilumina infinito y viaja a velocidad luz.

El poemínimo habita la lengua, droga la sangre y des-fragmenta la razón.

Micromanifiestos poemínimos

15

Page 20: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

1. En el remake del érase una vez había una mujer que amaba a otra mujer que idolatraba a un hombre que deseaba a otro hombre que amaba a la primer mujer de este érase una vez.

2. Había una vez un sapo que odiaba besar princesas, ninguna le atraía tanto como la mosquita muerta del cuento de hadas.

3. El cuento de hadas se volvió mujer y se lanzó a la realidad como novela.

4. Había una vez un hombre que escribió historias de hadas para que la princesa creyera todo su cuento.

5. Él y ella nunca conocieron los cuentos de hadas. Y fueron muy felices para siempre.

Hadas de puro cuento

Había una vez (tal vez solo una vez)

una mujer y un hombre que se amaban.

Robert Desnos

16

Page 21: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

6. Había una vez una mujer que le dio una manzana a otra mujer para ganar adeptos.

7. La princesa tenía la impresión de haberse casado con el lobo feroz: él aullaba al hacer el amor.

8. Sin castillo no hay princesa, dijo ella. Sin cama no hay príncipe, dijo él.

9. Las hadas de estas historias se declararon en huelga: sus honorarios son puro cuento.

10. El érase una vez es cuento de nunca acabar.

17

Page 22: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Que dónde estuve hoy

En el zoológico, la feria y el circo. Que hace mucho no vienen a la ciudad. Caminé esta mañana al lado de elefantes, los reconocí por su gruesa y áspera piel, uno de ellos me aventó con su enorme trompa; casi caigo, me detuve entre las patas de una jirafa que se comió la bugambilia que plantaría en el jardín, me alejé pero no mucho, un tigre o quizá un león detuvo mi paso con su rugido, lo sentí tan cerca de mi cara y no tuve miedo, ¿puedes creer eso? Yo sin miedo, después juguetearon unos perros entre mis piernas y me animé a seguir el camino con el empujón de un caballo grande, gordo, manso, al que me aferré para calmar el revoltijo de estó-mago que sentía como al bajar de las sillas voladoras; así llegué a la feria, me compré un algodón de azúcar y sentí el aire jugar con mi cabello al subir a la rueda de la for-tuna, me contó que la vista desde lo alto era maravillosa y cómo me hicieron reír los payasos del circo, escuché un sinfín de golpes y caídas, nos animaron a gritar los de

18

Page 23: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

19

la derecha y después la izquierda, yo grité y aplaudí para ambos bandos. Que hoy no he salido de aquí. Estoy ciega más no loca, ¿verdad doctor?

Page 24: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

20

Entrégame con la libreta café

Si me voy antes que tú, mujer, ata a mi mano una lám-para, me servirá para ver la hora.

Coloca en mi bolsillo derecho del saco el viejo reloj de mi padre; cuando las manecillas acaben un círculo se cumplirá el tiempo. Cálzame con zapatos lustrados, vís-teme de pantalón negro, camisa blanca, limpia, almi-donada; de presentarme en otro lugar estaré impecable.

Anuda a mi cuello la corbata azul, la que odiaste por excéntrica, así atraeré las miradas de los presentes. Dé-jame ir mujer con algunos pesos en la cartera, por si acaso cobran peaje. Te dejaré el anillo de matrimonio para evitar cualquier atraco en el trayecto. Entrégame con la libreta café que hay dentro del armario, de hacer fila, leeré todos mis recuerdos.

Page 25: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Pasión mortal

Viajé por los mejores rincones del mundo, probé los deliciosos manjares de la piel entre piernas y senos. Me posé en las mejillas más exquisitas, me enredé en los sueños de hombres, mujeres, jóvenes y viejos.

Hoy estaré en la ópera y cuando baje el telón escucharé mi último zumbido caer entre aplausos.

21

Page 26: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

22

Duelo

A cinco pasos, tus ojos, canicas negras enmarcadas tras cristales; a dos pasos, mis manos a punto de disparar. ¿Quién ganará el último brownie sobre la mesa?

Page 27: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Cuántas vueltas debieron dar las niñas de mis ojos, que me causaron náuseas, al dejarme plantada en el carrusel de tus despedidas.

23

Page 28: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

24

Cuando estoy en la cuerda floja, me gustaría pegar de brincos. En el primero, caer sobre mi otro pie; en el segundo, despedir al sol; en el tercero, averiguar de qué color es el abismo.

Page 29: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Mándame ahora a la orilla de la mesa, siéntate a mi lado y escribe lo que has visto esta noche; detalla los colores y las sombras. Añade relámpagos a la narración y sonido de lluvia que nos lleve a guarecernos debajo de la falda.

25

Page 30: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

26

Cansado de los finales felices, decidió sintonizar otro cuento.

Frecuencia

Page 31: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Le dijeron que tenía mala puntería y se la creyó hasta que tuvo un hijo.

27

Page 32: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

28

Al mirarse al espejo descubrió al mamífero dormido. Desconocida ante sí, repudió la selva y la mano que la dibujaba en un cuento de niños.

Page 33: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

El final de la línea creó caos, inmovilidad, parálisis del karma, oscuridad de auras, metamorfosis de atmósfera y solo de frente ante aquel cosmos logró dominar al insomnio.

29

Page 34: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

30

Ese amor fue llamarada de tapete.

Page 35: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Desde hoy le gustan los lampiños. Había pasado meses cautiva en los vellos de otro hombre.

31

Page 36: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

32

Si la prosa huye de ti, invéntate un cuento.

Page 37: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Al hablar utilizaba tanto las comillas, que comenzó a levitar.

33

Page 38: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

34

El negligé redime lo que el corsé condena.

Page 39: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

El dado es un monstruo de seis cabezas.

35

Page 40: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Yo sí pido que me den. Ya estoy donde hay.

36

Page 41: Tirar el dardo, por Nancy Estrada
Page 42: Tirar el dardo, por Nancy Estrada

Tirar el dardo se terminó de imprimir en los talleres de Editorial Pandora en julio de 2013

en Guadalajara, Jalisco, México.Esta edición consta de 100 ejemplares.

Para su formación se utilizó la fuente Garamond, puntos 8 y 10.

Page 43: Tirar el dardo, por Nancy Estrada
Page 44: Tirar el dardo, por Nancy Estrada